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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Obras en Vacaciones


A mi madre se la follaron en el pueblo, Sergio el macarra del albañil en el coche nuevo y luego su suegro Manuel, el constructor…, para acabar en mis brazos por una cinta porno casera. Lo más curioso es que mi padre no se enteró de nada y mi madre regresó a casa muy experimentada y PREÑADA.





Hola me llamo Mario y vivo con mis padres en Valladolid capital. Siempre me he considerado muy afortunado por la vida que tengo, al menos hasta hace un par de meses, cuando fui testigo de algo que cambió mi forma de ver las cosas radicalmente diferentes. Desde entonces, no logro conciliar el sueño por las noches sin que esas imágenes pasen una y otra vez por mi mente…. Empezaré por describir a mi familia. 

Mi padre se llama Joaquín, es un hombre normal, típico padre de familia que junto a su éxito profesional está criando una incipiente calva y una buena barriga cervecera. A sus 43 años es todo un ejemplo de hombre de negocios y de valores familiares por encima de todo. Mi madre Belén es una mujer cuya vida rutinaria no ha mermado ni un ápice de su atractivo. La bici y el aerobic que hace en el gimnasio desde hace años, ha mantenido su metro setenta y dos en perfecta forma y su cuerpo indica cinco años menos de los 38 que tiene en realidad. Mantiene un culo prieto, con carne donde agarrar, y a eso hay que añadir un hermoso rostro de pelo castaño (aunque varía según como se lo tiña), unos enormes ojos castaño oscuros y unos labios carnosos sensuales. Pero lo que más llama la atención son sus tetas. Tiene unas tetas increíbles (puedo decir ahora que las he visto), bastante grandes, que siguen llamando la atención al igual que lo harían hace 20 años aunque ya no sigan desafiando a la gravedad igualmente, aun manteniéndose firmes y redondas. Todo esto junto a su exquisito gusto a la hora de vestir y su plena dedicación a la vida familiar la han convertido a los ojos de todos nuestros conocidos en la madre y esposa perfecta. Pero para mi desgracia, todo lo que he presenciado este verano me ha hecho ver que también puede ser la zorra perfecta.

Todo comenzó a comienzos de junio cuando mi padre se empeño en reformar la casa en que se crio y que había heredado de mis abuelos en un pueblo pequeñito al lado de Cuéllar (Segovia). Mis abuelos se vinieron a vivir a Valladolid cuando mi padre era pequeño por lo que apenas habíamos ido antes por allí. Mi padre fue a pedir varios presupuestos para hacer la obra y al final decidieron encargársela a Manuel, que resultó ser un amigo de su infancia. Había que hacer el tejado nuevo y alguna cosa más. A mediados de Julio mi padre y mi madre cogieron las vacaciones, un mes completo, y decidieron que fuésemos allí a pasar el verano y ver cómo iban las obras… Prácticamente estrenamos el coche nuevo para ir allí. Un Mercedes CLS negro impresionante, con el que a mi padre se le caía la baba y que mi madre apenas se atrevía a conducir por ser demasiado grande. Cuando llegamos encontramos a Manuel y a su yerno Sergio allí, trabajando. Al vernos aparecer bajaron del tejado y se acercaron a saludar. Sergio flipaba con el coche y no dejaba de preguntar a mi orgulloso padre por él, sobre los extras, el motor,…Manuel es un tipo de la unos años mayor que mi padre, muy grande, fuerte y algo rudo, con la cara demacrada.

Sergio, su yerno, tiene algún año más que yo, unos 23 creo. Es un chaval con el pelo casi rapado y con una cresta, estilo Cristiano Ronaldo, de rostro muy anguloso y moreno, y con un cuerpo atlético como el que siempre he querido tener yo. Es un auténtico maromo, que vuelve locas a las chicas con su espectacular musculatura, supongo que esculpida a golpe de andamio. Mide 1.85m, lleva una especie de brazalete tatuado en el bíceps y una serpiente en el cuello. Vamos, que es un poco macarra….Pasó una semana de aburrimiento, en lo que lo único que hacía era estudiar en el jardín de la casa las asignaturas que había suspendido en el instituto, al tiempo que mi madre tomaba el sol y el gallito de Sergio lucía musculitos sin camiseta. 

No dejaba de fardar con mi padre del éxito que tenía con las pibas, pese a estar casado con la hija de Manuel. Sergio insistía una y otra vez en que le tenía que dejar probar nuestro coche nuevo, que con él no se le resistiría ninguna. Pero ese jueves 24 de julio jamás lo olvidaré. Me sorprendí porque Sergio, que hasta entonces me había ignorado totalmente, me comentó que eran las fiestas de pueblo cercano, situado a unos 25km y que si me apetecía ir con él y sus dos amigos. No tenía muchas ganas pero con el aburrimiento que tenía encima, acepté y a buena hora. Me comentó de ir a partir de las doce y que volveríamos sobre las cinco o las seis de la mañana. Mi padre me dijo no, que tenía que estudiar y que no iba. Mi madre, más benévola, respondió que fuese, que sobre las tres se acercaría ella a buscarme. Quedamos en eso.

Las fiestas resultaron ser un auténtico rollo en el que la única diversión era beber y yo, con mi falta de costumbre, me agarré un pedo de campeonato. Por si fuera poco los amigos de Sergio, que eran aún más macarras que él, me convencieron para que me fumase un porro y la combinación fue trágica. Cuando llegó mi madre a las tres me encontró hecho unos zorros. Si me mantenía en pie era gracias a que me sujetaba en la barra del bar que habían montado en la plaza del pueblo. Todo me daba vueltas y mi mente parecía que se conectaba y desconectaba por momentos, ya que no era capaz de escuchar conversaciones enteras. Me pareció ver a mi madre recriminando a Sergio, un poco apartados ambos, haberme dejado llegar a ese estado, pero no me enteraba mucho…. Al poco creía estar oyendo a sus amigos comentar sobre mi madre…

-“Joder con las tetas de la titi esta….Tiene razón Sergio, la madre de éste… ¡Tiene un polvazo!” 

Decía uno sin apartar los ojos de las tetas de mi madre….

-“Ya te digo, vaya melones. Verás cómo este cabrón aprovecha en cuanto pueda y consigue abrirla de patas…”

-“¡Joder, seguro! La pava esta no sabe la follada que la espera”.

Pude ver que mi madre y Sergio se acercaban mientras los dos chavales miraban y se reían de los comentarios que hacían cada uno sobre la anatomía de mi madre. Ella o no lo oyó o decidió hacer oídos sordos. Entonces uno de ellos se puso a su lado…

-“Hola, ¿Qué tal? Soy Víctor. ¿Te puedo invitar a algo? Le preguntó.

-“¡Ah! Hola, yo soy Belén. No, no tomo nada”

-“¿Ah, no? ¿Y para qué has venido?”

-“A por mi hijo, soy la madre de Mario”. 

El otro se puso al otro lado de mi madre apartándome de un empujón, que si no es por Sergio que me sujetó, me hubiese llevado directamente al suelo…

-“Hola yo soy Carlos, ¿bailas?” Le preguntó.

-“No gracias, ya nos vamos”, Contestó mi madre con la mejor de sus sonrisas.

-“Esperaos un poco, que es pronto, dijo Carlos pasando su brazo alrededor de los hombros de mi madre.

-“Nos podemos divertir. No te quejarás, que además estamos buenos que te cagas, ¿o no?”

Añadió Víctor, mientras Sergio se partía de risa. Yo intentaba no perder detalle de lo que ocurría entre esos dos listillos y mi madre. Los chavales tenían buena planta y eran guapos como para ser “tronistas”, poco seso y mucho músculo, además de simpáticos, pero bastante macarras y no me fiaba un pelo de ellos.

-“Vaya peligro que tenéis. Ayudadme entre todos a llevar a Mario al coche”, respondió mi madre.

Cuando llegamos al coche alucinaron con él. No me extraña, porque esos dos nos habían llevado a Sergio y a mí en una Citroën Berlingo, sin asientos atrás y con un colchón en el piso. No paraban de hablar del coche. Mi madre comentaba que vaya situación, conmigo así, a esas horas y por esa carretera comarcal…, que tenía que haber convencido a Joaquín, mi padre, para que hubiese venido él a buscarme. Esos dos decían que no se preocupase que estaban allí "pa lo que hiciera falta", que si quería nos acompañaban al pueblo. Sergio riendo les dijo que no hacía falta, que volviesen en su coche cuando quisieran, que ya se ocupaba de "todo" él. Entre Sergio y Víctor me subieron al asiento de atrás, en su lado izquierdo, tras el conductor. Según lo hacían oí a Víctor preguntarle con todo descaro que si pensaba follársela. 

Sergio le contestó que estuviese tranquilo, que se lo contaría todo. Después mi madre se inclinó para abrocharme el cinturón y según lo hacía le oía decir que parasen quietos, que si no les daba vergüenza…. Decidió darle las llaves a Sergio y dejarle conducir. Ni que decir tiene que ese cabrón aceptó encantado. Se montó mi madre delante y después Sergio, que bajando la ventanilla se despidió de sus amigos. Estos sonriendo le decían que aprovechase, que vaya suerte que tenía, que quien le iba a decir que esa noche por fin lo iba a "probar" bien... Sergio sin parar de reírse les contestó que se apartasen y le dejasen arrancar, que estaba impaciente por "PROBARLO"…

Todo me daba vueltas y apenas podía mantener los ojos abiertos. Mi madre preocupada se volvía y me preguntaba que cómo me encontraba. No podía ni contestar y ella insistió en que intentará dormirme. Cerré los ojos…. Apenas podía escucharles pero algo llegó con claridad a mis oídos…

-“¡Vaya buga!” Decía Sergio. No sé qué me gusta más, si el coche o las tetas de la dueña…”

Entreabrí los ojos y vi a mi madre mirarle durante un segundo con cara de sorpresa para luego romper en una carcajada…. 

–“¿Pero cómo eres así?” Dijo mamá dándole una palmada en el muslo.

-“Tú ten cuidado, que casi me tocas algo más que la pierna…”

-“¡No es posible que te llegue hasta ahí!”

Pasó algo de tiempo y, aunque no podía seguir toda la conversación debido a mi estado, nada me volvió a mosquear. De vez en cuando abría uno de mis ojos para intentar ver lo que pasaba. Nada me llamaba la atención hasta que, en una de ellas, vi como Sergio ponía "inocentemente" su mano en el muslo de mamá. Al parecer, quería que ella se girase para comentarle algo, pero desde ese momento no volvió a levantar la mano de la pierna de mamá. Ella no hacía nada que pareciese indicar que le molestaba. Probablemente se sentía halagada porque ese chico, de poca más edad que su hijo que trataba de flirtear con ella y por eso le permitía cierto contacto físico o simplemente su envergadura sin nada de grasa, o sus ojos azules en un hombre moreno embelesa a cualquier mujer…

Porque tal y como ponía su manaza sobre las piernas de mi madre, era imposible que ella no lo notase. Empecé a flipar, no sabía si oía bien, pero me parecía que la conversación entre los dos iba tornándose cada vez más subida de tono, con Sergio tratando de sacar detalles de su vida sexual a mi madre a cambio de contarle toda tipo de detalles de sus encuentros con otras chicas de su edad. Yo empezaba a estar mosqueado al ver a mi madre tan cómoda con esa mano tratando de sobarla disimuladamente todo el rato. La mano de Sergio llevaba ya en su muslo casi cinco minutos y cada segundo parecía subir un poco más y por fin, para mi alivio, mi madre notó que esa mano ya había subido demasiado. Casi le estaba rozando la ingle cuando le apartó la mano, pero sin brusquedad y le dijo riéndose…

-“¡Pero bueno! ¿A dónde vas con esa mano?” 

Le preguntó mamá sin enfadarse, más bien riéndose como si le hiciera gracia aquel joven tratando de meterla mano. 

-“¿A caso te gustaría que te tocase yo tan arriba en el muslo?”

Diciendo esto, puso su mano en el muslo de Sergio, aunque bastante más abajo de donde él había llegado a tocarla, pero algo encontró allí que le hizo ahogar un "¡¡Oh, dios mío!!" y apartar la mano enseguida….

-“Te lo dije Belén. Ya te lo avisé antes. Y te aseguro que con el tamaño de mi verga no bromeo”.

Mi madre le miraba, como entre confundida y avergonzada, mientras él se reía y le decía… 

-“Venga mujer, no te asustes”.

-“No…yo… es que…”, mi madre intentaba decir algo entrecortada.

Se la veía demasiado nerviosa, y ni siquiera se atrevía a girarse hacia él…. –“Has tocado algo demasiado grande que te ha asustado, ¿verdad?” Le susurró el otro mientras le comenzaba a acariciar el brazo.

Mi madre dio un respingo un tanto sofocada. –“No pasa nada, mujer. Tú tienes unas tetas enormes que me gustaría tocar, y yo tengo una polla excepcional que probablemente tú estás deseando volver a tocar”, dijo Sergio volviendo a poner su mano sobre el muslo de mamá.

Afortunadamente mi madre le volvió a apartar la mano. Pude ver que además de confusa, estaba bastante excitada, cosa que me molestó bastante, pues no me hacía gracia verla cachonda, aunque fuese un poco, por tocar un nabo de alguien que no fuera mi padre, y en especial si era de un chaval de casi mi edad. Yo iba a decir algo cuando escuché algo que me dejó helado…

-“Dime Belencita, ¿No te gustaría tocar de nuevo el buen pedazo de carne que has tocado antes directamente? Estoy muy bien dotado y ahora mismo estoy muy cachondo gracias a ti”.

Sergio había cambiado completamente de tono al hablar a mi madre, de bromista a un tipo confiado que estaba seduciendo a una mujer casada y madre de un hijo que estaba allí mismo…

-“Venga… sé que quieres tocármela, lo estás deseando y yo también. Quiero que la notes bajo mi pantalón”.

Abrí los ojos al instante y se me quedó cara de tonto al ver como él había cogido la mano de mi madre y la estaba acercando a su entrepierna. Mi madre se resistía o eso me parecía, pero él no tardó en conseguir su objetivo. Cuando tuvo la mano de mi madre en total contacto con su paquete, ella se quedó con la boca abierta, como si se le hubiera cortado la respiración. Yo debía estar soñando, fruto de las copas y del porro que me habían dado. No podía creer que fuese cierto lo que veía y oía…

-“Dime Belencita… ¿Qué te parece ahora?” 

Preguntó Sergio mientras llevaba la mano de mamá arriba y abajo por su entrepierna. Mamá no decía nada y sólo vi que tragaba saliva…. 

-“¿Es grande o no? ¿Eh? Dijo Sergio.

-“Sí…, sí que es grande….es…enorme…sí…”, consiguió responder mi madre.

Apenas me atrevía a mirar. Era humillante. Durante unos minutos ninguno de los dos dijo nada. Él se limitaba a guiar la mano de mi madre a través de su paquete, supongo que complacido, y mi madre sólo miraba al frente sin saber qué hacer con semejante bulto entre sus manos. Al cabo de un rato volví a mirar y vi que Sergio soltaba su mano, pero mi madre a pesar de ser libre de dejar de tocarle, siguió con el mismo movimiento que había estado siguiendo junto a la mano de él. Era evidente que estaba perdiendo el control sobre ella misma por momentos y él veía que mi madre ya cooperaba. 

No sé si me dormía o tenía lapsos en los que perdía la consciencia pero ya sólo de vez en cuando era capaz de abrir los ojos y de poder escuchar o imaginar parte de lo que hablaban. Me sentía cada vez peor. Tenía un mareo increíble y todo me daba vueltas y para colmo la forma de conducir del macarra de Sergio me estaba matando. Como siguiera tomando las curvas así iba a echar la pota en los asientos del coche nuevo. Cerré de nuevo los ojos esperando que todo pasara. No sé cuanto pasó pero cuando volví a mi estado de semi-inconsciencia noté que el coche se paraba. Me alegré de haber llegado a casa, estaba realmente mal. Tenía apoyada la cabeza sobre el cristal de la ventanilla y cuando abrí los ojos me extrañó la penumbra que había fuera. Medio escuché a mi madre preguntarle que porqué paraba ahí. Al mirar de nuevo pude darme cuenta que estábamos junto al frontón que está a las afueras de nuestro pueblo. No entendía nada. Apenas podía oírles pero me sorprendió escuchar…

-“Bueno, bueno…, veo que te está gustando tocarme el paquete y a mí me está apeteciendo sobarte un poco esas tetas. Es justo, ¿no? Anda sé buena y pórtate bien conmigo…. Me conformo con que me las enseñes. Llevo una semana sin dejar de pensar en ellas…, y ya has visto cómo me empalmas”.

Cuando abrí de nuevo los ojos vi a Sergio intentando morrear a mi madre pero ella apartó la cara. Cerré de nuevo los ojos pero su voz me llegaba cada vez con más claridad…

-“Pero, ¡qué coño…! Venga no seas puta. ¿Tú tocándome la polla y ni siquiera me dejas besarte? Déjame sólo probarlas, joder... Sólo te las quiero tocar un poco, y enseguida nos vamos. Y podrás seguir tocándome el bulto hasta que lleguemos… Venga Belencita, que me muero por sobarte esas tetazas. Y seguro que tú también te mueres de ganas de un buen magreo.... ¿No te gustaría que te tocase las tetas, te las estrujase, te las chupase, que te succionase esos pezones deliciosos que debes tener...? Venga, sólo tocaré un poco...nadie lo va a saber. Y no te preocupes por este, que no se entera de nada...No ves que está durmiendo la mona...Podríamos hacer de todo y ni siquiera se enteraría. Va pedo total, tú relájate…” Estaba flipando. 

