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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Una nena bien instruida




La materia de secundaria se estaba poniendo cuesta arriba, de estas la más difícil era para mí Tecnología, no solo por la materia en sí, sino por el profesor, ¡lo odiaba! Pero en el segundo trimestre una gran sorpresa llegó de manos de su sustitución, cambiarían al imbécil de Jesús, gracias a Dios. Lo que menos quería era pasar los últimos seis meses de instituto con él dándome clases. La directora nos presentó a Fernando, él a primera vista se veía bien, tipo amable, bien parecido, mucho más joven que el recién desaparecido. Las primeras clases fueron normales, sin embargo en la segunda semana comencé a notar algo extraño…, comencé a sentarme en las primeras mesas, muy cerca de él, y un día logré pescarlo mirándome las piernas, la verdad al principio me sentí un poco incomoda con tal hecho, pero después no sé por qué me gustaba, es decir ¡¿A qué mujer no le gusta sentirse deseada?! Además no pasaría de un miradita. 

A propósito comencé a usar mi falda más corta, cuando no me ponía unas mallas ajustadas que realzaban todo mi talle, mi culo redondo y respingón y mi vulva mullida. Su mirada a mis piernas era intensa, pero a mi culo más aún…, me divertía ver al profesor con esa actitud. Era un juego para mí, en la adolescencia hormonas despiertan y están alborotadas. Por entonces no había estado aún con ningún chico, pero sabía muy bien todo sobre el sexo, sobre todos esos asuntos que dicen son solo para adultos, obviamente gracias al Internet y a la TV de pago. El profesor Fernando no tenía ni idea de que lo había pillado, cuando nos llamaba a revisar la tarea, se portaba muy amable conmigo, se había aprendido mi nombre y me sacaba a hablar sobre cualquier tema y a realizar los problemas en la pizarra. Pensé que lo mejor sería seguirle la corriente, era pésima en matemáticas y física, y esta materia además tenía otras muchas cosas dispares entre sí que debíamos conjugar con las fórmulas…,  necesitaba pasar los exámenes venideros, sea como sea. Un día se acercó a mí y me dijo que si podía esperarlo después de clase. Todos se fueron y yo me quedé en mi lugar esperando que se desocupara. Por fin me dijo…

-“Eh notado que tienes problemas con la materia, la tarea de hoy estaba mal enfocada y te falta soltura con las matemáticas…. Mira ven a ver dónde te equivocaste, deseo que te fijes donde tienes que reforzar tus estudios.

Entonces me acerqué al escritorio, y me agaché para ver la hoja donde estaba mi trabajo, él me estaba explicando, pero entonces sentí que su mano estaba mí cerca de mi pierna, no le di importancia y seguí mirando el papel frente de mí. Pero su mano cada vez se rozaba más contra mi muslo, y comencé a sentirme nerviosa, lo de las miraditas era un simple juego, yo no quería nada más con el profesor. Entonces de sobresalto le dije que ya me tenía que ir, era tarde, me esperaban en casa y debía llegar a tiempo de la comida….Tal vez fue mi imaginación calenturienta pero creo que quiso rozarme la piel con su mano….El viernes de esa semana me había tocado quedarme a hacer la limpieza de aula, y precisamente la última clase fue con el profesor Fernando. Estaba barriendo cuando entró, pensé que vendría por su maleta, pero no…, estaba parado en la puerta vigilando cada uno de mis movimientos, empecé a sentirme incomoda con su mirada, así que mejor era apurarme e irme. Cuando me disponía a salir, el me solicitó desde la zona de taller, yo no sabía que decirle, pero entonces antes de pronunciar palabra él me dijo…

-“Quiero que me ayudes a revisar estos proyectos, para clasificarlos y ver que les falta…”

-“Pero tengo que llegar a mi casa”.

-“No te preocupes ya hablé con tu madre, y le dije que te habían asignado una tarea extraescolar aquí en el instituto”.

No podía creerlo, había hablado con mi madre. Entonces no tuve más remedio que dejar mis cosas como estaban, y ayudarle a revisar los proyectos de otros años a medio terminar. Cuando ya habían pasado una media hora, el profesor tomo una hoja en sus manos y me dijo…

-“Mira es tu proyecto, veamos…. Esto está mal…Regular… Regular a mal…¡Válgame otro 4’5! Con estas notas no vas a pasar de curso…”

Un 4’5, de nuevo, esta vez me darían una tunda en mi casa, mis padres estaban haciendo un gran esfuerzo para tenerme en un colegio privado. No podía dejar perder este año, sería una vergüenza en mi casa siendo la oveja negra. Fernando comenzó a notar la preocupación en mi rostro…

-“No te pongas así niña, si quieres yo te puedo ayudar, por que con estas calificaciones no vas a pasar. Mira matemáticas y lengua son troncales y si en lengua vas bien las otras las llevas suspensas, la mía también y física y química a penas con un cinquillo. Como tutor tuyo es mi deber echarte una mano o si no te echarán del instituto…”.

Me quedé paralizada ante mi lista de asignaturas…-“Pero como me va a ayudar, si se refiere a darle dinero para subirme las calificaciones no puedo, mi familia no tiene dinero, bastante le cuesta mantenerme aquí  y…”

Mi explicación se cortó de golpe, él se había acercado hasta mí, y había puesto su mano en mi pierna, su cuerpo estaba presionando el mío, fue tan rápido que ni siquiera me di cuenta. Yo me asusté, solo ponía mis manos contra el para que no se acercara más, para mantener una distancia prudencial entre nuestros cuerpo pero era inútil, me fue empujando hasta que quedé entre la pared y su cuerpo, mi ojos lo veían suplicante….

-“Mira chiquita, yo puedo ayudarte, pero no pienso pedirte dinero… ¡¿Entiendes?! Si te comprometes conmigo te doy palabra que puedes llegar a sacar sobresaliente en mis tres asignaturas, en la otras te ayudaré a obtener las mejores calificaciones. Ni un regaño más de tus padres, dejarás de ser la oveja negra de casa ¿Te parece…?”

A esa edad, la oferta era exquisitamente tentadora, podría hacer lo que fuera para obtener una buena nota, si era un sobresaliente mejor que mejor. Él ni siquiera había esperado mi respuesta, con sus manos comenzó a acariciar mis piernas, y de vez en cuando subía hasta mi culo. Yo cerraba los ojos porque no sabía cómo era estar con alguien en esas situaciones, pero en poco tiempo sentí mis mejillas muy sonrojadas con mi aliento entrecortado. Se hincó ante mí, metió sus dedos en el elástico de mis mallas forzándolas hacia abajo. Me quedaron bajo las rodillas y volvió a realizar la misma operación con mis braguitas, un tanga casi invisible para que no se marcase. Comenzó a acariciarme mi coñito, pasaba su dedo entre mis labios, y le daba toqueteos a mi clítoris, sentía que me estaba poniendo muy mojada cuando me tomó por la cintura y me subió sobre el escritorio. Estaba acostada, con las piernas abiertas y su cabeza entre mis piernas, empezó a chuparme, sentía su lengua cálida y sus labios succionadores, mientras que con sus manos apretaba las piernas. Con devoción me comía el coño, dándome un gusto extraordinario e inédito en mi cuerpo. En nada yo estaba gimiendo muy fuerte, así que él tomó un lápiz y me dijo que lo apretara con la boca, que no hiciera ruido por si alguien nos descubría.

Desde hacía meses pensaba en cómo deseaba desvirgarme, había pensado en unos cuantos chicos amigos míos y otro que no, y en las más diversas situaciones. Sin embargo no quería que abusaran de mí siendo yo la buscona y todos mis deseos se frustraban antes de poder ponerlos en marcha. Así estaba yo como una perra en celo buscando macho sin querer dar a entender que lo necesitaba. Tal vez por esa razón, lo que estaba ocurriendo no me resultaba violento, solo me dejaba llevar por la corriente río abajo. Al fin y al cabo esta situación era la que mi subconsciente buscaba con las insinuaciones, las faldas cortas y los leggings ajustados al extremo de marcarse bien mi rajita en sus clases. Se alejó un poco, y con un dedo lo fue pasando por mi vulva, una y otra vez, después lo comenzó a introducir en mi vagina, yo no encontraba qué hacer con mis manos, que apretar o que agarrar…, era tal mi excitación que no podía más, comencé a mover mis caderas hacia aquella mano que ya horadaba mi chochito con dos dedos al tiempo que me comía el clítoris a base de lengüetazos. Mi profesor me los metía masturbándome frenéticamente, y con la otra elevaba mi culo para su mejor acceso. Estaba tan salida que todo me hacía llegar al séptimo cielo…

-“¿Te gusta verdad? Ya tienes ganas de que te lo meta todo, hasta el fondo, eh. ¡¿Quieres sentirme dentro de ti preciosa?!”

Yo trataba de responder entre balbuceos que sí, que quería que me follara con ternura y no tan salvajemente hasta adentro como desvelaba su voz… como lo había visto en las películas, donde la chicas era bastante más experimentadas que yo, que era virgen. Continuó con el cunnilingus un poco más, se comía mi coño como si de una tajada de melón se tratase, yo con los ojos cerrados intentaba interiorizar todo el deleite que suponía tener su lengua dentro de mi conducto vaginal entrando y saliendo, follándome. Luego la sacaba lamiendo el chumino entre los labios interiores hasta llegar a mi excitado clítoris, que sentí más duro que nunca. No debí de durar más de cinco minutos cuando me vine con un gran chorro de fluido que salió expelido a la boca de mi profe, el cual no se inmutó cuando lo recibió tragándose lo que pudo y empapando su cara con el resto de mi corrida…

-“Lo siento Fer…” dije tapándome la boca de espanto, vergüenza sintiendo el bajón por el atolondramiento de mi orgasmo….

-“No te preocupes me ha gustado mucho…, tienes un flujo delicioso. Se levantó diciéndome… Recoge todo que nos tenemos que ir a comer…. Hoy te acerco yo a casa, tus padres te estarán esperando”.

Antes de despedirnos sentía la necesidad de preguntarle el porqué no habíamos continuado…. –“Tú te has quedado sin tu premio”. En otra ocasión si tú quieres que ocurra, pero en un lugar más íntimo.

-“Vivo en un hostal del pueblo de al lado, cualquier tarde podríamos repasar las materias que llevas atrasadas…. Te recogería y te devolvería a casa a la hora acordada. Podríamos aprovechar toda la tarde…,  Y lo que surja ¡¿Ok Victoria?!”

-“De acuerdo ya te diría cuando…estoy muy ocupada”.

En verdad estaba como una perra por fijar una tarde para repasar con mi profesor favorito. Dos días después de la comida de coño ya no podía más, y fui a buscarlo, le dije que esa tarde me vendría bien un primer repaso…. Me recogió con su coche y nos fuimos a su habitación en un hostal sencillo, limpio y muy apropiado para un hombre de su posición. Nos pusimos a repasar algunas dudas de electricidad. Nos hallábamos sobre la cama, la mesa era demasiado pequeña. 
Tirado sobre la colcha me acercaba a su cuerpo para recibir sus explicaciones, su olor me embriagaba y su mano comenzó a acariciar mi muslo. Me dejé llevar abriendo mis piernas para que tuviera acceso a mi conejito. Mi malla gris denotaba un poco de humedad que no pasó desapercibida para él. Sus manos se dirigieron al elástico que atenazado en mi cintura…, bajó también mis braguitas empapadas con toda la sensualidad que un hombre con experiencia sabe, lejos del arrebato sin miramiento, de tantos críos de mi edad que no tienen la más mínima paciencia con las chicas que necesitamos ser atendidas con cariño y respeto. Con mi cuerpo desnudo de cintura abajo, sus dedos comenzaron a acariciar mi chocho abriendo mi rajita…, recorría mis labios de arriba abajo recreándose en mi clítoris y en el agujero que da entrada a mi vagina calenturienta. Al cabo de unos minutos dejó a un lado meterme sus dedos y se esmeró con su lengua en toda la raja, me dio unos lengüetazos en mi conejito para saborearme como ya había hecho hacía dos días. La comida fue demasiado para mí, pues en poco tiempo mi cuerpo se tensó en convulsiones estentóreas extrayéndome un orgasmo agradable…

-“Me gusta que mi chica se corra antes que lo haga yo…, me encanta que las mujeres disfruten conmigo una o más veces”.

