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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

El Conejito de ALICIA


Me llamo Alicia, al igual que mi homónima “Alicia en el país de las maravillas” que vivió sus mejores aventuras cuando entró por el agujero de la madriguera del conejo que le guio por ese mundo maravilloso. De un modo similar he vivido desde muy niña el mundo de las maravillas que te brinda el sexo, gracias a lo que me ha dado la naturaleza…mi propio cuerpo. He concebido mil y una aventuras a través de él, siendo venerado en su totalidad por los hombres, en especial mis tetas y mi conejito. Sé que nací sexualmente muy activa, por ello deseo contar los inicios erótico-sexuales de una chica que se considera “¡Nacida para follar!” Aclaro a los lectores que son experiencias personales, que prefiero que Onasis las narre y las publique en mi nombre y las transcriba mejorándolas con su literatura, así lo hago saber.

Hasta hoy que he decidido darlos a conocer a toda la comunidad fogosa del mundo, ya que como he indicado, me considero una mujer "Nacida para Follar". Mi nombre es Alicia Kapusta, tengo origen polaco y ucraniano por parte de mi madre. Actualmente tengo 24 años, estudiante universitaria y trabajadora como recepcionista y asistente en un consultorio dental…. Vivo con mis padres y un hermano, Carlos, un año y medio mayor que yo que está el soltero... es también estudiante de mi misma universidad. Tengo otro hermano diez años mayor, que actualmente está casado y vive separado de su esposa, se llama Gerardo. Formamos una familia de estatus económico medio, mi padre es funcionario estatal en la embajada, empleo que ha desempeñado durante varios años con diferentes países..., y finalmente mi madre es una simple ama de casa, siempre dedicada al hogar, a su esposo y sus hijos. Es tan guapa que nunca necesitó trabajar.






Mi gusto por el placer sexual dio inicio a temprana edad.

A partir de que me fueron suministradas, por prescripción médica, inyecciones de Nandrolona, una hormona masculina que me produjo como reacción secundaria del crecimiento temprano y exuberante de los senos, desde los 12 años me fueron creciendo rápidamente y actualmente tengo una talla 100C de sujetador, el crecimiento precoz del vello púbico y en especial, el desarrollo del clítoris, y la estimulación anticipada y constante de la libido. Así que desde que estaba en sexto grado de la primaria ya me masturbaba acariciando la totalidad de mi cuerpo y frotando mi clítoris, aun cuando no me llegaba el orgasmo pleno, sentía una deliciosa sensación en mi vulva que se me hizo adictiva, y lo practicaba a diario por las noches y en ocasiones de excesiva excitación, todo ello provocaba masturbarme repetidamente en un solo día.

Esta cachondez constante me llevó al deseo de relacionarme con chicos que me acariciaran el cuerpo y yo a ellos. Siendo casi niña con diez años, ya tenía sexo oral con chicos de cursos superiores del instituto colindante a mi colegio, y algunos vecinos. Entregué mi virginidad vaginal a un novio cuando iba a la secundaria, escasamente tenía trece años y el canalla quince, me hice muy noviera y con todos tenía algún tipo de relación sexual, desde el simple manoseo hasta la follada formal con penetración vaginal...siempre a pelo. El sexo anal lo practiqué por primera vez cuando estaba por cumplir dieciséis años, con un maestro quien, se suponía, me daba clases particulares de inglés. También desde pequeña empecé a cultivan algunas pequeñas perversiones eróticas, como el exhibicionismo, de manera moderada, y el voyerismo, pues espiaba a mis hermanos cuando estaban desnudos, cuando se la meneaban sobre sus camas y yo asomada por la ventana del jardín…, al mayor lo llegué a ver varias veces follarse a Irene, una prima que vivía con nosotros en ese tiempo mientras estudiaba su carrera profesional.

Me aficioné a ver películas pornográficas y hasta la fecha. Las primeras fueron las que me invitaba a ver una amiguita de la secundaria y que pertenecían a sus hermanos, en especial se me grabó una cuya trama era el sexo incestuoso, por lo que desde ahí tuve la tentación de hacerlo con algún familiar. Por fin se me cumplió el deseo del sexo incestuoso haciéndolo con varios de mis primos en primer lugar, y finalmente con mis dos hermanos, llegando a la conclusión de que no hay ninguna relación sexual que supere al placer de hacerlo con un pariente cercano y en especial con un hermano mayor… Roberto está superdotado, o más bien sobredotado. Su verga es inmensa, incapaz de cubrirla con mis dos manos y casi sin poder abrazarla con mis dedos al alrededor de su tronco, ya imaginan que tal cipote le acompaña dos bolas orondas que le cuelgan largo. El caso es que ambos machos están bien capacitados como sementales, y en mi caso con ambos en lo individual y en ocasiones con ambos a la vez…narraciones pormenorizadas que haré en próximas fechas.

En suma se puede decir que he empezado a sumar hombres en mi vida sexual desde los trece años de edad. Cuando iba a la secundaria, un buen día me di cuenta que al subir la escalera había un grupo de muchachos que se apostaba debajo de ellas para mirarle las piernas y las bragas a las chicas que subían, en principio me molestó un poco su actitud, pero en el transcurso del día me fui haciendo a la idea que nada perdía y si podía llamar la atención de ellos, pero más aun al finalizar el día me sentía excitada con la idea de mostrar mis piernas fingiendo no darme cuenta de ello, me puse a pensar cómo hacer para facilitar el cometido, así que como las faldas del uniforme no eran muy cortas me la enrollaba en la cintura hasta dejarla como mini, cosa que muchas compañeras hacían, ello con el fin de que fácilmente se me vieran las piernas y braguitas para llamar la atención de algunos de mis compañeros que me gustaban, pero lo disfrutaban todos los que así lo querían.

Se hizo común en mí usar las falditas muy cortas y en ocasiones recibí regaños de las maestras por tal motivo, igualmente no me ponía el suéter escolar y desabrochaba dos de los botones superiores de la blusa, con la finalidad de mostrar mis exuberantes tetas, que de por sí llamaban la atención por su tamaño para una chica de mi edad, por los motivos que ya comenté, por supuesto era yo quien tenía las tetas más grandes de todas las chicas del colegio e incluso de muchas maestras. Diariamente, con toda premeditación, subía y bajaba la escalera incansablemente con el único fin de exhibirles a mis calientes compañeros mis piernas y bragas, eso me ponía muy cachonda y atraía las miradas, y los deseos, de muchos chicos. Pero no solo me aficione a "enseñar" en las escaleras, sino también aprovechaba cualquier oportunidad que tuviera ya sea en la cafetería cruzando constantemente y de forma exagerada las piernas para enseñar bragas, en los patios o en el mismo salón de clase donde a propósito dejaba que se me subiera la faldita más de lo normal sin arreglármela, incluso en el menor descuido me la subía más aun, y así enseñaba mis muslos para deleite de mis morbosos compañeros y algunos de los maestro ya que acostumbraba sentarme el fila de adelante.

A mi edad en esa época usaba bragas convencionales en colores "pastel" y solo tenía un par de bikinis que yo misma había comprado, pero no eran lo suficientemente sexy como yo lo deseaba para exhibirlos en la escuela, pero tampoco podía comprarme algo más atrevido ya que a mi edad hubiera sido mal visto por mi madre, quien se encargaba de meter la ropa a lavar y seguramente los descubriría. Como lo comenté líneas arriba, en esa temporada vivía con nosotros mi prima Irene quien estudiaba en la universidad junto con mi hermano mayor…, ella sí que usaba lencería de lo más sexy, bragas y sujetadores, de media copa, pequeñitos llenos de encajes y transparencias, tenia de muchos modelos pero prevalecían las tangas, algunas totalmente transparentes y toda su lencería en colores fuertes y llamativos, tenía camisones súper provocativos y diminutos, batitas cortas y largas hasta los tobillos también transparentes, en fin su lencería era digna de una vedette. Usaba en ocasiones, a parte de las pantimedias, liguero con medias cuando las faldas o vestidos no eran muy cortos y siempre con zapatillas de altísimos tacones y sandalias destalonadas de todos estilos, se puede decir que era muy sensual en su vestimenta exterior tanto como interior.

La forma de vestir de mi prima era lo que yo deseaba, pero por mi edad me era imposible en esa época, pero el deseo de exhibirme con mis compañeros de escuela y amigos de otros lados me llevaron a hacer algo poco común, en ocasiones excepcionales me ponía la ropa íntima de mi prima, en especial sus bragas ya que los sujetadores me quedaban chicos, pero a veces aun así me los ponía. En repetidas ocasiones al no poder entrar a su habitación para tomar su ropa interior "prestada", recurría a la cesta de la ropa usada, y así me la ponía. Me acostumbré tanto que después me parecía más cachondo ponérmela usada y prefería hacerlo así con su aroma íntimo, independientemente que corría menos riesgo de ser descubierta por ella tomándola de su armario. Cuando empecé a usar las bragas de Irene, los chicos del colegio se volvían locos, ya que al usar las tangas de mi prima, mis nalgas quedaban al descubierto y cuando me veían subir o bajar la escalera me podían ver todas las nalgas en directo, ellos se ponían bien calientes y yo muy cachonda, me fascinaba enseñar mi "culito" simulando no darme cuenta.

Según me enteré yo era la única de las chicas que usaba tangas e incluso transparentes, en poco tiempo me hice desear por casi todos, mi fama de caliente empezó a tomar fuerza, acumulando a un pequeño ejército de calientes machitos esperándome bajo la escalera ¡Seguro que se pajeaban a mi salud! Eso me incentivaba a hacerlo más, pensando en cómo brotaría su lefa de sus duras pollas pensando en mi culito y mi conejito. Pronto me sobraban pretendientes, pero no a todos les decía que sí, solo a los chicos más guapos les daba mi número de teléfono y salía con ellos, sin hablar de noviazgo ni nada por el estilo…. Me besuqueaba con ellos y les dejaba que me tocaran el cuerpo por encima de la ropa, en especial les atraían mis tetonas, ya que para una niña como era en ese entonces, mis ubres eran enormes y les llamaban mucho la atención, ¡¡A mí me excitaba mucho que me los acariciaran!! Pero pronto la excitación que sentía cuando cachondeaba con los chicos fue subiendo de tono, ahora permitía que me acariciaran el cuerpo por debajo de la ropa exterior, las caricias eran sobre el sostén y las bragas, pronto la barrera de la ropa interior fue rebasada y constantemente me era desabrochado el sostén y bajadas las bragas.

Cuando no lo hacían ellos, lo ejecutaba yo para facilitarles la obscena tarea…, por mi parte de acariciarles el bulto por encima del pantalón, pasé rápidamente a sacarles las pollas de la bragueta y frotarlos directamente hasta hacerlos eyacular. Luego la frotación no era solo con mis manos, sino con mis muslos e incluso con mis nalgas colocándome la verga entre ellas, sin penetrar, restregándola contra mi culito hasta llegar al éxtasis dejándome las nalgas llenas de semen. Todo ello lo hacía, por lo general en un jardín cercano a la escuela, para lo que nos íbamos al fondo de éste donde, al mediodía, casi no pasaba gente y elegíamos algún banco o en especial un grueso árbol que fue testigo de las muchas sobadas que bajo su sombra me dieron. Ahí mismo besé y chupé las primeras vergas y donde por fin, a los 13 años de edad, entregué mi virginidad vaginal al novio que en ese entonces tenía.

El chico se llama Francisco, era de los más guapos de secundaria… rubio, alto y deportista... también le más canalla. Nos hicimos novios, no obstante, Yo sabía de sobra, que solo andaba conmigo para gozar de mi cuerpo y en especial de mis tetas que le encantaba besármelas y chuparme los pezones. Ese día fuimos como ya era costumbre a cachondearnos, me había desabrochado el sostén para tocarme y chuparme las tetas y me había bajado las bragas a medio muslo para pajearme el clítoris, yo ya le había sacado la verga del pantalón y se la masajeaba a manera de masturbación, como ya muchas veces lo habíamos hecho, me incliné para chupárselo mientras él me pajeaba por entre las nalgas. Casi siempre se lo hacía así, hasta que eyaculaba en mi boca, pero esta vez me interrumpió haciendo que me incorporara y procedió a sacarme completamente las braguitas usadas de mi prima… casi siempre eran de mi prima Irene, luego hizo que levantara una de mis piernas y llevó su polla erecta a mis labios vaginales, colocándolo entre ellos en actitud de metérmelo, yo le decía sin convicción que no lo hiciera pero tampoco hacía nada por evitarlo, la extrema excitación que en esos momentos tenia me inducía a dejarme follar por primera vez y sentir dentro de mí aquel hermoso instrumento masculino de placer.

Estaba poseída por la lujuria y solo me importaba en esos momentos disfrutar de mi sexualidad, no interesaba si alguien nos estaba viendo o los riesgos de quedar preñada si me follaban sin protección alguna, solo querían sentir el placer de ser poseída por un hombre follándome a pelo. Mi vagina estaba derramando su jugo debido a la intensa cachondez en que me encontraba desde hacía rato…, Francisco empujó un poco su verga hacia adentro de mi conejito, logró penetrar la cabeza de su sabroso falo. Por la buena lubricación que daban mis fluidos vaginales su verga iba penetrando cada vez más en cada empellón, incluso yo misma empujaba mi cadera para ayudar a la penetración de la riquísima verga de mi novio. En un momento dado su verga encontró a su paso un obstáculo que le impedía penetrar más, creí que ya me lo habría metido por completo pero al comprobarlo con mi mano, aun no entraba ni la mitad del estoque…, sin meditar lo que estaba sucediendo le animé diciéndole…  – "¡¡Fóllame, métemelo todo!!", Francisco empujó con vigor y yo hice lo mismo con mi cadera, sentí un poco de dolor al que no le di importancia y entonces la verga de mi novio continuo su camino a mis entrañas.

Con extremada delicia sentía como cada centímetro de su exquisito falo iba entrando en mi virginal vagina, hasta entonces. Nuevamente el avance se detuvo, pero esta vez ya solo eran sus huevos los que estaban fuera de mi candente hendidura vaginal…, sentí la gloria al tener aquel suculento cuerpo extraño dentro de mi ser, los movimientos de vaivén se generalizaron por parte de suya y mía…yo movía la cadera en círculos como lo había visto en las películas porno que en ocasiones acostumbraba mirar cuando me masturbaba, ¡Era lo más delicioso que me había pasado en cuanto a satisfacción sexual!, por primera vez tuve un orgasmo provocado por la penetración del miembro viril de un hombre, Francisco no aguantó mucho tampoco, y cuando se iba a "correr" le impedí que sacase la verga de mi vulva agarrándolo de sus nalgas hacia mi interior..., no tuvo más remedio que derramar todo su esperma en el fondo de mi útero. Pensaba que la primera vez no podía ser de otra manera que dentro de mi coño y no sobre mi pubis o muslos.

El chico eyaculó fuertemente y cuando se descargó volvimos a la realidad de donde estábamos y presurosos nos arreglamos la ropa, yo me puse las braguitas sin limpiarme la leche de mi novio que se destilaba por la raja, y me abroché el sostén, él se metió la verga a la bragueta del pantalón y nos fuimos de ahí casi huyendo, temerosos ahora de que alguien nos hubiese visto…. Al caminar sentía como me escurría el esperma de Francisco empapando la escasa tela de las bragas de mi prima Irene, además del ingente volumen de mis jugos vaginales, de ahí que escurriese todo por entre mis muslos con el conejito de Alicia totalmente empapado de leche masculina, pero también sentía un pequeño ardor dentro de mis órganos genitales sin poder definir exactamente en donde. Nos despedimos y camino a mi casa al ardorcillo se sumó un poco de dolor a cada paso que daba.

Llegando a casa lo primero que hice fue ir al baño a ver qué sucedía y al lavarme, me asusté cuando al quitarme las bragas las vi con unas manchas de sangre y no estaba cerca mi periodo menstrual, me metí a bañar y a tratar de lavar la tanguita para poder devolverla al cajón de la ropa intima de mi prima, pero las manchas no desaparecieron y opté por quedármelas como recuerdo de mi desvirgue…aun las conservo. El dolor en mi vulva se acrecentó un poco, principalmente cuando me sentaba o caminaba…, fingí enferma para quedarme en cama, al día siguiente no asistí al instituto, en donde ya varios sabían que había sido follada por Francisco, aunque nadie creería que había sido la primera vez, ya que mi fama de cachonda llevaba implícita la suposición de haberlo hecho mucho antes. Luego me enteré que la sangre se debía a la ruptura del himen, membrana que separa los labios internos de la vagina del útero y la matriz protegiendo a éstos del exterior y estar inmaculada, es lo que determina la virginidad de la mujer ya que no es regenerada por el cuerpo.

Francisco fue el primero que me folló en ese lugar, ya que después de él hubo varios más que gozaron mi cuerpo al pie del "famoso" árbol, incluso ya había quienes me espiaban cuando iba con algún chico a besuquearme y algo más, en ese jardín…, yo lo sabía pero me excitaba que nos observaban follando y simulaba no darme cuenta, así que cuando no quería que se supiera que follaba o cachondeaba aflojando mis nalguitas con alguien, iba a cualquier lado menos a ese lugar…donde recibí las primeras caricias eróticas de un hombre, el primer sexo oral, mi desfloración y en múltiples ocasiones me follaron como a una perra. No tengo memoria exacta de cuantos chicos disfrutaron de mi cuerpo en ese sitio, pero estoy segura que no menos de veinte galanes, la mayoría del  vecindario o amigos y otros del instituto. Actualmente de vez en cuando aun voy a follar ahí, solo como una atrevida aventura para recordar los viejos tiempos de adolescente cachonda y puta. Pero lo relatado solo fueron mis principios en esta excitante y placentera vorágine sexual en la que vivo y disfrutó a más no poder.





La experiencia de entrega sexual a mi profesor de inglés


Nunca fui buena para los estudios, y en secundaria menos, apenas estaba por cumplir mis quince añitos, y con esta calentura incontrolable que me caracteriza, pensaba más en los chicos con los que me gustaría acostarme, que en adquirir conocimientos que me sirvieran en el futuro. Creo que tenía la misma forma de pensar que mamá, a quien no le importó follar con decenas de hombres, hasta que encontró al adecuado para vivir mantenida. Desde el instituto mandaron llamar a mis padres para comunicarles mis malas calificaciones, de manera especial en Ingles. Mis padres tras una severa reprimenda acordaron contratarme un profe privado que me daría clases los fines de semana, cosa que me cayó de lo peor ya que obstaculizaba las citas "amorosas", que tenía con los chicos del instituto y amigos colindantes.

Contrataron al profesor, y el sábado siguiente hizo presencia en mi casa, me avisaron que el profesor había llegado y con profunda desgana bajé a la estancia para conocerlo, me quedé impresionada, era un hombre relativamente joven, de aproximadamente unos 32 años, alto, atlético, en pocas palabras ¡GUAPÍSIMO!, me impactó desde el primer momento, casi no escuchaba lo que me decía por estarle admirando, era un ejemplar masculino hermoso…. Me avergonzó lo fachosa que estaba para recibirlo, vestía unos pantalones deportivos desgastados que casi no usaba, ya que me quedaban súper holgados, calzaba unos tenis todos sucios, no estaba maquillada, en fin era una facha, contrastaba mucho con la galanura del profe. Ése día no estudiamos nada, solo hablamos del tipo de clase que recibía en el instituto y cuál era el mayor problema que encontraba en la materia…, revisó mis libros, concluyó que era mejor desde el principio así que me dejó estudiar el verbo "to be" que es lo único que sabía en realidad, acabó la "visita" y me dijo que a partir del día siguiente ya sería la clase formal. Todo el resto del día me la pasé pensando en él, casi me estaba enamorando de él y apenas le había visto una hora cuando mucho, me preguntaba si sería soltero, si tendría novia formal, y si sería capaz de "andar" con una putita adolescente como era yo entonces, por la noche me lo imaginaba desnudo pidiéndome que le dejara follarme…eso me calentó y le dediqué una dedada en mi clítoris que culminó en un placentero orgasmo.

Para el día siguiente, domingo, estaba dispuesta a borrar la mala imagen de mi apariencia que el profe se había llevado de mí, me maquillé ligeramente el rostro y me vestí de forma atractiva sin ser provocativa, me puse unos pantalones blancos muy ajustados y arriba una blusa ombliguera que dejaba mis hombros descubiertos, pero sí llevaba sostén blanco con tirantes transparentes, bajo el pantalón se marcaban con facilidad las pequeñas bragas, que me había "prestado" mi prima Irene, tipo bikini con flecos en los resortes de piernas y cintura, que premeditadamente me había puesto con el fin de que se me marcaran bajo la ropa exterior y calzaba unas sandalias destalonadas en color blanco, también de mi prima, creí que era suficiente para la primera vez que me vería decentemente vestida. Con ansiedad esperé la hora convenida para la llegada del profe, me instalé en el estudio de mi padre, habilitado como "salón de clase", sentía cierta excitación al recordar la fantasía que había tenido con el profe la noche anterior, sentí un vuelco en el estomago cuando la domestica me indicó que el profe había llegado, le instruí para que lo hiciera pasar. Al entrar el "profe", al tiempo que saludaba sus ojos se fueron directamente a mis tetas, le sonreí coquetamente sin moverme aun dejándolo que me observara las tetas por unos instantes más, luego ya en pie le saludé tendiéndole la mano, enseguida le dije que pasara y caminé lentamente delante de él para que pudiera observar mi figura en aquella ajustada vestimenta y tuviera tiempo de ver como se marcaban las bragas bajo el pantalón, durante todo el tiempo que estuvo en casa, el profesor constantemente me estuvo tirando flases a las tetas.

¡Debo aclarar que para una chica de mi edad y envergadura corporal, el tamaño de mis ubres era para llamar la atención... y yo lo sabía! 

A cada momento me levantaba con cualquier pretexto para lucir mi figura ante él, con la esperanza de que me le antojara aunque fuera un poquito. Por ese día fue todo, no sabía si el "Profe" se había percatado de mis intenciones, pero yo seguía pensando en lo feliz que sería si ese macho se animase a tener alguna aventura conmigo, mis fantasías con él se acrecentaron durante la semana dedicándole varias masturbaciones y cuando jodía con algún chico, me imaginaba que era el profe quien gozaba mi cuerpo, creía que me estaba enamorando de él. La semana se me hizo muy larga esperando a que llegara el sábado para volverlo a ver, esta vez tenía pensado lanzarme un poco más para saber de una vez por todas si le era atractiva o de plano había que olvidarme de cualquier asunto con él.

Así que me maquillé un poco más de lo normal, me puse una blusita de angostos tirantes que dejaba al descubierto mi ombligo y un escote de regulares dimensiones suficiente para que se me viera la separación de mis tetas…todo el canalillo…, premeditadamente no me puse sujetador ya que era claro que le habían atraído mis tetas, la blusa era un tanto holgada con la finalidad que mis ubres se pudieran columpiar al caminar y llamar su atención, me atavíe con un minifalda azul claro de licra ajustable por lo se me ceñía al cuerpo, abajo unas pequeñísimas bragas tipo tanga en color amarillo con el propósito de contrastar con el color de la mini, por supuesto las bragas eran "préstamo" de Irene y unas zapatillas con tacón alto que se ataban al tobillo con una delgada correa, no me puse medias para facilitarle la visión ya que estaba decidida a exhibírmele como lo sabía hacer cuando un chico me gustaba.

Cuando era casi la hora de su llegada, me senté en la sala cuidando que se me vieran casi la totalidad de los muslos y por supuesto las braguitas al fondo de mi entrepierna, cuando la chica del servicio me indicó que el profe había llegado sentí un poco de nervios, pero estaba decidida a jugarme la aventura dudando de las posibilidades de éxito. Lo hice pasar y tal como lo tenía pensado permanecí sentada a su llegada asegurándome que me vería las piernas y las bragas, así fue, al entrar su mirada como atraída por un imán se centró en mis muslos y entrepierna, al levantarme separé las piernas lo suficiente para que me viera a plenitud las braguitas y con lentitud me puse en pie para darle tiempo a verme bien, me acerqué a donde se había detenido y al caminar bamboleé mis tetas con un poco de exageración, para evidenciar la ausencia de sostén, el profesor no perdía detalle de mis movimientos, eso me animó mucho, pensaba ya que habría algo entre nosotros tarde o temprano. Durante toda la "clase" me daba mis mañas para seguirle enseñando mis piernas y la escasa ropa interior que portaba y me levantaba a caminar ante él moviendo mis mamas o me inclinaba frente a él para que pudiera verlos por el escote de la reducida blusita. No estuve segura si en algún momento tuvo alguna erección, lo que sí fue evidente es que no se perdía oportunidad de verme todo lo que le estaba enseñando…, yo me puse bastante cachonda y al despedirse me acerqué y sin haberlo pensado con anterioridad, le despedí con un beso en la mejilla tratando de fingir naturalidad en el detalle, él puso cara de sorpresa pero tampoco dijo nada.

No sé quién de los dos se estaba viendo muy lento, ya que estaba acostumbrada a que los chicos me rogaran para poderme magrear, y más aun para que les "aflojara las nalgas", pero el "profe" aunque le tenía bobo viendo mis "encantos" no daba algún paso encaminado al besuqueo y manoseo obsceno, pero yo estaba decidida a todo, me prometí a mí misma que en la siguiente visita lo conseguía o de plano que se largara, ya me tenía muy caliente con su agradable presencia y necesitaba más acción. En la siguiente reunión estaba dispuesta a jugarme el todo por el todo, me atavié con un vestido vaquero que me llegaba apenas arriba de las rodillas y muy ajustado, con una considerable abertura por la parte posterior de los muslos, se abrochaba por el frente con siete botones, no me puse sostén y solo las braguitas tipo bikini blancas completamente transparentes de Irene, como de costumbre, y una sandalias destalonadas de altos tacones también de ella, estuve un poco nerviosa pero con plena convicción de que ahora o nunca…. 

Cuando llegó el profe me desabotoné los dos botones más bajos y los dos superiores, se veían buena parte de mis tetas notándose la aureola rozada que rodea mis pezones y por abajo más de medio muslo, cuando entró el profesor me le abalancé para saludarlo e impulsivamente le planté el beso de saludo en la boca…, ambos nos abochornamos un poco poniéndosenos las mejillas coloradas, pero ya lo había hecho y aparentaba aplomo en la acción, al sentarnos su mirada se fue directamente a mi entrepierna que con cierta discreción se abría para dejarle ver mis bragas y a través de ellos la orografía que formaba la fina tela sobre mis labios vaginales y su rosado oscuro de la piel de mi vulva, además de la pulcra y tenue vellosidad púbica elegantemente recortada en forma de corazón, por primera vez noté que su pantalón se abultaba producto de la erección de su verga.

Su mirada se alternaba entre mis piernas y mis tetas, yo solo le sonreía cínicamente a manera de invitación a que de las miradas pasara a las caricias impúdicas, abrí el libro para iniciar la clase, pero no solo el libro, también abrí mas las piernas enseñándole ya descaradamente las bragas transparentes y lo que había detrás de la translúcida prenda. No levantaba la mirada dándole oportunidad de que recreara la pupila tranquilamente con mis "lindezas", el bulto de su polla endurecida se evidenciaba a pesar de los esfuerzos que hacía para ocultarlo, en verdad le era difícil de ocultar tal mostrenco, una anaconda que jalonaba el pantalón hasta llegar a su muslo. Seguramente lo tendría bien prisionero para no montar una carpa de circo. Yo, mientras fingía leer el libro con la mirada baja le observaba el falo imaginándome como lo tendría visto al natural, ello me ponía más excitada de lo que ya estaba y sentía como poco a poco se iba humedeciendo mi coñito con los jugos íntimos, las reveladoras braguitas que forraban mi ardiente vulva no podían absorber tal cantidad de fluido vaginal.

Por la posición que guardaba, sentada frente a él y un tanto inclinada simulando leer el libro, le exponía a plenitud mis tetas, al punto de mostrar hasta los pezones… en los que casi sentía su mirada lasciva seguramente deseando acariciar mis "domingas", por momentos se levantaba dando vuelta por detrás de mí, tal vez para buscar un mejor ángulo para verme las ubres de niña-mujer que tengo, y para acomodarse la verga tratando de disimular la gran erección y después volvía seguramente atraído por lo que tenía en mi entrepierna y se podía ver claramente a través de las bragas…. Decidí que era el momento de "jugármela", me puse de pie y me acerqué a él con el pretexto de enseñarle una palabra que supuestamente no entendía, le arrimé mis mamas a su rostro mientras él veía la palabra que le indiqué, cuando levantó la cara para decirme algo, sin darle oportunidad de nada, aproximé mis labios a los suyos, permaneció inmóvil dejándome accionar a mí…, cuando nuestras bocas estaban a milímetros me detuve un instante para notar alguna reacción de él, no hacía nada pero tampoco se retiraba, así que junté mis labios con los suyos chupándoselos, no tardó en corresponder chupando los míos, abrimos la boca y nos empezamos a besar apasionadamente intercambiando saliva y succionando mutuamente nuestras lenguas…, mamándonoslas en una dura pugna de labios y lenguas.

Mientras nos besuqueábamos, desabroché un botón más de la parte superior del vestido dejando al descubierto mis frondosas mamas con los pezones duros de la excitación. En un momento en que despegamos nuestras bocas para tomar aire, él se quedó atónito viendo mis grandes “melones” descubiertos, salió de la sorpresa y con decisión subió una de sus manos para acariciármelos ante mi complacencia y disfruté, puse una de mis manos en el muslo por donde estaba el "bulto" bajo su pantalón y lentamente la fui subiendo recorriendo toda su enorme erección. El magreo se generalizó, y sin decir palabra nos besábamos y acariciábamos, centraba sus caricias en mis tetonas y yo en el falo por encima de la ropa. No soportó por mucho tiempo la atracción de mis tetas y fue bajando sus labios por mi cuello hasta llegar a mis masas colmándolas de besos y chupando mis pezones, mientras yo trataba de bajarle el cierre del pantalón para tocarle en directo su flamante miembro viril. La mano con la que inicialmente me tocaba las tetas, ahora la había apostado en mis nalgas masajeándolas por encima del vestido, logré bajar el cierre de la bragueta y metí mi mano para amarrar el mástil que tenía por verga. Con la otra mano me desabroché el botón más bajo del vestido quedando solo cerrado con un botón por la cintura y dejando mis muslos y vientre descubiertos.

Mientras le sacaba su ricura del pantalón, él metía la mano libre por en medio de mis piernas frotándome la vulva por encima de las pequeñas bragas, su hermosura viril me impactó, aquel cipote era el más grande que hasta ese momento había tenido en mis manos, ya que las anteriores eran de chicos de mi edad o dos o tres años mayores, pero esta polla era un enorme falo totalmente desarrollado y su tamaño era impresionante para mí en esos días…, ¡No lo cubría con ambas manos! Ya no había inhibiciones y con toda impudicia nos sobamos sin importarnos lo que sucedía fuera de la oficina de mi padre. Él mismo desabrochó el botón restante de mi vestido y metiendo las manos bajo el mismo me acariciaba las nalgas sobre la delgada tela de las bragas y con la otra la vulva mientras yo le "pajeaba" su tremenda verga…, nos estábamos derritiendo de calientes y con ambas manos me bajó las diminutas braguitas hasta las rodillas. Yo dejé caer el vestido para quedar casi desnuda ante él, se notó que le sorprendió mi arreglo púbico sobre mi conejito… “El Conejito de Alicia”, pues al igual que mis tetas era exagerada en una chica de mi edad, pero ello no fue inconveniente para que me siguiera manoseando todo lo que podía, ante mi cínica complacencia con las piernas lo más abiertas que me permitiera las bragas en mis rodillas. Aceptaba su dedo entre mis labios vaginales frotándome el clítoris, llevándome al cielo con el placer que me hacía sentir, hasta provocarme un delicioso orgasmo, que hizo mojar su mano con el néctar de mi vagina.

No podía desaprovechar el momento de lujuria que vivíamos así que sin escrúpulos me incliné lo suficiente para poner la cabeza de su falo entre mis labios besándolo y chupeteándolo como si de una piruleta fuese. Aquel tronco musculado jalonado de venas hinchadas bombeando al orondo glande era una delicia…apenas lo podía circundar con mis dedos, del grosor que se marcaba aquel cipote, y la largura era impresionante. Él con una mano me sujetaba por la nuca y con la otra extendida me acariciaba las nalgas introduciendo su dedo por la separación de éstas hasta llegar a mi culo y lubricándose el dedo con la miel de mi coñito lo introducía en mi pequeño orificio anal dedándome con movimientos circulares por dentro de mi ano. Poseída por la lujuria le mamaba la verga, demostrándole mi experiencia en eso de chupar trancas, metiendo no más de la mitad de su hermosura viril en mi boca haciéndola llegar a mi garganta, mi intensión era meterla toda en mi galillo, pero el profe lo impidió cuando sin prevenirme empezó a eyacular, los primeros chorros de esperma cayeron dentro de mi boca y los subsecuentes en mi rostro y tetas…el semental estaba bien cargado y con mucha necesidad de hembra. Tras el primer y segundo lechazo, los subsiguientes no me los dejó tragar… sacó su verga de mi boca, lanzado largos y espesos chorros sobre mi cara, pelo y tetas. No obstante, una vez había expelido toda su leche, le seguí chupando su tranca hasta que ésta empezó a perder su rigidez y dureza. 

Me incorporé y solo acaté a subirme las bragas, mientras él se guardaba la anaconda dentro de la bragueta, visiblemente nervioso y tal vez avergonzado por la sorpresiva y rápida eyaculación que nunca deja la hombría en buen lugar…, me dijo que mañana proseguiríamos, le sonreí con cinismo haciendo énfasis en que mañana continuaríamos en donde nos habíamos quedado. Así como estaba solo en bragas y sandalias, le acompañe a la puerta y con un beso nos despedimos…, me gusto que me besara aun cuando todavía tenía restos de semen en mi boca, además de tener la cara cruzada de un par de chorretones. No obstante, aun habiendo tenido un rico orgasmo, me quedé muy cachonda, imaginando como hacerle al día siguiente para continuar esa candente aventura con mi depravado profe, que me estaba enseñando todo menos para lo que lo habían contratado. No había que pensar mucho, para reiniciar en donde nos quedamos debería estar desnuda, así que el atuendo no era problema, solo ponerme algo encima mientras llegaba él y quitármelo para quedar en pelotas, solo sobre las zapatillas de tacón alto que me pondría.

Se hizo larga la espera de la hora de "clase", faltando unos minutos me desnudé por completo y encima solo me puse un sweater largo que me llega encima de las rodillas y se abotona por el frente, me calcé con unas sandalias de tacón alto que se sujetan con tiras que dan varias vueltas en los tobillos y bajé a la sala a esperarlo, sentí esa rara pero excitante sensación en mi vulva cuando la muchacha del servicio me indicó que él estaba ahí, le dije que lo pasara a la oficina de mi padre y me adelanté a ese lugar. Cuando JuanMa, así se llama el "profe", llegó ya me había desabrochado el sweater y solo lo mantenía cerrado con una mano, cuando él entró cerré la puerta con el pasador y me solté el Sweater, Fernando camino rumbo al escritorio y yo tras él, cuando dio media vuelta para dirigirse a mí, deje caer el Sweater quedando totalmente en cueros. Se sorprendió al verme así, pero sus ojos recorrían de pies a cabeza mi cuerpo desnudo sin disimular su mirada libidinosa. Enseguida empezó a surgir el bulto por debajo de su pantalón, su hermosa masculinidad estaba poniéndose rica, deseosa de mí, yo levanté los brazos a mi nuca, posaba para él girando lentamente para que me pudiera ver por todos los ángulos posibles, sacando la cadera lo más posible para resaltar mis nalgas y erguía mis voluminosas "DOMINGAS" todo ello con una sonrisa cínica que le invitaba a hacerme suya.


JuanMa mando se quedó mudo de la impresión, pero momentos después se acercó a mí ofreciéndome sus labios y le correspondí besándonos apasionadamente en la boca, mientras sus manos recorrían mi desnuda anatomía y mi mano se asía de su verga, buscando con la otra mano bajarle el cierre de la bragueta y liberar esa delicia de verga, que ya se sentía extremadamente endurecida, le saqué el falo y lo empecé a masturbar con cariño para no provocar una eyaculación precipitada. Sus manos hacían de las suyas en mi cuerpo acariciándome por todos lados poniendo especial atención en mis nalgas y culito…, con su boca hacia los "honores" a mis crecidas tetas chupeteándome los pezones, su otra mano estaba frotando la carnosa vulva de mi chochete y por momentos se recorría los labios vaginales hasta mi clítoris mojándose los dedos con la miel que escurría del panal que tengo entre mis piernas. Era tiempo de gozar su ricura entre mis labios, le pedí que se sentara sobre el escritorio, e inclinándome llevé la cabezona de su rígida verga hasta mis labios pintados de color rojo intenso… “Red Russian”, para besarla sonoramente mojando mis labios con el cristalino liquido lubricante que emanaba del ojal de su glande. Lamí todo su tronco hasta llegar a sus enormes huevones, por donde pasé mi lengua repetidas veces e intentaba meterlos a mi boca chupeteándolos, volví a subir chupando el tronco hasta la cabezota hinchada y brillante liberada de prepucio… entonces le empecé a mamar su preciosidad golosamente metiendo lo mas que podía de el falo en mi boca llegándome a la garganta, él se movía de atrás para adelante como si me estuviera follándome por la boca, mientras me pajeaba entre las nalgas tanto el culo como la vagina.

Minutos más tarde decidí romper la pose por temor a que eyaculara anticipadamente como el día anterior. Por fin tomó la iniciativa besándome todo el cuerpo, principalmente mis tetas y mostraba especial interés en cada una de mis nalgas y mi virginal orificio anal, hasta entonces, así como mi conejito donde extrañamente lamía mi vello púbico en forma de corazón muy bien recortado y cortito quedando aterciopelado. Se puede decir que no hubo un centímetro de mi candente cuerpecito por donde no pasara sus labios y lengua, poniéndome en varias ocasiones al borde del orgasmo y en consecuencia mis flujos vaginales me escurrían por entre los muslos siendo lamidos por él. Ahora fui yo quien se sentó sobre el escritorio, abriendo mis muslos para brindarle mi mojada hendidura vaginal mojada y ardiente, la cual chupó por largo rato llevándome al orgasmo mas delicioso de los últimos días. Joder era demasiado, no podía resistir mas el deseo de sentirlo dentro de mí, así que descaradamente le pedí que me follara…, ¡No lo pensó mucho!, se incorporo y colocó la cabeza de su rutilante maza, grande como mostrenco, entre mis labios vaginales haciendo una leve presión, su tremenda rigidez empezó a penetrar mi humanidad expandiendo mis paredes vaginales ceñidas…, sentía con deleite cada porción de su cipote entrando a mi templo del placer hasta que su vientre chocó contra mis ingles ¡Me tenía totalmente envergada!, completamente llena de carne dura mientras su gran cilindro venoso entraba y salía de mi conejito hambriento de esa enorme pieza y sedienta de su lefa. 

Con movimientos acompasados cada vez más rápidos, yo movía mi cadera en círculos mostrándole que no era novata en las lides del placer, estuve a punto de "correrme" por segunda vez, cuando súbitamente se detuvo manifestándome que no quería buscar un problema, refiriéndose a un posible embarazo y sorpresivamente me propuso meterme su ricura por mi apretado y aun virginal hoyito anal. Dudé por un momento ya que nunca me habían follado por mi culito, pero estaba tan cachonda y anhelaba tanto seguir sintiendo su hermosura dentro de mí que habría aceptado cualquier cosa que me hubiera propuesto, así que en la misma pose que estaba solo abrí lo mas que pude las piernas subiéndolas a la altura de sus hombros, no le dije que aun era virgen de mi culo. Vio en mi cara un poco de rechazo al tener un pollón de un calibre demasiado grande para mi ceñido anito, ¡¡Tal vez el desgarro de mi culo sería casi más problema que el posible preñado de mi barriga!!, así que la guie de nuevo a mi coñito y él lo entendió…,  enfiló hacia mí conejito ardiente nuevamente su glande, apuntando a la bocana de mi coño, aun cuando tenía muy lubricado su falo con mis propios jugos, la cabeza de su verga no lograba entrar en mi coño con toda facilidad, tal pareciera que mi conejito se negaba a recibir al colosal visitante. 

Después de dos intentos la cabeza de su preciosidad empezó a penetrar en mi coño, realmente no me dolía pero sí me excitaba sobremanera estar siendo follada por primera vez por autentico semental, un macho un verdadero hombre, más aun sobre el escritorio de mi padre. Por fin la cabeza de su verga penetró en mi cuello uterino avanzando por mi conducto…, creía sentirla alojaba en mi matriz, a cada centímetro de verga que me entraba lo registraba con mucho placer. Al cabo de unas cuantas inserciones bombeando cada vez más dentro de mí, sentí el golpeteo de sus huevos en mis nalgas…indicaba que su hermosa y musculada tranca estaba totalmente incrustada en mi coño. Ahogaba las ganas de gritar de dolor y placer, solo daba apagados quejidos acompañados de palabras incoherentes tratando de decirle lo bien que sentía estar siendo fornicada por primera vez tan profundamente, me pareció un segundo desvirgue. Su verga entraba y salía múltiples veces de mi acomodado chochito, trataba de ayudarle moviendo mi cadera en círculos intentando que dilatase más mi vagina y no doliese su follada tanto, así como para que eyaculara para descansar mi ajado coño del extraordinario visitante…, sin embargo el dolor de mi profundo coño se detuvo para dar paso al placer, repentinamente empecé a sentir divino como entraba y salía su polla de mi "chiquito conejito", y en unos minutos me llegó el primer orgasmo por penetración profunda con todo el tallo enterrado en mi interior…. Momentos después JuanMa me indicó que estaba a punto de "correrse", me preguntaba dónde quería recibir su esperma, pensé que por ser la primera vez que me jodían tan bien en lugares nunca visitados, ameritaba recibir su semen dentro de mi útero, así se lo hice saber sujetándole fuertemente de su culo y atrayéndolo hacia mí, a mis más profundo coño. El cabrón no esperó mucho, porque casi enseguida empezó a eyacular bañando mi fondo vaginal de esperma…noté el primer aldabonazo chocar contra mi pared vaginal y los otro chorros rellenándome. Al sacar su verga, me incliné para chupar los restos de leche que aun le brotaban dándole las últimas chupadas de ese día. 

Dio la "clase" por terminada y arreglando su ropa se retiró, yo me puse el sweater retirándome a mí cuarto para asearme y vestirme nuevamente. Más tarde, ese mismo día, empecé a pagar el precio del sexo profundo salvaje primerizo, me dolía fuertemente el vientre, hasta el punto que tuve que tomar un analgésico para mitigar el dolor, no podía ni sentarme sin que me doliera mi recién desvirgada trompa de Falopio. Me duró tres días doliéndome de manera decreciente hasta desaparecer. No pensé en toda la leche fértil que fue depositada justo en la boca de mi matriz presta a preñarme, algo que por suerte en esa ocasión no ocurrió. Continuamos, durante el primer mes siguiente, follando al finalizar la clase, luego acordamos evitar hacerlo en casa y nos citábamos en algún lado para ir a un hotel. Con el tiempo me enteré que estaba casado, lo que automáticamente me convertía en su querida…, fue el primer hombre casado con quien follaba, posteriormente me he hecho la putita querida de varios hombres casados. JuanMa me estuvo fornicando durante unos seis meses aun cuando ya no me daba la clase de inglés o de follar.







