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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

¡¡Cómo me preñaron de mis dos Hijos!!




Mi primer embarazo…. por mi suegro en mi aniversario de boda. 

Todo pasó en aquella fiesta donde celebramos nuestro primer año de matrimonio, con la persona que yo menos pensaba, con el padre de mi esposo, un viejo con el que siempre traté de guardar distancias, pues no me gustaba la manera de sus formas machistas… miradas, piropos y ni mucho menos su actitud en general. Sin embargo después de lo que pasó en aquella fiesta no sé si las cosas mejoraron o empeoraron con mi "suegro" (no sé si llamarle así) pero paradójicamente también les comento que lo sucedido aquel día fue lo más excitante que pudo pasar en mi vida hasta ese momento. Estoy de acuerdo que esto que les acabo de decir es muy difícil de entender, así que solo les pido que si quieren entender lo que me ocurrió, le pongan un poquito de imaginación a la historia, pues es todo real….

Lo que les voy a relatar a continuación, no es un acontecimiento muy reciente, acaeció hace un par de años, pero aun rondan por mi cabeza todos los detalles de aquella fiesta, lo recuerdo tanto como si hubiera sido ayer. En aquellos momentos no tenía ni idea de lo que iba a hacer, pues no sabía si contárselo a mi esposo y cómo hacerlo…, a día de hoy, de hecho no quiero confesarle nada pero en realidad existe un motivo de fuerza mayor que es el que me obliga a tomar valor de donde sea necesario y guardar el secreto de lo ocurrido por el bien de nuestro matrimonio…, pero para relajarme un poco y desahogarme con alguien me tomo la valentía de contar la historia en estas páginas, dado que me parece un espacio interesante para “desembarazarme” y contar lo que no soy capaz de decir cara a cara.

Bueno primero que todo me presento mi nombre es Gisela tengo 25 años con el cabello castaño largo cae más abajo de los hombros soy muy alta delgada de piel blanca mis senos que son grandes (talla 105C de sujetador) siempre viven desafiando la gravedad por lo firmes y parados, son coronados por un par de pezones rosados inflamados…, se me notan mucho cuando visto prendas de tela delgada porque son duros y tiesos. Desde hace dos años estoy casada con Jairo un apuesto hombre de 29 años que aunque no supera mi estatura tiene un corazón amoroso que lo hace ser muy atractivo, es muy detallista y encantador…. Es el típico hombre con el que toda chica sueña casarse y compartir sus hijos, tanto es así que la estatura fue un detalle que nunca tome en cuenta para fijarme en él, y no quiere decir que él sea pequeño en estatura con 1,70que es un promedio de estatura normal en un hombre, más bien diría que yo soy muy alta por genética de mis padres que también son muy altos.





Mido 1,75… siempre era la más alta de mi clase o de mi grupo de amigas, desde que me casé con Jairo, anhelamos ser una familia normal como cualquier otra, mi sueño siempre ha sido ser madre a temprana edad porque pienso que cuanto más joven sea una madre más energía tendrá para participar de los eventos de sus hijos, aparte de eso la cercanía con un hijo o hija en la adolescencia es más amistosa porque los gustos en moda música y demás cosas serán similares puesto que la diferencia de edad es poca. Bueno en fin esa es mi forma de pensar, respeto aquella persona que piense diferente, el caso es que ya había pasado 1 año desde que nos casamos y aun no sucedía nada, yo no sentía nada ni presentaba ningún síntoma de preñez, nunca consultamos a ningún médico sobre que podía estar pasando así que "yo no sabía de quien podía ser el problema, de mi esposo o quizás el problema fuera mío", una incógnita que ninguno de los dos intentamos de averiguar, quizás por miedo. 

Debo aclarar también que el sexo ocasional que tenía con mi esposo era otra de las causantes de tal problema, pues confieso que no éramos una pareja que tuviera sexo seguido o diario como ocurre en parejas recién casadas, ese no era nuestro caso, debido a que Jairo es un hombre muy entregado a sus negocios, casi siempre llegaba a casa muy tarde cansado y solo quería descansar…, así que el sexo lo teníamos solo en sus días sabáticos en los que no trabajaba o a veces cuando él llegaba a casa más temprano de lo normal hacíamos el amor durante 10 o 15 minutos que es lo que él se demora en correrse y caer en un sueño profundo, quedando yo sin acabar con un calentón del quince…, pero bueno en fin yo tenía que comprender todo aquello, porque gracias a sus negocios mi esposo me daba una vida muy cómoda con algunos lujos, así que el sexo no era un motivo de desapego marital pese a no ser muy frecuente entre nosotros.

Mi esposo siempre trataba de consolarme y me decía que no me preocupara por eso, que con bastante insistencia en el momento menos pensado yo podía quedar embarazada, que teníamos todo una vida por delante… que no me preocupara por ser madre tan joven (pero en el fondo eso era lo que yo quería) que más adelante podíamos hacer una familia, etc… antes de casarme con Jairo, yo había sido una chica muy coqueta…, siempre tuve un círculo social muy amplio desde muy temprana edad. Empecé a salir a las mejores discotecas de la ciudad a los 16 años yo entraba a todos los sitios debido a que yo era una chica muy alta pasaba desapercibida en cualquier lugar de estos, a todos los clubes que asistí en ninguno me llegaron a pedir el DNI, en este aspecto mi estatura me ayudó a divertirme bastante, pues todos los guardias de las discotecas daban por hecho que yo era una chica mayor de edad como cualquier otra de las que asistían allí. Tenía muchas amigas que eran las que me invitaban a estos sitios y me presentaban amigos con los que yo bailaba y vacilaba, pero nunca me pasaba con ninguno de ellos en la primera cita, solo les permitía algunos besos, caricias y nunca pasar de ahí.

 Siempre me educaron con buenos valores y criterios, así que en mi bolso nunca faltó una cajita de condones… esto me permitió follar con muchos chicos diferentes sin que me preñaran, por todo eso, a pesar de ser tan joven sentía que había disfrutado muy bien mi vida. Una vez gozado con multitud de canallas, un día asenté la cabeza y tocó organizarme la vida conyugal emparejándome de por vida con Jairo… tener un hogar, ser una madre responsable pasar a otra etapa de madurez. Esos tiempos de diversión para mí ya habían culminado, ahora me había casado y estaba muy enamorada de mi esposo, un hombre al que amo… con cero problemas económicos y una vida muy tranquila donde todo marchaba bien hasta que conocí a su padre, Raúl un maduro viudo de 55 años, de piel morena….

Aquel viejo era de estatura más alta que su hijo… rozando mi misma altura, con canas que se asoman en su pelo demostrando muy bien su edad. Cuando conocí aquel viejo sentí algo que nunca había sentido en mi vida… un sentimiento de repudio interno porque no soportas a una persona. Sí así es, aunque les parezca increíble, pero nunca había sentido aquello por alguien cayéndome tan mal con la cantidad de hombres con los que he fajado. Como bien dije al principio toda mi vida he sido una chica muy sociable y siempre me llevaba muy bien con todas las personas que conocía, incluso mis ex, pero con aquel madurito era diferente puesto que me trataba en cualidad obscena, y en ocasiones sin que mi esposo se diera cuenta me requebraba…, yo nunca le decía nada a Jairo porque ellos llevaban una buena relación padre/hijo, la cual no quería arruinar, ese era el único motivo que no me dejaba hablar con mi esposo a las claras y comentarle la incómoda situación. Guardar silencio fue un gran error, porque tras sus piropos fueron subiendo mucho más de tono viéndose cómodo conmigo en sumisión, sus piropos comenzaron a cruzar la línea roja entre lo normal y lo morboso. 

Cuando venía a casa, me pillaba sin sujetador…, yo nunca me pongo para ir por casa, por el contrario, uso camisas blancas muy ajustadas con blusas tipo top muy pequeñas, razón por la cual mis tetas quedaban algo expuestas, y los pezones muy visibles a través de la tela. Pero así me gusta estar en mi casa para que mi esposo me vea andar ligera de ropa en casa, pudiendo aumentar su excitación y con ello el aumento de su esperma en nuestros encuentros sexuales. Por obvias razones también aumentar mis posibilidades de quedar preñada. El caso es que como Raúl es el padre de mi esposo entraba con toda confianza en casa, y siempre me pillaba en ese porte. En una ocasión que vino, su hijo en la salita viendo un partido de futbol, Raúl se me acercó en la cocina mirándome de pies a cabeza y detuvo la mirada en mis tetas… con una risa picara me dijo…

- ¿Sabes que la fruta que más me gusta es la fresa…?

Ese día vestía en mi casa con un pequeño pantaloncito de lycra blanco y una camisa del mismo color que estaba un poco húmeda por las labores caseras, me giré hacia el espejo a mirar mi camisa… mis pezones estaban muy visibles debido a la humedad de la tela, entonces entendí lo que realmente quería decir sobre mis pezones, aquello me molestaba pero por no dañar la relación con su hijo, yo insistía en guardar silencio de lo que pasaba y más bien optaba por evitarlo a toda costa. Me molestaba mucho la presencia del viejo en casa, así que yo trataba en lo posible de no hacerle cara a sus insinuaciones e ignorarlo totalmente. En varias ocasiones le hablé a mi esposo pero sin comentarle aquella incómoda situación….Le pregunté porque tenía que ir a visitarnos tantas veces seguidas (indirectamente le hacía entender que no me gustaba la presencia de su padre nuestra casa). Jairo me decía que había que comprenderlo, Raúl se sentía muy solo y que el único recuerdo que le quedaba de gloria, era su hijo. Sentía un vacío enorme al haber quedado viudo  tan joven con tan solo 48 años…, según Raúl adoraba y amaba mucho a la madre de mi esposo, esto era lo que él decía, pero los hechos mostraban otra cosa, porque ni para Jairo ni para mí era un secreto la vida libertina y desordenada que ese maduro se montaba en su viudez…. 

Después de enviudar hace 7 años, bebiendo en los bares de su barrio y pagando prostitutas baratas, esto era algo que a mi esposo le molestaba pero lo justificaba diciendo que mientras estuvo casado con su madre fue todo un ejemplo a seguir y que siempre cumplió con los deberes del hogar, y este era el motivo de que ellos tuvieran una buena relación padre/hijo. Ahora Raúl trataba de llenar ese vacío que le dejó la muerte de Gloria, acostándose con cuanta mujer se le cruzara y que pudiera pagar…, pero bueno la verdad esto no nos importaba mucho, es una persona adulta como para saber qué hacer con su vida y gastar su dinero con la Puta que quiera.





Mi vida cambio el día que  celebramos el primer aniversario.