Mientras me comentaba las razones por las que antes de nada le comía el coño a su pareja, se desnudaba haciendo aparecer ante mí todos sus atributos masculinos. Giré un poco mi cabeza, pudiendo observar que tenía su polla tiesa, tan dura como el acero parecía, su capullo desprovisto del prepucio se exhibía como una sabrosa ciruela roja, en verdad era una verga de un tamaño que me asustó un poco….

-“Profe meterme eso me da un poco de reparo, es muy gorda…, muy grande para mi chochito tan pequeño”.

Se puso en pie tras haberme sacado un copioso orgasmo son su lengua introduciéndola sin cesar dentro de mi conducto vaginal, estirado de mis labios vaginales y comiéndose una y otra vez mi pepitilla hasta desbordarme en un orgasmo brutal. Con su profunda voz pletórica de tranquilidad, esa voz varonil pronunció lo que mis oídos deseaban escuchar…

-“No has de preocuparte, no te haré ningún daño. Pararemos justo cuando tú me digas porque ¡Vas a ser la capitana de esta aventura!”

Entonces puso su polla en la entrada de mi vagina, pero solo lo restregaba de arriba hacia abajo desesperándome con aquella fricción. Yo no podía más, me sentía exasperada por sentirme desvirgada por ese gran falo. Fernando no sabía que yo fuera virgen, ni yo se lo dije en ese momento tan crucial por miedo a frustrar todo el camino recorrido…, él tampoco me lo preguntó, seguramente al verme tan receptiva no dudó que no era mi primera vez y que en clase todos los chicos alardeaban de lo que follaban dando una idea completamente equivocada pues no éramos tan fáciles como ellos les gustaría fuéramos. Mantenía mi excitación repasado con su glande toda mi raja y pajeándome el botoncillo…. Al muy cabrón le gustaba verme así de expectante, casi suplicante por follarme. Me levantó la camiseta dejando mis tetas al aire con la prenda sobre ellas. En nada con una mano masajeaba mis pezones, y yo buscaba sus dedos para chuparlos igual que hacían las zorras de las pelis porno…

-“¿Quieres que te folle chiquilla…?” Se atrevió a decirme con todo aquel cipote erguido tan energético que me volvía loca por sentirlo.

-“Sí, por favor. Ya no me hagas esperar, métemela”.

-“¿Estás segura? Porque podríamos dejarlo aquí y devolverte a casa y…”

Ante tal insinuación me recosté sobre el colchón completamente abierta, con mi coño ofrecido al sacrificio del apareamiento animal. Era un clamor ver como jugaba conmigo…, necesitaba quitarme la calentura de perra en celo, pero él se hacía del rogar. Había llegado muy lejos para quedarme a las puertas de mi primera follada, de mi desvirgue, de dejar atrás las fantasías para disfrutar de la realidad. Tenía ante mí a un macho experimentado que sabría hacérmelo bien, mucho mejor que todos esos imberbes que adolecían de prematuros y egoístas. ¡Fernando me follaría muy bien! Podría contar que no fue como las de algunas amigas mías…, rápido, egoísta por parte de ellos, duro e insensible para correrse dentro sus coños en menos de cinco minutos. ¡Todo mal para la chica! Me dijo que me relajara al tiempo que se hincaba de rodillas entre mis piernas. Mi cara debía de ser un clamor suplicándole su polla…. No sé como ocurrió pero mis pensamiento se verbalizaron, y lo hice despatarrada con mi coño chorreando flujo suplicándole por una dulce follada…

-“¡Por favor…fóllame con cariño!”

No sabía lo que hacía, las hormonas me arrastraban a tal situación, porque cuanto más observaba su verga, más se me antojaba tenerlo embistiéndome dentro de mi coño. Se puso entre mis piernas, sobre mi cuerpo sin dejarse caer el peso en mi cuerpecito. Entonces sin saber cómo lo hizo, su enderezada polla encontró mi orificio vaginal consiguiendo dilatar mi entrada con su gordo y duro capullo. Sentía como cada vez avanzaba un poco más ganando centímetros en mi interior, hasta que llegó a mi himen… Me miró sorprendido.

-“¡¿Eres virgen?!” Me creía morir si me rechazaba…

-“Si… estaba esperando hacerlo con un hombre como tú”.

Estas sencillas palabras parecieron calmarlo de su desazón, me besó en los labios, metió su lengua en mi boca y la mía buscó su paladar desesperados por follar, no se lo pensó más y la hundió dentro de mí rompiendo el virgo, sentí una punzada de su ariete en mi coño desgarrando ese telo que protegía mi virginidad, rompiéndola definitivamente. Mi grito no fue soliviantado al tenerme amordazada por sus labios. Poco a poco iba alcanzando profundidad abriéndome las apretadas paredes de mi ajado coñito. Su respiración cerca de mi cara, sus olor a macho, su transpiración de su pecho y vientre confundida con la mía sintiendo el tormento gozoso de su dura verga en mi coño…, todo era demasiado para una primera vez…

…Tras la postura del misionero y de mi sorpresa al desvirgar a una niña que tanto ufanaba de estar con uno y otro chico. De haberlo sabido no se hubiera prestado seguramente, pero todo ya estaba hecho. Cambiamos de posición para no someterme a su peso. En realidad me dijo que era su primera virgen y se sentía pletórico, se notaba pro su verga estaba tan dura como el hierro…

-“Ahora te voy a hacer mía de verdad, ¡Te voy a follar para que disfrutes!”

Me dijo al oído mientras se colocaba detrás de mí en la misma posición de lado, colocó su verga entre mis nalgas y comenzó a frotármela en mi culito y mi rajita, lo hizo durante varios minutos, era delicioso sentir en la piel su verga con la humedad de mi rajita ensalivada y lo arrugado de mi ano. Mientras me lo hacía me lamía su cuello y deslizaba una de sus manos entre mis tetas para masajearme los pequeños pezones. Finalmente tomó con la mano su tronco y lo guio hasta la entrada de mi rajita, estaba calientísimo. Fue empujándola mientras que me levantaba mi pierna para abrirme un poco más mi gruta. Su glande abrió mis labios vaginales y se fue adentrando en mi interior, gemí y respiré profundamente, mi vagina fue abriéndose para dejar entrar al visitante, con diminutos bombeos fue terminándome de penetrar deseando que la tragase entera. En esos momentos al menos más de la mitad de su verga ya estaba dentro, luego me abrazó por la cintura y comenzó a follarme rítmicamente. Gemía cada vez que me la metía y más cuando me la tuvo toda dentro fue delicioso. De verás que su polla era deliciosa, suave, calientita y ahora ahí dentro…húmeda. En la penumbra de la habitación me estuvo clavando con secos movimientos de cintura haciendo golpear su pelvis en mis nalgas un sonoro y sensual balanceo rítmico a la par que sus huevos golpeaban mi vulva sin cesar….

-“¡Qué grande lo tienes todo! La polla, los huevos, tus manos ¡Umm! ¡Aagg!”

Gemía deleitándome con los sobos sobre mi pepitilla alternados con mi polla y testículos. Estuvimos tan bien en esa posición que seguimos follando sin variar…, en ocasiones había que callarme para que no gimiera tanto, sobre todo cuando tuve cada una de mis dos corridas con su falo horadando tan estrecho estuche. Finalmente sin sacar su verga de su rajita, me vació su leche en el fondo uterino recién estrenado. Fue una gran cantidad de esperma la que eyaculó, como pocas veces en su vida me dijo. Noté la subida de mi calentón, los esténtores y el chute de dopamina haciéndome temblar las piernas. El primer chorro de leche se quedó corto, pero los siguientes tres fueron largos y copiosos… los noté como se derraban en mi fondo vaginal. La leche saltó a borbotones de su capullo en busca de su nuevo alojamiento
Tras unas seis o siete convulsiones con sus consabidos aldabonazos de lefa se quedó unos segundos inseminando a conciencia mi coñito. Tras descansar empalándome la extrajo, y reposamos disfrutando de un descanso merecido…. No pasaron más de veinte minutos, cuando entonces me dijo que me pusiera a cuatro patas, me posicioné y él detrás de mí electrificando mi cuerpo….Me dio una nalgada en el culo con cierto cariño, no me hizo daño solo me prendió más de lo que ya estaba. Fue de nuevo con sus dedos a mi clítoris, y no pude más me volver correrme con una larga convulsión como nunca en mi vida, empotrada con tan semejante animal dentro de mi coño. Sentía espasmos, y pequeñas convulsiones por todo el cuerpo y él aprovechó para extraerla y calmar mi desazón en una posición más favorable. Cuando acabé de correrme, puso su polla en mi coñito de nuevo y me la metió poco a poco hasta que topó con sus pelotas en mi coño. Nos quedamos mirándonos sorprendida y suplicante de que la metiera a fondo.

Al principio había dolido  pero ahora después de la primera penetración y tras la liberación de ese peso que supone la virginidad, fue solamente gozo. Me daba súper fuerte, casi me levantaba en cada embestida, dejándome gritando como un gata en celo. Me giró bruscamente para que aguachara mi pecho y dejara bien levantado mi culo. Percibí cada penetración, cada inserción en mis entrañas, su tranca horadando mi coño desde atrás totalmente desinhibida. No recuerdo el tiempo que me estuvo follando como  a una perra, para girarme y poner mis piernas sobre sus hombros, eso hizo que la penetración fuera más profunda…. Me moría de gusto, no imaginé que mi primera vez tuviera tal amalgama de sensaciones diversas, completamente entregada a mi amante profesor me dejaba perforar por aquel divino falo descomunal…, ya no podía más, entonces tuve el tercer orgasmo de esa tarde. A los pocos instantes sentí como el semental se corrió nuevamente dentro de mí, el muy salvaje fuera de sí aullaba como un lobo mientras eyaculaba espesos chorros de leche en lo más profundo de mí ser. Su semen debió de alojarse de nuevo en el mismo útero, el cual se hallaba tan desprotegido como presto a ser fecundado por tan viril y masculino esperma.

Sin duda fue la mejor actividad extraescolar de mi vida. Y además con un diez asegurado. Con Fernando lo repetí unas cuatro veces más hasta final de curso, pero como dije la materia de física se me resistía por más que mi tutor me guiara en los vericuetos de tan complicada materia. Pensé que si el camino de la sugerencia había resultado con Fernando, engolosinándome con las calificaciones fáciles por ser bastante tentadoras las mirase por donde las mirase, y como ya había aprendido…, decidí ir por esta materia, pero esa es otra historia aprovechando la situación relajada del viaje de estudios…. Por esa tarde me marché colmada de leche en mi coño y pletórica de orgullo femenino en mi corazón, tras asearme mi profe me acercó a un lugar cercano a casa para evitar sospechas….