Exhibicionismo


Como ya había establecido, entre las pequeñas perversiones que práctico esta el exhibicionismo moderado, como ya relaté me inicié en la secundaria dejándome ver las piernas y bragas al subir y bajar las escaleras de la escuela, cosa que me excitaba, tanto que me vieran como ver como se calentaban mis compañeros, sintiéndome deseada. Luego extendí mi campo de acción a lugares públicos como el "famoso" árbol del cachondeo donde entregué mi virginidad vaginal, pero también lo hacía en el asiento de coche de cualquier cabrón, cafeterías, discotecas, restaurantes, en cines… en fin a todo lugar en donde pudiera enseñar "algo". Por ejemplo me encantaba y aun lo hago, cuando voy en el coche…, me subo la falda o vestido casi hasta la cintura, en otras ocasiones llevo minifaldas tan cortas que no necesito subirla, ella se sube sola, e ir enseñando todas las piernas y parte de mi vulva, cubierta por las bragas que en ocasiones son transparentes, a todo aquel que quiera verme. Algo que me fascina es ir a cargar gasolina en esas condiciones y ver como al encargado se le cae la baba viendo "mis encantos", incluso me le emparejo por el costado a los transportes públicos para que los pasajeros puedan verme y cuando me pongo muy cachonda hasta me acaricio la vulva delante de ellos, pero me excita más aun cuando mi padre va conduciendo acompañado de mi madre y yo en el asiento posterior voy haciendo lo mismo, es decir enseñando todo lo que puedo, hasta me he llegado a quitar las bragas delante de la gente estando mis padres en el asiento delantero.

Muy seguido he llegado a salir totalmente desnuda solo cubierta por una gabardina o sweater largo y ya con el coche en marcha me voy desabrochando poco a poco lo que me cubre hasta mostrarme totalmente en cueros, eso me poner súper cachonda, me he llegado a "correr" en esas circunstancias. Antes lo hacía solo de noche, pero ahora también lo hago durante el día. En cafeterías, bares o restaurantes siempre procuro sentarme frente a donde hay hombres y con toda premeditación me subo la falda o vestido para enseñarles las piernas y bragas…, constantemente cruzo y descruzo las piernas separándolas lo suficiente para que puedan verme a placer, hay ocasiones en que cuando ya estoy segura de que me están viendo, voy al baño y me quito las bragas para enseñarles mi pubis con toda la raja del coñito mojada. Me excita más cuando voy acompañada de alguno de mis novios o mis padres, por supuesto sin que ellos se den cuenta. Así me he ligado a muchos chicos y algunos se han convertido en mis novios.

En el cine hago lo mismo, al sentarme me subo la falda para enseñar todas las piernas, entonces quien está junto a mí no sabe si ver la película o mis muslos, pero si voy con mi novio me dejo pajear y manosear delante de la gente que está a lado nuestro, y durante la película le estoy agarrando la verga a mi pareja, incluso le bajo el cierre del pantalón y meto la mano para acariciarle el caramelo. Y por supuesto los amigos de mis hermanos no se me escapan, me han disfrutado en ese sentido ya que cuando los traen a casa soy muy generosa para enseñarles las piernas y las bragas… me excita mucho, incluso cuando se sientan en el hall y traigo puesta falda amplia, subo y bajo la escalera sin motivo solo para que puedan verme las nalgas devorando los tangas, en eso soy experta desde secundaria. En mi casa no podía faltar, vivimos en una casa bajo el régimen conocido como condominio horizontal, es un conjunto de 20 casas de dos plantas ubicadas alrededor de una gran zona de césped con árboles y en el centro una piscina comunitaria, todo este conjunto se rige bajo un reglamento y se aporta una cuota mensual para mejoras y mantenimiento que administra una comisión de vecinos.

Un día me puse un bikini y salí a broncearme al prado frente a mi casa, ahí pude darme cuenta de algunas cosas… lo primero que descubrí es que por el ventanal del baño que da hacia esa parte de la casa, en ese momento se estaba bañando uno de mis hermanos, se veía claramente su silueta tras el vidrio opaco, no había recorrido la cortina que ahí existe y hasta se le veía la silueta de su verga, aunque no la tenía empalmada ¡Lástima! Otra cosa que descubrí ese día es que tenía cuando menos dos admiradores, luego supe que son más, que me estaban observando medio desnuda al broncearme. Uno de ellos es joven de unos 28 años que no me quitaba la mirada de encima y el otro es un señor madurito de unos 45, pero la verdad sea dicha está bien guapo con su pelo pintando canas y mucha personalidad, alto fuerte. Está casado y tiene una hija de mi edad y otro chico de unos 14 años. Éste señor me observaba hasta con unos prismáticos y estaba semi escondido, lo que se puede decir espiándome, pero le alcanzaba a ver claramente, eso me excita porque es claro que me desean por ello, me miran con la insistencia del joven y el misterio del mayor, de quien por cierto terminé siendo "querida", así se dice en la provincia de donde son mis padres, a quien es amante de un casado, pero eso lo narraré en un próximo relatos.

Así que se me ocurrieron varias cosas, la primera es que al bañarme lo haría con la cortina descorrida para que quien quisiera pudiera ver mi silueta al desnudo bañándome, además de poner la lámpara transversal para que mi silueta resaltara en tamaño natural y con más claridad, ya que seguro me estarían espiando, y les daría algún espectáculo de masturbación y de poses voluptuosas. Asimismo ya sabiendo que tenía admiradores voyeur, no recorrería las cortinas de mí habitación, que da al jardín de césped junto a la piscina, al salir del baño en cueros, ni al vestirme o al desnudarme por las noches, podría bailarles striptease, masturbarme o cualquier otro tipo de exhibicionismo lúbrico. También buscaría admiradores voyeur por el ventanal de la habitación de mi hermano Carlos que da a la calle…, frente a la casa hay un edificio de lujo que tiene balcones y ahí me exhibiría desnuda o en lencería cuando mi hermano no estuviera en casa. Actualmente tengo varios voyeur en ese edificio, y en especial hay un señor que también utiliza prismáticos para observarme…casado con una mujer muy guapa, que me gusta y pienso en hacerme su querida en el momento en que tenga oportunidad.

Entonces puse en marcha esa caliente ocurrencia empezando en ese mismo momento, a sabiendas de que me estaban viendo adoptaba poses provocativas, ya me había olvidado del bronceado de mi cuerpo, ahora me dedicaba a posar para ellos, poniéndome de "lado" mostrándoles mis nalgas, para lo cual me metí el bikini entre ellas para que me pudieran ver mejor, me bajé los tirantes del sostén, y bajé un poco las copas dejando ver más de mis crecidas tetonas, me ponía en pose de "perrita" para que me pudieran imaginar desnuda en esa pose, primero de perfil y luego con mis nalgas de frente a ellos, en fin así estuve un buen rato. Antes de que se enfriara la ilusión, me metí a casa y rápido subí a mí habitación, la cortina estaba descorrida y así la dejé, me quité el sostén mostrándoles mis tetas, pero para estar segura me fui al salón de la TV que está al finalizar la escalera y muy sigilosamente me asomé por la ventana, les espié propiamente, y efectivamente ahí estaban los dos más atentos que un gato esperando a un ratoncillo. Volví a la habitación y fingí que me estaba mirando en el gran espejo que hay en mi habitación, mirándome en todos los ángulos y en infinidad de poses, en realidad estaba posando para ellos, lo que me ponía más caliente a cada momento, me decidí, no sin algo de nervios por ser la primera vez, me empecé a bajar el bikini poquito a poco, dejándolo a mitad de mis muslos, primero les enseñe mis nalgas que de hecho ya habían visto cuando estaba en el césped, luego me di media vuelta exhibiéndoles mi pelada vulva y mis “Domingas”, me deshice por completo de la braguita del bikini y quedé en total desnudez solo sobre las sandalias de corcho que uso para salir del baño o ir a la piscina.

Nuevamente me puse en el espejo toda en pelotas, encendí la radio y me puse a bailar desnuda para mis admiradores voyeur, adoptaba toda clase de poses voluptuosas, incluso me empinaba de nalgas al ventanal para enseñarles mi culito, estaba que me llegaba el orgasmo de lo cachonda que estaba enseñando "mis encantos" con total cinismo, la miel de mi chochito rebelde escurría entre mis piernas, creo que nunca, en ese entonces, había estado tan caliente en una exhibición lúbrica, desvergonzadamente acariciaba mi cuerpo ante la morbosa mirada de mis vecinos, sin siquiera pensar en las consecuencias que era probable tuviera con mi familia. Después de casi media hora de espectacular exhibición, me llegó el delicioso orgasmo expeliendo gran cantidad de jugo íntimo, que me escurría hasta las rodillas en ambas piernas, me dejé caer en la cama para descansar unos momentos, luego fui al baño a lavarme y de regreso me vestí aun sin cerrar las cortinas y ahí estaban aun, cada uno en la ventana de su respectiva casa pacientemente esperándome, de seguro masturbándose o cuando menos con la verga bien tiesa. Me vestí delante de ellos exhibiéndoles la diminuta lencería que usaría y luego la blusa y por último la faldita y las zapatillas, así salí con desfachatez de la habitación para bajar a la sala y como niña buena que no había hecho nada malo me puse a hablar con mi madre.




Ese mismo día, por la noche, volví bien caliente de estar con mi novio, muy follada y manoseada…, en la boca aun tenía el sabor de su semen ya que le había chupado su rico cipote hasta hacerlo eyacular entre mis labios, y saboreado su leche, así más que animada me dispuse a continuar con el exhibicionismo hogareño que apenas esa mañana había iniciado. Lo primero que hice fue encender la luz de mi habitación sin estar en ella, solo como para avisarles a mis admiradores voyeur que habría espectáculo en unos minutos más adelante. Mientras, bajé a la cocina para tomar un refresco en compañía de mi prima Irene que para entonces ya vivía con nosotros, luego subí y me puse a espiar por la ventana del salón de la TV, en las ventanas donde posiblemente estarían mis admiradores, solo detecté que estaba esperándome o espiándome el señor Eduardo Santacruz, sé su nombre ya que tiempo después me hice su querida, pero como ya dije eso lo narraré próximamente. Era tiempo de show, me despedí de la familia fingiendo que ya me iba a dormir, llegué a mí habitación y solo descorrí la cortina de gasa…


…La cortina gruesa la dejé recogida, al ser de noche y con la luz encendida en su máxima luminosidad en el regulador del interruptor, la cortina de gasa era como si no hubiera nada, era la primera vez que lo haría así que no sabía cómo iniciar. Encendí la radio con la música muy bajito y parada frente al espejo me puse a bailar, en realidad estaba bailando para mi admirador voyeur, el tono del baile empezó a subir de intensidad moviendo mi cuerpecito cada vez mas voluptuosamente, lentamente y al compás de la música me fui quitando la ropa en un pretendido striptease sin llegar a ello, era la primera vez que lo intentaba, lo dejé cuando estuve solo en bragas para mirarme en el espejo frente al que me las bajaba hasta las rodillas posando ante el espejo en todos los ángulos posibles, pero en realidad era para que el vecino me pudiera ver mi coñito de niña perversa prácticamente desnuda. Minutos después me puse el camisón con el que acostumbro dormir y me metí a la cama… ¡Bajo las sabanas me auto complací! Dado que la cachondez que me provocó la exhibición nocturna fue tan excitante o más que la del medio día.

Llegó el nuevo día y al despertar lo primero que se vino a mi mente fue todo lo que había hecho el día anterior, aunque sabía los riesgos que corría mi excitación era mayor, decidí continuar exhibiéndome cuando menos un día más, e iniciaría dejando ver la silueta de mi cuerpo a través del vidrio opaco del baño mientras me duchaba. No sabía a ciencia cierta si en esos momentos me estarían espiando, pero encendí la lámpara transversal del baño de tal manera que iluminara mi cuerpo y proyectara mi silueta en el ventanal en tamaño natural, hecho lo cual, procedí a quitarme el camisón y muy lentamente las bragas, ambas cosas con extremados movimientos voluptuosos tratando de lucir mi cuerpo lo más posible. Me metí bajo la regadera y inicié la ducha siempre con contorsiones cachondas, exageradas, pegándome lo mas que podía al vidrio para que me pudieran ver mejor, me enjabonaba acariciando mi cuerpo con sensualidad extrema, para enjuagarme se me ocurrió hacerlo con la regadera manual, conocida como de teléfono, poniendo el chorro a presión procurando que cayera el agua en el vidrio para quitar el vapor que podría obstruir la visión. Para finalizar, separaba las piernas y dirigía el chorro del agua justo a mi vulva, nunca me había masturbado de ese modo, créanme es delicioso, con los dedos de una mano me pajeaba el culito y con la otra sostenía el chorro del agua en mi hendidura de mi conejito ardiente, hasta que me llegó el placentero orgasmo.


Al salir del baño, por curiosidad fui a espiar por la ventana del salón de la tele y efectivamente mi esfuerzo no había sido en vano, ahí estaban los dos admiradores voyeur muy pendientes de mis movimientos, y se había sumado uno más que es un chico que debía de tener unos 18 años, de la casa que está al lado de la del señor Eduardo Santacruz, eso me animó y encantada fui a mí habitación y descorrí la cortina de gasa para continuar exhibiéndome totalmente desnuda mientras me secaba el cabello, me peinaba y me maquillaba los ojos, luego continué poniéndome la ropa interior, todo ello con poses eróticas que no son comunes en situaciones normales y luego la ropa exterior. Estaba muy complacida con lo que acababa de hacer y era mi propósito volver a hacerlo cuantas veces pudiera, en verdad me excité nuevamente y bajé a desayunar con aparente inocencia y desvergonzado buen humor después de consumar mí "fechoría". Continúe haciéndolo casi diariamente, pero un día se me ocurrió pensar que era lo que mis admiradores voyeur veían, así que pedí prestada, a una compañera del instituto, su cámara de vídeo y la coloqué en mi habitación tratando de captar los mismos ángulos que los voyeur veían, desde luego no sería lo mismo pero me daría una idea de lo que veían. Estuve acomodándola de modo que marqué mentalmente el área que la cámara captaría y de la cual no debería salirme, así lo hice y me capté exhibiéndome, eso me produjo gran excitación y los tengo como recuerdo, pues lo hice varias veces, lo mismo que bañándome. 


Pero eso no fue todo, también me dejé follar a la vista de mis admiradores, para lo cual conté con la complicidad del que era mi novio en esa época, sin que él lo supiera claro. No nos dimos la gran follada, preferí que fuera algo discreto, solo lo llevé a mi habitación, me jodió con templanza…solo me dejé subir la minifalda y que me quitara las bragas, le di una mamadita discreta a su sabrosa ricura, y solo bajándose los pantalones me folló en lo que comúnmente llamamos “uno rápido”, en la pose de "cucharita", es decir penetrándome colocado a mi espalda, mientras yo miraba a donde estaban mis admiradores voyeur, no era el caso "enseñar todo", pero sí dejar constancia de que me estaban follando. La exhibición hogareña ha continuado desde entonces y hasta hoy día, aunque no lo hago diariamente, pero sí con constancia una o dos veces por semana, lo único que sí he seguido haciendo diariamente es exhibir mi silueta cuando me estoy bañando, a veces con mucho "feeling" y otras con simpleza. El exhibicionismo hogareño se extendió a mi hermano Carlos…lo narraré a su debido tiempo. He de decir que mis narraciones no pretenden ser cronológicas, sino como las vaya recordando, lo mismo que algunas narraciones serán mitad fantasía y la otra parte verídicas, pero eso lo haré saber con claridad cuando así sean.







Original y Copia

El último ciclo de secundaria estaba a días de finalizar, se organizó una fiesta por ese motivo, cualquier causa era buena, para entonces ya mi popularidad en el instituto era completa, aunque no fuera por ser la mejor estudiante, sino la más fácil de follar por ser la más cachonda. Esa noche me sobraban galanes, pero la mayoría ya conocidos que lo único que buscaban era follarme, así que me incliné por los chicos que no conocía…, el tal Mauricio se acercó a mí para invitarme a bailar, era un muchacho sumamente guapo, fornido, en pocas palabras un "Adonis" tímido en 1º que fue cogiendo confianza con los años…, enseguida me encantó y estaba dispuesta a jugarme la aventura con él. Como ya me era habitual estuve enseñando las piernas y las bragas, para no decepcionar a los compañeros ya acostumbrados a ello, pero en especial para interesar a Mauricio, quien me atraía de manera poco común. Se puede decir que tras algunos minutos me "ligué" al chico con quien estuve bailando casi todo el tiempo y por supuesto poniéndome coqueta y sexualmente provocativa en mis sonrisas, movimientos corporales voluptuosos e insinuantes comentarios eróticos. Pronto llegamos a los besos y caricias mesuradas, aunque en momentos podía sentir su miembro erecto rozando mi vientre…, Yo usando los trucos ya muy experimentados le oprimía su pecho con mis tetonas y juntaba lo más posible mi pelvis contra su polla a punto de reventarle.

Ya entrada la noche le manifesté mi deseo de retirarme y Mauricio enseguida se ofreció a llevarme a mi casa, en realidad no era tan tarde pero lo que quería era salir con él para ver que podíamos hacer a bordo de su coche, desde el primer momento a solas le dejé verme las braguitas por completo abriendo desmesuradamente las piernas al abordar el asiente del acompañante…, dejé que la minifalda que llevaba se me subiera dejando a su vista la totalidad de mis muslos y sentándome lo mas cercanamente posible a él, en cuanto dio marcha el coche puse mi mano en su pierna y en el primer semáforo que nos marcó el alto nos besamos a boca abierta dejando atrás la mesura que habíamos guardado en la fiesta. Nuestras lenguas jugueteaban dentro de la boca del otro, su mano se posesionó en uno de mis muslos y yo complaciente se lo permití, a cada oportunidad que se presentaba nos besábamos apasionadamente y su mano a cada momento iba subiendo mas y encaminándose a la parte interna de mis muslos, igualmente mi mano seguía ese recorrido en su pierna buscando lentamente su verga. A unas calles de mi casa le pedí que se detuviera.

Ya estacionados el magreo se generalizó, me manoseaba impúdicamente las tetas y las piernas metiendo la mano por debajo de la minifalda para friccionarme la vulva por encima de mis bragas, y yo a él le acariciaba, por encima del vestuario. Su hermosura se sentía bien tiesa, sin dejar de besarnos me subió por completo la faldita e inicio bajarme las bragas dejándomelas en las rodillas…, volviendo su mano a mi vulva se introdujo en mi vagina para pajearme, en tanto yo le saqué su magnífica verga, y se la frotaba masturbándolo, su otra mano ya estaba bajo mi blusa agarrándome las tetas, así duramos por largo rato y para mi sorpresa, cuando estaba dispuesta a dejarme coger ahí en el coche, Mauricio se empezó a "correr" bañando mi mano con el tibio semen que le brotaba de su polla ardiente. Por esa noche hasta ahí llegaron las cosas, intercambiamos números telefónicos, la verdad no pensé que me volviera a llamar, había conseguido lo que quería y no creí que tuviera intención de volverme a ver con mis antecedentes de putita de instituto, lo creí asunto concluido y lo lamentaba ya que el chico era muy guapo y me hubiera gustado sentir su verga dentro de mí. Sorprendentemente al día siguiente Mauricio me llamó por teléfono, seguramente él pensaba igual que yo, había entre nosotros un deseo sexual aun no satisfecho…, me invitó a tomar café y gustosa acepté. Quise llevar pantalón para no facilitar tanto las cosas y no evidenciarme tan lanzada, aunque súper ajustados como siempre y a la cadera dejando ver la parte alta de mis bragas tipo tanga, amén de que se marcaban la forma y tamaño bajo el pantalón

Efectivamente solo tomamos café y hablamos muy agradablemente, al final de cuentas nos besuqueamos y nos dimos una leve agasajada por encima de la ropa, lo sobresaliente fue que me invitó para que al día siguiente por la noche fuéramos a tomar una copa a un bar que dijo era muy discreto y seguro, quedando de pasar por mí a casa al caer la tarde. Previendo que ese sería el día en que podría sentir dentro de mi cuerpo su ricura me puse un minivestido que ajustaba perfecto a mi cuerpo haciendo resaltar mis formas, sobre todo mis grandes tetonas, así que no me puse sostén y abajo unas braguitas negras transparentes que "tomé prestadas" de mi prima Irene, y las inseparables zapatillas de tacón alto. Desde que Mauricio paso por mí, le dejé ver mis intenciones al abordar el coche separando las piernas, para permitir que me vieran todos los muslos y las minúsculas braguitas, de lo que él no perdió detalle. Durante el trayecto al bar permití que el minivestido se me subiera casi a la cintura mostrándole mis piernas con total impudicia. Mauricio no trataba de disimular para verme lo que le enseñaba, incluso ponía su mano de vez en cuando sobre mis muslos acariciándolos tranquilamente, yo solo puse mi mano en su entrepierna pero aun lejos de su miembro, y aprovechábamos cuando el cocheo se detenía por cualquier motivo para besarnos en la boca. Durante el tiempo en que permanecimos en el bar estuve mostrándole de manera permanente mis piernas y bragas, a él y a todos los que quisieran verme, dándonos besos sin apasionarnos demasiado. Su conversación versaba de todos los temas, parecía que no solo buscaba "echarme el polvo" y adiós, sino me daba la impresión de que buscaba algo mas permanente tal vez sin llegar al noviazgo pero sí una "amistad cariñosa".

Aun era temprano cuando decidimos retirarnos. Cuando llegamos al estacionamiento y abordamos el vehículo, me senté muy cerca de él…, en el lugar no había gente y aprovechamos para besuquearnos y empezar a manosearnos. Mauricio metía su mano por abajo del vestidito tocándome la vulva por encima de las bragas y en momentos me acariciaba las tetas, mientras tanto yo le frotaba el bulto que hacia su hinchada verga, me había quedado cachonda desde el día anterior y estaba decidida a que ese día disfrutáramos nuestros cuerpos a tope. Le saqué ahí mismo la verga para masturbarle en directo, y a petición de él, me bajé las bragas para que pudiera tocar mi chochete ardiente y pajearme el clítoris. La situación se había tornado sumamente candente y decidimos ir a un hostal a saciar nuestros deseos carnales…. Ya estando en el hostal me desnudó de lo más fácil… ya que tan solo me quité el vestidito, pues las bragas habían quedado en el asiento del coche. Estuve exhibiéndole mi cuerpo desnudo mientras él se deshacía de su ropa, enseguida se lanzó sobre mi ardiente cuerpo besándolo por completo, poniendo especial atención en mis partes erógenas, luego me tocó a mí disfrutar de su hermosa tranca besándosela y lamiendo desde la punta del glande hasta sus suculentos huevones, para darle una exquisita mamada en su caramelo que lo puso al borde de la eyaculación. Tuvimos que darnos unos instantes de reposo o se me iría fácil soltando toda su lefa, así que cambiamos de tercio haciendo un 69, en el que tragaba mis fluidos vaginales y yo el cristalino liquido que su tremenda dureza viril expelía por el ojal de esa grande y brillante cabezota.

Por fin tuve toda su hombría metida en mi estuche en variadas poses y el vaivén de su verga entrando y saliendo de mi hendidura vaginal era interminable, me hizo correr tres veces en explosivos orgasmos antes de que Mauricio eyaculara su esperma en mi boca, parte tragué y la otra escurría por mi rostro llegando a mis tetas. No tuvimos oportunidad de hacerle los honores a mi culito ya que él no me lo propuso, pero para ser la primera vez era suficiente lo que habíamos hecho y le dejaba con esa opción para una posible segunda entrevista…. Al día siguiente me llamó por teléfono solo para saludarme y mostraba un cierto interés en que la recién iniciada relación fuera permanente, yo también así lo deseaba, nos vimos algunas veces más, no en todas teníamos sexo, pero ya mi culito había probado el placer de tener su cipote dentro, y las experiencias sexuales eran muy satisfactorias ya que el nuevo galán era tan cachondo como yo y no teníamos limites para gozar nuestros cuerpos. Todo parecía excelente.

Pero un día que habíamos quedado de vernos, pasó por mí y empecé a notar que en algunos detalles de entrevistas anteriores no coincidíamos, parecía que no se acordara de ellos, en ocasiones le decía cosas contrarias a las que habían sucedido y él lo aceptaba dándolas por ciertas, eso me empezó a generar dudas de su comportamiento, pero lo que me hizo descubrir el "juego" fue que desde el primer día que le conocí en aquella fiesta, noté que en la ceja izquierda tenía una pequeña cicatriz apenas visible por ser cubierta parcialmente por los vellos de la ceja, nunca le mencioné el hecho por no considerarlo de importancia, y el sujeto que estaba conmigo en ese momento carecía de tal cicatriz. No hice comentario de ello por no estar completamente segura de lo que me estaba imaginando. En la siguiente cita ya estaba nuevamente la pequeña cicatriz e igualmente no recordaba con claridad los pequeños detalles sucedidos en la cita anterior y había contradicciones en lo que me había dicho en la vez precedente, no había duda eran dos personas diferentes aunque físicamente idénticas.

La duda me estaba matando así que llamé a Lila, la compañera de instituto en cuya casa se había realizado la fiesta y quien invitó a Mauricio, le saludé y hablamos un poco de diferentes temas, y como tratándose de una cosa sin importancia le pregunté, como si yo lo supiera, que como se llamaba el gemelo de Mauricio, ya que se me había olvidado momentáneamente, me quedé sorprendida cuando Lila con naturalidad me dijo que se llamaba Marcelo, sin más comentario al respecto nos despedimos. Esa noche estuve pensando en mandarlo a la chin... por haberme engañado, pero al final de cuentas me pareció cachondo andar con los dos al mismo tiempo y por supuesto follando con ambos, porque cuando había salido con Marcelo solo nos habíamos magreado, pero nunca me había follado, así que decidí hacerme la tonta y fingir no haberme dado cuenta de lo que estaba pasando y seguirles su singular "jueguecito" del que seguramente la que más se habría de divertir sería yo. Después de ese día, a la siguiente cita que tuvimos asistió Marcelo, el que carecía de la cicatriz y nunca me había follado, cuando vi que era él le hice esperar y me cambié la ropa, le recibí luciendo espectacular minifalda que apenas me tapaba las nalgonas y que por lo mismo ya casi no me ponía para salir a la calle, arriba solo una camiseta sin llevar sostén por lo que mis tetonas se bamboleaban alegremente, debajo de la mini unas pequeñas braguitas que me "prestó" mi prima, yo misma me calificaba que lucía muy sensual y por demás provocativa, estaba resuelta a que ese día me follaría Marcelo o más bien yo a él.

En cuanto me vio Marcelo se quedó momentáneamente mudo e inmóvil, daba la casualidad que las pocas veces que había salido con él siempre había vestido con pantalón, era la primera vez que me veía de minifalda y por ende las piernas y vaya que se las estaba enseñando, al abordar el coche me conoció las sensuales bragas que mi prima "me había prestado", me senté lo más cercana a él que pude, no hubo necesidad de subirme la falda como acostumbraba, era tan pequeña que se subía sola y mis nalgas quedaban en contacto directo con el asiento del coche… fácilmente se me veía la vulva forrada en las finas bragas, Marcelo no podía ocultar su sorpresa y el morbo con que me miraba evidenciaba su súbita excitación y en consecuencia la turbación en sus palabras y acciones. En cuanto puso el coche en marcha coloqué mi mano en su entrepierna muy cerca de sus testículos, me divertía perturbándolo, así que tomé su mano y la coloqué en mis piernas diciéndole en voz baja… 
– "Acaríciame", podía sentir que su mano temblaba y algo sudorosa, me acariciaba algo torpemente y se distraía de conducir el coche por verme la vulva en mi entrepierna, se supone que iríamos al cine, pero en un momento dado le dije que mejor fuéramos a un lugar en donde pudiéramos estar solos, diciéndole que fuéramos al mismo hostal de la vez pasada, le puse en un predicamento ya que no sabía en donde era, tartamudeando me dijo que yo le dirigiera por donde, ya que no estaba ubicado y no recordaba el camino. Cierto, ya que con él nunca había estado ahí.

Le indiqué por dónde ir, poniéndole mi mano sobre el bulto que hacía su verga frotándole levemente, con la otra mano le encaminaba la de él hacia mi entrepierna junto a mi vulva, tímidamente y solo por instantes me tocaba el Monte de Venus por encima de las bragas, así permanecimos durante todo el trayecto hasta llegar al hostal. Ya en la habitación el cachondeo se generalizó besándonos en la boca y sus manos entraron en acción acariciando mi cuerpo, la minifalda se me enroscó en la cintura y me tocaba las nalgas en directo dado que las braguitas estaban incrustadas entre mis glúteos…, yo misma me saqué la blusa dejando mis tetonas al desnudo, y sin preámbulo le liberé la verga "meneándose con fruición", en tanto Marcelo alternaba sus besos en mi boca y en mis crecidos tetonas. En un momento dado en que él tenía ambas manos en mis nalgas le dije que me besara "ahí" como lo había hecho la última vez, Marcelo ignorante de lo sucedido anteriormente con su hermano, aceptó como si fuera algo ya hecho. Me puse de espalda y bajándome las bragas, le ofrecí mis nalgas para que me las besara, dócilmente él me empezó a besuquear los glúteos, me separé las nalgas invitándolo a besarme el culo y diciéndole que lo hiciera como la vez pasada, era mentira nunca su hermano me había besado el ano, pero Marcelo no lo sabía así que siguiendo la mentira posó sus labios en mi "anito chiquito" besando y lamiendo mi estrecho agujerito.

Dada la vehemencia con que besaba mi culo era evidente que le excitaba hacerlo, y a mí me encantaba que lo hiciera, pero no solo se limitaba a lamer mi culito, sino que su lengua pasaba también por mi hendidura vaginal recogiendo mi flujo con su apéndice bucal…, era mi turno y pidiéndole que se pusiera de pie fui yo quien se puso de rodillas para besarle y chupetearle su polla, hasta en eso se parecían, era idéntica a la de su hermano. Se la mamé por un buen rato metiendo más de la mitad del troncho en mi boca, se notaba que lo estaba disfrutando mucho y antes de que se fuera a "correr" me levanté dirigiéndome a la cama con el propósito que me metiera su fabulosa y energizada hombría en mi vagina. Le pedí que se acostara para que yo me montara en él, para que mientras me follaba pudiera chuparme mis tetonas, así lo hicimos hasta que tuve mi primer orgasmo ante las innumerables entradas y salidas de su verga en mi coño. A partir de ahí las poses fueron variando de acuerdo a como se le antojaba, hasta que me dijo que estaba a punto de eyacular…, traté de meterme su miembro viril henchido a reventar en lo más hondo de mi útero, para recibir su esperma dentro. De pronto se iba acercando incrementando sus vaivenes dentro de mi coño… y comenzó a lanzar chorros de semen atiborrando mi cérvix de lefa espesa. Cuando la extrajo, aún expelía borbotones de engrudo por su ojal uretral, lo restregué todo por mi rostro y solo un poco de su leche cayó en mi boca para tener la oportunidad de saborearla dando por terminada la sesión de placer de ese día.

Ya en mi casa me puse a pensar que cara pondría Mauricio cuando su hermano le hablara que me había besado el culo porque yo le dije que ya lo había hecho antes…, me hacía mucha gracia imaginar lo que habrá pensado mi supuesto "novio", de que su hermano me besó el ano y me folló hasta dejarme todo su leche dentro, con posibilidad de quedar preñada, sobre todo saberse descubierto en su morboso "juego". Sin embargo al día siguiente me llamó Mauricio para invitarme a salir "nuevamente", pero sorprendentemente siguió con la mentira como si nada hubiera pasado, así que yo también le seguí la corriente e incluso le pregunté si le había gustado el sexo que habíamos tenido el día anterior, sin mucho comentario lo me contestó afirmativamente y quedamos de vernos al siguiente fin de semana.

Cuando llegó el momento de la cita, no hubo comentario alguno respecto de que los había descubierto, fuimos al hostal y tuvimos sexo, yo dirigía la acción escudada en afirmar que él había sido quien pidió tal o cual forma o pose, sobre todo me complacía y excitaba hacerlo besarme el culo a cada momento y me hiciera el sexo anal, que me fascina desde la primera vez que me lo hizo aquel profe de inglés. Así continuamos follando con los dos aun cuando yo estaba perfectamente consciente de todo, pero llegó el momento en que la aventura se estaba volviendo monótona y debería desenmascararlos y dependiendo de su reacción seguir con ambos pero de una manera abierta, me ponía cachonda pensar en que podía tener dos "novios" al mismo tiempo, con conocimiento de ambos y follando con los dos al mismo tiempo en enloquecedor trío…. Cité, de manera inesperada y con premura, a Mauricio para ese mismo día aprovechando que estaba en el instituto, enseguida le llamé a Marcelo para citarlo en el mismo lugar y a la misma hora con la misma urgencia, con la idea que no pudiera informarle a su hermano. Llegué al lugar con la esperanza que no hubiera habido comunicación entre ellos y asistieran a la cita para divertirme con la situación.

El primero en llegar fue Marcelo, le dije que la idea era aclarar nuestra situación, tal vez no entendía a lo que me refería, pero al ver llegar a su hermano, le recalqué "Esta situación" señalando a su consanguíneo, se puso sumamente nervioso y no sabía que decir, al acercarse Mauricio, éste enseguida supo de lo que se trataba, sin ocultar su vergüenza de inmediato me empezó a pedir que los disculpara que había sido por ayudar a su hermano que era un tanto tímido para las mujeres y esencialmente no se trataba de burlarse de mí, yo sonreía regocijándome con sus tontas explicaciones, para finalizar me pidieron perdón y me preguntaron que podían hacer para compensarme de tan baja acción. Sin perder el buen humor, ya que la que se había divertido con ellos realmente era yo, les dije que para compensarme ambos deberían ser "mis novios", de manera individual e indistinta, así como en trío. Se confundieron por completo, no podían creer lo que les estaba proponiendo y con total desconfianza y desconcierto aceptaron tal vez esperando el momento en que los mandara al carajo… o algo peor. Para disiparles las dudas me acerqué a ellos y les día un beso en los labios a cada uno de ellos, mientras los abrazaba por la cintura a ambos, sus rostros denotaban mas incredulidad que antes, pero yo traté de minimizar la situación no volviendo a tocar el tema y siendo cariñosa con ambos besándolos alternadamente a cada momento, poco a poco ellos fueron correspondiendo a mis besos y caricias, les tomaba de la mano a ambos caminando en medio de ellos y proponiéndoles que esa noche fuéramos los tres al cine, así fue en medio de besuqueos y arrumacos entre los tres.

A partir de ese día tenía dos "novios" como original y copia, tenían un coche un poco antiguo, que en su momento fue de lujo, que tenía los asientos corridos, así que nos subíamos los tres en el asiento delantero estando yo en medio de ellos y ya entrados en confianza, ambos me manoseaban y besuqueaban al mismo tiempo mientras yo hacia lo que comúnmente le llaman "remar", o sea que les sacaba la verga a ambos y con un remo duro en cada mano, y les masturbaba como si fuese remando en un bote, me quitaban las bragas y mientras uno me pajeaba mis "rinconcitos", el otro me masajeaba las tetonas alternándose en la candente labor. Algo que me excitaba muchísimo, era chuparles el caramelo yendo en el coche, mientras me inclinaba para chuparle su hermosura a uno, le ponía mis nalgas al otro para que me las acariciara, besara el culito o simplemente me pajeara el orificio que quisiera, y luego me inclinaba hacia el lado opuesto para succionarle la polla al otro, ofreciéndole mi trasero al restante y los hacía que se "corrieran" en mi boca, tragando el esperma de ambos, todo ello con el vehículo en movimiento.

El primer día que fuimos a follar los tres, fue en su casa aprovechando la ausencia de su familia, empezamos en la sala mientras tomábamos una copa, ese día llevaba pantalón, el cachondeo no se hizo esperar, besándoles en la boca de manera alternada para lo que ponían sus labios muy cerca de mi boca para chupar mi lengua casi al mismo tiempo, mientras sus manos recorrían sin pudor todo mi cuerpo y yo le acariciaba la verga por encima de su vestimenta. Ante las dificultades que presentaba mi vestuario me pidieron que me desnudara, así que acepté hacerlo mientras les bailaba un pretendido striptease, en tanto ellos se iban quitando la ropa al parejo que yo lo hacía. Cuando ya solo estaba en sostén y bragas se lanzaron sobre mí para manosearme y besarme el cuerpo, mientras prácticamente me arrancaban la ropa intima dejándome en total desnudez, mientras uno me chupaba los pezones y me frotaba la vulva, el otro me hacia los honores besándome el culo y las nalgas. Después de un tiempo se alternaban las posiciones para que el otro gozara de la parte de mi cuerpo que el restante ya había disfrutado y sus manos transitaban por el resto de mi ser, a tal grado que me hicieron llegar al orgasmo y como perrillos compartían los jugos que brotaban de mi conejito hambriento.

Era mi turno de hacerles el sexo oral, me hinqué ante ellos que tenían su respectiva verga bien empalmada…, las tomé una en cada mano y mientras le pajeaba a uno, le chupaba el glande y huevos al otro, para luego cambiar de verga en mi boca. Me ponía sus falos muy cerca de mis labios y les daba un chupete a cada una de manera alternada e intentaba meter las dos vergas en mi boca, les lamía el tronco y les besaba los huevos en tanto que ellos solo jadeaban aceleradamente manifestando con ello lo placentero que estaban sintiendo, antes de que fueran a eyacular en mi rostro y boca, decidí que había que suspender parcialmente el sexo oral. Me puse de pie en medio de los dos y me empiné ofreciéndole mi trasero Mauricio, le tomé la verga y me la restregaba en la hendidura del culo, llegando a la raja del coño, mientras con la otra mano tomé el estoque de Marcelo y se la besuqueaba dándole pequeños mordiscos en el glande. Mauricio se agachó tras de mí para seguir besando y lamiéndome el culo y la raja, por fin entendió lo que pretendía…,colocó su verga en mi vagina empujando lentamente para penetrarme mientras le chupaba la verga a su hermano. Con poco ya me la caló hasta los huevos de un solo envión, y comenzó a follarme recorriendo mi estrechura con su balano… su vientre chocaba contra mis nalgas en cada embate empujando mi cuerpo contra la verga de su consanguíneo, lo que hacía que entrara más profundo en mi boca, teniendo alojada en mi garganta más de la mitad de la masculinidad de su primor viril. Tras unos minutos me desensarté y dando media vuelta invertí los papeles para que Marcelo me metiera la verga, no sin antes hacerle lo honores a mis nalgas y culito con sus labios, en tanto le chupaba el cipote a Mauricio…. Así duramos un buen rato alternando la pose, en la que probaba el sabor de mi propio néctar íntimo al chupar la verga que instantes antes había estado incrustada en mi coño chorreante ¡No imaginan cuando me excitaba todo aquello! Tan novedoso que me corrí unas cuantas veces.

Hice que uno de ellos se sentara en el sofá, me monté sobre él dándole la espalda y embutiéndome su verga en mi rajita, en tanto el otro permanecía de pie acercándome su erección para que se la mamara. Minutos después ellos cambiaron de lugar para guardar la misma pose pero cambiando de picador, sentía tan delicioso estar siendo follada por dos hermanos al mismo tiempo que no me pude contener y me llegó un segundo orgasmo entre gemidos de placer, pero lejos de sentirme satisfecha quería más y más verga. En uno de los cambios se monté dando el frente a quien en ese momento me metería la verga en la vagina para que tuviera oportunidad de chupetearme las tetas inflamadas de tanta excitación, dejando mis nalgas expuestas al restante, quien inclinándose no cesaba de besármelas así como pajeando mi apretado culito y deslizando sus dedos a mi inflamado clítoris también. Con voz entrecortada por la tremenda excitación que sentía, le indiqué que me metiera su ricura por mi culito mientras su hermano me cogía por la vagina. Tras unos momentos de desconcierto el chico se acomodó de tal modo que su falo hacia contacto con mi ano, empezó a empujar delicadamente su verga rígida, tratando de penetrar mi ojal bien cerrado. Tras varios intentos la cabeza de su hermosa virilidad comenzó a entrar en mi templo de Sodoma, pude sentir como iba entrando poco a poco hasta llegar a mi recto, la acometida no cesaba y pronto mi esfínter estaba totalmente rebasado llegando su verga a mi intestino donde se alojaría… en pocos momentos para dar inicio al vaivén de mete y saca coordinado con el mismo movimiento que hacia la verga de su hermano por mi vagina.

No era la primera vez que me daban la doble penetración, pero había sido en la modalidad de boca/vagina o boca/culito, pero nunca como ahora de vagina/culito y menos siendo hermanos los que me estaban cogiendo como ese día, posteriormente se repetiría en varias ocasiones con otros amigos, pero con unos hermanos, solo hasta que lo hice con mis propios hermanos pero eso amerita una narración especial que relataré en el momento oportuno. Mauricio y Marcelo se alternaban metiéndome la verga en el culito mientras el otro lo hacía por mi coñito, me llevaron a otro sensacional orgasmo que hizo vibrar todo mi ardiente cuerpo como pocas veces me había sucedido, ellos ya no podían aguantar más y a petición mía, en el momento preciso me tumbé en el sofá con la piernas bien abiertas, y allí despatarrada por turnos entraron en mi coño… eyacularon casi nada más llegar al fondo de mi útero, haciéndome sentir sus chorros…primero Mauricio el más aventajado en su orgasmo y una vez vaciados sus bolas, entró Marcelo, este no se lo pensó me folló con duros pollazos, hasta el estómago los percibía. En dos minutos follándome como una perra nos corrimos al unísono. En su rostro se notaba el gusto de correrse en mi coño y mi boca le pedía que se descargara todo su contenido seminal. Allí ofrecida a esos dos talentos sementales saboreando el esperma que rellenaban en mi útero, confundiéndose el de uno y el otro. Las sesiones de sexo en trío con doble penetración se hicieron constantes, una o dos veces por semana, los demás días salíamos a diferentes partes como lo haría cualquier pareja de novios normales, solo que nosotros lo hacíamos en trío, la gente que me veía besarme indistintamente con uno y con otro se quedaba sorprendida sin poder poner en claro cuál era nuestra relación, yo me divertía de lo lindo con ambos y ellos parece que también lo hacían conmigo.







Mi Primer Incesto

Pero como siempre me sucede al poco tiempo de estar con los gemelos… unos cuatro meses, fastidié esa aventura por monótona, y los fui relegando por salir con otros chicos, hasta que mutuamente nos fuimos olvidando mutuamente. Ya había cumplido los 16 años y para entonces ya me sentía muy autosuficiente para tomar mis determinaciones. Sumaba un buen número de novios, nunca me ha gustado prolongar mucho una relación "amorosa", así que algunos de esos novios solo duraban un mes, otros dos meses y unos tan solo una o dos semanas, lo único que tuvieron todos ellos en común fue que con todos hice "cositas sabrosas" y me fornicaron como a una puta. Había ido a pasar mis vacaciones a una pequeña ciudad del interior de Castilla La Mancha, de donde son originarios mis padres y la mayor parte de mis familiares, me hospedé en la casa de mis tíos…los padres de Irene, la prima que mientras estudiaba vivía con nosotros en la capital…, el padre de ella es hermano de mi padre. 

