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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Meretriz

 

Sorha notó que su pulso ya era rápido, ella lo miró a los ojos con esa seducción sexual de mirada provocativa. El hombre había entrado en una especie de trance, la mente inmóvil. Con el pajeo que le aplicaba Sorha a distintas velocidades, el grueso cuerpo del hombre parecía ponerse en tensión previa a su corrida. Empezó a verbalizar incongruencias… - ¡Sí! ¡Sí! ¡Cohh...! Cohh…! ¡No… y sus manos empezaron a temblar como sacudidas eléctricas hasta que se agarró a la camilla de masajes. Sorha con la mano subía y bajaba la polla resbaladiza, bien lubricada, en cada movimiento sus tetas pendulaban. Bajó la cabeza hasta los testículos y al mismo tiempo que pajeaba succionaba uno por uno los huevos del macho, luego se los metía enteros en la boca y tiraba de ellos sin importarle lo peludos que eran. El cuerpo del hombre se tensó hacía arriba. En una especie de euforia ansiosa empezó a bramar… - ¡Sí... sí... Ohhh! Sorha cómo diligente masajista de finales felices advirtió que estaba a punto de explotar, y aumentó el ritmo de pajeo. Pronto la lechada quedó encina de la peluda y generosa barriga cervecera en varios chorros de leche espesa.

- Sabes cómo hacer gozar a un macho, dijo al mismo tiempo que se terminaba de abrocharse los pantalones.

- Gracias, lo importante es que haya quedado satisfecho.

- Pues sí, me aconsejaron que viniera y no me has defraudado, ¿qué edad tienes, niña?

- 22 recién cumplidos, dijo mientras se ponía el vestido ya que masajeaba en topless y en tanga.

- Pajeas de muerte, sería increíble que tu coño ordeñase de la misma manera… Por cierto, ¿lo vendes…?

- No, de momento solo masajes, aunque a veces…

- A veces…Bueno, ya hablaremos, mi mujer me espera en el centro comercial con los nietos... dos demonios. Al mismo tiempo le dio a Sorha 50€. - Quédate los 10€ de vuelta, son para ti. Nos volveremos a ver.

 

Sorha había llegado a esa ciudad hacia ya casi dos años. Proveniente de una granja en medio de la nada, donde vivía con sus padres dedicándose casi a jornada completa al ordeño de vacas y cabras. Novia desde la adolescencia de un vecino del lugar, un fanático de la cría porcina que solo vivía para trabajar. Su vida cambió cuando conoció a Rulfo, apodado “Cara cortada”.

Cara cortada” acompañaba a su tío Silverio alias “el Hiena” a una cacería en la serranía de Cuenca, “el Hiena” era de baja estatura, su barbilla terminaba en punta, nariz aguileña de ojos pequeños. Era el hermano menor del padre de Rulfo, el cual había fallecido haciendo honor a que el alcohol da tanta alegría como para acortar bastante la vida...su tío contaba con 58 años, y ese fin de semana disfrutaban de unos días de caza. “Cara cortada” lo hacía por deferencia hacia su tío Silverio, nunca había estado en ese lugar ni siquiera era cazador. Silverio había estado otras muchas veces desde hacía más de quince años. Cuando pasaba por allí se acercaba a saludar a los padres de Sorha y los obsequiaba con licores, especias y varios sacos de harina de trigo por las molestias, ya que aparcaban la pequeña caravana en sus terrenos, incluso antes de irse montaban un pequeño banquete.

La primera vez que vio a Sorha ordeñando en el establo, le pareció una niña diferente e interesante. Sorha era muy alta pero tenía una complexión fuerte sin una pizca de grasa en su estilado cuerpo, de tetas muy generosas sin ser grandes, un culo rotundo y armonioso de caderas anchas, sus nalgas no eran exuberantes, pero la tenías elevadas con unas largas piernas… se veía un culo respingón y muy apetecible. Sus gestos eran enérgicos, de media melena de un rubio oscuro, piel de porcelana con labios sugerentes, todo rematado con unos ojos grandes y vivaces. Cuando “Cara cortada” la veía siempre llevaba botas de agua vaqueras y un delantal. Camino a la zona de caza Rulfo conversaba con su tío Silverio…

- Tío, que tal vas por la vida, desde que murió mi viejo no había visto mucho, ¿aún eres tan putero?

- Se hace lo que se puede ya tengo una edad y sí, suelo tirar bastante de putas de los clubs de la nacional tres.

- ¿Qué te parece esa gacela que vemos en la granja? ¿Te has fijado como ordeña las cabras y vacas? Al mismo tiempo que guiñaba un ojo a su tío.

- ¿Te gusta, eh?

- Sí es una hembra muy potente, pero es parca en palabras… Tiene buenas caderas y mejores tetas para criar…, es el tipo de hembra perfecta para preñarla las veces que quieras. Son hembras fuertes con caderas anchas para que tengan un espacioso conducto vaginal donde meter buenas vergas recias como la mía, y sacar a mis hijos sin problemas de su vientre, jajajaja!

- No te creas, tal vez no te la puedas follar tan fácil, tiene un novio aunque no le hace mucho caso… y basto como un arao. Ella es de naturaleza confiada, de hecho, no hay año que no se la cepille algún cazador sin muchos reparos de su parte… sabemos que está falta de rabo por como mojaba su coño, que da gusto. Un poco inexperta sí, pero muy follable y no se hace de rogar.

- Es que esa hembra no habrá salido de aquí, si siquiera.

- Joder pues claro, el trabajo en las granjas es perpetuo, de modo que ni se rasuran… porque cada día tienen lo mismo… trabajo y más trabajo.

- Entonces será de las de pelambrera en el coño y en los sobacos… dijo tras una carcajada - ¿Qué edad tienes ahora, sobrino?

- 35, tío

- Y según tengo entendido tu padre que en paz descanse me decía que eras un auténtico tumba hembras.

Y estaba en lo cierto el viejo…, he follado la hostia consagrada.

- Eres un rompe coños de cojones… a ver si puedes conseguir a la jaca de la granja, y si se deja me encantaría pillar algo.

- No dudes tío, que lo haré. En mis clubs siempre pruebo la mercancía antes de ponerla a la venta… ya imaginas en cuantos coños me habré corrido…. Además mañana tenemos el almuerzo de despedida con los granjeros, que es ideal para beber y ligar… ¡A ver como se nos da…!

- Por supuesto… se sabe cuándo empieza, pero no cuando se termina.

Rulfo “Cara cortada” debía su alias a un corte en su mejilla derecha que había recibido en una reyerta callejera a los 19 años cuando hacía la mili en Ceuta, la cual disimulaba con barba de varios días. Su rostro era huesudo y hosco, cuello ancho de ojos marrones oscuros penetrantes, pelo largo arreglado de color grisáceo como un estropajo de acero que llevaba recogido en una coleta usando de coletero la goma de un condón… alto, viril de estructura ósea ancha. Tatuado en los brazos, pecho, espalda y cuello, el primero que se hizo fue “Amor de madre” en la legión donde sirvió cuatro años. Su mal carácter le metió en más de un lio, pero ahora se controlaba y pensaba más con la cabeza que con el glande. De siempre supo que su mejor virtud con las féminas, era que contaba con una polla fastuosa de más de 20 centímetros de un grosor poco habitual, de la cual estaba muy orgulloso, dado que pocas mujeres conseguían circundarla con los dedos

Hombre de negocios se había hecho a sí mismo… jugador, contrabandista de hachís, vendedor de chatarra, socio de un prostíbulo que le puso en el camino de algo más elegante… ser gerente de un establecimiento de masajes tántricos llamado “Yoni & Lingam”. Su tío, en su juventud, había intentado inculcarle el oficio de soldador nada más dejar el ejercito, pero no era su vocación, durando apenas tres meses…, detestaba levantarse temprano y se presentaba a las doce de la mañana en el trabajo, también le gustaba mucho, beberse unas cuantas cervezas en el tiempo del trabajo…, la cuestión es que ese trabajo no era para él

Sorha había empezado su noviazgo muy joven con trece años. Una no sabe su historia hasta que mira atrás… era el único chico de la zona de una edad cercana a la suya, un granjero cinco años mayor que ella. A sus 20 años Sorha ya no estaba satisfecha con el noviazgo, a penas la visitaba de uvas a peras y la follaba poco… cada día más le hablaba con intenciones de casarse. En conclusión… el chico no la complacencia sexualmente y la obsesión de él era tener hijos, formar una familia y que la mujer le sirviera en todo menester metida en casa. Sin embargo, Sorha, pese a tener los estudios justos, no era tan tonta como para consagrarse a un tipo que la menospreciaba, y la quería recluir en una granja para trabajar como una burra y parir cinco hijos, como pensaba de ella su padre.

Ese mediodía Sorha se había puesto un vestido con estampados florales mostrando el contorno de su cuerpo. Quería gustar. “Cara cortada” y su tío llevaron algún detalle y bebidas. Rulfo se enfundaba unos pantalones ceñidos marcando paquete, camiseta sin mangas dejando ver sus tatuajes. A lo largo de la comida se notaban las vibraciones en el aire entre Sorha y “Cara cortada”. Los padres de Sorha charlaban de forma efusiva con Silverio. El novio de Sorha solo estaba pendiente de su camada de cerdos, y apresurado al terminar de comer se fue junto a ellos, dejando la fiesta del padre de Sorha, para verlos. Al salir, “Cara cortada” y su tío, “el Hiena”, encontraron paseando a Sorha por los alrededores fuera de la vista de sus padres, como si esperara algo. Al verlos se hizo la distraída como si no los hubiera visto y se agachó a coger flores, su falda se levantó dejó a la vista un culo potente.

- ¡Que me jodan si no pide polla a gritos! Exclamó Silverio.

- Pues sí, tío… es hortera a tope, pero por los clavos de Cristo que me la cepillo. Ese culo no va a pasar más hambre por mi parte hoy…

Con celeridad militar Rulfo se posicionó delante de Sorha.

- ¿Te apetece ver la roulotte que tenemos aparcada en la vieja era?

- Sí, la he visto y parece guapa. Dijo Sorha ansiosa aceptando con la cabeza.