…Sexo con mi profesor de física. Como en casi todos los institutos que yo conozco, cuando acabas tercero de secundaria hay un viaje de fin de curso que sirve para relax, despedidas y otras cosas…. Nuestro viaje fue a Mallorca y fue algo inolvidable por lo menos para mí. Resulta que durante el curso había aprobado todo, unas por mis méritos intelectuales y otros por mi méritos sexuales…, salvo la asignatura de física que se me había atragantado y no podía con ella, no aprobé la recuperación de junio y salvo que aprobara en septiembre no pasaría de curso con todo lo malo que eso supondría en mi expediente académico y en mi vida personal. Era algo que no me dejaba de ronronear por la cabeza y salvo que diera una solución al problema, no sabía cuáles serían las consecuencias finales. 
Casualmente todo iba a ir rodado, como anillo al dedo, pues nos acompañó de monitor de entre varios, Mauro mi profesor de física y quién me tenía que volver a examinar en septiembre. Era un chico fornido, rubio y muy guapo, con fama de mujeriego y algo gamberro, a sus 34 años era todo un sex simbol en el colegio. Yo después de dos días de vacaciones me lo estaba pasando bien pero aún rondaba por mi cabeza que ocurriría en septiembre si no conseguía aprobar el examen mis padres me sacarían de aquel instituto privado que tanto le costaba y me podría lanzar a alcanzar una carrera de futuro…. No paraba de buscar soluciones y alternativas al estudio que tan pocos frutos dio en mí ni con la ayuda de mi tan estimado profe de Tecnología a quien le entregué mi virgo. Tanto pensé que al final opté por lo más directo, ir al grano y hablar con mi profesor de física haber si había algún tipo de solución al respecto…¡¡Alcohol... que peligro…!! Una noche que estaba en una fiesta en la playa cerca del hotel donde nos hospedábamos, divisé a lo lejos a Mauro que iba paseando por ella sólo, yo que iba con unas copas de más me envalentoné y me dispuse en ir en su busca y tratar el tema a la cara. Me apresuré a alcanzarlo y cuando ya estaba junto a él hablamos…

-“Hola Mauro que tal…”

-“Hola Victoria como vas…”

-“Aquí estoy algo contentilla, jaja…”

-“Ya te veo guapa, se buena…”

-“Quería comentarte unas cosas si me lo permites…”

Le traté el tema directamente y sin tapujos, necesitaba aprobar el examen en septiembre porque mi futuro estaba en juego y que no sabía qué hacer al respecto por lo que estaba muy preocupada. Yo notaba que Mauro me prestaba atención pero no me miraba a los ojos, sólo miraba mis pechos en punta que se marcaban debajo de mi camiseta rosa crudo ajustada, al mismo tiempo que bajaba la mirada hacia mi pantalón vaquero corto que me hacía un culito de lo más provocador, me expuso…

-“Victoria si quieres aprobar tienes que esforzarte y ya sabes lo que tienes que hacer…”

-“Pero he estudiado como una cosaca. Me es un poco difícil ver tu asignatura tal como me la planteas en los exámenes, quizás si cambias de método yo tendría alguna opción de obtener resultados positivos… Siempre hay métodos alternativos para aprender…”

Al tiempo que pronunciaba esa frase se tocó su paquete haciendo el gesto de rasgarse o indicándome la metodología a seguir…, no pude adivinar si fue intencionado o no pero acto seguido esbozó una sonrisa de pícaro cabrón y quedó meridianamente claro en mi mente. Entendí lo que quería decirme y como estaba tan necesitada de aprobar….Ya no me resultaba un mal trago después de las incursiones de tuve que tragar como una puta poligonera con Fernando, máxime cuando además de placer lograba un aprobado de peliagudo alcance. En otras circunstancias lo hubiera denunciado, abofeteado…, pero debo reconocer que aquel chulazo estaba para comérselo de arriba abajo, además de ser en esta ocasión mi pasaporte hacia el aprobado y hacia mi futuro más inmediato, por lo que me acerqué lo máximo posible mientras continuamos el paseo alejándonos de mis amigos. 
En la lejanía se me empezaban a acabar los argumentos para proseguir aquella charla así que embebida en mí sin razón por el atolondramiento de alcohol y lujuria combinados, me planté cortándole el paso y lo besé alocadamente. Mientras las lenguas se conocían, tocaba mi culo y mis tetas con sus manos, al tiempo que restregaba su bulto contra mí, nos refugiamos en un lugar por donde no pasaba nadie. El pobre se encontraba ya totalmente caliente y empalmado, con un calentón que solo yo le superaba, le bajé sus bermudas, y sin necesidad que me dijera nada accedí sin rechistar a mamarle su soberana verga esperando la complacencia del macho, y obtener mi pasaporte hacia el éxito…

Al estar anocheciendo con la oscura playa vacía, me arrodillé y empecé con gran maestría y perseverancia a lamerle sus huevos y polla erecta a pique de reventar, colmada de gruesas e hinchadas venas que la cubrían en su totalidad, especialmente una superior que debía de bombear sangre directamente a su monstruoso glande. Allí me encontraba de rodillas saboreando tan apetecible rabo para demostrarle que me iba a esforzar por aprobar la asignatura con su nueva metodología, mucho más adaptaba a mi forma de pensar. Después de varios minutos recorriendo mi lengua por su enorme falo, Mauro gimió un instante y se corrió dentro de mi boca. Toda su salada y espesa leche atoró mi garganta sin darme tiempo alguno para apartar mis labios. Convulsionó los cinco o seis lechazos impidiendo con su mano en mi cabeza que me alejara de su sabrosa lechada. Me tragaba la parte de su engrudo mientras iba vaciando más de sus congestionados huevos…, Mauro al verlo asintió gustoso por mi impecable comportamiento de inexperta felatriz, finalmente me indicó…

-“Victoria no ha estado nada mal, pero si quieres aprobar con nota tendrás que esforzarte más estos días…”

Iban a ser decisiones forzadas….Nos limpiamos ambos y nos dirigimos al hotel tranquilamente por la playa. Los siguientes días trabajé mi asignatura como si la vida me fuera en ello, iba y venía a su habitación…Al final en septiembre me presenté al examen y conseguí aprobar y con notable…Sé que a veces la vida no es fácil, hay que tomar decisiones que a uno no le gustan, pero a día de hoy y después del paso de los años recuerdo aquella experiencia con simpatía, ya que aunque no me sienta orgullosa de lo que hice, hoy por hoy, gracias a lo que hice di mi primer paso a una carrera universitaria y un futuro prometedor… y bien mirado tanto Fernando como Mauro era dos maduritos a los que hoy me follaría sin el menor recato, sin decir, que ambos tenía unas pollas divinas, uno larga y preciosa y el otro gorda y venosa más parecida al consolador que tengo en mi mesilla para las urgencias.



A los 18 con mi profesor. Los que saben de mi historia conocen que mi primera experiencia sexual la tuve con mi profesor de Tecnología de 40 años, se llamaba Fernando. Siguiendo la historia, pasado el tiempo, Fernando mi primer hombre, se convirtió en mi consejero y mejor amigo en los años sucesivos, así como el facilitador para aprobar otras asignaturas como la física del “Duro” Mauro. Lástima que lo bueno no dura para siempre, ya que cambió de instituto y de ciudad dos años después que rompiera mi infantil virginidad. La historia que voy a contar, me pasó al poco tiempo de marcharse esa persona a la cual amé mucho. Ya tenía 15 años en ese momento, aunque no es raro enamorarse a esa edad me volqué como una boba.
Estaba pasando por una crisis emocional, mis notas cayeron considerablemente, si bien no era una aplicada, no lo suficientemente inteligente como para mantener un nivel alto muy seguido, mis notas variaban entre 6’5 y 7, era raro que sacara menos de ese promedio. Y aquello que me fue tan bien con Fernando y Mauro lo puse práctica para remontar mis bajas de notas en estos momentos cruciales para entrar en el bachiller y la universidad. Es aquí donde entra en mi vida el profesor Alberto. Tenía en ese entonces 42 años, separado de su segunda esposa, porque  ella lo traicionó poniéndole los cuernos con un yogurín. Solía practicar deporte por las tardes en un gimnasio cercano a mi casa, por lo que su cuerpazo aparentaba menos edad de la que tenía. A decir verdad me ponían los hombres maduritos, de ahí que alguno ya hubiese mojado su rabo en mi chochito calentorro.

Alberto  además era muy amable con todos de una forma sana, sin malicias, ya que era psicólogo y filólogo en lengua castellana, a la vez era nuestro tutor con lo que conlleva en cantidad de horas y en asesoramiento y orientación. Dado su cargo, el me citó a la sala de profesores a preguntarme sobre la repentina baja en mis notas, yo solo atine a decirle que no me sentía muy bien, me hallaba algo sola, ya que mi padre salía a trabajar temprano y a veces no llegaba por irse a pasear con sus amiguitas, y mi hermano solo vivía para su novia…, claro que ambos me complacían en todo, me compraban ropa y cosas que una chica necesita, pero no tenía a quien contar mis problemas. Él me dijo que hablaría con mi padre al respecto y me mandó de nuevo a clase. Punto aparte, lo que dije al tutor era cierto, ya que mi consejera era Estrella, una vecina que sobrepasaba los 65 años…, me ayudaba y aconsejaba ante cualquier problema que tenía…era una madre para mí en ciertos temas delicados. Paso el tiempo y mis notas se mantenían igual, fue entonces cuando mi padre se empezó a alarmar por los comentarios de Alberto, estos le hicieron preocupase un poco más por mí, incluso mi hermano me invitaba a salir con su novia Rosa, la que me fue cayendo bien poco a poco…. 

Mis notas cambiaron, pero no al promedio normal que tenía, por lo que mi padre solicitó una ayuda más pertinaz del psicólogo y tutor de mi profesor Alberto, para que me ayudara de una manera profesional. Me citó el sábado en el colegio, ya que había un campeonato en el que él iba a jugar. Fuimos varios alumnos a verlo. Daba gusto estar con él, porque como le dije, a pesar de sus 42 años, mostraba un físico increíble, la verdad es que era muy atractivo, tanto como para echarle un buen polvo…. Terminado el partido me dijo que esperase en la sala de profesores mientras se aseaba. Cuando entré, había otros alumnos conversando con sus tutores, al entrar Alberto, la verdad me excité un poco ya que se había echado un perfume que me gustaba por lo cachonda que me ponía… y al verlo con su cuerpo un poco húmedo me puso caliente en exceso. Él, al ver tanta gente me dio un papel con la dirección de su oficina para tratar allí mi tema. Debía estar a las 16:00, pero conversamos un rato más sobre cosillas sin importancia. Al llegar a su oficina, la que era un habitación en la parte exterior de su casa. Conversamos sin que pareciera un interrogatorio  sobre si tenía problemas, que confiara en el, así es que me anime a contarle lo de Fernando, creo que eso lo puso caliente porque empezó a sudar frío….

-“Cuéntame los detalles”, me dijo, lo que me animó a contarle mi primera experiencia (la cual la tengo hasta filmada) pasó el rato pero sin ningún acercamiento.

Cuando acabó la sesión, me dijo en forma de broma si podía traer ese video el próximo sábado…, yo le dije que ya vería…. Punto aparte, aun no me he presentado…me llamo Victoria, mido 1.68, pelo castaño y ojos marrones, soy de Valencia, pero por razones del trabajo de padre vivo en Estella Navarra, mis medidas son 95-60-90, y aunque no parezca soy algo introvertida, pero de carácter alegre, ojo no confundir alegre con chica liberal, si cuento esto es por desahogar la pena que siento dentro de mí, bueno basta de cosas frívolas y empezaré a relatar la parte que a vosotros más le gusta.El viernes en la noche, antes de dormir estuve pensando en si llevar el video o no a la sesión con mi tutor, en eso me quedé profundamente dormida. 
Llegó el sábado, mismo lugar y misma hora, dado que de allí me iría a una fiesta de promoción de con mis amigos y compañeros de instituto. Fui muy mona, con una mini negrita, blusa blanca y pantis color verde, y unas botitas negras. Nada más llegar, me miró escrutándome todo el cuerpo, parecía desvestirme con los ojos, cosa que me asusto y me gustó a la vez…, había acertado con mi indumentaria de seducción para esa noche. Al instante me tranquilizó con un tierno beso casi a la altura de mis labios, lo que me dejó algo perpleja, anonada. Me preguntó sobre el video, yo le dije que no pude traerlo, puesto que de aquí me iría a una fiesta y no podría andar con eso toda la noche de aquí para allá….

-“Bueno, yo tengo uno, te importaría verlo conmigo…”

-“Porque no, si yo fui la estrella en uno”, le dije riendo.

Puso la película, y Dios no lo podía creer, era la película que me puso Fernando la vez que me desvirgó, lo que me dio ganas de llorar. Él no entendía y solo intento abrazarme y callarme y preguntarme porque lloraba, aprovechando la situación me estampo un beso cálido en los labios y acariciaba mis tetas erguidas de pezones puntiagudos de la excitación, luego en un descuido, me desabotono la blusa, mi  sujetador y separándose un poco de mí, solo atinó a decir…

-“¡Guaauuu! Parecen dos obras de arte…¡Son las tetas más bellas y rosados que he visto en mi vida!”

