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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Historia de una escalera. 2ºA

MODELO PARA ADULTOS





Justo cuando acababa de ascender en mi trabajo obteniendo buen sueldo, cuando por fin mi esposa estaba preñada después de 20 meses de intentarlo, cuando compramos nuestro piso en el 2º A de un edificio del barrio de Buenavista y nuevo coche, llegó repentina y violentamente la recesión económica. Nos despidieron de la empresa por quiebra y tuvimos que malvender el coche, lo que nos dio un respiro mientras encontrábamos algún otro trabajo, pero pasaron los meses y ni ella ni yo encontramos nada, porque ninguno de los dos teníamos formación o experiencia en trabajos manuales. El dinero ahorrado se agotaba y la barriga de Elena no cesaba de engordar. Como ocurrió que mi fiel esposa preñada se regeneró en Puta.

Ya en la vigésima octava semana de embarazo, llego un día a casa agotada… – Me han hablado de un sitio donde pagan dinero por fotografiar a mujeres preñadas desnudas. Mañana vence la semana de pago de la hipoteca y no tenemos suficiente para pagarlo, salvo que dejemos de comer y eso es difícil de sobrellevar. Creo que debería ir. 

Ante la desesperación acepté la idea con la condición de acompañarla, aunque le dije que a sus 34 años era difícil que la aceptasen para fotografiar. No es que no estuviese apetecible, pero su cuerpo no era lo que se estilaba para fotografiar. Los años habían hecho su mella y ya no era esbelta, tenía las tetas grandes y algo caídas por tan tremendo peso aunque sumamente apetecibles, con pezones y areolas también grandes y oscuras. El embarazo la había hecho engordar en todas partes y aparecía rellenita, singularmente del culo, equilibrando su gran barriga de preñada. Elena no era ni fue una beldad, pero tenía una cara graciosa y atractiva enmarcada en su corte de pelo siempre corto y desordenado. 

Nos presentamos al día siguiente en el sitio donde nos atendió una mujer madura, unos 50 años, vestida como una furcia. Con malos modos nos informó que la sesión de fotos de preñadas se pagaba a 80€ la hora, pero que en el caso de Elena, como era una preñada madura, algo que escaseaba y resultaba exótico, pues casi todas las que se presentaban eran jovencitas imprudentes, se le podría pagar hasta 100 € la hora. También nos informó que esa era la tarifa básica, por tomarle fotos desnuda en diversos escenarios, pero que, según se añadiesen elementos accesorios la tarifa podía subir mucho. Por ejemplo, hacerle tomas con el pubis depilado y mientras se lo depilaban, ascendía a 150 €. Si le depilaba el pubis otra mujer y se dejaba tomar en posturas lesbianas con ella eran 180 €. Si era hombre y se simulaba sexo ascendía a 200 €. Y así progresaba la tarifa pasando por ser follada por un blanco, un negro, sexo real con mujer blanca, con negra, en grupo, ser sodomizada, filmar películas, escenas sado, zoofilias…

Las ganancias desde nuestro extremo estado de miseria, nos parecían impresionantes. No sé qué cuentas se hizo Elena pero accedió, tras dirigirme una mirada avasalladora, a una sesión de dos horas de tomas, una desnuda básica y otra siendo depilada y con simulación de sexo con un negro…. Presencié las sesiones, y conforme progresaban me ponía más descompuesto. La sesión con el negro me hizo enfermar. Las posturas obscenas que obligaron a adoptar a mi esposa, abriéndose la vulva descaradamente ante el enorme falo del negro que no bajaría de ser una barra de unos 25 centímetros, su cara de libidinosa simulando comenzar a mamarla y, sobre todo la corrida sobre el vientre que albergaba a mi futuro hijo, ayudado el negro para la descarga de semen por la furcia que nos había atendido me sacaron de quicio.

A todo aquello había que sumar la presencia de más de cinco personas alrededor sugiriendo a mi esposa en cuanto a posturas, limpiando su sudor, midiendo la luz, cambiando fondos….Todas ellas testigos de nuestra degradación como matrimonio más que convencional hasta ese día.

Regresamos a casa con 450€, después de que Elena asistiese a una reunión a la que no me dejaron asistir con la excusa de no tener con ella contrato como representante. Me contó en el camino que en la reunión estaban presentes la vieja furcia, el negro del cipote enorme, los fotógrafos y otros dos hombres que no supo qué papel tenían en la negociación…, pero el caso es que la volvieron a desnudar para que la examinasen los dos desconocidos y la aconsejaron seguir con más sesiones.

Mi mujer viendo la luz al final del túnel me inquirió que podría obtener mucho dinero de sesiones como esa o mejores. Le dije que aquello no me gustaba y que, teniendo dinero para pagar el hostal, no pensase de momento repetir unas tareas que casi me habían conducido a ser cornudo, pese a todo me compensó con un gran sesión de sexo en exclusiva para mí… aquella noche follamos como hacía mucho tiempo que no lo hacíamos, imagino por lo caliente que la había puesto ese negrazo, sin duda acalorada por las escenas que la dejaron frustrada y yo por lo mismo, unido a la nueva situación financiera del matrimonio y el aliciente de verla con su pubis tan deliciosamente pelado con el coñito de una muñeca. Se lo comí hasta que mi lengua se paralizo por el exceso de trabajo. Ella debió tener más de cinco orgasmos cuyos abundantes flujos aliviaron mi sed de su coño.

A la mañana siguiente me comunicó que estaba dispuesta a prestarse a algunas sesiones más, ya que había que aprovechar su bien pagado estado de preñez a tan avanzada edad, para acumular algunos ahorros de cara a la venida del bebé, ya que no había perspectiva de obtener empleo normal para ninguno de los dos. Me lo dijo con una expresión de firmeza tal que no me atreví a objetar. Solamente fui capaz de decirle que no quería presenciarlo porque me hacía sentir un cornudo consentido. Ella estuvo de acuerdo en que no la acompañase.

Cuando regresó a casa presentaba síntomas de fatiga y me entregó 1500€, por lo que me hice la idea de que había trabajado muchas horas o bien había avanzado en lo atrevido de las sesiones. Le pregunté al respecto y me conto…

– Hoy he representado a primera hora una sesión de lesbianismo con una muchachita negra, también preñada, y con la vieja zorra que nos atendió ayer. En el guion se suponía que la vieja era mi madre y la chica negra su criada. Yo la sorprendía en plena faena con ella y me convencía para incorporarme a la sesión de sexo. Un absurdo. Pero lo mejor es que he descubierto lo bien que le lo paso en ese trabajo. La vieja tiene un cuerpo monumental detrás de su aspecto de zorra barata y la chica negra tenía unas tetazas de impresión y una piel muy suave y satinada. Las dos me han comido el coño, me han metido sus deliciosos dedos dentro y he alcanzado dos orgasmos como pocas veces he llegado a apreciar. Yo también les he devuelto el favor y me han soltado sus suculentos jugos cuando también se han corrido. Los fotógrafos han dicho que ha sido una sesión magnifica...

Y continuó con la narración de la sesión… – Después de descansar de la escena de lesbianismo me han convencido para follar con el negro de ayer, que se llama Ayoub Mutanda. Al principio no quería porque tiene una verga muy larga y gorda que me podía llegar al mismo útero, pero al final he aceptado. Después de pasar los primeros dolores me he corrido con él por lo menos tres veces… ¡Tranquilo, ha tenido el detalle de correrse sobre mi barriga en lugar de hacerlo dentro de mi vagina! Es todo un caballero. 

– ¡Pero Elena!, la interrumpí. – Me estas poniendo los cuernos con un extraño.

 – No cariño. Serían cuernos si follase con otro de forma voluntaria y por gusto, pero esto es un asunto laboral debido a nuestro extremo estado de necesidad de dinero…solo es un business.

– Amor, ha sido voluntario ciertamente y gusto has reconocido que has tenido y eso ya roza la cornamenta.

– Bueno cariño, sacas punta a todo. El caso es que es un asunto laboral sin más. Yo te amo a ti.

Fuimos a la cama donde intenté por ansia, darle tres orgasmos como el negro pollo, pero creo que solamente conseguí que simulase uno. A la mañana siguiente, cuando me levanté de la cama, la encontré en el baño intentando repasar el depilado de su pubis, cosa que le dificultaba su enorme barriga…

– Cariño, ayúdame y ponme la crema depilatoria. Después me pasas la hoja y cuida de que quede todo bien lisito… y para acabar me aplicas la crema suavizaste.

– Oye Elena, anoche no me dijiste que seguirías trabajando en esto. Ya tenemos dinero para un par de meses.

– Amor. Si en dos días he conseguido ganar dinero para dos meses, imagina lo que podemos ahorra para nuestro bebé en los dos meses que faltan para el parto. Estaremos desahogados hasta que remita la recesión económica. Esto no puede durar demasiado o habrá una revolución…. ¡Hala tranquilo cariño, tu busca trabajo y yo voy al mío! A ver si esta noche tu lo has encontrado y mañana me quedo en la cama sin madrugar. Besitos amor.

Al regreso venía maquillada como una chica joven, traía las uñas de sus regordetas y suaves manos lacadas en color rojo y un grueso y ancho anillo en el dedo mayor de su mano derecha al lado de la alianza de matrimonio en el dedo anular. Caminaba de una forma extraña….

– ¡Ay amor! me conto… – Hoy me han dejado baldada. He empezado a posar para videos y es pesadísimo por los cortes y las repeticiones. Ayoud me tenía que follar, pero ha tenido un gatillazo porque ya había trabajado con la vieja antes en una sesión de porno duro con maduras y ha tenido que intervenir un suplente, que tampoco me ha follado porque decía que no le animaban las preñadas. Así que, tras varios intentos de Ayoud y del otro me han incorporado a una orgía que estaban rodando en otro plato. Me han follado por lo menos cinco tipos.