Debido al mutuo amor que nos tenemos y también que por esos días yo había acabado de cumplir mis 23 años decidimos celebrar todo en una sola fiesta que realizamos alquilando una gran casa donde habían varios salones de baile a la cual asistieron muchos compañeros de negocio de Jairo y por supuesto su padre también estaba presente. Fueron muchas de mis amigas que debido a mi matrimonio, llevaba mucho tiempo sin ver, para ese día me vestí con una elegante y atrevida blusa roja que podía usar sin necesidad de sujetador…, aquella prenda cubría casi la mitad de mi busto debido al tamaño de mis tetas… parecía que querían salirse. Una pequeña y cómoda falda de estampado muy vaporosa a medio muslo, un bragas de encaje blancas y por ultimo unos botines negros que me hacían ver algo más alta de lo que soy. 

Ese día quería lucir muy bien especialmente para Jairo, pues según mis cuentas, ya se cumplía un mes sin follar con mi esposo, así que deseaba lucir lo más sexy posible para provocar un encuentro sexual brutal con él una vez terminada la fiesta… que me llevara cargada hasta la cama y hacer el amor como en una segunda luna de miel, y lo mejor es que yo en esos días me encontraba en mi periodo más fértil del mes, así que esa noche era una buena oportunidad para dejarme preñada de una vez por todas. Cuando la mujeres estamos ovulando nos solemos poner cachondas perdidas, por eso ese día yo me sentía sexy de igual forma. Solo esperaba que mis amigas no se quedaran atrás, muchas habían venido vestidas un poco atrevidas y otras con vestidos más decentes bien arregladas pero igual lucían bonitas. 

En el transcurso de la fiesta hablando entre mujeres según mis amigas decían que yo me llevaba el mayor número de miradas por parte de los compañeros de Jairo, y esto lo pude comprobar cuando mi esposo me llamó para presentarme… la mayoría de ellos eran hombres muy atractivos también, a simple vista se calculaba que no superaban los 30 años, todos sin excepción hacían alarde de la hermosa esposa que se había conseguido Jairo. Pude sentir la mirada de muchos de ellos de pies a cabeza recorriendo todo mi cuerpo, y varios de ellos se quedaron observando mis largas piernas blancas que hacían un excelente contraste con la mis botines negros que lucía ese día. Otros preferían observar mis tetas carnosas a punto de salirse del vestido, aunque los elogios eran para mí, sentí que era mi esposo el que me exponía con orgullo. La fiesta transcurría de forma normal ese día…. hablé y bebí mucho vino con mis amigas a las que llevaba tiempo sin ver, hablamos de muchas cosas, algunas que también se casaron y otras optaron por estudiar una carrera profesional… otras que habían salido de España debido a la puta crisis…, en fin me puse al día con tantas cosas que habían pasado. 

Mientras esto sucedía Raúl pasaba el tiempo solitario en un rincón bebiendo lo que le ofrecía su hijo, durante casi toda la fiesta Raúl no paraba de mirarme, no me quitaba el ojo de encima pero yo estaba tan entretenida hablando con mis amigas y bebiendo vino que no le preste atención a esto. Yo seguía bebiendo, me servía una copa tras otra poniéndome en ese punto alegre controlado, aunque mis amigas decían lo mucho que me ponía bebiendo muy deprisa… no les hacía caso, más aun por el contrario les ofrecía más vino a ellas también. El ambiente en la fiesta se puso divertido cuando varios de los compañeros de mi esposo se llenaron de valor acercándose a ligar a mis amigas…, vi la intención de varios de ellos en sacarme a bailar, pero por respeto a su compañero ninguno lo hizo, entonces yo aproveché para ir a la mesa por más vino y esperar que mi esposo viniera de manera educada a pedirme que bailara con él como en los viejos tiempos cuando apenas éramos novios…, sirviéndome una copa noté a alguien llegando por detrás, diciéndome de manera cortes… 

- Bella dama, ¡¿me concedes un par de bailes…?!

De inmediato puse la botella y la copa en la mesa con la gran ilusión de que lo que había pensado se cumplió de inmediato, pero más grande fue mi sorpresa que la persona que me estaba solicitando no era otra más que su padre…, inmediatamente lo miré frunciendo el ceño dándole a entender lo atrevido que había sido, pues ninguno de los compañeros de Jairo se tomó el suficiente atrevimiento y porque ha de hacerlo ese viejo maduro….Raúl entendió lo que trataba de decirle gestualmente antes de darle una respuesta negativa… 

¡Ya he pedido permiso a mi hijo para bailar contigo! 

Miré a mi esposo que estaba hablando con uno de sus socios y Jairo con una copa en la mano y con un gesto de aprobación me indico que el permiso estaba concedido. No sé porque mi esposo aprobaba esto, quizás le parecía una buena idea para que su padre y yo alcanzáramos una mayor confianza pues sabía que la presencia del viejo en nuestra casa no me agradaba mucho… tal vez lo aprobó con alguna buena intención para arreglar las cosas, además Jairo como buen anfitrión estaba entretenido socializando con todos, en especial con su socio, así que no era muy probable que en ese momento yo fuera a bailar con él…. Raúl no me vio convencida del todo, e intentando persuadir me volvió a insistir… 

- ¡Anda Gisela, solo quiero bailar un poco, mira como está el ambiente, prometo ser muy cortes contigo!

Todas mis amigas bailaban con los amigos de Jairo, eso me recordó que el ambiente en la fiesta estaba divertido y esto fue cambiando mi semblante, además las copas bebidas me subieron el nivel de interactividad y esto no me permite estar quieta… lo mejor era bailar para calmar esa ansiedad, y teniendo en cuenta la aprobación de mi esposo poco a poco fui olvidando quién era Raúl para mi mis adentros y lo impertinente que había sido con sus insinuaciones hasta ese momento. Sin mostrarme convencida del todo le extendí mi mano en señal de aceptación, vi en su cara una alegría inmensa y pude notar que respiró un aire de triunfo inmediatamente tomó mi mano. 

En la sala donde nos encontrábamos, ya habían muchas parejas bailando y quedaba poco espacio libre, así que Raúl tomando mi mano me condujo a otra sala contigua, en la parte trasera de la casa donde no había nadie y sí suficiente espacio libre. Empezamos a bailar allí, yo pensaba que iba a ser un momento incomodo bailando con este viejo madurito morboso, pero no, estaba equivocada en pensar eso, me asombré al ver que este hombre, a pesar de su edad sabia bailar muy bien. Desde que comenzamos a bailar supo llevarme el ritmo de los pasos, este fue un aspecto que me sorprendió, empezó hablarme de manera muy cortes y a decirme lo divertida de la fiesta… 

- ¡Estoy verdaderamente feliz porque al fin puedo conversar contigo de manera distendida! 

Me comentaba cosas de ese estilo que me hacían olvidar todo lo malo vivido con él, me estaba haciendo reír mucho llevándome en volandas con el baile… me empecé a sentir más tranquila y a gusto bailando con ese viejo verde que resultó ser un seductor incansable…bailaba bien. Su voz profunda y varonil atronaba en mi mente como un huracán haciéndome sentir la mujer más hermosa y deseada de la fiesta o del mundo… entre paso y paso me susurraba al oído que estaba preciosa y que el conjunto me quedaba muy bien…,le gustaba verme sonreír. Todos aquellos piropos obscenos de otras veces, ahora se transformaron en bellas galanterías adecuadas… de hecho me gustaban tanto que solo le contestaba con una sonrisa…. Raúl creaba un formidable estado de confort en aquel momento bailando conmigo, como solo consiguen los auténticos aduladores… "los insaciables canallas que te envuelven con sus lisonjas en tus instantes bajos, para entrar a saco en los más recónditos lugares de la lascivia de una mujer y derrumbar, todas las barreras construidas durante años para evitar caer en las más desestimadas tentaciones carnales con alguien inadecuado…."

!!A estos hombres los conocía muy bien, pues me había tirado a muchos antes de casarme….!!

Así duramos un buen rato bailando, conversando y haciéndome reír… había hecho olvidarme todo lo pasado con él, no sé cuánto tiempo pasó, pero ya bailábamos y conversábamos de manera más amistosa y sensual de lo recordado en toda mi vida… nos reíamos con mucha confianza. Él decía que le daba mucho gusto que las cosas se arreglaran entre nosotros, y yo le decía que me estaba haciendo pasar un rato agradable… ¡Estoy muy a gusto bailando contigo…! Ya llevábamos un largo rato bailando cuando puso sus dos manos sobre mi cintura y me dijo que le pasara mis brazos por su cuello… 

- Así bailaremos mucho mejor.

Me insinuó cayendo en su juego sutil. A diferencia de mi esposo, Raúl tiene una estatura adecuada para una mujer, pero los botines que esa noche lucía me hacían verle a su misma estatura. En las varias lentas bailadas, nos habíamos divertido haciéndome sentir mujer deseada debido a la confianza adquirida, para ello ayudó mucho que aquella estancia solo era para nosotros, un lugar donde nadie podía observarnos, así que a mí no me pareció mala idea lo que él me proponía…. Sin ninguna señal de descontento pasé mis manos por su recio cuello varonil envolviéndome en la nebulosa que toda hembra siente ante la seguridad que le da un macho de tal afer…efectivamente el baile se tornó mucho más cómodo y sensual…, lo abracé por su cuello, del mismo modo como él también me había abrazado por la cintura.

No, no sé si eran las copas bebidas por mi parte o que me sucedía, pero aquel viejo que tanto repudiaba unas horas antes, ahora me parecía agradable estar bailando así con él, e incluso me sentía cautivada después de abrazarlo. Noté sus manos apretando un poco mi cintura y mis tetas se apretujaron contra su pecho clavándoles los pezones erguidos que debió notar…, y comenzamos a bailar más pegados. Debido a nuestra igualdad de estatura nuestros rostros quedaron a una distancia muy cercana. Mirándome fijamente a los ojos con una sonrisa picarona me pregunto… 

- ¿Qué, te parece bailar conmigo…? 

Me sentí ruborizar con aquella pregunta y con su mirada tan penetrante, pero gracias a la penumbra del lugar no pudo notar de pronto mis cachetes se sonrojados…, yo solamente sonreí y le respondí con una sola palabra… bien. Raúl se sintió más seguro de sí mismo así que al poco rato de estar bailando tan pegados percibiendo mis tetas apretujadas contra su pecho, también empecé a sentir el bulto de su entrepierna sobre mi barriga por encima de la fina tela. Yo cada vez estaba más convencida que el alcohol me habían empezado hacer efecto, porque sus apretones no me disgustaron para nada…antes al contrario, pensaba cosas que estando sobria jamás pasarían por mi mente sobre aquel hombre…, y un raro pensamiento cruzó por mi cabeza sobre lo bien dotado que parecía estar el macho con quien me sobaba sin enojo. Por lo menos yo sí notaba que lo que me frotaba de su entrepierna era muy grande…, no sé si fue por las mismas copas que ya tenía sobre la cabeza o por alguna razón que desconozco, pero ese roce me provocó un toque de excitación extrema que me electrificaba todo el cuerpo… no le demostré nada de cuanto sentía mi cuerpo y continúe bailando normal. 

