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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

La viuda alegre. Mi madre



La muerte de papá fue algo que nos sorprendió a todos en mi familia, a pesar de sus 45 años tenía varios problemas de salud que los mantenía a raya dado que era un tipo que se conservaba en buena forma. Un viernes a eso de las 11 de la noche mi madre, Sofía, recibió una llamada, mi padre había tenido un accidente de tráfico y estaba muy grave, de inmediato salimos al hospital. Al llegar el médico nos recibió con la peor noticia, mi padre había muerto a causa de un trauma cerebral producido por un choque contra un poste. La noticia nos dejó helados, no supimos cómo reaccionar ante la situación y mi madre se puso a llorar…quedé en shock, ¿Qué más se podía hacer en ese momento? Cuando nos vimos un poco recuperados, mi madre se dispuso a llamar a todos nuestros familiares y amigos, que al igual que nosotros quedaron sorprendidos con la noticia. Me dolió bastante la perdida, porque naturalmente era mi padre y había vivido con él durante mis 18 años de vida, pese a que la relación padre e hijo estaba rota desde hacía varios años por su comportamiento indecente, egoísta y desaprensivo para conmigo y sobre todo con su esposa…mi madre.

A pesar que siempre me apoyó económicamente y me brindó la mejor educación académica, en nada más se preocupó por mí… sentí siempre que me faltaba afecto por su parte, nunca tuvimos una charla o me dio un abrazo, siempre salía temprano y llegaba muy entrada la noche, los fines de semana siempre prefirió pasárselo bien bebiendo con sus amigos, a tal vez salir con su familia a algún sitio y disfrutar con ello…, pero a pesar de la ausencia de una figura paterna, el resquemor que tuve con él no fue solo por eso, sino por un par de sucesos específicos. Uno cuando dejaba de ser un niño y ya entendía muchas cosas y otra fue ya en la adolescencia. 

El primer suceso ocurrió un sábado por la tarde, mi madre había salido con sus amigas y yo me había quedado solo en la casa jugando en la Play Stations. Estaba tranquilo hasta que escuché a alguien entrar, era mi padre y sus amigos que habían ido a casa a ver un partido de fútbol, no le di mayor importancia y seguí con lo mío. Alrededor de una media hora después, bajo a la cocina para ver qué había en la nevera para tomar. Estando allí escucho que Pedro, uno de los amigos de mi papá, estaba mencionando algo sobre mi madre por lo que sigilosamente me acerqué a una ventana que tenía la cocina con una cortina translucida, y que daba directo a la sala, desde allí podía oír mejor la conversación sin ser visto y entrever sus figuras.

  Tu mujer tiene un buen culo, ya me gustaría a mí tener una así, seguro se lo rompes todos los días, dijo Pedro.

-Sí, tiene un buen culo, pero yo no soy el que se lo revienta a esa puta, decía mi padre hablando tan despectivamente de su esposa…, estaba sorprendido de cómo hablaba de mamá, – Tiene el ojete bien abierto pero me dice que no le gusta por detrás, cree que soy tonto. Sé que le han dado por el culo…

– Pero debes entender al otro, yo no me resistiría con semejante caballo, también te pondría los cuernos jajaja

Dijo interviniendo Jairo, otro de los amigos de mi padre, e incluso también amigo de mamá, mientras todos reían a carcajadas la gracia tratando a mi madre como una fulana.

Lo que había escuchado me dejó pasmado, nunca imaginé que mi padre y sus amigos se pudieran referir así respecto a mi madre, una persona muy educada y respetuosa, ese hecho hizo que dejaran de agradarme los amigos de papá y fue la primera decepción que tuve con él. En sus palabras y gestos ante sus amigos demostraba el poco cariño y respeto que le tenía a la mujer que me había dado la vida. Mi madre se llama Sofía, una mujer, de 40 años de mediana estura sobre los 1.68 metros, con un vientre no muy plano pero sí en buena forma para alguien que no hacía mucho ejercicio, tetas medianas y unas caderas con un culo grandes en la proporción perfecta para preñarla, ese realce que a los sementales tanto nos atrae de las hembras para engendrar con ellas, nalgas redondas y respingonas. Siempre había visto que era muy guapa, no para llegar al punto de tener erecciones y pajearme pensando en ella ya que respetaba el hecho de que era mi madre, pero ya entrado en la pubertad comencé a ver a la mujer, sus curvas y sus prominentes tetas.

El segundo suceso fue un miércoles en la mañana, ya era un adolescente. Estaba siendo un día normal de clase, cuando un incidente con la tubería de agua provocó que se inundaran los baños y varios salones, por lo que fue necesario que a todos los estudiantes se les enviara a casa temprano. Para ese entonces yo ya era un adolescente de 17 años, a esa edad uno ya es persona que entiende mejor muchas cosas que pasan a tu alrededor. Llegando a casa, escucho ruidos en el segundo piso, pensé que tal vez podría tratarse de ladrones, pero a medida que iba subiendo las escaleras, me di cuenta que eran gemidos y que provenían de la habitación de mis padres. Se me hizo raro ya que parecían de una mujer pero no de una que se me hiciera conocida, porque mi madre no gemía de esa forma cuando la follaban. Decidí seguir caminando sigilosamente hasta llegar a la puerta, se encontraba casi cerrada por completo, pero había un hilo por el que podía ver un poco a pesar de la oscuridad. La imagen que pude observar me dejó completamente petrificado, había una mujer de espaldas que estaba cabalgando sobre ¡mi padre! Me sentí completamente asqueado por esa escena, recordaba que había tratado a mi madre de puta y de estar con otros pero él hacía lo mismo… algo hizo que siguiera mirando la escena. Lo poco que pude ver de la mujer con la que mi padre le estaba poniendo los cuernos a mamá, es que era delgada y con cabello ondulado, no me pareció conocida, nunca la había visto.

Estando ahí parado tuve una erección, nunca había estado ante una escena así, solamente lo que había visto en el porno, todavía era virgen, incluso recordaba escuchar a mis padres hacer ruidos así entre gemidos y chirriar de las costuras de la cama, pero por la inocencia jamás me había imaginado de qué se trataba hasta bien entrada en mi pubertad. Estuve en el lapso de un par de segundos así, hasta que desperté viendo el bulto que tenía en mi pantalón, por lo que decidí ir hasta mi habitación que está al lado de la de mis padres, en completo silencio. Al entrar a mi habitación procuré cerrar con seguro, se podía escuchar perfectamente lo que ocurría al otro lado, el gemir de la chica, mi padre insultando y gimiendo, y el golpe de los choques de sus cuerpos con cada sentón que ella daba, yo me empecé a acariciar el cipote por encima del pantalón mientras escuchaba cómo acababan de gritar de placer. Supuse que ya habían acabado y entonces desabroché mi pantalón sacando mi polla y empecé a hacerme una paja acabando rápido. Después no pude evitar sentirme mal por lo que había visto y por hacerme una paja pensando en ello, tal vez lo mejor hubiera sido haberle dicho a mamá lo ocurrido, pero no tenía el valor suficiente para romper su matrimonio, y ser yo el damnificado.

Todo lo anterior fue lo que derivó en que naciera el rencor que le tuve durante estos años y hasta tal vez fue lo que me ayudó a no sufrir tanto por su perdida, aunque como mencione, sí me dolió. Pasaron varios días del accidente en el que los agentes de la policía investigaron lo sucedido, la gente de la funeraria organizaran todo para el funeral como correspondía, hasta que llegó el día del funeral tres días después. Para ese día llegaron muchos familiares que vivían en lugares lejanos y los diferentes amigos de mi padre, muchos de ellos me caían bastante mal por razones ya mencionadas. El funeral se realizó en horas de la tarde, como es natural muchas lágrimas menos las mías que no brotaron en todo el tiempo. Ese día estuve junto a mi madre casi todo el tiempo apoyándola anímicamente, ella se puso en vestido negro ajustado que le llegaba hasta un par de centímetros arriba de la rodilla, con cuello en V y mangas cortas, también unos tacones que la hacían ver mucho más esbelta, estaba muy guapa. Al finalizar me acerqué a saludar a un tío y unos primos.

Varias personas se acercaron a mi madre para darle el pésame, una de esas personas era Jairo, uno de los amigos de papá, que le dio un muy largo abrazo mientras ponía su mano en la parte baja de la espalda y amagaba a tocarle el culo, vale destacar que era un tipo casado. Acabando el eterno abrazo, la agarró de la mano y se acercaron a mí, él me dio el pésame con un abrazo muchísimo más breve. Se ofreció a llevarnos a casa, a lo que sin rechistar mamá aceptó en nombre de los dos. Ella se hizo en el asiento del copiloto y yo atrás, durante el trayecto hablaron de varias anécdotas y recuerdos de mi padre. Al llegar a casa, mamá invitó a Jairo a pasar a tomarse algo, él no se hizo de rogar y aceptó. Jairo se acomodaba en el sofá mientras les avisaba que me iba a mi habitación a descansar, mi madre me rogo para los acompañara un rato, por lo que terminé aceptando. Ella se fue a la cocina mientras que Jairo y yo quedamos en la sala, él me empezó a preguntar sobre mis estudios y un par de cosas sobre mi vida, yo le respondía amistosamente. Pronto llegó mamá, con una botella de whisky y tres vasos.

– Pensé que prepararías un café o un zumo, le dije.

– Ya eres un hombre… un poco de alcohol no te hará daño.

Respondió ella, y tenía razón, un trago no me haría daño, desde hacía un año había empezado a tomar cerveza y calimochos, aunque todavía no me había acostumbrado al whisky.

Ella se sentó al otro extremo del sofá donde estaba Jairo, quedando completamente frente a mí, de modo que al cruzar sus piernas podía ver perfectamente sus hermosos muslos, aunque trataba de mirar hacia otro lado, no podía dejar de echar un vistazo de vez en cuando, algo que generaba cierto morbo en mí y me estaba provocando una erección, por lo que también tuve que cruzar las piernas y poner mi mano con el vaso para tapar el bulto. La charla primero se centró en Jairo, su vida personal y otras cosas. Mencionaba que su esposa no pudo acompañarnos al funeral puesto que se encontraba de viaje y que él se encontraba libre durante un mes. Luego empezaron a hablar de cosas aburridas, yo era un simple espectador que reía con algún comentario gracioso o simplemente asentía con la cabeza. La charla ya me empezó a aburrir, junto al cansancio de esos días tan agitados y a que ya íbamos con varias copas… empecé a sentir sueño, por lo que me dejé llevar y me dormí en el sillón. Al despertar estaba un poco desorientado, miré el reloj que había en la sala, había pasado poco más de media hora desde la última vez que lo observé. Al girar la mirada hacia mi madre y Jairo, pude observar que ya estaban un poco más juntos, incluso Jairo tenía la mano sobre su rodilla. Además mi madre estaba riendo, lo que hacía unas horas lloraba ya lo había olvidado, tal vez se debía al efecto del alcohol, que por cierto, el contenido de la botella de whisky se había reducido considerablemente.

– Parece que el whisky te ha noqueado, dijo Jairo al ver mi mirada perdida con los ojos entre abiertos.

– Y parece que vosotros le habéis dado como se debe al whisky, respondí yo haciendo un gesto amistoso. – Bueno, creo que me iré a dormir, mañana debo ir al instituto, despidiéndome de ellos. 

En ese momento iba por el pasillo un poco mareado y con dolor de cabeza, yendo directo hacia las escaleras.

Me dieron ganas de ir al baño antes de acostarme, por lo que obviamente fui a orinar. De vuelta, me senté  unos minutos en la escalera, no había ingerido mucho alcohol pero el poco me había hecho daño, por lo que decidí ir a la cocina a tomar un vaso de agua a ver si eso me ayudaba. Entrando a la cocina los escuché riendo a ambos…evité encender la luz para no alertarlos y espiar un poco por la ventana, quería saber de qué hablaban y qué les causaba tanta risa, gracias a la cortina translúcida y a que la luz de la sala estaba encendida, no sabrían que estaba allí viéndolos. Al principio me percaté que Jairo ya había metido su mano más adentro de lo decente… no la tenía en la rodilla de mamá, sino en su pierna llegando al muslo por debajo de su falda, acariciándola mientras ella emitía risitas, él le decía…

– Julián era un tipo afortunado, tenía semejante hembra y prefería ir a buscar a otro lado, mi madre solamente se limitaba a mirarlo  a la cara con una cara risueña un poco ebria quizás.

