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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Por infiel me hicieron un Belén


Siempre he sido una mojigata... formaba parte del coro, era voluntaria catequista completamente implicada en la iglesia del barrio y en la cofradía... Aquel día de convivencia, se iluminaron mis ganas de ser MADRE al ver de un modo especial a uno de los mejores amigos de mi esposo, lo encontré arrebatador y masculino, con la virilidad de los tipos bien parecidos... el corazón me dio un palpito cuando le vi acercase hacia mí, nada más oír sus primeras palabras, supe que sería el Padre de mi primer hijo. Supongo que algo parecido debió vivir la Virgen María al ser iluminada del Espíritu Santo, al quedar preñada del Hijo de Dios.





Mi Primer Encuentro Íntimo Casual.

Tras mi matrimonio tuve un encuentro sexual extramarital, fue el punto de inflexión en mi vida… ese día que fui infiel a mi esposo por primera vez, y extrañamente no me sentí con remordimiento ni preocupación alguna, sino por el contrario… concebí una gran liberación disfrutando en plenitud, tras toda mi vida sometida a unas estrictas reglas de moralidad católica que ya no soportaba… Fernando me hizo vivir la pasión que se hallaba escondida en lo más profundo de mí ser, haciéndome renacer como nunca imaginé que se podía a mi edad. Él también lo pasó muy bien gozando de una mujer beata, contemplativa y entregada a un solo hombre… quedó igual o más complacido del acto impúdico que yo. Por mi parte además, noté salir de la rutina encorsetada de una mujer cristiana ama de su hogar y señora de su esposo… hice algo distinto, me liberé siguiendo mis instintos de hembra, tomé la iniciativa en la aventura, me desprendí de ataduras insulsas y me centré en mí misma para encontrar mi propio placer. Este tipo de relación hizo cambiar mi ánimo y perspectiva de la vida… me hizo sentir atractiva por siempre.

Hacía calor por el cielo azul despejado de Guadalajara, normal en casi todo el año, especialmente en agosto, bastante gente asistía a la actividad principal del octavo centenario de la ciudad. Mi nombre es Lorena, mis amigos me dicen Loren, y paso a narrarles esta historia erótica fantástica de cómo quedé preñada de mi primer hijo, José, en mi primera vez que fui infiel, espero les agrade….

Estaba atendiendo un 15 de agosto en un puesto de comida típica de Castilla La Mancha, pues me tocó participar en una actuación por el día de la ciudad en la cofradía de “Nuestro Señor Jesús Nazareno” al que pertenezco por parte del grupo de jóvenes cristianos. Tenía 23 años por entonces, esbelta de nalgas bien redonditas, de tetas entre medianas y grandes pero turgentes y en su sitio debido a mi juventud. Mi sonrisa es esplendorosa y cautivadora según tengo acuñado… aunque parezca mentira no hago deporte, ni voy al gimnasio, pero por alguna razón mi cuerpo está en buena forma por bendición de Dios, pienso que es por herencia genética, pues mi madre también está dotada de curvas atrayentes para el macho. Ese día me había peinado con un moño recogido, llevaba un traje típico manchego muy ligero sin toda la indumentaria interior, solo lo externo lo suficientemente fresco para poder soportar el verano de la Mancha… compuesto por una falda color granate con rayas verticales que me llegaba hasta las rodillas, mostrando mi cuerpo en toda su belleza, llevaba además una blusa blanca que ceñía mi cintura, se complementaba con pañuelo blanco en la cabeza con una cinta roja, y por último calzaba una lindos zapatos negros de tacón que levantaba muy bien mis nalgas. Todo el público me miraba con admiración.

Estaba mostrando los platos típicos, cuando en eso se me acerca Fernando un padre de familia, conocido por mí de la congregación que unos años atrás trabajó con mi esposo. Es un hombre bastante jovial, maduro y muy guapo que no me explicaba como acabó casándose con el cayo de mujer, teniendo en cuenta los antecedentes de follador vividor…, todo un canalla que ha dejado a más de una preñada si hago caso a las palabras de mi esposo, que lo conoce bien. Sin embargo, esa mujer lo amarró corto y lo sedujo tanto como para casarse, pero creo que donde hubo fuego siempre queda algún rescoldo. Se acercó a mi puesto a saludarme como de costumbre, halagando mis hechuras, como…“-Que guapa estás hoy día, lo que daría por salir contigo si estuviera soltero… en otras lindezas.

Debo señalar que estaba recién casada con Mauricio, un hombre mayor que yo 8 años… bueno, trabajador y un emprendedor… recientemente había montado un negocio de compraventa de vehículos con su amigo y socio Adolfo desde hace unos meses…, un tipo que no me caía nada bien. Todo ello le acarrea junto con su trabajo en la empresa “Aena”, no dedicarme el tiempo que una mujer recién casada necesita…. 

Quiero tener hijos, muchos hijos, pero parece que solo vive su vida. Siendo novios y tras la boda pasamos una temporada idílica…me encantaba hacer el amor con él, pero lleva unas semanas que es indiferente en la cama, probablemente no tenga nada que ver con mi atractivo, es lo que pienso, tal vez solo es un problema laboral no personal, no lo sé, el caso es que mi calentura no me la quita nadie y he empezado a pecar indiscriminadamente con mis dedos y algún que otro simulador fálico que pillo por casa, no dejándome completamente satisfecha porque… ¡Esos falos no eyaculan! 

Con Fernando estuve conversando unos 15 minutos, sobre los platos típicos, al cabo de un momento se retiró, despidiéndose con un beso cerca a mis labios y un… “nos vemos Lorena estás guapísima, enredándose nuestros dedos instintivamente.

Al cabo de una hora terminó mi turno y decidí retirarme, cuando se acerca Fernando otra vez sonriente y me pregunta si ya me marchaba, le dije que sí… él todavía se iba a quedar un ratito más, entonces me cuenta lo que había pasado, comenzando una amena conversación, al cabo de unos veinte minutos de charla con él, me despido indicándole que debía devolver el traje típico ese mismo día, si no tendría que pagar un sobrecoste… 

-“¡Ah qué bien! Yo voy por el centro, ¿te puedo acompañar?”

Sintiéndome impactada y halagada por su amena conversación, sin pensar acepté. Esperamos unos minutos un taxi, durante la espera recordaba las confidencia que tuvimos hacía unas dos semanas en un campeonato de fútbol entre solteros y casados donde participaba Mauricio y él, en ese evento sentimos una atracción fuerte ambos, yo me sentía apreciada por él y llena de sensualidad, pues en ciertos momentos sentía el roce de su manos grandes con mis nalgas, y su cuerpo con mis tetas en los momento de  máxima euforia, lo cual me excitaba de sobremanera. Yo estaba en un lateral y él salió a descasar sustituido por otro casado más joven…Se sentó a mi lado, junto a la nevera de bebidas, al cabo de diez minutos ya iba por la tercera cerveza, ambos estábamos totalmente desinhibidos, bromeando y carcajeándonos ante sus ocurrencias, como si fuéramos amigos de toda la vida.

-“Oye”, le dije. “Y ya se te acabaron las idas fuera de casa, ¿verdad?”

-“Sí”, me respondió. “Hace mucho que no salgo…”

-“O sea que después de casarte también se te acabó la diversión, porque bien que ninguna se te resistía o las veces que contratabas a putas para follarlas en los hoteles, ¿verdad?”

-“Cómo sabes eso…Te lo ha contado Mauricio, ¿Verdad?”

-“Es mi marido, me cuenta todo… sobre todo de la gente que nos rodea y me interesa”.

-“Cabrón, no podía quedarse callado”.

-“¿Qué tiene de malo? Ni que fuera cosa del otro mundo…

-“Pues sí…, pero hay cosas que no se deben decir”.

-“Mira Fernando, aunque me veas tan modosita, soy mujer y sé que los hombres necesitáis desahogaros frecuentemente, y si la naturaleza os ha dotado de esa necesidad es por algo, porque algunos parecéis sementales siempre dispuestos… Incluso “La biblia” nos anima a reproducirnos. A mí no me cabe duda que la principal función del hombre, es esparcir la semilla entre la mayor cantidad de mujeres, de lo contrario Dios, no os hubiera dado esa capacidad de inseminar tan frecuentemente… y a nosotras de engendrar en cada ciclo menstrual”

-“Yo pienso como tú en cuanto a la procreación, pero el matrimonio nos limita mucho a los hombres… no obstante esta cuestiones no se divulgan fuera de los grupos de confianza… es un código no escrito entre hombres”.

-“Sí claro, que susceptible que eres Fernando…. También me he enterado por otro lado que has preñado a un par de nenas de la oficina, ¡¡Menudo follador está hecho!!
-“¿Todo eso te han dicho? Hecha fama y quédate a dormir...”
-“Cuando el río suena es por que agua lleva... ¡¿Es verdad que tienes varios hijos con otras mujeres además de los que le has hecho a tu esposa…?!”
-“Seguro que sabes hasta los nombres... la verdad es que Sí…
-“se rumorea que la niña de Emilia de administración es tuya…, la última niña de nuestra amiga Charo también se la hiciste tú y la panza de Juanita Manrique de MAPFRE, está también preñada por tu cañón infalible… casada con dos hijos y ahora espera otra niña. Como puedes ver,  todo eso lo sé, no es necesario ocultármelo”.

-“Y a propósito de tener hijos, estando recién casada y tan guapa… ¿Mauricio y tú no queréis tener un bebé?”

-“Por mi parte sí, pero no podemos”, le respondí. “Hace semanas que mi esposo cerró su fábrica y no me mete nada de su producto lácteo... el pobre está demasiado estresado con el trabajo...”.

-“Está enfadada con él, se te ve disgustada con tu marido...”

-“No, para nada”, le repliqué. “No estamos enfadados”.

-“¿No lo estáis…Entonces, ¿Cómo dices que ya no folláis…?”

-“Bueno, porque mi marido es imbécil. Yo no. Le da más importancia al trabajo que a su mujer… ya te he dicho”

-“Ah, yo pensaba que tú no le ponías. Entonces…”

-“Serás cabrón, ¡¿Tú crees que con este cuerpo no le apetezco a mi hombre o a cualquier macho que se precio de serlo…?!”

-“No lo dudo, estás muy buena, pero si lleváis haciéndolo sin condón tanto tiempo y no te preña, lo mismo es que eres estéril…”

-“Pero como te atreves…. Sí, yo sí puedo quedarme preñada”.

-“¿En serio?”

-“En serio. A mí sí me pueden dejar preñada”.

-“Entonces, tú sí puedes tener hijos”.

-“Sí, yo sí”, le repetí. “A mí sí me puede hacer un hijo mi esposo cuando quiera”.

-“Si tu marido no tiene tiempo y tú necesitas un semental... por mí si tú quieres y tu marido me lo permite, te puedo hacer un hijo” Me dijo con malicia. Ya sabes que me esperma está garantizado.

-“Sí, Fernando”, le dije siguiéndole el juego, dándome cuenta que yo también me estaba poniendo caliente. “Seguro que me puedes hacer un hijo, me puedes preñar con facilidad con tus antecedentes. Se que me puedo quedar preñada perfectamente de ti… pero prefiero que me preñe mi esposo…”.

Ya en el taxi, conversábamos de los tiempos de soltería, él me decía que si me hubiera conocido en ese tiempo me hubiera pretendido. Conversábamos de varias cosas, cuando descendimos del coche me di cuenta que no llevaba ropa para ponerme tras la entrega de la ropa alquilada, se lo comento a Fernando…

-“No te preocupes por eso, ahora mismo entramos a una tienda y compramos un vestido en un lugar que siempre acierto con las mujeres”.





Acepté y nos dirigimos directamente. Ya en la tienda, me mostraron varios y me quedé con el que eligió para mí, efectivamente era un bello vestido ceñido al cuerpo sedoso, de estampado muy alegre largo hasta por encima de las rodilla, con amplio escote, que hacían juego con mis zapatos rojos, no lo pensé dos veces y acepté el regalo, me cambié y cuando salí del cambiador, Fernando quedó maravillado como me quedaba. Fuimos a devolver a la tienda el traje típico, quedando libres. Aquel galán me tenía embaucada, me invita entonces a tomar un helado, salimos luego a pasear por el centro de la ciudad, cuando en eso al agacharme rápidamente para recoger un pañuelo, hizo que mi vestido se levantara quedando mi trasero completamente expuesto, no tuve más remedio que poner mi mejor sonrisa, este acontecimiento hizo que mi compañero se emocionara profundamente, entonces se acerca a mí...

-“¿Eres feliz?” Yo con una cara de extrañeza le dije que sí…

-“Tengo una buena familia, he comenzado mi vida laboral en un buen trabajo y mi esposo me ama…”.

-“Entonces, esto… ¡¿no te gustaría probar cosas nuevas…?!” 

En ese momento me sonrojé y le pregunte…

-“Qué clase de cosas…?”

-“En un ambiente más íntimo como en aquel hostal…, te explico”.

Acepté la propuesta indecente. Como ya he dicho es un cuarentón de perfil Romano, voz profunda y varonil que te electrificaba con su caricias y te regala los oídos…, y yo una mujer que se sentía abandonada por su esposo en sus galanterías y necesidades fisiológicas carnales, vamos que me encontraba baja en mis defesas femeninas y el muy truhan supo aprovechar el momento… Pues bien, no fuimos a un hostal bonito y bien escondido, llamado “El rincón del Marqués”, eran de esos donde a menudo se encuentran parejas para tener sexo, con suites con sauna y jacuzzi, habitaciones alfombradas, TV cable, servicio de restaurante, cocheras privadas. Estaba nerviosa, el vestido de raso que Fernando me había comprado, se levantaba con facilidad al forzar mis movimientos otra vez, dejando al descubierto mis piernas bien torneadas. Entramos rápidamente al cuarto con baño, corrimos la cortina y él comenzó a besarme… nuestras bocas se comían, se devoraban entrecruzándonos las lenguas que jugaban alborozadas dentro de nuestras bocas lamiendo el paladar y los dientes del otro con verdadera lujuria impropia de una mujer decente. Antes de darme cuenta sus manos comenzaron a desvestirme rápidamente, yo colaboré ávidamente, hasta quedar con mis bragas blancas nada más y en sostén que apenas me cubría un 20% de mis tetas…, los cuales volaron por los aires en unos segundos y de pronto me encontré encima de Fernando que comenzó a proferir términos eróticos como… “¡¡Qué hermoso culo tienes Loren, todo este tiempo he esperado este momento!! Déjame gozarlo por favor”

No que había tenido sexo anal con mi esposo, el único que me había penetrado… esa actividad se diluyó por mis razones religiosas, quedando para el olvido. Aún mantenía mis principios y me negué, a cambio podía follarme por el coño hasta el final sin condón… 

-“Puedes correrte dentro de mí y llenarme… ¡Podremos comprobar si tienes el semen tan efectivo como cuenta la leyenda!”

Le supliqué sin saber muy bien lo que decía por la calentura que me agitaba todo el cuerpo, en esos momentos solo quería tener sexo, que me follaran bien follada y que mi marido se jodiera por ser tan desconsiderado conmigo todas estas últimas semanas... y por no preñarme el muy cornudo.

Él estaba echado de espaldas en la cama, con su formidable cipote bien erecto… ¡Joder que pedazo de verga! Debía de medirle lo menos 20 cm con un grosor que no era capaz de circundar con una mano. Me coloqué a un costado de él y puse mis tetas a la altura de su boca, dejado que me lubricara el coñito plenamente con sus largos dedos, ruborizándome el clítoris que lo tenía duro y espigado como pocas veces lo tuve. Me introducía un dedo, luego dos y hasta tres dedos sintiendo solo placer, lo más excitante era de que me chupaba las tetas unas tras otra succionando mis pezones que tienen una areola hinchada muy provocativa…, los mamaba y mordía los erectos pezones haciendo de que éstas se pusieran más duros de una forma poco común, sentía que me las mordía, jugaba con mis pezones con sus dientes delicadamente, estaban totalmente mojados y al mismo tiempo continuaba lubricando mi chochito metiendo más y más sus largos dedos, dejándomelo totalmente abierto, como nunca me sentía de PUTA. Gracias a este pre calentamiento apreciaba estar borde de un gran orgasmo, el continuaba ahora chupándome con más fuerza mis tetas y agarrándome las nalgas, especialmente el culo con la otra mano teniéndome bien afianzada contra su varonil cuerpo. Ya no lo soportaba más, necesitaba que su verga entrase en mí, así que en una alarde gimnástico me monté con concupiscencia encima de ese formidable falo erecto… lo tomé arqueando mi cuerpo en busca de enfilar el ariete en mi conejo hambriento, noté en mi mano la rigidez del falo de una dureza extrema, ese tipo estaba muy excitado conmigo y eso me encantaba. Acomodé la cabeza de su polla entre mis labios y por deslizamiento natural el orondo glande se acopló a la entrada mi mi coño, me dejé caer haciendo que la cabeza de éste penetrara mi coñito…

-“¡Despacito! por favor” le decía “¡El capullo nada más…! Tienes un cipote muy gordo, Fernando...”

