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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Mi hermana se ha quedado viuda




Al empezar el video se veía la cara de mi sobrina Natalia con una gran polla en la boca, era un video grabado por el protagonista en primera persona. Tan solo podía ver una verga bastante grande que se perdía en la boca de la niña. El hombre que grababa disminuyó el zoom de la cámara y ahora tenía una visión más amplia…, Natalia se metía la polla hasta donde la boca le permitía...el glande y poco más y el resto la manoseaba con sus finas manos. Aquella visión más amplia me mostró que el video había sido grabado en la habitación de ella, en su cama, justo en la misma donde yo ahora estaba recostado. Inconscientemente volví a cometer una pequeña locura, desabroché mi pantalón y me lo bajé lo justo para "liberar a Willy", que ya dejaba brotar su néctar transparente. Seguía viendo el video, mi sobrina recorría con la lengua la tranca de aquel hombre hasta llegar a sus huevos… los de su propio padre, incluso podía ver que estaba sin camiseta y sin sus bragas. Aquello me excitó muchísimo y empecé a pensar cómo sería que yo fuera el protagonista del video con la nena lamiendo con su lengua mi pollón…. Este era uno de los muchos videos que se encontraban en el disco duro del ordenador de mi cuñado Alberto… y esta es mi historia.

Así me follé a mis dos sobrinas Naira y Natalia. 

Divorciado, actualmente vivo con mi hermana y sus dos hijas. Mi ex mujer se fue a vivir con sus padres llevándose buena parte de las pertenencias conyugales. Mis hijos ya tienen sus propias vida independiente a sus veinte tantos cada uno. Mi hermana se vino a vivir conmigo porque su esposo lamentablemente falleció hace unos meses en un accidente de trabajo, pero la indemnización no era suficiente para mantenerlos de por vida, pero sí para que sirviese de seguro de vida en el futuro para sus hijas… así que le propuse que abandonara su piso de alquiler y se mudara a vivir a mi casa…llegamos a un acuerdo de convivencia…donde mejor que estar solos, era compartir una sola vivienda los cuatro, y la mía era más que adecuada para tanta familia, además de ser en propiedad y desde hace dos años sin hipoteca. Esto me dio la rara oportunidad de enterarme, unos días después de la mudanza, de algo de lo que nunca me hubiera imaginado… mi cuñado se comía a sus dos hijas, sí, a mis dos lindas sobrinas, esto es algo que nunca me hubiera imaginado y que a la vez me abrió las puertas a un mundo nuevo, que de otro modo nunca hubiera descubierto, el oscuro secreto de mi hermana y su esposo practicando nudismo e incesto consentido por ambos cónyuges…, pero lo más sorprendente era la gustosa participación activa y complaciente de las niñas.

He de decir que al comienzo estaba molesto por esta situación de vivir con mi hermana y sus hijas, cuando ya me había hecho a la idea de una vida sin nadie que me moleste en casa… ya que lo veía como una gran pérdida de mi privacidad, eso pensaba porque en ese momento no tenía conocimiento de la maravillosa experiencia que estos dos angelitos habían tenido con su ahora difunto padre. Siempre me han gustado esas dos preciosas y encantadoras chicas, no lo voy a negar… tal vez lo llevamos en los genes de la familia, por eso aprovechaba cualquier oportunidad, en donde discretamente intentaba gozar con ellas sin abusar de mi posición de fortaleza viril, pero con una esposa en casa y dos hijos varones, se hacía difícil la tarea de escaquearse con la nenas. Ni mis hijos, ni mi ex esposa nunca sospecharon nada, ya que sé jugar bien mis cartas. También sé que algo de esto tenía que ver con la alegría con que venía de visita mi hermana con su familia, en especial las crías que tanto se alegraban de verme… me solicitaban para jugar, hacer experimentos y trabajar en el mantenimiento del jardín y piscina, estar conmigo y manosearnos en los juegos y trabajos era muy habitual. Eran unas niñas muy entregadas con su tío he de reconocer, por eso cuando les pedí vivir en casa, no le extrañó nada, adaptándose muy rápidamente al ambiente, a mis costumbres y a mi presencia.

En la mudanza me tocó a mí llevar a casa los objetos personales de mí cuñado, entre esas cosas estaba lo que sin duda era lo más importante para obtener la mayor fuente de información… su ordenador personal. A mi hermana nunca le ha interesado la tecnología y me regaló el portátil de su esposo. No soy un experto en informática, pero no hace falta ser un hacker para poner al día un ordenador teniendo un mínimo de conocimientos de usuario avanzado. Por lo que al revisar los archivos noté algo peculiar que cualquier usuario con conocimientos medianos en informática no se daría cuenta… el disco duro parecía tener un tamaño, cuando en verdad tenía un tamaño mucho más grande. Debido al dolor del duelo mi hermana no se interesó en ese ordenador, solo unos meses después me dijo si había alguna foto familiar o algo de importancia para ella. En efecto, le di una memoria USB con todas las fotos y videos familiares… inclusive las de sus impúdicas folladas familiares y las del camping nudista, así que pasados unos días cuando se dio cuenta que yo sabía del secreto, en un momento íntimo entre ella y yo me dijo que qué me habían parecido las fotos en el camping... y los videos. Me quedé un tanto parado, no sabía qué decirle porque verlas las había visto y ella no sabía, así que le dije no saber de esas prácticas hasta ese momento y que estaba muy impresionado, pero si las nenas estaban bien no había ningún problema conmigo, lo aceptaba y apoyaba, al fin y al cabo el amor se puede expresar de diferentes maneras. Ante mi confesión ella también ella comenzó a contarme que su esposo era del gusto por el nudismo antes de conocerlo, y tras hacerse novios la introdujo en ese mundo y después a toda la familia en tales prácticas, tanto es así que las niñas juntos con ellos hacían nudismo incluso en su propia casa… siendo más convincente con todo su relato.

Llegó a confesarme que una cosa les llevó a otra por el bien anímico y educativo de las niñas, esa educación sexual que mi hermana ni yo habíamos tendido en nuestra casa familiar…, así que en aquel ambiente lúdico festivo dentro de la intimidad hogareña, y solo cuando la crías estuvieron preparadas bajo el consentimiento de las nenas, su padre las desvirgó… algo que les llegó tras haber cumplido las mellizas los 18. 

– Practicábamos sexo con ellas casi todos los fines de semana, y en especial en vacaciones dentro del camping nudista.

Me contó mi hermana, siendo ella misma instigadora de tales propósitos para el bien de la familia y el bienestar mental de las chicas, educándolas en el poder del amor y la libertad, una reminiscencia del “Power Flower” de los años 70. Ciertamente en las fotos y videos se observa a muchas familias con plena convivencia naturista…juegos, comidas, diversión y charlas amigables en plena naturaleza tal y como llegaron al mundo, pero con zapatillas. No habían fotos de orgías ni nada parecido, eso no quitaba que en la intimidad se practicase sexo de todos con todos entre generaciones y de la misma edad, cado uno como le diera a entender su naturaleza y apetencias… las de mi hermana y su esposo caminaban por los senderos del incesto o simplemente follaban en presencia de las mellizas. Debo confesar que no vi, ni veo en ellas conductas que no tenga una chica de su edad, con una salvedad, en cuanto a hablar de sexo son mucho más avezadas que cualquiera de sus amigas, por conocimiento de causa, y por información en todos los aspectos beneficiosos y peligrosos de las prácticas sexuales, y eso lleva a mis sobrinitas a un nivel idóneo para lo que acontecería en el futuro…

No quiero alargar la historia con detalles técnicos solo les diré que localicé una gran cantidad de fotos y videos de mi difunto cuñado y mi hermana Antonia, con sus hijas desnudos y teniendo sexo explícito completo…las follaba y llenaba de semen por el coñito y la boca, teniendo a mi hermana de acompañante la mayoría de las veces, a la que también le daba lo suyo en presencia de la nenas… en otras ocasiones solo eran las mellizas con mi cuñado. Tal vez lo grababan para enseñarlo a mi hermana o para visionarlo en familia. En verdad le comenté a Antonia que al mirar lo dulces, tiernas e inocentes que se ven, uno nunca se imaginaría lo que ellas eran capaces de hacer con esas boquitas, esas manitas y principalmente esos ricas vaginas regordetas y sin pelo tan apetecibles que se rasuraban periódicamente. 

De mis palabras se podía deducir que me excitaba la idea de verlas y gozarlas…, no solo a las nenas sino también a la buenorra de mi hermana, ahora viuda y sin duda con calentura de coño insoportable. Mis sobrinas siempre han sido muy cariñosas conmigo, pero debo admitirlo… Alberto, mi difunto cuñado (Que en paz descanse) y su esposa, las tenía bien entrenadas. Ellas nunca me habían dicho nada de su secreto con sus papás, sabían nadar y guardar la ropa, discretas e inteligentemente. No solo son espabiladas, también son hermosísimas y muy bellas… son de piel muy blanca, pelo largo y rubio, ojos verdes ni huesudas, ni gordinflonas, yo diría que son perfectas de cuerpo, cualquier hombre que las vea en bikini tendría una erección así como yo… muslos llenitos nalgas redondas y empinadas, brotadas diría yo, con cualquier trapo que se pongan se las ve bien y de cara son unos verdaderos ángeles…, nariz respingona bonita de cara.

