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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Tradición Familiar. Jésica




Pasados unos buenos minutos de la batalla fratricida entre madre e hijo, el chico observó que su madre no quedó saciada con la fornicación, para él ya había sido suficiente. Ella con todo su cuerpo empapado, comenzó a masturbase frotando, lo hacía con demencia el coño.  seguía haciendo movimientos estentóreos al tiempo que se masturbaba ahora más lentamente, y con su otra mano se daba a masajearse las tetas tirando de sus pezones.

La chica fue único testigo de cómo su progenitora caía rendida en un profundo sueño tras una fuerte convulsión orgásmica, con una de sus manitas puestas en su vagina y la otra en una de sus ubres. Cuidadosamente la cubrió con la ropa de cama, retiró la cámara de grabar y después de comprobar que Mónica respiraba relajada…, cual verdadero delincuente se escabullo hacia su habitación para ir a encerrase en ella.

Jessica comprobó como su hermano Laureano se la había beneficiado gustosamente en ambas ocasiones, hasta vaciar toda la leche contenida en sus huevos en el interior de su madre. ¿Cuál había sido el verdadero detonante de tanta depravación…? Después de haber escuchado en boca de su señora madre las historias de incesto familiar, el chico descubrió quien era su verdadero padre. Un sopor de furia contenida estalló en su interior procesando con sangre fría toda aquella información. Su mente no tardó mucho en urdir un plan vengativo que paliase la ausencia paterna… el primer paso sería una venganza que soliviantase su infatúa necesidad sexual… la primera víctima propiciatoria era propia madre. Todos sus delirios de adolescente salido tenían una justificación, pensaba en sodomizarla y hacerle pagar la retahíla de seudo padres que tuvo que soportar. Esta fase del plan, también colmaría la extravagante inquietud ninfómana de su progenitora, así que no sería una venganza muy desnaturalizada. Se sentía feliz y pleno, sabiendo que iba a satisfacer su descontrolada lascivia hacia su madre, por la que hacía años sentía una atracción difícil de explicar... ¡¡Ahora comprendía dicha disonancia!! Solo podía ser un gen trastocado que pasaba de generación en generación intacto.

Follándose a su recatada madre, por desquite era una gran solución. Las horas fueron pasando de lo que quedaba de aquella incestuosa noche en que la recatada pero bien ponderada Mónica, una candorosa y curvilínea madre de familia, se había entregado “involuntariamente” a los deseos sexuales de su excéntrico hijo. Digo involuntariamente ya que debemos recordar que a ella, a pesar de haber sido participe de la forma más mundana y viciosa de lo que uno pueda imaginar, la habían actuado para la influencia un poderoso fármaco veterinario que se les da a las yeguas, o a las vacas para que pierdan todo temor a ser montadas por el semental, aumentando sus feromonas y el libido animal, haciéndolas más desinhibidas y sumisas con el fin de la procreación de su propia especie.

El prodigioso fármaco en una dosis menor, según nos habían instruido en la facultad de veterinaria, también funcionó increíblemente en su cuerpo y en la revolución de sus sentidos. “El fármaco la dejaba semi consciente, haciendo segregar una cantidad de serotonina de forma disfuncional… se sabe que esta regula el apetito mediante la saciedad, equilibrando el deseo sexual, control de la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas. A la vez influye en los neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, que están relacionas con la angustia, ansiedad, miedo y agresividad”, dijo el experto. Era perfecto.

Ya eran cerca de las 8:00 de la mañana y la fresca aurora matutina ya se hacía notar a medias mezclándose con el fuerte olor a sexo que aún predominaba en la habitación en que se había llevado a cabo el incesto entre madre e hijo. La descansada mujer lentamente fue despertando de su letargo, sus negros ojos en un principio se dieron a estudiarlo todo, mientras caía en cuenta que yacía en su cama totalmente desnuda y con su cuerpo algo pegajoso. el mismo modo visualizó el bóxer de su hijo tirado en el suelo, de la misma forma su camiseta de dormir, sus bragas y sujetador. Fue ahí en donde de golpe lo recordó todo. Rápidamente se sentó en la cama llevando sus dos manos a la cabeza intentando creer que todo lo ocurrido solo hace algunas horas había sido solo una pesadilla. Los recuerdos en su mente eran tan nítidos que lo de la pesadilla era casi imposible, además que aún tenía la vagina mojada de un líquido que sabía a esperma, por lo que lentamente fue descubriendo las ropas de cama para cerciorarse ella misma, y al ver la parte más íntima de su cuerpo que aún estaba con restos de semen, un sinnúmero de escandalosos y acusatorios remordimientos de conciencia tomaron poder en su mente.

– ¡Dios…! ¡¡Dios…!!, ¡¿pero que hice anoche…!?, ¡me acosté con mi propio hijo!

Se decía en forma escandalizada mientras rápidamente se ponía de pie con sus dos manos aun agarrándose la cabeza en señal de espanto, para luego ir a su armario y sacar otra camiseta de dormir similar a la que estaba tirada en el suelo…, claro que esa última para ella era más diabólica y perversa ya que era la que unas horas antes se había retirado sensualmente a la misma vez que se agarraba a la verga de su retoño según lo recordaba.

Estando ya con aquel ligero atuendo y casi al borde del derrame cerebral debido a los desternillantes pensamientos incestuosos se sentó a los pies de su cama intentando de alguna forma reflexionar en lo que había hecho… Cómo afrontaría esta situación que tanto tiempo quiso evitar en el seno de su familia, después de tan vil preocupante indiscreción cometida.

En aquel momento con sus ojos llorosos se daba nuevamente a recorrer su habitación mientras en su mente se dejaban caer una y otra vez las escalofriantes imágenes de lo que la recién pasada noche ahí habían sucedido…, de cuando ella se masturbaba teniendo frente a ella a su primogénito de pie, de cómo luego lo hicieron sobre la cómoda. Hasta en tres oportunidades le había chupado la polla y lamido los testículos a su propio hijo con lujuria incontenida. Por primera vez comprobó los excelentes atributos de su hijo Laureano.

A sus 38 años ya no aguantaba tan fácilmente los perjuicios morales con los que estos demenciales recuerdos le atacaban la conciencia simplemente se tapó la cara con sus dos manos sintiendo vergüenza de ella misma y se largó a llorar desconsoladamente con su cuerpo semi inclinado hacia adelante. En esa posición y mientras lloraba en silencio estuvo pensando y analizando una y otra vez la situación no comprendiendo exactamente cuáles fueron los motivos que la llevaron a mantener relaciones sexuales con él.

Desgraciado…!, Sniffssss…!, eres un desgraciado…!!, cómo pudiste habérmelo hecho…!!!

Se decía para sí misma cuando recordaba a su hijo encima de ella con gesto de placer en su cara, en los momentos que la empalaba firmemente al ritmo de los clamorosos pollazos en esa fornicación que le estaba dando.

¡Ay Dios…!, si era yo misma quien se lo pedía…, recordaba luego, a la vez que intentaba de buscar alguna justificación por parte de ella. – ¡¿Pero cómo pude haberlo hecho…!?, ¡¿y ahora con qué cara lo podre mirar…!? Sniffssss…!!! ¡Pero yo debía de estar ebria!,  Pensó de pronto, – ¡¡¡Ebria…!!! Si… eso fue…. Este mocoso de mierda se aprovechó de mi estado y me folló  estando borracha…y con mis sentidos nublados.

La doliente mujer no estaba muy segura de sus conclusiones con eso de ella haber estado borracha, ya que recordaba nítidamente y con detalles cada momento del acto sin haber tomado nada de alcohol esa noche. Cada vez veía más claramente que ella misma haya seducido a su hijo, y no le cuadraba mucho, pero prefería quedarse con esto último que con la idea de haber sido ella quien se lo había tirado. Tras estos últimos planteamientos estuvo por espacio de más de una hora lloriqueando y maldiciéndose por lo ocurrido, pensando en lo que se le venía, y también como podría mirar a los ojos a su futuro marido teniendo en su mente que le había sido infiel con su hijo (con el de ella). Así que sin atreverse a salir de su habitación, y cuando comprendió que la vida continuaba y que la situación la tenía que afrontar le gustase o no, como una verdadera autómata se dirigió al baño de su habitación para ducharse.