Solo pretendía meterme los primeros diez centímetros, esa parte de su polla liberada del prepucio en tono de piel más clara… mi amante ocasional lo hacía con mucho cuidado levantado su cintura hasta la parte más alta de mis nalgas. Para sentir mejor la excitación me recliné hacia atrás, ahora Fernando me agarraba las tetas poderosamente con sus dos manos, al tiempo que percibía como su verga se acomodaba dentro de mí, como mi vagina abrazaba el firme tallo que me penetraba.

-“Así, despacito, solo la cabecita de tu rica polla…”

Respondiéndome con ironía sin dejar de manipular mis tetas con su manos grandes…

-“¡¿Qué cabecita me dices…?! Loren te mereces mucho más... te voy a meter todo hasta la raíz de mi badajo… ¡Quiero que goces!

Y con un envión de su cadera la metió entera… ciertamente su hermoso rabo me empalaba el coño en toda su magnitud, me entró casi sin enterarme gracias a la magnífica lubricación que me vagina soltaba sin parar, ¡Efectivamente su papel lo hizo muy bien! Pienso que la naturaleza es muy sabia, y sabe cómo proceder en cada ocasión… para tragarse una tranca de ese tamaño mi cuerpo reacciono con flujo al mismo nivel. El macho me hincaba metiendo y sacando sin cesar hasta las pelotas… una flamante bolsa escrotal que albergaba unos testículos digno de un toro de lidia, sus venas, su grosor y mi excitación excelsa me arribaron a sentir un orgasmo inmenso en menos de un minuto…, veía como me venía y de pronto él comienza a moverse con mayor ritmo ante mi advertencia orgásmica. Sin aflojar, tal si fuera una muñeca de trapo, me hecha sobre la cama, me levanta rápidamente las dos piernas y se las pone en sus poderosos hombros, enterrándome rápidamente el mostrenco por mi chumino perdido de flujo.

Me hallaba felizmente atravesada por su incansable émbolo entrando y saliendo como un martillo pilón. Además de estar mi chocho lubricado naturalmente, se habían aplicado mis paredes, en acomodarse al grosor de esa tranca trincándolo como un guante hecho a medida plenamente cerrado y tan resbaladizo que se introdujo fácilmente hasta los huevos, sin el más mínimo dolor. Mi fornicador comenzó a galopar fuerte y sincronizando mis vaivenes, donde yo buscaba tragarme toda la largura de su rabo en mi útero con ansia y devoción pudiendo sentir su orondo glande chocar contra la pared de mi vagina, al mismo tiempo que sus ciclópeos testículos me apaleaban sin cesar la boca del coño. Yo a punto de estallar en un orgasmo espectacular, gimiendo de placer, elevaba con fuerza mi culo sobre el colchón contra su pelvis para facilitar la alineación de su gran pollón con mi conejo tragón, y producir de esta manera un mejor acoplamiento de nuestros genitales henchidos… de tal forma que me penetrara más sin robarle un centímetro.

-“¡Métemela entera! Que no quede nada fuera de mi coño…” le espoleaba.

De pronto siento que Fernando comienza a ser más frecuente en sus sacudidas empujando duro hasta hacerme engullir el rabo rígido entero una y otra vez, extrayéndome un grito en cada embestida… y al fin estallé en un orgasmo inmenso gimiendo y gritando de placer. Rendida no me tiene compasión, y sin un segundo de tregua me continua alimentando el conejo hambriento de nabo, la cama rechina a pique de desmembrase en cien pedazos debido a los fuertes pollazos. Ese hombre no me tiene compasión, atolondrada de mi orgasmo, su olor a macho me embriaga, el sonido de sus jadeos y la fortaleza de sus brazos a lo que me amarro como una tabla de salvación me llevan al éxtasis de Santa Teresa de Jesús. Después acaricio su abdomen de vello corto que forma un reguero a su pubis y de ahí observo el falo que entra y sale impregnando de mis fluidos…lo anillo con mis dedos y un instante después paso la mano por debajo sopesando el par de cojones que desde el inicio siento golpear sin parar en mi coño. Le aprieto los huevos, y pienso lo hirviente que ha de estar su leche, al notar lo caliente que tiene las pelotas. Fernando no para de hundir su gran falo en lo más hondo de mi intimidad, es el segundo hombre que osa entrar mi útero, pero sin duda el mejor dotado. En ningún momento me besa, solo me folla y mama de mis tetas afanándose en los pezones que succiona y mordisquea sin dejar de balancear su cadera perforándome una y otra vez. Creo que ya he perdido la noción del tiempo que me está follando, y si son dos o tres los orgasmos que he sentido…me siento fogosa, acalorada y deseosa de ese macho fornicador. Si tengo que ir al infierno quiero que sea al completo. ¡Necesito que me llene de su leche!

Noto la calidez de su miembro viril excitándome cada terminación nerviosa de mi vagina calenturienta, el roce de su polla cubierta de venas inflamadas bobeando y rigidizando su falo, hacen que en ese instante maravilloso sienta como se le hincha el cipote arreciando el mete saca... y de pronto ese macho semental comienza a eyacular dentro de mí, profiriendo tres gemidos roncos llenos de desahogo absoluto, a la vez que sacude la cabeza de puro placer…. Mientras va eyaculando chorro tras chorro de lefa espesa, me besa tiernamente pero yo le como la boca con lujuria metiéndole la lengua en agradecimiento a su generoso regalo, a la par que percibo los lechazos estallar contra la entrada de mi cérvix… en la misma trompa de Falopio. Ese macho va depositando un chorretazo tras otro de esperma fértil recién salido de sus huevos, posicionado en supino sobre mí dejándome la semilla caliente y espesa en lo más profundo del útero. 

¡Quedamos ambos inertes totalmente fuera de este mundo! Al igual que los perros se quedan abotonados a sus perras después de follarlas procediendo a un inseminación profunda y cuantiosa durante varios minutos, mi amante ocasional no se salió de mi cuerpo en minutos…, nos besábamos, lamíamos saboreando el aroma de otro con una carga intensa de sexo, me embriaga su olor a macho… me sentía una hembra llevada a la gloria y agradecida de hacerme sentirme una mujer viva.

Pasado un tiempo me extrajo su rabo y tras de él un reguero de fluidos formado por mi flujo, pero sobre todo por la inmensa cantidad de leche suministrada a mi coño. Menos mal que el semen sale del cuerpo de forma densa y gelatinosa y en breves minutos se licúa. Esto permite que el semen salga fuera de la vagina. A pesar de que los espermatozoides pueden vivir hasta cinco días dentro del útero, muchos de esos bichitos mueren en el ambiente ácido de la vagina y otros son matados por anticuerpos en el útero. Contrariamente al intento de fecundar al óvulo (los que no han muerto de camino), sólo uno es necesario para preñarme si lo logra. Como el semen se sale del cuerpo a través de la vagina segundos o minutos después del acto sexual, me quedé allí tumbada junto al semental que me había hecho una mujer infiel. Así que al poco sentí otro reguero de líquido expelido de mi raja después de haber tenido ese sexo tan brutal donde mi coñito quedó ajado y un poco entreabierto, no me asusté claro está, porque lo que entra al coño tiene que salir. Inclusive aunque no lo sienta, el semen sale cuando orinas y esto es totalmente normal, por eso me pongo compresas… en esta ocasión no las tenía a mano, así que llevaría a casa las bragas empapadas de lefa, con toda seguridad.

Si la mujer está ovulando durante el encuentro sexual, el semen entra a la cérvix (usualmente cerrada pero la cual se abre un poco durante la ovulación para dejar pasar el semen, para que los espermatozoides puedan entrar al útero y llegar a las trompas de Falopio y de esta manera encontrar al óvulo que está listo para ser fecundado). Si la mujer no está ovulando, el semen no entra a la cérvix ya que esta se encuentra cerrada. Toda esta operación tan compleja es invisible para nosotros, pero para mí era algo que percibía, estaba en mis días más fértiles y con certeza mi cérvix estaba abierta dejando pasar a los millones de Fernanditos…. Cuando acabamos me dijo si me había gustado…, en ese momento le quería decir con plena satisfacción <<¡Me ha encantado lo que hicimos!>>, pero a la vez me sentí confundida por la infidelidad a mi esposo, le había puesto los cuernos por todo lo alto… le apunte que sí, que sí me gustó bastante.

Fernando solo se echó a reír… -“cámbiate rápido que ya casi es hora de ir a almorzar, te invito a comer un buen gazpacho manchego…”

Sus palabras fueron órdenes, le hice caso sumisamente… me vestí y fuimos a ese mesón tan discreto en la urbanización Santa lucía a festejar el acontecimiento que pronto comenzaría a ser una soberana panza, aunque algo en mí, decía tener más ganas de ese fortuito evento. En el restaurante me vino de pronto una de las charlas que nos daban en el instituto privado donde estudiaba, pertenecía a la iglesia pero eso no quitaba que nos hablasen de las relaciones sexuales… en mi cabeza se iluminó un cartel que rezaba… ¿A dónde va el semen después de la eyaculación? La contestación la realizaba mi mente en boca de Sor Ángela, es muy gracioso como la fantasía juega con el morbo…

Si tienes relaciones sexuales sin condón y el hombre penetra la vagina de la mujer con su pene, a menos que se detenga antes de eyacular para sacarlo del interior, el esperma será expulsado fuera del cuerpo del hombre y depositado dentro de la vagina. La única manera de evitar que la semilla conquiste tu útero es utilizando alguna barrera como lo son los condones masculino y femenino o eyacular fuera de la vagina (esto se llama coito interrumpido). Porque durante la eyaculación, cientos de millones de espermatozoides entran a la vagina suspendidos en el líquido que conocemos como semen y estos trepan por la trompa de Falopio hasta los ovarios y finalmente uno de estos espermatozoides fecunda sin remedio al óvulo maduro preñando a la mujer”.

Fernando y yo tuvimos un par encuentros más, nos veíamos a escondidas en el hostal de siempre y estando en nuestra habitación por tercera vez me espetó animado…

-“si Mauricio no sabe valorarte yo sí… ¡En absoluto me importaría preñarte si tú quieres…!”

-“Sí, le respondí. “Aunque sea una idea descabellada estamos aquí ¡¿No?! Yo solo amo a mi esposo, pero tú y cualquiera que me eche su leche dentro de mi vagina me puede preñar, siempre y cuando sea fértil. Porque YO solo busco quedarme preñada no amarte”.

-“Entonces, ¿puedo preñarte?” Me insistió. 

Y al preguntarme, se acomodó, mostrándome sin ningún problema la visible erección de su polla que no podía ni quería ocultar en su pantalón.

-“Sí, Fernando”.

Le respondí de nuevo, mirando descaradamente sin reparo el bulto que su polla hacía en su pantalón. 

-“Sí hombre. Quiero que sepas que no me dejo follar por amor, sino porque deseo que me preñes. Son mis mejores días fértiles y si me follas dejándome tú esperma en mi útero, no dudo que vas a PREÑAR... digamos que fornicamos para cumplir el mandato del Señor de creced y multiplicaros, nunca dijo con quien”.

Y al decirle esto, correspondí a su gesto, abriendo un poco las piernas, enseñándole algo más que mis muslos. Era evidente que la calentura de provocada por las hormonas hacían lo suyo, pues nunca me imaginé capaz de hacer semejante cosa ni de sostener semejante diálogo con alguien que no fuera mi marido. Pero en esos momentos me sentía muy excitada, muy caliente, y provocar y excitar al amigo de mi esposo me ponía todavía más caliente…, y a todo ello sumado al currículo del semental engendrando cinco hijos de diferentes hembras…. Él notó que yo también estaba cachonda y receptiva… pero siguió con su charla insistente…

-“Claro”, me respondió. “Para preñarte primero te tengo que follarte, de eso no hay duda…, te tengo que meter la polla en tu coño y echarte todo mi esperma en tu útero”.

-“Así es”, le respondí, siguiéndole el juego. “Tienes que meterme toda la polla en el coño hasta el fondo ¡Puedes correrte bien profundo…! Y procura dejar los testículos secos antes de sacarla”

-“¿Quieres que te meta todo este cipote…?” 

Me volvió a preguntar siguiendo con el juego de seducción, bajándose el cierre del pantalón, mientras se metía la mano en la bragueta. 

-“¡¡Quieres que te meta la polla en el coño!!”

-“Pues no sé si debo dejarte que me la metas…”

Le dije poniendo un tono inocente en la respuesta.

-“Dime si quieres”

Me insistió mientras se sacaba la polla del pantalón, gorda, grande y dura. Creo que no le respondí e hice el intento simulado de irme. Al hacerlo, le di la espalda, me asió con firmeza haciéndome doblar quedando en la posición de perrito, enseñando las nalgas. Inmediatamente me bajó las bragas, dejándome con el culo y el chocho expuesto a su mirada y a su polla.

-“Qué culo tan bueno tienes, Lorena”, me dijo, mientras enfilaba su ariete hacia mi chocho…

-“¡¡No serás capaz de preñarme hoy…!!”

-“¡No apostarás nada a que sales de aquí, con un hijo mío en tu panza! Te voy hacer el bebé más bonito que hayas soñado”

Pero mientras le pedía queme la metiera, puse más respingón mi culo, facilitando el camino hacia mi chocho a la polla del amigo de mi marido, que ni tonto ni perezoso, me la hundió hasta el fondo, comenzando a follarme con fuerza, con ansias mal contenidas, metiéndome una y otra vez la verga a lo honde de mi coño. 

-“¡Ay, Fernando, ay!” 

Gemía yo ante el beneplácito del macho que se recreaba sintiendo su tranca apresada en la vagina de la mujer de su amigo. Y volvió de nuevo con su pregunta inicial…

-“Entonces, sí deseas preñarte, ¿verdad?”

-“¡Sí, Fernando, sí!” 

Le decía yo entre gemidos, sintiendo entrar y salir su polla de mi coño

-¡Sí puedes cabrón! ¡Sí quiero que me preñes…Joder PRÉÑAME Fernando! De esto tu amigo no se va enterar por nada del mundo… ¡¿Entendido?!

-Ya sabes de mi discreción… si algo se sabe es por otros no por mí”.

Aquello me puso en alerta porque yo al igual que mis amigas sabíamos de todo el historial de es canalla que ahora me empalaba sin miramientos… ya no había remedio a lo hecho pecho.

-“De todas forma que hubiese tenido más cuidado con su esposa el muy cornudo… debería haberme dicho algo o ponerse celoso al vernos tan cercanos, más sabiendo que has dejado preñadas a más de una”.

-“Entonces, cuando termine de follarte vas a estar preñada de mí, ¿verdad? Porque tengo los huevos muy bien cargados...”

-“¡Sí, Fernando, si me echas un buen polvo me vas a hacer un hijo! Estoy en mi días fértiles, solo necesito que me fecundes...”

-”Un hijo mío, ¿verdad? ¿Verdad que te voy a hacer un hijo?” 

El muy cabrón me follaba a todo galope insistiéndome en mi preñez, en la cantidad de leche que tenía preparada en sus orondos cojones... la ingente cantidad que me pesaba vaciar en mi coño, y en que el mío sería su sexto hijo con cinco mujeres diferentes…

-“¡Sí, préñame... deseo tener un hijo tuyo hijo de puta…!”

-“¿Quieres tener un hijo mío?”

-“¡Sí, Fernando! ¡Quiero tener un hijo tuyo! ¡Hazme un hijo, fóllame, préñame y hazme un bebé precioso con tus ojos azules!”

-“¡Sí! ¡Dime qué quieres tener un hijo mío! ¡Dímelo!”

-“¡Quiero tener un hijo tuyo! ¡Joder cabrón, vas a tener hasta suerte! Estoy en el segundo día de ovulación”.

Y apenas terminaba de decirle estas palabras, cuando apretándome las nalgas comenzó a vaciarme su leche dentro de mi coño a borbotones, era increíble cómo sentía los chorros de su lefa golpearme las entrañas, mientras gemía con fuerza como un verraco ensartándosela a su cerda… percibía las convulsiones de su polla en mi sensible vagina.

-“¡Toma, toma toda la leche! ¡Toda dentro de tu coño para que tengas un hijo mío! ¡¿Sientes los chorros de lefa como te llenan?! Ya te estoy preñando. ¿Sientes cómo te estoy preñando?”

-“¡Sí, Fernando los siento! ¡Va a ser una niña, estoy segura! ¡Sí! ¡Sí siento tu leche, siento cómo me estás preñando me está entrado dentro de la matriz!,  ¿Me escuchas, cabrón…? Me estás preñando, me estás haciendo una niña preciosa ¡Tú hija!”.

-“El cabrón es tu marido...” Me respondió bajando la intensidad de los empujones hundiendo su polla en mí. “Yo le estoy haciendo un soberano cabrón cornudo preñando a su esposa…”

-“¡Sigue, sigue echándome más! ¡Así, así, hazme una hija, así, así! ¡PRÉÑAME, PRÉÑAME! ¡Quiero tener un bebé tuyo! ¡Quiero toda tu leche bien dentro de mi útero! ¡Quiero estar segura que me vas a hacer una panza más gorda que a las otras putas…! Quiero estar segura que me vas a hacer un bebé precioso con tu vigor… ¡Así, préñame, cabrón!” 

