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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

La Perla Negra del Caribe




Nunca has vivido lo suficientemente para sorprenderte de lo que la vida te depara, y este es mi caso. Feliz de ser hijo único, resulta que mi padre en los quince años que estuvo en Cuba llevó una doble vida. Allí vivió con una negra del lugar con la que tuvo dos hijas, una de ellas era Yaima una mulata de rasga y rompe. Situada en los círculos influyentes de la isla se casó con una persona de excelente proyección empresarial, lo que le valió para formar parte de la ejecutiva de una empresa internacional. Con una hija en común se aventuraron a la conquista de Europa pasando por España, por eso me llegaron noticias de ella y tras unas semanas de gestionar su estancia, Yaima y su familia se mudaron al lado de nuestra casa... Se dio una especie de convulsión entre los vecinos de nuestra confortable y exclusiva zona residencial, serían los primeros vecinos negros. Yaima es mi media hermana por parte de padre quien tras de divorciarse de mi madre se casó con la hermosa negra isleña de Santiago de Cuba con la que convivía, Yaima ya por entonces tenía unos catorce años. Con mi hermana solo tenía esporádicos contactos personales a partir de casarse mi padre con su madre. Nos vimos solo un par de veces, cuando ella contaba dieciséis años y después a los veinte, hasta que ella me llamó por teléfono para que le ayudara a conseguir residencia en España. Su esposo se trasladada a Europa, por mejora de trabajo y casualmente en ese momento alquilaban la casa de al lado, y la negociación se dio bien.

Aprovechamos la crisis inmobiliaria, para obtener la vivienda a mitad de precio. Comencé pagándolo yo en un intento de disfrutar de la presencia de mi hermana por todos aquellos años que estuvimos separados. Ambas viviendas están unidas por un costado, siendo una réplica inversa en su diseño del que queda al lado. La poca familia que tengo no aceptó a mi hermana como parte de ella, así que tuve que elegir y elegí a Yaima. Por el contrario la vecindad reacia a gente fuera de su élite, acogió de buen grado a mi familia negra, denotaba una mentalidad más abierta, lo cual ayudó a una integración rápida en el pequeño círculo de la comunidad, junto con la belleza de ambas mujeres y la presencia de Yudel. Yo estaba divorciado y ahora vivía con mi actual novia Ángela. Una chica pelirroja, muy liberal madre soltera y jipi en su juventud, unos años mayor que yo pero con un cuerpo digno de una veinteañera, no solo por su cuerpo con una tetas grandiosas, sino por su actividad sexual…Su coquetería con cierto aire inocente, atrae a los hombres como las moscas a la miel.

El tiempo nos dio la razón, pues resultó que Yaima, su hija y marido eran excelentes personas de trato fácil y muy extrovertido. La apariencia física de mi hermana es impresionante. Por otro lado Yudel es médico de cirugía plástica, un moreno que ronda la cuarentena, de 1.80 de altura con postura atlética, a quien como a mí le gustaba correr por las mañanas, así que cogimos la costumbre de hacerlo juntos regularmente. Mi hermana, comenzó a dar clases en una academia privada como profesora de inglés por las mañanas, y más tarde también por las noches. Ella es una belleza morena, cabellera larga de rasgos caucásicos, heredera de los genes de nuestro, con un culo abundante pero bien parado y redondo, característico de las negras, buenas piernas y ligeramente tetona, su hija Naomi es la versión joven de su madre. Dado que Elena, la hija de nuestros vecinos de enfrente compartían aula en el mismo instituto, además de ser fanática de los videojuegos, se volvieron inseparables durante todo el día.

Terminamos por asociarnos en casi todo, pues Yaima entró al mismo gimnasio que mi pareja Ángela quien se queja de que su trasero es muy grande y lo quiere conservar duro con rigurosos ejercicios. Se lo recomendó a mi hermana que como ya les he comentado "sufre" de lo mismo. Los fines de semana salíamos a comer juntos, veíamos deportes y con Yudel compartía cervezas. De vez en cuando íbamos a discopub, en fin nuestras vidas se habían entrelazado fraternalmente. Mi hermana y  Yudel eran buenos bailarines y cuando cambiábamos de pareja me parecía estar en la gloria al tener entre mis brazos a una mujer de tal calibre…hermosa, guapa, simpática, sexy y muy atractiva. La agarraba sin mucho morbo, pero me gustaba sentir los gruesos muslos de Yaima rozando los míos sincronizados,  su cadera y no era extraño que mi mano se desligase hacia su culo, con cierto respeto por lo del parentesco mientras Ángela, que es entusiasta del baile, aprovechaba las virtudes de Yudel con la salsa… aunque a veces se pegaba más de lo debido. En la piscina Yaima se colocaba unos bikinis que me causaba estupor, por no decir cierta inquietud al ver el tremendo pubis abultado y sus majestuosas nalgas. Miraba con discreción y respeto, pero la excitación de ver a esa hembra era inevitable.

Algo parecido le debía de ocurrir a mi medio cuñado con Ángela, le gustaba jugar con sus grandes manos con mi pareja y en ciertos momentos su toqueteo se pasaba de lo conveniente. No voy a negar que estuviera celoso… La relación con Ángela había decrecido muchos puntos en los últimos meses, estaba a punto de la ruptura, tal vez por eso vio en Yudel su nuevo juguete, como hace cinco años lo fui yo. Ella es bastante juguetona, competitiva y sexual, por lo que no era difícil verles en los juegos de pelota por parejas terminando en forcejeos cuerpo a cuerpo en la disputa por el balón. En fin terminamos más como buenos amigos, que como parientes y por supuesto, todo ello se trasladaba al día a día, entrando y saliendo con entera confianza de nuestras respectivas viviendas.

 

**************************




Ya había pasado cerca de seis meses de la llegada de mi hermana y su familia, y en la práctica eran nuestros mejores amigos, compartiendo muchos artículos del hogar. Ese día por la mañana me quedé en casa y sin querer rompí la sartén. Ángela había salido al trabajo y no volvería hasta la tarde… me puse unos pantalones cortos de trabajo, pero necesité unas herramientas que le había prestado a Yudel, fui a buscarla. Dado que la puerta quedaba sin seguro entré sin tocar y pasé al pequeño cuarto despensero, que estaba al lado de la cocina y mientras pensaba donde podía estar guardada las dichosas herramientas, sentí pasos que venían, saqué la cabeza para saludar cuando veo a Yaima… ¡¡madre mía!! La encontré  desnuda caminando hacia la cocina, leyendo una revista que traía en la mano. No se dio cuenta de mi presencia, por lo que me impresioné de tal manera que solo se me ocurrió quedarme agazapado en la despensa, y cerrar la puerta de acordeón de esta, en silencio, observaba como esa impresionante mulata venía hacia mí… me quedé en silencio estático.

Yaima se colocó de espadas a la puerta, le dio por la tarea de lavar unos vasos… su culo respingón me impresionó, los grandes glúteos separados por una raja entre ellas más oscura que la piel de sus nalgas, y estas sobre unas rotundas piernas de ébano, eran impresionantes. No me atrevía ni respirar pensando en que me podría oír. Ella seguía en su labor tranquilamente y solo veía su espalda y sus masas traseras que se movían ligeramente. De puro nervio mi verga ni se empalmó en respuesta a llevar varios días sin follar. Después de cinco largos minutos de observar su desnuda espalda, se agachó para acomodar los vasos lavados inclinándose para colocarlos en la parte de abajo y sus nalgas se abrieron, lentamente me agaché, hasta que su culo estaba a nivel de mi vista a menos de un metro de mi cara. Observé su raja oscura en un momento se inclinó del todo y un nítido ano de color morado quedó a la vista… incluso se le vio la pequeña tetilla de carne a un lado de su raja. Se notaba, los labios gruesos de su vulva largos pellejos se alcanzaron a ver y entre ellos salían los labios menores. Con esto mi cipote ya se había endurecido olvidando que era mi hermana.

Cuando Yaima se giró aparecieron sus dos grandes mamas… unas tetas grandes nada caídas pese a su gran peso, con las areolas perfectas, ni grandes ni pequeñas y completamente circulares con el pezón espigado oscuro y puntiagudo, su estómago plano y una vulva que estando de perfil se veía tan abultada que parecía un cojín. Ver a mi hermana totalmente desnuda caminando desprevenidamente en su cocina es todo un espectáculo. En un momento bajó su mano a su chocho y deslizó su dedo anular por su raja, alcancé a ver que sus labios internos eran largos y sobresalían de aquel monte del vicio. Se metió el dedo en la raja y luego se olió el dedo, ya me tenía a mil con dicha visión, pensé que lo había hecho adrede porque sabía que la observaba. Temí en algún momento de su tarea que decidiera por alguna razón abrir la puerta de la despensa y encontrarme sin una explicación razonable que darle. Al momento salió de la cocina en dirección a su habitación, aproveché para salir sigilosamente, no pude con el ansia de evadirme y arremetí torpemente contra una mesa que hizo ruido, pero no me detuve. Salí tratando de no golpear la puerta muy fuerte e inmediatamente entré a mi casa, cuya puerta está junto a la otra, entré azorado con la boca seca. No había transcurrido más de dos minutos de mi visión cuando sonó el teléfono. Me la imaginaba sobre el sofá follándomela de lo dura que me la había puesto, aquella enormes tetas rebotando en cada insertada de mi polla en su sabroso y delicioso coño…

      "Hola Ramiro, soy Yaima puedes venir a mi casa un momento, por favor".

Con el corazón a mil por hora, no supe que decir y simplemente salí dirección a su casa, pronto toqué la puerta contigua.

      "Sigue, está abierta", contestó Yaima.

Entré y ella estaba en bata de salto de cama. Con una mirada interrogadora y una leve sonrisa irónica que no supe interpretar

      "Ramiro, me acabo de dar un tremendo susto, alguien entró mientras yo estaba desnuda caminando en la cocina, salió dejando la puerta del cuarto de herramientas abierto, por lo que asumo estaba ahí, me vio totalmente en pelotas y luego se fue, ¿tienes idea quien podría ser?"

 Me quedé mudo por un instante, no sabía que responder.

      "Bueno… esto….no sé…por el barrio no suelen haber merodeadores pero será fácil averiguarlo, en la entrada queda registrado todo el que entra a la zona."

Yaima vio en mis ojos toda la verdad…

      "Ramiro no te preocupes, dime tranquilamente la verdad, si has sido tú no pasa nada…”  Algo abrumado mi cara lo decía todo… – "eres mi hermano y nuestro mejor amigo, más me preocuparía que fuese alguien extraño, el que me hubiera visto desnuda, y lo peor, que haya mancillado la intimidad de mi hogar…"

      "Bueno Yaima la verdad es que vine a buscar unas herramientas, no sabía que estuvieses en casa pensé que estuvieras en el gimnasio y menos pensé que salieras desnuda, cuando te vi me impresioné no queriendo violentarte, me metí en el cuarto. Solo pude salir cuando te fuiste para el cuarto, sé que no es correcto pero no fue intencionado".

