Todos los Relatos están Inspirados en Vidas Reales...

UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Una Enana en mi vida. Conociendo a Ximena



Mi empresa me envió a realizar una sustitución a la capital del Turia, eso implicaba alquilar un apartamento para los meses que durase dicha sustitución, solo viaja a mi casa los fines de semana si me apetecía echarme al cuerpo 560 Km de carretera. Me ofrecí voluntario porque la verdad me gustaba ese trabajo, que consiste en la puesta a punto de los software y programación de las líneas automáticas de montaje…me asignaron una oficina para mí solo, y al parecer, por lo que me decían, mi desempeño resultaba mucho mejor que la persona que ocupaba ese cargo desde hacía varios años.

Debajo del apartamento, había una tienda de barrio atendido por una pareja de personal mayores que estarían cerca de la jubilación, y enfrente un puesto de lotería de la ONCE atendido por una mujer de unos 30 años. Su edad era complicado de asegurar, porque esta mujer poseía una característica muy especial… era una persona enana que no debía medir más de un metro. Pese a esta particularidad, no se podía decir que fuera muy diferente que otras mujeres, sin descontamos tener una cabeza un poco desproporcionada a su talla y no tener las extremidades y tronco del tamaño normal. No poseía la cara achatada como era habitual, sino que era bastante normal y por cierto muy guapa con un toque de sensualidad aniñada como tanto es de mi gusto. Con esa carita y su talla de nena que no llega a más de 6 años, podría parecer que tratabas con una nínfula en edad infantil, pero solo era fijarse en el gran volumen de sus tetas y el ancho culo redondo respingón, para darse cuenta de que era una mujer adulta de talla reducida ¡La esencia de toda una hembra en un frasco pequeño!

Me llamo Adrián, tengo 42 años, estoy divorciado y soy de Vitoria o Gasteiz como quieran llamarlo. Evidentemente, mil veces me había fijado en ella durante esos días. Os diré que es una mujer tremendamente coqueta… se maquilla con muchísimo gusto, siempre tiene una manicura preciosa, peina su larga melena con esmero, viste a la última y le encantan los zapatos de tacón. Nunca pasamos del típico “hola”, “adiós” y las usadas frases de buena educación y algo más conmigo. Era chica muy simpática y me pareció que me estaba coqueteando. Lo cierto es que siempre me han dado mucho morbo las enanas, y la curiosidad de saber si lo tienen todo del mismo tamaño que una mujer de altura normal.

Gracias a la buena posición económica de mi familia, me permitió obtener un buen título universitario, y por ende, un mejor empleo como programador de robot, buen mozo, y ganando dinero a montones, me permitía llevar una vida suntuosa, dándome todos los gustos que quería. Me compré mi propio apartamento, un gran automóvil, buena ropa. Todo este mundo que giraba a mí alrededor era de usar y tirar…, la fidelidad nunca fue una de mis virtudes, mis novias duraban muy poco e iban rotando constantemente.

Fueron muchas las mujeres a las que pasé por la piedra, otras tantas que conocieron las virtudes de mi cómoda cama, mujeres muy hermosas pero que al final se fueron cansando de mis vaivenes de picaflor. Mis años locos de veinteañero y treintañero con pasta se iban quedando atrás, la rutina me envolvió en una jauría de superficialidad, era siempre lo mismo. Caí en una rutina sexual, sin probar nada nuevo.

Tras instalarme, en un principio no me había fijado en el puesto de lotería de la ONCE, tampoco en la titular de dicha caseta… nunca echaba a la lotería como pueden imaginar. Me sorprendió las dimensiones de la gerente y me acerqué, como embobado quedé plantado en mi obnubilación hasta que su voz me dijo en que le me podía ayudar…  vi a una mujer enana. Su tamaño no debería sobrepasar el metro de altura, un poco cabezona, pero con un culo gigante y con un muy buen par de tetas. De cara preciosa y muy bien arreglada… sombra de ojos arena y labios rojo Rusia y su pelo negro y corto.

Fue así como apenas pude pedirle un par de décimos. Luego me marché. Me llamó la atención sobremanera el desparpajo y sociabilidad de la chica. Nunca había tenido posibilidad de socializar con alguien de esas características, y como pasaba todos los días a comprar a esa tienda y por mi cupón, nos empezamos a saludar y luego a conversar con algo más que los insulsos comentarios climatológicos.

Una tarde, bajé a comprar cigarros y me encontré con Ximena barriendo la acera. Ya estaba oscureciendo, entre y salí encendiendo un cigarro en la puerta del local. Comenzamos a hablar de cosas sin importancia. Ella ya sabía que yo no era de la ciudad y que no tenía conocidos, por lo mismo, pienso que era tan amable conmigo dándome conversación de un buen calado… hacía mucho que no tenía charlas que tuviesen enjundia con una mujer.

Me comentó que ella era sobrina de los dueños de la tienda y que antes de tener su puesto de lotería, el cual regenta desde hace diez años, les ayudaba con la tienda, de hecho aún les ayudaba en su tiempo libre. Los tres vivían en la casa de trastienda hacia el interior que daba al patio común del edificio que yo también disfrutaba. Le ofrecí un cigarro, pero no me lo aceptó, me dijo que le encantaría recibírmelo, pero que a sus tíos le parecía mal que ella fumara… su padre y hermano de su tío murió de cáncer de pulmón…, en cuanto a la madre, hacía muchos años que los había abandonado y casi no se acordaba de ella tras más de veinte años de lo sucedido.

********************************


A la vuelta de mi curro, la encontré en una esquina conversando con otra mujer. Pasé lentamente con mi coche y nuestras miradas se cruzaron, quedándome ella mirando mientras me alejaba. Nuevamente esperando unos minutos volví a pasar y seguía conversando con esta mujer, repitiéndose las miradas anteriores. La tercera vez que pasé, vi a la mujer que conversaba con ella, caminando en dirección a mí, pero a la enanita, no la veía por ningún lado. Continué conduciendo rápidamente siguiéndola con la mirada por la acera y al pasar por la esquina, vi su diminuto cuerpo avanzando por una calle muy poco transitada, ideal para mí. Me acerque…

– Disculpa, ¿tienes fuego?

– Si claro, ella caminaba fumando un cigarrillo, obvio tenía fuego.

Muchas gracias, de verdad te lo agradezco, el encendedor lo dejé en mi apartamento y el del coche lo quité para que nadie fumara dentro, hace rato que buscaba a alguien fumando.

– No te preocupes, ella se aleja cruzando el semáforo

– Oye... ¿para dónde vas?

– Voy aquí cerca

– Si quieres te llevo

– No, gracias de verdad, voy aquí cerca a tomar el bus.

– ¡Ahhh te pillé…!¡Eres una mentirosilla! Dijiste que ibas cerca.

– Ja jaja, bueno, cerca y lejos según se miré.

– Si quieres te llevo, no tengo nada que hacer en toda la tarde y no conozco a nadie en la ciudad. Llevo dos semanas aburridas como una ostra, aunque no sé si ellas se aburren…

– ¿Pero tú para dónde vas?

– Ya te he dicho, donde tú vayas… lo que pasa es que no soy muy casero… y no me quiero meter a ver la tele o a navegar por internet, y así aprovecho para conversar con la chica más simpática de la ciudad.

– ¿Me prometes que no vas a sobrepasar en nada?

– La duda ofende Ximena ¡¡No te prometo nada!!

– ¡Oye! ¡Cómo eres truhan! Al final me vas a convencer que eres un buen chico.

– Ja ja, era un broma preciosa ¡Cómo le voy hacer algo a una diosa recién caída del Olimpo!

