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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Consecuencias Inesperadas. Incio

Ese relato está dedicado a la nena más hermosa que ha formado parte de mi vida. En ella me inspirado para describir todas y cada una de las escenas, como de tantos otros relatos. Nunca imaginé a una mujercita más caliente y dispuesta para tener sexo, tan complaciente como obediente a su adorado papi... el único dueño de su ardor más íntimo.   

PARA TI... PAULITA de SANTIAGO




Aroa es una chica de facciones delicadas con un tremendo desarrollo sexual. Ya desde muy niña su carencia al hermano se hizo patente cristianizándose en su sombra y más ferviente admiradora. La niña consigue de la manera más sibilina todos los objetivos que pretende, gracias a la candidez, sumisión e inteligencia para usar sus armas de mujer. Unas de ellas armas es no sentir pudor alguno dentro de la familia, en especial con su hermano Enzo, el cual fue el primer objetivo vital, consiguiendo que la desvirgara demasiado pronto para esta sociedad. Luego su madre para alcanzar finalmente al padre de familia, de quien deseaba ser su mujer favorita, hasta que lo logró.




  

Enzo es un chico que tiene mucho éxito con las chicas, pero con su hermanita pequeña siempre ha sido su ángel de la guarda. Esa protección sublime le acarreó ser el Tótem de Aroa al tiempo que una descarga de responsabilidad para los padres, los cuales trabajaban a tiempo completo todo el día e incluso mucho más, dado que el padre solía pasar semanas enteras fuera del hogar desde bien niños. Enzo se erigió cuidador y tutor de la niña con quien iba y volvía del cole, le preparaba la comida, la merienda y el aseo, así como la ayuda para la realización de las tareas escolares. Esa compenetración les llevó a compartir todo la intimidad más pudorosa, llegando a dormir muchas veces juntos en la misma cama. Con 14 años Enzo ya no era un niño inocente, además de heredar como su hermana un desarrollo sexual prematuro… Sus proporciones griegas y la alta capacidad de resistencia follando, unido a una potencia impertérrita eyaculadora, hizo del chico el amante perfecto para su madre, de manera que pasó a ser su favorito.







Amanda es la típica madre que se ve capaz de todos los imposibles de la vida, es jefa de enfermeras y líder indiscutible de su hogar, quien ordena y manda, organiza y educa a sus hijos a imagen y semejanza. Una mujer liberada y liberal que no cree en los tabúes ni en el más allá, con lo cual vive y hace vivir a los suyos el presente, justificando cada uno de los actos como propios y necesarios. Su control se extendía al de la natalidad… una parejita y paramos, le dijo a su esposo, pero los deseos cambian con el tiempo y lo antes era negro se pasa al blanco, así que la necesaria educación sexual de sus hijos, se pasó a la necesidad de amarlos por encima de todo y ayudarlos a ser personas libres.



Germán, es un hombre de empresa, centrado en su trabajo por encima de muchas otras cosas en la vida. No es que desprecie los placeres de la vida… comer, reír, charlar relajadamente o follar, lo que ocurre en él, al igual que en otras muchas personas es que viven el trabajo como un placer más por el que además, son remunerados. Sin embargo todo cambiaría cuando su hija descubre el gran secreto que oculta bajo sus pantalones… la enorme polla de un grosor demencial, se hace objeto de deseo de la niña, y como todo, al final lo consigue y en este caso, incluye a su padre en el clan incestuoso familiar, con la ayuda indiscutible de la madona y beneplácito de su hermano.

Como se puede observar son una familia bien afincada en sus ideas liberales, todos sabedores de los prejuicios y perjuicios que conlleva la visibilidad de su forma de vida en círculos cercanos, por eso saben bañarse y guardar la ropa, vivir de puertas adentro en su libertinaje, compaginado con la normalidad de cara a los demás… y como a la niña le encantaba medrar con su padre en los círculos corporativos de alto standing económico, no dudó ante su invitación…

Solo hace unas semanas…

Afuera la temperatura era anormalmente gélida para ser septiembre. Debido al clima cálido por la exhalación de ambos cuerpos agitándose, las ventanas de la oficina se empañaban. El silencio del lugar era interrumpido por chapoteo del choque de los cuerpos y los gemidos que emitíamos sin pudor. Me encontraba recargada sobre el escritorio mientras detrás de mí, Germán me daba muy duro con sus recios 20 cm de verga, tan gorda como un tronco.

 – ¡ahh!… noo…espe…ra… ¡ahh!… ¡no tan fuerte!… ohh… ¡Me vas a reventar el coño…!

Nos encontrábamos en la oficina de mi padre, sin embargo diez pisos abajo, se estaba celebrando le vigésimo aniversario de la constructora donde él trabaja.

–uff… que puta eres… sabes mejor cuando estas empinada… ¿A qué te entra toda así…? 

Germán me tomó de las caderas y lentamente fue introduciendo su verga en mí estrecha raja

– ¡ahhh!…  noo… espera… ¡aun no estoy tan lubricada…!

El roce de su pollón con las paredes a medio lubricar de mi vagina hicieron que me agarrara fuerte del borde de la mesa de escritorio, tanto así, que mis uñas dejaron las marcadas en la madera. Me pareció eterno mientras se abría paso en mi interior hasta que por fin sentí como su falo golpeó la entrada de mi cérvix. Germán gozaba haciéndome notar su ancha verga en cada follada, le encantaba escucharme gritar y suplicar que me metiese su tranca a fondo.

Ya había pasado casi un mes de las vacaciones en el mar dentro del yate, donde caí en la trampa de la lujuria de tener el enorme pollón de mi padre en mi interior… me convertí en su puta compartida con Enzo. Por suerte ya no era tan inocente y que mi madre estuviese a favor de ser una familia unida por el sexo, aliviaba mi tortura creada por la dicotomía sobre si follar con uno u otro, mi madre soliviantó toda duda, permitiéndome follar… ¡CON LOS DOS! 

Papá me follaba casi a diario, en las noches entre semana y los fines de semana por la mañana… a veces tenía que cancelar mis citas con mis amigas, sumisa a sus deseos, o me tenía que salir del instituto antes de hora porque él tenía un rato libre y deseaba follarme…, lo que me empezaba a ocasionar problemas, no podía seguir así,  estaba cansada y enfadada de ser su juguete sexual. Sin embargo, no todo era malo, mis estudios en el instituto estaban al corriente y no me faltaba nada en la vida… móvil de última generación, ordenadores, ropa de marca, disponibilidad económica… aunque odiara la forma en que me trataba en las últimas semanas, ¡¡El sexo con papá era lo mejor!!

Con él era diferente a Enzo, el tamaño importa y vaya si importaba a la hora de gozar… tenía un promedio de dos a tres orgasmos por follada y mis dolores de vagina tras follar con él, ya no eran los mismo, aunque no desaparecían por completo. También por las mañanas tenía un brillo natural en mi rostro lo que me hacía ver más fresca y mi cuerpo embarneció un poco por el esfuerzo físico que tenía al complacerlo. Aquella tarde mi padre me pidió que le acompañara a la fiesta de su empresa, dado que mi madre odiaba ir para sentirse un objeto, de tal modo que se excusó por imperativo de salir con las amigas. Ir con papá a esa fiesta con tanto hombre apuesto, me pareció buena idea…, pero con la follada tan salvaje que recibía, creo que me estaba arrepintiendo de haber aceptado. Sin decir nada, Germán sacó su verga muy rápido produciéndome un vacío vaginal notorio, me dio la vuelta y me acomodó sobre su escritorio.

Tomándome de las piernas las abrió completamente para acto seguido empezar a comerse el coñito. El placer fue instantáneo, Germán tenía una lengua habilidosa y sabía muy bien qué puntos tocar en mí para excitarme de inmediato… De muy pequeñita me lo hacía de vez en cuando, pero yo no me acuerdo, lo sé por él, solo recuerdo sus baños relajantes por sus caricias en todo mi cuerpo enjabonado. Pronto comencé a sentir como me humedecía y no sabía si era por mí o la saliva de Germán.

– ¡¡Ummm… mmmm… mmmm…!! ¡mmmmaaaahhh! No podía contenerme, con cada gemido liberaba un poco de la tensión que el placer hacía en mi cuerpo.

Poco a poco Germán comenzó a aumentar la velocidad y a torturar mi clítoris, lo que significaba que ya estaba probando mis primeros fluidos vaginales… y quería más. Poco a poco me fui excitando más y más, mi espalda se separaba de la base de mesa con cada espasmo que salía de mi clítoris, Germán estaba empecinado en destilar cada gota de mis jugos, del mismo modo que yo le ordeñada sus huevazos cada día. De pronto cambio su estrategia y comenzó a penetrarme con la lengua. Por más que odiara su manera, no podía negar cuanto disfrutaba con mi amado Padre, él lo sabía, era un veterano follador conocedor de los gustos de una hembra… no lo puedo asegurar, pero su maestría era de haberse pasado por la piedra a mil putas. En esos instantes sentía como su lengua gruesa entraba y se movía dentro de mí conducto, dándome un placer como no había sentido las primeras veces cuando me follaba en el Yate ante la mirada atenta de mi madre y mi hermano.


– ¡Ahh!… ¡ahh!... ¡aahhh!… ummm… Ya no aguantaba más, estaba súper mojada y en cualquier momento me iba a venir el orgasmo. De pronto, Germán dejó de torturarme con su lengua y teniéndome a su merced, mojada y con un orgasmo en puertas comenzó a follarme sin piedad. En un visto y no visto, se había colocado entre mis piernas enfilando su corpulento y gordo pollón en la entrada de mi enjuta vagina… – ¡ahh! ¡aahhh! ¡aaaahhhh!

Mis gemidos no se vieron interrumpidos por el cambio, sentía su polla más gruesa y erecta que antes y sus embestidas eran más enérgicas, lo que significaba que estaba listo para correrse. Después de follar tanto con él ya lo conocía bastante… se le hinchó la polla y… 

– ¡aaahhh Aroa! ¡Qué rica estás cariño! Ummmmi vida… ¡Qué ganas te tengo… me voy a correr dentro de ti…!

– ¡aaaaaahhhh! ¡Aaaaaahhhhh! Mmmmmm…. Siii…. Uuuuummmm…¡Dámelo todo papi! ¡Oh, qué dura se te ha puesto! ¡Lléname papi, llena de leche a tu putita…!

Dio un gemido fuerte descargando todo el aire de sus pulmones, justo en el instante que percibía como eyaculaba su enorme carga seminal dentro de mí… me llenaba de esperma caliente, espeso y muy abundante. A pesar de que no habían pasado ni 24 horas sin hacerlo, la cantidad que depositó en mi vagina, fue tanta que se empezó a desbordar aun con su verga dentro.

Poco a poco el duro falo se fue poniendo menos tenso y dejé de sentirla dura. Terminado, antes de recostarse en un sofá negro que había, me la metió en la boca para que se le limpiara a conciencia los restos de semen y fluidos vaginales mezclados de su polla. Yo por mi parte me quedé recostada sobre el escritorio tomando aire y recuperándome de una nueva y tremenda sesión de sexo con mi padre, mi amante, mi semental… mi follador. Como pude me puse de pie y sin dirigirle la palabra me fui directo al baño, ya dentro tomé papel y limpie los restos de la guerra que se había librado en mi chochito.