Debajo del agua y de la gran capa de espuma en la que había envuelto su voluptuoso cuerpo, de alguna forma se daba a intentar hacer desaparecer la pecaminosa culpa del incesto cometido, pero por más que hacía durar la ducha enjabonándose y enjuagándose abundantemente una y otra vez estas culpas no parecían disminuir. Después de secar y peinar su cabello negro bien oscuro y casi azulado, la soberbia y jovial MILF se volvió a poner su ligera camisola de dormir y sobre esta una larga bata, salto de cama, para en el acto proceder a abrir las cortinas de los ventanales de su habitación, a fin de ventilarla del pesado olor a humanidad en que esta había quedado. También cambio las sabanas y toda la ropa de cama, prendió velas aromáticas hasta que cuando ya no tuvo nada más que hacer y después de haberlo pensado una y otra vez se dio las fuerzas necesarias para salir del cuarto y afrontar la situación frente a su hijo.

Ya eran cerca de las 11 de la mañana y Mónica tras haber comprobado que su casa estaba en el más completo silencio se dirigió a la habitación de su hija. Desde el umbral de la puerta de su habitación comprobó que ella seguía durmiendo profundamente por lo que se dijo que este sería el mejor momento de mantener una seria conversación con su hijo, ya que al tener claro que aunque ella había sido quien comenzó con tal desnaturalizada acción de apareamiento en la noche recién pasada, Laureano como hijo suyo que era, no tenía que porque haberle seguido el juego, muy a pesar de ser una adolescente, y estos suelen estar salidos a todas horas del día, todos los día del año.

A sus 18 años era ya casi un adulto, un estudiante de veterinaria que en pocos años sería un profesional… Mónica perseveraba que se había aprovechado al haber estado algo ebria para follarla. Estuvo más de quince minutos en el comedor de su casa intentando darse el valor suficiente para irrumpir en la habitación de Laureano y encararlo, pero por cada vez que lo iba a hacer se acobardaba por lo enajenante que sería verlo nuevamente después de lo que habían hecho. Extrañamente sentía su cuerpo en un ligero estado de excitación, pero no al grado de querer de dejarse llevar por la lujuria y volver a follárselo…, ni loca volvería a cometer tal imprudencia se prometía una y otra vez. Deseaba acabar con esa decadencia familiar que acarreaba durante tres generaciones… Quedar preñada de Laureano, hijo de un incesto con su hermano, podría ser demasiado tentar a la consanguineidad.

Hasta que por fin tras serenarse y concentrarse en todo lo que tenía para decirle y estando ya a la entrada de la habitación de su hijo lentamente fue girando el pomo y empujando la puerta hacia adentro percatándose que él ya desde hace rato debía haberse levantado. Lo vio sentado frente al ordenador encendido y con su página de Instagram abierta, por lo que dedujo que Laureano claramente estaba chateando con sus amigos, y cuando este por fin minimizó la pantalla y levantó su cara para mirarla fueron los diez segundos más largos en su vida para Mónica. Ambos se miraban fijamente a los ojos, cada uno con miles de sensaciones muy distintas uno del otro, hasta que fue ella la primera en sentir que se le quemaba la vista, por lo que tuvo que rápidamente llevar su mirada hacia cualquier parte a la misma vez que lo escuchaba hablar…

Buenos días mamá, ¿Qué tal te has levantado hoy…?

Mónica tras escuchar el habitual tono en su voz, como si entre ellos nunca hubiese pasado nada, nuevamente llevó su acusadora mirada al relajado semblante de su hijo para contestarle con su alma llena de ira y con ganas de zurrarle por degenerado y sin vergüenza. Él se veía relajado, y eso le enervaron los sentidos al grado se sentir ganas hasta de matarlo por desvergonzado, hasta que finalmente lo enfrentó…

¡¿Cómo crees que desperté hoy pedazo de idiota…?!

Le contesto la sulfurada hembra al descarado de su hijo… – ¡¿Acaso ya no te acuerdas lo que me hiciste anoche…?!

Pero el cínico chaval quien se había anticipado a esta reacción de su bella progenitora, puso en acción su acalorada estrategia para confundirla, ya que momentos la escuchó llorando y reconociendo que ella se lo había pedido. En un principio prefirió quedarse callado para que fuera ella quien perdiera la compostura.

¡Contéstame pervertido de mierda…! ¡¿O acaso crees que no me acuerdo de lo que me hiciste estando yo algo emborrachada…!?  ¡¡Vamos… di algo estúpido…!! 

Le gritaba una enfurecida Mónica al creer verle en su cara que a su vástago poco le importaban las consecuencias morales de lo que ambos habían hecho.

– ¡Claro que me acuerdo mamá…! Le contestó finalmente el calculador chico. – Pero recuerda que fuiste tú quien me lo pidió casi llorando… así… así que no te hagas la víctima…!

El chico, tras de decir lo último hizo correr la silla con ruedas en la cual estaba sentado hacia atrás ya que casi creía saber que su madre, que estaba de lo más buena, en cualquier momento se le abalanzaría para comérselo.

¡Estaba ebria Laureano…! ¡¡Y tu bien lo sabes…!! Eso…!! ¡¡Eso… es un abuso… es, es… una violación ante la ley…!! Y puede traernos problemas si te denunciara… así que no me vengas con ese tipo de excusas…. Ahora quiero que me expliques en que estabas pensando cuando…

Pero Laureano no la dejo terminar, debía confundirla rápidamente antes de que ella se adueñara de la situación…

– Ten la grabación de lo que pasó mamá…,  Le cortó el chaval, diciendo como era el asunto bajo su punto de vista… – ¡¿Acaso no lo recuerdas…!?, así que no me salgas con eso de la violación porque en el video que yo tengo, para nada se nota que no estés en tus cabales… si se notaba de lo desesperada que estabas cuando me pedías que no dejara de metértela… también tu sola me refregaste el coño por la cara… ¡¿De verdad quieres que ese video se haga público ante un juez…!?

Estas últimas palabras calaron hondo en la alterada conciencia de Mónica, ya que ella no estaba preparada psicológicamente para que su propio hijo se refiriera a lo que ellos habían hecho con palabras tan directas y crudas, y claro también el muy salido le recordaba que la tenía grabada, esto último fue lo que más le preocupó a nuestra soberbia protagonista.

O sea… creo que ahora entiendo…, dijo mirándolo otra vez directamente a los ojos. ¡¿Serás tan desgraciado como para atreverte a chantajearme con las imágenes follando a tu propia madre!?

Laureano captaba que con esto era él quien estaba tomando las riendas del asunto, pero tampoco quería espantarla, debía lograr que su madre creyera que ella era quien se adueñaba de la situación.

¡Claro que no lo haré…! anoche te dije que solo lo haría por si se te ocurría decir que no fuiste tú quien lo quería… recuerda que yo estaba durmiendo y eras tú quien tenía mi polla de tu hijo agarrada cuando me desperté…

Mónica, en esos tensos momentos, como una energúmena daba vueltas en la habitación de su hijo con una de sus manos cerrando y empuñando su bata a la altura de sus tetas, por nada del mundo quería mostrarle más de lo debido a Laureano quien no le quitaba la vista de encima, mientras ella pensaba en lo que este le decía. No quería reconocerlo, pero debía admitir que el chico tenía razón, recordaba claramente haber sido ella misma quien se había calentado primero, y que por culpa de no controlar sus ímpetus sexuales todo desembocó en la incestuosa acción de apareamiento entre ellos, por lo que al no tener ya más excusas nuevamente se derrumbó sentándose en la cama con sus ojos llenos de lágrimas.

