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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Cuidados familiares 2/2

 

Él se levantó del sofá y me pidió que me saqué la ropa. Yo me la saqué con ayuda de mi madre y me quedé completamente desnuda. Él me abrió las piernas y empezó a practicarme sexo oral. Mi madre estaba sentada a mi lado y me sostenía la mano dándome confianza, me acariciaba la barriga, las tetas y me besaba tiernamente, incluso en la boca.

- Está muy sabrosa la nena, dijo mi padre.

- Nuestra nena es una delicia… ¡¡Creo que ya lo tiene muy bien lubricado…! ¡Vamos cariño, métesela a esta nena!! Dijo mi madre.

- De acuerdo. Vamos a por ello… ¡¡Quiero que mi hija goce como nunca!!

Primero empezó a rozar su verga completamente dura y curvada entre la raja abriéndome los finos labios de mi coño, llegaba al clítoris y lo frotaba con su glande, mi madre me chupaba los pezones y al cabo de un rato enfiló su cabezón en la entrada de mi coñito, luego lo introdujo solo hasta cubrir el glande y topar con el himen…, mi cuerpo se puso bastante tenso al sentir el tope en la tela que separaba la niñez de mi madurez.

- ¡Hazla mujer…! Replicó mi madre azuzando a su esposo.

Mi padre la sacó dejando la punta encajada en mi entrada y de un solo golpe la metió hasta el fondo rompiéndome la virginidad. Pensaba que iba a ser doloroso, pero para nada lo fue. Su estoque se iba abriendo pasó dentro de mí. Ya con su troco dentro, empezó a moverse primero lentamente de atrás hacia delante y luego de forma más acelerada a medida que la lubricación y la expansión de mi vagina lo permitían. Esa transición de lento a rápido hizo que el dolor disminuya hasta no sentir nada y empezar a sentir mucho placer.

Cuando él ya había empezado a moverse lentamente dentro de mío, mi madre me empezó a besar y así estuvimos hasta que el empezó a moverse más rápido.

Mi madre se mordía los labios mientras veía como su esposo me penetraba de forma salvaje. Luego él la agarró del cabello y después de retirar su polla de mi interior, hizo que se la chupara, acto seguido de aquella limpieza de verga, puso a mi madre a cuatro patas y ella se apostó para chuparme el coñito recién estrenado. Él se colocó detrás de ella, le subió la falda y le bajó las bragas empapadas… empezó a follársela como a una perra. Mi madre me practicaba sexo oral mientras era penetrada por detrás por su marido… mi padre.

- ¡¡Ahh ahh así, cabrón! Sigue así dándome duro….

- ¿Te gusta puta?

- Me encanta que me folles como a una perra.

Mi madre lo estaba disfrutando, yo lo estaba disfrutando y el también. Él luego se detuvo y se recostó en el sofá, mi madre dejo mi coño y empezó a chupársela.

- ¡Ven hija, no te quedes ahí!

Me levanté del sofá y me puso a un costado y ambas nos pusimos a chuparle la polla.

- ¡Súbete encima de tu padre, hija, antes que se corra! No queremos que su leche se desperdicie fuera.

Me coloque encima de él, mi madre acomodó su tranca en mi calenturiento coñito, y me dejé caer, enterrándome todo el cipote de mi padre en mis entrañas… empecé a cabalgar encima de él con la agilidad que caracteriza a una niña de esa edad, fuerte y ligera como era. Me movía hacia arriba y cuando caía golpeaba mi culo con sus bolas, unos golpes secos que él sincronizaba conmigo. <<En esos momentos pensaba lo agitada que debía de estar la leche que contenían sus huevos>> Mientras me movía, mi padre se agarraba las tetas que ya las tenía gordas por entonces, y mi madre cuando la polla se salía de lugar, se ponía a chuparla y luego la volvía a acomodar en mi raja, le apretaba los huevos a papá y él la clava a fondo de su hija, todo en una sincronía que pereciera estuviera ensayado.

- ¿Queréis mi leche, par de putitas…?

- Síiii, respondimos ambas.

- ¡Dásela primero a la nena! Es su desfloración y se merece el honor de que le llenes el útero de leche espesa.

Mi padre se agitó con mayor virulencia, su respiración era tan acentuada como la mía, mi corazón a mil como el suyo, ambos en perfecta concordancia sexual la clavó a fondo…. Comencé a notar los potentes chorros de leche que rellenaban mi más profunda vagina, tuvo un enésimo orgasmo al percibir la leche de un macho en mi intimidad. Orgullosa intentaba moverme apretando mi vagina alrededor de su verga, intentado ordeñársela como una buena hembra para papá. En esos momentos solo pensaba en que mis padres estuvieran orgullosos de que yo fuese digna hija de ellos….  Tras unos cuantos aldabonazos de leche, mi padre me sacó de encima de él, se levantó frente a nosotras de pie en el piso y empezó a masturbarse. Nosotras nos pusimos juntitas, abrimos la boca y sacamos la lengua.

- Ahí viene un poco más, dijo mi madre

Él se corrió un poco en la lengua de mi madre y otro poco en la mía, me pareció bastante lefa la que sacó mi padre de sus generosos testículos. Luego, mi madre y yo nos pusimos a besar y a compartir su leche.

- ¿Cómo se dice hija?

- Gracias señor…. Muchas gracias papá, gracias mamá por todo lo que habéis dado hoy…

- ¿Cuándo vamos a poder repetirlo…?

- Hija, te quedaste con ganas de más… habrá que esperar que papá se recupere.

- ¿Cuánto tiempo tardarás en recuperarte, papá?

- No mucho hija, contigo estaré dispuesto cuando vuelva de apacentar al ganado… pero tu madre también necesita que le dé verga.

- Pues claro. A partir de ahora, en esta casa ya no voy a ser la única mujer, mi hija me va acompañar para desahogar a nuestro semental.

Mi padre me estuvo follando durante años hasta que me marché a la ciudad a estudiar en el colegio mayor de las carmelitas, donde conocía a tu abuelo. Pero siempre me ha dado mucho morbo el incesto debido a que mi padre me trató con tanto amor y ardor, que no logro entender por qué a la gente le resulta tan escabroso.

***************

La historia lo había excitado, más bien a ambos.

- Ven descárgate tus ganas de nuevo dentro de tu abuela… si lo deseas, también tienes dispuesto mi ojete, verás cómo te la aprieto.