Me miré en el espejo y vi que estaba hecha un desastre, mi pelo estaba desarreglado, tenía chorretones de lefa en mis piernas y olía a sexo varonil como una puta. Como pude me acomodé un poco el cabello que para la ocasión lo llevaba suelto, me bajé el vestido, me metí mi tanguita de encaje y me lo acomodé cuidando que no se hubiera ensuciado con algún fluido, me puse un poco de pinta labios “red russian” en mis labios y me dirigí a la oficina de papá. Cuando salí del baño, Germán ya estaba listo también. Me dio un beso con lengua y con mis dedos le limpié sus labios, me chequeo todo el cuerpo por delante y detrás para ver si estaba bien arreglada y tras el visto bueno de mi padre, nos fuimos a la fiesta del grupo empresarial.

– Apúrate cariño, que ya llevamos una hora aquí y mis compañeros se preguntaran donde andamos. Solo nos faltaba que sospecharan que hacemos el amor y en la oficina…

– Perdona Germán, pero hace mucho que no me haces el amor… ¡Solo me usas y me follas!

– ¿Acaso no te gusta…?

– Mucho, por eso te dejo que me hagas tu PUTA todos los días… cuanto desees, papá.

Sin decir nada más salimos de su oficina, el pasillo estaba desierto así que éramos los únicos en ese lugar, entramos en el ascensor y comenzamos a bajar. Mientras bajábamos seguíamos sin decir nada, yo iba cruzada de brazos, esperando poder irme de ese lugar y Germán estaba enfrascado en una conversación por teléfono, de pronto sentí un bajón, pero no de los que me dan en mi periodo, sentí que algo estaba saliendo de mi grieta –“Lo que me faltaba” –pensé. Cuando estaba a punto de revisarme la puerta del ascensor se abrió y entraron cuatro personas que también iban para abajo. Papá y yo nos quedamos detrás de ellos cogidos de la mano… me encantaba sentir su fortaleza en mis manitas. Durante el trayecto notaba como el semen de Germán escurría lentamente por mis piernas ¡El muy cabrón había llenado bien a su hija! ¡¿Por qué sus corridas han de ser tan voluminosas?!

Mi coño se había vuelto a mojar por todo el semen de Germán, lo que me hacía sentir incomoda, miraba para ver que hacía papá, pero él seguía en sus asuntos y no me ponía atención mientras su leche me incomodaba. Por fin llegamos al piso donde estaba la fiesta y todos comenzaron a salir yo tardé un poco más y me fui detrás de Germán para no perderme en aquel edificio fantasmal. Con cada paso que daba, más se desbordaba la inundación vaginal, hasta que pude sentir que la leche de papá escurría con más intensidad… había llegado al interior de mis botines, ahí fue cuando me quise morir. Sin decir nada me fui buscando un baño pero no veía ninguno, de pronto choqué con un hombre y casi caigo de espaldas si no es porque me tomó rápido del brazo.

– ¡Cuidado niña!, ¿por qué tanta prisa? –Me dijo de manera amigable.

Cuando giré para ver quién era, vi que se trataba de uno de las tantas personas con las que me había presentado Germán al llegar…, creo que formaba parte de su equipo de trabajo.

– ¿Estás bien?, ¿Te he hecho daño…? – preguntó.

No… estoy bien, no se preocupe… solo ando buscando un baño…

– ¿Un baño? Aquí no vas a encontrarlo. Tienes que ir al otro piso de arriba… allí hay uno.

–Ya veo, gracias… 

Estaba a punto de irme cuando de pronto me tomó de nuevo del brazo… –Oye preciosa… y Germán ¿Dónde está? No deberías de ir sola sin la supervisión de tu padre, este edificio es enorme y puedes estar dos días para encontrar la salida, ya no te digo el susodicho aseo.

– Sí claro, pero él está ocupado…. no se preocupe yo puedo encontrarlo

De ninguna manera, yo te llevo. No me perdonaría que te ocurriese algo, menos tu padre.

De nueva cuenta me tomó de la mano, con una confianza de amigos de años, cuando solo lo conocía de unas cuantas horas y me llevó al ascensor. Ya dentro no hubo charla alguna, solo un momento incomodo interrumpido por el sonido de la música de ambiente y por el hecho de sentir el desborde de semen paterno depositado dentro de mi útero. Si esa persona u otra del edificio supiera la verdad… que estoy llena de la leche de mi padre, me moriría en el acto.

Por suerte nadie sospecharía de unos de los ingenieros de caminos más reputados dela compañía, en una situación como esa. Cuando el ascensor llegó al piso, no me preocupé por esperar al amigo y compañero de papá, me dirigí al baño, aprovechando que estaba solo, puse el seguro, me levanté el vestido y me quité el tanga, lavé muy bien mis manos y acto seguido metí mis dedos en mi rajita para sacar cuanto pudiera del semen, luego introduje el tanga que lo extraje empapado. Notaba mi vagina muy dilatada, como era costumbre… Después de limpiar mi chochete y mis piernas tiré el tanguita al cesto de la basura, ya que no pensaba volver a ponérmelo. Bajé mi vestido y salí del baño, sin embargo, el tipo aún se encontraba fuera esperándome.

–Vaya, sí que has tardado – me dijo. 

–Lo sé, discúlpame… ya debe saber cómo somos las mujeres cuando vamos al baño –le contesté fingiendo pena.

Un poco más tarde de esa hora, Aroa con el útero repleto de esperma paterno y su padre con los huevos secos, se dirigían a casa. Justo en esos instantes, Amanda se encontraba de fiesta con sus amigas entrando en la discoteca “Pura Vida” en Arganda del Rey, lo que no sabía en ese momento era que su hijo Enzo, se hallaba ahí al mismo tiempo


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Noche de fiesta con los amigos

El primer viernes de septiembre decidimos salir de fiesta a tomar unas copas y divertirnos un poco antes de que el curso empezará en serio, uno compañero de segundo año de la Universidad al que conocía un poco, me invitó a ir con sus amigos. Todos andábamos un poco salidos, así que si alguno se enrollaba con alguna chica, ya sabía lo que tenía que hacer. Yo era la primera vez en mi vida que iba a ese tipo de antro poligonero de Arganda del Rey. Eran como las 11:30 de la noche en la discoteca “Pura Vida”. Con el paso el tiempo mis amigos se habían liado con alguna… verdaderamente las chicas que pululaban por allí eran unas bombas sexuales, No puedo negar que algunos se llevaron a las mejores, sin embargo para mi gusto no había ninguna que me interesase lo suficiente, como para arriesgarme a pillar cualquier mierda…, me repelía solo pensar con quien habría estado follando el fin de semana antes o incluso el día anterior. Justo al marchase el último de ellos con una chica me pregunta que iba a hacer.

– Me voy a casa a dormir. Y la chica que estaba con él…

– ¿Por qué no esperas a que surja la ocasión con alguna…?

– Sabes que pasa, las mejores ya se han enrollado con alguien y os vais marchando…

 – La noche es aún muy joven, a partir de las doce o la una de la madrugada, esto se anima mucho más… Si esperas, dentro de un rato te puedes encontrar con alguna sorpresa….

– Ok – le dije – Esperaré un rato más y me voy.

Me quedo solo con una botella de ron casi llena, me decidí a quedarme hasta la media noche. Bueno pasa como media hora y cuando estoy a punto de marchame, empiezo a ver que entraban algunas mujeres al lugar. Me quedé atento viendo a ver qué encontraría pasada la media noche. En un momento veo a tres chicas y una última que cruza por la puerta de ese lugar, pero solo esta me llamó la atención… me sedujo la silueta y la forma de caminar, pese a que desde donde estaba sentado, las luces me cegaban un poco la pegar de frente y no podía ver con detalle…. Entra en los aseos, espero y sale, me fijo mejor en su vestido con un tajo en la pierna y una blusa sin sujetador, riendo con las otras en busca de un lugar donde pacer para pasar el rato. La veo de espalda solamente, me acerco al lugar y tras de ella me atrevo a entrarle avivado por los copazos de ron en mi cuerpo… llevaba ese punto de “pedo lúcido” que te hace ser más atrevido.

– ¿Oye, todas tus piezas son españolas o has encargado alguna a Alemania?

De pronto la chica se gira y mi vista se enturbia del estupor. Ahí estaba la sorpresa, porque fue una gran sorpresa ver a mi madre en aquel lugar tan lejos de Tarancón. Ella, nada más reconocerme, abre bien los ojos y me coge del brazo…camina muy lento simulando un agradable encuentro hasta que nos separamos un poco del grupo.

– ¿Qué haces aquí?

Y yo le contesto con un tono muy enojado… – ¿Y tú, qué coño haces aquí… acaso no  trabajas hoy en el hospital de turno de noche…? ¿O no tienes una familia…?

– No grites ni hagas escándalo, –se me tensa pegada a mí– Vamos allá donde no hay gente.

Nos cambiamos de lugar… – Te pido por Dios y la memoria de tus abuelos que no digas nada de esto en casa, por favor te lo pido, tu padre me quería llevar a una fiesta de su empresa y estoy aquí sin su conocimiento.

– ¡No sabía que salieras de fiesta con esas amigas tuya…!

– Hijo es la única forma que tengo de escapar de la rutina. Solo he salido porque tengo motivos para esto y te lo voy a explicar, no quiero hablar aquí del tema salgamos y hablamos.

Salimos de allí, la seguí hasta que llegamos a su coche… era solo silencio no hablaba, ella solo me decía que la llevase al apartamento y…“ahora hablamos en casa”. Nada más sentarnos en el coche, mamá se pone a llorar… ella empezó diciendo que esto solo había hecho un par de veces, necesitaba desfogarse y soltar la tensión del trabajo en el hospital, que mi padre no la trataba como antes y de nada sirvió todo lo que ocurrió en las vacaciones que pasamos en el yate…, que ya era de por sí una relación pobre y no la sacaba a disfrutar, por eso buscaba con sus amigas un rato de ocio en lugares donde no la conocían. Lloraba todo el camino comentándome eso y otras cosas que no vienen al caso comentarlas. Durante todo el viaje en coche yo no hablaba, solo conducía y escuchaba camino del apartamento de Alcalá de Henares. Llegamos a casa, pasé de estar caliente a enojado por mi madre…hacía tiempo largo que no follaba y esa noche estaba dispuesto a follarme lo que fuese. Entramos al piso, mi silencio no era otra cosa que la frustración de haberme cortado el rollo mi madre.

Ella suplicaba que le dijese algo, que mi padre no debía enterarse o empeoraría las cosas entre ellos ya de por sí mediocres… – ¡Por Dios te lo pido habla necesito que me digas algo!

Yo la miraba y por la forma en que estaba vestida sabía que en esas salidas encontraba con quien follar. – Imagino que te habrás acostado con algún tipo en tus salidas con las amigas, aunque eso no me importa mucho, pero sí que te pueda contagiar cualquier mierda o estés a expensas de algún hijo de puta…

– Yo hijo… no es lo que piensas que soy… tampoco se liga mucho a nuestra edad…

– Mamá por favor… ¡¿Prometes que nunca más vas a ir a ese tipo de lugares?! No es lugar para chicas decentes y menos para madres de familia. En esos antros suele pasar de todo…,

– ¿Y tú que hacías ahí…?

– Estaba por casualidad, en verdad es la primera vez que iba, uno de mis compañeros de clase me arrastró a ir con sus amigos… ello han ligado, pero yo al ver el panorama no me atreví a irme con ninguna putita… a saber cómo tienen “el Tigre” para metérsela… por eso estaba solo a esas horas y a punto de coger un taxi para marcharme.