– ¡¿Laureano… que hemos hecho…!? ¡Sniffssss! ¡Eso… eso que… que hemos hecho no debía haber sucedido! Es un hecho terrible, algo enfermo… e indecoroso que perpetuamos en nuestra familia…!, júrame… júrame que no se lo contaras a nadie…! ¡¡Sniffssss…!!

– No te preocupes mami, te juro seguirá siendo nuestro gran secreto.

Le decía con palabras tranquilizadoras desde su escritorio y fijándose que su madre debajo de la bata andaba con muy pocas prendas que la protegieran. Desde que ella había ingresado con olor a jabón envolviéndolo todo, se había ido excitando a medida que se llevaba a cabo la inusual conversación…, a sabiendas que su hermana aún tenía para un largo rato durmiendo se propuso mitigar aquel exceso de lujuria follándose de nuevo a esa tremenda amazona que lloraba por su desdicha sentada en la cama de su habitación.

¡¡¿Prométeme que nunca más me lo harás… aunque sea yo quien te lo pida…?!!

Mónica no sabía porque se lo pedía de esa forma, pero al tener en cuenta que había sido ella la culpable de la insinuación primera, no le quedaba más opción que hacer que su chico también se comprometiera en la causa.

¡¿De verdad tanto te choca haberlo hecho conmigo, que me pides que te prometa no volver a hacértelo!?

Mónica nuevamente llevó sus ojos negros a la cara de su hijo a raíz de tan punzante  pregunta, convencida que su hijo estaba dispuesto a volver a follársela…

¡¿Laureano… como me preguntas eso…!?  ¡¡si eres mi hijo por Dios…!! Claro que me choca haberlo hecho contigo, es más, hasta me da reparo recordarlo… me censuro por ello… ¡Fui yo quien te trajo a este mundo…!!

Mónica de pronto cayó en cuenta que Laureano ni siquiera la estaba escuchando, este simplemente estaba más preocupado de mirarle un blanco y reluciente muslo que había quedado descubierto al habérsele corrido la bata que llevaba puesta, por lo que rápidamente se lo volvió a cubrir al ya creer saber en lo que estaba pensando su hijo.

¡¡No me mires de esa forma…!! Le exclamó con su carita de hembra descendiente de italiana desfigurada por la aversión al creer saber en lo que estaba pensando su chico – ¡¡Ni se te ocurra pensar en que lo volveremos a hacer…!!

– Por favor, estas media paranoica mamá, yo solo pensaba en lo que me estabas pidiendo, y si, también pienso que eso que tú me obligaste a hacer contigo anoche es realmente inadecuado llegando a ser enfermizo, digno de una mente descontrolada, es mas… hasta pienso no estás bien y debería tener un par de sesiones con un psiquiatra, claro que no puedes contarle toda tu verdad… haber seducido a tu propio hijo no es una buena idea de cara a los demás… ¿quieres que te traiga una botella de agua?, en el frigo mantengo unas cuantas.

El muchacho descolocaba a la pobre Mónica recordándole que había sido ella la culpable de todo, por lo que rápidamente a la hembra se le olvidó la cara de seductor caliente de su hijo, que la había estado mirando solo hace algunos instantes.

Laureano…, no lo digas así. Yo… yo… no quise hacerlo… te lo juro…. He pensado en el asunto y aún no le encuentro lógica….

Pero así fue… en todo caso ya no te preocupes… ¡Te juro que nunca más te lo volveré a hacer si tú no lo deseas…!

¡¿De verdad…!? ¡¿Nunca más me lo volverás a hacer…!?

¡Nunca más… lo juro…!

– ¡Ok…! Ok…! ahora prométeme que jamás se lo contarás a tu hermana…! !Prometido…!

El crápula mientras más se comprometía más se iba calentando, ya que creía saber que su madre ni se imaginaba que en muy poco tiempo él pensaba follárselas a las dos juntas y que también pensaba preñarlas a ambas. Haberle criado sin la presencia de su padre, un padre tan cercano como era su propio tío. Pensó que ya era tarde de decirle nada y remover el fango, por eso solo le quedaba gozar de una venganza tan placentera como morbosa… hacer a su madre y hermanastra sus mujeres. Su hermana fue concebida cuando tuvo un novio que en nada se largó al saber de su preñez, así que mi madre ha ido de hombre en hombre sin saber que el verdadero lo tenía en casa.

Ahora sale con Carlos García su flamante novio, pero todo sería a su debido tiempo, por ahora lo único que deseaba era que ella se despelotara ahí mismo para volver a joderla.

Gracias Laureano, ya verás que pronto superaremos este inapropiado error que hemos cometido…, por favor si fueras tan amable de traerme el refresco que me ofreciste.

El caliente y perverso chico salió como un rayo a cocina, ya que no tendría que insistir en darle algo para beber como la había pensado, así que una vez que ya estuvo en la cocina rápidamente saco del refrigerador la botella de agua mineral para dejarle caer otras tres gotas del fármaco veterinario que traía en su bolsillo y que tan buenos resultados le había traído. Los disolvió en el agua tras cerrar la botella de la bebida isotónica con un agradable sabor a lima limón y llevársela a su madre. Mónica quien se sentía con la garganta seca después de haber estado en tan acalorada tertulia con Laureano del morboso asunto del incesto cometido, ni se percató al abrir la botella que el precinto estaba violado, para comenzar a beber su contenido.

– Lo último hijo… quiero que por favor sea esta la última vez que hablamos de este asunto, o sea, que apenas yo salga de tu habitación esta conversación y lo que ocurrió anoche jamás existió ¿me comprendes?

Le decía a la misma vez que volvía a empinarse la botella de líquido isotónico, bebiendo casi todo su contenido.

Prometido, ¡nunca más hablaremos de esto!

Laureano disimuladamente miro la hora, recordaba que su efecto se demoraba treinta minutos, por lo tanto estimaba que ya para el medio día nuevamente la tendría completamente caliente dispuesta a la más dura. Una vez que la tranquilizada madre de familia hubo salido de la habitación tras beberse el reconfortante isotónico, se fue directamente a la cocina para preparar algo para el almuerzo y así distraerse de la desventurada pesadilla filial por la que estaba pasando.

En tanto el perverso monstruo que tenía por hijo, rápidamente se había ido a sentar a la mesa del comedor para observar cada reacción que iba a tener el prodigioso cuerpo de su madre al momento. Empezara a sufrir los primeros efectos del poderoso fármaco veterinario que inconscientemente otra vez ella había ingerido. Mónica desde su posición vio que Laureano estaba sentado en el sofá del salón leyendo una revista deportiva y escuchando música con unos cascos. Ahora su sola presencia la incomodaba, incluso sintió las imperiosas ganas de correrlo a hostias… que se desapareciera de su vista, pero a sabiendas de que ambos se acababan de comprometer a pasar página… y aquí no ha pasado nada. Quiso actuar de la forma más normal posible, por lo que se dio a hablarle como siempre lo habían hecho…

Tu hermana aún sigue durmiendo, creo que deberías ir a despertarla ¡Necesita espabilarse!

– No lo creo mamá, anoche ella misma me dijo que hoy pesaba dormir hasta la hora de comer, para poder salir esta noche otra vez…  

Los minutos pasaban y el chico ya estaba desesperado por ver la metamorfosis que iba a sufrir Mónica. Ya corrían cerca de veinte minutos según le indicaba su reloj, en tanto la mujer no le dio importancia a que nuevamente se le tapaban sus fosas nasales costándole respirar, nunca lo asoció con lo que le había ocurrido la noche anterior, rápidamente los latidos de su corazón se aceleraron al grado de hacer que se le cayeran de las manos unas verduras que se aprontaba a lavar. Y fue más que tarde cuando en algún momento pensó en salir huyendo del lugar cuando su vagina empezó a palpitar aceleradamente producto del acaloramiento. El asunto es que de un momento a otro se sintió más caliente que nunca y tan llena de vida que sería capaz de dejarse follar por un regimiento entero si es que este estuviera disponible, pensó en algún momento.