Dado lo caliente que estaba, lo pezones se me habían puesto empinado como timbres de castillo aumentado su tamaño…, mis pezones estaban hinchados como hacía tiempo no recordaba. El tutor empezó a succionarlo con delicadeza, me sacó mi blusa por la cabeza y sujetador desbrochado hábilmente, me levantó en sus brazos llevándome a un mueble que estaba en la habitación, me depositó tiernamente en él. Después fue bajando hacia mi vientre, lentamente bajo mi mini hasta quedar solo en bragas y mis pantis, creo que el verme con una braguita tan chiquita de tanga…

-“Esto me lo regaló Rosa la novia de mi hermano”.

Lo desesperó tanto que me lo quitó con los dientes, al verme desnuda solo con pantis me empezó a lamer mi vagina. Dado lo excitada, mi clítoris se mostraba caliente e hinchado, y el sentir su lengua me dio un placer electrizante que me recorrió todo el cuerpo dándome un cortocircuito en mi cabeza…

-“¡Aaagghh, que me estás haciendo!”

-“¡¡ slup, slup, slup! ¡Qué rajita tan caliente y mojada tienes!”

-“¡Sigue por favor, sigue cabrón no te detengas!”
Le espeté con mis ganas fuera de mí deseando ser follada después de tantos meses de abstinencia en el dique seco.

-“¡Mi lengua esta que se quema, que delicia de conejito…!” Siguió lamiendo con mucha suavidad dándome en cada lengüetazo un placer indescriptible.

-“¡Sigue chupándomelo así!” Qué bien gemía yo.

-“¡Tu coñito está que arde!”

-“¡Me corro! ¡Tómalo y no pares ahora por favor! ¡Aaaggghhh!”

Dada la excitación extrema acumulada en estos meses sin sexo real, me corrí en un santiamén soltado unos chorritos que le salpicaron la cara y parte se bebió agradándome su actitud. ¡Pasanban cerca de  seis meses que nadie besaba mi rajita! Cuando se levantó se sacó la camisa y su pantalón diciéndome…

-“¡Bájame el bóxer con tu boca!”

Está bien, respondí con un gesto en la mirada y mi semblante. Con mi boca fui bajando lentamente y con dificultad por la apreciable  dura erección, hasta ver su cipote. Debía medir unos 18 cm según mis cálculos, pero además era un mostrenco grueso en su base. Sin lugar a dudas aquella verga me partiría en dos cuando entrase entera a mis más profundas entrañas, pero ya era tarde para echar a correr, probaría aquel pollón sí o sí. Agarró un frasco de miel y se lo unto en la gran cabeza de su tronco, me dijo que se lo limpiara. La verdad que sentir el sabor de su verga junto con la miel es de un sabor placentero, enigmático a la par de raro, ya que para ser sincera detesto el sexo oral, pero me encanta que me lo hagan….

-“¡Ah, qué buena mamona eres! ¡¡Cómo chupas de bien la polla!!”

-“mua, mua, mua,” le besaba y mamaba a la par de gemir de placer, pues la verdad me encantaba el sabor…, de la miel claro, o tal vez le empezaba a coger gusto al aroma de semental….

-“¡Sigue chiquita, ahora métetelo suavemente en la boca hasta el galillo!” 
Obediente me lo engullí entera gracias a que todavía no se hallaba completamente rígida, la polla flexionó lo suficiente para entrar en mi garganta…

-“¡Glub, glub, blub!” 
Casi que me atoraba dejándome sin respiración, así que decidí  sacármela de la boca, justo en ese momento descargó unos chorros de leche livianos, que cayeron en mi lengua y paladar. Apreté la boca y por la comisura se escabulló un hilo directo a mis tetas. Para ser una corrida inicial, casi sin querer fue una cantidad abismal, que al pasarlo sobre ellas sobró…, y él me lo pasó por todo el vientre. En realidad era una mezcla entre saliva densa de la profunda mamada y su espesa lefa…. Luego de eso me llevo a su sala, puesto que estábamos en su oficina, pero antes de eso, ambos desnudos nos metimos en la ducha, el me abrazó y besó mis tetas por unos momentos mordiendo suavemente mis pezones, al parecer esto lo excitó sobremanera……ya que su badajo volvió  a estar súper tieso mirándome a la cara con una curvatura sobresaliente. Lo masturbé un rato, besándolo de vez en cuando, hasta que recuperara su firmeza total con un tronco enervado, tanto que se deformaba su contorno por la venas hinchadas…, luego el me dijo…

-“Ponte como una perrita. Quiero ver tu culito mientras te follo el conejito caliente y húmedo que tienes…”.

Obedecí sumisa y expectante para recibir la clavada de tan tremendo rabo…, me puse a cuatro patas como una perra en celo. Dado que mi coñito quedaba algo bajo para su envergadura y lo empinada de su verga, se agachó buscando la hendidura de mi raja entre los labios internos de mi chumino ardiente. Restregó su glande endurecido por toda la raja de mi culo llegando a mi entrada previo pase por mi ano…y de pronto sentí esa cabeza dura inflamada que intentaba entrar dentro de mí, era pequeña pero ancha…

-“¡Aaayyyy despacio por favor! Necesita dilatarse un poco…”.

Él echó un poco de saliva y de un solo golpe me introdujo sus primeros 12 cm, lo volvió  a intentar una y otra vez socavando cada vez un poco más dentro de mi vagina hasta que consiguió empujando firmemente meterla entera. Como dije no es tan larga como la de Fernando pero sus 16 cm no eran nada despreciables para un coñito como el mío, sin contar con su grosor en la base que me hacia arder….

-“¡Sácala un ratito por favor!”

-“No puedo… estoy demasiado excitado como para hacerlo…, quiero follarte bien mi niña”.

-“¡Aaayyyyy, no tan rápido!¡Me vas a matar a pollazos so cabrón!” Gemía yo.

-“¡Oh que rico coñito tienes princesita!”

-“No te muevas, por favor déjame acostumbrarme un rato a ella”.

Así lo hizo, yo me mordía los labios, la verdad era insoportablemente gruesa al final abriéndome el chocho como un bebedero de patos. Al cabo de unos segundos le di permiso con mis movimiento de saca mete empujando hacia él, y el semental empezó a moverse lentamente dentro de mí. Glub, glub, glub, solo esto se escuchaba cada vez que su falo salía de mi conducto del placer, y mi gemido lastimero cuando su verga se enterraba entera chocando su glande en mi pared vaginal y sus huevos contra mis nalgas…

-“¡uhm, ufff! Así princesita mía, así te gusta ¡¿no?!”

-“Sí, pero más despacio por favor… ¡Me vas a reventar a pollazos!”

-“No te preocupes, a ninguna he matado con mi polla, además tú estás bien pertrechada…, mi verga se clava en tu coñito rosado de maravilla…están hechas una para la otra ¡¿No ves como me succiona tronco dándome un gustazo increíble?!”

Punto aparte, mi vagina es rosadita porque soy de piel muy blanca, y además me gusta afeitármela, ya que no me gustan con vello, solo dejo una rayita encima de mi rajita para prolongarla y hacer mi chocho más atrayente para el macho…, creo que a todos los hombres les gusta, sobre todo si son mayores, ya que aparenta ser un coñito infantil que no pasara de los 12 años. Siguiendo con la batalla sexual, debo confesar que no esperaba me doliese casi como la primera vez, al tenerlo tanto tiempo sin usar lo tenía bastante ceñido. Él siguió moviéndose detrás de mí durante unos 15 minutos, los que me parecieron deliciosos…

-“¡Please, vacíate ya dentro de mí si quieres¡”

Le espetaba animándolo acabar tras más de 20 minutos follando para ser la primera vez. Empezó a arreciar sus acometidas sujetándome más firmemente de mi cadera y culo, lo que significaba que su corrida era inminente, más cuando percibí una mayor dureza de su mazo en mis entrañas…

-“¡Ya me viene princesa!”

-“¡Oh dios mío, como me gusta! ¡Vamos dame tu leche cabronazo…!”

-“¡Es que me la tienes muy apretada golfilla! Tu coño me está estrangulado mi badajo de lo oprimido que lo tienes…”

-“¡Joder Alberto…!. ay, ay, ay, es que la tienes muy gruesa, me duele y me gusta mucho  ¡No pares!”

-“¡Te voy a destrozar tu conejito! Pero sobre todo le voy a dar bien de comer con mi leche…”

-“Sí destrózamelo pero trátame suavemente, como la canción ¡Suavecito!”

Y siguió con un mete y saca endiablado que me causaba un fuerte un dolor placentero que me crispaba todo el cuerpo poniéndome los vellos de punta de la excitación, de saber que iba a recibir mi premio en forma de corrida bestial. Cuando sacó su pollón pensé que se iba a correr Ya, pero era porque quería retener un rato más la eyaculación prolongando la follada…, luego me la volvió a ensartar. A esas alturas ya no me resistía a lo que el macho desease, completamente sumisa a los enviones de mi semental, ¡¡Me gustaba mucho!! Entre tantos latigazos y convulsiones creo me había corrido un par de veces con toda su polla dentro de mi coño, así que cansada de recibir tanta verga en mi ajado chochito le suplicaba que acabase de follarme…

-“¡Por lo que más quieras termina que me vas a matar!”

-“Ya se acerca ricura. En nada de voy a llenar de rica leche entera y espesa.”

-“Snif, ten piedad, snif,snif”, lloraba al sentirme mujer y hembra de tan vasto semental que me dedicaba tanta y buena atención.

En mi morbo cerré mis piernas con fuerza apretando esa masa endurecida a punto de estallar en grandes lechazos, una maza enorme que se estaba moviendo dentro de mí haciéndome sentir un gran placer en mi útero. Creo que eso es lo que más me agrada, saber y poder apretarla con mis músculos vaginales, para que vean los hombres como se siente. La verdad es que cuando decimos que nos duele no es por gusto, ¡¡ah, se los recomiendo a las chicas que llegan a leer este relato!!  Ya que le provocara un gran orgasmo….

Por enésima vez me convulsioné corriendo otra vez, –“¡ahhhhhhh!” Me vine en un santiamén.

-“¡Ayy, cómo me lo aprietas, zorra!”

-“Ya ves a mí también me gusta correrme con tu pollón en mi coño…”

-“¡¡Aaggghhhhhh! Ya se viene”.

-“Sí mi amor vacíate dentro de mí ¡Hazme sentir una hembra!”

Ya no me importaba que estuviese en mis días críticos de peligro para quedarme preñada. La introdujo hasta los huevos haciéndomelos sentir en la vulva, gordos y duros a punto de quedar secos. De pronto percibí el primer y segundo chorro de lefa que se agolpaba en mi profunda vagina, en la misma entrada del útero, atorándome la estrecho y ceñido coñito de niña a mujer. Se quedó quieto en lo más hondo del coño unos segundos, tras deslecharse dejando un inseminación completa, después la extrajo produciéndose un ¡Plof! al salir su capullo de mi oprimida raja…, me giré y aun quedó un poco de lefa que cayó en un borbotón sobre mis tetas tras agarrarle el cipote con la dos manos y exprimírselo a conciencia, me lancé a saborearlo. Mi afición al sabor de falo me llevó a mamárselo con todo el gusto, cuando no hacía ni una hora detestaba el sabor en mi boca…, así que me alisté a recibir el aroma de su semen, lo agarre con ambas manos dejando el capullo libre…, le daba besitos ayudándole  a bombear hasta la última gota…

-“¡¡Vaya que cantidad me has descargado!! Y eso que era la segunda corrida ¡Eres un caballo semental!”

Nos reímos por la ocurrencia que no iba demasiado desencaminada. Me abrazó y nos quedamos dormidos en la cama… en eso escucho una voz…

-“¡ViKyy! Dios mío era la voz de mi padre. Levántate ya son las 8 de la mañana”.