Ella me miró sonriendo… – "No te preocupes, Ramiro que le vamos hacer… ¡Espero que te haya gustado lo que has visto!, aunque tengo mucha curiosidad por saber que viste desde tu escondite exactamente."

      "Bueno…yo….Realmente cuando te pusiste de espaldas a la persiana traté de no mirar, me fue imposible abstenerme de verte, mi falta de voluntad no me dio opción…vi tus nalgas y la espalda".

      "¿Solo eso…? ¿Qué hiciste cuando me agaché a colocar los vasos debajo?"

Me miraba con complicidad, esa mirada de aquí no pasa nada.

      "La verdad honesta, recrearme en admirarte el culo y para ser sincero me forcé para verte mejor, cada detalle y disfrutarlo."

      "Eso no te lo creo, además solo me agaché un poco, no creo que hallas visto mucho…."

      "Para que veas que no miento, vi que tienes los labios gruesos y la entrada de tu chocho tienes un pequeño lunar".

      "¡Oye, que vista tienes… pero si me lo has visto al detalle! ¿Seguro que no has visto nada más…?"

      "Cuando te giraste que vi tus tetas y el monte de Venus. ¡Ah!, y cuando te metiste el dedo en la raja para olerlo… eso me impresionó a mí y a mi amiguito…"

      "Uy, Ramiro, ya no tengo secretos para ti, si me conoces toda por completo, las tetas, el culo, el conejito… ¿Qué te falta por verme?, Espero no te hayas excitado demasiado."

      "Yaima eres mi hermana, pero tienes un cuerpo precioso y tu color de piel es nuevo para mí, eres una negra divina, además tienes un coño inmenso. Sinceramente no te había imaginado así, al principio el miedo no dejó excitarme, pero cuando te vi agachada con esos labios carnosos colgando… se me empalmó sin remisión, no pude pararlo lo confieso…  también me dejó impresionado tus labios menores, nunca vi unos tan largos y frondosos con ese color tan intenso…"

      "¡¿Cómo así tan largos?! Pienso que son como los de las demás mujeres, de pronto un poco más, porque reconozco que tengo un coño grande, eso me dice Yudel, pero tampoco desproporcionados, por favor que no soy ningún fenómeno."

      "Bueno debe ser que estés acostumbrada por ser tuyos…Ángela tiene menos de la mitad de los tuyos, ¿Cuantos centímetros de largo tienen tus labios?"

Con la conversación, mi verga se ya había endurecido y los pantalones cortos no podían contener el bulto para disimúlalo. Yaima bajó la vista y notó como la punta del glande se destacaba claramente por mi erección y que yo no lo ocultaba, más bien la exhibía.

      "La verdad nunca me los he medido. Dejemos de hablar de mi coño porque mira cómo se te ha puesto tu… polla".

Señalando el paquete que se veía entre las piernas con cara de admiración.

      "Además que mi hermano me haya visto en pelotas tampoco es un gran problema, sin contar que en la piscina me has visto prácticamente desnuda con mis tangas…. Aun así no debemos comentarlo con nadie, mantendremos el secreto…, voy a terminar de bañarme, que era lo que iba hacer cuando decidí lavar los vasos primero, así que termina de buscar las herramientas que necesites."

Ya me iba a buscar mis herramientas cuando me llamó y con expresión seria me dijo…

      "Bueno ahora que estamos solos necesitamos hablar de un asunto un poco serio. Es algo que he venido aplazando, pero debes tomarlo con calma y prometerme que le daremos el mejor manejo como personas civilizadas".

Pensé que se refería a su desnudez y mi visita.

      "No te preocupes ya te he dicho que Yudel no se va enterar de que te vi en cueros y que tienes el mejor culo del vecindario". Dije tratando de ser gracioso.

Ella sonrió, volvió a ponerse seria…

      "Gracias, pero no se trata de eso, es algo bastante más grave que nos incumbe a los dos por igual…"

Me quedé a la expectativa hasta que me suelta la bomba…

      "Mi esposo me es infiel…"

Quedé parado por mi asombro y la forma en que había entrado en el tema...

      "Y nada menos que con tu mujer".

El mensaje fue corto pero impactante. Le repliqué.

      "No lo puedo creer, nunca pensé que Ángela fuera capaz de hacerme algo así. Yo siempre le he dejado la puerta abierta. La condición era no ponerme los cuernos y hablarlo antes conmigo…"

      "Tú si eres ingenuo, no te has dado cuenta como Yudel trata a tu novia desde el primer día que se conocieron. Ahora sé que mi marido se folla a Ángela desde hace tiempo, pero lo sospechaba desde hace unos meses, sin embargo no puedo probarlo. Deben de hacerlo en tu cama unas dos veces por semana y todo lo tienen organizado". 

No parecía resentida, más bien se comportaba como una negociadora que deseaba cerrar pronto el trato y para ello tenía una estrategia prevista.

      "Mañana miércoles que debo dar clases, las niñas están en el colegio y tú tienes junta por la mañana, ¿Qué crees que ocurre?"

      "No sé…"

      Pues joden como cosacos a nuestras espaldas, pero necesitamos verlos y filmarlos para confirmarlo y probarlo. Tengo un plan, así que necesito tu ayuda. Debes jurarme que no tomarás actitudes violentas."

Le respondí  que por mí todo estaba perdido con Ángela.

      "En verdad eres tú quien debe estar más molesta, al fin y al cabo estás casada con ese negro. Yo solo estoy rejuntado con esa zorra, ¿Qué es lo que tenemos que hacer?"

      "Tengo un plan para confirmarlo, normalmente follan en tu cama, pero no se descarta que lo hagan en el salón u otra  estancia, así que debemos poner al menos tres o cuatro cámaras ocultas que nos permitan grabarlos. Lo preparamos y le escondo las llaves a Yudel para que no pueda entrar asegurándonos que lo hacen en la tuya. Cuando estén dentro lo grabamos desde mi portátil en casa".

Incrédulo pero con ganas de salir de dudas me puse en acción comprando cuatro cámaras ocultas y las instalé en lugares estratégicos…, la trampa estaba colocada. Le comenté que a mi mujer que había comprado ese espejo para vernos hacer el amor. Esa noche me porté juguetón incluso Ángela estuvo muy afectuosa, nos fuimos a la cama y me recibió con una mamada de verga como ella solo ha sabido hacérmela. Luego estando yo boca arriba se sentó sobre mi ariete cabalgando un rato hasta su orgasmo. No dudo en sacarla y clavársela en su culo hasta el fondo, me derramé con gusto en su interior. 





A la mañana salí informándole de mi regreso bien entrada la noche pues la junta iba a ser larguísima, llegué hasta mi oficina y le dije a mi secretaria que llamara a casa a mi mujer, cuando pasó le pregunte un par de cosas inútiles, con la idea que estuviera segura que yo estaba en la oficina, salí y recogí a Yaima en el punto convenido y dejamos el coche a unas calles para entrar por la parte trasera a su casa, Yaima me comentó…

      "Sabes que el sitio en donde has puesto la cámara del dormitorio ha quedado muy bien ubicada, da buena perspectiva perfecta de los sujetos…"

      "¿Cómo lo sabes?"

      "Disculpa lo que te voy a decir pero necesitaba comprobar el buen funcionamiento de la tecnología… solo estaba revisando y coincidió cuando anoche me asomé, cómo tú y Ángela fornicabais a todo trapo… no le dejaste ni un agujero sin cubrir. ¡¡Por cierto tienes una buena polla!! Ha sido la primera vez que he visto en vivo una clavada."

      "No te puedo creer que me hubieras fisgoneado y menos clavándosela a Ángela."

      "No sé de qué te quejas…, si tú me viste desnuda sin mi autorización."

      "¿Bueno qué viste realmente?"

      "Todo…, cuando Ángela tomó tu polla y se la metió en el coño y luego se la paso al culo, pensé que no le iba a entrar, porque déjame decirte que tienes un pollón bien grueso, pero ella se lo enterró entero".

      "No es extraño si folla con Yudel, que debe tener un cipote descomunal y con lo viciosa que es, le debe horadar todos agujeros"

      "¡Ah! la mamada tampoco me la perdí… te agarró de los huevazos y la engulló. Así que si tú me viste desnuda yo también te vi, o sea que estamos a mano."

Sentimos ruidos en la alcoba y enchufamos el ordenador… pude ver a mi novia que salió desnuda  del baño, realmente está muy buena, tiene una nalgas grandes y firmes, se perfumó el cuello, las tetas y los largos pelos castaños claros de su Monte de Venus, ya que solo se depila a los lados, se puso una bata y esperamos en silencio. Como a los quince minutos llegó el coche de Yudel, aguzamos el oído y Ángela abrió la puerta. Yaima estaba atenta mirando solo se oía el susurro de sus voces tras el muro, pues las cámaras solo eran de visión. En un momento Yaima me llamó en silencio con la mano, miré la pantalla del ordenador donde aparecía mi pareja desnuda que estaba quitándole los pantalones a Yudel. Bajó su bóxer apareciendo de su interior un oscuro garrote endurecido, con la cabeza morada medio pelada con el prepucio a medio camino, sin pensarlo agarró el musculoso cipote y comenzó a lamerlo, chupeteó el glande y se metió medio rabo en la boca. Por supuesto es más largo que  el mío…, hice un zoom a menos de un metro detallé la venosa polla que en ese momento se tragaba mi Ángela. Yaima no se perturba desde el observatorio y pudo comprobar que la verga  de su marido acababa de entrar en la boca de mi mujer. La zorra de Ángela estaba degustando el trozo rígido y negro de su vecino. Por un momento me dio rabia pero había una morbosa condición en la situación.

Yaima y yo no nos perdíamos detalle de la follada…susurró.

      "Ya se la metió a tu mujer, se la tiene toda clavada en el chocho, ¡mira cómo joden!"

Lo estábamos grabando en el disco duro… en efecto, Ángela a cuatro patas ofrecía su coño rosado cual perra entregada, mientras enterraba el émbolo oscuro hasta sus bolas, con la ayuda de las caderas de la zorra de Ángela. Se la sacó brillante de jugos vaginales y apuntó al hueco vecino, al rosado hueco del culo de mi mujer del cual yo pensaba solo era para mí uso. Dejó entrar progresivamente la tranca del gran negro de nuevo hasta las mismas pelotas, cuando llegó y lo sacó todo para nuevamente para sepultarlo, continuando con metidas cortas y suaves. El hijo de puta estaba gozando del ano de mi mujercita, clamé por mi hermana que le hallaba en silencio con los ojos vidriosos.