Es un placer hasta escucharlas hablar ya que tienen un cálido timbre de voz. Al comienzo pasaban mucho tiempo solo llorando, pero con el pasar de los días se fueron normalizando las cosas y obviamente su deseo sexual regreso, pero ya no estaba su padre para que ellas se desahoguen sexualmente. Mi cuñado o mi hermana filmaban a sus hijas todas las veces que se la tiraban, con una presentación previa que ellas mismas se hacían, muy entusiasmadas... eran decenas de videos durante los dos últimos años… tenía ordenado los videos y fotos en orden cronológico, así que me pase muchas horas viendo las imágenes  y pude ver desde el primer video hasta el último pero no completos ya que eran demasiados largos para verlos de principio a fin algunos duraban casi una hora. Bueno uno que otro si vi completo ya que eran muy interesantes mirar a estas nenas bonitas y rubias gozar del sexo y a mi hermana hecha una auténtica zorra. Los de los juegos florales del camping no eran tan interesantes, pero también visualicé unos cuantos. Pude ver como aprendieron todo tipo de técnicas sexuales con sus padres. Se veía la evolución, desde que no sabían ni como agarrar la verga, a verdaderamente gozar con orgasmos espectaculares, incluido. 

Soy el único macho en la casa, así que naturalmente las chicas vendrían a buscar el placer en mí, ahora que su padre ya no podía darles, porque he decir que se les veía muy entregadas y nada cohibidas…para nada se les veía forzadas, más aún eran ellas las que grababan entusiasmadas las escenas de sexo con su padre o ambos progenitores...y esa costumbre no la deseaban perder.

Cada día que tenía oportunidad acariciaba y rozaba la suave piel a mis sobrinas antes de que vivieran a vivir conmigo…, cuando me visitaban nos cogíamos de las manos y en alguna ocasión les decía al oído que quería que fuese mi novia, ellas se sonrojaban y me sonreían, pero no decían nada. También les daba nalgadas a ambas, las tocaba y las acariciaba cada vez que estaban cerca de mí sin perder ocasión gozando de sus tersos traseros respingones…la sensación de sus nalgas me excitaba al punto de ponérmela dura. Tampoco perdía oportunidad de besarlas en la cara delante de todos, pero lo más atrevido era cuando las besaba en la boca cuando estábamos solos fuera de ojos inoportunos…estas nenas sin complejos, accedían sin oponerse ni hacer remilgos al hecho de sentir mi lengua en sus labios. De esta manera comprobé que  me tenían mucha confianza y consentimiento ¡Ahora que vivían conmigo tendría muchas más oportunidad con ellas! Se me ocurrió poner cámaras escondidas… una en el baño y otra en su dormitorio. También noté al revisar la ropa usada a la hora de ponerla en la lavadora, que las bragas tenían grandes manchas, al olerlas detecte que no solo era manchas de orín sino secreciones vaginales debido a su excitación y tensión sexual no satisfecha.

Otra de las cosas de las que me percaté en los primeros días, fue que caminaban muy sensuales ante mí, cuidándose que mamá no las vea. También usaban camisones transparentes, bikinis demasiado pequeños que las hacían más sexys. Era obvio que su madre se los había comprado y solo lo usaban en casa para seducirme, así poco a poco me fui convirtiendo en su confidente. Pronto me propondrían practicar el naturismo en casa, y estaba preparado para darle una respuesta afirmativa…. Tras el duro golpe de perder a su padre, tenerme a mí cerca les ayudaba a paliar la falta paterna, al extremo que veían en mí al sustituto perfecto a su padre y para mi hermana el esposo…, y cuando digo esposo, lo afirmo en toda su extensión incluyendo a mi hermana Antonia y la nenas. A las pocas semanas ya teníamos muchos secretos sin haber desvelado entre nosotros nada… mis caricias subían de tono y ellas gustosas se dejaban manosear a mi total antojo acurrucados debajo de la mantita en el sofá viendo la tele, ahí me daba mayor confianza y atrevimiento con las nenas. Al revisar las cámaras en las grabaciones en mi ordenador, descubrí que las pequeñas tenían sesiones de masturbación en su cuarto al llegar a casa, se desnudaban y en la cama se masturbaban de lo lindo una frente a la otra o recostadas costado con costado metiéndose consoladores de buen tamaño, luego salían del cuarto como si nada… ¡Esto solo era un desahogo momentáneo porque seguían excitadas y calientes como perras en celo! Se lo notaba muy rápido en sus ojos cuando me miraban coquetamente insinuándose.

Natalia al salir del baño me saludó ruidosamente como para que la mire… 

– ¡Holaaaa tío!!

Y acto seguido dejó caer la toalla mostrándose total y completamente desnuda en vivo y en directo. 

Y ella decía coquetamente – ¡Uyyy se me cayó la toalla! 

Se tapaba con una mano la teta izquierda mientras lentamente se agachaba a coger la toalla poniendo el culo en pompa lánguidamente alargando el tiempo necesario para inclinarse y recoger la prenda. Curiosamente solo se tapaba adelante con la toalla y se iba caminando lentamente, mientras se le veía toda la espalda y las nalgas bien formadas… redonditas y diáfanas con una raja perfecta que dividen su culo para disfrute de los ojos que lo observan…, un culo liso de piel pura si no tenemos en cuenta una peca preciosa en su nalga derecha… ¡Si esto no es insinuarse entonces no sé qué es! Salí al patio y en una mesita estaba Naira con su tablet, me paré al lado de ella mostrándole mi erección. Ella miraba de reojo mi enorme bulto y se la veía pensativa dimensionando mi mostrenco, mucho más grueso y largo que el de su padre, todo hay que decirlo. Al parecer estaba planeando algo. Mi hermana había salido y regresaría en la tarde noche, así que era mi oportunidad.

Entonces Naira se giró a verme y con su voz de niña buena me dijo… 

– Tío que te ocurre dentro del pantalón… tienes un bulto enorme ¡¿Puedo ver qué es?!  

Aquella era la ocasión, ahora o nunca. Ni tonto ni perezoso me bajé el pantalón junto con el bóxer...

– Mira mi amor es mi verga. No todos los hombres tenemos una semejante a esta… si quieres puedes jugar con ella. 

En absoluto se escandalizó de mi acto impúdico, al contrario lo esperaba.

– ¡Tío es enorme, más gruesa que mi brazo…muy hermosa! ¡Qué bonita la tienes!

– ¡Anda cariño dale un beso si te apetece!

Ella obediente y coqueta, besó el cabezón de la verga y la agarró con la mano con firmeza, como quien sabe como se ha de hacer.

– ¡Ummm, está caliente y muy dura, tío!

Creo que la chica ya no se aguantaba las ganas de mamarla…, porque se la metió a la boca dándome una chupada al cabezón con mucha desesperación y ganas contenidas, saboreando el glande retorciendo su cabeza para contornear mi capullo con su boca. Sus gestos me sorprendieron, y su tacto aún más. Naira, aquella adolescente tan sensual se desveló al momento para mí como una persona totalmente distinta. Agarró mis pantalones y mi ropa interior y los deslizó de un golpe seco hasta mis tobillos, allanando todo el terreno para ella… Su pelo se retorcía de una forma inolvidable mientras su sonrisa iba a más. Y esa nena liberada paulatinamente de su temor a mostrarse sexualmente activa, liberó también la lengua… fina, deliciosa, esa lengua me tocó a la altura de la rosilla mientras subía hacia el postre, dejando un camino de saliva tibia… Los ojos cerrados de Naira disfrutaban el camino, y se abrieron justo cuando tuvo los gigantescos al lado de su boca.

– ¡Qué grosor…!  Dijo ensimismada. ¡Y estos huevos son enormes, tío! ¡¿Lo debes tener muy llenos, verdad?! de esto nos tenemos que encargar nosotras... ¡¿Desde cuando no te los dejan secos?!

Pasó una mano entre mis testículos, acariciándolos con sus finos dedos, incluso clavó sus uñas pintadas al estilo francés en ellos, pero sin querer hacerme el menor daño… Las yemas de sus dedos acariciaron mis cojones de una forma respetuosa, como sopesándolos… 

– ¡Ummm, como pesan este par de huevos! 

Alargó su lengua y los lamió una y otra vez chupando cada huevo con sonora succión. Y mientras, su otra mano, sin poder resistirlo, tomó la base de mi polla, justo en el contacto con la pelvis, casi me hacía cosquillas. Ahora que Naira había empuñado correctamente el arma de su deseo, dejó que sus labios besaran la punta del glande y se puso a sorber en el orificio uretral. Pero aún debería hacer más para obtener el preciado líquido… La lengua traviesa de Naira salió a recorrer mi estoque. Y lo hizo rápidamente, casi sin yo darme cuenta recorrió el prepucio desde la punta hasta la base, dejando una huella de saliva. Rodeó hábilmente mi miembro con su lengua y volvió a recorrerla hasta la punta por el sentido opuesto. Estaba maravillado por la habilidad de su lengua, al igual que ella lo estaba de sentir esa carne varonil…

Sin más demora, Naira abrió su tierna boquita y engulló el glande. Algo que había visto en mis ensoñaciones durante mis ensoñaciones, y durante mis masturbaciones, ahora era realidad. La fina boca de Naira sí era capaz de introducirse el grosor de mi polla, aunque por poco margen, pues en los labios de la niña se notaba que no podía abrirla mucho más. Lentamente, para mi asombro, Naira empujó con la mano para irse metiendo el miembro dentro de su boca, de su garganta, centímetro a centímetro… Mi polla estaba cada vez más adentro, de esos labios, pasando esos dientes y sintiendo su lengua, la cual jugaba conmigo desde su interior, impregnando de saliva fluida mi verga. Llegó un momento que ya, con un buen trozo de tranca en su garganta, Naira no daba para más, pero no la forcé. La dejé hacer, porque sabía muy bien lo que hacía. La cabeza de la nena se empezó a mover hacia atrás, a rozar con fuerza mis carnes, y su lengua me enloquecía en su cavidad bucal, humedeciendo mi polla. Agarrada a mí con fuerza, Naira tomó coraje y empezó a mover su cabeza a lo largo de la extensión de mi polla, frotándola a placer mientras hacía lo mismo con su mano con el resto del tronco libre…

– ¡Ohh, Naira…! Me elevas al cielo, me haces sentir un placer impensable...me vas a correr muy rápido. 