Se puso a cuatro patas, se abre las cachas. Luego ensalivó el ojete y su polla tal como le indicó ella, para que entre sin dificultad y tenga algo de lubricación… nota de nuevo su calor intenso como le recorre. Estuvo así un buen rato, le dolían las rodillas cuando siente los últimos chorros de lefa que le quedaban en sus cojones, ahora no mucha llenándole la tripa.

Luego durmieron abrazados hasta la noche.

A partir de ese día, poco a poco, Alba volvió a sus costumbres las que su amor comparte con gusto, es inagotable, y se puso a su entera disposición. Le asombraba las energías que recibía diariamente y se sentía rejuvenecida como una adolescente, con un macho que se empalma con suma facilidad y le da las mejores folladas que una mujer puede soñar.

Este último fin de año, se reunieron todos como acostumbran, pero por primera vez faltaron sus dos hijas, aunque la que más echó en falta a su madre fue el chico. Supieron que las cosas entre ellos, no andaban muy bien. Lo padecieron, realmente al menos a ella la extrañaron madre e hijo. Cuando fueron a la playa unos días a festejar sus primeros jóvenes 60 años, se aparece la hija sola, con casi nada de equipaje, llorosa, abatida, a implorar su  perdón.

- ¿Por no haber estado en las fiestas de Navidad…? fue mi pregunta.

- No por todo lo mal que me porté con ambos.

- ¿Cómo nos encontraste?

- Fui a casa y supuse que vendríais a la playa con este buen el tiempo.

- ¿Aquí hay lugar para mi si me dejas estar?

- Claro, allí esta todavía tu cama que dejaste junto con tu soltería.

- ¿Pero no la usa mi hijo…?

- Mira tonta donde duerme mi nieto… en mi cama junto a mí.

- Si, tú lo rechazaste y yo lo heredé.

- ¡¡¡¡¡MAMA!!!!! ¿Y dónde está ahora?

- Salió de compras.

- ¿Solo?

- Ya es un hombre… en todos los sentidos, conmigo ha dejado de ser un niño…

- Sí ya, todo un hombre sin haber cumplido los 18…

- No te permito hables así de mi macho…

- Es mi hijo……

- Y mi nieto.

- Vieja puta has abusado de mi hijo… ¡¿No tienes respeto por nada?!

- No seas tan despechada… ¡Bien que te gustaría probarlo… una vez más!

- ¡¿Humm…… cómo?!

- Sí, probarlo como hombre, como macho… como semental en una buena follada. No te hagas la inocente, sé que ya lo has probado…

- No puedo negar que tengo mucha falta de sexo, y también sé que yo siempre le he gustado como hembra, pero… no sé de qué me hablas…

- De una grabación que el nene tiene bien guardada y de su confesión.

- ¡Maldito hijo de puta…será cabrito el nene!

- No nos pongamos a rasgarnos las vestiduras, a mí me desvirgó mi padre con el consentimiento y colaboración de mi madre, tú le has permitidos a tu hijo follarte.

- No fue como puedes pensar, ocurrió de una manera bonita…

- Ya, ya… así lo llamáis ahora cuando le estás pidiendo que te llene de leche… Mira hija, seguramente tendrás muchas ganas, imagino que hace un tiempo que no te follan como debe ser, y el chico tiene energía para dar y tomar.

- Lo podríamos compartir…. ya voy para unos meses que no me follan… y estoy que me subo por las paredes.

- ¿Y cómo aguantaste tanto con ese tipo sin follarte…?

- Sufrí mucho porque pensaba que le amaba, y mira lo que ha hecho al final… me dejo por otra más joven Sudamérica… una puta venezolana que se habrá follado a Dios es Cristo en su país.

- Bueno eso ya no importa, estás en casa de nuevo.

- Gracias mamá, sabes que me costó mucho venir aquí y rebajarme a pedir tu perdón, solo quiero que seas comprensiva conmigo y me prestes a Pipe.

- El mío lo tienes garantizado, ahora ruégale a él, el suyo.

- ¿Y cómo?

- Date una buena ducha, perfúmate, acuéstate en su cama desnuda, y espéralo para darle una buena bienvenida… Pipe se alegrará mucho de verte en casa.

- ¿Y tú?

- Esperaré sentada dentro de la habitación para veros follar.

- Vieja loca… putona… ¡Cuánto vicio tienes metido en tu coño…!

El chico entra contento con un pastel de cumpleaños.

- Abuela, mi amor… ¡¿Ya estás acostada?! Ven y mira que cosa más buena traje… ¡Abuuuu…..Mamá!!!! ¿Qué haces aquí?

- Vine a festejar los 60 de la abuela, no quería perderme esta fiesta igual que las otras, así que aquí me tienes…

- Tu madre ha venido para quedarse con nosotros, y la tienes a tu total disposición, cariño… como me tienes a mí.

- Mamá, que bella y hermosa te ves… ¡Me has dado una gran sorpresa!

- Espero que no te sorprenda que la abuela te quiera compartir conmigo…

- ¿Me vas a dejar probarte…?

- Si me perdonas, te dejo que me comas entera.

- Claro, mirando a la abuela le dijo…  ¿y tú  abuela? Si nos ves se va poner celosa.

- No te preocupes por eso, ya lo hemos hablado tu madre y y.

- Te quiero tanto que  no deseo molestarte… pero mi madre está tan buena… ¡Mira como me la puso!

- Eso es lo que más nos importa a las dos, que tengas verga para darnos…

Alba se marchó de la habitación, y abriendo las piernas, Irma lo llama…

- Ven métemela pronto mi amor, métemela antes que ella vuelva… que nos vea acoplados a su regreso… que vea cuánto me amas y me deseas.