Mónica con un sinfín de pensamientos lujuriosos que la asaltaron de un momento a otro aún estaba en la cocina sin saber qué hacer con las verduras que había recogido y que aún mantenía en sus manos, estaba sintiendo oleadas de escalofríos y fogosidades que eran un auténtico deseo sexual que le estremecían y recorrían su cuerpo de la cabeza hasta los pies, de reojo comenzó a mirar a su hijo que este, según ella veía, seguía inmiscuido en su revista deportiva escuchando música. La hembra, olvidándose completamente de la conversación mantenida hace menos de una hora, captaba algo extraño en sus confusos sentidos, tanto en el ambiente como en su cuerpo, como si este estuviese a punto de descontrolarse hormonalmente hasta explotar de extrañas sensaciones lujuriosas.

Sus auténticas ganas eran de ir hasta el comedor y abordar a su hijo para ponerse follar con él encima de la mesa hasta quedar muerta de calentura orgásmica. Necesitaba imperiosamente quedar con su cuerpo totalmente embadurnado de semen, mas si este era incestuoso, a la misma vez de flotarle el cuerpo con su vagina y dejarlo a él completamente empapado con sus propios jugos vaginales, tal cual como habían quedado ambos la noche anterior, pero ahora aún más si cabe. Mientras la hembra se encontraba sumida en un mar de morbosidades, Laureano desde su ubicación la veía como ella extrañamente movía sus muslos dando la impresión que con estos contraía su vagina, por lo que se dio a ponerse en el acto en plan de asalto…

 ¡¿Mamá… te puedo hacer una pregunta?!

Sí cariño, por supuesto que si… ¿Qué quieres preguntarme?

Le respondió Mónica aún conteniéndose de los tremendos acaloramiento que le asediaban, percibiéndose muy excitada, y la vez deseando que la pregunta de su chico fuera en relación con lo que ellos habían hecho en la reciente noche.

¡¿Tú aun estás segura de lo que hablamos en mi habitación?!

Laureano sabía que esta conversación era decisiva, o se llenaba de gloria, o simplemente lo molían a palos.

¡¿De la conversación que tuvimos…?!  Le respondió su madre haciéndose la despistada sin saber ella misma porque lo estaba haciendo.

Si mamá de la conversación que tuvimos en mi habitación… ¿Aún piensas igual…?

Mónica aun tenía la capacidad de razonar a medias, si bien ella extrañamente ya estaba deseando que alguien le metiera mano por su parte intima, no era capaz de atreverse a insinuarse con su hijo, aunque la pregunta que este le hacía le nublaba la razón, por lo que se dio a contestarle con la verdad, y la verdad era que más extrañamente todavía, ya no estaba tan segura de lo que habían conversado y del acuerdo en que se comprometieron.

Es que no se… Laureano creo que estoy algo confundida…, su respiración ya era entrecortada, y hasta tragar saliva le costaba.

¡¿O sea, ya no estás tan segura de que no volvamos a acostarnos…!?

¡¡Ehhh…!! ¡¿Acostarnos…!?

Le respondía estúpidamente, en vez de tomar el cucharón de la comida que estaba colgado en el muro y darle a este por la cabeza por tan descarada  preguntas que le estaba haciendo.

Sí mamá, acostarnos, como un hombre y una mujer se acuestan, así como nosotros nos acostamos anoche, o me vas a decir que a ti no te gustó lo que hicimos en tu habitación…

Tras las últimas palabras del caliente chico un silencio sepulcral inundó todo el lugar, Mónica ya sabía para dónde iba esa conversación, las palabras de su hijo eran claras y precisas y ella ya estaba toda mojada sin saber porque. Quiso negarlo, explicarle de cualquier manera que eso no debía de volver a suceder, pero no podía, porque por lo que recordaba le había gustado, y la aversión sentida hace muy poco rato, ni existía en su mente. En esos momentos cualquier hombre hubiera sido aceptable para follar con él, solo que allí no había más macho que su hijo.

Extrañamente lo deseaba como una mujer desea a un hombre, y no porque sintiera que lo amara, ni nada parecido, solamente quería aparearse con él por instinto, esa razón que parte del cerebro más primitivo y donde lo que prima es encontrar al macho más potente que la preñe para mantener la estirpe una generación más… ahora sabía que no era una calentura provocada por el alcohol. Su nivel de lascivia desinhibida era al natural y al rojo vivo, este solo hecho avivaba la creciente fiebre invadiendo todo su cuerpo.

¿Qué me respondes mamá? ¿Te gustó lo que hicimos anoche en tu habitación?

Insistía el chico inquisitivamente, a la misma vez que se acercaba a la cocina junto a su madre de pie con unas lechugas en sus manos. Una vez que este llegó, estratégicamente se paró detrás de la temblorosa y caliente mujer. Su madre creía sentir la respiración de su chico por detrás de sus oídos, y este en un rápido movimiento de manos le dio la vuelta, y ya la tuvo entre sus brazos bien tomada de la cintura, sus cuerpos estaban muy cercanos. Laureano no aguantaba más mirando sus rojos labios semi abiertos y sus atemorizados ojos negros esperando quien sabe qué cosa… le estampó un ardiente y acuoso beso con lengua, el cual al segundo fue respondido por Mónica quien lo abrazó y comenzó a besarlo de la forma más sensual, sugerente y más que provocativa de lo que uno pueda imaginar.

En el transcurrir de aquel incestuoso y húmedo beso con lengua entre madre e hijo, este último fue pegando su cuerpo al de Mónica hasta el punto de sentir como esas duras tetas que se gastaba, se apretaban contra su pecho, así que sin esperar reacciones simplemente comenzó a desatarle la bata, para una vez de haberlo conseguido sencillamente sacársela por detrás de sus hombros y dejarla caer al suelo. El enardecido chico casi se volvió loco al caer en la cuenta que su atrayente progenitora solo llevaba puesta otra camisola íntima muy similar a la que había usado la noche anterior, por lo que su besos se formaron más enfervorizados que los anteriores, prácticamente se la estaba comiendo mientras seguía comprobando con las manos que Mónica no llevaba nada puesto por debajo.

En tanto la caliente hembra solo se daba a sentir como su hijo la manoseaba por todo su cuerpo, su ligera camiseta de noche muy poco la protegían de tan acalorados manoseos, e inconscientemente era ella sola quien al ritmo de los sobajeos del macho con su húmeda y mullida vulva buscaba rozar la verga de este. Mónica en aquel instante y mientras se besaba acaloradamente con su hijo estaba prácticamente desatada producto de los efectos del poderoso fármaco.

Ya había perdido todo el control que en algún momento había deseado mantener, y al contrario de esto ahora dejaba fluir todas sus ansias carnales y fornicadoras de apareamiento animal, que otra vez albergaba en todo su ser. Sus rojos y sensuales labios como también su fresca lengua se unían a los de su hijo en un beso impresionantemente pasional y con harta lengua, mientras que sentía como su caliente chico aprovechándose de la situación se la comenzaba a llevar entre manoseos, punteos y besuqueos a la habitación marital. Fue ahí cuando felizmente la enardecida hembra cayó en la cuenta que la conversación llevada a cabo en esa misma habitación a la que la llevaban solo habían sido patrañas de ambos, ya era un hecho, iban a volver a acoplarse en una fornicación tan particular como energizante, llena de morbosa lujuria incestuosa.

La pareja rápidamente estuvo encerrada en la habitación de la madre, y a los pocos segundos de haber llegado a esta el corto camisón de la hembra ya había salido volando por los aires hasta caer al suelo quedándose completamente despelotada, para nada se sentía inhibida de mostrar a su hijo sus tetas de una talla 110 D, coronada de unos pezones como rosetones color café, y su coño depilado para su novio donde se podía apreciar una raja muy bien marcada de labios vaginales carnosos. El culo era hermoso, redondo acentuado por su estrechas caderas… todo un cuerpo hecho para la lujuria y la satisfacción carnal del macho que la follaba.