Que había pasado la verdad me había quedado dormida pensando en si llevar o no el video, eran las 8 de la mañana del sábado, todo había sido un sueño muy mojado…, estaba completamente mojada, mis sabanas estaban empapadas, menos mal que papá no se dio cuenta. Pasamos la mañana juntos, mi padre y yo ayudándole en las tareas de la casa y el jardín, y ya por la tarde hice que se cumpliera mi sueño, salvo que el video lo llevé yo, hicimos casi lo mismo e igual que en mi fantasía, incluso lo de la miel en su verga, la diferencia es que nos quedamos dormidos en su cama con el sabor de su masculinidad en mis papilas gustativas, aunque aún no he logrado que me guste del todo. 
Otra cosa que ocurrió de verdad es que claro, cuando se levantó también me bombeó por el culo…, unos 25 minutos y se corrió dentro de mi adolorido ano chiquito en dos ocasiones, lo cierto es que menos mal que el lunes no había clase, ya que el dolor que sentía en mi culo era insoportable. Imagínense si el mostrenco dolía por la vagina, soportar esa tranca por mi sufrido anito era demencial. Tuve que regalarle mi panti, porque era lo único que tenía puesto y estaba lleno de lefa y fluidos de mis orgasmos…

Al tiempo me decía que aún se masturba con ellos cada vez que me recuerda. Luego me acompañó a la fiesta de promoción con mis compañeros y amigos del instituto, donde por supuesto llegamos separados, ya que yo fui a ponerme otra faldita y dejar el video. En la fiesta, cuando él podía y no habían moscones a mi alrededor, mirones o curiosos mirándonos, le daba por sobarme el culo, lo que yo agradecía pegándome más a su mano. Después de esta experiencia mis notas mejoraron en bachiller, tan necesarias para obtener una buena posición en la carrera de Biomedicina…,por lo que le dije a Alberto que ya no iría a sus sesiones, pero que podía visitarlo de vez en cuando….Claro no es que sea feminista, pero el hombre propone y la mujer es la que dispone, o no chicas, así que ¡Arriba las chicas! Y seguro que los machistas dirán sí, pero encima los hombres, o no…, en fin la posición no importa siempre que se obtenga placer mutuo. La sorpresa me vino al final de curso, con todo aprobado y la selectividad en ciernes se precipitó lo inesperado, tras sacar una de las mejores notas que me daban para ingresar en el biomedicina a las primeras de cambio, mi regla se retiró…, ya llevaba una semana y media con el retraso, pero finalmente no se confirmó mi preñez.




Follada y preñada por mi padre. De las diferentes sesiones de sexo continuado que tuvimos Alberto y yo hasta casi final de curso, una de sus cuantiosas corridas me dejaron un recuerdo imborrable por el susto de mi retraso, estremecida le conté una aventura inventada en una fiesta de fin de curso en la que se me fue la mano con el alcohol e hice una tontería acostándome con un chico del instituto de uno de los ciclos formativos y en el asiento trasero de su cochenos dimos un revolcón…. Aquello saltó las alertas de mi padre de que ya no era una niña. Esa misma tarde compró un test de embarazo…resultó negativo pero gané algo muy positivo, la compresión de mi padre y dedicar más tiempo a su hija…, especialmente los fines de semana…, también me ayudé de una amenaza que no pensaba cumplir, cuando a mis 12 años lo pillé follándose a mi prima Gabriela dos años mayor que yo. Hola, soy Victoria, Vicky para los amigos y familiares, tengo 19 años y quiero contarles la parte más importante de mi vida. Todo comenzó en mi pubertad, empecé a ver a mi padre más de lo que es, mi padre…, lo empezaba a ver como un amigo y como hombre, pero no fue hasta los 16 años cuando todo se desbocó entre nosotros dos…, entre tanto tuve mis experiencias, siempre con hombres mayores de confianza que se parecieran a mi padre y pudiera sacar provecho de ellos, dígase de paso.

Mis padres se casaron siendo jóvenes, y con 23 ya me tenían en brazos, pero hace más de cinco años que mi madre nos dejó por una enfermedad grave y mi padre nunca más se casó, tuvo novias pero no cuajaron, yo creo que todo esto se debe a que mi padre siempre fue muy cercano a mí, me daba la confianza necesaria para contarle cosas privadas sin temor a casi nada, y digo casi nada porque cuando ya sentía más que el amor paterno-filial, sentía mariposas estando junto a él…,le confesé estar enamorada de alguien, y éste al preguntarme el quien, no le respondí, solo le dije que era inalcanzable para mí y que no quería decírselo…, ya no estaban ninguno de los tres amantes que tuve en secundaria, pero pronto descubriría que tampoco me harían falta. Tras el susto y confesión de mi retraso menstrual a mi padre nos habíamos unido mucho más y las armas de seducción afloraron de manera innata en mí, frente al macho de casa, la experiencia trabajándome a Alberto y haberme tirado a Fernando y Mauro en el curso anterior me daba mucha solera con los maduros…. Vamos a dicha edad yo ya sabía hacer cualquier cosa en el sexo, cierto que desde hacía poco, pues no pasaban más de 15 meses desde que perdí mi virginidad con mi profe Fernando, aprender mucho más con Mauro… y consolidar lo aprendido con Alberto, entre uno y otro, me daba mis propios momentos íntimos pensando en mi padre con cualquier dispositivo fálico que encontrase por casa.

Papá siempre fue muy apuesto, ya que hacía deporte el fin de semana. Pese a todo nuestra relación era un tanto distante debido a su empleo…, el trabajo de más de diez horas nos impedía estar más tiempo juntos, así que para verlo tenía que esperar a altas horas de la noche para estar un poco con él unas pocas horas antes de dormir…, pero a pesar de la distancia temporal, nos fuimos uniendo más, dado que solo nos teníamos a nosotros y esas horas eran muy intensas desde este verano que confesé no ser virgen y andar por ahí con chicos…. Los fines de semana libres solíamos ir de paseo a la playa o al campo, de cines, o simplemente ver pelis en casa muy juntitos arropados en el sofá o la cama…, hablamos de nosotros y de lo ocurrido durante la  durante la semana, y sobre todo reírnos, reírnos mucho. Esos días de asueto eran para mí el paraíso al estar junto a él. Me enseñaba cosas de la vida, todo aquello que los profes del instituto se saltaban por no ser importantes…
Me di cuenta que el mejor profesor hasta ese día era mi padre… El jueves siguiente a mi cumpleaños, me llama mi padre para decirme que para celebrarlo, debido a que no pudo asistir, el viernes llevara ropa especial para cenar en el restaurante que tanto me gusta. Así fue que preparé mis cosas el viernes a la mañana, y me pase el resto del día impaciente. Al llegar me duché a conciencia, y me coloqué un vestido azul de una pieza sin mangas, con un poco de escote y media espalda, y abajo a medio muslo…, ajustado. Como no quería que se notara mi ropa interior me coloqué un tanga de encajes negro muy fino, y sin sujetador. En la cena estuvimos hablando de todo, bebimos vino… bueno mi padre, yo solo bebí un par de copas de espumoso, y como quería beber un poco más, nos marchamos a casa…cuando estoy en casa con mi padre bebo un poco de alcohol con el permiso de él, de manera más moderada…, pero esta vez sería distinto, ya que por celebrar mis diecisiete primaveras,  al llegar al piso, mi padre preparo unos Gin tonic y seguimos hablando sentados al sofá. Así sentados me surge la curiosidad, y con un poco de ayuda del alcohol…

Le pregunto… -“¡¿Cómo los haces para… mmm, ya sabes?!” Aprovechando la mezcla de confianza y alcohol.

-“¿A qué te refieres?”

-“Pues ya sabes, a si hay alguna chica en tus ratos libres”.

-“¡¡ ¿Alguna mujer?!! No hija, solo tengo cabeza para atender a una mujercita”. Roja de la vergüenza sin saber que decir, solo atiné a acercarme más a él, a aferrarme a su brazo. Y el continúa añadiendo…

-“Tú me haces muy feliz, me acompañas y me has dado más de lo que crees, contigo es como si estuviese con cientos de mujeres a la vez”.

-“¡¡Pero papa conmigo no tienes sexo!!” Le dije risueña.

-“¡Ah! Si te refieres a eso, pues mira, no hay ninguna, aunque a veces se echa en falta un buen meneo que te alegre el cuerpo…”.

-“¡¡Pobrecito mi papaíto bonito que no tiene con quien desahogarse!!”

Le digo riendo mientras lo colmo de besitos de esos juguetones por toda la cara. Y como podrán saber a estas alturas de la noche el efecto del alcohol ya se hacía más que evidente…, y en uno de esos besos termino en un fortuito beso en sus labios, ante esto nos separamos para ver nuestras caras unos instantes como procesando lo sucedido. Sin el menor recato volvimos a acercarnos para darnos otro tierno beso un poco más largo, sin lengua en un principio. Los besos fueron cada vez a más en intensidad, que pasaron de ser tímidos a ser con lengua y cada vez más cargados de lujuria. Mientras nuestras manos no paraban quietas, tocándonos por sobre nuestras ropas. De pronto sus manos pasaron a tocar mis muslos cubiertos por mi vestido, y subir hasta llegar a la parte alta de los mismos…, mientras que con la otra mano me acariciaba la cara y sujetaba mi cuello. Así mismo yo le abría la camisa y me encontraba acariciando su pecho casi uniforme en planitud con su barriga. En un momento dado me subo a horcajadas sobre él mientras le sigo besando, a la vez que me comienza a acariciar el culo con una mano casi directamente, ya que en esa posición se me había subido el vestido por encima de la cintura quedando a modo de cinturón dejando el culo al aire solo cubierto por mis braguitas de encajes…, mientras que con la otra mano comienza a desabrochar mi vestido por la cremallera de detrás del mismo.

Estando en esta posición podía sentir como mi padre comenzaba a tener una erección fantástica, con la cual podía intuir un buen cipote del que disfrutar de aquel macho, era tan duro y majestuoso que se sentía a través de su pantalón y mis bragas. El badajo dejaba notar hasta el muslo de mi progenitor, aquella debía de ser una polla de caballo…. Ya una de sus manos me tocaba libremente mi trasero por debajo de mi ropa interior, pasando sus dedos por mi ano y la entrada de mi vagina, y la otra ya me había liberado de la parte superior del vestido. Lo ayudaba a desprenderme del mismo dejando mis tetas al aire, a placer de su vista…, como un glotón se lanzó sin tardar en cubrirlas con su boca y lengua, mientras yo gemía resoplando de placer ¡La lujuria se apoderaba de nuestros cuerpos de forma acelerada e incontenible! De esta manera estuvimos hasta que me puse en pie delante de él para bajarme el vestido y las bragas, las cuales mostraba la más que una evidente humedad cuantiosa de mi chochito ardiente, mientras él me miraba embobado como si nunca hubiese visto a una mujer desnuda, su necesidad era más que evidente y necesaria, así es que me agaché entre sus piernas, le desabroché el pantalón con toda la soltura que los nervios me disponían, y metiendo mi mano saqué su polla a duras penas por lo mazacote que era, por fin disponía del pollón que me engendró, esa verga que tantas veces me había imaginado como sería, pero ahora la tenía frente a mí real, viva y tiesa cual garrote.

La polla, o mejor decir el pollón de mi madre se percibía grande con muchas venas, se veía muy apetecible, me parecía una polla preciosa en su anatomía con una curva perfecta y con un glande brillante con el prepucio remangado, en donde se diferenciaba el color de la punta de color rosado y el resto del tronco hasta los huevos de piel oscura. Estos huevos que le colgaban también me impresionaron sobremanera, debían de ser de un tamaño similar a dos brevas, por la forma y lo negros que los tenía, eso sí, casi sin pelo, todo ello me animaban a sobárselos y hasta lamerlos. Excitada como estaba y sin pensar quien era el dueño de semejantes genitales, sin más lo cogí por la base y comencé a lamerlo de abajo hacia arriba, para acabar metiéndomelo por completo en la boca dando lo mejor de mí. Ya había aprendido a no tener arcadas cuando el capullo me atoraba al galillo gracias a Fernando y Mauro, mi experiencia debía de asombrar a mi padre… pero más que enfadarse con ello, parecía que se alegraba de ser buena felatriz. Le comía el glande lengüeteando su orificio por donde un día expelió la leche que me engendró, viendo en su cara la satisfacción del hecho, después bajaba lamiendo todo el interminable tronco venoso hasta llegar a sus ciclópeos huevos que lamía y me tragaba uno a uno cual caramelos, haciéndolo con succiones nada dolorosas para su placer.