Él intentó meter su mano un poco más, pero mi madre lo detuvo de seco. Para mis adentros pensé que esa acción estuvo bien, siempre la vi a ella como una dama y en este caso no sería la acepción, pero lo que dijo después terminó por cerrarme la boca de una bofetada en toda la cara.

– ¡No! No hagamos esto aquí, mi hijo podría bajar y vernos. Le apartó la mano con velocidad.

– Vamos, hace años no hemos estado juntos y te tengo muchas ganas de hacer cosas contigo. Metiendo otra vez la mano debajo de la falda.

– ¡Te digo que no! Mi hijo está arriba y podría vernos en esta situación, prefiero que esto suceda otro día. Mientras nuevamente le alejaba la mano pero esta vez con más calma.

– Tu hijo no podía ni sostenerse, además dijo que tenía mañana clases, por lo que ya se habrá dormido, debe estar fundido. Esta vez pasando su brazo por atrás dándole un abrazo.

En ese momento ella no respondió, el silencio duró un par de segundos ella preguntó… – ¿Estás seguro que no nos escuchará ni bajará? Se notaba con ganas de que ese tipo se la follara.

– No lo creo, te digo que está totalmente fundido, respondió él mientras le agarró la cara acercándola a la suya para darle un largo beso.

En ese momento quedé estupefacto, más que las otras veces en las que estuve en situaciones así. Lo de “hace años no hemos estado juntos” y el hecho de que ese mismísimo día habíamos enterrado a mi padre me dejaron completamente desconcertado, por primera vez puse en duda el hecho que mi señora madre fuera decente y en realidad sí fuera una puta como había escuchado en esa conversación de hace años. Seguí viendo como todavía se seguían besando, pero mi madre esta vez era la que tenía la mano en su pierna y la subía lentamente hasta llegar hasta que llegó a su bulto, allí estuvo un rato largo sobando por encima del pantalón la daga de ese tío. Él dejó de besarla y se recostó sobre el extremo del sofá, ella se abalanzó sobre su parte baja abriendo la cremallera de su pantalón, metiendo la mano y sacando su rabo de un tamaño promedio aunque un poco curvo. Ella con sus dedos apretaba su glande mientras lo apreciaba con una mirada libidinosa, después empezó a pasarle su lengua lentamente. En ese momento yo sentía demasiada rabia y decepción, pero también excitación, no podía evitarlo y el resultado se vio reflejado en mi erección, no pensaba pajearme aunque la ocasión la ameritara, sentía un poco de vergüenza al tocarme mi polla mientras a unos metros mamá chupaba uno tan grande como el mío o más pequeño. No pude evitarlo y tuve que empezar con una paja lenta.

– Uffff ¡Qué rico! Así, así…

Expresaba él lleno de delectación, mientras agarraba por la cabeza a mamá subiéndole el ritmo y de vez en cuando penetrándole la garganta lo más profundo que podía. Después, ella se paró un poco ahogada echando grandes cantidades de saliva por la boca, que le chorreaban por la quijada y le llegaba a las tetas ensuciando su vestido. Se dio la vuelta mientras él también se paró y posándose detrás de ella, empezó a bajar la cremallera de su vestido llegando hasta el final y dejándolo caer al suelo. Su ropa interior era bastante diminuta, un tanga negro que se perdía entre su buen par de nalgas, se dio la vuelta nuevamente y dejó ver que el tanga apenas le tapaba su depilada vulva hinchada como una almohadilla, ella se lo quitó junto con el sostén, en tanto él se despejaba del pantalón y el bóxer quedando ambos desnudos. Mi madre se recostó sobre el sofá boca arriba y dejando las piernas abiertas, él se puso por encima y acomodando su verga en la boca de su coño empezó a penetrarla, al principio lentamente, iba subiendo el ritmo lentamente mientras ella empezaba a gemir fuerte y las inserciones eran cada vez más profundas, por lo que se puso las manos en la boca para tapar los sonidos que emitía. En esa postura estuvieron por un par de minutos. Luego cambiaron de postura…mamá se puso boca abajo sacando el culo hacia arriba, Jairo se levantó poniendo un pie encima del sofá y volvió a poner su polla en la entrada de la vagina volviendo a empujar y elevando el ritmo nuevamente, mi madre ya no se tapaba la boca sino que mordía el sofá.

Los sonidos de la penetración empezaban a tornarse húmedos, los gemidos de Jairo ya se empezaban sonar cansados. Después de unos minutos de constante mete y saca, Jairo saca su estoque y se dispone a descansar unos segundos, para luego incorporarse pero esta vez subiéndose completamente al sofá y apoyándose sobre la cintura de ella, ¡le empezó a penetrar por el culo! Yo a esa altura ya no podía aguantar más, por lo que tuve que buscar entre la oscuridad papel de cocina o algún trapo, que finalmente pude encontrar. Aumenté el ritmo y me corrí expulsando mi esperma en el trapo. Mi madre a pesar de estar mordiendo el cojín, se le escuchaban los gemidos de zorra en celo. Posteriormente metió su mano por debajo y empezó a frotarse el clítoris como una puta con mucha bravura, tras unos minutos lanzó un par de chorros a la par que se encogió temblando y convulsionando con fuertes esténtores…

La muy perra comenzaba a tener un glorioso orgasmo el mismo día del entierro de su esposo… y al parecer era de los buenos, porque gimió bastante fuerte, tanto que ni la tela del sofá no logró ahogar. Jairo siguió invadiéndola y luego en un momento dado gruñó como un verraco, gimió con una voz grave deteniendo notoriamente el ritmo de las embestidas. Era su clímax…también estaba teniendo un orgasmo y se estaba vaciando todo su contenido seminal dentro del culo de mi madre. Al finalizar, se echó para atrás y pude ver que su polla ya estaba algo flácida, se tiró sobre el extremo del sofá mirando al techo, en tanto mi madre soltaba una risa de placer, para terminar…

– ¡Ha estado espectacular! Expresando esto mientras le sobaba una palmada en la nalga.

– Sí, pero ahora me toca limpiar todo esto y borracha, supongo que no me ayudarás, respondió mi mamá reincorporándose nuevamente y subiéndose encima de él para darle un beso.

Yo aproveché ese instante para rápidamente salir de la cocina e irme a mi habitación. Allí me volví a hacer una paja, esta vez más relajado, pensando en lo que había acabado de ver, por un momento sentí un poco de remordimiento por toda la situación, pero estaba demasiado caliente. Luego volví a dormirme de lo cansado que estaba. Al día siguiente me levanté temprano, me duché y traté de lavar el trapo como pude. Me preparé lo necesario para pasar el día de clase y me fui al instituto, al salir de casa pude ver bien todo el desorden que había quedado de la faena de la noche anterior, Jairo se quedó durmiendo en el sofá, abrigado con una manta… el olor a sexo todavía se sentía. En el transcurso del día y del resto de semana pude plantearme con mente fría, muchas preguntas de todo lo que había sucedido, ¿Todo el rencor que le había tenido a mi padre fue en vano? ¿Mi madre era una soberana PUTA? ¡¡Qué mal estaba que mi madre follara con otro el mismo día que enterró a su marido!! ¿Era ético que estuviera en una relación con un hombre casado? Lo que sí es cierto es que Jairo no siguió frecuentando a mamá a la vista de su hijo, pero eso no evitó que no tuviese moderación a la hora de follar con mi tío Ramón, que yo me enterara y otros tipos… ¡Yo sabía para qué eran sus visitas!




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La muerte de mi marido ha marcado un antes y un después en mi vida. mi viudez siendo aún joven para jubilar mi sexualidad ha hecho de mí una mujer buscona, una hembra que tiene el coño siempre caliente…. De modo que mi amiga Carmen, divorciada, me animó a formar parte de un elenco de amigos que nos quitábamos las ganas entre nosotros…. Era sábado, me levanté a eso de las diez de la mañana, estaba sola en casa con tan solo mi camisón y caliente como una perra…, porque desde que me metí en el grupo de Carmen y Ramón entre otros amigos para follar, me he acostumbrado a joder casi diariamente. Con el calenturón de siempre, decidí ver una peli porno, para pasar en parte el sofoco. Mientras las escenas pasaban por la pantalla, yo empecé a masturbarme, me acariciaba las tetas, luego mi coño, cogí el consolador que compré tras la muerte de mi esposo, al poco de quedarme viuda y que no utilizaba desde que me follé el marido de Carmen, y empecé a pasarlo por mi chocho haciendo a un lado mis bragas. El consolador pasaba recorriendo labios de mi chumino con un enorme deseo de sentirme follada…, lo acomodé a la entrada de mi coño y empecé a meterlo poco a poco, mientras lo metía me imaginaba que estaba siendo clavada por el morito de reparto del supermercado o mi cuñado Ramón… y algunas otras pollas que me habían follado.

Fue cuando de pronto me sentí observada, eso que no estando en tu visión frontal detecta la presencia de unos ojos mirándote… miré a la puerta de mi cuarto y me encontré con los ojos de Nacho, olvidé que la empleada de hogar pidió esa semana de vacaciones, mi hijo se ofreció a reemplazar para ayudarme al no tener que estudiar… él se encargaba de hacer la limpieza de la casa y así aliviarme de parte del trabajo. Y en eso estaba mi chico, y no con sus amigos fuera de casa como era costumbre…me olvidé de Nacho por completo. Mi nene es un joven de 18 años que ha acabado Bachiller, pronto se marchará a estudiar a la Complutense de Madrid, en consecuencia es un adolescente bastante maduro…, yo no supe que hacer, estaba ahí semidesnuda con un consolador clavado casi hasta la mitad en mi coño con mis piernas abiertas y una película porno en el televisor, mi primera reacción fue taparme con la sábana, me quité el consolador me levanté y cerré la puerta, creo que él se sorprendió, porque lo sentí bajar las escaleras raudo. Me bañé rápida y fui a su encuentro un poco más tranquila… encontré a Nacho limpiando la sala…decidí encarar la situación, y le dije que era mejor no comentar la situación con nadie, y que lo que había pasado había sido un accidente…Él se disculpó por haber subido a la planta alta sin avisar y la cosa quedó ahí, observé que estaba empalmado, pero no le hice aprecio. Le dije que iría a hacer las compras de la semana, y que una vez que terminé, continúe con la vajilla sucia.

Entonces mi muchacho me dijo que ya había terminado la limpieza, había comenzado a las 8 de la mañana y como acostumbraba acompañarme sabía hacer la compra con la lista preparada… tenía carnet de conducir y sabía a qué supermercado… podía hacer la compra por mí. Le agradecí a mi hijo que fuese tan atento…mucho más que su padre, sabía que mi Nacho sería un hombre que la chicas se lo rifarían en cuanto lo conociesen. Le di el dinero, entonces me dijo que compraría todo, pero que lo traería al final de la mañana porque había quedado a jugar un partido de baloncesto…después de eso traería las cosas, le dije que estaba bien. Esa mañana la aproveché para ir al gimnasio, a la llegada a mi casa me duché y en vez de vestirme, tan solo me coloqué una bata sin ropa interior para estar bien fresca y cómoda en casa…bueno un pequeño tanguita que tapaba mi chocho nada más. 

A eso de las 13:15 horas escuche abrir la puerta de la casa, recordé que Nacho tenía llave de casa y del garaje… estaría llegando con las compras, bajé a la cocina a recibirlo para ayudarle a colocarlas. Nacho ya había acomodado parte de las cosas… en el transcurso del ordenamiento de las compras, se cayó una bolsa con varios productos, me incliné a recogerlas, fue entonces que Nacho se acercó y apoyó su cuerpo contra el mío. En un principio parecía una coincidencia al ir los dos por la bolsa, pero fue su contacto contra mi cuerpo que me hizo tomar conciencia de cómo estaba todo entre mi hijo y yo, después de cómo me vio esa mañana. El hecho de estar ahora solo con la bata entre mi piel y su cuerpo, Nacho seguramente pensó que su madre lo estaba provocando…. Me tomó de la cintura, le dije que me soltará, que era su madre, pero sin contestarme y aprovechando la intimidad del hogar, me echó contra la mesa de la cocina, para no darme espacio en salir de ahí.