La desatada sobrina dejó de comer polla para chuparla, se la sacó de la boca, acompañada de una cantidad considerable de saliva, y dejó que su lengua me recorriese la barra de carne endurecida y venosa con fruición, con deseo… Sus ojos verdes me miraban con el mismo deseo, su mano agitaba con fuerza mi polla… 

– ¡Joder, Naira, no aguantaré mucho más si sigues así…! 

Tras varios lametones que me pusieron a cien y me transmitían cientos de sensaciones, Naira volvió a engullir la carne entre sus labios, ahora más adentro, ahora con más fuerza. Como una bruja, hizo que mis testículos hirviesen casi al momento, al sentir esa sensación ahora, haciéndome el mejor sexo oral de mi vida… Sentir el calor que emana de mi entrepierna, el semen produciéndose y queriendo salir. Mientras tanto Naira, como loca, sigue metiendo y sacando mi falo de su garganta… Los ojos de Naira ya no tienen nada de compostura ni de niña inocente…, sólo de hembra en celo que reclama su premio. Se mueve sin parar, chupa, absorbe, engulle, frota. No puedo más, hiervo, siento que me descontrolo, ella es la culpable. Y se lo digo, mientras ella no para de elevar la velocidad…

– ¡Naira! ¡Me corro, Naira! ¡Joder toma mi leche puta!

Hace un gesto como si lo hubiese entendido, pero no cesa, sigue comiéndome la polla como si le fuese la vida en ello. Y creo que sabe cómo funciona, la comprende y la siente… Pues yo siento ya como la leche busca la salida y no puedo frenarlo. Naira, en ese momento vuelve a besar el glande con sus labios porque sabe que llega el húmedo final. Exploto de locura, un placer, siento como viene y pasa delante de mí una corrida bestial, el caudal caliente que sale de mi manguera… Ella lo está esperando, con el glande dentro de su boca. En el gesto de su cara, noto como siente el primer chorro que sale disparado dentro de su boca y sus ojos se derriten al sentir la leche cremosa… Hay más, Naira, pero ella puede con todo. Mi sobrina sigue frotando, ansiosa por más y llega todo de golpe, un torrente de semen hirviente que se desliza por su boca… Le quema, arden sus paredes… El esperma espeso de su tío es abundante e inunda a su cavidad, la lengua es derrotada y la lefa viscosa cae por su garganta.

Naira lo siente caer por su galillo, nota que le desborda, pero ni así se da por vencida. Esa hembra quiere toda mi leche… En el intento por no perder nada, un poco de semen espeso se desliza por la comisura de sus finos y turgentes labios. Yo he acabado, pero aún mi polla tiesa pertenece a la sed de Naira. Ella recorre con su lengua toda mi extensión, quiere hasta la última gota, extrae el miembro de su boca pero aún lo lame… Le gusta su sabor, lengüetea y saborea cada porción de engrudo. Me lo ha devuelto y me mira a los ojos. Abre la boca y puedo ver mi manantial de lefa en su paladar, recorriendo sus dientes y cómo su lengua está empapada de blanco ¡Está radiante! me sonríe… Cierra la boca y se lo traga… Naira traga con paciencia el mar de semen viscoso que inundaba su boca hace unos segundos. La vuelve a abrir y relame los restos de las comisuras de sus labios, llena de deseo. Con dos dedos recoge el semen que se resbala por su barbilla. Y lo vuelve a llevar a su lengua…todo queda ahora en su estómago, es todo para Naira. Se levanta y se coloca a mi altura. Se sigue chupando esos dedos recubiertos de esperma y atrevida me besa en mis labios dándome a probar mi propia crema…

– ¡¡Estupendo…!! Dice Naira, con una sonrisa de nena inocente y pícara a la vez.

Me coge de la mano y me lleva a mi cuarto, se echa sobre la cama despatarrada, desea seguir con la fiesta… tuve que detenerme cuando escuché a Natalia que me llamaba desde el cuarto de ellas. Cuando me marchaba sin más demora, ya desde la puerta me lanza otra sonrisa, la cual hoy recuerdo llena a rebosar por mi semen…

– Ya regreso mi amor.

– ¡¡No te demores tío...mi coñito se ha quedado con ganas!!

Me guardé la verga en el pantalón y fui a ver a Natalia, casi me da un infarto, ella estaba acosta desnuda en la cama boca abajo con ese tremendo culazo que tiene y mirándome

– Tío dame un masaje, mi papi nos daba masajes a ambas…lo extraño mucho.

No me hice de rogar y en un segundo mis manos recorrían todo el cuerpo de mi sobrina desnuda. Creo que estuve un largo rato tocando a Natalia desnuda, hasta llego Naira a ver porque no regresaba y cuando vio lo que le hacía a su hermana dijo…

– Yo también tío, mientras se desnudaba rápidamente la parte superior aún cubierta.

Acariciando a estas niñas desnudas perdí la noción del tiempo, estas pequeñas estaban tan necesitadas de cariño y mimos que solo acariciándolas llegaron a un clímax sabroso, gemían y suspiraban mientras sus cuerpos se convulsionaban. Acto seguido ya no me podía contener…les mamé el coñito…, le abrí los labios vaginales olí el paraíso entre sus muslos blancos suaves, calientitos y rellenitos. Sin dilación metí mi lengua muy profundo saboreando su néctar, a poco me follaba sus coñito con la lengua y regresaba recorriendo su rajita hacia arriba al encuentro de pequeño clítoris…los lamía, besaba, chupaba y mordisqueaba lengüeteándolo sin cesar al mismo tiempo que metía mis dedos…las pequeñas putitas gemían y suplicaban por más. Luego las volteé con su culo en mi cara, entonces besé, lamí, chupé y hasta mordí sus nalgas. ¡¡Joder la suerte de tener dos pequeños culos perfectos!! Blancos suaves, calientitos, tiernos y deliciosos para mi total deleite. Elevé sus culos para tener un mejor acceso a su raja y de paso lamí su ano, esto las descolocó volviéndolas locas de gusto. Me comí sus coñitos y sus culos como un perro en celo.

Todas esas orgias que había visto a estas dos mujercitas, ahora las tenía para mí y estaba dispuesto a gozarlas por completo apreté sus nalgas y le di nalgada tras nalgada hasta que las hice correrse de gusto de placer por un orgasmo tan largamente esperado. Me posicioné con mis piernas entre los muslos de Naira, apuntillé mi verga en la rajita y apreté con el rígido ariete hasta que se perdió mi gordo glande en la bocana de su coñito. Costó abrir su estrecha raja y más que entrase el cabezón, pero una vez dentro fue suave con la gran lubricación que soltaba aquella pequeña vaginita. Fui adentrándome poco a poco ganando centímetros, hasta golpear con mi punta el fondo de su coñito…, entonces la folle con pericia casi salvajemente, batía bien duro a la pequeña… después de ver esos videos, ya sabía que no la iba a dañar, su padre la tenía acostumbrada a esto. Al cabo de un rato la extraje y penetré por el coño a Natalia… a la pequeña me costó un poco más insertarla, pero no me iba a detener pero me detendría la estrechez de su rajita, así que con la dureza de mi bayoneta y las ganas de la nena no hubo mucho problema…clavé el glande y el tronco con pequeñas inserciones fue ahondando por el conducto de la gloria.

He de decir que mis sobrinas son las lolitas perfectas a sus 20 años, rubias inmaculadas, desnudas y a cuatro patas. La follé como si fuera una hembra madura, sentía mis bolas golpear sus nalgas en cada embestida que le daba, hice que pusiera sus brazos hacia atrás, en su espalda casi a la altura de la cintura y la sujeté con una mano mientras con la otra mano la agarré de su largo pelo jalándola con fuerza mientras no paraba de follarla a toda velocidad durante varios minutos oyendo sus gritos de placer salvaje. Su culito partido dejaba ver mi tranca entrar y salir de su coñito expandido de manera desproporcional… era una gacela atravesada por un gran cabrón. Luego la agarré de la cintura y empecé a bombearla con todas mis fuerzas…por entonces sudaba como un cerdo notando los goterones por mi frente por el esfuerzo y la calentura de tener a tan tiernas nenas solo para mí… ¡¡Percibía caliente y apretado el coñito de mi sobrina…!! La nalgueaba con fuerza hasta que la pequeña puta se corrió convulsionando mientras gemía y pedía más profundo, más rápido y más duro. Lo exigía con vehemencia a sabiendas que la podía penetrar con tranquilidad, pues a pesar de mi mayor gordura de polla respecto a la de su padre, el coñito se acomodó con facilidad.