Luego sus manos fueron bajando disimuladamente de mi cintura hasta mis caderas, yo fingía no darme cuenta que ya me estaba agarrando de mis nalgas y aprovechando los movimientos del baile me apretó suavemente hacia él, y ahí sí sentí en toda su plenitud el increíble miembro viril tan bien desarrollado sobre mi vientre. Advertí que estaba erecto, y con toda su dureza comenzó a restregar su duro cipote contra mí. No sabía que me estaba pasando en ese momento, me sentía algo mareada por las copas aumentada por la excitación de esos días donde las hormonas están predispuestas a recibir a cualquier macho…, así que sin decirle nada fingiendo estar concentrada en el baile, le dejé continuar. Aprovechaba el vaivén del baile para mover su pelvis de derecha a izquierda, mientras me sujetaba de las caderas y me atraía hacia su falo haciéndomelo notar bien firme. Luego flexionaba su pelvis y me lo frotaba de arriba hacia abajo muy levemente, rozándome contundentemente me sentía en plena efervescencia de mi borrachera y lo peor era que esta iba en aumento pese a continuar disimulando estar concentrada en los pasos de baile. 

Según mis cálculos por cuanto percibía, pensaba que este macho podría tener semejante falo tan grande, más que su hijo…, así que el hecho de pensar en una polla de mayor tamaño que la de Jairo me provocó mucho más ardor en mis entresijos… pero yo continuaba sin decir nada velando que nada estaba pasando por mi cabeza… solo continuábamos bailando. Entonces su avance se hizo evidente metiendo su mano por debajo de la falda. Me acaricio el culo por encima de las bragas de tela transparente, haciéndome pequeños círculos. Luego siguiendo el contorno de mis nalgas desde la cintura hasta el enlace de mis muslos, y entonces hacía el movimiento inverso de abajo hacia arriba…, me apretaba las nalgas suavemente por encima de las braguitas y seguidamente me atraía fuertemente hacia él para clavarme el bulto energizado de su verga inhiesta de tamaño brutal…, esto lo hacía con delicadeza mientras yo me regocijaba en su duro mástil. Él no cejaba de acariciar mis caderas, en este momento ya era muy notorio lo que ocurría entre los dos, por ello no podía disimular por más tiempo lo que estaba pasando, porque aquello si era muy evidente. Así que tenía que armarme de valor reclamándole al orden por todo aquello que estaba haciendo conmigo…

- ¡¿Raúl por favor qué estás haciendo?! Ya te estás pasando mucho metiéndome mano… ¡Soy la esposa de tu hijo, por favor!!

Pero mi tono de voz me traicionó y aquello sonó diferente a mi intención, mi subconsciente habló por mí dado que por lo nerviosa que estaba, pareció más un reclamo de hembra ovulando pidiendo aparearse, que un exabrupto que pudiera alejar las intenciones de dicho macho de consumar dicha cópula. Raúl se dio cuenta de esto y mostrándose más seguro sobre sí mismo, puso su mano sobre mi vulva mullida en extremo caliente…, hecho esto yo puse una cara entre sorprendida y excitada pues no me esperaba que hiciera tal gesto llegando a ese extremo, pero la culpa era mía por dejarle avanzar demasiado… ya me había mojado tanto que se notaba en la fina tela de las bragas. Su mano en mi coñito lo notó ipso facto por lo muy mojada que me hallaba…, seguro de sí mismo… 

- Es cierto que me estoy pasando con mi querida nuera, de igual manera que sé que te gusta. 

Yo tratando de defender mi dignidad de mujer fiel y casada… 

- ¡No te equivoques conmigo, no soy como esas mujeres a las que pagas para follar conti...!

Me interrumpió la respuesta plantándome un beso. Estábamos bailando muy pegados y obviamente por nuestra igualdad de estatura nuestros rostros estaban muy cerca, así no tuvo que hacer mucho esfuerzo para besarme, pues no pude zafarme con una cobra. Aquellas palabras las pronuncié entrecortadamente en un gemido, y esto le dio la suficiente seguridad para hacer conmigo lo que quiso…, mis palabras fueron inútiles, abrió mis labios con su lengua y buscando la mía nos fundimos en un largo y mojado beso obsceno cargado de lascivia, la lujuria se hizo cargo de mis necesidades, y yo correspondí instintivamente facilitándole el contacto y el fulgor de nuestras lenguas. Mientras tanto sus manos perpetuaban su trabajo allí abajo…, su dedo comenzó a frotar mi clítoris, muy duro, muy erecto, muy salido… lo hacía con suaves círculos tan sensual con sus rudos dedos y la lubricación de mi coñito que abordó mis límites. 

Me importunó haciendo lo suyo en mi chochito, hasta que caí presa de mi necesidad furibunda después de semanas en el dique seco con las hormonas a flor de piel, no era dueña de mis deseos e instintivamente respondí a sus intenciones meneando mis caderas al ritmo de sus dedos probando mayor frotación en mí enervada pepitilla. Aquel largo beso en el que todavía estábamos fundidos me impedía gritar o reclamar nada, pero no podía impedir gemir calladamente, ahora caliente y muy excitada, tanto que perdí la razón sin saber lo que hacía fui bajando una de mis manos oteando su varonil cuerpo hasta que le agarré su duro rabo sobre su pantalón…, se lo froté, se lo acaricié a lo largo de toda la extensa longitud de su polla, alternando las caricias con fuertes apretones en tan grueso ejemplar pudiendo por fin salir de dudas….





¡¡Raúl se hallaba mucho mejor dotado que mi esposo!! Al ver mi respuesta positivamente a sus manoseos, saco una de sus manos de debajo de mi falda, la trajo a mi pecho y rápidamente me bajo la blusa sacando una de mis tetas, concretamente la derecha. La dura fresita de mi pezón se desperezo irguiéndose fantásticamente y esto daba una clara señal, ¡¡Mis tetas deseaban ser succionadas!! El madurito semental, como leyéndome el pensamiento de inmediato, se puso hacer una buena labor de lactante…, abordó mi pezón para lamerlo, chupármelo, mamármelo, y succionármela teta adornándolo con pequeños y suaves mordiscos sobre aquella fresita hinchada que tengo como pezón. Y así lo hizo el padre de mi esposo lamiendo su fresita que mordió en tanto yo ya había perdido la razón sometida a la desesperada excitación de dejarme someter por tan bravo macho. Por instinto bajé el cierre de su pantalón y alcancé a extraer a duras penas su enorme verga de entre sus calzoncillos, la cual podía sin duda tomar con ambas manos y aun sobraba un pedazo de igual tamaño a mi mano. Aquel cipote era tan duro, tan grueso que no pude cerrar mi mano en torno a él, me electricé cuando mis dedos hicieron contacto con su glande que palpitaba completamente despojado del prepucio y muy mojado con un grosor formidable, ese tipo de cabezas de polla dignas de ser homenajeadas con una mamada pertinente e ininterrumpida hasta lograr su engrudo en mi garganta. 

Lo comencé a masturbar al mismo ritmo de la mamada que el prodigaba a mi ubre, solo lo pajeaba de su capullo caliente e hinchado como una gran ciruela bermellón hasta sus colosales testículos. Mientras yo lo masturbaba y él me succionaba los pezones de mis tetas, lentamente con sus manos por debajo de la falda, que era fácil de abrir porque era una falda abierta de cómodo acceso a mi prenda interior, intentó bajarme las bragas en clara intención del deseo de mi suegro… en ese momento reaccioné a la vista de estar a punto de cometer una locura. Rápidamente traté de impedirlo abriendo mis piernas, ejerciendo presión con mis muslos sobre las bragas, a fin de impedir bajármelas totalmente…, la prenda íntima solo quedó a medio muslo, al darse cuenta de esto me dijo… 

- ¡Vamos Gisela me estás haciendo una soberana paja! Se nota que quieres mi verga, la necesitas y te voy a dar. 

- ¡¡No Raúl detengamos esto aquí!! Hemos llegado demasiado lejos. No voy a follar con alguien que no sea mi esposo. 

Hizo caso omiso a mis agitadas palabras, mis bragas a medio muslo dejaba mi depilado coñito muy expuesto (siempre me gusta mantenerlo así bien depilado, más por gusto que por higiene) y me atrajo más hacia él para hacer contacto con su verga, fue entonces cuando sentí su polla dura deslizarse entre mis piernas tratando de penetrarme. Para tratar de impedirlo, cerré las piernas haciendo de su intento un lance fallido, sin embargo su verga golpeo como un ariete de frente a mi clítoris. Con las piernas cerradas ya no había presión que sostuviera las bragas a su altura, y la prenda inmediatamente cayó al suelo…, solo tardo un par de segundos la reacción de mi suegro, cuando rápidamente me asió de mis largas piernas con sus manos enormes y fuertes brazos, dejándome completamente en el aire, así que instintivamente para evitar una caída lo volvía abrazar por el cuello mientras que él caminando y sujetándome de las piernas en volandas me trasbordaba al rincón de la pared, quedando atrapada entre esta y el cuerpo del osado varón que me estremecía. 

En medio de la penumbra, pude ver mis braguitas blancas posadas sobre el suelo, ya no tenía ninguna prenda por debajo de la falda vaporosa de gran vuelo más fácil acceso que impidiese cualquier intromisión…mi vagina depilada estaba expuesta, entreabierta por la posición elevada de piernas abiertas semi despatarrada y enfrente su verga erecta amenazante con invadir mi cuerpo…, pero en lo que yo había podido palpar, intuía que ese descomunal badajo era muy grande para mi enjuta vagina, y seguramente no entraría con facilidad si era capaz de incursionar en ella. En verdad me desconsolaba a mí misma diciéndome que en esa posición era muy poco lo que yo podía hacer por impedir la feroz follada con que amenazaba aquella verga de basto tamaño…, en cambio aquel viejo tenía todas las ventajas, pues tenía contra la pared a una joven y bella chica casada abierta de piernas con la libido por la nubes, a la que estaba a punto de follarse, una chica muy diferente a las prostitutas que él estaba acostumbrado a pagar, ¡¡Sobre todo porque esta le saldría gratis follársela….!!