En pleno éxtasis no éramos lo todo lo recatados en estado normal.

-“Me estás dejando secos los huevos… hasta la última gota te voy a vaciar…”

-“Sí”, le dije bajando también el ritmo. “¡Haz del gilipollas de mi marido un cornudo cabrón! ¡¡Fóllate bien fuerte a su mujercita para que sepa lo que necesita y le pongas los cuernos bien grandes! Con tu leche le vas hacer Cornudo Mayor de la cofradía”.

Finalmente, terminó de echar aldabonazos de rico y fértil engrudo plagado de espermatozoides locos por preñarme, pero se quedó todavía un buen rato con rabo incrustado, mientras yo sentía cómo sus pulsaciones bajaban dentro del chocho y nuestras respiraciones poco a poco se normalizan. Percibí como nunca cada aldaba de blanca lefa descargarse en lo más íntimo de mi vientre, donde solo un esposo debe derramar su semilla. Una vez bien llena de esperma, me sacó la polla impregnada de su propia leche y mis jugos, y se dejó caer en el sillón en que estaba sentado. Por mi parte, yo me di la vuelta e hincándome frente a él, le tomé la polla que aún estaba dura  y me la metí en la boca, mamándosela, sintiendo el fuerte sabor de su semen mezclado con mis jugos, mientras él hacía gestos de placer al sentir cómo se la chupaba. Tras limpiarle la polla con mi lengua a base de lametones, chupadas y succiones, me levanté y me vestí, mientras le pedía a él que hiciera lo mismo, pues mi marido podía llegar en cualquier momento a casa y no quería me encontrase fuera…

-“Será mejor que nos vayamos”, me dijo de pronto mientras terminaba de vestirse.

-“Será mejor. Si mi marido llega a casa y no me encuentra a estas horas, no sé lo que podría pensar”.

-“Gracias por todo…, eres una mujer maravillosa digna de lo mejor”, me dijo en la puerta.

-“Vuelve cuando quieras”, le dije yo a modo de despedida.

-“Claro que volveré”, me dijo. Hasta no verte preñada no pararemos de follar. Y soltó la carcajada, la cual le acompañé sin ningún ni rubor de mi parte. “Te mereces ser madre, y si tu esposo no está por la labor me tienes a mí sin ningún compromiso por mi parte… Te preñaré sin contrapartidas ¡Te lo prometo!”

-“Tú serás el primero en saberlo cuando tenga los primeros síntomas de mi preñez”, le contesté sonriendo.

Pese a la desfachatez de mi infidelidad, me sentía muy feliz, entonces salió y yo cerré la puerta, sonriendo todavía y, a pesar de mi borrachera de sexo, sin ser consciente de la magnitud de los acontecimientos que acababan de suceder, empecé a cavilar un plan de cómo iba a justificar un embarazo a estas alturas si no me follaba mi esposo… Ya se me ocurriría algo…, pero, <<¿Dónde andaría el gilipollas de mi marido a estas horas, mientras a su mujer se la folla su amigo, con todas las posibilidades de dejarla preñada?>> A los pocos minutos llegó Mauricio a casa, pareciera que los hubiese invocado, pero no dio síntomas de sospecha del olor a macho que aun impregnaba mi piel tras la intensa sesión de sexo. Me dio un beso de compromiso sin decir nada, solo se duchó, se puso cómodo y preparamos la cena…y así con su consentimiento implícito volvimos a follar Fernando y yo, la última vez en el hotel nos quedamos toda la noche porque mi marido se marchó de viaje… echamos tres polvos, y definitivamente quedé preñada de un varón al que pensé llamar Fernando, para que llevase el nombre de su padre biológico, sin embargo el cornudo de mi marido no lo aceptaría, después Mauro por mi esposo en compensación por los cuernos, pero finalmente opté por Josef, el padre putativo de nuestro Señor Jesucristo, que es el cornudo bíblico por excelencia. Naturalmente que nada más llegar de su viaje me follé a mi esposo un par de días seguidos para simular cualquier contratiempo de hacerse efectivo mi embarazo….

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Cuando le conté a Mauricio del positivo se le saltaron las lágrimas de felicidad. De vez en cuando follábamos estando preñada, pero al tener mi libido muy bajo no me apetecía tanto, con lo cual se igualaba con sus ganas. En la cuarentena cuando tuve a mi hijo la pasamos bastante mal, porque solo nos aliviamos chupándole la polla hasta que se corría en mi boca  y él me masturbaba dándome en mi pepitilla hasta que me corría yo. Aproveché en ese tiempo para empezar a tomarme la píldora porque sabía que si no me preñarían otra vez, por eso justo a los cuarenta y tres días, una amiga me recomendó un afrodisiaco para mi esposo. No sé si era efectivo, lo que sí sé es que nos desquitarnos, me envicie de una forma que no quería nada más que follar con él y Mauricio parecía otro… Tal vez el creer en su potencial de fertilidad le dio seguridad y arrestos para follarme día sí, día no. Estuvo en casa una semana de vacaciones en la que follamos de todas la formas, era dejar durmiendo al niño y me follaba hasta agarrada en la cuna o dándole de mamar al hijo y al “padre”… más de una vez me folló dándole teta a “su hijo”, no esperaba ni que me lavara el coño de su leche…, solo verme la lefa goteando por mis labios vaginales ya estaba empalmado como un semental.

Mi primogénito contaba con casi dos años cuando nos invitaron a una boda donde coincidimos con ALFONSO, el antiguo socio de mi marido. Gracias a que Mauricio no sabe beber, fui acompañada y finalmente fecundada por el tremendo falo de Alfonso. Perdí todo mi puritanismo y me arrastré a la lujuria.


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Desde que era adolescente, siempre he tenido un desarrollo más rápido en cuerpo y mente que el resto de mis amigas de misma edad, reconozco que soy del montón, pero tengo algo que atraigo a los hombres, teniendo hoy en día un par de tetas cada vez más grandes, sobre todo después de mi primer parto. De igual manera poseo unos muslos y nalgas de buen tamaño y siempre admirados por los hombres, ya que hago mucha zumba, dada esa descripción está por demás decir que soy una mujer guapa que le gusta vestir a la moda y muy sensual siempre con ropa de marca… uñas largas decoradas, con el cabello muy arreglado y maquillada por supuesto, así soy aun cuando solo voy al súper. No quita que sea una practicante católica, una mujer tradicional de misa semanal los domingos por la mañana, pero que tenga fama de beata no me quita la calentura que mi cuerpo produce ante la presencia de un buen macho… Así que lo más destacable de mi forma de ser es lo caliente que soy, pues disfruto mucho haciendo el amor con mi esposo, especialmente tras mi primer hijo… ahora follamos simplemente por tener sexo como una forma más de relacionarnos, sin embargo yo busco tener más hijos, sin renunciar a los orgasmos me sacan de quicio, por ellos muero.

A pesar de que me gusta ser muy sensual en todos los aspectos, siempre he sido muy recatada y fina, mi educación siempre fue muy apegada a la iglesia católica destacando entre las familias modelo de mi congregación… no me pierdo un día de fiesta religiosa que no esté ahí, procesiones o eventos navideños preparando belenes o regalos para los niños de familias necesitadas… entre otras muchas eventos. Mi familia es del Opus y somos de ese tipo de familias donde los niños son bienvenidos y cuantos más mejor…, en definitiva un ambiente cristiano en el que crecí con la idea de casarme, tener una familia y serle fiel a mi esposo por siempre, pues seguía los patrones de mi casa. Mi padre es un gran hombre intachable, trabajador con buena posición económica y mi madre una bella dama y señora en toda la extensión de la palabra, sin contar también que estudie en escuelas religiosas, no fui muy noviera a pesar de que soy atractiva para los hombres pues solo tuve dos relaciones… una en la adolescencia donde salí virgen a pesar de las insistencias de mi novio, y mis casi siente años con Mauricio con el que perdí mi virginidad unos días antes de la boda porque el macho no aguantaba un día más sin follarme… no lo entiendo tras dos años de largo noviazgo, vamos que le dejé follarme, por supuesto sin condón como bien manda la Santa Madre Iglesia, total sabía qué a la postre terminaría casándome con él al cabo de unos días… No fue un polvo para ponerme los ojos en blanco pero no estuvo mal.

Tengo mi círculo de amigas con las que me voy al casino, al Gim o tomar un café, no voy a los antros a menos que me acompañe mi esposo, solo voy a esos lugares de lenocinio con Mauricio aunque él no es mucho de eso tampoco. Como se darán cuenta mi vida es muy tranquila, recatada, formal y bella, por eso nadie pensaría que yo fuera capaz de pasarme por la cabeza la idea de engañar a mi esposo, hasta que llega el día que si no me cubre mi esposo busco un semental que lo sustituya… Ya ocurrió con Fernando dejándome preñada de mi primer hijo y pronto todo volvería a torcerse debido a mi calentura insatisfecha por mi esposo que no culmina llenándome la panza de un hijo suyo, que es lo que más deseo.

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Esta segunda historia que le voy a contar pasó hace aproximadamente cinco años. Como les comentaba estoy casada desde hace siente años con Mauricio el cual es un hombre que por entonces tenía 30 años… bueno, guapo y trabajador y que me tiene viviendo como reina, tenemos un niño de dos años como ya sabéis (Josep) y nuestro matrimonio va perfecto, Mauricio es sub-gerente de marketing de “Aena” y además tiene una compraventa de vehículos semi-nuevos on-line donde trabaja por las tardes y noches principalmente, el cual le va bastante bien. Desde hace tiempo estaba en sociedad con Adolfo y su padre, entonces ellos eran los encargados de la parte visible del negocio. Adolfo al igual que Fernando es del grupo de amigos íntimos de mi marido desde el instituto, también sus familias se conocen desde que mi suegros eran solteros, hasta el día que disgregaron la sociedad sin romperla, aunque prácticamente se tuvieron entre ojos por varias ventas nada lícitas por parte de Adolfo asesorado por el padre de este que acabaron en mutuo acuerdo reparando las pérdidas, pero no así la amistad al 100% como era antes. Entonces le dieron otro giro al negocio, mi marido reformó el sistema de venta de vehículos a una plataforma on-line y Adolfo se quedaría con el trato final al cliente y proveedores.

Con todo ello trabaja demasiado y no tiene mucho tiempo para mí ni su hijo. He de decirles que a mí en lo personal tanto Adolfo como su padre nunca me cayeron excesivamente bien como personas, más bien me parecían comisionistas a la caza de ingenuos en vez de ser empresarios serios, eso sin contar que cuando les das cierta confianza se convierten en personas mal educadas, arrogantes, ventajosas y presumidas. Desde el primer día que los traté he sentido la sensación que Adolfo le tenía mucha envidia a mi marido, pues Mauricio es mucho más exitoso en todos los aspectos, es guapo, alto, atlético, con dinero y por supuesto con una muy bella mujer de esposa. No es que no sean guapos Adolfo y su padre, este último pese a tener cerca de los 65 años se conserva muy bien sin barriga, ágil y de rostro seductor, con unos rasgos varoniles que te atrapa la vista… su hijo tenía la misma planta, con la ventaja de tener 30 años menos... 

...Bueno para no hacer el cuento más largo la sociedad término hace como un año y desde entonces ellos no se podían ver ni en pintura, pero hace cuatro meses un amigo en común de ellos se casó y nos invitó a la fiesta, ese día me arreglé como nunca, me encontraba cachonda y me apetecía estar sexy para mi esposo y de paso para quien pudiera disfrutar de mi presencia… tal vez se debía a estar en mis días fértiles que es cuando más busco al macho que hay en Mauricio…


Ambos teníamos la idea de tener otro hijo, y que mejor que una velada como esa, por lo que dejamos al niño con una de mis hermanas, me puse un vestido rojo sin tirantes muy ajustado… un palabra de honor, con faldita corta con algo de vuelo el cual hacia que mis pechos casi se salieran de su lugar, un conjunto de lencería y negra de encaje con sujetador transparente en los tirantes y en el área de los pezones y una tanguita de un solo hilo fino con tan solo el triangulito de encaje por delante, liguero, pantimedias, tacones de 10 cm y por supuesto mi área de bikini depilada con sumo cuidado y muy bien perfumada solo con una pequeña coleta estilo mohicana. Coincidimos con Adolfo y su padre. Adolfo es un hombre de 36 años divorciado desde hace dos años, un hombre resultón sin necesidad de grandes esfuerzos, vamos un tipo atractivo… ese tipo de canallas en las que la mayoría de las mujeres caen rendidas a sus pies en algún momento de su vida y se arrepienten el resto de haberlo conocido, casándose con otro más formal que sea un buen padre para sus hijos. Las cosas son así… a las mujeres nos follan los canallas y no llevan al altar los formales.

Su padre es Faustino, un hombre casado, aunque a su señora la trata como a una basura. Ese día, la fiesta transcurría sin ningún percance negativo Mauricio y yo nos divertíamos, hasta que a la mesa se acercó Adolfo a hablar con mi esposo para tratar de arreglar las diferencias que había entre los dos, conversaron amistosamente casi toda la noche, debieron hacer las paces porque al finalizar la fiesta mi marido andaba un tanto pasado de copas… fuera de sí Mauricio invitó a Adolfo a seguir la fiesta en casa como tantas otras veces cuando estaba casado y ambas parejas nos juntábamos en los buenos tiempos. Sin duda la seducción de Adolfo se hizo efectiva con mi esposo, y aunque a lo cual renegué pues implicaba dar al traste con nuestros planes…. 

Deseaba con toda el alma lograr quedar fecundada de mi esposo…, pero bueno que podía hacer, salimos del casino y le pedí las llaves a Mauricio para conducir yo, pues él ya estaba demasiado ebrio y yo solamente alegrona. Sin más nos fuimos a la casa pero Mauricio en el camino se quedó dormido en al asiento del acompañante, detrás iba Adolfo callado casi todo el tiempo… debía de ir también cargado, no obstante no era así porque al llegar a la casa Adolfo se ofreció a ayudarme con Mauricio y meterlo mientras llegaba su padre que dicho sea de paso fue a dejar a doña Eva a su casa para el seguir con la parranda. Adolfo dejo a Mauricio en el sofá de la sala profundamente dormido a todo lo largo que daba. A la vista del panorama, yo no tenía intención que se quedaran, él lo notó ipso facto y cuando trataba despedirse me dijo que si le invitaba a tomar un café para que no le pasara lo que a mi esposo de quedarse dormido a mitad de camino, obvio no me pude negar. Cuando lo iba a preparar vio una botella de vodka que teníamos en el mini bar…

-“Creo que antes mejor nos tomamos la última…”

Mientras se lo tomaba me sirvió uno a mí y me dijo que brindáramos porque él y mi marido habían arreglado sus diferencias, las cuentas estaban claras y todo el desaguisado era cosa del pasado… 

-“A Mauricio lo quiero como a un hermano y es cierto que abusé de su confianza, me siento muy arrepentido y lo mejor es que me ha perdonado y lo hemos arreglado amistosamente”.

No sé qué pasó, tal vez esa última copa rebasó mis límites para el entendimiento razonable, y junto con la amena conversación que Adolfo le estaba regalando a mis oídos se empezó a transformar a una conversación muy lasciva, donde haciendo alarde de su hombría me contaba historias de índole sexual en relación con su ex esposa. La verdad es que no me estaba cayendo tan mal aquel tema atrevido e impúdico, comenzaba a estar muy interesada por como fornicaban en sus años maritales, Yo solo lo había hecho con mi esposo (Y el amigo común de mi esposo y Adolfo… Fernando) con la poca experiencia que ello te da, y lejos de querer que se fuera quería que me contara más. De repente me empezó a decir que yo era una mujer muy bella e inteligente y que le daba gusto que fuera la esposa de su amigo… sonó su móvil, era su padre para decirle del retraso por culpa de un accidente de tráfico que bloqueaba la carretera. Adolfo le dijo que lo esperaba para irse juntos pues la fiesta había terminado, colgó se levantó del taburete de la barra…

-“Me marcho, voy a llamar a un taxi y me voy Lorena… cuídate mucho”.

Se acercó para despedirse de mí y me tomo por la cintura a fuerza para darme un beso en la boca el cual instintivamente rechacé haciéndole la cobra, pero la fuerza de él hacía que no me pudiera separar, no sé qué me paso, correspondí el beso abriendo un poco mi boca y sacando la punta de la lengua, fue cuestión de segundos el regreso a mí la cordura logrando separarme…, y al instante le reclamé por lo sucedido…

-“¡QUE TE PASA IDIOTA!” 

Él con una risa burlona en su rostro como sabiendo que falto poco para tenerme a su merced me dijo… 

-“Discúlpame Lorena pero me moría por hacerlo y por lo que se ve tú también”.

Estallé enojada por tan severa afirmación posicionándome entre esas mujeres busconas insatisfechas por sus maridos…, pues como lo comenté este tipo era un arrogante y conteste… 

-“¡Estás loco, lo mejor será que te vayas de mi casa si no quieres que despierte a Mauricio!”

-“No creo que despierte… si lo conozco como sé lo conozco está bien pedo”, me contesto Adolfo.