– El director de esa película y algunos de los actores se han enfadado conmigo porque no me he dejado follar por el culo, del que ya sabes que soy virgen, y mucho menos hacerme un sándwich. Me he salvado del despido porque he aceptado que mientras alguno me follaba el coño, me tragase en primer plano el esperma de otros, casi todos negros. Casi todos me han descargado una cantidad enorme de lefa espesa, me lo hicieron tragar en las dos primeras corridas, en las siguientes ya fui yo sola… ¡Amor mío, he descubierto que me encanta el sabor del semen de los negros! Como están en forma, se cuidan con mucha fruta que le dan buen sabor dulzón a sus leches.

– Después de ese trabajo, la vieja, que se llama Lorena, me ha aconsejado que debería entrenar mi ano para las escenas de sodomización. Me ha prestado un consolador fino que llevo insertado en el culo sujeto a una cadenita en la cintura, pero me ha dicho que es mejor que esta noche me trabajes tú el ano metiéndome los dedos progresivamente. Así que, mi amor, aunque sé que estás cansado de tanto buscar trabajo, saca un poco de tiempo para mí y trabájame el agujerito del culo para que sea bien elástico y me permita ganar dinero para nuestro bebé.

A base de aceite, le afiné durante dos horas su supuesta herramienta de trabajo hasta que ya le podía meter tres dedos enteros. Fue tal la dilatación conseguida que no pude aprovecharme de ella metiendo mi polla en aquel agujero debido a lo holgada que entraba, así que me conforme con pajearme mientras bombeaba mi mano en su culo. A la mañana siguiente, antes de ir a su trabajo me pidió que  la comprendiese… y que pronto se acabaría todo. Esa tarde regreso eufórica.

– Amor, me ha felicitado el director, el productor, los cámaras, los actores, los maquilladores, todos. Dicen que nunca habían visto a una preñada follar por el culo dos pollas enormes de negro juntas como lo he hecho hoy. Me han dicho que, incluso actrices del porno más extremo, sin estar preñadas, montan unos dramas increíbles antes de conseguir que se introduzcan las dos pollas. A veces asustan a los actores y para una escena así tardan horas. Mi escena la han filmado en cinco minutos y me han pagado un extra de 1000 €.

A la salida del trabajo Ayoud y Lorena la lleva a una joyería especial donde le han comprado unos preciosos anillos para los pezones y el clítoris que la hacen más apetecible. Los han pagado ellos y les devolverá el dinero descontando el 10% de sus ganancias. Después me la han lleva a un especialista en piercing y tatuajes que le ha puesto los anillos y le ha grabado un bonito tatuaje en el pubis y otro en la nalga. El del pubis pone SEX y el de la nalga dice FUCK THIS– Ahora te lo enseño cariño.

Se desnudó y me enseño muy detenida y orgullosa su ornamento. Yo no salía de mi estupefacción. Mi recatada esposa hasta hace unos días se estaba convirtiendo a pasos agigantados en una gran puta del porno amateur, y eso a dos meses escasos de la llegada del parto de nuestro hijo. El pobre bebé iba a ser un hijo de puta…

 – Esto hace que sea más cotizada y me paguen más por cada escena. Además me ha salido barato ya que el especialista me ha hecho un descuento por hacerle una mamada al terminar. También he firmado un contrato para que Lorena y Ayoud sean mis representantes ante las casas productoras. Eso me protegerá de los estafadores que pululan en este ambiente. Bueno cariño, me voy a la cama porque estoy cansadísima, hoy no podremos hacer el amor porque debo abstenerme durante tres días al menos para que cicatricen los orificios del piercing. Si quieres te hago una mamada pero te agradecería que me dejases descansar y darme una ducha, limpiarme el culo del esperma de las tres corridas los que debo tener dentro y ponerme una compresa. Traigo las bragas empapadas.

Cuatro días después volvió a sus sesiones de filmación y cuando regresó a nuestro dulce hogar, me informó orgullosa que sus fotos se difundían por Internet. Me hizo bajarme una aplicación en el móvil para comprobarlo, ya que le habían dado una contraseña para entrar en el lugar de pago que proporcionaba sus fotos. Me quedé de una pieza viendo las tropelías que mi esposa consentía que hicieran con su preñado cuerpo. Desde luego no podía comprender el repentino cambio de su conservadora mentalidad anterior y menos a una edad ya tan avanzada. Debía ser verdad eso de que a algunas mujeres se vuelven ninfómanas cuando quedan preñadas.

Siguió así durante mes y medio en que yo ya no quise saber nada de sus actividades. Gracias a sus ingresos alquilamos una vivienda, ya cercana la fecha del parto…, le sugerí que dejase aquello en bien del bebé. Se enfadó y no quiso hablar del asunto so pretexto de que tenía que acudir al médico para que le extendiese el certificado de no ser seropositivo ni padecer enfermedades venéreas que regularmente tenía que presentar a las productoras que la contrataban. Se presentó en casa por la tarde de la mano de Ayoud y acompañados por Lorena. Éstos inmediatamente comenzaron a amenazarme con interponer una demanda contra Elena por incumplimiento de contratos que nos llevaría a la ruina y nos dejaría endeudados para toda la vida…

– ¡¿Que contratos le quedan por cumplir en quince días que faltan para el parto?! No puede ser tanto.

– No señor, le explicare… De momento tiene que terminar una película en curso a la que le falta la mitad y eso duraría una semana.

Continuó relatando los compromisos en el que se especificaban que después tiene firmado un contrato para la filmación del parto mientras yo se la tengo clavada por el culo. Esa escena nos puede reportar hasta 50.000 €. Pero después de que pase la cuarentena tiene adquiridos compromisos durante dos años para hacer películas de lactancia, sado y zoofilia que producen muy buenos beneficios. Por otro lado tiene firmado un acuerdo con Lorena para hacer películas de maduras follando con jovencitos durante cinco años. El abandono de Elena le produciría graves perjuicios a Lorena.

Cuando acabó de mencionar todo el desaguisado que mi inconsciente esposa había firmado sin mi consentimiento ni presencia, al negro se le puso dura…

– Solo de pensar lo perjudicados que estaríamos me ha puesto nerviosísimo. Zorrita barriguda, ¡Cálmame los nervios!

Elena, sin cortarse un pelo por mi presencia, se desnudó prestamente, se hincó de rodillas, le sacó la enorme polla negra de la bragueta y comenzó a mamársela con gran dedicación y destreza como si le fuera la vida en ello. Mientras tanto aquello calentó el ambiente y la vieja se desnudó también y se ofreció a hacerme a mí lo propio, pero rechacé la oferta asombrado del descaro de mi esposa. El negro puso a Elena de pie apoyada de manos contra el respaldo del sofá y procedió a follarla con toda impunidad.

Elena gritaba… – ¡¡Joder Hijo de Puta…Párteme el coño negro cabrón! ¡Enséñale a mi marido como respondo, que soy una profesional, que yo no abandono mi trabajo a medio hacer!  Lorena hazme lo que ya sabes.

Lorena sacó de su bolso un enorme consolador vibrador y unas cadenitas que enganchó a los anillos de los pezones de Elena comenzando a darle fuertes tirones al ritmo de las acometidas de Ayoub. Por otro lado le insertó el vibrador en el culo y lo puso en marcha a máxima potencia.

Los dos gemían y gritaban como locos… – ¡Qué bueno, barrigona! Como me gusta tu coño tragón mientras el vibrador masajea mi polla dentro de tu culo.

– ¡Y a mí, Ayoub! Me encanta que me rompas el coño mientras el vibrador me abre el culo. ¡Lorena, apriétalo más! Que lo sienta el bebé y disfrute también. Si es niña, cuando nazca ya vendrá sabiendo lo que es bueno en esta vida y tan puta como su madre. 

Dudando entre abandonar la sala y seguir presenciando la lúdica escena me fui calentando y, al final acabé metiendo mi polla de un solo empellón entre las nalgas de la vieja puta, acertando en la gran raja de su abocardado coño…por cierto, tenía un espléndido cuerpazo. Tras una espléndida follada acabé corriéndome en el fondo del coño de la puta y el Ayoud descargo todo su semen en la boca de mi esposa que no dudo en tragar.

Descansamos un rato sobre el sofá y el Ayoub dijo que tenía ganas de orinar. Las dos zorras se pusieron de rodillas ante él y se bebieron la meada del negrazo, alternativamente para darse tiempo a tragar. Yo me retiré a la habitación indignado y sumamente humillado por mis evidentes cuernos. No quise hablar más con mi esposa quien, supongo, siguió trabajando hasta y después de la cuarentena del parto.

Regresó casa con una hermosa niña a la que llamamos Laura. Durante la cuarentena obviamos hablar de nada que no tuviese relación con el bebé y nuestras relaciones mejoraron, renaciendo mi esperanza de que la llegada de ella hiciese olvidar a mi esposa su nueva profesión. Yo encontré un trabajo mal pagado, pero algo era algo. Pasaron los días y una buena tarde me espeto…

– Ya está a punto de terminar la cuarentena y tengo que volver al trabajo y cumplir mis contratos. Tengo una buena producción de leche y seguro que hare muchas buenas escenas. Ya he buscado guardería para la niña. Empieza mañana y yo también.

 Al día siguiente no apareció por casa y al otro me llamo por teléfono, diciendo que no volvería en algunos días porque estaban rodando en una granja muy lejos de la ciudad…. Pasó un año más sin dar señal de vida. Acordándome de la contraseña del sitio web donde exhibían parte de su trabajo, accedía él para ver si lograba averiguar algo de ella por sus fotos o entrevistas que le hacían regularmente sobre el disfrute de su labor y sus técnicas sexuales.

Lo que vi me asqueo…Allí encontré el video con su sodomización mientras nacía nuestra niña y ella gritaba… – ¡¡En cuanto salga la criatura quiero una verga enorme que tape mi coño, y si no un consolador, me voy a sentir muy vacía y necesito ese agujero lleno!!