      "Tu marido sé está clavando a mi mujer por el culo, míralo como disfruta ese cabrón y la hija de puta… nos los están poniendo bien grandes los cuernos".

Con Yaima agachada frente al ordenador, seguí mirando por encima de su hombro el espectáculo que nos ofrecían y con nuestras caras juntas mientras su trasero rozaba suavemente mi verga. Yaima me comentó suavemente al oído…

      "Sabes que a Yudel nunca le he permitido metérmela por detrás, pero por la cara de tu mujer se ve que está disfrutándolo."

Yaima retrocedió y sus nalgas se posaron sobre mi polla que estaba templada, Yaima giró la cabeza al sentir mi dureza en su trasero, solo sonrío y seguimos mirando.

      "Ángela tiene un coño bastante profundo... ¿No te jode verlos follando?" Me susurró.

      "Hace unos meses tal vez entraría y me liaría a ostias, pero desde hace tiempo lo nuestro se enfrió y esto culmina el fin de nuestra relación. Me fastidia más que tu marido te esté poniendo los cuernos". La miré a los ojos y le espeté…  "La verdad que me estoy poniendo más bien cachondo de verlos joder, se les ves que lo hacen con ganas…."

      "¿Por eso es que te siento la verga tan dura contra mis nalgas?"

      "¿Te molesta?"

      "No para nada, yo también me estoy calentando con las arremetidas que le está dando ese desgraciado."

Aproveché para colocar mi mástil en el centro de sus dos hermosas nalgas, la tomé por las caderas y me apreté a su culo acariciándolo. Mi verga se deslizaba lo largo de la raja. Hasta nosotros llegó el grito del clímax de mi mujer que gritaba…

      "Dame más verga Yudel, clávame fuerte, como me gusta tu pollón negro…¡¡DAME!!"

 Al momento la cadera de Yudel aceleró los envites y  enérgicamente agarraba a Ángela penetrándola hasta el fondo, Se alcanzaba a oír…

      "Ángela qué coño más rico tienes, mira cómo se traga mi tranca, me fascinan tus nalgas tan blancas y este coñito tan apretado… ¡¡Ahí va mi leche… ummm aaagg!!"

Un gruñido acompañó la descarga de leche en el fondo vaginal de mi pareja. Descansó un momento sobre su espalda y cuando sacó el oscuro badajo aún goteaba semen…, Ángela se giró tomándola  de la base y de sus huevos y  la chupó limpiándole la leche y siguió lamiendo sus pelotas succionándole las bolas como si fueran caramelos dentro de su boca. Mientras yo en silencio frotaba mi rabo endurecido de arriba abajo en la raja trasera mi hermana Yaima. Estaba que derramaba mi leche, con los huevos condolidos de la excitación contenida. Nuestras infieles parejas se acostaron y siguieron besándose un rato, salieron de la visual de la cámara…suponemos que bañarse por el sonido de la ducha, al rato se oyó la puerta cerrarse y se fueron juntos. Nos quedamos en silencio, hasta que Yaima comenzó a sollozar, ella tenía que ser fuerte y aguantar la humillación si quería tener pruebas contundentes contra su marido.

Con ganas de desahogarse la pareja de hermanos…

      "Quien sabe cuántas veces lo han hecho, viste como se la mamó enseguida, tienen tiempo de estar en estas. Y con la facilidad que se la metió por el culo…"

      "Con razón últimamente le sentía el ano más dilatado".

      "Es que le da por el culo con tanta frecuencia que se lo tiene bien abierto".

      "¿Y ahora qué hacemos hermanito?"

      "Creo que debemos seguir filmándolos alguna vez más para presentarles las pruebas, así no podrán negarlo ante nadie."

Yaima,  reponiéndose del mal trago…

      "Me voy a bañar, esta situación me ha calentado y me ha hecho sudar ¡Necesito refrescarme el coño o se me va a derretir…!" 

Se dirigió a la ducha y yo me puse a preparar un almuerzo… Mientras pasé algunas imágenes de Ángela cabalgando al semental negro antes de apagar el ordenador tras hacer la copia de seguridad. Pronto mi calenturienta mente encontró un pretexto para verla desnuda. Yaima estaba en cueros de espaldas al lado de la cama secando su cuerpo, su piel tostada  humedecida aparecía brillante ante mis ojos.

      "He preparado unos sándwiches en la cocina…"

Atiné a decir, contemplando abiertamente su cuerpo. Yaima se giró, no hizo ningún gesto de esconderse, mirándome fijamente siguió secándose, sus pezones estaban tiesos y enormes…metió la toalla entre sus piernas, secándose la mullida vulva depilada…, demasiado sensual para contenerme.

      "Bueno por lo visto es mejor que me acostumbre a que me veas desnuda. Si alguien merece verme en pelotas ese eres tú. Eres el único hombre que se porta bien conmigo, sin contar que ya conoces cada detalle de mi fisionomía"

      "Tengo preparado el almuerzo en la cocina y la copia de seguridad en el USB"

      "Gracias hermanito por todo….¡¡Te quiero!!"

Se puso la pequeña toalla tapando solo la mitad de sus nalgas dejando sus tetas medio al aire y salió delante de mí con su culo portentoso, que me provocaba agarrarlo. Seguí con mi vista el cadencioso movimiento de sus nalgas. Ella giró su vista para mirarme invitándome a palmear sus nalgas, y me espetó riéndose…

      "¿No sabías que me gusta andar en cueros en casa? Mi hija Naomi y yo nos hemos acostumbrado a estar desnudas en casa, es tan cómodo…Yo creo que lo llevamos en los genes cuando nuestros ancestros pululaban por la selva ¿Esto fue lo que viste ayer, verdad, no están tan mal…?"  

Se quitó la toalla posándola sobre el hombro, quedando descubierta. En ese momento me di cuenta que se estaba exhibiendo para mí. Sus dos nalgas se movían alternativamente al caminar para deleite de mi vista.

      "Tienes un culo precioso", le dije mientras la seguía.

Ella lo agradeció con una sonrisa. La situación había dado un giro inesperado y nunca había experimentado una situación tan morbosa, mi verga era un mástil de acero templado. Llegamos a la cocina y nos comimos los sándwiches. Se sentó en la butaca quedando su coño atrapado por sus espléndidos muslos. El duro culo quedó ajustado al asiento frente a mi cara estupefacta. Después se agachó a coger los vasos y la bebida mientras yo contemplaba por entre sus piernas, quería ver desde atrás nuevamente sus labios internos simulando ayudarle dije,

      "¿Te echo una mano…?”

      "Bueno, coge unas cañitas del armario superior."

Sin embargo mi mente entendió otra cosa porque agarre sus dos nalgas, una con cada mano y por primera vez toqué aquel culo firme. Puse mis dedos pulgares casi enfrentados en su raja, Yaima levantó su culo aceptando tácitamente mis toques y previendo mi intensión. Suavemente metí ligeramente los dedos en la abertura, comencé a abrirla lentamente, lo primero que vi fue nuevamente su ano, las oscuras estrías del culo estrellado y su pequeña bolita de carne, atrás los labios carnosos y entre ellos vi una brillante humedad que antes no estaba. Definitivamente mi hermana estaba excitada y no era para menos. Mi polla me dolía de lo animada que me la puso aquella mulata. Acerqué mi cara lentamente a sus nalgas y puse mi mejilla sobre la raja, el contacto y el olor de su piel medio escalofrío, desde su postura Yaima vio mi acción pero simuló seguir buscando.

Sobaba sus frondosas masas de carne firme, cuando levantó una caja.

      "Aquí está tu vaso".

Al tiempo que se giraba, y su coño quedó exactamente enfrente de mi cara, el olor característico de coño excitado me llegó, cuando miré el ángulo abierto de sus muslos se podía ver lo brillantes que estaban los labios, Yaima observó mi mirada lasciva en su escandaloso coño…

      "Ya que estás ahí, con mi chocho tan cerca de ti, ¡¡Necesito que te olvides que eres mi hermano!! Dime en tu concepto ¿Crees que Yudel debe cambiarme por otra? ¿Qué tal me ves cómo mujer?"

Puse una mano en su muslo al lado de la ingle y luego con el dorso acaricié su esponjoso cojín que tiene por monte de Venus, agachando la cabeza para ver entre sus muslos.

      "Tienes un cuerpo divino. Yudel no tenía por qué buscar nada fuera de casa. Eres una hembra deliciosa, una diosa de la fertilidad, una mujer atractiva para cualquier hombre que se precie de ser un macho. Estas como para comerte a besos, comenzando por aquí, por este coño celestial"

Dije clavando mi mirada en su abultado conejo.

      "Veo que sigues con la curiosidad intacta. Así que si ya has visto todo de mí, has de terminar de conocerme más a fondo".

Con sus dedos abrió los labios de su chocho y en verdad sus labios menores no era nada menores, como dos cortinas moradas y brillantes de jugos bajaban entre aquellos carnosos pellejos de la lujuria. Metió su dedo tocando las gotas que bajaban.

      "¡¡Estoy toda mojada!!".

      "Oye de verdad qué labios tan largos, ¿te lo puedo comer…?"

Se bajó de la silla

      "Vente a la cama para que veas mejor lo que vas a probar ¡Quiero que me lo comas bien, como si fuera la fruta prohibida del paraíso!".

Caminó contorneándose a su alcoba, recreándose en los contorneos de su cadera…

      "Yo también quiero que veas bien algo para ti"

Entramos a su cuarto y se sentó en la cama.

      "Me puedes explorar como quieras, pero primero desnúdate… quiero verte esa verga que parece que va romper los pantalones. La vi un poco cuando follabas con tu mujer y solo de sentirla en mi culo hace un rato me apetecía jugar con ella. ¡¿Sabes, nunca he visto una polla blanca de cerca?! Todos mis novios han sido negros".

Bajé mis pantalones y me quede en slips con la cabeza ligeramente fuera. Ella me terminó de bajar hasta sacarlos por mis pies, apareciendo ante su rostro mi vara de 18 cm tan erecta  que no se podía poner más dura.

      "¡Dios mío Ramiro la tienes casi tan larga como Yudel! Solo que la tuya es más gruesa y eso que él es negro ¡¡Puedes estar orgulloso de tu tranca nene!! Pero quítate todo, quédate completamente en pelotas para mí…, de igual a igual."  

      "¡¡Me tienes loco de ganas por follarte!!"