Se quita los pantalones y se monta sobre su madre como un animal salvaje, la clava de una y enseguida comienza a bombearla con rabia… rápidamente le entra hasta los huevos ante los gemidos de su madre, que nota entrar la verga dura en sus entrañas otra vez. Alba no tarda mucho, se acuesta al lado de la pareja de amantes, Pipe la mira y sonríe… se la saca a su madre y se la pone a su abuela en el  coño… continua el bombeo con la misma intensidad. Al cabo de cinco minutos cambia de hembra, ambas…madre e hija recostadas sobre la cama hacen las delicias del macho…, alterna un coño y otro con la agilidad de un zorro. La follada se parece mucho a una ruleta rusa, ninguna sabe quién va a recibir la corrida, las dos están preparadas, se las folla a pelo y ninguna tiene problema de ser llenadas… una porque ya no es fértil, la otra porque quiere volver a ser madre. Acaba de darle unos pollazos tremendos a la abuela, parecía que allí acabaría la cabalgada del amor, sin embargo es a su madre a quien está destinada la tremenda lechada que el chico tiene macerando en sus gordos cojones… Irma se pone a cuatro patas, su hijo entusiasmado la folla, y en diez metidas saca toda la leche y la besa como nunca. Alba no puede más que alegrase de la reconciliación madre e hijo, que mejor forma que con un polvo brutal a trío.

- Cariño, aun te queda mucha reserva en ese par de huevos, y la abuela está que arde muy necesitada… ¡Venga ayúdala!

- ¡Abuela, perdóname por haber corrido primero dentro de mi madre…!

- Sí hijo, no hay nada que perdonar…puedes elegir a la hembra que deseas inseminar, aquí todos somos familia y no tenemos por qué tenernos celos… de hecho yo preparé a tu antiguo amor para que la goces como se merece…, ella es joven, fértil y tan necesitada o más que yo, es justo que se lleve la mejor parte.

- Una de las principales razones por las que estoy aquí, es que deseo volver a ser madre… ¡¿Te gustaría verme preñada de ti, hijo?!

- ¡¿De verás mamá, hablas en serio…?!

- Completamente en serio, cariño… tu madre y yo hemos acordado, que todos los hijos que tengáis, serán bienvenidos en esta casa…., así que ánimo, fóllame ahora a mí, que a ella ya le has llenado lo suficiente como para dejarla bien preñada…

- No me lo puedo creer… de verdad que siempre he deseado preñarte, mamá.

- ¡Las dos estamos deseando que le hagas una gran panzona!

- Por ser tan buena madre y abuela… le voy hacer disfrutar, señora.

Irma se baja y le hace una mamada antes de que intente metérsela a la abuela, a la misma vez Alba se come el coño a su hija, es tan intensa la comida de coño que en muy poco tiempo ella se deshace en un fuerte orgasmo. Luego Pipe no espera a follarla y acabar con la gran corrida en el mismo útero de la veterana abuela.

- Está siendo mi más bonito  cumpleaños, os amo a los dos…

Pasaron una semana intensa en la casa de la playa, de regreso al hogar maternal no se volvería a separar más. Había algo que le encanta de sus hijos… verlos follar y gozar con ellos en la misma cama en un poliamor sin palancón… ¡Ah! Irma dejó de tomar anticonceptivos desde el primer día que folló con su hijo. Pipe no le fue nada mal los estudios ese curso, centrado e ilusionado de llegar lejos para mantener a su familia.

 


Carlos había llamado varias veces preguntando si todo estaba bien, que lo había dejado con la zorra venezolana. Yo me vestí inmediatamente con un camisón, dejé a mi hijo en la cama para que descansara después de una sesión de dos horas de sexo casi sin parar… Mi vagina estaba completamente llena de su semen, brotaba cayendo al suelo de la habitación. Rápidamente abrí la puerta y continué hablando con mi ex novio en la sala lejos de los oídos de mi hijo y mi madre, que andaba por fuera de la casa. Con un tono indignado le decía…

- ¿Se puede saber por qué razón estás llamándome, pedazo de cabrón?

- Lo lamento, me equivoqué y necesito que me des una segunda oportunidad…

- Estoy bien como estoy, no quiero volver a verte.

- Está bien, lo siento sé que necesitas un tiempo, ¿me imagino que volverás a replantearte volver conmigo, verdad?

- Por supuesto que no, me quedare con mi hijo y mi madre… vete con esa puta venezolana y no vuelvas a llamar en la vida.

Yo me sentía algo mal por tratarlo así pero temía que pudiera descubrirnos aunque; eso lo hacía aún más excitante. Cuando volví al cuarto antes de llegar a la puerta de la habitación de mi hijo, pisé algo pegajoso. Era el semen de mi hijo que había dejado un rastro blanquecino en el piso de madera del pasillo. Lo limpie inmediatamente con un extremo del cinturón de mi bata y volví a la habitación. Esa tarde de siesta, eyaculó tantas veces dentro de mí que ya no cabía ni una gota más de lefa espesa dentro del cubículo del útero, llegada la hora de la cena. Dormí en su pecho totalmente desnuda y con su brazo alrededor mío.

Por la mañana me levante muy temprano y me metí a darme un baño. Con mis dedos saque un poco de los restos de semen que había reposado toda la noche dentro de mi vagina el cual era demasiado, y ya no sería necesario para preñar mi panza. La idea de estar preñada de mi propio hijo me hacía mojarme de nuevo y las ganas de masturbarme me invadieron por completo. Comencé a tocarme pensando en la polla de mi hijo, en su grosor invadiéndome, en el roce con mis labios vaginales y las paredes internas. ¡¡Casi podía sentir su polla dentro de mí de tan solo imaginarla!! Tome mi desodorante tipo rolón y lo metí entero en mi coño. El placer fue intenso su helada superficie se encontró con mi cálido interior tratando de sofocar aquel incendio de perversión. Los fluidos salían bañándolo completamente aquella forma de cilindro me penetraba, y yo solo podía pensar que era mi hijo el que lo hacía. Perdí un poco el control y me penetre en el ano con los dedos, sin sacar el cilindro del desodorante, con un deseo inmenso de que fuera mi hijo el que lo hiciera… sin demorar mucho eyacule en la base de la ducha. El agua caliente que caía encima de mí se mezcló con mi eyaculación y se escapaba por el resumidero. Sentada en el suelo del baño respirando agitadamente, deseaba aún más a mi hijo… pocos machos tendrían la capacidad sexual que Pipe, no me había encontrado a ninguno y la sorpresa con mi hijo debo reconocer que es mayúscula, porque no solo me da a mí, sino también a su abuela.

Salí de bañarme y fui a mi habitación por mi ropa. Mi madre ya no estaba y me había dejado una nota. Al parecer tuvo que irse temprano por algo de su trabajo. Yo me puse un tanga blanco y unos vaqueros elásticos cortos, que hacía que se me viera un culo hermoso y parte de mis nalgas se veían por la parte de abajo. Me puse mi blusa blanca de tirantes transparente… mi hijo se estaba bañando así que fui a prepararle su desayuno. No tardó mucho en bajar

– Tómate el desayuno, ya casi esta.