También encontré fotos y varios vídeos de ella sola siendo follada por perros enormes de vergas bestiales, e incluso por unos ponis… unos tantos también mamando grandes vergas de caballos sementales. No había de nada que no hubiera hecho, incluso se sometió a prácticas sado en pleno embarazo… sí de nuevo estaba preñada la muy PUTA, las fotos más recientes la mostraban preñada otra vez y yo no era el causante de su panzona. Evidentemente estar preñada no era obstáculo ni motivo para dejar de ser follada por animales o maltratada con latigazos en los genitales y toda clase de prácticas de tortura…. Un día se presentó en casa una mujer que me dejo una niña mulata y una nota.

La nota era de Elena y decía… “Hazte cargo de la niña… es mía y de Ayoud. Preñada con esta nena he hecho un gran trabajo bien recompensado, y ahora que ya he pasado la cuarentena el muy cabrón me quiere preñar otra vez para seguir trabajando de preñada madura cuarentona, porque lo pagan muy bien y no tengo tiempo para atenderla”.

No volví a saber de ella, hasta pasado un año… esperaba una tercera niña como así ocurrió, la llamamos Salma. El caso es que mi esposa me dio tres niñas…Laura, Aisha y Salma. Las tres niñas se llevan solo unos doce meses entre ellas y por supuesto tienen mis apellidos… Laura es blanca y las otras dos mulatas. Con solo ocho años, ya despertaban en la sexualidad, de alguna manera las tenía que educar y la sexualidad es una materia a tratar también por los padres, no solo en la escuela. Tras parir a Salma se quedó unos meses en casa para amantar a la niña… cuidarlas era cosa mía.

Q

uiero puntualizar que aunque algunos "expertos" dicen que las mujeres no disfrutan principalmente con la penetración, doy fe de que Elena, mi esposa, sí lo hace. Es más, a veces he leído de mano de algún sexólogo que es imposible que una mujer disfrute de la doble penetración. Pues bien, eso es completamente falso, y si quieren les presento a la mía, que no solo lo disfruta, sino que es lo que más le excita. Hasta el punto que si no tiene dos pollas a mano se mete un consolador por delante y me invita a mí a que se la meta por detrás. Y se corre como una loca.

Elena era una de esas esposas ejemplares, con una educación exquisita, muy guapa y culta, con una carita de nena inocente pero que denota una cierta picardía... unos ojos grandes y alargados, de un color marrón verdoso, unos labios atractivos, y un cuerpo hecho para el pecado. Tiene una cintura estrecha que realzan unas caderas anchas y un trasero que vuelven loco a cualquiera, sobre todo por su manera de moverse. Siempre usa tacones altos y sabe caminar con aquel aire que le hace ser una mujer atractiva….Llevábamos ocho años casados en un “feliz matrimonio” donde nunca ha faltado el sexo cuando la he tenido cerca de mí y solo para mí. Ella proviene de una familia conservadora y creyente, pero siempre ha tenido muchas ganas de experimentar en el terreno sexual. Asumiendo mis buenos cuernos, comenzaba a ver a Elena con otro hombre de manera normal, hasta el punto que cuando hacíamos el amor y hablábamos del tema ella se excitaba muchísimo y yo mucho más.

A veces ella me decía… – ¿Pero en serio te gusta que me lo monte con otro? Estaba seguro que me excitaban ese tipo de fantasías.

Nuestra vida era bastante estresante debido a nuestros trabajos, y a que las niñas eran torbellinos ocupando muchísimo tiempo, nuestro tiempo libre era muy limitado. Así que en las pocas ocasiones que podíamos ir de marcha teníamos ganas de comernos el mundo y, supongo que debido a ello y a que siempre le han gustado los retos Elena accedió a la idea swinger de presentarnos un día en un pub liberal y hacerme ver que tener sexo con otras personas no era tan grave, sino bueno para reforzar nuestro matrimonio. En nuestras escapaditas tuvimos varias aventurillas en las que disfrutamos muchísimo. Normalmente, en el pub, nos poníamos en zonas oscuras a montárnoslo y otras parejas se nos acercaban y había un intercambio de caricias y besos muy excitante.

En la primera ocasión que se presentó ya pude ver que mi esposa era más atrevida de lo que se pueden imaginar, la profesión de actriz porno le ayudaba mucho a desinhibirse. Aquel día había poca gente en el local. Yo me estaba follando a Elena en un cuarto con vidrios alrededor, estábamos de pie, Elena apoyada en la pared. Ella como siempre últimamente con minifalda y sin bragas… se la estaba metiendo a base de bien pero tenía que parar para no correrme demasiado pronto. Ella gemía y se movía arriba y abajo frenéticamente, y cuando se la sacaba, protestaba una y otra vez, se había habituado a la potencia del Ayuob.

Así que empezó a decir cosas como…– Creo que esta noche sí que voy a necesitar otro tío que me dé caña.

– Pues si tantas ganas tienes ¿Por qué no vas a buscar al negro que hemos visto en la entrada? Lo mismo te aguanta más que Ayuob.

Ella ni corta ni perezosa me dejó allí con mi polla tiesa y se fue hacia la parte donde pueden entrar chicos solos. Se dirigió directamente a un chico de color que habíamos visto al entrar y se lo trajo de la mano al lugar donde yo estaba. Ella se arrodilló delante de mis narices, le sacó la polla y se la metió enterita en la boca. Se la chupaba como una autentica profesional, y el negro estaba tan desconcertado con la fogosidad de mi mujer que no sabía cómo reaccionar. Después de hacerle un mamada monumental, él se tumbó en el suelo y ella se abrió bien de piernas ofreciéndole todo su coñito depilado, el empezó a lamerlo comerle toda la raja mientras ella en cuclillas me miraba diciéndome…

 – ¿Te gusta eh? ¡Te gusta ver lo guarra que es tu mujer¡¿¡Dime, te gusta!? Mira como me lo chupa este negrazo, los negros son los mejores para follar y dar placer a rebosar ¡Uummmh que gusto…ahhhh! ¡Este la tiene más grande que Ayoub!

No paraba de pajearme… – ¡Me encanta, me encanta verte así de PUTA! ¡Sigue, no pares!

Ella de repente separo su vagina de la boca del negro y sin dejar que él se lElenantase del suelo se puso a restregarse el coño en aquella polla pariéndole los labios con su tronco en pasadas hacia arriba y abajo. El tío había estado tanto rato mamando que se le había ablandado algo la tranca, pero ella que no podía esperar más se la metió tal y como la tenía y empezó a masturbarse con una mano y con la otra aguantaba aquel miembro en la entrada de su coño.

– ¡¡Mira como me la meto!! ¡Uummmh no puedo parar, no puedo para de follar, me encanta! ¡Aaaaah me corro aaaahasiiii!

Yo me corrí haciéndome una paja monumental y le tiré toda la leche en su boca.... cuando acabé a los pocos segundos el negrazo se corrió en el coño de mi esposa, bien dentro porque la clavó y le dejó toda la lefada en el mismo útero…una vez secos los cojones del negro se desacopló del tipo y, se fue parando a poco a poco hasta que se levantó y me abrazó. Después se despidió del tío sin más.

Fue increíble. Incluso otra pareja del local que vio el espectáculo vino a felicitarnos a la barra donde disfrutábamos de nuestro primer Gin Tonic. Tanto el chico como la chica me felicitaron por la mujer tan sensual que tenía…nos dijeron que se habían puesto a mil mirándola. Se había convertido en una auténtica profesional, nadie dudaría si le decía que se gana la vida en el porno… que se mueve como nadie. Es una máquina de follar os lo aseguro. Experiencias así hubo tres o cuatro, luego empezó lo más interesante. Ella decía que los tíos del local no la satisfacían y que necesitaba algo con más morbo. Algo que la hiciese sentir viva y caliente como ella sabía que era.

Yo, estaba descubriendo que tenía una nueva mujer a la que me uní en matrimonio… me volvía loco. Iba siempre como una moto pensando en ella y en lo cachonda que era. Por ello un día se me ocurrió poner un anuncio en Internet que decía algo así… "Somos pareja de… buscamos chico para follarse a mi mujer. Ella es preciosa tanto de cara como de cuerpo (podéis verla en la foto). Le encanta la penetración vaginal o anal. Le apasiona chupar pollas y es muy sensual. Le encanta el morbo. Imprescindible que tenga una buena herramienta. No respondemos sin foto"

Lo acompañé de una foto suya donde estaba vestida con un liguero y una minifalda que se subió enseñando descaradamente el trasero. Mostraba bien su culo y sus hermosas piernas en una pose que se le da muy bien. Parecía decir "por aquí...por aquí necesito que me la metan..." Lo hice por puro morbo pero gracias a eso todo cambió...Al día siguiente le comenté lo que había hecho aquella noche, pensaba que a lo mejor se lo tomaba mal por no haberla consultado pero lejos de eso me dijo…

– ¡Caray, espero que no ese enteren los de la productora! Pero puede ser interesante ver quien escribe, ja jaja! A lo mejor no escribe nadie cuando vean mi foto. Bromeaba.

Lo cierto es que a partir de ese día la tuve enganchada al ordenador consultando todos los correos que recibíamos…como era de esperar fueron cientos, así que fue imposible responderlos a todos. Ella se pegó un hartón de mirar pollas y compararlas, lo que la iba excitando cada vez más. Muchas de las veces que hacíamos el amor me comentaba que cada vez tenía más y más ganas de follarse a uno de los tíos que le escribían y literalmente "machacarlo".

Después de varias semanas le hizo gracia uno de los correos por su insistencia y por su manera de tratarla. Ya que el chico que la escribía le llamaba princesa, preciosidad, y cosas así. Vaya que la seducía de una manera muy sutil. Él se llamaba David.