– Mamá, sé que estas deseando que te follen…conozco vuestro WhatsApp de follamigos. Es una pena haberte quedado viuda tan joven y estas buenísima, tienes una tetas y un culo de escándalo y es normal que te estuvieras metiendo algo en ese coño tan apetitoso que tienes.

Yo le dije…– Calla Nacho, no deberías hablarme así... eres mi hijo…

– Crees que eso importa ahora mucho… ¡Mira lo que tengo entre las piernas… una polla de carne y bien dura para ti mamá! ¿¡O crees que a tu hijo no se empalma como a esos cabrones que te follas!?

Empezó a meterme mano..., sentí la dureza de su polla contra mi culo, la excitación empezó a controlarme, él me empujó contra la mesa obligándome a doblar mi cuerpo hacia delante, me decía que siempre me había deseado, que durante las noches se masturbaba pensando en mí, arrancó mi tanguita de un tirón, llevo su mano a mi coño. Estaba tan caliente que poco me importaba que ese macho fuera mi hijo, el hombre que me iba a quitar la calentura acarreada durante días…instintivamente abrí las piernas. Pasé mi mano por su bragueta para sentir el gran cipote de mi Nacho bajó su pantalón. Le solté la ropa y de un tirón hice aparecer su falo… me dejó impresionada. Joder, tenía en casa un chico con una polla de ese buen tamaño, casi el doble que la de Ramón… un enorme cipote riquísimo, duro con la cabeza hinchada desprovista de prepucio… todo un ariete diseñado para penetrar coños sin compasión. 

Sin prisa pero sin pausa, colocó su polla a la entrada de mi coño, y nada más notarla en la boca de mi vagina comenzó a empujarla hacia dentro. El Hijo de puta no se cortó un pelo…. La dureza de su polla y y la lubricación de mi coño, añadido a su juventud, me hicieron sentir la fuerza de sus embates. En un primer ataque fue metiéndome su verga poco a poco, mi cuerpo reaccionaba con placer, mis pezones se rebelaban poniéndose muy duros, casi me dolían… mi chocho totalmente mojado suplicando ser llenado…

– Toma nabo mamá, toma el rabo de tu hijo ¡No es como el de Ramón ni Jairo ¿Verdad?!

Me decía sorprendiéndome que supiera mis devaneos con esos tipos y lo del grupo de follamigos de WhatsApp. Empujando con todas sus fuerzas, me la metía lenta pero firmemente, dándome placer a cada empuje dentro de mi conducto vaginal expandiendo mis paredes acogedoras y envolventes de su tallo recio. Fue entonces al tener más de la mitad de su polla dentro con mi coño dilatado en modo tragón, cuando el cabrón de mi hijo empujó lo que le faltaba de un solo golpe, arrancándome un gemido de dolor y placer, me abrazó, cogió mis tetas y la comenzó a mamar al tiempo que empezó a moverse su cadera de manera rítmica. Nacho se movía metiendo y sacando su polla de mi coño dándome el placer que tanto estaba necesitando…

– Si, si, sigue,  sigue hijo mío, dame más y más. No pares, noooo, darme fuerte, darme fuerte Aggggggggggg. ¡Como necesitaba una polla como la de mi niño…, jadeaba absolutamente entregada a las embestidas como una vulgar puta.

Joder que dureza se notaba los años que tiene, fue una follada rápida insertando duramente y sin misericordia su bálano hasta las misma entrañas. Comencé a sudar, mi cuerpo me temblaba, debo reconocer que me daba muy placer sentir esa verga gruesa e inhiesta como un asta, penetrar hasta lo más profundo de mi coño. Me produjo un escalofrío en todo mi cuerpo ver el morbo de ser follada por mi propio hijo, e instintivamente mi mano fue a dar con mi clítoris. Jadeé algunos segundos como si se estuviera ahogando, pero después gemí, pero no de dolor, sino de gozo…, levanté las piernas y las crucé encima de su espalda, como no queriendo que se fuera a salir lo que tenía dentro, aunque era evidente que Nacho no tenía la intención de salirse de mi coño hasta quedar aliviado su desazón matándome a pollazos. Comencé a jadear cada vez más fuerte, mientras gritaba de lujuria en el evidente inicio de un orgasmo, el primero provocado por la polla de mi hijo dentro de mí. Cada vez se movía más rápido, al ritmo que le imprimía el chico en la penetración era mayor.

La visión era más que espectacular, desde mi perspectiva podía observar como la vagina de su madre engullía la verga partiéndola en dos… y era muy excitante ver como los testículos se balanceaban rebotando sobre mis nalgas a cada embestida de mi hijo. Él también se empezó a acercar al orgasmo y apresuró sus movimientos cada vez más concatenados, lo que hizo buscándome con la mirada para que ambos llegáramos al orgasmo al mismo tiempo. La visión era una locura verme clavada hasta el tope por la verga en mi medio como una lanza, hizo que mis dedos se aceleran también hasta llegar al clímax. No pude evitar lanzar un gritito de puta. En ese momento Nacho volvió la cara hacia mí recostada, totalmente excitada y mojada por lo que recibía en mi conejo hambriento. Nos corrimos los dos a la vez…nada más notar su primer lechazo me sublimizó tanto que comencé a convulsionar sincronizada con sus eyaculaciones. Me notaba cada vez más llena de esperma y relajada con mis esténtores. Cuando el chico se calmó lo separé de mí extrayendo su badajo y tras de él un pequeño reguero de semen espeso borboteando de mi coño, nos miramos y lo dimos por terminado. Subí a mi cuarto, entré directo al aseo y mi duché… al salir me encontré con Nacho en la cama desnudo, con su polla dura otra vez echado sobre mi cama…

– ¡Ven aquí mamá, que el primero no he podido aguantar mucho, pero ahora verás! 

Su actitud me dejo sin saber qué hacer, fui guiada como hipnotizada al encuentro de su polla, en cuanto subí a la cama, el tomó mi cabeza y la llevó hasta de su polla tratándome como a su puta…, empecé a chupársela comportándome cual si lo fuera, el gemía como un animal…, luego me hizo a un lado casi con violencia, me dijo que si seguía así le haría correrse y él quería volver a follarme. 

– ¡Qué culo tan bueno tienes mamá! Lo quiero disfrutar como Jairo lo hizo el día del entierro de papá.

Este chico nos había espiado, borracha como estaba no era de extrañar que no me enterase de nada…. Ahora con delicadeza empezó a acariciar mi cuerpo desnudo, pasó a besarlo, luego subió sobre mí y empezó a besarme en la boca con lascivia, yo correspondí abriéndole y metiendo mi lengua en la suya en un beso húmedo y pernicioso que una madre no debería practicar nunca con su primogénito, con sus piernas separó las mías y colocó su polla en la entrada de mi coño…se las subí a sus hombros y en esa posición empezó follarme, mientras lo hacía me acariciaba y me besaba, sus movimientos empezaron a aumentar su ritmo calando toda la maza hasta los mismo huevos una y otra vez…

- Si hasta el fondo hijo…que no te quede nada de tu polla fuera del coño hambriento de mamá. Solo quiero ver tus huevos fuera de mi raja….  

Y de un empujón de sus caderas llego hasta el fondo haciéndome correr, y empezó con el mete saca despacio, con una mano me tenía cogida una teta y con la otra me daba en mi pepitilla, era el cielo… 

– Mas, métemela más, así, que rico, ¡Aahhh! ¡¡Qué bueno… cómo entra!!

– ¿Te gusta, zorra?

– Mucho, ¡¡Qué bien follas, nene!! ¡Cómo me gusta lo haces, hijo!

– Estás súper caliente mira como se adentra mi polla, ¿la quieres por el culo?

Me la saco del coño sin recibir mi respuesta, y de un solo empujón me la metió por el culo, menos mal que este estaba ya acostumbrado a las pollas grandes y entró sin dificultad y sin dolor. 

– ¡Que buena estás mamá!

Yo estaba ya gimiendo de placer, empecé a pedirle que siga, que no pare, que continúe, el me trataba como si fuese su perra a ratos y otras su novia…me decía cosas bonitas en mi oído sin dejar de follarme, me cambiaba de tanto en tanto de posición enloqueciéndome más y más de placer, follamos como locos, cual dos conejos hasta que nos volvimos a correr en una incontenible riada de placer…yo antes y mi chico unos minutos después secándole los huevos de lo que le restaba de leche. 

Desde ese día pase a ser follada por Nacho casi a diario…, ya tendría que esperar a quedar con alguno del grupo del WhatsApp, era un amante siempre dispuesto, viril y con una energía inagotable, era mi amante secreto. Cuando volvía al medio día, ya que iba todos los días al gimnasio, él ya me esperaba desnudo y con su polla tiesa en casa…en su cuarto o el mío. Los días que mi cuñado Ramón no estaba en casa era la puta de mi hijo en exclusiva… cerraba la puerta empezaba a desvestirme y me follaba allí mismo, unas veces en la sala, otras en la ventana, en la cocina, y por las noches me llenaba o rellenaba habiendo sido follada por Ramón también. Nunca se quedaba a dormir en casa y eso que era parte de la casa por su constantes visitas… después de la muerte de su hermano nos jodíamos con mayor frecuencia. Ramón fue mi primera opción cuando conocí al grupo de chicos con los que salíamos de fiesta, solo la zorra de Raquel me lo quitó y él se encoñó de la voluptuosa nena que le daba de todo. Me tuve que conformar con el gañán de su hermano, bruto y mal educado, pero con una polla que quitaba el hipo, la misma que había heredado mi hijo Nacho.

Ramón era diferente, su picha no pasaba de ser una de dimensiones estándar, pero sabía muy bien cómo utilizarla. Una noche, mi hijo me dijo que si quería polla que la esperase sin bragas en mi habitación, pero le recomendé que mejor dejarlo para otro momento porque su tío se hallaba en casa despierto. Yo no le hice caso, cuando comprobó el panorama de haberme acostado con su tío… yo aún estaba desnuda junto a Ramón durmiendo…, sin decir nada dio media vuelta y se fue a su cuarto. No le dije nada, él ya sabía que me acostaba con varios hombres conocidos, si se enfadaba, pensé que al final el que perdía era él, pero estaba equivocada, Nacho no volvió a decirme nada durante dos días. Mi ardor vaginal no se calmaba fácilmente, y era tal el placer que me daba mi hijo que realmente lo necesitaba…, así que tuve que pedírselo. Entré en su cuarto y lo hablamos…, me hizo prometerle que a partir de ese día haría lo que me dijera, sea lo que sea, o no volvería a follarme… así que tuve acceder a su petición olvidándome de los hombres del grupo por una temporada. No tenía más remedio, mi coño ardía y a Ramón no le disponía tanto como necesitaba….Me dijo que esa misma noche me pondría al día, su tío se volvió a marchar a su trabajo, montador de maquinaria de la empresa donde yo era contable, ese trabajo le solía tener muchos días fuera de casa.

Lo espere en el salón de la casa echada en el sillón totalmente desnuda. Al llegar a la salón y verme como me había pedido, entendió que yo haría lo que sea para sentir el placer que me daba, ya solo de pensar en esa polla dura y joven estaba cachondísima. Se acercó, saco su polla y la llevo a mi boca, yo empecé a chupársela hasta que ese mazo se puso tieso, duro y venoso como me gustaba sentirla dentro. No tardé mucho en ponerme a cuatro patas, pasó una crema en mi culo, y empezó a meterme por atrás, pese a su corta edad y menos experiencia, supongo, sabía cómo follarme por atrás. Mi culo iba recibiendo más y más su polla, me metía poco a poco evitándome causarme dolor. Mi hijo fue cortés y delicado con su madre en esta ocasión. Cuando su polla me entró completamente en el culo, se paró un momento sin dejar de acariciar mi cuerpo para que el ojal se acomodara al grosor del tallo…, cuando entendió que ya me había acostumbrado a su polla en mi culo, empezó a moverse poco a poco metiendo y sacándola, yo empecé a gemir de placer y le decía que siga dándome más y más, sentí una convulsión fuerte de placer, tuve una corrida que me llevó a las nubes tocándome el clítoris como una loca del coño. Con su polla aún dentro de mí, me preguntó si me había corrido, le dije que sí, entonces fue sacándola dentro poco a poco, me dio un beso y se fue sin dejarme su lefa en mi cuerpo. ¡No lo entendí!