Me podía creer que ese pedazo cabrón intentase enrollarse con mi madre, pero que ella hubiera dado pie a la situación me resultaba increíble. Entreabrí de nuevo los ojos y al ver lo que ocurría, casi se me para el corazón. Pude ver a Sergio besando con auténtica lascivia a mi madre y le agarraba y sobaba las tetas a conciencia. No podía creerlo. Estaba a punto de ver a mi madre traspasar la línea del tonteo para llegar al adulterio, y lo estaba haciendo a un metro escaso de mí, con un capullo casi de mi edad y en el coche nuevo del que papá estaba tan orgulloso.

Sergio metió su mano en la entrepierna de mamá, provocándola un suspiro que interrumpió el intenso morreo que la estaba dando, momento que aprovechó él para comenzar a desabrochar la blusa a mi madre. Cuando volví a abrir los ojos aluciné. Le había bajado las copas del sujetador y la tenía con las tetas al aire. Comenzó a chupar uno de sus pezones, provocando un espasmo de placer en mi madre. Cuando volví a mirar ya tenía el sujetador en una de sus manos. Tras tirarlo a mi asiento, la agarró de la barbilla y le hizo abrir la boca para dar entrada a su lengua… comenzó a embadurnar los morros de mi madre de saliva. Cuando sacó su enorme lengua de la boca de mamá, ella puso sus manos sobre su cabeza, rindiéndose ante él de gusto y ofreciéndole sus increíbles tetas. Inmediatamente se lanzó sobre sus ubres, cogiendo cada uno de aquellos melones y saboreando cada centímetro de teta que tenían entre sus manos. Mamá bajó las manos para acariciar la cabeza de aquel capullo que estaba dejando sus mamas brillantes de saliva. Cuando tuvo las tetas bien húmedas, agarró suavemente del pelo a ese cabrón consiguiendo separar los labios de él de sus pezones. Me quedé helado al oír lo que le decía mamá llena de excitación y sonriendo de placer…

-“¡Aahhh, siiií...! Nunca me han comido las tetas así... Uhmm... Creo que me van a reventar los pezones…”

-“¡Ya te digo si están duros tus pezones! ¡Dios, vaya tetas! Mira que me las había imaginado, pero si llego a saber que tienes unas ubres así, ¡Te las como en tu casa el primer día delante de todos! ¡Vaya melones que te gastas! Parecen de una veinteañera de lo firmes que están. No he catado unos así en mucho tiempo. ¿Qué talla usas? Porque estas no se ven todos los días”, le oí decir al muy capullo.

-“Una 110D”

Respondió mamá, que reía con los comentarios que hacía de sus tetas, mientras le acariciaba la cabeza y él seguía lamiendo y lamiendo sus pezones grandes como rosetones. Cerré los ojos pensando que todo acabaría ahí, pero mucho me equivocaba, porque al poco oí el ruido de una cremallera y escuché de nuevo…

-“¡Oh, siií! Tócamela bien, que tiene que crecer mucho más... Sigue palpando así y vas a ver una auténtica XXL, de las que no hay condones en el pueblo para este tamaño…”

Miré al instante y me quedé atónito al ver que mi madre tenía extendido el brazo hacia él. No podía ver más, pero por el movimiento de arriba abajo que apreciaba, estaba pajeando a aquel desgraciado. ¡Qué coño, le estaba haciendo una paja monumental! Y la cara que estaba poniendo mi madre era de un alucine de cojones. Como la que puse yo cuando le oí decir… 

-“Si quieres también la puedes probar… seguro que te mueres por saber cómo sabe”.

Respiré aliviado al ver la reacción instantánea de mi madre. Le decía que estaba loco, que esto había llegado demasiado lejos y que ya había dejado de ser una broma. Que ella era una mujer casada…, que esto era una tontería, que se había terminado. Me parecía increíble todo lo que acababa de ver pero respiré al ver que mi madre empezaba a mostrar un poco dignidad. Pero él insistió…

-“Venga Belén, lo estás deseando y no puedes decirme que no. Cómete mi polla, siéntela en tu boca, te encantará como sabe… y no te preocupes por tu hijo. Está dormido y a tu marido nadie le podrá decir nada. Sé libre y disfruta de mi polla. Seguro que nunca has probado una así, tú chupa y verás cómo disfrutas ¡Es una oportunidad única!”

Estaba a punto de pararlo todo, pero antes de poder hacerlo mamá se inclinó sobre el cipote de Sergio y supuse que se la metió en la boca y que comenzó a saborearla, porque enseguida comenzó un movimiento con la cabeza que hizo suspirar a Sergio de placer y decir…

-“¡Ohhhh siiií, Belencitaaa…! Madre mía como la chupas… Joder con la mujercita casada…”

-“Glup, glup….slurp….glup”, se oía a mi madre mamar con deleite el vergazo de ese cabrón. Tras un rato de mamársela a Sergio, por fin se la sacó de la boca para tomar aire, pero apenas tuvo tiempo ya que el bruto de él la agarró de la cabeza y le metió la polla en la boca sin darle tiempo ni a coger un suspiro.

-“¡Ven aquí, guarrilla! Y sigue chupando. ¡Que la tienes a tu entera disposición! Verás, te voy a enseñar a mamar bien este pedazo de carne que te ofrezco”.

-“¡Uhhnnmmgg!¡Glug!¡Ugh!¡Uhhmmmgg!”

Trataba de gritar mamá protestando por la brusquedad de él, que movía la cabeza de mamá como si se estuviera haciendo una paja a dos manos y ella intentaba mamar como podía, pero apenas conseguía respirar y tragar saliva. Cuando parecía que por fin cogía el ritmo, Sergio le agarró de la nuca y obligándola a abrir la boca todo lo posible, empezó a meterle toda su polla en la boca, tratando de que se la tragara entera, provocándole arcadas a mi madre. Lo sé porque al tiempo que guiaba la cabeza de mi madre le decía…

-“Venga Belencita, tú puedes… vaya golosa que estás hecha, así, hasta el fondo… quiero notar tu garganta ¡Eso es! ¡Buena chica, hasta el fondo!”

-“¡Glaggghh! ¡Wuegg...!” Mi madre estaba a punto de vomitar.

Cuando el macarra ese por fin estuvo satisfecho, dejó a mi madre sacar su rabo de la boca lo más rápido que pudo e intentó coger aire… 

-“¡Joder… cabrón casi me ahogo! Menuda cacho de polla que te gastas… ¿No ves que es imposible que me la trague entera, so bruto?” Le dijo a Sergio mamá. “No me entra más de tres cuartas partes de esos 25 cm que tiene”

Pero el cabrón de Sergio la cogió de la barbilla y levantándola hacia el asiento de ella le agarró con brusquedad de las tetas con ambas manos, mientras le volvía a clavar un beso lleno de babas en la boca de mi hasta entonces querida madre. 

–“¡Deja de quejarte tanto, putita, y ven que voy a saborear esa boquita de puta que tienes”.

Se acercó a ella y la besó en la boca de nuevo, y mi madre devolvió el beso con lascivia. Sergio debió aprovechar ese momento para accionar uno de los botones del asiento eléctrico en el que estaba mi madre porque al tiempo que la morreaba comenzó a tumbarse hacia atrás. Dios, ahora tenía a mi madre a escaso medio metro y podía verle meter la lengua todo lo dentro que podía, mientras con sus manos sobaba el cuerpo de mi madre con ansias increíbles, lo más grave es que mi madre disfrutaba con el sometimiento de ese cabrón….Pronto una de ellas desapareció entre los muslos de ella y no tardó mucho en arrancar un profundo gemido de placer a mi madre, que se quedó mirando con cara seria a Sergio. Sin decir una palabra, este sacaba sus dedos de entre las bragas de mi madre y se los llevaba a la boca. Yo podía notar como temblaba ella, no sé si de miedo o excitación. Él tras chuparse los dedos le dijo…

-“Bien, veo que estás bien mojadita y lo bien que hueles puta. Estás más que lista para hacerte sentirte en la gloria... Déjame quitarte esto para que todo sea más fácil…”

Dijo el muy cabrón al tiempo que subía la ya elevada falda de mi madre hasta sus caderas y comenzaba a tirar de sus braguitas negras hacia abajo, deslizándolas hasta los tobillos y sacándoselas con cuidado de no engancharlas con los tacones de aguja que llevaba. Tras olerlas las tiró hacia mi asiento y casi me da con ellas en la cara. Tuve la tentación de olerlas y avivó mi excitación con ese olor a hembra en celo. En apenas unos segundos se despojó de su camiseta y del resto de su ropa y antes de que pudiese darme cuenta comenzaba a pasar del asiento del conductor al de al lado, poniéndose sobre mi madre. 

Comenzó a besarle el cuello y a lamerlo. Después, el hijo de puta me miró fijamente a los ojos y dándose cuenta de que estaba lo suficientemente consciente como para darme cuenta de lo que estaba ocurriendo le susurró al oído a mi madre que estuviese tranquila y que se relajase, que yo dormía y que no me iba a enterar de nada de lo que estaba a punto de pasar. Que iba a disfrutar como nunca y que estaba a punto de descubrir lo que era una buena follada. Quería hacer algo para impedirlo pero me encontraba en un estado de shock, donde si me descubría ante mi madre no podríamos mirarnos a la cara jamás en la vida, así que decidí ser un espectador de piedra y hacer como aquello no estuviera pasando, un día nos iríamos de allí y todo volvería a la normalidad. 

La incertidumbre no me dejaba moverme ni articular palabra, pero en cambio me permitía estar lo suficientemente lúcido como para darme cuenta de lo que allí ocurría. El cabronazo se echó hacia atrás, casi recostándose sobre el salpicadero, dejándome ver orgulloso y por primera vez en toda la noche su pedazo de polla. Parecía querer mostrarme con lo que estaba dispuesto a taladrar a mi madre y lo que vi me dejó consternado. Era un pollón enorme, probablemente más de la mitad que la mía en longitud y sobre todo en grosor. Mi madre le miraba extasiada. Se la veía decidida a dejarse llevar y disfrutar de ese mostrenco, a sentirse deseada por un chico que podría ser su hijo…

Volví a mirarle a él. que sonriendo burlonamente dijo… -“Deja que coja un condón del pantalón, no te vaya a preñar…”

-“Como quieras, pero tomo la píldora…, pero si lo deseas así cógelo”.

-“No me lo perdonaría nunca si pasase algo…”

-“En estos veinte años me ha funcionado al 100% y siempre me follan a pelo… y creo que lo tuyo es para saborearlo al natural”

¡¿Mi madre dejaba intuir que no era la primera vez que le ponía los cuernos a mi padre…?¡

-“Mmmmm, ¿Te cuidas? Entonces mejor la follada a pelo, que te va a gustar mucho más. Una polla en condiciones como la mía la tienes que sentir bien, sin gomas de por medio no es lo mismo. Ya verás como aúllas de placer cuando me sientas descargar los chorros de leche dentro. Voy hasta arriba de lefa y te voy a inundar el coñito… ¡¿No te imaginas la cantidad de esperma que producen mis huevos?!”

Dijo al tiempo que mirándome se ponía sobre mi madre y llevaba con sus fuertes manos las piernas de ella a ambos lados de su cintura al tiempo que mi madre le agarraba de los huevos sopesándolos…

-“¡Vaya si que pesan! Los tienes a tope de leche como dices y son el triple de gordos que los de mi marido... ¡¡Me imagino la ingente cantidad de semen que tienes preparado en estos huevos…!!”

-“Prepárate para gozar nena... me muero por probar tu chochito y reventártelo bien…”

Yo alucinaba con las palabras de mi madre, y ya no había vuelta a atrás, sabía que ese pedazo de hijo de puta estaba a punto de tirarse a mi madre, la iba a penetrar con ese pedazo de polla que daba pavor verla y por si fuera poco, pensaba correrse dentro de ella el muy cabrón. No podía creer lo que estaba pasando, veía a mi madre ahí, a las afueras del pueblo, en el coche de mi padre, tumbada en uno de los asientos, llevando únicamente su falda recogida en la cintura y sus zapatos negros de tacón de aguja, abierta de patas y con un macarra híperdotado encima de ella, apunto de taladrarla salvajemente… Parecía una auténtica actriz porno a punto de protagonizar una escena de alto voltaje. Las palabras de Sergio me devolvieron a la cruda realidad, comenzaba a hablarle de nuevo al oído…

-“¡Vas a ser mi guarrilla! ¿Qué quieres que haga con esto?” 

No di crédito a mis oídos…

-“¡Follarme!¡Por favor, Fóllame…!” 

No reconocía a mí madre diciendo eso y me di cuenta de que estaba haciendo con ella lo que quería.

-“¡Eso pensaba hacer! ¿Preparada para sentir una auténtica XXL dentro?”

Decía al tiempo que me miraba y cogía con una mano a mi madre de la cadera y con la otra guiaba su mazo hasta su chocho calando su hinchado glande entre los labios vaginales de mi madre…, y empezaba a presionar… -“¡Gmmmm!”Consigo articular mi madre al notar su polla pugnando para abrirse paso, cómo lentamente trataba de introducir su punta, cómo trataba de traspasar la entrada de su vagina haciéndole un poco de daño. Parecía que no quería acabar de entrar pero de improviso, el gordo capullo la atravesó de golpe. “¡Gmmmm!” Protestó. 

“Pues me ha dolido un poco”.

-“¡Pssh, calla!, relájate que ya está dentro y ahora empieza lo bueno. Vas a gozar como no lo has hecho hasta ahora, ¡nunca me había follado a una casada con un coñito tan estrecho! Te dan poca caña en casa, ¿eh? Parece que esté sin usar…”

Qué pedazo de cabrón, tirándose a mi madre y encima mofándose de mi padre. Me parecía increíble lo que estaba presenciando, y mi madre cooperaba en la vil follada coma vulgar zorra de pueblo… Ese hijo de puta me miraba fijamente, mientras hacía que el conejo de mi madre se partiese y se fuera adaptando al grosor de su miembro abriéndolo a más no poder como solo estuvo el día que me parió. El hijo de puta no dejaba de luchar por entrar en el útero de ella. La presión que ejercía parecía que comenzaba a transformarse en una sensación verdaderamente placentera para mamá. Sergio comenzaba un lento vaivén en su interior y yo veía como poco a poco introducía más y más su polla en mi madre… Agarrándose fuertemente del asiento comenzaba a mover la polla adelante y atrás. No podía creer que el coño de mi madre hubiera sido capaz de albergar a ese mostrenco. Debía sentirse llena al completo, probablemente como nunca antes.

No lo podía creer pero mi madre comenzaba a gemir… 

-“Joder, como sabía que te iba a gustar. ¿Disfrutas, eh? Tienes un conejo increíble, voy a tener que follármelo más veces si quieres dejar de tenerlo así de apretadito. Parece mentira que habiendo parido sigas así de estrecha, Belencita. Es increíble. He desvirgado a más de una del pueblo que no lo tenía así de rico, créeme”.

-“¡Aaahhhhh! Siempre he sido así. En el parto me costó lograr dilatar para sacar al cabezón de mi hijo, pero mi cuerpo tiene la genética de recuperar la figura enseguida… En dos meses tenía la misma talla y el chochito cerrado como una adolescente virgen”. Acertó a decir mi madre entre gemidos…

-“Joder nena, eres una mujer única. Casada, Madre, y con el coñito de una cría de 15. ¡Qué conejito! Tú lo que necesitas es un entrenamiento constante a base de una gran polla y verás si dilatas bien”.

-“¡¿Vas a ser tú quien me folle…?!”

-“Sí, Yo me puedo encargar personalmente de montarte a diario si quieres. Y para asegurarme te haría una buena barriga, ya verás como ahora sí serías capaz de parir sin esfuerzo. Se nota que aquí han entrado pocas pollas, ¿eh?” Le dijo el muy cabrón mirándome y sonriendo…

“Sin contarte, sólo tres… ¡Me corro, paraaaa...!” 

No podía creer lo que oía, ¿TRES? Siempre supuse que mi madre habría estado únicamente con mi padre y ha probado con la de hoy cuatro.

-“Si nena, disfruta de tu cuarta. Así que tres, ¿eh? Pero no serían como la mía, ¿verdad? Sigue corriéndote y disfruta, putita…”

-“Ni por asomo, ¡Aaaahhhh! Con la de Joaquín apenas siento nada, solo llega a la media de 14 cm, Con los otros solo uno te hace un poco de sombra. Sí que la tiene más grande, pero no como la tuya por Dios, ¡Qué bestialidad…!”

-“¡Uff, calentona…! ¡Vaya coñito más caliente y estrecho que tienes, joder…! ¡Y vaya tetas! ¡Te voy a arrancar los pezones a chupadas!” 

Gritaba Sergio extasiado, mientras le succionaba los pezones con tal pasión que parecía que se los iba a arrancar de verdad.

-“Nunca he sentido algo igual, me corro de nuevo cabronazo…”, dijo mi madre.

-“Tú disfruta, que la tengo prácticamente toda dentro, princesa. Sólo falta un poco más. Eres una yegua de primera. Recréate con tu potrillo y de su gran badajo. Te has adaptado enseguida a todo un semental. Goza con ella, sigue corriéndote… Te voy a convertir en mi nueva yegua favorita. Cada vez que vengas te voy a montar bien duro”.

-“Para, no puedo más… ¡Te lo suplico!”

A él eso le calentaba más y subía el ritmo. Entre gemidos le recordaba a mi madre lo guarra y lo zorra que era, que era una "calentorra" como todas, y que le perdían las maduras por lo guarras que eran follando… 

-“¡¡Oohhh, siiiií!! ¡¡FÓLLAME MÁS!!” Respondió mi madre dejándose llevar.