Yo, la verdad, me estaba poniendo algo celoso porque ella no paraba de mirarse aquellos correos hasta que un día sucedió lo siguiente…. Yo estaba en la cocina tranquilamente cuando se me acercó por detrás y empezó a acariciarme la polla por encima del pantalón. Pensé "esta tiene ganas de marcha y se la voy a dar, je je" pero en vez de seguir empezó a susurrarme al oído…   Esta noche tengo ganas de hacer una travesura. Pienso llamar a ese tal David y quedar con él para montármelo ¡Me lo voy a follar vivo!

Yo le respondí inocentemente pensando que era un juego solo para excitarnos… – ¡¿Ah sí?! Pues venga llama.

Ella insistía… – ¡¡Es en serio eh!! Continuaba haciéndome un masaje en la polla que me estaba poniendo a mil... Cuando vio que yo ya estaba excitadísimo cogió mi móvil y llamó… – Hola David, soy Elena.

El tío al otro lado del teléfono se quedó alucinado, pero cuando reaccionó le dijo que era un chico con experiencia y tal y cual. Yo la miraba desde el sofá y me la iba tocando. Elena estaba irresistible, al lado de la ventana, solo con una camiseta ajustada y no paraba de sonreír con el chico aquel y de moverse con el teléfono en la mano de una manera tan sensual....Yo la verdad no sé qué me vino pero de golpe le hice colgar el teléfono. Ella se enfadó bastante pero al final dijo que no pasaba nada pero que recapacitara de lo que había hecho.

Ese día estuve pensando si de verdad deseaba tener una familia o dedicarse al porno amateur de por vida. En verdad veía que no había marcha atrás y que si le cortaba mucho las alas a lo mejor me dejaba y me quedaba sin esposa. Por otra parte las puterías de mi esposa me excitaban, tenía que reconocerlo, aunque a veces me ponía algo celoso pero me excitaban, y mucho compensando con creces mis celos. Al cabo de unos días el chico llamo a mi teléfono ya que se había quedado con el número. Me explicó que él era un chico casado, que buscaba el morbo y el placer con otra pareja para desfogar sus deseos. Que lo que más deseaba era dar placer y que me entendía en mis pensamientos con mi esposa. El mismo se ofreció para que quedáramos él y yo para hablar un día cara a cara.

Elena estuvo toda la semana muy contenta por el paso que yo iba a dar y me lo agradeció con un polvo cada día en los que siempre me recordaba que estaba excitadísima por el hecho de que yo conocería a David en persona, el chico que ella estaba deseando follarse. Quedamos un viernes en un centro comercial de la capital, y la verdad es que hubo una simbiosis perfecta en todo lo que hablamos. Cuando llegué a casa le expliqué a Elena que el chico era genial…ella se puso aún más contenta. Toda la semana nos estuvimos enviando mensajes que cada vez iban subiendo de tono, y quedamos para el sábado por la noche.

Aquella semana ella iba muy excitada y fuimos a comprar ropa adecuada para la ocasión junto con las niñas. En la tienda, cuando abrió el probador y la vi con aquella minifalda negra y aquella camiseta de tirantes ajustadísima me puse enfermo. Estaba como un tren, te la ponía dura con solo verla.

Ella me miraba y sonreía… – "¿te gusta? ¿No iré demasiado provocativa?".

Yo como es natural le dije que era un diez, que le sentaba de maravilla y que no le perdonaría que no se comprase esa ropa. El día antes ella fue a depilarse íntegramente y a comprarse un tanga con sostenes nuevos a juego para la ocasión.

Y llego el día. Ella se puso unas medias negras y el tanga también negro, solo le cubría mínimamente su rajita. Los sostenes semitransparentes a juego realzaban aún más sus tetas, ya que solo le tapaban de la mitad para abajo de las mismas. Se vistió con la minifalda, yo observé que apenas le tapaba nada y que casi se le veía el final de la media y el principio de su desnudo culazo, pero me encantaba verla así.

Cuando se agachaba hacia delante (gesto que ella siempre hace sin flexionar las piernas) dejaba su culo respingón bien puesto a la altura que le corresponde y se le podía ver su hermoso coñito. Es una posturita que frecuentemente hace con la excusa de coger algo del suelo o abrocharse los zapatos. Sus tetas se veían súper marcadas en aquel jersey que le entraba como una funda. Estaba preciosa, deliciosa, era un dulce irresistible pero yo no la podía tocar, sólo mirar. Ella quería estar perfecta para David. Cogimos el coche y fuimos hacia la ciudad. Cuando estábamos llegando ella me dijo…

– ¡¿Sabes que me excitaría?! Que él se comportara como si fuera mi novio y tú vas de mirón… ¿Qué te parece maridito mío?

– Perfecto, le respondí

– Prefiero que me dejes a mi sola para presentarme, quiero darle una sorpresa.

– No hay problema, pensé inocentemente

Así que llegamos al sitio convenido. Una plaza céntrica llena de gente arriba y abajo. Yo me quedé en una esquina y vi como ella iba sola hacia un monumento que era el lugar indicado. Él también se dirigía hacia allí e iba detrás de ella. De repente ella se giró, lo vio, y para sorpresa mía se le tiro encima y le dio un morreo increíble. Luego ya me acerqué y, fuimos juntos a tomar un café. Ellos iban tonteando y haciendo bromas y comentarios como que ella era la mujer de David y que si me gustaba su mujer... Entramos en el café y fuimos a una mesa del fondo. Ellos se sentaron muy juntitos y yo me puse delante de ellos, más que nada porque con la minifalda que llevaba Elena, si no me ponía delante se le hubiera visto todo, y el local estaba lleno. Inmediatamente se pusieron a morrearse y a tocarse. Elena estaba espléndida, se veía que se lo pasaba bomba. A mí la situación me ponía. Había visto a mi mujer en un pub liberal con otros hombres pero aquello era mucho más morboso. Era un local público, donde la gente iba a tomarse un café y, todo el mundo la veía perfectamente, ella se comportaba como una gatita en celo con aquel chico que acababa de conocer. Yo veía que David tenía una mano en las piernas de Elena e iba subiendo...

– Me encanta la piel de tu mujer, me dijo. – Es suave como el terciopelo... Luego me dijo. – ¿A que no sabes donde tengo la mano ahora?

– Me lo imagino.

– Pues seguro que aciertas, me decía ella sonriendo y pasando su lengua descaradamente por los labios de David mientras me miraba. Yo me estaba poniendo tan caliente que les dije…– Voy un momento al lavabo...fui a relajarme y tomar un respiro.

Cuando volví los pude ver desde lejos ya que estaban al final del local. Ella estaba completamente entregada y sobándolo a base de bien. Solo hacía que abrazarse a él y dejarse meter mano por todas partes. Mi mente estaba a punto de estallar de excitación, mi mujer siempre había mantenido la compostura delante de la gente y ahora parecía una auténtica golfa… bueno la palabra exacta es PUTA. Por debajo de la mesa se veía la mano de él dentro del coño descaradamente. Con aquellas minifaldas se le veía todo, pero a ella no le importaba. Ahora sí que lo veía claro, mi mujercita. Aquella dulce esposa fiel y modélica, se había convertido en una auténtica puta y se entregaba por completo a aquel tío que acababa de conocer. Pero esto fue solo el principio.

Cuando salimos del local ella dijo que tenía ganas de irse a comprar algo de ropa, así que fuimos a una tienda céntrica y ella eligió varias minifaldas (son su debilidad).Entro en un probador y tras ponerse la primera abrió la cortina y nos dijo a David y a Mí… ¿Os gusta? ¿Cómo se me ve? Ponía su culito hacia nosotros...– David, ¿Crees que esta ropa irá bien para hacer ciertas cositas?

Él que ya iba como una moto… Habrá que probar, espera que te ayudo.

Y se metió con ella en el probador. Yo solo metía la cabeza a través de la cortina pero ella empezó a restregar su culo contra la polla de David mientras este la sobaba por todas partes. Levantaba sus brazos para que él le tocara las tetas, la cintura y por último, su caliente coñito. Elena me dijo… ¡Anda, ves a buscarme más ropa que no tengo bastante!

Yo no podía creer lo que estaba pasando. Normalmente mi esposa es muy formal, y ahora se exponía a dar un espectáculo en una tienda céntrica de la ciudad, sin duda se había transformado. Yo le lleve varias minifaldas y fueron "probando" toda una a una. Cuando salimos de allí mi mujer estaba que se derretía. Yo creo que tal como iba vestid,  seguro que le chorreaban jugos piernas abajo, porque ella siempre va muy lubricada. No hubo que deliberar mucho para decidir que iríamos a un hotel porque ella me confesó que necesitaba acabar la faena aquel mismo día. Estábamos en la calle y era hora de cenar, y ella le hacía comentarios delante de mí a David, como que tenía hambre y que quería probar su buenos chorros de leche caliente...

Fuimos directos a un hotel céntrico, llamado Nerva…es un hotel de lujo con 4 estrellas. Una vez entramos los tres a la habitación ella se desnudó, él también. Elena se abalanzo sobre él y empezaron a morrearse y meterse mano por todas partes. Yo miraba y no daba crédito a mis ojos. Aquella tía que estaba revolcándose con aquel tío como una posesa era mi mujer. Aquella que hacía apenas un año era tan modélica y fiel esposa. Ahora se había convertido en una auténtica viciosa, puta de vocación, y me lo demostraba en la cara.