Nacho era un amante con gran dulzura e imaginación, me daba tanto placer que contaba las horas para ser suya, sentirlo dentro de mí, pero esto duró poco porque al acabar las vacaciones se marchó a estudiar a Madrid… de nuevo me tendría que conformar con las folladas de Ramón a tiempos sincopados, lo cual no me llenaba lo que mi coño anhelaba…un o dos polvos diarios. La experiencia con mi hijo dándome verga todos los días de mañana y noche me había dejado adicta al sexo, con él llegábamos a follar dos y hasta tres veces al día…y lo más adictivo era que siempre lo hacía a pelo, tanto por el culo como por el coño, ambos agujeros los dejaba bien llenos…. Ahora tenía que seguir con mis amantes más viejos, con mi cuñado Ramón, el  natural sustituto de su hermano, era bueno jodiendo…también me follaba de escándalo, pero no siempre lo tenía disponible debido a su trabajo de mecánico a pie de obra. La partida de Nacho dejo un vacío que pretendí inútilmente llenarlo con el consolador…, ese pedazo de plástico de tamaño semejante a la polla de mi hijo era demasiado fría, una pieza sin vida y carente de la esencia masculina…su gran descarga de lefa.

Ese viernes particularmente me encontraba inquieta, sabía que necesita ser follada por alguien que no fuese Ramón…, no me animaba a hacer alguna locura por temor a después ser reconocida en la calle. Quise fumar, pero vi que no tenía cigarrillos, así que salí a un Bar del barrio para comprar una cajetilla, ya en el Bar además de los cigarrillos, compre unos refrescos y unas cervezas en el badulaque de la esquina. Empecé a caminar hacia la casa, y en el camino me encontré con uno de los guardas jurados de una conocida agencia privada de seguridad…, me saludó muy atentamente y se ofreció para llevar la bolsa con la botellas de refrescos y cerveza, le agradecí su atención y al tiempo de entregárselo me lanzó un piropo muy galante y delicado, eso hizo que me fijase detalladamente en él. Era un hombre de unos 30 años moreno y bastante simpático, se lo veía fuerte como los que regularmente van al gimnasio, esos ya los tenía muy vistos todos los días por ser asidua al gimnasio del barrio, sin embargo este tipo además era simpático y le sentaba de miedo el uniforme…, cuando llegamos a la casa le ofrecí una cerveza, el aceptó diciéndome que ya había terminado su turno y estaba fuera de servicio, menos mal porque sino menudo fiasco me hubiera dado con lo que mi calenturienta mente comenzaba a elucubrar… entramos en casa. Lo invite a sentarse, me comentó que era de un pueblo cercano y que solo estaría unos días más, soltero a punto de casarse… yo le dije que era viuda desde hacía un medio año aproximadamente. 

El chico se llamaba Jaime, nuevamente me lanzo otro piropo, diciéndome lo penoso de desaprovechar a una mujer como yo, joven y tan guapa, con ese cuerpo para parar un tren y sin tener a un hombre a su lado. Me pareció un tipo de buena planta y muy educado pero atrevido en sus concesiones verbales, de los que me gustan tanto…esos machos condescendientes y dominadores que saben manejar a una pava caliente como yo… no supe hacer otra cosa que corresponderle con una sonrisa traviesa e invitadora a dar el siguiente paso y subir un nivel más. Ya imagináis, yo que había estado toda la tarde cachonda como una perra en celo buscando macho, deseando ser follada….

La presencia del guarda jurado encendió nuevamente mis deseos, mi mente me decía no, que no debía ser una mujer tan fácil o me tomarían por la puta del barrio, pero por otro lado una vez más el ardor de coño pudo más que la razón. Disimuladamente abrí dos botones de mi blusa, dejando casi libres mis tetas para ver la reacción del muchacho…, me senté frente a él y cruce mis piernas de tal forma que le di una visión casi total de ellas, la visión llegaba casi hasta el inicio chocho minuciosamente depilado listo para estrenarlo. No necesité decir o hacer nada más, el guardia entendió que me estaba insinuando abiertamente, pero para estar seguro comentó lo bonitas que son mis piernas… le sonreí de nuevo poniéndome más acaramelada, la zorra que llevo dentro actuaba de lujo… le dije que si estaba seguro de eso. Preguntó si podía tocarlas, contesté un Sí rotundo dándole la seguridad de que estaba frente a una mujer con deseos de ser follada…, sin más la botella de cerveza sobre la mesa y se me acercó, diciéndome…

– ¡Me parece que estás deseosa de que le den un buen meneo!

Se agacho tocarme las piernas alabando lo perfecta de mi piel sedosa, lo bien contorneadas como nunca había visto ni tocado. 

– Me gusta las maduritas como tú, espetó al final. – Cuanto más viejas mejor caldo hacéis…como las gallinas

El guarda de seguridad empezó a acariciar mis piernas, subía y bajaba sus manos por mis muslos hasta tocar mi bragas y luego las bajaba, hasta que llevo una de sus manos hacia arriba y empezó a acariciar la almohadilla de mi coño sobre mi bragas, yo ya estaba salida como una condenada perra…totalmente cachonda y con mi chocho mojado de deseos…me fluía el chochete preparándose para una gran follada. El chico terminó de desabrochar mi blusa, dejando libres mi par de tetas de pezón erecto…, sin dejar de acariciar mis piernas, y mi coño, empezó a chupar mis pezones y toda la teta. Su mano empezó a masajear más y más sobre mis bragas, yo abrí las piernas para darle mejor acceso al muchacho que se empecinaba en darme gusto al coño. Hizo a un lado mis bragas y paso a masajear directamente mi raja encontrando la pepita de mi clítoris bajo el capuchón. Empezó a desvestirme lo poco que me quedaba…, así ya desnuda, me llevó al salón e hizo que me inclinase sobre el sillón. 

En esa postura que podría a llegar a ser ridícula si no fuera porque es ideal para que el macho te enchufe su verga desde atrás y te haga elevarte al cielo del placer. Se quitó el pantalón junto con su bóxer… entonces vi su polla, se prestaba a la vista bien grande y gruesa, levantó mis piernas, acomodó su polla en la entrada de mi coño entreabierta y excesivamente lubricada…nada más embocar su glande hinchado en la bocana del chocho empezó a metérmela, yo gemía de placer…era lo que necesitaba para calmar mi lujuria y desazón vaginal. El guarda de seguridad ahondaba clavando, ¡Joder la clavaba suave y caliente! La tienes muy dura le decía. No paraba de acariciar mi cuerpo, me así a las tetas por detrás, lo que hacía que mi excitación aumentase más y más…, me la metió hasta el fondo, se quedó un momento con todo su pollón rozándome la matriz…al percibirla tan honda no dejaba de expeler líquido por mi coño como se fuera un manantial, él me decía… 

– ¡La sientes guarra, toma polla toma, toma!

– ¡Ahí,  me vas a matar, me la vas a sacar por la boca, Hijo de la gran Puta! Y de pronto me la saco de sopetón.

 Espera que me voy a correr.


Yo estaba tan excitada, que cuando se levantó y llevo mi boca al encuentro de su polla no puse ningún reparo y empecé a chupársela como si me fuera la vida en ello. El guarda de seguridad animaba a no parar de mamársela… tanto era así que comenzó a moverse, follándome la boca. Entendí que estaba a punto de correrse, paré de saborear ese ejemplar de musculada virilidad… ese tipo no solo estaba cuadrado en sus pectorales y se le formaba una tableta de chocolate en su vientre ejercitado en mil horas de pesas, sino que su polla colmada de venas la deformaban formando una orografía que estimulaba cada una de mis sensibles paredes vaginales…, por ello no quise perderme la oportunidad de que acabase la follada en mi coño…y le dije que me la metiese nuevamente…

– ¡FOLLAME EL COÑO! Vamos cabrón fóllamelo otra vez y córrete dentro, no hay ningún problema… ¿¡O acaso no te gustaría PREÑARME, hijo de puta!?

Mis palabras le avivaron e hizo que me colocase a cuatro patas, y desde atrás volvió a clavarme su polla en un visto y no visto…empezó a moverse a un ritmo realmente enloquecedor, tuve una corrida que me hizo estremecer, me metía su polla moviéndose rápidamente desde su cabezón a las pelotas, unas pelotas que rebotaban en mi vulva mullida, después a instantes paraba. Yo en mi deseo de sentirlo dentro empujaba mi coño a su encuentro…

– Sí, dame más, cielo, así duro, dame más, ¡Párteme el coño! Dame bien duro, duro, duro,……. Por favor, no pares, Me corro,…….me corro, ¡Aaaaaahqueeebuenoooo! ¡Joder dame fuerte hasta el fondo! Él empezó a apretar quería correrse ya… – Así, así Jaime que bien me follas cabrón… más, más, más

El chico se esmeraba en darme todo, pero su excitación sobrepasaba el aguante de cualquier animal y por eso comenzó a aumentar el ritmo de sus caderas.

– ¡Me voy a correr me voy a correr Ya, PUTA! ¡Vas a descubrir cuanta leche  tengo acumulada en mis huevos!

– ¡Venga lléname de tu leche!, sí, síi, agggghh

– ¡Toma polla nena, toma polla!, me decía y yo empujando con todas mis fuerzas,

– Oh, Dios, sí…

– ¡Sra. me voy a correr me voy a correr!

– ¡Hazlo machote llámame Sofía y lléname de leeeche! Y me corría. ¡Vamos vamos…Aaaaahqueericoooo!,

Yo me estaba corriendo a la vez que él percibiendo sus choros de lefa golpear mi pared vaginal. Entonces se quedó parado soltando todo su esperma espeso generado durante días y bien macerado en mi interior más profundo en el mismo cérvix…

– ¡Joder me habían dicho que vosotras la maduritas erais maquinas follando, y es verdad!

Tenía que volver al trabajo y una vez aliviadas sus pelotas del exceso de leche acumulada se repuso la ropa y se marchó a casa dejándome ahí tirada como una perra recién follada e inseminada, sin un beso de despedida. Después de lo que pasó con el guarda Jurado, recapacité sobre el riesgo de hacerlo con él, en mi casa y en mi barrio, me dije a mí misma que no lo haría más, pero eso no solucionaba mi deseo de sentirme deseada, sabía que solo el ser penetrada podía apagar mi fuego, estuve en el dique seco varios días, intentando alejar mi lujuria por falta de un semental del nivel de mi hijo. 







La rutina del trabajo
me aliviaba al tener que concentrarme en cosas importantes, por unas horas mi libido se apaciguaba pero no por mucho tiempo. Una mañana Ramón me dijo que le enviase unos aparatos técnicos a Viena donde él estaba montando una línea de montaje de envases de cristal, que los necesitaría en una semana para completar su trabajo, colgué y llame a la aerolínea que tendría que transportar los aparatos y equipos, me indicaron que solo podían transportarlos si estaban bien embalados en cajas de madera, con pallet de formato europeo. Era tarde y no tenía pensamiento de quedarme más en la nave industrial, llevé los equipos técnicos a mi casa y busque en la guía a algún carpintero para hacer el trabajo, después de varios intentos, al fin uno de ellos aceptó hacer el trabajo en mi casa. 