Se acercó por detrás de mí me abrazo apretándome las tetas fuertemente y me besó en la boca dándome los buenos días… mi amor. Yo me sorprendí por su cambio pero me gustó mucho.

- Oye mi vida, ya te sientes bien para ir al instituto…  

- No, me siento un poco débil, quisiera descansar un poco más, solo por hoy.

- Te refieres a descansar como lo hicimos anoche… por con todo lo que te moviste, te deberían convalidar la asignatura de educación física….

- Seguro que sí, le dimos duro al asunto.

- Sabes que estoy en mi días  fértiles, ¿Verdad?

- Por eso mismo me tomaré el día libre… tengo que asegurarme de que mi mujer quede bien preñada de su macho.

- Estás loco mi amor.

- Si pero por ti mamá.

- Tómate el desayuno ya, loco…. No tienes hartura con tu madre…. ¡A saber cuánto esperma me has metido en el útero en todo este fin de semana!

- Tengo los huevos ardiendo del ritmo que llevan produciendo de leche.

- Ya me imagino, son unas auténticas fábricas lecheras… ¡Ja, ja, ja!

Él se terminó su desayuno y yo estaba terminando de lavar los platos. Se acercó nuevamente y me abrazó fuerte. Su cálido aliento lo sentía en mi oreja que con ansias esperaba por las palabras que sus labios estaban a punto de pronunciar.

- Me pone loco estos pantaloncitos que llevas y lo sabes.

- Me lo puse porque sé que te gusta mi amor.

- Ya no aguanto más te voy a follar aquí mismo, no me importa que aparezca ella...

Me tomó de la cintura y comenzó a desabrochar mi shorts con una mano, con la otra manoseaba mi teta derecha, mientras me besaba el cuello por detrás apasionadamente. Mi cuerpo estaba rendido completamente a sus deseos…. solamente me dejaba llevar por la pasión. Me quitó las mallas y mi tanga quedo al aire.

- ¡¡Que culo tienes mami!

- Gracias mi amor… es enteramente para tu disfrute ¡¿Lo sabes, verdad?!

El me dio varias nalgadas y me lo bajó también. Se escupió en la mano y unto esa saliva en su polla. Me reclino encima del granito de la encimera, la embocó en mi raja y cuando percibí su cabezón entre los labios de mi coño,  empujo fuerte gruñendo cual criminal que le clava la daga a su contrincante en plena lucha eufórica. Yo grite de dolor, me había metido de golpe su verga en mi coño sin lubricar suficiente.

- No seas tan rudo mi amor, le espeté casi llorando.

- Te daré despacio no te preocupes… solo ha sido un arrebato de pasión por ti…

Cumplió su promesa y lentamente comenzó a penetrar mi vagina con metidas profundas y suaves, haciéndome sentir sus gordos huevazos.

- Tengo ganas de metértela en la garganta.

Me tomo de la garganta y comenzó a follarla muy duro, prácticamente ahogándome con su barra de dura carne. Lo empujé para sacarlo… casi vomito de lo profundo que había llegado. Me tomó del cabello para darme un beso y me puso en la mesa, en el lugar donde comía con mi madre. El siempre desayunaba en el lado opuesto, así que no le importaba. Comenzó a penetrarme duro, yo solamente lo abrazaba sintiendo con mis brazos su tersa y fuerte espalda. Gimiendo y gritando de placer me sentía orgullosa de haber parido un macho tan formidable… guapo, atento, hermoso, fogoso, cariñoso y especialmente bien dotado para el sexo, el hombre ideal había salido de mi útero, y ahora no dejaba de volver a entrar en él.

- ¡¡FÓLLAME duro, mi amor!! Le decía mientras mis uñas se clavaban en su espalda.

- ¡De Puta Madre! ¡¡Joder mamá… aun estás bien apretada!

- ¡¿Notas como mi coño abraza tu verga…?! Esta apretada para ti mi cielo… para ese pedazo de pollón que Dios te ha dado para que te folles a la PUTA de tu MADRE las veces que quieras y como desees hacerlo…

- Toma toda mi buena y dura verga ¡So Zorra!

- ¡Síii! ¡Dámela entera en mi coño, cielo mío! ¡¡Necesito toda tu carne… tu leche!!

- Jodes cómo una puta de las buenas, mamá ¡¿Tanto te gusta que te folle tu hijo?!

- Eres mi hombre, el mejor macho que me ha follado… ¡Vamos, córrete cariño!

- ¡¡Te voy a llenar he el útero con mi leco!

- ¡Síii! Por favor descarga dentro de mí ya, mi amor… ¡LLÉNAME! ¡PRÉÑAME DE TI!

- Vas a salir bien panzona de todas estas folladas… por puta y por ser tan efusiva.

- ¡Ay cabrón… me das la vida con tu amor! Y toda esa cantidad de esperma la necesito como agua  de mayo.

Mi hijo empujaba como jabato apuñalándome el coño con su daga, no atendía a compasiones sacándome gritos de placer que escandalizarían a mi ex… Pero el chico tiene su aguante y noté como se le hinchaba su verga dentro de mí, y después de un gran gruñido, la metió a tope, justo antes de comenzar a eyacular como un caballo semental… uno, dos y hasta cinco aldabonazos de espesa lefa fértil llenó mi útero con su semilla de nuevo. Seguimos follando toda la mañana hasta que mi madre llegó a casa para comer.

Serví en la mesa justo donde mis nalgas habían estado y mi hijo había dejado parte de su semen escurrido desde mi raja hasta ahí, el cual había olvidado limpiar. La cocina tenía un olor particular a sexo encerrado y mi madre al parecer lo había notado.

- Huele un poco extraño…

- No lo he notado mamá… puede que sea el nuevo lavavajillas con el amoniaco….

Unas semanas después, cenando me dieron arcadas unos huevos revueltos que comí y fui a vomitar al baño. No le mencione nada. A la mañana siguiente de regreso a casa del trabajo fui a comprar una prueba de embarazo. Oriné en ella y esperé por el resultado impacientemente. Positivo, estaba preñada… nadie en casa dudaba de quién era mi panza.