No tenía intención de ponerse condón, con lo que la sensación de placer en su bálano sería impagable, todo ello añadido a no parar de bombearme con todo el falo hasta descargar su gordos cojones repletos de esperma espeso y fértil en lo más hondo de mi predispuesto útero en plena ovulación… y lo mejor es que él se mostraba muy seguro de lo mucho que me haría gozar. Aquella aventura convertida en una ruleta rusa de mi fecundación, volvía mucho más excitante la situación, tanto para mí como para él sin lugar a dudas. Mi raciocinio dejó de ser correcto para ser práctico, hacía meses de mi búsqueda de la maternidad, y si mi marido no me preñaba, poca diferencia genética podía haber con su propio padre, añadido a lo vertiginoso de la situación con tal cipote empuñado por aquel veterano nunca visto por mí, el cual calculé a malas cuentas, no debía de bajar de los 25 cm de largo y 6 de grosor… un auténtico misil que me inseminaría depositando una ingente cantidad de lefa en las mismas puertas de mis ovarios… ¡Joder qué huevos poseía mi suegro! Esas moles debían producir semen para preñar a diez vacas. 

En definitiva, la situación me llevó a estar despatarrada ante el mejor sustituto de mi esposo para dejarme bien PREÑADA. Emparedada contra la pared y ese ejemplar de macho ibérico, hizo más fuerza con sus brazos para levantarme otro poco, al tiempo que se agachó otro tanto acabando de bajar el vestido sin tirante que tenía a medio teta, ahora mis ubres estaban totalmente al desnudas y ofreciéndose a su cara, sosteniéndome de las piernas contra la pared. Se lanzó sobre ellas con su boca como queriendo devorar aquel par de pasteles coronados por un par de fresitas inflamadas de pezones duros deseosas de ser succionadas. Raúl también se mostraba muy excitado saltando de una teta a otra…, estuvo jugando un largo rato con ambas mamas, besando, lamiendo, chupando, succionándolas y unos suaves mordiscos sobre mis pezones que me hacían perder la razón. Yo ya me hallaba totalmente sometida en aquella situación la fogosidad se había vuelto apoderar de mí, deslizo sus dedos por mi mojada rajita y al poco era la enorme y dura cabeza de su falo erecto el que hizo contacto con mis labios vaginales... ¡¡La sensación que sentí en ese momento fue indescriptible!! 

Allí gemí de una manera intensa mostrándole que todo me iba  gustando mucho. Así que él me aferró de las caderas y las empujó hacia delante para frotar mi pequeña rajita lubricada al extremo…, ahora percibía todo su glande aplastando mis labios vaginales negándole la entrada a aquel falo de tamaño y grosor superior al de mi esposo, no es que este tuviese una polla pequeña, dado que los 17 cm y casi 4 de grosor más de una quisieran para ellas, sino que en comparación con cualquier hombre conocido por mí hasta ese día mi suegro gastaba la tranca más gigantesca que había intimado con follarme. Era evidente que aquel gran pollón, un miembro viril descomunal no sería fácil de insertar en mi pequeña hucha a diferencia de la picha de su hijo Jairo, que entraba con suma facilidad en mi estuche quizás por la costumbre de mi vagina al molde adecuado de polla, con las dimensiones del mediano falo de mi esposo. 

Entonces Raúl lo deslizo a lo largo de la longitud de mi raja, agarraba su mástil y me lo pasaba por la vulva entre mis labios vaginales de arriba hacia abajo como quien con una brocha pinta una pared, lo hizo varias veces lentamente y después más rápido y con más firmeza. No sé cómo describir la sensación que estaba sintiendo en ese momento pero de lo que si estoy segura es que jamás en mi vida había sentido algo tan excitante, miedo o temor a algo tan desconocido y monstruoso con intención de partirme en dos, deseo irrefrenable de tenerlo dentro de mi entrañas, un entusiasmo de ser follada que ni siquiera en las tradicionales y ocasionales noches de sexo con mi esposo Jairo tuve nunca. Mi suegro lo hacía moviendo su cadera hacia delante y atrás, una y otra vez frotando mi clítoris enervado y tan duro que me llegaba a doler con el simple roce de su duro glande. El baile que ahora tomamos era el más erótico pensado por mí esa noche, primero lentamente me extenuaba el coño al exceso, y luego al ritmo de la música que sonaba se acrecentaba el ritmo a uno más rápido, mucho más rápido, muy rápido…, yo seguía gimiendo cada vez más y mi respiración ya se tornaba demasiado agitada hiperventilando como una cosaca a la que estuvieran acosando para matarla.






Luego volvió a colocar su vergazo sobre mi rajita y presionó contra ella, y nuevamente mi enjuto coñito le negó el acceso, era como si mi estrecho chochito se quisiera abstener de darle paso a aquel descomunal cipote de cotas sumarias. Estoy segura que si fuera el miembro viril de mi esposo Jairo, hubiera entrado con facilidad en el primer intento debido a sus ideales dimensiones, pero su padre se dio cuenta que no iba a ser fácil introducir su gran pollón en mi pequeña vagina, se percataba de ser un lance de labor muy ardua… ¡Yo seguía convencida que era imposible que entrara!, así que por el momento solo lo usamos como un gigantesco vibrador moviéndolo en cortos y cerrados círculos, y después de arriba abajo era como un beso íntimo entre mis pequeños y rosados labios vaginales y su duro glande hinchado como una gran ciruela madura, aun así yo no lo pude evitar y grité del entusiasmo como si hubiera sido una penetración, apartó su verga de mis labios vaginales y volvía a insistir tratando de metérmela en la pequeña bocana de mi conejito, aun siendo su glande voluptuoso en medio de mi rajita, mis labios vaginales se negaban en abrirle paso a aquel duro mástil que con el simple contacto se notaba que quería penetrarme como diera lugar

Volvió a dar un par de “brochazos” de arriba hacia abajo… entonces se detuvo a la mitad de mi mojadísima raja calenturienta e hirviente presta a la fornicación con mis jugos vaginales lubricado con mucho el conducto angosto, una zanja engrasada que sin duda podía facilitar que aquel gran rabo surcado de inflamadas venas gordas ingresara en mi vagina calenturienta. Mi maduro suegro volvió a sujetar su enorme tronco con una mano, la otra asía mi culo sobre mis nalgas expuestas a la danza ancestral del apareamiento animal concebido en exclusiva para engendrar. Mientras hacía más presión el glande de su verga contra mi expuesto coñito de raja entreabierta, llevo ambas manos a mis nalgas y empezó a empujar con toda su verga. ¡Umm! Fui notando como su endurecido y tieso rabo se abría paso con dificultad entre mis labios vaginales, y efectivamente por el flujo de espesos jugos vaginales, mis labios por fin habían decidido ceder al severo capullo y punta de lanza de mi suegro, empezando abrirse paso con aquel soberano miembro viril de proporciones abismales. 

Lentamente con toda delicadeza entre mis gemidos y jadeos se mostraba más abigarrado su tremendo ariete forzando cada vez con mayor apremio, lo que le permitía ir introduciendo el gran tramo de su cipote… Su GLANDE.  Mi posición entregada al fornicio era muy favorable para Raúl, pues contra la pared a su merced haciendo tope con mi espalda y sostenida de las nalgas, abrazada a su cuello con mis piernas rodeando su cintura completamente despatarrada…, el muy macho solo necesitaba ir empujando paulatinamente con su cadera hacia adelante, para alimentar mi conejo de nabo en cada empellón con más verga y así que fuera entrando… hasta que por fin después de varios intentos poco a poco fui sintiendo aquel pollón entrar, todavía con dificultad se abría paso entre mis angostas paredes vaginales e iba introduciendo su glande en el interior de mi vagina que correspondía dilatándose a este acto. El coño se lo iba tragando poco a poco, cm a cm…. Gustosamente se lo engullía, lo succionaba, lo abrazaba, lo apretaba, mi caliente coño le daba con mucho gusto la bienvenida al invasor. 

Mi rajita se dilataba a más no poder, estaba llena y pletórica de esa rica verga madura de aquel veterano follador que ingresaba su bastión hacia el interior de mi vagina sin recato alguno…, los delgados y rosados labios estaban tan abiertos como lo pétalos de una flor en íntimo contacto con el rudo badajo de Raúl, ambos francos los imaginaba cual elástico apretando esa enorme verga yo aún no podía creer que fuera entrar en mi párvula vagina. El macho forzó con más energía con sus dos manos que me sostenían de mis nalgas hasta que finalmente su verga me penetró de manera total hasta los mismo huevos… ¡25 cm de duro rabo me empalaban! Probablemente notaba su orondo capullo en la misma boca del estómago…. 

- ¡¡Aaaaaggghhh, oooohhh uuummmmm ricooo!! 

Ese fue el grito que salió de mí apenas sentí todo su cipotón en mi interior…, no me lo podía creer, aquella verga me penetró de manera total aplastando sus huevazos contra mi coño. Empezó suavemente a entrar y salir desde su glande hasta el último centímetro, por increíble que me pareciera, mi conejito enjuto se había devorado toda esa verga. Lo que creí que iba a ser algo doloroso debido a las dimensiones descomunales del rabo de Raúl, se convirtió en una agradable sensación que me embargaba cada poro de mi ser…, no sé si era por el conjunto de emociones que estaba sintiendo en aquel momento, pero a pesar de la dificultad con la que aquella verga irrumpió en lo más íntimo de mi ser, no sentí ni siquiera una pizca de dolor, todo lo contrario, era una deliciosa y rica sensación hallarme embargada hasta las trancas de carne dura tan enervante… me encontraba fenomenal y su verga, efectivamente era tan grande que la notaba hasta en el estómago. 

Sujetándome de mis largas piernas, finalmente me dejé llevar, me dejé hacer lo que él quisiera, ya no había marcha atrás, así que crucé mis piernas sobre su cadera y mis brazos sobre su cuello quedando yo totalmente entregada a mi amante ocasional para que me penetrara a su gusto en la follada más excitante de mi vida. Cadenciosamente me estaba follando, así de esa manera en donde sus embestidas empezaron aumentar su ritmo, con lo cual sus pesados cojones también se balanceaban con mayor premura consiguiendo que cada vez que su verga entraba hasta la raíz, las pelotas me golpeaban en el ano y el perineo bajo mi coño dándome un extra de placer… después volvía a salir de mi vagina dejándome con las ganas de amarrar ese par de grandes huevos colganderos de semblante majestuoso, y sobarlos a conciencia para produjeran mayor cantidad de leche.