Al día siguiente llegó el carpintero, un hombre mayor de unos cincuenta y pocos años, con su ayudante, un muchacho bastante joven que no llegaba a los 16. Entraron, y tras ver los instrumentos que había que embalar acordamos el precio, El carpintero se fue a traer la madera mientras su ayudante envolvía los equipos con films de burbujas y periódicos a modo de acolchado. Mientras ellos trabajaban en la sala, yo subí a mi dormitorio y me puse a ver una película. Observé que sobre el televisor aún se hallaba el CD con el video porno que la última noche había visto con mi hijo Nacho antes que se fuera de viaje hace casi un mes…, lo inserté y empecé a verlo. Mientras lo veía, las imágenes y el recuerdo del placer que me daba Nacho me encendieron, percibir como entraba su verga en mi coño me estremecía, más por el morbo de ser mi hijo que por ninguna otra razón… empecé a masturbarme, estaba realmente excitada, el ruido en la sala me recordó a los carpinteros trabajando en el empaquetado…, me levanté, me coloqué un vestido con botones adelante y sin nada por debajo, así cachonda, bajé. Ellos estaban ocupados trabajando, les ofrecí un refresco, les serví y mientras lo tomaban hablamos un poco de todo, ahí me enteré que eran de otra ciudad y que se habían instalado hacía poco en el polígono cercano la capital y se marcharían de allí en unas semanas…

– Ha tenido usted suerte de localizarnos, unos días después y este trabajo hecho por cualquier otro le hubiese costado el doble.

Subí nuevamente a mi dormitorio, las imágenes de la película porno encendieron nuevamente mi deseo, el martilleo de la sala me volvió a la mente al carpintero y su ayudante, entonces recordé que se marcharían de mi ciudad en unas semanas y luego no volverían, esto me dio un chispazo y vi la oportunidad para apagar mi fuego, así que terminé por decidirme. Bajé de nuevo y le pedí al ayudante que fuera a comprarme una cajetilla de cigarrillos al Bar. Nada más salir el muchacho, sin ningún pudor me coloqué frente al carpintero y abrí mi vestido, al verme así desnuda, el carpintero dejó sus cosas y se abalanzó sobre mí con premura…, era tío rudo y torpe. Empezó a tocar mi cuerpo con cierta desesperación, me guio sobre la alfombra de la sala, sacó su pantalón raudo… el muy guarro no llevaba calzoncillos, pero sí una polla que sin ser muy larga si le brindaba un grosor como pocas había visto…se echó encima de mí y antes que le dijera nada me hizo separar las piernas enfilado su cipote en mi raja ofrecida y elevada para facilitarle que la metiese… me empezó a follar. El viejo era torpe y bruto con balanceo de todo su cuerpo para meterme solo el rabo, me llamaba la atención su forma natural de follarme… esta nueva experiencia empezó a gustarme.

Le pedí que siguiera que no parase, eso lo incentivo más y aumentó el ritmo de su polla en mi coño, yo gemía de placer al verme ensanchada en la boca de mi chocho con tan tremenda base que debía de ser como mi muñeca o más ancha. El carpintero agarraba mi trasero obligándome a levantarlo, lo que hacía que su polla me entrase más adentro, luego me hizo colocar mis piernas sobre sus hombros y volvió a clavarme polla como un pincho moruno. En esa posición lo sentía totalmente dentro de mí, tuve un orgasmo increíble al frotar su gruesa polla en mi clítoris en cada inserción hasta colmar su tallo dentro dejando las pelotas fuera. Si bien fue una follada rápida, el ayudante nos encontró así follando…Cuando miré hacia la puerta de la sala, le vi ahí parado mirándonos. Entonces me ofrecí al joven…, pero fue un intento fallido. Creo que estaba tan excitado por lo que veía, que sin que tocase su polla mi coño se corrió bañándome con su leche, lo que le provocó la caída repentina de su erección… era una pena porque los jóvenes son mi flaqueza. 

Avergonzado se levantó y salió de la sala. A partir de ese día y por los siguientes tres días fui visitada por el carpintero y su ayudante, ya no clavaban las cajas que poco les quedaba por terminar, si no estaban ya acabas…, ahora se dedicaban a clavar sus pollas dentro de mí. El carpintero era un tipo bronco, le encantaba clavarme su polla con violencia queriéndomela enterrar haciéndome un hoyo en el coño, era diferente a todas las folladas, tenía una polla corta, pero bien gruesa, cuando me estaba entrando sentía mi coño lleno, a veces parecía que no iba a entrar hasta la base de lo que mi boca vaginal debía dilatar…

Me recordaba así a mi conejo el día que parí a mi hijo, pero mi excitación de tenerla dentro era tal, que mi chocho lo recibía con gusto y devoción…como siempre a pelo y con recepción de todo el contenido de sus huevos. El segundo día el carpintero me hizo cabalgar y le dijo al ayudante que me metiera por el culo, yo les dije que no, pero entonces me dijo que una mujer tan cachonda por una polla, con seguridad no era virgen del culo, así que sin más, me sujetó con su polla en mi coño, me hizo doblarme hacia delante dejando mi trasero a disposición del ayudante…, como último intento le pedí que se ponga crema para no lastimarme, así lo hizo, y empezó a metérmela. Si bien la polla del ayudante no era muy grande, el hecho de tener la polla gorda del viejo en mi coño dificultaba que pudiera meterme por atrás la del joven…, entonces el carpintero saco su polla de mi chocho y el ayudante empezó a metérmela en mi culo, esto me provocó un dolor agudo por lo que gemí como una cerda viciosa. El maduro acariciaba mi chocho, y el ayudante empezó a moverse dentro de mi culo despacio, el dolor fue cambiando a placer, yo empecé a gemir ahora de gusto de sentir la juventud dentro de mi cuerpo. Sin más demora, el carpintero acomodó nuevamente su mazo en mi coño enfilando su oronda cabezona en la bocana de mi conejo, y por el peso de mi cuerpo me la clavó de golpe.

En esos instantes me sentí rasgada, partida, era una mezcla de dolor y placeres increíbles, ambos empezaron a moverse acompasadamente hasta que lograron sincronizarse. Yo pedía más y más, eso los incentivaba y ahora parecía una competencia entre ambos para ver cual me hacía gozar más de la follada, quien me daba más placer…si por el culo o por el coño. Era prodigioso, tenía las dos pollas dentro mí, y la mezcla del encanto viril en mi culo y en mi coño me estaban provocando múltiples orgasmos, yo gemía y gemía como una loca del coño…, les pedía que sigan, que no paren, que me dieran más duro hasta que terminamos prácticamente juntos y fui inundada del gratificante regocijo por delante y por atrás con chorros de lefa del viejo veterano forjado en mil folladas y el jovencito adolescente que no se había visto en otra en su corta vida. Cuando la sacaron de mi cuerpo, ambos hoyuelos chorreaban leche masculina y viril, eso me enardecía. Era la primera vez que dos estacas a la misma vez me perforaba como a una puta y se lograban correr dejándolos vacíos los cojones a ambos. El tercer día llegó solo el carpintero, terminó de embalar los aparatos que tenía que enviar por avión y cuando me acerqué a pagarle por su trabajo, tomo el dinero, lo guardó…, me agarro de la mano, y con la otra sacó su polla fuera de su pantalón y tomándome por los hombros me hizo agachar y llevo mi cabeza en dirección a su polla. Sin mediar palabra empecé a chupársela, lo que hizo que su polla se pusiera totalmente tiesa.

Cabía por completo en mi garganta, solo que al ser tan gorda, las comisuras se adolecían un poco la falta de costumbre en tamaña dilatación. Tras saborear su pedazo de cipote, me cogió de la mano hasta el salón y me desnudo. Sobre el reposabrazos del sofá me sentó sacándome el culo los suficiente para no caer y tener acceso a mi coño entreabierto… él se quitó solo el pantalón del todo y guiando su glande a mi abertura la metió de un plumazo ¡¡Zas! Empezó a follarme. Aquello lejos de desagradarme era mi alivio, mi bálsamo a tal calentón de mí ajado coño. Mientras me estaba follando, sonó el timbre, una y otra vez, el carpintero me dijo que seguramente sería su ayudante con la lona para envolver las cajas. El veterano paró de follarme, y fue hasta la ventana, hizo una señal y me dijo que era el ayudante. Ordenó permanecer tal como estaba, porque el aún no había terminado y sus huevos no los podía dejar sin evacuar… eyaculaba o le dolerían, y que seguramente su ayudante que también le había cogido el gusto a follarme y correrse dentro de mí, querría darme la follada de despedida como buen caballero. Entró el ayudante, pero no venía solo, con el entraron dos muchachos más, yo quise levantarme, pero el carpintero se colocó sobre mí, y me dijo que eran sus otros sobrinos que trabajaban con él, y que lo que comía uno, comían todos. El carpintero me hizo abrir mis piernas y volvió a clavarme su polla, yo estaba tan cachonda que no me importó la presencia de los otros, los tres muchachos se acercaron.

Mientras el viejo fornicador me follaba a pelo a todo trapo, los otros empezaron a acariciarme… uno tomó una de mis tetas y empezó a besarla y chuparla, entonces el otro paso a imitarlo con mi otra teta, y el ayudante saco su polla de su pantalón y la colocó en mi boca, era una locura, tenía al carpintero follando mi coño, el ayudante follando mi boca y los otros dos dedicados a mis tetas con los pezones empitonados… cuatro machos colmado cuerpo de laureles que sabían a testosterona. El carpintero hizo que los otros se aparten haciendo sitio sobre mi cuerpo… me abrazó y empezó a besarme metiendo su lengua audaz, le correspondí como una puta comiéndole su boca. Aumentó su ritmo jadeando como un perro…entonces lo sentí correrse soltando un gran chorro de leche, eso me provocó. Mi excitación se elevaba al máximo al notar la eyaculación de ese par de huevos llenos de veteranos espermatozoides… mi corrida no se hizo esperar al candor de la tibia lefa que me estaba inyectando en las paredes de mi vagina, su corta polla no lograba llegar al fondo de mi útero. 

Calmado y vaciadas las pelotas, el viejo carpintero de levantó, entonces el ayudante, con delicadeza me hizo colocar a cuatro patas, pasó un poco de crema en mi culo…, no necesitaba decir nada, entendí que sería follada por ahí, así que acomodé mi cuerpo para recibirle como la buena hembra que va a ser monada por su semental. Metió la cabeza y una vez horadada la abertura, el ojal cedió para el resto de rabo… y empezó a follarme el culo, entonces uno de los muchachos se echó debajo de mí y colocó su boca en mi chocho pasando a chupar mi clítoris. La verdad que esos muchachos se entendían a la perfección respetando la jerarquización sin dar lugar a controversias de quien me follaría, simplemente porque todos me follarían por turnos cada uno de mis orificios prestos a tal uso. Al sentirla horadar el esfínter, me hizo escapar gemidos de placer, la polla del ayudante follando mi culo era una delicia, en tanto la boca del otro en mi chocho me estaban dando un placer increíble, hasta que el ayudante tras dos tres minutos dándome por el culo se corrió dentro como debía ser.

Entonces el que solo miraba, tomó el lugar del ayudante y en esa posición empezó a meterme su polla en mi coño, bien lubricado por mis fluidos pero sobre todo por el espeso semen del veterano carpintero. El que había estado chupando mi pepita y mi coño se paró y colocó su polla frente a mí, agradecida tomé el badajo energizado con mi boca y empecé a mamársela…estaba tan cachonda que tuve un orgasmo que sacudió mi cuerpo. El tío que me follaba el chocho aumentó su ritmo y el que estaba frente a mi empezó a obturarme la garganta con duros pollazos, hasta que el que estaba comiéndose mi coño terminó inundándome de esperma espeso u joven…esos chicos hacía mucho que no se follaban a una tía porque acaban corriéndose muy rápido… si no fuera porque lo sensible y calenturienta que soy, probablemente no me correrían aunque me follasen los cuatro unos detrás del otro. Entonces el que estaba delante de mí, me hizo echar, se colocó entre mis piernas y sin miramiento no tuvo problema de insertar la verga en un coño chorreante de semen…me metió su polla a fondo, creo que el muchacho estaba tan cachondo que se corrió en mi anegado coño antes de darme cuenta… en una vagina dada de sí, tanto que apenas noté nada. Se bajaron y me dejaron.