Silverio se puso al volante del todo terreno y Rulfo subió atrás esperando a Sorha,

- Espero que dejes algo para la familia. Apuntó su tío.

Al subir Sorha los deleitó con una visión de las bragas, mostrando la abultada vulva. “Cara cortada” le pasó el brazo por encima de los hombros, le acarició el pelo le dio un beso en la mejilla y le lamió el lóbulo de la oreja para después morrearla. La pasividad de Sorha era total hasta que “Cara cortada” le tocó las tetas y empezó a emitir pequeños ronroneos. “Cara cortada”, no era metódico ni controlador en las caricias, por lo que fue directo a la entrepierna de Sorha bajo la falda. Notó la abundante masa de carne de su coño y unos labios carnosos húmedos y cálidos…, el ronroneo de ella se hizo más patente, sabía por qué estaba allí y deseaba probar a esos dos machos.

- ¿Estás mojada, eh? se nota que tu novio no te atiende bien...

- Él tie... tiene mucho... trabajo y hace meses que no follamos. Susurro ella.

- Claro, atiende a las cerdas y a ti desatendida. Dijo Rulfo en tono despectivo.

- Tortolitos, ya hemos llegado, os veo muy acaramelados. ¡Vamos a nuestra casita auto transportable y te la enseñaremos! Dijo Silverio.

- Sorha hoy te vas a enterar de lo que es un rabo de verdad. Dijo “Cara cortada” al mismo tiempo que la morreaba, metiéndole la lengua al galillo… ella se dejaba hacer. – Te vas a olvidar de los pocos polvos que casi no te echa tu novio.

Al bajar Rulfo cogió a Sorha por la cintura y Silverio abrió la puerta de la caravana. El espacio era pequeño dos camas separadas, una diminuta cocina y un nimio baño. Sorha y Rulfo se comían la boca. A Sorha no parecía importarle la presencia del viejo tío de Rulfo, el cual se sentó sobre una cama. Rulfo tiró para arriba el vestido dejándola en ropa interior. Un sostén y bragas ya bastante usadas. Rulfo se apartó un poco para hacerle un escaneo visual y la volteó. Miró a su tío y asintió. Era una mujer con curvas apetecible.

- Este culo necesita estar entangado para lucir mejor… tiene un culo formidable, dijo con solemnidad Rulfo mientras el soltaba el sostén y ella luego se bajaba las bragas.

Rulfo era un hombre de acción y le gustaba impresionar. Sorha quedó desnuda, sus generosas grandes tetas en forma de pera y areolas grandes quedaron expuestas. Por la parte baja asomaba una gran vulva que parecía un bollo suizo, con una raja profunda y una coronación de fino vello cubriendo el pubis. Rulfo y Silverio se quedaron impresionados al desmontarle la idea de que las serranas no se arreglaban el coño. Empezó su plan de ataque sopesando las ubres y moviéndolas para que bambolearan. Ella hizo un contoneo sensual. Bajó hasta su coño y lo dedeó abriéndole los labios. Sacó el dedo y se lo dio a chupar a la chica, después de hacerlo él…, la miró con ojos penetrantes y tras una sonrisa de chacal se desnudó. Tras quitarse la ropa, Rulfo se sentó en su cama, abrió las piernas y con vigor masculino escupió de forma sonora sobre su mano embadurnando el glande despejado del prepucio…, se pajeaba dándole unos sonoros meneos a su polla.

- ¿Has ordeñado alguna vez una verga como esta…?

Sorha se quedó mirando fijamente la gran polla de Rulfo, dubitativa de cómo iba a poder meterse toda esa tranca en su coñito.

- Es una polla muy grande, solo se la he visto así a los caballos…

Y con muchísima rabia la agarró para demostrarle su poderío femenino, a sus 20 años pensaba que desperdiciado, porque le encantaba el sexo masculino, que la follaran y follarse a su amante sin recato alguno, pero no tenía muchas posibilidades, de modo que cuando se presentaba alguna, como en esa ocasión, se prodigaba hartándose a follar. Empezó un pajeo con retrocesos bombeados, lo había visto decenas de veces en el porno de su teléfono móvil. Consistía en agarrar el tronco y bajar hasta que su mano rebotaba en la pelvis o los huevos del macho, mientras lo miraba a los ojos.

- Apuntas maneras, nena. Dijo Rulfo tras unos resoplidos. – Te sacarías un buen dinero en mi establecimiento de masajes tántricos.

Sorha mira con intensidad a Rulfo, estaba arrodillada a su lado como una pava real. Silverio “el Hiena” miraba la desinhibida Sorha que sin ningún pudor pajeaba a su sobrino delante de él. Rulfo estiró el brazo introdujo dos dedos en el carnoso coño de Sorha, la cual empezó a jadear… su coño era un charco de flujos vaginales, incluso goteaba. Silverio ya se tocaba su polla viendo el espectáculo de la paja y el culo de Sorha, dos nalgas abiertas, grandes y diáfanas dignas de la mejor madona.

- Vamos a ver si se te da tan bien usar la boca como ordeñar. Dijo “Cara cortada” en un dejo de jocosidad bajándole la cabeza.

 


 

Sorha inhaló aire, abrió la boca y engulló media polla…, quería rematar la faena pero era mucha polla, demasiado larga y ancha de más, que le dilataban las comisuras como nunca las había tenido. En un arranque airado Rulfo le atenazó de la nuca y la empujó hasta el fondo. Sorha emitió un sonido gutural de atragantamiento y sus ojos estaban desorbitados. Manoteaba buscando aire… “Cara cortada” la suelta, su respiración es algo acelerada, al instante vuelve en sí, Rulfo le recoge el pelo en lo alto y le ataca otra vez, no puede abarcarla toda, es algo desgarbada en la mamada. Silverio esta alterado y excitado viendo a su sobrino, el cual en clara deferencia a él le ha recogido el pelo para que pudiera ver sus carrillos hincharse con la verga dentro. Le lamía el tronco y glande, chupaba como podía a todo lo largo sin olvidarse de los pesados huevazos que le colgaban a “Cara cortada”, volvió a empujar la cabeza de Sorha hasta el fondo y aguantó su cuello en forma de tenaza y grito…

- ¡¡Toma rabo!! ¡¡Aguántala PUTA!! Al mismo tiempo que miraba a Silverio con la mandíbula apretada – Si pasas esta prueba serás buena para mi club.

Sorha vuelve a buscar aire, se oyen los glup, glup de su garganta, quiere salir de la granja y de follar con cazadores apestosos, y haría lo que fuese por pasar la prueba.

- Venga, vamos a contar hasta diez, nena, aguanta. Empezamos. 1, 2, 3, 4.

Las mejillas de Sorha empezaron a hincharse y a enrojecer, su respiración era nasal y rápida… “Prefiero ser una puta con dinero a una grajera pobre criando a cinco hijos” cavilaba ella “Esta polla no es más grande que la de Bareca”, pensaba en su caballo.

- 5, 6, 7

- ¡Va a reventar! Exclamó Silverio.

Empezaron a salirle los mocos, los ojos llorosos y toda la cara roja.

- 8, 9

Le vinieron las arcadas, convulsionaba.

- Y... esperó un rato - ¡10!

Entonces la soltó dejando ella un rastro de moco y saliva. Su respiración era acelerada y continua, buscaba aíre. En un arranque atlético “Cara cortada” tiró de sus pies y la llevó al borde de la litera hasta que su cintura y piernas quedaron suspendidas en el aire. Tiró la almohada al suelo, se puso de rodillas sobre ella, la cogió de los tobillos y le abrió las piernas al máximo en tijeras. Dominaba la situación a las mil maravillas. Sorha se dejaba llevar y se mostraba dócil y sumisa a los deseos animalescos del macho. Se podía haber ido o dicho que no, pero ella estaba más necesitada de ser follada que ellos de aliviar su testosterona. Además quería pasar la prueba para salir de la insalubre granja donde nació.

La cara de Rulfo estaba roja de excitación…, respiraba por la nariz como un toro con los dientes apretados. Su pollón era firme y duro, la estaba posicionando para ponerla a nivel del frondoso coño para la embestida pero ella quedada atrasada, la cogió de la cintura y la tiró hacía su polla. Buscó la entrada vaginal con un "Tienes mucha carne en la raja de tu coño, con estos labios tan carnosos… parece un rico bollo". Entró el glande entre los abultados labios vaginales, ella estaba muy mojada, entonces volvió a cogerla por los tobillos, la abrió despatarrándola, y con el glande embocado en su conducto vaginal, le dio un golpe seco a su cadera que le ensartó los más de 20 centímetros de polla recia hasta los mismos huevos. Sorha emitió un estridente ¡¡Ohhhhh!! De gozo y dolor al sentirse empalada con el glande en el estómago.

Rulfo empezó unos bombeos salvajes, su polla se adentraba hasta la empuñadura en el frondoso coño…, su tío, “el Hiena”, ya tenía la polla fuera y se pajeaba viendo en acción a su sobrino picha brava, hasta que cambió de registro follador, bajando la velocidad de bombeo…. Ahora sacaba toda su pollón y la clavaba… clavada, sacada, clavada y sacada. La polla salía viscosa, Sorha flipaba de gozo al sentirse penetrada y tan llena y expandida su vagina. Rulfo y la chica mantenían la mirada en el mete-saca, aguantándola abierta por los tobillos, reculaba y la metía a full con golpes pélvicos sonoros. El coño sonaba como una tormenta de verano, chof, chof, chof. Los jadeos de ambos resonaban en la caravana, hasta se producía un leve balanceo del vehículo.

Rulfo reagrupaba fuerzas para un último y definitivo ataque que no tardó en llegar. Empezó una frenética follada demostrando su resistencia entrando en un estado de exaltación febril con rugidos atronadores. Sorha empezó a convulsionar y a maullar como una gata en celo. El ¡chap, chap! Pasó a un loco ¡chop, chop! Vaginal..., era espectacular hasta el punto que se corrió dejando un charco en el suelo de todo el chorreo que emanaba de su coño. Sin embargo, el pistoneo de Rulfo parecía un martillo compresor y su respiración acelerada… los grandes huevos del macho se balanceaban golpeando duramente el coño de Sorha, como si de un badajo de campana se tratase, a ella jamás le habían dado una follada semejante, su corrida era casi permanente teniendo todas las sensaciones sexuales que se podían tener.