– Eres un canalla muy divertido

Conducía muy despacio para no alejarme mucho de casa, y tras la corta conversación, incluso parando por ahí a comprar cigarros, le dije lo bien que me había caído y que si me dejaba solo quedaría muy triste. Me hice el tierno y el amoroso, y con un gran esfuerzo, conseguí que me aceptara un trago en mi apartamento. Reconozco que me hubiera molestado entrar con una enana en apartamento de Vitoria donde todos me conocían, pero en Madrid me daba igual… no debía perder una oportunidad así. Afortunadamente para ella que era sobrina de los regentes de la tienda del bajo comercial, nadie nos vio entrar en el ascensor, y tampoco al entrar.

Una vez dentro, ella se quitó la chaqueta, y efectivamente tenía un hermoso y redondo par de tetas. Se sentó en el sofá y sus piernas no llegaban al suelo, quedaban colgando. Le serví un trago y luego otro para mí. Conversamos otro rato, descubrí que tenía 28 años, y no tenía estudios superiores, solo un título de administración que poco le servía para encontrar trabajo. Tuvo una vida bastante difícil como era de suponer. Su madre los abandonó cuando ella tenía unos doce años y se quedó sola con su padre, a los 13 años fue seducida por su padre y la desvirgó. Ximena un poco achispada comenzó a largar la historia de su azarosa vida desde que tenía 8 años…


*****************************


…Mis padres se divorciaron, fue un poco triste al principio pero después de alguna manera me acostumbré a ello paso. Papá por entonces era un hombre alto de unos 35 años más o menos pelo negro ojos cafés en pocas palabras un hombre perfecto, tan diferente a mí. Cuando pasaron unos años, pese a ser muy cariñoso y amable conmigo, comencé a notar  que me miraba raro. Por mi condición de enana solía ser un poco tímida, sin embargo con papá era todo lo contrario, pues lo conocía muy bien, aunque luego lo fui conociendo mucho mejor, y llegado a mi adolescencia me di cuenta de lo que era un hombre.

Cuando veía la televisión él se sentaba a mi lado, me miraba muy insistente como si quisiera algo de mí, me sonreía y me decía… "mi niña ven y siéntate en las piernas de tu papi". Me sobornaba con chocolate. Sentada en sus piernas ponía sus grandes y suaves manos en mi cintura varias veces llegaba a acariciar mis piernas y a apretar mis todavía no desarrolladas tetitas, esto paso una que otra vez y nunca dejó de hacerlo. Nos bañábamos juntos y jugábamos con el agua desnudos. Nunca me sentí rara acariciándonos en el aseo o la cama… yo tocaba su polla erecta, dura y grande…, él me rozaba la rajita. Dormía en su cama sobre todo en invierno con el frío o cuando había tormenta, me refugiaba entre sus brazos.

Fui creciendo y desarrollándome en todos los aspectos… anímico y físico, menos mis extremidades y tronco hasta que cumplí los 13. El día de comienzo de las clases de 2º de ESO, me regaló un ordenador portátil, mi primer ordenador para mí sola… lo recuerdo bien, me abrazo me elevó sobre el suelo como solía hacer siempre por mi diminuta envergadura, a mí me encantaba sentir su cuerpo contra el mío. Esa vez no fue diferente a otras, cuando me abrazó apretó mis nalgas y mi todo mi cuerpo hacia el suyo. Accidentalmente roce su polla con mis pantorrilla, la tenía dura… me sonrió e insistí en el roce masajeándolo. Yo era enana pero no por eso corta de mente, todo lo contrario, me considero más espabilada que la gran mayoría de las chicas a mi edad, por eso ya sabía que los hombres tenían que desfogarse periódicamente cada poco tiempo, y papá desde el divorcio no se acostaba con ninguna mujer que yo supiera, así que deduje que aquella erección era por mi culpa y su gran carestía… me sentí en deuda con tal necesidad al ser la única mujer o mujercita que papá tenía más a mano. Su erección demostraba que el incesto no era una línea roja para él.

Le pedí a mi "papi" que me enseñara a usarlo ya que no sabía muy bien. Propuso que iniciarme con el uso de internet viendo vídeos, me pareció bien la idea interesándome por lo que íbamos a ver. Él solo sonrió mirándome de pies a cabeza…, llevaba un short demasiado corto y una blusita que dejaba notar mis grandes tetas para ser una nena preadolescente y con problemas de crecimiento, al no tener la altura normal para mi edad mis partes erógenas se remarcaban mucho desde los 12 años… eso era un atractivo que luego descubrí.

Se sentó en el escritorio y me pidió que me posara sobre sus piernas, lo hice y espere ansiosa a que pusiera los vídeos. Abrió una página y mi sorpresa fue que era porno. Preguntó si alguna vez había visto vídeos de ese estilo, conteste que no. Se alegró y me propuso ver uno conmigo. Estaba un poco asustada, intrigada y curiosa por saber de qué trababan en esos videos que tanto había oído comentar en el instituto, yo no tenía móvil y mis dos amigas íntimas no eran de acceder a esos contenidos. Acepté más por curiosidad que por necesidad.

Puso el vídeo lo vimos yo estaba muy atenta a este, sentí que su mano tocaba mi pierna pero no dije nada seguí atenta al vídeo de repente sentí que el bulto del pantalón era enorme completamente erecto. Papá se dio cuenta que yo lo sentí y me dijo "¿Quieres tocarlo mi niña?" Me puse muy roja, excitada y nerviosa, pero acerqué mi mano y la puse encima de su polla, suspiró y me pidió que lo apretara un poco más con mi manito torpona. Él acariciaba mi espalda llegando a mi culito, le dejaba porque me gustaba mucho ese tipo de caricias tan atrevidas, a la par que habituales desde que tenía uso de razón, por ello toda aquella situación no era nada comprometedora… no estaba asustada, solo excitada.

Aún no había tenido ningún novio, obvio por mi condición de enana no era del gusto de los chicos de mi edad, por consiguiente era en ese tiempo una niña inexperta en el tema del sexo, no en cómo era el cuerpo desnudo de un hombre, pues el de mi padre lo había visto cientos de veces. Tocaba un poco tímida su dura verga, me asombraba a que la tuviese tan dura por mí. Me agradaba la sensación sentía su entrepierna calientita y muy suave. Quitó mi mano de su bragueta, en tanto el video seguía evolucionando con una enanita siendo perforada por el coño por un gran macho negro, que se la hundía hasta los cojones una y otra vez, me extrañaba como le podía caber todo ese pollón en el cuerpecito tan enjuto.

Papá se desabrochó el pantalón y saco su enorme cipote… ¡Ummm! Se me hace agua la boca de solo pensarlo. Jamás la había visto erecta mirando su ojo ciego al cielo… ¡¡Me sorprendí como una nena boba inexperta!! Lo sacudió, acaricio mi mejilla, tomo mi mano y la puso en su tronco venéreo… me pidió que lo tomara, lo tomé. Temblaba un poco con ligeras pulsaciones, estaba con la cabeza muy roja, y me sugirió que lo apretara. Puso su mano encima de la mía y comenzó a moverla de abajo arriba muy lentamente.

Me enseñaba a hacerle una paja…así estuvo por un ratito y después pidió que la metiera a mi boca. Yo callada y obediente, totalmente sumisa a mi papá no decía nada solo movía mi cabeza accediendo a sus caprichos. Abrí mi boca lo más que pude para introducir la gran bola de su glande. Nada más meterla comencé a chupar como si fuera una piruleta a sugerencia de él… el sabor de su polla era diferente a cualquier otra cosa que hubiese probado en mi vida, sin embargo sabía a él. Al cabo de un rato mamándole la polla sin salir del glande, empujo mi cabeza hacia su enorme miembro viril, lo saque rápido. Su verga era tan grande que cuando lo metió llegó a mi garanta…, la obstrucción fue tan salvaje, que sentí que me ahogaba. Mi padre pidió perdón amparándose en su larga abstinencia sexual.