*******************

La panza de Irma fue en crecimiento y cuando ya era imposible disimular con la ropa, decidieron trasladarse al piso de la ciudad… lo que quedaba de primavera y el verano se quedaría sola la abuela, sin embargo la llamada de su hija menor le devolvía la alegría… en un par de días había enviado a casa de Alba a su hijo para que pasara unos días de las vacaciones con ella y el echara una mano con los estudios, mientras ella llegaba a coger las vacaciones en su trabajo, luego ya se vería que hacer. El chico había acabado el primer curso de un ciclo formativo de grado superior con no muy buenas notas, y de castigo lo envió al pueblo que distaba bastante de la primera localidad que podría llamarse ciudad, sin distracciones y bajo la severa disciplina de doña Alba…, o al menos así lo veía la hija.

Cuando llegó la abuela lo recibió con los brazos abiertos.

- ¡¡Pero mírate chiquillo, bah, ya no lo eres!! Estás hecho todo un hombre…

- ¡Abuela, qué gusto verte… estás cada día más guapa!

- ¡Eres una adulador, pero no me llames así! ¡Llámame Alba que no soy tan vieja!

La mirada clara al sol de Camilo, le desvelaba que realmente la mujer, en verdad, no tenía arrugas y su figura era imponente. No la recordaba así a su abuela. No como a una mujer tan atractiva y llamativa de pechos generosos, caderas anchas sin ser extremas y bonita de cara casi aniñada.

Llegaron a la gran casa que estaba en una esquina del pueblo, rodeada de árboles frutales, unos cuantos perros salieron a recibirlos moviendo la cola y saltando. Su hija Irma y Pipe decidieron volver al piso de la cuidad donde vivió con su pareja, allí pasaría más desapercibida la panza que iba creciendo… abuela se quedó sola por unos meses, y la llegada de su otro nieto fue una bendición para no estar sola.

- ¡Este será tu cuarto!!

- ¡El de siempre Alba!

- ¡Por supuesto! ¿Por qué cambiaría?

Dicho esto, le dio un beso en la mejilla muy cerca de la comisura de los labios y tanto sugerente, más tiempo del necesario… luego se retiró del cuarto. Camilo quedó impregnado de perfume de mujer, del aroma de su abuela.

Al rato bajó las escaleras. La abuela tomo del brazo al nieto y lo sacó al patio amplio y enorme donde el sol alumbraba intensamente.

- ¿Qué has hecho para que te mande tu madre aquí de vacaciones…?

- ¡Nada malo, abuela! ¡Las notas del curso no han sido buenas!

- ¿Qué pasa con tus estudios…?

- ¡Las matemáticas y la física se me han hecho cuesta arriba! Y otras cuestiones con mis amigas…

- ¡Y tu madre cree que la abuela te puede ayudar con los números y a reflexionar sobre alguna cosa! ¡Por dios!

- ¡No sé qué cree ella! En cuanto a las chicas no creo que me dé muchas lecciones

- ¡Por favor! Nadie como ella para hacerte ver que la vida se te puede ir por el sumidero, si elijes mal lo que haces en la adolescencia.

Decía la abuela un poco indignada moviéndose de un lado a otro, debajo de una planta de mandarina naranjas y perfumadas.

- ¿Tu bajón de notas ha sido por alguna novia?

Preguntó interesada la abuela

- ¡No abuela! Lo de la tías no tengo dominado…

- ¿Alguna amiguita, nada? Como decís ahora… ya no se lleva lo de novia.

- ¡Bueno, nada importante!

- Bueno dejemos la cuestión, si no te ha influido el amor pasemos a lo práctico… ¡Tengo miedo que te aburras aquí solo! Yo tengo que trabajar por las mañanas.

- ¡No creo que me aburra abuela! Esperaré a que llegues preparando mis temas.

- ¡Esta bien! ¡Te dejo, tengo una reunión a primera hora muy importante!

Dicho esto Alba se marchó del lugar. Camilo la vio irse y miró el culo de la abuela aún firme y parecía duro. Lo miró con ganas y se sintió terrible. Así mismo pensó si la abuela tendría algún amante,  o hubiera tenido en todo ese tiempo que el abuelo había desaparecido de su vida. Ella parecía una mujer ardiente y muy activa, simpática y muy agradable, por lo cual se le ocurrió pensar en eso. Luego le dio cosa y alejo esos pensamientos de la mente.



Se fue a dar un paseo por el pueblo tras hacer algunas tareas. La plaza, la vieja capilla, todo estaba como el recordaba en los días de niñez. No había grandes cambios. Pensaba mientras caminaba que podría hacer el en aquel pueblo perdido de la mano de Dios.

Al mediodía Camilo volvió a la gran casa de la esquina. Allí lo esperaba Marga, la vecina amiga de su abuela que le había encargado que cuidase de su nieto ese día, venía con un plato de comida.

- ¡Tu abuela quiere que comas!

- ¿Y ella dónde está?

- En su clase de gimnasia.

- ¿Gimnasia? ¡Qué bien!

<< ¡La señora es coqueta!>> Estaba terminando de comer cuando la figura de la abuela apareció con un semi brillo en la piel de sudor. Y unas infartantes mallas color naranja fuerte y llamativo.

- ¿Has comido?

- Estaba terminando. Me hubiera gustado esperarte…

- Estos días no sé a qué hora vuelvo es por eso…

- ¿Lo pasaste bien?

- ¡Oh si muy bien! ¡Ahora debería darme una ducha!

- Yo tal vez me recueste un poco

- ¡Bien, bien, me parece bárbaro!

A todo esto Alba se retiró y Camilo no podía sacarle la vista a aquel glorioso culo que meneaba su abuela muy bien. Camilo se retiró a su habitación y no podía quitar el culo de su abuela de la mente. Sintió que su pija se levantaba irremediablemente. Daba vueltas en la cama, no podía dormir. Se fue quitando la ropa hasta quedar en pelotas por completo. Su pija no bajaba, comenzó a tocarse suavemente. Apretó sus bolas gordas y llenas. La paja que se hacía con el culo de la abuela en la cabeza lo estaba volviendo loco. Se sentía un enfermo depravado, pero no podía quitar la imagen de la cabeza.

Intempestivamente se abrió la puerta del cuarto. Era Alba que quedaba con la boca abierta.

- ¡Oh, yo, lo siento!!

- ¡¡¡Abuela!!!