Con mi polla enardecida mirando al cielo y mis dos huevos colgando en un trémulo balanceo, me planté frente a ella apuntándola a la cara.

      "Si quieres agárrala y pálpala definitivamente a estas alturas olvidémonos que somos familia…"

La tomó bajándome le prepucio y a apareció la cabeza despeja lista para chupar…

      "Que rojo tienes el capullo y como se te ven de hinchadas las venas, sobre todo ésta de arriba, de veras parece el mejor falo que he visto en mi vida… ¡Ummm! ¡Te la voy a Chupar! Para qué disimularlo más, ya te diste cuenta que me tienes como una perra, caliente y excitada."

No acabó de decirlo, cuando puse mi glande en su boca y sus gruesos labios abarcaron la cabeza de mi polla, la tragó hasta la mitad, sentí su lengua girar alrededor del glande, tomé su cara y la saqué y la volví a meter, repetí dentro de su boca suavemente la operación, ella se retiró y comenzó a lamerla por los lados, hasta que agarró mis pelotas y las metió en su boca, succionó cada huevo como el que chupa una peladilla. De pronto se detiene mirándome…

      "Que rica te sabe la verga nene. Termina ahora con tu curiosidad, conóceme toda. Ahora puedes hacer conmigo lo que desees, hasta tu más morbosa fantasía…."

Se acostó sobre su espalda y levantó sus rodillas hasta los hombros, quedando completamente despatarrada, con su vulva expuesta ¡¡¡ Qué coño madre mía!!! Los carnosos labios negros eran diferentes a lo que conocía, abultados y con el coño rasurado. Me encontraba fuera de mí  lamiendo los deseados labios menores entre ellos, los separé con mis dedos, el clítoris estaba hinchado y enorme… jamás había visto uno parecido, era casi un micro pene coronando una gruta de color morado. Vi la profundidad de su cueva, derramando jugo que corría hacia el canal trasero donde brotaba la carnosidad de su ano.

      "Te voy a lamer tu coño, ¿Puedo…?"

      "Estoy esperando a que me hagas lo que quieras con mi coño… pero rápido, me estoy desesperando de ganas de sentirte".

Cuando baje mi cara hasta su abultada vagina, Yaima separó al máximo sus muslos, lamí su hendidura, me metí sus labios interiores en mi boca y lo chupe, ¡¡que sabor tan diferente!! ¡¡Qué olor tan penetrante!! Lamí y lamí su raja. El clítoris estaba durísimo, la punta de mi lengua, lo acarició repetidamente. Subí una mano y comencé a sobar sus tetonas. Yaima me separó la cabeza de su chocho y me miró a los ojos como solo mira una hembra en celo necesitada de un macho que la folle sin compasión

      "Tu comida de coño ha estado riquísima, pero hermanito, ya es hora que me claves esa verga tan hermosa que papá te ha dado para darme placer ¡¡Métemela, te necesito dentro de mí…y no pares hasta que me llenes y dejes secos tus huevazos!!".

Me subí a la cama, levanté sus piernas hasta mis hombros y poniendo la punta de mi ariete entre los labios, comencé a empujar hacia el fondo de la vagina de aquella mujer, una diosa. Se deslizó hasta el fondo con bastante facilidad…, que extraña se veía mi blanca verga sumergiéndose en la cueva negra bordeada de unos labios inmensos abrazando mí enardecida tranca…leche en vuelta en chocolate. Ese coño se tragaba sin restricciones la dura vara, la saqué completamente hasta el glande y la volví a enterrar. Las pieles contrastaban, la tersa tez morena y el bronceado de mi pálida piel. Me pasaron las piernas alrededor de la cintura y sentí sus talones en los riñones, la clave a fondo, me arqueé buscando sus tetas y me metí un pezón en la boca. Lo chupé y mordí, mientras sepultaba mi verga en la babeante gruta de mi hermana, sacándola y metiéndola acompasadamente. Sus entrañas eran suaves, calientes y muy jugosas…, percibía la acaricia de sus pliegues internos en mi sensible glande, provocándome unos esténtores electrificantes por todo mi cuerpo.




Mirándome a los ojos se empezó a correr al cabo de diez minutos follándomela a ritmo acompasado…

      "Ay…Ay…Tu verga es lo mejor, mátame con tu estoque, Papito…papito…ahora si eres mi mejor amigo. Ahora sí puedo decir que te llevo muy dentro….Deseaba tanto que fueras mi amante… mi follamigo. ¡Joder nene, me corro…así… así... oohh!"

Me apretó con sus piernas clavándome dentro de su vagina entre gemidos y se derrumbó sobre la cama sudada. Casi inerte la besé y lamí por todo el cuerpo…era mi turno, levanté sus piernas hasta que sus rodillas tocaron sus hombros y le comí el coño saboreando el jugo de su placer. No me privé de comerle el clítoris, provocando un rechazo por tener cubierto su placer. Mi polla entró en el negro túnel, y empecé a bombear, solo miraba como su dilatado chocho de magníficos labios mojados se comía el bate blanco y grueso con la mayor facilidad. Mi hermana inició la rotación de sus caderas, mientras mi leche anunciaba su salida.

      "¡Yaima fóllame, muévete y fóllame como solo una negra sabe hacer!, Estoy a punto de correrme… Te voy a llenar de dulce leche blanca".

Mi mulata tomó la iniciativa del mete y saca, al tiempo que me agarraba de los huevos en una manoseo con sus dedos que estimularon la salida de la leche. Aquella situación no se podía mantener más y con un punzonazo en mi cabeza se desató la avenida de semen… entró a chorros en el conducto de mi hermana, seguía moviéndose mientras me convulsionaba expulsando leche a borbotones, espesa y cuantiosa de la excitación tan enorme con tantos días de abstinencia. Que delicia de mujer, ¡¡Cómo follaba la condenada!! Su vulva aprisionaba y exprimía la polla dejándola seca. No reparé en ponerme un condón, ni ella lo sugirió lo que provocó la inundación uterina de mi potente esperma.

      "Bésame tonto ¡Te quiero!"

Suavemente besé sus labios gruesos y carnosos, pero ella metió la lengua al fondo. Jugueteando con sus tetas en mi cuerpo, sudados y jadeantes. Yaima se sentó en la cama…

      "Ahora somos tan infieles como nuestras parejas, con la ventaja que nosotros lo sabemos y ellos no, nos faltan más pruebas. Te propongo que mientras tanto follemos todo lo que podamos… por cada polvo de ellos, nosotros follaremos el doble, así que para comenzar, chúpame la pepita de nuevo para tratar de emparejar la cuenta pendiente de nuestros queridos".

      "¿Cobraremos todos sus polvos con intereses?"

      "Así como los atrasos. Además no sabía que mi hermano tenía tan buen polvo, así que será un gusto manejar esta cuenta pendiente".

Me quedé satisfecho ante tal lógica, y le solté con el morbo que daba aquel incesto… pensé, "Qué más da ya que se follen a Ángela, poco me importa esa furcia interesada, ojalá que Yudel la joda como se merece por puta y la preñe de un negro… que todos sepan lo puta que es. De momento sus polvos me los cobraré en follar con mi mulata favorita…". Apenas acababa de iniciar la segunda cuenta pendiente con mi cara entre las piernas de mi hermana y ahora mi amante. Me va a gustar seguir cobrando encima de esta morena despampanante.

      "Bueno luego lo hablamos, prefiero comerme ahora una jugosa y carnosa fruta, para después degustar el fruncido ano de mi hermanita, así que estaré ocupado nena".

      "Bueno pero el cabrón del Yudel deberá pagar los intereses… ¿Cómo has pensado hacerlo…?"

      "No sé… si no es follándote ¡¿Dime tú otra manera…?!"

      "En mi tierra las deudas de los padres pasan a los hijos… ¿Qué tal si cobramos la cuenta a través de su hija…? Podrías ser su padrino"

La idea me sorprendió viniendo de su madre, pero la mentalidad caribeña no es como la europea. Para Yaima ofrecerme a su virginal hija, era un regalo en agradecimiento a todo lo que hacía por ella, pero en Cuba aún se mantenía un ritual ancestral, en donde el paso de la pubertad a la madurez de la mujer se debía de hacer por parte del padrino de la niña, un familiar de confianza. Yo no sabía nada de esa costumbre pero en poco tiempo me pondrían al día.

Los videos de la infidelidad de Yudel nos valieron para ganar el divorcio con la custodia de la niña y la separación definitiva de Ángela solo fue cuestión de decir adiós y recoge tus cosas de casa. El negro y la blanca paloma convivieron durante unos meses de ciudad en ciudad por España y luego se largaron a diferentes países de Europa por cuestiones de trabajo. En casa se instalaron mi hermana y su hija Naomi, manteniendo el trabajo de la academia y deshaciéndonos del alquiler. Con toda la nueva situación sobrevenida, apareció una nueva perspectiva de futuro.

 

Una nueva vida tras el divorcio.

Mi hermana felizmente divorciada de su infiel marido se instaló en casa con su hija Naomi. Durante el proceso su marido intentó convencerla de lo equivocada que estaba, sin dejar de follar con Ángela, por lo que decidí resolver todo a la vez alojando a mi hermana y su hija en casa y repudiando a la puta de mi novia. Gané con el cambio, pues ambas mujeres, madre e hija, han sido agraciadas con el don de la feminidad. Yaima es realmente hermosa, un cuerpo de escándalo, una mulata de senos y trasero inconmensurables, y su hija Naomi no se queda atrás habiendo heredado lo mejor de su madre, es ya un poco más alta que su madre. Tiene el cabello oscuro y liso de piel igual de tostada que su madre, ojos marrones y unas buenas tetas medianas, cinturita de modelo con trasero de ensueño con nalgas redondas en forma de corazón. Durante la estancia de mi hermana en casa, la tuve que consolar bastante, ya que estaba completamente partida por lo sucedido. Poco a poco se fue reponiendo moralmente a base de cariño y de “AMOR”. El proceso de divorcio duró unos meses y a partir de aquí viene lo mejor. 

He de confesar que soy muy activo sexualmente. El sexo es crucial en mi vida, mi día no está completo si no hago el amor. A un macho en celo pronto se le nota, por eso mi hermana tomó el relevo de Ángela. Descubrir que su interés por el sexo era equiparable al mío o más, reconociendo a una Yaima muy activa y con ganas de ser poseída a diario. No sé por qué, pero ninguno de los dos tomábamos precauciones cuando follábamos, ni nos lo planteamos siquiera… era lo natural descargar mi semilla en su vagina en toda ocasión, sino acababa en su boca o culito apretado, implementándolo con juguetes que cumplían nuestras fantasías.