- ¡¡Cuidado Rulfo…!! ¡¡Tienes muy cargados los cojones de leche con tantos días sin follar…!! Esta puta no toma anticonceptivos… ¡¡Si la llenas la vas a preñar, seguro!! Exclamó su tío al mismo tiempo que se pajeaba.

- A eso ha venido esta zorra, a que la preñemos… ¡¡Con estas caderas no tendrá problemas de parir a mis hijos!!

- Ni su coño de tragarse toda la leche que le vas a meter, añadió Silverio

Rulfo clavó su polla a fondo del coño de Sorha, y se empezó a correr como un toro bravo. No pasó más de cinco segundos cuando Sorha sintió el primer chorro de leche y el segundo que eran largos y espesos, la potencia con que los lanzó los percibió en su pared vaginal como una bala de cañón. Continuó eyaculando con menor potencia hasta dejar todo el cargamento seminal, con unos diez chorros de leche en el cubículo vaginal de Sorha. Fue una abundante lechada, que aun quedó para cuando la extrajo y escurrió el cipote sobre la vulva, el clítoris y la fina vellosidad de Sorha, empapándola como si fuera una esponja de baño, cubierta de gel.

Rulfo entró en el pequeño baño con la puerta abierta echando una generosa y sonora meada, Sorha se quedó mirando como lo hacía, mientras se tocaba el clítoris, restregando por toda la raja, observaba el chorro que salía de la gran polla semi flácida y el semen que le salía por la misma raja de su coño. Silverio creyendo que le había tocado la gloria y sin tener que tirar de putas de pago, se quitó los pantalones y recolocó a Sorha en la litera…, a pesar de su corta estatura Silverio mostró una potencia masculina, para aclarar ante su sobrino que aún valía como macho semental… estaba más que dispuesto a montarla y llenarla a pelo también.

Rulfo al salir del baño se estiró en la otra litera como si fuera el descanso del guerrero tras la batalla. Silverio le levantó a Sorha y la puso a cuatro patas, le abrió el culo y oteo el coño rojo de la follada de su sobrino, apuntaló la cabeza de su polla en la abertura para ensartarla enseguida. Nada más clavarla, empezó a bombearla nervioso y frenético, con la sensación de que se fuera a escapar, la amarraba con firmeza del culo en cada tacada, que a su vez se llevaba restos de lefa de su sobrino pegados en su polla. No poseía la polla de Rulfo pero demostraba maneras dentro de los límites de su edad. Intentó tensarse en sus mete-sacas, incluso en un asombroso alarde de bravura hizo volteos circulares con su polla dentro del coño de Sorha. Mientras tanto Rulfo se había acostado en la otra litera y se limpiaba la polla con las sábanas y observaba a su tío. En un último aliento empezó unos bombeos conejeros y empezó a respirar de forma frenética… el viejo estaba demasiado excitado y tardó poco en llegar al orgasmo, la metió a fondo y escupió una tremenda lechada en el mismo útero de Sorha, convulsionando frenéticamente la metía y eyaculaba otro chorro de leche, y otro más con rugidos animalescos… los rugidos de Silverio eran ostentosos, agarrando a la hembra para que no se le espantara, enterrándole toda le polla a fondo.

- ¡Eres el puto amo! A tu edad y vaya lefazo que le has echado a esta putita, exclamó Rulfo.

Con tanta leche metida en su coño, esta puta se ha quedado bien servida… ¡¡Si está ovulando la hemos dejado preñada, seguro!! dijo Silverio.

- Esta zorra le hemos metido leche en el útero para alimentarlo varios días... ¡Jajajaja!

Esa misma tarde engancharon la caravana y fueron a despedirse de los padres de Sorha, los cuales fueron muy generosos y obsequiaron a Silverio con un pan de horno moruno que el recordaba al coño reventón de la hija, para que lo comieran con su mujer y el su pequeño nieto.

Cara Cortada”, al despedirse de Sorha le dejó su número para que lo llamara…

- Apuntas maneras y ordeñas bien… si te vienes conmigo a la ciudad tendrás cuanto quieras… y tendrás un mejor futuro para ti y tu familia.

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Utilizaba la mano como si fuera una tenaza húmeda según la zona, lo había masajeado entre los muslosAl asegurar su polla en la mano empezó a jadear…gruñía nada más empezar. Sería rápido. Aplicó unos sube y bajas lentos. Se paró. Empezó a chuparle la polla rítmicamente subiendo y bajando, haciendo una pausa al llegar arriba y movía la cabeza de forma circular. El hombre sorbía y mantenía el aire al respirar. Engulló todo el tronco y prolongó una succión como si fuera una ventosa. La respiración del hombre se hizo irregular. Sorha tenía toda la polla en la boca, sus labios rozaban la pelvis incluso le rozó los huevos con el labio inferior. Empezó una succión con un ritmo endiablado. La sangre del hombre sube. Se endereza como un alambre de muelle, pero al poco rato cede. Estira las manos hacia delante, agarrotadas, en el umbral de la mesa de masaje. Un estremecimiento corre sus venas. Sorha envolvía el glande de la polla con su lengua, el hombre empezó a parlotear con palabras magnificadas por el gozo…

- Pequeña puta. Guarra. Mira dónde estás. Dios todopoderoso. Chupa así. Sí. Oh, Jesús por qué gozo tanto. Dios, Dios, pero ¿dónde has aprendido a chupar de esta manera? Donde, donde, dímelo. Te lo advierto, te voy a follar. Joder. Vamos. ¿Qué voy a hacer contigo? Oh, joder. Maldita mocosa. Espera que te ponga la mano encima. Eres tan puta, asquerosa y sucia. Oh, Jesús, Jesús, Jesusito. Vamos. ¿Sorha? Sorha, Sorha. Te voy a dejar el culo reventado. Ven acá. Ahora. Vamos. Te voy a dar una buena tunda.

Tras esa verborrea empezó a resoplar y a dar bramidos, Sorha dada giros bucales y manuales de arriba abajo. Y no tardó la polla en convulsionar para expulsar la lechada. Sorha no paró, notaba como su boca se le llenaba de semen, pero seguía subiendo y bajando por todo el tronco de la verga. Dejaba una capa poco líquida, blanca y viscosa. De forma gradual los rugidos de gozo se fueron mitigando hasta quedarse estático. Entonces Sorha le mostró al hombre el contingente espermático que había obtenido del ordeño, y acto seguido se lo tragó…, tras aclararse la boca, acabó de relamer toda la lefa que le había regalado el semental. Antes salir el hombre, por ser un cliente habitual con quien tenía mucha confianza, le hizo una limpieza de verga rápida con la boca. Sorha vio como se apretaba el cinturón y se marchó. Ella aún iba en topless y entangada.

- Veo que tiene prisa.

- Sí, salgo para el aeropuerto, antes de venir me han informado que mi padre ha fallecido de forma repentina. Mi mujer y mis hijos me esperan para el sepelio.

- Ohh, lo siento... No sé qué decir...

- Sí, una auténtica desgracia, un gran hombre y padre, levantó un negocio que ahora llevamos mis hermanos y yo. Estoy abatido. Por cierto no llevo suelto, puedo pagarte con tarjeta de crédito.

- Sí, claro. Contestó Sorha introduciéndola en el tarjetero - No me la acepta…

- Perdón, pensé que era la mía, es de la empresa. Espera la contraseña es otra - dijo tecleando otra vez y siendo aceptada - Ves, ahora. Por cierto tienes un buen meneo, ¿puedo ver tu coño?

Sorha apartó su tanga y dejó ver una raja depilada, una vulva escandalosamente gorda de labios sobresalientes que formaban unas grandes alas de mariposa cuanto se los estiraba…y el clítoris, un magno garbanzo salido del capuchón aun sin excitar.

- Lástima que no pongas en alquiler ese estupendo coño, aparte de masajear. Sé por Rulfo que es un flipe follarte. Cuando llegaste eras algo pardilla… pero has aprendido mucho y bien ¡Ja,ja,ja! Te dejo cariño, es un día triste para mí, y acuérdate de mí cuando quieras follar, pago bien el polvo…

Sorha recordó que había llegado dos años atrás, y lo primero que hizo era vender su coño, y como bien había dicho el ostentoso maduro que terminaba de salir, ingenua e inocente. Eso sí, “Cara cortada” y su tío “el Hiena” ya le dieron el primer aviso en la caravana, aquel polvo y la proposición de Rulfo alias “El cara cortada”, no cayó en el olvido, por lo que no se dio más tiempo con su novio ni en la granja…, hizo las maletas y dejó a su familia y toda su vida anterior, a los pocas semanas.

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No sé qué sorpresa me había preparado Rulfo, me dijo que preparase ropa y que llegase a la ciudad en un par de días, pero sobre todo lencería, taconazos, y mi neceser de maquillaje… supe que me llevaría con él y lo deseaba, aquella granja me enterraría en vida si no salía pronto de ella.

Rulfo es un macho con todas las de la ley, me prometió sacarme del lodazal de la granja y yo quiero hacerle feliz, y aunque a veces me cueste seguirle en sus fantasías que hemos mantenido por WhatsApp en estas semanas, he descubierto mi lado sexual más oscuro y es que me gusta ser deseada y usada como un objeto, soy sexualmente muy sumisa aunque en mi vida real también soy una mujer de carácter fuerte.

Salí de madrugada sin que mis padres supieran que me había ido, lo llamé montada en el autobús y por el camino me lo fue contando. A la llegada una camarera me invitó a instalarse tras los 500 km en autobús. Llevaba el mismo vestido que cuando me cepillaron Rulfo y Silverio en la caravana, era mi mejor vestido. Acepté la invitación de descansar, pero antes debía pasar a ver al jefe del club.