Subí a mi cuarto a bañarme, demoré la salida bastante. Más relajada tras haberme follado a los cuatro bajé  vestida, vi que las cajas estaban perfectamente embaladas y envueltas, sobre una de ellas un papel que decía…“Hermosa señora, estamos a sus órdenes para lo que quiera”. A los pocos días se incorporó la empleada, me dijo que Ramón me mandaba saludos muy especiales, sentí nostalgia de las noches de placer que me había dado. Estuve así unos días colmada por las folladas del carpintero y sus acólitos, pero la necesidad nuevamente volvía a reaparecer, es algo que todos sabernos que es cíclico…, el deseo de tener sexo estaba volviendo a obsesionarme, y para que Ramón regresara faltaba todavía una semana o más. Pasaron unas dos noches, y a la tercera, a eso de las diez de la noche tocaron a la puerta, era el vehículo de la empresa de seguridad del supermercado, el supervisor me dijo que habían detenido a unos sospechosos en la zona, y que estaban redoblando la seguridad en las obras de remodelación del establecimiento, por si aceptaba colocar una caseta de seguridad en mi puerta, claro que acepté. Pasaría una media hora y escuche ruidos en la calle y vi que estaban acomodando la caseta de seguridad al lado de la puerta de la casa, decidí salir a ver, entonces me encontré cara a cara, con Jaime, El guarda de seguridad que ya había estado en mi casa semanas atrás.

El supervisor que estaba con él, me dijo que así estaría más tranquila. Rogó mi colaboración invitando al guarda a un té o café caliente, o algunas veces una sopa, ya que como estaban toda la noche, su trabajo era pesado, le dije que no se preocupe, y los invité a ambos a pasar a tomar un café. Ambos aceptaron y pasaron, mientras tomaban su café, llamaron al supervisor por su radio indicándole que tenía que ir a la Policía para dar el informe de los detenidos, el supervisor me agradeció el café, se disculpó por no terminar su taza y salió a la rápida. Ni bien cerré la puerta, Jaime me tomó desde atrás y empezó a meterme mano, me decía que todo ese tiempo había estado pensando en mí y que estaba con deseos locos de volver a follarme, saco su polla y apoyándome contra la puerta separó mis piernas, arrancó mis bragas y sumisa como una perra caliente abrí mis piernas. Como imaginan, mi chocho estaba totalmente mojado…, sin demora ya se había bajado los pantalones y sacado la verga erecta como un mástil…sentí su polla entrándome en el chumino. Ya más tranquilo, empezó a desabotonar mi vestido y empezó a acariciar mis tetas y mi cuerpo embutiendo con cadencia absoluta su cipote en mis entrañas, después de un rato saco su polla, me llevó hasta la salón y me hizo echar sobre la alfombra.

Ahí se quitó toda la ropa, comprobé de nuevo que era realmente un hombre lleno de músculos y muy fuerte…terminó de desvestirme besando todo mi cuerpo, llego lamiendo mi dermis hasta el ardiente conejo hambriento de entre  mis muslos…, se enzarzó chupándolo y metiendo la lengua en mi conducto. Yo gemía loca de calentura, lamía la el coño por dentro y por fuera de mis labios vaginales en toda su extensión centrándose en mi clítoris finalmente, de tal forma que me empezó a desesperar por tenerlo dentro. Le rogué que parase por favor, que no demorase más la follada y que me la metiese de una puñetera una vez, pero el continuó con lo que hacía, nuevamente casi le imploré que me follase de una puta vez. Jaime, el guarda jurado colocó mis piernas sobre sus hombros y en un alarde de destreza dominando su ariete, la clavó sin necesidad de guiarlo…aquella daga curva y de rigidez pragmática me atravesó hasta el útero. 

Empezó a follarme, yo estaba tan cachonda que deliraba de placer al sentir el bálano en el estómago de lo profundas y duras de sus estocadas…no dejaba de pedirle más y más verga dentro de mi chocho desesperada, mientras me follaba me decía si me gustaba como la embutía en mi coño…, como decirle que no si me estaba matando de gusto el cabrón… yo le decía que si, que siguiera, que no parase de meterla fuerte. Luego me colocó a cuatro patas y volvió a follarme mi chocho en esa posición, el sentir su polla dura en mi coño y sus manos y brazos fuertes acariciando mi cuerpo me enloquecía siendo asida del culo para no poder escapar de sus pollazos ¿¡Quién escaparía del paraíso!? Como una perra apareándome con su semental me tuvo un buen rato, después me llevó contra la ventana del salón que da a la calle, y volvió a meterme su polla con tal facilidad que sentí sus pelotas golpear mi coño antes de notar su glande perforándome…, mi calentura era tal que ni me percaté del peligro de que alguien nos pudiera ver, yo le pedía más y más notándome alterada en mi ritmo cardiaco con aquel joven musculado arreciendo como un toro bravo y yo recibiéndole cual tierna ternerita cachonda.

Jaime era un maestro del folleteo… su gorda tranca y larga la  manejaba a las mil maravillas, por lo que me daba un goce total…le sentía llenarme por completo dentro de mí, así follamos hasta que tuve una corrida increíble cuando lo sentí llenarme con su leche. El chico arreció sus embates, mis gritos eran irremediables… no los podía evitar al notarme perforada con tal brutalidad y cadencia demencial…sus testículos colganderos no paraban de aporrearme el coño sin cesar y en un instante se frenó en el fondo de mi útero…PERCIBÍ el primer gran chorro de lefa inundarme el cérvix ¡Joder que sensación de alivio y delectación, unidos en ese llenado de esperma en mi útero! Cerré los ojos interiorizando cada aldabonazo de leche rica en virilidad, masculinidad y bichitos locos por preñarme. Con el segundo lechazo convulsioné regalándome un orgasmo plácido al mismo tiempo que percibía como el semental me llenaba el vientre de su néctar con tres, cuatro y hasta ocho chorros de esperma espeso y contundente, dejando mi cubículo completamente a rebosar. El coño rezumaba de mis fluidos mezclados con su semen imposible de contener por la cantidad ingente eyaculada.

Me sentía plena tras media hora de follada, nada que ver con la ligereza con la que me llegaron a follar el carpintero y sus ayudantes. Jaime el segurata era un buen semental, un macho de primera…una suerte haber dado con él en sustitución de mi adorado Nacho, mi hijo pródigo al que tanto echaba de menos…. Mientras él se vestía y yo cubría mi cuerpo con mi vestido sin atender a ponerme bragas ni sostén, me dijo que como su caseta estaba en mi puerta, ahora podría estar a mi disposición todas las noches, y que todo lo que tenía que hacer era llamarlo. Se me acercó para despedirse, yo quise evitarlo, entonces me forzó por los hombros y me hizo arrodillarme, saco su polla todavía mojada con su leche y la llevo a mi cara… simplemente abrí mi boca y empecé a chuparla limpiándola, y volvió a ponerse tiesa. En pocos segundos estaba nuevamente dura, el guarda jurado, me subió a la cintura y me llevó al sillón del salón, y volvió a metérmela, yo volví a encenderme, con su polla en mi coño…

A este macho le encantaba llenarme la vagina, yo pensé que se obsesionó con preñarme, y yo la muy puta como una perra callejera le pedía más y más, esta vez fue una follada rápida pero al sentirlo correrse, volví a tener la impagable sensación de sentirme mujer y hembra. Creo que me corrí y ya había perdido la cuenta de cuantas veces me había corrido con él, tenía el coño chorreando de leche masculina y de mis corridas. Esta vez Jaime, aún echada en el sillón me dio un beso prometiendo repetirlo… ahora sabía que los siguientes días, o mejor dicho días y noches, serían de mucho placer. No me explico cómo tengo tanto aguante, porque encima cuando vuelva Ramón, también follo con él. Sé que es mucha resistencia para el diú “Ojalá aguante mi loca calentura”porque si no Jaime o Ramón me preñan.

Mi cuñado Ramón, era mi más habitual proveedor de orgasmos después de la muerte de mi esposo y hermano suyo hacía nueve meses…, sin embargo con su largos viajes y la exigencia de su esposa de tenerle más en casa cuando no viajaba, cada vez me daba menos y yo seguía con la misma necesidad o más después de la turné de pollas que había pasado por mi coño desde mi viudez…especialmente en los últimos tres meses desde que mi hijo se marchó a estudiar a la Universidad Complutense de Madrid. Con Nacho fuera me consuelo como el primero que pasa por mi lado y tiene polla, pero estos días de Navidad tengo a mi hijo conmigo. Me propuse olvidar el calentón de los días de verano y llevar nuestra relación de madre e hijo al camino correcto, debía de superar mi ninfomanía tratando a mi hijo como lo que es…MI HIJO.A Nacho lo quiero mucho y me he desvivido para que saliera adelante al margen del gañan de su padre, un hombre machista, egoísta e infiel, pero esto último no se lo tengo en cuenta a razón de lo puta que yo he sido y soy…






Julián nunca me trató con dignidad. Yo me he sentido como una madre soltera pese a estar casada durante 18 años, he educado sola a mi hijo, siempre intentando inculcarle valores y hacer de él un hombre de bien. Pero algo ha ocurrido, algo que solo él y yo sabemos. Esto sucedió en ese diciembre del pasado año (2018). Me levanté la mañana del 22, eran alrededor de las siete de la tarde. Me doy una ducha y, como hago habitualmente pongo mi ropa interior en el cesto de la ropa para lavar. Cuando salgo de la ducha y me seco, me envuelvo con la toalla, decido vaciar el canasto de ropa sucia. Al llegar a la lavadora, comienzo a revolver el canasto y a sacar mis bragas y sostenes clasificando por colores. Es ahí cuando descubro en una de mis bragas semen aún pegajoso. No era una manchita, era una gran cantidad de leche espesa en unas bragas y en otras de más días ya se encontraba la mancha acartonada, bien pegada en la zona delantera que llevo pegada a mi coño. Me quedé sin saber que pensar. Pero solo había una explicación posible. Mi hijo…mi Nacho era sin dunda el que se había corrido en ellas o con ellas. 

No podría describir la rara sensación que me invadió en ese momento. Una mezcla de morbo y lujuria. Mi hijo se había masturbado con mis bragas y había vaciado sus testículos en ellas. Mi hijo me deseaba, se tocaba pensando en mí. Mi hijo estaba caliente conmigo. ¿Cómo era esto posible resistirse a ello? Sentí mis pezones ponerse duros como rocas, sentí un líquido bajando por mi entrepierna y atónita comprobé que era flujo chorreando de mi chocho…lo tenía húmedo. Me sentí una degenerada, una puta, una mujer enferma. ¿Cómo era posible que estuviera calentándome con la idea de que mi hijo se masturbara con mis bragas? Y sin embargo ahí estaba, atrapada por el calor que subía desde mi entrepierna recorriendo mi cuerpo, desbordando en mí pecho que desde hacía mucho tiempo no comportaban de esa manera, rodeándome el cuello y saliendo por mi boca en forma de respiración entrecortada.

No aguante más, presurosa me largué al baño, me senté en el inodoro, abrí mis piernas y comencé a masturbarme como loca con una mano mientras con la otra me agarraba una teta. Siempre fueron grandes pero ahora, mientras las sobaba con mi mano izquierda, las veía más grandes, como si fueran a explotar. Fue en ese momento en que tuve un brutal orgasmo y sentí un chorro caliente salir expulsado de mi chochito… cada día me veía más salida… llevaba más de dos meses sin que me follasen. No quise pensar más en todo eso. Me limpié, me cambié, me arreglé y me fui de casa. Antes de salir pasé por la habitación de Nacho. Estaba durmiendo. Salí pronto con la necesidad inconmutable de tomar aire fresco…. Pasaron tres días. Tres días de locas ideas que iban y venían, de estrafalarias fantasías en las que yo veía a Nacho masturbarse con mis bragas, en las que yo decidía cruzar la línea roja de nuevo, y tomar su verga entre mis manos…nos besábamos con insaciable lujuria. 

Tres días en los que me masturbe varias veces al día con un frenesí abrumador y enfermo, solo por no volver a las andadas con mi hijo, respetar su libertad y andar por el camino correcto. Nacho había llegado del ver a sus amigos. Eran las siete de la tarde. Yo acababa de llegar del trabajo. El estaba mirando la televisión. Me quité la camisa del trabajo y me puse una camiseta de andar por casa sin sujetador. No tenía ganas de pensar en lo correcto o incorrecto, solo quería dejarme llevar por el momento, en esos instantes mis deseos eran comandados por mi clítoris, habiendo desconectado mi raciocinio. Estaba caliente como una perra. Solo me quedaba dos opciones… volver a las andadas y buscarme a un macho que me dé caña de la buena en un hostal de mala muerte lejos de los ojos de mi hijo, o seducir a Nacho saltándome mis propias normas. Creo que mi coño optó por lo más fácil y seguro teniendo al muchacho salido como un mono… loco por follarse a su madre. Me acerque por detrás y lo abracé. Sentí mis pezones duros apoyándose en su espalda. El se quedó inmóvil, con la mirada fija en el televisor, como si no se diera cuenta. Le di un beso en el cuello. Sentí el olor de su desodorante para adolescentes, eso me gustó porque combinaba muy bien con su olor corporal dándole un aroma muy varonil.