– La verdad que jamás iba a pensar que tú pudieras estar allí, lo hice porque… bla bla bla bla…. – me abraza una vez aparcamos – Gracias por tu compresión y perdón mi vida.

Yo desconectaba sin escucharla, notaba la polla muy dura realmente y eso me desconcentraba… en ese momento no pensaba que esa mujer fuese mi madre.

– OK, nadie sabrá esto, quédate tranquila. Puedes confiar en mí como siempre. Dije al fin.

Agarra y me da un beso en la mejilla y otro cada vez más cerca de la boca hasta que encaja sus labios en los míos. Siento su lengua mojar mi labios, los abro haciéndole notar mi lengua durante unos segundos y nos desacoplamos.

– Sabes mamá, cuando estabas de espaldas, realmente me encantó tu figura no te voy a mentir que fui a ligar contigo y a…y me quedé en silencio, le eché un flash a sus tetas.

– ¡Un hijo no debería insinuar eso a su madre! Me guiñó un ojo con una sonrisa cómplice.

La abrazo y le doy un rotundo beso en sus labios, ella se deja. La suelto y al segundo es ella quien se abalanza sobre mí, pasa de nuevo por mi boca, abre y allí mi lengua se junta con la suya, se retira un poco y a sotto voce me dice que todo lo que ha ocurrido o pase…

– Seguro que no se va a enterar papá, ¡Me lo prometes! Yo te juro que nunca más va a suceder…ya he visto que tienes una mejor visión de las cosas y de los clubes nocturnos que yo… y no te voy a negar que si algún tipo me hubiese gustado me hubiera ido con él….

– Bueno, yo no soy quien le va a decir a su madre lo que tiene que hacer, perdona por haberte hablado tan severamente ¡Lo siento! Te prometo que nadie sabrá que cuando sales con tus amigas andas buscando verga fuera de casa…

La beso nuevamente y disimuladamente de pie en el salón, la voy llevando a la habitación, enciendo la luz de la mesita y me siento con ella en la cama, acaricio su espalda sin que ella diga una sola palabra. Le empiezo a bajar el ceñido vestido… veo esas tetas que me calientan tanto… empiezo a chupárselas y con una mano le acariciaba su pierna hasta que en un momento llego hasta la entrepierna posando mi mano en su carnosa vulva.

Y allí empiezo a mandar mi mano por debajo de su tanga. Meto un dedo y empiezo a masturbarla, dándome cuenta de lo caliente que está con el coño mojado, paro y me saco la camiseta. Me empiezo a desvestir. No había palabras entre nosotros dos, solo silencio. Ella me miraba recostada con la cabeza hacia mí. Cuando me quedo sin mi slip me pongo sobre su cálido cuerpo y vuelvo nuevamente a chuparle las tetas, la polla a reventar, hasta que en un momento me dirijo a su boca, la beso clavándoseme sus empitonados pezones, tiro de la cremallera y le extraigo el vestido. Me poso sobre ella sin ser una carga pesada, haciéndole sentir mi verga en su coño… – Voy a buscar preservativos.

  No, no te hace falta contigo, así está bien todo. Ya te dije… ¡Lo tengo bajo control, amor!

Mientras la besaba bajaba desde la cabeza a mi culo, su mano electrificaba todo mi cuerpo con sus dedos. Totalmente desnudo, ella aún tenía su tanga. Desesperado, deslizo un poco el capullo por su raja e intento metérsela. La dureza y su lubricación ayudan hasta que entra toda. En ese momento me sentí diferente porque no era mi novia, ni un flirteo de la noche loca que pensaba pasar, ella era simple y llanamente mi propia madre y me la estaba follando como si fuese ese ligue de media noche. Cuando se la meto toda, mamá larga un suspiro y empiezo a bombearla. Me pide que se lo haga más despacio…

– ¡Cariño, noto tus ganas de follarme! Las mías no son pocas, pero si eres tan duro me vas a revenar el coño…. Soy muy estrecha, sé suave hasta que mi vagina se acomode poco a poco a tu polla. Así, mi vida, ábreme despacio y sin prisas ¡No me iré hasta hacerte feliz…!

La verdad que sabía que mamá es de vagina apretada pero mis ansias por follarla no me dejaron pensar en ella. Al principio costó meterla en su coño, la sigo bombeando y al mismo tiempo le mamaba sus tetas, son firmes entre duras y suaves al ser naturales. Ella gemía solamente, no decía ni una palabra gozando de mis chupadas en sus pezones. En un momento intento sacarla y ella me engancha del culo y espalda impidiéndome hacerlo. Me encantaba su olor a hembra en celo… su tacto…y el calor que emite su cuerpo es excitante.

– Mi vida, tranquilo, deseo mucho notar tu leche dentro… ¡Puedes correrte sin miedo…! Sigue dándome fuerte… ¡¡Me vuelve loca sentir tus huevos golpeando en mi coño!! ¡Ummm!

Continué dos metidas más hasta que noto el subidón que me estresa las sienes…, aprecio la leche subir desde mis huevos, está a punto de recorrer todo el tallo de mi verga…

– Eso es, así dame duro… más, más ¡Joder Enzo, noto como se te hincha la polla…! ¡Ohh! Noto como te vas a correr dentro de mí por las pulsaciones de tu polla en lo profundo de mi coño… – Me sujeta tan fuerte que clava las uñas en mi cintura– ¡¡SÍ, LLENA A TU MADRE!!

¡Zas! Suelto el primer gran chorro de leche en el mismo fondo del coño de mamá. Sigo con vaivenes cortos lanzando un segundo chorro, un tercero y otros más concatenados. Logro inundar su útero con mi voluminosa corrida habitual. Me quedo abrazado a ella un rato notando la respiración y sosegando la mía, completamente acoplados por los sexos.

– Perdona por haber sido tan rápido, pero me excitó tanto follarte ¡Me ha dado mucho morbo!

– A mí también me avivó el morbo. Ha sido demasiado rápido pero MUY INTENSO, no imaginas cuanto necesitaba sentir tu leche cálida en mi vagina, ha sido un bálsamo para mi ardor… Creo que vendré a verte muy a menudo, mi amor… ¡Será nuestro gran secreto!

La beso y me echo a un lado de ella. Mamá va al baño, en tanto espero me reclama que le encienda un porro. Al rato vuelve y se lo paso encendido tras darle una calada profunda…

– Nunca pensé que fueras tan viril a tu edad

– Ya ves que sí lo soy…

– Me di cuenta, –y se sonríe– era un gusto notar tus huevos zarandeándose contra el coño. Me sorprende que estés tan muy bien dotado y que te guste follar a la vieja de tu madre.

Nos fumamos el “peta”, cuando lo terminamos le empiezo a besar en su cuello acariciándole la cabeza, hasta que ella se me pone encima de mí…

– Ahora me toca a mí follarte. Quiero sentir tus pelotas aplastadas por mi coño…. Me gusta mucho tu polla, cariño. Es preciosa en forma y sabor… ¡Es perfecta para el conejo de mamá!

Empieza a darme besos en la cara, cuello, pecho por mi panza, hasta que baja a mi verga y me la empieza a chupar desde el glande a los huevos y vuelta a la bola de mi capullo…

– Te voy a contar un secreto mi amor… cuando eras un bebé, después del baño me encantaba comerte los huevos. Tenías unas pelotas enormes y tan sabrosas que me recreaba minutos y minutos chupándotelos, me excitaba hacerlo y no dejaba chupar hasta que me corría tocándome el coño ¡No te imaginas como se me ponía la pepita de dura!

– ¿Y ahora te gusta comerte mis huevos…?

– Más aún… ahora saben a hombre, a macho… a semental ¡Ahora producen mi leche…! No puedes olvidar que te he parido y por eso me perteneces más que ninguna otra puta.

Aún tenía restos de semen pero así y todo empezó ella a mamármela con mayor fiereza, luego baja a una forma más suave. La pongo en la pose 69, y allí por primera vez veo bien su coño durante esa noche. El chocho de mamá tenía unos pocos pelos en el pubis, el resto es un coño pelado como tanto me gusta a mí, no se depilaba. Entonces empecé a chupárselo…

– Sí de bebé me hubieras puesto a mamarte el coño me hubieras acostumbrado a él… Estuvimos así un tiempo largo hasta que ella cambia de posición y se monta arriba de mí. Quiero hacerme con el liderazgo, y cuando la quiero penetrar me ataja en seco…

– Para cabroncete, eres medio bruto. Deja que tu madre maneje la situación.

Se acomoda la bola hinchada de mi capullo en su entrada vaginal, y va bajando lentamente. Yo estaba muy duro y le fue fácil calarse todo el badajo… cuando ella se sentó bien en mi polla, noté en su cara el placer que le estaba brindando. Subía y bajaba apoyada con sus manos en mi pecho, y yo en sus tetas. Momentos después pasaba a sujetarla del culo y horadar su ano con mis dedos, al tiempo que mamaba de sus pezones.

Gemía percibiendo mi ariete en sus entrañas, lo apretaba con la vagina y volvía a soltarla en una succión intermitente e interminable. Nunca tuve el placer follar con nadie como mamá. Cambiamos recostados sobre un costado, yo desde atrás se la enchufé elevando su pierna derecha. En esa posición la follo embutiéndole la verga hasta los huevos, le sobo y le como las tetas con total acceso… y también nos comemos las bocas con lujuria, chupándonos.

Mamá dominaba cada palo que tocaba sin pudor. Su ligereza era fruto de horas de spinning. La velocidad se aceleraba progresivamente, hasta que en un momento se dio cuenta que estaba a punto de correrme. Se saca la polla de su coño y me la empieza a chupar con glotonería…succiona el glande, lame todo el tallo y se recrea en mis huevos.

Yo estaba enloquecido de ver con qué ganas se la mete en la boca… se oye el Glup Glup de su boca. Dejaba que fuese ella quien hiciese todo el trabajo de arriba hacia abajo, que jugase con su lengua con mi glande… lo lamía sobándome a la vez los huevos con la mano que no me pajeaba el tronco. Toda ella se ocupaba de mi falo… y cuando estaba por acabar, la sujeto de la cabeza tratando de follarla como a una puta perra, de manera que trato que no se retire.

Logra zafarse… – ¡Déjame que te coma la polla como Dios manda! Me encanta tu lefa… ¡No te preocupes que me la voy a tragar toda…! ¡¡Te voy a dejar secos los huevos!

Y se lo mete en la boca con decisión…y allí me corrí como un caballo. No podía creer lo que me estaba pasando. Veo como succiona cada lechazo, se le va llenando la boca de lefa,  se queda un rato con mi tranca metida. Cuando la retira, me enseña la cantidad descargada, cual si fuese su gran premio, cierra la boca y se lo traga mirándome a los ojos queriéndome decir… soy tu puta y me encanta tu semen. Se relame antes de decirme… – ¿Te gustó?

– Me encantó mamá. Se había tragado mi leche sin ningún reparo, que mejor que eso…

– Mamá no te ofendas… pero a tus amigas se les veía un poco desesperadas y…¿esto es lo que les haces a los tipos con quien ligas en esos lugares…?

– No mi amor, estás loco, hace tiempo que esto no lo hacía. Casada, solo se lo he hecho a tu padre y ahora a ti… A partir de ahora tú y yo hemos pasado al siguiente nivel para mí.