La follaba con vehemencia con la tranquilidad de no hacerle daño, porque ya sabía que tan profundo las penetró su padre llegando a lo más hondo, en mi caso ¾ partes de mi recia verga…mi cipote era más corto, pero casi el doble de grueso, algo que te agradecen más las hembras. Mi posición favorita es la que había tomada desde hacía más de diez minutos… a cuatro patas manejando el ojal del culo y tetas a placer…, cuando me llegaba el punto de correrme, paraba y cambiaba de niña, entonces volvíamos casi al punto de inicio, la polla se deslizaba fácil con tan excelsa lubricación, eso también ayudaba a no correrme tan rápido y aguantar para darles a ambas lo suyo. Fue una verdadera locura verlas gozar a las dos de tantos orgasmos que conseguí sacarles a las zorrillas… se corrían con suma facilidad… multi-orgásmicas. La más pequeña estaba divina pero definitivamente la mayor se veía más redimida a las grandes folladas sin fin…con mayor resistencia a los fuertes pollazos, así que me la follé más a ella, especialmente desde el culo y ella también lo gozaba sin lugar a dudas era su postura favorita. 

Esta nena llevaba demasiado tiempo en abstinencia, para unas hormonas adolescentes tan alborotadas. Abría sus nalgas con ambas manos sentía calientito aquel conducto, cuando mi verga penetraba su apretado conejito que se dilataba alrededor de mi gruesa verga envolviéndola con gozosa presión. Volvía a coñito de Natalia y de nuevo me follaba el de Naira, hasta que no pude soportarlo más y la clavé a fondo en su coñito para llenarla de espeso semen recién producido por mis vigorosos cojones. Solté un alarido orgásmico y me desleché en largos y espesos chorros de lefa. Eyaculaba con furia en aquel cubículo angosto, y tan copiosa fue la corrida que no cupo todo el esperma, brotando fuera aún sin sacarla de la rajita enrojecida de tan tremenda follada. Cuando acabé de descargar todo el semen acumulado en días, la extraje y me tumbé exhausto junto a ellas, adormecido, con un atolondramiento placentero que no recordada.

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Una vez satisfechos nuestros primeros instintos conversamos bastante y nos dimos juntos una buena ducha. Me confesaron lo que habían hecho con su padre innumerables veces y les gustaba mucho, tanto que se lo pedían a diario a papá. Así que ahora serían mis novias, es más hasta me casé con ellas… naturalmente simulado. Arreglamos los vestidos blancos. Nos casamos en el patio, efectivamente, me casé con las dos  a modo de como lo hacen en las Vegas con Elvis Preisley, Tres semanas después de la desaparición de mi cuñado Alberto, sus hijas había encontrado el sustituto perfecto y ello lo escenificamos una tarde en ausencia de mi hermana. Ellas lo prepararon todo, pusieron muñecos de felpa en las sillas a modo de  invitados hasta hubo tarta y bocaditos…, luego vino lo mejor… tuvimos la luna miel en el dormitorio marital. Ya se imaginan la tremenda sesión de polvos que le di a las dos nenas, tuve que tomarme una pastilla azul para aguantar las tres horas de folladas interminables que les di, horadando sus coñitos, la boca…dejando para una posterior ocasión sus culitos. Las reventé a pollazos, polla no me falta y dureza tampoco faltó en toda la tarde con la viagra. Cuando terminamos las mellizas me sugirieron repetir la luna de miel pronto, una vez que sus hoyitos dejasen de estar irritados de tanto follar.





Juegos calientes con mis sobrinas.

A estas alturas mi hermana aún no sabía lo que ocurría en casa con sus hijas, tampoco sabía que yo conocía el gran secreto del matrimonio con sus dos angelitos…incesto y nudismo. Otra de las tardes me hallaba en casa solo con mis sobrinas Naira y Natalia, usualmente las dejo hacer todo lo que le plazca, así que siempre que puedo trato de dejarlas jugar solas y yo me encierro en mi habitación a leer o trabajar. Mi sobrina Natalia siempre termina tocando la puerta buscando cualquier excusa, para estar con ella y buscar con juegos,  rozar su pequeña pero abultada vulva conmigo, yo al principio de estar mis sobrinas en casa me hacía el desentendido como que no me doy cuenta de lo que hace y la distraigo haciéndole cosquillas hasta que se olvida y la dejo sola con la excusa que olvidé de hacer algo y me encierro en mi estudio. Esa tarde me dejaron la siesta hasta las cuatro de la tarde, y entraron sin tocar a mi puerta… Querían jugar al monstruo que las devorarías en cosquillas…, Me puse una manta y a la que agarraba la apretujaba en cosquillas hasta casi dejarlas sin aliento.

La soltaba y agarraba a otra… Así estuve hasta que me cansé, me tiré en la cama hasta que a Natalia se le ocurrió apagar la luz diciendo, ahora nosotras somos las monstruas y te vamos a comer. Las nenas se lanzan lado a lado y Naira se tira sobre mí… entre cosquillas y risas, siento como mi sobrina apoya duro su pelvis sobre la mía y empieza a rozarse de arriba abajo, me gusta su atrevimiento y empiezo a apartar Natalia a un lado con mis manos colocadas en puntos claves, nalgas, tetas sin pudor alguno. Luego desplazo a mi sobrina ladeando mi cuerpo y dando un giro de cadera para alejarla y tomando por la cintura a Natalia, la monto sobre mí y empiezo a estrujarle su coñito con mi endurecida verga bajo mis calzoncillos, aún. Luego la sacudo a un lado y agarro a Naira haciéndole lo mismo. Tras unos minutos de manoseo y roces impúdicos, ambas deseaban estar sobre mí… a esa altura las nenas entre risas de disimulo esperaban su turno… hacía las veces de caballo montándolas sobre mí, me estaban empalmando a base de bien. Ellas sabían excitar a un macho y lo hacían bien con la base de sus juegos. Finalmente las hice a un lado y me levanté de la cama, arrodillándome sobre el colchón, Naira metió su mano bajo el bóxer y extrajo mi badajo de la entrepierna.

Con todo el prepucio remangado y con la verga empalmada rezumante… se embadurnaban de líquido pre-seminal… a una y a otra, restregándose mi capullo por la nariz y boquita de ambas, para que mi aroma excitaran más a las putitas. Les gustaba el juego del deseo y la lujuria me llevaba a rincones de donde uno solo tiene una sola salida… FOLLÁRLAS. Empecé manosear sus tetas sobando todo su cuerpo, su respiración emergía fuerte…hiperventilando, lo que daba una idea de su excitación. Una vez loquitas le decía ahora debéis pillarme, estaba en un rincón y sentí una mano de Naira, la agarré y la levanté con poco esfuerzo, sus 55 kg y 1’65 metros de altura eran fáciles de manejar…, la puse contra la pared, le saqué el camisón y se bajó sus braguitas, lo suficiente sin quitárselas. Acto seguido, así mi tronco y se lo pegué contra el conejito apretándolo con sus piernas, una, dos y tres veces…, mientras hago esto siento otra manita que me toca por detrás, todo muy rápido, suelto la que tengo y agarro a la otra, me muevo a otra pared y la recuesto, medio bajo sus bragas a Natalia, y le pongo mi mostrenco musculado de 19 cm y hasta 7 cm de grosor en su coñito, se ve desproporcionado pero esos coñitos están acostumbrados a dilatar para tragarse un cipote de este tamaño… le hago los mismo restregando mi glande lubricado por su rajita de arriba abajo y vuelta de nuevo. Me agarra de nuevo Naira por detrás, lanzo a Natalia buscando a Naira que desea repetir, esa niña es insaciable y va a tener lo suyo.

Empiezo a buscar las cosquillas de mi sobrinita Natalia… – ¡¡Soy una Tarántula venenosa y te clavaré con mi aguijón, metiéndote el veneno mortal!!

Risas que me llenan de alegría la casa y mi alma. La encontré la recosté sobre otro pared y le di con la ropa puesta, mientras Natalia me jalaba por las sábanas, y dije soltándola… 

– ¡Ya tienes mi veneno paralizante, ahora os enrollaré en un capullo de seda para comeros…! 

Saqué unas mantitas de terciopelo del armario, las puse de pie y le dije a las nenas que se abrazaran y girasen un poquito mientras las enrollo, pregunto… 

– ¡¿Os podéis mover?!

Gritan al unísono… – ¡¡Nooo!!

– Bien recordar  que tenéis veneno paralizante, así que no os podéis mover nada.

Las puse juntas sobre la cama…– ¡Ahora voy a comérmelas chupándole los jugos del cuerpo porque las arañas no tienen dientes para masticar! Risas de terror.

Primero a Naira… – ¡Nooo!

Le subí un poco la mantita hasta destapar sus piernas y estrellé mi boca en su entre piernas aun con ropa y empecé hacer sonidos de comer… 

– ¡Mmmm que rico! Ahora a Natalia. 

Destape sus piernas y se las abrí, empecé chupándole el culo, mi lengua recorría de una niña a la otra por toda sus entrepiernas, luego saltaba hacia mi sobrina Naira y volvía al coñito de Natalia, ambos olían muy rico a nena en celo con sus rajitas humedecidas. Luego puse a las nenas de lado diciendo… 

– Estas mariposas no están bien dormidas, por eso las voy a pinchar de nuevo con el aguijón.

Levanté sus piernas y antes de decir ¡Ya! Se la metí entre sus dos cuerpecitos mi largo falo súper empapado en mis jugos una y otra vez sintiendo sus barriguitas y punteando en ellas sus conejitos diciéndoles… 

– Me equivoque por allí no era.