Él estaba tendido en la cama y ella encima del semental, puso una pierna a cada lado de sus costados y le asió los 25 cm de cipote que aquel tipo portaba bien empalmado… lo guio a su raja y se restregó el orondo glande por toda ella hasta pajearse su clítoris. Una vez satisfecha tal compostura y sin pensárselo dos veces se metió su polla hasta el fondo pegando un solo sentón…su vulva quedó aplastando los huevazos del tipo. La dejó dentro acomodándose su vagina el tronco del animal equino que se follaba… Luego fue Elena quien primero se movía poco a poco, le besaba, le acariciaba, le pasaba la lengua por el cuello, las orejas, el pecho. Después empezó a acelerarse chasqueando sus sexos con la enorme lubricación. Me miraba y se movía arriba y abajo sin parar, deslizaba su lengua por sus labios se lo morreaba comiéndole la lengua transfiriéndose la saliva como dos guarros salidos…le sobaba todo su cuerpo.

Se lo estaba pasando en grande. Yo mientras lo observaba todo desde una silla y me masturbaba.... Mi mente no paraba de dar vueltas y vueltas pensando en que se había convertido mi esposa, pero lo cierto es que aquello me ponía a mil, y yo, no podía más que disfrutar de una esposa así. Que encima que estaba buenísima, era una calentorra sin remedio.

La cosa fue subiendo de ritmo más y más hasta que ella giro la cabeza hacia mí y me hizo un gesto para que me acercase. Cuando estaba a su lado me dijo.

"Ahora fóllame por el culo, vamos, quiero sentir que me follen por todos mis agujeros y que me hagáis sentir como una reina...vamos guarro"

Y sin sacarse la polla de David puso su increíble culo bien levantadito y yo le metí mi polla por aquel agujero. Con su mano me empujó para que entrara más y más, y yo se la metí hasta el fondo. Ella no paraba de gemir...

"Ummmh. Que placer más increíble...ahhh como me gusta sentirme tan llena...me encanta...aaaaaah. Soy vuestra puta, vuestra putita para que me falléis siempre que queráis ummmmh No paréis ...Aaaaah"

Estuvimos horas follando en diferentes posturas.

Luego Elena me volvió a separar para dedicar-se por completo a follarse a David delante de mis narices. Hasta que se puso de rodillas delante de David, que estaba de pie y le mamo la polla metiéndosela hasta la garganta. Era increíble, parecía que le gustaba tanto que no hubiera parado nunca de mamar. Hasta que al final le dijo mirándole con cara de buena nena: "ya que no he cenado quiero tener al menos los postres eh?" y se puso delante de él con la boca abierta y la lengua fuera. David le dijo "pues prepárate porque yo cuando me corro...." Ella parecía una puta en celo, allí arrodillada y arqueando su espalda. Moviéndose como una autentica zorra que espera su premio. El se masturbaba frenéticamente para correrse lo más rápido posible.

Cuando ella tenía la boca bien abierta empezó a salir leche a chorros de la polla de David. Ella la recogía toda la que podía con su lengua y la que no le fue a parar a la cara. Se relamía una y otra vez como una guarra. Lo que le fue a la cara lo recogía con un dedo y se lo llevaba a la boca. Fue un espectáculo que no olvidare en mi vida.

Yo estaba sentado mirando. Ella después le dijo David "déjame que te la limpie yo, por favor" y empezó a lamerle toda la polla y los huevos hasta dejarla bien limpia de cualquier rastro de jugos.

Después se levanto y aun con el semen en la boca se me follo sin dejarme ni levantar de la silla delante de David hasta que tuve una corrida monumental dentro de su coño.

Os juro que nunca había visto una felicidad tan grande en la cara de Elena. Se sentía satisfecha y feliz por su nuevo estatus, sabía que ahora tendría dos pollas (como mínimo) a su disposición y eso le encantaba. A mí por mi parte también me encanta tener una mujer tan puta y que encima esta tan buena. Me encanta exhibirla por la calle y voy pensando "...si supieran que no solo está buena sino que además folla como ninguna y le encanta ser una guarra..." y ya se me pone dura.

Pues ya veis. Pensároslo bien si a alguno de vosotros se le pasa por la cabeza emputecer a su esposa que se atenga a las consecuencias. La mía ahora no puede dejar de ser una golfa. Tras la lactancia, la reclamaron de vuelta a sus negocios comprometidos, con la promesa de una cuarta hija, esta nunca llegó, debe ser que le alcanzó la menopausia prematura y el negro no le pudo hacer otra barriga.

Con la falta de su madre, las niñas cambiaron un poco, la pequeña fue la primera como era natural, pero las otras también. Pasados seis años, las niñas ya ni se acordaban que tenían madre. No sé cómo, me di cuenta que a esa edad, buscaban algo más cuando se metían en mi cama, ya no era solo su papi protector para ella como lo era para las mulatas… Intenté encauzarlas en la vida de esfuerzo y la virtud. Viendo lo bonitas que habían salido, las puse a trabajar en el mundo de la publicidad, como modelos en promociones y anuncios televisivos siendo yo su representante. Por entonces tenían 18,19 y 20 años, y llevaban ocho años haciendo pases de modelos a nivel local y amateur. 

Una noche tras una larga sesión de fotos todo cambió cuando me aseé y la pequeña quiso compartir el baño conmigo… todo se descontroló y tal atrevimiento lo pagaron las mayores, que consiguieron acabar follando con su padre postizo. La primera Laura, ya con 19, que imagino que ya buscaba follar con quien la quisiera follarla, resultando tan putona como su madre. Las otra con 18 le seguía a la zaga y virgen tampoco era. El caso es que con ambas se cerró un círculo de orgías en donde más de una vez, he tenido que ayudarme de viagra… a mis 55 años no es fácil mantener el ritmo de unas veinteañeras... la menor aún no participa.



 

El ADN nunca se pierde.

Iba a ser una tarde normal, llegaron las 20 horas nos dispusimos a salir de la ducha la pequeña Salma y yo. Laura y Aisha se fueron al baño a darse una ducha para quedar listas después de una larga sesión de fotos para una marca de supermercados que promocionaba la ropa de nueva temporada, mis niñas serían la protagonistas de la portada y de toda la promoción. Tras la cena y mientras se hacía la hora de ir a la cama, mi hija pequeña jugaba con sus muñecas en su habitación con las mayores con su móviles en las redes sociales, en ese tiempo yo disfrutaría al máximo viendo un poco de porno hasta explotar de éxtasis y largar el semen acumulado que traía encima.

Vi que salieron del baño ya listas cada una con una bata puesta (que es una toalla de las que cubren todo el cuerpo con mangas en los brazos y llegan hasta las rodillas) así que fui al baño también a ducharme, era mi turno… notaba la presión en mis genitales, mi verga ya me pedía acción… ese día se me puso dura aseando a Salma y ahora solo pensar en el coñito y culito de mi pequeña mulata se mantenía firme aún ¡Esa ducha no había sido normal!

Terminé de bañarme, me sequé todo el cuerpo y también me puse mi bata para salir del baño e ir a tomar algo fresco a la cocina, saludó a mi hija que ya estaba entretenida jugando en su cuarto. Tomé agua fresca del frigo y mientras me dirigía hacia mi cuarto pasé por la puerta del cuarto de mi hija que estaba abierta para ver lo que hacía. Estaba sentada en el piso de espaldas a mí y se veía muy entretenida jugando con todas sus muñecas lo cual fue un alivio, las mayores entretenidas en los suyo embobadas…no iba a tener interrupciones durante una hora al menos.

Me fui a mi cuarto, cerré la puerta, puse unos almohadones para que me sirvieran de respaldo sobre la cama, me senté, encendí mi portátil, me abrí la bata dejando libre mi verga que estaba ya muy dura y con ganas de que la toque y me dispuse a buscar. Las veces que podía hacer este ritual sexual lo disfrutaba al máximo y me masturbaba con antes de correrme y largar toda mi lefa. Así que tenía tiempo de ver toda clase de videos por un largo tiempo.

Llevaba aproximadamente quince minutos tocando mi miembro que estaba caliente como el fuego, cuando de repente siento que una de mis hijas quiere abrir la puerta. Veo que el picaporte de la puerta se movía haciendo fuerza para poder abrirla. En ese instante apagué el ordenador, me levanté de la cama, cerré mi bata para ocultar mi miembro duro y caliente y me dirigí a la puerta.

– ¿Qué pasa Salma?

– Nada es que estoy aburrida de estar sola en mi habitación. ¿Qué estás haciendo papi?

– Viendo la tele hija

– ¿Puedo verla contigo?

– ¡¿Porqué no vuelves a tu cuarto, hija?!

Le digo esto para intentar hacer que se vaya y no tenga ganas de entrar y así poder seguir dándole duro a mi palo que aún seguía duro como una piedra)

– Noooo, no quiero estar sola. ¿Puedo entrar y me acuesto también?

Yo no podía creer que mi hija no iba dejarme solo en mi habitación y poder aliviarme… en parte era por culpa de ella el dolor de huevos que traía acumulado, y otra porque desde hace una semana no descargaba. Pensé unos segundos qué podía hacer para que se vaya, lo pensé bien y la dejé entrar… única solución era volver al baño y terminar ahí lo que había empezado.

La dejé pasar tratando de ocultar mi erección debajo de la bata ya que mi palo aún seguía durísimo. Le indiqué que se agarre unos almohadones para apoyar su cabeza. Los dos nos acostamos, yo me puse de costado viéndola a ella ya que si me acostaba boca arriba mi erección se iba a hacer muy notable y acomodé mi bata de tal forma que no se notara mi verga. Ella estaba acostada boca arriba y también tenía puesta su batita. Cerré los ojos para hacerme el dormido a ver si ella también se dormía…recordaba su vulva hinchada que había disfrutado unos minutos atrás aseándosela.

Mi verga seguía muy dura y en ningún momento se me bajó, más allá de estar compartiendo la cama con mi hija pequeña…, jamás nunca había pensado algo sexual que la involucre a ella. Salma no se dormía y se movía en la cama para un lado y para el otro haciendo que no pueda concentrarme del todo al recordarla en la ducha desnuda sin pudor alguno…le aseé cada parte de su cuerpo como siempre, pero al hacerlo en su coñito y culito algo cambió en mí, yo estaba convencido que era la abstinencia sexual tan prolongada a base de videos.