Me confesó que cuando fornica con alguno, siempre se cuidaba con preservativos y pastillas anticonceptivas. Me dijo que si se lo permitía me compensaría el libertinaje acarreado hasta el momento, y veríamos como iba a ser diferente nuestra relación madre e hijo, lo que no sabía mi madre era que también cambiaría radicalmente nuestra vida sexual en común.

– Este piso está hecho unos zorros, parece más una pocilga que un apartamento de estudiante… creo que tendré que venir a echarte una mano los fines de semana… ¿Te parece bien? Desde que me han ascendido a jefa, tengo todos los fines de semana libres.

– Es una buena manera de compensarme, ja, ja, ja

– Eres un zalamero… Y tu mami estará encantada de poner orden en tu pisito y de hacerte cosas buenas, ya verás lo bien que te va a dejar todo, mamá…

– ¿Cómo qué…?

– Bueno, déjame pensar…. ¿¡¡Unas lentejas con chorizo quizás…!!? O un toque femenino que lo haga más agradable y por supuesto me encargaré del “POLVO” de esta casa, ja,ja,ja.

Se acuesta al lado mío le hago unos masajes y le digo en un susurro al oído que me gustaría ser su amante cuando esté en el apartamento… – El resto del tiempo me portaré como hijo.

– Enzo mi rey, ya lo eres… Lo que me has hecho, solo se lo he permitido a tu padre…

– ¿A qué te refieres…?

– Me refiero a que ya te considero con derecho a follarme sin condón y tragarme tu corrida.

– ¡¡Ya puedo decir que SOY tu nuevo esposo!!

– Sino el único, sí el principal con derecho a usarme como quieras… pero tómatelo con calma, cariño y disfruta del momento ¡Hoy me has hecho muy feliz!

– Y tú a mí mami…desde las vacaciones en el yate, mi vida sexual a dado un vuelco para bien… pero me pregunto cuándo pensabas volver a casa… has dejado a tus amigas tiradas.

– No te preocupes por ellas, saben buscarse la vida muy bien…siempre llevo yo el coche porque saben que no bebo ¡¡Lo cierto, es que tu padre se va a mosquear si no estoy esta mañana en casa para desayunar…!! Pensará que le pongo los cuernos como una fulana.

– Mándale un WhatsApp para que sepa que estás en Alcalá conmigo… ya no pensará que eres una fulana borracha que se va con cualquiera que le dé verga...

– ¡Oye, no soy así…un respeto a tu madre! Mejor le envío un mensaje con un selfie de los dos para que vea que solo es un “cornudo”… ¡Sonríe a la cámara cariño! Viéndonos a los dos en la cama, ya se hará una idea, quien le ha llenado el coño a su esposa… ja,ja,ja

– Mira que eres perversa…. A mí me da que NO ha dormido solo, teniendo a tu hija en casa.

– Lo mismo sí… porque le prometí volver temprano y aun se corta cuando está con Aroa... ¡Además está acostumbrado a dormir sin mí! Aunque sin duda se ha follado a la niña, como hace siempre que no duermo en casa y después cada uno a su cama por si aparezco…ja,ja

A esas mismas horas en el número 235 de la avenida de la Castellana de Madrid en la entreplanta donde se encontraba la oficina central de ABEINSA…


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Tras el aniversario en ABEINSA

Cuando bajamos, buscamos a Germán pero no lo encontramos hasta una hora después, seguro andaba con alguna historia del curro y se había olvidado de mí como tantas veces después de follarme… entre tanto me enteré que el amigo que me ayudó se llamaba Raúl. Sobre la 11:20 regresamos a casa, mamá aún no había llegado y mi padre junto conmigo,  preparamos algo ligero de cena para mí sola, él solo se preparó un Gin Tónic bien cargado.

Al día siguiente papá se extrañó que su esposa no hubiese llegado aún de su fiesta con las amigas, miró el móvil y registró varios WhatsApp, entre ellos los de mamá diciéndole que pasará la noche en Alcalá…

– Es de tu madre, está con tu hermano. Se les ve muy bien.

– Y tanto…se les ve muy acaramelados… ¡¡Vamos papá, esos dos acaban de follar!!

– ¿Tú crees…?

– Joder papá no te enteras de nada. Están acostados en la misma cama y con cara de idiota. Ya te digo que esos dos esta noche se han hartado a follar, y con lo que eyacula Enzo, a mamá le habrá salido por las orejas.

– Pero si me dijo tu madre que saldría a tomar algo con sus amigas, nada más.

– Pues se ve que encontró a Enzo por el camino y se lo llevó por delante. Tú te follas a su niña y ella te responde follándose a tu primogénito ¡Nadie podría decir que no somos una familia unida y muy bien “compenetrada”…!

Papá no dijo nada pero su gesto era de disgusto por los cuernos que le había puesto mamá.

– Si quieres que te acerque al instituto, aligera con el desayuno… hoy creo que voy a tener un día de perros.

– Lo mejor de esos días de perros es que luego te desahogas con la perrita de tu hija, Ja ja ja

De camino al instituto, comentó que saldría de viaje para varias semanas…

– El tipo que te presente ayer que venía de Qatar, no cerró el trato con nosotros y tendré que convencerlo de firmar. ¡¡Así que espérame con ansias de follar en estas semanas…!!”

Fue una sorpresa de lo más maravillosa, por fin podría tener tiempo para mí con mi hermano en Alcalá de Henares a 80 km de casa. Estaría sola con mamá si ella no estaba con Enzo. Tendría tiempo de ponerme al corriente en mis tareas y descansar de tanto sexo fuerte. Las primera semana fue agradable, me sentía muy contenta dueña de todo, en el instituto seguía muy bien, incluso llegué a salir al cine con algunas amigas que me habían invitado el día del espectador en el centro comercial, sin embargo, empezando la segunda semana empecé a sentir extraño mi cuerpo, habiendo estado acostumbrada al sexo diario, me llegaban bochornos de la nada, mis pezones se sentían sensibles durante el día y cualquier roce hacia que me pusiera cachonda en instantes. ¡Nunca pensé que pudiera estar tan salida!

Por las tardes y noches me calmaba masturbarme, pero al día siguiente era igual, esta extrañeza de mi cuerpo no era tan normal… bochornos, náuseas, mareos y un ansia incontrolable de correrme me arrastraba a usar el “Satisfyer” de mamá…. Pensaba en el pollón de papá o en la no menos sabrosa verga de Enzo, mientras me corría una y otra vez. En mi mente solo veía a ellos y todos podéis pensar que se quebrantaron varias líneas rojas, y así es… recordándolas es conveniente refrescar cuando fueron rotas por primera vez…

 

Juegos de niños

Todo comenzó hace casi cinco años… Enzo y yo desde pequeños nos habíamos llevado muy bien. Él solía cuidarme durante las largas ausencias de nuestros padres por motivos de trabajo… sabía cómo nadie tratarme con mucho cariño a lo que yo le correspondía de la misma manera, no teníamos pudores, y nos mostrábamos desnudos con la frecuencia natural del devenir de los acontecimientos cotidianos de la convivencia familiar. Me encantaban sus caricias en las largas tardes de televisión viendo dibujos animados de la patrulla canina o Heidi. Somos una familia típica tópica formada por un cabeza de familia, mi padre Germán, es un hombre corpulento que se acerca a los cincuenta años presurosamente, actualmente tiene 48 años. La señora de la casa es mi madre Amanda, de 42. Después está el primogénito y tras él nací yo cuatro años después en 2005.

Nuestra posición social es muy acomodada, buena casa, buen colegio de pago, buenos coches SUV y unas buenas vacaciones de verano, Navidad y las que solemos pasar en diferentes lugares con escapadas de fines de semana. Me gustaba mi vida y extrañamente me gustaba la relación con mi hermano mayor… En todo quería agradarle y corresponder a Enzo, siempre me pareció ser mi TOTEM. Mis padres trabajan mucho. Mi padre es ingeniero de caminos en una constructora internacional y normalmente trabaja donde las obras son más complicas, por lo cual mi padre suele estar fuera de casa la mayor parte del tiempo pues le toca siempre trabajo de campo lejos de casa y casi siempre en el extranjero.

Mi madre es enfermera y trabaja en un hospital en el turno vespertino y nocturno. Por la tarde de lunes a viernes y los martes, jueves y sábados también trabaja durante las noches. Por estas razones mi hermano y yo pasábamos muchísimo tiempo solos.

Generalmente teníamos niñera de pequeños pero cuando mi hermano cumplió los 13 años pidió ser tratado como un hombre pues le resultaba vergonzoso que aún lo cuidara una vieja amargada. Después de mucha insistencia por parte de mi hermano hacia mis padres para que nos dejaran solos sin niñera, le concedieron una oportunidad. Su prueba de fuego sería un jueves que a mamá le tocaba el turno vespertino y el turno nocturno. Le dijeron que tendría que demostrar que era merecedor de su confianza pudiendo cuidarse a sí mismo y a mí. Al final nos dejaron solos y mi hermano me pidió mi apoyo, yo tenía 9 años se acercó a mí y me dijo que si yo le decía a mamá y a papá que habíamos estado muy bien solos no iba a ser necesario que la vieja niñera que teníamos nos cuidara nuevamente.

¡¡Como odiaba a esa señora porque solía gritarnos mucho!! Accedí a apoyarlo y compórtame de la mejor manera para que no hubiera problemas y nos dejaran quedar solos sin niñera.

Cuando llegó mamá se dio cuenta que todo estaba bien, le dijimos que no habíamos tenido ningún problema, que habíamos hecho nuestros deberes del colegio, que habíamos cenado, recogido y lavado nuestros platos de la cena y que nos habíamos ido temprano a la cama. Al principio mamá y papá no lo creyeron, pero decidieron tenernos bajo prueba unas cuantas veces más. Al cabo de un mes nos habíamos ganado la confianza definitivamente de nuestros padres. Ya era rutina para nosotros, pasar todas las tardes solo él y yo y cada tercer día pasar también la noche solos.

Pasó más o menos un año, yo tenía 10 y él 14. Todo era normal entre nosotros…, dos hermanos que prácticamente ya eran independientes de sus padres desde corta edad pero muy unidos entre nosotros. Íbamos y veníamos del colegio juntos me ayudaba a hacer mis deberes, jugábamos, veíamos la TV juntos o nos echábamos una partida a la play. Era genial. Pero nuestra relación cambio drásticamente una noche, aún recuerdo la fecha… martes 14 de octubre de 2014. Acaba de empezar 5º de primaria y él, 2º de secundaria. Esa noche llego a mi habitación y se acostó a mi lado, aún no había cogido el sueño del todo y lo sentí de inmediato… me desperté al notar su calor cerca de mi cuerpo.

– Hola – lo saludé con los ojos entreabiertos – ¿Qué haces aquí?

– Tenía ganas de estar contigo… ¿me dejas dormir aquí?

– Sí, en serio – le contesté sinceramente y me acerqué más a él para que me abrazara.

– ¡Oye…! ¿No tienes calor? Tenía puesto un pijama de blusita y pantalones de algodón.

– Sólo un poco ahora que estás tú metido en la cama también… ¿por? Le dije inocentemente

– Es que estás un poco sudada – se levantó un poco – Ven levántate y te ayudo a quitarte esto que estás bien caliente – me quito el pijama y me dejó únicamente en braguitas pues aún no usaba sujetador ni top porque mi pecho aún era bastante plano, solo con unos montecitos en desarrollo, coronados con unos pezones bastante grandes y puntiagudos– Ahora sí ¡Ven y acuéstate conmigo! –ahí me di cuenta que él sólo vestía en bóxer como era habitual verle en otras ocasiones.