Al tiempo me fui dando cuenta que Naomi era realmente una niña fantástica, muy femenina. Despierta al igual que su madre me puso en antecedentes. Conforme pasaban los días, Yaima volvió a su vida normal…se vestía tan sexy como antes. Mi sobrina le iba a la zaga y mi atracción por esa cría comenzó a nacer irrefrenablemente desde el día que su madre puso mi interés en ella como prerrogativa a continuar con las costumbres de su tierra, sin dejar de cumplir en sus carnes la venganza a la infidelidad de su padre con mi novia. Notaba en su mirada mi atractivo hacia esa niña, pero no me atrevía a dar el paso definitivo. Los únicos momentos que pasábamos solos, era cuando ella llegaba del instituto y su madre estaba en la academia. Allí solos comenzamos a hablar de temas diversos, entre ellos el tema sexual y sus relaciones con sus amigos. Le comentaba lo sumamente agraciada que era como mujer, coincidiendo con esa época de su vida en donde surge el despertar del interés sexual. Aunque no tenía hijos, me atrevía a aconsejar abiertamente sobre las relaciones heterosexuales supliendo los consejos de su verdadero padre. Por su parte Yaima me agradecía lo que hacía por las dos, haciéndosele fácil la nueva etapa…

      “¡Ojala mi hija consiguiera un hombre como tú!”

Eso me dio espacio para hacerle alguna pequeña insinuación a Naomi. Aquella tarde preparamos un postre en la cocina y poco a poco acabó en un acercamiento entre dulce azúcar glas con pequeño beso, donde los labios se transfirieron el polvo blanco del azúcar. Pronto se separó entre tímida y coqueta, cómplice de un deseo mutuo a flor de piel. Y así se quedó mi primer contacto con mi sobrina haciendo la lectura de la propuesta por su madre. Una tarde la mulata de mi hermana, me confesó la preocupación por su hija… apenas salía con un par de amigas y algún chico que iban con estas. Ya era tiempo que conociera a más chicos, tenía incluso edad para ser madre y aquí no le conocía ningún novio, sin embargo le preocupaba que follase a discreción sin valorar al hombre y sus intenciones, porque al final quien más tiene que perder en las relaciones sexuales, son las chicas... En verdad me estaba proponiendo dar un paso más allá con mi sobrina o eso me parecía a mí, era muy posible por la forma de decírmelo que mi hermana estuviera de acuerdo en tener algo con la cría, de que tuviera las primeras experiencias en un entorno cuidado con quien la quería, y de paso cumplir con el ritual.

Esto se confirmó cierto sábado que Yaima salió con sus amigas… me pidió un favor especial…

      “Quiero que saques de fiesta a Naomi….”

La petición me vino por sorpresa y no dejó de calentarme la sangre cumplir con todo gusto el favor.

      “Sus amigas la han dejado tirada este fin de semana y no quiero que se quede sola y triste…. Yo me iría con vosotros, pero tengo un compromiso ineludible esta noche.”

Después de irse su madre Naomi se preparó para salir…,  cuando la vi  se me caía la saliva de la boca. Con un vestido corto estampado, con un hombro destapado, zapatillas tipo romana, es decir con las agujetas en sus pantorrillas, pelo agarrado por atrás, que le hacía lucir su precioso rostro y sus ojos marrones, realmente estaba escandalosamente sexy. Está por demás decir que tuve un gran subidón de adrenalina en ese momento.  Le dije dos o tres piropos a Naomi, en el último ella se me acercó y me dio un sorpresivo beso en la boca…

      “¡Vamos a divertirnos tu y yo!”

Eso me puso las pilas. De camino hacia la zona de marcha, iba maquinando qué hacía yo con una chiquita a la que le doblaba la edad en lugares de adolescentes. Así que en un acto de valentía, divisé en la carretera un hotel y me desvié, aparcando el vehículo en el lugar. Al girar mi mirada hacia mi sobrina sus hermosos ojos aprobaban mi iniciativa.

      “¡Quiero aprovechar todo el tiempo para estar contigo!” Ella sonrió  muy coqueta y yo  terminé diciendo. – “¡Quiero demostrarte que eres ya una mujer preciosa y excitante!”

Entramos en la habitación y en segundos nuestros labios ya estaban unidos, nuestras lenguas se retorcían frenéticamente, ambos nos intercambiábamos saliva. Poco a poco la fui llevando hasta la cama, caímos en ella aun besándonos, luego con la boca le fui lamiendo su cuello, detrás de las orejas donde les gusta a las mujeres. Ella gemía aprobando todo lo que yo le hacía. Me quité la camisa en un santiamén, seguí besándola en la boca, luego en su cuello, sus preciosos hombros, su piel morena era tan suave y femenina como la de su madre.  Le bajé su vestido y aparecieron sus lindas tetas, hermosas cual de una mujer joven, dura, levantada y lozana. Las mamé con ímpetu, las chupaba con los labios y me metía sus pezones por turnos en la boca…Naomi seguía gimiendo repitiendo mi nombre…

      “¡Ramiro, ahhh, tito Ramiro!”  

Se podía ver que ella la estaba pasando muy bien, una mujer bella como ella sin haber probado hombre, era todo un pecado. Yo me bajé de la cama e hincado sobre el suelo, metí mis manos bajo su vestido y le extraje su tanguita, apenas un trocito de tela, me quedé observándolo, ¡Me era tan familiar!, era una de los tangas de su madre. Eso me hizo arder la sangre de pasión. Me sumergí entre sus piernas, su rajita no tenía ni un solo pelo, primero le lamí cada uno de sus pliegues vaginales, para luego quedarme varado en su clítoris el cual lamí como un perrito. Naomi gemía…

      “Síi, asíi, asii tito, sii”

La mujer estaba derramándose en mi boca. No dudé en tomar todo lo que salía de su rajita depilada, el sabor de sus eyaculaciones eran del mismo sabor a su madre, la única diferencia era que el de mi hermana es una almohadilla voluptuosa y el de Naomi liso. La excitación de mi sobrina pasó a ser bestial, me tomaba de la cabeza y me restregaba su sexo contra mi boca, nariz y barbilla…Ahora solo pensaba en montarla como a una yegua. Me impregnaba con sus jugos vaginales, mientras seguía chupando y comiéndome su chochito. Con la punta de mi lengua intenté penetrarla y lo hice metiéndole toda la lengua a modo de ariete. Le hice un mete saca durante más de cinco minutos sin abandonar su pequeño y duro clítoris, lo suficiente para que ella explotara en un largo orgasmo. La coloqué ahora de lado acostada con las piernas flexionadas, siempre yo hincado en el suelo, seguí mamándole su rico conejo, solo que ahora mi plan era llegar a su ojito del culo. Poco a poco fui llegando con la punta de mi lengua a su rico culito, Naomi me asió del cabello entrelazando sus dedos cuando mi lengua recorría su esfínter, le hice circulitos a su ano impregnándolo de saliva, mi sobrina se volvió nuevamente loca, gimiendo y repitiendo que así lo quería. Al poco de correrse su posición cambió de lado a boca abajo, ofreciéndome todo su trasero, yo abrí con mis manos sus dos ricas nalgas y pronto hice mío nuevamente su agujerito, lo lamí de arriba abajo llegando a su coño rasurado mojado de jugo vaginal, en esas ocasiones que llegaba a su rajita húmeda sentía su esténtor, donde me quedaba un rato para chuparle sus juguitos íntimos. Mi sobrinita estaba por correrse de nuevo.

      “¡¡Tito por favor métemela!! Te quiero dentro de mi ¡¡DESVÍRGAME!!”

Me decía con cierta desesperación, mientras yo le comía su coñito impúber recién rasurado por completo. Ya no pude aguantarme más, así que me puse de pie, me quité lo que me quedaba de ropa y allí parado con ella a cuatro patas en la orilla de la cama, ofreciéndome su coño tostado y su culito de nalgas firmes, tomé mi polla y la puse en la entrada de su vagina. Poco a poco la fui clavando con pequeños empujones hacia adentro de su intimidad. Naomi gritó al sentirse penetrada, la tomé de sus caderas para no dejar de ensartarla hasta llegar a su fondo. Me topé enseguida con su himen, fue en entonces cuando pensé que era el momento de hacerla mujer…, retrocedí un poco sacando mi rabo de su conducto y volvía a insertarla rasgando su membrana, a la vez que la atraje hacia mí en un envión certero sin compasión. Ella soltó un gemido de dolor que ahogó con las sábanas en su boca.




Esperé unos minutos a que se calmara la violenta inserción y su vagina se acomodara al grosor del manubrio que la empalaba. Pasado el peor momento la comencé a follar duro, sacando y metiendo verga hasta lo más profundo de su conejito. Entramos a un delicioso ritmo, sus nalgas rebotando en mi vientre y su rajita devorando todo mi tronco. Observé a mi sobrinita bajar la cabeza a las sabanas en señal de sometimiento. Con la total sumisión de la niña a mis acometidas, intensifiqué mis bombeos sujetándola del culo y caderas a fin no se escapara de la follada a la que estaba siendo sometida. Yo le apretaba de sus nalgas, mientras ella comenzó sincronizarse con mis movimientos de mete y saca follándome ella a mí.

Lo que buscaba lo encontró a los pocos minutos de darse por vencida con tal baile consiguiendo un fabuloso orgasmo.  Saqué mi tranca de su rajita, la giré sobre la cama, y teniéndola ahora boca arriba, me subí encima de ella con sus piernas abiertas, bien despatarrada, la cogí de sus tobillos enfilando mi masculinidad en aquella entrada recién estrenada y en dicha posición la volví a enterrar en su coño. Su vagina estaba completamente mojada, tan encharcada que mi larga y gruesa polla entró rápidamente hasta el fondo. Busqué los labios sin dejar de penetrarla en un mete saca donde mi cilindro blanco era delicioso de verlo mojarse en el riquísimo chocolate de mi sobrina. Dándonos un rico beso húmedo con toda la lengua dentro, me movía rápido perforando su conejito recién estrenado, alcanzado el máximo placer entre jadeos y gemidos que me sabía a gloria escucharla. Deseaba más que nada en el mundo llegar a llenar su impúber coño de carne dura y de mi leche. Ella gemía y gemía, a la vez que la cama se estremecía, Naomi intuyó que me faltaban pocos segundos para explotar y me dijo al oído que quería que terminase dentro de su vagina al ser la primera vez, así es como debía ser… así que sin perder tiempo, se la clavé al fondo justo cuando me vino el primer subidón seguido de un chorro de esperma a presión que lancé al fondo uterino de mi sobrina. Ella metió su lengua en mi boca devorándome como una leona, con chupones mamaba mi lengua y yo alterné la suya, al tiempo que eyaculaba como un toro dentro de su ternerita recién desvirgada.