Al parecer no tenía sueño y comenzó a molestarme diciendo que no duerma ya que ella quería jugar conmigo y que no quería dormir. Me siguió molestando hasta el punto de que tuve que abrir los ojos y dejar de hacerme el dormido. Le pregunté a qué juego quería jugar ella y de la emoción de que ya no íbamos a dormir se arrodilló en la cama. Pensó un ratito

– Podemos jugar como cuando yo era más chiquita a las cosquillas.

– Ya estas grande Salma para las cosquillas.

Justo decirle eso, se acerca rápido a mí e intenta hacerme cosquillas debajo de los brazos. Como yo no tengo cosquillas no hubo problema así que la agarré de los brazos y sujetando con una sola mano sus dos bracitos se los levanté y le comencé a hacer cosquillitas en las axilas. Fue como si un demonio se apoderara de ella y comenzó a sacudirse y a reírse a carcajadas ya que ella es muy sensible a las cosquillas. Estuve diez segundos así hasta que se zafó. De la fuerza que Salma estaba haciendo por soltarse y liberarse de las cosquillas, en eso se cae para atrás acostada. Salma cae acostada en la cama boca arriba y aun riéndose.

Yo desde el punto que estaba no le veía la cara ya que me tapaba la visión sus piernas. Esperé cinco segundos desde que dejó de reírse y le agarré un piecito para hacerle cosquillas en la planta del pie. Cuando Salma lo sintió comenzó a patalear, a moverse y a reírse nuevamente por las cosquillas que le estaba dando. En uno de esos movimientos que hizo abrió las piernitas y pude ver que no traía nada puesto debajo del camisón. Solo tenía puesto el largo camisón y nada más. Dejé de hacerle cosquillas porque quedé sorprendido e inquieto por haber visto eso. Para ese entonces la tela ya se le había remangado por los movimientos que había hecho Salma por las cosquillitas.

Ella se seguía riendo en la misma posición, pero ahora además de ver sus piernas también le estaba viendo toda su vulva impúber sin que ella diera cuenta de pudor alguno, es más la nena a su vez abría las piernas y me mostraba sin decoro su coñito. Yo me quedé mirando sorprendido de lo que estaba viendo, no era la primera vez, ni siguiera en la cama jugando desnudos fuero o dentro de las sábanas, era algo muy habitual con las niñas compartir la cama los cuatro en pelotas. Pero yo no estaba bien con casi 18 años, y yo necesitaba a una hembra, me notaba extremadamente salido. No obstante aquello empezaba ser más interesante que los videos.

Mi “propia hija” acostada boca arriba, sin nada que le cubriera y abriendo y cerrando las piernas dejándome ver toda su conejito, en tanto descansaba de las cosquillas que le había dado. Tenía un coñito precioso, café tostado sin ningún pelito. Después de verla así durante unos segundos mi cuerpo reaccionó y pude sentir una corriente eléctrica que me corría por todo el cuerpo y terminaba en la cabeza de mi verga que para ese entonces estaba más dura que nunca.

No entendía cómo podía estar con la verga bien dura y bien caliente, mirando el chochete de una nena de ocho añitos. Jamás se me hubiese pasado por la cabeza algo así, pero sucedió y no tenía idea de qué hacer. Era mi hija y no podía hacer nada. Estaba tan caliente con lo que estaba viendo y con lo que había visto en los videos que todo se me fue yendo de las manos, me estaba descontrolando y eso no era nada bueno. Pero la calentura siempre puede más que el razonamiento de un buen padre.

Le dije a mi hija que se tenía que quedar quieta y con los ojos cerrados ya que si se movía recibiría de castigo nueva cosquillas. Ella cerró los ojitos, se quedó quieta con las piernas a medio abrir, me senté en la cama a admirar ese cuerpecito desnudo, pero mis ojos se centraban solo en su rajita y en su culito que solo se le veía un poco. Me saqué la verga por fuera de la bata y comencé a tocarme. Le dije a Salma que tenía que abrir bien sus piernas pero sin abrir los ojos para que no vuelvan las cosquillas. Y así lo hizo. Abrió sus piernas al máximo dejando totalmente expuesto su conejito de bebé, pelón y bien apretado ¡Virgen!

Yo no podía más de lo dura que tenía a la verga, así que comencé a masturbarme despacio para no producir movimientos en la cama. Después de unos segundos y por lo excitado que estaba me acerqué un poco y me arrodillé sobre la cama muy cerca de ella para que mi verga quede a pocos centímetros de su coñito virginal y seguí masturbándome.

– No puedes abrir los ojos por nada del mundo.

Afirmó con la cabeza diciéndome que sí. Agarré mi verga la apreté con mi dedos haciendo presión desde el tronco hacia la punta de mi palo para que salga todo el líquido pre-seminal que ya tenía acumulado dentro de mi tranca. Puse la polla sobre su chocho sin tocarla y le largué un poco de mis jugos. Fue una de las cosas más excitantes que me pasaron en toda mi vida. Ver como de mi falo caliente sale ese líquido y le cae sobre el coñito virgen de mi pequeña sin que ella se dé cuenta. El líquido era una mezcla transparente de pre-seminal y blanco del semen que ya estaba largando debido a la total excitación que sentía.

Le cayó en el monte de Venus, tomando enseguida el camino a la rayita de su chochete y de ahí fue bajando por entre los apretados labios desembocando en su culito. Fue un chorro tan grande que parecía que ya había eyaculado, pero no, solo fue el comienzo del primer contacto sexual que tuvimos. Me daba miedo tocarla porque no sabía cómo iría a reaccionar ella. Así que estuve unos segundos pensando de qué forma seguiría todo esto.

No se me ocurrió otra cosa que seguir jugando con ella pero esta vez sería otro juego inocente y a la vez perverso. Me guardé la verga dentro de la bata… – Vamos a jugar a otro juego cariño

– Siiii papi, pero que ya no sean cosquillitas.

– Bueno, si cabalgas bien no va a haber cosquillitas

 ¿Vamos a jugar al caballito?

– Como cuando eras más chiquita ¿Te acuerdas cómo era?

– Sí papá, tú sentabas, te cruzabas de piernas y yo hacía caballito sobre un pie tuyo.

– Muy bien Salma. ¡Qué bien te acuerdas! Bueno vamos a jugar entonces.

Fue en ese momento en el que me dirigí a la punta de la cama, me senté ahí quedando con los pies en el piso mientras mi hija se bajaba de la cama con su camisón remangado mostrando su conito al aire. A ella no le preocupó nada quedarse así ya que en su inocencia de niña las partes sexuales son como cualquier otra parte del cuerpo. No tenía ya ningún reparo en mostrar a mi pequeña mi erección, ella tampoco lo veía raro a no ser la primera vez que la veía…, así que me crucé de piernas, lo cual causaba que mi verga endurecida quedara aprisionada entre mis dos piernas y sobresaliera algo más, pese a que ya de por sí la tengo bastante grande. La invité a que se suba al caballito.

Ella fue y se apoyó para comenzar a cabalgar sobre mi pie y fue en ese momento en el cual tuve contacto físico con su coñito. Apoyó su sexo en mi muslo para cabalgar y pude sentir lo suave y calentito que la tenía. Al rato dije que íbamos a jugar de otra manera, porque ya estaba muy pesada.

– ¿Y cómo vamos a jugar entonces?

Se despegaba del muslo y se ponía de pie…. – Mira, yo me voy a acostar en la cama como si fuese un caballo y tú te vas a subir arriba a cabalgar… ¿Te gustaría?

– ¡Sí papi es divertido!

Estaba tan caliente que ya quería tenerla sobre mí y verle ese conejito más de cerca. Me acosté boca arriba en la cama pero con las piernas arrolladas, puse la verga ahí sobre mi pubis y los huevos entre las dos piernas para que descansaran relajados. Ella se subió a la cama y me preguntó cómo lo hacía, le indiqué que se siente en mi panza y que apoye su espalda en mis piernas levantadas. Así lo hizo, a la altura del ombligo y se echó para atrás recostándose sobre mis piernas levantadas. Al hacer esto, se sentó y abrió las piernas dejándome ver nuevamente toda su coñito al aire.

Me puse un almohadón en la cabeza como pude para de esa manera poder verle mejor esa delicia, comenzando a cabalgar con saltitos como si estuviese andando sobre un caballo. Esa imagen de su conchita saltando sobre mi ombligo me enloquecía y abrí mis piernas para liberar la polla escondida entre mis piernas. Al hacer esto, mi verga bien dura se apoyó sobre la espalda de Salma ¡No sé si lo notaría concentrada en dar saltos! No aguanté más supliqué parar un poquito, la hice poner de pie sobre mí mientras acomodaba la tranca verga sobre mi panza.

Le pregunté porque no llevaba bragas, se mira… Es verdad papi, se me olvidó… no me había dado cuenta. A la par, no sé porque ella misma se abre la rajita del chochete fijándose  que no tenía nada puesto… casi me da algo extasiado viendo a mi nena mirándose su coñito y abriéndoselo ¡Fue lo mejor que me pudo haber pasado en ese momento!

– Bueno no importa cariño.

La invité nuevamente para volver a cabalgar y por fin mi falo que estaba a reventar entró en acción. Ella comenzó a hacer saltitos con su chocho contra mí y, al no tener mis piernas levadas como antes, pude ubicarla de manera que cabalgase sobre de mi duro trozo de carne. La agarraba de la cintura y no podía creer lo que estaba pasando. Mi hija tenía la bata cerrada pero su coñito seguía ahí debajo sin ropa y sin nada que la cubra.