-“Pues no me importa, ¡Te vas en este momento porque soy capaz de cualquier cosa!”

No había terminado de decir esas palabras cuando me volvió a tomar por la fuerza y me comenzó a besar nuevamente, me tomó de las muñecas arrinconándome contra el refrigerador, por supuesto que puse resistencia pero su fuerza era muy superior a la mía, a tal grado que me estaba lastimando las articulaciones. Como pude separé mi boca de la suya y grite…

-“¡¡Adolfo suéltame por favoooor!! Suéltame porque voy a gritar”.

Mientras forcejeamos me comenzó a besar el cuello, me pasaba su lengua por toda la mejilla hasta intentar besarme la oreja. Sentí su aliento alcohólico al momento que me ensalivaba todo el cuello, su barba de cinco días que tanto me atraen de los machos, me raspaba y hacia cosquillas a la vez, no sé qué me paso me sentía seducida de esa forma, pero aquel beso y aquella dominación de Adolfo hacia mí me movió el tapete. Desafortunadamente el alcohol y la calentura de mis hormonas desaforadas me traicionaron, me transformé en ese momento en otra persona, empecé a corresponderle los besos a Adolfo, nos fundimos en un beso muy apasionado donde nuestras lenguas se entrecruzaron y nuestros labios se mordían, Adolfo me soltó las manos y me pasó una a la cintura y la otra a mi trasero por encima del vestido. Yo no sabía qué hacer solo las dejé abajo unos instantes para después pasarlas por su cuello para abrazarme colgado de él.

En instantes me levantó la falda dejando mi culo de nalgas firmes al descubierto mientras yo le acariciaba su poca cabellera que le quedaba en la nuca, estaba perdida aun me llegaban pequeñas señales pensamientos de arrepentimiento, pues estaba a punto de dejar de ser la cristiana esposa fiel de misa semanal, la dama modelo de las nuevas generaciones de la congregación y buena chica del coro de misa…a la más grande de las putas. Mientras me masajeaba el culo dejé de abrazarlo y en instantes pensé en separarme pero nuevamente me traicionó la zorra que toda señora lleva camuflada y surge en estado de máxima fiebre… y lejos de alejarme le comencé a abrir la camisa. Descubrí que su pecho era adornado por un bello pelo fino y bien colocado en su pecho… parecía un adonis macho ibérico de los que aún no se depilan para convertirse en metrosexuales seudo afeminados y una pancita coqueta sin nada de tableta…

Vamos un hombre de talla normal que no necesita cuidarse para estar apetecible. Su olor era a sudor y a colonia masculina Don algodón, un aroma de buen gusto, después de haber estado bailado buena parte de la noche. Comencé a pasar mis manos por toda esa pelusa suavemente, con mis yemas lo exploraba, le enterraba suavemente mis uñas como haciéndole cosquillas, tenía los pezones muy morenos. Posteriormente fui bajando y puse una de mis manos en su entrepierna, la cual ya estaba algo dura <<¡Oh sorpresa, el cipote de Adolfo se sentía grande y  grueso!>> Lo froté por encima del pantalón, él entre tanto ya me había bajado el vestido y el sujetador a la cintura y me besaba los pezones, me los chupaba de forma brusca haciendo mucho ruido al lamerme y succionar queriéndose quedar con mis pezones ahora empitados de aureola inflamada. Mi respiración se había vuelto muy intensa, por un lado el aspiraba la frescura y pulcritud de mi cuerpo bañado en desodorantes y perfumes caros, mientras yo solo me embriagaba en respirar una desaseada sensación a macho. Adolfo continuo con su boca mamado de mis ubres como un becerro, dejándolos empapados en baba…, los mordía, chupaba, lamia toda su circunferencia sin dejar un solo centímetro sin ensalivar, su boca realizaba movimientos succionadores que casi me arrancaban el pezón. De pronto se separó  eufórico…

-“¡Qué bonitas tetas tienes Lorena, están riquísimas y enormes!¡Qué areola tan grande! ¡¡Nunca había probado unas tetas como estas, están exquisitas!!”

A pesar del tamaño de mis mamas, no los tenía nada caídos por el contrario mis pezones están parados mirando a los lados y hacia arriba como pidiendo guerra con un color rosita y mi areola era muy amplia e hinchada como si fuera ojiva sobre mi teta. Me comenzó a meter la mano bajo mis bragas…, sus dedos gruesos se fueron abriendo paso por mi rajita, cuando me di cuenta ya los tenia dentro de mi vagina infiel. Yo estaba súper caliente, tan excitadísima ya se me salían gemidos de placer y mis pezones parecían explotar de tan duros que estaban. Nuevamente mi cabeza me mando una señal advirtiéndome que yo era una mujer casada y que eso era un grave error, pero el fuego que se encendía en todo mi cuerpo rápidamente se encargaba de desaparecer cualquier síntoma de arrepentimiento… el olor a macho en celo, mis defensas hormonales por los suelos, y el tremendo bastión que gastaba el semental entre sus piernas no me ayudaron en nada a deshacerme de aquel acoso…

-“¡Ohhh Adolfoo nooo, esto no está bien, vete por favor¡ Estoy casadaaa y amoooo a mi marido ¡¡¡Por favor vete!!!”



Todo eso mientras me meneaba al compás de sus dedadas, por supuesto no paraba de jadear hiperventilando como una perra ansiosa de ser montada. En ese momento él se separó quedando en shock, pues pensé que me había hecho caso y se detendría, aunque la verdad eso era lo que yo menos quería, cuando estaba a punto de perder toda dignidad y esta vez ser yo quien me ofreciera, él se desabrochó el pantalón para extraer una enorme verga…, <<Madre de Dios que pollón más grande ¡Qué gordo!>>, con dos tonos de piel, una parte rosada en los primero centímetros del glande despejado de sus prepucio y bajo este una polla morena hasta la raíz de donde colgaban unos flamantes testículos de tamaño descomunal semejante a una pelota de tenis. En ese momento no sé por qué me sentí aliviada, sabía lo que venía pero yo por instinto o por pudor, por querer seguir en mi papel de mujer fiel me tapé con mis manos las tetas, pero no hice más, no reaccione solo me quedé parada esperando a que Adolfo me invitara a bajar a probar su tiesa anaconda súper ancha y larga… debía tener un diámetro en su tronco parecido a un bote de bebida isotónica. Suavemente me tomó del hombro y me bajó al nivel de la gran tranca empotradora, sin decir una palabra y casi temblando me puse en cuclillas hasta colocarme frente a ese pedazo de carne, cuyo agujero uretral me miraba fijamente a los ojos… mirándolo me le acerqué, lo olí y fue la última vez que puse algo de resistencia. Levanté la cara y lo observé a los ojos con cara de niña traviesa a punto de comer un caramelo.

-“Adolfo NO por Dios Santo, ¡¡esto no está bien!! ¡Me vas a matar con esa polla…!”

-“Yo sé que quieres, estás bien cachonda. Es toda tuya Lorena… ¡Chúpamela porque es lo quieres hacer! ¡¿No es así?!” 

Sin contestar si o no, dije…

-“¡Pero soy una mujer casada y Mauricio está ahí dormido! ¡No puedo fallarle... no debes follarte a su esposa!”

Decía todo esto sin cambiar de posición… seguía hincada con la cara a la altura de su suculento pollón de gordo capullo, como quien no quiere irse. Pero por mi educación me resistía a tomar la iniciativa. Él se dio cuenta que yo quería tragármelo y utilizando la psicología inversa dijo…

-“¡Tienes razón Lorena, mejor me voy! ¡Creo que esto no está bien! Eres demasiado recatada para tener una aventura de este tipo…”

Cuando se separó por instinto yo lo atrapé de las piernas, como arrepintiéndome de lo que había dicho… 

–“¡¡No Adolfo, no te vayas!!” 

Qué había dicho, eso era la autorización a mi perdición. Adolfo solo sonrió como pensando que había funcionado… -

“¡Ya ves que tú también lo quieres Lorena, pero te haces la estrecha! Me excitan mucho más las mujeres recatadas como tú,  a la postre sois mucho mejores putas en la cama...”

Dicho eso ya no titubeo para nada sabía que me tenía en el bote… no había marcha tras, me asió de la cabeza metiendo sus dedos en mi cabello, al mismo tiempo que acercaba su tranca con rezume de líquido pre seminal en su grandioso capullo en forma de casco alemán, me lo dejo unos instantes a escasos cinco centímetros de mis labios y nariz. Como buen pescador tenía el cebo echado esperando que el pececillo picara y se comiera la carnaza… tanto él como yo deseábamos que me atreviera. Entendí el mensaje, saqué mi lengua, la acerque a su cabezota morada como una ciruela madura que parecía explotar, la sentí en la punta de mi lengua y me separé…, un hilito del viscoso liquido era lo único que nos unía. Metí mi lengua a mi boca y comencé a degustar el gusto del semental, así dure unos instantes sin decir ni hacer nada, el me preguntó…

-“¡¿Te gusta preciosa?!”

No conteste nada solo saque de nuevo mi lengua y en movimientos circulares comencé a ensalivar su cabeza, luego me lo metí todo a la boca, lo saqué y con mi lengua le pase por todo el palo hasta llegar a sus huevos rasurados, su olor almizclado a macho en celo me sublimaban… <<¡Joder cuando mi esposo huele así lo mando inmediatamente a que se dé una agua…!>>, Pero lejos de molestarme con Adolfo, ese olor me volvía loca, me fascinaba porque no era el rancio frustrante hedor que mi esposo desprende tras un día de trabajo, sino un aroma contundente que te llena la papilas gustativas de algo que debe estar muy sabroso. Se la mamé como dos minutos, chupándolo, besándolo, pajeándosela a una mano a dos…, odiaba chuparle el escroto a mi marido pues no me gusta la sensación de los pelos en mi boca y nariz…. Adolfo no me lo pidió, me lo ordenó y yo obediente le pase toda mi lengua por su voluminosa bolsa escrotal donde contenía un par de pelotas dignas de lamer… las sopesé una a una con mi lengua mientras tanto él me amasaba las tetas pellizcando los pezones hinchados. Me tragué un huevo y luego el otro pensando sugestionarlos en su producción espermática. Yo estaba ya como poseída, en otro mundo en un mundo desconocido para mí, un mundo de perversión y salvajismo. En eso sonó su teléfono era su padre, mientras yo seguía sin inmutarme, el contestó diciéndole que no se preocupara… se iría en un taxi. Se separó no sabía qué hacer pues por una parte pensé que se fuera era lo mejor, pero por otra suspiraba por esa verga gorda haciéndome suya.... creo que mi subconsciente deseaba vaciar todo el semen que contenía el grandioso escroto de ese semental, mis hormonas en plena ovulación comandaban mis razones. Se abrochó el pantalón y la camisa….

-“Espérame voy a decirle a mi padre que mañana quedamos en el negocio… que yo ya regreso por mi cuenta. No te muevas preciosa”.

Yo hincada con las tetas fuera, el culo al aire y la boca además de mi conejo hambriento, muy húmedos, solo moví la cabeza como una perrita que le dice que si a su dueño. Adolfo se salió y yo estaba en shock no podía creer lo que pasaba, en ese momento en lo único que pensaba era en que el ex socio de mi marido regresara y me diera con todo lo suyo, me partiera en dos con su trabuco enloquecedor tan vasto como un “Cirio Pascual” <<¡Madre mía… me podrá llegar hasta el estómago si me la mete haciendo tope en ese par de huevazos!>> Tardo cinco minutos, demasiado para mi mala conciencia… comenzaba a entrar en razón y también en desesperación. Abrió la puerta y mi cara de preocupación cambio por una expresión de agradecimiento y tranquilidad…

-“¡Ya he regresado Lorena, perdona la tardanza!” 

Con una sonrisa de nerviosismo y coquetería le conteste…

-“Un poquito más y me derrito sin ti…”

Le contesté sentada en el sillón de la sala a escasos metros de Mauricio mi esposo con el coño chorreando, se sentó al lado mío y me intentó besar nuevamente, la pausa me había dejado pensando en abortar la misión, sentía que aún estaba a tiempo…

-“¡Por favor Adolfo vete, no quiero traicionar a Mauricio! Es lo mejor créeme”.

-“¡Ay Lorenita si ya lo has traicionado mamándole la polla a otro Hombre… Ya no es engaño, has pecado cariño disfrutándolo tanto como yo”.

Esas palabras me dejaron descontrolada, él tenía razón ya había echado por la borda mi ideal de esposa perfecta, fiel y respetable cristiana, para transformarme en otra aventura del implacable seductor rompe corazones, o mejor decir, rompe coños del ex socio de mi marido. Adolfo era muy hábil con la mente, mientras me puso a pensar me siguió tocando y besando, yo me volví a encender con mayor intensidad creo. Me recostó en los cojines de la sala, me alzó el vestido a la cintura, me hizo la tanga de lado con la intensión de chuparme el coñito abriéndome de piernas, no sé cómo moví una de ellas que casi tiro un cenicero por lo que le dije a Adolfo que mejor nos fuéramos a mi cuarto, sí al cuarto donde pasaba las noches como esposa fiel, como señora respetable, a la cama donde dormía con Mauricio, pensé nuevamente en arrepentirme pero mi parte caliente me dijo que ya la había regado…

Le había mamado la polla a Adolfo y que en lugar de sentirme culpable lo disfrutara pues a final de cuentas ya me había portado mal pecando. Subimos al cuarto dándonos besos todo el camino cual si fuéramos adolescentes en pleno romance, Adolfo me quitó toda la ropa y yo a él, me tiró a la cama, me abrió las piernas dejándome despatarrada y me comenzó a succionar el clítoris con devoción y esmero, me pasaba su lengua mojada por toda mi vulva femenina anhelante de un macho que la tuviera en cuenta, mientras me decía…

-“¡Qué rico coñito tienes Lorena, eres una princesa, cuantas veces soñé con este día, cuantas veces me imaginé ver tu pepita para comérmela…, me imaginaba tu chocho depilado, rosita y perfumado pero esto supera cualquier fantasía”.






Yo solo gemía de placer, me encantaba lo que Adolfo me hacía y decía, nadie se tomó tanto interés en darme placer y mucho menos antes de haberlo conseguido el hombre “¡Ummm!” Dejó de mamarme el coño rasurado solo para él, mi marido nunca lo hubiese disfrutado con tanto entusiasmo. Se acostó en la cama y me invito a que hiciéramos un 69… me acomodó las caderas de tal forma que mi vulva quedó en su cara y su mástil erguido y duro como el acero en mi boca. La verdad es que nunca lo había hecho pues a mi esposo le gustaba que se la mamara, pero a él a mí no le gustaba chuparme mi chochito caliente a pesar de que lo mantengo siempre muy bien depilado sin rastro de pelo en nada, para que se animara, sentía muy extraño estar encima de un hombre tan diferente a mi esposo, grande y velludo lo justo para darle ese toque varonil tan masculino que me vuelve loca… ¡Yo estaba en la luna! Los pelos de su barba me hacían cosquillitas en los muslos, yo mientras tanto me tragaba su bálano como una ciruela. En tanto me chupaba decía cosas soberbias que regalaba mis oídos como….

-“Lorena estas bien rica, eres una diosa, siempre había querido follarte. A veces me masturbaba pensando en ti. Siempre envidie a Mauricio por la esposa que tiene, pero nunca pensé que fueras así de caliente y entregada en el “amor”.

Luego sus cosas subieron de tono y comenzó a insultarme… 

-“¡¡Siempre supe que eras bien puta, pero nunca me imaginé que fueras así de zorra!!” 

Mientras no paraba de chuparme y pajearme. Yo como poseída no paraba de succionar su tranca… 

-“¡Qué rico conejo tienes! ¡¿Te está gustando?! ¡¿Quieres que te meta ya la verga, cariño?!”

Yo que no había pronunciado palabra alguna, le respondí casi implorando… 

-“¡¡Oh síiii, si Adolfo me gusta y me gusta mucho, métemela!! ¡¡FÓLLAME!!”

-“Grita perra, ¡¡Pídeme la polla a gritos golfa!!” 

Me decía mientras me hacía a un lado y se levantaba para ponerme a cuatro patas en la cama y sacudirme en el culo ¡¡Zas, zas! Dos sonoras nalgadas se escucharon en el cuarto. Mientras me volvía a preguntar…

-“¡¡¿Ya quieres polla pedazo de zorra beata?!!”

-“¡Siiii A_dol_fo!!!” Dije con la voz entrecortada… “¡Ya cabrón… Métemela! ¡Fóllame, quiero ser tu puta, tu perra!”

-“No te escucho Lorena grítalo pídelo o no te la meto”

-“¡FÓLLAME POR FAVOR! METEMELA HASTA DENTRO DEL ÚTERO, QUIERO QUE ME LA METAS TAN ADENTRO QUE LA SIENTA GOLPEANDO EN EL VIENTRE, ¡POR FAVOR MI AMOR FÓLLAME CON ESE POLLÓN ENORME QUE ME PIENSA PARTIR EN DOS! ¡AYY YAAAAAA POR FAAAA!!!!”