– ¿Cómo te fue con tus amigos? Le susurré

– Bien, ellos han cambiado poco sus costumbres…

– ¿Y la has extrañado a mamá estos meses…?

– Uf, dijo sin mover la mirada del aparato.

Continué dándole besos en el cuello… – ¿Te gustan los mimos de tu mami…?

– Aja…,dice y pone sus manos sobre su entrepierna acomodándose su verga que empezaba a crecer.

– ¡Vaya cariño! Me parece que te gusta mucho, le susurro al oído calentándolo.

El se ríe y añade… – Basta…me estas distrayendo y no voy a entender la película.

– Bueno, solo trataba de ser cariñosa con mi hijito, digo mientras me alejo.

Me voy a preparar un café, apoyo las manos sobre la encimera de la cocina y siento otra vez el calor subiendo por mi cuerpo. Me meto la mano en al pantalón leggins, el cual cede por tremenda elasticidad para albergar toda la mano entera entre mis piernas, llego a mi coño y sobre el capuchón del clítoris comienzo a tocarme. Compruebo que tengo el chocho muy húmedo y mis tetas otra vez parecen explotar. De pronto oigo la voz de Nacho que me llama desde la sala… 

– Mamá… ¿Me traes un vaso de zumo…? 

Eso me corta el recorrido hacia el orgasmo, y decido dejar todo para llevarle un zumo fresco de papaya con fresas. Me siento en el sillón al lado de él. Cuando le doy el vaso siento sus dedos jóvenes rozar los míos. Lo miro como se lo lleva a la boca. Veo sus labios carnosos, heredados de mi familia, aprisionar el vaso, y siento deseo de besarlos…de comérmelos.

– ¿Qué estás viendo a estas hora en la tele…? Me sonríe percatándose de mi mirada fija en sus ojos. – Te miro porque eres muy guapo

Se sonroja… – Si fuera tan guapo tendría a las chicas haciendo cola, y mira ahora ni tengo novia.

– Ya llegará, como todo en la vida… a ti no te faltará donde mojar.

– Y tú ahora ¿Nunca sales con nadie? ¿Qué paso con el amigo de papá…ese tal capullo de Jairo?

– No… a Jairo nunca más lo vi después del entierro de tu padre. Desde entonces ando sola. Se hace un silencio en el cual medito lo que voy a decir a continuación. Estoy a punto de cruzar la línea nuevamente después de prometerle a Nacho que nunca más la rebasaríamos. ¿Lo hago o no lo hago?– Será por eso que estoy tan cariñosa. Hace tanto que no beso a nadie, ni acaricio a hombre…Tú eres al primero que beso en el cuello en más de tres meses.

– Bueno, pero yo soy tu hijo… Y creo que hemos quedado que necesitas algún hombre que no sea YO ¿no? Me ha parecido que quedaba meridianamente claro…

Lo miro provocativamente a los ojos y él se sonroja una vez más… 

– Creo mi amor que me pasa lo mismo que a ti…tenemos la misma sangre y se nos revolucionan las hormonas muy rápidamente. Quiero decir… Seguramente tú anhelas estar con una chica, yo anhelo estar con un hombre. 

Pone nuevamente las manos sobre su entrepierna, su bulto ya ha crecido considerable y no lo puede disimular… me parece que mi coño tampoco, está mojando las bragas semejante a un derrame… 

– Eso que te cubres, es la prueba de lo que te digo…se te ha puesto dura. Yo diría que llevas varios días con ganas.

– Es que hablar de todo esto me pone…no sé…nervioso digamos.

– Entiendo cuáles son esos nervios, si me permites ¿Te puedo hacer una pregunta muy incómoda?

– ¡…uh! Se tapa la cara. – Anda dispara… ¿De qué se trata?

– ¿Te has estado masturbando con mis bragas estos últimos días…? Deja de mirar la tele y me mira directamente a los ojos… 

– ¡¿Qué…?!

– Lo que oíste sinvergüenza…me has entendido muy bien.

– No sé de qué hablas mamá, yo siempre he respetado tus cosas.

– ¿Y por qué te has sorprendido canalla…? A tu madre no le vas a enseñar que en el amor, el sexo y en la guerra todo vale. Lo que no sé es si estamos hablando de sexo o de amor.

– No sé… ambas cosas llegan a ser difusas y a la vez complementarias... la gente se casa por amor, pero quiere tener sexo con quien se casa ¡¿No?!

– Comprendo nene…, lo digo porque me he encontrado varias bragas mías llenas de semen, unas con lefa muy reciente, y aquí el único que anda eyaculando semen en casa eres tú. 

Por un momento aparta su rostro de mi línea de visión y asiente con la cabeza… 

– Vamos cariño, no estoy enojada. Entiendo que si no estás con chicas, siendo yo la única mujer a mano que tienes… lo que me intriga es solo una cosa… ¿¡Cómo las usas…?! ¡¿Solo las usas para llenarlas de leche y limpiarte la polla o las hueles mientras te haces la paja y luego las llenas de leche!? 

Esos detalles en realidad están llenos de morbo y tenía curiosidad.

– Perdona mamá, no pensaba que pudieras llegar a enterarte, sin dejar de mirarme directamente al rostro. – Es que me encanta tu olor a mujer…me excito más y mucho más rápido.

Me acerco a él e intento hacerle girar su rostro para que nuestras miradas se comuniquen, pero se resiste. Entonces decido cruzar la línea que hace rato estaba dispuesta a romper definitivamente…Si mi chico lo necesitaba, la puta de su madre aún más. Deseaba tenerlo dentro de mí, y que ese esperma repose en el fondo de mi coño. Me paro frente a él, abro el pantalón… 

– Mira lo que tengo para ti

Gira la cabeza para verlo. Entonces queda pasmado al ver que debajo del pantalón llevo puesto su bóxer azul, el que esa misma mañana se cambio tras la ducha… 

– ¿Te gusta cómo me queda? Si tú te quedas con mis bragas, yo me quedo con tus calzoncillos... ¡¡Yo también me masturbo con él!! ¿Quieres ver? A mí también me excita tu olor a hombre.

Nacho me mira no dando crédito a lo que está sucediendo, veo su entrepierna crecer sin remisión y noto su bulto inflamado marcando su pantalón cruzando la verga hasta el muslo. El se da cuenta ya no se tapa dejando descaradamente que su madre disfrute del volumen fálico. Me acerco a él una vez despojado de mi pantalón, pero con su bóxer aún puestos, me arrodillo entre sus piernas frente al sillón. Me saco la camiseta y frente a él dejo al aire mis tetas grandes y hermosamente duras de lujuria con los pezones duros y espigados como dos timbres de castillo. Estoy que me salgo notando todo mi cuerpo arder… 

  ¿Te gustan?

– Sí, sabes que me parecen las tetas más buenas que he mamado nunca…

– ¡Anda tócalas! Sóbame las tetas y pellizca mis pezones. Mira que duros me los has puesto bribón.

Me las acaricia tímidamente, luego son sus palmas las que siento llenándose el cuenco de la mano con mi teta. Siento el roce tibio de su piel suave en mis pezones, sus dedos recorriendo la forma de mis ubres carnosas y sobrexcitadas, sus manos cerrándose en torno a ellas, amansándolas y arrancándome un gemido ahogado. Entonces lo beso sin más. Siento sus labios tibios y grandes, no tarda en sacar su lengua e introducirla en mi boca…nuestras lenguas mezclándose en dura pugna sin dejar de amasarme las tetas con mayor delirio. Lo abrazo rodeando su cuello con mis brazos… ¡Ya estamos perdidos! Primero nos besamos con frenesí, nuestras bocas copulan succionando, chupando y mamándonos las lenguas con movimientos rítmicos, en una danza lujuriosa y luego se detienen en un acople inmóvil, dando paso al danzar de nuestras lenguas que se acarician, se tocan, se pegan. Sus manos aprisionan mis tetas con mayor énfasis…

– ¡Chúpamelas! 

Y emito un gemido mientras su boca me succiona los pezones, mientras su lengua recorre el contorno de mis tetas. Entonces bajo mis manos ávidas de contener su masculinidad y le abro el pantalón con soltura. Cada vez batía un nuevo récord de tiempo en hacerlo…había perdido la cuenta de cuantas braguetas he abierto en el último año. Como una tutora del sexo le susurro a Nacho… 

– Mamá te va a enseñar todo. ¿Le quieres dar la verga a mamá?

– Sí, dice fuera de sí. Sí…te voy a poner mirando para cuenca.

Bajo su bóxer y aparece su musculado falo erecto duro como una roca. Las venas lo recorren de abajo a arriba en especial la dorsal que se hincha de sangre bombeándola al orondo glande. Su prepucio húmedo se abre remangándose para dejar libre su gordo cabezón asomando. Recorro su polla energizada con mi lengua, la noto tensarse pegando pequeños respingos…me encanta ver a un macho con tan buena erección….Me lo meto bien dentro de mi boca. Comienzo a mamarlo y siento su capullo en el fondo de mi garganta entrando y saliendo ocupando toda la cavidad bucal hasta el galillo. Agarró su polla con firmeza bajándome a su base donde me encuentro con su pelotas… le comienzo a dar chupas a sus huevos con una habilidad espectacular, tragándome su bolas una a una, succionándolas y tirando de ellas mirándole a los ojos para ver el reflejo de la sensación de tenerme en esas viendo su límite. Con cada huevo en mi boca juego con él toqueteándolo con la lengua, después el otro. 

Una vez castigadas sus pelotas, subo lamiendo todo el tallo y me meto su polla otra vez en la boca, con una mano seguía pajeándole y con la otra sopesando sus cojones llenos de lefa. En un momento de lujuria con toda la verga dentro de su boquita, aumentó el ritmo de la mamada y del masaje testicular…, sus ojos azules me miraban fijamente mientras seguía con la boca llena diciéndole cuando me gusta el sabor de una polla recia bien cargada de testosterona. Cuando ya le faltaba poco para terminar, sus manos se posaron en su cabeza, pronto me di cuenta que no iba a tardar en correrse, me quité la polla de la boca y le dije…

– ¡Dame toda tu leche, campeón! ¡Quiero que te corras en mi cara! ¡Lléname como una buena puta que soy! Todo esto mientras me pajeaba el clítoris con la consabida fruición de mis ganas locas de sexo.

Me volvió a meter la polla dentro de la boca y seguí con mi mamada, mi chico se dejó llevar, gime un par de veces y enseguida notaría sus lechazos explotando en mi boca…en pocos segundos explotaba como un geiser eyaculando grandes chorros de engrudo. Yo sin inmutarme seguía chupando mientras el semen me atoraba la boca, pringándome el paladar, los dientes la lengua… fue una corrida muy abundante, y cuando ya no quedaba nada notando que su corrida aflojaba, me saqué la polla y le enseñé toda la corrida que tenía acumulada…, le sonreí, cerré la boca y pudo escuchar como tragaba su lefa. Trago y relamo mi boca, lo trago todo sin excepción saboreándolo, es la leche de mi hijo, mi leche. Salió de mi cuerpo y vuelve a mi cuerpo. Nacho se relaja. Meto la mano en el bóxer que llevo puesto y me masturbo. Me acerco a su rostro y mi boca juega con sus labios pajeándome como una zorra. Hacía tiempo que habíamos dejado de ser madre e hijo para convertirnos en dos animales con deseos irrefrenables de aparearse. El me agarra de las tetas y mis dedos acarician mi chocho húmedo hasta acabar en dos tremendas eyaculaciones… Nacho queda boquiabierto al ver eso de su madre ¿¡Cómo era posible que hubiese perdido el pudor con mi hijo de esa manera!? Me sereno. Estoy agitada con el corazón a mil. 