Irene tiene varios hermanos entre mujeres y hombres, que vienen siendo mis primos en línea directa, lo que comúnmente llamamos "primos-hermanos", por lo que solo, me referiré a algunos de ellos. ¡Desde mi llegada al aeropuerto supe que esas vacaciones tendrían una connotación candente!, la mirada de mi primo Javier, tres años mayor que yo, me lo indicaba, había ido en compañía de Cristina, su hermana, a esperarme para llevarme a casa, desde el primer momento la mirada de Javier recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, sentía su vista cargada de erotismo y morbosidad, lo que provocó en mí una actitud de coquetería y provocación…, aun sin quererlo contoneaba mi cuerpo más de acostumbrado llamando la atención de mi primo. Al saludar a Cristina con un efusivo abrazo, pude ver de reojo que mi primo me miraba las nalgas con descaro creyendo que no me daba cuenta, luego le salude a él, me abrazó con gran vehemencia pegando su miembro viril con fortaleza, en mi vientre aunque no se sentía endurecido, si me hizo sentir su presencia…, en respuesta le arrimé mis crecidas tetas en su pecho, e intercambiamos besos en la mejilla. Al abordar el coche Cristina se subió en la parte trasera dejándome al lado de Javier quien conducía, y ya con perversas intenciones bajé un poco el cierre de la blusa que llevaba puesta para el viaje a fin de que mi primo pudiera ver un poco de mi tetamen, ayudada por el sostén de media copa que sostenían mis masas mamarias. Con Javier no era la primera vez que coqueteaba, ya en ocasiones pasadas nos habíamos demostrado mutua atracción e incluso, alguna vez, nos dimos besitos en los labios aunque de manera inocente solo de "piquito", pero esta vez sería diferente.

Al llegar a la casa tras saludar a todos e instalarme en una de las habitaciones de la amplia casona, mi primo Javier me invitó a dar una vuelta por la ciudad para reconocer el pueblo y enseñarme algunas novedades que existían desde la última vez que había estado ahí, acepté indicándole que me esperara para cambiarme el atuendo que había utilizado para el viaje. Así que cambié el pantalón vaquero por otro de licra en color blanco de los que se usan para hacer ejercicio y que me quedaban ajustados al cuerpo por ser ajustables, poniendo especial cuidado en que se me marcaran las bragas blancas de tipo bikini que portaba. Cambié la blusa de cierre por una camiseta escotada que dejaba ver el perfil superior de mis tetonas, de tipo ombliguera y que translucía el sostén de media copa que hacia juego con las bragas y sustituí los sucios tenis por una zapatillas de tacón alto que realzan la figura de cualquier mujer al usarlos. Me vi en el espejo y todo estaba en orden para llamar la atención lúbrica de mi primo.

Nos fuimos hacia el coche y noté que Javier, con cualquier pretexto, me dejaba caminar delante de él, su intención era evidente, así que cuando lo hacía, caminaba más voluptuosa que de costumbre para que pudiera verme a plenitud las nalgas moviéndose…tengo un culo que cuando ando se alternan una y otra nalga, al estar completamente diáfanas una con otra por una gran raja que las divide. Seguro se estaba fijando en cómo se me marcaban las bragas bajo el ajustado pantalón deportivo y yo me daba vuelo moviendo la cadera en forma descarada, ya en el coche Javier me clavaba la mirada en el escote de la camiseta mirando mis ubres descaradas… me arrepentí de no haberme quitado el sostén, pero hubiera sido exageradamente evidente dejar mis melones en libertad, cuando menos por ese mi primer día de visita. Tras recorrer en el coche casi todo el pueblo, me invitó un helado, al hablar conmigo no me miraba a ojos sino casi siempre estaba su vista en mis tetas y sobre todo a mis pezones erectos…, yo fingía no darme cuenta pero meneaba mi busto cada vez que podía para antojarlo más de lo que estaba. Por ese día solo se dedicó a recorrer mi cuerpo con su morbosa mirada y seguramente deseándome.

Era verano, días calorosos que se prestaban a las mil maravillas para la ropa sexy y breve, al siguiente día tras bañarme use unas braguitas negras tipo tanga que tenían un corazón bordado en encaje por el frente, cubriendo el área del coñito… transparentes en los costados y en el pequeño triángulo que formaba la parte trasera, adivinaron, eran de mi prima Irene pero me las llevé "prestadas", encima unos leggins azul cielo de licra también de los que se usan para hacer ejercicio, que me quedaban dibujados al cuerpo dejando al descubierto la totalidad de mis muslos y solo una blusita frontal de satín, es decir de las que no tienen parte posterior y solo se ajustan con dos tiras por la espalda, esta vez no me puse sostén, por último me calcé con unas sandalias de tacón alto destalonadas. Me miré al espejo y vaya que me veía sexy, la tanga se me marcaba como si el short fuera transparente, en mi abultada pelvis se notaba con extrema claridad el corazón bordado en las braguitas y el contorno de mis labios vaginales, por atrás era más que evidente como mis nalgas se devoraban las diminutas braguitas, mis tetas se balanceaban a cada paso que daba evidenciando la falta de sostén y los pezones se marcaban bajo la blusa dejando ver su tamaño. Causé admiración entre mis primas, algunas me decían que me veía muy bien, otras solo me miraban sin hacer comentarios, a mis primos se le caía la baba mirándome de pies a cabeza.

Sin duda les despertaba sus bajos instintos y tal vez a algunos de ellos les provoqué la erección de su verga, por donde me vieran había algo "interesante" que mirar, me sentía acechada por sus impúdicas miradas deseándome, eso me puso muy caliente, ya que como he establecido me encanta el exhibicionismo, sentía mi hendidura vaginal algo húmeda. El que más se notaba excitado mirándome era Javier, o cuando menos era el que más lo manifestaba agarrándome la mano y haciendo una leve presión en la misma, a la que yo correspondía de la misma manera. Sin motivo aparente procuraba abrazarme y claro yo me dejaba. En una de esas ocasiones me abrazó por la espalda pegando su polla contra mis nalgas, enseguida registré su erección, sin embargo hice como si no hubiera sentido nada dejando que siguiera friccionando su verga en mis glúteos por largo rato. Después del desayuno mi primo me invitó a "dar la vuelta", pues, dijo, quería lucirme con sus amigos, acepté de buena gana ya que de alguna manera quería estar a solas con él y ¿por qué no?, exhibirme con sus amigos. Así lo hicimos y en el coche paseamos por el pueblo y cada vez que nos encontrábamos a algún conocido de él nos bajábamos del coche a saludar y a que, sin mencionarlo, pudieran verme de cuerpo completo, yo complacida me dejaba admirar adoptando poses de mujer fatal o de caliente ramera de la calle, ellos se deleitaban viéndome las tetas, las braguitas, mi abultado Monte de Venus, el dibujo de mis labios vaginales creando relieve sobre los leggins, mis nalgas… todo se notaba. Me disfrutaban y yo sinceramente gozaba exhibiéndome a grado tal que sentía cada vez más mojadas las bragas y temía que la humedad de mi chochete traspasara la fina tela de el tanga y los leggins, y me evidenciara lo cachonda que estaba para entonces.

Tiempo después me invitó a tomar un refresco, pero al llegar al estacionamiento en donde dejaríamos el coche, al bajarnos se me acercó y de frente me abrazó pasando sus manos por mi cintura y yo deposité las mías en su pecho, lentamente fue acercando sus labios a los míos como esperando alguna reacción negativa de mi parte, pero no fue así, por fin sus labios hicieron contacto con los míos y nos besamos levemente solo en los labios, no dijimos nada solo sonreímos descarados y tomados de la mano entramos a la heladería a tomar el refresco, al entrar sentí como los presentes me desnudaban con la mirada lo que acrecentaba mi calentura, ahí entre la conversación me preguntó si recordaba la vez en que nos habíamos dado aquellos inocentes "piquitos", coqueta le dije que sí lo recordaba con agrado, se acercó nuevamente a mi rostro y ahora nos besamos un poco más formalmente entreabriendo los labios mojándolos mutuamente con la saliva del otro… ¡Sentía como me "latía" la vulva!, definitivamente estaba bien cachonda con toda la pepita dura con un gran comezón…, repetimos los besitos discretos varias veces hasta que decidimos irnos. Llegamos al estacionamiento y al abrir la puerta del coche me volvió a abrazar, pero ahora yo le pasé mis brazos por el cuello y él por mi cintura, los besos eran descarados a boca abierta chupándonos mutuamente nuestras lenguas, mis tetonas estaban embarradas en su pecho, y su erección se restregaba contra mi pelvis. Un solo beso duró tal vez unos cinco minutos a punto de ahogarnos sin respirar casi, sus manos amagaban con bajar a mis nalgas, cosa que yo no hubiera impedido ya que lo deseaba.

Abordamos el coche y aun sin salir del estacionamiento ya nos estábamos besando nuevamente. Con una de sus manos acariciaba mis muslos ante mi complacencia, su mano fue subiendo por el costado hasta llegar a una de mis tetas, era ineludible que quisiera agarrármelas, en esa época eran de llamar la atención tamañas ubres de vaca lechera para una chica de 16 añitos, pero las tenía duras y firmes como dos ojivas de misil. Dejé que me las acariciara mientras seguíamos intercambiando saliva comiéndonos las bocas, labios y lengua que mamaba como si de su polla se tratase… estaba muy cachonda para impedírselo, su mano brincaba de una teta a la otra y yo generosa dejaba que me manoseara mis "domingas" por encima de la delgada blusa, cuando intentó meter la mano por debajo de la blusa le dije que era mejor irnos de ahí. Obediente dio marcha al coche y mientras circulaba por las calles sin un rumbo fijo su mano seguía acariciándome las piernas hasta llegar a la pelvis por encima del leggins. Yo tenía muchas ganas de agarrarle la verga que se le veía hinchada por el bulto que hacia abajo su pantalón, pero me contenía por un cierto chispazo de pudor, raro en mí. Las pequeñas bragas que portaba estaban empapadas de mis jugos íntimos y el leggins se estaba mojando también. Por fin se detuvo en un lugar arbolado dentro de la ciudad pero no había casas ni gente, nuevamente nos entregamos al besuqueo, sus manos recorrían descaradamente mi cuerpo por encima de la breve ropa que me cubría, pronto sus manos buscaron por debajo de la blusa hasta tocar mis masas mamarias en directo, acariciándomelas delicadamente, con la otra mano me frotaba las nalgas encima del short, yo me dejaba presa de la calentura que en esos momento experimentaba. Con el codo de uno de mis brazos rozaba el bulto de su endurecida verga, él tomó mi mano que estaba en su pecho y la bajo poniéndola encima de su tranca, que dócilmente empecé a acariciarle, el besuqueo era ininterrumpido.

Ya con mi mano frotando su verga, Javier intentaba meter la mano por abajo del short para acariciarme las nalgas, el tipo ajustable del pantaloncillo le dificultaba enormidades pero lo consiguió, metió su mano tocándome las nalgas en directo, las braguitas no le estorbaban mucho ya que las tenía incrustadas en la raja de mis glúteos y solo acariciaba mis nalgas sin pretender aun meter los dedos entre ellas en busca de mi culito o de mi coñito, pretendía quitarme el leggins ahí mismo pero le detuve diciéndole que lo dejáramos para más tarde. Regresamos a casa súper excitados, enseguida fui a cambiarme el leggins que ya estaba mojado con mis fluidos vaginales, por una extraña razón lúbrica, conservé las bragas aun cuando estaban empapadas. Me puse una minifalda no muy corta pero dejaba al descubierto la mitad de mis muslos, el cachondeo duró toda la tarde ahí mismo en la casa, aprovechábamos cualquier descuido para besuquearnos y meterme mano por debajo de la faldita tocando mis nalgas y el chochete caliente por encima de las bragas. Tratar de tocar mi coño sobre las bragas y pasar su lengua por sus humedecidos dedos por mis jugos… me excitaba sobremanera, ya que entendía con ello que era capaz de chuparme el coñito sin tapujos. Yo solo le acariciaba la verga por encima del pantalón dejándome manosear a placer.

Al día siguiente era la boda de una prima de ellos, hija de una hermana de su madre, por lo que no era familiar mía, pero me trataban como tal por el simple hecho de ser prima de sus primas, así que aunque no estaba invitada de inicio sería bien recibida en la ceremonia y posteriormente en la fiesta respectiva. Como no sabía de la boda, así que no fui preparada con vestimenta adecuada para tal celebración, pero mi prima Yolanda, hermana de todos ellos y quien es más o menos de mi talla me ofreció prestarme un vestido largo para asistir al evento, acepté gustosa… ¡Si era capaz de ponerme las bragas sucias de Irene por qué no me pondría un vestido de Yolanda!, era un vestido precioso, en color rojo con diminutos destellos plateados de acuerdo como le reflejara la luz, tenía un escote posterior que dejaba la espalda totalmente descubierta hasta la cadera y solo se sujetaba con dos tiras en el cuello. Había dos pequeños inconvenientes que a mí en lo personal me agradaron sobremanera, uno que Yolanda era un poco más delgada que yo por lo que el vestido me quedaba muy ajustado a mi cuerpo…, y el segundo que ella era un poco más alta por lo que con zapatillas muy altas evitaba que arrastrara en el piso pero el escote bajaba más de lo normal, es decir, justo apenas me tapaba la separación de las nalgas lo que se me hacía de lo más cachondo.

Dadas las condiciones del vestido, era imposible que me pusiera sostén y bragas, así que solo cubriría mi cuerpo con el vestido y mi perfume, me va mal decir que me veía divina, o cuando menos así me sentía, podía lucir mi cuerpo, mis tetonas libres hacían llamar la atención y ese escote tan excitante hacían lucir mucho mis nalgas, seguro despertaría los deseos sexuales de todos los hombres que me viesen. En fin que aún no salíamos de la casa y yo ya me sentía cachonda, recibí piropos de toda la familia, en especial de los hombres y de entre ellos de Javier, con quien desde muy temprano había continuado el cachondeo con largos y apasionados besos en la boca y sus manos inquietas recorriendo mi cuerpo por debajo de mis ropas, ese día por la mañana ya le había dejado chupar mis tetas mientras me manoseaba, por mi parte solo le había seguido acariciando el falo por encima de la ropa. Paso la ceremonia religiosa y nos dirigimos a la casa de la fiesta. Si la casa de mi tío es grandísima, la de ellos es enorme, varias veces más grande, al llegar dejamos nuestros abrigos, también me lo prestaron, en una de las amplias habitaciones que más tarde supe era la de Margarita, la novia, y pasamos al patio acondicionado como salón de fiesta con orquesta en vivo y dos conjuntos más, la fiesta era en grande, licor de sobra y comida hasta hartarse, todo sensacional.

Como lo había presentido, con aquel vestido mi cuerpo llamaba mucho la atención, sentía las miradas libidinosas sobre mi voluptuosa humanidad, ya sea en mis grandes tetonas, en mi abultado Monte de Venus que sin bragas y una vulva tan carnosa, lo hacía resaltar aún más o en mis nalgas, me daba gusto contoneando mi cuerpo lo más sensual que podía sin caer en la vulgaridad de zorra de barrio. Tenía una larga fila de sujetos que querían bailar conmigo especialmente las piezas tranquilas, donde pegaban su pecho contra mis domingas desguarnecidas de sostén, y aprovechaban para tocar mi cadera, y también pegarme sus candentes vergas en mi vientre. Yo me dejaba hacer todo ello fingiendo no darme cuenta y por supuesto disfrutando el discreto manoseo de que era objeto. Javier iba con su novia así que no me atendía como lo hubiésemos querido ambos, sin embargo de vez en cuando me sacaba a bailar…, él sí que me pegaba descaradamente su verga erecta y yo mi pelvis en ella. Después de unos tragos en pleno baile metía la punta de sus dedos por debajo del escote tocando la separación de mis nalgas y yo le embarraba mis crecidos senos en su pecho. Al oído me decía que me deseaba, que quería follarme.

Yo solo sonreía provocativa pidiéndole se controlara para que no nos fueran a descubrir, que ya tendríamos tiempo de todo. El tiempo había pasado volando y ya era de madrugada, la novia de Javier ya tenía que irse, yo ya me sentía un poco cansada y algo borracha…, ya estaba derrochando sensualidad de más y antes de quedar en ridículo quise irme. Aproveché para que Javier me llevara y así se los hice saber, no hubo objeción, así que fui por mi abrigo y al entrar a la habitación de Margarita observé que estaba un cajón de la cómoda entreabierto, era donde Margarita guardaba su lencería, no sé por qué pero me dieron ganas de ver su ropa interior y animada con los tragos ni lo pensé, abrí el cajón y empecé a verla. Tenía unas piezas en verdad exquisitas, las bragas todas tipo tanga minúsculas transparentes y llenas de encajes en colores fuertes, provocativos, no me pude resistir y me robe tres que se veían en muy buen estado, roja, negra y anaranjada, no entiendo porque tengo esa mala costumbre, no era la primera vez que robaba unas bragas para usarlas, ya que las de Irene solo las tomaba prestadas por un día o como ahora solo por el viaje pero las regresaría. Las metí en las bolsas del abrigo y salí un tanto nerviosa, no me preocupaba mucho ya que en esa habitación había entrado mucha gente, además Margarita ya se había ido de viaje de bodas y para cuando regresara y tal vez se diera cuenta, yo ya estaría de regreso en mi casa.

Cuando le dije a Javier que me llevara a casa, fue sin un plan premeditado, pero cuando íbamos en el coche reflexione lo que podía pasar, en cambio Javier pensó que era deliberado, le dije que primero me dejara a mí y luego a su novia, pero él insistió argumentando que ya estarían esperando a la chica en su casa, además que quería ir a la nuestra para sacar unas cosas que le habían pedido sus hermanas y las llevaría la fiesta. Cuando su novia se bajó del coche Javier me indicó que me pasara al asiento delantero mientras él llevaba a la chica, así lo hice, en cuanto regresó apenas había recorrido media calle y su mano se fue a mis piernas por encima del vestido tratando de levantármelo sin lograrlo por lo ajustado que me quedaba, detuvo el coche y nos empezamos a besar en la boca chupando mutuamente nuestras lenguas, una mano la metió por el escote y enseguida la tenía en mis nalgas acariciándolas ardientemente, la otra la ubicó en mis tetas, no esperé a que me sugiriera nada y le frotaba el erecto polla por encima del pantalón, por un costado del vestido metió la mano para agarrarme las tetas en directo, yo me dejaba presa de la lujuria y el placer que me daba, tomé iniciativa y le bajé el cierre de la bragueta sacándole la verga, agradable sorpresa cuando vi que estaba de muy buen tamaño y muy endurecida, se la frotaba de arriba abajo a manera de masturbación Aunque ya estaba acostumbrada a folletear en un coche en plena vía pública, esta vez me dio temor por encontrarme en "terreno ajeno", así que le sugerí que fuéramos a casa que estaría sola, así lo entendió y sin sacar su mano de mis nalgas, ni yo dejando de frotarle el falo, se encaminó a casa, al llegar fue a revisar que no hubiera nadie en ella y me alcanzaría en la habitación.

Pensé en quitarme el vestido para cuando llegara me encontrara desnudita, pero quise esperar a ver que hacía o sugería ya que yo aún no sabía si efectivamente no había nadie en casa. En cuanto entró en la habitación nos fundimos en un largo y desenfrenado beso en la boca, mis tetas se incrustaban en su pecho, su verga fuera del pantalón, pegada en mi vientre y sus manos, una en mis nalgas y la otra en mis "domingas". Temí que fuera a dañar el vestido y mejor le dije que lo desabrochara de mi nuca, así lo hizo y la parte frontal cayó dejando a su vista mis tetonas desnudas, las acariciaba a placer ante mi candente complacencia, no tardó en empezármelas a besar, chupar y lamer, mi vulva palpitaba aceleradamente excretando gran cantidad de jugo íntimo. Temí manchar el vestido y opté por que me lo quitara, presuroso tiró de él hacia abajo dejándolo en el suelo, ahí estaba frente a mi primo completamente desnuda solo conservando las zapatillas de altos tacones sujetas a mi tobillo por una delgada correa. Javier había quedado de rodillas ante mí, se notó la expresión de sorpresa en su rostro cuando vio la gran vulva que tengo, un instante de inmovilidad y reanudó la acción acariciando mi conejito hambriento, con la palma de la mano y enseguida con sus mejillas, mientras con la otra mano acariciaba mis nalgas hurgando entre ellas en busca de mi culito, tomó aire y metió su rostro entre mis piernas buscando entre los labios vaginales de mi rajita con su lengua…, lo encontró rápidamente y metía su lengua lamiendo mi clítoris, separaré las piernas para facilitar su morbosa tarea, chupaba mi raja sorbiendo mi flujo vaginal con lo que se mojaban sus labios con mi néctar íntimo, estaba al borde del orgasmo. 

Era mi turno, me senté en la cama e hice que se parara delante de mí…, le pajeaba la verga con fruición mientras le miraba a los ojos y le sonreía con total cinismo. Puse mis labios en pose de "trompita" y le asesté el primer beso tan sonoro que retumbo en la amplia habitación, le repetí la dosis cuatro o cinco veces…, entonces saqué mi lengua y con toda su extensión le lamía la cabeza de su hinchada verga, le fui lamiendo el tronco hacia abajo hasta llegar a sus huevos, los chupeteé y trataba de darle mordisquitos, lamiéndolos en cada intento, los besé con vehemencia, e inicié la lamida en sentido contrario hacia la cabeza de su tranca, al llegar al glande lo besé estridentemente de nuevo, luego con mis labios chupaba la puntita y poco a poco la fui introduciendo entre ellos hasta tener la cabeza de su verga dentro de mi boca, empecé a succionar lentamente al tiempo que la metía un poco más cada vez.

Javier no decía nada solo jadeaba y su respiración al igual que la mía era acelerada, ya tenía dentro de mi boca la mitad de su falo, que se iba alojando en mi garganta. Yo hacía movimientos de meter y sacar como si me estuviera follando por la boca, luego fue él quien hacia el movimiento y yo me preocupaba por succionarle su ricura y meterla por completo en mi garganta. Pronto sus vellos tocaban mis labios indicándome que toda su verga está dentro de mi boca y garganta, el vaivén se aceleraba, sacaba la mitad de su hermosura para volverla a meter, en mis ojos escurrían algunas lágrimas, cosa que me sucede cada que me meten toda la verga en la garganta, y no es que me duela o me irrite, no sé por qué sucede. Javier tal vez sintió que se corría y aun no lo quería, ni yo tampoco, sacó su sabrosa polla de mi boca y se arrodilló ante mí, que permanecía sentada en la cama, solo abrí lo más que pude mis piernas brindándole mi mojado conejito sediento de leche. Mi primo metió su rostro entre mis muslos perdiendo sus labios entre mi rajita de placer chupando todo lo que encontraba y tragando mi fluido vaginal. La cachondez que tenía me hizo llegar pronto al primer orgasmo, entre jadeos y aes de placer…me corrí en la boca de mi primo, quien tragaba el néctar de mi sexo, su lengua incansable entraba y salía de mi raja dándome más placer, no podía aguantar más y casi a gritos le pedía que me follara, que quería sentir su verga dura bien adentro de mi ser. Javier seguía chupando mi chocho mientras con su dedo medio de una de sus manos me pajeaba el culito metiéndolo y sacándolo a ritmo acompasado pero con mesura para no lastimarme.

Por fin se puso de pie y se bajó el pantalón, me levantó las piernas lo más que se pudo y fue acercando su babeante verga a mi mojada hendidura de sibaritismo…, pronto ya tenía la cabeza de su musculada tranca dentro de mi vagina, y avanzaba lentamente, sentía con gran disfrute como su ricura erecta entraba en mis entrañas volviéndome loca de placer…, tan solo en la ensartada ya me estaba corriendo nuevamente en un alocado orgasmo, pero no por ello menos placentero. Mientras me estaba "corriendo" su verga seguía avanzando dentro de mi vagina, cuando me di cuenta ya su vientre pegaba contra mi vulva en cada embate, me tenía totalmente ensartada de hombría que entraba y salía de mi coño incontables veces. Se hincó sobre la cama poniendo mis piernas en sus hombros sin dejar de meter y sacar el falo en mis entrañas, en tanto yo movía mi cadera en círculos tratando de brindarle el mismo placer que mi primo me estaba dando a mí.

Me pidió que me pusiera hincada sobre la cama en la tradicional pose de "perrita", él parado tras de mí se disponía ensartarme con su todo el cipote erguido y venoso, pero súbitamente con ambas manos separó mis nalgas y se agachó para besarme el culo, sentía delicioso como su lengua pasaba una y otra vez por ese diminuto agujerito ubicado entre mis nalgas y que todos los hombres desean, me lo besaba sonoramente y no cesaba de lamerlo, me puso al borde de un orgasmo más. Sin poder contener mi lujuria le dije con voz entrecortada por la tremenda excitación que sentía, – "Métemela por el culo", sacó la cara de entre mis nalgas y acercó la cabeza de su delicia hacia mi "chiquitín" haciendo contacto con él, me relajé lo más que la situación lo permitía, a fin de que la penetración por mi culito fuese lo menos dolorosa posible…, no obstante para entonces ya varias pollas bien erectas habían visitado mi templo de Sodoma. El glande de la hermosura de mi primo, estaba en mi culito haciendo cierta presión para abrirse paso rumbo a mi recto, yo colaboraba empujando mi cadera contra la verga de Javier y sentí como mi ojal cedía ante el empuje del ariete de mi primo, y cómo la cabezota de su falo empezaba a penetrar en mi ano. Como es natural me dolía un poco, pero era más la excitación que tenía por lo que le animaba a seguir enculándome con frases como… – "fóllame por el culo primo... Encúlame", "Méteme tu polla dura y gorda por mi culito", y cosas por el estilo que la lujuria del momento me hacía decir y sentir. 

Poco a poco fui sintiendo como la cabeza del gran cipote rebasaba mi ano y empezaba a llenar de verga mi recto de la sabrosa verga de mi propio primo-hermano. Claramente sentí como su tronco venoso paso mi recto y se alojaba en mi intestino, uy enseguida percibí el vientre de Javier chocaba contra mis nalgas, ¡Me tenía completamente enculada!, el vaivén de su hermosura entrando y saliendo de mi culito se inició tomando velocidad en cada embate, yo movía mis nalgas circularmente acompasado con los movimientos de mi primo…, el músculo anal estaba totalmente destensado y con gran facilidad la polla rígida de mi primo salía casi por completo y volvía a entrar en mi culo. Él estaba asido con una mano de mis tetas colganderas y con la otra friccionaba mi clítoris, brindándome un placer inenarrable y él articulaba palabras o frases ahogadas por jadeos que evidenciaban lo rico que estaba sintiendo al encularme.

No sé cuánto tiempo me estuvo dando placer por el culo pero me corrí dos veces, cuando Javier sintió que su eyaculación estaba por llegar me lo hizo saber, le dije que se viniera donde él quisiera, un momento después me sacó la verga del culo y me pidió que me volteara, creí que se quería venir en mi rostro o en mi boca, pero me pidió que juntara mis tetas y ahí empezó a eyacular grandes chorros de esperma… el primero de ellos me cayó justo en los labios pudiendo probar el sabor de su semen, los siguientes los derramó en mis tetonas. Cuando los chorros cesaron de intensidad abrí la boca para chuparle su hermosura y tragar los restos de esperma que aún había en los conductos internos de su vergazo, saboreando su leche con cinismo y desfachatez y sonriéndole desvergonzada. El incesto estaba consumado. Mi primer incesto.






Mi Primer Incesto...Continuación


Al día siguiente cuando me levanté la casa parecía desierta, todos estaban dormidos no obstante que era casi medio día, solo las chicas del servicio estaban en activo. Estaba desnuda y solo me había puesto una bata y unas sandalias de corcho con tacón alto que siempre uso al levantarme, ya que pensaba meterme a bañar, pero ante esa situación decidí tomarme un café antes de la ducha, cuando lo estaba preparando, se presentó Javier quien venía de la calle, aprovechando que en ese momento estábamos solos en la cocina me saludó con un beso en la boca, preguntándome como la había pasado, le contesté con una cínica sonrisa de satisfacción, antes de que yo le preguntara algo ya tenía metida una de sus manos bajo la bata acariciándome una de mis tetas, me dejaba acariciar halagada.

Parecía sorprendido de que no trajera sostén, me preguntó si no usaría sostén ese día. Con desvergonzada sonrisa me abrí la bata mostrándole mi cuerpo desnudo, le dije que aún no me había bañado, sus ojos recorrían de arriba abajo mi cuerpecito, se acercó diciéndome lo sabrosa que estaba llevando su mano a mi coñito acariciando los vellos del pubis y buscando los labios de mi vagina, pero en ese instante venía Cristina rumbo a la cocina, me cerré la bata deprisa y él se sentó a la mesa tratando de disimular, con una expresión de mis ojos le manifesté mi temor a que nos hubiera visto, él con desdén me dijo… – " Con ella no importa", no entendí pero me tranquilizó, mi prima entró saludando y haciendo comentarios de la fiesta de la noche anterior. En una distracción de Cristina él me dijo en voz baja… – "No te pongas Sostén", sonreí y en son de broma le dije que tampoco bragas porque se me habían olvidado en mi casa, enseguida se fue, yo continúe hablando con mi prima de lo sucedido en la boda, hasta que decidí meterme a bañar.

Al salir me puse un pantalón vaquero a la cadera que dejaba ver por la parte posterior el tanga amarillo que llevaba abajo, una blusa de cuello de tortuga y efectivamente, como le prometí a Javier, no me puse sostén, era evidente la falta de sostén, mis tetonas se columpiaban descaradas a cada paso que daba, todo mundo se daba cuenta pero nadie me decía nada. Durante el desayuno llegó mi primo Jorge, hermano de todos ellos, y quien es un año mayor que Javier, a pesar de su juventud es casado ya que preñó a su novia y tuvo que casarse para reparar el "daño". Al estar sentada se me veía aun más el tanga bajo el pantalón a la cadera, Jorge se paró detrás de mí para estarme viendo la braguitas, seguramente pensando que un par de centímetros más abajo estaba la separación de mis nalgas, tan solo por eso me empecé a poner cachonda y a propósito me inclinaba bastante sacando la cadera para facilitarle ver lo mas que pudiera, tal vez se puso caliente y se quedó a hablar conmigo hasta quedarnos solos.


Al hablar, Jorge cada vez que podía se giraba a mirarme las tetas, que se me movían a cada movimiento que yo hacía para tal fin, mi primo tal vez a propósito hablaba muy bajito, dificultándome oírlo con claridad y al manifestárselo me dijo que me acercara un poco a él, me hice tonta que no me daba cuenta de su intención, así que me acerqué lo más que pude a él, cuando tenía la mano en la mesa puse mi mano encima de la de él a manera de expresión corporal, así continuamos hablando prácticamente tomados de la mano. Su mirada se alternaba entre mis ojos y mis tetas. Mis ubres siempre han sido muy alcahuetas para conseguir chicos ya que su tamaño les llama mucho la atención, Jorge se acercó a mi rostro con el viejo truco de que algo tenía en un ojo, cuando estuvimos muy juntos me dio un beso en los labios, no había que darse a desear, así que le correspondí abriendo mis labios para besarnos a boca abierta chupando mutuamente nuestras lenguas. No perdió el tiempo y enseguida posó una de sus manos en mis pezones, yo me dejaba acariciarlos complaciente…, inconforme con tocarme por encima de la blusa metió la mano por debajo de ésta frotándome las mamas en directo, mi cachondez iba en aumento a cada instante.

No me pude contener y puse mi mano sobre el bulto que hacía su verga, mientras mi primo con la mano que le quedaba libre acariciaba mis nalgas y pretendía meter su mano por abajo del pantalón, cosa que logró cuando arqueé el cuerpo para facilitarle que pudiera meter la mano. Una vez hecho acariciaba mis nalgas en directo ya que la tanga lo tenía incrustado en la raja del culo  entre mis glúteos, todo esto pasaba sin dejar de besarnos compartiendo nuestra saliva…, en un arranque de lujuria le bajé el cierre de la bragueta y le saqué la verga, era más o menos del mismo tamaño que la de Javier, pero considerablemente más gruesa lo que la hacía ver más grande. Sin más le empecé a masturbar mientras los dedos de Jorge hurgaban entre mis nalgas buscando mí culito pero la tanga le impedía tocarme la colita en directo. Estaba dispuesta a chuparle su cipote,  pero en eso se acercó la chica del servicio domestico, y nos hizo dejar el cachondeo, me dio temor y le propuse a mi primo que lo dejáramos para más tarde.


Le comenté que Cristina, en compañía de su novio, me había invitado a ir esa noche a la discoteca, Jorge me dijo que ahí nos veríamos para tratar de reanudar lo que en ese momento estábamos dejando pendiente. Llegó la noche y nos preparamos para ir a la discoteca, solo me cambié la blusa por un top y los pantalones por una minifalda muy cortita y ajustada, verificando que se me marcaran con claridad las diminutas bragas bajo la mini, esto porque sé que a los hombres les llama mucho la atención y ese era mi propósito, hacer que los chicos se fijaran en mí, complementé con una zapatillas de tacón alto. Estábamos listas, Cristina también llevaba un súper minivestido que apenas le cubría sus poderosas nalgas exhibiendo la totalidad de sus bonitos muslos. Llegó el novio de mi prima y nos fuimos a la discoteca, desde que llegamos acaparamos la mirada de los presentes que nos comían con sus morbosas miradas desnudándonos con la mente y seguramente deseando follarnos. Empezamos a bailar, Cristina con su novio y yo con quien me invitara, mis movimientos al bailar estaban impregnados de una voluptuosidad un poco exagerada que hacia tener la mirada de la mayoría de varones sobre mi cuerpo. Al poco tiempo llegó Jorge sentándose a un costado de mí, pero giré un poco para quedar de frente a él, con la minifalda tan corta que llevaba era imposible no enseñarle las bragas que debido a su corte angosto por el frente no alcanzaba a tapar por completo mi voluminosa vulva, por lo que también me la estaba viendo y siendo las bragas amarillas la hacía resaltar mas. Lo mismo pasaba con Cristina dado lo reducido del minivestido también enseñaba las bragas blancas que llevaba. Así que tanto el novio de mi prima como Jorge nos veían las braguitas a ambas putas… lo que supongo les excitaba, y no solo ellos, también los que pasaban junto a nuestra mesa.

Desde ese momento empecé a bailar solo con mi primo haciendo que se movieran mis “domingas” para excitarlo más de lo que se notaba ya estaba, cuando tocaban música lenta bailábamos abrazados y me pegaba su verga hinchada en el vientre, bajando sus manos un poco más abajo de la cadera tocándome la parte superior de las nalgas y al oído me decía que me veía muy hermosa, cuando Cristina se descuidaba me besaba en la boca y pasaba sus manos por mi culo sin importarle que nos estuvieran viendo los asistentes, cuando le advertí que su hermana nos podría ver solo me contestó… que no me preocupara por ello que no habría problema, me daba curiosidad saber porqué me repetían que si Cristina se daba cuenta de lo que hacíamos no me preocupara no habría problema, pero no preguntaba cual era el motivo. En ese tenor pasamos toda la noche y ya de madrugada decidirnos irnos a casa, Cristina iría en el coche de su novio y a mí me llevaría Jorge en su Ford fiesta. Primero arrancó mi primo pero no se fue directamente a casa, durante el trayecto me iba acariciando las piernas, yo me dejaba complacida y se estacionó a unas cuantas calles de la casa, ahí nos empezamos a besar con apasionamiento y sus manos traviesas se colocaron, una en mis tetas por abajo del top acariciándome las tetonas pesadas que tengo, y la otra la metió entre mis muslos tocándome la vulva sobre las bragas, me puse más cachonda de lo que ya estaba y abrí la bragueta del pantalón sacándole su tranca bien erecta para frotársela a manera de masturbación, mientras él me subió la faldita hasta la cintura y procedió a bajarme las braguitas a mitad de mis muslos.

El intercambio de saliva de boca a boca no cesaba, su mano acariciaba mi coñito y con la punta de los dedos me frotaba el clítoris…. por momentos me metía y sacaba los dedos en mi vagina mojándolos con mis flujos íntimos, yo seguía aferrada a su hermoso falo…, solo de vez en vez le acariciaba sus enormes huevones. Me levantó el top y bajando su rostro me empezó a besar y chupar mis masas mamarias, mis deseos por probar su polla eran irrefrenables, así que me separé un poco y me incliné quedando en mis labios la cabeza de su sabrosura verga, se la empecé a besuquear solo con los labios y darle pequeños lengüetazos, mi primo con una mano seguía friccionándome las tetas y la otra la recorrió por mi cadera hasta posesionarla en mis nalgas acariciándolas y metía sus dedos entre ellas para tocarme el culito y pajearme la vagina. Con sus dedos lubricados con mis jugos comenzó a meterlos en mi culito haciendo movimientos de mete y saca, sentía que el orgasmo me llegaría en cualquier momento, me metí la cabezota de su estoque en la boca succionándola con ansiedad, poco a poco la iba metiendo un poco más, sentía que ya me llegaba a la garganta, pero por el grosor del recio y musculado cipote no podía metérmelo todo. Le mamaba su verga y de vez en cuando me la sacaba de la boca para lamerle todo el tronco hasta los huevos, que besaba con extrema excitación y luego de regreso para seguirle chupando el glande y todo lo que cupiese… me quería follar ahí mismo, pero yo le decía que no ya que en cualquier momento aparecería Cristina, me repitió que por Cristi no me preocupara, además, seguro estaría haciendo lo propio con su novio. Tal vez no quiso presionarme y continuó follándome el culo con sus dedos, pajeándome alternadamente el coñito, y yo seguí mamándole su glande. Minutos después me estaba llegando el orgasmo en placenteras contracciones de mi vulva e instantes después sentí como mi boca se llenaba con el esperma de mi primo que se estaba "corriendo" dentro. Yo tragaba su abundante semen saboreándolo hasta que su polla dejó de eyacular y aun así seguí chupándole hasta que empezó a perder la erección.






Me arreglé la ropa mientras Jorge se guardaba su hombría, en eso vimos pasar el coche del novio de Cristina y les dimos alcancé, llegamos a casa y mi prima me acompañó a mi habitación. Fingiendo preocupación le dije que la habíamos estado esperando que en donde estaba, por toda respuesta Cristi se levantó el minivestido, no traía puestas las bragas y su coño rasurado se hallaba impregnado de lefa espesa…, sonriendo con desvergüenza me dijo… – "¡¿Adivina lo que ha ocurrido?!", la verdad me sorprendió e ingenuamente dije… "¡¡Te ha follado…!!", ella respondió con satisfacción… – "Sí, me folla a base de bien", se limpió la vulva con un pañuelo desechable y se fue a su habitación. En cuanto Cristina salió de mi habitación y apenas me preparaba para desnudarme y meterme a la cama se oyeron unos tímidos toques en la puerta, pregunté quién era y escuché muy bajito… – "Yo, Javier", le dije que podía entrar, en cuanto estuvo frente a mí se abalanzó besándome en la boca, misma que aun me sabia al licor seminal de su hermano. Aún me sentía muy cachonda así que accedí a sus besos y caricias, con una mano en mis tetas y la otra en mis nalgas me masajeaba con desesperación, yo le agarraba la verga sobre su vestimenta, me levantó la minifalda y me bajó las bragas acariciándome las nalgas en directo, y no me podía quedar atrás, le saqué la verga frotándosela. En un santiamén me desnudo por completo dejándome solo en las sandalias, y se desnudó él mismo, para continuar chupándome las tetonas y pajeándome alternadamente la vagina y mi culito, yo seguía masturbándole su erecta macana.

Me senté en la cama para inclinarme y besuquearle el falo desde la cabeza hasta sus adorables huevones y subir nuevamente y entonces meterme su verga en la boca para chupársela, así iniciamos la sesión de placer, me besó todo el cuerpo y me folló en varias poses y por todos lados, de forma especial por mi culito, igual que la noche anterior… debí tener unos tres orgasmos y el solo eyaculó dos…una vez en mi boca y en otra ocasión bien dentro de mi útero. Cuando tragué su abundante esperma, lo junté el de su hermano en mi estómago. Javier se fue a su habitación, yo dormí en total desnudez y exquisitamente follada. Dada la situación de estar cachondeando y mamándoles la verga, tanto a Javier como a Jorge quienes durante el día me manoseaban y me pajeaban el clítoris y el culito, a partir de ese día ya no usaba ropa interior, y solo las mini faldas y mini vestiditos que llevaba y blusitas con las que fácilmente me pudieran sacar las tetas para manoseármelas y chuparlas, por mi parte les chupaba su hermosa polla cada que se podía, en cualquier momento en que estuviéramos solos, sin embargo nunca se los hice a los dos juntos, de hecho ignoró si ellos sabían que con ambos tenía cachondeos, pero todas la noches Javier me follaba riquísimo. Cuando supuestamente nos íbamos a dormir todos él llegaba a mi cuarto para disfrutar mi cuerpo y yo de su erección.

Una mañana Cristina me dijo que esa tarde asistiríamos a la despedida de soltera de una amiga, me advirtió que llevara ropa interior muy sexy, ya que ese tipo de reuniones se ponían candentes y se terminaba por estar en paños menores, ignoraba si me lo dijo porque ya se había dado cuenta que no estaba usando ropa íntima o solo fue porque así era la idea de esos festejos. Siguiendo las instrucciones de mi prima me atavié con un coordinado de sostén y bragas transparentes en color negro y un minivestido de licra ajustable en color blanco y sandalias de tacón alto que se sujetan con angostas tiras que dan varias vueltas en los tobillos, sin medias pues como ya comenté ni siguiera llevé al viaje, consideré que así me veía atractiva. Me sorprendió que Cristina no llevara minifalda y lucía un vestido apenas un poco arriba de las rodillas y portaba medias negras, así mismo en el brazo llevaba un abrigo a pesar de que no hacía frío, pero no le di demasiada importancia, sino hasta después supe cual era la idea de mi prima.

Cuando llegamos a la reunión ya estaban, además de la festejada, cinco chicas más, en la mesa de centro sendos chupitos de licor para cada una, tras las presentaciones nos sirvieron también un chupito a nosotras, todas las chicas estaban vestidas de manera muy atractiva, muy sensuales, todo transcurría con naturalidad para una fiesta de ese tipo, con bromas de tipo erótico y "consejos" sexuales para la futura esposa, también le daban regalos como un consolador realista con la misma forma de la verga de su novio, para los momentos de "apuros", condones, lencería sexy, lubricantes y cosas por el estilo. En eso estábamos cuando llegó una chica más, que traía una cámara de vídeo y decía que el stripper llegaría una hora más tarde, también traía un pequeño envoltorio que de momento no supe lo que era, pero todas estaban interesadas en él. Dos copitas más y todas desinhibidas… con bromas "picantes" menudeaban por todos lados. Prácticamente ya era un desmadre y la chica que llegó la última insistía en gritar "mucha ropa" motivándonos a desnudarnos.