Gritó Camilo avergonzado y cubriéndose a penas con sus manos.

- ¡¡Bueno, ya he visto unas cuantas de esas!!

Dijo sonriendo pícaramente y sin tanto problema. Se acercó y se sentó al borde de la cama. Su nieto sentía el aroma que lo arrebolaba, lo perdía y no podía bajar su inflamación.

- ¡¡Quita esas manos!!

Dijo Alba divertida

- ¡¡Pero yo…!!

Camilo sintió las manos de su abuela que se aferraban a aquel mástil erecto, duro, bien parado. La mujer acarició el garrote y suspiró. Camilo gimió, mientras su abuela comenzaba a masajear aquella arma demoledora del joven. Los dedos de ella pasaban por la cabeza que iluminaba con sus gotitas salobres, las esparcía con el dedo pulgar y de nuevo deslizaba el prepucio arriba y abajo complaciendo al entusiasmado chico.

- ¡Que buena polla tienes, Camilo!! Con esta verga vas a poder hacer feliz a muchas mujeres… Este grosor es el que nos vuelve locas.

- ¡¡¡Abuela…yo!!!

- ¡Dime que te gusta!!

Le decía la mujer mientras se quitaba el vestido que llevaba puesto. Unas tetas impresionantes saltaron a la vista del joven. La vagina grande y larga cuidadosamente depilada, bulbosa y encarnada…, La baba se le caía por la comisura de los labios a aquel muchacho desconcertado y feliz.

Desnuda Alba se metió en la cama con su nieto. Abrió la boca y se metió la verga del tirón hasta los mismos huevos, ante la mirada pasmada de Camilo. Chupando graciosamente entre mirada a su nieto, la barra de carne chorreaba saliva y los gemidos del joven aturdían la habitación, pensaba estar en un sueño del que no deseaba salir ni acabar. La mujer lo comía salvaje a los pocos minutos, ansiosa de degustar tan rico manjar. Llegaba una y otra vez a las bolas, y con la lengua daba caricias suaves, apenas toques, sabe por experiencia que el chico largará su semen en cualquier momento. Sigue con esas caricias, alternando con los bocados al tremendo cipote endurecido y venoso…, hace que el nieto no pueda soportar más aquellos agasajos en su polla, y en nada empieza a largar la leche acumulada en los días de calentura previos. Se aferra a las sabanas, se contorsiona violento, gruñe, la leche salta indiscriminadamente. La abuela sonríe y atrapa lo que más puede de aquel néctar sellando con su boca el glande y chupándolo, animando a esa verga a eyacular todo el contingente seminal. El engrudo brota en largos y espesos chorros, saltan y mojan los labios de Alba que se embebe del sabor y olor de esa rica leche de macho. Tras la corrida, se queda con la polla  en la boca tragando y limpiando el sable de Camilo que suspira habiendo gozado como loco. Aún no se cree lo que ha vivido, sigue en su sueño sexual.

- ¡¿Abuela me has sacado la leche?! No sé si lo estoy soñando o es verdad…

- Es tan verdad como que eres mi nieto favorito… ¿Te ha gustado?

- ¡Cómo no, eres increíble!! Nunca pensé que algo tan bueno me sucediera…

- Me alegro, he llegado a temer que no fuera bien.

Se acurrucaron en la cama. Pegaron sus cuerpos y Alba busco los labios del joven. La lengua de la mujer se metió muy hondo. Los besos eran ardientes. Ella no dejaba de acariciar la verga del nieto, y él por vez primera acarició la raja de Alba. Los gemidos empezaron a surcar el ambiente. La humedad de la caliente cueva empezó a hacer que los dedos de Camilo se hundieran en aquel estuche licuado, cálido y carnoso. Dos dedos y el aliento de Alba se volvieron un fuego caliente y salvaje. Ardían de deseo.  Pellizcaba el clítoris, aquel botón y la mujer aullaba de una necesidad extrema de ser mimados… se derretía sin dejar de chupar la lengua del chico, animando a este a continuar follándose a su abuela con los dedos…. A veces el chico se aferraba a las tetas hermosas de la veterana. Los pezones duros y levantados, magnánimos, soberbios tan salidos como chupetes de bebé, los sobaba y las apretaba. Los jugos de la mujer se hacían más y más abundantes. La boca del chico se prendió a las maravillosas tetas de Alba. Con los dientes mordisqueaba los pezones. Chupaba como bebé. La lengua se apoderaba de aquel reino montañoso del que no daba abasto de tan extensa masa mamaria, a todo ello, sin dejar de hundir los dedos en el cofre mojado y candente del coño de su amada abuela.

- ¡Oh nene chupa, cómete mis tetas! ¡¡¡Así, ahhh, me encantan las mamadas!!!

Gimoteaba la abuela, mientras el chico mordía las tetas y cogía con los dedos la vagina caliente. La mujer tenía un orgasmo y luego se corría otra vez, danzarina de fuego, en tanto con sus manos no dejaba de acariciar la vara alzada del nieto. Los previos estaban siendo magníficos, pero ella necesitaba saltar al siguiente nivel…

- ¡¡Quiero que la metas dentro de mí!! Ya toca que pruebes el coño de tu abuela.

Le dijo la abuela Alba en tanto Camilo, su nieto, se montaba sobre ella. Alba abría las piernas elevando la cintura para que el garrote duro del chico se enfilara correctamente en la raja humectante… de un solo empujó se clavó en la bocana de ese coño hambriento…el glande se abría paso en aquella cueva caliente y húmeda llena de jugos, a modo de cabeza de turco en el castillo interior prohibido.

- ¡¡¡Ohhh abuela, joder como estás… el coño está hecho agua…estás tan húmeda!!!

- Ya te puedes imaginar quien lo ha provocado… ¡Tú me pones así, cabronazo!!