Mi nivel de borrachera subía a marchas forzadas, al punto de superar todos mis límites personales… yo estaba totalmente perdida y con cada embestida ese placer aumentaba en mayor potencia, la presión de su cuerpo contra el mío también me excitaba mucho…, sentir su calor de macho, su aroma a semental y escuchar sus jadeos enterrándome una y otra vez el gran badajo que apuntillaba mi útero, fueron incrementando mucho más mi placer en ese nivel de exaltación que él me estaba dando.

¡¡Todo se descontrolaba y empecé a mover mis caderas hacia su miembro viril empalándome yo misma en aquel rico y duro falo!! 

Por primera vez en mi vida estaba colaborando con la follada que me estaban dando…, así que su mete y saca cada vez se hacía más intenso. Era una trampa mortal abrazándolo fuerte sin dejarlo escapar…, lo apretaba duro con mis piernas y  mis brazos sobre su espalda, y ahora era yo quien buscaba su boca y lo besaba abriéndole bien su boca para que mi lengua fuera en busca de la suya y se fundieran en un intenso y largo intercambio de saliva lujurioso a más no poder. 

Duramos follando un larguísimo rato hasta que mi cuerpo empezó a convulsionar como una vulgar PUTA, me hincaba en su cetro tan erguido, rígido y duro que no me lo podía creer en un veterano como era mi suegro ¡¡Estallé en un rico y delicioso orgasmo!!, pero Raúl continuaba sin correrse, es lo que tiene follar con alguien que ha mojado su polla en mi coños…, es capaz de aguantar al infinito matándote a pollazos antes de eyacular haciéndote notar sus gruesos chorros de leche espesa…, así que él continuo su frenético mete y saca, me comió la boca y la lengua se la mamé, me lamió, me mordió el cuello me chupó al punto de hacerme moratones en mis tetas mamando mis pezones hinchados, y yo todavía sin recuperarme de mi orgasmo era acosaba sin tregua, gozando de la gran follada sin paragón que estaba recibiendo de mi suegro. 

Tras mi orgasmo mis gemidos ya se habían convertido en alaridos de placer, pero gracias a la música que sonaba a buen volumen no se oían mis gritos y aullidos de perra vilmente follada sin recato alguno. Pero igual ya no me importaba lo que ocurría a mi alrededor, mi cuerpo convulsionaba mucho más que antes, yo arqueaba mi cuerpo de placer momento que el aprovechaba para besarme y lamerme todo el cuello, ubres y pezones inflamados, los cuales estaban tan erectos y tan duros, que solo deseaban estar dentro de la boca de Raúl para que su lengua los lamiera y su boca como una aspiradora los succionara fuertemente sacándome los quejidos de gozo. Mi suegro leyéndome el pensamiento lo hacía de forma inmediata, sin dejar un instante de hundirme su pollón una y otra vez en mi coño partido en dos, parecía saber lo que una dama como yo exigía en cada momento… como si adivinara lo que mi cuerpo demandaba.

Yo no pecaba de ignorancia en esas lides con tan veterano gentil hombre, solo me dejaba llevar por el sonido de la música y el ritmo trepidante de la cadera del macho fornicándome a todo trapo… arqueé varias veces mi cuerpo encontrando una perfecta posición para el acoplamiento total de nuestros genitales y alivio de tan atenazante clavada, al tiempo de darme varios golpes en mi cabeza contra la pared, pero no me importaba ni notar aquellos golpes, yo estaba perdida de placer y perdido mi cuerpo en la sinrazón. Le clavé mis uñas por la espalda a Raúl, nunca creí que yo pudiera sentir tanto placer… aquello era inimaginable, con mi coño expulsando flujo que se convertía en blanquecino por la agitación y empapaba el falo y huevazos de mi curtido fornicador. Esto no tenía límites, creo que casi me desmayo del frenesí, quedando atrapada entre la pared y el cuerpo de Raúl… más parecía una escena de alguna apasionante película XXX. 

Estuvimos un largo y delicioso lapso de tiempo follando a todo galope… ¡¿Cuánto?!No tengo ni la más remota idea, porque perdía la noción del tiempo y lugar, mi mente obnubilada se colmaba de dopamina con cada orgasmo, y ya era al menos dos reconocibles, pero de lo que si estaba segura era que ya llevábamos más del triple de lo que aguantaba  normalmente dura la de mi esposo, en el mejor de los casos, yo solo gemía y jadeaba muy fuerte amarrada a su cuello, en su mismo oído le comía la oreja con mi boca y mis jadeos…

- ¡Aaaaggghhh! Mássss, lo quiero todoooooo ¡Ummmm! Me gusta mucho, me gusta cómo me la metes hasta el fondo ¡¡Joder no te corres cabrón!! ¡¿Cuánto piensas durar follándome antes de correrte dentro de mi coño?! ¡¡Quiero que me llenes con tu esperma, que atiborres de leche mi útero!! ¡¡Vamos hijo de puta fóllame, fóllame duro y PRÉÑAME de una puta vez!!

Perdida por completo la razón, pronunciaba aquellas palabras que nunca creí que pudieran salir de mi boca, y menos jodiendo con un viejo como mi suegro al que repudiaba hasta una hora antes, sin embargo ese semental me mataba con sus estacazos, eran tan fuertes que sentía sus huevos golpear contra la parte frontal de mis nalgas, me sacaba todo el largo tallo de 25 cm, y luego lo metía de un solo empujón haciéndome gritar como una zorra. Y llegamos a un punto donde por fin pude sentir que Raúl también alcanzaba al éxtasis, yo gimiendo y jadeando con la boca seca y el coño chorreando, con el diestro semental penetrándome frenéticamente rápido y duro como un gorila… aquello anunciaba su fastuosa corrida… 

- ¡Ummm me corro nena! ¡Aaaaggg! Toma todo lo que pedías. 

La clavó a fondo y allí bien alojada en mi útero convulsionaba con pequeños saca mete, cuando su potente verga comenzó a eyacular gruesos y abundantes chorros de leche en recios y grandes chorros de espesa lefa caliente inundando mi vagina. La eyaculación se hizo más intensa al besarme al mismo tiempo que depositaba toda su semilla en mi fondo uterino…. Esta fue otra sensación nueva para mí, sentir esos aldabonazos líquidos inundar mi vagina, algo que nunca había sentido con nadie ni con Jairo, porque aunque mi esposo también se corría dentro con frecuencia, nunca percibí  sus chorros de esperma, no obstante ahora con su padre los aprecié claramente y en abundancia. Sorprendida gratamente al notar el surtidor de fértil leche de Raúl, me corrí en un tercer y violento orgasmo mucho más intenso y duradero que los dos anteriores…, me invadió en todo mi ser un anhelante gozo de ser mujer y hembra con el deseo frustrado de ser madre… me estremecí, gemí, jadeé abigarrada cual perra corriéndome con todo mi ánimo. 

¡Sentí como si desmayara nuevamente! Le mordí el cuello y fue tan intenso convulsionando de una manera sobresalida, cual loca poseída. Me mantuvo unos segundos más sobre él, acoplados nuestros genitales, comiéndonos, lamiéndonos y chupándonos, él mis tetas y pezones y yo su hombro y cuello en el epílogo de tan ostentosa follada. Tras ello sacó su badajo de mi vagina y finalmente me soltó al suelo. Yo todavía sin recuperarme de mis orgasmos casi caigo derretida al piso si él no me sujeta, las piernas tenían una flojera inédita. Allí frente a mi sement
 al, mi macho y suegro quedé con las piernas entreabiertas…, de mi conejito abierto por tan enorme cipote, resbalaba un pequeño reguero de su semen mezclado con mis jugos que no cupieron en mi fácilmente rellenable útero…,aunque sí en verdad, la mayoría de su esperma quedó dentro, otra parte fue expulsada del paraíso. Raúl se sentó en el sillón de al lado, aún seguía tratando de recuperarse de su orgasmo. Tras unos minutos se subió el pantalón y recogió mi prenda que estaba tirada sobre el suelo… me la dio…

- Póntelas rápido…allí al fondo hay un baño ve y reposa con más tranquilidad. Vuelve a la fiesta como si nada hubiera pasado lo antes posible. 

Dicho esto dio media vuelta y se retiró, volvió a la fiesta con normalidad. No obstante seguí sentada en aquel rincón con las piernas abiertas tratando de aliviar el escozor de mi coño que me ardía después de haber pasado por allí tan tremendo pollón, y también recuperarme de mis orgasmos. Aquello había sido demasiado, nunca había sentido algo parecido ni que se acerba… poco a poco fui recuperando la conciencia pensando en mi esposo Jairo y en lo que acababa de hacer poniéndole los cuernos con su padre, una cornamenta por todo lo alto

Ya con más conciencia empezaron aparecer los sentimientos de culpa, yo amaba a mi marido y sentía placer cuando hacía el amor con él, pero nada parecido a la sensación de plenitud que estaba sintiendo en ese momento tras haberme dejado su padre llena y completa. Me puse de pie, volvía acomodar el vestido sin tirantes, miré al suelo y pude ver una gran mancha blanca de semen que alcanzó mancillar mis zapatos. Me dirigí al baño a echarme agua en mis piernas con rastros de lefa no tan espesa que había salido de mi vagina mezclada con flujo vaginal. También eché un poco de agua a la falda impregnada por el semen de Raúl… y por ultimo mi rajita que estaba muy abierta y todavía la sentía palpitar, roja e irritada con un calenturón del 15. por aquel pollón de tamaño regio que tanto placer me había ocasionado. Ahora me estaba dejando secuelas de dolor, pero era una molestia que valía la pena y que se justificaba por la gran satisfacción embargada… me sentía llena y plena, a la vez que mujer completa… ni siquiera con Jairo me había sentido así de satisfecha la primera vez que follamos…, finalmente me puse las bragas para volver a la fiesta, tras aliviar el calentón de mi coño con un chorro de agua continuo en el bidé. 

Al caminar noté que me dolía un poco, no en vano la dura pieza de Raúl había llegado prácticamente a mi estómago dilatándome al máximo mi vulva y todo mi conducto genial…tenía que abrir las piernas levemente para caminar a fin no me rozaran muchos los labios vaginales y las paredes internas sometidas a la presión normal de mis muslos. Disimulando mucho para pasar desapercibida, volví a la fiesta fingiendo que nada había pasado… al parecer nadie se percató de mi ausencia, pues los amigos de Jairo seguían encantados ligándose a mis amigas y mi esposo sentado en una mesa apoyando su cabeza contra la misma mostraba claramente que ya estaba muy embriagado, pues mucho mejor, menos sospechas levantaría. ¡¡Notaba una sensación seudo dolorosa por cómo había sido partida en dos!!