Me acosté junto a él dándole la espalda y comenzó a recorrer con su mano todo mi cuerpecito, al principio me sobresalté… nunca intenté detenerlo y siguió acariciándome dándome esas cosquillas por toda mi piel que tanto me gustaba me diese con sus dedos. Poco a poco me fui dejando y la verdad es que me gustaba mucho sentir sus manos en mi cuerpo. Yo ya sabía cosas de la sexualidad, él me había hablado de eso y mi mamá como enfermera tampoco tenía pelos en la lengua con nosotros, así que nos contaba todo como era… desde la forma de nuestros sexos, sus partes o como se debían acoplar y hasta la consecuencias de vaciar el esperma dentro de la vagina…tenía claro cómo funcionaba la reproducción humana.

La metodología de enseñanza de mamá era muy particular…, un día nos quedamos desnudos los tres y nos tocamos los genitales mutuamente, mi hermano y yo, también tocamos a mamá su coño y tetas. Enzo se empalmó, y esa reacción le valió a mamá para darme a conocer sobre la reacción de los hombres ante la excitación…, abracé su polla con mis manos y me gusto su tacto. A mi hermano también debió de gustarle mucho sobar las tetas de mamá, su coño y el mío, creo que me mojé al contacto de sus dedos en mi rajita. No solo eso era lo que mamá nos enseñaba en la teoría, sino que aprovechando la ocasión, nos mostró como autosatisfacernos sexualmente llegado el momento.

Desde hacía poquito tiempo yo había empezado a pajearme de vez en cuando por las noches y esa noche lo había hecho. Me gustaba tocarme sentía muy rico pasar mis dedos por la vulva y frotar el clítoris, me electrificaba al sentir la sensación de mis yemas en la pepita excitada, pero jamás había experimentado un orgasmo. Ese era mi punto de comparación con las caricias de mi hermano cuando él recorría mi cuerpo y tocaba mis pezones abultados por los principios de mis cambios hormonales o rozaba ligeramente mi lampiño monte de Venus ¡¡Me sentía muy bien!! Me estaba gustando muchísimo que mi hermano me acariciara esa noche, me giré para mirarle directamente a los ojos…, con las miradas nos entendimos que ambos estábamos disfrutando de aquello.

Me bajó mis braguitas con delicadeza y también se basó su bóxer. Quitó de encima de nosotros la sabana que nos cubría para que pudiéramos ver nuestros cuerpos desnudos. Eso me fascinó, jamás había visto una polla antes de la de mi hermano, y la de Enzo era muy llamativa. En esos momentos tenía la verga erecta, por lo que sabía de las clase de sexo con mamá, mi hermano estaba excitado. Continuo acariciándome y yo comencé a acariciarlo a él, agarré su rabo y me gustó mucho tenerlo entre mis manos al igual que disfrutaba al máximo como me estimulaba mi clítoris con su dedo índice, del modo que nos indicó mamá. Cada vez me acariciaba más rápido y por el mismo frenesí que me estaba dando yo acariciaba aún más su polla, subiendo y bajado por el tronco con todo el prepucio remangado hacia abajo.

Poseía un glande rosado, casi blanco. Quitó mis manos de su polla y se subió sobre mí para comenzar a pasar su lengua por todo mi cuerpo…, era agradable, pero no tanto como sus caricias o eso creía hasta que llegó con su lengua a mi vulva, me separó las piernas y yo gustosa le dejé a mano mi chochete destilando flujo vaginal. Metió su cara entre mis piernas y me empezó a chupar completa mi vaginita. No decíamos nada, sólo disfrutábamos de aquello que estábamos descubriendo juntos. Continuó chupando, succionando y mordiendo mi clítoris con lo que me hacía temblar, empecé a gemir levemente disfrutando de lo que me estaba haciendo con su boca, me chupó con locura lo hacía tan rápido que me resultaba hasta vertiginoso…, me estaba mareando y sentía que me faltaba el aire, de repente se detuvo y sentí fatal como un vacío pero subió a mi boca a besarme con fuerza, no era nada tierno al contrario eran violentos sus besos y podía sentir un sabor muy extraño en su boca que era el resultado de mis flujos vaginales.

Se acomodó entre mis piernas y empezó a restregarme el duro falo contra mi coñito, al principio eran movimientos medio rápidos, después se volvieron muy rápidos y en ocasiones hasta dolorosos, pero él seguía, seguía y seguía hasta que algo mojó mi vientre y estómago. Se quedó quito un rato y después volvió a hacer lo mismo a restregar su polla contra mi vagina hasta que volví a sentir que la tenía dura, continuó, continuó y continuó hasta que yo sentía unas sensaciones tan profundas y muy parecidas a las ganas de querer orinar…convulsionaba, no controlaba mis espasmos con señales eléctricas desde mi clítoris a mis sienes…aguanté y seguimos hasta que llegué a un estado en el que sentía que no podía aguantar más placer notando su dura polla en mi monte de Venus y sus huevos golpeando en mis labios vaginales…y mi hermano volvió a bombear semen sobre mi vientre.

Caímos rendidos ambos, muy casados pero muy felices. Me limpió un poco con su bóxer y también se limpió la polla, nos acomodamos y nos acostamos en la cama bien abrazados. Al otro día despertamos, ambos abrazados y desnudos en la cama. Él tenía en su cara una expresión culpable.

– ¿Qué pasa? –le pregunté.

–Es que no debí hacerte lo de anoche.

–¿Por qué no? me gustó muchísimo.

– Sí… pues me gustaría que lo hiciéramos otra vez.

– Me parece bien… fue mejor que cuando yo me toco.

– ¿Te tocas mucho? – Preguntó muy incrédulo.

– Sí, casi todas las noches lo hago pero me gustó más contigo – contesté con un poco de vergüenza.

– A mí también me gustó más contigo que hacerlo sólo, pero no está bien.

– Nadie se va a enterar, te prometo que no le diré nada a mamá si tú me prometes que seguiremos haciendo esto. Además me gusta dormir abrazada a ti toda la noche.

– De acuerdo, a mí también me gusta dormir contigo… pero nadie se tiene que enterar.

– Nadie… palabra de hermana – repetí para confirmar que sería nuestro secreto.

Así continuamos haciéndolo diariamente, nos apresurábamos a terminar nuestros deberes del colegio y las tareas de la casa, para pasar toda la tarde desnudos acariciándonos hasta unos momentos antes de que llegara mamá… las noches en que ella trabajaba, nos gustaba dormir juntos y desnudos. Nos comíamos a besos, luego me comía el coñito durante un largo rato hasta que me hacía correr un par de veces, para terminar pajeándole su buena polla súper dura. Pero llegó un día en que eso ya no era suficiente, habrían pasado unas cuantas semanas desde que empezamos a tocarnos y acariciarnos con intenciones puramente sexuales, cuando me hermano me pidió que se la chupara como él hacía con mi coñito. ¡¡Siempre me excitaban y me ponían a mil con su boca!!

Con cuidado totalmente caliente, me arrodillo frente a ese hermoso bulto y empiezo a rozarlo con mi lengua. No aguantaba las ganas de tenerlo todo en mi boca ya. Con cuidado y sin despertarlo, quedó enfrente de una verga maravillosa de unos 17 cm por 4 de grosor, lo sé porque una vez la medimos. No Lo podía creer, iba a hacer lo que tanto había deseado durante esas semanas. Empiezo suavemente a olerla, tenía el típico olor a transpiración y al semen que me encantaba. Con mi mano, la tome y sin dudarlo me la introduje toda en la boca dándole la mejor mamada que jamás alguien le haya dado en la vida. Le chupe la verga como una loca desesperada. Le comí sus huevos, uno por uno. Ya no me importaba nada. Solo quería deslechar al macho de mi hermano. Cada tanto Lo miraba, para recibir la aprobación de mi actuación mamadora.

Cuando su verga empezó a latir, sabía que venía su rica leche. Mi hermano me sujetó de la cabeza para que no escapase, como si lo fuera a hacer. Al tiempo, los ajetreos de su cadera aceleraron las entradas y salidas de verga en mi boca. Chupaba su glande, pajeaba el resto del tronco y le sobaba los testículos estimulándoselos como él me enseñó al hacerle las pajas. En unos segundos más vino el primer chorro leche, sellé su capullo con mis labios esperando el segundo chorro de lefa, y así fue. Me inundo la garganta con varios chorros de leche calentita que trague y saboree hasta la última gota, le mostré en mi boca todo el vertido de esperma, blanqueando toda mi cavidad bucal, cerré los labios y me trague su semen. Una vez terminado, le deje bien limpia la verga, me acurruqué en sus brazos y quedé dormida con el sabor de mi hermano en la boca, feliz de habérselo hecho bien. A partir de ese día nos divertíamos mucho practicando el 69, en donde siempre acababa con un par de orgasmos clitorianos y el estómago lleno de semen.

Otra tarde tras hacer las tereas de clase, mientras estábamos desnudos en su cuarto acariciándonos y frotando nuestras partes erógenas gozando de un placer sexual indescriptible del que ya no podía prescindir, Enzo me dijo…

– Oye… creo que podríamos ir un poco más allá y dar el paso siguiente… hace días que tengo muchas ganas de penetrarte, quiero notar como aprieta tu coñito mi polla dentro de ti.

– Pero… eso debe doler Enzo… ¿no?

– No creo que te duela mucho porque ya te he tocado con los dedos, te los he metido y no te ha dolido en ninguna ocasión…

– Pero tus dedos no son lo mismo que tu polla… es más grande que tus dedos.

– Mira nena, probamos y si te duele paramos, pero déjame probar a ver qué pasa ¿sí?

Se abalanzó sobre mí, empezó a frotarse contra mí más rápido, con lo que me excité aún más, nos empezamos a besar con lengua, le habíamos cogido el punto y cada vez lo hacía mejor compenetrándonos divinamente en minutos y minutos comiéndonos los morros hasta dejarlos rojos, casi condolidos de tantos chupetones. Su lengua recorría mis dientes, paladar y llegaba hasta la campanilla, le respondía metiendo la mía y mamándosela del mismo modo que le chupaba su glande. Sus besos me gustaban tanto que no me pude negar… en el fondo yo también deseaba sentir su pedazo de carne dura en mi interior hacía tiempo.

– De acuerdo.

Me despatarré ofreciendo mi rajita húmeda y virgen a mi hermano, él se acomodó bien entre mis piernas y condujo la cabeza de su polla a mi hendidura bajo la supervisión de ambos. Los dos estábamos bien lubricados, por mis flujos y por el líquido pre seminal brotado de su capullo. Metió su cabeza y no tuve ningún problema al recibirlo, al contrario se sentía muy bien percibiendo la dilatación de la boca de mi coñito. Él se agachó a mis prominentes tetitas, y me chupó un pezón, succionándolo al mismo tiempo que empujó con fuerza su dura verga contra mi vagina, hasta que llegó al cuello de mi útero. Pegué un grito que seguro que lo escucharon los vecinos… no podría decir si fue porque rompió con mi virginidad a mis 10 años en una sola embestida, desgarrándome el himen, o si fue porque me succionó un pezón con tal depresión que me arrebató la cordura electrizándome todo el cuerpo como nunca.