Había hablado con su socio, se dedicaban a los clubs de alterne, pero en concreto a mí me había prometido trabajar en una casa de masajes holísticos, pero antes debía pasar la prueba en el puticlub. Las condiciones iníciales para trabajar de puta eran aparentemente muy claras, dentro del club podría acostarme o no con los clientes, yo lo decidiría. En el caso de que lo hiciese la tarifa era de 50€ cada media hora, y la casa solo cobraría por mi estancia en el club 75€ al día con pensión completa, más un suplemento de 10€ cada vez que utilizase la habitación en compañía de un cliente, la habitación seria compartida con otra chica, las copas irían al 50% con el club y el cliente debería de pagar 5€ aparte por el servicio de sabanas.

Rulfo me comentó que llegaría sobre las 20:00h al club, y que a las 21.00h, tras hablar con la camarera encargada, me asignaría habitación y tendría que estar en la sala para empezar a trabajar. Ese primer día me comentó que estaría siempre cerca haciéndose pasar por cliente hasta la hora de cerrar, y que el sábado estaría también a la misma hora y que cuando terminase la jornada regresaríamos a casa juntos.

El negocio consistía en poder hacerlo con quien quisiera pero siempre con condón. Me explicó que el club no me obligaría a acostarme con nadie que yo no quisiera, pero que lógicamente tampoco podría rechazar a los hombres interesados en subir a la habitación, en caso de que alguno de los puteros que solicitasen mis servicios no les viese en condiciones por borrachos, falta de higiene, agresivos u otras cuestiones que me resultasen desagradables, el mejor modo de disuadirles era ponerles una tarifa algo mas alta o ponerle pegas y condiciones en cuanto a lo que podría hacer en la habitación, o sea, decirle que no doy el culo, que no follo a cuatro patas, que no la chupo y cosas por el estilo. En cuanto a los masajes, lo mismo pero sin condón, estaba claro.

Al entrar en el club cargada con mi trolley, se me cruzaron algunas chicas que me miraron de arriba abajo, una de ellas entre dientes dijo… - Draku, que no sé lo que es, supongo que guapa o algo así en Rumano, quizá iba dando el espectáculo pues soy muy femenina y sin querer a veces exagero mucho mis movimientos de culo, manos y pelo, mas cuando estoy algo nerviosa si a eso le añadimos mis tacones de diez centímetros debí de entrar dando bien la nota.

Sentirme una puta me puso muy cachonda, pero también estaba muy atemorizada, mezcla explosiva para mis fantasías de sumisión. El manejar a los tíos desde la perspectiva de mujer ofrecida por dinero no era nuevo para mí, pero nunca lo había hecho en un terreno tan abierto como un prostíbulo enfundado en una sala de masajes tántricos, donde todos los toros están en el ruedo y te puede entrar cualquiera sin elegir previamente.

Llegué a la recepción y pregunté, tal como me indico Rulfo por el  Sr. Rabanal a la mujer que estaba tras el mostrador de una especie de recepción. Sin mirarme descolgó el teléfono y me pregunto si yo era Sorha Trujillo, le conteste moviendo la cabeza para no interferir en la llamada, habló con alguien y le dijo que había llegado la de las ocho, me pidió que dejase el equipaje allí mismo y que la acompañase hasta el despacho del señor Rabanal.

Al llegar  la mujer me abrió la puerta y me pidió que entrase. Era un despacho desvencijado y con poca luz, al fondo y tras una mesa estaba el encargado, un señor bajito, de nariz aguileña, ojos pequeños como alfileres y boca de raya, con cuatro pelos mal repartidos y electrificados, tendría unos 60 años y era delgado y algo encorvado, miraba concentrado una pantalla de ordenador que le iluminaba su cara cetrina y sudorosa.

Me indicó que me sentase sin quitar ojo a la pantalla, el despacho estaba lleno de papeles amontonados por todos los lados, también había cajas de bebidas, y olía que apastaba a tabaco y moqueta enmohecida, me pidió mi DNI para el registro, dijo, sin levantar la cabeza de la pantalla, luego me preguntó si ya sabía cómo funcionaba el club si mirarme a la cara, le dije que sí, que me lo había explicado Rulfo. Terminó de rellenar la ficha y me extendió una hoja que me pidió que firmase, se la firme sin detenerme mucho a revisarla y entonces el enano se levantó, me pidió que me desnudase, yo, un poco contrariada, le pregunté que si era medico o algo así, intentando hacerme respetar… él se puso un poco rojo y muy tenso, me soltó gritando…

- NO CACHO PUTA… YO SOY TU JEFE MIENTRAS ESTÉ EN ESTE PUTICLUB, ASÍ QUE PONTE EN PELOTAS, QUIERO VER SI ME VALES PARA PRESTARTE A MIS CLIENTES O TE TENGO QUE ECHAR A PATADAS CON EL MARICÓN DE RULFO.

Me callé la boca y obedecí al enano cabrón, no puedo dejar de excitarme cuando me tratan como un cacho de carne, soy muy masoquista y aunque sea como en este caso un tipo repugnante, noté como mi coño se mojaba pensando en lo que podría suceder. Me fui desnudando y cuando me iba a quitar las medias me dijo que no siguiese que las putas le gustaban así con medias y tacones. Me miró fijamente a la cara, examinando cada parte, se detuvo en la boca, se dio la vuelta y abrió un cajón de su mesa el cual revolvió hasta coger algo, se volvió a acercar y me sujetó la barbilla. En la mano, vi que había cogido era un pintalabios rojo que me paso por alrededor de la boca sin ningún cuidado, dejándomela como a un payaso, volvió hasta la mesa y del cajón inferior saco una gran poya negra de goma, me la dio en la mano.

- ¡Métetela en el coño! Quiero ver lo que sabes hacer con ella.

Le obedecí y me follé con el pollón, mientras él me miraba con la cara tensa y se agitaba la polla como un mono, se acercó a mí sin dejar de meneársela y me empujó hasta que me quedé apoyada con el culo en su mesa, cogió mi mano y me la acerco a su polla para que yo siguiese con la paja agarró el dildo por la ventosa y empezó a realizar movimientos bruscos violando mi coño con la polla tonta, me besó la cara y mordisqueo el lóbulo de la oreja, luego trato se penetrar con su lengua en mi boca, y yo apreté los labios, el arlequín diabólico me insulto con su barbilla pegada a mi oreja.

- No eres más que una cochina viciosa y aquí no solo vas hacer masajes con paja final, algunos también te querrán romper el culo, quieras o no cerda, ¡vamos… traga leches sigue meneándole la polla a papaíto!

El tío me pellizcaba el culo con fuerza y me metió dos dedos en el ano mientras seguía con sus “piropos”.

- ¡¿Te gusta lo que te hago ramera?!, se que quieres joder conmigo… pero no zorra… yo no follo con putas como hace mi socio… sé que Rulfo ya te ha probado y vales para él.

Me hundió el cilindro hasta que la punta chopo llegó a mi estomago y me dijo que lo sujetara bien haciendo un último movimiento en circulo como para fijar el dildo en lo más profundo.

- Quiero ver como la chupas.

Y obligándome a arrodillarme me la metió en la boca, sabia un poco rancia pero se la mamé con ganas a la vez que echaba mi culo hacia atrás para que pudiese ver mi tanga de hilo a punto de reventar. El encargado abusón me soltó dos manotazos en las nalgas con rabia, al tiempo que notaba como su polla daba un último estirón dentro de mi boca.

- No se te da mal, me dijo con cierto desdén, - Tienes vicio con las vergas y eso es bueno para ti. No te olvides de comerme los huevos también…

Seguía mamando y el gordo me dijo que le metiese un dedo por el culo con voz entrecortada a la vez que me guiaba la mano situándola frente a su raja enjuta. La idea me gusto para tener mi pequeña venganza bajo su consentimiento y me abrí paso con el dedo gordo que resbalo suavemente penetrando su orificio estrecho que estaba sudado y era peludo…, de repente, se empezó a correr entre espasmos y palabras inconexas, debía de ser medio maricón porque el dedo fue mano de santo, me tapo la nariz y con la otra mano me sujeto por la nuca para obligarme a tragar toda la lefa que salía con fuerza chocando contra mi campanilla, sabia un poco agria y aunque me dieron arcadas, la mantuve en mi boca hasta que al sacarme la polla como quien tira de un tapón a presión, la escupí con rabia en el suelo al tiempo que se descomprimió mi coño y el dildo cayó al suelo haciendo un ruido seco. Quedó la polla falsa tendida como un muerto, me limpié los restos del veneno amarillento con la muñeca y sequé mis ojos empañados con las falanges de los dedos y ya sin decir nada me recompuse lista para abandonar la cueva.

El tipo se limpio la polla con un papel que corto de un rollo que había encima de su mesa, lo tiró al suelo y se guardó la polla, me dio la llave de mi habitación y me indicó que me pusiera a trabajar. Cuando me disponía a vestirme me dijo que no hacía falta que mejor saliera con las medias y el tanga así atraería a los clientes que me viesen de camino a la habitación y seguro que cuando bajase a la sala ya habría más de un putero esperando por mí. Aquí gusta mucho la novedad, esa es tu principal ventaja porque de chupar todavía te queda mucho que aprender zorrita… ya veremos cómo das los masajes.

Salí entre ofendida y humillada, y encima en pelotas como una guarra cualquiera, se me acercó una gorda reventona vestida de colegiala…, me dijo que si me ayudaba con el equipaje a cambio de comerle el coño, y antes de que pudiese contestarle nada, se marcho canturreando y riendo como una loca… “Lo que me faltaba”, pensé…

Llegué a mi habitación, era grande y tenía dos camas y dos armarios con cerradura, me di cuenta que le habitación era compartida con alguna de las chicas del burdel, deshice la maleta y guardé todo en el armario de la derecha pues era la cerradura que coincidía con mi llave, me puse un vestido corto amarillo, guarde mis cosas y me maquillé, bajé a la sala, al entrar una mezcla de perfumes me hicieron entender cuando de alguien dice que se huele a puta.

 


 

La música estaba sedante, la sala bastante llena, muchos corrillos de chicas pegados a las paredes, y en el centro una gran barra en círculo, petada de clientes de todo tipo, pero abundaban los pueblerinos lugareños y barrigones cincuentones con taje y corbata. Al pasar pude ver a Rulfo en la barra junto a una chica alta y rubia vestida de chacha, por lo que me explicaron después, los viernes hacían el día del disfraz, y la mayoría de las chicas se disfrazaban para deleitar a los clientes.