Me entremezclé con la gente que aún quedaba en la fiesta, en especial con la no se hallaba ebria pasando las horas hasta no quedar nadie, ni siquiera mi suegro, el cual no tuvo la delicadeza de despedirse. Bailé con un pesado un par de canciones y pronto me afiancé en un sillón para no moverme más, el ardor de entrepierna me tenía sometida en placer y preocupación por si sufría algún desgarro que no hubiese notado en el clímax del fornicio, en pleno gozo donde la mente no controla la multitud de sensaciones recibidas. No tenía sangre, así que solo era una tremenda vulvo-vaginitis que en unos días se calmaría. Los síntomas eran de escozor, ardor, o picor en la zona genital, sobre todo entre los labios menores y en la entrada de la vagina, acompañada de rojez con aumento de flujo. Y también molestias al orinar. Estas molestias permanecieron durante todo el día siguiente, sin duda acusadas por haber tenido la animalescas relaciones sexuales con Raúl. 







Pasaron varias semanas después de este acontecimiento y la regla no me bajó oportunamente, en los siguientes días comencé a presentar síntomas raros como… mareos, náuseas, fatiga, en fin todos sabemos que quieren decir esos augurios, así que no tuve ninguna necesidad de realizarme la prueba de embarazo ni mucho menos de paternidad, pues ambas cosas era muy obvias para mí, y esto responde a una de las incógnitas que planteé al principio de contar mi relato… "Yo no sabía de quien podía ser el problema, ¿De mi esposo? ¿O quizás el problema fuera mío?" Bueno pues creo que esa duda quedó más que aclarada con lo que acabo de narrar. 

Yo soy feliz con mi vida, estaba preñada que era lo que buscaba, solo esperé el momento indicado para contarle a mi esposo que me había preñado. Por nada del mundo desvelaré lo sucedido con su padre, mi suegro tampoco se enterará que es el macho que puso la simiente de mi preñez, lo que no voy he podido hacer desde entonces es sentirme con él como antes, ahora lo siento mucho más cálido y familiar. Tuve miedo de ver cómo iría a reaccionar Jairo cuando se enterara que estoy esperando un hijo “suyo”, deseaba que bien, como así sucedió. Cuando se lo contamos a su padre este ante mi presencia se caló de mis lenguaje corporal, pienso que le di demasiadas pistas pero él las obvió dejando correr el agua. Así que mi esposo y padre de mi hija se hizo cargo de mi bebé como no podía ser de otra manera. Necesité unos meses para aclararme y hacerme consciente de la paternidad de Jairo. Bueno solo quería desahogarme contando esta historia y me ha servido de mucho, gracias a todos los que leen esta página, hasta una próxima ocasión en donde narraré como volví a quedarme preñada…. 



Mi segundo embarazo. 

Tampoco es culpa de mi marido…Preñada hasta las trancas por el mejor amigo de mi esposo en su coche después de regresar de la playa mientras el cornudo me esperaba en casa

Mi segundo embarazo se produjo pocos meses después de dar a luz a mi primera hija, como ocurrió en el primero no fue nada premeditado ni planeado, para los que no me conozcáis os diré que soy una mujer muy activa en el aspecto sexual, y últimamente no precisamente con mi marido. Desde muy joven mantengo relaciones sexuales con gran cantidad de hombres, aunque suelo ser precavida, el hecho de gustarme que me follen al natural, es decir sin condón, me ha dado ya varios sustos dado que los sementales con los que fornico no tienen la más mínima delicadeza de hacerme gozar sin correrse dentro…, en esta ocasión volví a quedarme preñada por un macho de bandera. 

Mi cuerpo había experimentado un cambio brutal con el embarazo de mi hija, y aunque cuando di a luz perdí muchos kilos nada que ver con el estado físico en el que me encontraba anteriormente a estar preñada. Desde adolescente he cuidado mi físico y me gusta estar atractiva, no lo hago para que me miren, aunque reconozco que eso me gusta, el sentirme atractiva me da seguridad y me gusta mirarme al espejo para ver a una chica guapa y deseada. Podéis llamarlo narcisismo, yo lo llamo autoestima. El caso es que mi falta de tiempo para acudir a gimnasio o hacer deporte por mi cuenta hacía que después de dar a luz presentase algunos kilillos de más, no me gustaba mirarme al espejo y me veía fea y gorda, evitaba salir a la calle y mucho menos ponerme ropa ajustada como hacía antes, aunque mi marido y mis amigas querían empujarme a salir no conseguían su propósito y me quedaba en casa día tras día.

La inminente llegada del verano y sobre todo la de Laura va a cambiar mi vida visiblemente para los siguientes meses. Laura se va a convertir en la niñera de mis hijos durante muchos años, y aunque está feo que yo lo diga debo reconocer que hace las veces de madre más que yo. El insistir de mis amigas para ir a la playa surgió efecto con la ayuda de Laura que se quedaba con mi hija, al principio no quería ponerme en bikini para no mostrar mis carnes de más, pero me di cuenta que sería una buena oportunidad para correr por la arena y poner a punto mi estado físico al mismo tiempo que me bronceaba. Los dos primeros días solo íbamos dos amigas y yo, porque mi marido no paraba de trabajar on-line… le consumía todo el tiempo y creo que también la libido, porque si antes de estar preñada a penas cumplía como esposo y macho, tras haberme dejado preñada su padre mi figura es un poco menos deseable, lo malo es que mi ganas de ser follada no se aminaron con la llegada de mi hija. 

La cuestión era que Jairo echaba horas interminables trabajando y Laura cuidada de mi bebé, mientras yo disfrutaba de unos días de verano sabáticos con nuestros amigos. Como iba diciendo en el tercer día se apuntó Jacobo…, el novio de una de mis amigas y subordinado de mi esposo, ambos se conocieron en la fiesta de aniversario, aquella donde mi suegro me dio su fértil semilla…, y aunque no me hizo mucha gracia la presencia de un hombre en la playa ya que impedía mis tardes de bronceo con mis tetas al aire, Jacobo se convertiría en un gran apoyo con el paso de los días. Él era el único que me acompañaba a correr por la orilla de la playa, sus halagos hacía mí y su tierna manera de tratar a una chica me hacía sentir bien con él, no reparaba en piropos y todos los días se refería a lo guapa y atractiva que me encontraba. Nuestras conversaciones eran de lo más fluidas y acabamos hablando de todo, incluso de sexo, se convirtió en mi confesor personal, en un gran amigo, y todo esto en tan solo una semana.

Los primeros días mis amigas y yo nos aplicábamos el bronceador las unas a las otras, pero con la llegada de Jacobo todo cambió. Cuando llegábamos a la playa lo primero que hacíamos era ponernos a correr por la arena mientras su novia y mi otra amiga se bronceaban entre ellas y nos esperaban tumbadas en la toalla, a la vuelta Jacobo se ofrecía a darme el bronceador mientras que las chicas seguían tumbadas en su toalla. No cabe duda que las manos de Jacobo bronceando y masajeando mi espalda me excitaba, me gustaba y esperaba con ansias ese momento que repetía al menos un par de veces al día. Su novia no solo lo aceptaba, además lo empujaba a que me aplicase el bronceador y así no tener que levantarse ella de su toalla. Sus manos recorrían mi espalda impregnadas de aquel bronceador, no reparaba en cantidad, y eso hacía prolongar el masaje en varios minutos. Yo me tumbaba en la toalla y dejaba mi espalda arriba, Jacobo masajeaba con sus manos cualquier rincón que le fuese accesible, y mirando a su novia de reojo me dejaba masajear los muslos. 

Sus manos cada día se adentraban más en mi trasero y mis pechos, yo me dejaba, y además como me gustaba más de la cuenta me sentía excitada. Uno de los días que volvimos de correr nos encontramos que las chicas habían ido a darse un baño, Jacobo me dijo que me tumbase para mi sesión de bronceado, pero en esta ocasión y con la ausencia de las chicas fui yo la que le pedí que se tumbase él y ser yo la que aplicase el bronceador en su cuerpo atlético y musculoso. Jacobo aceptó encantado y tumbado en la toalla comencé a aplicar el bronceador en su espalda, su estado tonificado me gustaba y disfrutaba con mis manos resbalando en su espalda, nada que ver con el cuerpo seudo fofo de Jairo, mi marido… 

- Terminé, ya tienes toda la espalda protegida. 

- Vale, Pues ahora me doy la vuelta. 

- Bueno, pero delante sí que llegas tú. 

- Pero Gisela, ya tienes las manos llenas, que más te da. 

Entre risas Jacobo se dio la vuelta y agarrando mis manos las puso en su vientre, no me quedaba otra, agarré el bote del bronceador y apliqué gran cantidad en su pecho afeitado, comencé a notar la humedad propia de mis bragas al sentir la excitación del contacto por placer con un hombre, mis manos masajeaban su pecho con parsimonia, el cerraba sus ojos y se dejaba hacer, comencé a bajar mis manos por sus piernas para seguir aplicando el bronceador, yo miraba de reojo para saber que las chicas y sobre todo su novia y amiga mía seguían en el agua y no se percataban de nada, aunque en principio era un inocente masaje no creo que a mi amiga le gustase ver como masajeo las piernas de su novio tan cerca de su apreciado cimbel. Pero en cualquier caso el asunto se puso caliente con la erección de Jacobo. El bulto que había crecido considerablemente en el centro de su bañador hacía adivinar la erección que había cobrado el muchacho, no lo pensé mucho, y como si de un accidente se tratase rocé mis manos por encima de su bañador y pude notar la firmeza y la dureza de su polla en estado de erección total…. 

- Vaya, me parece que alguien se ha excitado con el masaje.

¡Qué va, ese es el estado natural de mi polla! 

- Eso no te lo has creído ni tú.

Le dije mientras volvía a colocar la palma de mi mano en su erecto miembro. 

- ¿Qué notas? 

- Pues noto que tu polla está a punto de reventar de lo dura e hinchada que está. 

- Pues la culpa es tuya. 

Volvió a recriminar, pero en este caso colocó su mano encima de la mía que a su vez estaba encima de su polla, pero por encima del bañador. 

- Pues si la culpa es mía tendré que arreglarlo yo...  le decía mientras comencé a meter mi mano dentro de su bañador.