Mi madre encadenó ese orgasmo con otro aún más intenso. No podía dejar de correrse al tiempo que seguía oyendo las palabras que Sergio le decía al oído y que parecían ponerla tan y tan cachonda….Parecía una auténtica gata en celo para mi desgracia y yo no dejaba de alucinar con lo de esos amantes que debía haber tenido. ¿Quiénes serían esos otros hijos de puta que se la habían follado? De repente y en plena cópula, Sergio dio una estocada mucho más enérgica y profunda y el gemido que dio mi madre me asustó. Él le tapó la boca con una de sus manos forzando el apareamiento del semental a la hembra…

-“¡Ooohhh, nena! Has podido con toda… ¡Pssssshh, calla…no despiertes al chico y disfruta! Tienes mis 23 cm completamente dentro. Es el coño más cojonudo que he probado en mi vida. Tan estrecho y tan tragón al tiempo. ¡¡Oh siiií!!, qué gustazo me está dando metértela entera. Hacía tiempo que no la clavaba tanto, créeme. No todas se dejan. Goza de ella y sigue corriéndote, que ahora sí que tienes el coño bien abierto y listo para complacer…

-“Aaahhh, la siento en el cuello del útero…, noto todo el glande hinchado en mi vientre ¡Joder ahí nadie ha llegado!”

-“Lo sé, pero ¿A qué te gusta? Esto lo aprendí con una madurita como tú. Tú tranquila y disfruta con mis pollazos sin preocuparte por nada, ni por tu marido ni por tu hijo, que no se entera de nada…”

Sergio le decía que pensara sólo en su coño, en la polla que la estaba atravesando y en ella, mirándome a mí fijamente a los ojos. Que lo que tenía que hacer es gozar, que una jamona como ella había nacido para ser montada y que supo que estaba necesitada en cuanto la vio. Le preguntaba el muy arrogante si había gozado alguna vez tanto, que lo menos se había corrido ya tres veces mi madre….Ella le decía…

-“¡En mi vida he sentido nada igual! Con mi marido pocas veces llego al orgasmo…, normalmente tengo que acabarme sola”.

Oía todo esto entre gemidos y jadeos que me estaban volviendo loco. El muy cabrón le decía que cómo con un cuerpo como el suyo no salía a buscar más a menudo guerra fuera de casa, que iba a encontrar un montón de candidatos dispuestos a montarla. Parecía que quería hacer de mi madre una puta. Comentaba en plena embestida que tenía un cuerpo y un coño hechos para dar y recibir placer…, eres una mujer demasiado desaprovechada y los años pasan nena…

-“¡¡Si lo dices por tus amigos olvídate cabrón!!”

-“Pues estás demasiado desaprovechada, te mereces que te amen más…”

-“Ya lo sé, pero ahora… Solo me preocupa que mi marido lo note tan abierto…, mi coño va a necesitar un par de días para cerrarse”.

-“Aunque lo notase a partir de ahora mucho más abierto, seguro que no te dice nada”.

Que las casadas del pueblo a las que se tira se lo comentan, que cuando se las follan ahora en casa los maridos se extrañaban de lo dado de sí que lo tienen, pero que no les dicen nada….Lo cabrones se callan para no afrontar la cornamenta o las posibles consecuencias…. Decía que a una de Zaragoza que baja a veranear le hizo un crío hace dos veranos y que no viera cómo le sigue llamando pidiéndole más y más polla cada vez que baja al pueblo. Y el marido ahí como si nada…. Menudo pedazo de cabrón que estaba hecho. Debía ser el semental del pueblo dispuesto las 24h a montar a todo aquello que llevase faldas…. Salí de la nube en la que estaba envuelto, abrí de nuevo los ojos y vi que seguía dándole bien duro sin apartar su mirada de mí. Volví a oír sus palabras con claridad…

-“Joder, y yo que pensaba que no iba a conseguir que te me abrieras de piernas, pero ha merecido la pena esperar. Follarte aquí me está dando un morbo que te cagas, tía. ¡Qué gustazo darte así de duro junto a tu hijo! Y es una pena que él no se esté enterando de nada… Me gustaría que te viese así, espatarrada y con la estaca de mi calibre dentro del coño de su madre… Joder que morbo que me viese como le hacía a su madre una buena barriga PREÑÁNDOLA...”

-“¿No ha querido nunca Joaquín tener más críos?”

-“Dime que siiií… Te quiero preñar este verano. Déjame que le haga un hermanito a tu hijo…”, decía el muy cabrón sonriendo y mirándome.

-“¡¡Estás loco, no puedo másss…!!”

-“Ni yo tampoco ¡Quería reventarte bien el coño en el primer polvo que ha sido todo un desvirgue el que te he hecho, ¿eh?”

-“En parte sí, ¡Aaaggghhh! la mitad de mi vagina estaba sin usar…”

-“¡Pero no voy a poder aguantar mucho más! ¡Te voy a llenar entera de leche! ¡Que polvazo que tienes cabrona!”  Gritaba clavándome la polla salvajemente…

-“¡¡No, por favor!! ¡¡Dentro no te corras…, paraaa…!!”

-“Ya es tarde cariño, prepara el coño que estoy hasta arriba de lefa de cinco días sin descargar…. ¡Ojalá fallen las pastillas esas y le damos un hermanito a tu hijo…!¡Aaaahhh, qué gustazo me va a dar correrme en el mismo útero…. ¡Voy a preñarte Belén!”

-“¡No, por favoorr…! ¡Te lo ruego por Dios Santo…!”

-“Ya me viene y verás cómo te gusta. ¡Ahhhh!, ¡toma!, ¡toma!, ¡toma!”

Gritaba clavando su mirada en mí, al mismo tiempo que la insertaba con golpes cortos en el fondo vaginal de mi madre soltando a cada convulsión un grueso chorro de semen que le atoraba las trompas de Falopio. Sergio aumentó la fuerza de sus embestidas y pude ver como su espalda se arqueaba hacia atrás y los músculos de sus nalgas se tensaban. Estaba empezando a depositar toda su leche espesa en el coño de mi madre al tiempo que daba un bufido como el de un toro bravo asilvestrado. Debían ser unos intensos, calientes e interminables chorros porque mi madre comenzó a correrse de seguido sin control. Debía sentir cada uno de ellos, dos, tres, cuatro chorros…, y así hasta ocho (por lo que oí al cabrón de Sergio al día siguiente) y a cada cual más intenso, al tiempo que sentía esa majestuosa polla palpitar una vez y otra en su hambriento chocho…

-“¡Aaaahhhhh…! noto tu semen hijo de puta… te estás corriendo dentro de mí…”

-“¡Aaaahhhhhhhh!  Sí cariño, ummmm…, y no veas que corrida”.

-“¡ahhhhhhhhh! Me estás llenando por completo, siento tu leche hirviendo… ¡Joder me corro de gusto cabrón…!”

-“¡¿Cómo te gusta, eh?! Ahhh, Toma lefa princesa…, toma más…”

-“Siiiiiiiií… me gustaaaa”.

-“¡Ahhh! Jamás me he corrido tanto. Me estás sacando hasta la última gota tigresa, ahhhh. Tenía que verte Joaquín aullar así y lo que está tragando tu coño, a ver si aprende a follarte en condiciones. ¿Imaginas su cara al verte así, aquí conmigo en plena monta?”

-“Dios mío, la leche que me estás echando dentro… De esta me preñas cabrón…”

-“Sí, tómala toda... directamente al útero, a ver si te preño... Te hacía falta, cariño. Las tías con conejos como el tuyo necesitan que las follen bien, en su casa o fuera de ella. A ti habría que llenarte el coño de leche varias veces al día para dejarte satisfecha… ¡Aaaahhhh! Quiero que seas mi putita…. ¡Aaahhhh! ¡¿Dime que me dejarás follarte bien duro y llenarte entera de leche cada vez que quiera… dime que lo harás…?!”

-“No sé…, me moriría si Joaquín o Mario se enterasen de esto…”

-“Tú tranquila que no tienen que saber nada. Tu marido confía en mí y ya ves que follada con tu hijo delante y ahí está sin coscarse de nada…”







Tras acabar de correrse dentro ella, dejó caer su cuerpo sobre mi madre. Ella seguía con las piernas alrededor de sus caderas y con la polla de Sergio empalándola. Las manos de él buscaban sus pechos, jugaban con sus pezones, pellizcándolos y tirando de ellos, y su boca buscaba la de mi madre. La besaba con auténtica lascivia. Después comenzó a besar su cuello, a lamerlo, para enseguida bajar y volver a succionar sus todavía erguidos pezones. Hasta hoy yo sólo había visto unas tetas como las de mi madre en la tele y ahí estaba el muy capullo disfrutando aún de ellas. Las chupaba y mordisqueaba diciendo que eran fantásticas pero que las quería probar llenas de leche, que así deberían de ser la hostia. Qué cabrón, la sola idea de que preñase a mi madre me volvía loco. Comenzó a susurrarle al oído…

-“¡Oh, nena! ¡Eres fantástica! Eres de esas pocas tías que se vuelven locas de placer al sentir que se están vaciando en ellas... Joder que manera de correrte según te estaba llenando el chochito, ¿eh? Con los espasmos que dabas me has exprimido lo cojones como ninguna antes”.

-“¡Eres un auténtico hijo de puta! ¡Joder cuanta leche eyaculas so cabrón! ¡Eres un burro corriéndote!” Decía mi madre consternada pero con cierta aprobación…

-“¡Dios, lo que vamos a disfrutar tú y yo! Dime que te gusta sentir el calor de la leche dentro, princesa, dímelo…” Mi madre le acariciaba la cara con ternura satisfecha.

-“Nunca había tenido tantos orgasmos seguidos. Mi marido siempre se corre dentro de mí, pero no sé si es porque acaba enseguida o porque no me echa poca cantidad, pero nunca había sentido algo así. Has hecho que me vuelva loca de placer y con él apenas llego…”

-“Nena, si no te corres en casa es porque Joaquín no te sabe follar. Tú eres el sueño de cualquier tío, una maciza que busca polla fuera de su casa”.

-“Pero no soy una buscona so cabrón…”

-“No digo que lo seas, pero por si fuera poco eres MULTIORGÁSMICA. Y me encanta haber sido yo quien te haya demostrado que lo eres… Lo que vas a gozar a partir de ahora. ¿Te apetece echar otro? Ya ves que no se me baja…”

-“Ahora no, es tarde. Sácamela ya. Si se despierta Joaquín y ve que no hemos llegado va a sospechar…”

Vi como el hijo de puta desenfundar su pollón del chocho de mi madre. Era increíble que después del polvo que la había echado siguiera con ella así de dura. Se incorporó y volvió a pasar al asiento del conductor. Volví a hacerme el dormido mientras mi madre recuperaba sus braguitas y su sujetador de mi asiento. Podía oírles mientras se vestían. Él decía que no le cabía en el bóxer de lo tiesa que la tenía y mi madre entre risitas le respondía que no le extrañaba, con ese tamaño. Él le respondió que era ella la que se la ponía así y que bien que la había gustado. Que tetas como las suyas no eran fáciles de encontrar pero que pollones como el de él tampoco. Sergio arrancó el coche y cuando comenzó a moverse volví a abrir los ojos. Al salir de la explanada del polideportivo para entrar en el pueblo, pude ver un poco alejado el coche de sus amigos y a estos subiéndose a él. ¿Qué hacían aquellos dos allí? Los muy cabrones sabiendo lo que iba a pasar se habían acercado a verlo todo. ¿Habrían visto la follada salvaje que le había dado a mi madre cuando consiguió que se abriese de patas? La sola idea de que esto fuese cierto me corroía por dentro…


Al día siguiente me desperté a las tantas. Cuando salí al jardín allí estaban Manuel, Sergio y el ingenuo de mi padre que hablaba con él. Mi padre le preguntaba que cómo lo habíamos pasado. Llegué hasta ellos cuando Sergio respondió con una sonrisa burlona en su cara…

-“De "PUTA MADRE" Joaquín”

-“¿verdad Mario?”

-“¿A que lo pasamos "TETA"? Yo por lo menos…” No lo podía creer.

Dudaba de si aquel cabronazo respondía con segundas o me lo parecía a mí…. En mi cabeza, aún aturdida del alcohol, se repetían sin cesar (PUTA MADRE, TETA...) y me recordaban lo ocurrido la noche antes. Fue al ver la forma en que nos miraba a mi padre y sobre todo a mí, ese brillo en sus ojos, esa sonrisa y la forma en que se tocaba el paquete cuando comprendí que ese pedazo de cabrón estaba disfrutando ahora casi tanto como anoche follándose a pelo a mi madre… No sabía ni dónde meterme cuando oí a mi padre…

-“Ya me ha dicho Belén que te dejó probarlo anoche. Te quedarías a gusto, ¿no? Con las ganas que tenías…”

-“¡Joder Joaquín, vaya si lo hice! Lo "probé a fondo". Ocasiones así no las tiene uno todos los días. No tuve que insistirle mucho para convencerla…”

-“Qué va, hombre. Si ya le dije que tú eres mucho más hábil y que se dejara llevar. ¿Y qué te pareció?

No podía creer nada de lo que oía. La conversación que llegaba a mis oídos debía ser paralela a la que mi padre pensaba que mantenía con el macarra de los cojones. Y éste seguía y seguía aturdiéndome con lo que decía…

-“La hostia, Joaquín. Increíble. Te lo digo en serio. Si ya disfrutas con sólo ver por fuera ese pedazo de carrocería, una vez que te has "metido dentro" no veas, es un "auténtico gustazo" ¡Como le entran la marchas!”

-“Ah sí, ¿eh? ¿Qué te pareció cuando te metiste dentro?” Preguntó mi padre sin sospechar nada de lo ocurrido.

-“Me pareció fantástico Joaquín, aunque me sorprendió su tamaño…”

-“¿Y eso?”

-“Joder, no imaginaba así a un modelo de esa gama…. La impresión que tuve al entrar es que era "demasiado estrecho", lo imaginaba mucho más amplio. 

Decía sonriendo el muy cabrón aludiendo claramente al coño de mi madre, y el cornudo de mi padre seguía y seguía…

-“Pues te aseguro que es más amplio de lo que parece en un principio. Aun no lo he usado nada detrás, pero para los que disfrutan en la zona delantera la sensación es envolvente tanto que no se nota la velocidad a la que se va en crucero”.

-“No, si fue al principio, en cuanto "monté" tuve la sensación de envoltura acojonante. Pero oye, "entrar dentro" y "sentir el tacto de esa piel", ¡fue para "correrse de gusto", Joaquín! ¡Qué suavidad! Ese pedazo de hijo de puta gozaba con lo que decía.

-“Te gustó el acabado, ¿eh? El pack de cuero es una pasta pero merece la pena”.

-“Ya te digo…En cuanto me "acoplé", sentí ese tacto y cómo se adaptaba a mí, comencé a flipar. Mira que he probado modelos, pero ninguno así… Y tienes razón, cuando llevas rato dentro se te quita la impresión de poca amplitud. Fue al montar. Luego te das cuenta que es amplio de cojones… Estoy convencido de que tienes razón y que los de delante van de primera en él. Oye no te digo que no que sea un modelo especial para Dos delante y uno atrás”.

-“Te lo voy a tener que dejar otro día, joder. Que parece que te gustó y que sabes apreciar los detalles de un modelo de alta de gama…”,seguía el tonto de mi padre.

-“A ver si es verdad, Joaquín…. Que un modelo así es para disfrutarlo joder y es un crimen que lo tengas ahí "sin usar"(decía riendo el muy cabrón). Yo estoy dispuesto a hacerle un buen rodaje este verano si quieres... Iba a estar todo el día "montado" en él y te lo iba a dejar suavizado, verás la diferencia cuando lo usases tú”.

-“Tampoco quiero que me lo quemes, ni me lo gripes, que aun esta casi en rodaje…”

-“Tranquilo que cuando lo cojas tú no te va a parecer el mismo…, ahora está como agarrotado aún, y yo estoy dispuesto a hacértele un buen rodaje. ¿Qué me dices?” Le respondió mirándome y sonriéndome descaradamente.

-“Bueno, deja que lo piense…, que miedo me das…”

-“Tú confía en mí Joaquín”.

-“De todas formas tengo que estar de Valladolid a aquí y a Madrid estas vacaciones, o sea, que lo voy a montar a placer si Dios quiere…


********************


Este fue el primer encuentro que tuvo ese verano, al que siguieron otros más no siendo presenciado por mí. El muy cabrón incluso ha hecho que mi madre cayese en su seducción un par de veces más, pero no ha permitido que participasen sus amigos, según me comentó Carlos hace unos días. ¡Se auspiciaba un mes de follada tras follada! Mi madre nunca se había visto en otra como esa aprovechando las ausencias de mi padre atendiendo a la obra, a las fincas de la familia en el pueblo y su negocio en Valladolid.

Hace poco más de una hora que se marchó Sergio, mi marido y mi hijo se marcharon temprano para visitar la finca del “Agentillo” y les llevaría toda la mañana. Serían las 9:30 antes del almuerzo cuando apareció mi macarra Sergio preguntando por mi marido y una cosa nos llevó a la otra y tras almorzar en mi cocina me puso mirando para Cuenca… Bueno tras corrernos, él dentro de mí como de costumbre me tomé mi tiempo, permitiéndome tomar un relajante baño hasta que la fría temperatura del agua, me hizo salir de la bañera de forma apresurada. Terminaba apenas de secarme cuando sonó el timbre de la puerta. No esperaba a nadie, y el hecho de que fuese el timbre de la puerta de la calle trasera, en vez de la principal me sorprendió, fui hacia ella mientras me cubría con una ligera bata de seda. Debía ser alguien que viviera en la calle donde vivían cuatro vecinos de edad avanzada y tratarse de algo urgente ya que el sonido del timbre se volvía apremiante. Abrí la puerta y viendo a la persona que llamaba, debí quedarme con la boca abierta por el asombro. Ante mí se encontraba Manuel, alto, fuerte con sus 50 años diría yo, cara muy seria y con rasgos como cortados a hachazos, propietario de un par de ojos azules, que me miraban con frialdad casi inhumana, como seguramente miraría un médico forense al cuerpo inanimado mientras practica una autopsia. Todo en su conjunto impresionaba, pero lo insólito, lo anacrónico, era la camisa de cuadros pasada de moda…vestía de varios colores. Se presentó a sí mismo, con una voz cortante.