Pase junto a un grupo de tíos que debían de estar celebrando algo, al pasar uno de ellos me llamo, me invito a acercarme con la lengua trabada, debía de estar borracho, preferí seguir mi camino en busca de un lugar más tranquilo desde donde pudiese ver el panorama, cuando escuché tras de mí las mayores salvajadas que se le pueden decir a una mujer en referencia a como me follarían, aseverando lo que seguro que a mí me gustaba más, y referencias hacia mi culo y boca.

Me situé al fondo de la barra donde poder escapar de los moscones y desde donde podía observar toda la sala y también a Rulfo, que estaba tan encantado con la barby panoli que no levantaba la vista ni para al menos tenerme localizada. En ese momento algo se puso delante de mí cortando mi campo de visión. 

 – Holaaa, soy Nina, ¿eres nueva aquí?

Sí, tanto se me nota…

Bueno…yo llevo una semana, y al verte sola, me pareció que estas como yo, aquí todo son grupillos, ya te darás cuenta, están las colombianas, las rumanas, las paraguayas y las venezolanas, y luego algunas tontas sueltas jajajaja, todas forman parte de grupillos y hacen su propia guerra, a mi me tienen mucha tirria porque voy por libre, aquí se viene a trabajar y no a cotorrear y criticar a todo lo que se mueve que es lo único que hacen. Yo soy cubana y llevo ya cinco años puteando, ¿y tú, eres nueva en esto no? 

Sí, ¿Por qué lo has adivinado?

Pues fácil, cuando has entrado en la sala no miraste a los clientes, las putas lo primero que buscamos son clientes, vistes con ropa sexi pero es ropa de casa, aquí todas se ponen ropa de lycra pa’ follar, y los zapatos que llevas tampoco son de puta, más bien de ama de casa cachonda, jajajaja. Yo sé que no eres puta, na’ mas verte mi amor, yo creo que tu empiezas aquí hoy… ¿me equivoco?

Bueno… no, pero tampoco creo que eso sea importante, hasta hace unos días trabajaba en la granja de mis padres en la sierra, así que Rulfo me habló de esto y quiero probar a ver si soy capaz de follar con estos puteros.

Hay mi amor, la primera vez que alguien me habla normal en un club, me gustaría que fuésemos amigas, yo te puedo ayudar para que no caigas en las trampas de los clientes y de las envidiosas que algunas son de cuidado. Además viniste en buen momento porque es la feria de la maquinaria agrícola y esto se peta de catetos con ganas de descargar los huevos en coños jóvenes y desconocidos, jajajaja. Los de sus esposas están revenidos y llenos de grasa, jajajaja.

¿Trampas de los clientes…?

Huy sí, te cuento mi amor. Aquí se ve de todo, los hay sobones, culeros, tacaños, locos, abusadores, románticos, pervertidos, descuideros, chantajistas, adictos al sexo, estafadores, puteros profesionales, de todo hay.

Me quedo con los románticos…

¡¡¡Ayyy!!! Tú estás loca, son de lo peor, primero te conquistan, luego te acosan, son celosos quieren saber todo de ti y no te dejan ni un minuto en paz, son pesaos…, la final no te dejan follar con otros y tampoco de dan una vida digna… y a nosotros nos gusta vivir de esto. 

Pues entonces el putero es mejor opción… ¿no? 

Cuidado chica con ese espécimen, tienen ya mas barra que todas las que estamos aquí juntas, a ese no lo engañas tan fácil, paga lo mínimo y esta media hora más, siempre se sale con la suya, y por asqueroso que sea te hace correr como gata en celo, no te deja un agujero libre y terminas como si te hubiesen dado una paliza, si te coge a primera hora te deja jodida para todo el día, jajaja y nunca mejor dicho. Bueno mi amor… ¿y como tú te llamas?   

Sorha.

¿Y en que habitación estas?

En la 109.

Ay mi amor si te pusieron conmigo, ¡¡QUE SUERTE!!!

Pues Sorha, encantada de conocerte me voy a buscar un loco, esos son los mejores, recuérdalo, solo quieren polvos pero de los de nariz, follan poco y pagan mucho, esos son los que a mí más me interesan… ¡chao! 

Hasta ahora Nina, suerte.

Nina es muy femenina, tiene buenas curvas y un cuerpo natural y estilizado, es una metralleta hablando pero parece muy profesional y sencilla, de cara bonita y expresiva…, creo que es sincera y que yo le he caído bien.

Me acuerdo de Rulfo, le busco con la mirada pero ya no está, tampoco veo a la rubia, me pregunto si se habrá subido con ella…

Un tipo se pone a mi lado y se pide un gin tonic, viste un traje gris camisa blanca y corbata azul, es orondo, con una enorme barriga colgona que le acorta las piernas, le suda la frente y parece estresado. Me mira y me saluda con aire de superioridad, yo le respondo y miro hacia otro lado, he venido a divertirme y lo último que quiero es un gordo sudoroso encima, así que me dispongo a marcharme cuando noto que el tipo me sujeta por una muñeca

No te vayas que quiero conocerte, retrocedo y me mentalizo a hacer el papel que me corresponde. – ¿Cómo te llamas?

Sorha, le contesto.

Y ¿de dónde eres Sorha?

De Burgos. 

Tu... ¿cómo te llamas?

Yo Godofredo…

Gordo y feo, su nombre le hace justicia pienso y me rio por dentro 

¡¿Y qué tal Godofredo, tienes ganas de pasar un buen rato…?!

¿Cuánto…?  

70€, pero no doy el culo y todo con preservativo, ¿subimos? 

El tipo se hace de rogar y me contesta… – Hombre subir contigo y no darte por el culo seria como comer carne sin vino tinto, ese culazo que tienes es para darte por él a lo bestia y partírtelo sin contemplaciones.

Que fino eres, le respondí, haciéndome la ofendida.

Que yo sepa estamos en un puticlub, ¿no?, pues aquí se viene a follar, así que perdón si no soy muy romántico, pero prefiero ser claro y que no haya malos entendidos, quiero follarte por el culo, que me la chupes sin goma, me gusta que me coman los huevos y el culo,  bueno y lo normal… tirones de pelo, insultos, manotazos en las nalgas, tú dime cuanto me cobrarías, y yo veo si me interesa o no, porque… ¿tú eres una puta…? ¿O eres la de la limpieza? ¡¡JAJAJAJA!!

Con cierta rabia contenida…. – Pues te lo voy a poner fácil, yo te lo hago a ti gratis grandullón, que me has puesto cachonda como una perra.

El tío se quedo con una mueca de incrédulo pero a la expectativa, me quedé en silencio, con una media sonrisa aguantando unos segundos y mirándole como invitándole a decidir.

Bueno a mí me gusta pagar soy un caballero.

Pues ya te digo que si te dejas dar por el culo, me comes el coño mientras te digo lo pedazo maricón que eres y te doy una buena azotaina, te lo hago gratis, ¿Qué subimos?

El Gordo feo todo mosqueado y algo nervioso me contesta…

- Te equivocas conmigo, yo soy un macho y soy el que folla, no me ofendas que yo te he tratado con respeto, así que no me hables así y márchate que me espantas las moscas.

Adiós espero que encuentres lo que estas buscando.

El tío no dijo nada mas, se quedo callado como si yo no estuviese, agarró su copa y se la planto en la boca mirando hacia el fondo con los ojos juntos y cara de orangután cabreado mientras yo me iba.

Avancé recorriendo la barra en busca de Rulfo, no daba señales de vida, debía de haber subido con la barby choni, y en eso no habíamos quedado, me sentí un poco ridícula y abandonada, también sentí celos…, Rulfo me dijo que el primer día era solo para mi, nunca se iba con otra en el estreno y menos en toda mi cara, de repente escuche un silbido, me hice la loca, y un tipo me voceo desde la barra… – ¡VEN PA CA RUBIA!

Seguí mi camino porque pude ver al tipo por el rabillo del ojo y era un garrulo de cuidado, vestía con un mono de trabajo y boina…, al ignorarle, el fulano se acercó y se me plantó frente a mí, muy sonriente y con los ojos saltones, pude ver que en la boca llevaba plantado un palillo clavado en la comisura de los labios, y me dijo…

¿Ande vas chiquilla? Ven que te invito a una copa, ¡guapa!

Echándome el aliento en la cara. Me quedé algo parada y acepté porque no me pareció que sería acertado hacerle un feo, además el resto de las chicas podrían sospechar y llamaría demasiado la atención, el tipo me agarró por la cintura y pidió la copa a voces, mientras me la tomé no tuve que decir nada, el piernas lo hablaba todo mientras me tocaba el culo y el coño por encima del tanga con sus dedos gordos y rasposos, cuando termine la copa me preguntó el precio y los “servicios “que incluían, y yo conteste al Cantinflas lo mismo que al gordo feo…

De todo con condón y nada de dar por el culo.

Entonces se enfado mucho, otro que me quería sodomizar y correrse en mi boca, que asco pensé.

Es curioso pero desde ya muy joven todos los tíos que he conocido me han querido dar por el culo, y muchos me lo han hecho, el primero fue un amigote de mi padre, yo tenía 17 años y el tipo solía venir a casa todos los sábados a buscar a mi padre pues eran aficionados al futbol de la misma peña y siempre aprovechaba para tontear conmigo mientras mi padre terminaba de prepararse, el tipo me gustaba, era guapo, aunque demasiado mayor para mi, tenía unos 40 años, así que se las arreglo para quedar conmigo un domingo por la tarde a escondidas en su casa con la excusa de regalarme unos libros, y después de tomar unas copas, no sé cómo me convenció para follarme por detrás, me explico de que era el mejor método para tener sexo sin peligro de preñarme, así que me estuve viendo con el mas de seis meses y jamás me toco el coño, solo me daba de beber y luego me daba por culo y además nunca me ponía lubricación con lo cual para mí era un suplicio, pero el tipo me gustaba y como era un poco tonta me dejaba hacer.