El contacto de mi mano con esa caliente y tiesa rabo me produjo un estado de excitación superior, ni cuento los meses que llevaba sin follar en condiciones… entre la abstinencia obligatoria después del parto y lo poco que mi esposo me atendía, no contaba con más de diez polvos en un año atrás, así que no lo pensé dos veces arrastrada por la calentura asiendo miembro escondido dentro de su bañador…¡¡Ya era propiedad de mi mano derecha!!, lo rodeé con mis dedos febrilmente y comencé a masturbar ese duro y tieso trozo de carne caliente, Jacobo se incorporó un poco y vigilaba a las chicas por si aparecían por cualquier sitio…, el chico había colocado una toalla encima de su bañador que escondía mi mano masturbadora para no dar muchas pistas a los vecinos de sombrillas que aunque algo retirados nos miraban como alcahuetes de alguna manera. Sí que me pidió que me agachase y me metiese en la boca su polla, yo lo estaba deseando, pero no era el momento más adecuado, y en lugar de hacerle una mamada decidí seguir con la paja, mientras una mano barría desde el glande a sus huevos un pajote en toda regla al semental, mi otra mano con casi todos los dedos jugaban dentro de mi bañador con mi húmedo y caliente coñito…. 

Mi pertrechada manera de pajear adquirida en el cumplimiento de las labores con mis novios en las decenas de veces, me daban una técnica muye eficiente de sacar el mejor engrudo de cada polla que manejaba, la de Jacobo no iba a ser diferente por beneficiarse de un tamaño superior a las pajeadas hasta ese momento… ya pasaban dos o tres minutos y se dentaba al chico bufando y de pronto unos segundos después no tardé en sentir como su líquido espeso y caliente mojaba mi mano escondida dentro de su bañador, Jacobo se estaba corriendo inconteniblemente, su cara y la humedad en mi mano así me lo hacían entender. 

- ¿Ya te has corrido…? 

- Perdona pero es que estaba muy caliente y no aguantaba más…, estos días me has puesto muy cachondo, contestó. 

- Pues sí que aguantas poco. 

- Porque me has pillado aquí, si me pillas en otro sitio ibas a gozar de lo lindo. 

- Ya será menos, fantasma

- Te lo demuestro cuando quieras. 

- ¡¿Quieres follarme…?

- Si tú te dejas. 

- Yo sí que me dejo, Si no transciende, claro… pero no creo que estés a la altura… 

- Te vuelvo a decir que eso se demuestra con los hechos en el lugar adecuado… ¡Tú me dirás lugar y hora…! 

- Ya veremos, pero no te hagas muchas ilusiones. 

Con tanto desafío por mi parte lo único que conseguí fue calentar más el ambiente y pactar una cita con Jacobo, que al principio me pidió de escondernos en algún sitio y follarme allí mismo, pero la evidencia de poder ser vistos por las chicas o por alguien hacía imposible su petición de follada inminente. La llegada de las chicas a la sombrilla hizo que Jacobo se diese la vuelta para ocultar la mancha de lefa que aparecía por su bañador, y ni que decir tiene la total parada de mis dedos masturbando mí ya excitado y húmedo coño. Los siguientes dos días transcurrieron con la misma rutina, playa, correr por la orilla, baño y crema cuando mis amigas estaban en su mejor momento de baño de sol, a mí me apetecía el masaje de Jacobo. Aquel día parecía diferente, y así lo iba a ser, no porque mi esposo continuase sin follarme allí a la orilla del mar, sino porque de la calentura me subía por las paredes y lo mejor que tenía a mano era al mejor amigo de Jairo, mi nuevo íntimo Jacobo. Tras los devaneos con los masajes y la frugal paja nuestra complicidad se intensificó, no es que deseara ponerle los cuernos a mi marido, pero me lo ponía fácil para hacerlo, en verdad tanto mi amiga como mi esposo estaban se encontraban al margen de nuestros claros coqueteos. 






La vuelta a casa se produjo a última hora de la tarde, con la caída del sol en una preciosa tarde de verano. Nos encontrábamos a unos kilómetros de casa en una cala alejada que decidimos visitar y en la vuelta casi se nos hizo de noche. Jacobo conducía su coche y tenía que dejarnos una por una en nuestras casas, se suponía que su novia era la última en bajar, pero debido a lo tarde que se había hecho le pidió que por favor la dejara a ella primera en casa… tenía que hacer algo que no recuerdo muy bien, en cualquier caso la situación fue que Jacobo y yo éramos los últimos en ese vehículo. El chico tomó una dirección opuesta a mi vivienda cuando nos quedamos solos en el coche, y suponiendo lo que quería me hice la despistada como si no me hubiese dado cuenta de que el camino tomado no era el correcto, no sabía dónde me llevaba, pero sí que había tomado una carretera a las afueras del pueblo que se bifurcaban varios caminos donde los más jóvenes se escondían con sus coches para follar con sus parejas…. 

- ¿Dónde me llevas Jacobo? 

Atendí finalmente a espetarle para no hacerme tan fácil…

- ¿Tienes miedo…? ¿Si quieres doy la vuelta y aquí no ha pasado nada…? 

- Tú sí que deberías de tener miedo de no quedar como un buen macho con lo que creo que me vas a demostrar.  

- ¡¡Esta noche va a ser tu noche Gisela!! 

Estas palabras no se me olvidaron jamás. Os debo decir sinceramente que mi situación con él en ese coche era de lo más intrigante del mundo…, yo sabía que me iba a follar aunque no me había dicho nada, pero que a mi edad me llevase como a una novata al picadero me hizo rememorar viejos tiempos de adolescente felizmente soltera cuando podía elegir al chico con el que bregar y hacer con él lo que me viniese en gana… entonces mandaba mucha romana segura de mi misma. Ahora con más experiencia y edad me sentía un poco más irresoluta dejándome hacer bloqueada por la necesidad de sentir en mis entrañas una polla dura, una tan basta como la de Jacobo…, en nada me importaba que por esos días estuviese ovulando, porque mi calentura por tal motivo era mucho más afiebrada, tampoco me afectaba que no usáramos condones, es más deseaba sentir su hombría al natural, y tampoco me tocaba el raciocinio que no consiguiera sacarla a tiempo en la marcha atrás y me llenase de esperma fértil y tan masculino…. 

Nada de todo eso parecía que me concernía porque mis bragas se mojaban continuamente recordando la paja que le había consumado días antes en la playa, y el gran badajo que calzaba el chico y pronto debía estar en las profundidades de mi abandonada vagina… todo ello sumado a la interrupción de mi ejercicio masturbador que me dejó delirante por acabar. En esos instantes mi libido iba “in crecento” encontrándome caliente y deseosa como una perra por ser poseída y empalada por la gran polla del hombre que tenía a mi lado, y no era mi esposo… pues mi esposo no estaba disponible en esos momentos. Blanco y en botella, justo la leche que me iba a meter Jacobo. 

Se lo puse fácil al macho, y mientras él aparcaba su coche escondido detrás de unos arbustos yo me iba desnudando por completo dejando ver mi desnudez sentada en el asiento del acompañante donde me senté después de que dejase a su novia en casa. Poca ropa llevaba, unos pantaloncitos de tela que ya no cubrían mis braguitas de baño por estar mojadas y una camiseta sustitutoria del sujetador también mojado en la playa… unos segundos y despelote total para fornicar como salvajes en aquel paraje tras el espeso follaje. No tenía que preguntar, con mi desnudo le di una respuesta a una pregunta que no llegó a realizar, y como un desesperado se inclinó hasta mí y comenzó a chupar mis tetas de hinchados pezones que ahora tras haberme quedado preñada y haber lactado a mi hija los tenía más grandes si cabe. 

El chico como un náufrago sediento se amorró a mis tetas con tal pasión casi que podría confundirse con violencia diría yo. Jacobo pasaba su boca entre mis tetas mientras reclinaba mi asiento hacía atrás, sus manos no paraban de frotar mi desnudo cuerpo y no sabía dónde parar, mientras su boca se posaba en mis tetas y no se movían de ellas sus manos eran como las de un pulpo sin saber qué dirección tomar…. El hecho de estar en otra situación más relajada me hacía pensar que Jacobo aguantaría más en ese hacer dentro del coche. Yo muy excitada le pedí que se desnudase y pusiera su polla en mi boca, me hizo caso a medias, aunque me gustó su iniciativa, sí que se desnudó, pero antes de poner su polla en mi boca decidió de poner la suya en mi lampiño coñito. 

Estaba tumbada en el asiento de ese coche y Jacobo de rodillas pasaba su lengua como una batidora entre los labios apretado de mi caliente y muy mojado coño, yo le ayudaba con mis manos y mientras que mis dedos rozaban el clítoris su lengua se acercaba a ellos y metía mis dedos en su boca, ¡¡Pero qué caliente estaba!!, no quería que apartase su lengua de mi carnosa vulva, que placer, que gozo, es cierto que su lengua la sabía manejar con destreza en medio de mis labios vaginales. Puede que exagere, pero por momentos notaba como si por mis ingles y hasta llegar a mis muslos escurriesen mis propios fluidos vaginales producto de mi calenturiento estado. El saber que estaba encerrada en un coche a las afueras del pueblo me hacía tener la libertad de poder gritar más que gemir de gusto y placer con la lengua de Jacobo lamiéndome el coño.

Él continuaba con la misma actitud hasta que de plano me sacó de mis casillas comiéndome el clítoris como nada se atrevió nunca… con vigor, firmeza y delicadeza de lengua y labios. Yo estaba cooperando en todo para ello pero sin dejar de repetir para mis adentros que eso no estaba bien…algo debió de escaparse de mi boca porque se elevó directo a mi boca a comérmela o a callármela. Tras un lapso de tiempo en un beso lujuriosamente húmedo donde nos comíamos me abandonó y de ahí paso a lamerme todo el cuerpo, comenzando por el cuello y lentamente fue bajando hasta llegar a mis tetas, las cuales no solo beso, sino lamio y mordisqueo mi pezones inflamado. Continuo bajando hasta llegar a mi zona pélvica otra vez donde se entretuvo jugueteando con mis finos vellos que coronaban mi coño en un atrevido corazón de cortísimos pelos dejados para la ocasión como indicativo de “donde había que ir a penetrar con amor”, todo ello antes de colocar la lengua entre mis labios vaginales y comenzar a lamerla y yo continuaba con la misma cantaleta.

- Cariño para… esto no está bien recuerda que soy la mujer de tu mejor amigo…

Pero en realidad ya me encontraba bien caliente deseando ser penetrada sin importarme que lo hiciera mi amante ocasional. Cuando sintió los jugos que salían producto del pequeño orgasmo que ya me había provocado anteriormente se deshizo en elogios del sabroso néctar de mi chochito. No podía aguantar más, y le pedí a Jacobo su polla…, apartó su cabeza de entre mis piernas y con su verga  a media erección la colocó entre mis labios, sin dudar la introduje por completo en mi boca y es allí dentro donde comencé a notar cómo iba creciendo el tamaño que le faltaba…, el empujé notando como la sangre a través de la venas de ese falo lo iba convirtiendo en una polla de considerable tamaño y el placer de tenerlo dentro de mi boca me hacía arder en placer y calor…. 