No tardó mucho, ahora era la misma madre quien estaba bajándoles los pantalones al hijo con los calzoncillos incluidos, quedando la larga verga del caliente muchacho bamboleándose tiesamente justo al frente de la cara de Mónica quien ya estaba presta para comenzar a atenderla. La fabulosa hembra de cuerpo impresionante no lo dudo para tomar esa joven virilidad masculina entre sus manitas, y luego de tragar saliva simplemente se la llevo a la boca, y ahí estaba ella, otra vez completamente desnuda y arrodillada ante su hijo, mamándole el rabo de cerca de 20 cm y 5 de ancho, mientras se daba a escuchar el bombardeo de improperios que este le mandaba tal como lo había hecho en la noche anterior…

Así mamá…!!!, mámamela entera, Uff…!!! Si que eres bien zorra a la hora de chupar vergas…!!!, así…!!! Así…!!! Vamos chúpamela más rico…!!! Igual que anoche…!!!Mmm…!!! Mami… que bien lo haces…!!!Ohh qué  bueno…!!!

¡¿Lo hago bien…!?

Le consultó la salida madre a su hijo en un momento que se la sacó de la boca, ya que esas palabras la enorgullecían al tener otra oportunidad de mamar su cipote. Era una pregunta retórica porque ella era una maestra de la felación. Lo mejor de su sexo… El francés.  Cerró sus ojos  para volver a llevársela a la boca y chupársela con más ganas todavía.

– ¡¡Si puuta…!!, lo haces muy bien. ¡¡Vamos mami yo también quiero comerte el coño…!

Se atrevió a decirle Laureano para ver la reacción que tendría su seductora progenitora. Por su parte Mónica tras escuchar semejantes palabrotas, ni siquiera le importaron, al contrario, le azuzaban sobremanera manera calentándole más el coño. Solo se dio a darse el gusto ella sola chupando ese pollón como si esta estuviese hecha del caramelo más dulce que existiera en el mundo, la sentía tan rica y caliente que se la mamaba intentando hacerla deshacer con su lengua y en su paladar. Al mismo tiempo pensaba en su hijo queriendo probar a comerse su conejo, según le había dicho, ahora se la mamaba ardientemente, la succionaba y se la besaba en forma apasionada mientras lo masturbaba todo aquel tallo que no podía engullirse de lo larga y gorda que era la verga de su retoño, como si la tranca de su hijo fuese solo su juguete de carne, en tanto con su otra manita se daba a masturbarse en forma casi desesperada frotándose compulsivamente sobre el clítoris espigado y endurecido.





Laureano no era él, era el otro crápula, quien veía a su madre como a su puta mamándole la verga con ganas y mientras ella sola se masturbaba. Por su parte él del mismo modo, también quería probar más. Junto con haberse quitado el resto de su ropa, lentamente se fue acercando a la cama mientras Mónica lo seguía de rodillas sin querer quitarse el bálano de sus rojos labios. En eso el chico simplemente se sentó en el borde de la cama para luego tenderse sobre esta, y su hembra tal cual como si fuese una adivina no lo dudo para elevar su tremendo cuerpazo y posarse a cuatro patas a un lado de su desalmado macho en forma invertida, para luego levantar una de sus piernas pasándola sobre su rostro.

Dispuesta a comenzar bien con un 69, en posición hizo bajar sus caderas y posar su sediento coño sobre la cara de su hijo. Ambos habían estado deseando hacer aquello, y Laureano tras tener aquella diabólica y femenina hendidura de carne solo a centímetros de sus ojos no se hizo esperar y rápidamente hundió su lengua entre los aromáticos pliegues de esta hembra, para comenzar a lengüetearla con hambrienta desesperación. Por momentos abría su boca y se la zampaba como si de verdad se la estuviera comiendo… le recordaba las ansias de comerse la tajada de sandía en las calurosas tardes de verano. ¡Aquel coño no estaba menos jugoso! Luego le lamía el rasurado y moreno triangulo íntimo, que tenían un olor embriagante y místico.

¡¡Ahhh… que riiico…!!, Exclamó la descendiente de italiana cuando sintió como su chico le comía el coño recorriendo con todo el ancho de su lengua, para luego volver a ser ella quien le comía el mástil con sus labios, con su boca, con su lengua y paladar.

Aquel lujurioso 69 era alucinante, el soberbio y curvilíneo cuerpo de Mónica, blanco y níveo, resaltaba por el corpulento cuerpo de su bien formado hijo de piel morena que estaba puesto debajo de ella, este casi ni se veía. Solo se vislumbraba el majestoso cuerpo de la ninfa, como su negra y casi azulada cabellera subía y bajaba a la altura de la verga y al ritmo de la mamada dejando brillante todo el rabo del chaval con la saliva viscosa que resbalaba por todo el cipote hasta las pelotas. Mientras que sus cinturas y sus caderas culebreaban y ondulaban como si verdaderamente estuviese siendo follada… solo era la lengua del chico que entraba vertiginosa, lo sentía igual.

Sus desquiciantes movimientos ondulatorios y de arremetidas que hacía en pleno rostro de su hijo eran netamente instintivos, nada apuntaba a que fuera producto del fármaco ingerido. Así estuvieron mamándose, chupándose a la par por espacio de un cuarto de hora por lo menos, hasta que al salido y degenerado chico le dieron ganas de follársela nuevamente.

En un rápido movimiento de cuerpos logró ponerla boca arriba, en nada vio como ella se abría de piernas lo más que podía mostrándole sin ningún tipo de censura lo que poseía justo al medio de sus muslos… casi al instante volvió a sumergirse en aquel hipnótico triangulito de de vulva hinchada y mullida partida en dos por aquella raja que franqueada por los labios carnosos escondía la entrada al placer divino de la fornicación más excelsa. 

Mónica sintió como aquella lengua nuevamente tomaba por asalto su más íntima entrada al interior de su cuerpo, su sensible vagina lo recibió gustosa mientras era lamida y succionada, y ella con sus ojos cerrados solo se daba a disfrutar y a gemir en forma escandalosa, ni siquiera le importaba que su hija los pudiera escuchar, solo se daba a reclamar lo que ella desde hace ya un buen rato ansiaba que le hicieran…

– ¡Ohh…!Ahh…! ¡¡Necesito que me follen…! Uhhhh…!!Mmmm…!!!, ¡¡Quiero que me folles…!!

Exclamaba de forma casi impersonal con sus ojos apretados entre ardientes exhalaciones, y a la misma vez que arremetía con su conejo contra la boca del adonis de  turno. La hembra no se dio cuenta cual fue el momento en que su hijo envalentonado por los desesperados requerimientos sexuales que ella inconscientemente le hacía, ya estaba montado sobre ella a un paso de consumar el incestuoso apareamiento que tanto reclamaba. Fue al abrir sus negros ojos se encontró con su agradable rostro de niño bueno justo frente a su cara, no sabía cómo, pero sus piernas y sus muslos estaban completamente abiertos, completamente despatarrados y recogidos ofreciéndole en bandeja su íntima raja de carne esponjosa, expuesta a ser partida en dos ¡Era una hembra con mucha necesidad de macho!

El chico ya estaba casi desesperado por insertarla, para atravesarla hasta el estómago…por lo que tomó su inhiesta verga con su mano para comenzar a pasearla por entre los labios interiores tan grandes como dos orejetas… un coño con unos labios tan grandes que pareciera una mariposa monarca.