Una vez me entretenía en sus pelotas ensalivándolas a conciencia, volvía tronco arriba a engullirme todo el falo paterno en una mamada frenética de puro desgaste…, le daba tan rápido y presionando con mis labios que le iba a sacar brillo especular…. Lamía, chupaba y succionaba el gran trozo de carne trémula de mi padre tratando de meter ese sabroso trozo ardiente que parecía un volcán a punto de hacer erupción en lo más profundo de mi garganta… ¡Qué lástima que mi padre halla desperdiciado tanto tiempo con tan buena verga! Y mientras terminaba de pensar aquello, mi padre me coge la cabeza con sus manos realizando unos rápidos y seguidos movimiento de cópula signo identificativo de su inminente corrida, me dejo hacer esperando su venida justo cuando comienza a eyacular prácticamente en mi garganta, casi obligándome a tragar su abundante corrida, cosa que hice gustosamente una vez atorada de lefa espesa. Aquella leche debía de llevar mucho tiempo expectante en sus gónadas, pues no solo era copioso, sino que su sabor intenso denotaba la carga de testosterona que llevaba. Cuando hubo acabado, y yo terminado de limpiar su polla…, se levanta y sin mediar palabra me coge en volandas, yo con las piernas entrelazadas a su cintura y aferrada a su cuello besándonos sin importarle que le transfiriera el sabor de su propio semen.

Me lleva por el piso de esta manera hasta la habitación, donde me deja en la cama con mi cintura al ras del borde, con mis piernas abierta, completamente despatarrada…, y sin decir nada, se sumerge en mi vagina primero lamiendo mis labios vaginales, separándolos con su lengua para llegar a mi clítoris, lamiéndolo, succionándolo, y estimulando la entrada del coño y mi ano con sus dedos. Yo me sentía en la gloria, me estaba llegando al precipicio de la locura… ¡No hacía más que gemir! resoplar de placer. Con semejante comida de conejo no tarde en correrme como una posesa haciéndole saber mi venida con mis dedos enredados en sus cabellos y con un sonoro grito ahogado. 
Eyaculé unos chorritos de flujo vaginal que mi padre no reparó en tragarse sin el menor menoscabo de su masculinidad, más bien el cipote me pareció mucho más hermoso desde esa perspectiva de sometimiento femenino, la sumisión natural de toda hembra a su macho instantes antes de la cópula. Así despatarrada, recién tenido la corrida orgásmica de mi vida, plenamente atolondrada por la dopamina, y no habiendo acabado todo en ese momento, mi padre se pone encima de mí mientras nos desplazamos más al centro de la cama, a la par de que nos besamos degustando nuestros sabores íntimos. En ese momento siento su rabo inhiesto otra vez pidiendo más guerra…, de manera natural debido a su rigidez y mi posición buscando el acoplamiento con sus genitales, su gran nabo queda colocado en la entrada de mi coño. Con un suave vaivén de cadera me comienza a introducir su glande pero se detiene y me mira a los ojos como pidiendo mi aprobación, a lo que le digo…

-“¡Adelante papi, fóllame, lo estoy deseando, hazme el amor y conviérteme en tu mujer!”

Y una vez dicho esto empezó a penetrarme lentamente y sin pausa sin detenerse hasta que no pudo entrar más, sentía como se habría paso a través de mi vagina expandiendo mis paredes, abriéndome la entrañas sentía como me llenaba el coño de su carne, mi corazón de gozo y mi ánimo de esperanza de amarlo para siempre. No era solo un sentimiento carnal si no más allá… en el alma. Cuando todo el trozo de pollón queda alojado en mi chocho hasta el mismo vientre, noto como sus pelotas quedan atrapadas entre su entrepierna y mis labios vaginales, firmemente presionados, así espera unos segundos disfrutando de la incursión dejando que mi útero se acomode al mostrenco de su falo…, pero en ese momento mi padre empieza a moverse, se movía de manera lenta pero con fuerza hincando el ariete en mi estómago, ¡¡Ambos disfrutando de cada envite!! Así estuvimos largo rato, hasta que cambiamos de posición para colocarme sobre él…de esta manera podía cabalgarlo a mi ritmo…, de esta manera podía introducir su cipote a conciencia masajeándole las tremendas pelotas que aun llevaban buena parte de su carga seminal. 
Me dejaba caer sobre sus huevos duros empalándome todo el tronco, así lo podía sentir en lo más profundo de mí, sintiendo un molesto tope en el interior de mi coño pero a la vez era una placentera molestia al golpear en la pared vaginal y más allá. Mis días de natación me daban una fortaleza en la piernas que hacía que la follada fluyera enérgica y placentera a un ritmo delirante…, subía y bajaba sobre ese vergazo, ese pollón que me estaba dando un placer sin igual, lo hacía como haciendo sentadillas para luego con el bálano totalmente en mi interior hacer círculos con mis caderas, para combinar con movimientos de adelante hacia atrás. Debía pensar que su hija era una autentica zorra, una puta hecha y derecha por lo bien que se lo estaba follando, pero ya daba igual, o lo hacía bien o no lo hacías…. Después de estar en esta posición volvimos a cambiarnos para volver a como el principio….

… Y luego de unos minutos sin parar de meter sacar me sentía el coño ardiendo del roce tan bestial que su grosor me proporcionaba en mi coño…, estaba punto de correrme, mi padre me comienza a decir que estaba a punto de correrse también, no hacía falta que lo comunicara verbalmente, su cuerpo no evidenciaba…, a lo que le dije casi implorando entre jadeos…

-“¡Yo también papá! ¡¡Córrete conmigo, corrámonos juntos!!”

-“¡¡Mi niña me corro!!”

-“¡Córrete conmigo… córrete dentro de mi amor mío!”

-“¡¡Pero… mi vida puedo preñarte…!”

-“No te preocupes papi… hazlo. No me vas a dejar preñada…, Y si ocurre no me importa darte un hijo…”, e dije mientras enredaba mis piernas en su espalda.

A lo que mi padre y yo nos corrimos casi al unísono, siendo él el primero, y yo segunda sintiendo como se corría dentro de mi interior, llenando cada rincón de mi ser. Percibí cada chorro de leche inundar mis entrañas, sus jadeos, sus convulsiones dentro de mi coño se hacían sentir entre mis sensibles paredes vaginales…, aquella dureza expeliendo semejante cantidad de leche en los más hondo de mi útero me rehacía como mujer y hembra, como ser engendrador de vida… como lo que somos las mujeres, las engendradoras de la civilización humana, un germen que mi propio padre me estaba regando con su fértil semilla viril. 
Al sentir los lechazos atorarme, me provocaron la explosión de mi orgasmo, unos de los mejores, teniendo el badajo de papá en mis entrañas eyaculando sin parar. Una vez acabado tras un minuto de tensión orgásmica, y ambos reponiendo un poco el aliento y con mi padre aún sobre mí sintiendo su peso, su aliento en mi cuello y su masculino olor a macho…, levanta su cabeza para mirarme con los ojos más brillantes de lo usual y me dice…

-“¡Te quiero mi hermosa niña, pero…!” Entonces es cuando le interrumpo…

-“Tranquilo papá, te amo y siempre te he amado…no tienes que disculparte de nada, ni decir nada más. Ahora tengo tu semen dentro de mí como tanto había deseado…”, entonces él me dice…

-“Yo también estuve esperando este momento desde hace tiempo, llevaba meses o años que sentía algo especial por ti pero no estaba seguro de lo que era y si lo estaba…”.

-“shhh, tranquilo papá ya está”, le interrumpo y le beso con un beso tierno y cargado de amor por parte de ambos.

Un instante después se quita de encima de mí para ir al baño a asearse, percibo como su rabo aún engrandecido se iba desalojando de su ajustada funda, y la que ahora sería su morada por los tiempos. Y mientras estaba de camino al baño, noto escurrir el esperma sobrante de mi padre por entre mis piernas, las mismas que me temblaban por lo sucedido. Ya en la cama, al acostarme con mi padre, éste me abraza por detrás y así quedarnos dormidos hasta el sábado como a eso del mediodía. A partir de ese momento cada fin de semana era para mí, el no va más, dado que durante los días laborables el pobre llegaba agotado del trabajo, pero los fines de semana me lo tiraba sin pensármelo dos veces… su fortaleza me la hacía sentir en cada embate. Comenzamos a comportarnos como una pareja…, íbamos a todos lados de la mano y dándonos evidentes señales de afecto, como si fuésemos niños. En casa las cosas se colmaban llegando a extremos donde nunca pensé se podría llegar con un padre en cuestiones de sexo…llegando a experimentar el sexo anal satisfactoriamente. 
Todo siguió así hasta que una discusión con mi padre acabó con el sueño…, terminó marchándome a casa de una amiga un par de días… La reconciliación con unos pendientes de oro y un viaje a los pirineos acabó por consolidarnos como una pareja cualquiera que salvo la evidente diferencia de edad, no difería de cualquier otra. En ese tiempo mi padre pidió un traslado en su empleo a otra delegación lo más alejada de la que estaba, para aprovechar de irnos juntos sin temor a encontrarnos con ningún conocido que pudiese hablar mal.

Una vez que nos establecimos en nuestro nuevo hogar, y pasados un par de meses….decidimos materializar, con mucha ilusión, nuestro amor formando una familia con un hijo, solo que él no lo esperaba tan pronto, solo pensaba en ello a futuro. Después de unos meses, en los que cada vez que teníamos sexo terminaba colmando mi útero de su semilla…, cada encuentro se me hizo más excitante que el anterior por el hecho de traer al mundo un niño producto de nuestro amor, mi padre prácticamente acababa siempre dentro de mí, y al final dio su fruto… ¡íbamos a ser padres! Con mucha alegría e ilusión por mi parte y un sobresalto por el suyo. No obstante el sexo no disminuyó en lo más mínimo, y fue realmente excitante ver crecer mi barriga en conjunto con mis tetas y pezones…, aparte de ser muy morboso el hecho de ver cómo se mueven en pleno acto sexual, que a medida que avanzaba mi estado de gestación, me sentía más caliente y con más ganas de follar, me mojaba con poco de estímulo que recibía y mis orgasmos eran más profundos y prolongados, lo que hacía que nuestros encuentros fueran muy fogosos. En fin, tuvimos sexo hasta casi los 8 meses y medio, tiempo que por precaución dejamos de practicar la penetración vaginal, y pasamos a practicar completamente el sexo oral y sobre todo el sexo anal. Al salir de cuentas, tuvimos un hermoso y sano niño, el cual fue la complementación perfecta de mi persona…, ahora si me podía sentir y decir que estaba completa….




…En esos momentos estaba disfrutando el placer sexual más intenso de toda mi vida, como siempre desde hacía dos años, tengo encuentros sexuales completos con Victoria, esa atrevida jovencita de apenas 18 años de edad que ha dejado de ser una niña para convertirse en hembra. Nuestra diferencia de 20 años y copular como salvajes no impide que nos amemos…, no eran tiempos de reflexión sino de goce. Esa tarde practicábamos el sexo oral en un clásico 69, ambos recostados sobre la cama en sentido inverso, mi rostro metido entre sus encantadores muslos chupando a rabiar su delicada hendidura vaginal, y tragando sus pródigos flujos vaginales, ella succionando mi falo erecto a su máxima expresión y con una de sus manecitas acariciándome los testículos…, la audaz adolescente tenía ya suficiente experiencia para poder meter la totalidad de mi miembro viril en su boca haciéndolo llegar a su garganta, en tanto yo producía un continuo vaivén de mi verga en la boca de la joven hembra cual si me la estuviera follando. En tanto Victoria movía su cadera vertiginosamente llevada por la lujuria que experimentaba con mi lengua dentro de su cavidad vaginal y los chupetones que le prodigaba en su juvenil clítoris, haciéndola derramarse en mi boca, era momento de "visitar" su estrecha rajita….