Como yo era la "nueva" me proponían que fuera yo la primera en quitarme la ropa, ya animada les dije que claro que sí pero siempre y cuando ellas lo hicieran después de mí. Pusieron la música más fuerte y la cámara de vídeo empezó a funcionar, al compás de la melodía y de la manera más provocativa que pude, lentamente me fui quitando el vestido quedando en sostén y bragas, luego siguió mi prima quien hizo lo mismo, ahora sabia porque traía el vestido no tan corto, llevaba medias y liguero haciendo juego con el sostén y la tanga en color rojo, y así pasaron todas las chicas para quedar solo en ropa íntima a cual más de sexy. Del pequeño envoltorio sacaron unos cigarrillos de marihuana, que empezaron a encender y rular, me sorprendió que ellas lo acostumbraran, por mi parte no sería la primera vez que la fumara pues desde secundaria ya la había consumido varias veces y por cierto me pone muy cachonda…, tal parecía que a todas ellas también, ya que después de fumarla ninguna ocultaba su cachondez, manifestando el deseo de ser cogidas en ese mismo momento. Los tragos y las charlas calientes continuaron, por fin llegó el stripper que habían contratado para amenizar la reunión, un tipo musculoso, guapo y muy bien dotado, empezó su excitante baile erótico ante los gritos de todas pidiéndole que se quitara la tanga y nos enseñara su verga en erección bajo la promesa que todas nos desnudaríamos por completo, aceptó y la festejada fue quien le quitó la tanga dejando a nuestra vista el tremendo vergón que tenía. La chica no desaprovechó la oportunidad para agarrársela y frotarle, mientras él le quitaba el sostén y las braguitas dejándola desnuda por completo, la cámara de vídeo seguía captando todo el "espectáculo" que estábamos dando para nosotras mismas sin escatimar la toma más atrevida.

No podíamos quedarnos con las ganas de hacer lo mismo que la festejada, así que una por una fuimos pasando para masturbarle la verga al sujeto, mientras nos quitaba la ropa íntima para quedar en cueros, solo en las zapatillas que cada una portaba y bailar con él restregando su recio mostrenco en nuestro cuerpo, a mí me lo hizo entre las nalgas, pero otras preferían en el coño entre las piernas y algunas en las tetas. Estábamos en plena lujuria e insatisfechas deseando más juegos sexuales con el fulano que se dejaba querer por la vorágine de hembras cachondas con hambre de macho. Los gritos de "Beso, beso" se generalizaron pidiendo que el bailarín se dejara besar la verga por la festejada…, sin decir nada se acercó a ella poniéndole el falo en los labios, la chica sin tardanza le dio varios chupadas en la cabeza de su enorme tranca y le mamó el cipote por algunos minutos, ante los aplausos y gritos de todas, pedíamos hacerle lo mismo y nos formamos en línea todas en cuclillas. El sujeto iba pasando frente a cada una de nosotras recibiendo los besos, lamidas y mamadas en su gran rabo de ida y regreso para finalizar nuevamente con la futura esposa y ama de casa que recogió toda la baba de cada una de las presentes. Mientras le mamaba, los gritos ahora eran… – "Que se la folle, que se la folle a pelo", la chica inicialmente fingía que se negaba pero terminó por aceptar y el personaje complaciente aceptó follársela frente a nosotras y la cámara de vídeo.

La chica estando de pie y dando la espalda al bailarín se empinó para recibir la enorme verga del semental en su hambriento conejo, en tanto éste le sujetaba por las tetonas. La festejada aguantó pocos minutos, la muy puta llegó a un estridente orgasmo, bañando la verga del sujeto con sus jugos íntimos. El tipo estaba ya demasiado caliente y solicitaba que se pusiera la siguiente, él mismo me eligió a mí por el tamaño de mis tetonas, no podía negarme, lo estaba deseando al igual que todas. Me puse en la misma pose, solo que con ambas manos me separé las nalgas indicándole que me follara por donde gustara, así lo hizo incrustando su dureza entre mis nalgas y llenando mi coño con su miembro viril…, con una mano me masajeaba las ubres pellizcando mis pezones, y con la otra mi coñito en el clítoris espigado…, estaba tan caliente que igual que la homenajeada no duré mucho cuando me "corrí" expeliendo gran cantidad de mi néctar íntimo bañó de nuevo el cipote del susodicho escurría por sus huevos y mi entrepierna.

Las demás chicas no podían quedarse calientes así que algunas de ellas se pusieron en fila y empinadas se las fue follando una a una, empezando por mi prima Cristina. No todas alcanzaron el orgasmo, para eso hay que ser muy putas, pero sí tuvieron el placer de sentir el gran falo del bailarín dentro de su cuerpo, excepto una chica que ya por estar casada no estaba participando de manera activa en los juegos eróticos del stripper y se dedicaba a captar todos los sucesos con la cámara de vídeo, que por cierto la mayoría de nosotras, por no decir todas, nos olvidamos de que estábamos siendo filmadas en nuestros lenocinios. Para finalizar todas nos pusimos en un semi círculo en rededor del fulano quien se masturbaba y terminó eyaculando de manera especial en el rostro de la festejada, ante la algarabía de todas nosotras con lo que terminó su actuación y enseguida se retiró dejándonos a unas parcialmente satisfechas y a otras en plena ebullición carnal. Fumamos más yerba y tomamos otros tragos de licor entre bromas y detalles de lo que acababa de suceder, así terminó la reunión y empezaron a retirarse.


Cristina dijo que llamaría a su novio para que fuera por ella y que yo llamara a uno de sus hermanos para que fuera por mí, porque ella estaba caliente y quería ir a follar con su galán…, así que le llamé a Jorge ya que también quería follar con él y tal vez mas tarde con Javier. Jorge me dijo que pasaría por mí en unos minutos. Primero llegaron por Cristina, quien me dio una bolsa de plástico donde estaba el vestido, el sostén y las bragas que originalmente llevaba puestos, solo se iría con su novio en medias, liguero y las zapatillas, cubriéndose con el abrigo que había llevado en la mano, ahora entendía el motivo de llevar abrigo sin que hiciera frío. Siguiendo su ejemplo puse en la misma bolsa mi sostén y las minúsculas bragas, por fuerza debería ponerme el minivestido, si hubiera sabido yo también hubiera llevado abrigo. Llegó Jorge y abordé su furgoneta…, enseguida se senté muy cerca de él saludándolo con un beso en la boca y poniendo mi mano en su verga, con la otra mano me subí el vestidito hasta la cintura dejando expuesta a su vista mi vulva caliente y húmeda a más no poder, él de inmediato empezó a acariciar buscando entre los labios vaginales mi clítoris, estaba tan caliente que sin preámbulos le saqué la verga para frotársela para ponérsela hermosa y dura, antes de que le dijera que quería que me llevara a algún hostal para que me follara, me dijo que su esposa le esperaba para ir a una cena, con lo que me dejó con las ganas de ser jodida por él.

Sin embargo mi ánimo no decayó y me incliné para cuando menos mamársela, mientras mi primo me pajeaba entre las nalgas de manera alternada mi culito y mi vagina, poco antes de llegar a casa se estacionó para seguir magreándonos y al poco tiempo su polla empezó a descargar chorros de semen en mi boca mismo que tragué hasta la última gota, la verdad me encantó comer su esperma pero me quedé extremadamente caliente, al entrar a casa mi frustración inicial se convirtió en cachondez al ver que Javier ya estaba en casa y sería él quien me satisficiera como lo había hecho cada noche. Esa noche le deseaba más que ninguna otra, me hizo la faena completa besando cada centímetro de mi candente cuerpo, me besó, chupó y mamó mis partes más íntimas y me folló por la boca, la vagina y mi culito llevándome a varios orgasmos, le besé y lamí todo su caramelo y sus lindos huevones y terminó por eyacular en mi boca tragándome todo su esperma con gran agrado…. Esa noche me habían manoseado tres hombres distintos, me habían follado por el coño dos hombres diferentes, había mamado tres vergas diversas y tragadas dos leches diferentes, sin duda una noche muy cachonda y más que completa. 

Los días de pleno gozo se habían terminado y era tiempo de volver a casa, habían sido unas magnificas y candentes vacaciones, por primera vez había tenido relaciones sexuales de incesto, ¡¡Grandioso!! Aunque aun me faltaba por experimentar lo máximo del placer incestuoso con otros primos y lo mejor, con mis hermanos. Había tristeza en mí por dejar aquel lugar en donde viví infinito placer. Jorge y Cristina se encargarían de llevarme al aeropuerto para regresar a casa. Ese día por la mañana Javier me dio la despedida con desenfrenado cachondeo y me regaló cinco braguitas tipo tanga de lo más sensual, Cristina hizo lo propio dándome dos coordinados de sostén y bragas con liguero no menos sexys que la que me dio su hermano y dos braguitas usadas por ella y que en su momento le expresé que me gustaban, más las que me robe de margarita, iba ajuarada en lo relativo a lencería, así mismo Yolanda me regaló el vestido rojo que me había prestado para asistir a la boda de Margarita.

Llegamos al aeropuerto y mientras Cristina facturaba mi equipaje, Jorge me decía que era una lástima que no hubiéramos podido follar, pero que en un par de meses iría a la capital a arreglar unos documentos oficiales, y entonces tendríamos oportunidad de disfrutar del sexo entre nosotros. La conversación me puso muy caliente, y a él también ya que se le notaba de forma muy evidente el bulto de su verga erecta bajo el pantalón, al abrazarnos a manera de despedida me pegaba su verga en mi vientre y yo a él mis tetas en su pecho mientras nos besábamos en la boca aprovechando la distracción de Cristina. Súbitamente llegó Cristina y sin duda nos vio lo que hacíamos, presioné el brazo de Jorge para advertirle que ya nos había descubierto su hermana, él con toda calma me dijo que por ella no me preocupara, di media vuelta. 

Mi primo me abrazó por la espalda pegando y frotando con descaro su verga erecta en mis nalgas estando presente Cristina, yo me dejaba complaciente ante la risita picara de mi prima que se estaba dando cuenta de todo pero no decía ni hacia nada, solo observaba. Llamaron a bordo y me despedí con sendos besos y abrazos para enseguida marcharme. Me llenaba de curiosidad saber porqué mis primos me habían dicho, de manera individual y repetidamente, que por Cristina no me preocupara si nos descubría, me giré por última vez a donde estaban ellos y ahora Jorge abrazaba a Cristina por la espalda sujetándola por el bajo vientre, como lo había hecho conmigo, era imposible que a Jorge se le hubiera bajado la erección de su verga en tan corto tiempo y más increíble que Cristina no sintiera la parada verga de su hermano en sus rollizas nalgas. Durante el viaje estuve pensando si Cristina tendría relaciones incestuosas con sus hermanos o era solo que ella era de mente amplia y no se espantaba con situaciones índole sexual y sus hermanos lo sabían.






Incesto en mi Casa


Pasaba de media noche y dormía plácidamente, sin embargo me despertaron las ganas de ir al baño, forzada por tal circunstancia muy a mi pesar tuve que levantarme, una vez satisfecha mi necesidad fisiológica me disponía a regresar a mi habitación y conciliar el sueño cuando escuché unos ruidos provenientes de la habitación que ocupaba mi prima Irene. Por la somnolencia, aún no podía distinguir si eran voces o quejidos, se me ocurrió que mi prima estuviera enferma y por no despertarnos estaría soportando algún dolor o malestar, así que decidí averiguar y sigilosamente me acerqué a su habitación, la tenue luz de la mesilla de noche estaba encendida y la puerta estaba solo entreabierta, sin hacer ruido para no asustarla empujé levemente la puerta en cuanto pude ver hacia adentro y ¡Vaya sorpresa que me llevé!, me quedé momentáneamente paralizada, no daba crédito a lo que mis ojos veían…. Ahí estaba Irene totalmente desnuda al borde de la cama apoyada en sus codos y rodillas en la clásica pose a cuatro patas como una "perrita" levantando sus pies de la cama y tras ella mi hermano Gerardo, el mayor de los dos, también en total desnudez, inaudito ¡Se la estaba follando a pelo! El ángulo de visión que yo tenía los presentaba de perfil a mí, lo que me imposibilitaba para definir si se la estaba follando por el coño o el culo, solo veía la gran verga de mi hermano entrando y saliendo con prontitud del bien formado cuerpo de mi prima, quien movía sus caderas al ritmo de las embestidas que Gerardo le daba por entre las nalgas.

El primer impulso que tuve, fue irme de inmediato a mi habitación tan sigilosamente como había llegado, sin embargo me era imposible moverme de donde estaba, por el momento no sentía ningún tipo de nerviosismo, y si mucha cachondez por la escena que tenía ante mis ojos, no me asustaba la situación ya que yo había hecho lo mismo con dos de los hermanos de Irene y con otros primos, solo me sorprendía saber que ellos eran también capaces de disfrutar el incesto tanto como yo lo hacía y el atrevimiento de follar en la casa, a riesgo de ser descubiertos por mis padres, ya que conmigo no habría ningún problema y con Carlos, mi otro hermano, suponía que tampoco. Ignorando que estaban siendo observados, continuaban disfrutando de sus candentes cuerpos, ahora Gerardo se había recostado en la cama e Irene se montaba sobre él, al momento de colocarse la verga de mi hermano en sus adentros pude ver que el tamaño del mástil de Gerardo era espectacular, tal vez la de mayor dimensión que hasta entonces habría yo visto. Irene se sentó en el cipote musculado de mi hermano y sin mayor esfuerzo se fue empalando hasta el nacimiento de tamaño falo, mientras él le chupaba las tetas y con las manos le acariciaba las nalgas. Ella daba sentones clavándose la verga con movimientos de cadera de atrás hacia delante. Aun cuando la noche era fresca, lejos de tener frío, a pesar de que solo vestía un fino camisón y las bragas, ambos transparentes, sentía un agradable calor producido por la excitación que me provocaba toda aquella situación y mi minúscula tanga estaba sumamente mojada de los jugos que mi coñito, deseosa de ser yo quien estuviera recibiendo esa hermosura de polla que tiene mi hermano por miembro viril y tan viril.

Así duraron por varios minutos, no tengo idea de cuánto tiempo habrían estado follando antes de mi llegada, pero súbitamente Irene se desmontó de mi hermano poniéndose en cuclillas sobre el piso, simultáneamente con gran agilidad Gerardo se incorporó poniéndose de pie, y colocando su colosal glande dentro de la boca de mi prima quien le mamaba con vehemencia. Casi de inmediato él empezó a eyacular sobre la lengua de Irene y algunos chorros de semen que seguramente no alcanzaba a tragar escurrían por su barbilla llegando a sus tetas y otros caían en su rostro, mientras la cara de Gerardo manifestaba el gran placer que estaba experimentando. Sin esperar a que tal vez se echaran un segundo "polvo" me fui presurosa a mi habitación sin hacer el menor ruido, fue entonces cuando me puse muy nerviosa y sentía como todo mi ser temblaba de emoción y excitación, no pude conciliar el sueño y mientras me masturbaba frotándome el clítoris recordaba algunos detalles de ellos en que me había fijado tiempo atrás sin darles mayor importancia y que ahora se aclaraban por lo que seguramente ya llevaban tiempo jodiendo.

Por ejemplo, un día claramente advertí como mi hermano subió las escaleras en compañía de Irene, le agarraba las nalgas…, en otra ocasión en el salón de la televisión estando ellos, pude ver como mi prima tenía la falda muy subida y en cuanto me vieron ella se la bajó, y él hizo un rápido movimiento que no alcancé a ver que había sido, pero seguramente la estaba magreando. También en otra ocasión entré a la habitación de Gerardo buscando un diccionario y junto a su cama, tiradas en la alfombra un tanto escondidas bajo la cama, estaban unas bragas de Irene que en su momento pensé que por error las hubieran dejado caer al llevar la ropa limpia de él, tal vez muy ingenuamente, pero es que no imaginaba que fueran capaces de tener relaciones sexuales entre ellos. 

Así mismo en otra ocasión que estaba yo en la habitación de mi hermano Carlos que da a la calle, entonces les vi llegar en el coche, creí ver como ella tenía la falda casi en la cintura y él tenía metida su mano entre las piernas de ella…, igualmente me había fijado que cuando Irene se iba por la mañana llevaba las medias puestas y cuando regresaba en compañía de mi hermano ya no traía, a lo que no le daba importancia y así varios detalles más que no eran nada concluyentes pero ahora se aclaraban por completo. Aunque ya había pasado más de una hora no salía de mi sorpresa de saber que mi hermano se estaba follando a Irene, en mi mente no cesaba de repetirse la imagen de cuando Gerardo le sacó la verga del cuerpo para eyacular en su boca. Joder, era una verga enorme, sabrosa, de la que pendían unos huevones colosales dignos de un gran semental para ser besados y lamidos. Recordar dicha hermosura en toda su erección me ponía sumamente cachonda y la vulva secretaba mi jugo íntimo mojando el pequeña tanga que portaba, hasta que me quedé dormida pensando en la polla de mi hermano, deseando podérsela mamar y tenerla dentro de mi ser. Al día siguiente al ver a Gerardo de inmediato sentí como una agradable sensación de quemazón en el coño que me subía desde mi vulva hasta la boca del estómago, y mi coñito empezó a secretar el néctar de mi sexo humedeciendo mis bragas, lo mismo experimentaba al ver a Irene y recordar como mi hermano se la estaba follando a la perra.

También sentía una especie de celos al pensar que ella podía gozar del macho de Gerardo y yo no, igualmente me asaltaba la curiosidad de saber desde cuando se la estaría follando y si siempre era en la casa o la llevaría también a algún hostal. Durante todo el día estuve pensando en ello, y tras mucho reflexionar tomé la decisión de… si mi hermano era capaz de follarse a nuestra prima, porqué a mí no…, así que desde ese momento me dedicaría a tratar de seducirlo hasta conseguir que me follara como lo hacía con Irene. De inmediato me puse en acción, lo primero debería ser exhibírmele para antojarle el deseo de mi cuerpo y ser amable y coqueta con él…una nena sumisa y caprichosa a la par que complaciente con el macho, para asegurarme que estaba dispuesta a darle mi coño hasta que me lo llenase…seguro que con lo largura de su verga me tocaría hasta el útero. Por la tarde me puse una minifalda que apenas me cubría las nalgas, de las que ya no uso para salir a la calle por quedarme excesivamente cortas, la idea era que cuando él llegara me sentaría frente a él para mostrarle mis muslos y las bragas e incluso dándole la espalda agacharme con cualquier pretexto para enseñarle mis nalgas, y de alguna forma interesarle sexualmente… todo ello aparentando no darme cuenta de lo que estaba haciendo. En cuanto llegó mi hermano en compañía de Irene hice lo planeado, Gerardo sin duda me había visto pero no demostraba, por el momento, ningún interés ni hacía ningún tipo de comentario.

Era consciente que no sería fácil pero tenía la suficiente paciencia para lograr el objetivo, en tanto todas las noches estaba pendiente de cuando ellos estuvieran follando, en algunas no se notaba nada extraño y en otras estaba segura que lo estaban haciendo pero no había modo de ver nada, ya que estaban a puerta cerrada y tan solo alcanzaba a escuchar leves jadeos o pequeños quejidos de mi prima que seguramente se estaba derritiendo de placer con la tremenda tranca viril de mi hermano. Continuaba dándole todas las facilidades a Gerardo para que me viera las piernas y "algo más", aunque me consta que él se fijaba en mi cuerpo de ahí no pasaba, quien aprovechaba al máximo estas exhibiciones era mi hermano Carlos, quien no perdía detalle de lo que les enseñaba y a él si se le notaba que se le "abultaba" el pantalón a la altura de la entrepierna, pero mi objetivo era Gerardo quien no tenía ojos más que para Irene.

Una tarde cuando Gerardo fue a comer a casa, intencionalmente y ante su vista, tomé las llaves de su coche como si estuviera jugando y al término de la comida me fui a mi habitación llevando conmigo las llaves, me tendí de costado sobre la cama levantándome la falda casi hasta la cintura dando la espalda hacia la puerta y fingí estar dormida, sabía que en poco tiempo mi hermano iría a buscar las llaves ya que tenía que ir al trabajo y tendría la oportunidad de verme las nalgas por completo ya que llevaba puestas unas bragas tipo tanga que se incrustaban entre mis glúteos y disfrutaría mi trasero a plenitud. Unos minutos después, tal como lo había calculado, Gerardo llegó a mi habitación en busca de las llaves del coche, mismas que había dejado en la mesilla de noche, al llegar a mi habitación me llamaba por mi nombre, pero al ver que estaba "dormida" guardo silencio, se detuvo frente a mi trasero mirando atentamente mis nalgas, yo atisbaba sus movimientos a través del gran espejo de cuerpo completo que está colocado en una de las paredes del cuarto, me observaba atentamente mi culo tocándose su mostrenco, el cual  se notaba hinchando formando un gran bulto bajo su vestuario. Yo me puse sumamente cachonda al comprobar que mis asentaderas le excitaban, simulé estar aun dormida, daba un medio giro quedando boca abajo, ello para brindarle un mejor panorama de mis nalgas a mi hermano, él en silencio continuaba acariciando su polla en total erección.

Unos minutos más tarde decidió que era suficiente lo que había visto y se dirigió directamente a donde estaban las llaves…, seguramente las había localizado desde que entró a mi habitación y se retiró no sin antes dar un último vistazo desde la puerta a mis paradas nalgonas y darse un pase final de mano por su pollón. Para entonces ya tenía mis braguitas caladas de la secreción que salía de mi conejito, por lo cachonda que me había puesto la exhibición que le brindé a mi deseado hermano. Me sentía satisfecha de saber que era capaz de excitar a Gerardo, que seguramente ahora cada vez que me viera volverían a su mente las imágenes de mis nalgas desnudas ante su mirada, y tal vez su verga se le tensara nuevamente ante los excitantes recuerdos de esa tarde. Por lo que toca a mí era indudable que me excitaría cada que le viera recordando que logré que se le empalmara la verga ante la desnudez de mis nalgas y que tal vez estuviera deseando disfrutarlas. 

Al día siguiente me puse un pantalón blanco súper ajustado y a la cadera, se trataba de lucir mis nalgas ante mi hermano para tratar que no olvidara lo que había visto la tarde anterior, debajo una tanga del mismo color que se marcaba con claridad cómo se perdía entre mis nalgas, y la parte superior de ella asomaba por la parte superior del pantalón, ello para resaltar la forma de mi culo y traer a su mente lo sucedido e irlo incitando, para que en breve se animara a disfrutar de mi cuerpo como lo hacía con el de Irene y diera señales de querer hacerlo ya que por mi parte estaba más que dispuesta. Cuando estaba ante mi hermano por cualquier pretexto me ponía de espalda a él para que pudiera verme el trasero… efectivamente sentía su mirada en mis nalgas y discretamente le veía la entrepierna como se le formaba el bulto de su inquieta hermosura seguramente queriendo meterse en mi candente cuerpo, al menos eso era lo que yo imaginaba. 

Era mi día de suerte, esa noche tuve la ventura de ver nuevamente como Gerardo se follaba a Irene, habían llegado juntos como casi todas las noches.., no obstante que se suponía que él venía del trabajo y ella de la universidad Durante la cena, le estuve enseñando mis muslos y las minúsculas bragas que portaba desde en la mañana, ayudada por la minifalda que para esos fines me había puesto, situación que simultáneamente disfrutaba mi hermano Carlos. Aunque de momento fuera dirigida a Gerardo no me molestaba que mi otro hermano lo gozara también. Más tarde nos retiramos cada cual a su habitación con el propósito de dormir, eran ya casi las 11 de la noche. Por algún motivo presentía que ese sería el día de revalidar las escenas de hace algunos días en que Gerardo se follaba a Irene, dos veces salí de mi habitación con la intención de saber si estaban follando esa noche, pero ambos permanecían en su respectivo dormitorio, hice un tercer intento con la convicción de que si no tenía resultado positivo en esa ocasión me dormiría de inmediato.

En ese último intento me percaté de que la puerta de la habitación de Irene estaba abierta y ella no estaba ni ahí ni en el baño de donde yo venía, así que me acerqué con sigilo a la puerta de la habitación de Gerardo, vaya fortuna estaba entreabierta, ignoro si le dejaban así para oír si alguien se acercaba o para no hacer ruido con la chapa al cerrar o simplemente era un descuido, lo cierto es que era una gran fortuna para mí, silenciosamente me asomé por la ranura que quedaba y vaya espectáculo, apenas estaban empezando. Mi prima estaba en una bata transparente que le llegaba a los tobillos en color lila, de las que ella acostumbra usar, a través de ésta se le veían las braguitas negras tipo tanga, no llevaba sostén y sus tetas, aunque pequeñas, estaban rígidas interrumpiendo la caída de la bata sobre su cuerpo, calzaba unas sandalias destalonadas de plástico transparente. Mi hermano solo estaba en bóxer y era evidente que su enorme báculo estaba tan erecto como una porra de policía…, estaban abrazados, ella lo tomaba por la nuca y él la asía de las nalgas que frotaba con ambas manos mientras se besaban en la boca.

Mi hermano le quitó la bata dejando a mi prima solo en bragas, e inclinándose un poco le besaba las ubres de vaca lechera que se gastaba, en tanto ella metía su mano por dentro del bóxer para agarrarle el falo, luego simultáneamente ambos tiraron de la ropa íntima del otro, el bóxer de Gerardo cayó al piso y el tanga de ella se quedó a medio muslo, el espectáculo era impresionante, la tremenda verga de mi hermano estaba a todo lo que daba de erección…divina, enorme, circundada…, la roja cabezona de su tranca sobresalía del grosor del tronco de su hermoso vergazo, era un poema erótico su ricura y me derretía de ganas de mamársela, Irene lo tomó con una de sus manos frotándole, su mano se veía pequeña ante el tamaño del mástil de Gerardo, él le manoseaba el coñito con una mano y con la otra las nalgas sin dejar de chupetearle las mamas, ¡Vaya agasajo que se daban el par de cachondos y yo muerta de envidia! Intercambiaron algunas palabras y enseguida mi prima se puso en cuclillas tomando con ambas manos el falo de mi hermano dándole besos en el glande de aquella hermosura, poco a poco le fue chupeteando hasta meterse toda la cabeza entre sus labios mamándole, a medida que le chupaba lo iba introduciendo más en su boca, vaya que mi caliente prima era una buena mamadora, en pocos segundos ya tenía más de la mitad del tremendo leño de mi hermano dentro de su boca, mi hermano hacia movimientos de meter y sacar follándosela por la boca… 

El gran mástil se perdía en la garganta de mi prima, cada vez más hasta que sus labios tocaban la vellosidad púbica de él. Ya la tenía totalmente metida en su garganta y por momentos la sacaba casi en su totalidad para enseguida volverla a devorar, me sorprendía sobremanera que tamaña ricura de macana le cupiera completa en la boca. Minutos más tarde ella se puso en pie y fue mi hermano quien procedió a besar y lamer el cuerpo de ella, le quitó las braguitas por completo besándole la tira de vello que alargaba su raja vaginal, y de ahí a la entrepierna Mi hermano de rodillas le hizo girar para darse un agasajo con sus nalgas y metiendo su cara entre ellas… supongo le lamía el culo…, ella se notaba que lo estaba gozando al máximo cerrando los ojos y frotándose a sí misma las tetas mientras permanecía con las piernas separadas firmemente apoyadas en las sensuales sandalias que calzaba. Continuaron cuando ella se sentó en la orilla de la cama separando las piernas y levantándolas por completo, dejando expuesta su babeante vulva ante la boca de mi hermano, quien se pegó a ella mamándole su candente hendidura vaginal en tanto ella sostenía sus muslos con ambas manos. Tras un tiempo Gerardo se incorporó y enfiló su tremenda tranca hacia la raja del coño de Irene, quien estoicamente recibía aquel enorme pedazo de dura carne…, poco a poco iba penetrando su cuerpo hasta que solo quedaban fuera los hermosos huevones de mi hermano.

Entonces comenzó la gran fiesta, éste inicio el vaivén de su magnífica estaca empaladora, entrando y saliendo casi por completo de la vulva de Irene, quien no podía contener su calentura y dejaba escapar marcados jadeos que yo alcanzaba a oír. Mis braguitas estaban totalmente empapadas de mis jugos, ante tales escenas y sin perder detalle de lo que sucedía, con una mano me frotaba las tetonas, con la otra me masajeaba el clítoris duro y espigado a esas alturas, Sentía que las piernas me temblaban de la emoción y excitación que en esos momentos sentía, deseando cada vez más ser clavada por mi hermano, teniendo dentro de mí esa sensacional polla  hermosa que ahora disfrutaba mi prima…, ganas no me faltaban para entrar a la habitación y pedirles que me invitaran a un trío, pero hubiera sido una imprudencia, prefería esperar segura de que esa hermosura viril tenía que estar incrustada en mi cuerpo tarde o temprano. 

Hubo un nuevo cambio de pose, ahora mi hermano se recostó en la cama e Irene se montó en él, ella misma se incrustó el tremendo garrote de Gerardo sentándose sobre esa ricura de bergantín. Poco a poco los sentones fueron tomando velocidad haciendo que el falo de Gerardo entrara y saliera incontables veces de su cuerpo azotando el culo de mi prima con sus grandes huevos colganderos. El ángulo en que habían quedado ante mi vista era de perfil por lo que no podría definir si se la estaba cogiendo por el culo o seguía por la vagina. Varios minutos después ella se desmontó rápidamente metiéndose el colosal cipote de mi hermano entre sus labios, en lo que imagino era la eyaculación de él, sin embargo ni una sola gota de esperma salió de la boca de mi prima, por lo que intuí que había tragado toda la leche de él, no obstante también observé que de su raja brotaba un pequeño reguero de lefa espesa…mi hermano le inseminó el útero y aún le quedó leche para alimentar la boca de puta de mi prima Irene.

Antes de dar oportunidad a ser descubierta me fui silenciosa y con rapidez a mi habitación, había quedado cachondísima, nunca como en ese momento deseaba ser follada, mi flujo íntimo escurría por mi entrepierna casi llegando a mis rodillas y mis braguitas quedaron totalmente empapadas con el elixir de mi conejito caliente…, irremediablemente tuve que masturbarme pensando en el gran falo de mi hermano y jurándome a mí misma que le tendría dentro de mi ser en el menor tiempo posible, sin precipitar los acontecimientos. Por supuesto continué con mi estrategia de seducción, que sin planearlo estaba dando resultados más rápidos y efectivos con mi hermano Carlos quien también gozaba de ello, ya que era imposible sustraerlo de las exhibiciones que le ofrecía a Gerardo a quien iban dirigidos mis devaneos, pero eso les seguiré narrando próximamente en un nuevo relato. 






Identificación con mi Prima Lorena


Había sido invitada a una fiesta que se celebraría en la casa de mi tío Alejandro, hermano de mi madre y quien vive a un par de manzanas de nuestra casa, en la colonia contigua, él está casado con la tía Flor y tienen dos hijos, Sergio quien es de la misma edad de mi hermano Carlos y Lorena que es un año mayor que yo, por supuesto, como comúnmente se conoce… somos primos-hermanos. Antes de aquella noche yo y Lorena nos frecuentábamos muy poco a pesar de la cercanía en que vivíamos, debido tal vez a que asistíamos a diferentes colegios y nuestro círculo de amistades, provenientes la mayoría del instituto, era diferente, no así Carlos y Sergio quienes eran muy unidos y formaban parte del mismo grupo de amistades y casi se puede decir que eran inseparables, por lo que a Sergio lo veía muy frecuentemente en mi casa y por cierto nunca ocultó los deseos que tenia por mi cuerpo y a decir verdad él también me atraía sexualmente.

Para la noche de la aludida fiesta mis padres me habían dado permiso de quedarme a dormir en casa de mis primos, para no correr riesgos por la noche al terminar la fiesta, ya que conociéndolos se preveía terminaría muy de madrugada, Lorena me había invitado a quedarme en su habitación lo que acepté de buen grado ya que siempre nos hemos llevado bien solo que, en aquel tiempo no muy continuamente. Durante la fiesta mi prima se dedicó la mayor parte del tiempo a atender a las amistades que ella había invitado y yo me dedicaba a bailar con los chicos que me solicitaban para ello, entre ellos mi primo Sergio, quien al bailar no desaprovechaba la oportunidad de acercarme su verga a mi vientre y su pecho a mis tetonas, yo lo permitía fingiendo no darme cuenta de sus intenciones pero disfrutando el momento. Ya avanzada la fiesta conocí a un chico muy guapetón en el que centré mi atención, seguramente atraído por la minúscula minifalda que vestía yo, el chico se desvivía en atenciones para mí, después de algunos tragos ambos nos fuimos desinhibiendo y poco después ya me pegaba su miembro en el vientre que se le sentía en erección y yo en compensación también le dejaba sentir mis tetonas en el pecho y mi pelvis en su pene, pronto nos empezamos a besar y sus manos acariciaban mi espalda y cintura amagando con bajar a mis nalgas, los besos en la boca iban subiendo de tono y sus manos bajando de mi cadera en busca de mis glúteos.

En esos momentos yo ignoraba que el chaval en cuestión venía acompañado de un amigo igual de hermoso que él y que estaba en plena conquista de mi prima Lorena, me di cuenta cuando nos reunimos los cuatro y empezaron las presentaciones de rigor… cuyos nombres no reproduzco porque la verdad ahora no los recuerdo. Hecho lo cual y copa en mano, nos fuimos a un rincón poco concurrido del amplio jardín de su casa, arropados entre los árboles que ahí existen, donde en principio conversábamos los cuatro pero al correr de los minutos nos separamos un poco y cada quien hablaba con su respectivo. La sesión de besos se reanudó y lo mismo hacía mi prima con el otro chico.

Los besos del galán ya me habían puesto cachonda y permitía que sus manos recorrieran mis nalgas por encima de la minifalda y yo con mi pelvis frotaba su hinchada tranca…, tratando de guardar discreción ante la cercanía de Lorena, pero cuando me giré a mirarla me llevé una grata sorpresa…mi prima era tan cachonda como yo, el tipo le tenía metida la mano por la pretina debajo del pantalón acariciándole las nalgas, y la mano de ella aunque no la veía, estaba a la altura de la verga de él mientras se besaban en la boca. Ante tal hecho me descaré un poco y ya directamente le acariciaba con una de mis manos la verga a mi pretendiente, y él con una mano seguía masajeando mis nalgas y con la otra mis tetas, poco a poco la mano que tenía por detrás de mí fue bajando hasta alcanzar la orilla de la minifalda y metiéndola por debajo de ésta fue subiendo por mis muslos hacia mi culazo para acariciarlas directamente, en virtud de que las escasas bragas tipo tanga que portaba, que aunque ya tenía las propias tan sensuales como las de ella, eran un "préstamo" de Irene, pues me seguía excitando ponerme las bragas sucias de ella imaginando que quizá en ellas hubiera estado la verga de mi hermano Gerardo, y estaban metidas entre mis asentaderas permitiendo la libre caricia de su mano.

Ya eran las primeras horas de la madrugada y muchos de los asistentes se habían retirado o se preparaban para ello y los que aun permanecían estaba dentro de la casa, por lo que en el jardín solo estábamos mi prima y yo acompañadas de nuestros respectivos galanes de ocasión, cada cual estaba en "lo propio" y no prestábamos atención a lo que hacía la otra, solo de vez en cuando miraba hacia Lorena pero seguía muy metida en el magreo total, tal vez sin que me diera cuenta ella también me observaba. El caliente chaval encontró el resorte de las bragas y tiró de ellas hacia abajo dejándomelas entre el inicio de los muslos y la parte baja de las nalgas… metió su mano por debajo de los glúteos para pajearme el coñito mojado…, su dedo impregnado con mis flujos intentaba meterlo en mi culito, presa de la lujuria se lo permitía e irreflexiva le bajé el cierre de la bragueta liberándole la dura y bien erecta verga del tipo, se la "meneaba", en tanto él con la otra mano me manoseaba las tetonas por dentro de la blusa y por abajo del sostén.

Volví a mirar a Lorena y me impresioné de ver a mi prima empinada de frente al chico mamándole la verga, mientras éste seguía con la mano metida bajo el pantalón de ella dándose gusto con sus nalgas y tal vez con su culo, lo que me animó a seguir adelante con mi lujuriosa actividad. Mi pareja ocasional dejaba por momentos mis tetas para manosearme la vulva frotándome el clítoris y acariñar mi cortita  vellosidad púbica…, ese cabrón pretendía follarme ahí mismo poniendo su falo entre mis muslos, con la intención de ensartarlo en mi vagina…, lo que lograba por instantes solo con su glande, pero se salía con facilidad ya que la pose y la situación no era lo más cómodo, amén que las bragas donde las tenía era un escollo más pero no quise quitármelas por temor de ser descubierta por los demás familiares. En aquella candente lucha por ensartarme me vino el orgasmo entre jadeos de placer y momentos después el chico se "corrió" en mi entrepierna mojando con su esperma mi pubis, las bragas y mis muslos.

Supuse que mi prima le habría succionado el esperma a su pretendiente tragándoselo, y tal vez ella misma se hubiera "corrido", pero casi al mismo tiempo nos empezamos a arreglar la ropa y a disponernos a entrar en la casa, no sin antes quedar de acuerdo, cada cual por su lado, con el chico respectivo para el día siguiente vernos e ir a follar en un lugar más cómodo… en algún hostal o lugar tranquilo. Los chicos se despidieron, nosotras no hicimos ningún comentario mientras duró lo que restaba de la fiesta, los comentarios y confesiones íntimos fueron una vez que ya estábamos en la habitación compartiendo la mullida cama de Lorena. Cínicamente nos hicimos un relato sucinto y por demás detallado de todo lo sucedido previamente y durante el tiempo que estuvimos en el jardín, así como infinidad de detalles de nuestro comportamiento y gustos de índole sexual, lo que nos identificaba a ambas como un par de PUTAS ADICTAS A LA VERGA y toda clase de juegos eróticos. Por último ambas nos habíamos citado para follar con los chicos al día siguiente.

Al filo del mediodía del día siguiente, estaba llegando a mi casa convencida que había sido una noche redonda, tanto por la conquista del chico con quien iría a follar esa tarde como por la sorprendente e importante identificación que había tenido con mi prima Lorena en un aspecto tan íntimo como es el puterio que llevamos dentro ambas…, todo parecía indicar desde entonces que juntas pasaríamos los momentos más excitantes de nuestra existencia. Tenía la esperanza, como lo ha sido, de tener una amiga con quien compartir mis más íntimos secretos sexuales, sin ser solo de palabra sino participando juntas en experiencias que la mayoría de las personas calificarían como aberrantes, inmorales o pecaminosas. Al caer la tarde el sujeto cuyo nombre he olvidado pasó por mí…, tras tomar un par de copas en un bar me llevó a un hostal en donde disfrutó de cada centímetros de mi cuerpo y me folló por todos los lados y poses imaginables, dándome el inmenso placer de gozar con su sabrosa verga, de varios orgasmos que disfruté al máximo, siempre pensando que el que me estaba follando era mi hermano Gerardo, que aunque aún no había nada con él seguía provocándolo de acuerdo al plan que previamente había trazado para seducirlo.

En mis pensamientos también estaba mi prima Lorena, tratando de imaginar cómo le estaría yendo con el amigo del personaje que estaba conmigo dándome verga como desesperado y yo entregada a los placeres de Afrodita chupándole la verga recién salida de mi culo y tragando encantada su esperma. Entrada la noche, ya en casa, sonó el teléfono, era Lorena que al igual que yo estaba llena de curiosidad de saber cómo me había ido con mi galán, duramos hablando casi dos horas contándonos mutuamente los detalles pormenorizados de las respectivas folladas que nos habían dado, ambas reconocíamos que tan solo el hecho de hablarnos esta experiencia ya nos había puesto cachondas nuevamente y a Lorena se le ocurrió la excitante loquera que bien podríamos cambiar de pareja o mas cachondo aun podríamos coger entre los cuatro. La idea me atrajo de manera muy especial solo de pensarlo ya estaba deseosa de verga y para ultimar los detalles le propuse que al día siguiente se quedara a dormir en mi casa, ya que siendo lunes tanto por la mañana como por tarde teníamos cosas que hacer empezando por asistir al instituto, hacer la maldita tarea escolar y algunas otras cosas, ella aceptó pidiéndome que alertara a mis padres por si los de ella llamaban a los míos para verificar que pasaría la noche conmigo.

Al caer la tarde llegó mi prima Lorena a casa, maletín en mano con la ropa que usaría esa noche y al día siguiente, vestía de pantalón a la cadera dejando ver el tanga rojo que traía puesto, blusa ombliguera luciendo el arete que pende de su ombligo y altas sandalias…, la verdad hacía gala del muy buen cuerpo que tiene, dejando boquiabierto al caliente de mi hermano Carlos que ahora tendría doble espectáculo erótico para alimentar su libido… mi prima y yo. Lo primero fue instalarla en mi habitación, luego bajamos a cenar y para mí a continuar con mi labor de seducción de mi hermano mayor dejándole ver mis "encantos" bajo mi pequeña minifalda y el amplio escote de mi blusa por donde asomaban de manera generosa mis crecidos senos, ya la estrategia empezaba a dar frutos pues Gerardo ya se fijaba con más frecuencia en mi cuerpo, incluso Lorena lo había notado en los primeros momentos de su estancia en casa y posteriormente me lo comentaría. Ya en la intimidad de mi habitación mientras nos desnudábamos para ponernos nuestros respectivos camisones, el de ella rojo y el mío blanco, retomamos el tema de los chicos que el día anterior nos habían cogido. Haciendo gala de la amplia experiencia que ella tenía fácilmente me dijo que no había mucho que planear, que simplemente le llamaría a su "galán" y se lo propondría para que él lo comunicara a su amigo. Así lo hizo, llamó por teléfono y se lo soltó sin traza de pudor… quedó con el chico que más tarde él le llamaría para concretar la cita, ya que su amigo seguro lo aceptaría. Me dejó impresionada y me aconsejó que las cosas hay que hacerlas en caliente, consejo que tomé relacionándolo con mi hermano Gerardo, si lo deseaba tenía que hacérselo saber de forma directa.

Nos metimos a la cama y la charla versó sobre las experiencias sexuales de ambas, sin duda ella tenía mucho más experiencia que yo, me daba un gusto enorme poder contar con una amiga como ella que era tan puta como yo y seguramente aprendería mucho de sus vivencias, toqué el tema del incesto y aunque por el momento no me hizo ninguna confesión era evidente que no lo satanizaba, por el contrario opinaba que en materia sexual estando de acuerdo las partes, no hay nada imposible, ni perverso, ni inmoral y mucho menos pecaminoso, en pocas palabras apoyaba el incesto, como el placer sexual de los dioses como la máxima expresión de la sexualidad. Poco tiempo después sabría porqué de su liberal opinión. Ya entrada la noche nos dormimos después de masturbarnos una frente a la otra ya que la charla nos había puesto caliente en exceso.

A la mañana siguiente nos metimos a bañar juntas, pude ver su hermoso cuerpo totalmente desnudo, en verdad estaba "buenorra", es guapa, de piel morena clara, sus tetas son algo pequeños comparadas con las mías, su cintura es estrecha muy bien delineada, contrastando con su amplia cadera lo que le otorga ese atractivo extra para que los  machos la supongan una buena hembra para preñar. Pero si algo resaltaba eran sus respingonas y grandes nalgas, con firmes muslos carnosos pero perfectamente moldeados, así como sus pantorrillas, su vello púbico estaba recortado en forma de  flecha indicadora de donde había que insertar la polla…, creo que de la cintura para abajo es un espectáculo, solo le falta un poco de tetas para estar perfecta, aunque no tengo tendencia lésbica, su cuerpo me llamaba mucho la atención y al parecer también el mío a ella, pues me miraba constantemente haciendo comentarios en especial de mis ubres enormes. El día pasó entre charlas de experiencias sexuales y cosas de la familia o la escuela y comentarios de nuestros respectivos novios. Por fin llegó la hora en que pasarían a por nosotras para irnos a follar… esa noche les dejaríamos que nos dieran bien duro y nos hicieran sus putas.