Recorría los labios vaginales como si estuviese reconociendo terreno antes de tomar posesión de lo que Mónica nuevamente le estaba convidando. La enardecida y cachonda hembra por su parte ya estaba con sus sentidos trastornados de tanta calentura, solo deseaba ser perforada de una buena vez por todas, hasta que finalmente y sin previo aviso casi enloqueció de un dichoso calentón, notó todo el badajo que su hijo por fin iba metiendo firmemente, sin ningún tipo de impedimento. Percibía cada centímetro apoderándose de su interior. Le iba abriendo las apretadas paredes maternales que presionaban el gordo capullo que la estaba horadando. Su cuerpo sufrió un escalofrío en todo ese recorrido…apreció cada una de sus venas hinchadas enardecer cada terminación nerviosa de su vagina. Una vez que ya se la tuvo envainada, vio como este se volvía a acomodar para comenzar a joderla firme y rítmicamente.

A la desatada Mónica nuevamente se la estaba follando su hijo, por lo que ella sintiendo las gratificantes sensaciones de escalofríos ramificadas por su cuerpo en cada estocada de carne que le mandaban…, simplemente comenzó a demostrar su gozo y placer con tímidos gemidos de disfrute femenino, luego mientras la dura cópula se ponía más escandalosa, la hembra manifestaba su ardiente estado con entrecortados resoplidos femeninos, para finalmente, cuando ya se la estaban follando abiertamente haciendo todo el recorrido desde la punta de la polla hasta las pelotas que rebotaban en la entrada de su coño, comenzó a relinchar de calentura de forma literal, tal cual como si ella fuese una yegua en plena faena reproductora.

Ahora iba a ser Mónica quien comenzaría a soltar un bombardeo de palabras y frases del más grueso calibre mientras jadeaba y apuntalaba firmemente hacia arriba cuando sentía que se la envainaban…

Así hijo…!, así… Mmmm… pon a prueba el coño de tu madre…!!!Fóllamee…!!!Fóllamee!!! Fóllamee!!! Le gritaba por cada embestida que el chico le daba sin atender a razones sin compasión…, Métemela TODA…!!! Hasta el fondo…!!!! Así…!!! Así…!!! Mas rápido…!!!! Métemela…!!!! fóllame…!!!! Fóllate a tu puta madre… Cabrón jódeme fuerte!!!!

– ¡¿Te gusta mamá…!?, ¡¿Te gusta cómo te follo…!!?

Le consultaba Laureano con sus ojos tremendamente abiertos y casi encima de su cara, pero Mónica estaba en otro mundo, aun así se dio a contestarle…

S…sii…!!Siii… !!!Siiii…!!!Siiiii…!!!!Ohhhh…!!!!Me encantaaaa…!!!!! Dame masssssss…!!!! Mássssss…!!!!Masssssss! métemela más fuerteeeee…!!!!

La pobre y caliente mujer estaba en llamas según se podía apreciar en aquellos acalorados momentos.

¡¿Cómo era que pedías no hacerlo nunca más…?! ¡Eres una soberana PUTA!

– ¡Aaaggg! ¡Ummm¡ No te dejes nada fuera de mi coño ¡Hazme sentir tus pelotas en mi coño!

– ¡Umm! ¿Así puta, así? Me gustaría que mi padre nos viera follando… se daría cuenta que su hermana es una genuina traga leches…!! !Toma! Una folladora sin escrúpulos que se muere por mi polla ¡Te voy a reventar a pollazos mamá!

Le gritó el chico dejándole ir una potente clavada de verga que a Mónica le hicieron ver las estrellas. Sus insinuaciones la transportaron a imaginarse a ella follando con su hijo en las mismas narices de su hermano y padre del chico. Seguro que lo aprobaría

– ¡¡Oh…!! ¡¡Si hijo!! ¡¡Ya sé que soy solo una zorra…!! ¡Me gusta que me folléis los cabrones de la familia! ¡Que me llenéis el coño de vuestra leche! ¡Solo quiero que me llenen buenos sementales!

Le contestó entre gemidos y jadeos a la misma vez vio la oportunidad de estar bien empalada… por lo que arremetió con su coño hacia arriba, meneándolo ondulatoriamente siempre pegada a la verga, tragándosela entera, para que su chico creyera en la veracidad de sus palabras cuando le admitía que ella era soberana ZORRA. Gemía de calentura la atractiva madre de familia, mientras graficaba en su mente las salidas de tono y las guarradas que su hijo pretendía que ella hiciera.

¡¡Vamos admítelo puta…!!!, dime que deseas comerte por el coño la verga de tu hijo todos los días de tu vida…

Mónica en aquellos afiebrados momentos no estaba para nada de pensamientos recatados ni nada por el estilo, su cuerpo estaba siendo arrasado por unas bestiales ganas de aparearse con quien fuera, por lo que no lo dudo para ponerse a vociferar que ella estaba dispuesta a meterse cualquier verga que estuviese disponible.

– Siiiii…!!!Siiiii…!!! Claro que siiiii…!!! Seré tu putaaaa…!!! Su furciaaaa…!!!, y solo porque tú me lo pides mi vidaaaa…!!!!,  Me comeré por la chumino tu polla las veces que desees follarme. Estoy dispuesta a recibir todos los pollazos que estén disponibles… pero no dejes de meterme la tuyaaaa…!!!! Por favor no pares…!!!!Snifsssss…!!!! Es tan ricaaaaa…!!!!

Comenzaba a llorar Mónica de puro placer que estaba sintiendo, y moviéndose abrazada y atenazada con sus piernas al avezado y fibroso cuerpo de su hijo a la misma vez que comprimía su vagina en el momento en que también le exprimía la verga al feliz cínico muchacho. El acelerado mete y saca de estoque que Laureano estaba accionando en la aún apretada vagina de su madre se aceleró estrepitosamente hasta el punto de hacer estremecer todo el cuerpo de Mónica vibrando este por completo, haciéndola gritar de una calentura infinita, la ninfa sin siquiera ser ella consciente estaba corriéndose demencialmente soltando chorros de flujo por su coño empalado una y otra vez mientras se daba a gozar de la firmes metidas de verga que otorgaba su hijo.

Su cabeza era una montaña rusa de sensaciones, las imágenes en su mente ya no eran follando con Laureano al lado de Carlos su novio, sino que abiertamente se estaba imaginando estar jodiendo con su hermano en el jardín de casa bajo el tilo y el aroma a jazmín que tantos le recuerdos le traían… le gustaba imaginarse abierta de piernas mientras su hermano se la metía con cara de desesperado adolescente al que le ha tocado el premio gordo de la tómbola… otro orgasmo más fuerte se le vino con aquella celestial imagen en su mente.

(Momentos antes en la habitación de Jessica) La joven lentamente se fue despertando, sentada en su cama se dio a estirarse y a bostezar. Jessica se había despertado con una sed tremenda por lo que rápidamente buscó sus zapatillas de salto de cama para ir por agua fresca del frigorífico de la cocina. La chica que vestía un bonito conjunto de dormir color rosado brillante, con short y camisa, en forma relajada salió de su habitación en dirección a la cocina, y justo en el momento en que ya casi llegaba a esta le pareció escuchar ruidos extraños que provenían desde la habitación de su madre.

Solo con agudizar un poco sus oídos comprendió en el acto que la desvergonzada de su madre, follaba sin reparos de que ella o su hermano estuviesen en casa… ni que decir de su hermano, el muy sinvergüenza tampoco se cortaba cuando no estaba en casa mamá para ventilarse a una de sus salidas y guarras novias. En un momento pensó en no darle importancia al asunto, total, luego lo acusaría con los tres presentes sin el cabrón de su novio Carlos…, pero al escuchar el alboroto que tenía en el interior del cuarto, con una mujer que bramaba escandalosamente mientras se la estaban follando, decidió enseguida de ir a darle cuenta de la situación a la jefa de hogar. Jessica muy mal humorada se percató que ese pelafustán se estaba aprovechando de la situación, ya que claramente su hermano no estaba en la casa al comprobar la habitación vacía y nadie en la sala principal donde solía jugar a la play.