-“Venía a ver si ha vuelto Joaquín estamos parados en unos detalles”, dijo.

-“Pues aún no ha vuelto con Mario…, ya estuvo Sergio hace una hora y le dije que mi marido no volvería hasta el medio día…” y continuó.

-“También deseaba hablarle sobre su relación con Sergio… vengo como padre preocupado por mi hija, la novia de Sergio. Mi hija está preñada de seis meses, y a Sergio lo tenía centrado en su futura familia hasta ahora… Sé de buena tinta que entre ustedes dos…”. Quedé paralizada por unos instantes. “De modo que ya usted debe suponer por qué he venido, le agradecería me concediera unos minutos”.

Sus palabras me dejaron helada, Sergio y yo habíamos echado un par de polvos, pero no éramos amantes y nunca me había hablado de que tuviera novia formal además de preñada… También es verdad que nunca se lo había preguntado. La situación era verdaderamente incómoda, más todavía hablando ante la puerta de mi casa, así es que le invité a pasar hasta el salón y sentarse.

–“¿Que desea tomar?”

Pregunté mientras me servía una copa de Coñac, presentía que la iba a necesitar. 

–“Lo mismo que usted me respondió”, sin dejar de mirarme fijamente.

Le tendí su copa para dejarme caer literalmente, sobre el sillón y, en completo silencio, los dos nos observamos durante unos minutos. Después comenzó a hablar… 

-“Como le he dicho, soy un padre preocupado, el chico ha dejado los malos vicios, pero ahora temo los retome y se pierda definitivamente. Mi hija ni Sergio nada saben de esta visita, pero no voy a permitir que mi hija, así como ambas familias sufra por su causa. Su relación tiene que terminar hoy mismo”.

El tono de su voz era ofensivo, más que sus palabras y su fría mirada. En un instante pasé de la sorpresa a la ira, y sin desearlo realmente, defendí a Sergio, como si ya estuviera al tanto de su relación formal. Me di cuenta, de pronto, que mi bata apenas me cubría, y en un primer impulso quise levantarme y dejarle solo mientras me vestía. Algo me detuvo pese a todo, y permanecí sentada, sin hacer ningún esfuerzo ni intento de cerrar la larga abertura de la bata que mostraba mis piernas ampliamente. El constructor se dio cuenta, y haciendo un gesto de asombro las miró fijamente, sin dejar por ello de soltarme su manido discurso sobre mi inmoralidad y el daño que les hacía a ambas familias. Ya estaba harta de él, me volqué hacia la mesa de centro para coger un cigarrillo del paquete, y al hacerlo, los paños de la bata se abrieron aún más mostrando mis abundantes carnes que tanto atraen a los hombres. Sus ojos me siguieron, vio perfectamente mis tetas y por un momento interrumpió su discurso, para reanudarlo con críticas más exacerbadas. Pude echarlo de mi casa, pero aquella fría mirada me puso furiosa…

Me propuse probar hasta donde era capaz de mantener su postura. A partir de ese momento entablamos una peligrosa partida, un desafío descarado y para ello, sentada frente a él, fui abriendo mis piernas lentamente, mostrándole al hacerlo, que estaba desnuda debajo de mi bata. El tono de mis replicas también cambió, de agresiva pasé a ser insinuante, dulcifiqué mi voz, le sonreí por vez primera mientras con una de mis manos comencé a acariciar mi cuello. Sin dejar de mirarle sonriente, mi mano se introdujo bajo las solapas de la bata para acariciar mi teta izquierda. Su cara se petrificó al momento, dejó de hablar y se hizo un silencio denso. 

Mis manos continuaron su andadura, la bata completamente abierta le mostraba mi cuerpo desnudo. Se puso en pie bruscamente, parecía dispuesto a marcharse y no quería permitírselo. Me puse en pie, a la vez y la bata se deslizó por mis hombros hasta caer al suelo. Desnuda y erguida permanecí ante él, sin que se atreviera a dar un solo paso hacia la puerta, sin que dejara de mirarme, aunque ya no era a los ojos a los que miraba. Por mi parte, me daba cuenta de que aquel témpano de hielo, duro y peligroso, se estaba derritiendo por momentos. Avancé hacia él y apoyé mis manos en su pecho, le oí decir…

-“¡No lo haga! ¡Por favor, no lo haga!” Pero ya nada podía contenerme.

 Los botones de su indumentaria fueron saliendo de su ojal en la camisa, desabroché su pantalón, y al hacerlo, mis manos tropezaron con su flamante cipote, de un tamaño brutal… “De tal palo, tal astilla” debía medir lo menos ±20 cm, con un grosor solo comparable a la de su yerno. La aprisioné entre manos, era lo único en él que permanecía erguido, todo el resto se había derrumbado. Mirándole a los ojos me fui agachando hasta que mi cara quedó a la altura de su verga, una maza gruesa y larga. Mi boca se apoderó de ella, y en ese punto, su cuerpo recobró el movimiento…, inició un movimiento lento con su pelvis follándome la boca, la sentía más profundamente en mi garganta, creciendo, palpitando y horadando mi galillo. 

Ninguno de los dos hizo el intento de separarnos continuando durante varios minutos mamando, lamiendo y lengüeteando su glande, cuando bajaba haciendo un reguero de saliva en su tronco me encontré con un par de orondos cojones súper cargados de lefa presta para alimentar a algún conejo hambriento, no hubo ni una palabra, ni un mal gesto que intuyera que no le gustara la felación. El hombre se perdía entre jadeos al tiempo que le succionaba huevo a huevo metiéndomelo en la boca como si deseara extraerlo fuera de su escroto… Volvía a tragarme su polla sosteniendo sus pelotas, masajeándolas y dando un buen castigo a su capullo hinchado, mientras mi mano derecha pajeaba el prepucio del señor constructor.

Me puse en pie y tirando de su mano le llevé hasta mi cuarto, hasta hacerle caer sobre la cama, y solo entonces me dediqué a mirarle. De rodillas sobre la cama, junto a él, inicié un lento recorrido por todo su cuerpo, con mis manos y mi boca. Me di cuenta de que ya era otro muy distinto del que llamó a mi puerta, este era un macho caliente…, aquel un témpano de hielo, y mientras lo pensaba y por primera vez, me tomó entre sus brazos… 

-“Ahora te toca a ti”

Me sentó en el colchón mientras él se arrodillaba, abrió  mis piernas y comenzó a besar mis muslos por su parte interior, subía y subía haciéndome desear su lengua en mi coño, pero cuando llegaba saltaba hacia el otro muslo y me dejaba con las  ganas una y otra vez, hasta que en una de ellas puso toda su boca en mi coño atragantándose mi mullida vulva y pude sentir por fin su lengua caliente sobre él. Sus labios chupaban, su lengua jugaba y yo me volvía loca de placer sacándole el clítoris de su capuchón con mis dos dedos índice y anular para que lo estimulara. Sus dedos empezaron hurgar en la entrada y yo empujaba, y me frotaba ansiando sentirlos dentro de mí, primero uno, apenas la puntita y poco a poco fue metiéndolo entero, después el otro, yo ya estaba a punto de correrme así que cogía su cabeza y tiraba de su pelo intentando compaginar las embestidas al ritmo que necesitaba y así sentí crecer el orgasmo dentro de mi hasta que estalló violentamente con su deliciosa boca y sus dedos dentro de mí. 

Continuó hurgando en mi vagina mientras soltaba chorros de fluidos con gran presión atolondrándome por momentos de gozo de esa gran corrida…, convulsionaba y expelía todo a un tiempo sintiendo un deleite embaucador. Me permitió un minuto de descanso mientras subía besando mi vientre, mis tetas sumiéndose en mamar mis pezones y succionarlos a degüello, terminando en mi cuello suavemente hasta posar sus labios en mi boca. Sus caricias fueron despertando mis ganas de  nuevo, ganas de ser atravesada por el mostrenco de pollón que el caballero portaba cual daga mora curvada de rigidez acerada…, ahora quería sentirle dentro de mí. 

Bajó su mano a mi entrepierna comprobando las condiciones y metiéndose entre ellas comenzó a tocarme mientras pasaba su gordo ariete por los pliegues de mi vagina. Poco a poco metía la punta, se quedaba quieto y volvía a sacarla, repitió esto varias veces creándome una expectación apenas soportable con la idea de que en pocos instantes la tendría toda dentro de mí. Cada vez entraba un poco más y yo no podía resistir la tentación de empujarle hacia mí, quería tenerle dentro y cogerle el trasero con mis manos para sujetarlo firmemente a la vez de rodearlo con mis piernas para que no se pudiera escapar.

Por fin me la metió entera tras la quinta o sesta punzada….Me cabalgaba mientras no dejaba de besarme, me encantaba ver su cara mientras se movía buscando mi placer y el suyo. Nos giramos y quede encima de él, no podía parar de moverme de frotarme contra ese hombre, sus manos agarraban mi cintura y acompasaban el ritmo, me dejé echar un poco hacia atrás. Pude volver a sentir como crecía dentro de mí esa sensación indescriptible de cuando sabes que va a suceder de nuevo, y sucedió….Quedé rendida tumbada sobre el macho por unos instantes. Mi cuerpo se erizó con sudores que calaban mi dermis por completo, pero enseguida recuperé el aliento y estuve dispuesta a hacerle chillar tanto que los vecinos tuvieran bien claro que es lo que estaba pasando. 

Le dije que se sentara y abrazada a su cuerpo, me movía mientras no dejaba de besarle cortando su aliento. Mis piernas le rodeaban y apoyándome en los brazos me eché hacia atrás para que aparte de sentir pudiera disfrutar de la vista. La verga con una anchura demencial me abría el coño como nunca otra polla lo hizo a excepción de su yerno Sergio. Partida en dos ese semental me atravesaba hundiendo su mazo hasta la raíz y llegando a la boca de mi cuello uterino.

Su respiración se aceleraba con cada embestida y su ritmo también, cuando creí que era el momento le tumbé de nuevo y me puse en cuclillas moviéndome violentamente subiendo y bajando sobre el eje grueso y firme del macho entrando en mi coño con suma facilidad…, y yo abierta de piernas enterrándome la deliciosa polla que me estremecía….Sentía su capullo rozar cada pliegue de mis paredes internas al tiempo que acompasaba sus sacudidas. Su cara se tenso, sus músculos, su vientre todo su cuerpo, el sudor empapaba su frente y arqueándose empezó a correrse mientras sus suspiros subían de volumen llegando a soltar un berrido de culminación. 

Percibí cada chorro de leche en mi ajada vagina, el hombre descargó no menos de seis chorretones de lefa espesa en mi fondo vaginal…, sentía como se acumulaba el semen con el de su yerno en mi fondo uterino y tras unos segundos del último su cuerpo se relajó debajo de mí. No me moví durante unos escasos minutos dejándola dentro disfrutando de esa gozosa semi inconsciencia. Tumbada encima, dejé que el sueño y el cansancio acudieran a mi cuerpo, me deslice a su lado y nos quedamos adormilados cada uno a un lado de la cama separados.

Noté como por mi chocho se derramaba el sobrante de semen que mi conducto no podía albergar. Al final caí en un profundo sueño con mi vagina rebosante de esperma y un gusto saciante en mi vientre, la verdad nunca imaginé tener tanta leche contenida en mi coño…, esos dos sementales eran una fábrica de producir lefa industrialmente y esa mañana coincidieron en vaciar sus almacenes de esperma en mi hambriento conejo. Mi mente no paraba de pensar que lo había hecho era lo correcto, de esta forma los tendría a los dos callados por este asunto, Suegro y yerno no serían capaces de delatarse habiendo caído en la misma tentación sabiendo que… “Donde está la olla, no se mete la polla”. Así como el lio familiar de sus mujeres si se enterasen del tema. 

A la media hora ya no estaba a mi lado, pero a esas alturas tomé la decisión irrevocable de romper mi relación con Sergio y olvidarme de follar con cualquiera del pueblo…, estaba muy salida Sí, lo reconozco, pero estaba viviendo al límite pudiendo desgraciar a mi familia, mi posición social y económica, así como la vergüenza con mi hijo de que creyese que su madre es una zorra, o la puta del pueblo…. Habían sido dos semanas de una aventura que Ya estaba por terminar. Me centré en mi hijo y en los acabados y organización de la casa del pueblo, había que pintarla, pero antes se debía de hacer una limpieza de trastos en desuso de los que se encargaría mi hijo Mario. Los albañiles ya terminaron y mi esposo esa semana se marchó el miércoles dejándonos el encargo de la limpieza y pintura, para volver el fin de semana… Nunca sospecharía lo que en esos dos días iba a ocurrir, si me lo cuentan no me lo creo… 


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Descubrí a mi madre y ella me descubrió a mí. Si ves en una cinta de video a tu madre follar, sabiendo lo casquivana que se había convertido en esas vacaciones con los jamelgos de los “paletas o paletos de pueblo”, ambos adjetivos les encajan… ¿Qué harías tú? Esto fue lo que hice yo… En la casa del pueblo ya habían terminado los albañiles y nos quedaba ordenar todo de nuevo para luego pintar…

-“Mario, anoche hablé con tu padre, le dije habría que empezar por ordenar el garaje, y le pregunté qué hacía con sus cosas…, dijo que menos las herramientas, las cañas, y el equipo de pescar que lo demás lo tirara todo así que hoy cuando vengas de la piscina al medio día y después de comer, me limpias todo el garaje, menos lo que tu padre ha dicho, el resto lo hechas en el contenedor de la basura de la calle y así mañana sábado, que los dos lo tenemos libre lo podemos pintar... ¿vale cielo?”

-“Manda algo más la Sra. Marquesa”. Le dije, irónicamente.

-“Sí, que desayunes rápido que vas a llegar tarde al concurso… y que me des un beso que llego tarde a la clínica…”

No me quiso decir el motivo de ir al médico, ni a qué especialista era.

-“Hasta la tarde mamá y ten cuidado, le dije. Dándole un beso en mejilla. –“Hasta la tarde, cielo”.

Acabé mi desayuno y me fui para los arrabales a recoger a mi amigo Néstor e irnos a la piscina municipal donde había un concurso de natación por edades, de paso vi como estaban desmontando los andamios los dos cabrones que se follaron a mi madre al salir a la calle…. En fin, que como mi historia se centra en, mi madre y en mí obviaré el resto del día en que acabaron de arreglar la casa vieja de mis abuelos, y de paso aprovecharé para ponerles al tanto de nuestra situación… 

Soy un chico alegre, inteligente y bien parecido…, buen estudiante con un físico que pese a estar en la época del estirón no pasa desapercibido, mido 1’77 metros y estoy ligeramente musculado por la natación. En cuanto a la parte sexual que es la que nos interesa a todos, les diré que en enero de este año me estrené, pero para mi desgracia desde entonces solo he echado un par de polvos más y uno de ellos, de pago…. En mi defensa diré que ese día estábamos de farra y yo borracho…, si soy sincero no me acuerdo mucho de lo que pasó. Por lo demás no es que esté tratando de batir ningún récord de pajas, pero me las hago todos los días, y desde hace un par de semanas pensando en cómo se ofrecía mi madre a Sergio en el coche de mi padre…, a pares. Sí es cierto, he adquirido el síndrome de Edipo, porque me llego a hacer hasta dos pajas seguidas en un solo día pensando en ella abierta de piernas pidiéndome que me la folle…

Mi madre, se llama Belén. Está casada con mi padre desde hace 18 años (pese a eso se llevan muy bien) los mismos años que llevo yo en esta vida. Ella tiene 38 años, es dietista y posee una tienda de productos ecológicos de bastante éxito en la ciudad, por lo tanto su físico, como es de suponer está muy bien cuidado, pero he de decir que no de ahora, sino desde siempre. Es morena, como yo. Y no es que sea muy guapa, la verdad pero tiene su encanto que la hace irresistible para los hombres, mide 1,72.  De todo su físico quizás sean sus pechos lo que más destaque y desde que se casó con mi padre me he enterado ahora que se ha acostado con tres hombres (para desfogarse pienso yo), a lo que debemos sumar los dos albañiles y alguno más que no sepa aun. El caso es el riesgo que está tomando en su exasperada situación conyugal, por no consumar con su marido las veces que a mi madre le apetece follar…, bueno haya ella. Disponemos de una buena posición económica, en cuanto a la relación madre e hijo, la definiría de buena tirando a muy buena, nunca le di ningún quebradero de cabeza a mi madre, ni a mi padre por supuesto y la confianza que ambos nos tenemos si le tuviera que poner número del 1 al 10 pues sería un 9,5.Aun así les diré que jamás he visto a mi madre completamente desnuda, y ella a mi tampoco desde hace casi diez años…, eso sí, en ropa interior muchas veces (ambos y muy a menudo) pero desnudos nunca.