Me levanto de sus piernas, abrió la suyas y me puso de espaldas a él con mis nalgas muy cerca de su verga erecta… acaricio mis piernas, metió su mano debajo de mi blusita y apretó un poco mis tetas, sacó su mano y por encima de mi short paso su mano, la metió debajo de mis bragas y sus dedos abrieron los labios vaginales mientras besaba mi cuello. Con dos dedos los abría y con uno acariciaba lento mi clítoris. Me dijo mientras lo hacía, lo recuerdo perfectamente… – "mi niña pequeña y preciosa está muy mojadita ¡Umm qué rico coñito tienes cariño!" Siguió tocando mi clítoris al que le daba pequeños pellizquitos.

Luego de un rato en la que me tenía fuera de mí completamente excitada como una perra en celo, sacó su mano me giró, metió su mano a su boca y chupo su dedos cubiertos de mi jugo vaginal… decía que eran deliciosos y me los dio a probar. Se quitó la ropa, se masturbó un poco enfrente de mí mientras le miraba, entonces tomé la iniciativa y le ayudé a pajeársela. Me encantaba sentir la dureza viril de un macho tan potente como era mi padre por entonces… se la mamé un poco hasta que me cargó en sus fuertes brazos y acostó en la cama, pego su nariz a la mía y se movió colocándose bien sobre mi cuerpecito sin dejar caer su enorme volumen, tomó mi barbilla y pegó sus labios a los míos yo no hice nada ni siquiera correspondí su beso. Pasó su lengua por mis labios volvió a pegar sus labios y esta vez trate de corresponder…ese fue mi primer beso y el más rico que me han dado.

Quitó mi blusita de en medio y beso mis pezones con un besito tierno, los succionó, mordió y lamió ¡¡Uff que rico!! Bajó por mi abdomen desabrochó mi short y con la boca lo quito igual que mis braguitas rosa de “hello Kiti”. Cuando los había quitado beso mis orondas piernas hasta que llego a mi vagina, la olió con una inspiración profunda y sonora. Me espetó con unas palabras que me sugestionaron mucho… "¡Mira que rica vaginita virgen me voy a comer hoy… la de mi preciosa nena! ¡Vas a tenerla llena de la leche de papá!"

Pasó su lengua por toda mi gorda vulva hasta casi llegar al ano, la mordía suavecito y la chupaba yo gemía discretamente. Siguió por un rato chupándome el coñito, metiendo su lengua en mi conducto y lengüeteándome la pepita sin cesar, hasta que me corrí como una guarra. Después se sentó en la cama recargando su espalda al cabezal, se masturbó muy rápido, yo me acariciaba las tetas apretándome los pezones. Ambos frente a frente tocándonos era una escena excitante e inesperada en mi vida. Me pidió que me acercase a él, por supuesto le hice caso. Andando sobre la cama me puse a su cota, "¡Trata de meter mi polla en tu vagina!", me dijo. Al ver que no tenía ni idea de cómo acomodarme, trató de darme las instrucciones oportunas. Asustada de ver el gran calibre que se proponía calzarme en mi virgen coñito y no menos pequeño cuerpecito, le dije que no cabría y me iba a doler que mejor no, él insistió que sí… que me dolería un poco al principio, pero solo un poquito y después sentiría una sensación muy rica y jamás volvería a suceder. "A partir de hoy tu coñito estará preparado para follar durante toda la vida sin dolor y solo para gozar del sexo…"

Sin duda fue una frase muy convincente. Me puso sobre él, aún de pie al ser tan pequeña era como si fuese una mujer adulta. Me abrí de piernas, sujeté su mástil y me hinqué cerca de su polla inhiesta, me abrazó y yo a él. Apretó mi culo, tomó su estoque y lo paso por la raja de mi coño… "¡¿Estás lista mi niña?!"

Temblaba de miedo y emoción… probablemente sería la primera de mi clase que sería desvirgada. A quien se lo contase no lo creería… la pobre enanita iba a ser la primera en probar una polla en su coño, eso me motivaba a progresar en el fornicio con mi padre, pese a que tuviese una polla bastante larga y más gruesa de lo habitual. Como digo, tenía un poco de miedo. Comenzó a tratar de meter su tranca logrando mojar en mi coño el rojo y caliente capullo… solo era la punta y grité en su oído. Sus palabras me tranquilizaron, pero más sus caricias, esas caricias en mi espalda y culo que tan conocidas eran para mí. Me dijo que estuviera tranquila metió un poco más y yo seguía gimiendo sin gritar. Esperó un poco en cada clavada de unos pocos centímetros, para que se acomodara mi conducto a su grosor. De esta manera llegó al himen… "¡Aquí tienes tu virginidad intacta mi vida!" Me dijo al oído en un susurro… "Vas a sentir como te rompo y estarás desvirgada para siempre ¡Serás mía! ¡Serás la nena de papi para siempre! ¡Me vas a entregar tu flor, mi amor!"

Sin esperar un segundo más la metió toda de un golpe y yo grité muy fuerte, suspiró en mi oído y me pidió que me moviera empecé a moverme lentamente por un buen rato. Él me ayudada con el mete saca, de tal forma que aumentaba mi velocidad de penetración por momentos. Sentía su enorme y rico pollón en mis entrañas, notaba como se movía dentro de mí. Él solo alentaba con… "¡Ummmmm vamos así mi niña!" Me chupaba las tetas, succionaba mis pezones que quedaban un poco por debajo de la atura de su boca al estar en cuclillas. Notaba sus pelotas aplastarse contra mi coño y culo, me excitaba sentirlas gordas y llenas de leche que me daría en breve anegando mi vagina de esperma.

Me recostó y se puso encima de mí follándome casi vertical metiendo toda la polla hasta los huevos una y otra vez. Yo solo jadeaba sin emitir más sonido que la de mi respiración y pequeños gemidos al notar su glande en mi útero. Aumentó la cadencia de la arremetidas y la hundió en mi vientre… nos empezamos a comer la boca, su lengua entraba audaz en la mía en pugna con mi lengua recorriendo cada rincón, me la mamaba y yo le imité chupando su lengua como si fuera la verga que me estaba atravesando hasta el estómago, cuando de pronto percibí un gran chorro de leche cálida inundar mi útero, seguido de otro más un tercer chorro de esa lefa que papá guardaba para mí en sus grandes testículos. Estar mamando su lengua a tiempo que era inseminada, fue una sensación inolvidable en mi vida Era maravilloso sentirlo eyacular en mis entrañas, tener su esencia inundando mi vagina era algo excitante. Nada más terminar de vaciarse, la sacó de la estrechez de mi coñito y me dio un besito. Me acosté a su lado toda la noche muy agitada, me abrazó y nos quedamos dormidos juntos.

Desde entonces me siguió follando casi todos los días, ya nunca más necesito de otra mujer, su pequeña enanita era mujer suficiente para satisfacerlo…dormíamos juntos como un matrimonio y me hizo muy feliz hasta que un día murió por un cáncer pulmonar. Fumaba mucho, pero no tanto como otros que no se han muerto, por eso pienso que a cada uno nos toca cuando nos toca y poco podemos hacer más que disfrutar de la vida. Con 16 años mis tíos me acogieron haciéndose cargo de mí…, al no tener padres ellos fueron mis tutores hasta la mayoría de edad y las cosas no cambiaron mucho porque desde siempre, pese a mi cualidad de niña enana con un cuerpo desproporcionado, se me veía atractiva sexualmente al tener mis partes erógena mucho más desarrolladas que otras chicas de estatura normal, por eso desde pequeña fui deseada por mi tío también. Él nunca pretendió nada porque su hermano era una barrera de contención de mi virtud, pero me miraba siempre haciéndolo notar. Esas mirada lascivas no las entendí hasta el momento que desperté de mi sexualidad con papá… empecé a discernir una mirada paternal de una lujuriosa.


*******************************


Después comer en una tarde de verano calurosa en la que ya tenía bien cumplidos mis 16 años, estábamos en el comedor cortinas cerradas por el calor. Mi tía lavaba los platos y avisa a mi tío que terminaba y tomaría una siesta, apaga la luz y pregunta si nos iríamos a dormir a lo que dijimos que no ambos, en el sofá estaba mi tío y de manera cariñosa me dice...“sobrina ven conmigo, tengo ganas de verte”. Obediente me sienta en su regazo, yo llevaba una falda cortita y una blusita de algodón con breteles finos. Él estaba cachondo y yo no llevaba sujetador en casa por el calor y la comodidad de estar liberada de tal prenda ceñida, así que mis lindas tetitas estaban sueltas y por no llevar tampoco tenía las bragas puestas.