La mujer era un charco vivo, y de lo caliente más bien parecía magma de volcán. Sus jugos emitían el perfume a sexo que abrumaba en aquella habitación salvaje. Los dos eran un remolino de abrazos y quejidos de placer, de movimientos bruscos clavándole la verga a fondo en el coño acogedor de doña Alba. Camilo empujaba y metía la vara con contundencia sin dejar nada fuera del coño de su abuela, solo los huevos, que golpeaban una y otra vez en la vulva y culo de tan hospitalaria dama. Camilo, empezó a disfrutar, jugaba con su verga dentro de la raja… la sacaba un poco luego y la volvía a hundir dentro de la vagina mientras daba de sí el cipote. Sus caderas se movían rítmicamente por ambas partes…, Alba atajaba esos empujones y se abría un poco más, se abría como flor de mayo al amanecer, gozando como perra de las sacudidas de tan joven semental. Su boca tragaba la lengua del nieto, sacaba la de él y muy caliente se la mamaba con lujuria. Al borde de otro orgasmo Alba se retorcía emputecida. Bramaba y sus tetras se movían, saltando y en cuanto podía Camilo les daba un mordisco feroz, ella aullaba de placer y de dolor gustoso, gimoteando como niña. La veterana se dejaba arrastrar por ese hormigueo que le nacía desde tan dentro, que no podía evitar sentirse dichosa con aquel sometimiento varonil…casi lloraba temblando. Ya había perdido la cuenta, dejándose llevar por otro eléctrico orgasmo.

- ¡Oh querido hijo mío, que bien me estás follando! ¡Ahhh, sigue, sigue enterrando tu verga en el coño necesitado de tu abuela… sigue follándote a la abuela más puta del mundo…! ¡¡¡Ahhh, ohhhh, estoy gozando tanto contigo, mi amor….!!!

 


Clamaba la abuela en el oído ardiente del chico, que apuraba las estocadas. Su falo se inflamaba un poco más y empezaba a largar su líquido espeso de textura pegajosa, en escupitajos largos y gruesos. El muchacho se vaciaba los duros y llenos testículos…. Agitado se iba calmando sobre las tetas abundantes de la abuela alzada.

- ¡¡¡Ummm, Camilito, has hecho gozar a tu abuela como no recordaba en años…!!!

- ¡Tú también Alba, eres increíble!! Jamás imaginé que pudieras ser tan caliente en la cama… de joven debiste de ser un torbellino…

- No he cambiado mucho… me gusta que sea el macho quien me folle, pero los años me han hecho ser más eficiente en obtener mis orgasmos y hacer disfrutar a mi macho… ¿Te ha gustado como te ha follado tu abuela?

- No creo que tenga que contestar… mira como tengo la cara de felicidad.

La abuela abrazó más fuerte a su chico, le daba suaves y cortos besos en la boca. Ella apenas se movía bajo el peso de su macho… sentía como latía aún en su interior la verga del nieto que lentamente se iba desinflando tras haber eyaculado todo el semen previsto.

 

***********

 

Días después, eran cerca de la diez de la mañana. Camilo estaba desayunando, estaba solo en la casa, o eso creía él. Por pensar así andaba en calzoncillo. Mientras sorbía un rico café con leche, apareció Alba en una tanga para el infarto.

- ¡Buenos días, cariño!

Le deseó a su nieto mientras le pasaba el culo por la cara.

- ¡Abuela! ¡¡¡Que hermoso culo!!! Lo conservas perfecto, debes ser la envidia de tus amigas, que lo deben tener arrugado y caído…

- ¡Niño, no seas grosero!

- ¡Perdón no pude evitarlo!

- ¡¿Te gusta?! La verdad es soy la que mejor culo tiene de todas, pero no solo tu abuela tiene buen culo ¿Verdad?

Se acercó con las tetas en las narices de Camilo, luego le puso el culo en la cara…, el hilo se le perdía en la zanja. Se notaba firme, duro, fibroso. El chico lo acarició con ambas manos. Pellizco y ella gimió y se movió como una gata sedienta. Notó que su mástil se erguía inevitablemente. La tela del calzoncillo retenía al soldado de acero que ya pugnaba por salir para entrar en batalla.

Alba en tanto refregaba sus nalgas en la cara de su salido nieto, sabía cómo jugar con los deseos de un macho en celo. Camilo mordió aquellas gloriosas nalgas. Pasó la lengua por la piel suave, deseable. Con un dedo rozó la raja del coño por la parte de adelante, enseguida sintió la humedad mojando la tela de la mujer ardiente y calentona. Con la lengua el chico llegó al agujero y acarició y exploró llenando de saliva, inundando el canal. Alba gimió y se movió histérica, graciosa y salvaje.

- ¡Ohh si así, así, mete esa lengua en el culo perverso de tu abuela, ahhhhh!!!

Suspiraba la mujer. Camilo escarbaba y abría aquel anillo exquisito con la punta de la lengua. Besaba el arito que se expandía a cada lamida, a cada chupada. Camilo ya se había empalmado como un burro, se bajó los calzoncillos para que su nerviosa espada se liberara de la prisión y saltara enloquecida y libre…. Un dedo entró en el ojete e la veterana, ella sacó las caderas, tiró el culo hacia atrás y los suspiros de Alba alcanzaban el paroxismo y la locura.

- ¡¡Bien, bien, ven conmigo mi amor…!!

Le dijo Alba tendiéndole la mano. Así unidos caminaron por la casa. Entraron en la habitación de toda la vida de sus abuelos, ahora solo de ella.

- ¡Busca en el cajón, hay una crema!!

Pidió con urgencia la abuela. Camilo la encontró, la impregnó en el ano maravilloso de la señora, apretó y con los dedos penetró y desparramo bien todo el chorro de lubricante, luego ella levantó las caderas, él se colocó detrás, apoyó la cabeza endurecida de la barra en la entrada cremosa, empujó, una vez y otra y otra y el perno fue entrando en el enjuto anillo privado solo para personas VIP. La dura polla del chico fue haciendo camino, ella gemía y se movía hacia atrás y adelante suavemente, despacio, hasta que la polla entró toda. La abuela percibía las gordas bolas del muchacho como golpeaban en sus nalgas. La abuela glotona pedía que la follara sin lástima, deseaba sentir el golpe fuerte de la follada.

- ¡¡¡Dame toda tu  verga, anda, penétrame, así, sí, sí… no salgas por lo que más quieras!!! Quiero sentir como me das por el culo y me lo llenas de leche…

Camilo se aferraba a las caderas de la mujer, iba y venía, serruchando, taladrando, con los dedos acariciaba el clítoris de Alba, que se iba en múltiples corridas por el culo, por el coño…  todo le estallaba en placer y lujuria. Camilo en cada estocada abría un poco más ese anillo que había permanecido cerrado quien sabe por cuánto tiempo. Su abuela gozaba con la estaca ensartada en su hoyuelo y eso a él lo llenaba también de orgullo y satisfacción. Las bolas rebotaban en la carne firme y chupaba el cuello de Alba hasta casi hacerle chupones morados. Luego la agarraba de los hombros y se la enterraba con furia haciendo sonar sus nalgas con su pelvis en un aplauso enloquecedor.