Una vez que volví de pasar la mañana zanganeando con Néstor en la piscina, gané mi medalla de oro por supuesto, y después de haber comido me fui a ocuparme del encargo de mi madre, empecé por unas cajas que tenían ropa y calzado de mi padre, lo puse todo en una bolsa de basura y lo llevé al contenedor, luego hice lo mismo con unas cajas que tenían, revista y periódicos y esas cosas que mi padre fue amontonando. Y por ultimo en el estante de arriba había una caja que ponía "libros" pesaba tanto la condenada que se me escurrió y se cayó al suelo esparciéndose por todos los lados, empecé a recogerlos y a ponerlos en bolsas de basura para luego tirarlos… Eran la mayoría libros relacionados con la profesión de mi padre, es economista, que si aranceles, tributaciones qué sé yo…, recogía la bolsa llamándome la atención que entre los libros había una pequeña caja de cigarros puros envuelta y sellada con cinta aislante. La sacudí y algo sonó adentro así que la aparte... 

Seguí con las bolsas y los libros y después de haberlo arrojado todo al contenedor me acorde de la cajita de cigarros puros, cogí una navaja de la cesta de pesca de mi padre y corte la cinta, la abrí y adentro había cuatro cintas de video pequeñas, de esas de cámara Sony creo que hándicap hice memoria y recordé que ya hace algún tiempo mi padre tenía una cámara y que no hacía más que filmarnos a mi madre y a mí, luego recordé que un día jugando mamá lo empujo a la piscina mientras nos filmaba y se estropeo la cámara pero como dijeron que ya la arreglarían no le di importancia. La verdad nunca más la volví a ver. Así que me las guarde, porque no estaba de más tener unos recuerdos de la infancia. Me duché y bajé a la cocina a preparar algo para cenar para cuando llegara mi madre…, ensalada con queso fresco y algo de fiambre de pavo y fruta.

Ese día tenía que hacer inventario en la tienda por la tarde y la mañana en la clínica…, o sea, no vi a mamá en todo el día desde el desayuno. Lo tenía todo preparado, solo para mi madre y para mí, mi padre se quedaría a arreglar unos asuntos legales en Madrid sobre la parcelación de la finca de olivos…. Mientras esperaba a mi madre me puse a buscar una cinta el adaptador VHS en la cual ponías las cintas pequeñas y podías visionarlas, por el reproductor normal, lo encontré y ya me disponía a ver una de las cintas cuando entra mi madre por la puerta…

-“Hola… Ya estoy aquí”.

-“Hola mama, ¿Qué tal el día?”

-“Fatal, hijo. Me dijo, mientras no besábamos. “Tengo un dolor de cabeza horroroso, todo el día igual, parece que me va a estallar. Y a ti ¿Cómo te fue?”

-“Bien, sin novedad ¿habrás visto que ya limpie el garaje?”

-“Si, ya lo vi al meter el coche, gracias cariño. ¡Cielo, que te parece si cenamos ahora, así luego me ducho y me meto en la cama a ver si me pasa este dichoso dolor de cabeza!”

-“Vale, vamos para la cocina que ya está todo listo”. Le dije.

Cenamos lo que tenía preparado y antes de acabar me pidió que le alcanzara un par de aspirinas del botiquín, se las tomo y me dijo… 

-“Cielo, por favor no hagas ruido que me voy para la cama ¿vale?”

-“Sí claro, buenas noches, luego si quieres me paso para ver como estas”.

Y le di un beso de despedida, la vi subir las escaleras quedándome mirando su culo como se bamboleaba, desperté de la ofuscación y empecé a recoger la cocina de allí a un rato cuando ya lo tenía todo limpió, me fui para el salón y me dispuse a ver las cintas del garaje…, cogí el mando, me senté y le di al play….Unas vistas, un cerro muy alto, una carretera muy estrecha, varios coches aparcados a un lado y encima del segundo coche muchos monos, A YA ESTA…. ya me acuerdo es de cuando mis padres y yo fuimos a Gibraltar, la cinta seguía con varias tomas, que si en los almacenes Harrys, que al lado de unos Bobys, el aeropuerto y de repente…. Se ve la cabeza de mi madre dándole una mamada a una polla, mirando para la cámara y tragándosela casi toda y a veces toda, de pronto para y mirando para la cámara dice… 

-“Cariño, el niño que me da cosa”

La cámara desenfoca a mi madre y se dirige hacia la ventana y enfoca hacia el jardín y allí estaba yo jugando con unos barcos de madera en una piscina hinchable de esas de un metro de diámetro y oigo la voz de mi padre decir… 

-“Tranquila, está jugando, sigamos con lo nuestro”. 

La cámara se gira y enfoca hacia la cama, allí estaba mi madre, desnuda y de rodillas, sentada sobre los talones, era la segunda vez que veía sus tetas, de la manera que estaba sentada no podía verle su coño.

Cogí el mando le di para atrás y apreté el botón de pausa… ¡¡Era una gozada ver las tetas de mi madre grabadas, joder!! Me gustaba lo que veía, ella estaba morena, pero sus tetas estaban blancas, resaltaban demasiado, eran grandes y nada caídas, se le veía unas rosetas de color marrón pálido no muy grandes y unos pezones pequeños pero que por su color un poco más oscuro que las rosetas destacaban mas, eran preciosas. Lleve mi mano a mi polla para colocarla bien, la tenia empalmada, cuándo caigo en lo que me pasaba joder me acabo de empalmar sin darme de cuenta viéndole las tetas a mi madre. Le doy de nuevo al play del mando y la película sigue, con mi madre mamándole la polla a mi padre, en poco tiempo se la puso de nuevo tiesa… ¡Madre mía, lo hacía bien de verdad! Porque me gustaba lo que veía, de repente mi padre le dice… 

-Venga cielo date la vuelta que ya estoy a punto.

Veo que mi madre se levanta, se da la vuelta y se arrodilla sobre la cama, inclina la cabeza sobre el colchón, separa las rodillas y echa las dos manos para atrás cogiendo cada una de las cachas de su culo y sus dedos llegando a los labios de su coño y abriéndolo, dejando ver un agujero perfecto color carne que se contraía, se abría y se cerraba, entonces le dice mi madre… 

-“¡Venga cariño, métemela ahora!” 

Mi padre sin usar las manos, acercó su polla al coño de mi madre y la metió de un empujón hasta el fondo y se retiro sacándosela por completo. Ella solo gemía, de nuevo mi padre hizo lo mismo meterla y sacarla los gemidos de mi madre iba en aumento. Repitió mi padre lo mismo una tercera vez pero al sacarla enfocó la cámara hacia la cama debajo del mismo coño de mi madre, estaba encharcado, cada vez que mi padre se la sacaba, caían goterones de su chocho…, mi madre se estaba corriendo. Sus gemidos ya eran quejidos, mi madre, mira para mi padre y le dice…

-“¡Ya, déjala ya, que no aguanto más!” 

Y mi padre se la metió hasta el fondo y ahí se quedo quieto y de repente mi madre empieza a mover el culo de arriba abajo sin sacarla. Mi padre estático y mi madre moviéndose sin levantar la cabeza de la cama… ¡¡Dios mío cómo es posible mover las caderas así!! Seguí mirando el televisor, y mi madre seguía con ese movimiento pero más acelerado ¡Joder con mi madre…, como folla Dios mío! He visto muchas pelis porno y nunca, nunca vi algo tan excitante, tanto es así que me desnudé y me empecé a hacer una paja mirando para lo que hacia mi madre… ¡Ay qué joderse como se lo hace! ¡Qué mujer, que placer debe de dar fallársela! Mi padre de repente le dice… 

-“Belén ya me viene, joder nena me voy a correr yaaaa”

Y mi madre se la sacó para darse la vuelta, se sitúa con su boca abierta cerca de la cabeza de la polla de mi padre diciéndole… -

¡Para mí, la quiero toda para mí!” 

Mientras mi madre cogió el relevo masturbándole con una mano y dándose placer en su coño a la misma vez…, lo sé porque se veía el hombro y el antebrazo con un movimiento característico al de la paja femenina. Yo estaba súper excitado y al verle la boca abierta a mi madre chupando el glande de mi padre al tiempo que lo pajeaba… y diciendo mamá que para ella. No aguanté más y me corrí y de qué forma, ¡Dios que corrida!, me hizo retorcer de gusto todo el cuerpo, Joder que paja me había hecho, que mujer acababa de descubrir.






Cerré los ojos, como buscando la tranquilidad súper excitado…, necesitaba relajarme. Al rato abrí los ojos nuevamente, y allí se veían paisajes de Gibraltar. Nuevamente tome el mando le di a pause y aproveché para limpiar con mis calzoncillos toda la corrida que había soltado anteriormente, un poco aquí, otro más allá, me puse el pantalón pirata que me había sacado antes y me fui hacia la cocina, eché los calzoncillos en la lavadora y bebí un vaso de agua fresca. Luego subí a ver como estaba mi madre, encendí la luz del pasillo, abrí la puerta de su habitación y me acerqué a su cama, allí estaba ella con un camisón corto, una pierna estirada y la otra recogida pero no podía ver nada y no quería encender la luz de su habitación por temor a despertarla, me aproximé hacia su cabeza y en eso que ella abre los ojos y me dice…

-“Hola cariño”.

-“Hola preciosa 

(Se me escapo, nunca le había dicho eso, si que alguna vez le dije que estaba preciosa con tal ropa o tal vestido, pero nunca le dije preciosa, así como así) 

-“¿estás bien?”

-“Si, qué alivio ya se me paso el dolor de cabeza, pero ahora tengo sueño”.

-“Pues nada a dormir que mañana será otro día. 

Le dije yo, me aproximé a su cara para darle un beso, pero en ese instante ella giro la suya (supongo que no a propósito) y también para besarme y nos besamos con media boca y le dije… “Uyyyy, casi”. Esbozo una sonrisa…

-“Anda, anda…, hasta mañana cariño”.

-“Hasta mañana mamá, que yo también me voy a acostar”.

Salí de su habitación, cerré la puerta caminé por el pasillo y bajé para el salón, cogí el mando y rebobiné la película, me había impresionado tanto mi madre que antes de irme a dormir quería verla otra vez. La puse en donde mi padre le empezaba a meter la polla en el coño…,joder ya me estaba excitando, seguían las escenas y ya estaba empalmado, llego a la del movimiento del culo de mi madre y ya no me aguante, me saqué el pantalón y me volví a pajear, suelo aguantar bastante antes de correrme pero la manera de follar de mi madre me sobreexcitó acelerando de una manera desconocida para mi llegada al clímax, solo mire como follaba mi madre a mi padre un par de segundos más y reventé de nuevo en una corrida, copiosa gimiendo como un verraco, la lechada fue acompañada de unos gritos que no pude controlar…

Me estaba corriendo como nunca en uno, dos, tres chorros de semen que al tener el glande despejado de prepucio por estar circuncidado (Mis padres pensaron que la higiene sería mejor, además de crecerme más derecha y más larga)  Y de pronto….

-“¡¡Mario!! Pero que… que, coño estás haciendo…, pero si…” 

Mi madre se había levantado.

Echo a caminar hacia mí, yo estaba agarrotado, miraba para ella y su camisón transparentaba todo, pero no era momento de deleitarme, miré su cara descompuesta, los ojos a punto de echar las lagrimas, su voz con 20 decibelios más alta que un grito fuerte. Se plantó al lado mío, se quedó observando la escena del televisor en ese momento que mi padre se corría en su boca, presa de un estado de nervios e ira, empezó a gritar y a llorar y decía… ¡¡QUE SOY TU MADRE, QUE SOY TU MADRE…!! Estampó una bofetada en toda mi cara, que me atrapó parte del oído y a partir de la ostia en ese oído, solo oía un pitido interminable, joder un pitido insoportable, ella por su parte seguía diciendo… Bueno algo intentaba decir, pero el ataque de ira le obligaba a decir palabras incongruentes, frases sin sentido, que la ofuscaban más. Se dirigió a la tele viéndose nuevamente…, tomó el mando y empezó a darle a los botones, no era capaz de parar aquella cinta y del cabreo que tenía lo arrojo al suelo violentamente reventándolo y llenando el salón de trocitos del mando.

Se sentó abatida en el sofá y me gritó -“¡¡ LIMPIA ESO!!”  

Yo me miré la pierna con chorretones mi corrida la limpie, con mi mano y… -“¡¡QUE, LIMPIES ESO…!! ¡¡JODER!!” 

Miré para donde ella miraba y joder encima de la mesita del salón había un charco con mi corrida como de un platillo de café, de los grandes… ¡¡JODER Qué vergüenza!! Qué lio, con mi pantalón, que era lo que más a mano tenía limpié la mesita…. 

–“¡¡Y VÍSTETE DE UNA PUTA VEZ!!” 

Me puse el pantalón que había servido de trapo de limpieza con tan mala suerte que el manchón quedo hacia delante y enfrente de mi polla, la había liado parda. ¡Ah bueno! Y todo esto el oído con el pitido feroz…

-“Siéntate, tenemos que hablar, bueno no, ve a la cocina y tráeme un vaso de agua con dos ibuprofenos. 

Todo esto sollozando y con una mano en su frente y la cabeza agachada. Le acerqué el vaso y las pastillas que se tomó, puso el vaso encima de la mesita 

-“Pero ¿tan mala madre soy, como para merecer esto?” Empezando a llorar de nuevo. -“Pero ¿tan malamente te he educado como para que actúes así?” Llorando cada vez más fuerte. -“Pero ¿Quién te dio derecho a espiar mi vida intima?”

Esto último casi no lo entendí, por lo fuerte que lloraba y por lo presa de su estado de ira que estaba. Tenía que decir algo, sino, esto nos iba a distanciar enormemente y posiblemente a partir de ahora nuestras nuestra relación cambie, porque yo no soy tan malo como dice ella…, así que le dije.

-“YA ESTA BIEN…, necesito hablar si me dices que me calle, cojo, me levanto y me voy para mi habitación y posiblemente, nunca arreglemos esto, pero si me dejas hablar, quizás tengamos una oportunidad para aclarar lo sucedido, por favor déjame hablar”.

-“Bueno a ver que tienes que decir”.

Secándose las lágrimas y mirándome a los ojos. 

-“En primer lugar eres la mejor madre del mundo y la educación que me has dado es la mejor”. 

-“¡Ya, veo ya…!” 

-“Déjame hablar, por favor”. 

Tenía que echarle un poco de teatro sino, creía que no voy a conseguir nada, así que mientras hablaba intentaba que me cayeran unas lágrimas… 

-“Nunca te han dado ninguna queja de mí y tú nunca has tenido ninguna queja de mí, nunca eso es cierto ¿no?” 

Asintió con la cabeza, al tiempo que mis primeras lágrimas caían de mis ojos. 

-“Y te vuelvo a repetir eres la mejor madre del mundo y esto me está doliendo mucho mas a mí que a ti aunque no te lo creas.

(Que buen actor se está perdiendo el cine español, no lágrimas en los ojos…)

-“Y por ultimo en cuanto a tu intimidad, siempre la he respetado, siempre y eso que he tenido muchas oportunidades para no hacerlo pero siempre lo he hecho, tú sabes que tanto tú, como yo nos duchamos con la puerta abierta del baño y nunca te he expiado. Nunca he visto más de lo que dejabas ver”.

Su semblante estaba cambiando, no por mis palabras que no eran nada, sino por mis lágrimas, sin duda el que nunca me hubiera visto llorar estaba haciendo mella en ella…, así que me dije voy a apretar un poquito más la tuerca de esta situación a ver qué pasa…

-“Como madre ya sabes lo que opino de ti, ahora como mujer quiero que lo sepas…, eres para mí la más bella del mundo, tus encantos…” 

Dije con un flash de mis ojos sobre sus pechos. 

-“Son de lo más sugerentes, lo más sexy y provocadores que he visto en mi vida”. 

Diciéndole esto veo que cruza los brazos a la altura de sus tetas como queriéndolos tapar. Y seguí… 

-“Eres una mujer inteligente, sin duda sabrás que me masturbo desde hace tiempo, pero quiero que sepas que nunca lo he hecho pensando en ti.

(No era cierto, pero el momento lo requería). 

-“Y cuando tuve relaciones con otras chichas como tú sabes, que te lo he contado, nunca busqué una que se pareciera a ti ni nada de eso, del complejo de EDIPO, simplemente ocurría con la que tenía que ocurrir. Siempre he sido sincero contigo, siempre te he contado todo, sin esperar por ello nada a cambio, bueno a decir verdad menos mi colección de porno en el ordenador…, por lo demás siempre te lo he contado”.

-“¡¿Y me vas a contar como has llegado a tener tú esta cinta de video…?!”

-“Lo que paso hoy es que... mientras limpiaba el garaje encontré esta cinta de video (no le dije que las otras tres estaban en el cajón) y la puse, no tenía nada escrito de vuestra intimidad ni nada, pensé que era una de las muchas que papá grababa y de echo si miras ahora verás que es de cuando estuvimos en Gibraltar”

Giro la cabeza y lo comprobó y yo seguí diciendo que lo que menos me esperaba es que fuera una peli porno de mis padres…

-“No te voy a engañar cuando aparecisteis en escena, me quedé como hipnotizado, viéndoos y ahí es cuando descubrí que la Diosa que tenía como madre es una mujer que goza y da placer… He visto muchas películas porno y nunca he visto a una mujer moverse como te movías. Mamá eso me excito tanto y de tal forma que pasó lo que pasó…, también estoy en una edad muy salido.

-“Por muy salido que estés…¡Pero cariño soy tu madre…!”

Me dijo acercándose a mí en el sofá y con su mano secándome las lagrimas, qué tan fácilmente había dejado caer.

-“Ya lo sé mamá, ya sé que eres mi madre, pero me excitaste tantísimo. No quiero que me tomes por un cerdo que no te tiene respeto, pero te juro que esta fue la mejor paja de mi vida”.

-“¡Pero cielo que soy una vieja!” Volviéndome a secar las lágrimas.

-“Ya le gustaría a muchas de mis compañeras de las que van al instituto ser como tú o tan siquiera la mitad. Ya les gustaría a todas las mujeres maduras de la urbanización verse y sentirse tan joven y bella como tú”. 