Pero volviendo al tipo del club, me pidió que le enseñara el coño alegando que me había pagado la copa, como no quería problemas moví mi tanga hacia un lado y lo descubrí para que pudiese verlo, el tío se sobó el rabo por encima del pantalón mirando concentrado, con ojos saltones…

Voy a juntar el dinero y mañana vengo a follarte, a si que estate preparada porque te voy a deshacer cacho puta, y se marcho azarado y con prisa, hablando solo, supongo que cabreado por el calentón y el dolor de huevos que llevaba.

Volví a tomar contacto visual con la sala y al fondo pude ver a Rulfo, bajaba de las habitaciones con la zorra de platino, se pararon, le dijo algo y se rieron, la muy zorra le dio un pico y se marchó. Rulfo cruzo la mirada conmigo desde lo lejos, y se fue acercando… – ¿Qué tal?, me dijo,  

Pues muy mal…

¿Y eso?

Pues que yo sepa el juego es que yo folle con tíos a cambio de dinero bajo tu supervisión, y no que tu estés de acá para allá probando a todas las putas dejándome abandonada. 

Perdona, pero quería añadir morbo al asunto, y que te fueras soltando por ti misma…

Estoy suelta, pero quiero que estés cerca de mí…

En ese momento paso a nuestro lado un negro, era muy alto y delgado, aunque no era muy guapo de cara. Como no me estaba gustando la conversación con Rulfo, sin decirle nada me di la vuelta y seguí al negro, nunca había follado con un africano y a mí me gustan mucho las pelis donde salen enorme pollas negras atravesando pequeños coños de rubias tontas en presencia de sus maridos, me pone mucho que le esté poniendo los cuernos la muy zorra, delante de su marido, pero se me adelanto Nina que se acerco a él y se pusieron a hablar mientras caminaban juntos hasta el fondo de la barra.

Otra vez el grupito de los de la cena de empresa empezaron a chistarme y decirme obscenidades, pero me molesto que uno de ellos me dijo con desprecio, esa no aguanta una empolladura bien dada, y con el culo por los pies… me acerque al tipo y le dije muy seria

El culo caído lo tendrá tu mujer, porque estará lleno de la leche de tus amigotes.

Los compañeros se quedaron petrificados, debía de ser el jefe, así que no dijeron ni pio, y Don machote me soltó…

Mira guapa ya que vas tan fuerte y eres tan poco delicada te lo voy a decir directamente y sin rodeos, a mi no me gustas nada, te faltan tetas y te sobra culo, no me gustan tan caderonas pero a mis empleados parece que les has caído en gracia, cuanto me cobras por el grupo, solo son cuatro, seguro que ya las has visto más gordas, hazme un buen precio con todo incluido y te me los follas a todos.

Y le conteste muy seria mirándole a la cara desafiante, 200€ con los cuatro una hora pero no lo hago por detrás y todo con preservativo. El tipo miro al grupo y les hizo un gesto… – ¿A qué esperáis muchachos? Destrozar a esta bocas, y extendió un billete de 200€ al más mayor del grupo.

Al tipo le di un beso en la mejilla en señal de satisfacción por el acuerdo y le dije que esperasen un momento que iba a hacer una llamada, me acerqué a Rulfo y le dije que se subiese a la habitación… le di el numero, metete detrás de las cortinas que voy a subir con un grupo y tengo miedo que me hagan daño, deja la puerta sin echar la llave. Subió al servicio y por el ascensor que esta junto a la puerta donde no le veía nadie, Rulfo me dijo que no me preocupase por él, yo estaría segura.

 


 

Volví hasta el grupo y les invite a que me siguieran, al llegar a la recepción no me pusieron pegas, discutieron un poco para no tener que pagar nada más que una sabana y nos fuimos para arriba.

En el ascensor el más jovencito se saco la polla y me la restregó por el culo mientras los otros se reían por la ocurrencia. Al entrar en la habitación no me dieron tiempo ni a desnudarme, se abalanzaron a por mí, me arrancaron las ropas mientras me sobaban las tetas, me dejaron con el tanga, medias y tacones y empezaron a follarme dos… uno por la boca y el otro por el coño a la vez, otro me comía las teas, y el cuarto hurgaba en el ano tratando de meter los dedos.

No pude evitar ponerme cachonda y de lo que había pactado abajo no cumplieron nada, ninguno se puso el condón y cuando quise darme cuenta tenía una polla en la boca, otras dos en el coño, bueno, al menos me respetaban el ojete pensé, los tíos gritaban como animales, me tiraban del pelo y me escupían en la cara, no sé de donde salieron unas pinzas de la ropa que me pusieron en las tetas, se reían de cada escupitajo, corrida o de las barbaridades que decía el más mayor. A mí en el fondo me estaba gustando el trapo vejatorio de esos machos cachondos, cuando de repente me acorde de Rulfo, no sería bueno que se diesen cuenta de su presencia, miré hacia las cortinas y vi que temblaban ligeramente y no era por la respiración…, el muy cerdo lejos de estar preocupado se la estaba pelando como un mono, de repente me llegó mi primera corrida, a la vez que note grandes chorros de leche que me entraron a presión en la boca… no tardó mucho el que me follaba por el coño en llenarme a pelo.

Traga puta, me decía el borrachín y el mas mayor que era un insultón, – Puta sé que te gusta, eres una zorrita que te gusta tragar leche, guarra, ahora cómele el culo a papaíto.

Se dio la vuelta obligándome a meter mi boca en la raja de su enorme culo peludo, era asfixiante, noté que en esa posición alguien me ato las manos y cuando quise protestar también me amordazaron, pensé que Rulfo saldría a socorrerme pero de repente apareció tras de mí el “jefe”, no sé cómo había llegado pero el muy cabrón estaba tras de mí y felicito a los compinches por el trabajo, sacó una enorme polla y me la apunto en el ojete…, me taladro el recto de un solo golpe hasta que los cojones colgaderos chocaron contra mi coño, el tío daba sacudidas a lo bestia y me decía que el caso es que desnuda no estaba tan mal, siguió un buen rato mientras los otros me preguntaban dónde estaba el dinero, miré hacia el armario, me quitaron los 200€ y después de quince minutos de embestidas, el jefe se corrió se limpio con mi pelo y seguidamente me orinó en la cara, yo no podía evitarlo pues estaba atada de pies y manos y se marcharon dejándome atada.

Rulfo salió de su guarida, estaba un poco tenso y asustado, pero un gran bulto en el pantalón le delataba, se puso detrás de mí y me sodomizo mientras me daba manotazos en el culo, y me pellizcaba las tetas hasta que nos corrimos a la vez, cuando de pronto se abrió la puerta y entro Nina con el negro…

¡Ay qué bueno! Gritó – ¿Hacemos una a cuatro…?

El negro sonreía… Yo no maricón, yo solo follá con mugeres

Después de más de una semana en el burdel, en el que se me puso a prueba, Rulfo me llevó a su establecimiento de masajes tántricos…. Aquello era un lupanar mucho más exclusivo y caro, un puticlub que no lo parecía porque se le veía mucha clase y en principio solo se daban masajes relajantes. No solo trababan bien, disfrutaba con mi trabajo, los clientes eran disciplinados, aseados y respetables hombres de bien con una ordenada vida cotidiana. Nunca les preguntaba por su dedicación laboral o situación familiar, como nunca jamás pensé que podría vivir de mi sensualidad, de mis habilidades onanísticas y de mi sexo en general… la prudencia y el trabajo bien hecho era mi sello de identidad en el establecimiento de masajes con final feliz de Rulfo, me sentía a gusto, ganaba mucho dinero y gozaba de mi cuerpo. En mi tiempo libre disfrutaba de darme mil caprichos… no necesitaba tener un hombre, tal como me decía mi madre. ¡¡Tenía sexo y dinero!!

*************

Dos semanas después se instaló en la casa de masajes, llegó en primavera a la población, no era la gran ciudad pero tampoco era un pueblo pequeño. “Cara cortada” estaba convaleciente a causa de un accidente de tráfico por lo que fue recibida por Florencia, una veterana masajista, la acompañó hasta el apartamento de Rulfo el cual estaba postrado en el sofá y empezaba a recuperarse. Se saludaron, habían pasados dos meses de la cacería con su tío y el encuentro con Sorha. Entonces Florencia y “Cara cortada” encendieron unos pitillos.

- Es una chica hortera con ese vestido tan cutre, apenas sabe expresarse. Dijo Florencia.

- ¡Si vieras el sugerente coño que lleva entre las piernas… verías que tiene mucho potencial! Se lo conté a Lucio. Le enseñé una foto de ella.

- ¿A “el tuerto”? ¿Ella en pelotas…?

- Que va, vestida con sus padres. Más tarde vendrá “el tuerto”. Pajea bien, Florencia, aunque tendrás que enseñarle el oficio de masajista.

Lucio alias “el tuerto” era un hombre de 56 años, corpulento, calvo, bigote, moreno de piel y ávido de sexo. Tenía una buena polla, casi gastaba el mismo calibre que Rulfo. Hacía años había perdido un ojo en prisión en una pelea con cuchillo, de la cual salió mal parado. Llevaba un parche negro en la parte derecha de su cara, eso junto a su diente incisivo de oro, le daba un aire al malo de la serie “Hombre rico, hombre pobre” el llamado “Falconetti” ese apodo también era habitual entre los más conocidos, pero no le agradaba mucho y solo se atrevía unos pocos de confianza, a llamarle así.

No tardó en llegar y enseguida pidió a la chica en cuestión. Sorha tenía los ojos hinchados de la siesta cuando apareció. Se sentó junto a ellos, “El tuerto” la miró con ojos de lobo hambriento dentro de ese vestido desgastado. Rulfo le dijo a Sorha que se duchase, que podía venir en bata y que cogiera la suya del baño.

- Vaya hembrita, esa es la que os cepillasteis… la del coño gordo, Dijo “El tuerto”.

- Sí, que te parece.

- Ganado de buen corte, ahora supongo que nos enseñará su potencial. Dijo “El tuerto2 con ansia. - Quedamos en que...

- Sí, claro te la puedes tirar a pelo, pero eso lleva un sobrecoste frente a la follada con condón.

- Yo me voy, dijo Florencia.

- Por mi te puedes quedar…, incluso me la pone más dura que me mires, jefa.