Lorena se puso un minivestido ajustado a su cuerpo, en el que se marcaban las bragas tipo tanga negras, sostén del mismo color y las sandalias destalonadas que había traído, yo me puse también un minivestido que dejaba al descubierto casi todos mis muslos, no me puse ropa interior sin embargo me puse pantimedias y unas zapatillas de tacón alto. Los chicos pasaron por nosotras y desde el primer momento Lorena impuso la diferencia al subirse al asiento trasero del coche, lugar en donde viajaba el chico que me había follado a mí la vez anterior y yo me senté en la parte delantera con el chaval que se había follado a mi prima. Durante el trayecto nos indicaron que iríamos a la casa de uno de ellos, ya que sus familiares estaban de viaje, aceptamos de buen grado. Durante el viaje el tipo que conducía el coche no perdía el tiempo y enseguida puso su mano sobre mis muslos acariciándolos, yo me dejaba complaciente y también puse mi mano sobre el bulto que hacia su tiesa verga bajo el pantalón…, cuando los semáforos nos marcaban el alto, entonces me acariciaba mis crecidas tetonas. Lorena no se quedaba atrás y se besuqueaba con el fulano que estaba a su lado, permitiendo que le metiera la mano entre sus piernas y ella le agarraba la verga.

Llegamos a una casa muy cómoda, enseguida los sujetos pusieron música y empezaron por servir unos tragos de licor, luego de los primeros sorbos empezamos a bailar, ambas pasábamos las manos por la nuca de ellos, pegando nuestros vientres contra sus hinchadas vergas rozándolas continuamente, ellos tenían ambas manos en nuestras nalgas, en lo que se conoce como bailar de "cartón de cerveza", mientras nos besábamos en la boca compartiendo nuestras lenguas, la temperatura corporal estaba en aumento, súbitamente cambiamos de pareja a instancia de Lorena, repitiendo las condiciones anteriores pero ahora con el otro chico, así fuimos rulando las pareja durante dos o tres canciones musicales…, la diferencia era que el manoseo era cada vez más atrevido, ya nos tenían el reducido vestido en la cintura acariciándonos el culo… a mi prima al natural ya que la tanga estaba entre sus glúteos y a mí sobre las pantimedias. Descansamos un momento para tomar unos sorbos de la copa, pero sentadas en las piernas de los fulanos que no cesaban de acariciarnos el cuerpo con toda desfachatez y nosotras nos dejábamos en plena desvergüenza moviendo nuestras nalgas sobre las erectas vergas de los galanes. ¡Eso tipos llevaban cerca de más de media hora empalmado a tope!

La calentura estaba en su máxima expresión y las bragas de mi prima y mis pantimedias ya estaban a mitad de nuestros respectivos muslos y las manos de los sujetos metidas en la entrepierna de cada una acariciando nuestra vulva, metiendo sus dedos en nuestros coñito frotándonos el clítoris, poco a poco nos fueron despojando de la ropa hasta dejarnos completamente en cueros, y ellos también se desnudaron exhibiéndonos sus erectas y sabrosas vergas bien rígidas y tal vez condolidas de tan prolongada erección. Fueron ellos quienes iniciaron haciendo los honores a nuestras mojadas vulvas…, nos sentamos en el sofá con las piernas abiertas y ellos hincados, nos mamaron el coño. El tipo que inició conmigo, bajaba su lengua hasta alcanzar mi culito, lamía el ano con fruición haciendo vibrar mi cuerpo. Tras varios minutos, poniéndose ambos en pie, nos acercaron sus vergas a la boca, como atraídas por un imán se las empezamos a besar, chupeteándoles y metiéndolas a nuestra boca les mamábamos, luego de algunos minutos se cambiaron para que fuera la otra quien les mamara, nosotras encantadas lo aceptábamos probando ambas vergas. 

Sin decir nada el tipo al que en ese momento le chupaba el falo, me levantó las piernas hasta sus hombros poniendo la cabeza de su verga entre mis labios vaginales, lo untó de caldo vaginal y me pajeó el clítoris un rato, luego buscó la bocana presionando sobre mi raja y cuando la encontró empujó poco a poco. La humedad de mi chumino facilitaba la penetración y en menos de lo que tardo en escribir, ya tenía la totalidad de su miembro viril dentro de mí…, en tanto a Lorena la pusieron de "lado" y la clavaron por detrás aunque por el coño. El vaivén de las vergas entrando y saliendo de nuestras vulvas se generalizó así como nuestros jadeos y expresiones de placer con un chapoteo incesante con el choque de nuestro cuerpo. Vino un nuevo cambio de pareja, el chico que acababa de penetrar a mi prima permaneció sentado, mientras yo me monté en él ensartándome a mí misma con su rico mástil, dándome sentones en él sintiendo su verga entrar repetidamente en mi ser y sus huevos duros como una pelota me golpeaban en el clítoris. A mi prima la tenía en pose de "perrita" a cuatro patas, hincada sobre el sillón, el sujeto tras ella dándole verga incansablemente. Vino otro cambio de pareja, pero antes de insertarnos el cipote, nos dieron a chupar esos estoques, por lo que indirectamente probábamos mutuamente los jugos íntimos de la otra, me sabía rico. Los cambios de pose y pareja menudearon, así como los escandalosos orgasmos que mi prima y yo teníamos de manera constante disfrutando al máximo de los placeres carnales…, en un momento dado a ambas nos pusieron empinadas en el sillón y abriéndonos los glúteos enfilaron sus trancas al diminuto agujerito de nuestro culito…


Ese agujero es final el que todo hombre desea…, complacientes aceptamos la penetración anal, sus endurecidas verga fueron penetrando lentamente en nuestros culitos que devoraban sus deliciosos pedazos de carne alojándolos en el intestino. La entrada y salida de sus duras vergas de nuestros culitos eran constantes, así como los cambios de pareja previa chupada de verga, mientras nos enculaban Lorena y yo nos mirábamos esbozando cínicas sonrisas disfrutando de la culeada que nos estaban dando. Tiempo después nos anunciaron que estaban a punto de eyacular, nos indicaron que nos hincáramos en el piso de frente a ellos y nos dieron a mamar sus vergas, de repente ambos sacaron la verga de nuestras bocas y los chorros de esperma caían en nuestro rostro y boca de forma cruzada de tal manera que ambas recibíamos semen de los dos personajes. Una vez terminaron de "correrse" aun les chupábamos la verga hasta que éstas perdieron la erección. Como colofón, con nuestras caras escurriendo de esperma… mi prima y yo nos dimos un besito en la boca compartiendo el semen que estaba dentro de ellas…, lo que nos consolidaba como un par de cachondas fortaleciendo nuestra naciente amistad, no quedaba duda ambas éramos "UN PAR DE PUTAS NACIDAS PARA FOLLAR" y lo mejor entre nosotras estaba aún por venir. Pasamos al baño para lavarnos, ahí estaba la lavadora, sin saber porqué la destapé encontrándome la ropa usada de la familia y entre ella varias braguitas de lo más sensual…, no pude resistir esa mala costumbre que tengo de robar bragas cuando tengo oportunidad, así que tomé tres que me parecieron las mas provocativas y las escondí entre mi vulva y las pantimedias como si fuesen toallas sanitarias y salí para irnos a casa. A partir de ese día mi amistad con Lorena se incrementó volviéndonos casi inseparables. Vivimos muchas  aventuras de índole sexual tan inusuales y atrevidas como placenteras y narraré próximamente las más destacadas.






La querida del Don Eduardo Santacruz


Vivo en un condominio horizontal compuesto de varias casas en rededor de una piscina comunitaria, suelo exhibirme con mis vecinos a través del ventanal de mi habitación, que da al interior del conjunto habitacional y uno de mis admiradores voyeur es don Eduardo Santacruz que vivía en la casa ubicada casi frente a la mía, y quien era mi admirador más asiduo, como también lo mencioné era hombre maduro de aproximadamente 55 años, con una gran personalidad y atractivo físico, casado y con dos hijos, director gerente de una gran empresa de fabricación de cerámica. Tal vez por ser un hombre de tanto poder, me atraía enormemente y me excitaba saber que me le antojaba sexualmente. 

Las casas en mención tienen solo estacionamiento para dos automóviles cada una, así que cuando mi hermano Carlos, el menor de los dos, se compró un automóvil sin tener donde estacionarlo, ya que los lugares existentes eran ocupados por el coche de mi padre y el de mi hermano Gerardo, el mayor. Dado que mi padre forma parte de la directiva de administración del condominio, consiguió que el don Eduardo Santacruz, quien solo tenía un coche, le alquilara la plaza de zona de estacionamiento sobrante en su propiedad. 

He de aclarar que el coche de mi padre es utilizado casi exclusivamente por mi madre y pero ocasionalmente me encargaba yo de su mantenimiento, en virtud que mi padre usa el coche asignado por el gobierno a quien presta sus servicios, así como un chofer que le atiende durante todo el día, así como a mi madre, y por las noches se lo lleva a su casa para al día siguiente estar temprano al servicio de mi padre. Ante tal circunstancia "benévola" accedí a que mi hermano estacionara en el lugar de la casa y el coche que usa mamá y yo uso aún sin carnet para pasear por la urbanización se estacionara en la casa del vecino, además de mi bicicleta con la que suelo ir a clase..., para lo cual solo había que entrar a la casa del vecino por la calle de atrás y cruzar por el prado interno del conjunto habitacional para llegar a mi casa, mi intención era más que clara, encontrarme lo más frecuentemente posible con el señor Santacruz… originalmente coquetearle y dejarle ver mis "encantos" muy de cerca si las circunstancias lo permitían, , aunque luego cambio la finalidad que perseguía con el vecino. Todos estuvimos de acuerdo y así se hizo.


Empecé por determinar el horario en que el vecino salía a su trabajo y la hora en que regresaba para procurar coincidir con él y llevar a cabo mis morbosos proyectos. Los dos primeros días no le vi, no obstante que procuraba hacer algo de ruido extra al entrar o salir de su cochera…, una semana después ya sabía con cierta precisión sus horarios de salida y entrada, el primer día en que nos encontramos me saludó muy caballerosamente poniéndose a mi servicio para todo lo que se me ofreciera, ese día yo vestía con un pantalón por lo que solo pudo verme la figura de la cintura para abajo, pero llevaba puesta una blusa escotada y pude darme cuenta con claridad como sus ojos recorrieron la parte alta de mis tetazas a la vista, sin pasar a más por el momento. Además de los saludos le comenté, con toda intención, que no sería mi hermano quien estacionara su coche en el lugar que amablemente nos alquilaba, sino yo, tal vez me lo imaginé pero en su rostro apareció una sonrisa de beneplácito, quizá por ello en los primeros días no le interesaba asomarse cuando oía el ruido el coche que llegaba o salía. Al día siguiente en cuanto encendí el motor para que se fuera calentando apareció el señor Eduardo con una franela simulando que limpiaba su coche, se acercó a mi carro para saludarme, pero sus ojos se fueron directamente a mis muslos que estaban a su vista en más de la mitad de su longitud, ya que con toda premeditación me había puesto la falda más corta del uniforme escolar… además de su breve tamaño me la subí un poco de lo que hubiera sido normal para que mi caliente vecino voyeur se deleitara viéndome las piernas tan cerca como no lo había hecho nunca, aunque me conocía totalmente en pelotas y hasta me había visto masturbándome, siempre había sido a considerable distancia. 

Cuando regresé de las clases, al estacionar la bici me encontré que el coche del señor Eduardo estaba en el lugar en que yo me debía estacionar y el espacio vacío era el que estaba junto a la puerta de acceso a la casa, antes de que me bajara del biciclo apareció mi morboso vecino y se acercó para explicarme que era mejor para nosotros que estacionáramos en ese lugar en virtud de que era reducido el espacio entre los dos coches para bajarme y subirme, cosa que le agradecí, aunque de inmediato de me di cuenta de sus intenciones, ya que por ese lado era más fácil verme al subir y bajar del coche.

Mientras me daba esa explicación sus ojos se posaban en mis piernas, que como por la mañana le enseñaba generosamente, pero lo mejor fue cuando, en su presencia, me bajé del coche separando las piernas pródigamente, al vecino se le salían los ojos de las órbitas, había podido verme hasta el fondo de mi entrepierna las diminutas bragas transparentes en color rojo que usaba ese día, ya teniendo una de mis piernas abajo del coche fingí que se me habían olvidado los cigarrillos y me giré para tomarlos permitiéndole ver a placer mi vulva forrada en las bragas translúcidas. Aunque trataba de disimularlo era evidente el bulto que su erección hacia abajo sus pantalones, simulando no darme cuenta me retiré contoneando mi cuerpecito con el fin de hacérmele más apetecible, originalmente esa era la única finalidad, pues no tenía intención que un viejo me follase por muy fornido que se viese…y tal vez armado con una gran tranca. Dentro de mí reía divertida haciéndolo calentarse deseándome, aunque ello no dejaba de ponerme un tanto cachonda como siempre que sé que alguien me desea y soy capaz de ponerle la verga dura tan solo de imaginar que disfruta de mi cuerpo, además de la satisfactoria y excitante tendencia que tengo por exhibir mi anatomía.

Diariamente era lo mismo dejándome ver cada día más, no solo en las mañanas al ir a clase y cuando regresaba, sino también lo hacía por las tardes y en ocasiones sin motivo alguno me subía al coche y tan solo le daba algunas vueltas a la manzana para regresar y mostrarle al vecino mis encantos en minifaldas realmente atrevidas. A diario él sabía con precisión de qué color eran las bragas que estaba usando o si de plano ese día no usaba y si llevaba sostén o no, invariablemente su verga se ponía bien dura y, él mismo cada día se preocupaba menos por tratar de ocultarla…sinceramente me parecía un escándalo de verga, porque el bulto se prolongaba hasta su muslo con no menos de 20 cm de rabo. 

En ocasiones no me ponía las bragas desde mi casa, las llevaba en la mochila de mis libros, para mostrarle mi vulva en directo y unas calles adelante me detenía para ponérmelas y de regreso hacia lo mismo pero en sentido inverso, quedando el señor Eduardo con la impresión de que no había usado ropa interior ese día. Cada día nos íbamos descarando mas en las exhibiciones lúdicas, yo ensenándole mis "rinconcitos íntimos" y él la prominencia de su endurecido cipote. Cada día me hacía más a la idea que bien podría "echarme unos buenos polvos" con mi caliente vecino y la idea se fortalecía por momentos, ya que me excitada cada vez mas dejarme ver ante su morbosa mirada e imaginar cómo sería su verga en erección. Aunque nunca he tenido tendencias de "Lolita", o sea de chicas que gustan de ser folladas por adultos… evidentemente mayores incluso que tu propio padre y nada quieren saber de gente de su edad, yo no hago distinción…una polla es una polla igual, por eso me han follado chavales más jóvenes que yo, de mi edad y mayores doblándome la edad, el placer sexual no lo da esa edad, sino la situación en la que se den los hechos, cuando menos eso creo yo.

Así que llegó el día que amanecí muy caliente y decidida a llegar a algo más con mi cachondo admirador. No era día de clases y traté de lucir atractiva y fundamentalmente sexy, provocativa e invitante a las "travesuras" eróticas, me atavié con un minivestido en color azul que propiamente usaba solo para ir a alguna fiesta o a la discoteca, el cual quedaba muy ajustado por el material elástico en que está hecho, solo me cubre las nalgas y escasos centímetros de los muslos, es bastante escotado dejando ver casi la mitad de mis crecidas tetonas y es imposible ponerse sostén sin que se vea, no me puse bragas, solo los pantis de tipo "desnuda", para quien no las conozca son de las que no tienen la calzoneta tradicional y están hechas del mismo material, transparencia y textura desde la punta del pie hasta el resorte de la cintura, por lo que mi vulva quedaría plenamente expuesta. Con total determinación fui al coche, que era solo el pretexto para intentar la audaz experiencia, encendí el motor pero sin subirme totalmente al él, es decir solo una pierna arriba del vehículo y la otra apoyada en el piso, por lógica mis piernas estaban en completa separación dejando ver toda mi zona pélvica y del coño.

"Mágicamente" hizo acto de presencia el morboso vecino, quien caballerosamente me saludó pero sin verme a la cara, sus ojos estaban fijos en mi entrepierna admirando "mis cositas", como un resorte su verga evidenciaba su erección, sostuve la pose con todo descaro y él con cinismo no dejaba de observar mis partes íntimas, sin siquiera intentar disimular el bulto de su majestuoso falo, cuando quitaba la mirada de mi pelvis, era para posarla en mis tetazas y, yo desvergonzadamente hacia lo mismo en la marcada protuberancia que formaba su miembro viril. Ese tipo para su edad se empalmaba como un caballo y con una prontitud de adolescente salido, lo cual me indicaba lo buen macho y mejor semental que debía ser… a razón de su polla, así serían sus huevos y de ahí la producción de leche. Se acercó a mí lo más que pudo y sin ninguna inhibición me miraba lo que le estaba enseñando, sentía que mi vagina segregaba sus fluidos, no había duda estaba bien cachonda y decidida a exponerme a cualquier rechazo… sin mediar palabra extendí un poco mi mano y, con apenas la punta de mis dedos toqué la parte en donde estaba la cabeza de su verga.

Sin sorprenderse hizo lo mismo por dentro el contorno del escote de mi vestido, rozando mis tetas, pasada la primera impresión palpé con toda la palma de mi mano la extensión de su sólida verga pasándola desde sus nuevos hasta el glande. Animado el vecino metió la mano dentro de mi busto para agarrarme las ubres con todo descaro…, yo presa de la cachondez lo permitía complaciente, entrecerrando los ojos de lo rico que sentía con la mano del vecino acariciándome las tetas, cuyos pezones se endurecieron al instante poniéndose como timbres de castillo. Eduardo vestía pantalones deportivos, por lo que podía agarrarle la verga con todo mi puño…, presa por completo de la lujuria tiré de sus pantalones bajándoselos hasta los muslos, su pollón salto de los pantalones sin calzoncillos quedando relativamente inclinada apuntando hacia mi rostro. Efectivamente sobre pasaba los 20 cm, una recia y musculada polla que no dudé en tenerla bien asida y, en nada se la frotaba a manera de masturbación mientras el atrevido vecino me bajó la parte alta del vestido sacándome las tetonas para acariciarlas a plenitud con ambas manos. En esos instantes su espectacular falo estaba a escasos centímetros de mi boca, su olor a macho cargado de testosterona me estaba dando valor para mamársela, cuando de forma precoz empezó a eyacular cayendo los dos primeros chorros de esperma en mi cara y los siguientes en mis crecidas tetas, le seguí pajeando hasta que el semen dejó de fluir. Visiblemente apenado me ofreció entrar a su casa para lavarme, lo que acepté sin chistar.

En el conjunto habitacional todas las casas son iguales y la puerta al garaje es por la cocina, entré para lavarme la cara en el fregadero, para lo que había que inclinarme, creí que me iría a casa caliente, pero en eso estaba cuando advertí que el vecino se pegaba a mis nalgas sintiendo su cipote aun endurecido, vaya poder de recuperación su verga estaba tan dura como en un principio. Permanecí inclinada mientras él me levantó el minivestido a la cintura y tiró de los pantis dejándomelas a las rodillas, colgó su verga entre mis glúteos en forma vertical buscando la separación de éstos en donde quedó aprisionada y con ambas manos me sujetaba de las tetonas masajeándomelas, yo movía mi cadera en el éxtasis de la cachondez. Ante mi aceptación, me soltó las tetas agachándose para besarme las nalgas, las lamía y con su lengua buscaba mi ano entre ellas, separé las piernas para facilitarle la morbosa tarea…, su lengua en mi culo me ponía al borde del orgasmo. En tanto con su mano me acariciaba la vulva, metiendo el dedo pulgar en mis labios vaginales pajeándome, mientras no cesaba de besuquearme las nalgas y el culo, me di media vuelta mostrándole mi pelado coñito de babeante hendidura, enseguida ya me estaba mamando el clítoris junto a los labios vaginales  tragando mi néctar íntimo, hasta llevarme al primer orgasmo que expresé con sonoros jadeos y apagados gritos de placer.

Era mi turno de hacerle los honores a su poderosa bayoneta, él se incorporó y yo me puse en cuclillas y sin más trámite me metí su falo entre mis labios chupándoselo. Sin sacar su verga de mi boca me quité los pantis y el vestidito quedando desnuda, solo sobre las zapatillas de altos tacones. Le succionaba con apasionamiento dado el grado de excitación que tenía ante la nueva aventura con un hombre mayor y casado, incluso con dos hijos, una de ellos era una chavala casi de mi edad Para mostrarle a mi nuevo "Querido" que tenía la experiencia necesaria para tener relaciones sexuales conmigo, me metía casi totalmente su tranca musculada jalonada de venas inflamabas en mi boca albergándola en mi garganta, en tanto le pasaba las uñas de mis dedos por los nuevos, así por largo rato y antes que fuera a eyacular nuevamente suspendí la felación. Poniéndome en pie, levanté una pierna que él atrapó con uno de sus brazos y con mi mano encaminé su falo a mi chorreante raja, colocando su orondo glande entre mis labios vaginales y empujando mi cadera para penetrarlo en mi vagina…, él hizo presión y sin mayor esfuerzo su verga entró en mi lubricada rajita, dando inicio a un interminable vaivén de su verga en mi órgano reproductor.

Mi ahora "querido" bajaba su rostro para poder chuparme las tetonas… yo misma colocaba en su boca con una de mis manos sin dejar de mover mi cadera y culo en forma ondulante, pronunciando morbosas frases cortas para expresarle el placer que me estaba dando, sin dejar de pedirle que me siguiera follando tan bien como lo hacía. Aquel semental me demostraba que la primera eyaculación solo había sido un accidente de su prolongada abstinencia y las inmensas ganas que tenía de follarme conmigo, ahora esa corrida me llenaba de orgullo. Rompí la pose que para entonces ya me resultaba un tanto incomoda, optando por lo más sencillo… me apoyé sobre el fregadero empinándome para ofrecerle mis nalgas y si él así lo decidía me follara por el culo, pero no lo hizo, me penetró nuevamente por la vagina, reincidiendo el entrar y salir interminable de su pollón en mi útero. La pose daba más amplitud a mis movimientos de cadera haciéndome "correrme" una vez más en sonoro y placentero orgasmo. Minutos después me dijo que estaba a punto de eyacular, tal vez tomándome opinión si podía hacerlo dentro de mi vagina, pero preferí probar su esperma para lo que me saqué su verga de mi vagina e hincándome ante él le chupé la verga con devota lujuria

Me encantaba notar su ondulada superficie venosa…, mamaba con fuertes succiones hasta que de pronto sentí que me ahogaban los chorros de espeso y tibio esperma lanzados por su glande a mi garganta y paladar, tragué su leche saboreándola hasta la última gota y le limpié su pollón sin dejar rastro de su leche ni de mi flujo gelatinoso expandido por todo el tronco del señor…. Me invitó a pasar a su baño para lavarme, me dijo que lo hiciera con confianza que no había nadie en casa en ese momento, en total desnudez entré al baño acompañada por él, quien con sorprendente a comedimiento me empezó a limpiar con una esponja húmeda todo el cuerpo incluidos mis "rinconcitos íntimos", lo que me producía excitación extra capaz de continuar con esa atrevida sesión de sexo…, sin embargo temerosa que pudieran volver… su esposa o sus hijos preferí reservarme para mejor ocasión, que no habría de tardar mucho.

Volvimos a la cocina para vestirme y ahí nos besamos en la boca por primera vez y, me hizo prometer que nadie sabría de nuestra naciente relación, tal vez por temor a su esposa y principalmente a que yo era una menor de edad ya que para entonces aun no cumplía los dieciocho años, olvidando que la más interesada en que eso no se supiera era yo. Me fui a casa satisfecha de mi "fechoría" y muy animada con poder llevar una relación sexual con un hombre mayor, con lo que me convertía, como dicen en el pueblo de mis padres…. “cuando una mujer anda con un casado, en su "Querida"”, me excitaba esa situación poco común para mí. La aventura se repitió varias veces follándome en su casa, aprovechando las ausencias de su familia y en ocasiones nos poníamos de acuerdo y visitábamos hostales cercanos a nuestro domicilio, pero algo que me llamó mucho la atención fue el día en que me llamó por el móvil, cosa que hacía a diario, para pedirme que me desnudara en mi habitación y él poder verme desde su casa a través de los prismáticos. Iba quitándome la ropa conforme lo pedía y posaba para él según sus instrucciones, pero ese día cuando ya estaba totalmente en pelotas, me propuso que fuera a su casa para follarme, ya que no estaba su familia y volverían dos días después, acepté pese a ser ya las 11 de la noche y en casa ya todos estaban dormidos.

Siguiendo las "sabias enseñanzas" de mi prima Cristina solo me puse un abrigo sobre mi cuerpo desnudo y las sandalias destalonadas que calzaba, crucé el césped que divide los módulos de casas, no sin algo de temor de ser vista por algún vecino…, si en mi casa se dieran cuenta de que salí a esas horas, tenía preparada la mentira que en el coche se me había quedado un libro que necesitaba y había ido por él. Sin haber colgado la comunicación a través del móvil le indiqué que ya estaba por llegar para que me abriera la puerta de la cocina. 

Cuando llegué, ahí estaba él también totalmente desnudo y con la verga bien tiesa, me hizo pasar quitándome de inmediato el abrigo, nos besamos en la boca y sus manos empezaron a recorrer mi desnudo cuerpo y yo a él le masturbaba su hermosura de orografía tortuosa por las venas hinchadas…. Pero lo que más llamó mi atención es que en la sala, sobre el sillón ya estaban varias prendas de vestir femeninas. Ante mi desconcierto me pidió que me las pusiera, sin saber de qué se trataba accedí empezando por una diminutas bragas tipo tanga en color azul cielo con encajes en el frente y el resto transparentes que me quedaba como hechas a mi medida, un sostén en el mismo color aunque no era parte de un coordinado, éste solo lo abroché por mi espalda ya que las copas eran demasiado chicas para mis crecidas tetonas, unas calcetas hasta las rodillas, una camisola blanca y un uniforme escolar de secundaria con falda y suéter.

Me explicó que era la ropa usada de su hija, que era más o menos de mi edad, y quería ver como lucia en las ropas de su descendiente, una vez vestida con las ropas de su hija me sentó en sus piernas besándome en la boca y metiendo su lengua en ella, a poco me fue agarrando las rodillas y lentamente subía la mano por mis muslos, como si fuera la primera vez que me manoseara, a poco ya tenía su mano en mi vulva por encima de las pequeñas bragas alternando sus morbosas caricias en mis tetas por encima de la camisola…, aun no me daba cuenta cual era el propósito de ello y me dejaba manosear dócilmente. Primero me quitó el suéter y,  pausadamente me desabrochaba los botones de la camisola, las manos le temblaban nerviosamente o tal vez por la enorme excitación que eso le provocaba, su verga estaba firme como si fuese de hierro y por el ojal del glande le brotaban gruesas gotas de cristalino líquido seminal. Por fin me abrió la camisola chupándome con delirio las tetonas y, arreciando las caricias en todo mi cuerpo pero de forma especial en mi coñito, sin quitarme las breves bragas que ya estaban mojadas con mis flujos vaginales. Me pidió que me parara delante de él para admirar mi cuerpo en las ropas de su hija y posara en diferentes ángulos, mostrándole mis ubres y, que me levantara la faldita para mirarme en bragas, mientras él se frota la verga con verdadero disfrute. Nuevamente me pidió que me acercara e hincándome entre sus piernas le besara la verga. Mamaba su troncho con mucho agrado succionado el cristalino fluido que emanaba de su fastuoso falo, le lamí todo el tronco y los nuevos para regresar por el mismo camino y chuparle el cipote de la misma forma, metiéndomelo en la garganta hasta solo dejar fuera de mi boca sus poderosos huevones.

Pronto me "Cayó el veinte" de lo que estaba haciendo, cuando me dijo… – Te voy a follar nenita", con ese sobrenombre cariñoso de "Nenita" se refería normalmente a su hija. El caliente vecino estaba fantaseando que se estaba calentando y se follaría a su propia hija al hacerlo conmigo, no me desagradó la idea ya que eso le ponía más caliente y le daba placer al encuentro. Empecé a "seguirle la corriente", llamándolo "Papi" como su hija le decía…, Eduardo estaba ardiendo de cachondo el muy cabrón…, me puso a cuatro patas como una "perrita" sobre el sofá y no quiso que me quitara la ropa, solo me hizo a un lado las braguitas y ensalivó mi culo directamente con su boca y lengua. Luego enfiló su verga a mi ano empujando con cuidado, poco a poco mi orificio anal se fue abriendo para dar paso a su verga y pronto se devoró la cabeza de su pollón centímetro a centímetro, percibía como entraba el tronco de su hermosa masculinidad hasta que sus testículos golpeaban mis ingles a cada acometida de su verga en mi conducto, en tanto él estaba asido de mis tetas a modo de riendas de yegua desbocada… 

repetía a cada momento que era su "Nenita", yo le ayudaba en su fantasía diciéndole, – "¡Fóllame Papi! ¡qué bien me follas!, ¡qué sabroso te follas a tu nenita por el culito!", y frases por el estilo haciéndolo sentir que se follaba a su hija. Pronto me llegó el primer orgasmo que disfruté a gritos, una vez que terminé de "venirme", me sacó la verga del culo y me hizo voltear, apartó las bragas y me mamó la vulva tragando el néctar intimo que escurría de mi coñito haciéndome "correr" una vez más, prácticamente en su boca y remató metiéndome la verga en la boca en donde eyaculó y tragué con placer su esperma.

Habíamos terminado por ese día, premeditadamente no me quité las bragas apropiándome de ellas, como es mi mala costumbre, tampoco le mencioné por esa vez de la fantasía de follarse a su hija que le había hecho vivir, pero esas hazañas se repitieron muy seguido ya que su esposa se había ido a vivir provisionalmente a Valencia por estar su madre enferma en esa ciudad…, solo venia de vez en cuando y los hijos se iban para allá asiduamente, situación que aprovechábamos para disponer de la casa en donde me follaba vistiéndome con la ropa de su hija, en la habitación de ésta y no menos de media docena de veces me quedé con las sensuales braguitas usadas de la chica y en tres ocasiones robé las bragas de la esposa, tan o más sensuales y pequeñitas que las de la hija. En una ocasión que me estaba follando en esas circunstancias, le pregunté que si le gustaría follarse de verdad a su hija y lo negó, tal vez avergonzado por lo que consideraría una degeneración inmoral o algo parecido, pero eran por demás evidentes las fantasías que tenía cuando me follaba ataviada con la ropa de su hija y en la propia habitación de ésta. Nunca le insistí al respecto porque para mí estaba más que claro.


Durante los casi seis meses en que fui su "Querida", Eduardo me regaló mucha lencería fina, pero en especial aprecio mucho una cadenilla tobillera de oro que aun llevo en mi tobillo izquierdo y múltiples regalitos que no vale la pena mencionar. La candente relación terminó cuando por motivos familiares tramitó su cambio de adscripción en la empresa en la que trabajaba para irse a vivir más cerca de su familia, definitivamente se instaló en Valencia con su familia y vendió la casa a los actuales dueños. En varias ocasiones que vino, me visitó y por supuesto disfrutó de mi cuerpo follándome por todos lados posibles, pero eso terminó definitivamente al poco tiempo de haberse ido de aquí.







Cuenta Saldada



Habían pasado aproximadamente tres meses, de las vacaciones de verano que pasé en el bello lugar donde nacieron mis padres y radica la mayoría de mi familia, en donde, como ya relaté, pasé inolvidables momentos de diversión y sobre todo de sexo…, ya que fue ahí donde tuve mi primer incesto con mi primo Javier y tuve sexo oral con su hermano, Jorge, quedando pendiente consumar el incesto con éste. Una mañana recibí la agradable noticia de que mi primo Jorge vendría a esta capital, a tramitar un asunto en una dependencia oficial y requería de la ayuda de mi padre quien le indicó que llegara a la casa mientras se arreglaba el asunto mencionado y, aprovechando que mi hermano Carlos estaba de vacaciones, ocuparía su habitación durante los días en que se tramitaría la solución a su propósito. Enseguida volvieron a mí los recuerdos de tan candentes experiencias que había vivido con mi primo, con el único inconveniente de no haber podido disfrutar nuestra sexualidad a plenitud, pero ésta sería la oportunidad dorada para cumplir con ese deseo hasta entonces frustrado.


Con entusiasmo me ofrecí para irle a recoger al aeropuerto, para corresponder a la amabilidad que él había tenido para conmigo, para estar a solas con él y reavivar los deseos carnales que habíamos dejado pendientes, lo único que me inquietaba era que viniera con él su esposa y en tal caso se echaría a perder todo lo que velozmente había planeado para disfrutarnos mutuamente. Ese día siguiendo el principio que reza que la primera impresión es la que cuenta, me atavíe con un minivestido blanco de licra que por el material en que estaba confeccionado me quedaba ajustadísimo, dejando la mayor parte de mis muslos a la vista…, no use sostén y solo unas bragas minúsculas tipo tanga negras que como siempre se me marcaban bajo el vestido. No me puse medias para facilitar cualquier acción que pudiera surgir, y calzaba mis inseparables zapatillas de tacón alto. Ya en el aeropuerto mientras esperaba la llegada del vuelo, me dediqué a lucir cuerpo en los pasillos, sintiéndome deseada por los muchos galanes que me desnudaban con la mirada lo que contribuía a acrecentar la cachondez que tenía tan solo de pensar lo que gozaría con la visita de mi primo, siempre que viniera solo.

Cuando al fin apareció Jorge por la puerta de llegadas, sentí como me subía una agradable sensación que nacía en mi vulva recorriendo todo mi cuerpo hasta la boca del estomago, para mi buena suerte venía él solo, lo que agradecía al cielo, al vernos de inmediato nos abrazamos y besamos en la boca a manera de saludo, instantáneamente sentí su verga en mi vientre y yo le restregaba mis tetonas en el pecho para reiterarle tácitamente que estaba en la mejor disposición de ser follada sin compasión… Esta vez follaríamos sin excusa ni pretexto. Al llegar al estacionamiento nuevamente nos besamos en la boca y, ahí sus manos recorrieron mis nalgas y mis tetonas, yo también pude tocar su endurecida verga por encima de la vestimenta…, me coloqué al volante dejando que mi reducida falda se me subiera de tal manera que se me pudieran ver las bragas cubriendo mi abultada vulva. Atraje la mirada de mi primo, quien no pudo resistir la tentación de tocármela hasta que llegamos al cajero que nos cobraría el aparcamiento, el fulano que recauda los pagos pudo verme a placer la vulva, lo que me excitó aun más y fingiendo no encontrar las monedas para pagar, prolongué su disfrute exhibiéndole mi "coñito" forrada en las translúcidas bragas.

Durante el trayecto a casa, Jorge me vino acariciando las piernas y la vulva hinchada, mientras yo le frotaba el bulto que hacia su empalmada de verga y, cuando los semáforos nos marcaban el alto lo aprovechábamos para besuquearnos y que él me tocara las tetas sin prejuicios, de manera lasciva y lujuriosa como dos condenados… hasta que llegamos. Ya en casa se instaló en la habitación de mi hermano Carlos aprovechando la ausencia de éste, dicha habitación es la contigua a la mía por lo que solo una pared me separaría de Jorge. Luego siguieron los saludos y la tradicional charla con mis padres de cómo se encontraban todos los familiares, yo aproveché para sentarme frente a mi primo para estarle enseñando las piernas y las braguitas en presencia de mis padres, atrayendo constantemente la mirada de mi primo hacia mi entrepierna, al tiempo que le sonreía desvergonzadamente, como enseñándole todo lo que "se comería" más tarde. Ante mi desencanto, papá le indicó que se irían juntos para iniciar los trámites oficiales que le traían a esta ciudad capital postergando nuestra calentura para más tarde.

La espera se prolongó hasta ya entrada la tarde cuando el chofer de mi padre trajo a Jorge a casa, para entonces ya estaba mi hermano mayor e Irene, su hermana, con quienes se puso a hablar, Gerardo y Jorge estaban sentados juntos e Irene y yo frente a ellos, así que aproveché para enseñarles a ambos mis muslos y braguitas, pues ya para esa época estaba tratando de seducir a mi hermano mayor. Sabía que él e Irene estaban follando en el más apasionado de los incestos, ambos miraban con cierta discreción mi entrepierna con mi beneplácito y excitación, pero de seguro Irene también les estaba enseñando "algo" ya que alternaban sus miradas hacía mi entrepierna y la de mi prima. La espera se hizo eterna, pero por fin cayó la noche y se fueron retirando a sus respectivas habitaciones.

Jorge y yo nos sentamos en el hall de la televisión en la planta alta dando tiempo a que se durmieran o simplemente no salieran ya de su habitación, aunque no debería de permanecer mucho en ese sitio, ya que bien pudiera mi hermano ir a la habitación de Irene para follársela como estaba mandado, o ésta a la de aquél, pero entre tanto no desaprovechamos el tiempo, nos besuqueábamos a boca abierta entregando nuestras lenguas al propósito de la lujuria, manoseándonos mutuamente. Él pasaba sus manos por todo mi cuerpo y yo me concentraba en su endurecida verga, larga y dura como un día sin agua en el desierto. El cachondeo ya nos tenía al rojo vivo, mis bragas estaban muy mojadas y sin miramientos le saqué la verga del pantalón para masturbarle más fácilmente. 

En un arranque de calentura me incliné sobre su regazo besuqueándosela y de plano darle unas soberbias mamadas, en tanto él pasó su mano por mi trasero y la metió bajo el corto vestido y haciendo a un lado el mojado tanga. Me pajeaba la vagina metiendo sus dedos en el capuchón directamente en el clítoris y, acariciaba mi culito con los dedos embadurnados de mis fluidos gelatinosos. El ruido de una puerta de las habitaciones nos hizo reaccionar y componiéndonos la ropa fingimos ver la televisión.

No tenía caso arriesgarnos a ser descubiertos estando las habitaciones en donde poder hacer de todo con menos sobresaltos, – "Te espero en mi habitación en quince minutos", le dije poniéndome en pie, no me bajé el vestido dejándole ver mis nalgas devorando el tanga con el propósito de no entibiar la situación…, todavía en la puerta de mi habitación me acarició el trasero y yo a él la verga. Puntualmente llegó Jorge a mi habitación sin tocar, yo le esperaba ya casi desnuda solo conservaba las bragas y las zapatillas, al entrar nos fundimos en un apasionado beso en la boca intercambiando saliva y metiendo nuestras respectivas lenguas en la boca del otro, su lengua lamía mis dientes, paladar y mamaba mi lengua… sus manos recorrían mi cuerpo casi desnudo, excepto por las minúsculas bragas, pronto sus labios se apoderaron de los pezones de mis tetonas besándomelas y chupando los erguidos pezones, mientras sus manos acariciaban con ansiedad mis nalgas…yo su dura verga que ya había sacado del pantalón masturbándosela.

Le pedí que se desnudara en tanto yo me senté a la orilla de la cama para chuparle su ricura, deseaba recordar la primera vez que lo hice estando en su camioneta. Una vez desnudo me sacó la verga de la boca y sin levantarme me quitó las bragas alzándome las piernas para quedar mi húmeda raja expuesta a su vista, se inclinó y sin más trámite me empezó a besar y lamer mi raja vaginal lamiendo todos los flujos que brotaban de mi coñito, al tiempo que succionaba mi clítoris haciéndome llegar al cielo en un primer orgasmo que había contenido por todo el día…. Era solo el principio de esa magnífica noche, me incorporé quedando sentada en la cama, Jorge me acercó su falo a los labios invitándome a mamárselo nuevamente, cosa que hice con extremo placer metiendo casi toda su vergazo en mi boca y garganta en tanto con una mano le acariciaba los sabrosos huevones y con la otra las nalgas, mi primo hacia movimientos de mete y saca cual si me estuviera follando por la boca, tal vez sintió que estaba a punto de eyacular y prefirió retirar su verga de entre mis labios.

Tomó un respiro solo para volver a levantarme las piernas abriéndomelas por completo, lentamente acercó su tiesa verga dirigiéndola a mis labios vaginales y colocándola en la entrada de éstos…. – "Quieres que te la meta", me dijo jadeante, yo con la voz entrecortada por la excitación apenas alcance a decirle .. – "Sí, fóllame, métemela toda hasta que no quede nada fuera de mi coño ¡¡Disfrútame!!", enseguida empezó a hacer presión y sin problemas mis labios vaginales se abrieron de par en par, para dar entrada al delicioso "visitante". En unos cuantos segundos ya solo quedaban sus soberbios huevos fuera de mi candente chumino, el incesto con mi primo por fin estaba consumado… ¡¡Tenía la verga de Jorge totalmente alojada en mis entrañas y ahora había que gozarlo!! Jorge había colocado mis piernas sobre sus hombros y el vaivén de su hermoso falo en mi vulva se generalizó, en tanto sus manos estrujaban con deleite mis crecidas tetonas, la respiración agitada y los jadeos de ambos también hicieron su aparición indiscriminadamente, inconscientemente le repetía constantemente… –"¡Qué rico me estas follando, fóllame más, disfruta mi cuerpo, que rico siento tu verga dentro de mí!" y frases por el estilo con las que le manifestaba el placer que me estaba dando. No tardé mucho en llegar al segundo orgasmo de la noche en ruidosa "corrida", mis flujos bañaban mi culo por la pose en la que me encontraba, así como el edredón de la cama.

Creí que mi primo se "correría" en cualquier instante y le alerté que no debería hacerlo dentro de mi vagina pues aunque he tomado toda clase de precauciones, era mejor no provocar algún fallo en los sistemas de prevención de embarazos no deseados, él aceptó, pero lejos de eyacular me pidió que cambiáramos de pose. Me puso de pie dándole la espalda y empinada separando las piernas, recargada en el tocador…, creí que me metería la verga por mi culito, pero no fue así, nuevamente me penetró por la vagina…la partió en dos con su bayoneta bien dura y enfilada y, continuó le vaivén de su venoso falo en mi conejo hambriento. Ahora con una mano me tenía asida por las ubres… con la otra masajeaba mi clítoris con la punta de los dedos. Sus jadeos eran más discretos que los míos que se habían vuelto estentóreos, me dijo que no hiciera tanto ruido ya que nos podrían descubrir…, no se imaginaba siquiera que en alguna de las habitaciones de enfrente en esos momentos, se estaban follando a saco a su hermana Irene, sí seguramente mi hermano Gerardo estaría metiéndole su hermosa verga a la prima Irene.

El mete y saca de su verga en mi cuerpo arreció y, sus jadeos me indicaban que estaba a punto de eyacular, así que me entregué al placer para alcanzar un último orgasmo antes de que me llenase de esperma…lo conseguí, tal vez un poco precipitado pero no menos placentero, mis fluidos vaginales escurrían de mi vulva por mi entrepierna llegando a las pantorrillas. Súbitamente sacó su verga de mi ser y con rapidez tiré de sus dos nalgas hacia dentro de nuevo, me había arrepentido y deseaba su lefa atorando mi útero…, lo entendió al instante metiéndome su mástil hasta la boca de mi estómago, apenas un par de clavadas más y mis entrañas se vieron inundadas por el esperma de mi primo Jorge que se estaba "corriendo" en el mismo cérvix.