Hubo un silencio que al poco rompió mi madre…

-“¡Anda mi vida apaga la tele! Mejor será que nos vayamos a nuestras habitaciones a reflexionar, sobre todo lo sucedido”.

Nos levantamos, apagué el televisor y nos fuimos para arriba hacia nuestras habitaciones. Ella iba delante de mí, pude observar su figura a través de su camisón, estábamos a media escalera y mi vista estaba clavada en su culo, me gustaba como lo movía, entonces ella sin dejar de subir, giró la cabeza y me observó, levante mis ojos. Creo que por intuición, sabía que me estaba mirando en ese momento, y le miré a su cara…, me sonrió.

Algo estaba cambiando ¿no lo es? 

Llegamos a la puerta de su habitación, ella se detuvo y cuando yo estuve a su altura me coge de la cara y me dice… 

-“Habrá muchas mujeres, a las que tu querrás, olvídate de esta vieja”.

-“Puede ser que las haya, pero en este momento solo quiero a una”.

Y no mentí a ella la quiero y la querré siempre, coño, es mi madre la tengo que querer, pero también es cierto que hoy la deseé como mujer, más que a ninguna en mi vida (corta, pero mía). Se me acercó y me besó muy tiernamente, cerca de la comisura de los labios cuando lo pudo hacer en la mejilla, aquello tenía un significado…, no estaba nada enfadada por haberla visto follando con su marido… 

-“Hasta mañana mi niño”. Besándome otra vez. 

-“Hasta mañana PRECIOSA.

Y la besé en su sien y me marché, cuando llegué a la puerta de mi habitación y ella aun no había entrado en la suya, me estaba mirando, la miré, le sonreí y le eché un beso en el aire…, ella sonrió y me lo devolvió, esta cursilada nunca la habíamos hecho pero me pareció bonita en esta situación. Entre en el cuarto, me desnudé y me tiré encima de la cama para pensar en todo lo sucedido, había una cosa que me confundía, al principio de la bronca, ella solo decía... QUE SOY TU MADRE varias veces, pero después... ESTA VIEJA… ¿Qué querría decir? ¿Qué se lo haría conmigo? si fuera más joven….Joder, estaba agotado, las pajas el estrés de la bronca, se me quitaron las ganas hasta de ducharme, apagué la luz y me dormí. 

Al día siguiente temprano, me levante, cogí el pantalón de la noche anterior me lo puse y cogí un bañador, para ponérmelo al salir de la ducha. Abrí la puerta y en ese momento salía mi madre del aseo, con una toalla envuelta en su cabeza y otra envolviendo su cuerpo y me dijo…

-“Hola cariño ¿Qué tal has dormido?”

 Bien preciosa, bien. Otra vez con lo de preciosa mira que me lo voy a creer. Pues créetelo, conozco a la mujer más preciosa, tengo la suerte de vivir con ella, y además me ha parido…

Sonrió y se metió en su habitación, yo me metí en el cuarto de baño y me estaba cepillando los dientes cuando entra ella vestida en bragas y sostén, traía en sus manos un pantalón vaquero ya gastado y una camiseta, me sorprendió al no saber qué hacer.

-“Cielo échame una mano y coge las tijeras de ahí que vamos a cortar esta ropa que para pintar será más cómoda”.

Agarré el vaquero por la cintura y ella por las piernas, lo estiro, yo pensaba que lo iba acortar por las rodillas más o menos pero veo que le da un corte a la altura del culo, mire para ella y me sonrió, bueno, no dije nada…

-“¡Ahora la camiseta y estira!”

Yo la sujetaba por los hombros y ella por la cintura y le da un corte a la altura de la boca del estomago y me dice… 

-“Ahora me lo voy aprobar ¿a ver qué tal?” Hago el amago de girarme… -“No seas tonto, ya me has visto las tetas y hasta el coño… ¡Por no decir que me has visto follando!”

Se quita el sujetador primero y las bragas después, joder que provocación, otra señal más como esta y me lanzo…, que sea lo que Dios quiera… 

-“¡¿Qué…Qué tal?!” 

JODER... que pedazo de hembra, unas tetas impresionantes, sé giró y Dios mío que culo…

-“¡Mamá, cojones, no me hagas esto!”

-“¡¿El que cariño?!” Sonriéndome, se fue hacia el salón…

-“Espera”, eché a correr detrás de ella.

Bajaba las escaleras riéndose, llego al salón y se sentó donde la noche anterior, me había hecho dos pajas pensando en ella, cuándo llegue a su altura me dijo… 

-“¿Qué no te haga qué cariño?” 

Se seguía riendo, estiré los brazos para que se levantara y separándome de ella pero sin soltarle las manos le dije…

-“Ayer te dije que tus tetas me ponían mucho y que tu…”

-“…Mi culo, que ya vi como te lo comías con la vista”.

-“Si eso también, tu culo me vuelve loco, así que no te extrañe si me paso todo el día empalmado”. 

Toqué mi polla en ese momento como para colocarla 

-“¡Ah! Y si trabajas con esa camiseta, cuando tengas que subir los brazos… ¿A ver, levanta los brazos?” 

Ella sonreía y levantó los brazos y en ese momento sus dos pedazos de mamas quedaron desnudas ante mi vista, miré para ella cuando de su boca soltó…

-“¡Gracias amor mío!…Quiero que sepas que estas tetas solo han tenido un solo dueño verdadero…, quien mamó de ellas siendo un bebé para alimentarse. Contigo ha sido con el único que he  disfrutado el doble...por ver como mamabas de mi leche y por la sensación erótica que se siente te chupen los pezones”.

La cogí por la cintura mirándola a los ojos, alternaba mi mirada con sus dos ubres expuestas, y su sonrisa cautivadora me animaba a llegar más lejos…, volver a ser su bebé. Ella se mantenía con los brazos levantados ofreciéndome sus tetas…, agaché mi cabeza y le empecé a chupar una de ellas, sabía a gloria bendita, su pezón se puso duro al instante, lo lamía, lo chupaba, lo mordía. Mi madre se quitó la camiseta y me acariciaba mi cabeza, luego la otra teta, a mi madre se le notaba la respiración más agitada. Levanté la cabeza y se amotinó contra mí…, nos besamos como se besan dos enamorados, nuestras lenguas tenían vida propia queríamos saber, como era la otra boca, como sabia, y como se sentía, cada parte de nuestras bocas, mientras nos besábamos. Bajé mi mano por encima de su vaquero, le sobé la vulva hinchada y mullida de su coño ella al sentirla lo apretó contra mi mano enérgicamente, y exclamó un gemido de placer incontrolable pero…, se echó para atrás y me dijo…

-“¡Cariño, cariño para… esto está yendo muy lejos!”

Me tenía confundido, seguíamos abrazados con nuestros pechos desnudos, le miraba para sus ojos y veía que estaba luchando contra sus principios y los prejuicios incestuosos, pero no contra los referentes al adulterio al ponerle los cuernos a su esposo… No la quería forzar pero, tampoco la quería perder…

-“De acuerdo, sentémonos un rato mamá”.

Sin dejar de abrazarnos, mirando el uno para el otro acariciándonos… el deseo de romper con el modelo social era innegable. Yo esperaba ver en ella una orden una autorización para lanzarme como lo haría un macho en celo y ella con semblante serio luchando consigo misma…, de pronto veo una lágrima caer de su ojo, Dios mío la estoy perdiendo, tengo que hacer algo…

-“Quieres ver lo que tanto me excitó de tu cinta con papá”.

-“Pero hijo me da vergüenza ver de nuevo esa escena contigo…”

-“Piensa que la estás visionando con tu marido, él es de la familia como yo, y ambos somos hombres. No hay mayor analogía empática”.

-“Bueno estaría bien…, quizás nos ayude a romper esas barreras mentales que creamos las madres para con sus hijos… en cuestiones de sexo. Pero recuerda que reventé el mando en el suelo”. Me levante y le dije…

-“No hay problema, NO hace falta mando”.

-“ ¿Lo harás desde el equipo…?”

-“Claro que sí. Además ya está bien de tanto tabú social…, lo tomaremos como una lección práctica. Durante años me habéis hablado de la teoría, de cómo debo comportarme en las relaciones…. Y nosotros tenemos un documento único de cómo unos padres hacen el amor”.

-“Bueno no creo que este sea el mejor ejemplo de hacer el amor…, aunque puede valer”.

Veía a mi madre convencida, ¡Qué coño, esta oportunidad no la podía desaprovechar! Me dije. Destape la consola por el lateral y fui a los mandos le di a rebobinar así que se rebobino, le di al play y me senté al lado de mi madre, la abrace de nuevo…

-“Quien iba a imaginar algo malo viendo un acto de amor como este entre una pareja de esposos que se quieren”…

Mientras se veían los monos, los bobies, el aeropuerto sobre la carretera de entrada, nos mirábamos sin perder de vista la pantalla…, y empezó la mamada, con su cabeza recostada sobre mi hombro decía…

-“¡Ay qué vergüenza por Dios…Mario por favor quítala!”

-“Mamá”, le dije levantándole la barbilla con mi mano. “Esto es algo único en nuestra vida, y sé que será para mejor, ¡Por favor deja que lo vivamos juntos…!”

Se hizo el silencio cruzando las miradas, no decía nada, yo giré la vista hacia el televisor y en ese momento mi padre se la estaba metiendo por el coño a mi madre entonces le dije… -“De verdad te corrías ahí… 

Miró para la tele… -“¡Hijo que lenguaje tan descarado utilizas con tu madre!” Me expresó…

-“Es como se dice, pero si quieres que sea académicamente correcto podemos sustituir correrse por tener un orgasmo…” Me miró más complacida dándome la razón…

-“¡Vaya que Sí y no te puedes ni imaginas cómo me pone eso a mí!”

 De reojo miré para sus tetas, los pezones los tenía duros, se marcaban de una manera que excitaba… 

-“Ya veo ya”

Le dije mirando los puntiagudos de sus pezones, ella los miró echando una sonrisita… 

-“¡Mamá, no entiendo cómo le has dejado de gustar a papá… después de ver lo que viene ahora jamás lo entenderé!”

-“No hijo, te equivocas, a tu padre le sigo gustando mucho, de hecho seguimos haciendo el amor con frecuencia, cada vez menos, pero de eso no me quejo…”

-“Entonces no entiendo como ahora buscas a otros hombres, cuando con papá te entiendes tan bien, en qué momento os empezasteis a separar en el ámbito sexual”.

-“Pero qué dices cariño, con tu padre me llevo fenomenal, ¡¡Y yo no busco a nadie…!!”

-“Como se te ocurre decir eso, lo sé todo lo de Sergio contigo… sus amigos comentan cosas prácticamente delate de mí…”Mi madre se quedó apesadumbrada al oírme…

-“¿¡Pero hijo qué sabes…!?”

Le conté como se jartaban del episodio en el coche, la noche que me fue a recoger de la fiesta del otro pueblo, aunque estaba medio atolondrado por el alcohol y los porros, me enteré de parte de lo ocurrido. Mi madre quedó con los ojos como platos…, más tarde supe lo de Manuel el constructor también, suegro de Sergio cuando salió a media mañana del domingo de casa arreglándose el bulto de su polla, por la puerta de atrás que da al garaje de la casa… entonces estaba con mi padre en el campo, pero una amiga del pueblo vecina de esa calle me comentó dicha salida sospechosa…

-“Creo mamá que te estás despendolando en demasía mamá…. No es que quiera juzgar tu actitud pero eres mi madre, y con todo esto corremos mucho riesgo si papá se entera”.

En ese instante se derrumbó y me empezó a confesar observando que sabía demasiado, me dijo que antes de ser esposa y madre es mujer, y sus ambiciones no las tiene completamente cubiertas. Reconoció dejarse llevar la noche de mi borrachera, pero no fue ella sino los instintos básicos que afloraron en ella…

-“Tengo esa sensación de querer volver a ser madre, y tu padre no ha sido capaz de preñarme en estos 20 años de matrimonio…”

Me dejó intrigado el por qué de su impotencia fecundadora y ella prosiguió relatándome… Que era cierto que estaba tomando pastillas anticonceptivas, pero no siempre las había tomado y aun así mi padre fue incapaz de preñarla, así que el episodio de fornicación en el coche nuevo de papá era una proclamación a la vez de una llamada a la concepción. En su delirio de confesión abierta, dijo que solo lo había hecho con Sergio un par de veces más después de aquello. Pienso que quizás mi madre fue arrastrada por cómo se vendió el macarra la noche del polvo en el asiento delantero del “Mercedes”, proclamando su efectividad de fecundar a mujeres maduras…. 







Y lo de Manuel solo fue una huida hacia adelante para acallar su boca y no la tacharan de zorra rompe familias. Mi madre jugó con la competitividad desafiante y celosa que existe entre ambos varones, donde el joven pugna por suplantar la autoridad del viejo macho alfa…. Cualquier enfrentamiento entre ellos desequilibraría la familia, y eso no le convenía a ninguno de los dos. Ese punto débil lo utilizó muy bien mi madre en su propio beneficio y ahora los tenía a los dos agarrados de los huevos comiendo de su mano fuera de juego. Y cuando mamá creía tener todo bajo control…, entré yo en el juego, pero su hijo era mucho más fácil de someter y más problemático abdicar en sus concesiones. Ella me miró y volví a darle al play, luego observó la tele viendo lo que ocurría en esos momentos…, era cuando movía su culo de arriba a abajo con la polla de mi padre enterrada en su coño y empezaba a darle velocidad ya me estaba empalmando de nuevo, que coño, la tenía tiesa hacía rato y ahora la sentía más dura haciendo del pantalón una enorme tienda de campaña con mi polla. No hice nada por ocultarlo, creo que la cosa estaba demasiada clara entonces dije…

-“¡¡Joder, joder, joder, si es que es increíble mamá!! ¡Eres una máquina!”

-“Hijo que bruto eres, ¡Qué soy tu madre!”

Espetó al tiempo que miraba el gran bulto que formaba mi polla, disculpé mi ímpetu…

-“Lo siento mamá pero de verdad ahora entiendo después de ver como haces tú el amor, porque buscas a un hombre joven… ¡¿Papá ya no está a la altura, verdad?!” 

Me cogió la cara con su mano la giro hacia ella y acercando su boca a la mía dijo…

-“¡¡En la vida no todo es sexo!! También hay amor y cariño…, complicidad y compartir un camino en común… ¡¡El sexo es solo aquello que dura lo que os dura, dura!!

Dándome un beso en los labios, se separó un poco, nos quedamos mirando y yo me envalentone, le cogí la cara y acercando mi cara a la suya le dije…

-“¡Te quiero mama! Ahora entiendo que para ti, todos esos hombres son de usar y tirar…”

-“Así es, son como unos clínex que se han de desechar una vez usados, porque no sirven para otra cosa. Pero tu padre y tú soy especiales. ¡Pertenecéis a mi corazón y os amo…!”

-“¡Yo también te amo mamá…!”

No mentí, pero tampoco dije toda la verdad, lo que quería decirle era aspiro a ti y te deseo, pero no me atreví, acerqué mi boca hacia la de ella y la besé, esperaba con cierto temor que no me dejara pero el ambiente se hallaba cargado de feromonas y testosterona…, su lengua apareció entre mis labios buscando la mía tibiamente, eso fue el detonante que dio paso a una explosión de pasión, una orgía para los sentimientos. Mis manos al igual que los de ella tocaban todo, metí la mano en su entrepierna por encina del pantalón, bajé la cremallera y soltando el botón mis dedos se deslizaron por debajo de su vaquero recortado hurgando en su coño, llegué fácil cuando ella abrió las piernas y lo toque…,sin un pelo y muy mojado, metí un dedo era una laguna, lo moví un poco oyendo el chasquido en aumento, ella me tenía la polla cogida por encima del pantalón y la apretaba sobándolo con firmeza entre sus dedos, igual que hizo con Sergio la noche de borrachera… ¡¡Solo podía significar una cosa, querer sexo conmigo!!

-“¡¡Te deseo mamá, como nunca he deseado a nadie!!”

-“¡Madre mía hijo, que Dios nos perdone!” 

Se nos veía a ambos muy salidos, excitados y completamente desmadrados 

-“¡Y yo mi vida! ¡Esto es una locura!”

Me cogió de la mano camino de su habitación, pensó que estaríamos más cómodos o menos expuestos. Nos levantamos y seguíamos besándonos caminando a su cuarto, llegamos al pie de la cama y nos despojamos de nuestros pantalones, cuando me soltó de sopetón…

-“Cariño te la quiero mamar…, como únicamente se lo hago a tu padre. Me gusta ir paso a paso y solo persigo eso de ti ahora. Quiero que goces con la promesa de mantener el secreto a oídos de tu padre, y me defiendas ante cualquier calumnia de esos cabrones del pueblo que hablan tan mal de tu madre…”

-“No te preocupes mamá, seré tu fiel escudero y tu caballero defendiéndote ante cualquier hijo de puta que ose poner en duda tu honestidad e integridad”.

Nos echamos en la cama con ella organizando como debíamos ponernos para recibir la cálida mamada de mi señora madre. Me bajó el bóxer y apareció el pollón que calzo de 18 cm y un grosor considerable de 5 cm…

-“¡Joder nene, tu verga no se parece nada a la de tu padre! Es preciosa. Ahora me alegro de decidir quitarte el frenillo de niño, así la polla te ha crecido más y el prepucio se te retira entero dejando esta maravillosa cabeza para chuparla…”

Comenzó a dar unas mamadas lentas, acariciando con sus labios mi capullo, luego otras más rápidas acompañando con su mano derecha el resto del tronco hasta la raíz, la mano izquierda se encargaba de mis huevos cuando expresó… 

-“Además tienes unos huevos fastuosos”

Los lengüeteaba y los lamía, sus ojos buscaban mi mirada, y cuando nos cruzábamos la vista, la apartaba como afrentada fijándose en su trabajo en mi falo. No podía más, quería comerle el coño a mi madre y la aparté echando mano de sus bragas y poniéndola sobre mí…, enseguida entendió lo que pretendía… ¡Iniciar un 69 maravilloso! Su olor era embriagador, su sabor enganchador, su manera de mamarla era tal y como me la había imaginado viéndola mamársela a mi padre.