Empieza a planear con su mano en mi culito y masajearme, tanto me tocaba que mi falda se fue levantando metiendo la mano en mi entrepierna. Yo separé las piernas y las saque fuera de las suyas, se volvió loco al ver lo bien educada que estaba en la sumisión al macho. Metió su mano bajo mi blusa me agarró una teta, la manoseaba muy bien con contundencia y delicadeza pellizcándome el pezón. Se empezaba a oír los ronquidos de mi tía, ahora sí que estábamos solos.

La ventana que daba a la calle desde el salón se hallaba entreabierta, dejaba entrar la tenue luz por la cortina en su balanceo ventoso, lo que nos calentó más sabiendo que cualquiera que pasase por la calle no podría oír e incluso ver. Ya estábamos solos y el no dejaba de manosearme, besaba mi cuello, su respiración agitada, su polla estaba muy dura, podía sentirla en su abultado shorts… calzaba tan grande como su hermano, mi difunto padre. Ya tenía las dos manos en mis tetas, me paro y me dio la vuelta quedando de frente. Se quitó la camiseta, estaba muy envalentonado y decidido a follarse a su sobrina, cual venado en celo… en verdad no les había oído follar desde que vivía allí, así que debía estar bien cargado con muchas ganas. Levantó mi blusa apoyando mis tetas en su pecho, me abrazo fuerte y nos restregábamos.

Subida sobre él, me decía lo buena que estaba y hermosa, que al ser tan pequeñita era como follarse a una nena de cinco o seis añitos y joder con una nínfula así era tremendamente morboso. Me preguntó si quería ir a mi cama con él, le contesté que no, entonces levantó mi camiseta sacándome las tetas fuera y comenzó a mamarlas fuerte. Mis pezones estaban duros. Yo estaba mojada como una puta deseando que me clavase su estoque bien dentro… mi padre me tenía muy mal acostumbrada follándome casi todas las noches y ya habían pasado varios meses de su pérdida. Necesitaba que me follasen, que me mi tío me follase y llenase mi coñito de carne dura… a cambio le dejaría correrse dentro en pago a quitarme la quemazón de coño.

Todos creen que las enanas no estamos desarrolladas, pero no saben que nos quedamos antes que la normales. Yo a mis 11 años ya estaba más que disponible para recibir verga por mi coñito, solo que mi padre no se enteraba de mis demandas y yo nunca me atreví a pedírselo directamente, temía que me tachase de guarra marginándome… ya tenía lo justo en el colegio discriminada como si fuera apestada. Con mi padre no quería eso y no me lancé a su polla a tan tierna edad…dejé el devenir de los acontecimientos y gané.

Volviendo a mi tío, de pronto me besó la boca con tal ahínco que casi me ahogo con su lengua de lo profunda que me la metía rozando los dientes, paladar y hasta el galillo. Se notaba muy excitado, alterado y con esa fortaleza que todo macho deja asomar en estado de celo, entonces me dijo...“no doy más de mi aguante… quiero darte”, insistió invitándome a la cama de mi habitación, dado que en la suya dormitaba su esposa. Le di un no dudoso y el continúo con su manoseo. De pronto miro su polla se estaba saliendo por la cintura del shorts y me volvió loca con aquel cipote enorme, duro y dispuesto a perforarme. “No aguanto más putita, sé que no eres una vulgar calienta pollas, así que vamos a la cama” me dijo, llevábamos fácil casi media hora en esto, yo estaba más caliente que una cafetera y chorreando baba por la raja de mi coño… di mi consentimiento por derrota vaginal.

Metió sus brazos bajo mis rechonchas piernas dejándome tan abierta que parecía romperme al despatarrarme… me llevó en volantas a una posición idónea apuntando su polla a mí conejito. Él estaba bañado en sudor, con la respiración acelerada se quitó los ligeros short que llevaba arrastrando con ellos sus calzoncillos, se desprendió de todo en un santiamén. Cuando veo el tamaño de su polla gruesa con una cabeza mojada, muy larga pensé que me destrozaría por dentro… mi padre no la tenía tan enorme. Pensé que más parecía la vega de un caballo. Estaba tan salida que igual dejé que lo hiciera.

Nos acostamos diciéndome… “¡¡Ábrete bien de piernas porque te va a doler…!! A tu tía aun le jode el útero cuando se la meto entera. Comenzó a metérmela y a mí se me abrían las caderas no podía juntar las piernas. Comenzó a bombearme metiendo cada vez más barra de carne dura, pronto tuve gran parte del tronco dentro de mi vagina, creía que no me entraría entera hasta los huevos, pero él insistía en ahondar más y más… yo no podía más, quería gritar de placer pero me escucharían. En un puyazo con dureza noté la bolsa de sus huevos azotarme el coño y ano a la vez, entonces supe que la tenía entera alojada en mi interior. Me dijo jadeando… “¡Te entro toda sobrinita! Menudo coño tragón que tienes puta… ¡Tómala, vamos pequeña tómala!

Mi tío jugaba con mi cuerpo como quería, era una muñeca de trapo siendo follada por un gran verraco. Percibía cada clavada en mi estómago, yo le agarraba con mis torpes manitas para que entrase más y no saliese de mi coño. “Para ser tan cortita, ¡¿Cómo es posible que te entre toda la verga hasta las pelotas?!” Me decía desconcertado y excitado como un macho cabrío… Sentí algo muy hermoso al ver cómo me chupaba las tetas y succionaba mis pezones haciendo un gran esfuerzo de doblegarse para llegar, pero lo que más me emocionó fue su gran beso con lengua al mismo tiempo que sus empujones me balanceaban trepidantemente. Sentí un temblor tenso de todo su cuerpo, y sin dejar de besarme yo le besaba sujetándolo hacia mí. En un instante de toma de aliento le espeté… “Continúa follándome tío, no la saques de mi coño y córrete dentro de mí ¡Quiero toda tu leche! Hoy puedes descargarte los huevos por entero en mí… no me vas a preñar”

Él no lo dudo, la hundió hasta el mismo útero y la sostuvo adentro dejándome toda su leche. Sentí a las claras el primer gran chorro de lefa, el segundo fue aún más potente seguidos de otros tantos. Era tanto el esperma que me inundaba que se salía por los costados de su verga, aun cerrando su tronco por mi coño a todo su alrededor con gran aprieto… nos echamos sobre la cama y dormimos juntos un hora lo menos. Cuando me desperté, mi tío continuaba relajado sobre las sábanas sobando como una marmota, el polvo le sentó de maravilla. Oí ruido por la casa, en la cocina y luego en la sala de estar cerrando la ventana, debía de ser mi tía que ya se había levantado de la siesta. Para llegar a la cocina debía de pasar por la puerta de mi cuarto, y esta se hallaba entornada sin cerrar, probablemente pienso que la abrió y observó el panorama, nunca comentó nada al respecto asumiendo que la nueva hembrita también gozaba del favor de su semental.


**********************************


Me contó que desde los 13 años hasta los 22, su tío se la estuvo follando con el consentimiento de la esposa, pero si a su tía no logró preñarla a ella tampoco pese a que siempre los hacían a pelo y acababa dentro de ella casi siempre… pocas veces en ese tiempo tomó la píldora anticonceptiva, resulta que tanto su padre o como su tío tenían una enfermedad genética que les impedía tener espermatozoides válidos para engendrar, la llamada eyaculación retrógrada que se produce cuando el semen entra en la vejiga durante el orgasmo en lugar de emerger por la punta del glande, esto era debido a una diabetes congénita ¡¿Entonces quién era el verdadero padre de Ximena?!?