Soltaba gruñidos ahogados en cada chorro de leche caliente y espesa que depositaba en el fondo del conducto de mi cría. Ella pudo percibir que era demasiada cantidad para una vagina tan estrecha…, quedó desbordada por fuera de su raja cuando la extraje… Lo que no se tragó su coño cayó en un hilo hacia su culo. Estuvimos uno rato acostados, cansados, satisfechos y abrumados. La abracé, ella me abrazó, nos dimos un suculento beso húmedo y entre caricias la acurruqué a mi cuerpo como un náufrago a un salvavidas. ¡¡Había estado genial! Pero mi cabeza estaba lejos pensando que allí no terminaría todo. Naomi me acariciaba y poco a poco me fue besando el torso, mis tetillas, mi vientre y luego se apoderó de mi cipote, que en ese momento estaba grueso pero flácido. Entre caricias, besos y lamidas, lo comenzó a poner duro de nuevo, mi sobrinita me estaba dando una estupenda sesión de francés…me lamía y me chupaba también los huevos. Me hizo algo que nadie había hecho, me chupó el culo en devolución a lo que yo le había hecho. Me volvió loco con esta lamida en mi agujero, pero increíblemente mi polla se puso mucho más dura de lo normal, como si fuera la primera vez en la noche, ¡¡estaba durísima!! Al ver eso, Naomi se subió sobre mí, buscó mi verga agarrándola por debajo del glande y la guió a su entrada de nuevo.

Abiertos los labios vaginales con mi capullo, la introdujo casi de golpe hasta la mitad y empezó a cabalgarme con movimientos de su trasero exprimía la verga, era un goce sensacional. La abracé y me puse a mamarle las tetas de negros pezones. Los dos empezamos a gemir de lo fantástico que me lo estaba haciendo aquella chiquilla recién desvirgada, nadie hubiera dicho que así era, pero se movía como una experta. <<Los genes negros son los mejores para el sexo>> pensé mientras ella no paraba de empalarse sometiendo a mi polla a la mejor de las torturas haciendo tope en mis huevos. Cuando nos cansamos de follar en esa posición, le expresé mi deseo de follármela por el culo, ella me sonrió y me pidió que lo hiciera despacio y suave. Se puso de lado, le levanté su pierna colocado por detrás también de lado. Me cogió la polla y puso la cabeza de mi tranca en su entrada vaginal…, la comencé a empujar y su chocho me fue recibiendo lentamente, entre gemidos de ambos sobre todo de ella. A los pocos minutos, le tenía metido todo el tronco y nuevamente comenzamos otro ritmo divino, yo metiendo mi gran polla en su conejito chapoteando en el culito con mis huevos que se balanceaban golpeándola. Ella gozaba como loca y yo no era para menos, tenía entregada a una niña de dieciséis años recién desvirgada por mí con una soltura increíble para follar.

Al cabo de unos quince minutos el ritmo se aceleró, pero en tal profusión salió de su acomodada cavidad por el ímpetu y lo mojada de su vagina. Con una rapidez digna de un lince me la asió enfilándosela en el ojal. No daba crédito, apreté contra su culo y aquel ano se fue dilatando, al cabo de varias insertadas conseguí enterrar el glande y parte del tronco. A media polla me la follé en un mete saca tranquilo. Ella en cada inserción movía su culo buscando más verga y así era pues cuando me di cuenta la tenía prácticamente metida en su culo bombeando sin parar. Su ano se dilató lo indecible mientras le bombeaba gemía soportando el dolor o placer que le marcaba. No aguanté más y terminé por correrme en su recto, le eché otro chorro de esperma caliente ahora en su culito. Ahora sí que ambos estábamos fatigados de tanto follar.

Nos quedamos un par de horas disfrutando de la tranquilidad de aquella habitación de hotel y nos volvimos a casa pasando antes por un Burger a cenar algo rápido. Llegamos a casa con un sentimiento de culpa por mi parte, a pesar de saber que había sido con el consentimiento implícito de mi hermana y madre de Naomi. No me despojaba de esa culpa, solo me aliviaba saber que la niña había tenido una buena experiencia en su doble desfloramiento ¡¡Era la primera vez que follaba con mi sobrina!! Sin embargo, mi hermana actuó con naturalidad al igual que Naomi. Esa noche Yaima compartió mi cama como otras tantas noches y me preguntó cómo nos había ido…, le dije que bien, nos lo habíamos pasado fenomenal y que luego volvimos a casa. En sus gestos percibí que sabía que le mentía…en la conversación con su hija, minutos antes, debió de narrarle cómo la habían desvirgado ambas entradas…

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Esa fue la primera vez, de otras más. Al día siguiente se develó el complot de ambas féminas para cumplir con un rito ancestral de su isla. En su tierra, cuando una niña cumplía los dieciséis años terminaba su preparación para ser adulta, solo faltaba ser “iniciada”. Esto solía estar en manos de su protector, después padrino al adoptar la fe cristiana. Yo no era oficialmente su padrino, solo suplí tal figura por cercanía. El rito iniciático habría sido más complejo, un día de fiesta con comensales homenajeándola, para entrar en la noche como niña y amanecer hecha mujer. Naomi contó con todo detalle a su madre lo sucedido, dándome su aprobación con un buen polvo.

A los chicos por el contrario se les ponía a prueba su valor con un fin de semana de supervivencia. Estas nuevas adaptaciones a las costumbres europeas me permitieron follarme a la cría de vez en cuando sin dejar de darle a mi hermana lo suyo… dos mujeres por el precio de una. Comprobé que Yaima es una de esas mujeres que se hace depender de un hombre y ahora ese hombre era yo para ella y su hija…un marido, un padre y un amante. Complacer al macho alfa forma parte de una cultura inculcada desde la infancia, por eso mi hermana me brindó a la niña a modo de blindarme a ellas. Con Naomi ya no hubo que poner la excusa de salir de fiesta, lo hacíamos en casa, generalmente cuando su madre se ausentaba. Lo más grandioso de la historia es que cierta vez que terminamos de follar, le comenté que me sentía a veces mal de engañar a su madre. Ella me respondió con voz seria de manera rotunda

      “¡¿Y quién te ha dicho que ella no consiente lo nuestro?! Mi madre está encantada de que seas mi padrino, eres un hombre muy especial para nosotras. Es más, un día me sugirió  hacer un trío….debes saber que el sexo en familia mi tierra, no es un tabú y se practica de ordinario. Lo que ocurre, es que ella te acapara demasiado y no me deja que me acueste contigo, cuando ella está disponible…”

Eso fue lo mejor, o sea que mi hermana consintiera abiertamente mi relación con su hija y además pensara en un “menaje a troi”. Ese mismo día le hice el amor a ambas con mucha más pasión de lo normal.

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Trincando a mí hermana en agradecimiento. Con 42 años me había quedado de nuevo solo con unos buenos cuernos, pero mi hermana y su hija no me abandonaron, su mentalidad patriarcal no le permitía vivir independiente de un hombre, y ellas me tenían a mí. Se veía fenomenal el día de la firma de su divorcio…  llevaba un vestido negro entallado de tirantes un poco escotado con la falda a media rodilla. En fin resaltaba sus tetas firmes y grandes, sus piernas bien formadas acaban en trasero respingón. Nos dimos una buena comilona en un restaurante lejos de los juzgados. Pasamos un día fenomenal entre exposiciones y centros comerciales. Agotados llegamos a casa y pronto nos metimos en la cama. Cansado giré la cabeza hacia el lado de su cama cuando comenzó a quitarse el vestido. Impresionante era lo que veían mis ojos su sostén blanco de encaje casi a punto de romperse por la presión de sus ubres, sus ligueros, el encaje con que remataban sus medias y su panty estilo brasileño. Tengo que confesar que el soldadito empezó a ponerse firme como un mástil. Desde que llegó a mi vida no dejaba pasar momento para ver a mi hermana en situaciones poco normales. Dejé el resto de mujeres enfocándome en mi hermana Yaima y su hija Naomi. Cambiado con ropa de andar por casa, esa noche decidimos encargar una pizza para ver una película que nos gustaba…noche en familia.

Mi sobrina se marchó a su cuarto al acabar la película, así pues quedamos mi hermana y yo en el sofá… ella daba señas de sueño y se recostó en mi costado hasta que quedó dormida. Mi mano cobraba vida acariciándole la espalda ayudándola a relajarse. Su pijama ya no era obstáculo para llegar a su culo y sentir el roce de sus nalgas…mi polla hacía rato que se hallaba erecta. Pasé mis manos por su cintura sin miedo a ser rechazado… Me aventuré más y fui a sus tetas y en ese momento sentí su respingo, levantó la mirada adormecida, al ver que era yo, en lugar de quitar mi mano la aseguró sobre la teta derecha y, se volvió de lado sin dejar de abrazarla. Así seguimos "jugando" un rato  con tocamientos, frotación, manoseos. Sólo que ahora ella también me lo hacía mí sobre mi pantalón adentrándose en mi bóxer llegando a alcanzar mi tranca enardecida, de pronto me apretó de los huevos con ternura y firmeza.

Los dos sabíamos que estábamos despiertos pero simulábamos no estarlo. No se despegaba de mí pajeando el largo tronco con todo el prepucio despojado de mi glande. Mi excitación era enorme y sabía que con Yaima iba a aguantar mucho tiempo follándomela esa noche tras haber descargado a gusto mis huevos dentro del coñito de Naomi. Ella frotaba con leves giros de muñeca la cabeza de mi verga volviendo hasta la base del cipote aplastando mis pelotas…, todo era fantástico. Actuando como una posesa, se lo metió de un golpe hasta el fondo de su garganta. Sus ansias no me dieron ni tiempo de prepararme emitiendo un gemido de sorpresa. Si creéis que eso la detuvo, os equivocáis de plano porque siguió mamando mi polla como si la necesitara para sobrevivir aquella experimentada mamadora. No  tuve ninguna duda de que estaba más que acostumbrada a hacerlo. Imprimía una velocidad endiablada a su boca, fue en busca de mi leche como si de ello dependiera su vida. No contenta con meter y sacar mi extensión, usó una de sus manos para acariciarme los testículos y la otra pajearme lo que no se engullía, mientras yo le metía mano dentro de sus bragas.