Las niñas entre risas y suspiros decían… – ¡¡Aun estamos vivas! ¡Aún no has logrado pincharnos!

Volví con mi sobrina Naira, hacía aspavientos más significativos para llamar más mi atención. Sin más recatos, desenvolví a la cría de la envoltura, le di la vuelta posicionándola para ponerla como a una perrita, bajé sus braguitas dejando a mi vista y bien hacer su culito y coñito a mi entera disposición…, le comí el coñito un buen rato hartándome de sus fluidos…al mismo tiempo le follaba la rajita con los dedos a Natalia. Una vez bien lubricado, enfilé mi glande a su agujerito vaginal, y empecé a follarla presentando solo la puntita empujando una, dos, tres… unas cuantas veces más logrando entrar un poco más cada vez que empujaba hacia ella.., la nena movía su culo hacia mí al encuentro de una mayor profundidad. Se notaba la experiencia de cuatro años follando con papá, era toda un experta putita con muchas ganas de complacer su coño. Se mueve Natalia, con la que regreso al cabo de unos cuantos pollazos a la mayor… 

– Ahora hay una salvación de la araña…

Pongo a las dos juntas en la cama, destapo sus piernas y coloco mi boca en sus tetitas lamiendo y mordisqueando sus pezones de manera alterna a una y otra. Saco mi falo poniéndolo en ristre y les digo sin vacilación…

– Mientras os como, vosotras podéis comerme el aguijón, y si me lo coméis más rápido que yo a vosotras, os salváis si me sacáis el dulce veneno…

Me monto un fabuloso 69 con dos mellizas. Con el tarro leche condensada me embarro la polla. Las niñas no podían mover los brazos y tanteaban con la boca mientras les decía frío, frío, caliente, las crías me mamaban la verga jugando una con mi glande y la otra con mis huevos, lamían el tronco y succionaban la cabeza que apenas les cabía en la boca. No pararon de chupar y mamar, en tanto no me dedicaba a sus lindos coñitos pelados…, ahora uno, después el otro y sus anos también eran víctimas de mis lengüetazos. Esas nenas estaban muy ricas y se lo hacían la mar de bien con su tío.

 Al cabo de bastantes minutos me llega el clímax…

– Sacad el veneno dulce y me muero… ¡Ahora tú, yaa! Ahora tu… Y tuuuuaaaaahhhh!!! Me muero…Me llegaba la corrida. – ¡Trágate el dulce veneno, Natalia…Tú y eres la reina del juego…!

Soltaba chorros y más chorros de lefa en la boquita de la nena, y con resignación sumisa receptaba cada eyaculación, hasta la última gota… 

– ¡Ya me lo trague todo tío…!

Se lo zampó directo a su estómago, compartiendo parte con Naira, con lo cual era un empate técnico… 

– Bueno ambas habéis ganado… Me pare como si nada… – Quitaros la ropa que voy a preparar la piscina para que os bañéis luego, ahora quedaros a dormir un rato la siesta.

Estaban soporíferas y poco a poco se empezaron a desvestir hasta quedarse sin nada, ni bragas….completamente en pelotas ¡No era la primera vez que hacían nudismo en casa! Cuando volví del patio estaban dormidas. Vi la que me gustaba en ese momento, la elegida fue Naira que aguantaba mejor las embestidas… es una dulce niña de piel muy blanca y cabellos rubios con los ojos azules como el mar. La acosté despatarrada en el borde de la cama con las piernitas colgando…Esta niña en especial me ponía mil, le pasaba más fuerte mi verga dentro de su conejito abriéndole los labios enjutos, era mi favorita para un polvo salvaje, y ese día tenía intención de enterrarle los 19 cm en su útero, sé que podía lograrlo porque estaba bien entrenada porque alguien como su padre ya la había fondeado antes y era fácil llenar toda la vagina de dura carne vigorosa. Ubiqué su entradita, me escupo los dedos abundantemente impregnando mi tallo de saliva. Recorro su rajita con mi cabezón y le pajeo el clítoris con la dureza del glande…tras un rato saboreando su coñito, enfilo en la bocana y empiezo a empujar en el interior de la niña…, entre dormida pronuncia… 

– Papi quiero dormir

Desde el despertar a la pubertad eran jodidas por papá y aún sueña con sus folladas… inserto un cuarto de polla en ella y empiezo a bombearla, tras unas 15 veces ya entraba más de la mitad a los dos minutos, para lograr hacer desaparecer toda la tranca hasta los huevos…gime de placer o dolor, pero no hago caso a sus súplicas…, Natalia al lado duerme la siesta sin inmutarse por los gemidos de su hermana, debían de estar bien acostumbradas a ser las putitas de papá. Yo solo me pierdo en follarla a base de fuertes pollazos besando sus labios…, ya no tiene sueño comiéndome la lengua que me la doy sin recato..., ya no grita, solo gime y jadea de placer notando mi balano en las profundidades de su vientre, casi en el estómago de lo larga de mi verga y lo pequeña de mi sobrina. Descanse en mis codos mientras la besaba y nos comíamos las bocas, después fueron sus tetas respingonas brotando firmes. Me erguí sin dejar de amasar suavemente sus tetas con mis manos, mientras continuaba adelante, sentía el calor y humedad de su raja contra la cabeza de mi gorda verga, entonces empuje un poco más dentro de ella, miré sus ojos mientras mi sobrina miraba los míos. Estamos juntos acoplados, solos con Natalia a nuestro lado dormitando…

….Entonces de un empujón sumergí completamente mi enorme y dura verga dentro de la raja de Naira. La sensación que sentía al sumergir mi verga dentro de la raja de mi sobrinita no se puede describir con ningún sentimiento en este mundo, su vagina hinchada, sus jugos la hacían más resbaladiza, su estrechez era aun más placentera. Naira envolvió sus piernas alrededor de mi cintura, y sus brazos alrededor de mi cuello, mientras yo empujaba fuertemente mi verga en su interior.

La nena movía las caderas eróticamente mientras gemía suavemente en mi oreja… 

– Más, más, más, ahhhh

Cuando mi sobrina Naira empezó a sacudirse de nuevo, clavó sus uñas en mi espalda, la penetré tan fuertemente como pude, sentí claramente cada contracción de sus músculos vaginales, mientras alcanzaba de nuevo un intenso orgasmo, sentía como cada músculo de su cuerpo se estremecía violentamente inundado ante el enorme placer que experimentaba. Dejo caer su cabeza, sus brazos se abrieron cayendo sobre la cama, sus piernas se columpiaban flojas. La niña se encontraba completamente saciada por mí. Sus ojos se cerraron mientras trataba de recuperar el aliento, al tiempo de notar un inmenso orgasmo, el más fuerte que había experimentado jamás sacudía mi cuerpo, sentía la leche subir por mis bolas y explotar en el interior de mi adorada sobrina, mientras enterraba mi enorme verga tan profundo como podía en su interior… hasta que me corrí bien dentro de ella exprimiéndose mis testículos a la última gota de semen. Percibí el primer chorro salir por mi expansionado agujero uretral, el segundo fue más caudaloso, ella gemía al notar los aldabonazos de lefa. Fueron cinco, seis y hasta siete lechazos, y yo continuaba perforando su coñito…, en todo ello mi leche rezumaba fuera de su raja.

Finalmente saqué mi verga de su interior acostado a su lado. Se derramaba mi leche por los lados de su coñito, parecía una niña virgen recién desflorada en lugares donde nadie accedió antes, y dije a mis adentros… “La follaría así de duro su padre… a partir de ahora lo hará conmigo”. La cargué hacia el centro de la cama para que descansara y mi esperma hiciera su trabajo de inseminarla bien. Regrese a la cocina… preparé unos bocadillos y esperé a que se despertaran. La piscina ya estaba lista cuando despertaron, comieron el refrigerio mientras se bañaban, yo me senté a un lado a fumar un cigarrillo y a contemplar cómo se bañaban desnudas viendo sus cuerpecitos mojados, frágiles y vivarachos. No sé, tal vez me dé tiempo de bañarme con ellas, aún es temprano antes que llegue mi hermana del trabajo. ¡¡Mis pequeñas sobrinas, cada día las amo más!!  Estos juegos continuaron durante años, me corría dentro de ellas sin problema de preñarlas a no tener aún la regla y todo era gozo y deleite en casa.


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Me llamo Naira y me cautiva mi tío… un viejo de 45 años.

Fernando se acababa de divorciar, sin embargo, le encantaban las fiestas y las mujeres, pero desde que nos fuimos a vivir a su casa todo cambió para él y para nosotras. Ya sabéis mi hermana y yo nos quedamos sin padre y ahora era mi tío el que se encargaba de mantenernos, aunque mi madre trabaja muchas horas, por eso pasamos más tiempo con mi tío. Mi hermana yo siempre hemos tenido curiosidad por el sexo desde muy chiquillas, algunas veces espiábamos por las noches a mis padres, me despertaba el gemir de mi madre y los gritos que pegaba cuando él se la metía… a los pocos años era yo quien gritaba y gemía con las clavadas de papá…pudo follarme durante dos años antes de fallecer, justo cuando más me gusta y lo necesitaba ¡Lo echaba mucho de menos en todos los sentidos!