Iba terminando mi tercer trago, y ella el segundo, me animé a besarla. Como era de suponerse, ella aceptó gustosa mi beso y nuestras lenguas fueron jugando en la boca del otro. Poco a poco nuestro beso fue subiendo de intensidad a estado de morreo, hasta convertirse en una fuerte pelea de lenguas. La tomé de la cintura, y la coloqué con una rodilla a cada lado de mí. Bese su cuello unos momentos y decididamente me dirigí con mi boca a sus tetas. Ella quiso detenerme, pero solo lo hacía para que yo no pensara que era una chica fácil. Trabajé un poco en ellos, aun sobre su chaleco. Al poco rato ya se lo estaba quitando y de ahí a quitarle la blusa solo fueron unos cuantos minutos.

Es curioso que la enanas tienes todas sus partes erógenas de un tamaño normal… culo, coño, tetas, pezones, labios… en contra del resto del tronco y extremidades, lo que esa noche iba a averiguar era si su coño es igual de profundo y puede albergar mis 24 centímetros de verga con sus buenos 6 de grosor, no sé qué longitud tiene su tío, pero estoy seguro que mi polla es más recia y larga. Sus tetas redondas y perfectas, grandes con un pezón increíblemente de areola enorme, se notaban sobremanera bajo la tela de su delgado sostén. Comencé a chupárselos fuertemente, dejándole completamente empapada la tela de saliva. No me costó mucho tampoco retirar esa prenda y al fin tuve directamente en mi boca esos grandes pezones que chupaba como loco… no se diferenciaban en nada de otras tetas, con la diferencia que estas eran más grandes que las de muchas otras chicas de estatura normal que me he follado.

Ella entre gemidos me decía que le encantaba que se los chuparan fuerte con brutalidad… y yo casi se los sacaba de las chupadas que le daba. Mientras lo hacía, ella bajó sus manos y desesperadamente comenzó a bajarme los pantalones con cierta torpeza por no tener las manos demasiado hábiles debido a lo rechoncho de sus dedos. Apenas pudo, se apodero de mi verga que casi explotaba dentro de mi bóxer. “¡¡Madre mía qué pedazo de pollón te gastas!! Esto sí que es una suerte poder disfrutarlo… y solo para mí” Dijo alborozada al ver mi arma letal.

Acto seguido, se bajó rápidamente de donde estaba, y sin necesidad de arrodillándose delante de mí se llevó mi verga a la boca y me dio una chupada muy sonora sorbiendo mi glande, casi con la misma intensidad que yo le había chupado las tetas. Me daba un poco de risa, ver a esa diminuta mujer entre mis piernas, metiéndose lo más que podía mi verga dentro de su boca, mientras yo continuaba bebiendo mi ron con cola on the rock. Dejé que gozara del tronco y me lo pusiese a tono, sujetaba como podía la tranca con ambas manos y chupaba como posesa muerta de hambre. Aunque la mamada estaba sensacional, quería apoderarme de todo ese diminuto cuerpo… me desprendí de toda la ropa que restaba menos los calcetines, ese fetiche me pone mucho y a mí me gusta conservarlos. Levantándome, la tomé en brazos, la nena hábilmente se colgó de mí con sus piernas aferradas a mi cintura, y sus brazos rodeando mi cuello, llevándola asínos besábamos yendo hasta mi habitación.

La recosté en la cama y desabrochándole su pantalón, no sin gran esfuerzo, por el grueso de sus piernas y su culo redondo y excesivamente respingón… logré sacárselo. Sus piernas eran fabulosas, muy cortas, pero muy gruesas, con sus anchas caderas y unas minúsculas braguitas blancas muy coquetas. No hacían más que calentarme aún más, pensando en lo que estaba viviendo, en lo que estaba a punto de proba y temía que me fuese a correr antes de poder disfrutar de aquella pequeña pieza de lujuria.

Terminé de desvestirla y sin sacarle las bragas, me metí entre sus piernas y comencé a comerle el coño a través de la tela. El olor que emanaba su sexo era muy agradable, y eso me gustó mogollón. Luego le saqué esa prenda, y me acosté de espaldas en la cama. Le pedí que me la volviera a chupar, pero esta vez dejando su culo sobre mi pecho. En esta posición, mientras ella me la mamaba con mis manos recorría y trajinaba cada rincón de su tremendo culo, su amplia raja daba a conocer el botón de su ano y de ahí la tremenda raja de su coño. Aquel coño no tenía nada que envidar al de una hembra normal.

Realmente la enanita era una experta chupapollas, y según ella mismo me confesó esa era su mayor debilidad, ya que desde los 9 años lo practicaba con asiduidad con chicos conocidos de confianza. Si había aficionado tanto a las felaciones, y le encantaban en tal medida que podría correrse chupando una verga, para ella no le importaba que no hubiese penetración o que la satisficieran, para ella el gozo venía de sentir y una verga grande y dura en su boca y chuparlas sin parar incluso después de que esta acabara… le ponía muy cachonda que fuese un hombre maduro y normal, ya estaba harta de niñatos insensibles y de algún que otro enano cabezón de los que conocía en las quedadas de la asociación ONCE. A todos ellos se la mamaba, se corrían en su boca y luego nada.

La idea no era mala, echarle todo mi semen en su boca, pero aun quería gozar más con ella y no quise acabar aun, así que en esa misma posición le pedí que me colocara su coño en mi boca, haciéndola prácticamente sentarse sobre mí o más bien hacer el puente sobre mi cabeza bajo su coño, dado que se mantenía de pie sobre mí. Ella misma se dio la vuelta y nuevamente casi sentándose en mi cara con mi lengua trajinando su vulva, comenzó a masturbarse, mirándome a los ojos, con una cara de cachonda a más no poder. Su mano se retorcía en su coño maltratándose el clítoris como una puta salida, sin duda el sexo era un poder muy fuerte para la enana, algo más poderoso que cualquier arma nuclear que le hacía estallar con tanta lujuria que me asustaba… si no fuera una persona tan pequeña como una cría de 6 años le tendría miedo, sin embargo esa situación me ponía frenético, lleno de morbo.

Dejé que se tocara mientras yo le comía el coño y se lo follaba con la lengua, ella no aguantó más de un par de minutos hasta que reventó eyaculando un gran chorro de líquido salido de su coño tras correrse entre gemidos… me lo tragué todo con delirio. Una vez que Ximena se destensó del orgasmo, la bajé de mi cara y prácticamente al ariete empalmado como un mástil. Con su coño lubricado, le enchufé mi verga en su orificio vaginal y ella misma se dejó caer empalándose. El cuerpecito era tan liviano que hice con ella lo que quise, la llegaba a levantar con cada embestida clavándole los 24 centímetros de verga cada tres o cuatro clavadas a media polla de manera rápida. Hasta me arrodillé y ella diestramente no se desenchufó de mi verga en todo momento… esa enana tenía una experiencia fuera de lo común follando, sobrepasando a todas cual si fuera una profesional. Me elevé de rodillas sobre la cama y ella aferrada como una lapa con sus piernas a mi cintura, no dejó de moverse con mi verga adentro batiendo la cintura, de tal manera que la boca de su coño recorría toda la longitud de mi verga una y otra vez. Si hubo duda sobre la profundidad de su vagina ya no la habría… se tragaba todo el cipote hasta la raíz.

Con mis manos apoyadas en su gran culo sobre la cama, la enanita se movía presurosa y presta como una diosa, haciéndome temblar de placer. Agarrada con fortaleza de sus nalgas, empujaba bien fuerte y profundo golpeando con mis bolas en su coño. Esa posición era deliciosa e inédita para mí… aguanté más de cinco minutos, luego la coloqué cuatro patas sobre la cama y yo arrodillado tras de ella, me la empecé a comer por detrás. Traté de metérsela por el culo, pero me dijo que no quería… que mejor dejarlo para otra ocasión, ahora lo quería todo por el coño, no seguí insistiendo, el coño estaba bien, no siempre te dejan follar a pelo y por el momento no había cortapisas para correrme dentro de ella… se la volví a enchufar por la raja follándomela sin compasión a todo trapo…, a la enana le gustaba que la follaran fuerte cual si fuera una puta callejera, y mi verga entraba sin piedad en su angosta y profunda grieta, haciéndole chocar mi pelvis contra sus generosas nalgas.