      “Me encanta”

Maulló de placer al experimentar la tortura de mis dedos sobre su clítoris. Su completa entrega provocó que en poco tiempo llegara hasta mis papilas el olor a hembra hambrienta que manaba de su sexo. Aspirar su aroma elevó mi calentura hasta al extremo. No aguanté tanto placer y me corrí en su boca, ella no desperdició nada…

      “No te imaginas lo que me gusta el engrudo cremoso de la polla de un buen macho blanco… ¡¿Sabes?! Sacas mucha lefa, como para preñar a una docena de putas”

Y sin poderme retener me seguí vaciando en su boca. Yaima al sentir mi explosión de semen, se volvió golosa devorando los blancos chorros de lefa que manaban de mi polla mientras me corría. Durante unos segundos vi como todo su cuerpo convulsionaba de placer, pensando que había calmado su deseo, pero de pronto la vi levantarse y poniéndose a cuatro patas sobre el sofá. Me pidió que la follase por detrás. Incapaz de negarme le bajé las bragas de encaje y mojando mi glande en su vulva pajeando su botoncito lo llevé a su entrada vaginal…sin dudar se lo clavé hasta el fondo viendo deslizarse mi verga como un torpedo en el mar.

      “Me encantan tus tetas, tus caderas, tus piernas…, eres la mujer de mis sueños”

Le solté embargado por la emoción del momento. Como una perra a cuatro patas en la cama atrajo mi mano a una de sus ubres y lo comenzó a frotar. Mientras con el otro brazo se apoyaba aguantando mis embestidas. Con sus tetas posadas, mi polla entraba y salía bombeando en aquel coño negro que se tragaba hasta mis pelotas, lo que provoca aún más una tremenda excitación. Llevaba más de diez minutos sometiéndola a mil pollazos desde atrás cuando se salió y arrodillada ante mi miembro, comenzó a chupármela tragándosela sin ninguna dificultad hasta la base de mis huevos. Su cabeza subía y bajaba, su lengua se movía con avidez alrededor de mi capullo hinchado. Trataba de sobar sus tetas y pezones. Desnuda como Dios la trajo al mundo se tumbó boca arriba y me pidió que me pusiera sobre ella. Tomó el cipote y lo envió sobre su raja, ella guiaba mis dedos señalando donde quería más presión y donde sólo un roce, en ese contacto sentí lo mojada su vulva fruto de la excitación de repente se convulsionó y tenso su cuerpo en un orgasmo interminable.

Vio que estaba otra vez firme abrió las piernas agarrando mi cipote que enfiló en su cachondo coño. Con su mano guió hasta que se introdujo mi polla…entró sin nada de dificultad de nuevo al fondo uterino, comencé el baile de mis embestidas de lentas al principio para ir creciendo en intensidad a cada momento el sonido de los dos cuerpos, de sus jugos, el susurro del colchón, sus jadeos…todo quedó grabado en mi memoria. Sentí mi corrida llegar y, en esas la penetré hasta al fondo realizando un mete saca rápido unido a un gruñido ahogado por sus besos. Con su lengua y sus labios comiéndome, devorándome, me corrí dentro de ella al tiempo que cerró sus piernas alrededor de mi cintura soltado un gemido con pequeños besos muy rápidos en la boca, cara y ojos…

      “Gracias hermanito”.

Cosas como esta son por las que merece vivir la vida, disfrutarla sin atender a tabúes sociales. Era estar en la gloria cuando hacía el amor con mi hermana o mi sobrina, con las que no siempre tomaba las debidas precauciones para que no saliesen preñadas de ello. Doy gracias a mi padre por darme la mejor hermana del mundo y a mi hermana por la hermosura de hija que tiene.




Al día siguiente desayunamos los tres… no era necesario realizar ningún comentario al respecto de nuestra relación familiar, todo estaba claro. Naomi mencionó ir con su amiga Clara a su casa y regresaría como a las once de la noche…. Yo llegué del trabajo a las ocho pasadas deseando descansar en la misma cama de Yaima. Vi llegar a mi sobrina…se veía fenomenal con  una falda colorida de estampados muy ligera y bonita, medias del mismo color y una blusa roja que dejaba intuir el esplendor de sus tetazas. No le quitaba los ojos de encima a su escote y piernas, supongo que ella lo notó.

Y preguntó… – “¿Me ves bonita?”

Le dije que se veía hermosa… – “supongo que serás la envidia de todas tus amigas…”

      “Pues no me va mal, lo que más impresiona es mi nuevo corte de pelo…” Rio y sin más me preguntó… – “¿Hoy también vas a dormir con mamá…?”

Haciéndome dudar un instante le dije que sí. Ella quiso ir más allá…

      “Pero llevamos cinco días sin hacerlo y yo también te necesito…”

Sin más comenzó a desvestirse ofreciéndome una visión espectacular de su estriptis completo. A mi hermana y a su hija le encantaban los ligueros y qué decir de mí me excitaba a morir.

      “¿Tú no te vas a desvestir…?” Me preguntó ronroneándome.

En un minuto nos encontrábamos en pelotas, se sentó en el sofá y comenzó a pajearse…en unos segundos su coño brillaba por la incesante producción de flujo de su coño adolescente. De pronto cual si fuera una puta me espetó…

      “¡A qué esperas para follarme cabrón! Tengo el coñito hecho agua...”

Gritó al ver mi inactividad. Dejando a un lado la cordura, decidí que esa niña iba ser mi yegua hoy. En verdad se montó sobre mí siendo su montura. En plan cabrón azucé sus vaivenes con unos suaves azotes…

      “¡Dios mío fóllame!”

Aulló al sentir que se desgarraba al notar toda la polla metida en su coño hasta el mismo corvejón, pero en vez de intentar pararme, me pidió más. Incapaz de negarme, la agarré de la cintura y sin dudar, se lo clavé hasta el fondo. No pude dejar de observar sus tetas bamboleándose al ritmo de las inserciones…, follar de esa manera era uno de sus caprichos porque a pesar del modo tan brutal como la perforaba, no se quejó al sentir su coño taladrado por mí enorme rabo. Os juro que me creí en el cielo al tener mi polla dentro del conejito de mi sobrina, de esa diosa y aunque me apetecía dar rienda suelta a mí lujuria, al ver sus ojos vidriosos, decidí aminorar las estocadas para aliviar su sufrimiento.

      “¡¡No pares de follarme tito!!”

Me sugería a la vez que ella retomaba la iniciativa de bajar y subir zampándose mi cipote. Su expresión de deseo no me terminó de convencer y con ritmo pausado, fui extrayendo mi verga de su interior. Casi había terminado de sacarlo cuando Noemí con un movimiento de sus caderas se lo volvió a introducir, dando inicio a un juego por el cual yo intentaba recuperarlo y ella lo impedía al volvérselo a embutir. Poco a poco, el compás con el que nos meneábamos se fue acelerando, convirtiendo nuestro tranquilo trotar en un desbocado galope, donde ella no dejaba de gritar y yo tuve que afianzarme cogiéndome de sus tetas para no descabalgar.

      “¡Más rápido! ¡Más duro! ¡Más adentro, papito!”

 Me ordenó cuando, para tomar aire, disminuí el ritmo de mis acometidas.

      “¡Serás puta! Te vas a enterar de lo que es una buena follada…”

Le contesté molesto por su tono le di esta vez un fuerte azote. 

      “¡Que gusto cuando me azotas el culo! ¡Dame duro con todo!”

Gritó al sentir mi mano de nuevo en sus nalgas…me imploró que quería más.  No tuvo que volver a decírmelo, alternando de una nalga a otra, le fui propinando sonoros cachetadas cada vez que sacaba mi polla de su interior de forma que dimos inicio a un extraño concierto de gemidos, azotes y suspiros con el rítmico chapoteo que dotaba a la habitación de una peculiar armonía. Mi niña ya tenía el culo completamente rojo cuando cayendo inerte sobre mi pecho, empezó a estremecerse al sentir los síntomas de un orgasmo brutal. Fue impresionante ver a esa morena, temblando de dicha mientras de su garganta no dejaban de salir improperios y demás lindezas. 

      “¡No dejes de follarme!, ¡Cabrón!”

Aulló al sentir que el placer desgarraba su interior. Su actitud sumisa fue el acicate que me faltaba. Con sus pezones hincados en mi pecho y sus nalgas entre mis dedos, las pellizqué con dureza mientras usaba su coño como frontón rebotando con mis pelotas.  En un momento perdió el control y agitando sus caderas se corrió. De su sexo brotó una cantidad sustancial de flujo que empapó polla y huevos. Fue entonces cuando ya dándome igual que fuera mi diosa, me concentré en mí y, forzando su vagina al máximo, empecé a usar mi miembro viril como si de una bayoneta dispuesta a morir matando… estocada tras estocada fui jodiendo su vagina mientras mi víctima no dejaba de aullar desesperada. Mi orgasmo no tardó en llegar, vertiéndome  en el interior de su útero. Usé su cintura como riendas para que no se escapara de mis lechazos. Ya una vez había llenado su coño con mi simiente, dejé de amordazarla dejándola caer agotada y exhausta a mi lado. Fue entonces cuando, levantándose del sofá, cogió la botella de vino espumoso y dos copas…desde el umbral de la puerta, sonriendo se acercó posándose a mi lado completamente denuda.

      “Ahora ya puedes acostarte con mi madre…pero no te olvides de la yegua joven de este picadero”

      “Me gusta la joven y la yegua veterana, cada una tenéis algo que me vuelve loco”

      “Sí pero una yegua joven necesita ser montada más veces….”

Ella no se cortó un pelo y se levantó, no perdí un solo movimiento de sus caderas, aquel culo era impresionante, se giró y me soltó…

      “Lo que tenemos mi madre y yo es mucho ardor caribeño en nuestro interior y te necesitamos para calmar ese fuego…”

Muerto de risa, me hice el duro diciendo…

      “¡¿Entonces soy vuestro bombero?!”

Soltando una carcajada me respondió…

      “Así es, desde que vi tu manguera supe que tenía que probarla…,”

Cogiéndome de la polla, tiró de ella acercándose sus labios a los míos…

      “Te aviso que una vez encendida, ¡Soy difícil de apagar!”

      “No te preocupes tengo suficiente leche para calmar tu sed y la de mamá, solo tenéis que darme un pequeño respiro entre una y otra, no soy una central lechera…”

La risa sonó tan  natural que la cogí de la cintura y le comí la boca haciéndole sentir mi picha en su barriga.

      “¡¡Te quiero Naomi!!”

 

*************************

 

Soy una chica cubana de raza negra, mulata para ser más exactos, y lo que estoy viviendo sobrepasa enormemente mis expectativas de cuando llegué a España con mis padres. En Santiago de cuba tenía un novio con el que nunca tuve sexo, llegué virgen…he de admitir que todo lo que dicen sobre la raza blanca no es verdad… “Ellos sí la saben meter”, eso es lo que descubrí con mi tío, todo un portento blanco. Se llama Ramiro pero debería llamarse “Orgasmiro”, de lo bien servidas que nos tiene a las dos de orgasmos…el tipo es un máquina de follar, donde fácilmente nos puede echar dos polvos a cada una en una sola noche. Me hizo mujer por concesión de mi madre, erigiéndose mi padrino protector. Como todas las chicas de mi tierra sabemos que el padrino es el encargado de inculcar ciertos valores en la vida de su ahijada y, Ramiro me los iba a inculcar a base de pollazos.