Una de tantas tardes que mamá trabajaba de turno de 14:00 a 22:00 horas, dejamos a mi hermana en la academia de música y mí me propuso no entrar a mis extraescolares e irnos a conocernos mejor… comeríamos snacks y lo pasaríamos estupendo viendo pelis. Yo accedí, ya que me llevaba de maravilla con él, siempre me hacía reír con sus chistes y cosas agradables. Llegamos a casa, sacó helado. Mientras buscaba una peli, él se daba una ducha rápida. Me quité el suéter y los zapatos y me tumbé en la cama a comer de la tarrina de helado. Encendí el televisor y ¡Wooow! Mi sorpresa fue ver que estaba puesta una peli porno en la memoria conectada al televisor. Ya había visto alguna con mi familia, en donde mi hermana y mis padres éramos los protagonistas, pero una porno de verdad nunca la habíamos dejado por mucho tiempo porque mis padres decían que no era muy educativas, así que decidí dejarla en lo que mi tío se bañaba. En la peli un viejo calvo y fondón se follaba a una estudiante universitaria y ella parecía disfrutar mamándosela y posteriormente siendo penetrada con un gran pollón…, el tipo tenía una polla bien recia, aunque no tan larga como mi padre. No pude evitar que mi coñito se mojara… ¡Me imagine por un momento follando con mi tío! De igual manera que lo hacíamos con papá. En ese momento el salió del baño y yo estaba tan metida en la peli que no me dio ni tiempo de apagar el televisor, me espanté al verlo habiéndome pillado…me dio mucha vergüenza, él sonrió y me dijo… 

– Tranquila nena, es normal, el sexo es lo más rico y placentero del mundo... algún día lo sabrás y lo disfrutaras así como esa chica de la peli. No te apenes, no le diré a tu madre, es más, sigamos viéndola.

Se sentó junto a mí y seguimos viendo la peli. Yo escurría, sentía mis bragas húmedas y mis piernas sin querer se abrían esperando sentir alguna caricia, como las que me proporcionaba mi nuevo papá, al autentico le echaba mucho de menos, sobre todo sumimos y arrumacos. Mi tío se me acercó y me dijo al oído… 

– ¡A poco no se nota que la nena del vídeo lo disfruta! 

Yo estaba ardiendo y la nena del video goza con esa vieja polla recia y dura dentro de su coñito, sin embargo sentir que me decía eso, fue lo que hizo que me recorriera un escalofrió por la piel, ya que videos de esos había visto unos cuantos con mis padres, siendo yo misma la protagonista… creo que después de meses sin ser bañada por la esencia de mi padre, necesitaba a un hombre que le sustituyera y nadie mejor que mi propio tío… maduro, viril y con los mismos gustos que papá. Empezó a besarme la mejilla mientras me decía... 

– Tú eres una nena hermosa, espero que el día que decidas tener sexo lo hagas con la persona correcta…, cerré los ojos y me deje llevar, el no paraba de decirme cosas como… – Estas bien guapa mi niña, si me dejas tocarte podemos pasar un rato estupendo, tienes un cuerpecito maravilloso que me encantaría llenar de besos… 

Mientras me acariciaba las piernas…Sentí como llegó su mano a mi vulva hinchada… – mi princesa, sabes que cuando una nena esta mojadita así, es porque desea sentirse mujer.

Yo no podía decir nada, mi respiración estaba acelerada. De pronto me abrí de piernas para que pudiera tener mejor acceso, le invité a tocarme con premura, la calentura me subía por todo el cuerpo en un sopor que empezaba a ser sofocante. Mi tío hizo mi braguita a un lado y bajo su cabeza, ¡¡Mmmmmmm empezó a chuparmeel coño!! Sentí un escalofrió delirante al notar su primer lengüetazo. Pegué un suspiro y un gemido que le indicaron que podía seguir, era lo que necesitaba y lo estaba haciendo deliciosamente. Me chupó la boca mientras me quitaba las bragas y abría mis piernas, exprimió todo lo que pudo mis labios y lengua… yo no paraba de gemir al sentir sus dedos en mi rajita de abajo arriba buscando mi pepita diminuta y cruel tan necesitada de sus frotes dactilares. Acto seguido percibí su lengua húmeda dándome un placer extraordinario. Los escalofríos recorrían mi piel una y otra vez, y sentí que se me acababa la respiración, yo no sabía que era un orgasmo hasta cumplir los 12, pero fue mejor cuando años después follado con papá, me corría al tiempo que eyaculaban dentro de mí... y creo que ahí tuve el primer orgasmos real de mi vida y ese el primero con mi tío. El muy cabrón sabía cómo usar la lengua lengüeteando mi clítoris y follándome con la lengua hasta conseguir mis clímax.

Fue sensacional, sentía que mi alma se alejaba de mi cuerpo y no quería que mi tío parara jamás. Se incorporó, me besó en la boca, el cuello y bajó a mis tetas desabotonando mi blusa. ¡Joder qué bien se sentía! Después de tanto tiempo, había vuelto a resucitar mis ganas de macho encarnado en mi amado tío… a él también se le notaba sus ganas de hembra, divorciado y sin un coño fijo en el que desahogar su testosterona, esa polla forjada en mil coños ahora deseaba al de su sobrinita, y seguramente nunca había probado uno tan joven. Me llevo a la orilla de la cama y me sentó ahí. Él se puso de pie y se quitó la toalla… vi su gran verga frente a mí con su ojo mirándome directamente, mis dos manos no la cubrían necesitando al menos mi boca en su gordo cabezón…sus venas inflamadas bombeaban deformado su cilindro, una gran vena superior y otras muchas jalonaba el hermoso tronco rematado por un cabezón enorme, orondo y brillante por donde salía líquido pre-seminal…

Todo el conjunto era grande, por su puesto sus huevos también… era tan larga que el prepucio no lograba cubrir el glande como lo hacía en la polla de papá, mi tío tenía toda la cabeza despejada y el prepucio retraído, tanto que se confundía con el tronco. Lo que más me llamó la atención seguidamente fueron sus grandes testículos, estos colgaban pesados formando una gran bolsa escrotal contenidos dentro, los agarré y sopesé como queriendo saber cuánta cantidad de leche albergaban, el manoseo le gusto a mi tío, por eso continué unos segundos más jugando con ambas bolas entre mis dedos. No supe que pensar pero no eran fácil de contener en una sola mano de tan gordos que eran.

Lo miré y me dijo…– Mi vida, ven, ahora te toca a ti, te voy a enseñar como volver loco a un hombre. 

Como si eso no lo supiera ya, de momento no le iba a descubrir el gran secreto de mi familia, así que me ocuparía solo de gozar con tan gentil semental, por ello simplemente asentí con la cabeza… 

– Abre tu boquita cariño, y chupa como si fuera un helado derritiéndose. El secreto está en que cuanto mejor lo hagas y más fuerte chupes… más grande y dura se va a poner la polla de tu tío, y cuando eso sea, me habrás vuelto el hombre más feliz del planeta. Empieza mi amor, con entusiasmo y con muchas ganas de que yo sienta eso que tú sentías mientras yo te chupaba. 

Tal cual me dijo, abrí la boca y empecé a chuparle la verga, el me agarraba el cabello y me apretaba la cabeza haciendo que me metiera lo más posible en mi boca, me la metía tanto que de pronto dieron arcadas con ganas de vomitar escucharlo decirme… 

– ¡Aaaah mi niña, eres maravillosa, que boquita tan rica!

No paraba de hacerlo, me dijo que abriera mi garganta como si se tratara de tragarme un bocado y así lo hice para que follara mi boca a su gusto. Estaba claro que los más de 18 cm de tallo no era posible meterlos enteros en mi garganta, pero la mitad sí cupo pese a su gran grosor. Fue excitante escucharlo gemir y gritar como un loco mientras me llevaba con su mano mi cabeza a tragarme gran parte de su dura verga, estaba todo lleno de babas, me escurrían por la comisura de la boca, salían lagrimitas de mis ojos, pero no quería yo parar…sentirme su hembra era superior a mi sacrificio oral, sé que con el tiempo y un buen entrenamiento diario me tragaría todo la curvada daga de mi tío aunque llegase al mismo estómago.

De pronto, me levanto de la cama y me acostó, me dijo… – Es el momento mi chiquita hermosa, de que te comportes como una mujercita, lo haces perfectamente. Veras que lo vamos a disfrutar como nunca.

Yo se lo confirmé con la cabeza no podía ni articular palabra después de tener todo ese mostrenco atorándome la garganta casi sin respirar. Muy cariñoso, como son todos los machos excitados antes de follarse a la hembra, me besaba el cuello, los pezones y me agarraba del cabello mientras con la otra mano ponía su verga mojada y dura sobre mi rajita mojadísima, chorreando de tan caliente que me tenía el muy Hijo de Puta.

– Te va a doler, porque siempre duele la primera vez, es como romper la bolsa de un regalito, un regalo que me vas a dar y que juntos vamos a disfrutar… ¡¿te apetece…?!

– Si tío, si quiero.

Me abrió las piernas y empezó a intentar meterme su verga, tenía miedo por lo grande que se veía frente a mí, no porque no supiera lo que iba a pasar dada mi experiencia con papá, sino por la incertidumbre de como usaría ese garrote dentro de mi chochito. No negaré que noté un poco de dolor, pero él no paraba de besarme el cuello y los pezones desviando mi atención a tal inserción, después mí boca fue su objetivo. De pronto me miró a los ojos y un golpe de cadera dejó ir su ariete dentro de mí, sintiendo abrirse mis carnes con la dura daga de ese semental. No la clavó entera, sin embargo saltaron unas lagrimitas de la mezcla de sentimientos de amor y dolor envuelto en un placer  tremendo en mi vagina. Percibí como si algo se hubiera roto ahí dentro, su falo era bien grueso y cabezón, muy superior a la bayoneta de mi querido padre.