Jacobo no se cansaba de sacar y meter su polla de mi boca, él era el que me ayudaba con sus movimientos de cintura en la tarea de mi mamada, me sentía muy puta con esa polla dentro hundiéndose en mi garganta y más allá golpeándome con sus huevazos en la barbilla… ahora debían estar metidos los 20 cm hasta mi esófago… sin duda no era la de mi joven marido, la gozaba y la disfrutaba mucho más relajada, esta verga me tensó al máximo a límite de ahogarme. Jacobo se encargaba de empujar el miembro hasta llegar a mi garganta, no me daban arcadas dado que aguanto perfectamente un trabuco más allá de mi galillo, incluso quería más. Al cabo de unos minutos, sin pedir permiso alguno Jacobo sacó su polla de mi boca y la colocó entre mis tetas, y ayudado con mis manos comenzó a mover el miembro entre ellas como si las estuviese follando, se movía rápido y con cuidado de no hacerme daño, solo apartaba su polla del medio de mis tetas para rozar su capullo por mis pezones, se paraba y empujaba la punta del glande en mi pezón. En este punto cabe decir que no era el gran falo de mi suegro, pero tampoco la polla nada despreciable de mi esposo, la verga de Jacobo era un buen miembro para tener el honor de ajar mi chumino como era debido… 

- ¡Que gusto Jacobo, pero quiero follar, méteme toda tu polla dentro, fóllame!

Sin consideración ninguna Jacobo bajó su polla desde mis tetas hasta colocarla enfrente de entrada húmeda de mi coño, se montó sobre mí al tiempo que yo separaba las piernas, después de varios intentos apuntillando con su ariete sin utilizar las manos, su verga no encontraba la entrada… y por cuarta vez entonces sí, como un misil su nabo penetró en mi vagina de forma despiadada… 

- ¡Aaaagggg! Joder que honda la has metido cabrón… 

Su verga se deslizo suavemente arrancándome un gran suspiro de satisfacción y dolor, no la sentí muy distinta a la del padre de mi esposo, tal vez por ser solo un poco más pequeña y por el tiempo transcurrido la memoria suele fallar, más en aquel estado de embriaguez sexual. Ya con toda la verga de Jacobo dentro me dije que ya no tenía caso continuar diciéndole que eso no estaba bien y me entregue a él completamente disfrutando al máximo la follada que me estaba dando. Se posicionó  estirado sobre mí y yo le acompañé elevando mi culo para conseguir un mejor acople en tan vertiginoso apareamiento. Como un verdadero animal Jacobo me folló metiendo su polla en mi coño sin contemplaciones de ningún tipo, pero me gustó, estaba tan húmeda que su ariete resbaló y se adentró en mí sin reparos, con mis piernas bien abiertas y en alto, Jacobo apretaba su culo cuando empujaba su rabo inhiesto a los adentros de mi conejo hambriento…, se paraba dos o tres segundos en el movimiento de penetración y hasta los huevos me hacía sentir en mi coño… 

- ¿Te gusta zorra?

- Siiiiiiiiiii, fóllame cabrón, fóllame no te pares, sii. 

La manera tan bestial que Jacobo comenzó a adoptar con sus movimientos de cintura muy acelerados por momentos y más lentos en otros haciéndome sentir cada centímetro de penetración de su bálano. Tras unos segundos a cámara lenta volvía a darme con todo con fuertes sacudidas de su polla frotando las paredes de mi coño. Entonces hacía que allí mismo y debajo de él consiguiese casi levantarme del sillón cada vez que su culo apretado empujaba su vástago clavándolo bestialmente en mi útero…. 

- ¡Aaaaaaaah! Sigueeecabroón, no pareees. 

- Noooo zorra, no voy a parar, voy a follarte tan fuerte como pueda. 

Así era, entre el calor de esa veraniega noche y los cristales casi cerrados del coche hacían que el sudor de nuestros cuerpos parecieran estar inundados en agua, pero más me gustaba, ver como sus gotas de sudor caían por mis tetas henchidas de algo de leche, se frenaban en mis pezones y volvían a resbalar por mis ubres cayendo por los costados…. Brutal, no podía dejar de gritar de placer, de gusto, de lujuria, de pasión, este chico movía su cintura de forma prodigiosa y con un ritmo frenético. Supongo que algo cansado Jacobo apoyó su dorso en mi tetas y las aplastó consiguiendo abrazar mi cuerpo, yo me entregaba sumisa a él y rodeando mis piernas detrás de su culo, las apretaba fuerte para que no sacase su penetrante cipote de mi coño por ningún motivo, arañaba su espalda y me moría del placer que Jacobo me daba con el paso ya de muchos minutos follando y follando sin bajar su ritmo de sacudidas dentro de mi coño. 

Subestimé a ese macho semental, no creí que pudiera aguantar tanto a tan alta cadencia, debió de haberse desahogado antes con su novia, sino no tenía mucha explicación lo rápido de la paja y lo feroz del polvo… eso me daba una salida a no quedar preñada esa tarde-noche si sus huevos estaban bajos de esperma… De todas formas el aroma a sexo se podía cortar en el ambiente de lo espeso que era… El chico era incansable, el morbo dentro del interior del coche se notaba con nuestros gritos y gemidos acompañados de improperios e insultos que nos realizábamos mutuamente mientras follábamos frenéticamente en el sillón del acompañante del coche…. 

- ¡Dame máaaas, quiero máaaaas! ¡Aaaaaaaah, fóllame asíiiiiiiiiiiicabróoon!

- ¿Quieres más puta? ¿Quieres mi polla, zorra? Pues toma más perra. 

Jacobo aceleró su ritmo de manera cruel y bestial, comenzó a meter sus manos en mi boca y mordía y chupaba sus dedos simulando una polla en mi boca, mis manos estaban ya en su culo y las apretaba acompañando el ritmo frenético de su follada en mi coño. Yo estaba a punto de correrme de nuevo, pero esta vez con su rabo hinchado partiéndome en dos… cuando Jacobo comenzó a avisarme que él también lo haría, pero a mí me daba igual que se corriese dentro, en ese momento solo sabía que quería disfrutar de una corrida animal con la polla de Jacobo dentro de mi coño…. 

- Me corro Giselaaaaa. Te voy a llenar tu coño a tope…

Apreté mis piernas fuerte y firmes rodeando su cuerpo, y le impedí sacar la verga de mi conejo tragón, de ninguna de las maneras se iba a marchar sin vaciar sus huevos en mi útero... era mi respuesta inconsciente. Mis manos aguantaban su cuerpo para que no se levantase y huyera de su corrida fuese la que fuese era leche varonil. De pronto Jacobo emitió un jadeo ronco convulsionando cuando comenzó a bombear su lefa dentro de mi coño al mismo tiempo que mi abdomen se encogía y palpitaba con la llegada al unísono de mi orgasmo.

- Vamos cabrón PRÉÑAME si es que tienes cojones para hacderlo… 

- ¿Quieres mi leche zorra?

- Siiii dame tu leche, inúndame el coño con tu lefa, quiero sentir como la dejas ahí en mi misma matriz…

- Aaaah, toma leche zorra, me corroooooo.

- JODER como la sientooo, siiiiii, me gustaaa ¡Me vas a correrrr!

Sin duda alguna podía sentir el calor de su leche inundando mi coño, mi sensación era de éxtasis total aquella no era una corrida leve sino toda una gran lechada contenida de varios días en sus orondas pelotas. El clímax alcanzado no tenía precedentes parecidos a excepción de cuando me folló mi suegro y me preñó… me corrí con tanto placer y gusto que acabé con una corrida de flujo bestial en el asiento del coche con la polla de Jacobo aún dentro. Percibí el primer gran chorro de leche en su candente punto ardor, los siguientes de igual manera se acumulaban en un cúmulo de líquido espeso sobre mi fondo vaginal, en la misma boca de mi trompa de Falopio…. 

El chico eyaculaba y gemía mirándome a los ojos y yo a los suyos, y en un alarde de pericia se embocó a mis labios comiéndonos como descosido al tiempo que acababa con los últimos latigazos de sus esténtores y convulsiones orgásmicas soltando los últimos y definitivos aldabonazos de esperma presto a fecundarme sin Dios no lo remediaba. No podíamos ni hablar de las energías que usamos en ese polvo, y con la respiración muy entrecortada y con jadeos le di la enhorabuena y las gracias a Jacobo por esa gran follada que me había propinado. El también disfrutó de lo lindo y me lo agradeció igualmente. 

Desnuda como estaba salí del coche y traté de limpiar de alguna manera la corrida que había depositado en su asiento, y con una toalla sirviendo de alfombra me volví a sentar ya vestida para que Jacobo me llevase de regreso a casa. En ninguno caso pensé en la consecuencia de esa gran follada y convencida de que Jacobo, aunque se había corrido dentro no habría conseguido preñarme me equivoqué… Como el mismo me dijo horas antes, esa noche no la olvidaré jamás. Terminó dejándome su semen dentro y para ser una sola vez fue suficiente pues no follamos más pese a que tuvimos un par de ocasiones más en esas dos semanas en lugares que no me parecieron adecuados… un baño de caballeros y en medio del mar dándonos un baño frente a su novia y mi amiga…, esa tarde también se acercó por fin mi esposo con la niña y Laura, su cuidadora. El gran problema llego cuando mi periodo se retrasó solo diez días después de la bacanal con Jacobo…






Semanas más tarde me confirmaron que estaba preñada.

Jamás imaginé que solo por esa vez, su fértil semen fuera capaz de hacerlo y encontré la solución notificándoselo a mi esposo que se puso loco de alegría teniendo la certeza que el futuro niño era su creación… y así fue un niño con lo que completamos la pareja que todo matrimonio quiere tener sin llegar a entender el por qué. Actualmente tiene dos años y la niña ya casi cuatro… por supuesto que continuo follando con otros hombres de confianza, incluso mientras estaba preñada, siempre cuando mi esposo se ausenta o simplemente me abandona en brazos de cualquier semental.

¡¡no descarto que en el futuro vuelva a estar preñada de un nuevo bebé sin los genes de mi esposo!!

He descubierto que las mujeres como Yo necesitamos dos tipos de hombres…, al canalla que nos fecunde haciéndonos vibrar en la cama y al marido que se haga cargo de los hijos de esos Bastardos que nos follan y nos preñan de los hijos que traemos al mundo. Si estos machos no están en uno, en ese tipo con el que te casas, no nos queda más remedio que búscalo fuera del matrimonio donde es muy fácil encontrar al canalla y no al padre formal que te llena de amor cada día, que se responsabiliza de ti y de todos los actos que comentemos las ESPSOSAS PUTAS.










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