No se esperó a nada para comenzar a moverse dentro y fuera de mí, me abrió mis entrañas de un solo envión sin lograr acomodar mi estrecho y enjuto conducto vaginal a su dura polla… dolía e intenté hacérselo saber, pero él continuaba embistiéndome con fiereza, cual toro bravo embistiendo sin compasión, y haciéndome notar en cada clavada la dureza su cuerno. Lo sentía golpearme en lo más hondo de mi ser. A las pocas arremetidas ya se hacía cada vez más placentero, hasta que el dolor desapareció por completo y sólo quedó el placer de estar siendo follada por primera vez en mi vida, por mi hermano.

Pasado el primer sopor de la penetración inicial, pronto me hice partícipe del acto y empecé a mover mi cadera junto con él en cada embestida, disfrutando al máximo de que su polla frotando mis paredes vaginales con su gordo capullo y el resto de tronco endurecido, me estuviera haciendo suya. En verdad el primer semental que entra en tu cuerpo rompiéndote la virginidad, es el hombre de tu vida para el resto de ella. Ambos gemíamos como locos, en ocasiones gritábamos. Todo eso era riquísimo, continuó bombeando dentro y fuera de mí con mucha fuerza hasta que los dos nos corrimos deliciosamente con un orgasmo tremendo. Sentir como explotaba vaciando su semen dentro de mi vagina…. Era mil veces mejor que sentirlo únicamente frotarse contra mi vulva.

Después de tan delicioso orgasmo nos dimos sexo oral mutuamente en un delicioso 69 el me chupaba y se comía con todo mi vagina mientras yo me comía su polla saboreando el semen y mis fluidos.

Desde esa edad seguimos follando cada vez que se nos apetecía… antes y después de realizar las tareas de clase, cuando nos quedábamos solos por la noche en la cama dejándome ese gustito de recién follada para dormir toda la noche del tirón. Era un orgullo saber que le dejaba los huevos secos a Enzo todos los días, y que toda su leche le hallaba en mi interior. En ocasiones los dos estábamos muy calientes y nos follábamos como locos, en otras ocasiones sólo era uno el caliente y el otro solo lo ayudaba a calmarse un poco.

Y debo decir que follábamos a diario al menos una vez, otras tres y hasta cuatro veces. Comenzábamos sólo nos acariciándonos para sentir placer, pero rara vez no follábamos por cansancio de la tarde o noche anterior. Nunca nos interesó cuidarnos, ni nos hacía falta y es que gracias a Dios mi menstruación se presentó por primera vez cuando tenía 14 años cerca de los 15, así que desde los 10 años hasta los 14 años había follado con mi hermano libremente a pelo acabando siempre dentro de mí. En una ocasión medimos el volumen de su eyaculación diaria, que multiplicado por los polvos que habíamos echado aproximadamente, resultó que me había llenado con más de seis litros y medio de esperma en esos cuatro años. Período en los que vimos crecer mis tetas a un tamaño generoso, mi culo se redondeó con dos nalgas respingonas muy atrevidas salidas a las de mi madre, además de heredar su cadera ancha para recibir bien las arremetidas de un macho como Enzo, del mismo modo que mi vagina se fue haciendo más profunda y tragona, envolviendo todo el tallo de su cipote hasta las pelotas… me volvía loca sentir el rebote de sus bolas en mi vulva al darme duro en las prolongadas folladas de más de una hora.

Por suerte mi coño no tuvo pelo a excepción de pubis, y a pesar de estar dispuesta a rasúramelo, él siempre prefirió que me lo dejase natural, porque se veía bonito mi coño con esa pelusilla sobre mi vulva pelada… después descubrí que eran los genes de mamá. A Enzo también le fue creciendo la verga y los huevos…, de vez en cuando medíamos… llegado a los 16 años ya contaba con una polla de 19 cm y 5 de ancha, una hermosa y bonita verga… los genes de papá, solo que nuestro padre tenía una polla monstruosamente gorda.

Nunca tuve novio por celo de Enzo conmigo y porque simplemente no necesitaba tenerlo con mi hermano dándome amor, cariño, cuidado filial y verga a diario. Debo decirles que desde los 12 años y medio mi cuerpo ya estaba muy bien contoneado, era el de toda una señorita sexy… y mi hermano desde los 16 años también estaba guapísimo. Era un chico fibroso y delgado gracias al deporte de la natación…. Todas las niñas del instituto andaban tras de él, y eso me hacía hervir la sangre porque él era sólo mío del mismo modo que yo solo era y soy suya por derecho. No cabía duda que él es mi macho y yo su hembra, así nos pusimos mutuamente, la condición para seguir follando juntos… ¡¡Ninguno tendría pareja ni follamigo!!

Poco a poco nuestras folladas se fueron convirtiendo en actos de amor. A los 10 años supe lo que era follar y a los 15 descubrí hacer el amor con la persona que realmente amas. Sí, después de todo me enamoré de él. No solo era mi hermano del alma sino la parte que me complementaba… sé que él también se enamoró perdidamente de mí. Rememorando, me emociono al pensar en lo deliciosa de esa primera vez en que hicimos el amor… a simple vista parecía lo mismo que cuando follábamos otras veces, pero no lo era. Al hacer el amor se siente algo diferente si prestamos atención a los detalles…

…Estábamos en mi cuarto besándonos suave muy pausadamente, separándonos solo cuando nos faltaba el aire, tomábamos una bocanada y seguíamos comiéndonos la boca y lengua. Ambos desnudos recién duchados juntos, oliendo a esencia de rosas. Mientras nos besábamos acariciábamos nuestros cuerpos en toda su extensión, entonces me subí sobre él y comencé a besarlo por entero… cuello, hombros, ojeras, pecho y su ombligo (ahí le dediqué un buen rato) seguí bajando y me encontré con su ya conocido vergazo bien erecto.

 Lo tomé con mis manos y me lo metí a la boca. Se lo comencé a mamar con dulzura y delicadeza pasando mi lengua por todo su gordo y redondo glande, esta vez dándole mayor atención al cabezón de la polla que al tronco. Con mis manos le acariciaba suavemente sus testículos jugando a moverlos dentro del colgado escroto… esa bolsa, le propinaba una forma a modo de badajo campanil, tal que cuando me folla, sus pelotas me azotan el coño y culo como si fuese una bola de derribo ¡No pueden imaginar cuanto me excita sentirlos!

Continué mamándolo metiendo la punta de la lengua en el agujero uretral, contoneando la visera de su capullo saboreándolo… cuando estuvo a punto de correrse en mi boca, apreté con mis dedos la base de su cipote estrangulándolo, de este modo evite que su semen se desperdiciara, preservando cada sola gota de su néctar para el lugar adecuado del día especial. Con tantos años follando, nos habíamos hecho expertos en lo que nos gustaba y como nos gustaba recibirlo, cada gesto suyo me indicaba sus deseos. Después subí a besar sus carnosos labios, una vez que se recuperó me dio la vuelta y aplicó la misma medicina…, empezó me beso mi cuello, mis bien formadas y redondeadas tetas de pezón ojival, tomándose su tiempo en cada una, dando mayor atención a mis erectos pezones. Después bajo hasta mi coñito, el cual besó, lamió, chupó, succionó y mordió hasta que me hizo llegar a uno de los mejores orgasmos que jamás había tenido. Subió a mi boca para besarme y sin dejarme recuperar del orgasmo me penetró mientras pronuncia un dulce “te amo” en mi oído.

Me penetró con agilidad y con delicadeza por un buen rato, creo que estuvimos en el asunto de la penetración durante unos doce o quince minutos y abríamos seguido así de no ser porque el tiempo de la tarde sin mamá se nos terminaba y ambos ya necesitábamos con urgencia acabar, así que aceleró sus movimientos y yo lo seguí al compás de sus penetraciones hasta que nos liberamos ambos llegando a nuestro clímax acallando nuestros gritos de placer con dulces besos, llenando la boca con la del otro. Sentí su gran chorro de semen inundar mi vagina, la presión de mi coño envolviendo su hinchada verga, anidaba mayor excitación en todo mi cuerpo, lo electrificaba… percibí un segundo chorro de leche con su gemido de acabado, y un tercero dejándome los tres voluminosos aldabonazos para continuar corriéndose dentro de mí, al tiempo que yo secuenciaba mi orgasmo apretando mi clítoris desaforadamente. Se quedó dentro en lo más honde de mi útero, allí donde alojó su esperma. Nos besábamos con ternura y celo a un tiempo

 




La educación sexual... especial de la casa

Solo pasaron un par de meses desde que Enzo y yo comenzamos a follar cuando ocurrió algo tan inesperado como transcendental en nuestra mi vida. Papá como de costumbre se hallaba unos días fuera en una obra en Figueras, Gerona. Al finalizar el invierno, tendría que haber acabado el trazado del tramo del ave hacia Francia… regresaría en dos semanas. Mi hermano y yo íbamos a clases extraescolares por la tarde, me tocaba música y él estaría en la piscina cubierta practicando su deporte favorito, la natación. Las tareas rutinarias de mamá eran darnos la cenar, bañarme, acostarme, charlar un rato en la cama sobre la escuela y otras cosas. Mamá siempre ha pensado que no hay nada de malo en que mi hermano y yo compartamos cosas que en otras familias no se permiten… por ejemplo dormir juntos en la misma cama o ni siquiera en la misma habitación, acompañarnos en las sesiones de aseo personal compartiendo la ducha, jugar con contacto total estando en braguitas…. Todo esto ocurría con naturalidad pese a que comenzábamos a ser adolescentes sin dejar de hacer todo lo que siempre hicimos sin pudor…, y es ahí cuando con mentalidades tradicionales, los hermanos dejan de compartir al mismo tiempo esos lugares comunes… pero NO en mi casa.

Ella indicaba como asear a Enzo en la ducha… ese día mi hermano entró conmigo igual que hacía años, según recuerdo desde que tengo uso de razón. De críos nos lo pasábamos muy bien, pero con 10 años tenía tintes diferentes..., no obstante no dejaba ser algo normal la ducha común tantas veces compartida. Enzo quedó de pie completamente desnudo, mamá me pidió que lo mojara con la alcachofa de la manguera extensible, y así lo hice. Ella tomó el jabón líquido, y empezó a pasarlo por el cuerpo de mi hermano. Yo mientras tanto me dedicaba a contemplar a mamá. Siempre la he visto como mi tótem y modelo en todo… es una mujer muy bella y bien formada, inteligente y buena gestora de su hogar, sin mamá mi padre estaría perdido en casa. Ella al parecer se dio cuenta, y se colocaba de manera que marcara sus tetas y su hermoso trasero.

Mi hermano, pareciendo inocente dejaba que ella lo masajeara por todo el cuerpo… las manos de mamá agarraron la polla de Enzo, y lo enjabonó completo, retiró el prepucio, su polla reaccionó poniéndose inhiesta. Al tenerla dura todo el aseo de su cipote resultó más fácil, agradeció mamá. Pasaba su mano de arriba abajo recreándose en los pliegues del capullo con el prepucio, también le dedicó su tiempo a los testículos…comenzaban a ser grandes y pesados… muy estirados, marcándose fácilmente el contorno de ambos huevos dentro del escroto ¡Me fascinaba el conjunto de verga y pelotas del sexo masculino!

– ¡Ya! –Dijo ella– enjuaga a tu hermano Aroa, yo lo secaré después… ponte por delante, yo me ocupare de su espalda y su bonito culo ¡Me encanta lo terso y firme que lo tiene…verdad!