Pero lo mejor era la visión de su coño entreabierto mojado sobre mi cara me parecía una alucinación, era un coño perfecto tan apretado como el de una adolescente, con unos labios internos que parecían dos pétalos de rosa, todo ello coronado por un ano estrellado tan cerrado y pequeño que al ser del mismo tono que el resto de piel, casi no se apreciaba siendo un espectáculo de belleza sin igual. Le abría los labios y mi lengua se colaba en las rosadas carnes de su coñito caliente y extremadamente mojado…, metía mi lengua en su conducto simulando que me lo follaba, para luego encarnizarme con clítoris tras despejarlo bajo su capuchón. 

Así no paraba de darle placer a mi madre volviéndome loco de gusto, no queriendo que acabase jamás…. Pero ella comenzó con ligeros esténtores pegando más si cabe su coño contra mi cara, contra mi boca. Cinco minutos bastaron cuando me comía su coño como un hambriento mientras soltaba chorros de fluidos que me tragaba con sumo gusto…, se corría una y otra vez en mi boca y en mi nariz, mis papilas gustativas sabían a mujer en celo, a una hembra como han de ser la hembras ¡Había conseguido un orgasmo de mi madre! Ella descansó su peso sobre mi cuerpo, mientras por su parte mi madre se recreaba en mi falo agarrándome de los huevos con una mano y mamando mi capullo mientras la otra mano sobaba de arriba abajo el resto del tronco libre de su boca…, lengüeteaba mi capullo, mi orificio y lamía desde los huevos hasta el glande que se lo engullía a una velocidad frenética. Y ya no pude aguantar mucho rato, su felación me energizó, me electrificó erizándome todos los vellos de mi cuerpo…, y así se lo hice saber…

-“¡Me corro mamá, me voy a correr Ya!”

Entonces ella elevó la frecuencia de las chupadas sobre mi glande y cuando percibió el aviso con la primera chorretada de lefa, se la clavo en su boca hasta la garganta un par de veces seguidas y la dejó sin moverla a media boca con el capullo apretado con sus labios sellando mi verga…, esperó paciente mi leche sobándome los huevos y pajeando el tronco libre, y en nada empecé a soltar mi corrida ¡DIOS mío que placer! Me pegó un puntazo en la cabeza que me dejó atontado por unos segundos, mientras convulsionaba soltando unos cuantos chorros de lefa inconmensurables…, uno, dos tres y hasta cinco lechazos…,se tragó toda la leche mi señora madre sin soltar mi polla. Percibiendo los espasmos que tenía, ella me la apretaba con sus labios para vaciar completamente mis testículos…, pasaron unos segundos dejando acabar por completo mi corrida y sacando fuerzas de flaqueza, una vez que se retiró de encima de mí, me moví hacia ella para besarla en agradecimiento a tan delirante acto. Nos besamos sonriendo de felicidad a lo que solo fui capaz de decir…

-“¡Esto ha sido increíble mamá!”

-“¡¿Sabes cuánto tiempo llevaba yo sin correrme así?!” Me dijo ella.

Me quedé exhausto tendido sobre la cama, relajado por la dopamina que mi cuerpo hacía circular por todo mi cerebro en dosis sobrehumanas…. Descansa mi amor, ha sido una experiencia preciosa. Duerme un rato mientras preparo algo para comer. Me quedé tendido pensando y disfrutando con la imagen y las sensaciones vividas, me hallaba en la gloria…, a la hora me llamó mi madre para comer, mi padre llegaría por la tarde noche si ese día pensaba volver al pueblo, de lo contrario nos quedaríamos mi madre y yo solos a hacer el trabajo de pintar la casa…, y podría pasar cualquier cosa. Después de comer nos echamos la siesta en el salón sobre el sofá, uno al lado del otro con el ventilador a todo lo que daba… Teníamos las persianas bajadas casi del todo y las cortinas echadas para que no entrase la luz de la canícula.

-“Sabes hijo tengo la espalda muy tensa…”

-“Eso te lo curo yo con un masaje”.

Y así se puso de espaldas a mí dándole un pequeño masaje mientras admiraba sus tetas, después se recostó y era su trasero….Me daban ganas de follármelo.

-“¡Qué manos tienes, me encanta tu masaje!”

-“Gracias, la verdad es que se me da bien”. Me comenzaban a doler los huevos. Al cabo de veinte minutos…

-“¡Ya estoy mejor cariño! Gracias… ¿Quieres un refresco? Yo me voy a tomar uno de naranja…”

-“Vale, una lata solo”.  Sirvió dos vasos y trajo una botella de ron…

-“Por si quieres acompañarlo de algo más…”Estaba muy rico aquello.

Nos lo tomamos juntos hablando de cómo íbamos a preparar el trabajo de mañana, al rato se fue a cambiar antes de bajar y apareció allí con una camiseta larga y unas bragas pequeñas de verano. Me encantó verla así, le dije que estaba muy guapa y ella se rió.

-“Si sólo llevo una camiseta usada tonto”.

-“Por eso, estás guapa”.

-“El alcohol ya te tiene ciego hijo, no debería beber más…”

-“¡¡Sabes que no es el alcohol…!!” 

No podía dejar de mirar y mi erección se hizo irremediablemente patente, me dolía de lo dura que estaba. Ella se dio cuenta bajo las piernas y me dijo…

-“Cariño, ya hemos cruzado la línea roja entre un hijo y su madre, y eso no estaba bien”, se fue haciéndose la enfadada a la cama.

Me sentía mal después de aquello y me quedé abajo un rato. Luego subí a su habitación, quería ver si dormía y pedirle perdón. Cuando llegué estaba dormida pero sin sábana ni nada, podía ver como se le subió la camiseta quedando aquel culo al aire con aquellas minúsculas bragas. Me acerqué despacio, paré al notar que se movía…, se había despertado cogiéndome con una erección de caballo a punto de hacerme una paja con toda la polla fuera al aire. Me quedé de piedra, sin saber qué hacer, y ella señaló enfadada…

-“¡Cariño, cómo estás! ¡Soy tu madre por favor! Anda déjame sola ¿Acaso me quieres follar?”

A la mañana siguiente en el desayuno muerto de vergüenza, le solté de sopetón en cuanto la vi…-“Mama, siento lo de anoche, no pude evitarlo. Entré a darte las buenas noches y te vi así... Y como antes habíamos hecho el 69 en el salón me confundí…”

-“Para, no sigas, ¡soy tu madre! Y mi límite contigo es lo que hicimos y nada más…”

-“Yo te veo como una mujer impresionante… recuerda la aventura que tuviste con Sergio…

-“Tu padre no me da todo lo que un hombre joven me aporta por eso me dejé llevar por la juventud de Sergio y… ¡¡Hijo que no puede ser, esa idea quítatela de la cabeza!!”

-“Pero mamá...”

-“He dicho que no y punto, se acabó el tema”

-“Lo mismo papá se está acostando con otra mujer, a él también le gustan jóvenes”.

-“Ese asunto está fuera de tu incumbencia, tú no debes entrometerte en nuestro matrimonio. ¡Cuesta mucho mantener el equilibrio marital!”

-“¿Entonces a lo máximo que aspiramos es a darnos placer oral y manual?”

-“Así es cariño, solo eso…” 

Al día siguiente, viernes, le dije que saldría con mis amigos… 

-“Pásalo bien pero no vengas borracho”

Fue lo único que nos dijimos después de aclarar nuestras relaciones incestuosas.

Preparamos toda la casa para la pintura y nos llevó todo el día. Llego la noche y vi que se había duchado y arreglado con un poco de maquillaje, estaba preciosa, 

-“mamá estás muy guapa, te quiero.

Le di un beso en la mejilla y me fui. Ella sonrió y me dijo…

-“Gracias cariño, te digo lo mismo”.

Lo pasé bien pero no podía quitarme de la cabeza lo alucinante que estaba mi madre esa noche sola en casa. Era la penúltima noche antes de que llegase mi padre… A eso de las 4:40 me quité la ropa poco a poco quedándome en calzoncillos, sin pensarlo mucho me metí en su cama, estaba completamente dormida pero al posarme casi la despierto. Le aparté un poco el tanga mientras le metía un dedo en el coño, jugaba con aquello mientras me hacía una paja. Paré y le agarré las tetas mientras se las comía noté que se despertó, me dio igual siguiendo con aquello. Escuche un pequeño gemido y mi madre me dijo…

-“Para por favor...mm… hijo no...”

-“Shss, Calla y disfruta de esto como te lo mereces”.

-“No... No podemos... Mm...”

 En aquel momento yo estaba descontrolado y quería hacer mía a esa mujer…, bajé mi mano y toqué su coño, noté que estaba empapado. Le llevé su mano a mi polla…, aquella mujer reclamaba una buena verga y allí estaba su hijo para dársela. Se dio media vuelta y me recostó sobre la cama, agarró mi cipote y sin más dilación se lo metió en la boca. Chupó de una manera brutal, estaba desbocada o quizás solo encontró la salida de hacerme acabar enseguida para que la dejara en paz. Eso iba a ser, sin estar segura de sí quería aquello. Me puse ardoroso, no tardaría en correrme, cuando notó que se endurecía y mis jadeos aumentaban dejó de mamarla y continuó con una paja dura a todo lo largo de mi mazo haciéndome correr en sus tetas. Deposité toda esa leche que salía disparada contra esas dos hermosuras que un día me alimentaron y que hacía rato había comido lascivamente. Una vez ordeñado, se fue a limpiar y volvió para acostarse a mi lado.

-“¿Estás más tranquilo ahora mi amor?”

Se posó sobre mi pecho y nos dormimos habiéndome quitado gran parte de mi obsesión. Aquello no terminaría ahí, al día siguiente tocaba pintura…

Recuerdo aquel verano en pleno Julio, mis padres pensaron que sería divertido pintar la casa nosotros recién arreglada por los albañiles. Mi padre comentó…

-“Pues claro Mario, ayuda a tu madre, igual que me ayudaste a mí la pasada Semana Santa a pintar el Salón ¡No se te daba nada mal…!”

-“Por mí encantado papá, estoy de vacaciones y podéis contar conmigo… ya veréis que bien te lo hago…” Perfecto se alegró mi madre con un brillo especial en sus ojos…

-“Pero no te creas que trabajarás en balde cariño. ¡Tendrás tu recompensa al final! Mañana compraré la pintura y brochas para empezar enseguida…”

-“Perfecto mamá”.

-“Entonces el jueves comenzamos si te parece bien…”

-“Comenzaremos temprano antes de que arrecie el calor”.

Mi padre no llegaría hasta el fin de semana y nos dejó todo el trabajo para nosotros. Me levanté muy ilusionado ya sintiéndome más maduro por poder ayudar a mi madre y hacerle saber a mi padre que podía contar conmigo para hacer ciertos trabajos de responsabilidad. Gracias a mí, nos ahorraríamos mucho dinero pintando toda la casa. De alguna manera me sentía el protector de mi madre cuando mi padre se hallaba fuera tanto tiempo, y eso me produjo una sensación de ser el macho de la casa. Al llegar a la cocina, ella ya estaba preparando los desayunos, me recibió como siempre con su sonrisa y un beso muy fuerte…

-“Venga vamos a desayunar que he preparado café y churros…”

Ella sabe que me encantan los churros pero no reparó que el café no tanto, pero yo no la dije nada. En ese momento y al cruzarse mi madre por la ventana de la cocina me fijé en su ropa, que consistía en un vestido de manga corta ceñido estampado que le llegaba a las rodillas, remarcando su cuerpo y mostraba el contorno de su pecho y sus piernas que me volvían loco y habían sido motivo de mogollón de buenas pajas. Mi madre estaba especialmente feliz, yo lo achaqué a haber aclarado nuestra relación incestuosa, o por no haber dormido sola, así como trabajar con su hijo mano a mano remozando su casa… El calor que hacía era tremendo ya que estábamos a mediados de julio y lógicamente sin aire acondicionado, por lo que yo vestía una camiseta blanca con unos Levi’s cortados a tijera muy cortitos que solía usar de bañador y chanclas. Preparamos todo el material, abrimos el bote de pintura para el salón y nos repartimos el trabajo…

-“¡Mamá tú ve colocando cinta protectora en los marcos de puertas e interruptores y yo iré pintando los bordes con la brocha!” Me subí a la escalera.

Al comenzar a pintar me di cuenta que no llevaba calzoncillos ya que esa prenda es un bañador, pero al ser casero y no tener la braguita que cubren los genitales, estos campaban a sus anchas bajo la tela vaquera y ahí subido en la escalera reparé en que mi madre desde abajo podría divisar mis piezas venéreas colgando. Me pareció un poco indecente y atrevido pero, que podía hacer, ya era tarde para cambiar de vestuario… Mi madre continuaba colocando cinta con poca maestría la verdad, ella hablaba sin parar de cosas banales y yo no le hacía caso, pero al rato me fijé que ella contemplaba mi trabajo de cuando en cuando y con bastante detenimiento…

-“¡Qué bien lo haces cariño, hay que ver cómo pintas el borde del techo sin salirte ni un milímetro…!”

De refilón me di cuenta que mamá se quedaba hipnotizada con otro borde, el de mi pantalón por cuya holgura se podían divisar mis pelotas con cipote incluido…, por el momento se mantenían en sus dimensiones y postura de reposo. Tras una media hora de trabajo, con múltiples observaciones de mi madre a mi entrepierna y ambos muy sudados…, yo por los malabarismos que realizaba sobre la escalera y ella por su trajín tapando marcos y quizás también por el morbo y excitación que le producía su joven hijo subido a la escalera a su merced mostrándole obscenamente sus partes, de las cuales el nabo en aquel momento se encontraba ligeramente morcillón. Por si no lo sabéis es un estado del mismo en el que sin llegar a levantarse se comienza a inflamar por la calentura adquiriendo mayor volumen, pero colgando por lo me veía obligado a ir cambiando de postura y a acomodármelo con disimulo continuamente, pues aparecía la punta por debajo cada dos por tres, provocando sin duda en mi madre un acaloramiento sustancial. La pobre estaba sofocada con ese traje ceñido que la tenía toda sudada…

-“¡Cariño yo no sé tú, pero yo me voy a duchar y voy a ponerme algo más ligero, no aguanto este calor…!”

-“Vale mamá adelante, yo continuaré y más tarde me refresco”.

A los veinte minutos apareció mi madre con el pelo mojado y su melena larga, parecía una Diosa, salvo en su atuendo algo más irreverente, ya que nunca la había imaginado así…. Llevaba el pantalón vaquero recortado y la camiseta recortada de una tela que trasparentaba sensiblemente el interior de sus formas y a mi parecer había desaparecido el sostén y las bragas, ya que los pechos se marcaban muy reales al contacto de la suave tela en especial sus enormes pezones. 

O quizás eran imaginaciones mías, dado que hacía tanto calor que no tenía que ser ninguna provocación ni descuido intencionado por parte de mi madre, el caso es que cada vez que la veía me maravillaba de observar esas tremendas tetas de pezones en punta y en otros momentos era ella la que disimuladamente miraba mi entrepierna y el descubrirla me producía tal excitación que terminé empalmándome de mala manera, por lo que decidí huir al baño a refrescarme antes de que me llamara la atención por exhibir semejante verga delante de sus narices, pero con la precipitación sufrí un resbalón arañándome con el gancho de la escalera desde la mitad del muslo hasta encima de la cadera. Menos mal que caí al suelo boca abajo y con el dolor del golpe y la rasgadura se me pasó el calentón volviendo mi polla el estado de reposo. Mi madre pegó un grito monumental.

-“¡Cariño qué ha pasado hijo mío!”

-“Nada mamá no te preocupes he resbalado y creo que no me he hecho nada salvo esta rasgadura”.

-“No te preocupes siéntate en este sofá que ahora traigo el botiquín y te curo”.

Al momento estaba pertrechada con gasa, algodón, alcohol, agua oxigenada e Iodo. Ahí empezó el problema… Mi madre no se cortó y empezó a lavarme la herida a la altura del muslo con algodón y agua oxigenada, yo me iba calentando.

-“Mario tengo que retirarte el pantalón y ver la herida que te has podido hacer por ahí dentro”

Yo no dije nada y ella me alzó posicionándose de rodillas frente a mí desabotonando el pequeño pantalón y bajándolo cuidadosamente.

Fue muy delicada para no rozar mi herida ni mis genitales, la escena que contempló al bajarme el pantalón a los tobillos debió embelesarla de nuevo…. Observó una verga morcillona con su buen par de pelotas a un lado y al otro un ligero raspón al que prestaba atención de forma poco convincente. En ese momento y desde arriba comprobé con certeza que mi madre no llevaba sostén y por el escote el panorama era la décima maravilla del mundo…, sus pechos (talla 110C), con los pezones color café con leche totalmente empitonados y orientados hacia arriba, creí morir. Mi progenitora era cada vez más mi objeto de deseo, estaba frente a mí empalmada como una perra en celo, me había bajado los pantalones y contemplando mi verga a la vez que iniciaba cautelosa una cura de urgencia desde la ingle hasta la cintura. 