- Quédate Florencia, “Falconetti” es de corrida rápida y siempre folla a escape, dijo Rulfo mirando al “El tuerto”.

- No puedo evitarlo, siempre tengo la leche a punto de ebullición y se me sale sola sin poder remediarlo, contestó. En apariencia ya empezó a sudar de pensarlo.

- Pero ten cuidado que se dejar preñar… y sé que a ti no te gusta demasiado hacerlo con forro… dijo Florencia.

- Es una hembra de coño tragón y no tendrás lefa suficiente en tus bolas para llenarla como se merece… apuntó Rulfo.

- Eso ya lo veremos, llevo una semana sin vaciar los depósitos de leche.

Salió Sorha con la bata, su cuerpo respondía bien, desgarbada pero segura. Nada más llegar Rulfo se levantó con ayuda de sus muletas y le quitó la bata quedando desnuda. Hizo que girara sobre sí misma. El ojo de “El tuerto” era penetrante, frío y despiadado como un cuchillo. El tuerto con ansia y delante de todos empezó a desnudarse.

Allí mismo, Sorha, ante la mirada de Rulfo y Florencia, fue follada a toda prisa por El tuerto. Estaba realmente ansioso. La tumbó en la alfombra, y sin preliminares le quitó la bata, la tumbó sobre la cama y la ensartó con una polla grande y tiesa como la piedra. Menos mal, esto lo pensó tiempo después Sorha, que iba mojada de coño tras darse unos buenos sobos a su pepita. La ametralló a pollazos en misionero. Florencia y Rulfo podían observar como el culo peludo subía y bajaba con tensión, como si fuera un taladro percutor. Eran tacadas a fondo, incluso cuando la metía y llegaba al tope vaginal, remachada más, como si también quisiera meter sus testículos en la gran raja abierta de la chica. Inclusive se oían soplidos vaginales al llenado del coño, con una salida arrebatada del aire que absorbía en la salida del témpano percutor.

La culminación terminó en un arranque de puesta en escena bastante brutal… “El tuerto” se sentó sobre la cara de Sorha como si fuera una almohada haciendo que le chupara los testículos mientras él se machacaba la polla y tras un ronquido gutural ensordecedor, descargó una potente lechaza en la cara de Sorha. “El tuerto” se levantó hinchado de presunción y miró a Rulfo y Florencia, al mismo tiempo que le goteaba la polla.

Rulfo, esa misma noche dijo a Florencia que enseñara a Sorha todo lo referente a los masajes eróticos, y que la llevara de la mano una temporada, haciendo hincapié que no se dejara nunca más vello púbico, que lo llevara siempre depilado, no sin antes cuidarse la salud…comer bien en los tiempos necesarios, descansar solo trabajar las horas suficientes para su buen estado de ánimo.

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Les aseguro pasarán una de sus mejores noches y estamos para servirles. En cuanto me senté uno de los tipos me abrazó y me dijo que estaba bien buena, y que mis nalgas y piernas les había llamado la atención, me dijo que él se llamaba Rubén y su amigo Juan y que habían sido invitados a la inauguración. Juan llamó a una camarera y le ordenó una botella de coñac y aguas minerales, la chica trajo la botella y las sodas, las acomodó en medio de la mesa, luego puso una copa frente a cada uno y sirvió, cuando terminó de servir, de la chaqueta que llevaba sacó una rosa y la puso frente a mí, diciendo en voz alta que yo era una dama y como tal deberían de tratarme. Claro que si dijo Rubén, es una preciosidad y esperamos nos trate divinamente.

Los tres reímos y brindamos por esa noche que debería ser especial. La chica se retiró no sin antes decirles que estaba para servirles y que les deseaba feliz estancia. Bueno pues, dijo Juan, a chupar que el mundo se va a acabar, y en cuanto bebimos la copa, Juan puso una de sus manos en mi pierna, acariciándomela y diciendo…

- Mira preciosa, qué piernas tienes y son para nosotros esta noche, ¿o no?

- Claro mi rey, le dije, – Para eso estoy aquí para complaceros en todo.

Así estuvimos bebiendo y charlando y cuando tocaban temas privados, les paraba la conversación.

- Recuerden que este es un lugar donde se da total privacidad y para lograrlo evitamos tocar asuntos personales… Aquí solo venimos a gozar…

- Eso me gusta, dijo Rubén, - Si te veo en la calle ni te conozco y si tú me ves con mi familia, pues igual, pero eso sí, tienes todo un señor culo jajajaja!!

Ya tenía las manos de los dos recorriendo todo mi cuerpo hasta que vi que mi amiga Ximena continuaba muy solita sentada en la silla, así que les dije a mis clientes…

- Oigan, como que son muchas manos para mí… ¿qué les parece si invitamos a una amiga a la mesa para compartirle dos manos?

- Ok, me dijeron. - Pero que esté bien buena ¿eh?

Así que me separé de la mesa y fui a donde estaba Ximena y la invité a sentarse con nosotros…

- Estos machos son muy manotas y quieren otra chica.

Ximena sin inmutarse, fría y automática como una nevera me soltó…

- Hay que ponerlos bien borrachos para que se les quiten las ganas de meternos mano ¡Jajajaja!

- Está bien Ximena, a divertirnos pues.

Nos sentamos en la mesa, les presenté a Ximena, les encantó… no se había sentado cuando Juan ya tenía sus manos en el culo de Ximena. Durante el siguiente rato era guasa y alegría… muy astuta los hacía beber copa tras copa, brindado por todo, pero sin que ella ni yo bebiéramos casi nada, lo hacíamos moderadamente solo para estar a tono.

En medio de una agradable conversación y cachondeos se terminó la botella, Ximena pidió otra, que al igual que la anterior, se iba terminando muy rápido. Casi habíamos consumido tres cuartos de la botella cuando Rubén nos preguntó sobre nuestros servicios, en qué consistían, por que no querían nada más llegar a la cama para follar, que para eso tenían a sus mujeres esperándolas en casa, que esperaban algo diferente y morboso…, entonces Ximena les dijo sobre los diferentes servicios en los que nos habíamos especializado… francés, griego, tradicional, extremo… pero casi sin darles todos los detalles.

- Caballeros, ¿Qué les parece si mejor pasamos de las palabras a los hechos? Pero eso sí, pidan otra botella de ron y nos la llevamos al cuarto.

Rubén pidió otra botella mientras yo pedía una asignación de un cuarto para los cuatro, para ocuparla hora y media. La chica fue a la barra y regresó.

- Acompáñenme para llevarlos a su habitación, pero los caballeros tendrán que pasar a la barra a cubrir el coste del servicio.

Rubén y Juan se fueron a la barra junto con la chica, pagaron la cuenta y el servicio, regresaron con nosotras… nos fuimos detrás de la camarera a la habitación. En el camino, Rubén me dijo que yo sería sólo para él y luego me paró y habló en voz muy fuerte dirigiéndose a los demás clientes…

- Mirar lo que me voy a comer, me quitó el negligé, agarrándome de una mano y me hizo girar sobre mis pies para presumirme.

- ¡Jajajajaja estás loco! le dije

Luego puso una de sus manos en mis nalgas, y así nos fuimos a la habitación. los dos entraron al baño, Ximena y yo nos quedamos solas

- ¿Qué te parece si los ponemos mas borrachos?

- Ya casi ni pueden caminar bien, mejor no tanto… que no se les va a poner dura.

- ¡¡Eso es que te gustan y te los quieres cepillar!!

- Así es… estoy muy caliente.

Le comenté que si había ido a la casa esa tarde, era para disfrutar del sexo que andaba muy urgida de verga, y que si se ponía muy borracho no iba a poder follarme.

- Si quieres tu pon bien pedo a Juan, mientras yo me como a mi caramelito.

- Ok, disfrútalo mucho y si quieres te ayudo ¿eh?

- Creo que no va a querer… dijo que yo era para él solito así que te aguantas…

Ximena me dio una buena nalgada…

- ¡Arre a por ese macho semental, puta… ¡A follar se ha dicho! ¡Jajajaja!

Nos sentamos en la orilla de la cama, Ximena sin quitarse su batita y yo en puras tangas, esperando a que salieran, cuando se asomaron a la habitación, vimos que los dos venían aseados y en cueros. La ducha debió de ser fría como para bajarse la borrachera

- Aquí estamos preciosas, a vuestra total disposición…

- Hay cabrón mira qué pedazo de verga tienes, pareces burro en primavera, me vas a partir en dos a mi amiga, ¡Jajajaja! Dijo Ximena a Rubén,  

Luego tomó a Juan de la mano y se lo llevó a un sofá a un lado de la cama.

- Vente para acá cariño, vamos a chuparnos mientras estos dos se dan gusto.

Juan sin decir nada se sentó junto a Ximena, mientras yo le agarré la verga a Rubén y lo arrastré para llevármelo a la cama.

- Ven conmigo mi rey, voy a darte tu masajito que te veo tenso…

Lo acosté boca abajo, y le dije que se estuviera así quieto, tomé de la cajonera un frasco de aceite especial para masajes, dos condones y un tubo de lubricante…, los puse a un lado de Rubén, me monté sobre él y unté de aceite mis manos. Empecé por su cuello, bajando despacio a sus hombros, su espalda muy lentamente, hasta llegar a sus nalgas duras muy masculinas, puse mas aceite en mis manos y seguí bajando por sus muslos, hasta los tobillos, luego hacia arriba, le abrí las piernas para untarle aceite en medio de ellas, y así subí hasta tocarle los huevones que poseía el macho. Con mis uñas se los acaricié y Rubén gimió de placer

- ¡Qué manos tienes nena! ¡Ummm!

Subí mis manos a sus nalgas y se las acaricié en círculos pero sin tocarle en medio de su ojete, seguí subiendo por su espalda hasta llegar nuevamente a su cuello, luego lo giré boca arriba, y me volví a montar sobre él, le dije que cerrara los ojos, unté aceite en sus hombros, el pecho, y en sus pezones los acaricié con mis uñas. Rubén seguía gimiendo de placer, decía que bien que se lo hacía. Como estaba sentada sobre su verga, empecé a sentir como se le iba endureciendo entre mis nalgas, era todo un semental, y aunque mi rajita estaba completamente mojada y en el interior de mi vientre sentía esa frialdad de calentura, por la necesidad de verga, me contuve, pues aparte de ser mi trabajo, me encantaba ver cómo se va excitando el macho que estoy trabajando, en ese momento un hombretón forzudo y tierno a su vez.