La chica pensó que con toda seguridad ella debía estar haciendo la compra en esos momentos y no follando con Carlos en casa. Pero esa situación no dejaría que pasase así sin más, los sinvergüenzas no se salirían con la suya, esperaría a que terminaran y se enfrentaría para dejarlos en vergüenza, haciéndoles ver que su madre se portaba como una putilla con su novio, estando ella en casa. Así que ya estando decidida a esto último fue a sentarse a uno de los sillones, con apenas pararan de apareándose ponerlos en su lugar.

La espera de esta hermosa criatura de cabellos castaños, ojos color miel, y dueña de un cuerpo tan exuberante y bien moldeado como el de su atractiva progenitora no se hizo esperar, ya que al poco rato de haber iniciado su espera vio que la puerta de la habitación de su madre se habría, y lo que sus atribulados ojos vieron con horror fue lo que jamás en su vida pensó que iba a presenciar.

En primera instancia casi hasta se alegró de ver que la puerta de la habitación de su hermano menor se habría, al pensar en la cara que pondría Laureano en el momento en que ella lo encarara y lo avergonzara delante de su noviecita de turno, pero su respiración se paralizo de espanto como al mismo tiempo su garganta se secaba, cuando las pupilas de sus ojos se fueron achicando al ver salir de la habitación a su hermano completamente desnudo y con la verga decaída y brillante por los jugos en que esta estaba bañada. En el acto apoyaba su cuerpo en la pared en señal de estar esperando a alguien. En milésimas de segundos determinó que no entendía nada de lo que allí estaba pasando, era absurdo imaginar que su hermano haya estado manteniendo relaciones sexuales con una de sus guarras, en la habitación de su madre, se decía en aquellos rápidos segundos de su vida en que se sucedían aquellos extraños sucesos, y más confundida se quedó cuando vio salir detrás de ella a su propia madre, también completamente desnuda.

No fue todo…, para la más que escandalizada chica, ya que casi se murió de repulsión al ser testigo de cómo fue su buena madre quien agarraba al chico y lo atraía hacia ella. Justo con abrazarlo con sus brazos a la altura del cuello, comenzó a besarlo a la misma vez que también subía uno de sus poderosos muslos hasta la cadera del potente macho, y con su pierna alzada empujarlo por detrás haciendo que la compresión de cuerpos fuese aún más completa.

Al borde del ataque cardiaco la enloquecida jovencita vio cómo su hermano metía mano por entre medio de ambos cuerpo y como agarraba su espolón para apuntarla hacia la entrada el chocho de la bella Mónica y, proceder casi en el acto a metérsela ahí mismo donde estaban.

Una vez bien enchufada en aquella abertura maternal, comenzó a follársela de pie y contra el muro. Jessica veía como su madre solo cerraba sus ojos y se daba a ser partícipe de la incestuosa relación sexual que mantenía con su propio hijo, mientras que su hermano junto con moverse concupiscente, aprovechaba para sobar a sus anchas toda esa pierna levantada, además de recorrer la curva posterior del muslo que daba paso a toda la voluptuosidad  portentosas de la nalgas que formaban el hermoso culo de la que era su mujer en esos momentos ¡No paraban de besarse…de comerse la bocas con lujuria empedernida!

En ningún momento llegaron a percatándose de la pequeña de la casa, presenciando todo. La incrédula chica aún miraba el acople que se estaban pegando de pie su madre y su hermano, ambos completamente desnudos, para luego ser testigo también de cómo aquellos dos fornicadores amantes iniciaban un sexual recorrido de vuelta entre gemidos y apuntaladas a la habitación de la dueña de casa. Los vio desaparecer en esta…ni siquiera les importó que la puerta quedara entreabierta.

Ya en la habitación de Mónica en forma súbita se detuvo aquel delicioso mete y saca veloz del  acalorado recorrido, sujetándose del cuello de él con las manos y las piernas a su cintura, mientras el chico la sostenía del culo con ambas manos y la polla incrustada hasta la raíz. Sin ser conscientes de la presencia de Jessica viéndolos follar como conejos, ya que ambos daban por hecho que la cría aún dormía. Fue el chico quien habló primero para notificarle a la madre lo que se le venía ahora…

– Bien mami, ahora quiero que te subas a la cama y te pongas a cuatro patas porque pienso hacerte algo delicioso que te va gustar un mogollón…

Mónica más caliente que nunca, ni se la pensó para arrojarse al lecho y ponerse como su hijo demandaba. El degenerado muchacho ni tonto ni perezoso también se subió a la cama y se ubicó detrás de esas formidables nalgas que estaban brillantes producto del sudor de su dueña. Este con ambas manos se abrazó a ellas comenzando a lamerlas y a besarlas a la vez que le propinaba fuertes palmetazos haciéndolas vibrar de lo macizas que eran… a Mónica poco le importaba que su hijo la nalgueara de aquella forma, al contrario, en el sexo solía tomar el rol de sumisa con frecuencia… que la sometiera un “MACHO” la enardecían.

Laureano tras nalguearla, lamerla y besuquearla en el trasero, por fin se atrevió a hacer lo que tanto deseaba, con sus dos manos puestas una en cada nalga se dio a comenzar a abrir y cerrar esos dos redondos promontorios de carne trémula, por cada accionar que hacía este más se las abría inspeccionando el rosado ojete que existía ahí al medio, y en un momento dado en que se las mantenía totalmente abiertas fue acercando su voraz y babeante boca abierta justo al medio del anillo posterior de la hembra para de un solo bocado zampárselo y empezar a succionarlo anhelantemente. Lo lamía con fruición y con pasión desbordante, a la vez que cuando se separaba de este, con su misma lengua se dedicaba a ensalivar aquel virgen agujero anal.

En el momento en que Mónica sintió que su hijo estaba prácticamente lamiéndole el culo, su cara se desfiguró por el intenso placer que esto le causó a su sistema neuronal como hormonal. Era la primera vez en su vida que alguien ponía su boca con lengua y todo en aquella prohibida zona de su venerable cuerpazo, pero como aún tenía para rato bajo los efectos de la droga, su mente le daba intempestivos avisos de lo que probablemente su semental practicarían en tan estrecho orificio de su anatomía, y que según ella, si es que esto sucedía le harían sentirse más hembra aun de lo que ya se sentía.

A todo y cada unos de sus amantes les negó la entrada de garaje, a su hijo se la abriría el portón para que metieses su “Maserati 4x4”. La portentosa mujer entre caliente y asustada porque ella jamás había practicado el sexo anal, se inquietaba y exasperaba mientras su hijo no paraba de lamerle el culo, sin embargo a la misma vez quería sentirse una hembra realizada al completo, solo le faltaba que le dieran por el culo de la forma más animal posible, y esta era la perfecta oportunidad para experimentarlo. Cada vez más sus pensamientos se hacían realidad, ya que el chico desvergonzadamente le pedía autorización para partirla por el culo.

– Mamá… Ahora quiero follarte por el culo… ¡¿Me lo prestarías por un ratito…?!

Le preguntó Laureano entre húmedos lametones y chupeteos. Mónica que estaba en el limbo de la lujuria más mundana y carnal jamás sentida en sus neuronas, no lo dudo en responder afirmativamente, ella estaba ida de deseo, ardiendo de ansiedad, y no le tenía miedo al dolor que seguramente iba a sentir en el momento en que perforaran su virgen conducto posterior.

 ¡¡Oh…!! Si mi vida…!!! Házmelo por donde tú quieras…!!! Por donde tu quierass…!!!

Le respondió entre bramidos de calentura no temiéndole a consecuencias dolorosas. Ninguno de los dos se percató que la jovencita espiando escandalizada desde un lado de la puerta con su cuerpo apoyado al muro. Jessica observó asqueada y ensimismada como su hermano le lamía el culo a su madre, caía en cuenta que este ahora se aprontaba para follársela por el culo, por lo que la chica tuvo que enderezar su cuerpo y apoyarlo contra la pared para automáticamente llevarse la mano a la boca para no gritar de horror por lo que ahí iba a ocurrir en pocos momentos.