Serruchaba y serruchaba contemplaciones, no pensaba dejar heridos en el camino, y las vibraciones empezaban a buscar el estallido final del joven. Su perno se iba inflamando cada vez más dentro del ojete de Alba, el cual se había acomodado perfectamente el diámetro del excelso cilindro de su nieto. Sentía que las corrientes eléctricas lo envolvían y lo hacían sucumbir al deseo, a la locura que significaba todo aquello, estar follando a una mujer mayor a la que sometía a placer, y ese poder sobre alguien que se supone estar por encima de ti en estatus, le ponía como un toro, más si esa mujer fuera su abuela completamente entregada al dominio del macho…, ni en sueños más remotos hubiese tenido esa fantasía, que ahora era tan real. Tantas veces pensó que ese cuerpo era hermoso para follarlo, que ahora no se lo creía.

Apretó los dientes, fue gritando y gruñendo, aferrado a las caderas de Alba en tanto sus cadera hacía entrar y salir el cipote en las entrañas de Alba, ella susurrando lo convidaba y lo retaba a que le llenase el culo con la leche con unos buenos chorros potentes. El chico no esperó más a vaciándose otra vez en el interior de la mujer, está vez en el anillo profundo de su culo caliente, sabroso y mágico. Con ello cerraba el círculo de los tres agujeros.

- ¡¡Tienes un culito divino Alba, me encanta ese agujero!!

- ¡¡Veo que eres un pervertido!! ¡Te follas a tu abuela por el culo! ¡Chico malo!

Alba hablaba y acariciaba las tetillas del chico. Buscaba la boca y se besaban calmos, más tranquilos, pero no menos ardientes. Eran dos amantes hechos el uno para el otro. El falo de Camilo caído a un costado, con rastros de jugos, ella desnuda, con pequeños hilos de baba también entre los labios genitales, sintiendo como chorreaba su culo de aquel néctar que le había inoculado su nieto. Siempre salía parte del semen fuera, ya se lo metiese por el culo que por el coño, el único que no asomaba era cuando se corría en su boca, el estómago daba para litros de leche recién ordeñada

Los días siguieron pasando, le dedicaban tanto tiempo a las materias suspensas como al intercambio de fluidos llegado el punto de máxima ebullición, que la cercanía procuraba. Todos sábados Alba y él se acercaban a las localidades cercanas en coche y las visitaban en plan turista, como pareja de hecho hasta bien entrada la tarde. Luego regresaban a la casa donde vivían. Un día de tantos al regresar se detuvieron en un recodo del camino, cerca del río. La arboleda  primaba por doquier. Era casi de noche, no andaba nadie por esos olvidados parajes a esas horas. Alba le quitó de un plumazo el pantalón corto a Camilo, este hacía días que ya no usaba calzoncillos en casa de su abuela. Salto el aguerrido soldado de acero como con un resorte. Sentado en el asiento del coche con la puerta abierta, la mujer se metió el garrote en la boca. La baba resbalaba por el miembro, los gemidos del chico se esparcían en el aire entre la oquedad de la arboleda. Alba glotona chupaba y mamaba como poseída el gran cipote de su nieto. Incontenible saboreaba cada tramo.

Luego se puso de pie, llamando a Camilo. Se apoyó en el caliente capot del vehículo, sacó su culo hacia atrás. Camilo se agachó y escupió en el capullo de su verga y en la raja del culo de la mujer, paso unos momentos la lengua, sin dejar de salivar y escarbar en el coño de la abuela que resoplaba y gemías, aullando como perra que era. La daba árabe curvada entró de un golpe, y el nieto empezó a bombear a ritmo taladrante, al golpeteo de sus huevos en el coño de la señora, se añadían sus manos prendidas de la tetas abundantes y gordas de tan excelsa mujer. Mordía la oreja echado sobre el cuerpo de ella. El cilindro de carne tensa, iba y venía dentro de aquel canal envolvía con presión húmeda y tanta suavidad que lo volvía loco. La abuela dejaba que su vagina profunda fuera poseída por aquel macho que era su nieto… notaba en el mismo útero entrar la cabeza del glande de tan duro espigón, le excitaba sobremanera tenerlo dentro y gozarlo. Camilo entraba, salía y volvía a clavar la daga con maestría y fruición. Besaba el cuello de la mujer, se alimentaba de su olor y sabor.  Sabía que le llenaría el coño en unos instantes, por eso aceleraba la embestida gimiendo y sintiendo que desfallecía.

Sus pies se afianzaban en el terreno, se apoyaba en las puntas de sus pies para entrar más hondo y fuerte en lo profundo de la vagina veterana de su abuela. El anillo prieto que forzaba Alba con su vagina se lo comía, lo succionaba, lo retenía. Apoyo con fuerzas los pies en tierra y apuró las embestidas hasta que la metió a tope en el coño de esa hembra, justo en el preciso instante que fue largando el néctar que acumulaban sus huevazos, aferrando las caderas fuertes de Alba. Aullando, gritando, ella sonreía gozosa al sentir dentro de su vagina los gruesos chorros de lefa espesa que una vez más le regalaba aquel hombre que la follaba tan salvajemente, tan profundamente y que a ella la volvía tan loca.

La noche estaba pronta a caer. Regresaban a la casa del pueblo con los ánimos más calmos. Mientras Camilo conducía el coche de su abuela, y ella le acariciaba la verga, comenzaba a levantarse, en nada ya la tenía empalmada con los huevos fuera de los pantalones… la noche no hacía más que comenzar ¡¿Sería capaz de volver a echarle otros cinco polvos a su abuela?! Casi seguro que acabaría con el coño chorreante de semen al despertar.



Por otro lado, en la distancia de la ciudad, Irma y Pipe habían dejado de tener relaciones sexuales por la cercanía del parto…. Eran las tres de la madrugada cuando las contracciones del útero se empezaron a hacer indomables… una hora y media después de ingresar en el hospital, nació la niña que Irma y su hijo habían engendrado con tanto amor. Ahora con el nieto mayor en casa, debían de replantear como afrontar la nueva situación familiar.

 


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