En esos instante yo ya había perdido toda la dignidad, no me importaba nada, solo que en ese momento Adolfo hiciera de mí lo que quisiera. Acomodó su barra de carne en la entrada de mi rajita ceñida donde antes solo franqueó la picha de tamaño estándar de mi esposo y ahora tenía en las puertas un misil de dimensiones descomunales. Como jugando conmigo me la pasaba de arriba abajo y medio de mis labios vaginales con tan solo la cabeza metida… pulsaba y luego la sacaba, así unas cuantas veces, ya me tenía ansiosa, no me quedaba duda que Adolfo era un experto amante sabía cómo poner a mil su hembra y lograr que esta suplicara ser atravesada. Ahora me encaja muy bien lo que me contaba mi esposo de su socio cerrando tratos en bares y clubes nocturnos de alterne… entre putas vendía cualquier cosa… decía Mauricio. 

De repente y sin más ni más me la dejo ir de un solo golpe calando la parte rosada liberada del prepucio, sentí algo de dolor en un principio a pesar de que estaba súper lubricada pues estaba bien mojada, primero muy despacio, poco a poco fue subiendo la intensidad calando cada vez más centímetros de su extensa verga… me comenzó a montar como a una perra sintiéndome cada vez más empalada, hasta que de pronto me hallaba mucho más que llena de carne trémula de verga rígida expandiendo mis paredes y llegando a mi matriz, a lugares que aún mantenía vírgenes, al mismo tiempo que notaba como sus huevazos chocaban con mis nalgas.

De repente me vi en el espejo del armario de mi cuarto… la imagen era por demás caliente, la esposa fiel siendo follada por el que hasta hace algunas horas atrás era el despreciable y adverso ex socio de mi esposo, y no solo eso yo en posición de perra con mi culo blanco en todo su esplendor totalmente sumisa por un hombre que me causaba fastidio por su forma de ser y trato a las mujeres… pero que por el contra debía reconocer para mis adentros que tenía todo lo un macho debe tener para ser atractivo a una mujer sea la que sea, inclusive a las estiradas y remilgadas beatas como soy yo. <<¡Y es que me follaba como nunca con su tranca morena!>>, el contraste de colores era muy evidente, eso me encantaba, los dos únicos novios que había tenido fueron pálidos de piel clara y rasgos finos, así tener encima de mi aun hombre moreno, hermoso y potente que además me caía mal por lo misógino que era, daba el toque de morbo que me mataba, sentía su aliento caliente en mi nuca, su barba raspándome mientras me lamía el cuello y algunas gotas de su sudor caían en mí suave piel, siempre hidratada  por cremas caras. Cerré mis ojos para disfrutar del momento, sentí que me tocaba los pezones yo estaba a mil, no sabía que sucedía pues también me nalgueaba, ¡¡Abrí mis ojos y oh sorpresa!!! Se asía como a unas riendas de mis ubres colganderas en esa posición tan indecente para una dama como yo… no supe que hacer, ninguno detuvimos el vaivén, solo con mi voz entre cortada alcance a decir.

-“¡¡Adolfo me estás matando de gusto, cabronazo…!!”

-“Déjame decirte que eres una Reina, una potranca muy fina una diosa follando”. 

Me la clavó hasta los mismos huevos con fiereza, tanta que me partió en dos el coño…creo que noté su cabeza en el mismo estómago.

-“¡Noooo cabróncon quién crees que estás follando…!”

-“¡¡¡Mírate en el espejo Lorena, eres una puta infiel, una zorra golfa!!!! No eres mejor que las demás putas a las que he follado durante toda mi vida”

Yo no dije nada, que podía decir estaba a merced de ese macho, era una perra en celo dispuesta a ser follada en ese momento por cuanto macho en brama estuviera en ese cuarto. Allí estaba yo siendo jodida por tamaña Aldana que no me pude contener de metérmela yo misma hasta las trancas aplastándole las pelotas contra mi coño una y otra vez con la pura ansia de que me preñara, sí me hiciera una panza aquel salvaje semental aunque no fuera mi esposo, ya que importaba de quien fuera el esperma que me fecundara. Estábamos follando al natural, yo no tomaba anticonceptivos y el hijo de puta no usaba condón, nos apareándonos a pelo y él tenía la intención de no sacarla hasta llenarme. Las posibilidades de preñarme eran muchas y yo le incitaba a que descargara toda su semilla en los más profundo de mi fértil útero…de pronto la extrajo de mi hucha…

-“Anda mamita, sé que quieres chupar mi verga, lo veo en tus ojos de puta”.

La acercó a mi boca nada más salir haciendo un “choz” de vacío en mi coño… comencé a mamársela como desesperada, ahora si todo estaba mal tenía la verga repleta de mis jugos hasta los gordos y sabrosos cojones mientras la calaba hasta el galillo con mi coño mojado en plena inundación…. Y yo solo gemía, gritaba de placer.

-“¡¡Que ricooooo!!!! ¡¡Quiero tu verga gorda y dura!!! ¡Así más ohhhgggg!” 

Mi grito se atragantaba con la gran tranca que me enmudecía por momentos…

-“¡¿Te gusta putita, te gusta cómo te follo?! ¡¿Quién es ahora tu macho Lorena, respóndeme?!”

-“Tu mi amor tu ereees mi macho, ¡Fóllame bien duro! ¡¡Me encanta que me den bien fuerte en el coño!! Soy una perra y tu mi mejor macho entre los machos ¡Aaaahhhhhohhhhh!”

-“Eres mi puta dilo….”

-“Sí soy tu puta.... la puta a la que vas a preñar...”.

Tuve un gran orgasmo, al instante que sentí que la verga de Adolfo palpitaba anunciando que se venía, en ese instante no sé cómo me acorde que estaba en mis días fértiles y le grité… 

-“¡¡Sácamela si no me quieres preñar! ¡Estoy ovulando…!” 

Por supuesto que no me hizo caso, es más arreció con todo metiéndomela con más brío y hondo espetándome…

-“¡Claro que sí nena…TE VOY A PREÑAR MAMITA! ¡Te voy a llenar tu coñito de lefa hasta las trancas… Y vas a tener un hijo mío!”

-“Sí Adolfo, no se te ocurra sacarla ahora... ¡¡MÉTEMELA MÁS HONDO, POR DIOS TE LO PIDO…!! ¡¡¡Córrete dentro por favor LLÉNAME LA PANZA...Seguro que me sale el hijo muy guapo!!!  

Adolfo me gritó diciéndome que me quería rellenar el útero con su leche, hacía mucho que no lo hacía dentro de una mujer y no iba a perder esta oportunidad que yo le había brindado. Yo, ya sin medir consecuencias de mis actos me dejé inseminar, bajé mi tensión opositora del inicio diciéndome para mí misma… “Sí, hombre así, préñame. Fóllame duro así de bien ¡Dame tu leche! Ya que la de mi esposo está dormida y no tiene intención de salir de sus pelotas…”

No sé si el semental abrumado por su inminente orgasmo escuchó lo que de mi boca salía a sottovoce, lo que sí sé es que en ese momento sentí como se endurecía su polla, se rigidizaba como nunca hasta ahora y sus venas hinchadas me frotaba con mayor profusión y entonces sí que percibí su leche caliente en mis entrañas, un primer chorro largo y recio seguidos de otros chorros de su semen me inundaron. Uno tras otro ese increíble falo eyaculaba sin parar su esperma en mi más profundo espacio vaginal. Debieron de ser seis o siete convulsiones acompañadas de sus correspondientes lechazos los que me descargó y manteniendo unos segundos más su bálano en mis entrañas la sacó con un sonido de vació peculiar por lo cerrado de mi coñito y la gran cantidad de fluidos contenidos en ella…, al salir el badajo comenzó a escurrirme por las piernas todo el néctar incontenible en mi cubículo vaginal. Se colocó delante de mi cara con todo el pollón impregnado de fluidos vaginales mezclados con su semen para que se la chupara y limpiara como buena zorra hace con su semental, me afané en dejarle la polla impoluta con mi boca, me encanta el sabor de las pollas recién folladas. Descansamos un poco, me sentía atolondrada con un sentimiento de culpabilidad que se iba aumentado a medida que se disipaba mi sensación orgásmica. No debieron de pasar más de diez minutos cuando me puso a cuatro patas oteando mi culo…

-“¡Por ahí NO, soy virgen y me va a doler!” 

El cabronazo ya estaba otra vez con su polla en ristre y con toda la dureza intacta…, al escuchar eso en la cara del insolente, se dibujó la sonrisa de malicia…

-“No te va a doler Lorenita, déjame estrenarte este culito tan bonito tan rosadito”.

Se agachó a chupármelo, nunca creía que alguien fuera capaz de hacer algo así, mucho menos a mí… 

-“¡Ay nena, mira que ano tan hermoso tienes, nunca había visto nada igual!

Me escupió varias veces y me introducía poco a poco sus toscos dedos, el placer no era igualable a lo que sientes en el coño, pero se le parecía, pues me electrificaba todo el cuerpo… a mi edad me iban a volver a desvirgar. Se había colocado tras de mí y comencé a sentir como me ponía su cabezota en mi agujerito… lo empujaba poco a poco, yo comenzaba a sentir algo de dolor a medida que mi ojal se dilataba…

-“¡No Adolfo no…, me va a doler ¡Es demasiado gorda para mi culo! ¡Me lo vas a romper! ¡Por favor métamela otra vez por la vagina pero una follada anal no sé si la aguantaré, por favor!”

-“Cálmate cariño, ya te has portado como una zorra, esto solo es el premio a tu Puterío… ¡ya verás cómo después de esto te vas a volver adicta a que te partan el culo!”

Una vez más con toda la sumisión del mundo esperé el ataque y Adolfo de una estocada me abrió mi orifico más cerrado… me introdujo su gorda verga morena envuelta de venas hinchadas, me agarró de los hombros para atraerme hacia él y que su ariete entrara con mayor facilidad haciéndome que me arquearme más la espalda. Mi ano se resistía a ser invadido así, pero eso no lo detuvo al cabrón… la sacó, me escupió un par de veces más en mi hoyito y volvió a la carga, me dolió hasta el alma, pero estaba tan caliente que no me importo nada. Pegué un grito tan fuerte que fue un milagro que Mauricio no se despertara, me dolía muchísimo sentía desmallarme del dolor o placer entremezclado, comencé a pedir a suplicar clemencia y la extrajera por el amor de Dios…

-“¡Aaagghsaqua-m-e-laaapo fa-v-o-r! ¡¡Me duele!!” 

Mientras de mis ojos escurrían lágrimas, Adolfo se detuvo sin sacarme su vil rabo energizado de entre mis nalgas, yo sollozando le pedía me sacara ese pedazo de carne...

-“¡Ahora viene lo bueno preciosa…! Acostúmbrate a tenerlo adentro, se te va ir pasando el dolor, después lo que me vas a pedir es que no te lo saque”.

Comenzó a bombearme lentamente y luego duro, el dolor se comenzó a transformar y más porque me metía la mano en mi conejo…, me sentí en la gloria con los segundos, notando como entraba y salía de mi culo ese gran cetro, en un par de minutos el dolor pasó a ser un placer indescriptible, no sabía que podía sentirse tan rico por ahí. El canalla me daba sonoras nalgadas mientras me enculaba, le correspondí a las embestidas y empecé a moverme yo también tragándome la verga mucho más rápido, mucho más hondo, mucho más gozoso….

-“¡Eso es nena muévete perrita, mueve tu culo que te voy a meter hasta los huevos!¡Ves mamaíta como ya te está gustando!”

-“Sí papi no dejes de darme ¡¡uffffff, aghhh!! Métemela más dentro ¡Dame más duro!”

-“¡Qué perspectiva de tu culo con mi polla! ¡Cómo se ve tu culo tragándose mi verga!”

-“¡Qué rica… me encanta, párteme en dos cabronazo! ¡Aaaahhhh! ¡mmhhhh! Sígueme follando así hasta los huevos”.

-“¡¡Grítalo bien fuerte golfa para que te escuche tu esposo, grítalo!!”

-“¡Síiiii! ¡Quiero que me jodas bien, que me folles mucho!!”

Mi cabello se movía de un lado para otro, sentía que me pajeaba el clítoris matándome de goce. Aquello duraba mucho, al menos un cuarto de hora entrando y saliendo de mi culo… el macho no tenía signo de querer correrse…

-“¡¿Piensas tardar mucho en correrte de nuevo en mi culo o te tengo que dar mi coño para eso…?!”

Le dije como indignada por satisfacerle de nuevo y hambrienta de sexo al mismo tiempo… 





la desencajó de mi culo y se plató ante mí con el gran badajo mirándome a la cara desafiante…Entonces parecía procesar lo que acababa de decir, le miré durante un largo segundo y luego sonreí de manera seductora y tierna en una extraña mezcla. Me acomodó en el sillón, le besé por un largo rato, para este momento su erección ya era un verdadero obelisco pétreo que debía ser para él una gran molestia. Ágilmente bajé al piso, y él se sentó en el sofá expectante, con la respiración agitada, mientras me acomodaba entre sus piernas, me miró fijamente a los ojos con una extraña mezcla entre erotismo y dulzura. Comencé a besar su barriga descendiendo beso a beso…, su cipote duro como una roca apuntando hacia el techo. Le miré nuevamente, tomando su falo entre mis manos, prácticamente me tenía hipnotizada con esa mirada…

-“Yo no soy muy adepta a dar mamadas. Muy pocas veces he dado una, porque no son de mi total agrado. Pero por ti, lo haré gustosa…”

Y además recién salida de mí culo…terminando esa frase que solo provocó hacerme desearlo como nunca en mi vida, me acerqué hacia su glande, lentamente hasta coronarlo con un beso, mi piel se erizó, y pequeñas corrientes recorrieron mi cuerpo. Él me sonrió con la sonrisa de un niño travieso o canalla…, <<Ahora ya no era la mujer que se resistía a serle infiel a su esposo, sino la hembra sumisa creada por Dios para aliviar al macho de su desazón carnal.>> Mi rostro rozaba su polla, lo movía hacia mis labios y mejillas sin tocarlos completamente. Incluso lo olfateaba impregnándome de su aroma a macho en celo, de inmediato comencé a llenar su glande de más y más besos, para terminar con uno muy ruidoso. Reí con malicia, y saqué mi lengua, con ella comencé a recorrer lentamente desde la base hasta la punta, dejando un rastro de saliva a lo largo de su miembro viril, inmediatamente emprendí lentas lamidas proporcionadas en la cabeza, lamidas que se hacían más rápidas. Me separé ligeramente, y formando la mueca de un beso, me acerqué a la cabeza de nuevo, pero esta vez entró en mi boca el orondo capullo morado, y llegué hasta el inicio del glande y con mi lengua lamí unos segundos. Yo me estaba derritiendo, me sentía extremadamente caliente, mi fantasía al fin se había hecho realidad. Retiré mis labios con un “muak” sonoro. Acaricié la gran tranca con mis delicados dedos, desde el glande recorrió todo el tronco hasta acariciar sus recios huevos que tras la primera descarga debían de estar algo más relajados sin el dolor previo a follarme.

Cual PUTA me agaché lo suficiente como para alcanzar sus testículos a fin de comérmelos con lametones cada vez más y más prolongados, hasta chuparlos y posteriormente engullirlos, para jugar con ellos con mi lengua dentro de mi boca uno a uno. Adolfo se notaba estar en el cielo, le estaba deleitando con aquella mamada, tanto era el placer que le enervaba de nuevo, expulsó algo de semen de su glande. Al notarlo le miré y lamí desde la mitad de su fastuoso falo, hasta la punta. Pude observar como la gota de líquido se combinaba con mi saliva… la ingerí.

-“¿Qué tal lo hago?” Pregunté con voz sensual.

-“Perfecto”.

Apenas pudo contestar gimiendo, perdido en su excitación. Me acerqué con la boca abierta y engullí poco más de la cabeza sujetándola del resto del tronco, nuevamente la lamí, unos segundos después comenzó el vaivén, y con cada movimiento me comía un centímetro más de su verga hasta engullir más de la mitad. Mamé así por un par de minutos pajeándolo lo que no me entraba en mi garganta y la otra mano amasando sus cojones… y me aparté…

-“No creo poder comerla toda, tiene un buen tamaño”,

Lo sentí un poco apenado porque por ello, pero es que su rabo es de un tamaño espectacular. 

-“¿Me ayudas?” Agregué. 

Acto seguido colocó su mano en su cabeza. Entonces me arrastró hacia su cipote y yo comencé a ingerir falo, poco a poco. El majestuoso cetro del semental iba desapareciendo en mi boca hasta llegar a mi garganta donde hizo una pequeña pausa, por lo que empujó con firmeza para que continuara. No mentía cuando le decía que no lo hacía seguido, ya que no pude contener toda su verga en mi garganta, aunque trataba de ingerirla completamente, no podía. Me soltó del cabello y me dejó respirar. Mi respiración era agitada pero no con desesperación. Y sin perder mucho tiempo me pegué nuevamente a su bálano con la intención de comérmelo todo en esta ocasión, sin mucho éxito. Me retiré tosiendo un poco. Estaba sonrojada por tratar de contener la reparación, me acarició el rostro… 

-“No me cabe completa”, mi rostro reflejaba una falsa inocencia.