Estuvimos así unos minutos hasta que decidí dar un paso más. Mientras ella estaba dando saltos fui dejando libre mi polla caliente y fue en ese momento en el cual su coñito y mi pollón se pusieron en contacto. Ella en su ingenuidad no notaba nada raro, estaba concentrada en divertirse jugando al caballito pero no se daba cuenta de que me estaba dando el mayor placer que jamás había sentido, por lo prohibido, por ser mi hija, por la diferencia de edad, por ser un adulto totalmente caliente y chorreando líquidos de mi verga y ella jugando como cualquier niña de su edad.

Lo estaba viendo todo, por la abertura que se le hacía a la batita. Con sus piernas abiertas podía ver el contacto entre su vaginita y mi cipote. Yo ya tenía toda el mástil mojado y le pedí que en vez de hacer saltitos de caballito, que comience a deslizarse sentada hacia adelante y para atrás. Como no entendió muy bien, yo la agarré de la cinturita y le enseñé como debía hacerlo. Lo que tenía que hacer era tan simple como refregar su coñito en mi dura polla.

Ambos entramos en un estado de calor corpóreo, le quité el camisón y yo también me quedaría desnudo como ella. Ahí estábamos, padre e hija, desnudos en la cama, yo totalmente excitado y empalmado y ella sobre mí con su vulva virgen presionando mi vergazo a punto de explotar. Y así comenzamos con el nuevo juego con los mismos movimientos que estaba haciendo anteriormente a lo cual yo también la ayude agarrándola de la cintura y haciendo mis movimientos de cadera para poder tallarle bien su conchita con mi verga. Estuve disfrutando como loco dos minutos así

– Me raspa papi…

– ¿Dónde te raspa mi amor?

– Aquí. Se lleva su mano a su rajita.

Acto seguido llevó mi mano a su conejito… – Acuéstate boca arriba a ver si papi puede aliviarte ese ardor que tienes.

Acerqué con mi cara cerca de su coñito, se lo abrí para ver cómo estaba. La tenía muy rojo debido al juego que habíamos tenido, y no lo dude dos veces y le pasé la lengua por toda su vaginita. Le mandé la lengua por todos lados y hasta la metí en la entrada… – ¿Aquí es donde te arde, cariño? respondió con un sí. – Ahora papá verá cómo curarte.

Se la seguí chupando toda la vaginita, le abría la raja con la lengua y llegaba a su escondido y pequeño clítoris… su coñito café se transformaba en rojo vivo en su interior… – ¿Te arde mi amor?

Con una mano me masturbaba a mil. Quería devorar toda ese conejito virgen de mi hija y cuando estuve a punto de correrme me detuve. Se lo abrí con mis dedos para ver cómo estaba por adentro.

– Para curar tu quemazón, debo ponerte una cremita por fuera

Saqué de mi mesita de noche al costado de la cama, un tubo de vaselina, lo abrí y se lo puse por toda su rajita roja… – Te tengo que poner un dedo dentro para poder curarla en todas partes.

Me eché vaselina en un dedo, pasándosela sobre su vaginita y también aproveché para ponerme sobre mi verga para poder masturbarme mejor y que no se me irrite, dado que cuando la tengo totalmente empalmada la cabeza se queda libre de prepucio. Acto seguido metí un dedo para poder curarla ahí adentro y así lo fui haciendo. Le abrí con dos dedos sus labios y le introduje poco a poco uno de mis dedos, solo un poquito mientras estaba a tope amasando mi falo caliente que a esta altura ya estaba por reventar. Era demasiado ya para mí todo lo que estaba viviendo y disfrutando con mi hijita.

Saqué el dedo metido en sus labios internos… – Ahora te voy a poner mi una crema calentita sobre su coñito, para así terminar de curarlo.

Mis huevos me dolían una barbaridad, y la acumulación de lefa debía ser bestial con todo lo que me había calentado. No aguanté más y dirigí mi pollón sobre su conejito masturbándome salvajemente sobre esa rayita cerrada. Una mano me pajeaba y con la otra le abría los labios con dos dedos bajo la atenta mirada de Salma… ya no me importaba nada, ni los movimientos bruscos, ni que me viera haciéndome un paja. Sólo estaba concentrado en lograr el mayor placer que había sentido en mucho tiempo.

– ¡¿Te gusta lo que te hace papi, cariño?! No me dijo nada. – ¿Notas cómo te cae la crema de papá en tu conejito, mi amor?

Los líquidos pre-seminales impregnaban sus labios, pero ella no sentía nada y seguía atenta a la jugada. Le comencé a refregar mi verga por toda la rajita. Yo ya no aguantaba más. Estaba por correrme

– ¿La sientes mi amor? ¿Sientes como papi te la pone ahí?

Me respondió con un SÍ jadeando, la nena se veía también excitada. De lo caliente que estaba lo tomé como el sí de una puta que lo está gozando a más no poder y fue ahí que comencé a sentir que ya se me venía el tremendo orgasmo. No podía ya pensar en lo que hacía, sentía que estaba a punto de correrme. Miraba su coñito todo roja y muy lubricado con vaselina.

– ¡¿La notas en la entrada, cariño?! Y no me dijo nada. Y para terminar. – Si no la sientes, ahora papi te la va a meter bien para que notes la crema dentro de tu vaginita.

Y en eso no me importó nada, no aguanté más, se la apoyé en la entrada, hice fuerza y le hundí mi pollón caliente en su coñito. Le metí solo el glande de una y no pude aguantar más.

Estaba tan cerrada que me apretaba el cabezón a más no poder. Se me venía toda la leche a la punta queriendo salir… – ¡¡AHÍ LA TENES DENTRO MI AMOR!!

Con movimientos bruscos de penetración, comencé a llenarle toda la vaginita con la abundante leche que tenía soportando dentro de mis huevos. Comenzó ella a quejarse mientras yo estaba en pleno orgasmo y no me importó.

– Ahí la tienes todo mi amor, te estoy llenando el conejito de la crema de papá. Mira lo que conseguiste hacer para curarte…

Sentí el último lechazo que le di y me caí sobre ella. Estuve un minuto con mi verga a medio meter en su conchita, sintiendo como palpitaba dentro. Debido a su estrechez decidí sacársela con cuidado, yo aún la tenía muy dura pero ya la había terminado de curar. Ella se sentó y se miró la raja rezumando lefa, se estaba saliendo un poco del esperma que le había metido…

– Esa es la crema especial de papá para curar el ardor de coñito.

Nos fuimos al baño a asearla y una vez limpia la cogí en mis brazos y la metí en su cama…esperaba que nuestros juegos fueran un secreto y sus hermanas no se enteran, pero no fue así, la pequeña le contó a las otras como le había vaciado mi leche en su coñito y pronto ellas también quisieron su parte de la crema de papi. No fue nada inmediato.


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Desde siempre me he masturbado oliendo las bragas de alguna mujer, de niño acostumbraba a masturbarme con las de mi madre y de mi hermana, recuerdo bien que mi primera eyaculación fue sobre unas bragas usadas de mi madre…fue un orgasmo muy fuerte e inolvidable. Desde muy joven suelo tener descargas de semen bastante grandes, en aquella ocasión mojé casi toda la prenda interior.

Conforme iba creciendo iban aumentando mi afán por oler a las chicas, para entonces me excitaba mucho sentir el aroma axilar de las jovencitas en especial cuando salíamos al patio de la escuela a realizar alguna actividad deportiva. Recuerdo bien que me hacia eyacular el simple hecho de sentir los aromas de las mujercitas que sudaban por el ejercicio, y así fue creciendo mi obsesión por los aromas femeninos, sus axilas, sus pies, sus nalgas, su cabello siempre quería sentir esos aromas que me provocaban las más fuertes excitaciones.

Como todas las obsesiones, esta no sería diferente y me causo problemas en mi conducta social… en vacaciones sin clase lo pasaba peor, ya que necesitaba cada vez más oler a alguna chica para saciar mi excitación. Con mi esposa aproveche su excitación para que los mojara con sus flujos y en la primera oportunidad los ola como si fueran oxigeno para mí, le pareció sexy y me siguió el juego, nuestra vida sexual fue muy placentera satisfaciendo nuestros fetiches.


Cierto día en la tarde regresé…me sentía un poco mal de la presión del trabajo y sentía mucho sueño, llegue a casa y como a la media hora llego Laura muy agitada y sudando a mares…

– ¿Qué pasa hija?


– Nada papá, lo que pasa es que estuve jugando con mis compañeras al baloncesto, y estoy agotada, me cansé mucho.

– Voy a hacerme una infusión relajante…

– Yo me voy entonces a la ducha, sudé mucho y quiero estar fresca.

Al acercarse a mí y sentir su olor a jovencita, tuve una reacción en mi polla que me hizo sujetar a mi hija por el brazo y besarle su mejilla, Laura no noto nada extraño, de hecho le da gusto que la bese, a ella y a las otras dos. De nuevo ese despertar del deseo de antaño…primero con la pequeña Salma y ahora con la mayor.

Cuando Laura se había metido a bañar, aproveché para entrar a su cuarto y buscar la ropa que se había quitado, al encontrarla no pude evitar oler lo más que pude, sentí un hermoso aroma a mujercita, a jovencita virgen, ola su blusa y el olor de sus axilas era realmente afrodisiaco, era el aroma de una hembra. De pronto vi sus braguitas y no dude ni un segundo en olerlos, su aroma era de los más bellos que en toda mi vida había sentido. Húmedos, tenían algo de su dulce flujo, los lamí, los chupe hasta dejarlos casi limpios y después con tanta excitación me masturbe sobre ellos hasta dejarlos llenos de mi esperma.

Salí rápido, justo antes de que ella saliese del baño, nos cruzamos pero ella no notó nada raro, con la diferencia de que yo ya no podía verla como a mi hija sino que ahora ella era para mí una de esas jovencitas deseables, y bellas a la que deseaba tener en la intimidad.