Laureano tan salido como exaltado por su descabellada proeza, rápidamente se arrodilló detrás del curvilíneo cuerpo de Mónica con su verga completamente erguida. Tras posar una mano en su suave cadera y con la otra apuntar sin más a su delicioso y apretado objetivo, lo posó justo a la entrada del apretado orificio… comenzó a empujar despacio, el cuerpo de su bella progenitora temblaba y tiritaba de pánico y excitación, mientras el chico presionaba una y otra vez intentando encajársela. Laureano poseía una verga idónea para este tipo de incursiones...tenía la punta afilada, creciendo a medida que se acercaba a la base.

¡¡Tranquilita mami…!! Si te duele tendrás que aguantarla…  

Reía nerviosamente y en forma descarada el caliente chico mientras ejercía presión en el apretado esfínter de Mónica, el cual debido a las energías del joven follador, cedió y le dio paso al glande, otro esfuerzo por parte de este y el tronco comenzó a abrirse camino, ahora ya derechamente se la estaban enculando. El enculado fue lento, pero el traspirado muchacho no dejó de empujar su verga manteniendo a la hembra firmemente agarrada de sus caderas hasta que ella convertida en toda una amazona la aguantó y terminó por enterrarle los 20 centímetros de verga.

Mónica en el momento en que se sintió atravesada e invadida analmente se dejó caer con sus hombros al lecho casi desmayada, estaba llena por dentro y la sensación de tener un cipote metido su trasero era muy distinto a cuando se la metían por el coño, esas eran sus cavilaciones. Por su parte Laureano cuando supo que por fin había terminado de partirla analmente se quedó quieto y con los ojos cerrados sintiendo al máximo como su madre le apretaba la verga con su ano, y ella en quien se había convertido en menos de 24 horas… era una verdadera Diosa del sexo desenfrenado.

Notó de forma paulatina pero rápida, la sensación de dolor cediendo para dar paso a otra que era netamente de calentura al saberse y sentirse bien trabada por su recién desvirgado ojete. Laureano avenaba en un vaivén tenue en incremento hacia atrás y hacia adelante muy lentamente cadencioso, que le provocaban sensaciones indescriptibles para su glande…, con sus ojos cerrados se daba a preguntarle a la cómo lo estaba pasando…

¡¿Te gusta mamá…?! ¡¿Te gusta cómo te la meto por el culo…!? Consultó a la misma vez que iba ganado velocidad en la enculada.

Ohh…!!! cariño claro que sí…!!! Me gustaaa…!!! Me gusta mucho…!!!! Daleeee…!!!! Dale más fuerteeeee…!!!!

– Estas muy abierta… Te lo acabo de romper el culo por primera vez… ¡¿Estás segura que quieres más fuerte?!

– Sí…!! Dale hijo…!!!Encúlame más fuerte…!!!! Rómpeme el culo más todavía.

Gemía Mónica al ritmo del despiadado enculado. Quien le iba a decir a Mónica que sería desvirgada por su propio hijo, el culo se entiende. Sus buenos minutos ya iban pasando y la tranca de Laureano entraba y salía del ano de Mónica sin impedimentos… se la insertaba con fuerza, con lascivia mirándola con cara de enojo. Claro el chico mientras se la follaba concentrado en que era él quien se estaba jodiendo a su bella madre y no el engreído de su novio. Solo pensar en Carlos, le hacía meter con más odio la bayoneta, por dejarse follar por el cabrón que se la jodía regodeándose ante sus hijos, y por todos los HIJOS DE PUTA de novios que tuvo a lo largo de su vida y que le hizo tragar.





Recordaba que algunos de ellos hasta le hostiaron siendo pequeño, teniendo a su padre tan cerca, y ella impávida ante tales agresiones no movió un dedo por su hijo. Aquello no lo olvidó y tampoco se lo perdonaría nunca a su madre, ¡Por eso se la follaba como si fuera una puta! Ese día, ese momento de joderla analmente comenzaba la culminación de su venganza, llevándola a la bajeza de darle por el culo como a una vulgar perra…en esos instantes no era ya su progenitora, sino la hembra en la que saciar en todo ámbito, sus instintos y frustraciones  acarreados en todos esos años.  

En tanto Mónica por su parte entre gemidos de placer anal se la aguantaba toda mirando como el respaldo de su cama se golpeteaba incesantemente contra la pared en que estaba empotrada su cama, acompañados de resoplidos por parte de su hijo, nuevos quejidos de ella, jadeos de cuerpos que chocaban los feroces ¡¡Slapssss…!! Nalgas, huevos y pelvis todo en una sinfonía carnal y lujuriosa. De cuando en cuando, Laureano la nalgueaba haciéndola vibrar entera, su ano le avisaba que un gigantesco disfrute estaba por desbordarse por todo el conducto de su ano, un nuevo placer renacía en su cuerpo y ella ya quería sumirse en aquellos diabólicos placeres, por lo que comenzó a colaborar con mayor entrega echándose para atrás cuando su hijo ya venía de vuelta empujando su verga al fondo del esfínter.

Este al notar cómo se estaba moviendo su hembra no tardó en comenzar a animarla a que moviera como una verdadera zorra… – Así… puta…!!! así…!!! ¡¡Gózalo, que no tardo nada en llenarte el culo con mi leche!!

Si mi amor…! ¡Dámela!, ¡Dale a mama por el culo y llénala con tus lechazos! ¡¡Ohh…!!Ohh…!!

Los a punto de correrse, la hembra estaba tan mojada que sus tres dedos entraban sin apenas resistencia en el chumino. Ese placer vaginal, bastaba para paliar la quemazón que la dilatación anal se producía, ya que las aserruchadas que le daba Laureano eran bestiales. La bombeaba como si su vida dependiera de ello. A Mónica le estaban dando la mejor follada del mundo. De momento ella la sentía tan gratificantemente adentro del culo que no quería que nunca se la sacaran.

Oh…!! ¡Voy a correrme puta…!!!! Te vas a tragar toda mi lefa por el culo¡¡  Gritó de pronto el sádico de su hijo. 

Sí mi amor…!!! Cariño…!!!, dame tu semen…!!!, inúndame el culo con tu leche…!!! Yo también me voy a correr! Wuaaa…!!! Wuaaa…!!! Me he corridoi…!!! Laureano me he corrido con tu polla dentro del culo…!!

– Si mi zorra…!!! mi puta…!!!, ahí te lo doy, Vamos toma toda mi leche…!! Toma…!!


Mónica mientras se sentía bien sujetada de las caderas, también sacudía su cuerpo por las descargas eléctricas que le nacían desde lo más profundo de su ano… era un orgasmo avasallador el que estaba sintiendo ya que las mareas de placer se venían una y otra vez en las cuales ella quedaba casi con la mente en blanco solo sintiendo los placeres de la carne. A la misma vez también sentía el semen caliente de su hijo salir a presión llenándola por completo. Era una sensación extraña notar la eyaculación en el interior de su ano…, percibía la caliente lava de su leche siendo vaciada en largos chorros en su interior, entre convulsionados espasmódicos de su hijo.

Por cada vez que creía que su hijo ya no tenía nada más que disparar, entonces otra inyección de espeso líquido caliente le hacían sentir el calor de su semen en sus entrañas, este salía sin parar según sentía la bien satisfecha hembra, hasta que finalmente todo acabo (por ahora), hasta quedarse rendidos y tendidos en la cama, el encima de ella y aún manteniéndola ensartada. La excitación era tal que la polla se mantenía dura y tan erguida como al principio tras haber vaciado por ella todo el contenido de sus testículos.

Fuera de la habitación, apoyada contra el muro Jessica estaba con sus ojos bañados en lágrimas y con ambas manitas puestas en su estómago, la chica extrañamente frotaba sus rodillas y al igual que sus muslos y una notoria humedad se dejaba ver en la tela rosada de su femenino short de dormir.

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