Me tomó de la cabeza dirigiéndome nuevamente a mi labor, tomó su falo e inclinó mi cabeza, la polla curtida de venas hinchadas travesó mis labios y chocó con las paredes de mis mejillas internas, deformando mi bello rostro. Movió sus caderas e hizo que su verga retrocediera un poco, dejando que mis mejillas regresaran a su estado original, solo para volver a deformarlas, en un vaivén, que duró unos momentos. Dejó enderezar mi cabeza. Le mostré mi lengua, y tomando su verga se golpeaba el paladar con mi glande, entonces tomó mi cabello nuevamente, se levantó pidiéndome mantener la boca ligeramente abierta. Comenzó a embestirme follándome la boca, la cual un sonido muy erótico con cada embestida. Aumentó el ritmo. Más y más rápido. Y ese sonido obsceno de mi boca se hacía más sonoro y más excitante. Después de unos segundos se separó, respirando ligeramente agitado…

-“Nunca había disfrutado tanto dando una mamada”.

Le dije exhalando notablemente.

-“¿Lo dices en serio?” Preguntó entre géminos.

-“De verdad, tal como me lo has hecho ha gustado”.

Me hechizó con su mirada erótica. Volví engullirme el recio pollón de Adolfo reiniciando el vaivén y de un momento a otro  lo  sacaba de mi boca para lamerlo, especialmente el glande, lo hacía muy bien, como si estuviera disfrutando una piruleta. Me miró el contonear de mis tetas aprovechando para tocar mi par de tetas lechosas mientras mantenía su verga en mi boca. Por su parte se dedicó a acariciar mi cabello.

-“¡¿Desde que me viste deseas mis tetas verdad?!” 

Largué agitando mis tetas.

-“Más que a nada en el mundo”.

-“Bien tómalas cabrón ahora son tuyas ¡Ahora que me tienes marcada... soy tu nueva yegua!”

Me levanté y las agarró apretando los pezones hinchados masajeándolos hasta estrujarlos, haciéndome gemir y que un poco de leche saliera de ellos… Aún le daba el pecho a mi hijo. No le di importancia a eso, por el contrario, no pudo contener el llevármelos a la boca y mamarlos como un bebé…

-“¡Oye! Eso no es para ti”, le reprendí. “No te las vayas a acabar”.

Se desprendió de mi insuperable par de tetas. Volví a sentarse y se amorró de nuevo a mis dos pezones, lo cual me hizo emitir un grito ahogado. 

–“Con cuidado”, le regañé.

Me respondió acariciándome los pezones inflamados  ultrasensibles. 
Enseguida Colocó su badajo entre mis ubres… comprendí el gesto, apreté las tetas contra su dura tranca y comenzó a moverlo de arriba abajo. El cipote tenía tanta saliva que resbalaba con facilidad entre mis suaves mamas. Durante un tiempo estuve agitando mis tetas, hasta que la saliva comenzó a esparcirse. Veía como asomaba su cabeza y enseguida buscaba comérmela lamiéndola como fuera cuando asomaba mientras movía mis tetas…

-“Un poco de saliva”, dijo. 

Y dejé caer saliva en mi canalillo recorriendo a todo el largo, reincorporándose de nuevo a la formidable cubana que le estaba dando. Y vaya que cubana, con etas tetas tan grandes como las tenía en ese momento, fue magnífico sentir la dureza del gran falo en la suavidad de mis tetas haciendo fricción. Nuevamente me tomó de la cabeza llevándome la polla a la boca para continuar mamando. Y pude notar que la base de su verga estaba roja, gracias a mis labiales…

-“¡¿Quieres que te avise cuando me vaya a correr?!” 

Me separé del badajo y le miré fijamente…

-“¿En dónde te quieres correr ahora?” 

Le pregunté poniendo cara de ángel erótico, mientras lamía su verga.

-“A buenas horas preguntas ¡¡¿No?! ¡Bueno…yo!”.

Comencé a frotar mis tetas con su polla entre gemidos. 

-“Como dices que no te agrada mucho, quizás no te gusta el sabor del… bueno además”

Esbocé una sonrisa burlona.

-“Si tú ya has tomado de mi leche, creo que es justo que yo haga lo mismo… ¡¡No va a ser todo para mi coño!!”

-“¿Tú lo harías?” 

Debía parecerle todo esto demasiado bueno para ser verdad.

-“¡¿Quieres que me trague tu leche?!” 

Pregunté, mientras me golpeaba el rostro con mi verga.

-“Sí,” exclamó.

-“Entonces lléname la boca también con lo que te quede en este par de gordos  cojones”

Dije sacando la lengua y moviéndola, al tiempo que le sujetaba los huevos. Se quedó boquiabierto, se levantó del sillón, me tomó de la cabeza y me metió todo lo que ella podía tragar. Embistiéndola cada vez más rápido. Mi boca emitía esos sonidos eróticos al embestirla… me follaba la boca con la misma intensidad que lo había hecho con mi coño y después con mi culo “Un completo en toda regla”. El cabrón quería soltarlo todo y poco le faltaba para hacerlo. Me observaba con mis tetas lechosas colgando desnudas, mientras me tragaba su cimbel frenético, sabía que ya necesitaba correrse. Y como quería que fuera una corrida grande, bestial, digna de esta mamada. Me asió de la cabeza dirigiéndome a sus testículos… comencé a lamerlos y besarlos, hasta tragar ambos, mientras le miraba. Y verme pegada a sus huevos con mi carita de ángel le bastó… 

-“Ya, ya”, casi gritó.

Me dirigí hacia la punta de su polla para cerrar mi boca sobre su glande… abrí la boca, mientras él acomodaba su cipote para que recibiera la mayor cantidad de semen posible. Fui casi precisa porque apenas terminó de acomodarlo, cuando el semen comenzó a salir a chorros, directo hacia mi lengua pintándola toda de blanco, carga tras carga fui reteniendo todo el engrudo en mi lengua. Mientras él apenas podía mantenerme en pie gracias a aquel orgasmo bestial. Cuando al fin el semen comenzaba a menguar, le dieron los clásicos espasmos del orgasmo, se dejó caer al sillón, mientras me observa jugar con su leche contenida en mi boca. Me acercó a él para mostrarle toda la corrida depositada para luego tragarla y relamerme los labios.

-“Mmmm” está bastante buena”.

Di en tono cantando, chupándome los dedos.

-“Fue genial  la mejor mamada de mi vida, dijo respirando agudamente.

-“De verdad”.

Me dirigí a su falo halagada, y comencé a lamerlo. 

-“Déjame limpiarlo”.

-“¡Chica guapa…!” Dijo acariciándole el cabello. -“¿Qué tal estuvo para ti?”

-“Después de esto creo que tengo otro concepto de las mamadas”, continuaba lamiendo dulcemente su verga. -“Creo que podrían llegar a gustarme de verdad”.

-“Puedo ayúdate a que te gusten”.

-“Solo contigo me gustan”.

Besé su glande.

-“Puedes detenerte si gustas”

Le miré fijamente y luego le sonrió.

-“¿Seguro? Mi esposo no se despertará en toda la noche, así que aún tenemos varias horas por delante…”

-“Tu misma…”

-“Creo que no me molesta seguir mamándotela un rato más...”


********************

En ese momento no pude terminar la segunda mamada porque mi marido se despertó, pero al poco volvió a quedarse traspuesto… seguimos hablando un buen rato hasta que se recuperó increíblemente. Desnudos sobre la cama, se la agarré machándosela firmemente, después se la mamé notando como se ponía dura dentro de mi boca, con delicadeza me apartó y me tumbó sobre la cama colocándose sobre mí. Abrí mis piernas cuanto pude para darle una segunda oportunidad de fecundarme… la ocasión de follarme otra vez se había presentado nuevamente. Nos besamos las bocas con lujuria, le mamaba la lengua y me comía posteriormente las tetas succionando mis pezones ultra sensibilizados… así estuvimos un buen rato gozando de su largo tallo también. Entonces sin previo aviso ni necesidad de guiarla a la bocana de mi coño me la metió en la vagina. Yo solo gritaba…

-“¡¡Fóllame duro mi amor, así cabronazo, así es como se folla a una zorra!! ¡Métemela hasta dentro! ¡Fóllame como a la perra que soy! Seguro que aún te queda lefa para volver a preñarme”

El semental pese a sus dos largas corridas y más de dos horas y media de sexo animal me daba con todo y también comenzó a insultarme completamente ido por la lujuria del momento… 

-“¡¡Te voy a preñar Hija de Puta, te vas a ir esta noche con un hijo mío! Verás la panza que te pienso hacer So PUTA…”

-“Yo tampoco me quedaba corta exigiéndole más y más…¡¡Aaahhh sí, PRÉÑAME cabrón, preñameee! ¡Hazme un bebeee! Quiero tener otro hijo…y quiero que sea como tú de macho.”

-“Sí nena… aaagghhh... ya me apuro joder… ya llega tu premio…, por ser tan zorra, voy a vaciar mis cojones contigo”.

-“¡Ayyysíii papaíto… así… asíiii… dame fuerte y párteme en dos con tu polla…! ¡¡Quiero toda tu leche dentro de mi útero!! ¡Préñame joder…! ¡Haz que Dios me bendiga con otra panza!”

Aquella escena parecía de una perra callejera en celo con su perro semental incansable en brama atrás de ella dándole su merecido. Y Adolfo comenzó a bombearme muy rápido y muy fuerte agarrándose de mis caderas cuando comenzamos a gritar…

-“¡¡Aggghhh me corro otra vez papi!! ¡yaaa! ¡yaaaaa! ¡llename de leche!!”

-“¡Ya preciosa, ya me corro otra vez…!! ¡Me voy a correr bien dentro de tu coño…! aaaaaggghhhh ¡aquí está tu leche, la que te va a preñar y te va hacer una buena panza!”

No sé cuántas veces me corrí esa noche, pero lo que sí sé es que Adolfo me inundó el coño por segunda vez…. Chorros de leche espesa y caliente comenzaron a brotar de él y a llenarme toda por dentro, <<¡por Dios! ¿Qué no tenía fin?>> me estaba desbordando y su semen ya se salía de mi vagina…, Adolfo me aventó su esperma en la cara y boca para hacerle una buena limpieza de vástago. Miré a mi coño entreabierto rezumando esperma por todos lados, se separó de mí exhaustos…

-“Nunca pensé que fueras tan fácil Lorena, ni que te comportaras así conmigo siendo, tan recatada y cristiana enamorada de tu esposo, resulta que llevas a una PUTA dentro de ti como todas. Siempre me viste mal, siempre te portaste como una hija de puta conmigo…, pero mira mi has dado el coño, la boca y el culo en solo una noche mientras el cornudo de Mauricio duerme como bebé... Lo mejor de todo es haberte follado a pelo y que ahora tengas mi mejor esperma trepando por tu coño al útero...”

Intentaba hacerme sentir Humillada, pero ese cabrón me bajó la calentura y solo me sentía esclava del Señor. Agarró mi tanga y se limpió el sudor de la cara, luego me aventó la ropa. Aún de su polla brotaba un poco de engrudo escurriendo…me obligó a límpiaselo con la lengua para marcharse. No tuve más remedio que hacerlo por calentura y placer de saborear a un macho…, con la lengua le quite los restos de leche y me los tragué, se vistió y se fue. Yo seguía en otro mundo, me comenzaron a llegar pensamientos de culpabilidad pero a la vez recordaba todo y me calentaba, me sentía mal realmente había caído muy bajo otra vez, tan bajo que mi matrimonio podría peligrar por una simple y llana calentura, me metí a bañar con agua fría para limpiarme el olor a semen y macho… me fui a la cama pues ya casi amanecía.






Pasaron unas semanas y comencé a tener síntomas de embarazo, quedé preñada no sé de quién…, si de mi marido o de Adolfo, por las cuentas me preñaron la semana que solo follé con Adolfo, así que mentí a Mauricio diciendo que me folló esa noche que no recordaba por el alcohol y se lo tragó entero. A la semana siguiente de los hechos tuve sexo con Mauricio, obvio nada que ver con lo de aquella noche de lujuria animalesca. Mauricio y Adolfo se volvieron a distanciar cuando contaba con casi de 16 semanas preñada del canalla al que ya no odiaba. Pensaba que si salía niño tal vez estuviera tan bien dotado como su padre, sin embargo resultó ser niña y la dotación sin duda la tiene, pero la de su madre… mi esposo no repara en esos detalles, al no haber diferencia notables en la piel morena de ambos hijos míos y ninguno de mi esposo… yo sí los comparo viendo sus diferencias y parecidos con los padres biológicos. Algunos días lloraba arrepentida de lo hecho inclusive, me asaltaban ideas de contárselo a Mauricio pero me lo guardaba por temor a perder mi felicidad, mi mundo de fantasía de señora respetable ante la sociedad, ¡Una esposa fiel en un matrimonio perfecto! Solo que a veces me masturbo pensando en los pollazos de Adolfo de esa noche de pasión desbocada. Justo cuando dejé de amamantar a Yosef, nació la pequeña Myriam, en honor a la nuestra Madre de Dios. 

No hay dos sin tres y sin búscalo me preñaron por tercera vez. Todo empezó en otra fiesta donde mi marido acabaría borracho y yo preñada por mi jefe de sección, un maduro de 50 años con la verga más descomunal que he conocido en mi vida. Me hizo un completo y me dejó bien llena, tirada como una perra recién preñada. 


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No hay dos sin tres. Sin búscalo me preñaron por tercera vez. 

El tercero tampoco tendría la genética de mi esposo. A estas alturas debo deciros que me considero simpática, me dicen que tengo carita de Ángel, y dos hijos  un niño de 5 años y un bebé de 3 años a cuestas, tengo las caderas anchas, tetas turgentes, grandes 95B, piernas gruesas y bien contorneadas y un buen “Trasero” que cuando camino por la calle se giran a mirarme, cosa que no le agrada para nada a mi esposo, pero él sabe lo extremadamente seria que soy. Sigo casada con Mauricio el único marido que he tenido… no puedo decir que sea el único hombre que me ha follado en la vida, dos antes de casarme y otros dos en mi propia cama de matrimonio.

Si bien es cierto que solo han sido Fernando y Adolfo, dos amigos íntimos de juventud de mi esposo Mauricio, también es casualidad que tras follarme ambos, quedara preñada mis primeros hijos. Gracias a Dios, el buenazo y cornudo de mi esposo los considera tan suyos como míos. Me casé muy joven por tradición familiar a los 23 recién terminada mi carrera de empresariales. Actualmente trabajo de secretaria en la aerolínea de iberia gracias a contactos familiares… “Recordar que somos el Opus Dei” una secta que nos apoyamos en todo en la vida. Mi esposo Mauricio, es alto de buen porte, y trabaja en “Aena” en el mismo aeropuerto que yo… justo ahí lo conocí años atrás cuando hice las prácticas de la carrera…. 

En estos momentos después de parir a mi hija Myriam, mi esposo me ha propuesto buscar el trío… por tanto estamos planificando tener un tercer bebé estos días. Tengo que contarles lo que me sucedió pocas semanas del cumpleaños de Myriam (me encapriché por tradición religiosa), dándole el nombre de la madre de nuestro padre Jesús, redimo mi culpa de infidelidad y de esta forma desahogarme la conciencia… ojalá pueda recibir buenos consejos.

Resulta que mi esposo trabaja como sub-gerente de marketing en “Aena” una compañía aneja a Iberia, y definitivamente nuestra situación económica es más que buena. Si bien es cierto, mi esposo y yo trabajamos en el mismo lugar, cabe recalcar que trabajamos en distintas gerencias… él en marketing y yo como secretaria en logística. Mi jefe el señor Carlos Cebrián (el gerente de logística mi contacto para enchufarme en la compañía) es un señor de más de 50 años, casado, y siempre ha sido cordial en su trato conmigo, también goza de buena posición económica. Continuamente me hace halagos al iniciar el día<<¡Qué guapa estas hoy…!”  “¡Qué bonito vestido!”>>

Debo recalcar que mi forma de vestir es casual, ligeramente elegante debido a mi función de secretaria del gerente de logística, es por eso que yo siempre tomo estos cumplidos de mi jefe muy a bien, diciéndole gracias con total cortesía. Nada más. Resulta que la primera semana de enero de este año 2018 hubo una mala coordinación al hacer una campaña publicitaria que costó no sé cuánto dinero a la empresa, y el problema había sido una falta de coordinación entre las áreas de Marketing y Logística (donde trabajamos mi esposo y yo respectivamente). No les cuento los detalles porque si no me demoraría horas, pero lo que sucedió acarreó despidos (como se suele decir “rodaron cabezas”) y al final se creó un preocupante recelo y odio entre la Gerencia de Marketing con la de Logística. Y no sólo eso, mi jefe (gerente de logística) y mi esposo (sub-gerente de marketing) tuvieron constantes discusiones y peleas laborales. Sin embargo, mi jefe extrañamente empezó a decirme piropearme con halagos más intensos como… <<“¡Lorena que alegría me da verte cada día… estás más bella que nunca, a ti la edad y los embarazos te rejuvenecen, a ver cuándo te invito a tomar unas copas por ahí!” En otras ocasiones salía por… ”¡Cualquier cosa que te pones te hace una mujer muy sensual…Das alegría a esta insulsa oficina!”>>

En verdad, me extrañaba ese tipo de comentarios, me limitaba a sonreír nada más ¡Que más le podía decir!, en fin, definitivamente me parecía medio sospechosa su actitud conmigo mostrándose tan atento, se acercaba más a menudo a mi escritorio y se ponía cerca de mí mientras revisábamos algunos documentos…, esto me ponía nerviosa, quería contárselo a mi marido por las noches pero no lo hacía por la tirantez existente entre ellos, no creía conveniente echar más leña al fuego…. 