Su polla expelía ríos de semen y mi vagina tragaba lo mas que podía de su espesa lefa, sin embargo parte de él salía por la comisura de mis labios vaginales…era la primera vez que mi conejo se comía su leche, al igual que mi boca que ya lo había hecho cuando estuve de vacaciones en su lugar de origen. Recogía el rezume de esperma con mis dedos y, lo llevaba a mis boca… su sabor me era agradable, aunque en realidad todos saben a lo mismo, solo que agrada o no de quien viene, y el de mi primo complacía mi paladar. Cuando la eyaculación cesó, la extrajo dándomela directamente a mamar, le seguí chupando… arrastraba el semen postrero por todo mi rostro hacía mi boca para tragar hasta la última gota. Por esa noche había sido todo, me asomé al pasillo para que nadie estuviera y salió de mi habitación a la habitación que tenía asignada. Debía  aprovechar su estancia para disfrutar más de sus favores sexuales, así que había que idear algo para follar nuevamente lo antes posible y las más veces que se pudiera y en las formas más variadas.

A la mañana siguiente estuve pendiente de cuando se levantara para hacerme la aparecida en "paños menores" y reiniciar la fornicación, pude ver como se fueron mi hermano Gerardo e Irene a la Universidad, luego mi padre al trabajo y mi madre no sé a dónde, en la casa solo estábamos él y yo, pensé prepararle un café y entrar a su habitación a despertarlo… meterme en su cama para que me diera una follada mañanera, en eso estaba cuando oí ruido en su cuarto. Rápidamente me quité la bata que llevaba puesta, quedando solo en un breve camisón rojo transparente que me había puesto especialmente para la ocasión, no llevaba bragas, solo estaba sobre una sandalias destalonadas de plástico transparentes que por cierto eran de la prima Irene, su hermana, lucia mi pelada vaginita con descaro de manera directa, las nalgas y las tetonas a través del translúcido "salto de cama".

En cuanto oí el ruido de la puerta de la habitación que ocupaba salí de mi habitación, le tomó por sorpresa mi atuendo, me miraba de pies a cabeza haciendo pequeñas pausas en mi abultada vulva cortada por una profunda raja vaginal y en las mamas. Enseguida pude ver como se iba formando el bulto en su entrepierna era su vergazo que se estaba poniendo en erección ante mi candente cuerpo casi desnudo, le sonreí coqueta y cachonda, contoneando mi cuerpo me acerqué para besarle en la boca a manera de "buenos días". En tanto yo le eché los brazos al cuello pegando mi vientre contra su hinchada verga, él depositó sus manos en mis nalgas acariciándolas suavemente, le ofrecí que fuéramos a la cocina para prepararle un café o algo de desayunar. Jorge se sorprendió de mi ofrecimiento haciendo referencia que si así como estaba "vestida" iba a ir a la cocina, le sonreí diciéndole que estábamos solos en casa. Sentí como se destensó y aceptó, bajamos a la cocina entre besuqueos y arrumacos, sin que dejara de manosear mi cuerpo por todas partes. Le frotaba la verga por encima del bóxer que vestía.

Ya en la cocina le preparé café y mientras lo tomaba le saqué la verga, se la frotaba a manera de masturbación recorriendo todo el tallo descapullado, mientras él con una mano sostenía la taza del café y con la otra me friccionaba la vulva mojando sus dedos con mis fluidos vaginales para luego chupárselos y dármelos a chupar, sin poderme contener me agaché de tal modo que le empecé a mamar la verga, mientras Jorge me pajeaba la vagina sobre el capuchón del clítoris y metiendo sus dedos en mi vagina hasta los nudillos y, por momentos el culito, soltando la taza de café me friccionaba las tetonas. Terminé por hincarme ante él, quien permanecía sentado en las altas banquetas de la mesa central, me saqué las tetas del camisón, poniendo su falo entre ellas le frotaba, lengüeteando su glande cada que asomaba por ente mis tetas en lo que comúnmente llaman "una paja cubana". Ambos estábamos que nos derretíamos de cachondos, así que lo invité a que nos bañáramos juntos, cosa que aceptó de inmediato dirigiéndonos al baño.

Mientras caminábamos y subíamos la escalera, yo le llevaba sujeto por la verga y, mi primo tenía su mano entre mis nalgas con el dedo medio metido en mi culito y con la mano restante me manoseaba las tetas o me acariciaba la abultada vulva jugando con mis labios vaginales. Nos metimos bajo la ducha, Jorge me enjabonaba a mí y yo a él, sin dejar de acariciarnos eróticamente a cada instante todas las partes de nuestros respectivos cuerpos que vibraban de excitación. En varias ocasiones yo me empinaba para chuparle la verga y besarle sus hermosos huevones y, él hacía lo mismo besándome las nalgas y el culito o mamándome el coño o las tetas. Sentía que la sangre me hervía, aferrándome le las llaves del agua, me empiné separando las piernas y desde el fondo de mi alma casi le suplicaba… – "Fóllame Jorge, Méteme la verga, disfruta mi cuerpo y dame placer con tu ricura viril", mi primo ni tardo ni perezoso ensartó de un solo golpe su rica polla partiendo mi vulva. Como siempre solo quedaron sus enormes huevos fuera de mi cuerpo. Pasando mi mano entre mis piernas los acariciaba vigorosamente como queriendo que produjesen mas esperma del habitual. Su venosa tranca entraba y salía incontables veces de mi hendidura vaginal proporcionándome un placer inenarrable.

Sin más tuve la primera descarga de placer bañando su delicioso estoque con mi fluidos dentro de mi vagina y, sin dejar de mover mi cuerpo en contorsiones ondulatorias de atrás para adelante, le pedía más verga, que me siguiera follando tan sabroso como lo hacía, sus manos no cesaban de recorrer cada palmo de mi enjabonado cuerpo, especialmente en mis tetas y coñito frotándome el clítoris. Sentía que me iba a la gloria, pero quería mas placer, en la misma pose, solo un poco más empinada, me abrí con ambas manos las nalgas y le supliqué con desesperación – "Méteme la verga por el culo", "fóllame por el culito... Quiero sentir tu hermosura llenado de placer mi culo... Encúlame primo, encúlame bien rico", Jorge obediente encamino su vergazo entre mis nalgas y colocándola en mi botoncito trasero empujó con vigor. Ayudado con el jabón que cubría nuestros cuerpos, su glande penetró mi ano sin mayor esfuerzo, – "Que rico métemelo más" le animaba a que penetrara mas verga en mi culo tragón.

Poco a poco su verga se fue alojando en mi recto y luego en mi intestino hasta que solo quedaron fuera de mi culo sus lindos huevones. El vaivén de su tranca en mi culo se generalizó ante mis gritos y gemidos de placer… – "Fóllame el culo así de bien... Encúlame, encúlame toda... No pares de follarme el culito... Qué rica está ti polla dentro de mi culo" Constantemente le preguntaba si le gustaba mi culito, todo ello sin dejar de mover mi cadera al ritmo de las entradas que me daba y él no cesaba de acariciar todo mi enjabonado cuerpo. Tuve un buen orgasmo, era delicioso lo que me hacía sentir con su tronco enterrado en mi culo… lo estaba disfrutando como nunca lo había hecho por el ano y vaya que para esa fecha ya varios me la habían metido por el agujero trasero…. Llegó el momento en que mi primo no pudo aguantar más y, me alertó que estaba por eyacular, me saqué su hermosura de entre mis nalgas poniéndome en cuclillas frente a él, metí presurosa su verga entre mis labios para mamarla, aun se aguantó un par de minutos mientras le chupaba su ricura con ansiedad en espera de su delicioso jugo de hombre, en breve mi boca estaba llena de su esperma, que ansiosa tragaba sin desperdiciar una sola gota de aquel maravilloso elixir de los dioses y ya sin gota de leche le seguí mamando hasta que su ricura empezó a perder la erección.

Salimos del baño y le pedí que eligiera que ropa me pondría, con la que él quisiera verme. Solo debería usar unas bragas transparentes tipo tanga en color negro, sin sostén, ni pantimedias y un minivestido amarillo que me ajustaba como un guante y solo tapaba mis nalgas y unos cuantos centímetros de los muslos y de calzado unas sandalias destalonadas con altos tacones en color blanco. Cualquiera diría que me quería "ligerita" de ropas para manosearme fácilmente. Efectivamente durante la mañana me estuvo manoseando a cada oportunidad que tenia y por supuesto yo a él. Hacía el medio día nuestra cachondez era tal que decidimos que era tiempo de volver a sentir el placer incomparable del incesto y para no tener sobresaltos de ninguna clase nos fuimos a un hostal cercano a la casa en donde me folló nuevamente en todas las formas conocidas, oral, vaginal y analmente…llenando cada unos de mis agujeros con su esencia varonil.

Regresamos para la hora de la comida y, la tarde la pasamos en casa de mi prima Lorena, se notaba que ambos se gustaban pero aun no llegaba a las confesiones de incesto con ella y no les di oportunidad de nada, quien debería aprovechar la ocasión del placer entre familia era yo. Llegó la noche y repetimos lo hecho en la noche anterior, era la última noche que mi primo pasaría con nosotros y había que disfrutarlo al máximo. Esa noche había visto como mi hermano Gerardo había entrado en la habitación de Irene, así que sin duda en la habitación de enfrente se estaban follando a pelo como siempre a la hermana de mi primo y, él estaba follándome a mí de la misma manera…, simplemente un cambio de hermanas entre ellos, aunque ninguno de los dos lo supiera, me volvió a dar una follada suprema por todos mis orificios y entre mis tetonas, solo le faltaron las axilas.

Mientras mi primo me follaba, pensaba en lo extraordinario placer que ofrece el sexo en incesto y que si así lo sentía con mi primo, ¿Cómo sería con uno de mis hermanos?, concluía que sería doblemente placentero, tener quien a diario me proporcionara en mi propia habitación, ese intenso placer prohibido, pecaminoso e inmoral, pero que es lo máximo en placer sexual y que solo unos cuantos pueden proporcionar. Ahora más que nunca estaba dispuesta a ofrecer mi cuerpo a mi hermano mayor…, quien era en ese momento quien más me excitaba, dado que ya él sabía lo que era el incesto al estarse follando a la prima Irene y, podía ser más propicio para que aceptara follarme a mí. Sin embargo para el caso que no lo hiciera, estaba mi hermano Carlos quien no ocultaba las ganas de fornicar a saco conmigo… me devoraba con la mirada cuando me exhibía a Gerardo y, él aprovechaba para deleitarse la pupila con lo que le enseñaba al otro. Estaba segura que Carlos me follaría en cuanto tan solo le insinuara algo, como quien dice lo tenía en mis manos o más propiamente dicho "lo tenía entre mis piernas". Sin más decidí que arreciaría mis embates de seducción con Gerardo y jugarme el todo por el todo y si no lo haría con Carlos.

No podía seguir desperdiciando la oportunidad del máximo goce sexual que es el incesto. Tomada la decisión volví a la realidad a gozar con mi primo por última vez en esta temporada sin saber cuándo volveríamos a tener la oportunidad de follar nuevamente con él. A la mañana siguiente mi primo Jorge se fue a su lugar de origen dejándome con la necesidad de gozar el incesto diariamente. Antes de irse me dio unos regalos que se le habían olvidado entregarme, traía consigo una caja que procedí a abrir con mucha expectación. Dentro estaban media docena de bragas de corte convencional totalmente transparentes en diferentes colores, que a la postre me servirían para seducir a mi hermano Gerardo, y que Jorge había comprado para mí…, se trataba de dos coordinados de sostén, bragas y liguero en colores negro y rojo, que me enviaba Cristina, su hermana, y tres bragas mas tipo tanga usadas que ella misma me enviaba, dado que en mi visita a su casa le había insinuado que me gustaban.

Lo que me sorprendió, una memoria USB con vídeos de la despedida de soltera a la que habíamos asistido durante mis vacaciones en su casa y, en los que no solo estábamos desnudas Cristina y yo, además de las otras chicas, si no nos estaba follando a pelo con toda la enorme tranca larga y recia, aquel caliente stripper. Al preguntarle a Jorge si había visto el vídeo me dijo que sí, sin expresar ninguna sorpresa o comentario que me hiciera pensar que él se estuviera follando a su propia hermana, sin embargo nuevamente me trajo sospechas de que entre ellos hubiera alguna relación sexual incestuosa, pero preferí no tocar el asunto por el momento y solo logré que aceptara que su hermana Cristina estaba muy "buena" y era normal que fuera tan cachonda. Jorge se fue y ese mismo día incremente de manera muy notoria los devaneos y coqueteos eróticos con mi hermano mayor, confirmando la atención de éste, quien no podía ocultar su erección cuando lo hacía, lo que me llenaba de grandes esperanzas… muy pronto sabía del placer sexual en una relación incestuosa directa con mi propio hermano mayor.







La Seducción de mi hermano mayor



Los deseos de tener sexo con Gerardo, mi hermano mayor, se me habían convertido en obsesión que cada noche se renovaba y acrecentaba, cuando sabía que mi hermano se estaba follando a la prima Irene, varias ocasiones había tenido la oportunidad de verlos follar cuando ellos creían que todos dormíamos, ello me animaba cada día más y se fomentaba con las muestras que mi hermano daba de que mi cuerpo no le era indiferente, como cuando con pequeños trucos hacía que mi hermano entrara a mi habitación y, yo fingiendo dormir en poses que dejaban al descubierto mis "encantos", con ello conseguía que se le enderezara la verga o bien cuando me le exhibía dejándome ver en "paños menores". Con toda premeditación salía de mi habitación solo en sostén y bragas simulando que era casual, justo en el momento en que él salía de su habitación y aparentaba sorpresa diciendo que creía que ya se había ido y que estaba sola, era evidente su mirada recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza y en ocasiones se notaba el bulto que hacía su verga al empalmársele y por supuesto me retiraba muy lentamente contoneando mi cuerpo provocativamente a manera de invitación a hacer "travesuras" de índole sexual.


Pero un buen día decidí jugarme el todo por el todo, era un fin de semana en los que mi prima Irene acostumbraba irse a su lugar de origen a visitar a sus padres y a su novio, ya era de noche y los demás integrantes de la familia estaban en su respectiva habitación, tomé valor y con el pretexto de pedirle un encendedor entré a su habitación, vestía solo una bata larga que no llevaba abrochada y debajo el sostén de media copa y unas bragas de corte tradicional en color azul cielo, que por cierto hacía apenas unos días me regaló mi primo Jorge en su visita a casa, totalmente transparentes que no ocultaban en nada lo que había debajo y sí lo resaltaba. Con toda firmeza entré sin tocar la puerta, deseaba encontrarlo masturbándose, viendo una película porno o algo por el estilo que me facilitara la seducción pretendida, pero no fue así, estaba recostado en su cama leyendo un libro, se sorprendió al verme entrar de súbito, sin embargo desde que entré fijó su mirada en mi abultada vulva, con toda la raja marcada al estar absorbidas mis translúcidas bragas por mi coñito, un inesperado nerviosismo se apoderó de mí y tímidamente le pedí el encendedor para prender el cigarrillo que llevaba en las manos como pretexto, lo que hizo que Gerardo se pusiera de pie. El temblor de mis manos me evidenciaba al acercar el cigarro para que él me lo prendiera, sin embargo mientras lo encendía su vista estaba en mis crecidas tetas y mis ojos en su entrepierna viendo como le crecía el bulto de su verga al írsele endureciendo, retrocedí unos pasos para facilitarle el verme de cuerpo entero con solo dirigir su mirada a mi humanidad. Sus ojos recorrían mi cuerpo de pies a cabeza, mientras intentaba decirme que trataba el libro que leía y del que le había preguntado solo para permanecer en su habitación e iniciar cualquier platica que me permitiera exhibirle mi ser.


La protuberancia que hacia su verga bajo el pantalón de su pijama era enorme, lo que me indicaba que una vez mas había logrado excitarlo, estaba decidida a lanzarme a fondo para conseguir tener sexo con Gerardo, mi hermano mayor, así que cuando lo tenía embelesado mirándome simulé que el sostén me apretaba y lo desabroché por el frente dejando que mis tetonas saltaran a su vista, no hice ningún intento de cerrar la bata, su mirada estaba fija en mis crecidas ubres, con coquetería le pregunté… – "Están muy grandotas, ¿verdad?", al tiempo que recogía hacia los costados la bata exhibiéndole mis tetas con total descaro, mi hermano solo asintió con la cabeza sin despegar su mirada de mis tetas. Por un momento trató de quitarme la vista de encima, pero no pudo y nuevamente la llevó al abultado coñito claramente expuesto bajo las transparentes bragas, en un acto temerario me despojé de la bata al tiempo que le preguntaba con un combinado toque de ingenuidad y morbo, – "Crees que tengo buen cuerpo?", sin dejarlo contestar empecé a girar lentamente para que pudiera verme en todos ángulos, cuando le daba la espalda sacaba la cadera para realzar mis nalgas y al volver a ponerme de frente colocaba mis manos en mis tetas acariciándolas discretamente como una velada invitación a que él lo hiciera, con pasos lentos avancé hacia Gerardo, que mudo de la impresión solo veía con sorpresa como me le exhibía.


Sin permitir que saliera de su sorpresa le dije, – "¿Cuánto crees que me miden?, haciendo referencia a mis tetonas, – "No están flácidas... tócalas" agregué sin hacer pausa, me acerqué aun más, mi hermano como autómata levantó su mano dirigiéndola con indecisión a mis mamas, antes de que se fuera a arrepentir le tomé la mano y la puse en una de mis tetas, al contacto de sus mano con mi teta, sentí una agradable sensación que se generaba en mi clítoris subiendo hasta el pecho y un irrefrenable jadeo escapó de mi boca de inmediato sentí como mi vulva expelió un borbotón de flujo vaginal mojando mis bragas. Poco a poco su inicialmente inerte mano fue tomando movimiento para acariciarme las masas mamarias, – "¿Te gustan mis tetas?", le pregunté insistente con voz apagada y sensual por la excitación que me producían sus caricias demoledoras, – "Agárramelas bien" complementé, obediente Gerardo ahora las acariciaba a placer, con ambas manos, yo mantenía las manos abajo en los costados de mi cuerpo esperando la oportunidad de tocarle su hermosura sexual que tantas veces había soñado que me daba placer con ella, como lo hacía con la prima Irene. 

Súbitamente me di media vuelta y volví a colocar yo misma sus manos en mis tetas, pero ahora pegaba mis nalgas en el bulto de su hinchada verga ayudada por las zapatillas de tacón alto para igualar la estatura de él. Mi hermano seguía acariciándome las tetas pasando sus dedos por los pezones empitonados… no rehuía los frotamientos que con mis nalgas hacia en su verga, así duramos unos minutos sin articular palabra, solo disfrutando el candente momento, yo jadeaba presa de la cachondez y mi hermano respiraba agitadamente y su verga en mis nalgas indicaba que estaba tan excitado como yo y hacia movimientos pélvicos frotándose contra mi trasero.


Era el momento de avanzar más en la temeraria acción, sin decir nada tomé de nueva cuenta una de sus manos y lentamente la fui bajando a mi abdomen, vientre y bajo vientre colocándola en mi abultado monte de Venus, en donde mi hermano la dejó una vez que solté su mano y acariciaba tímidamente con la palma de su mano mi vellosidad pélvica por encima de las bragas, mis movimientos de cadera contra su fastuoso falo no cesaban e instintivamente de mi boca brotó la expresión… – "Que bueno los siento... qué bien me tocas sigue así", Gerardo seguía en silencio sin dejar de agasajarse con mi ardiente cuerpo. Gerardo se notaba un tanto "lento" en sus acciones, yo lo atribuía a que aun no salía de la sorpresa de estar cachondeándose con su propia hermana, así que nuevamente con mi mano llevé la suya por debajo de las bragas para que me acariciara el conejito en forma directa. Mi hermano dócilmente se dejaba dirigir, separé un poco las piernas para darle comodidad de meter su mano en medio de mis ingles y buscara mi mojada hendidura vaginal, lo que consiguió fácilmente con la punta de sus dedos, – "¿¡Te gusta como tengo el coñito de pelado…!?" le cuestioné involuntariamente, – "Así me gustan los coñito de las mujeres", afirmó, por fin había hablado para decirme tácitamente que le gustaba. – "¿Quieres verme en pelotas…? Quítame las bragas", obediente como hasta el momento procedió a tirar con ambas manos de mis braguitas hacia abajo hasta quitármelas por completo, ya en plena desnudez di algunos pasos hacia atrás para que pudiera disfrutar de mi cuerpo desnudo, posaba para él en todo tipo de posiciones con desbordada cachondez en todos los ángulos posibles mostrándole mis "encantos íntimos" al desnudo. Ya con todo descaro le dije… – "Muéstrame cuanto te gusto" clavando mi mirada en el bulto que hacía su verga. Mi hermano entendió a la perfección el mensaje y se bajó el pantalón de la pijama dejando ante mi vista su magnífico miembro viril, por fin tenía ante mis ojos su hermosura fálica en todo su esplendor motivada por mi ardiente cuerpecito, con lentitud y contoneando mi cuerpo, sin despegar la mirada de su suculento vergazo, me fui acercando nuevamente a Gerardo que lucía orgulloso su enorme falo.


Me tenía ensimismada, es un pollón enorme circundado exhibía su apetitoso glande, una polla descapullada y brillante del cristalino líquido que le fluía…, al final de su poderoso tronco venoso, recio y rígido, se hallaban sus formidables huevones colgando majestuosos de una bolsa escrotal que no cabía en mi mano e, imaginaba estarían llenos del semen que anhelaba tener en mis adentros y en mi paladar. Me junté a él tomando entre mis manos su exquisita verga acariciándola a todo lo largo y rematando con mis dedos en sus huevos. En tanto yo hacía eso, él volvió a apoderarse de mis tetonas acariciándolas y pellizcando mis erectos pezones. Me acomodé un poco de costado de tal manera que una de sus manos por fin se posó en mis nalgas tocándolas suavemente, – "Te gusta mi trasero, porque a mí me encanta tu formidable pollón", le dije con voz entrecortada por la excitación, pero con el mayor de los cinismos aparentando decisión, sin dejar de frotarle la tranca…, con aquel mástil en mi mano, esta parecía más pequeña de lo que realmente es, por el efecto de tener sujeto el colosal falo de mi hermano.


Gerardo se dejaba acariciar y correspondía friccionándome las mamas y las nalgas. Cuando pasaba la mano por la separación de éstas, intentaba tímidamente meter su dedo corazón por entre ellas, seguramente buscando mi culito, en tanto yo sacaba la cadera y arqueaba un poco el cuerpo deseando que mis nalgas se abrieran para facilitarle lo que intentaba ya que yo moría de ganas de sentir sus dedos en mi ano, así que me empiné un poco mas tomando su hermosura verga con ambas manos sin dejar de "pajearle" y mañosamente acercaba mi rostro a su cipote que ya estaba en sus máximo esplendor de rigidez. Cuando me di cuenta ya estaba totalmente empinada "pajeándole" con una mano y con la otra le acariciaba sus enormes y duras pelotas, y mi hermano descaradamente me acariciaba el culo pasando sus dedos por el rededor del ano amenazando con penetrarlo…, alternadamente pasaba su mano a mi rajita vaginal y, ahí si metía sus dedos mojándolos con la gran cantidad de fluido vaginal que estaba fluyendo para embarrar mi culito con la perversa, pero deliciosa intensión de follarme el ano. Cualquier intención de follarme el culo o yo de chuparle la verga se vio truncada, cuando inesperadamente mi hermano empezó a eyacular bañando mis tetonas con la enorme cantidad de esperma que a borbotones salía de la cabeza de su hermoso falo, intencionalmente le apuntaba a mis labios pero solo un pequeño chorro cayó dentro de mi boca solo para antojarme más a saborear su exquisito semen y ponerme aun más caliente de lo que de por sí estaba. Pero todo había acabado por esa noche, que viéndolo positivamente había sido mucho, de la nada a un sabroso cachondeo con mi propio hermano era bastante bueno, aunque el incesto directo no se hubiera consumado, pero se dieron considerables avances para el día siguiente.

Al día siguiente era sábado, todos nos levantamos tarde y al ir rumbo al baño para ducharme salió mi hermano Gerardo de su habitación, se le veía con algún arrepentimiento de lo que había pasado la noche anterior, pero pronto disipé sus remordimientos, me desabroché la bata que era lo único que llevaba encima, dejándole ver mis tetonas y suculento coñito pelado bien partido por una raja franqueada por unos labios carnosos, sus ojos recorrían maravillados mi cuerpo y la protuberancia en su entrepierna se empezaba a formar, con coquetería y un poco de cinismo le dije… – "Me voy a bañar, dejaré la puerta abierta por si quieres acompañarme", estiré mi mano tocándole su ya endurecida verga y, seguí mi camino al baño contoneando mi cuerpo con marcado erotismo y con lentitud.

Al estarme bañando vi como la puerta se entreabrió pero nadie entró, suponía que era Gerardo que solo me observaba desnuda como me bañaba, mas tarde supe que Gerardo se había ido de inmediato y quien me espiaba era mi hermano Carlos, no había problema, se puede decir que había matado dos pájaros de un tiro, ya que mis intenciones con Carlos eran que también me follara pero aun no era el momento, primero había que culminar con Gerardo y luego habría tiempo de ofrecer mi cuerpo al menor de mis hermanos con la seguridad de que éste me follaría sin ningún trámite. Al medio día, regresó Gerardo continúe con mi labor de seducción, me había puesto la minifalda más pequeña que tenía y que solo alcanzaba a taparme las nalgas, esto con el propósito de ir calentando a Gerardo para por la noche visitarlo nuevamente buscando que ahora si me follara. 

Me estuve exhibiendo con descaro y él correspondía a mis coqueteos mostrándome su hermosura muy erecta bajo el pantalón, pero no era el único que estaba gozando mi "espectáculo", Carlos no perdía detalle de lo que estaba enseñando y se mostraba muy excitado, aunque con él fingía no darme cuenta pues aun no era su turno. Por fin llegó la noche y cuando ya todos estaban en su habitación me desnude dejándome solo las bragas iguales a las del día anterior, solo que de diferente color, de las que me había regalado mi primo Jorge en su reciente visita, parecía que esas bragas me habían traído buena suerte, me calcé con las sandalias de la noche anterior y solo me puse otra bata, ésta corta que me llegaba a medio muslo, tomé valor y sin ningún pretexto fui a la habitación de Gerardo.

Todo mi cuerpo temblaba por dentro, pero estaba decidida a disfrutar los placeres prohibidos, ya con la bata desabrochada entré sin tocar, mi hermano estaba sentado sobre el buró fumando un cigarrillo, pareciera que me estaba esperando, estaba desnudo del toso y solo portaba los pantalones. Al entrar y cerrar la puerta, nos quedamos viendo mutuamente nuestros cuerpos, él podía verme las tetonas y mi abundante vulva partida a través de las translucidas bragas, así como las piernas por completo, yo solo le veía su ejercitado torso y el bulto que de inmediato se formo con la erección de su ricura sexual. – "Te vengo a hacer compañía", fue lo único que se me ocurrió decir, – "Pasa ponte cómoda" me dijo haciendo gala del bulto que se había formado en su entrepierna, enseguida dejé caer la bata al piso y quedé solo en las bragas transparentes en color amarillo claro que no tapaban nada de mis encantos y sí los destacaban sobremanera. Me acerqué lentamente contoneando cachonda mi humanidad y haciendo que mis tetonas se columpiaran anfitriones del placer, mi hermano no me quitaba la vista de encima recorriendo cada palmo de mi candente cuerpecito e instintivamente acariciaba su energizado falo.

Antes de llegar a él, di un par de giros con extremada lentitud para que pudiera verme el culo forrado en las translúcidas bragas, una vez que estuve a su alcance no hubo las indecisiones de la noche anterior y enseguida sus manos se posaron en mi cuerpo, una en mis tetonas y la otra en mis nalgas, por mi parte de inmediato me aferré de su falo por encima de los pantalones acariciándoselo a todo lo largo incluyendo los huevos, no hablábamos solo disfrutábamos el momento con la respiración agitada. La mano de mi hermano que me frotaba las tetas, bajó a mi vientre acariciándome la vulva por encima de las bragas y en un momento dado la metió por debajo de éstas, aproveché para decirle con voz temblorosa, – "Quítame las bragas", Gerardo obediente tiró de ellas despojándome de las mismas para dejarme en cueros, solo sobre las sandalias, sus manos recorrían libremente mi cuerpo por todos lados, yo le bajé los calzoncillos poniendo en libertad su hermosura fálica, que estaba a todo lo que daba de erección frotándosela a manera de masturbación y pasando las yemas de mis dedos por su mojada cabeza.

Gerardo estaba desinhibido y muy caliente, sin pedírselo me estaba besando y chupando las tetas, sus manos no paraban de acariciarme las nalgas y la vulva tocándome el culo y el clítoris, dejé que se diera gusto gozando mis crecidas tetonas sin parar de "pajearle" el rico vergazo. Una vez que dejó de mamarme los pezones, sin meditarlo me empiné plantándole sonoros besos en el glande de su ricura, sin esperar alguna reacción de parte de mi hermano inicié chupándole la cabezota de su aguerrido falo y, poco a poco iba introduciendo en mi boca un poco más de su hermosura ante la complacencia de él, quien como respuesta me pajeaba la vagina por entre las nalgas y con la otra mano me sostenía por la nuca, pude meter más de la mitad de su polla en mi boca mamándosela francamente. En un momento que sacó sus dedos de mi vulva me puse en cuclillas para mamarle más cómodamente, sacaba su verga de entre mis labios y me daba pequeños golpes en mi boca con su verga, mientras le miraba a los ojos y le sonreía cínicamente mojando mis labios con el cristalino líquido que le brotaba, mi hermano correspondía y entrecerraba los ojos demostrándome lo sabroso que estaba sintiendo al chuparle su ricura.

Tal vez sintió que podría "correrse" antes de tiempo, como la noche anterior, así que me hizo ponerme en pie y tomada de la mano me llevó al pie de la cama, me puso de espaldas a él e hincándose comenzó a besuquearme las nalgas metiendo su lengua por la separación de éstas en busca de mi culito, me sentía en la gloria, así ayudándolo en sus morbosos propósitos me separé las nalgas con ambas manos para brindarle mi candente culo que besaba, chupaba y lamía tratando de meter su lengua en mi culito. 

No lo pude evitar y empecé a "correrme" en placentero orgasmo mientras movía mi cadera en pequeños círculos y sin disimular cada contracción de placer que me daba aquel celestial orgasmo. Me hizo girar y sentarme en la orilla de la cama, me abrió las piernas e incrustó su rostro en mi vulva chupando lo fluidos vaginales que brotaban de mi chochito, me chupaba el clítoris con notable experiencia. En menos de 5 minutos me estaba "corriendo" nuevamente en ruidoso y exquisito orgasmo. Yo también quería seguir mamándole su hermosa polla, así que le propuse un 69, mi hermano aceptó y se tendió sobre la cama, yo me le monté en sentido opuesto de tal manera que su verga quedó en mi boca y mis nalgas y vulva en su rostro. Nos estábamos devorando mutuamente, yo su vergazo, que por más esfuerzos que hacía no me la podía meter toda a la boca y garganta, pero le chupeteaba todo el tronco y los huevones, y volvía a mamársela y un nuevo intento por alojarla totalmente en mi garganta, mi hermano se daba un banquete con mis nalgas lamiéndolas centímetro a centímetro chupando y besando mi culo y mi babeante vulva, así como la parte interna de mis muslos. 

Estábamos en el paroxismo de la lujuria, experimentaba un placer nunca conocido y que solo se puede alcanzar cuando se hace sexo con un familiar directo, es decir en incesto. Me vino un tercer orgasmo aun más placentero que los anteriores, estaba dispuesta a llegar a la cópula en ese momento, pero Gerardo no pudo aguantar más mi mamada en tan extraordinaria polla y sin más empezó a "correrse" dentro de mi boca. Tragaba su esperma con extremo deleite sin permitir que una sola gota saliera de mis labios, vaya manera de eyacular, sin duda sus hermosos huevos producían grandes cantidades de leche misma que tragué por completo. Aunque todo el semen sabe igual, éste por ser de mi hermano sabía a gloria. El festín sexual había terminado por esa noche y nuevamente me había quedado con las ganas de que mi hermano me follara, pero aun me quedaba una noche antes de que regresara la prima Irene quien seguramente lo acapararía, así que el plan era determinante para la noche venidera.






La consumación del incesto con mi hermano mayor


Estaba un poco decepcionada por no haber podido lograr que Gerardo me follara, pero era indudable que los avances obtenidos eran gigantescos, solo me quedaba ese domingo para follar con él antes de la llegada de la prima Irene y, es que podía mi hermano arrepentirse de estar conmigo al reanudar las fornicaciones con ella, y no lo podía permitir, porque habiéndome follado una vez, seguro se repetiría tarde o temprano, aunque siempre tenía en mente a mi otro hermano, Carlos quien no disimulaba las ganas que me tenia, por si por alguna razón Gerardo no me llenaba. Por la mañana nuevamente hice la aparecida en total desnudez, mencionándole que iba a bañarme y la puerta estaría abierta por si quería acompañarme, desechó la invitación alegando que tenía que salir, pero aun así dejé la puerta entre abierta para que entonces fuera Carlos quien me viera desnuda para mantenerlo caliente deseando follarme, por si acaso le requería apagase el fuego interno que Gerardo había encendido. Efectivamente pude darme cuenta que Carlos me espió al bañarme, pero fiel a mi propósito fingí que no me daba cuenta, aunque la verdad sea dicha me excitaba saber que mi hermano me estaba mirando en cueros y, tarde o temprano me follaría.

Continué con la táctica de mantener caliente a Gerardo y tomando muy en cuenta a Carlos, aunque con el mayor era de manera descarada y con el menor simulando no darme cuenta, pero siendo generosa en la exhibición de mis atributos físicos, a fin de mantenerlo deseando disfrutar de mi candente cuerpo. Para tales fines no me puse ropa interior, solo un top que apenas cubría mis tetonas y un ajustado mini-short de licra que dejaba a la vista la parte baja de mis nalgas y sobre unas sandalias destalonadas de altos tacones. Ambos me devoraban con la mirada, en especial Carlos, mi caminar era cachondo, provocativo, pretendía fuera excitante para ellos y creo que lo estaba logrando. Así estuve durante toda la mañana. Por la tarde había que variar el panorama que les estaba ofreciendo, además de que saldría con mi novio a pasear y magrearnos, no era mi idea follar con éste ya que me reservaría lo suficientemente cachonda para entregarme más fácilmente a Gerardo, y que esta vez me follara. Me puse otra de las bragas transparentes que me había regalado Jorge, ya que por algún motivo las consideraba "de la suerte", no me puse sostén ni pantimedias, me cubrí con un minivestido azul, ajustado y muy cortito, me tapaba las nalgas y algunos centímetros de mis muslos y las inseparables zapatillas de tacón alto.

El exhibicionismo familiar continuó por la tarde con magníficos resultados mostrándoles mi vulva forrada en las traslúcidas bragas a través de las cuales se podía ver con claridad mis labios vaginales mojados y carnosos bien marcados. Más tarde me fui a divertirme con mi novio y regresé tan deseosa de verga que parecía que el reloj no caminaba para que se fueran a acostar y poder visitar a Gerardo su habitación y, de plano hacer que me follara de una vez por todas. Por fin se fueron a acostar todos, en mi habitación me desnudé dejándome solo las bragas y me cubrí con la bata corta del día anterior, pensaba con que pretexto iría a la habitación de Gerardo, en eso estaba cuando sonó mi teléfono móvil, era nada menos que Gerardo, – "¿No quieres venir a hacerme compañía un ratito?", me dijo, encantada le dije que sí. No cabe duda que el exhibicionismo del día había dado resultados, un tanto nerviosa me dirigí a su habitación. Cuando entré me quedé agradablemente sorprendida, mi hermano estaba tendido sobre la cama por encima del edredón, totalmente desnudo y con su artillería naval en ristre… en completa erección, se le veía divina su vergazo invitándome a comérmela a besos y chupadas, en cuanto cerré la puerta y admiré tan exquisito espectáculo me despojé de la bata dejándola caer al suelo y solo en bragas avancé hacía él lentamente luciendo mi casi desnudez, me miraba de pies a cabeza y su verga se movía en esténtores por el bombeo y la extrema rigidez del increíble falo, llamando poderosamente mi atención sin poder despegar la vista de tamaña tranca de empalar.

Cuando estuve junto a mi hermano me senté en la orilla de la cama e, instintivamente mi mano se apoderó de su ricura frotándola de arriba abajo, Gerardo me manoseaba las tetas, lo único que se ocurrió decir fue, – "¡Cabrón, la tienes muy hermosa!", acerqué mis tetas a su rostro para que chupara de ellas, cosa que hizo de inmediato mordiendo suavemente los pezones, en tanto continuaba masajeándose la colosal verga que ya babeaba su cristalino liquido lubricante. Al tiempo que me chupaba las tetas su mano acariciaba mis muslos subiendo a mi vulva por encima de las bragas, me moría de ganas de chuparle el lujurioso miembro viril, me despegué por un momento solo para quitarme las bragas y montarme sobre Gerardo de manera inversa, tal como lo habíamos hecho el día anterior, como si fuera una continuación de donde nos habíamos quedado, empezamos a mamarnos mutuamente, él a mí las nalgas, la vulva y el culito, yo me concentraba especialmente en su deliciosa "bayoneta" y en sus sabrosos huevones. Minutos más tarde ya bien calientes ambos, me animé y sin decir nada giré sobre él para quedar cara a cara, le acerqué mis tetonas a su rostro y acomodé el tronco de su verga entre mis labios vaginales, lentamente fui bajando mi cadera haciendo una leve presión sobre la cabeza de su estupendo "caramelo", sin mayor dificultad el glande de su estoque fue entrando en mi coñito, centímetro a centímetro el tronco de su sabrosura fue siendo devorado por mi conejito hambriento, el conejito de Alicia en el polvo de las mil maravillas. Fui presionando cada vez más abajo, más dentro abriéndome las carnes deliciosamente hasta tenerla toda dentro…, el incesto directo con mi hermano estaba más que consumado, pero apenas era el principio del máximo placer aun no conocido.

Una vez que su mástil estuvo dentro de mi ser empecé a mover mi cadera en forma circular y de arriba hacia abajo, haciendo que su verga entrara y saliera de mi vulva acompasadamente, Gerardo me chupaba las tetonas y con ambas manos se asía de mis nalgas ayudándome en el vaivén de su pollón deslizándose en mi vagina, ¡¡Nunca me había sentido tan cachonda como en esa ocasión!! No era para menos, tenía metida en mi útero la gran polla de mí añorando y tan deseado hermano. El placer era inenarrable solo acataba a repetir… – "Que rico, fóllame, fóllame mucho, que rica tu verga dentro de mi cuerpo", "¿Dime si te gusta estar follándote a tu hermanita pequeña…?", le repetía con extrema cachondez, mi hermano asentía todo lo que le decía, se notaba que lo estaba disfrutando tanto como yo. Minutos después, nos pusimos de lado y él por detrás de mí volvió a ensartarme con su daga energizada y templada como el acero por mi vagina, ahora era Gerardo quien hacia los movimientos y, yo gozaba la follada que me estaba dando, nuestros jadeos eran continuos y ruidosos, no tardé mucho en tener el primer orgasmo de la noche bañando con mis jugos su extenso falo que no cesaba de entrar y salir de mi chocho calenturiento. Al poco tiempo sacó momentáneamente su polla de mi raja solo para ponerse entre mis piernas, pensé que me follaría en la tradicional pose del "misionero", pero me levantó las piernas abriéndomelas y colocándolas en sus hombros, nuevamente penetró mi coño con su enorme ricura, reanudando el formidable placer que me estaba proporcionando e incansablemente su vergazo entraba y salía de mi ardiente vulva. El placer que me daba era tal que nuevamente me llevó a un orgasmo más, entre frases cachondas con las que le manifestaba lo feliz que me hacía con su poderoso miembro viril.

Cuanto más me "corría" más caliente me sentía, la miel que escurría de mi coñito había bañado mi culito por la pose que guardábamos, totalmente entregada a la lujuria quería todo el placer que mi hermano me podía proporcionar en esa misma noche, pensando que al regreso de la prima Irene nos sería difícil repetir entre semana lo hecho en esos días, así que había que disfrutar al máximo el intenso placer del incesto. Sin dudarlo un solo instante metí mi mano entre mis piernas y tomé la verga de Gerardo, la saqué de mi vulva y la puse en la entrada de mi ano, empujando mi cadera para que me ensartara por el culo, – "Métemela por aquí nene, quiero sentir tu cipote en mi culo… con lo grande que lo tienes, voy a saber lo es ¡¡Que den por el culo! Que tanto se dice, pero nadie lo va a disfrutar como yo" le decía con verdadera ansiedad, mi hermano complaciente empujaba su rígido miembro contra mi ano que poco a poco se abría para dar paso lentamente al extraordinario visitante. No sin algunas dificultades su vergazo empezó a entrar en mi culito, no obstante por entonces varias vergas habían estado ya dentro de mi conducto, la de mi hermano se dificultaba en razón de su colosal tamaño, era la verga más grande que hubiera entrado en mi "chiquito". Por fin la cabeza de su mástil fue devorada por mi ano y, sentía con claridad como cada milímetro de su enorme tronco iba penetrando mi recto y alojándose en mi intestino. Permanecíamos inmóviles mientras me enculaba, sin embargo cuando un poco más de la mitad de su hermosura estaba en mi ano empecé a mover mi cadera en círculos para facilitar la enculada, me dolía el culo como cuando aquel profe particular me folló por primera vez por el culito, tal pareciera que me estaban desculando por primera vez, sin embargo superaba el dolor que sentía con el inmenso placer.

 Saber que era mi propio hermano quien me metía su tranca por mi "pequeño" anito me sublimizaba… – "Encúlame toda, méteme la verga rica, la quiero sentir toda en mi culito", le repetía a manera de aliento para que no tuviera piedad y metiera su enormidad en mi delicado agujerito, mi hermano obediente seguía metiéndome unos pollazos impresionantes en mi culito, llenándolo no solo de verga sino de un inmenso placer nunca antes sentido, por fin todo su caramelo estaba dentro de mi ser, solo sus preciosos huevones estaban fuera de mi culito. 
El vaivén de su falo dentro mi orificio anal dio inicio lentamente, a cada momento el mete y saca iba tomando velocidad, de tal modo que en un momento dado su verga salía por completo de mi anillo para volver a entrar de un solo golpe en su totalidad, los movimientos de mi cadera en forma circular eran continuos y los jadeos de ambos se intensificaban, así con ese inmenso placer que mi hermano me proporcionaba por mi culo fueron pasando los minutos, tuve dos orgasmos más, sin embargo no quería que aquel deleite terminara aun cuando sabía que al día siguiente pagaría las consecuencias del disfrute del momento. El deleite era intenso y Gerardo me alertó que estaba próximo a "correrse", no supe momentáneamente en donde quería su esperma, si por ser la primera vez que me enculaba lo quería en mi intestino o bien disfrutar nuevamente su sabor en mi boca. Sin mucho tiempo para decidir me incliné para que eyaculara en mi boca y gozar el excitante sabor de su semen. Así que cuando estuvo a punto me sacó la verga del culito y velozmente me acomodé metiendo su falo entre mis labios succionando su hermoso glande, en instantes mi boca estaba inundada con su exquisita leche que tragaba sin desperdiciar una sola gota de esperma, seguí chupando su caramelo hasta que éste empezó a perder la erección.