Esta enana no paraba de follar… de buscar que la follase más bien. Muchas veces pensé que estaba apunto de hacerla acabar, pero no, ella seguía y seguía como una máquina sexual imparable, esto era algo inédito para mí también. Con esta mujercita se me estaban cayendo muchos de los mitos sobre las mujeres con ciertas deficiencias físicas. Por mi parte ya había pasado la etapa de debilidad, suelo tener un gran aguante follando, mi record ha llegado a estar en casi una hora metiendo y sacando, en aquella ocasión fueron dos pavas medio borrachas que se dejaron follar en los San Fermines de 2015. Con la enana ya pasábamos de los veinte minutos y, mi verga estaba dura como una roca, así que tampoco paraba de darle con todas las fuerzas, mas la enana ya daba muestras de querer acabar con su corrida y sin esperar un segundo se tensó su cuerpo y comenzó a gemir convulsionando. Lejos de aminorar mis embates, la continué follando con mayor cadencia y dureza. Su eyaculación se vertía por mi polla, la extraje y tras de ella una chorro de su corrida me bañó.

Luego se me ocurrió que su liviano cuerpecito, sería fácil hacer lo que en más de alguna foto porno había visto. La tomé de la cintura, le di vuelta y la levanté, poniéndome su chocho en mi boca y su cabeza a la altura de mi polla. Ahí estaba yo, de pie, con la enanita de cabeza boca abajo, haciendo un 69 espectacular de cuclillas. La enana aferrada a mis muslos no dejaba de chupármela intensamente, y solo se la sacó de la boca para decirme que estaba por acabar otra vez y que no le dejar de comer el coño… le había costado soltarse, pero en menos de tres minutos pretendía correrse por tercera vez en esa posición.

Con mayor fuerza comencé a chuparle el coño, mientras con mis movimientos pélvicos le metía un buen tramo de mi verga en su boca llegándole al esófago. Me coloqué delante del espejo y me vi en esa posición excitándome más aún. La enana me apretó fuertemente con las piernas en clara señal que su orgasmo se corría y apenas comenzó a soltar sus jugos. Una vez que se calmó, la deslicé a la cama, la recosté de espaldas y con un misionero estando yo de rodillas y ella sobre mis muslos se la hinqué a fondo perforándola a modo de pistón. “¡Dámela cabrón, dame tu leche! Ni se te ocurra sacarla de mi coño, me decía. ¡Cumple como un macho y lléname! Si no me voy con tu lefa en mi coño, no seré feliz…”

“¡¿Quieres que te preñe, PUTA?! Le espeté en mi momento álgido, ella me contesto… ¡No te atreverás! ¡Inténtalo a ver si por fin consigo tener un buen semental que me folle y me haga una buena panza…!” Seguí dándole y de pronto la clavé con un rugido animalesco, fue como soltar toda la presión de golpe al tiempo que eyaculaba un primer gran chorro de leche en sus entrañas…me descargué con gran fuerza en su útero en un segundo y tercer tiro de lefa le llenaba la vagina impregnando todas sus paredes internas y profundas copando su cérvix. Esa enana no sería a la primera que preñase… mi esperma estaba homologado por tres hembras con sus respectivos retoños.

Descargados de nuestros orgasmos en la boca y coño respectivamente, me acosté en la cama y aun así, la enana no se desprendía de mi verga. Ya sin fuerza, y flácida, sentía su lengua jugar con ella, besándome las bolas, entre las piernas. Esa sensación era exquisita y tan nueva para mí como cualquier otra cosa que me había ocurrido con esa nena. A todo esto, había transcurrido como dos horas desde que la subí a mi coche, y ella ya estaba más que retrasada de la hora habitual de llegar a su casa. A sí que nos vestimos rápidamente, y aunque me dio un poco de pena que se marchase, lo hice sabiendo que tendríamos más oportunidades durante el periodo de estancia en aquella ciudad antes de marcharme tras mi sustitución. Me dio su número de teléfono y me dijo que lo había pasado sensacional. Lo que más me sorprendió es cuando me dijo antes de salir… “si algún otro día andas caliente, no dudes en llamarme o pasarte por su puesto”. Añadió que la vida es así, las mujeres están supeditadas a los deseos sexuales de los hombres, la naturaleza no había hecho de esta manera, de tal modo que la hembra siempre está disponible para saciar las necesidades del macho, ser usada, penetrada e inseminada por el bien de la subsistencia de la raza humana y, contravenir esta máxima era no atenerse a las leyes naturales que nos han hecho el ser predominante del planeta. “¡¡Una mujer por muy poderosa que sea, si quiere gozar del sexo ha de dejarse follar y dominar por un semental!! ¡Y yo solo soy una enana fogosa!

*******************************

Al día siguiente del gran encuentro con la enana, salí de casa no sé a qué, y a media distancia vi que Ximena me hacía señales para que me acercase a ella. Conforme iba yendo, vi que se caía al suelo. Corrí hasta mi pequeña gran diosa y la ayudé a levantarse. Creí que le había dado un mareo o algo similar…

– Ximena ¿estás bien?

– Sí, sí. Gracias Adrián. Se me han caído los cupones y al ir a recogerlos me he caído. Menos mal estabas tú por aquí…

Recordé que estas personas no pueden doblar sus extremidades con facilidad. Así, Ximena no había podido coger los décimos como tú o como yo.

– Pues sí…. Dije fijándome en su cara maquillada. Noté que Ximena temblaba.

– Oye Ximena, parece que te has dado un buen susto. Anda, ve que te voy a invitar a una tila para que te relajes. La invité aprovechando que estábamos cerca de un bar.

– Gracias Adrián, pero no me apetece bullicio. Mejor me meto al quiosco, me siento y me relajo.

– Vale, como quieras

– Gracias, de verdad

– De nada. Nos vemos

Y acompañándola hasta su quiosco, me marché. Pasaron un par de días. Ya era a principios de octubre, decidí hacerle una visita con la excusa de comprar un cupón.

– Hola, muy buenas Ximena

– Hola Adrián. ¿Qué tal?

Estaba realmente bella. Lo digo en serio. No sé si tú has visto a alguna enana, pero Ximena, créeme, era preciosa cuando se maquillaba con esmero y al tener las facciones normales, para nada daba la sensación que tuviese la condición de enana sentada en su taburete elevado dentro de la caseta. Y eso era siempre. Sus uñas eran largas y con una manicura francesa que me volvió loco.

– ¿Sabes? – Añadió Ximena – no sé porque, pero tenía la corazonada de que hoy te iba a ver delante de mi puesto, Adrián.

Aquello me acabó de derrumbar.

– ¿Ah sí? – Conseguí balbucear – Pues mira tú por donde que hoy me he dicho… voy a comprar un cuponcito, a ver qué tal si tengo la misma suerte del otro día de conocerte…

– Ja jaja… Oye, ¿sigue en pie esa tila?

– Sí claro

– Ok. ¿Y si la sustituimos por una cerveza?

– Ah… Vale me parece perfecto, con una tapita de queso con jamón.

– Venga, vamos. ¡¡Pero pago yo eh!! Así compenso por la suerte que he tenido de conocerte.

Cerró el quiosco y fuimos al bar. Tomamos unas cervezas. Reímos, charlamos… dejando al margen la tensión sexual de la primera vez. Ahora sabíamos que si nos apetecía solo era cuestión de pedírselo al otro y follar con total confianza.

– Adrián, ¿te importa ayudarme a llevar el carrito a casa? Yo sola, con estas cervecillas… no puedo – Dijo Ximena ruborizándose

– Claro mujer lo que mi reina necesite.