Un día en que mi esposo se encontraba de viaje a Hamburgo, yo estaba saliendo de mi trabajo a las 6 de la tarde parada en una esquina para tomar un taxi, mi jefe pasó en su Audi, bajó las lunas…

-“Lorena no te olvides del informe de adquisiciones del mes que nos están pidiendo”.

-“¡Oh, sí señor Cebrián pierda cuidado! No se preocupe”.

-“OK Lorena nos vemos… ¡Uhmm, por cierto… ¿Qué haces parada en plena calle? ¿No vas a esperar a tu esposo como siempre?”

-“No señor Cebrián, él está de viaje en Hamburgo para la edición de las propagandas para éste verano”, respondí.

-“¡Aahhh verdad… Lo había olvidado. ¡¿Y cómo te vas a ir a tu casa?!”

-“Justamente iba a tomar un taxi señor Cebrián”.

-“De ninguna manera, sube Lorena, te voy a llevar a tu casa”.

Gustosa me subí en cómodo coche del señor Cebrián… en el camino estuvimos conversando de cosas del trabajo y poco a poco entró el tema de la falta de coordinación entre el departamento de Marketing con Abastecimientos, y me preguntó… 

-“Dime una cosa, Lorena, ¿tu esposo y tú os lleváis bien a pesar de lo que sucede entre las dos gerencias?”

-“Claro señor Cebrián, a veces discutimos pero nunca peleamos por eso”.

-“¡Ah que bien, nunca hay que confundir trabajo con el placer”.

Ambos nos reímos un poco y la conversación se puso algo más amena conforme íbamos acercándonos a mi casa. 

-“Tu esposo tiene mucha suerte al tener a una chica tan bella como tú, en verdad lo envidio”.

Y de pronto puso su mano en mi rodilla. Eso fue el punto para confirmar sus intenciones hacia mí, ya me conocía a este tipo de sinvergüenzas… de forma inmediata y delicada a la vez, le retiré su mano de mi rodilla…

-“Señor Cebrián, creo que está confundiendo las cosas”, y muy seriamente. “Por favor RESPETEME porque además de estar bien casada soy una señora católica”.

-“Perdón Lorena, no quise ofenderte, creo que me dejé llevar por la situación tan distendida entre ambos y lo preciosa que eres…” 

Y el silencio abordó el coche, le di indicaciones para llegar a mi casa, y le dije fríamente al llegar…

-“Gracias señor Cebrián, hasta mañana”.

Aunque debo reconocer que el señor Cebrián es bastante atractivo, tuve que hacerle ver que conmigo no va a lograr nada, ya tuve demasiados deslices en el pasado y ahora me veo con dos hijos uno de cada padre y ninguno de mi esposo… uno con el canalla de Adolfo que me hizo una soberana panza, y otro anterior con el bien plantado y actual Hermano Mayor de la cofradía… Fernando, así que no tenía intención de volver a quedarme preñada de otro hombre que no fuese mi marido, el abnegado Mauricio, NO SE MERECÍA LOS CUERNOS QUE LE PUSE. Y eso si lo dejé bien claro esa noche a mi jefe, no volvería a ser la putita de una noche de nadie…. Luego pasaron los días con mi jefe un poco más distante, y además volvió la tensión entre ambas gerencias nuevamente. Por otro lado, mi esposo y yo ya estábamos decididos a tener nuestro tercer bebé, por lo que estábamos esperando mis días más fértiles del mes.

A raíz de los continuos problemas en algunas gerencias de la aerolínea, la gerencia de Recursos Humanos ejecutó talleres para “limar asperezas” y unir más al personal de diversas gerencias y áreas, y por último organizó una fiesta llamada “Noche de Velada”, que consistiría en una cena y un baile entre todos los trabajadores del aeropuerto de las diferentes compañías. Mi esposo y yo decidimos en aprovechar la fecha de la Fiesta para tener una “noche especial” y aprovechando mis días más fértiles, obviamente para ser fecundada… era la ocasión ideal para procrear y quedar preñada de segunda niña…. Para esa noche de fiesta, me puse un precioso vestido negro pegado al cuerpo, ligeramente escotado, con una provocativa abertura al lado del muslo, que me daba el toque elegante y a la vez sexy. Luego mi esposo y yo dejamos al bebé y al niño mayor en casa de mi hermana y luego en rumbo a la fiesta. Todo muy elegante con excelente ambiente. La música bien elegida, la cena también, luego vino una orquesta a tocar música un poco más bailable, y empezamos a bailar todos a medida que pasaba la noche.

Mi esposo y yo bailábamos de vez en cuando y también nos dedicamos a charlar con nuestras amistades y compañeros de trabajo, pero luego me di cuenta que mi esposo estaba empezando a ponerse alegre como hacía en todas las fiesta…, (Recordar la noche de la boda de nuestro amigo, cuando Adolfo me preñó, el parecido de la de entonces era calcada), no paraba de reírse seguido… conozco su risa, se estaba empezando a poner ebrio. Y así pasó la noche. Yo seguía bailando con mi esposo, pero él también seguía bebiendo más de lo acordado… no me hizo mucho caso... Yo también pero no tanto. Aproximadamente a las dos de la madrugada vi a mi esposo conversando con dos compañeros de trabajo con sus respectivos vasos en mano, y de pronto mi esposo se tropieza y se cae al piso. Inmediatamente me acerque a él y le dije…

-“Amor vámonos ya”.

Y lo empecé a llevar fuera de la fiesta con dirección hacia el parking. Quise abrir el mercedes y no pude encontrar las llaves en los bolsillos de mi esposo… le pregunté por las llaves y no me respondía… mi esposo estaba ebrio, que cólera. De pronto vino el coche del señor Cebrián, se detuvo, bajó las lunas…

-“Hola Lorena, ¡¿Qué ha pasado con Mauricio?!”

-“Buenas noches señor Cebrián, pues como puede ver mi esposo está ebrio y ha perdido las llaves del coche, vamos que no las encuentro…” 

El señor Cebrián respondió…

-“¡Uy que mal…! Vamos subir a mi coche que os acerco a casa, las llaves ya aparecerán mañana…”

-“No se preocupe señor Cebrián, voy a llamar a un taxi ahora mismo”.

-“Lorena, creo que a estas horas ya no conseguirás un taxi, vamos… sube con Mauricio.

Inmediatamente bajó del coche para ayudarme a subir a mi esposo en los asientos traseros.

-“¡¿Señor Cebrián, y su esposa?! ¡¿La va a dejar sola en la fiesta?!”

-“Vine sin mi esposa, ella está de viaje.

Yo ya no pude poner más “peros” porque a decir verdad creo que era la mejor decisión recibir su ayuda, además yo también estaba algo mareada por los copas de más que había tomado. El señor Cebrián recordó bien donde vivía, y se estacionó frente a la casa, bajamos del coche mientras yo abría la puerta de la casa, él ayudo a bajar a mi esposo, mejor dicho lo arrastró fuera del vehículo. Una vez dentro me ayudó a acomodar a mi esposo sobre el sofá. Le di las gracias por todo…

-“De nada Lorena, solo te voy a pedir que me invites una taza con café para no quedarme dormido mientras conduzco…” 

Obviamente no le iba a negar una taza de café. Lo invité a pasar a la cocina, y estuvimos conversando mientras le preparaba la taza de café…, mientras tomábamos los primeros sorbos de café, me pude dar cuenta del efecto del alcohol en mí. La combinación de café con bebidas alcohólicas no era buena idea para las chicas, y sin darme cuenta empecé a sonreír más, y mi jefe se soltó diciendo…

-“¡Bueno Lorena que pena que tu marido te fastidiara la fiesta!”

-“Así es él señor Cebrián, mi esposo suele hacérmelo a menudo… no solo la noche, sino otras cosa más importantes también…”

Ambos reímos e inmediatamente él acotó…

-“¡Uy que pena Lorena,  bueno pues trataré de alegrarte estos últimos momentos de la noche! Inmediatamente encendió el equipo de sonido y puso un CD de música salsera. Me tomó de la mano… 

-“¡Vamos a bailar!”

-“No señor Cebrián, no creo que sea buena idea”.

Igual me hizo poner de pie y puso una mano a mi cintura y con la otra en mi mano y nos pusimos a bailar, dentro de mí me decía, <<“bueno pues una canción no creo que me haga mal”>>. Estábamos bailando y por momento nos pegábamos, y me decía al odio…

-“Nunca tuve la oportunidad de invitarte a comer algo, Lorena, siendo tú mi secretaria, creo que al menos te debía el baile de una canción”. 

Poco a poco iba acercándose más a mí, y de pronto acabó la canción e inmediatamente empezó otra similar. Me dijo sin perder un segundo… 

-“Déjame bailar esta última canción”.

Seguimos bailando y empecé a sentirme nerviosa, podía sentir el delicioso aroma de su perfume caro y su respiración en mi oído, nuestros cuerpos se movían delicadamente y muy juntos, de pronto nuestras mejillas estaban juntas, y su mano ya no estaba en mi cintura sino un poquito más abajo. Creo que esto se me estaba yendo de mi control….

-“¡Qué delicioso hueles Lorena!  No sabía que responderle.

Pude sentir su labio en mi mejilla y al ritmo de la canción sentí que sus labios empezaron a acercarse a mi boca. Debo poner fin a esto o acabaré empotrada por mi jefe. Pero no fue así, simplemente sus labios y los míos se encontraron. Definitivamente el beso más delicado y sensual que tuve en meses…. Ahora son sus dos manos las que están en mi cintura. Disfruté ese beso profundamente yendo en aumento la lascivia del morreo…, nuestras lenguas empezaron a mezclarse (me estoy mojando de sólo escribir como fue ese beso). Al acabar la canción, volví a la realidad. Y le dije mirando hacia cualquier lado menos a sus ojos…

-“Señor Cebrián esto no debía haber pasado, será mejor que usted…” 

Y de pronto mi jefe se acercó rápidamente a mí y nos entrelazamos en otro beso. Esta vez el beso fue más apasionado, caí en la ignominia de mis deseos hormonales. Nos comíamos a la boca… yo ya no ponía resistencia, me gustaba eso que debería estar haciendo mi esposo, y de nuevo había oro sustituyéndole. Me decía dentro de mí, <<“Que diablos sólo es un beso. ¡Total, es culpa de mi marido por borracho!”>>. 

Los accidentes no surgen de la casualidad, en ellos concurren varios factores fatídicos y esta noche… mi esposo estaba fuera de juego borracho como una cuba, mis hormonas en el punto álgido, mi cabeza sin el raciocinio necesario para decir NO, y el macho de bien ver dispuesto a follarme sin intención de usar condón, porque seguro que por sus creencias religiosas, al ser del Opus Dei, nunca folló si no era a pelo…






Mientras nos besábamos, mi jefe empezó a bajar sus manos de mi cintura, me estaba toqueteando las nalgas, yo quería decirle basta, pero ni bien empezaba a pronunciar algo, el volvía a devorarme con sus besos cargados de lujuria impertérrita, se denotaba su frialdad con las mujeres, por la cantidad que ya habrían caído en sus redes… su fama de follador se la estaba ganando segundo a segundo. Quería decirle que no, pero mi cuerpo respondía SÍ. De pronto, empezó a meter su mano por debajo de mi vestido, lo cual le fue fácil porque tenía esa abertura en el muslo, todo esto mientras me seguía besando. Yo ya estaba excitada como una perra, no podía negarlo pero aun así le decía…

-“No señor Cebrián, estoy casada…”. 

Tuve un “déjàvu” de la última vez que me preñaron. Luego con una mano por debajo de mi vestido en mi culo, la otra empezó a meterse por mi escote, y fue a buscar mi pezón derecho… Joder que bien lo acariciaba el muy cabrón….Yo seguía diciendo… 

-“No por favor señor Cebrián, basta”.

Mis protestas eran simples suspiros míos para él, un no, que era un no pares. Luego me llevó contra la pared de la cocina, me siguió besando, luego me volteó contra la pared mientras incrustó sus labios en mi cuello por detrás… 

-“Señor Cebrián, ya noo…  mi esposo está afuera”

Él no hacía caso ante mis plegarias sin convicción alguna, porque le decía que no pero me amorraba a sus labios con mayor fortaleza, metiéndole la lengua con lujuria de zorra salida. No puede ser, una chica respetablemente casada como yo, totalmente entregada a su jefe, un hombre que no había llegado donde estaba solo por sus méritos profesionales… en este negocio la capacidad de persuasión es un valor a tener en cuenta y el maduro tenía un taco de seducción como para parar un tren. Ya no oponía resistencia a sus caricias contra la pared, el detrás de mí besándome el cuello y con una mano en mi coñito y la otra en un pezón de los que ya se me habían inflamado, al mismo tiempo que sentía el salvaje bulto de su cipote empalmado por mis nalgas. De pronto pasó lo que temía que pasaría…, mi jefe me levantó mi precioso vestido hasta la cintura y pude  escuchar cómo se bajó el cierre de su pantalón, mi redondo, terso y bello culo sintió el aire frío y luego sintió el calor del cuerpo de mi jefe que se pegó al mío. Podía sentir el grueso de su mástil inhiesto entre mis nalgas.

Yo ya no podía más… -“Nooo por favor bastaaa ¡Basta ya! Vamos a cometer una locura de la que nos podemos arerpentir” 

No lo decía con demasiada persuasión porque sea acomodó detrás, yo sentí la punta de su polla en la misma entrada de mi vagina, en esa posición yo contra la mesa…, quedé recostada sobre la tabla con mis tetas posadas en ella y mi cuerpo formado un ángulo de 90 grados. Poco a poco fue introduciéndose de forma lenta pero constante expandiéndome el coño de manera poco habitual, yo dejé escapar un pequeño gritito mientras mi jefe colocó una mano en mi bien formada cintura y la otra en mis tetas. Me encantaba sentirme poseída de esa manera por un macho. Como pueden imaginar, me hubiera sido fácil zafarme del viejo, pero una vez más me vengaría de mi esposo por dejarme con la calentura y la ovulación preparada para otro.

Una vez dentro notaba el volumen de carne insertada…, empezó a moverse, cuando pude darme cuenta que su rabo era mucho más grueso al cualquiera contenido en mi chocho con anterioridad…, la longitud casi igual pero el diámetro se hacía notar dilatando mis labios vaginales y paredes internas a un diámetro que nadie abrió… Lo más parecido a la sensación de parir un hijo…. me llegó a mi subconsciente por el parecido. Me sentía que me volvían a desvirgar. Me mordía los labios para no gritar pero fue inútil, mis gemidos empezaron a salir de mi boca… “¡Aaaggghhhh!” Y a medida que aumentaba la fuerza de las arremetidas, mis gemidos empezaron a transformarse en pequeños gritos imposibles de contener. Me moría de placer notando la fruición tan intensa de su tronco venoso en mis sensibles paredes vaginales. Estaba totalmente encorvada, arqueada contra la mesa de la cocina, gritando cada vez más fuerte. Por el movimiento, casi hago caer una cuchara, así que mi excitación me volvió a traicionar y le dije a mi jefe…

 -“¡¡Fóllame por delante!! Quiero verte como me la metes”

Así lo hice, me di la vuelta pudiendo comprobar el tremendo tamaño de aquella tranca…era simplemente hermosa, tenía aproximadamente un poco menos que la de Fernando, y mucho más recia que la de Alfonso… con conjunto más fastuoso de huevos enormes, más parecidos a los de un caballo que los de un hombre. No obstante era un cipote recio y deforme por las venas y la carne musculada, semejante a un botellín de agua de 33 centilitros. ¡Con razón me hizo delirar! La enfilo en mi entrada y la fue calando poco a poco, expandiendo mi coño con esmero. Al poco ya agitaba contundentemente su cadera haciendo desaparecer todo el tronco por mi raja abocardada, como nunca la vi. Con el traqueteo el ruido era delatador, así que le sugerí de irnos a la cama de mi cuarto.

La follada no tenía marcha atrás, así que mejor hacerlo más cómodamente donde mi esposo no pudiera escuchar nada de mis gemidos y gritos de zorra mientras le ponía la cornamenta otra vez. Salimos de la cocina, pasamos al lado del sofá donde estaba mi esposo, el cual prácticamente estaba desmayado, subimos por la escalera y lo llevé a mi cuarto. La cama donde dormía mi esposo y su sagrada mujer todas las noches, ahora era invadida por mi jefe, quien se sentó en el filo de la cama invitándome a sentarme sobre él. Consciente que ya me la había metido, el pecado ya estaba hecho, así que me subí sobre ese delicioso pollón de 18 cm y 7 de grueso, y poco a poco me lo fui introduciendo… Mi coño era bastante estrecho antes de casarme, pero con los dos partos naturales y la excesiva lubricación de la noche tórrida, ahora se dilataba con premura pudiendo albergar ese tronco rígido con suma facilidad…Me excitaba ver su par de huevos colgando como si fuese una bolsa de boxeo.