Se percibía durísima penetrándome la vagina…cada vez un poco más hondo expandiendo mis entrañas… 

– Eres perfecta chiquita, ahora vamos a gozar.

Por unos instantes se quedó quieto besándome los labios con su verga atravesándome, mi cuerpo empezaba a adaptarse, era una sensación extraña que no quería parar. Todo el arrebato del inicio se calmó con este receso en la intrusión del gran invasor. Me agradó ver que mi tío sabía cómo follarse un coñito tan pequeño dándole un trato delicado, algo que agradecí enormemente, y agradecería mucho más con el tiempo.  Nuestras miradas se cruzaban y con un sonrisa le di permiso para continuar… empezó a moverse haciéndome recordar esas escenas con papá cuando gemía como loca junto a mi madre….así me sentía en el paraíso terrenal de nuevo mientras mi tío entraba y salía de mi vagina gimiendo con mayor fortaleza a cada instante, al mismo tiempo que yo me abrazaba a su cuerpo musculado y tenso. El macho aceleraba sus embestidas empujando con fortaleza y contundencia jalando mis caderas hacia su verga…

– Disfrútalo nena, esto es lo más maravilloso del mundo, me pones como un loco y quiero que tengas la mejor experiencia de tu vida.

Yo estaba calientísima y disfrutando de esa puya enorme dentro de mí, aun me dolía un poco, pero insisto, ¡¡No quise parar!! A sabiendas que todo eso se retornaría en gozo en mí. Ensartada y agradecida me aferraba a su enérgico cuerpo, igual que si de un salvavidas en medio de la tormenta que produjo el naufragio…atoraba mi chochito con todo su cilindro de venas inflamadas atormentando mi útero. Así estuvo un tiempo indefinido, comenzaba a perder la noción del espacio y el tiempo.

De pronto me levantó y él se acostó…   Es hora de montarla, así como si fuera un caballo…

Lo vi acostado, su verga erecta a modo de mástil y sin pensarlo mucho me asió de mi cintura y me ayudó a ponerme sobre la gran estaca imposible de albergar en mi cuerpecito…me dejó hacer a mí, y agarrando el cipote por su base la enfilé a mi bocana logrando traspasar su orondo capullo entre mis tímidos labios de nena ¡Se sentía enorme!, no paré de gemir y de procurar no entrase de una o me partiría en dos llegando al estómago de lo extensa que era, sin nombrar el increíble diámetro de su base, imposible de circundar con mis dedos. Mi tío  me movía de mi cintura subiéndome y bajándome como una muñeca, explicándome cómo hacérselo…Así que pronto aprendí la metodología para tragar grandes vergas. Una vez cogido el punto de meter y sacar, él se dedicó a darme placer acariciando mis tetas y chupándome mis pezones y entonces…

– ¡Nenita eres fabulosa, me encantas!

Me agarraba las nalgas y me las abría, sentía como tocaba con sus dedos mi ano y yo sentía delicioso.

Sin pudor alguno su dedo hurgaba mi anito al tiempo que mi coño se comía sin reparo su gran pollón energizado y musculado como pocas veces he sentido la de papá… completamente rígida como una barra de acero candente. Estaba extasiada, no me importó que mi tío fuera un rudo o que no estuviera todo lo caballeroso en esos instantes, es cuando necesitamos a un macho follador que nos trate como putas y no como señoritas delicadas. Mi cuerpo de nuevo empezó con un montón de escalofríos y no resistí, tuve mi segundo orgasmo junto con un grito de enorme placer…. Me giró de nuevo y me dejó abajo para hundirme contra el colchón…,me acerco su verga a la cara, me pego con ella en mis mejillas y yo abrí la boca por instinto. La mamé con ricura, solo podía mamar su cabezón aún con dolor de las comisuras de mi boquita expandida al máximo…mis manos se dedicaban a cubrir su tronco arriba y abajo con una y la otra manejando sus hermosas bolas. No duré mucho porque se puso entre mis piernas, elevó mi culo a la altura de su ariete y de un solo envión me la clavo en sus dos terceras partes llegando al tope. Aceleraba paulatinamente, por mis conocimientos era la evidencia de su orgasmo, pronto llegaría la gran corrida que durante los últimos 20 minutos esperaba, arreció sus batidas tensado todos sus músculos empujando bestialmente, haciéndome mover como una muñeca de trapo y en ese momento me aventó su leche que me llenó mi fondo uterino…noté el primer gran chorro de leche y el segundo aún fue mayor mientras soltaba su mayor gemido del día…parecía un toro fecundándome, llenando a su ternerita, clavaba fuerte y eyaculaba haciéndome sentir una gran hembra que sabe complacer a su semental. Ahora me notaba plena y feliz.

Me abrazó…   Ahora ya eres mi mujercita, una nena muy sabrosa que además sabe volver loco a un hombre, gracias mi niña, ¡Qué bien lo he pasado y espero que tú también!

Me besó y nos quedamos ahí un ratito mientras me recuperaba, luego me ayudó a vestir y nos fuimos en busca de mi hermana…, me dolía un poco el coñito sobre todo al sentarme… de momento quedamos en que sería nuestro secreto, lo que no sabía mi tío era que mi hermana y yo, ya éramos veteranas folladoras con papá, bajo el consentimiento de mamá con convertimos en sus putitas.


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Mi apetecible hermana y sus maravillosas hijas
Ya les conté que tengo una hermana viuda, con quien mantenía una buena relación íntima muy especial, esto se acentuó cuando comenzamos a vivir juntos en mi casa. Habían pasado ocho meses desde que enviudó y mis pobres sobrinitas quedaron huérfanas de padre, el hombre que las hizo mujeres, pudiendo gozarlas desde que cumplieron la edad para celebrar su primera comunión el ritual era ir de vacaciones a un camping nudista y allí se producía el desvirgue de Naira en primer lugar y dos años después fue Natalia. En este periodo sus hijas fueron creciendo y por entonces Naira y Natalia se habían convertido en dos bellísimas adolescentes, que salieron a mi apetecible hermana. Las tres me tienen embrujado, por separado o juntas. Nuestra relación iba de maravilla, follando y gozando el uno del otro sin sufrir los contratiempos de la convivencia. Al encontrarnos para follar, era como volcanes derramándose candentes… al vernos nos encendíamos como candelas teniendo relaciones por demás excitantes y gratificantes. Sin embargo aún me atrevía a decirle a mi hermana que además de follármela a ella, también me beneficiaba a sus dos hijas. 

Sin embargo un día, mi hermana Antonia me contó entre besos y caricias como su hija 
Naira se le impuso sometiéndola a sus deseos y obligándola a tener una relación lésbica con ella a cambio de no relatar las relaciones que se prodigaban en casa, antes con su padre y ahora con el tío. La niña deseaba experimentar algo nuevo… No le oculté en aquella entrega lo que me excitó el relato pormenorizado que hizo de como Naira la sedujo y se la folló…, de cómo ambas bebieron del cáliz prohibido, gozándose a reventar ¡Qué más quiere un hombre que conocer la relación de dos bellas mujeres, aunque sean familiares tan cercanas! Sin embargo me preocupó el desenlace al ver a mi hermana dependiente de su hija y al saber que Naira condicionaba que continuáramos las relaciones, a una suerte de prueba que ella nos iba a poner. Quedamos en casa sobre las ocho de la tarde, nada más salir del trabajo…por lo que esperé la cita todo el día entre temor y deseo por lo que podía depararnos el futuro. Yo amo a mi hermana y a sus hijas, pero si Naira impedía la relación que se había fraguado en casa, iba a morir de tristeza y desconsuelo. Íbamos a estar solos con Naira pues al parecer Natalia iba a pasar el fin de semana con unas amigas en otro barrio de la ciudad ¿Qué nos plantearía Naira? ¿Podríamos seguir nuestra relación? ¿En qué condiciones? ¿Se uniría a la fiesta formando un maravilloso trío? Esto último sería demasiado y no quería ni imaginarme nada.

Cuando llegué a casa me atendió la figura alegre y jovial de mi sobrina…

– Hola tío, ¿Qué haces? 

Para mi sorpresa era Natalia la que abrió y no Naira, algo no iba como me contaron 

– Acomódate, es tu casa al fin de cuentas

Y a la vez que entraba traté de justificarme diciendo que en el trabajo me había entretenido y el tráfico era horrible… 

– Bueno no te preocupes, llegas a tiempo…mi hermana y mamá te están esperando. Por mí no lo tomes a mal tío si te abandono, porque me voy a pasar el fin de semana con unas amigas, pero se van a quedar mamá y Naira. 

Y con eso la situación entró en lo esperado.

Dentro estaba mi hermana, irresistible como siempre a pesar del paso de los años. Mirando su silueta, sinuosa y provocadora debajo del vestido blanco, casi transparente que usaba. Resaltaban, sus ojos claros, su pelo castaño y lo hermoso de su rostro. Pensé "esta bruja está cada vez más buena, es como el vino añejo, cuanto más viejo mejor sabor". Y junto a ella estaba Naira, con unos pantalones ajustados que mostraban su cintura estrecha y sus caderas sinuosas, con forma de avispa. Utilizaba por encima de sus pantalones negros una blusa de seda, amarilla, desabotonada, que se cerraba con un cordel, a la altura de la cintura mediante un moñito casero que no le impedía mostrar su ombligo. El conjunto resaltaba su elegante silueta y sus erectas tetas en forma de ojiva. Ella era una rubia escultural, que parecía una valkiria, notándose la firmeza de carácter y su fuerza que la hacían sumamente dominante. ¡Con razón pudo con su madre! Tratamos de disimular el asunto a tratar, porque Natalia se demoraba.