Después el mismo rito y proceder ocurría conmigo, era mi hermano con mamá quienes me aseaban. Mi hermano y yo sabíamos que era una metodología de mamá para darnos confianza y naturalidad sin que pareciese el tan manido tabú del incesto, no superado en nuestra sociedad, algo que mamá veía como absurdo siendo familia y teniendo la confianza de mostrarnos tal como somos. La cotidianeidad no dejaba de ser algo cada vez más interesante para ambos hermanos…, así pasaban los días, mientras mi hermano y yo nos calentábamos más gracias a los consejos e indicaciones de mamá, para  el conocimiento de nuestros cuerpos de manera mutua, lo podíamos decir que eran sus clases magistrales sobre sexo. De ella salía de vez en cuando…, que un coño es un coño, del mismo modo que una polla es una polla, sea de quien sea…, su uso es algo que solo depende de cada uno, y nada hay de malo en usar el sexo donde y con quien deseemos hacerlo. Sí además es en la intimidad del hogar, nadie tiene porque escandalizarse...

 ¡CUÁNTO OCURRE DE PUERTAS ADENTRO SE DEBE QUEDA AQUÍ!

Nos recordaba constantemente, porque no todo el mundo entiende nuestra forma de vivir y pensar. Apenas pasarían unos días de la misma semana durante una cena, cuando mamá se dirigió a nosotros en términos más bien reveladores…

– Últimamente estoy viendo cosas que no son normales en la cama de una niña de diez años, – quedé paralizada con el bocado a medio masticar – Sí, creo que sabéis a qué me refiero… ¿Tenéis algo que contarme los dos?

Mi hermano y yo nos miramos como a quien les descubren con las bragas bajadas…

– No sabemos a qué te refieres mamá, soltó mi hermano.

– ¡¿Y si os digo que desde hace semanas no hago más que meter en la lavadora prendas de Aroa machadas de semen?! ¿Os suena de algo…? ¡Todos sabemos de dónde sale!

– Ma… mamá eso no es nuestro, dije yo

– Evidentemente tuyo no es nena, solo puede ser de un hombre, y en esta casa viven dos posibles sementales…. Y pongo la mano en el  fuego que de vuestro padre no es.

– Bueno mamá… es que yo… pues un día cog…

– ¡Cállate Enzo! – Cortó mamá a su hijo – Sé lo que hacéis y en cierto modo es de esperar.

– ¿A qué te refieres…?

– Pues que a tu edad te gustan las chicas, aunque sorprende que a ti Aroa, ya te apetezca tener sexo con un chico siendo tan joven, pero no le podemos poner puertas al campo. A mí no me parece mal si respetéis la máxima de este hogar… ¡Nada de lo que pase en casa puede transcender fuera! De lo contrario todos estaremos vendidos y lo pasaremos muy mal.

– ¿Entonces podemos seguir manteniendo relaciones sexuales Aroa y yo…?

– Sí, con una condición más… que me permitáis enseñaros como conseguir gozar más de ese maravilloso acto de amor…, esto como cualquier otra cosa en la vida tiene su técnica.

– Nosotros estamos dispuestos a aprender cuanto nos enseñes… ¿Verdad Aroa?

Afirmé con la cabeza pensado que era lo mejor que nos podía pasar, pues yo apenas sabía hacer nada y Enzo tampoco se podría decir que fuese un galán con mucha experiencia…creo que en esos momentos era ideal. Todo quedó ahí, pero en un descuido puede ver como ambos confabulaban y pronto llegué a la conclusión que mamá y Enzo tendrían un encuentro. Esa misma noche, mientras mi hermano y yo mirábamos la tele, mamá dibujaba en un lienzo en la sala, pintar era una vocación frustrada de mamá, convertida en hobby, sobre las once y cuarto me despedí diciendo que me iba a acostar. Partí rápidamente y coloqué en mi cama los cojines simulando que estaba durmiendo. Decidí entonces, comenzar a espiar a mamá desde el armario. Dentro había una especie de banca pequeña, donde me senté a esperar, abrí un poco la puerta corredera esperando que mamá se acostara. No demoro mucho cuando entró en la habitación. Se sentó en el borde de la cama, desató sus zapatillas y las sacó, luego sus blancos calcetines. Se puso de pie, y soltó los botones de su Jeans, bajándolo muy lentamente. Tenía unas nalgas preciosas, y su pequeña ropa interior se perdía entre sus carnes. Se sacó su suéter quedando en una camisa de cuadros. Desabotonó uno a uno los 9 botones, cayendo al suelo la camisa. Quedó en ropa interior, y se dispuso a soltar su sostén.

Sus tetas firmes parecieron no notar la diferencia de sujeción del sostén, pues seguían allí, redondas firmes, grandes y tan erguidas como desafiantes a la gravedad… ¡¡Yo deseaba tener las tetas de mi madre cuando fuese mayor!! Tomó una camiseta larga blanca y se la puso a modo de camisón. Sus pezones pronto se endurecieron. Abrió la cama. Como en dos minutos entró Enzo al cuarto. Cerró la puerta y sin decirse nada empezaron a besarse y abrazarse apasionadamente, ahora comprendía cómo sabía besar tan bien mi hermano.

Mamá le ordeno… – ¡Quítate el pantalón!

Los dos quedaron en ropa interior de la cintura para abajo. En eso mamá, le sacó los calzoncillos a Enzo, quedando al aire su portentoso falo, se lo metió a la boca mientras su hijo le tomaba la cabeza. No tardó en triplicar el tamaño. Mamá quería comerse su miembro viril, y lo hacía hasta topar con su barbilla en las pelotas de su hijo. Enzo miraba al techo, mientras literalmente se follaba la boca de su madre… tragaba con suma facilidad sin asco. Mi hermano apretó la cabeza hasta meter toda su verga en la garganta de mamá… no vi un ápice de arcada por su parte, en tanto las tetas se balanceaban al ritmo de la mamada. La pobre mujer necesitaba respirar, así que se sacó la verga pidiendo parar un segundo.

Enzoque estaba muy caliente, la tomó sin previo aviso y la puso a cuatro patas sobre la cama, corrió el tanga a un lado y se la empezó a meter de un zarpazo a perrita, o más bien como a una perra en celo. La embistió como un loco haciendo sonar el culo de mamá contra su pelvis. Me quedé perpleja al ver a mi madre darle el culo a Enzo como si fuera una puta, esperaba que se la follara, pero él sobre ella en la postura del misionero, y no como una perra sumisa. En todo caso me favoreció la perspectiva.

Desde mi posición se veían perfectamente el culo de mi madre y el de mi hermano, así como el proceder de la perforación del coño de mamá por la polla de su hijo…, sus huevos rebotaban en la carnosa vulva una y otra vez. Mi hermano la sujetaba de los hombros para hincar con mayor fortaleza, enterrándola entera en su coño tragón, el mismo por donde salió 16 años atrás. Debía de gozar ahora como le entraba y salía su hijo de la vagina húmeda y caliente, mientras se manoseaba las tetas apretándose los pezones. Mi mano se deslizó hasta mi coñito sin más opciones, empecé a tocarme la pepita con celeridad, me gustaba lo que veía excitada y deseaba ser yo la que disfrutara de toda su verga incrustada en mi coño.

Los dedos horadaban mi grieta mojada. Recordaba la polla de Enzo golpeando mi fondo vaginal... mi hermano y yo solo habíamos follado unas cinco veces, pero en todas ocurría lo mismo, porque siendo tan pequeña mi vaginita, su glande topaba en mi pared antes de poder envolverla por completo con mi coñito… desde hacía una semana no me había follado Enzo, esperaba con ansia la ocasión del turno de noche de mamá con papá lejos de casa para disfrutar de toda la noche de mi semental ¡Me había engolosinado con su leche en polvo!

Ellos continuaban durante unos tres o cuatro minutos más. El macho apestilló con potencia el culo de su madre, sus jadeos se hicieron ostentosos, los gemidos de ella evidentes y de pronto la clavó a fondo quedando quieto con los ojos cerrados… solo se le veían los cojones colgando fuera del chorreante coño de mamá. Por sus esténtores, era evidente que en esos precisos instantes se corría dentro del coño de mamá, sus testículos se movían dentro del escroto suministrando la leche que inundaban el fondo vaginal. Percibía cada chorro de lefa, incitándole a que la llenara de leche su útero…que se corriese dentro de su madre sin miedo.

Sacó la verga y tras su capullo le acompañó un pequeño reguero de semen que impregnó la raja abierta de mamá. Tanta se acumuló entre sus labios, que finalmente cayó sobre la cubierta de la cama un borbotón de esperma espeso. Ella le dijo que era un cabrón… debía controlarse más para poder alcanzar su orgasmo junto con él… porque había llegado muy rápido. En su voz no hubo reprimenda por haberla inseminado, en nada le importó que la hubiese follado a pelo empantanándole la vagina de esperma, con el evidente riesgo de preñarla, solo se quejaba de no haberse corrido gozando al completo del polvo.

En ese minuto de después, yo también había llegado a mi orgasmo, me corrí como una putita mordiéndome la muñeca izquierda para no gritar. Él se marchó a su cuarto y le dijo que tenía que descansar tras la paliza de natación y la follada, estaba agotado, así que la vería mañana. Ella con un rostro de molestia pensado que compartiría la cama esa noche con ella, se puso de nuevo el camisón. Y él se fue. Pasé unos minutos de angustia esperando que se durmiera para poder salir, pero sin poder controlarlo, estornudé. Ella, sin dudar se acercó, abrió el armario y me sorprendió.

– ¿Qué haces allí? ¿Desde cuándo que te escondes en mi habitación? Yo no sabía decir.

– Le contaré a papá lo que haces con mi hermano. – Le dije a la defensiva muerta de celos.

– Yo también le podría decir lo que haces con Enzo, me contestó. Ella sabía que yo no perdería tanto como ella. – Pero serás una niña buena y No vas a contar nada.

– Se lo diré si yo no…

– ¿Si tú qué…? Mira cariño, vamos a hacer un trato tú y yo. Hasta ahora como madre os he intentado educar sobre el sexo, pero en adelante os enseñaré a disfrutar de él. Haré la vista gorda sobre las relaciones que tenéis desde hace un año al menos, si tu no dices nada a papá… de esta manera ganaremos todos. Compartiremos a Enzo cuando papá no esté en casa y yo lo necesite, debes comprender que eres muy pequeña para soportar el ritmo de un chico como él…, así que te ayudaré a que se desfogue conmigo en las ausencias de papá… Y cuando sea oportuno, tu padre se enterará. Solo deja que mamá se encargue del asunto.

– Pero nos hemos prometido que no tendremos novios…

– Hija, yo no soy ni seré nunca la novia de tu hermano, soy vuestra madre y en adelante vuestra mejor aliada ¿Acaso no te gusta estar con Enzo…?

– Sí, pero yo…

– Yo, yo, Yo. Solo lo tendré un tiempo, el resto será todo tuyo… podréis continuar haciendo vuestras cosas como hasta ahora, dormir juntos las noches solitarias de mis guardias nocturnas y follar o después de hacer las tareas también os gusta follar ¿Verdad?

Me sorprendió que supiera todos los detalles de mi relación con mi hermano, lo que me obligó a claudicar ante mi madre, me pareció un buen trato, al fin y al cabo nuestra madre nunca puede ser la novia de mi hermano. Aunque Enzo y yo nos habíamos prometido no tener novios, lo de mamá era diferente, ella solo era nuestra educadora sexual.