Pagué y nos fuimos, al final le invité yo. Ximena tenía una casa a su medida. No voy a extenderme.

– Oye, déjame invitarte a la última por favor… Te había dicho que iba a pagar yo, y al final has pagado tú, y además me ayudas a traer el carro tan pesado.

– ¡Pero una eh… no nos liemos que nos vamos conociendo!

– Si hombre sí. Siéntate en sofá, no te voy a comer aunque ganas no me faltan.

Me senté, era una casa muy bien arreglada con capricho, una vivienda llena de detalles femeninos que agradan y hacen hogar. Al minuto, Ximena vino con dos cervezas. Se sentó

– Oye Adrián, muchas gracias por todo lo del otro día… Quizás otro hubiese pasado.

– Mujer no digas eso ¡¡No eres ningún bicho!! Solo eres una mujer atrapada en un cuerpo pequeño…lo demás está dentro del orden normal ¡No a todas las hembras le cabe mi polla!

– Gracias cariño por tus ánimos. Hace tantos años que nadie me entra que no estaba preparada, por eso al principio te podía parecer fría y distante. Tampoco he tenido demasiadas experiencias con hombres que no fuesen mi padre o mi tío…con ellos he aprendido todo lo que sé en la cama ¡Pero mi tío tras su derrame cerebral ya no folla!

– Cuanto siento lo de tu tío, de verdad. Tú sabes bien que los hombres somos muy dados a ayudar a las mujeres, y si son guapas, mucho más – ¿¡Qué había dicho?! ¡¡Acababa de tirarle los tejos a Ximena!! Me había jurado que no abusaría de la chica.

– Vaya…. – Ximena roja como un tomate – Gracias por el cumplido

– No es un cumplido Ximena… es cierto. Eres preciosa, sexy y muy femenina, ¿¡Qué más se puede pedir en una mujer!? Ahora, por ejemplo… tus labios pintados de rojo pasión con una base de brillantina, tus ojos, tu rostro…tus uñas perfectamente moldeadas y pintadas de rojo Rusia son mi debilidad, tengo ese pequeño fetiche del rojo en labios y uñas. Sin avisar, Ximena bajó del sofá y se marchó – ¿Ximena?“ – Ya la he cagado” pensé.

– Espera un segundo guapo, no te vayas sin ver mi sorpresa.

Espere unos minutos y apareció. Llevaba unos zapatos de tacón altos de cuero, medias de rejilla, ligueros y corsé blancos. A pesar de que mide un metro aproximadamente, estaba realmente sexy. Muy erótica. Se acercó a mí, subió al sofá y acercó su mano a mis labios. Sus esculpidas uñas entraron en mi boca.

– Chupa… lámelas – me dijo–mmmmhh…. Así mi amor, así se hace….

Yo comencé a lamerlas. Mordí las uñas, que tendrían cerca de un centímetro de largas. Metió tres dedos en mi boca. Mi lengua pasaba entre ellos. Ximena cerró los ojos… Agarré sus caderas, saqué los dedos y busqué su boca. Me besó con pasión, como ninguna mujer me había besado antes, era una mujer muy entregada en cuerpo y alma al sexo. Nuestras lenguas se buscaban, jugaban. Ximena gemía…. Lamí sus labios rojos como la pasión.

– Espera. Déjame llevar a mí el ritmo ¡Quiero follarte bien! – Me ordenó Ximena. Accedí –Y no te preocupes porque te voy a dejar los huevos secos, de eso puedes estar seguro mi amor…la otra vez me llenaste tanto que estuve sacándome lefa con los dedos por horas.

Me dejó atónito en el sofá, se bajó y se puso delante de mí. Me quitó el cinturón, me bajó el pantalón y calzoncillos, y observó mi polla tiesa y dura. Sobó la verga tirando del prepucio…

– ¡Qué rápido te empalmas mi vida! Me encantan los machos tan fogosos y dispuestos a darle placer a mi cuerpecito. Sé que os da morbo follarme, porque parezco una cría de cinco años con unas tetas y culo de adulta…, y a ti mi rey te quiero follar a pelo para que me llenes bien de polla y de lefa. ¡¿Quieres ver mis tetas y mi chocho caliente y húmedo?!

Sin esperar mi respuesta a su pregunta retórica, se bajó los tirantes del corsé hasta el ombligo, y mostró sus tetas. Eran redondas, firmes, blancas como la leche…muy apetecibles

– Vaya polla tienes cariño mío, es enorme…larga y recia como un tronco. Que sepas que toda esta me la vas a volver a meter dentro de mi cuerpecito… tengo un coño muy profundo como ya has comprobado, aunque llegues a mi útero con esto no me importa que me revientes a pollazos... mucho mejor, así lo tendrás más fácil para sembrarme.

Se acercó y comenzó a mamármela. Su lengua pasaba por mi capullo esparciendo su saliva. Gemía como una zorra. Tragaba hasta donde otras tienen arcadas. Y seguía, seguía…

– mmmmhhh…. Que rica…. Me encanta lo gorda que la tienes cabrón, este glande es tremendo, el orificio de salida de tu leche se ve tan amplio que me embarga – la punta de su lengua lo acariciaba – Y estos huevos son mi locura tan pesados como dos bolas de plomo ¡Las noto muy llenas de leche, cariño! Comenzó a dar lengüetazos ensalivándolos.

Luego sopesaba mi escroto con una forma de chupar ruidosa, como nos gusta a nosotros, sorbiendo saliva y jugos a la vez. La aparté. Me arrodillé y lamí su teta derecha. Mis dientes mordieron su rico pezón. Metí toda la teta a la boca y la mordí, la succioné. Ximena gritaba de placer retorciéndose como una zorra ávida de placer sexual…

– ¡¡Quiero follarte pequeña Puta!! – Le dije sin ánimo de ofenderla.

– No. Espera un poco más, quiero saborearla ¡Me vuelve loca el gusto y dureza de tu polla!

Así que volvió a mamármela. Así su cabeza para que cogiese ritmo. Mordía despacito mi glande, toda la cabeza de mi polla entraba y salía de sus labios que apretaban friccionándolos con vigor. Tragaba como si fuese su última vez, con pasión, con devoción, como la más puta del mundo. Aquello podía haber tenido su final en su garganta, pero deseaba tanto como ella que mi esperma fuese a depositarse en el lugar natural dentro de una hembra… su útero. Así que di por acabada la mamada y cogiéndola de las axilas la puse encima de la mesa con el culo a ras del filo. De esta manera conseguí que estuviese a la altura oportuna de mi ariete, lo encaucé forzándolo hasta enfilarlo en la entrada de su coño, presto a trepanar su conducto del placer.

– ¡Lo siento muy caliente cariño! No me dejes a medias – me miró a los ojos – No puedes dejarme en la cima sexual. Pon tu gran polla dentro de mí. Dale a tu nena lo que necesita.

No hace falta decir que la enchufé y se la clavé de un solo envión al fondo de su coño. Empecé a empujar dentro de ella y comencé a follar a mi enana.

– Lentamente, mi macho o acabarás demasiado pronto. Métemela así agradable y lento.

Recordé que cuando me tiré a la primera chica en el instituto, durante media hora follándola no podía eyacular, me dio una gran fama entre las putas del instituto, con lo cual experimenté con las más folladoras, eso me generó una creencia que aun pienso que es verdad… “las chicas pueden padecer orgasmos prácticamente desde el momento en que tienen deseos sexuales y siempre se tomaban un tiempo tenerlos, lo cual quiere decir que además los controlan”. Comencé a un ritmo lento y constante, sacando mi polla casi por completo y luego volviendo tan profunda como sería posible. En pocos segundos mi enana comenzó a gemir.

– Oooohhh… ooooh… esto no debería estar sucediendo, mi macho ya me estás dando orgasmos sin parar… Oooooh, – entonces ella gritó – ¡¡SÍ…SÍ…oh, Dios!! ¡Estoy teniendo el orgasmo más poderoso de mi vida! ¡Me corro cabrón, no pares por Dios santo!