Pasaron los días y no perdía oportunidad de ver a Laura, Aisha o a Salma en sus andares, sus movimientos, todo en ellas me incitaba al sexo, me masturbaba pensando en ellas, sus aromas eran mi perdición. Mis hijas, como siempre seguían portándose cariñosas conmigo, me besaba en la mejilla, me abrazaba, y todo lo que una hija normal hace con su padre.

Una noche después de pensar y pensar, llegue a la conclusión de que tenían que ser mías, los celos me comían el alma pensando en que pudieran ser tocadas por otro. A Laura le consentía mucho, le compraba cosas, hasta me di cuenta no era igual con Aisha. Se estaba poniendo triste porque yo no le hacía caso, así que decidí salir con mis niñas a cenar.

Nos dirigimos a un restaurante a cenar, hablamos, bromeamos y entonces a la mitad de la cena cuando Laura se dirigió al aseo, un tipo la recorrió con la mirada y eso me encelo mucho, al grado que mi libido se desató… esa misma noche no pasaría en poder manosearlas a gusto, y por fin probar y sentir de manera directa sus hermosos cuerpos pre-adolescentes.

Estaba loco de deseo por ellas, ahora Aisha también me parecía hermosa, sus piernas eran las de una mujer adulta, sus tetitas brotando… eran el mejor manjar que alguien pudiera haber deseado. La noche era calurosa, no corría viento alguno, ni siquiera una brisa. El calor comenzó a subir y mis dos nenas estaban comenzando a sudar. Mis hijas estaban sudando mucho, los olores que se percibían, eran de mujercitas vírgenes, hermosas, y vulnerables a cualquier caricia o deseo. Nos marchamos a casa y en el camino Salma se durmió, la metí en su cama, pero las mayores seguían muy vivas esa noche.

– Papi Salma no contó cómo le pusiste tu crema en su coñito, y nosotras también queremos que nos des de esa crema.

– Se la puse porque tenía comezón e intenté aliviarla.

– ¡¡Nosotras también lo tenemos!!

Aquellas palabras no sonaban a inocentes jovencitas de nueve y diez años. Se metieron la mano en su coñito bajo las bragas…

– Mira papá, comprueba a ver como lo tenemos de caliente.

No me atrevía tocarles el coño…, comencé primero por Laura, me acerqué hasta su cara y la besé suavemente su cuello húmedo por el calor, su aroma, su sabor, su piel era tan fina y tan clara como la de un bebé, no lo soporté y la besé en la boca, jugando con su lengua, con sus dientes, saboreando su saliva mientras tocaba sus tetitas. Desabroché su blusa y sus tetas quedaron al aire, húmedas por el calor… también los bese hasta cansarme, sus pezones eran ya de una mujer, sus axilas despedían el mas exquisito de los aromas de hembra

No lo creía, estaba manoseando a mi propia hija, la única consanguínea…la deseaba con toda el alma. Le propuse a desnudarla toda, su cuerpo quedo libre de ropas para mi, se veía bellísima, un cuerpo hermoso, perfecto, sus formas eran verdaderamente sexys, sus piernas blancas, sus caderas, su cintura, su vagina desprovista de vello y sus nalgas eran también muy hermosas. No aguanté y bajé hasta su vagina la cual con mucha delicadeza abrí con mis dedos para encontrar el más tierno capullito femenino que había visto en mi vida, metí mi lengua lo más que pude, saboreé ese flujo divino que emanaba de su rajita.

Fue cuando saque mi verga del pantalón y acomodando sus piernas sobre mis hombros y abriendo la entrada de su rajita, coloque mi verga ante la atenta mirada de mis dos ninfas. Comencé a penetrarla lentamente abriendo sus labios, sus paredes… llegué al himen hermoso y virgen.

– Hija te tengo que romper la tela de tu himen.

Ella consintió afirmando con su cabeza, empuje un poco más, siempre poco a poco para disfrutar la desfloración, y por fin rompí su membrana virginal. Ella en su jadeo excitado emitió un grito muy leve y un quejido de dolor, sangraba su vaginita por la desfloración mientras yo metía y sacaba mi verga de su interior. La bese sin descanso, saboreaba su lengua, sus axilas, sus flujos vaginales, la penetraba tan rico que no tardé en correrme en un orgasmo brutal. Todo mi cuerpo sobre de ella, empuje lo más profundo que pude mi verga y eyaculé toda mi leche caliente y espesa en su interior, a la vez que mordía uno de sus pezones sintiendo que me moría en ese orgasmo. Lancé hasta seis aldabonazos de lefa.

Saqué mi verga de su interior llena de semen y de sangre virginal, la limpie con una toallitas húmedas, y me dispuse a tocar ahora a Aisha. La desnudé con la misma delicadeza que a Laura, Aisha era diferente, su cuerpo era todavía más excitante se cabe, las niñas mulatas están algo más desarrolladas que la caucásicas. Ya tenía bien formada la línea de sus caderas, su piel café más oscura que la de Jesica que más café con leche. Sus piernas rellenas, pero finas a la vista y al tacto, sus tetas más grandes que los de Laura y Salma siendo aun pequeños pero bastante bien formados, sus pezones oscuritos contrastando su piel más clara, y lo más bonito que yo pude apreciar fue que su vagina estaba muy hinchadas como un cojín tipo estuche, de hecho más que Salma y Laura, el de la mayor era más bien liso…me enloqueció que estuviera inflamado e coñito a su edad y no soporte primero besarlo. Su sabor era también hermoso, a mujercita, su vagina estaba humada como si se hubiera excitado, subí por sus piernas, llegue a sus tetas y los chupe con pasión y deseo hasta dejarle uno de sus pezones marcados y a punto de dejarle un moratón. Mi verga estaba muy dura otra vez, levanté sus bellas piernas y al apuntar a su entrada, la miré y nos cruzamos las miradas.

– ¡Por favor papi, no me hagas daño, tengo un poco de miedo! ¡Por favor papi!

Ummmm! Un severo dolor la sacudió al meterle mi verga hasta el fondo sin cuidado de ningún tipo, le dije que se callara y que cerrara los ojos. Rajé su himen de una manera rápida para que se resistiera. Ella apretaba la verga con su vagina recién desvirgada provocado por las contracciones de la desfloración, eso me hizo enloquecer y follarla con fuerza.

Entraba y salía de su vagina con más facilidad que en la de Laura, bastante más enjuta. En pocos segundos, Aisha ya no se resistía no queriendo sacarse la verga de su vaginita. Sangraba un poco, su desfloración había sido todo un éxito. Laura la besó para calmarla, y yo lo hice también en su boca, se la comí mientras la follaba con mayor entereza que a la mayor. El coñito de Aisha soportaba más profundidad… le metía más de mi tallo en su vagina… Cada vez más fuerte. Comenzó a gritar con los ojos llorosos.





Tuve que pegarle en su carita con mi mano, hasta que apagó su grito, por lo menos en volumen, me excito el hecho de pegarle. Aprovechando, la puse en la posición de perrito a cuatro patas, me coloque atrás de ella y la penetre hasta el fondo, ella emitió otro grito cuando sintió que mi verga tocaba su matriz, mientras le daba de nalgadas en sus bellas y tiernas nalgas. Se veía hermosa penetrada por mí, sus caderas se veían sensuales y mi polla entraba y salía de ella.

Era una jovencita penetrada por su padre, la desproporción de volumen corporal era sustancial, su culito era redondito y carnoso, pero aún pequeño, frente a un hombre hecho y derecho con una verga de más de 18 cm y 4 de grosor. No pude aguantar ver tanta belleza así que empuje mi verga hasta el fondo de su vagina y me corrí dentro de ella, mi semen le entro hasta lo más profundo de su interior. Con Aisha llegué a un orgasmo más fuerte que con Laura.

Después de eyacular en la boca de su útero, me quedé dentro de su vagina hasta que mi polla comenzó a flaquear en tamaño. Fue demasiado para mí, nos aseamos los tres en mi  ducha y nos metimos en la cama los tres, con cada nena a un lado de mí, ambas conscientes ya de lo que les había pasado henchidas de felicidad de ser “mujeres”, solo a falta de quedar preñadas. Pero eso no les llegaría hasta unos meses después. Desde entonces se turnan para compartir la cama con su padre, suelen dormir en braguitas y camiseta, pero la mayor parte de las veces completamente desnudas. Disfrutamos del sexo como nadie se imagina.

Sus vaginas cada vez se tragaron más polla a medida que fueron creciendo… la primera que logró comerse los 18 cm, fue Aisha con doce años…, después le seguiría Laura y finalmente Salma. Hasta la primera regla follamos a pelo corriéndome dentro sin miramientos. La menstruación la regulamos con anticonceptivos, para continuar follando a pelo y poder vaciarme las pelotas dentro de mis hijas ¡Que es lo que más les gusta! Hoy 22 de mayo de 2020, mi esposa ha vuelto a casa, bastante demacrada y sin mucho glamur, pero aún tiene un par de polvos semanales. No se ha extrañado de la situación en casa, las niñas estudian ciclo superior de administración y pediatría, y además siguen trabajando de modelo para ropa principalmente, sin embargo lo que se ha encontrado es algo más que una familia feliz  consecuencia de sus actos… a sus hijas Laura y Aisha preñadas.

– Tanto habrá ido el cántaro a la fuente que han acabado preñadas, es lo más natural.

– Pero mis hijas no ejercerán de putas como tú, tendrán una vida más decente.

– Por supuesto cariño, les daremos una mejor vida a nuestras hijas y a nuestros nietos.

A pesar de sus pancitas, por suerte que no han parado de trabajar en pareja en campañas educativas sobre embarazos de adolescentes, dando conferencias por colegios y también beneficios. Mi esposa ha vuelto sumisa y mucho más perra que antes y no tenemos problema de organizar nuestras propias orgías caseras con toda la familia.


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