– Me parece bien.

– Bueno entonces pequeña espía, ve a dormir. Mi habitación quedaba a lado de ella.

Otro día que papá no estaba y mamá no tenía que hacer trabajo vespertino, después de comer nos marchamos a dormir la siesta, aunque yo sabía que mi madre tenía en mente tirarse a Enzo, los dos habían estado muy acaramelados durante toda la comida, hasta le dio de comer como a un niño. Cucharada por cucharada, me daba un poco de vergüenza ese comportamiento cual si fueran dos tortolitos. Una vez que comimos le dijo que le tocaba bañarle, y que yo le acompañara para que viese el proceder de su “modus operante”, el cual debía aprender para complacer a nuestro hombre o cualquiera, porque todos son iguales.

En el aseo empezó por sacarle la ropa. Los zapatos, los calcetines, la camiseta, el pantalón. Hasta que quedó en calzoncillos, no se les veía nada nerviosos…, y de golpe, ella no dudo y le bajó su slip. Le metió en la ducha y abrió las llaves, mojándole por completo. Cerró la llave y lo enjabonó con sus manos… son muy suaves. Luego lavó su cabeza y bajó por la espalda. Le dio la vuelta para lavar su cara. Ella tarareaba una melodía mientras le bañaba, hasta que se dirigió a mí diciéndome que si estaba atenta…. Llegó el turno de su verga. Mi hermano a sus 15 años tenía un control bastante fuerte sobre sus erecciones, ya le medía 12 cm sin estar en empalmado. Ella lo miro, colocó jabón en sus manos y se la tomó.

El control se hizo inexistente en esos momentos, y su rabo comenzó a hincharse de placer. Ella que sabía cómo excitar a un hombre, tocó con mucha suavidad el tallo. Apretándolo y soltándolo rítmicamente. La muy cabrona ponía cara de cachonda mientras le enjabonaba. No sé si ella tenía las manos pequeñas o Enzo una polla muy grande, pero lo agarraba a dos manos. En eso, cogió el tronco del cipote con una mano, y con la otra empezó a bajarle el prepucio, dejando el glande descubierto. Él se veía excitado, respiraba profundo y le venían escalofríos recorriendo todo su cuerpo. Lo soltó y lo duchó enjuagando cada parte del cuerpo de mi hermano. Después se dio a secarlo por completo siguiendo un ritual sexual evidente, en esta operación me dejó participar… Enzo debía de estar encantado de tenernos a las dos.

– Vamos a mi habitación, nos dijo.

Enzo aún seguía con la polla dura bien erecta. Abrió las sabanas y se acostó. Una vez que mamá se fue, mi hermano comenzó a masturbarse, le recriminé la acción, pero él estaba ido dentro de su tarea cuando mamá entró a la habitación vestida con un camisón largo, encendió la luz de la mesita de noche. Se notaba que no llevaba nada más puesto…

– ¿Qué estás haciendo? – Le preguntó.

– Le he dicho que no se haga la paja, pero no me ha hecho caso… Dije inocente e impotente

– Me duelen muchos los huevos y tengo que aliviarme o me van a reventar. –  Exclamó Enzo

– Ya veo, dijo en un tono excitante. Te puedo mirar mientras lo haces.

– Claro, le dijo Enzo.

Continuó con su tarea. Podía notar cómo se calentaba nuestra madre mientras se pajeaba.

– ¿En quién piensas? Pregunto ella.

– En ti cuando me enjabonaste la polla.

– ¡Ahh! Dijo ella. – ¿No pensabas en Aroa…? Tu hermana te adora y le encanta que la folles… ¡Debe adorar como yo, esa polla tan hermosa que tienes! ¡ES PRECIOSA! Siempre tan dura y firme, preparada para darnos placer a ambas… ¿¡Verdad cariño!? Se dirigió a mí.

No supe que decir, y solo me salió de la boca… ¡Es muy bonita y grande…!

– Me gusta follaros a las dos, pero tú mamá tienes más experiencia y consigues excitarme más rápido… – y dirigiéndose a mí – No es que no me guste follarte su coñito, es solo que sois diferentes… tú lo tienes muy apretado y mamá lo usa a modo de boca succionadora, presionando mi polla con las paredes vaginales.

– Comprendo mi amor, es normal… ella tiene juventud e inocencia, y yo pericia y sapiencia.

Mi madre se puso a su lado, y también comenzó a pasar sus dedos por el coño, se los metía entre los labios sacando el flujo y luego frotaba en círculos sobre el clítoris. Ambos se pajeaban a sí mismos mirándose como se lo hacía el otro. Yo también me animé, mi madre dibujó una sonrisa cómplice al verme frotando mi clítoris. Me había bajado las bragas a los tobillos, dejándome la camiseta sin más nada debajo.

– ¡Ven acércate! Deja que tu hermano te coma el coñito.

De pie sobre la cama le acerqué mi coñito a su cara, y él no dilató el tiempo en comerme el chochito. Sustentándome apoyada en su cabeza, notaba la lengua entrar en mi raja, explorar el agujero del coñito y luego lengüetear con firmeza mi duro clítoris. Sentía las manos de él en mi culo empujando hacia su cara… la mano de mamá pajeaba a su hijo, al tiempo que se frotaba su propio coño con la otra, viendo como sus hijos gozaban del sexo en familia. En eso sin mayor aviso eyaculé en la cara de mi hermano, contorneando mi cuerpo con fuertes convulsiones, gemidos y de pronto todo se calmó

Me retiré a un lado de la gran cama, ella se pegó a su hijo con todo su cuerpo abrazada de por la cintura. Le hacía sentir sus tetas en la espalda y su respiración en la nuca. Yo estaba más calmada, pero la situación me comenzó a excitar. El calor que se generó entre hijo y madre era mucho, así que mamá sin dudar se sacó el camisón. Yo también podía sentir su calor, la acariciaba mientras abrazaba a Enzo pegándole sus tetas y sus pezones tocándole yo su espalda. La respiración de ambos se aceleró. La mano de mamá comenzó a acariciar su pecho, subiendo desde el vientre hasta el cuello. Paro en sus tetillas y las empezó a frotar.

Notaba como la aceleración de su respiración y del masajeo de sus manos la mostraban en una calentura terrible. Sin previo aviso, tumbó a mi hermano sobre las sábanas, dejando a la vista sus hermosas tetas. Se colocó sobre él a horcajadas pero sin tocarle, y sus labios se fueron directo a sus tetillas. Ahora era una convidada de piedra nada más.

Así estuvo bastante rato chupándole los pezones, luego le dijo que abriera la boca y sacara la lengua. Le colocó una de sus tetas sobre su boca, como si le diese de mamar a un bebé…

– ¡No chupes! Le dijo

Y se dedicó a frotar el pezón contra su lengua. Cambio de teta como tres veces. Luego se puso de rodillas a la altura de sus tobillos, diciéndolo que se relajara. Su verga estaba muy dura, súper erecta mirando su ojo ciego al techo. Tomo el mástil, le bajó el prepucio, dejando a la vista el hinchado glande, y con la punta de la lengua comenzó a humedecerlo.

– ¿Te gusta cariño…? – Preguntó ella – ¿Y a ti Aroa, está disfrutando con nosotros?

– Siiiiii, me encanta, dije.

No alcancé a terminar esa frase cuando se metió la totalidad del grandioso falo en la garganta. Su cuerpo se arqueaba de placer. Ella le agarraba de las nalgas y mamaba la verga de su hijo por completo sin dejar un centímetro fuera de su boca. Luego se metía solo el glande… Succionaba como si su vida dependiera de ello.

– Eres el primer chico de tu edad que me ha follado. – Dijo ella.

Se recostó sobre la cama, de espaldas, y abrió las piernas. Se manoseo su coñazo humedecido como una estanque… – Ok ¡Métemela! ¡Fóllate a mamá…! ¡Que lo vea Aroa…!

Enzo se  puso sobre ella, enfiló el capullo en la raja de mamá, e introdujo la cabeza entre los labios de la vagina materna, encontrando la boca del gran coño. Los labios envolvían el tronco a medida que se insertaba… mi hermano empujó.

– Entra con confianza, ¡Métela bien hondo hasta que desaparezca entera! dijo ella

Lentamente la metió hasta el fondo dejando solo los huevos fuera, y la sacó… la metía y sacaba. A solo medio metro de ellos veía como era tomada mi madre por su hijo. La sensación de su vagina húmeda apretándole la polla le producía una excitación que jamás experimentó en mi coño, se oía el  sonido húmedo del acople entre el coño y la polla. Mamá le agarró por las nalgas y comenzó a dirigir la velocidad de la penetración.

– ¡Dale nene toda la verga a mamá! – Decía ella– ¡Vamos dale con fuerza bien dentro! Así, eso bombea, bombea dentro de mamá…

Yo estaba a cien, pero mi hermano debía de estar a mil… se la clavaba como un martillo pilón metiendo como loco. Ella se mordía los labios y gemía a cada estocada profunda notando la punta de la polla en la boca del útero, mientras su cuerpo se contorneaba elevando el culo para encontrar una mayor profundidad del rabo de Enzo. Sus tetas se movían al ritmo de los embates. En eso ella dijo…

– Ahora me toca a mí.

Y le tendió sobre la cama, sentándose a horcajadas sobre su erecta tranca. La sujetó de la base dirigiéndola a coño y se sentó enviándola al fondo hasta aplastar sus pelotas con la vulva. En el momento que su clítoris tocó sus huevos, empezó a cabalgarle, moviendo sus caderas hacia atrás y hacia delante, en un vaivén de placer como pocas mujeres saben hacer… pareciera que bailaba tuerking con la polla de mi hermano incrustada en su intimidad. Luego paso a subir y bajar solamente. Mientras él manoseaba y chupaba sus tetas y yo acariciaba su culo llegando a manosear las pelotas de Enzo.

– ¡¡Cómo estoy gozando cariño! –Decía mamá– Sí, estás bueno cabrón… ¡Joder como follas! ¡No me extraña que tengas atontada a tu hermana con el pedazo de pollón que le metes…!

En eso tuvo su primer aviso de eyaculación, Enzo le avisó sin dudar, pero ella parecía estar ida metiéndose y sacándose todo el tallo desde el glande a los huevos.

– ¡Ya no aguanto más mamá…! ¡¡¡Te voy a llenar!!!

Ella indicó su total despreocupación… que la llenase tranquilo… que se corriese dentro de ella. Deseaba sentir los aldabonazos de leche. Presumiblemente pensé que mamá tomaba pastillas anticonceptivas. Así fue como le llegó su primer chorro de leche y un segundo vaciándose dentro de su vagina con un tercer gran chorretón de esperma espeso. Enzo cada vez eyaculaba más cantidad de semen, lo fuimos comprobando con mediciones a lo largo de los años. A los 16 años vertía 6 cm3diarios de esperma. Continuó agitando su cadera al ritmo que eyaculaba chorros y chorros… parecía tener litros de semen para darle a mamá. Ella se acostó sobre él, y se giraron. Quedando Enzo sobre ella sin sacar su verga del acomodado coño de mamá. Me uní a su abrazo, y juntos los tres nos quedamos como unos diez minutos sintiéndonos más unidos que nunca.

Esa noche dormimos los tres en la misma cama, con mi hermano en medio para que ambas hembras pudiéramos acariciarle y disfrutar de él por igual. Me dio un beso en la boca, otro a mamá deseándonos tener Dulces Sueños….

CONTINÚA...

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