Pasó un tiempo antes de que su cuerpo se relajara, pero no paré de follarla… – Creo que he soñado con esto desde que tengo memoria.

– ¡Te quiero Adrián, esto es una locura como me follas cabrón! ¡Esto nunca me ha sucedido!

– ¡¿Lo estás disfrutando verdad putita?! ¡Vas a tener la mejor follada de tu vida! Te quiero tanto, nena que casi me duele. Contigo el sexo es maravilloso y en tu corazón hay algo que dice que quiere que lo hagamos una y otra vez porque nos hace felices a los dos. Hay algo dentro de nosotros que me dice que lo necesitamos.

– Así es mi amor. Olvida todas las razones que te alejen para que no jodamos, no luches en contra de los instintos de follar y engendrar…, hagamos lo que para nosotros es algo natural, un hombre y una mujer, un coño y una verga y ese par de huevos con deseos de descargar los millones de bichitos locos por preñarme.

Extiende sus rechonchas piernas para que pueda entrar más dentro de su vagina, Ximena me miró con dureza, luego se echó a reír…

– ¡Vamos! ¡Jódeme y lléname de nuevo! ¡¿No te apetece vaciarte los cojones en mi coño?!

Qué lasciva se puso la enana. Los pezones erectos y su coño lleno de su propio jugo. Mi cintura entre sus piernas, entrando y saliendo a todo trapo deslizándole el duro rabo en el chocho más excitante que nunca me había tirado.

Ximena no pudo contenerse… – ¡Oh, cariño, eso se siente tan jodidamente bien! Voy a enseñarte a hacer todas las cosas que harán que las chicas con las que jodas de ahora en adelante, nunca tengan suficiente de tu polla… oooooh… ahora saca tu polla, agárrala y masajea vigorosamente mi coño de arriba a abajo. Abajo, de lado a lado… desciende y frota mi culo con eso… ooohhh… acabo de llegar… oooohhhhh… ahora fóllame otra vez y mordisquea ligeramente mis pezones mientras me llenas el coño de verga.

– ¡¿Así es como te gusta que te follen PUTA?! Te pienso dejar el coño como un bebedero de patos… bien abierto y lleno de leche… ¡¡Voy a correrme ya! ¡¡Y TE VOY A PREÑAR…!!

– Sí… sí… dámelo y folla mi culo con el dedo quiero sentir golpear tu polla dentro y fuera tan fuerte como puedas ¡¡Ohhhh no pares de follarme mi rey!! ¡Lléname de tu lefa! ¡PRÉÑAME Hijo de Puta, Préñame de una puta vez YA…!

Antes de que ella pudiera decir otra palabra mi polla explotó en su coño. Ximena gritó al percibir el primer aldabonazo, me agarró del culo y se metió más a dentro mi polla, atrapándome para no escapar de su trampa vaginal. Tanto mi eyaculación como su gemido me parecieron durar una eternidad. La emoción me mantuvo duro como una roca y continué follándomela en tanto no dejaba de eyacular chorro tras chorro de esperma dentro de la acaparadora enana… la chica gozaba como ninguna al notarse llena de mi fértil esperma, mis labios se aprisionaron con los suyos dándonos a comer lengua, corriéndome.

– Sí, sí… hazlo otra vez… dame otra carga del semen mi amor ¡Este chorro de leche será mi bebé! ¡Córrete dentro de mami, dentro de tu puta…de mí! ¡Siento como me estás preñado! Me estás haciendo el bebé más bonito del mundo, mi amor…

Esas palabras y las ganas que tenía de ser madre y yo su fecundador, me la ponía más dura y en consecuencia expelía el semen con mayor potencia y cantidad. Cuando terminamos, ambos estábamos jadeando y me relajé poniendo todo el peso de su cuerpo sobre la nena. Cuando finalmente nos quedamos sin aliento, Ximena hizo algo perverso, bajó la cabeza y comenzó a besarla, chuparla y limpiarla concienzudamente. Nos posicionamos de igual forma, entonces sentí su lengua a todo lo largo de mi tallo, luego con la polla limpia nuestras lenguas empezaron a sondearse dentro de nuestras bocas, entrando y saliendo, corriendo a lo largo de nuestros dientes… ¡Joder estábamos follando de nuevo! Este fue un beso con el que ningún hombre libre debería implicarse, algo prohibido cargado de pasión y lujuria que te atrapa dejando ser ese follador vividor para ser de ella. Mi pinchazo presionado su vulva con mis pelotas nos volvió a unir, volvíamos a estar acoplados en el fornicio.

En la prorroga apenas duré cinco minutos taladrando a aquella sexy enana que me elevaba a la cielo y me sucumbía al abismos en cuestión de segundos. Su manita se deslizó como pudo a mis huevos y los asió con sus rechonchos dedos, los masajeaba al tiempo que le hundía todo el tallo hasta el estómago… ella gemía y gozaba. Le comía los pezones y mamaba de sus increíbles tetas gordas tan sobresalientes de su cuerpecito. La sujeté del culo sosteniéndola de ambas nalgas y cambié mi boca de las tetas a su boca, comiéndomela con delirio. Abrazaba todo su cuerpecito envolviéndolo con mis brazos y cuerpo, al tiempo que la perforaba comiéndonos la boca, lengua y labios. En instante después todo se me nubló, mi cuerpo se estremeció y comencé a notar la subida de mi leche, justo un momento después con todos mis músculos en tensión y mi polla dura como una piedra el orificio de mi glande se abrió para expeler un buen chorro de semen que envié sin compasión al fondo de su intimidad… fue un gran chorro de semen caliente disparando en la misma boca de su útero ¡¡Joder, estaba teniendo otro gran orgasmo!! Cuando rompimos el beso ya había eyaculado la segunda tanda de esperma vaciando mis cojones por completo, o eso pensé.

– Me has dejado sin una gota de leche. Me duelen los huevos del trabajo que han hecho por meterte la lefa dentro de tu coño ¡¡Ha sido increíble mi putita!! Jamás nadie me ha sacado dos orgasmos así tan seguidos, mucho menos tan voluminosos ¡Eres una buena ZORRA!!

– ¡¡Te dije que te dejaría seco!! Oh, Dios mío como te deseo canalla. Quiero consumirte, pero mira la hora es un poco tarde y mañana tengo que ir a trabajar

– ¡Yo no estoy tan cansado!

– Claro que sí lo estás mi amor. Aclaremos una cosa, si alguno de los dos ha tenido todo el sexo que quiere o no está con ganas de continuar no hay protestas que valgan. Sé que eres muy macho, pero mañana tienes que estar a punto en tu trabajo…y querré más verga.

– Una mamadita y me marcho.

No le supuso mucho reparo, le encantaba realmente mamar pollas y se puso al asunto… cinco minutos, diez y al poco más… me estaba sacando otra corrida de ensueño.

– ¡¡Me corro reina!!

– Sí, vamos, dame toda la leche que te queda en esos huevos…

Me corrí. Mi semen aguachado pero suficiente para rociarla le cayó en la cara, en el cuello…Se relamió, y con su mano se extendió el semen por sus tetas y abdomen. Se llevó semen a los labios, y tragó sensualmente un poco de mi leche…

– Adrián, espero que hayas gozado con el polvazo y la rociada de lefa…

– Mucho Ximena, mucho

– Deseo poder tener más encuentros contigo amor. Quiero ser tu zorra y quitarte las ganas todos los días. Ya has visto que mi coño es bastante tragón y no hay problema en follármelo a pelo las veces que quieras y cuando lo desees…

– ¿En serio Ximena? Tendremos todos los encuentros que quieras amor mío

– Mmmmhhh… Tu rica polla me vuelve loca hijo de puta… La quiero en mi coñito a diario.

– La tendrás. Créeme que la tendrás. Siempre que quieras, zorrón desorejado.

CONTINÚA...




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas más populares de la semana