Aquello era insostenible yo intentaba concentrarme para no excitarme pero al sentir la primera caricia del algodón en la ingle mi pollón reaccionó e inició un ascenso en la misma dirección en la que mi madre manipulaba hasta que se pegó a su mano, momento en que ella dio un respingo al notarla y sin mirarme a la cara con su palma lo retiró suavemente sintiendo el calor y la potencia de la masculinidad de su hijo, que sin poder evitarlo siguió elevándose y descubriendo su capullo a la vez que el prepucio se retiraba por el efecto de la erección. Mi madre la seguía con los ojos, se le cayó el bote de agua oxigenada y el algodón pero esos enseres ya ni existían para ella, lo único en el mundo era ese tremendo pollón majestuoso que se erguía a un palmo de su cuerpo y que le atraía como un imán, como un diablo…La pobre no pudo aguantar más y mirándolo lo acarició balbuceando algo así como…,

-“Pobrecito, el rasguño ha excitado esta pieza tan hermosa… ¡Mi nene no puede reprimirse!”

Poco a poco y sin mirarme a la cara lo asió con fuerza como queriendo sentirlo en sus delicadas manos y comenzó un movimiento de vaivén subiendo y bajando la piel que no era sino una de las pajas mejor hecha en mi vida. Poco tardé en llegar al clímax debido al estado de excitación que estaba soportando desde hacía una hora y de repente el capullo alcanzó su máximo esplendor y retorciéndome empecé a chorrear como un animal manchando a mi madre la cara y en su corta camiseta sobre los pechos en un primer chorretazo…, sin dejar de pajearme se la metió en la boca, mientras ella seguía con frenesí pajeándome como una poseída y llorando como una magdalena…


********************

…Mario se encendió como una antorcha, poco acostumbrado a aquel salvaje comportamiento de su madre y enseguida quedó a punto de caramelo. Paré su excitación, deseaba que se corriera, pero quería recibir su leche en lo más profundo de mi garganta en sustitución de desearlo en mi coño, pero Mario, creyendo en mis límites impuestos como madre y mujer, intentó retirarse bruscamente. Sin embargo como le tenía asido por la base de su tallo y de los cojones, no pudo hacer lo que quiso, que era dejar su semen fuera de mi cuerpo y perderse por mi piel dejándome inexplicablemente frustrada, necesitaba su néctar ansiosamente. Mi hijo se dejó hacer resignando a producir el estallido de esperma dentro de mí, de descargar su leche chorro a chorro, fabricada en aquellos huevos de mi propiedad. Tras reventar en varias convulsiones, todo su engrudo se hallaba sobre mi lengua formando una masa gomosa con mi paladar. Con mi lengua la reuní en su volumen en mi galillo y la engullí saboreándola.

-“Madre mía mamá”, masculló Mario entre jadeos. “Nunca te había visto así. Parecías querer devorarme entero”.

-“Y así es, cariño”, le respondí mientras me incorporaba y volvía a besarle. Me invitó a la ducha y allí me quitó la ropa pringada de semen… “¡Ahora quiero que tú me comas a mí!”

Cuando acabó me apoyé en la pared de la bañera. Con sensualidad, levanté una pierna y apoyé el pie en sobre el borde la misma, de forma que mis muslos quedaran bien separados y mi palpitante coño apropiadamente abierto. Mario, caliente como un toro, se arrodilló ante mí y hundió la cara en mi entrepierna, provocándome un estremecedor escalofrío de placer. Su boca se apoderó de mi coño y pronto tuve su lengua recorriendo hasta el último centímetro de mi vagina a todo lo largo de mi raja. Mis manos se engarfiaron en su cabello, acariciándole mientras me comía el chocho. Lo quería para mí, así que apretaba su cabeza contra mi cuerpo, como si pretendiera metérmela dentro. Me estaba encantando zampándome mi chocho…, así se mantuvo durante más de cinco minutos hasta alcanzar mi orgasmo, pero por desgracia Mario dejó de hacerlo porque me hubiera gustado otro más…. Estaba insaciable… decidió follarme sentándose en el borde de la bañera.


********************

Fue una corrida sin parangón, había pringado a mi madre toda su linda cara y parte de su ropa, en especial sobre su pecho, que al intentar limpiar con las manos transparentaba unos pezones gordísimos con unas puntas que parecían avellanas sin pelar. En seguida reaccioné y un sentimiento de culpa me invadió otra vez. Había seducido a mi pobre madre que estaba falta de afecto sexual, que al verse expuesta a un cuerpo joven con esa verga tan grande contoneándose delante de sus narices la había hecho traicionar sus más férreas ideas y códigos de morales, sucumbido a la lujuria e incluso… al incesto.

La tomé delicadamente de la cintura y nos dirigimos al baño. Ella seguía llorosa sin dirigirme la mirada solo me decía…

-“Perdona hijo mío no sé lo que he hecho pero has explotado como una fiera… ¡¡Te he provocado yo mi amor, lo sé!!”

-“Mamá”, le dije. -“No tienes que sentir culpa de nada tú eres una mujer y yo un hombre y por lo que he leído estas cosas a veces suceden, pues los sexos opuestos se atraen, no solo no me has provocado, sino que estoy muy salido y cada vez que me tocas siento tanto placer que me haces ver las estrellas”. Me metí en la ducha para quitarme todo el esperma y el sudor que tenía pegado e invité a mi madre a entrar.

Ella estaba tan alucinada con la experiencia y tenía alguna gota de lefa extendida por brazos, cara y vestido. Libremente entró en la ducha, no se le ocurrió poner pegas… 

-“Mamá te quitaré la camiseta que lo hemos dejado para el arrastre y ahora te ayudaré yo a limpiarte”.

Ella se dejó hacer dándose la vuelta, le bajé la cremallera y ahí apareció esa maravilla, efectivamente no llevaba bragas ni sujetador, me creía el Capitán Trueno y abrí el grifo comenzando unas suaves caricias por su espalda muslos hasta que la giré y descubrí sus magníficas tetas mirándome altivas, como desafiándome y abajo mi vergón que nuevamente se hallaba como un palo suplicando una vagina en la que estrenarse. La arrimé a mi pecho y mi madre notando mi potente verga entre sus muslos (no les he dicho que le sacaba una cabeza en altura), me empujó hacia atrás con cariño diciéndome…

-“Mario esto sí que no va a ser posible, tú ya eres un hombre y además mi HIJO…, y lo que podemos acabar perpetrando es un incesto, uno de los peores errores que de la lujuria que se pueden cometer”.

Era cierto todo lo que me decía, pero a la vez se había metido desnuda en la ducha con su hijo, al que acababa de masturbar zampándose su semen sin mediar palabra, esto no podía parar de esa manera y menos con el calentón que me había provocado así que la tomé entre mis manos y le dije…

-“¡Mamá, amor mío como me vas a dejar así!”

Y la verdad ver mi pedazo de falo daba miedo completamente tieso y duro. Me arrimé a ella y le di un beso en la mejilla otro en la comisura de los labios y después comencé a comerle la boca y a acariciarle los pechos. Sus pezones estaban súper gordos y muy duros…, comenzó a gemir y a susurrarme…

-“Puedes acariciarme y rozar tu polla inhiesta por mis muslos, por mi vulva si quieres…, pero no me la metas mi amor porque seguro que sucumbo de placer y me puedes dejar PREÑADA…”.

Preñada era la palabra mágica que la llevó al desplome con Sergio y ahora la utilizaba conmigo…. Comencé a besarle el cuello, los pezones, sus jadeos cada vez eran más continuos e intensos, me lancé y acerqué mi mano a su pubis rasurado sin una pizca de vello, mientras el agua corría por nuestros cuerpos y lentamente separé sus labios vaginales descubriendo su interior ardiente y rosado junto con un botón que comencé a frotar delicadamente. El coño le ardía y destilaba almíbar caliente mientras sus piernas temblaban, hasta el punto que se tuvo que apoyar en mí para no caerse al iniciar el castigo sobre clítoris. Mordía el hombro viéndome afanado en su coño. 

Jadeaba como un animal acorralado clavando sus uñas en mi espalda, mientras se contorsionaba como un malabarista y le vibraba todo el cuerpo entre esténtores. En ese momento en que la tenía entregada continué sobándole las tetas y apunté mi verga a la entrada de su raja preciosa, umbral de la cueva del placer la cual se hallaba dilatada, no observé ningún rechazo, bien al contrario seguía aferrándome y clavando sus uñas en mi espalda, pero por la diferencia de altura comprendí que no la podría penetrar como deseaba por lo que apagué el agua y me senté en el borde de la bañera con mi polla mirando al techo y le tendí la mano, ella aún cubierta de agua tenía muy claros mis deseos… y los suyos. Salió de la bañera se arrimó a mi lado y abriéndose de piernas se sentó sobre mí sucediendo lo que tenía que suceder…,se fue hincando poco a poco cada centímetro de mi polla hasta que en un momento noté una pequeña presión y un gemido de mi madre….

-“Mi amor acabamos de desvirgarnos”

Comenzó un sube y baja o un mete y saca como queráis llamarle, que nos llevó a ambos a la gloria. Mamá se corría con suma facilidad, solía tener multi orgasmos cortos…, solo en los cinco primeros minutos se corrió dos veces, yo como ya me había sido masturbado previamente, duré lo suficiente como darle esos placeres…

-“Cariño llévame a la cama, estaremos más cómodos”. Me dijo al oído muy sensualmente.

Y así calados, ardientes en plena vorágine de sexo, nos marchamos a su cuarto, a una cama de matrimonio amplísima donde acabar el juego. Al llegar empezamos a besarnos con la misma pasión que antes, pero esta vez bajé por su cuello y llegue a sus tetas, que sensación, dureza, suavidad, firmeza, elasticidad y mamarle sus pezones me puso a mil, era la los sumo, me acababa de hacer una paja y ya estaba empalmado con las mismas o más ganas de follármela. Ella me notó fuera de mí, me dijo…

-“Ponte de pie cariño al borde de la cama y hazme lo que me hacía tu padre….Tu silencio bien sabré recompensártelo toda mi vida”

Se situó al borde de la cama, abrió sus rodillas clavó la cabeza en la cama y me mostró su coño abierto por sus manos. Mi erección era tal que tenía que forzar para guiar mi polla con la mano hacia abajo…, y empecé el juego, se la metí, se la saque una, dos, tres, cuatro veces sus gemidos eran gritos de placer, se chorreaba abundantemente hasta que me indicó… 

-“No seas cabrón… déjala dentro y aguanta”.


********************

Dios no sabía si era un ruego o una advertencia. ¡Qué manera de moverse DIOS MÍO! No voy a poder aguantar, tengo que hacer algo para excitarlo y que nos corramos los dos a la vez. Por toda respuesta telepática sus manos que habían abrazado mis tetas, mis manos se deslizaron por entre mis piernas asta llegar a su verga. Se la comencé a acariciar para hacerle ganar volumen. Poco a poco, noté cómo la sangre comenzaba a circular por las hinchadas venas del flamante miembro viril de mi hijo, que iba ganado vigor y grosor con rapidez. Bruscamente, Mario se volvió hacia mí y quedamos frente a frente. Con decisión, me agarró por los hombros y me atrajo hacia sí, besándome con pasión mientras mi lengua buscaba la suya. Su polla cada vez más dura, quedó atrapada entre nuestros cuerpos, pero yo no estaba dispuesta a soltar mi juguete tan pronto, por lo que deslicé mis manos entre nosotros y volví a agarrársela con ganas. 

–“¡Uf” Gimió. “Nunca te he visto tan cachonda…” 

-“Es que llevo diez días en el dique seco cariño… y ya no podía más…”

Lentamente, deslicé mi cuerpo hacia abajo, hasta quedar de rodillas frente a él. Mario, comprendiendo mi intención, me dejó a mi aire, mientras sus atónitos ojos se clavaban en los míos. Sin desviar la mirada, agarré su ariete por la base y deslicé mi ardiente lengua por el empalmado falo. Liberé el glande de su prepucio y lo chupé y lamí por todas partes, huevos incluidos, sin dejar ni por un instante de mirarle a los ojos mientras saboreaba la masculinidad de Mario. En pocos segundos, mis labios recibieron con deseo la endurecida barra de carne y comencé a mamársela con ganas, notando como la punta se apretaba contra el interior de mi mejilla y la abultaba. Me la metí más adentro que nunca antes, apretando mi rostro contra su ingle cuando me la tragaba por completo. Pero, incluso en esos instantes de inmensa lujuria, no podía evitar pensar en su padre… la tenía mucho más pequeña con unos escasos 15 cm frente a los casi 20 de Mario, la de Joaquín se quedaban corta siendo una buena verga ancha.

-“No puedo más”, siseó incorporándose. “En mi vida he estado tan cachondo…”

Su polla volvía a estar como una roca y Mario quería volver a meterla ya en mi chumino caliente. Dedicó sólo unos instantes a frotarla contra mi húmeda gruta, pero enseguida la colocó en posición y me la clavó hasta las bolas entrando a cuchillo en mi coñito anhelante.

-“¡AAHHHHHHH!”  Gemí al sentir cómo su émbolo me penetraba.

-“¡DIOS! Gemía él “¡Te quiero! ¡Mamá, te quiero!” Sentí deseos de gritarle.

-“¡¿Te quiero?! ¡Qué cojones te quiero! ¡Fóllame duro, cabrón! ¡FÓLLAME!” Pero me contuve. 

Mario comenzó a bombearme, con más violencia de lo que era habitual en otros hombres, y aquello me encantaba, pero una diminuta parte de mi psique me recordaba que con Sergio no había sido más intenso, ni mejor.

Me sentía llena, repleta de polla y amor, me llenaba más en todos los sentidos, era mucho más larga y gorda que la de su padre, pese a tener tan solo 18 años casi. Era increíble, estaba follando salvajemente con el hombre al que amaba y no paraba de recordar al hijo de puta que me había encaminado a hacer esto. Y entonces Mario se corrió.

-“¡No, no, no, no! ¡Todavía no!” Aullaba mi mente. “¡Yo no me he corrido!”

Pero era inútil la descarga de leche se hizo patente en mi coño sobradamente. Percibí el primer gran lechazo inundando mis entrañas, mientras el chico gemía entrecortado y convulsionaba al tiempo que expelía su leche con todo el mazo empalado en el coño de su madre. Sin el más mínimo miramiento se deslechaba a la par que me dejé llevar por su frenesí acariciando su espalda y sus duros glúteos que apretaba y soltaba inseminándome a conciencia. 

Con apenas el último chorro de lefa espesa recién ordeñada, Mario agotado, retiraba su arrogante miembro viril de mí interior y sentir cómo su leche salía también de mi coño y resbalaba por mi culo. Se había corrido dentro con tranquilidad, sabedor de que yo tomaba precauciones. Quedé frustrada, enfadada, emocionada, impertérrita, agotada y satisfecha todo a la misma vez, comprendiendo que aquello era lo máximo que Mario podía hacer conmigo, lo máximo que debía ofrecerle. En esta ocasión me duró casi quince minutos y lo podría considerar el mejor polvo en años… pero ya no bastaba para mí…

-“Ha sido increíble”, susurró Mario besándome. “El mejor de mi vida”.

-“Sí, cariño”, asentí acariciándole el rostro. “Ha merecido la pena la espera…” 

Le digo cariñosamente sin querer mostrarle el enfado conmigo misma.

-“Si llego a saber que al final te iba a poner así, habría tardado más hacerlo”. Sonreí sin ganas.

Acabamos juntos de ducharnos, frotándonos el uno al otro. Mi coño latía satisfecho, deseando más… intenté entonar de nuevo a Mario dedicándome con esmero a asear el deseable falo, no conseguí hacerle despertar mientras me decía…

-“Mamá, lo de la mamada ha sido maravilloso, pero esto de follarte…, joder esto no tiene nombre…”

-“Hijo mío tú sí que eres maravilloso… ¡Cómo follas Dios mío, como follas! Ni tu padre en sus mejores tiempos pudo darme tanto placer”.

Mi ego estaba a salvo, pero me preocupaba saber cómo iba a ser mi relación con mi madre a partir de ahora, no lo sé. Mi gran fallo de principiante, fue descuidar mi eyaculación, que con la emoción llegó desprevenida llenándole las entrañas de mi leche. Probablemente este y otros polvos que le siguieron dejándome vaciar en su útero sin la menor de las precauciones, provocó su preñez…, pero esto está por confirmar, porque a mi madre se la habían follado al menos dos hombres más, sin contar con mi padre. Solo antes de terminar la pintura en casa le llené tres veces su coño de mi leche, después llegó mi padre que también le dio la ración de lefa oportuna…






En esa última semana de vacaciones solo tuve dos oportunidades, ya luego volvimos a casa y a las dos semanas nos confirmó que estaba PREÑADA. Demasiada leche tragó su coño para no llegar a estar en cinta, pese a las pastillas anticonceptivas que tomaba, sin duda irregularmente porque según pude ver, se había olvidado tomar algunas pastillas anticonceptivas en la primera semana del blíster, que es cuando hay un mayor riesgo de embarazo porque la ovulación puede ocurrir más temprano y los espermatozoides pueden sobrevivir de 5 a 7 días después de la eyaculación dentro del útero materno. 

Ella juró y perjuró  a su marido que las ingería regularmente, era evidente que mentía como una cosaca… los cambios de residencia, las tareas de la reforma y las aventuras con tanto macho le tenía la cabeza trastornada y se olvidó de tomarla, cuando retorno a ellas ya era tarde. Sus hormonas revolucionadas la llevaron a quedarse preñada pese a su confesión casi verosímil. ¡Lo busqué y lo encontré! Me confesó mi madre una tarde con la panza de 32 semanas… Cualquiera de los sementales que me habéis follado puede ser el padre… pero eso será un secreto para tu padre o me matarás del disgusto.




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