Así que seguí con el masaje a Rubén, mis manos bajaron a su estómago, y mis nalgas a sus rodillas, al llegar a su gran verga, se la acaricié desde la cabezota  hasta los huevos amasándolos con fruición y deseo lujurioso

- ¡Qué ricura de verga tienes hombretón! ¡Me la voy a comer toda, papi…!

- Claro que si te la comerás entera…de eso me encargo yo, dijo Rubén contundente.

Me agaché y con mi vulva acaricié el torso varonil, su estómago, la verga, las piernas y cuando mis coño estaba en sus rodillas, mi boca quedó justo frente a su gran pollón…no resistí y con mi lengua le lamí la cabezota. Rubén casi grita de placer, al contacto de mi lengua en su verga, se empujó hacia arriba, como yo no esperaba eso, su verga entró en mi boquita de una por sorpresa dejándome sin aire…yo no la saqué y respiré profundo por la nariz. En nada mi boca subía y bajaba por toda esa manguera, mi boca estaba totalmente abierta por lo gruesa que estaba esa verga, hasta que no aguanté más y me la saqué. Entonces Rubén se volteó quedando de espaldas.

- Acaríciame por detrás, por favor.

Unté mas aceite en mis manos y volví a recorrer su cuerpo, cuando de su espalda llegué a sus nalgas, Rubén las levantó.

- ¡Qué bien sabes hacer los masajes, sigue por ahí… por favor!

Rubén abrió mucho más las piernas, y me puse en medio de ellas. Seguí masajeándole las nalgas, eran más el doble de grandes que las mías… en verdad ese hombre me duplicaba en tamaño. Mis manos pasaban de sus nalgas a sus piernas, en uno de esos movimientos, y sin tener la intención mis dedos tocaron el culo de Rubén, pensé que se iba a molestar, pero resultó lo contrario, gimió y me indicó que continuara ahí, entonces entendí que quería que le acariciara el ano, puse mas aceite en mi mano derecha y empecé a acariciarle el culo en círculos. Rubén gemía cada vez más fuerte

- Más nena, acaríciame más.

Entonces puse dos de mis dedos en la entrada de su culo y se los empecé a meter, poco a poco mientras Rubén elevaba más y más las nalgas, como pidiendo más profundo mis dedos, se los metí más adentro y estuve metiéndolos y sacándoselos, hasta que me cansé, luego le dije que se girara, y vi que su verga estaba dura y descomunal, había crecido un barbaridad… casi no podía creer que un hombre pudiera tener un cipote de tal calibre, y los condones dudaba sin eran adecuados, porque ya eran XXL, pero esa polla superaba esa talla.

Excitada como una perra, y sin más preámbulo, me quité la tanga y le intenté poner un condón, tras varios intentos…

- ¡¿No tienes condones más grandes?! Me exigió

- No, esto es lo máximo…

- ¿Entonces qué hacemos…?

- Pues follar a pelo, no me pienso quedar con el coño caliente, teniendo a mi disposición un pedazo de polla como esta…

Me unté mucho lubricante en mi raja, y me monte sobre ese burro, acomodé su cabezota en la entrada de mi raja…

- No te muevas para nada, déjame hacer a mí, le dije.

Levanté una rodilla y me fui bajando poco a poco sintiendo como mi rajita se abría demasiado, hasta que logré metérmela totalmente, aparte de llena como un pavo al horno, sentía como me tocaba la matriz con su gordo glande, pero como yo llevaba el control de mis movimientos, no me bajaba tanto como para lastimarme mi intimidad. Con mis dedos le agarré las tetillas y empecé a darle unos apretones, mientras yo seguía cabalgando en aquel hermoso miembro viril de la realeza semental. Rubén al sentir que le apretaba los pezones volvió a gemir.

- ¡¡Aprieta más fuerte!!

Así que como ahí se complacía al cliente, acomodé sus tetillas entre mis nudillos y los apretaba más fuerte, de pronto empecé a sentir calambres en mi vientre, sabedora de que ya venía mi orgasmo, le apreté más las tetas y eso lo excitó muchísimo hasta que nos corrimos los dos… percibí sus chorros de leche escapar del duro glande, impulsados con potencia contra mi matriz, eso me llevó al éxtasis y me empecé a correr con él. Mis convulsiones vaginales le azuzaban más y más eyaculando como un burro dentro de su burra en celo.

Cuando sentí que su verga iba poniéndose flácida, me levanté al baño para asearme, cuando me paré sentí como mi raja estaba demasiado abierta pero feliz del súper orgasmo que tuve… mi coño comencé a supurar semen, y giré la vista hacia Ximena y Juan, que ya estaba bien dormido con sus manos entre las piernas de ella.

- Ummmm amiga, no te duró nada, jajajaja!

- Oye, este macho me dejó bien caliente y la verdad es que se me antoja mucho la verga de Rubén, ¿me lo prestas un rato?

- Claro para eso estamos las amigas, es todo tuyo, ahí lo tienes para acabártelo… a este macho aún le quedan ganas dentro de sus huevazos.

Entre al baño y disfruté mucho cada gota de agua que recorría mi cuerpo, y aunque solo tuve un orgasmo, quedé bien satisfecha. casi duré un cuarto de hora en la ducha, cuando salí, mi amiga estaba a cuatro patas recibiendo toda esa gorda polla hasta lo más profundo de sus entrañas.

- Bueno cabrones, pues yo me retiro, que disfrutéis de la follada ¡jajajaja!

- Espérate niña, acomódate aquí a un lado de esta puta, ponte igual que ella, dijo Rubén.

Había pagado bien, no me quedaba más remedio y me puse a cuatro patas dejando mis nalgas a un lado de Ximena y a disposición de Rubén…

- ¡Aún tengo para las dos!

Puso una mano en mis nalgas y me las acariciaba muy sugerente, mientras le metía toda la verga a Ximena hasta los mismos huevos, una y otra vez, sacándole gemidos de placer a mi amiga cuando la metía en profundidad.

- ¡Quien iba a decir que nos cupiera tanta verga metida en la raja! Le dije.

Mi amiga, solo suspiraba y de pronto Rubén le saco la verga a Ximena y me la metió a mí, ahora si te la vas a comer toda completa, primero entro despacio la cabezota y luego de un fuerte empujón me la metió hasta las anginas.

- ¡Uughhh, duelen esos pollazos…! le dije.

- ¡Pues espérate, que te voy a follar de puta madre, jodida puta!

Siguió metiéndomela y sacando muy fuerte y rápido, tan fuerte y tan adentro me la metió que no sentía nada de placer, solo dolor en mis entrañas, hasta que empezó a correrse otra vez el muy cabrón. Cuando terminó, Ximena se la mamó dejándosela limpia y reluciente, luego nos fuimos a bañar.

- ¿Te hizo daño ese cabrón…? Me dijo Ximena

- Sí, uh mucho, me duele mucho ¡Eso me pasa por ser tan puta! ¡Jajajaja! A ese cabrón le hubiera metido toda la mano en el culo para que sintiera lo mismo que yo, al meterme todo ese pedazo de mostrenco en el útero.

Ximena me enjabonó mi lastimada rajita y me la acarició con ternura.

- Pobrecita esta pepita, le han dado verga de la buena de verdad. ¡Sana, sanita coñito de niña! ¡Jajajaja!

Nos secamos y nos pusimos los tangas y las batitas y salimos a la sala a seguir ofreciéndonos a los clientes.

Cuando llegamos a las sillas, la Florencia nos llevó dos copas y nos preguntó cómo nos había ido con los clientes, y Ximena rió diciéndole….

- Ay mami, no te puedes creer como le dejaron el coño a Sorha… ese macho está muy bien armado. Bien habría que cobrarle el doble por su aguante y por lo ensanchado que nos ha dejado coño. Tiene hasta el útero revenado.

Florencia se giró para mirarme.

- ¡¿Tenía un buen pollón ese cliente?!

- Si quieres, para la próxima vez te lo presto para que te lo folles señora curiosa y cachonda ¡Jajajajaja!

- Pues de veros las caras de satisfacción, me dan ganas… Hace mucho que no me parten como una sandía con una buena polla gorda y larga.

No tardó mucho en llegar el siguiente cliente de la noche, este era un gordo con poco fondo, de modo que no quería follar, sino un masaje con final feliz. Entraron en el cuarto solo los dos y tras tumbarse desnudos comenzó a esparcir el aceite por su velloso cuerpo. Tras más de media hora recorriendo su cuerpo por delante y detrás, se afanó en la paja final, la tenía dura pero no era demasiado grande, justa para acabar una noche aciaga donde el primer macho le había dejado un estridente dolor de vientre.

 


 

Sorha notó que su pulso ya era rápido, ella lo miró a los ojos con esa seducción sexual de mirada provocativa. El hombre había entrado en una especie de trance, la mente inmóvil. Con el pajeo que le aplicaba Sorha a distintas velocidades, el grueso cuerpo del hombre parecía ponerse en tensión previa a su corrida. Empezó a verbalizar incongruencias… - ¡Sí! ¡Sí! ¡Cohh...! Cohh…! ¡No… y sus manos empezaron a temblar como sacudidas eléctricas hasta que se agarró a la camilla de masajes. Sorha con la mano subía y bajaba la polla resbaladiza, bien lubricada, en cada movimiento sus tetas pendulaban. Bajó la cabeza hasta los testículos y al mismo tiempo que pajeaba succionaba uno por uno los huevos del macho, luego se los metía enteros en la boca y tiraba de ellos sin importarle lo peludos que eran. El cuerpo del hombre se tensó hacía arriba. En una especie de euforia ansiosa empezó a bramar… - ¡Sí... sí... Ohhh! Sorha cómo diligente masajista de finales felices advirtió que estaba a punto de explotar, y aumentó el ritmo de pajeo. Pronto la lechada quedó encina de la peluda y generosa barriga cervecera en varios chorros de leche espesa.

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