-“¡Aaaaggghhhhh! ¡Joder Carlos es muuyyyy grandeeeeee mi amorrr!”  

Cuando follo me encariño y mis palabras no pueden ser otras que de amor hasta que me emponzoño y me vuelvo una salvaje zorra…Y empecé a moverme como loca mientras mi jefe me chupaba la punta de los pezones inflamados. Me sentía mojada, y demasiado excitada...justo en el día más fértil de mi periodo… y lo estaba haciendo sin condón… En esos momentos tenía mi ovario presto a ser fecundado y en un alarde de lucidez le dije a mi jefe mientras me cabalgaba de la posibilidad de preñarme….

-“Si me llenas me vas a preñar Carlos… Estoy en mi días fértiles” 

Con toda serenidad me contestó…

-“No será la primera vez que se me presenta el caso. No te preocupes soy estéril… tras hacerle el quinto hijo a mi esposa, me hice la vasectomía… Entre los propios y otros que andan por ahí, creo que le he dado al mundo los suficientes hijos de puta…” 

¡Uy que felicidad dentro de mí!

<<Leí que el semen es sólo el vehículo con el cual los espermatozoides son transportados para entrar en la vagina. Son dos cosas diferenciadas, ni siquiera se fabrican en el mismo sitio… el semen se crea en las glándulas seminales, fuera de los testículos, más arriba, mientras que en éstos sólo se fabrican los espermatozoides. Se juntan cuando el hombre está a punto de eyacular. Por eso cuando a un hombre le hacen la vasectomía (un corte en los conductos que salen de los testículos) este macho sigue eyaculando semen, pero sin espermatozoides. Una vez que el semen entra en contacto con las paredes vaginales o el cuello del útero, el esperma se adhieren al flujo y los bichitos comienzan a ascender por la mucosa. El semen, que ya no sirve para nada, sale tranquilamente por la vagina. Pero ya ha habido, de eso puedes estar segurísima, un montón de espermatozoides (millones como dicen los expertos) que han iniciado el camino. Es verdad que algunos sí que no tendrán tiempo y se saldrán arrastrados por el líquido pero no hay mayor problema. La naturaleza está en todo y si hay unos cuantos, con solo uno que llegue te deja bien preñada. Confiaba en la seriedad de mi jefe el Señor Cebrián y en que me decía la verdad porque si no….>>

Luego me puso a cuatro patas en la cama y me la metió esta vez de la forma más salvaje que conozco. Era cruelmente penetrada por la persona menos santo de la devoción de mi marido, y en nuestro propio lecho. Aún no sabía cómo había llegado de nuevo a esta situación otra vez, pero igual seguía gimiendo de excitación. Mi coño se hallaba completamente acomodada al tamaño irracional de su verga, él macho me arreaba un envión tras otro, facturando todo el tronco hasta el fondo de mi vagina… a la par que notaba como sus maduros y orondos cojones colganderos me golpeaba en la boca del coño una y otra vez enterrando el tallo hasta la raíz…. Él se empezó a mover más rápido cada vez, era demasiado, yo gritaba como loca con tremenda estaca incrustada en el fondo de mi coño a cuatro patas. Gracias a que me cogía firmemente de la cintura mientras me taladraba diciéndome lo mucho que esperaba este momento, porque con la inercia de su pelvis contra mi culo me podría estampar contra el cabezal de la cama…, era demasiado lo que percibía cuando me asía de las tetas como si las riendas de una yegua en galopada se tratase…

-“¡Ahhhh sigue hijo de puta, sigueee follándome fuerte… así hasta el fondo!”

Ya no buscaba preñarme, pero al menos podría gozar como una perra de ese pollón. De pronto la ola de orgasmos me vino como una brisa huracanada… increíble, había sido multi orgásmica todo este tiempo, pero muy pocas veces me ocurre con mi esposo… esa noche lo pude saborear con mi alma mater nuevamente. El siguió metiéndome mientras yo era sacudida por esos terribles orgasmos de convulsiones casi espasmódicas que me trasladaban a un mundo diferente, no tenía conciencia de mí alrededor solo mi placer sometido por el semental que me apuñalaba el coño sin tregua. Aprovechando mi estado de enajenación transitoria, me colocó más doblada y arqueada, y me sacó la gentil verga de la vagina y lo instaló en la entrada de mi culo para abrirme el ceñido ano…

-“Noo eso NO  señor Cebrián… no me apetece hacerlo por ahí”.

Le di a entender que me habían dado por el culo en alguna ocasión, no era virgen por eso tal vez no hizo caso, una vez en la entrada del ano empezó a meterla… 

-“¡¡¡Noopor Dios Santoooo, dueleee!!! 

De pronto se detuvo, la sacó de mi culo diciéndome…

-“Solo te he metido la punta de la polla… ¿tienes alguna vaselina?”

-“No, yo no le dejo a mi esposo darme por el culo ¡No es mi católico hacerlo por ahí!”

Mientras seguía en cuatro patas como una perra en celo esperando a recibir al semental….

-“Si eres virgen del culo y estás fornicando con alguien que no es tu esposo ¡Qué más da si te parto el culo! Vamos Lorena dime ¡¿A menos tendrás alguna crema hidratante?!” Le señalé en mi tocador…

En menos de tres segundos ya había cogido el tubo y me había untado un poco en mi ano, pude sentir la crema fría, él se unto un poco en la puta de su capullo… la volvió a colocar en mi ano. Una vez en la entrada de mi culo conmigo a cuatro patas, me dijo…

-“Lorena, dime quien es tu mejor macho”. 

Intentando aliviar la estocada, quise congratularme con él y le dije…

-“Usted es mi MACHO ¡Aaaggg!”

No sirvió de mucho mi sumisión porque me volvió a zampar su gordo capullo…, me cogió desprevenida. Poco a poco me la fue metiendo notando como me abría el culo con su oronda tranca, ¡Era demencial! Jamás había tenido algo tan grueso y desproporcionado en mi culo… fue ahondando poco a poco hasta que pude sentir sus dos gordos testículos en mi culo, me ensartó como realmente se debería atravesar a una chica por el culo…

-“¡Ayy noo ya nooagggh!” Luego se quedó quieto…

-“¡¿Te gusta mi amor?!”

-“No cabrón sácala me duele bastante”.

Aun así mi jefe poco a poco se empezó a mover… el dolor se iba diluyendo, transformándose en la sensación más rara que alguna vez haya sentido. Me estaba gustando el calor que sentía por dentro por el rozamiento del gran rabo que me quemaba deliciosamente…. Esto era el colmo de la sumisión, estaba totalmente entregada a mi jefe y me gustaba, horrores. Pronto sentí otro orgasmo dentro de mí…continúo dándome por el culo arreciando sus acometidas, era increíble cómo me gusta ser sodomizada y lo bien adaptado que consiguió estar mi ano a su tronco fálico insaciable.

-“¡Joder Carlos me matassss!”

Me folló durante más de diez minutos ajándome el culo, cuando decidió el muy hijo de puta extraerla de golpe en plena convulsión orgásmica. Mi cabeza deba vueltas no me sostenía ni me ubicaba. Completamente entregada percibí la polla abrirme el coño de nuevo, y sin más caló todo el cipote por mi vagina. Había cambiado de tercio y ahora me follaba hasta el fondo… empezó a taladrarme a cuatro patas como a una vulgar perra. Luego me dio la vuelta y me puso mis piernas en sus hombros, y me la metió de golpe hasta el fondo de mi útero…el mete saca fue tremendo, parecía que se iba a romper la cama por los movimientos y las ventanas se iban a quebrar por mis gritos (ya no me importaba mi marido que durmiera abajo en el sofá) <<¡Qué bestia de hombre por Dios!>>

-“Me voy a correr ya Lorena…”

-“Sí Carlos lléname ¡Ojalá me pudieras PREÑAR, cabrón! Estoy en mis días fértiles y mi esposo es un borracho inútil impotente…” 

Dije indignada con todo el alborozo del deseo de ser madre de nuevo como bien teníamos planeado hoy mi esposo y yo.

-“No te preocupes preciosa, quizás no te vaya a embarazar… pero con la cantidad de leche que tengo preparada solo para ti en mis huevos, quién sabe si alguno de mis bichitos se escapa para PREÑARTE”.

Los dos empezamos a movernos más rápido que nunca, no sé si por inconsciencia mi cuerpo necesitaba de una regada de esperma fértil… de pronto mi jefe empezó a correrse dentro de mí. Notaba inundarse mi coño de lefa a medida que el semental soltaba chorro tras chorro de leche espesa en mi fondo uterino. Me lleno toda la vagina de esperma, y al sentir su calor me empecé a correr por tercera vez en la noche… los sentía como surtidores rápidos, profundos, muy calientes se expelían a cada convulsión del Señor Cebrián… ya solo me quedaba someterme a los eventos de la naturaleza…

-“Así es, vamos PRÉNAME cabrón ¡LLÉNAME de leche y Hazme la panza más gorda del mundo!”

Y seguía evacuando una cantidad ingente de semen dentro de mi matriz siendo eyaculados caños sin tregua… sin duda el Señor Cebrián me había mentido en cuanto a su fertilidad, porque notaba que aquel esperma me estaba fecundando como quedaría demostrado unas semanas después. Nunca había sentido tanta cantidad de lefa dentro de mí ¡Qué polvazo por Dios! La dejó clavada unos segundos obturando con su gordo tallo la boca de mi coño para no dejar salir una sola gota de semen. Luego nos quedamos abrazados y extenuados, y poco a poco volvió la conciencia sopesando mi error… ¡¿Y ahora qué sigue?! Mi jefe la desenterró y un reguero de semen con flujo salió de mi vagina conservando su calor…

-“¡Ahora sí que ya estás preñada, cariño! Si eso era lo que buscabas…lo has conseguido”.

Me besó en la frente y se fue. Yo me quedé sola tirada sobre la cama con la sensación de culpa…como dicen por ahí, después del gusto viene el disgusto, porque no pensé que Don Carlos me mintiese. <<Mi marido nunca me llena así>>.

No es difícil adivinar lo que pasó. No quería ni mirar a Carlos en los días siguientes… a las tres semanas estaba confirmado que tenía atraso menstrual. Mi esposo se puso contento, yo también, pero en el fondo solo Yo sabía la verdad de mi nueva preñez y quien era el PADRE… ¡¡Ese viejo me preñó!! Pese a su afirmación de esterilidad. Por eso Carlos cada vez que me ve en la oficina con mis vestidos de maternidad (con mis cinco meses y medio de embarazo), desea frotar mi vientre, pero no me dejo… aun así me habla con doble sentido…

-“¡Ojala se parezca a su padre! ¡Qué suerte tiene el hombre que te preñó…!”

No lo quiero ni ver, pero es inevitable… LA VERDAD ES QUE MI JEFE ME PREÑÓ, y él sospecha que me hizo la panza… ¡Jamás se sabrá la verdad! Por dignidad soy la primera convencida que mis tres hijos son de Mauricio…, por cierto será un niño y para cerrar el círculo hemos acordado llamarle como nuestro señor… Yeshúa. Bien mirado había completado el portal de Belén con mi Yosef, Myriam y Yeshúa (José, María y Jesús). 

Aquella mañana no iría al trabajo porque me tocaba revisión en el ginecólogo, me volvía loca buscando la carpeta de los informes médicos cuando descubrí una carpeta de mi esposo que se reseñaba como “Confidencial”, lo abrí y resultaba ser un informe de fertilidad cuyo titular era esposo sobre… “Esterilidad masculina por trauma testicular contuso cerrado” Continué leyendo quedándome patidifusa ante la información que leía. Estaba realizado del 15 Octubre de 2011, un mes antes de casarnos y hacía referencia al accidente de moto de Mauricio y sus consecuencias traumáticas…

<<Paciente de 28 años de edad, soltero, mensajero en moto. Atendido en Unidad Médico Legal Laboral con historia de riesgo de trabajo en fecha 01/11/2011 por accidente en motocicleta en horas laborales, con trauma compresivo de testículos contra el tanque de la motocicleta al introducirse accidentalmente en una alcantarilla. Atendido en el Instituto Nacional de Seguros (INS) describiéndose desde el 01/11/2011 “dolor a la palpación del epidídimo”, el 02/11/2011 con testículo izquierdo aumentado de tamaño y ambos testículos dolorosos. El 16/11/2011 se le diagnosticó epididimitisbilateral de predominio izquierdo y distal. El 17/11/2013 se le diagnosticó epididimitis crónica por lo cual fue operado el 12/02/2011, posteriormente se le efectuó nuevo ultrasonido que es descrito el 27/11/2011 como testículos deforma, tamaño y posición y eco estructura conservada, no hay evidencia de tejido epididimario del lado izquierdo por antecedente quirúrgico, engrosamiento de túnica albugínea izquierda y quiste simple en dicho testículo, en la cabeza del epidídimo derecho un espermatocele de 3.6 mm de diámetro. Tiene estado anterior del 09/12/2011 de orquiepididimitis traumática izquierda y para el 27/11/2011 se anota testículos normales con epidídimo izquierdo en franca regresión>>

<<Es valorado en la Unidad Médico Legal Laboral del Departamento de Medicina Legal, refiriendo el paciente dolor en el testículo izquierdo cuando lo comprime o al caminar, ha notado menor volumen de semen y éste de coloración transparente. Negó antecedentes de orquitis, patología genital o de transmisión sexual, así como de trauma genital previo. Evita los embarazos con métodos anticonceptivos. Al examen físico se encontraron ambos testículos en bolsa escrotal de volumen anormal, con pequeña masa redondeada de aproximadamente 0.3 cm de diámetro en el polo superior de testículo izquierdo. Características sexuales secundarias conservadas. Se solicitaron dos espermogramas que mostraron oligospermia (de 1.000 y 8.000 espermatozoides/ml de los varios millones en el caso normal y necesario para engendrar), se estableció una relación de causa efecto con el evento traumático, el porcentaje de incapacidad permanente fue de 99’99% pues asoció además de esterilidad una espondilolisis traumática con espondilolistesis grado I con protrusióndiscal L5-S1>>





Todo esto quería decir que Mauricio es prácticamente estéril y él lo sabe desde antes de casarnos…, me sentía indignada por dos razones… Me ocultó su incapacidad de engendrar y en segundo lugar el conocimiento, por su parte, de mi infidelidad continuada para con él. Debo reconocer el gran amor hacia mí, dado que afronta mis embarazos con estoicismo… Sabe que no son suyos, pero ese 0.01%, tal vez le permite soportar mis desmanes de infidelidad para reconocer como suyos mis hijos…. Ese día debió ver que sus documentos médicos habían sido revueltos por mí… y por tanto ya sabía toda la verdad sobre su esterilidad…. Ese mismo fin de semana en el desayuno me comentó directamente que un médico en Madrid le dijo que no había nada que hacer porque en verdad era un 100% estéril, él se puso muy mal yo también se rompía nuestro sueño de pareja feliz… 
- Yo te iba a proponer la adopción nada más casarnos, lo dejé pasar unos meses a fin de armarme de valor, me dijo. Pero a los cinco meses de estar casados quedaste preñada de nuestro primer hijo, sin más lo acepté como a ese posible hijo adoptado
Yo le dije que lo amaba y no era mi intención hacerle daño, pero también deseaba ser madre y tener varios hijos. Mauricio y yo nos llevamos muy bien, ya tengo 30 años siendo madre de dos hijos preciosos, y un tercero de camino, o eso era lo que pensábamos, por que resultó que tendría mellizos… me han preñado tres machos diferentes y ninguno es mi esposo, así que tengo una prole que cada cual tiene un padre diferente, pese a ello mi esposo y yo nos amamos, nunca peleamos solo ahora estamos teniendo un poco de problemas al verse descubierto por mí en su impotencia de engendrar y aceptar como un calzonazos mantener a los hijos de otros después de haberse follado y preñado a su esposa. Sin embargo su buen talante y enorme corazón hace me arrepienta de haberle puesto los cuernos y le adore mucho más que cuando me casé con ÉL, porque como me dice…  “PADRE” no es el que engendra si no el que lo Cría y educa, yo estoy de acuerdo con mi esposo en ese punto… Mauricio está muy ilusionado con sus dos hijos y con la niña que en breve llegará. La semana pasada cambio mi vehículo por un monovolumen más grande para tener más espacio con él bebe… ES UN CORNUDO MARAVILLOSO al quien provoco cada día más para que me folle con dureza... ¡¡He aprendido a ser su zorra... y en mi esposo tengo un buen castigador!! Siempre follamos los domingos antes de ir a misa, porque me le pone cachondo, verme tomar la ostia con el coño lleno de lefa y en la boca el sabor de la polla de mi macho. AMÉN 


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