Le pedí que se montara sobre mí, lo hizo colocando ella misma mi verga entre sus tiernos labios vaginales y sentándose lentamente sobre mi cipote a modo de amazona…, poco a poco iba perdiéndose en las entrañas del encantador cuerpo de la candente pubescente hasta que mi vientre tocó sus ingles, contacto indicativo que todo mi polla estaba dentro del fascinante cuerpecito de mi bella dama, quien movía su suculenta cadera en forma circular simultáneamente con vaivenes de arriba hacia abajo con inusitada destreza para una mujer de su escasa edad e inclinaba su torso para que pudiera chupar sus hermosas tetas y pezones prematuramente desarrollados por su preñez a los 16 años,  mientras yo me asía de sus consistentes nalgas, amplias y redondeadas dignas de una hembra bien hecha. Mientras Victoria me "cabalgaba", e irreprimiblemente mi mano buscaba entre sus deliciosas nalgas el sabroso culito para meter mi dedo medio en el apretado orificio, ante el goce de la encendida chiquilla que me permitía cualquier cosa que le produjera placer. Varios minutos después la admirable niña se convulsionaba al llegarle el deleitoso orgasmo que exteriorizaba…

…con sonoros jadeos y palabras entrecortadas inaudibles, bañando mi verga con el néctar de su vulva. Cinco días sin desahogarnos abocaron a un encuentro demencialmente lascivo, más teniendo en cuenta que el bebé dormía como un bendito y teníamos por fin todo el tiempo para nosotros. La pobre chiquilla se corrió con apenas cinco minutos de largos pollazos en los que se calaba todo el bálano hasta la raíz de mis huevos con total despreocupación…, sus convulsiones y ostentosa corrida me sobreexcitaron de tal manera no pude reprimirme y unos minutos después ya no era dueño de mis impulsos…como siempre le avisé de estar a punto de la eyaculación…, al oírlo me miró rabiosa pegando un sentón para empalarse presa de la lujuria… el coño de la jovencita se tragó todo mi mazo dejándome deslechar en sus entrañas todos y cada uno de mis chorros de leche espesa lanzada por mi verga…, durante medio minuto la colmé de lefa al extremo de no poder acoger toda dentro, se percibía febril inseminándola. Nos quedamos inmóviles por unos instantes ella sobre mí atravesada por el falo flamante del macho con el que tanto deseaba copular a diario… su útero quedó plenamente inseminado hasta que Victoria se levantó y desnuda, escurriéndole mi semen por su vulva se metió en el aseo.

Hacía ya dos años que estaba disfrutando del juvenil cuerpo de mi pequeña Victoria, sí mi propia hija, la única que habíamos concebido su madre y yo, una niña que fue el motivo precipitado del matrimonio con su madre cuando apenas teníamos edad para enfrentarnos a la realidad de ser padres a los 23 años de edad… en aquel momento nadie hubiera siquiera remotamente imaginado que 18 años después me la estaría follando del mismo modo que lo hacía con su madre, a espaldas de la sociedad represora por supuesto. Aunque asumo la responsabilidad que tengo en el hecho, también es conveniente decir que fui seducido por la chiquilla ante el descubrimiento de sus relaciones sexuales de manera compulsiva y arbitraria que tan mal susto me dio con su retraso menstrual, una confesión nos llevó a otras mostrando una complicidad mutua al recordarle cuando tuve aquel desliz cuando vivía su madre por culpa del alcohol, con su prima de la misma edad y que es sobrina directa de mi esposa.

Resulta que, desde que era joven cuando tomo unas cuantas copas de licor se me acrecienta la libido, y en ocasión de una fiesta que ofrecimos en casa, asistió Gabriela, la sobrina de mi esposa, en compañía de sus padres, durante la fiesta corrieron más de cuatro cacharros, y como siempre me puse cachondo…, la chiquilla aparenta tener más edad de la que realmente tiene y vestía una faldita de tela vaporosa mostrando generosamente sus encantos, lo que hizo que me fijara en ella antojándoseme su bien dotado cuerpo, la cría se dio cuenta y preciaba disfrutando en mi perturbación mostrándome sus sensuales braguitas a cada oportunidad, lo que me tenía con la verga bien dura…. Ya entrada la noche ella misma me sacó a bailar pegándose descaradamente su vientre contra mi endurecido falo y sus desarrolladas tetas en mi pecho, con el alcohol ingerido no medí las consecuencias y yo también frotaba mis genitales en su juvenil y apetitoso cuerpo, ella en el colmo de la provocación se acercaba a mi oído preguntándome que si ella me gustaba, a lo que contestaba afirmativamente, y ella coqueta me decía…

-“Tú también me atraes mucho tío…”, lo que me ponía más caliente a cada momento.

Recibí una llamada al móvil y me retiré al estudio a contestar, poco antes de colgar entró Gabriela quien sin ningún recato se sentó en mis piernas besándome en los labios, presa de la lujuria le correspondí mientras le acariciaba sus portentosos muslos, llegué a su palpitante vulva y en un arranque de inconsciencia le quité las bragas masajeado su hendidura adolescente. La chica insistió en que le enseñara mi erguida verga y así lo hice…, la caliente niña se lanzó a pajearme y tras cuatro sobadas a todo lo largo del cipote, la empezó a chupar por mi glande y lamiendo el tallo, en tanto yo le acariciaba las tetas de pezones puntiagudos, que ya le había quitado la blusa y el sostén. Con una mano o con las dos se comía el falo, lamía el tronco para llegar a los huevos y allí se entretenía lamiendo y chupando uno a uno las bolas sin dejar de machacarme la polla…, parecía entender de la materia pues enseguida se acoplaban sus labios a mi glande engulléndose todo el vergazo hasta el galillo. De esta manera continua dándole gusto a todo el majar disponible para ella hasta que  llegó el momento en que me "corría", le avisé pero ella no cejaba de mamarme la verga cerrando su boca en un apriete enérgico a fin de no dejar escapar una sola gota como insistiendo ella en que lo hiciera en su boca.

Finalmente me dejé llevar por el gozo y sentí la eyaculación más pertinaz de mi vida soltando chorros de lefa en la garganta de la chiquilla bien avenida a tragarse todo mi esperma…, incluso me enseñó lo limpia que había quedado su boquita tras gestionar toda la leche vaciada directamente desde mis cojones. Satisfecho de mi fechoría volvimos a la fiesta, creí que ahí habría quedado todo, pero no supe que Gabriela había pedido a sus padres que la dejaran pasar la noche en mi casa en compañía de mi hija Victoria, lo que aceptaron y en mi embriaguez no me enteré. Al día siguiente amanecí con una resaca "cruda" de órdago, y con las hormonas alborotadas como siempre que me alcoholizo, bajé a la cocina para buscar un trago de agua fresca o una cerveza para contrarrestar los efectos de la resaca, solo encontré latas de “Estrella de Levante”, estaba bebiendo la cerveza cuando inesperadamente apareció Gabriela enfundada en una bata corta, que le facilitó mi hija, que dejaba al descubierto más de la mitad de sus preciosos muslos. 
Tras la agradable sorpresa de encontrarme con ella, instantáneamente la verga se me endureció como pocas veces a esas horas de la mañana…, la chiquilla se acercó a mí y sin decir palabra me besó en la boca con un beso húmedo y lascivo como ninguno, y abriéndome la bata que yo llevaba encima se entretuvo acariciándome el falo, Gabriela se desabrochó su bata mostrando que se hallaba completamente desnuda. No reproduzco los detalles por no ser el tema central de este relato, pero ahí mismo en la cocina me la forniqué confiado en que a esa hora mi esposa e hija estarían aun durmiendo, al momento de "correrme" la chica pidió que, como el día anterior, lo hiciera en su boca ya que decía le había encantado el sabor de mi esperma y así lo hice, cuando el último chorro de semen cayó en la boca de Gabriela volteé a la puerta de entrada y ahí estaba mi hija Victoria mirándonos, su rostro no reflejaba demasiada sorpresa y sí una sonrisa un tanto perversa, sin decir palabra dio media vuelta y se retiró….

La resaca se me acrecentó ya que no solo era la física sino ahora también la moral. Durante el día traté de evitar la presencia de ambas adolescentes, estaba temeroso de la reacción de Victoria y más aun de la de mi esposa si se llegara a enterar, pensé que con alguna cantidad de dinero o quizá un viaje de fin de semana ayudaría a compras el silencio de mi hija por lo que había visto, pero nunca imaginé lo que mi querida hija me pediría por su silencio…. Lo que ella me pidió  NO se lo podía dar, así que le permití empezar a salir de fiesta, una mayor paga semanal y otras muchas concesiones que ella me solicitaba, a pesar de negativas de su madre. A los cinco meses un cáncer fulminante se llevó a Rosa y me quedé solo con mi hija…, tras un par de meses de duelo ella continuo con su chantaje emocional, hasta hacerse habitual dado que no podía controlarla con mis 10 horas de trabajo diarias… Iban pasando los años, los cursos los superaba con muy buenas notas y muy buenas referencias de su estudios y logros por pararte de sus profesores.

Todo aquel percance con su prima Gabriela se diluyó en el tiempo, o eso al menos creía yo cuando llegó aquel verano en los que la Vicky ya no era tan niña… todo cambió cuando me comentó lo de su retraso menstrual y sus relaciones con hombres mayores que se parecían a mí de su entorno cercano…. Cada día se acrecentaban las confidencias, y los roces con tocamientos se hicieron más continuos y evidentes hasta llegar a ser obscenos en alguna ocasión…. Nos dimos un beso cálido y lujurioso que cambió todas las cosas. Me aparté al cabo de unos segundos degustando su lengua voraz y me marché a la cama a descansar sin decir nada. 
Durante un par de días no pasó nada, como si nada hubiera sucedido, pensé que tal vez mi hija habría decidido no recordar el suceso y lo dejaría por la paz, pero notaba que cuando me miraba esbozaba una maliciosa sonrisa, hasta cierto punto acusadora, pero también noté al caminar delante de mí, contorneaba sensualmente su cuerpo de manera poco común, cuando se sentaba frente a mí permitía la ya de por sí reducida falda se le subiera más de lo que se puede considerar normal mostrándome premeditadamente sus arrebatadores muslos y al fondo de su entrepierna las pequeñas braguitas tipo tanga tan de moda ahora en las pubescentes, yo simulaba no darme cuenta de su invitante actitud. Esa misma noche, estando en el estudio, contra mis ruegos al cielo, Victoria hizo acto de presencia enfundada en su bata de noche y directamente tocó el tema diciéndome con tono de mordacidad…

-“Entonces con mi prima… ¿Te gustó como follaba Gabriela?” no supe que decir…

…las excusas preparadas para tal caso se me agolpaban en la boca sin permitirme verter una explicación medianamente aceptable, mi hija se acercó a mí sentándose en mis piernas, como acostumbraba desde muy niña, pero esta vez se notaba con diferentes intenciones, se hizo a un lado la bata descubriendo sus lindas piernas y sin darme oportunidad de hablar, que ni podía hacerlo, me atacó con otra pregunta y una contundente afirmación…

-“¿Gabriela folla bien…? Sabes papi, yo también sé hacerlo muy bien. Ya te dije que tengo experiencia con hombres maduros…, no me gustan los chiquillos ¡Para qué mentir!”

Acomodó sus nalgas en mi vientre procurando posarlas encima de mi masculinidad, de momento flácida…, como yo, asustado de lo sucedido y más aun de lo que estaba sucediendo en esos momentos. Intenté ponerme enérgico tratando de ponerla de pie y diciéndole que no era correcto lo que intentaba, que recordara que era su padre y no cualquier de esos maduritos con los que había andado….

No lo permitiría, pero mi pequeña cachonda con voz amenazante me advirtió, 
-“Seria muy penoso que la familia de mi madre se entere de lo que hiciste con mi prima, o que se sepa en tu trabajo…”.

Con creciente preocupación le pregunté qué era lo que quería para que las cosas no trascendieran, su respuesta me dejó helado…

-“¡Que me hagas lo mismo que a mi prima!”