Mis padres se instalaron en la zona residencial donde vivía mi padrino…, una urbanización llamada los conejos. A los cinco meses mis padres rompieron su matrimonio y ahí empezó lo bueno… Mi madre había decidido hacer de su hermano mi protector…me pareció una excelente idea pues me tenía loca, sólo hablar con él me ponía nerviosa…me parecía simpático, alegre, culto y todo un tipazo para ser blanco… ¡Está buenísimo! Ojos verdes, piel rosada ¡Súper Honey!, vamos un cuerpo de escándalo. ¡Parecía un modelo maduro!  Al poco de romper mi madre con papá y mi tío con su pareja ocurrió algo muy curioso, mi tío se quedó con nosotras y su novia se largó con papá. Mi padre me escribía por WhatsApp, era nuestro medio inmediato de comunicarnos y por ello supe que Ángela y él no duraron juntos más de un año.

No me voy a entretener narrando episodios sin transcendencia sino contar que mi tío y yo a partir del aquella noche en la que me desvirgó por partida doble, no nos separamos. Prácticamente cuando teníamos ocasión, pasábamos las horas muertas hablando de todo… y en segundo término un poquito de sexo. Nos contamos algunas fantasías, él me preguntó qué pensaba de los tríos cuando me dijo que mi madre lo había propuesto… y yo nunca lo había probado pero bueno como era obvio, si me decidía le llamaría seguro. Este tonteo nos ponía cachondos abiertamente, reía pero juro que mi coñito era una piscina al acabar la conversación. Con ese pedazo de tío en casa sobre la cama o el sofá sintiéndolo tan empalmado no dudaba en manosearlo y, él a mí. Estábamos pegados acariciándome el brazo y nos empezamos a besar, yo estaba loca por quitarle toda la ropa y besar sus abdominales de acero… no menos duros que su verga. En mi habitación follamos como locos durante dos horas y no sé cuántos orgasmos ¡¡Follaba genial!! Solo sé que la cama quedó revuelta manga por hombro de las mil posturas que realizamos en las cien folladas durante horas. Desde que descubrí el sexo con Ramiro nos hicimos inseparables, la atracción que tenía hacia él era tan fuerte que siempre que podíamos lo hacíamos, ¡dónde fuera y como fuera! No lo dejábamos descansar entre mi madre y yo… tampoco necesitaba mucho descanso, se recuperaba rápido para su edad no era nada normal, ahora lo sé con certeza.

Aquel día fue la bomba, creo que el día más caliente de mi vida. No había Internet en casa así que tuve que ir a la biblioteca a terminar un trabajo. Él se ofreció a acompañarme y de paso ver algunos libros que desde hacía tiempo le interesaba leer. Cuando llegamos no había mucha gente por ser un martes por la tarde, y me fui a una sala de ordenadores casi vacía, me descargué la información que necesitaba y un poco más para terminar el trabajo en el mínimo tiempo posible. Una vez acabado lo busqué y nos fuimos con sus libros y mi USB repleto de material. En casa mientras se cargaba la sesión, él empezó a masajearme los hombros y me puso a mil… yo llevaba un vestidito, cuando me quise dar cuenta estaba sentada en su regazo sintiendo cómo su polla crecía presionando mis braguitas. Me quité los leggins y liberé su verga que pedía a gritos ser atendida como era debido. Sentada encima de él en una silla de oficina con rueda, me puso muy caliente pensar que mamá pudiera entrar en cualquier momento y pillarnos jodiendo…me la metí toda en mi rico agujero apartando mis bragas a un lado de mi coño.

Estábamos muy sudorosos así que nos quitamos toda la ropa mientras saltaba sobre su endurecida tranca. Cuando ya no pude despojarme de más me desincrusto y acabé desnuda. Me puso encima de la mesa del ordenador, y me folló como un auténtico animal. Con cada embestida sentía un placer enorme, mil escalofríos recorrían mi cuerpo que se sacudía como una posesa, el ordenador que estaba a pocos centímetros de mí, parecía que se iba a caer por lo fuerte que me follaba, sin piedad me clavaba hasta aplastar sus huevos contra mi vulva haciendo tope en la pared vaginal. Fue rápido con movimientos tan exagerados que se corrió dejándome el coño repleto de leche, tanta que parte se me escapó dejando un charco de semen en la mesa. Pero no habíamos terminado. Estaba anocheciendo y podíamos ver nuestras siluetas en el cristal de los ventanales…. Bailamos muy pegaditos mientras observábamos el reflejo de nuestros cuerpos desnudos moviéndose muy sensualmente…, aproveché para frotarme contra su pollón… en un instante estaba preparado otra vez. Me incliné para chupar su glande…miré a sus ojos mientras mi lengua se deslizaba por el tronco de su verga, haciendo dibujitos en la punta.

¡Como deseaba metérmela entera de un solo golpe, hasta los huevos! Me encanta chupar sus bolas pero él estaba tan burro que me metía toda la polla muy fuerte, hasta el punto de asfixiarme. Antes de que se corriera de nuevo me tumbé otra vez en la mesa, esta vez boca abajo, para que me penetrara a placer, haciéndome vibrar de calentura. Fue una pasada, cuando estábamos a punto de corrernos parábamos, para luego continuar, parar, seguir, y todo así… cada segundo de los veinte minutos que jodimos a pleno pulmón, fue un gozo. Estábamos desnudos, sudorosos y llenos de fluidos corporales de arriba abajo, follamos y jugueteamos haciéndonos reír durante más una hora. De repente oí ruidos fuera, mi madre llegaba de la academia, estaba intentando abrir la puerta así que cogí mi ropa y me vestí lo más rápido que pude. En menos de un minuto mamá llegó a la atura de mi puerta… mi tío todavía se calzaba los pantalones cuando mi madre lo cazó…

      “Ya veo que no os aburrís cuando os quedáis a solas”

Miró el revoltijo de la mesa y parte de la ropa esparcida por el suelo…

      “Chica todo eso lo quiero recogido y la habitación limpia” dijo dirigiéndose a mí.

Fue la tarde más caliente de mi vida. Durante la cena mamá se hallaba en la cocina y nos miró con una cara muy rara, mientras susurraba para sus adentros. “¡¿Estará enfadada con nosotros?!  Me pongo cachonda sólo de pensarlo”. Cada día con mi padrino invento un jueguecito nuevo, me gusta experimentar con él, e incluso le dejo romperme el culito… me suele doler al principio pero luego es riquísimo. Usamos vaselina porque el agujero es cerradito y su polla bien gruesa, sin embargo para mi sorpresa su enorme polla se desliza abriéndose paso en el estrecho conducto, provocándome extrañas sensaciones de frío-calor pero muy placentero. Desde el desvirgue le suplico que me folle por el culo porque me encanta sentir cómo su verga lucha por entrar. Como se abre paso y se pone más y más dura hasta que empiezan las convulsiones derramando su leche caliente ahí dentro. Eso es lo mejor, pues me corro al instante como una zorra pervertida y de paso no me deja preñada. A veces no usamos lubricante, pero mientras me folla por el coño va horadando mi ojal con su dedo pulgar y tras joderme la vagina un buen rato me mete su verga gigante en mi esfínter descargando toda su carga escrotal. Da un de miedo ver el tamaño que tiene antes de penetrarme el culo, es tan inmensa que ni siquiera él hubiera creído que pudiera insertarla de esa manera, Pero todo es posible con ese cipote endurecido.

Sé que a mi madre no la deja nada desatendida, y a ambas nos gusta calentar al macho, y él está encantado de follarse a dos mujeres en exclusiva. Un día nos enseñó lo que fue la Inquisición Española atándole a la cama, vendándole los ojos y follándole montada sobre su enorme falo dura y gordo…, con tantas ganas que creo que ya sabe lo ninfómanas que somos, porque nos echó cinco o seis polvos fácilmente, sin esfuerzo. Mi tío piensa que estamos taradas seguro, porque parecemos animales en celo, hembras insaciables con una necesidad de semental enorme. Otras veces en los descansos de mi estudio en casa me acerco a donde está y tonteando le hago una mamada, sino me folla contra la pared abrazándolo con mi piernas y mis brazos mientras me empala con toda libertad colgada de su cuello. También jugamos al parchís o las cartas, gane quien gane deslizo mi mano dentro de sus pantalones, notándolo duro pues siempre esta cachondo como un venado en época de celo… más de una vez los he pillado abrazados en medio del pasillo, se ponen a hablar tan arrimados que sus manos se pierden en el cuerpo del otro, a veces ni se mueven, me miran y continúan besándose sin poder separarse porque tiene la polla de mi tío prácticamente fuera en ristre presta al lance.  




Mi madre nos ha comprado un vestido de putita a cada una, para jugar al sex-póker en casa… después de la partida acabamos en un trío sobre el sofá follando como monos… al pobre tito lo tenemos muy explotado, pero a él le encanta follarnos a pelo y dejarnos bien llenas, y para que soporte los seis a ocho polvos que nos echa, le preparemos su coctel de crema de whisky edulcorada con la pastilla azul… al muy burro le aguanta dura hasta tres horas seguidas. Pero en el día a día, no es para menos…conmigo no le hago de menos después de hacer jogging, aún reventados a correr, siempre rematamos la carrera con una buena corrida follando en la ducha. A mi pobre padrino lo tenemos más salido que el pico de la mesa, pues nos portamos como putas deseosas de verga. Para haceros una idea fuimos los tres a un sex-shop para hacernos de unas esposas de peluche, aceite para el cuerpo, diferentes dildos para sexo salvaje, un balancín y una lencería comestible.

Algunos fines de semana no salimos de casa jodiendo sin parar. Naturalmente a mi querido tío le ayudábamos con su bebida preferida y sus putas entregadas al sexo salvaje ¡Es para no perdérselo! ¡Cómo aguanta el cabrón! Ya puedes imaginar que tanto follar sin condón tuvo sus consecuencias…, en pocas semanas el macho nos dejó preñadas, y creo que no será la última vez que nos preñe a ambas hembras, porque si aún panzonas continuamos follando, qué será cuando hayamos parido sus hijos… ¡¡¿Hacernos otra panza a cada una?!! Al fin y al cabo, las hembras estamos para engendrar los hijos que nos quieran hacer nuestros machos… y nosotras encantadas de recibirlos bien adentro.










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