El incesto directo estaba más que consumado y yo feliz de haberlo hecho… él muy satisfecho de nuestro fraterno encuentro sexual. Me pidió que en presencia de Irene fuéramos muy discretos, mi hermano no se imaginaba que yo sabía que se estaba follando a la prima Irene, por el momento no le dije nada y acepté que cuando ella estuviera seriamos cautelosos. Al día siguiente me levanté muy complacida de mis fechorías, pero muy cachonda queriendo repetir lo hecho la noche anterior, no obstante el dolor que sentía en mi culito como la primera vez que me enculó aquel profesor hacía un poco más de un año. Tan solo de pensar que debería esperar hasta el fin de semana para poder volver a ser follada por mi hermano se me hacía eterno. Por ello me puse a pensar muy seriamente que no tenía por qué esperar tanto estando Carlos más que dispuesto a disfrutar mi cuerpo y, darme el inmenso placer sexual del incesto entre hermanos, ese que no se consigue con ningún otro hombre ajeno a la familia, así que decidida empezaría a ofrecérmele a Carlos aunque de manera no descarada sino haciéndolo sentir que él me habría seducido.

Recurrí a las minifaldas antiguas que ahora me quedaban sumamente cortas, prácticamente solo me tapaban las nalgas, y dejando que Carlos me viera "todo" fingiendo no darme cuenta, con ello también conseguía que Gerardo me viera y me se antojara para repetir el placer que ya habíamos probado y no podríamos dejar. Carlos no disimulaba las ganas de disfrutar mi cuerpo y me lo hacía patente dejándome ver el bulto que le formaba bajo el pantalón su verga,  bien empalmada y dura… contoneando mi cuerpecito muy cachondamente cuando estaba frente a él provocando aun más sus evidentes deseos sexuales por mí. Pero pensaba que no sería tan fácil para él como abrir las piernas y decirle "fóllame", no, tendría que "trabajar" como yo lo había hecho con Gerardo, me daría a desear hasta que Carlos lograra "conquistarme". Aunque estaba muy deseosa de que me follara, me excitaba mucho solo provocarlo, ponerlo muy cachondo y convertirme en la "reina" de sus fantasías eróticas, que se masturbara pensando en mí o que cuando estuviera follando con su novia o con alguna zorrita de las que acostumbraba se imaginara que era yo a quien se fornicaba, tal como yo lo hice con mi hermano mayor.






Los Cachondeos con mi Hermano Carlos



El que solo los fines de semana mi hermano Gerardo, me diera placer por todos lados, no satisfacía el deseo irresistible de que mi cuerpo fuera disfrutado por algún otro familiar. Con mi primo Sergio follaba algunas veces, pero el incesto en primer grado era más placentero y mucho m´s morboso, así que incrementé los cachondeos con mi hermano el menor, Carlos, para acelerar el entregarme a él y que me follara como lo hacía Gerardo, pero sin tener días definidos y poder hacerlo a diario si fuera preciso. Un día por la mañana me dirigí al cuarto del lavado con el propósito de lavar mi ropa, al poner a funcionar la lavadora me percaté que las bragas que me acababa de quitar minutos antes estaban llenas de esperma, especialmente en el "puente" es decir la parte que justamente cubre la vulva, no había duda de quién era, en casa solo estábamos mi hermano Carlos y yo, no me sorprendió que mi hermano se masturbara con mis bragas usadas. 

No pude resistir la tentación de olfatearlo, súbitamente me puse caliente, instintivamente lo toqué, aún estaba tibio y espeso era evidente que se acababa de correr en mis bragas, con la punta de la lengua lo toqué para probarlo, me gustó y sin pensarlo tomé una buena porción con mis labios para paladearlo y luego tragarlo, me puse inconteniblemente cachonda pasando mi lengua y labios por toda las bragas comiéndome el semen de mi hermano, no conforme me quité las bragas que llevaba puestas y me coloqué las que estaba mojadas con la leche de Carlos, la sensación de tener su lefa en mi vulva y culo era sensacional, súper excitante, decidí dejármelas puestas por un rato, que se prolongó por horas, para sentir el agradable contacto de mi coñito con la leche de mi hermano.


Vino a mi mente el recuerdo de cuando me subí las bragas llenas del esperma de mi primo y, cómo me escurría su leche por la parte interna de mis muslos el día en que me folló bajo la escalera mientras esperábamos a que Carlos bajara de su habitación, eché la ropa a lavar excepto las bragas usadas que ahora traía puestas empapadas con el néctar de mi hermano. Decidí que sería excitante estar junto a él llevando entre mis piernas su elixir de semental. Desde que hice presencia ante mi hermano éste recorrió mi cuerpo, como ya era costumbre, de pies a cabeza sin disimular las ganas que tenia de follarme, caminaba frente a él contoneando mi cuerpo presa de la extrema excitación que me producía la humedad de su esperma en mi zona íntima y, aún conservaba en mi boca el provocativo sabor de su testosterona, la humedad de su semen en mis bragas ya se confundían con mis propios jugos, que brotaban de mi conejito calenturiento deseando ser follada por Carlos. Aprovechando la minifalda de corte amplio que lucía, me agachaba, sin doblar las rodillas, frente a él, dándole la espalda, fingiendo recoger "algo" del suelo para que pudiera verme las nalgas y tal vez las bragas con las que acababa de masturbarse…, así mismo me asomaba por la ventana empinándome lo más posible con los mismos fines. Ignoro si reconocía las bragas o podría ver que entre mis piernas estaba su lefa. Lo cierto es que sentía su morbosa mirada en mi trasero lo que me excitaba más y el bulto que hacia su "paquete" era evidente.


Durante todo el día le estuve permitiendo ver mis "encantos" bajo la faldita cambiándome constantemente las bragas, cada vez lo hacía con más descaro y él no se preocupaba por ocultar la protuberancia de su erección, la que yo constantemente volteaba a ver sin disimulo. Mis devaneos se fueron haciendo más intensos en los días siguientes, contoneaba mi cuerpo delante de él de forma exagerada y entre broma y broma me sentaba sobre su verga moviendo discretamente mis nalgas, que arropaban su erecto falo. Una mañana decidí meterme a la piscina, para lo cual me puse una tanga blanco muy reducido…, con premeditación me depile el coño como el de una muñeca, los reducidos triángulos que formaban el sostén no cubrían ni la tercera parte de mis crecidas tetazas haciéndolas ver aún más grandes, le invité a que fuéramos a nadar juntos, cosa que de inmediato aceptó. 

Antes de meternos a la piscina su traje de baño evidenciaba su completa erección, sin disimulo clave mi vista en el gran "bulto" pero sin hacer comentario alguno. Ya dentro del agua, mi hermano no perdía oportunidad de hacerme sentir su vergazo en mis nalgas abrazándome por la espalda y como si fuera accidental…, me tocaba las tetas muy a menudo, yo me dejaba complaciente ya que estaba tan excitada que cualquier cosa hubiera aceptado y restregaba mis nalgas contra su verga, así mismo yo también "sin darme cuenta" con los brazos le rozaba el endurecido cipote para satisfacción de ambos. Aprovechando los juegos de la piscina que inventábamos, me manoseaba las nalgas y las tetas con descaro, lo que yo no evitaba sino que provocaba para que lo hiciera y metía mi muslo entre sus piernas para frotarle la polla endurecida, ¡¡Ambos estábamos hirviendo de cachondos!!Pero ninguno de los dos se atrevía a pasar a "mayores".


Una noche después de intenso exhibicionismo de mi parte, estábamos viendo la televisión. En cuanto mis padres se fueron a su habitación, yo me recosté sobre su regazo, mi hermano puso su mano en mi cadera. Era claro que del exhibicionismo con que le regalaba a diario y a toda hora deberíamos pasar al contacto físico y poco a poco me empezó a frotar por un costado, enseguida sentí como su verga se estaba hinchando, la tenía casi en mi mejilla, la sensación de tener tan cerca su falo me empezó a excitar, independientemente que sus caricias en mi cuerpo se incrementaban. Poco a poco su mano se fue enfilando hacia mis nalgas, en esa ocasión vestía un pantalón a la cadera, pronto su mano estaba en la parte alta de mis nalgas y como yo no protestaba Carlos comenzó a bajar su mano a mis glúteos. Ante mi aparente pasividad, mi hermano ya palpaba descaradamente mis nalgas e intentaba meter la mano por dentro de la pretina del pantalón y de las bragas para manosearme en "directo", debí de haberme dejado de una buena vez, pero me incorporé apoyando mi mano precisamente sobre su verga…

 "Que estás haciendo Carlos, no seas cabrón…, soy tu hermana" le dije pero no con severidad, sino más bien con coquetería y esbozando una perversa y sugerente sonrisa. Mi hermano solo sonrió y sacó la mano de debajo de mi pantalón, pero la volvió a poner en mis nalgas por encima de la ropa, yo aproveché que ya tenía su verga en mi mano y ahí la dejé sin intentar frotársela…, era más que evidente que mi hermano registraba mi mano en su tieso miembro viril y que yo me daba cuenta exacta de la ricura que estaba agarrando. Continuó tentándome las nalgas y con su dedo medio recorría la separación de mi trasero hasta llegar a la vulva donde hacia mayor presión, yo también empecé a presionar levemente su tranca mientras él me manoseaba a placer… ambos lo hacíamos por encima de la vestimenta. La situación continuaba en ebullición entre nosotros, una mañana Carlos se preparaba para meterse a nadar, me invitó y le excusé que me daba flojera subir a ponerme el traje de baño, él con simpleza pero con perversas intenciones, me propuso que solo me quitara el vestido y me metiera en ropa interior, en ese momento me acordé que las bragas y el sostén que traía puestos eran solo de licra no transparente y a la distancia bien podían pasar como ropa de baño.


Acepté sabedora de que me esperaba un buen calentón, fácilmente me despojé del minivestido y en ropa íntima me metí a la piscina junto con mi hermano, quien sin perder el tiempo me puso las manos encima, entre juegos me acariciaba las piernas y me rozaba las tetonas, por fin llegó a su parte favorita, mis nalgas, en principio me acariciaba levemente, con discreción, pero al ver mi aceptación sus caricias se hicieron más descaradas hasta palparme con desvergüenza el trasero. La cachondez me invadía y yo también con discreción procuraba tocarle su endurecido falo comprobando una vez más el enorme tamaño del "garrote", lo que me excitaba aún más, lo abracé por el cuello pegando en su pecho mis tetonas y en su polla mi vientre, mientras mi hermano con ambas manos me frotaba las nalgas sin el menor recato e intentaba bajarme las bragas. No le permití que me quitara las bragas, pero mi rechazo era tibio dándole margen para que lo intentara en diversas ocasiones, logrando en algunas bajármelos hasta la mitad de mis glúteos tocándome la parte superior de las nalgas en forma directa, yo le pellizcaba la verga para que me soltara, procurando no lastimarlo y si acariciarle su ricura de semental. También sus manos subieron a mis tetas y, sumergiéndome en el agua hasta el cuello le permitía que me las manoseara por encima del sostén, de plano me apoderé de su rabo oprimiéndolo con toda la mano, una de sus manos pasó nuevamente a mis nalgas metiéndola por debajo de las bragas para acariciar con vehemencia mis posaderas, ya no podía negarme, me estaba encantando sentir sus manos en mi trasero. Así estuvimos por cuando menos una media hora poniéndome constantemente al borde del orgasmo y seguramente él a punto de eyacular sino es que lo hizo.


Para esa tarde con toda premeditación me puse una minifalda amplia, por principio para que mi hermano me pudiera ver a plenitud cuando subía las escaleras y, él se colocaba debajo llamando mi atención con cualquier pretexto, me detenía a mitad de la escalera dejándole verme por debajo de la corta faldita mi culo soberano, que tragaban las reducidas bragas y se marcaba mi raja en las bragas translúcidas. Pero la verdadera intención era que por la noche, al "ver" la televisión, tras que nuestros familiares se retiraran a su habitación, me pudiera manosear con toda comodidad para ambos. Así fue, en cuanto mis padres se retiraron me recosté sobre su regazo como lo habíamos hecho desde hacía algunos días…, sin mayor trámite Carlos me empezó a acariciar la cadera y pronto su mano estaba en mis nalgas bajando por mis muslos para volverla a subir por debajo de la faldita y posarla en duros glúteos, dócilmente me dejaba manosear como a una puta, en tanto yo colocaba mi mano sobre el montículo que hacia su enormidad venérea frotándole discretamente.

Sus dedos se perdían entre la separación de mis glúteos buscando mi culito y mi húmeda vulva, tratando de hacer a un lado las braguitas cosa que coquetamente le impedía sin severidad solo para que minutos después lo volviese a intentar, por ahora solo me dejaba manosear por encima de las braguitas, aunque era como si no trajese nada dado los sutil de éstos y lo único que impedían era que me pajeara mis hoyitos y clítoris. Mis frotaciones en su falo ya eran tan descaradas como sus morbosas caricias en mi trasero, solo que yo no intentaba sacárselo de la bragueta, aunque ganas no me faltaban. Noche tras noche las cosas iban en progreso, cada día sucedía algo más atrevido y con mayor cinismo de parte de los dos. Ya le permitía bajarme las bragas a mitad de los muslos para manosearme en directo tanto las nalgas como mi culito y vulva, así como las tetas… ni se diga fue la primera parte por donde le permití hacerlo directamente por debajo del sostén y, en las últimas noches ya ni me ponía sostén para facilitarnos las cosas y llegábamos ambos al éxtasis en candentes orgasmos que empapaban mi vulva con mis fluidos vaginales y él mojaba sus calzoncillos y pantalón con su esperma.

Por las mañanas y tardes mi exhibicionismo lúbrico era casi total, no había un momento en que tuviéramos oportunidad en que no le estuviera dejando ver mis "encantos" por debajo de mi vestimenta exterior, y cuando había la más mínima oportunidad, con descaro me subía la minifalda mostrándole las nalgas o mi vientre así como mis tetonas, él solo me mostraba el bulto de su tranca "a toda asta", durante ese lapso dejé de usar pantalón para mostrarme con comodidad, incluso cuando iba con mi madre y estaba mi hermano, yo caminaba detrás de mamá y me levantaba la mini para mostrarle las nalgas, me excitaba hacerlo corriendo el riesgo de ser descubierta por nuestra progenitora… Se volvió común que le enseñara las bragas que traía puestas, luego iba al baño y me las quitaba dejándolas encima de la cesta de la ropa sucia y volvía frente a él para mostrarle que ahora no las traía dejándole verme la vulva partida con una raja humectante. Enseguida mi caliente hermano iba al baño y con ellas se masturbaba dejando gran parte de su esperma en mis bragas, al regreso de él, me dirigía nuevamente al baño y probaba su semen y volvía a ponerme las braguitas empapadas de lefa solo para exhibirle que las traía puestas, mojando mi conejito con su leche y, escurriéndome su jugo viril por toda la raja de mi coño.

Ya era un descaro total entre nosotros, los cachondeos era cosa de todo el día en cualquier lugar y momento que podíamos. La noche previa en la que decidí que me follaría por primera vez, el cachondeo pasó a mayores…, parándome frente a él permití que me quitara las bragas, me senté como ya era costumbre recostándome en su regazo, como siempre me empezó a manosear las nalgas sedeándome el ano, en tanto yo le agarraba el "mástil", pero Carlos se desabrochó el pantalón y bajó el cierre de la bragueta y yo en un impulso lúbrico sin pensarlo le saqué la verga, ¡¡Vaya efecto tan agradable!! Su hermosa verga era riquísima, del mismo tamaño que la de nuestro hermano Gerardo, pero un poco más gruesa en su base, lo que la hacía ver más impresionante, más enérgica y con mayor poder de penetración. Comprendí que los machos de mi familia eran superdotados sementales, súper capacitados para reventar multitud de coños. La sujeté con toda la mano, sin alcanzar a rodearla por completo, moviendo su exquisito falo de arriba a abajo, la tenía a no más de un centímetro de mi boca, le saqué los huevones que eran enormes, a juego con su increíble falo, más aún que los de Gerardo que ya eran fastuosos. No me di cuenta en que momento pero me daba leves golpecitos en los labios con la cabeza de tan colosal balano mojándome con el cristalino líquido que le brotaba del ojal del glande.

– "Dame un besito" me decía mi hermano, por un impulso irrefrenable le planté un sonoro beso en la punta de la cabeza y luego otro y otro, le lamí el agujerito por donde eyaculaba su sabroso néctar, – "No quieres darle una chupadita", me decía Carlos con voz temblorosa por la excitación, yo no le contestaba, estaba extasiada ante la hermosura de polla que tenía mi caliente "hermanito". Sin más, apreté el endurecido falo brotando más líquido y, le empecé a lengüetear la cabecita probándoselo, sin dejar de pajearle en tanto con la otra mano le acariciaba los huevos estirados y pesados. Carlos seguía pajeándome la vulva con incisión en mi clítoris, alternando en ocasiones el culito, mientras con la otra mano me masajeaba las tetonas pellizcando los pezones. Estaba tan excitada al poder poner mis labios en tan maravilloso instrumento sexual, que muy pronto me llevó al orgasmo más placentero de los últimos días, me entregué por completo a mamarle la verga ya sin inhibiciones metiendo en mi boca y garganta, lo más que podía del colosal cipote, lamiendo todo su tronco hasta los huevos que le besuqueaba, chupaba y tragaba con succiones fuertes, para volver a subir hasta el glande y reiniciar la mamada. Pocos minutos más tarde mi hermano estaba eyaculando dentro de mi boca, la gran cantidad de semen que arrojaba su hinchado glande me ahogaba y, mucha de su leche salía de mi boca sin poder tragarlo,

Su corrida era extraordinaria, trayendo a mi mente el recuerdo de un artista porno, que tal vez los lectores recuerden, llamado Peter Noth quien en sus tiempos hacía pareja con Nina Hartley, con no menos de diez contracciones eyectoras y, en cada una un gran chorro de esperma candente…, mi hermano era exactamente igual…era impresionante la cantidad de leche que podía almacenar en sus poderosos testículos. Tragué como pude la mayoría de leche que eyaculó y, el resto bañó mi rostro y tetas, así como cayó en el vientre y verga de mi hermano, con mis bragas me limpié la cara y el falo poderoso de Carlos, ya empapadas de esperma me las puse mirándole coqueta a sus ojos y, sin decir nada me fui a mi habitación embadurnada de esperma. Al día siguiente por la noche repetimos casi exactamente lo mismo, solo que esta vez le pedí que se corriese sobre mis nalgas y entre ellas para ponerme las bragas, que solo me había bajado a mitad de los muslos, bien empapadas de esperma y luego solo succioné su verga para tragar los restos de lefa que le quedaron en los conductos internos de su falo. Sería solo el principio de la más excitante y lujuriosa relación que haya tenido, no lo sabía aun pero era el día precedente a que mi hermano Carlos me follara por primera vez. Pero eso lo narraré en mi próximo capítulo.






La Primera FOLLADA con mi Hermano Carlos



A la mañana siguiente, ya las cosas con mi hermano Carlos habían cambiado, lo sucedido la noche anterior nos ponían en condiciones de olvidar los escrúpulos entre nosotros, no había nada que fingir, desde temprano que le vi, en el pasillo que lleva a las habitaciones, puse de manifiesto el "cambio"…, como principio llevaba la bata desabrochada vistiendo por dentro solo las mismas bragas de la noche anterior y mis crecidas tetazas al desnudo, plenas ante su vista, no intenté cubrirme ante su ya tradicional morbosa mirada, su verga parecía que nunca estuviera flácida y el "bulto" era evidente… joder con el chico, siempre con la polla en ristre, dura y presta al combate. Nos saludamos con un beso en la mejilla, cosa que pocas veces hacíamos, pero al estar cerca con toda la palma de su mano acarició una de mis tetonas ante mi complacencia. Con el ánimo de no dejar enfriar la naciente relación incestuosa, le pasé la mano por encima de la verga a través del pantalón de pijama que vestía, sonriéndole con descaro, él intentó manosearme el coño por encima de las braguitas, pero le detuve amablemente diciéndole que podrían vernos y seguí mi camino rumbo al baño para ducharme… por supuesto que no cerré por completo la puerta con el propósito que pudiera verme bañándome, como acostumbraba.


No era tiempo de "aflojar" en el cachondeo con mi hermano, así que me puse un vestido muy corto y ajustado, de los que solo uso para "ir de antro", debajo no me puse sostén y solo unas bragas transparentes tipo bikini que se marcaban con claridad bajo el vestidito. Al sentarme frente a él no había que procurar que el minivestido se me subiera, ya que solo lo hacía dejando la totalidad de mis muslos a la vista, ni de abrir los muslos para que pudiera verme la ropa íntima y, a través de las translúcidas bragas mi abundante vulva carnosa partida en dos por mi glotona raja vaginal. Si antes de la noche anterior mi hermano me miraba con descaro, ahora lo hacía con toda procacidad, acomodándose su hermosura viril que permanecía erecta. Tan solo intercambiábamos miradas y sonrisas coquetas ante la presencia de los demás miembros de la familia. En cada momento que estábamos a solas, aprovechábamos para que me manoseara por todos lados y yo le acariciaba la vergazo, mientras frívola le decía…  – "Me quieres follar ¿verdad? Eres un cabrón que no repara en que sea tu hermana ¡Solo deseas follarme!", sin esperar respuesta le provocaba… – "No te importaría preñar a tu propia hermana, ¿Por eso me quieres follar?", él sin dejar de pasar sus manos por mi cuerpo me decía… – "Sabes que más que hermanos somos hombre y mujer y nada me encantaría más que poder disfrutar tu cuerpo". En ese tenor transcurrió el día hasta llegar la noche en que ambos ya estábamos extremadamente cachondos sabedores de los deleites que nos esperaban.


En efecto en cuanto nuestros padres se retiraron a su habitación, así como mi hermano Gerardo y la prima Irene, nos sentamos frente a la televisión "auto engañándonos" que la veíamos, me coloqué en la misma pose que en días anteriores, es decir me recosté en su regazo poniendo mi mejilla justo sobre su endurecida tranca empalmada, mi hermano automáticamente llevó su mano a mis nalgas, que por lo reducido del minivestido estaban descubiertas solo "envueltas" en las bragas. Pronto el manoseo se generalizó, con una mano me frotaba las nalgas y con la otra las tetas, yo le agarraba la verga sobándola por todo el tronco hasta los huevos…, Carlos intentaba meter la mano por debajo de mis braguitas en busca de la separación de mis glúteos y en consecuencia de mi vulva y mi anito cerrado, yo le detenía sin convicción preguntándole… – "¿Qué me quieres hacer?". Yo sabía lo que me quería hacer, pero deseaba escuchar de su boca que me quería follar como a una perra y, meterme en el coño su ingente volumen de esperma.


No podía aguantarme más, le bajé el cierre de la bragueta liberando su hermosa bayoneta rígida, que saltó del pantalón pegándome levemente en los labios, ahora con toda la mano me sujeté de su suculento garrote meneándosela y, casi rozando mis labios con el orondo glande. En tanto él continuaba manoseándome el trasero e intentando a cada momento bajarme las bragas, metió los dedos por un costado de mis braguitas logrando tocar mi vulva y mi ano, todo el cuerpo se me estremecía al contacto de sus dedos en mis partes más íntimas, me tenía en la cachondez máxima, ya no ponía ninguna fingida objeción y permitía que introdujese sus dedos en mi raja pajeándome abiertamente el clítoris. El deseo de ser follada por mi propio hermano era mayúsculo. Sin darme cuenta en que momento había metido su verga en mi boca la mamaba succionando el cristalino líquido que le brotaba y, con una mano le frotaba los huevos excitándolos en su producción de lefa. Carlos empezó a bajarme las bragas sin mi oposición, las dejó casi en mis rodillas, para volver a manosearme la raja y ano…, yo solo sacaba su verga de entre mis labios para decirle lo cachonda que estaba. Su sabor era excitante, tanto que  mi coño destilaba fluidos sin parar de las ganas que tenía en sentir dentro ese trozo de carne dura y enérgica. Era impresionante lo cachonda que me hallaba

Quizá temiendo que le provocaría la eyaculación, retiró mi cabeza de su regazo haciéndome enderezarme, al tiempo que me decía… – "Recuéstate para el otro lado", era evidente que mis nalgas quedarían hacía en donde él estaba y lo más probable era que me quisiera meter la verga en esa pose, – "No Carlos, qué me quieres hacer", le cuestionaba débilmente mientras movía lentamente mi cuerpo hacia donde me había indicado, repitiéndole una y otra vez… – "Carlos, ¿Qué me quieres hacer?". Me recosté en sentido contrario a mi hermano, él se echó sobre mi espalda acercando su verga a mis nalgas, la colocó entre ellas… – "Te voy a hacer lo que seguramente estas deseando tanto como yo", la cabeza de su bayoneta se colocó en mis labios vaginales al tiempo que mi hermano decía con contundencia… – "¡Te voy a follar!", haciéndome la "sufrida" espeté… – "¿Me vas a follar a pelo aunque sea tu hermana?", acomodé mis nalgas de tal modo que la penetración se facilitara, – "No pienses en que somos hermanos, solo disfruta de los placeres del sexo" me decía convencido de que me follaría. Sentí como su verga se abría camino entre mis labios vaginales, – "Dios mío, me está metiendo la verga" apuntaba en forma dramática y en voz baja, Carlos seguía presionando haciendo que mi vulva tragara su enormidad casi hasta la mitad, me descaré… – "Que rico siento tu polla dentro de mi cuerpo" empezando a mover mi cadera que facilitar la penetración, – "Carlos la tienes enorme".

– "¿Te gusta tener mi falo en tu rajita?" decía con voz agitada por la excitación que le producía estarse follando a su hermana, – "Me encanta, siento tu pedazo de polla muy bien, fóllame más... métemela toda... quiero sentir toda tu verga dentro de mi útero", al poco sentía como su vientre chocaba contra mis nalgas lo que me indicaba que ya tenía toda su tranca  dentro de mi vagina…notaba como su glande golpeaba en mi fondo, casi en mi estómago. – "Así fóllame sabroso, que deliciosa siento toda tu hermosura dentro de mi rajita... fóllame más fuerte... ¡Fóllame como a una perra!", mi cadera se movía con toda la experiencia que podía tener y su verga entraba y salía de mi vulva aceleradamente incontables veces. Carlos se desvivía alabando mi cuerpo mientras me jodía a toda velocidad, notaba su balano frotar mis paredes internas electrificando todo mi cuerpo desde mi clítoris… – "Que sabrosas nalgas tienes nena, tus tetas me encantan, que bien follas hermanita... Déjame verte desnuda" me repetía cosas por el estilo en forma constante y yo correspondía diciéndole lo rico que me estaba follando y el gusto morboso de joderme a pelo, sabiendo que me llenaría el coño de lefa espesa.

Pasaron varios minutos de vaivén de su verga en mi vagina hasta que me dijo que estaba a punto de correrse…, – "No te corras dentro de mí" le advertí, en ese instante me agarró con mayor firmeza del culo y la clavó a fondo con un rugido animalesco… de un solo golpe la enterró hasta los huevos. La verga y empezó a eyacular en el mismo útero bañándolo con su esperma. No me disgustó que me llenase, al fin y al cabo es algo que me encanta haga un macho cuando me folla, es una comprobación que le gusto y me desea. Tras los cinco o seis aldabonazos de leche la extrajo, me puse en pie subiéndome las bragas y acomodándome la ropa exterior, mi hermano se quedó recostado en el sillón y yo me retiré a mi habitación sintiendo como la leche de Carlos escurría por mi raja mojando mis muslos. Al día siguiente amanecí pensando en que el incesto con mi hermano, el menor, se había consumado aunque aún no como ambos lo queríamos… pero para ser el principio era bastante bueno, me excitaba volverlo a ver y estaba dispuesta a continuar el cachondeo y, entregarme nuevamente a él pero ahora en forma integral. Al levantarme solo me puse encima una bata hasta las rodillas que utilizo para meterme al baño, por esta ocasión conservaba las bragas del día anterior, salí en busca de Carlos con el fin de no dejar enfriar el "asunto", sino para aumentar la cachondez entre nosotros.

Le encontré en la cocina, fingí buscar un vaso con agua para tomar una pastilla, en cuanto estuve frente a él su mirada recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, sentí su vista como si mi bata no existiera y estuviera viéndome desnuda. Eché un vistazo a su vientre y ya tenía formado el bulto que hacia su erguido "pollón", me acerqué con el deliberado propósito de provocarlo, sus manos enseguida fueron a mis muslos por encima de la bata… – "¿Me vuelves loco, sabías?" mostrándome cínicamente el bulto de su verga bajo el pantalón. No hice ningún movimiento alusivo dejándome manosear dócilmente. Ante tal actitud Carlos empezó a desabotonarme la bata por el extremo inferior, el primer botón dejó al descubierto mis rodillas y unos centímetros de mis piernas, el segundo exponía más de la mitad de mis muslos, el siguiente ya dejaba ver la parte baja de mi vulva envuelta en la fina tela de las bragas mostrando mi carnosidad por los costados de las estrechas braguitas. Cuando estaba a punto de desabrochar el botón de la cintura se lo impedí poniendo mi mano, – "No seas mala nena, déjame verte desnuda" suplicante, le sonreía coqueta sin quitar mi mano, mi hermano aprovechaba la situación para pasar sus manos en mis piernas por dentro de la bata, hasta llegar a mi coño por donde solo le permitía.

– "Eres un cachondo semental… ¿Me quieres follar y preñar de verdad? Si te dejo me vas a hacer una buena panza ¡¿Quieres que te dé un bebé…?!", le dije mientras le agarraba la verga por encima de la ropa señalándole que ya me había dado cuenta de su excitación, – "Solo quiero verte en cueros, no seas mala mira como me pones", la verdad yo ya también estaba muy caliente y sentía mi raja muy húmeda. – "Solo te voy a dejar que me quites las bragas, ¿ok?" dije cínica…, y sin darme respuesta subió sus manos asiendo mis braguitas y tirando de ellas hacía abajo hasta quitármelas por completo. En cuanto las tuvo en sus manos me di media vuelta y me fui al baño para ducharme. Había que lucir provocativa para excitar al macho, así que por arriba solo me puse un top sin llevar sostén, abajo una falda tableada que correspondía a un uniforme escolar y, que con anterioridad había recortado hasta dejarla súper mini, abajo una braguitas tanga negras que por cierto le había robado a prima margarita el día de su boda y eran muy sensuales, en las piernas unas calcetas también del uniforme escolar y unas sandalias destalonadas de altos tacones, según yo lucía muy sensual entre atrevida y colegiala.

Seguramente así lo consideraba también Carlos, quien no me quitaba los ojos de encima el muy cachondo. A decir verdad eso me ponía muy caliente a mí también. Procuraba acercarme a él con el determinado propósito de que a la menor oportunidad que tuviéramos me manoseara metiendo sus manos por debajo de la faldita o del top para acariciarme las tetas o las piernas, las nalgas y la vulva e intentara de manera recurrente quitarme las bragas. Por supuesto yo aprovechaba para tocarle la verga por encima de su ropa. Así transcurrió la mañana. Un poco antes de la hora de comer, como lo había hecho repetidamente durante el día, subí la escalera lentamente estando mi hermano debajo para mirarme todo lo que podía, me detuve en la mitad preguntándole no sé qué cosa para darle tiempo de que me admirara, pero él se lanzó rápidamente dando alcance, enseguida metió su mano por debajo de la faldita posesionándose de mis nalgas, yo le pedía tibiamente que no lo hiciera por temor a ser descubiertos, pero él, afortunadamente para mi deleite, no entendía razones. – "Déjame besarte las ricas nalgas que tienes" decía con desesperación…, yo me hacía del rogar deseando que continuara con su propósito, poniéndolo a mil yo ya realmente anhelaba sentir sus labios en mi candente culo tan deseable como juguetón, – "Solo unos besitos" me rogaba, instintivamente mi mano ya estaba en su "paquete" frotándole presa de excitación que me provocaba. Lentamente fui subiendo los escalones para quitarnos de la posible vista de mi madre o de la chica del servicio doméstico que en cualquier momento podrían aparecer y descubrirnos.

Una vez en la planta alta y fuera del ángulo visual de quien pudiera estar abajo, le permití que me cachondeara a placer manoseando todo mi cuerpo, había liberado mis tetas del top y me las chupeteaba y acariciaba mis nalgas, mi hermano insistía en besarme las nalgas, así que me bajó las bragas con mi complacencia. Me apoyé en el barandal de la escalera y permití que me subiera la faldita a la cintura, se arrodilló tras de mí quitándome por completo las bragas y sin más trámite empezó a besuquearme los glúteos. Sentía que me iba al cielo de lo cachonda que me ponía sentir los labios de mi hermano, no solo erizaba de placer mis nalgas, sino también la rajita expelía sus jugos con intensidad. Pero Carlos no se conformó con besar mi trasero, metía su lengua en la separación de ambas nalgas buscando mi ano lengüeteando mis fluidos vaginales proporcionándome placer extremo. Ante mi aceptación a sus morbosas caricias orales mi hermano me separó las nalgas hundiendo su rostro entre ellas para besuquearme y lamerme el botoncito cerrado de mi culito, que se me fruncía de gozo a cada lengüetazo y beso poniéndome al borde del orgasmo. Sin duda Carlos había descubierto la llave que libera mi lujuria, me pone como loca de cachonda que me besen el culo, no llevo cuenta de los muchos hombres que me han besado el culito… y todos ellos sin excepción han terminado por follarme ya que siento una excitación extrema con ese tipo de caricia lasciva.

Mi hermano se incorporó y sin esperar nada me agaché sacándole la verga del pantalón y metiéndola en mi boca para mamársela… metiendo gran parte de ella en mi garganta de un solo tirón, besarle los huevos y lamerle el tronco al tiempo que le decía lo cachonda que me había puesto en tanto él me masajeaba las tetonas. El también esta enloquecido de placer y me decía suplicante… – "Quiero follarte Ali, déjame meterte la verga", minutos más tarde y sin decir nada me incorporé apoyándome nuevamente en el barandal de la escalera e inclinándome le dije con voz temblorosa por la excitación… – " ¡¡FÓLLAME hermanito, quiero sentir tu verga dentro de mi coño, disfruta mi cuerpo y dame placer con tu enrome cipote!!". Sin dilación mi hermano enfilo su mástil entre mis labios vaginales penetrándome por completo…, nuevamente tenía su fraterna verga dentro de mi vagina en una pose más cómoda, mis movimientos de cadera tomaron velocidad así como el vaivén de su badajo endurecido en mi rajita, mientras que con una mano friccionaba mis tetas con la otra me estimulaba el clítoris.

Con el vaivén y sus masajes clitorianos, estaba llevándome al cielo…consiguió que legara el orgasmo muy rápidamente de lo que nunca me ocurrió con otro macho… – "Me estoy corriendo, fóllame más duro, quiero más verga dentro de mi coño, sígueme follando hasta que me hagas correrme nuevamente" le pedía con la desesperación de una hembra solicita que desea por encima de todo que la preñen, sin dejar de mover la cadera. Prontamente me llegó el segundo orgasmo más convulsivo que había sentido en los últimos meses y, mi hermano ya no podía contener más su eyaculación. Así me lo hizo saber cuándo percibo que se le endurece el rabo y comienza a eyacular chorros y más chorros de leche en mi vagina profunda…con mi útero rellanado, aún le quedaba lefa que expulsar…le pedí tras correrse dentro de mí que deseaba probar su semen, sugiriéndole que mejor lo hiciera en mi boca directamente con lo que le quedaba aún por expulsar. 

Casi de inmediato me sacó de un solo golpe la verga de mi nido de placer para metérmela en la boca, rápidamente me puse en cuclillas delante de él poniéndome su ricura en la lengua al tiempo que recibía la restante descarga seminal que tragaba a grandes sorbos sintiendo que me ahogaba la gran cantidad de semen que le quedó por salir. Cuando la derrama terminó me puse de pie arreglándome la ropa, parecía que mi hermano no tenía hartura con aquello de los placeres e insistía en que me quería ver en pelotas…, colocó mis bragas en su falo envolviéndolo con ellas, se limpió su musculado mostrenco y, guardándose la verga en la bragueta de su pantalón diciéndome que más tarde él mismo me las pondría. Me pareció algo excitante y acepté, lo mismo que le dije que en la noche le cumpliría su deseo de tenerme desnuda a condición de que me diera una follada "suprema". Aunque ya me había follado, aun no sentía que el incesto con el menor de mis hermanos se hubiera consumado como yo lo quería, así que esa noche me entregaría a él completamente, es decir dejaría que me follara también por mi culito y por todas partes que se le antojara al cabrón. Pero ello, lo narraré en un próximo relato ya que amerita dar a conocer los detalles de aquella entrega total al máximo de los placeres, el placer incestuoso. Me di un baño copioso, me calenté y hasta me hice unos deditos en mi culito.






Entrega y consumación total del Incesto con mi Hermano Carlos


Nerviosamente esperamos que el tiempo transcurrierasería nuestra definitiva gran noche. Pacientemente vimos cómo se retiraron a su habitación mis padres y minutos después Gerardo e Irene hizo lo mismo, para seguramente más tarde volverse a reunir para disfrutar sus cuerpos en sensacional follada como lo hacían constantemente. Dejamos pasar un poco de tiempo, en tanto tomamos la pose que ya se había vuelto clásica, yo recostada en su regazo acariciándole la verga y él manoseándome el trasero y pajeándome la vulva e intentando hacerlo en mi culito. No portaba las bragas que aún estaban envolviendo la verga de mi hermano desde media tarde en que me había follado como a una puta al final de la escalera, lo que le facilitaba el cachondeo total. Con impaciencia le saqué la tranca de la bragueta para darle unas mamaditas previas al banquete corporal que mutuamente nos daríamos, mi hermano con la mano que le quedaba libre me manoseaba las tetonas con desesperación. Por fin todo estaba en silencio y a oscuras, le indiqué que había llegado el momento de que me tuviera en cueros como lo deseaba, me incorporé para dirigirme a mi habitación, solo le dije que me alcanzara en cinco minutos para darme tiempo a desnudarme.

Con puntualidad inglesa hizo presencia en mi habitación, el "paquete" que se veía en su entrepierna era enorme cruzando hasta el muslo izquierdo al no poder albergar todo el tallo entre las piernas… su hermosura estaba a todo lo que daba de erección y mi vulva tan húmeda que por momentos me escurría por la parte interna de los muslos los flujos vaginales que brotaban de mi nidito de placer. Lo esperaba totalmente desnuda tendida en la cama boca arriba, apoyada en mis codos y con las piernas ligeramente separadas, mostrándole con fingida timidez mi hinchada vulva, solo conservaba las sandalias de altos tacones como ya se me había hecho costumbre. Carlos se quedó inmóvil ante mi desnudez, observando detenidamente todo mi cuerpo, tal vez inconscientemente, se frotaba el majestuoso falo por encima del pantalón. En un ágil movimiento se sacó la camisa y el pantalón mostrándome su excelente cipote en su máxima extensión, graciosamente e incluso lasciva, movía su cadera de lado a lado haciendo que su mástil se balanceara de forma por demás provocativa y, de la que pendían mis translucidas braguitas. – ¿Te gusta lo que ves? Le preguntaba con voz temblorosa por la excitación. – Me encanta, dijo sin despegar su vista de mi desnudo cuerpo. – Me gusta que te guste, pues a mí me fascina lo que tienes entre las piernas, Refiriéndome a sus suculenta verga empalmada al máximo.

Con coquetería le sonreía pasando mi lengua por el contorno de mis labios haciéndole saber el deseo de chuparle su rico miembro viril y, con el dedo índice de una de mis manos le hacia la señal de que se acercara para besuquear esa joya de placer que tiene por mostrenco viril musculado. Se colocó al borde de la cama y con las plantas mis pies le sujeté la verga pajeándosela con lentitud aprendiendo a hacerlo, ya que nunca había hecho tal cosa. Tras unos minutos me tomó los pies empezando a lamerlos y besarlos, poco a poco fue subiendo a mis tobillos y luego a mis pantorrillas y así con toda la calma del mundo pasó sus labios y lengua por cada micra de mi cuerpo poniendo especial fogosidad en mis zonas erógenas. Me tenía al borde del orgasmo, nadie, hasta entonces, me había lengüeteado el cuerpo con tal esmero como lo hacía mi hermano Carlos, desde entonces no tuve la menor duda que era el hombre que mejor me trataba, quien mejor me conocía y de quien sacaba mis mejores orgasmos… también era el primer hombre que me había chupado los pies, comenzaba a ser el primero en cosas que nunca pensé que un macho se detuviera para satisfacer a una hembra. Tan egoístas todos, Carlos era el más generoso de cuantos hombres habían usado mi cuerpo.

Al finalizar me hizo poner de pie y posar para él dejándole ver mi cuerpo desnudo en todos ángulos exhibiéndole descaradamente mis "rinconcitos" más íntimos, mientras él sentado en la orilla de la cama se frotaba la verga sin despegar la mirada de "los encantos" de mi cuerpo desnudito y dándome instrucciones de cómo quería verme. Me pidió que empinándome me separara las nalgas para verme el culito y caminando hacia atrás me acercara para besármelo nuevamente… – No sabes cómo me gusta besarte las nalgas y lengüetearte el culito. Me dijo antes de poner manos a la obra, o en este caso la lengua en mi trasero. Hundió su rostro entre mi culo besando y chupeteándome el anito que se fruncía de placer a cada lengüetazo, asimismo extendió los brazos asiéndose de mis tetonas estrujándomelas con suavidad. Entre ayes de placer me entregué al gozo incestuoso que mi hermano Carlos me proporcionaba con su boca en mi botoncito estrellado más íntimo. – ¡Qué bien me besuqueas el culito! Le decía con voz entrecortada. 

Minutos después era mi turno de "comerme" su exquisito cipote, me día media vuelta empujando a mi hermano para que se recostara en la cama y poniéndome en cuclillas llevé mi boca a su pollón plantándole repetidos besos estentóreos en el orondo cabezón de su enorme y rico falo, pasé a los chupetes y enseguida la mamada se generalizo metiendo su verga lo más que podía en mi boca alojando parte de ella en mi garganta. Solo interrumpí la felación para subirme a la cama, montándome sobre el cuerpo de mi hermano de manera inversa para seguir chupándole el gran badajo y sus ricos huevones y, que él me pudiera mamar la vulva y el culo. En pocos minutos me llegó el primer orgasmo, previamente se lo advertí, convulsioné haciéndoselo ver pero él prefirió seguir chupándome el conejito tragando la miel que escurría de mi raja. Aquel orgasmo me envolvió de la cabeza de una nebulosa afrodisiaca…mi corrida, se sublimaba con el sabor y olor a macho de su entrepierna, el conjunto de polla y cojones es enloquecedor para una puta como yo.

Era tiempo de pasar a "mayores" una vez pasada la tormenta de mi clímax, simplemente me di media vuelta sin desmontarme de mi hermano y coloqué su verga entre mis labios vaginales para irme sentando en su ricura viril inhiesta cual mástil de bergantín…, poquito a poco la fui introduciendo notando como me abría las carnes de mi conducto vaginal, sentía deslizar su glande separando mis paredes a su paso, cada vez más hondo de mi coño, hasta que mis nalgas hicieron contacto con su vientre. Su colosal hermosura estaba totalmente metida en mi útero, empecé a mover mi cadera de arriba abajo y en forma circular sintiendo con placer como su tronco salía y entraba por completo en mi vulva, en tanto Carlos me chupeteaba las tetas y acompasadamente me ayudaba a meter y sacar su polla de mi conejito hambriento. A poco empezamos los cambios de pose en las que nos follábamos por unos minutos para cambiar nuevamente, en cada cambio aprovechaba para chuparle el falo empapado en mis propios jugos que degustaba con deleite. Por fin llegamos a mi pose favorita, de "perrita" a cuatro patas, en esa posición sumisa la hembra permite que el semental se desahogue en todo su esplendor dentro de una, así que mientras mi hermano me follaba por la vagina con el dedo pulgar me pajeaba el culo destensando mi entrada anal, provocándome el enorme deseo de ser enculada por mi consanguíneo, a sabiendas que sería un tanto doloroso ser penetrada por tan formidable vergazo en mi ano chiquito…, sin embargo deseaba consumar en su totalidad el incesto y que mejor que tener tamaño cipote incrustado entre mis nalgas…. 