Y segura de sí misma acomodó nuevamente sus nalgas sobre mi falo restregándolas sobre él para sentir bajo ellas mi virilidad al acecho. Acercando peligrosamente sus labios a los míos, retiré mi rostro y contundente dijo…

-“Bueno entonces mandaré un WhatsApp al grupo familiar…”,e hizo el amago de ponerse de pie.

Me sentí atrapado y la atraje nuevamente a mí, ella sabía que me tenía en sus manos, descubrió nuevamente sus hermosos muslos y tomando una de mis manos la puso sobre sus piernas diciéndome…

-“¡Acaríciame!”

Obediente pasaba mi mano sobre la tersa piel de sus muslos, en tanto ella abrió la bata por la parte de arriba dejando al descubierto sus hermosas tetas, no llevaba sostén…

-“¡¿Te gustan?!”

Me preguntaba con voz sensual, sin esperar respuesta me subió la mano de sus piernas a sus pequeñas pero firmes tetas, las que acariciaba ya con morbo, mi verga empezó a "despertar" endureciéndose bajo el culito de mi hija, Victoria movía su cadera al sentir el bulto de mi falo y decía…

-“¡Que rico, siento como se te está poniendo dura…!”

Súbitamente Victoria se puso en pie deshaciéndose de la bata para quedar solo en las minúsculas braguitas tipo tanga que portaba y sobre las sandalias planas que calzaba, se retiró algunos pasos para lucir su cuerpo ante mi mórbida mirada, se puede decir que "modelaba" su rico cuerpecito en todos los ángulos y poses sensuales posibles….Me era inevitable la tremenda erección que su juvenil y tentadora figura provocaban en mi falo, su mirada retadora y su lengua que constantemente pasaba por sus sensuales labios me estaban volviendo loco de lujuria haciéndome olvidar que la ardiente adolescente era mi hija, ya deseaba disfrutar de su cuerpo como lo hacía con Gabriela. Nuevamente se acercó a mí inclinándose, atrevidamente me acomodó la verga apuntando hacia mi ombligo y dándome la espalda, metida entre mis piernas, se sentó en mi mástil, colocándose de tal manera que mi mazo quedó justo en la separación de sus adorables nalgas, tomó mis manos y las colocó en sus voluptuosas tetas respingonas de pezones puntiagudos, hinchados y tersos. Sacaba la cadera y se arremolinaba frotando su culo contra mi miembro viril, en tanto yo acariciaba con desmedida pasión sus juveniles ubres, sintiendo que en cualquier momento podía eyacular sin poder evitarlo. Ella solo se concretada a repetir con voz sensual…

-“¡Acaricia mi cuerpo Papi, disfrútame y hazme gozar!”

Yo obediente, impactado y excitado como nunca, lo hacía sin pensar en las consecuencias….Luego se levantó y empezó a bajarse las braguitas, pero interrumpió el viaje descendente del diminuto tanga para decirme que fuera yo quien continuara quitándoselos, mientras ella se empinaba tomándose las rodillas con sus manos. Entusiasmado le bajé el tanga quitándoselo por completo, ella seguía en la misma pose por lo que entendí que deseaba sentir mis labios en sus preciosas nalgas y me lancé a besuqueárselas, llevando mi lengua a la separación de sus inquietantes glúteos, pausadamente se los separé y metí mi boca entre ellos besándole su encantador culito lamiendo el ano que era un orificio perfectamente circular de un tono similar al resto de su piel casi invisible.

Mi dulce Victoria disfrutaba tanto como yo aquel besuqueo en la zona más íntima de su candente cuerpecito, en tanto, pasé una de mis manos por debajo de su culo y con un dedo le frotaba a lo largo de su vulva entre los labios vaginales, lo que en poco tiempo le produjo un largo e intenso orgasmo que le hacía mover su cadera con sorprendente habilidad y solo repetía… 
– ¡Qué bueno, lo siento muy bien Papi!
Y de su juvenil hendidura vaginal comenzó a brotar el néctar de su pasión con profusión, fluido que con mi lengua recogía para tragarlo con extremo deleite. Pasados los estertores del orgasmo mi pequeña hija estaba dispuesta a todo, se dio media vuelta y poniéndose de rodillas entre mis piernas, sacándome el endurecido falo y sin mayor trámite empezó a besar el glande previo remangar el prepucio para liberar el orondo capullo que tengo. Poco después a chupetearlo, besarlo y jugar con la punta de la lengua…poco a poco lo fue introduciendo en su boca lo más que pudo para mamarlo con pericia, se notaba que no era la primera vez que hacia una felación, ni el tamaño le era inédito. En tanto chupaba mi tronco venoso, con una de sus manecitas acariciaba mis huevos acrecentando el placer que me producía la rica chupada que me daba la cría. Queriendo prolongar más el deleite que mi hija me producía, separé su sensual boquita de mi verga, hecho que Victoria aprovechó para ponerse en pie y montarse en mis piernas de frente a mí, acercando sus tetas a mi boca para que se las chupase, algo que hice con devoción y locura, como si fuera el único alimento que me quedase en la vida… eso hacía cuando sentí que mi hija tomaba mi endurecida verga y la encaminaba a la entrada de su juvenil casi infantil coñito sentándose en ella, poco a poco mi falo empezó a entrar en su cavidad íntima, ayudado por los movimientos de cadera que mi nena ejecutaba en un perfecto ritmo de sube y baja. A cada sentón se colaba un poco más de rabo y pronto la totalidad de mi verga estaba en sus entrañas dejando solo mi huevos fuera de ella aplastados contra su chochito.

Me era imposible evitar lo que estaba sucediendo, la lujuria me impedía dejar de gozar el cuerpo de mi pequeña hija, ella lo disfrutaba al máximo y así me lo hacía saber con frases procaces con las que me alentaba a seguírmela follando sin raciocinio. El vaivén de mi mostrenco fibroso en la vagina de Victoria era interminable y un nuevo orgasmo hizo gritar de placer a mi niña bañando mi verga con sus deliciosos jugos vaginales que escurrían de sus ceñida vaginita mojando la vulva, sus ingles y mis testículos. Mi hija me susurró inesperadamente… 
– fóllame fuerte papá, quiero notar tus huevos golpeando en mi culo como dos bolas de acero y tu dura polla quiero que me eche un buen chorro de leche en lo más profundo de mi vagina húmeda.
Mi hija sabía cómo calentar a un hombre y hacer que le hierva la leche en su escroto tocando con sus dedos los huevos con su masaje delirante. Y así estuvimos con un mete saca endiablado, cuando se agotó se posó en la cama y se abrió bien de piernas para que tuviera el mejor acceso a su coño, se la volví a clavar y mi pelvis comenzó a hacer su trabajo zambullendo la tranca hasta donde me lo permitía la posición. Ella no se quería quedar sin su orgasmo y se masturbaba al tiempo que me amasaba las pelotas. Me noté la inminente corrida... Despacito.
-  Me voy a correr cariño.

Ella me contestó entre gemidos, – ¡lléname de leche! ¡Estoy deseándola! Me encanta saber que un macho a eyaculado por mí 
Cuando sintió el chorro que le estaba echando se abrazó a mí, me besaba y me mordía en el cuello del gusto que tenía al tiempo que percibí llegar el primer chorretón de lefa derramándosela en lo profundo de su coño…, le siguieron concatenados hasta cinco aldabonazos de espesa leche haciéndoselo notar con clavadas potentes, enterrando mi verga hasta la misma raíz dejando rebotar los huevos una y otra vez en su coño y perineo. Ya vaciados mis testículos me había entrelazado mi cuerpo con el suyo con sus piernas alrededor de mi cintura diciéndome…,
No me la saques mientras la tengas dura papi.
Cosa que podía durar un buen rato con la excitación que llevaba. Y así estuvimos cerca de cinco minutos besándonos y chupándonos la boca al tiempo que la inseminaba a conciencia. Sudados como labradores calientes como estufas, nuestra piel se quedaba pegada transfiriendo la transpiración mutua. Las bocas resecas nos llenaban las papilas gustativas, sintiendo su sabor y su olor a hembra, como nunca me había sentido con una mujer. La disfrutaba tanto como mi experiencia y mi fortaleza física me permitía.

Pasada una media hora de arrumacos y caricias la polla se me puso otra vez en orden de ataque y sin hacer preguntas me cabalgó metiéndose todo el cipote hasta desaparecer dentro de su coñito…, su agilidad y vitalidad le dieron para follar a su padre durante un cuarto de hora a todo tren para acabar en mi clímax. No pude resistir más y le advertí que estaba por eyacular, Victoria se desmontó de mí para hincarse y meter mi verga en sus linda boquita, mamando mi verga con singular destreza para una adolescente de su edad, mi hija no se detuvo y me empecé a "correr" en su galillo, Tragó las dos primeras emanaciones y a la tercer efusión de esperma sacó mi verga de entre sus labios, dirigiendo los chorros subsecuentes a su rostro y tetas en un salpicón enorme. Cuando mi falo dejó de expeler leche, Victoria aun se lo metió a la boca mamándomelo por unos momentos más. Quedé sentado sin pronunciar palabra y ella se levantó y contoneando procazmente su adorable cuerpecito se retiró sonriendo cínicamente con la carita bañada en esperma y al llegar a la puerta me miró lanzándome un beso y guiñándome un ojo como queriendo darme a entender que era solo el principio de esta "inmoral e incestuosa" relación. Tras el fornicio se aseó y volvió a la cama para dormir…,yo me quedé dormido como una piedra hasta casi el amanecer. Ya despierto me llegaron los remordimientos de conciencia de lo que había hecho, pero me consolaba considerando que tal vez sería peor si mi familia o en el trabajo se supiera lo sucedido con Gabriela. Todas mis preocupaciones se disiparon esa misma mañana cuando nos vimos en la cocina nos dimos un beso con una sonrisa de complicidad y de satisfacción…, y así la mayoría de los días.


Efectivamente lo sucedido con mi dulce Victoria esa noche era solo el principio, ya que se repetiría constantemente, casi a diario y no solo en casa por las noches sino que en ocasiones acudía a mi oficina y ahí mismo me la follaba o bien acudíamos a algún motel para disfrutar la incestuosa relación. Estrené su adorable y apretado culito enseñándole los placeres del sexo anal, que le encantó y pasó a formar parte integral de nuestras morbosas sesiones de sexo incestuoso. Nuestra inmoral relación se extendió al grado de que llegamos a formar trío con su prima Gabriela unos de esos días de vacaciones que pasábamos juntos en el pueblo… una cosa nos llevó a otra y finalmente me las encontré a las dos medio borrachas y muy calientes. No tuve el menor remordimiento de conciencia y me lancé a  follándomelas a las dos adolescentes conjuntamente, ya fuera en casa, o bien acudíamos a hoteles, incluso las llegué a llevar de viaje para gozar de sus juveniles cuerpecitos, nadie sospecharía de lo que éramos capaces llevados por la irresistible lujuria que se había apoderado de nosotros tres.

Ya han pasado tres años y la candente situación prevalece, para nuestro placer y disfrute. De momento solo me queda decir, esperamos mi segundo hijo, más bien hija porque es una niña (o eso es lo que dicen las ecografías). Aunque mi padre sea un papá maduro y veterano, no deja de ser un padre en todas sus letras, al cual amo con todo mí ser…y él a mí y así ha sido mi vida hasta la fecha. Mis atenciones como madre y esposa de mi padre no me han impedido estudiar y cuidar de mi hijo con su ayuda…, y lo mejor es que incluso preñada me folla como un semental como se puede ver en la foto aun preñada de cinco meses y estudiando me baja las bragas y se alivia sus congestionados cojones repletos de leche, vaciándolos en mi coño sin el menor recato…. No cabe la menor duda que es el mejor macho que ha entrado en mi coño y él sabe que su hija está disponible las 24 horas para satisfacerlo en todo…, y como se puede ver poco me cuesta ponerme mirando para cuenca. Espero no haberos aburrido con mis vivencias sexuales, antes, durante y después de estar preñada…, aún soy joven y mi padre proyecta preñarme otra vez. Un beso y gracias a todos por haberme leído.

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