Le sonrió regocijándome en su cara de tontaina… – ¿Qué pasa?

– No sabía que las mujeres eyaculaban de esa manera… bueno de ninguna.

– No todas, pero si. Algunas lo hacemos así con grandes chorros, como los hombres. Sobre todo si son hembras muy calientes que le gusta el sexo tanto como a tu madre… A diferencia de los machos, yo consigo hacerlo varias veces seguidas y en abundancia ¡Me quedo deshidratada!

Nos limpiamos y no volvimos a hablar más del tema por varios días. Todo parecía volver a la normalidad. Nada de situaciones raras, ni miradas extrañas. Todo estaba sereno y yo creí que lo peor ya había pasado y que todo esto solo sería un bello recuerdo que atesoraríamos por siempre. En verdad intentaba cumplir con lo acordado con Nacho, me esforzaba por no llegar al coito. Pero el sábado a la noche salí con una amiga. Fuimos al teatro. Volvimos a las dos de la mañana. Habíamos bebido solo un poco, lo suficiente para ponerme alegre… mi amiga me bautizó como  “LA VIUDA ALEGRE” y bien mirado me venía como anillo al dedo. Cuando llego, Nacho estaba despierto viendo una película de acción que tanto le gustan…tiros, muertes y mucha sangre. Yo las detesto.

– ¿Te has divertido…? Pregunta Nacho con cierta sorna

– Sí ¿Y Tú?

– ¡¡Ajá...!!

– Me voy a acostar. Hasta mañana

– Hasta mañana…, fin de la conversación.

Me quito la ropa, me pongo el camisón, me acuesto. Pasan diez minutos y Nacho entra en mi cuarto sin llamar a la puerta. Abre, entra en la penumbra y se sienta en la cama. 

– ¿Qué sucede?

– Es que…estuve pensando en ti, en nuestro pacto. Quiero decir que lo acordado con lo del otro día se ha roto y tampoco tenemos necesidad de aguantarnos si nos apetece…

El sueño se disipa y da paso a la lujuria. Me siento cansada pero el puntito de alcohol me da fuerza para seguir un poco más y encenderme. Estiro mi brazo invitándolo a acercarse. Él se acerca y lo abrazo, lo beso profundamente en la boca entrelazando nuestras lenguas en pura lascivia…, mi hijo es un buen macho y no lo pensaba desperdiciar por más tiempo. Nos recostamos, el se echa sobre mi y nos seguimos besando. Siento su tranca dura sobre mi pierna. Me besa el cuello, me abre el camisón y me chupa las tetas.

– ¡Más fuerte! 

Le grito cargada de lujuria…me succiona con fuerza los pezones. 

– Así… ¿Te gustan las tetas de mamá…? ¿Sí…? Me las comes todas. Vamos cabrón, cómetelas…mis tetas son todas tuyas

Digo perdiendo la noción de todo. Lo agarro de la cara con mis manos resoplando a solo cinco centímetro de su boca… lo miro fijamente así de cerca llena de desazón… 

– ¡¡Me vas a dar tu verga ¿Entiendes?!! Hoy te voy a follar como no imaginas que se pueda hacer… ¿¡TE GUSTARÍA PREÑARME…VERDAD!?

Mi chico avivado por cómo le expresé mis ganas de follármelo, se desnuda. Yo también me quedo sin nada. Se acuesta sobre mí abriéndome de piernas bien despatarrada. Su glande orondo y húmedo se apoya en mi coño hambriento, lo repasa por toda mi raja forzándolo en el clítoris…me pajea electrificando mi cuerpo como un rayo en la tormenta. Quiero que me posea, quiero sentirlo dentro de mí, que me abra y me parta en dos. Alguna vez estuvo dentro de mí, hoy vuelve a mí a su lugar de nacimiento y allí depositará su simiente. Quiero que explote en mi vientre y me llene con su leche caliente de adolescente fecundo y viril. Me abro y tomo su polla vibrante con la mano acompañándolo a la bocana de mi coño, y lo sumerjo en las profundidades de mi chochito húmedo ayudado por sus empujones y los míos buscando tragármelo entero hasta los huevos

– Ahora si…dásela a mamá…así…mi amor…fóllame…soy tu puta… ¿Quieres que mamá sea tu puta? ¿Eh? Eres un hijo muy pervertido. Estoy fuera de mí como tantas veces, el sexo masculino me puede.

– Sí…sí quiero. Quiero llenarte de polla y de leche ¡Joder Quiero preñarte mamá! Lo dice con rabia.

– Claro que sí, como todos lo cabrones que me follan. Pero solo a ti sí voy a dejar que me hagas una buena panza. ¡¿Te gustaría preñarme…hacerme una panzona?! ¿¡Qué para un hijo tuyo!?

– Me encantaría mamá…que fueras solo mía y que mi leche te preñara ¡QUIERO PREÑARTE!

– Entonces métela bien dentro de tu madre…. Así, con fuerza, dame tu polla, más, más, más…. Házmela sentir en el mismo útero. Vamos hijo métemela entera ¡Que solo queden tus huevos fuera!

Nos besamos frenéticamente mientras embiste sobre mí. Finalmente me estoy follando a mi hijo. Definitivamente cruzamos la última frontera que yo misma me había impuesto y no tuve voluntad de cumplir…mi ardor de coño me hace fracasar en ese tipo de promesas. Mi chico arrecia con fuerza, hunde su verga hasta la raíz aplastándome contra el colchón una y otra vez…siento sus pelotas aporrear mi culo. Es demencial como me folla Nacho y las ganas que tiene de joder a su madre, me siento orgullosa y abrumada…con lo que nos gusta a ambos follar no sé donde llegaremos a parar, eso poco importa podremos continuar follando a pelo durante años hasta que caduque el diú…mi hijo no lo sabe pero me lo puse hace años cuando vivía su padre y comencé a follarme a su hermano Ramón, de eso ya va para tres años. Nacho posicionado en misionero y de vez en cuando se eleva para dejarme ver como entra su larga polla en mi coño tragón… ¡Me encanta! Y me sublima ver y sentir una polla invadiendo mi conejo. Lo acaricio por todo su cuerpo, mis manos se deslizan por su piel húmeda notando la textura de sus músculos tensos, percibiendo apretar sus nalgas en cada inserción, y lo empujó hacia dentro agarrándoselas con ambas manos. La quiero toda dentro.

Su ritmo me pone muy bien rozando las paredes de mi coño, apuro mis músculos vaginales presionando su tallo venoso, deseo sentirlo friccionar cada terminación nerviosa que me deleita de gozo. Me estoy poniendo al borde del precipicio de mi clímax, el chico aumenta su cadencia, signo que acabará enseguida…deseo correrme con él, se lo suplico y me hace caso retardando un poco su orgasmo hasta que convulsiono y él se deja llevar por la corriente de mi flujo…. Mi hijo se convulsiona en una explosión tremenda de semen… explota como un volcán de lava derramándose en mí, soltando chorros de tibia lefa que se mezcla con mi orgasmo en un solo canto armónico. Nuestros jugos se fusionan en un todo como el resto de nuestro cuerpo, haciéndonos uno. Percibo los torrentes de leche rellenándome el útero, su útero materno… La vuelta al hogar del hijo pródigo. Los últimos movimientos los hacemos mirándonos nariz con nariz, boca con boca, aliento con aliento, y nos besamos felices eyaculando su semilla en las profundidades de mi vientre. Sentimos la dulce sensación de la unión que nunca se romperá. Agotados y exhaustos de mente y cuerpo, dormimos profundamente…obscenos y felices mezclados nuestros flujos y aromas de animales en celo. Nos despertamos a las seis de la mañana y follamos nuevamente. El ya estaba duro como un mástil y yo caliente como una perra dispuesta a todo, decidida a ser su puta sin más preámbulo y dejarme follar por él una y mil veces, las necesarias para satisfacerlo. Ahora era mi hombre principal, y yo atrevida a llegar donde fuese necesario.

Nos pasamos las Navidades follando en cada rincón de casa. Entre comidas y cenas familiares… hasta que el 8 de enero Nacho partió de casa. Solo había pasado una semana de la marcha de Nacho y me encontraba rara, para nada pensaba en estar preñada…después de pasar por mi coño multitud de vergas corriéndose dentro, confiaba en mi diú al 100%, pero no tuve en cuenta que también caducan y antes de lo que tenía previsto me ocurrió a mí. En mi primer embarazo me hice la prueba con nervios, incertidumbre, desconfianza pero ¡mucha emoción! Recuerdo que con Nacho…, mi hijo, fui corriendo a la farmacia y no aguante llegar a casa, así que decidí entrar al baño nada más llegar a casa para hacerme el examen. Cuando vi el resultado pegue un grito y salí del baño corriendo a comprar otra prueba, paso lo mismo y volví a salir a comprar una tercera prueba… ¡No me lo creía! Por supuesto que los que estaban de turno en la farmacia se enteraron de esta hermosa noticia antes que mi esposo. Ahora no era una jovenzuela y no tenía esposo, así que un embarazo no es algo para proclamar a los cuatro vientos. En verdad solo eran síntomas, pero se empezaban a dar los adecuados de cuando una hembra está bien preñada….







Cambio de temperatura en tu cuerpo… notaba de repente aumento de calor en mi todo mi cuerpo. Sientes como si te fueras a resfriar…sentía como si estuviera refriada, no enferma sino griposa, notándome que no era yo misma con bastante cansancio. Retraso de la menstruación…yo llegó en su día, y yo soy muy regular en eso. Lo primero fue relajarme… me dije a mí misma “RELAJARTE… no le des vueltas al asunto”, así que dejé que mi cuerpo se acomodase durante este proceso de asimilación. No me atreví a decírselo a Nacho de inmediato, esperé unos días más. Sé que hay mujeres que dedican todo el tiempo de las relaciones sexuales solamente al fin de quedar preñadas, sin embargo mi caso era el contrario…necesitaba ser follada en continuidad pero que me preñasen… deseaba solo disfrutar del momento con mis amantes, sementales o machos, pero quedar panzona por uno de ellos, NO. 

No obstante con Nacho era diferente, me siento muy unida a él y cuando follamos no tiene nada que ver lo que concibo a cuando me folla otro tipo, del que solo quiero tener su polla dura dentro de mí. Tal vez fue el sentimiento de madre, el que mi útero confundió con el de volver a ser MADRE, aunque no lo creamos el poder de nuestra mente en el cuerpo es muy grande y puede enfatizar a tal punto de conseguir lo que otros no han logrado dentro de mi matriz. “El inesperado embarazo”. Así que me lo tomé con calma y disfruté del momento… cuando me vi preparada llamé a mi hijo tras unos 15 días de espera… 

Según mis cálculos me preñó el DÍA DE NAVIDAD 25 de diciembre, en el polvo de la siesta tras la comida en casa de mis padres. El proceso es que después de que el espermatozoide fecundó mi óvulo esa misma tarde, tardó alrededor de una semana en llegar hasta la pared uterina. A partir de este momento, mi cuerpo empezó a producir las hormonas del embarazo y los síntomas de la preñez… pero solo una semana después noté los síntomas, entonces fue cuando me hice el primer test de orina para concluir que ESTABA PREÑADA. Mi hijo está la mar de encantado y yo también porque se me han bajado las ganas de follar, pero solo un poco. Con la excusa de cuidar a su pobre madre preñada, le he obligado a venir todos los fines de semana y que en esos escasos dos días dejo que me dé un buen repaso vaciándole sus fábricas de leche, y yo para poder aguantar el resto de la semana con mis dildos. Con mi nuevo hijo, su padre y yo nos tendremos que plantear el cursoque viene, para que esté más tiempo conmigo y ayudarme a criar a nuestro bebé… a la par, que a su madre no le falte buena verga en su conejo hambriento… en verdad no descarto que Nacho me vuelva a PREÑAR otra vez, me siento joven y su esperma es muy fecundo.

1 comentario:

  1. Ya lo habia leido a este relato en otro sitio peri estaba a medias no sabia que terminaria preñada de su hijo esta muy bueno este relato completo

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