Mi excitación era tal que ya no podía esperar más para tener su excelente rabo metido entre las nalgas y, sin pensarlo mucho le supliqué… – Métemela por el culito. Quizá un tanto sorprendido de mi decisión me fue sacando lentamente la verga de mi coño calenturiento, encaminándola a mi culito, en cuanto hizo contacto la cabeza de su falo en mi ano fui empujando mi cadera contra su verga para facilitarle la enculada. Lubricada con mis jugos íntimos, fácilmente entró su glande en mi culo e inició el camino a mi recto que ajustaba como un guante a su gruesa pollaza.

Poco a poco se fue metiendo en mis entrañas hasta que su vientre chocaba con mis nalgas, lo que indicaba que estaba totalmente enculada por mi hermano. Con su verga metida en mi culo empecé a contornear frenéticamente mi cadera de dentro hacia fuera, Carlos hacía lo propio acompasando los embates de su tranca en mi culito, aun faltando tragarme su semen ya podía considerar que el incesto estaba plenamente consumado. – Así, que bien me follas por el culito, le repetía a cada momento sin dejar de bambolear mi cuerpo disfrutando cada metida de verga que me daba entre ayes de placer indescriptible… – ¡¿Te gusta encular a tu propia hermana so cabrón…?! Porque a mí me fascina estar con tu cipote jodiéndome dentro de mi culo, ¡qué rico me estas follando! Encúlame más, así bien duro… dale más polla a mi culo, le instaba llena de excitación sin darle tiempo a contestar, mientras él asido de mis tetonas con una mano y con la otra friccionaba mi clítoris, sin dejar de bombear mi ojal completamente dilatado con su tremendo falo, el cetro de mi locura y de su mando en la sumisa hembra. – ¡Qué apretado y sabroso tienes el culito hermanita! Decía con gran entusiasmo que rubricaba con enérgicos embates de su verga en mi trasero.

Los cambios de pose no se hicieron esperar, adoptamos tantas poses como nuestra imaginación nos dictaba en ese momento sin sacar su verga por completo de mi culito y, los orgasmos que me provocaba se sucedían unos a otros…. Con Carlos me quedó claro y establecido que soy multi orgásmica. No estaba cierto cuanto tiempo habría estado bien enculada pero Carlos, me alertó que estaba a punto de eyacular, le pedí que lo hiciera dentro de mi culo y los últimos chorros,  mejor los quería en mi boca para comer su esperma, ya que me había gustado el sabor de su leche. De hecho me fascina el sabor del semen de un buen macho, más por el regusto a testosterona que te queda en el paladar…una locura y, siendo el de mi hermano me gustaba más. De pronto me la clava a fondo eyaculando, a la par que emerge de su garganta un rugido ronco y atronador que me excita, sabiendo que estoy siendo inseminada por todo un hombre. Percibo un gran chorro de semen seguido de otros dos, cuando sentí que sacó su verga de mi culito de un solo golpe, giré con prontitud metiéndome basto cetro expendedor de lefa entre los labios y chupeteándoselo, al tiempo que entre chupete y chupete le decía… – ¡Córrete en mi boca…! ¡Dame toda tu leche…! ¡Lléname la garganta de semen…! ¡Quiero saborear y tragar tu esperma! Mi voz era temblorosa y agitada por la tremenda excitación que aun sentía al beberme la esencia de la vida, la semilla de donde nace cada ser vivo…el semen masculino. No obstante la cantidad de orgasmos que ya había tenido.

Segundos más tarde torrentes de semen inundaron mi boca, algunos chorros de leche salían de mi boca bañando mi barbilla, mejillas y escurrían por el pecho a mis tetonas, sin embargo no dejaba de chupar su pollón convulsionando masturbándole con una mano y con la otra dándole masaje en los güeros…su tronco jalonado de venas hinchadas era un espectáculo de pura energía varonil. Él estaba asido con ambas manos de mis tetas como si estuviera pegado a ellas. Por fin dejó de salirle la leche, a la que ahora soy adicta. Yo aún seguía chupándole hasta la última gota de esperma y prodigándole sonoros besos en su aun inflado y endurecido glande, agradeciéndole el intenso placer que me había dado. Nos derrumbamos en la cama permaneciendo callados por algunos minutos, reponiendo las fuerzas tras aquel portentoso encuentro carnal incestuoso. Ahora sí consideraba que el incesto estaba consumado. Momentos después se puso en pie y tomando mis braguitas me limpió con ellas la mojada vulva y se las llevó consigo diciéndome que las conservaría como recuerdo de esa memorable enculada que me había dado…ahora ya había recibido por todos los orificios posibles su excelente esperma… boca, vagina y culito.

Por esa noche o madrugada fue todo, pero a la mañana siguiente continuamos el cachondeo con todo descaro, aprovechábamos cualquier instante en que tuviéramos la mínima oportunidad de exhibirnos mutuamente, manosearnos, masturbarnos, chupar nuestras partes íntimas e incluso follar en encuentros rápidos. Por las noches era casi religioso esperar a que los demás se metieran a su habitación para reunirnos y darnos sensacionales folladas a pelo por todas las partes posibles, excepto los fines de semana que entregaba mi cuerpo a Gerardo, mi hermano mayor, sin que aun Carlos lo supiera. Aquella noche era solo el principio de una larga cadena de placer que aun disfrutamos, pero no solo con él sino también con mi otro hermano, Gerardo, en lo individual y tiempo después entre los dos, haciendo un excitante trío incestuoso, y de los encuentros incestuosos con mi prima Lorena y su hermano Sergio en conjunto conmigo y mis hermanos, pero todo ello lo narraré en próximos relatos.







Pastelito de tres leches


Tal vez habrían pasado un par de meses desde que empecé a follar con mi hermano Carlos, con él todo era aventura, audacia, emoción y placer. Me follaba en los lugares más insólitos de la casa y en los momentos más inesperados, a todo momento en que teníamos la mínima oportunidad me cachondeaba manoseándome todas mis zonas erógenas… besuqueándome el culito, que es la parte de mi cuerpo que más le excita, quitándome y poniéndome las pequeñas bragas a placer, yo a él le friccionaba su rico cipote y le daba mamaditas con muchos besos de amor. Sin embargo seguía entregando mi cuerpo a mi hermano Gerardo, el mayor, cada fin de semana en que mi cachonda prima Irene se iba a visitar a su familia. Gerardo me follaba con tremendas ganas por todos lados y terminaba por comerle el esperma tan rico como vital para mí, pero de una manera más tranquila y discreta de cómo me lo hacía Carlos, aunque no por ello menos excitante. Así mismo me seguía dejando follar de mi primo Sergio, hermano de Lorena, aunque con menor frecuencia que con mis hermanos por tenerlos a mano cada día y cada noche, pero no desaprovechábamos las oportunidades que se nos presentaban. En ese entonces ninguno de ellos sabía que me estaban follando también los otros y mucho menos lo sabía mi prima Lorena, solo mi coño era el enterado de tanta mezcla de esperma, pudiéndose acumular dos o más en mi útero en un momento dado. Yo también ignoraba muchas de las interesantes y cachondas "cositas" sexuales de ella.

Aquel día que hoy les confiaré, por la mañana fui a buscar a Lorena a su casa ya que habíamos quedado de ir de compras, nuestra amistad se había estrechado mucho a partir de que aquellos chicos nos follaron a ambas, y que ya les relaté. Al llegar a su casa me encontré con la novedad de que había salido a reparar el coche y me había dejado dicho con la sirvienta que le esperara. Me instalé en la sala para esperar, casi de inmediato apareció mi primo Sergio, se sentó junto a mí y luego de besarnos en los labios a manera de saludo, colocó una de sus manos en mis muslos que la corta minifalda dejaba al descubierto a más de la mitad, me los acariciaba mientras con la otra mano palpaba mis tetas por encima de la camiseta que llevaba puesta. Yo me resistía un poco temerosa que la chica del servicio nos fuera a descubrir en aquella deliciosa perversión. Mi cachondez fue mayor que la prudencia y le permitía que me manoseara todas las piernas hasta llegar a las braguitas y con la otra mano metida bajo mi blusa y el sostén masajeaba mis crecidas ubres, por mi parte le agarraba la verga por encima del pantalón, se le notaba bien empalmada, y nos besábamos en la boca chupando mutuamente nuestras lenguas entre jadeos producto de la excitación que ya nos poseía.

Mi primo no conforme con hacerme a un lado las bragas para pajearme la vulva, pedía que me las quitara para facilitar el contacto total, yo ya le había bajado el cierre del pantalón y metía mi mano para agarrarle el falo directamente. Le propuse que fuéramos a su habitación para evitar de la sirvienta nos fuera a descubrir. Fuimos rumbo a su cuarto y mientras subíamos la escalera ya llevaba metida la mano de Sergio bajo la minifalda manoseándome las nalgas y el culito… yo no sacaba la mano de su bragueta aferrándome a su verga. No llegamos a su habitación, en cuanto estuvimos en la planta alta Sergio se agachó y me bajó las braguitas quitándomelas por completo, se sacó la verga para que se la pajeara, luego me levantó la blusa y me sacó las tetas de las copas del sostén besándomelas y mamándolas, su mano acariciaba con la palma mi hinchada vulva… con la punta de los dedos me sobaba el clítoris y por momentos metía su dedo a mi coñito. Estábamos en el paroxismo de la cachondez, – ¡Fóllame primo…Fóllame bien duro! Atinaba a decirle con voz temblorosa. Sergio obediente me puso empinada contra la pared apoyándome con las manos, me separó las piernas y poco a poco metió su endurecida verga en mi mojada vulva hasta que su vientre contactaba con mis nalgas. La tenía bien metida… el mete y saca dio inicio mientras él se hacía de mis voluminosas tetas ayudando con mis movimientos de cadera, siguiéndole el ritmo de las embestidas que se hicieron fuertes pollazos.

Así estuvimos durante varios minutos, me vino el orgasmo entre jadeos y ahogados gritos de placer, bañando la verga de mi primo con mis flujos vaginales, éste considero que era oportuno meterme la verga por el culito, sacó su falo de mi coñito y lo encaminó a mi ano ya bien dilatado por las tremendas enculadas de mis hermanos…, apenas habría penetrado la cabeza de su tranca en mi ano cuando, sintió que se corría, me lo hizo saber pidiéndome que me dejara bañar las tetas  con su semen. Di medio giro arrodillándome ante mi primo dispuesta a recibir su leche en mis tetas, sin embargo metí su glande entre mis labios para darle las ultimas mamadas, Sergio no resistió más y empezó a eyacular dentro de mi boca, ya no pude sacarlo y chupaba tragando su esperma que brotaba a borbotones, saboreé hasta la última gota de leche. Toda una consumada mamadora y tragadora de esperma familiar.

Nos incorporamos poniéndome las bragas y arreglando nuestras ropas. Justo a tiempo, en ese momento Lorena estaba entrando a la casa. Sergio se fue a su habitación y yo bajé la escalera como si nada hubiera pasado, fingiendo que había ido al baño de arriba. Aun con el agradable sabor del semen de mi primo, nos fuimos al centro comercial como lo teníamos planeado. Mis bragas estaban empapadas con mis jugos íntimos y, ni decirle a mi prima que me prestara unas secas, nos hubiera descubierto de inmediato dada su experiencia en esas lides. Ese día era sábado, me tocaba ser follada por mi hermano Gerardo, la noche anterior ya lo había hecho después de dejar a la cachonda Irene en el aeropuerto, como siempre, esperamos a que nuestros padres se fueran a dormir, Carlos se había ido, como todos los fines de semana, con su novia a algún antro u hostal, llegaría de madrugada y teníamos toda la noche para disfrutar de nuestros cuerpos en intenso placer incestuoso. Cuando todo estuvo oscuro y en total silencio, salí de mi habitación con dirección a la de mi hermano mayor, iba ataviada con un conjunto de lencería que él mismo me había regalado y que me pidió que me pusiera para esa noche. Consistía en un camisón rojo transparente que solo tenía la base del sostén para levantar las tetas y dejaba prácticamente al descubierto mis tetonas y, cubría solo la pelvis…, por detrás las nalgas, las braguitas tipo tanga que le hacían juego que se metían entre mis glúteos y que por el frente solo se oscurecían la piel de mi prominente vulva. Calzaba las sandalias destalonadas con tacón alto de plástico transparente que mi mismo hermano me habría obsequiado.

Cuando entré a su habitación tenía la luz al más bajo nivel de intensidad, lo que le daba un toque intimo a la habitación, Gerardo estaba totalmente desnudo tendido en la cama y su colosal polla se alzaba como un asta sin bandera, era una ricura de verga que de tan solo vérsela así me humedecía la vulva mojando levemente las bragas. Sin levantarse de la cama me pidió que desfilara como una modelo para él…, con el sensual conjunto de lencería que me había obsequiado. Así lo hice exhibiéndome dando giros en todos sentidos para que me pudiera disfrutar en todos los ángulos y en las poses más candentes que se me ocurrían y las que mi hermano me indicaba mostrándole mis "rinconcitos" más íntimos, como si estuviera bailando en una barra americana. A una señal de su dedo me acerqué a él, con una mano le tomé la musculada verga friccionándosela mientras me inclinaba para besarnos en la boca, sus manos recorrían mis muslos, una mano fue subiendo por mi entrepierna hasta llegar a mi vulva que acariciaba sobre la delgada tela de las minúsculas bragas y, con la otra me manoseaba las nalgas hurgando entre ellas en busca de mi apretado culito. Dejamos de besarnos solo para que yo acercara mi rostro a su ricura viril y colmarla de besos chupeteando en la oronda cabeza e írsela lamiendo desde los huevones hasta el glande y mamarle poco a poco. Ahora la mano que tenía en mi vulva pasó a mis tetonas y la otra continuaba en mis nalgas y entre ellas. Ya le mamaba abiertamente metiendo lo más que podía su enormidad en mi boca hasta lo profundo de mi garganta y, él mojando su dedo en mi vulva para lubricarlo lo empezada a meter en mi culito pajeando mi ano sin dejar de frotarme las tetas.

A los pocos minutos me pidió que me montara en él de manera inversa haciendo el típico 69, para poder gozarme con su boca, así lo hice, solo me hizo a un lado las braguitas y me chupaba la raja, el culo y las nalgas, se notaba como tragaba mi flujo vaginal que escurría de mi candente hendidura, mi conejito se hallaba rezumante, en tanto yo seguía mamándole su sabroso cipote. Poco después me hizo desmontar solo para quitarme las bragas, me puso de espaldas a la cama, con ambas manos me separó las piernas levantándomelas y puso su enormidad en mis labios vaginales y lentamente me fue penetrando hasta alojar todo su vergazo en mi apretada vaginita e, iniciar el vaivén de su mástil en mi "coñito" mientras yo movía mi cadera y frotaba mis mamas de pezones erectos y duros. Puso mis piernas en sus hombros y se echó sobre mí sin dejar de bombear mi coño con su bayoneta enfilada en lo más hondo de mi vientre sin dejar de masajear mis tetonas, notaba sus huevazos aporrearme sin cesar una y otra vez en mi coño y culo. - ¡Qué bien me follas Gerardo… fóllame más duro… Soy tuya... ¡FÓLLAME cabrón!, No cesaba de repetirle mientras me llegaba un orgasmo tras otro bañando mis nalgas y culo con el néctar que me brotaba del conejito. Así pasaron los minutos sin poder calcular cuántos. En esa misma pose sacó su verga de mi raja y la puso en mi culito empujando levemente, mi ano se empezó a abrir para dar paso a su deliciosa daga, que pronto estuvo alojada en mi intestino. No cesaba de entrar y salir de mi ano, que forzadamente se ajustaba a la perfección al tremendo grosor de su colosal y deliciosa polla, que sin piedad metía en mi culito atravesándome. Tiempo después cambiamos de pose una y otra vez, en todas ellas me metía la verga en mi culito, seguramente había decidido que ese día exclusivamente me daría por el culo como a una vulgar puta…, yo encantada disfrutaba de la tremenda y deliciosa enculada que me estaba dando mi hermano mayor. Cuando estaba a cuatro patas como una "perrita sumisa", me tomó por los muslos y me levantó en vilo, sin desencularme me llevó ante el espejo para que viera como entraba y salía su pollón de mi culito.

En ocasiones la sacaba de mi ano y podía verme mi culo descomunalmente abierto en la oscuridad de mis entrañas, para luego volver a meterla enculándome de un solo golpe con la totalidad de su tronco… ¡Solo quedaban fuera sus enorme huevones!, llevándome al orgasmo que disfrutaba tanto como el primero. El tiempo había pasado sin sentirlo y Gerardo estaba a punto de eyacular, pensé que lo haría dentro de mi culo, pero decidió darme su esperma en mi útero…, me depositó en la cama sentada en la orilla y él parado frente a mí, metió su tranca entre mis labios vaginales para que se lo tragara…con sus manos me masajeaba las tetas. En breve con cuatro o cinco metidas, la boca de mi útero se vio inundada por enormes chorros de semen que brotaban del sabroso falo de mi hermano mayor, yo los tragaba a riesgo de atorarme por la cantidad de leche que le estaba saliendo de su rígido garrote. Mi coño tragón se zampó hasta la última gota de esperma, rellenando toda la trompa de Falopio por defecto. De pronto la extrajo haciéndome el vacío en mi coño, en nada no estaba en cuclillas chupando su enormidad, extrayendo lo que quedaba en el conducto uretral que apretaba y escurría para mi deleite…empezó a ponerse flácida. Mi hermano se recostó en la cama y nos besamos en la boca a manera de despedida. Tomé el camisón y las braguitas y me fui a mi habitación llevándolas en la mano.

Apenas abrían pasado cinco minutos y luego de limpiarme me disponía a acostarme, cuando la puerta de mi habitación se abrió, me sorprendí, no sabía si Gerardo quería darme una segunda follada. Pero no, era Carlos, mi hermano menor, que había regresado antes de lo previsto y evidentemente muy caliente y dispuesto a follarme. Estuvo a punto de descubrir que Gerardo me estaba follando también, aunque no tardaría mucho en descubrirlo, pero eso lo hablaré por separado. Solo estaba sobre las sandalias, tal como había regresado de la habitación de Gerardo. Sin más trámite empezó a manosearme las piernas, la vulva y las tetas… me besaba en la boca, que aún me sabia al esperma de Gerardo, yo me dejaba cachondear complaciente sin salir aun de la sorpresa, me puso la mano en su polla que estaba bien endurecida… – ¡Pajeámela!,  obediente se la saqué del pantalón y empecé a frotársela… él continuaba manoseándome por todas partes sin el menor recato… – ¡¡Te voy a follar nena!!, me decía repetidamente sin interrumpir el manoseo que por todo mi cuerpo me daba, parecía increíble que después de la gran enculada que me había dado Gerardo, aún deseara que me follaran… es lo que tiene “Nacer para follar”.

Mi hermano se notaba extremadamente caliente, seguramente su novia lo había dejado cachondo y buscaba urgentemente desahogarse conmigo, me chupaba las tetonas con desesperación y yo seguía frotándole la verga, me hinqué frente a él para chuparle la empalmada tranca absolutamente rígida, se la besuqueé y le pasaba mi lengua por todo el tronco jalonado de venas bombeando sangre para rigidizar tan tremendo falo… también me ocupaba de sus huevos para luego meterla en mi boca mamándosela. Acercó su ricura a mis ubres, colocó su polla entre ellas, yo, con mis manos, las apretaba por los costados para aprisionar su falo entre ellas, mi hermano hacía movimientos de vaivén entre mis tetas en lo que comúnmente se llama una "paja cubana o rusa" según el lugar. Agaché el rostro para que en cada embate de la verga de Carlos su glande entrara en mi boca dándole una chupada. Mi hermano estaba frenético y así duramos entre 10 y 15 minutos, creí que en cualquier momento me pediría que cambiara de pose para follarme, pero inesperadamente ceso el vaivén dejando su mástil en mi boca, lo que aproveché para meterla aún más, para mi sorpresa grandes chorros de esperma brotaban del glande de mi hermano bañando mi garganta y la totalidad de mi boca, apenas podía tragar su leche cuando ya la tenía llena nuevamente, no deje escapar ni una gota de esperma hasta que la gran eyaculación cesó.

La verga de Gerardo era más gruesa que la de Carlos, pero éste eyaculaba fácilmente el doble que nuestro hermano mayor. Ya satisfecho me puso en pie y besándome en la boca me agradeció que le hubiera ayudado con la gran cachondez que su novia le había dejado y se disculpó por no haberme hecho gozar a mí, me vi comprensiva, pero la verdad es que ya estaba satisfecha por esa noche con la gran enculada que me había dado apenas hacía unos minutos nuestro hermano Gerardo. A la mañana siguiente cuando me levanté, fui a la cocina a prepararme un café, me sorprendí al encontrar ahí a mi primo Sergio que se iría con mi hermano Carlos y estaba también Gerardo, los saludé a todos como si nada hubiera pasado el día anterior, con cada uno de ellos me sonreía coqueta como queriendo decirles… – "¿Te acuerdas de ayer?".Me daba cierta cachondez verlos a los tres juntos y recodar que en un mismo día les había comido el esperma a cada uno de ellos, me sentía como un pastelito de tres leches. Los tres eran grandes folladores, unos machos bien avenidos…yo creo que era cosa de familia lo de su virilidad y, sinceramente me encantaba que yo fuese su PUTA, su desahogo sin que ninguno de ellos supiera que me follaba, creyendo tenerme en exclusividad. ¡¡Madre mía que tontos pueden llegar a ser los hombres cuando solo piensan con el glande!!






La Doble Penetración de mis Hermanos


Quizá apenas habrían pasado un par de meses de que mi hermano Carlos me había empezado a follar, lo hacía casi a diario y en algunas ocasiones más de una vez por día, los cachondeos eran constantes todos los días a cualquier hora y lugar, ya fuera en casa o en el coche en el lugar que surgirá la oportunidad. Se puede decir que de la noche a la mañana mi hermano se había convertido en "mi semental", montándome como a una yegua a la que hubiesen que preñar. Le excita mucho que me exhiba y a mí me fascina, salíamos en el coche a dar la vuelta con el único propósito de dejarme ver por quien fuera, con la faldita recortada justo por debajo de mi culo sin braguitas. En otros momentos con una blusa muy escotada dejaba poco a la imaginación con mis tetonas casi fuera. Masturbándole y mamándole su verga mientras ponía la vista de los transeúntes mis nalgas desnudas en el parking del supermercado, y entre ellas el dedo de mi hermano entrando y saliendo de mi culito o de mi coñito. En fin todo lo que se nos ocurría, al grado de ir totalmente desnuda en el coche, solo cubierta con un abrigo que me habría en el momento oportuno y de noche me lo quitaba por completo para que se deleitaran con mi cuerpo quien quisiera verme, al más puro estilo de mi prima Cristina, quizá la recuerden en uno de mis anteriores relatos, cuando fui de vacaciones al pueblo de mis padres.

Era tal nuestro mutuo deseo sexual que ya nada nos asustaba y aceptábamos, uno del otro, todo lo que nos proporcionara ese indescriptible placer del sexo incestuoso. Sin embargo Carlos aun no sabía que también me estaba follando Gerardo, ni éste que me follaba aquel. Siempre supe que cualquier día sería descubierta, pero no me amedrentaba pues los dos me hacían lo mismo, solo que Carlos con permanente constancia. En efecto una noche Carlos, descubrió que también Gerardo estaba disfrutando mi cuerpo. Fue un viernes por la noche, luego de haber llevado a Irene al aeropuerto para ir a visitar a sus padres y novio, Gerardo regresó a casa y como ya era costumbre le esperaba ansiosa para entregarnos al placer carnal entre hermanos. Yo le esperaba en su habitación totalmente en pelotas solo sobre una sandalias de altos tacones, mi novio ya se había ido y me había dejado cachondísima. Carlos no me preocupaba ya que los fines de semana trasnochaba, con sus amigos o con su novia, mis padres dormidos desde temprano, así que me entregaba por completo con Gerardo.

Omito los detalles de la gran follada que como siempre me dio mi hermano mayor esa noche, llenándome el coño, la boca y mi culito, y como siempre le chupé su enorme y delicioso cipote hasta que me dio a comer su sabrosa leche. Ya era de madrugada cuando me dispuse a retirarme a mi habitación, totalmente desnuda como había llegado, cuando al cerrar la puerta de la habitación de Gerardo, Carlos ya estaba frente a mí al final del corredor, viendo como salía de la habitación de nuestro hermano mayor. Me apresuré a hacerle una señal con el dedo en mis labios pidiéndole que no hiciera ruido o dijese algo. Le indiqué que entrara a mi cuarto, me puse nerviosa pero aparenté fortaleza, y con sonrisa cínica, luciendo mi desnudez, le dije que sabía que tarde o temprano me habría de descubrir, en descargo le dije que estaba a punto de decírselo solo que estaba esperando el momento oportuno. No me creyó, pero tampoco se puso difícil y me preguntó si Gerardo sabía que también estaba follando con él, le dije que no.

Carlos lo tomó con naturalidad y sin darle importancia se lanzó sobre mi cuerpo manoseándome toda, – Guardaste algo para mí, decía mientras pasaba sus manos por todo mi cuerpo y me besaba los labios, llevando una de mis manos al bulto que hacía su pollón bajo el pantalón y que se sentía hermosa bien dura y empalmada… –Todo lo que estas agarrando es para ti, le conteste entre beso y beso en tanto le bajaba el cierre del pantalón para sacarle su ricura y "pajearle". Me tumbó en la cama y pasó sus labios y su lengua por cada milímetro de mi piel, poniendo como siempre especial énfasis en mi culito. Estaba tan ardiente como en un principio, no obstante la gran follada que me acababan de dar no parecía suficiente, teniendo a Carlos tan preparado a darme polla sin compasión. Por segunda vez en esa noche me estaban dando una soberbia follada fraterna, Carlos me metía su colosal tranca por la boca, por el culo, en mi coñito dilatada como nunca… volvía a mi culo y de nuevo a mi boca, los cambios de pose eran constantes y las enculadas y envergadas se repetían una y otra vez, no sé decir cuántos orgasmos me sacó pero estaba feliz disfrutando el estoque de mi hermano como lo había hecho minutos antes con mi otro consanguíneo. Por fin decidió correrse dentro de mi coño haciéndome tragar su semen que en grandes chorros depositaba en mí mismo útero, mezclando ambas semillas. Con la llenada de Gerardo y la ingente cantidad de Carlos… dificultosamente mi coño tragaba por la gran cantidad de leche que Carlos suele eyacular. De ahí que mientras se corría soltando sus tremendos chorrazos, buena parte se derramase por fuera embadurnando mi coño, mi culo y sus huevazos… gran parte se dispendiaba en las sábanas.

Habíamos terminado por esa noche, pero no se fue, volvió a tocar el tema de Gerardo, pero solo para proponerme que sería muy excitante que me follaran entre los dos, acepté de inmediato, había que pensar cómo hacerle para que Gerardo también lo aceptara. Le conté lo que sucedía entre él e Irene, me dijo que ya lo sabía, incluso me dejó entrever que él también se había follado a Irene… la muy puta era una tigresa de cuidado. Le conté brevemente como había empezado a follar con nuestro hermano mayor y cada cuando lo hacíamos. En menos de un minuto lo resolvimos. Simplemente nos pondríamos de acuerdo para el día siguiente y a la hora prevista en que me estuviera follando Gerardo, Carlos se haría el aparecido y no le quedaría más remedio que aceptar que ambos disfrutaran de mi cuerpo y, yo gozar por partida doble aquellos excelentes y sabrosos camotes filiales que tanto me encanta tener dentro de mi candente cuerpecito. Casi no pude dormir esa noche por la extrema excitación que me producía saber que al día siguiente seguramente sería follada por mis dos hermanos al mismo tiempo en lo que juzgaba sería la doble penetración más excitante de mi vida.

Desde temprano que me levanté y durante todo el día fui constantemente cachondeada por mi hermano Carlos, que en cada oportunidad que tuvimos manoseaba mis "encantos", me colmaba de besos las nalgas y el culito, me chupaba las tetonas y me pajeaba el duro hocico de mi conejito. Así mismo me daba el cipote para que se lo besuqueara y le diera mamaditas en la cabeza de su hermosura erecta en todo momento, me quitaba y ponía las diminutas bragas a su capricho y me daba pequeños piquetes con su polla en mi humedecida vaginita, sin llegar a penetrarme…, estábamos muy cachondos esperando la noche para que me follaran entre los dos. Por fin llegó la noche, Gerardo se fue a su habitación temprano, sabía que en cuanto se fueran mis padres a dormir yo iría a su habitación para que disfrutara de mi cuerpo. Carlos no salió esa noche y tan ansioso como yo esperaba a que nuestros progenitores se retiraran a su habitación. Por fin nuestros padres se fueron dejándonos solos frente a la televisión que fingíamos ver con atención. Por fin se fueron. Diez segundos después, estaba sentada sobre el pollón de Carlos, que se había sacado del pantalón, él mismo me había quitado las braguitas y mis nalgas hacían contacto con su endurecida verga…, una de sus manos me estrujaba la vulva y la otra las tetonas que besaba y chupeteaba a placer en cada pezón sorbiendo y mordisqueando, yo me dejaba querer gozando su lascivo "ataque" cachondo, no obstante lo mejor estaba por venir.

Silenciosamente nos fuimos a la habitación y Carlos me desnudo por completo besuqueándome todo el cuerpo, atiborrándome de besos las nalgas y mi cerrado anito, y dándome a mamar su dura polla. Luego me ayudó a ponerme las bragas que llevaría con Gerardo como único atuendo, era un bóxer femenino en color rojo, totalmente transparente y las sandalias de tacón alto de plástico transparente. Por último nos recordamos mutuamente que Carlos esperaría 15 minutos antes de entrar a la habitación de Gerardo para encontrarnos en "acción" para dar inicio al candente y pecaminoso triángulo consanguíneo. Salí de la habitación con toda decisión e hirviendo de cachonda, no podía perder tiempo en 15 minutos debería tener la verga de Gerardo dentro de mi papaya, mi culo o cuando menos en mi boca.

Entré a la habitación de mi hermano mayor, éste estaba tendido en la cama totalmente desnudo con el mástil apuntando al techo como si fuera una estaca, sin pausa me dejé ver como a él le gusta posando con lascivia para que admirara "Todo eso que se iba a comer", con lentitud me despojé de las bragas arrojándoselas a la cara, sin dejar que él lo hiciera como acostumbraba, no había tiempo que perder, me lancé sobre su colosal cipote y sin más se lo empecé a chupetear, besar y darle pequeñas mamaditas sin dejar de friccionárselo, en tanto él me manoseaba las tetas diciéndome lo mucho que le gustaban. Me monté en su cara para que me mamara la raja mojada y el culo… yo me daba gusto con su falo, que metía en mi boca lo más que podía, ya estábamos en plena "acción", Carlos podía entrar en cualquier momento que quisiera. Preferí que nos encontrara follando, así que me di media vuelta y yo misma me puse su tranca en los labios de vaginales, enfilé en mi entrada y me fui sentando poco a poco hasta tenerlo todo dentro y solo quedaban fuera sus majestuosos huevones. Iniciando una serie de incontables sentones que me empalaba con lujuria… en tanto mi hermano me chupaba las tetas y me metía el dedo índice de una de sus manos en mi culito.

En eso estábamos cuando súbitamente se abrió la puerta de la habitación, era Carlos que puntualmente se hacía el aparecido para completar nuestro erótico y cachondo plan. Gerardo se sorprendió mucho y por unos momentos se quedó inmóvil sin saber qué hacer, yo fingí sorpresa pero no me quité de encima de nuestro hermano mayor…continué con su polla metida en mis entrañas, sentada sobre sus dos grandes huevos. Carlos se acercó con la determinación que le daba el saber que todo lo que hiciera sería aceptado por mí, le puse la mano sobre el bulto que hacía su verga erecta bajo los pantalones que portaba mientras me agarraba las tetas…. Reinicié el movimiento de mi cadera haciendo entrar y salir el gran cipote de Gerardo que se había puesto un poco destensado por la impresión recibida. Pronto Gerardo se recuperó del sobresalto y su verga tomó la dureza acostumbrada, en tanto Carlos se sacó el falo tan erecto como nunca y lo acercó a mi rostro, lo tomé con una mano y le colmé de besos en la cabezota hinchada, gorda y reluciente. Sentía la mirada de Gerardo que me observaba como le chupeteaba el glande a nuestro hermano, no sé qué pensaría, pero no dejaba de meter y sacar de mi coño su enormidad viril que le caracterizaba como el gran macho que es. La mamada para Carlos se generalizó metiéndome en la boca y garganta lo más que podía de su rico cipote, acariciándole los suculentos huevos colganderos llenos del más exquisito néctar varonil. No había que temer, ambos disfrutaban mi cuerpo sin hacer preguntas. Carlos se desnudó velozmente, tomó vaselina del tubo que tenía Gerardo en el buró, precisamente para lubricar mi culito, y con su dedo metió parte del lubricante en mi culito y embarró su tronco con el resto. Era evidente, me iba a encular mientras Gerardo me tenía envergada por mi raja hundiéndola hasta el vientre. Sí, la doble penetración filial con la que tanto había fantaseado estaba a punto de hacerse realidad.

Se colocó tras de mí y me besuqueo por varios minutos las nalgas y el ano, luego se hincó con las piernas abiertas y dirigió su cipote a mi botoncito estrellado, en breve la hinchada cabeza de su verga estaba trasponiendo la redondez de mi ano y pasando por el recto para alojarse en mi intestino…, en segundos tenía toda su sabroso falo metido en mi culito, se asió de mis tetonas y empezó el vaivén de su cetro en mi interior…acoplándose con las embestidas que me daba Gerardo con su colosal tranca en mi conejito. Por fin estaba envergada y enculada por mis hermanos, los tres disfrutábamos de aquel pecaminoso agasajo que nos proporcionábamos unos a otros, presos de la lujuria y el pecado… – ¡Qué bien me estáis follando hermanitos…! Denme más polla… Disfrutar el cuerpo de esta cachonda que tenéis por hermana… Soy vuestra… Me gustan vuestras vergas en mi coño y mi culo al mismo tiempo… ¡Me siento una perra CALIENTE bien PUTA! Les repetía gozando cada embate de sus sabrosos cipotes en mis rinconcitos más íntimos y ellos me respondían alabando mi cuerpo y mi cachondez.

Minutos más tarde Gerardo casi exigía follarme por el culo. Carlos se desmontó de mí, giré a media vuelta sin sacar de mi coño la verga de Gerardo, me levanté un poco y con mi mano saqué el vergazo de este solo para ponerla en mi culito y sentarme en ella hasta que mis nalgas asentaron en su vientre, ahora era él quien me enculaba con su enorme pollón. Carlos se echó sobre de mí penetrando mi coñito con su delicioso miembro viril, ahí estaba nuevamente enculada y envergada, solo habían cambiado de agujero mis hermanos. Comencé a correrme en acallados orgasmos que a dos vergas, me sacaban mis hermanos. – Que bien me folláis, cabrones… Que rico siento vuestras pollas… ¡Follarme más! Quiero más verga. Casi les suplicaba que me follaran sin piedad por mis dos agujeros más ocultos y delicados. Los orgasmos se sucedían uno a otro y el jugo de mi vagina bañaba la parte interna de mis muslos y las vergas de mis hermanos. Pero estaba insaciable y les seguía pidiendo más tranca, cuan golosa cachonda que soy para eso de entregar mi cuerpo al placer y, siendo incestuoso más aún y ahora por partida doble me volvía loca de lascivia.

Hubo múltiples cambios de pose en las que se turnaban para meterme la verga por el culo mientras el otro lo hacía por mi coño o mi boca, sin dejar de manosearme todo el cuerpo, en cada cambio de posición me daban a mamarles los cipotes, probando mis propios jugos íntimos mezclados con su sabor a testosterona, concentrada en esa babilla que les sale del falo a manera de lubricante natural. Ellos como dos golosos, me chupaban a dos bocas la vulva y el culo, así como las tetonas que dispongo, para luego volverme a encular y envergar la vagina… Ya era de madrugada, el tiempo había pasado sin sentir gracias a la lujuria que nos poseía…, mis hermanos ya no podían aguantar más la eyaculación y ambos se prepararon para tal fin, les propuse a Gerardo metido en mi culo que lo hicieran en mi boca para poder decir que me comí una campechana filial, aceptó de inmediato, mientras Carlos continuaba jodiéndome el coño a todo trapo, no le quedaba nada fuera de mi escondite, a excepción de sus par de voluminosas y musculadas bolas de derribo que tiene por testículos. Me hinqué frente a él mamándole el rico cipote, alternadamente le  pajeaba con mi mano y mamaba su hermosura metiéndome solo el orondo glande, al tiempo que soportaba las embestidas de Carlos haciéndome tragar más polla de Gerardo de la que pretendía. Me alertaron que las corridas estaban por llegar, uno por cada lado… abrí desmesuradamente la boca y la leche de mi hermano mayor empezó a caer en mi boca tragando todo el esperma que podía, algunos chorros me bañaban el rostro y escurría por mi barbilla al suelo, entre tanto Carlos emitió un sonido ronco cuando me la clavó a fondo eyaculando con fiereza, se bambolearon mis tetonas y mi vientre repleto de verga dura y esperma.

Sus huevos producían ingente cantidad de semen, me llenaba a base de bien… percibía cada aldabonazo en mi útero al tiempo que tragaba el surtido de Gerardo directo a mi estómago. Cuando los chorros de semen cesaron les chupeteé el falo a ambos sacándoles hasta la última gota de esperma y les colmé de besos las vergas, agradecida por el enorme placer incestuoso que me habían dado. Me retiré en cueros a mi habitación y les dejé seguramente hablando de lo sucedido. Al día siguiente, domingo, todo había cambiado entre nosotros, solo cubierta por una bata fui a la cocina en busca de una café que me ayudara a despertar, ahí encontré a mis hermanos, mis padres se habían ido a misa. Al vernos nos sonreímos con picardía seguramente acordándonos de lo que habíamos hecho la noche anterior…, sin más trámite Carlos se hizo sentar en sus piernas desabrochándome la bata exponiendo mi cuerpo desnudo ante la mirada morbosa de Gerardo, ya no había nada de que "cuidarnos". Ambos se lanzaron sobre mí, manoseándome todo el cuerpo a cuatro manos y dos bocas, no quedó una sola micra de mi cuerpo por donde no pasaran las manos, la boca y la lengua de mis hermanos. Así mismo le mamé la verga a ambos hasta saciarnos, solo sexo oral esa mañana, reafirmé lo que ya sabía, a Gerardo le atraen más mis tetonas y mi coño suculento, a Carlos mis nalgas y por su puesto el apretado ano que tengo para él… a mí ambas pollas me parecen suculentas. Eso desayunamos, ellos jugo de coñito y yo leche viril recién ordeñada de sus frondosos huevos.

Por la noche me volvieron a hacer suya, me metieron sus deliciosos cipotes por todos los orificios de mi cuerpo y en las poses más variadas, con más confianza y descaro, me dieron una tremenda follada en doble penetración en todas sus acepciones, boca-coño, culito-boca, coño-culito y en su momento ambos tuvieron su exquisito falo en cada uno de mis hoyos íntimos, para terminar, como la noche anterior, comiéndome el esperma de uno, ahora el de Carlos y tragándome el de otro por mi útero…. El lunes siguiente volvimos a lo de costumbre, Gerardo se "hizo cargo" de Irene y Carlos de mí, con más intensidad y sin desaprovechar cada instante que teníamos oportunidad de disfrutarnos mutuamente. Los fines de semana ambos volvían a disfrutar mi cuerpo entre los dos. Pero lo mejor estaba por venir con la gran sorpresa, especialmente para mí… mi malestar cada mañana no era normal y me puse a infórmame sobre cuáles podrían ser las causas, y una de ella era que las Náuseas podían tener origen en un el embarazo. El informe decía que durante la preñez, el estómago se hace mucho más sensible a ciertos alimentos y bebidas. Varias son las molestias que una mujer puede padecer durante los nueve meses de gestación. Sin embargo no es el común denominador. Es bien conocido que estos síntomas se pueden prevenir al mejorarse algunos hábitos tales como la alimentación, el descanso, una rutina de ejercicios, baños relajantes y algunos remedios caseros que no afectarán al bebé…






Todo aquello me ocurría a mí… ¡¡ESTABA PREÑADA!! Comencé a sustituir la ingesta de bebidas con alto índice de lactosa. El calcio puedes encontrarlo también en alimentos como las verduras de hojas verdes y las semillas de sésamo. Esta era la razón de haber follando con tanta intensidad en las últimas semanas con Carlos en especial, me recriminaba cada día…, su ingente cantidad de esperma sin duda fecundó mi vientre, no sé cómo no me di cuenta que follar a pelo y no controlar al cien por cien la ingesta de la pastilla anticonceptiva, me podría llevar a quedarme preñada de ese semental tan huevón. Cada día me sometía a una ingesta de un vaso de agua fría (preferiblemente con trozos de hielo) y una galleta de soda en el momento en el que tenía la sensación de vomitar. La acidez durante la preñez es algo habitual…. A medida que el bebé crece, los órganos internos de la madre se comprimen, siendo el estómago uno de los más afectados provocando esa sensación de acidez, para ello, recomiendan comer al menos cinco veces al día pequeñas dosis de alimentos. Y no dormir después de la ingesta, algo que me era cada vez más imposible. Pese a todo hasta el 5º mes no dije nada en casa sobre mi preñez, con lo cual continué follando casi a diario con mis hermanos, más con Carlos que con Gerardo, hasta que solté la bomba en pleno almuerzo. 

A partir de ese día, estoy más controlada por mamá y la calentura de coño no me la puedo quitar con una buena verga sin levantar sospechas, aun así la apetencia sexual ha disminuido un buen tramo… En esos días que estaba controlada, mi prima Irene me acompañaba muchas de las horas, y cuál fue mi sorpresa cuando me dijo que ella ya estaba de cuatro meses, que mi hermano Gerardo la había preñado, pero no sabía cómo decírselo… Joder las dos podíamos estar preñadas del mismo macho, aunque yo creo que el mío es Carlos. Finalmente se lo contamos las dos juntas mi hermano mayor y, la noticia corrió como la pólvora. Cuando toda la familia supo que estábamos preñadas no recluyeron en casa una temporada, pero pronto vieron que era inútil y nos dejaron hacer vida social. Nunca dijimos quien nos preñó, todo quedó en una tontería de una fiesta con dos chicos desconocidos…nosotras seguimos follando con ellos a escondidas, pese a estar bien panzonas… ¡NOS ENCANTA FOLLAR!

Estamos convencidas que hemos nacido para que nos usen como PUTAS y nos hagan unas buenas barrigonas de continuo.


FELICES Y BIEN PREÑADAS POR MIS HERMANOS






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