Mi hermana para apurar la situación planteó servirle algo de comer antes que se fuera, a lo cual la chica manifestó que no podría quedarse a comer porque se retrasaría.

– Bueno, dijo mi hermana en su papel de madre. – De todos modos serviré algo de comer y mientras tú puedes preparar tu equipaje.

El reloj movió sus agujas y mi hermana preparó la cena. Pasé al baño para asearme y pese a que parecía vacío me llevé una gran sorpresa. Natalia se encontraba dentro, de espaldas y desnuda con una toalla envuelta en la cabeza, preparándose para bañarse.

Por un minuto clavé mis ojos en su cuerpo, ella se volvió al sentirme y vi su cuerpo de frente, enmudecido… 

– ¡Perdona! Creía que no había nadie. 

Natalia tomo una segunda toalla para taparse y yo hice el amago de salir del baño mientras ella decía…

– Perdona tú… a mí no me importa que me veas desnuda. Es todo tuyo

Salí enloquecido. Natalia también era una niña que estaba para reventar… muy buena. Era algunos centímetros más baja que Naira, también delgada, de pelo rubio y cuerpo bien contorneado, ojos turquesa color mar y mucho más bonita de cara. Naira era una belleza guerrera y Natalia la imagen de la dulzura. Como mi hermana insistía sobre la cena, me aseé en el otro baño, traté de convencer a mi cipote que pasara desapercibido, pasándole agua fría e imaginando que estaba en el polo y no en ese lugar con tres volcanes que calentaban a un muerto. Nos sentamos a la mesa, pero quedamos esperando a que mi sobrina terminara con su ducha. Mi hermana y Naira protestaban por la dejadez de la Natalia que esperó a último momento para ducharse. Finalmente apareció Natalia bien bañadita, vistiendo un pijama de dos piezas, con su pelo aún mojado, lo que producía una impresión de inocencia sensual impresionante.

La pregunta de Naira fue inmediata… – ¡¿Te vas a ir así vestida?!

– Me han avisado que cambiaron al hora… me recogerán mañana temprano. 

Contestó sonriente Natalia, a la vez que se hizo silencio en la mesa por la sorpresa. Tras la sobremesa de Natalia, nos pusimos a conversar, contando las chicas como les iba en sus estudios. Pregunté si estaban enganchadas en algún amorío, respondiendo ambas que en nada serio, que querían vivir la vida antes de tener algo formal. Y mi hermana expresó su preocupación porque esos deseos no se volvieran excesos y ellas le replicaron que ya eran mayores… y querían hacer su vida a su modo, que no se metiera y que no les impusiera los tabúes de sociedades de épocas pasadas de moda. Natalia propuso jugar a algún juego grupal, pero yo estaba desesperado por hacer el amor con mi hermana y para eso tenía que cortar la reunión y mandar a todo el mundo a la cama. Por eso dije que estaba cansado, que fue un día muy duro en el trabajo y todas las memeces de costumbre para acortar la situación. Mi hermana, que también lo agarró en el aire, propuso irnos todos a dormir temprano y dejar al tío que descansara, para lo cual ella me iba a preparar la habitación. Mientras las chicas quedaron recogiendo la mesa, Antonia fue a preparar el cuarto, yo encendí un cigarro en la terraza en espera de que la situación se normalizara.

Al observar lo entretenidas que estaban las chicas me fui a mi dormitorio con malsanas o bien sanas intenciones. Al acercarme, mi hermana estaba de espalda, tendiendo la cama. Su culo fortachón estaba hacia mí, provocándome una erección de inmediato. Cerré presuroso la puerta y me abalancé sin darle tiempo a girarse. Con una mano la agarré de la cintura, tirándola hacia mí, refregándole mi bulto por encima de su vestido. La otra mano envolviendo su torso asiéndole una teta. Mi boca presurosa se prendió del lóbulo de una de sus orejas. Forcejeó para zafarse. Tiré con fuerza hacia arriba, de modo que su culo quedó montado sobre mi bulto, pero no pude sostener la posición porque ella luchó y logró zafarme…

 – Estás loco Fernando, las niñas están despiertas, tienes que esperar a que se duerman. Yo también tengo muchas ganas, pero ahora no es el momento ¡Que no eres una adolescente, caramba!

– Pero la puerta está cerrada y las niñas ocupadas con la cocina, podemos darnos un anticipo.

– Pues ni de ese modo, tienes que esperar Fer.

Tenía razón, aunque yo estaba tan empalmado que me dolía la polla y los huevos, así que decidí darme una cálida y larga ducha, mientras esperaba que todo el mundo se durmiera. Me puse el pijama y un batón, entré en el baño, iba a cerrar la puerta, pero algo me dijo… "No lo hagas, no pierdes nada dejándola abierta". Abrí el agua y me desnudé. Mi verga estaba a mil y hasta dolía, así que rápidamente entre al agua tratando de no pensar en lo que pasaría esa noche con Antonia, porque no quería masturbarme, quería reservarme para dar y recibir todo lo mejor. Antes de meterme en la ducha encendí la radio que tengo en el baño, puse una música movida…rock, con un volumen que me dejase saborear la noche que se venía. Por más que mi intención era poner la mente en blanco, las tres mujeres que habitaban la casa me la llenaban de deseos y lujuria. Tras una semana sin mojar, mi cipote se agrandaba por segundos bajo la cálida agua en forma de lluvia mojando mi cuerpo. Deseaba que en cualquier momento se abriera la puerta y apareciera Antonia, entonces no habría marcha atrás y allí mismo me la follaría hasta dejarla bien llena…, pero no pasaba nada, solo seguía mi gran calentura. De repente noté abrirse suavemente la puerta… – Estoy yo,  sugerí

– Ya lo sabemos queremos darte las buenas noches, dijeron mis dos sobrinas, al tiempo que cerraron la puerta tras de ellas

– Me estoy duchando, dije como un tonto mientras trataba de convencerlas para que no me vieran en plena erección.

Entraron sonrientes, y se despidieron con un beso como si yo estuviera vestido. Luego se marcharon sonrientes burlándose porque mis cachetes se pusieron colorados, cerrando la puerta con sigilo tras su paso ¡Es para volverse loco pensé! Tengo cuarenta y cinco años, y estas chiquillas me han tratado como si fuera un niño de siete y para colmo de males me dejaron todavía más caliente que antes ¡Por favor que Antonia no te demores porque no voy a tener más remedio que pajearme! Pero me aguanté, no quería arruinar la fiesta. Además faltaba que Antonia entrara también a despedirse. Mi merito no fue correspondido porque Antonia simplemente golpeó la puerta y desde afuera se despidió con un simple "Hasta mañana Fer". Los minutos se hacían eternos, sabía que cuando las chicas se durmieran, Antonia vendría hacia mí y pasaríamos la noche de monta en monta. Pero la puerta parecía que no se iba a abrir nunca, por lo que pensé que tal vez para ella sería más fácil si me iba al dormitorio. Salí de la ducha y comencé a secarme…, y en ese preciso momento se produce el milagro. Gira el picaporte de la puerta y un brazo blanco de mujer comienza a entrar con sigilo al baño. Se me dibujó una sonrisa en el rostro, se me aceleró el corazón y mi polla cobró de nuevo vida elevando su cabezón… comenzó a hacer calentamiento fuera de la cancha para entrar a jugar el partido. Pero cuando entro mi amor me quedé petrificado.

No era Antonia, sino Naira, con un camisón de dormir cubriendo a ras su culito, y nada por debajo. Antes que pudiera hacer una exclamación, decir algo, llamar a la emergencia, cualquier cosa que pasara por mi cabeza saltó sobre mí como una gata y me plantó un beso. "mmmmm" quise protestar, pero su beso selló mis labios, mientras me pasaba la lengua dentro de mi boca, dientes y paladar…casi llegaba a la garganta. Traté de resistirme pensando que mi hermana pudiera descubrirnos ¡Era una locura! En ese momento no estaba preparado para lo que sucedía. Al menos me opuse un poco, pero Naira era una verdadera Valkiria, me ahogó a besos, apretujó su cuerpo calentito contra el mío y mi pene entró en plena erección. Todo aquello era como un volcán cuando se desata. Yo me calenté a más no poder y comencé a responder a sus besos con más besos comiéndole la boca, mamando su lengua y sobando con mis manos cada parte de su cuerpecito…, era una locura. 


Me estaba tirando a mi sobrina con su madre en casa, o más bien era al revés. Por unos minutos tratamos ambos de llevar la iniciativa, yo le besaba el cuello y quería bajar para chuparle sus tetas, ella trataba de refregar su cuerpo contra el mío y empujarme contra la pared. Estábamos a mil, pero tan descoordinados que no podíamos hacer lo que queríamos… ¡FOLLARNOS BIEN! Entonces jugó mi experiencia y me separé, pero sin soltarla. Puse una de mis manos en sus labios en señal de que hiciera silencio y ella asintió con la cabeza. Le dije que creía que obrábamos mal, pero que no me iba a resistir, la iba a obedecer, pero quería que me dijera como deseaba que la follase…. Me pidió que me sentara sobre la tapa del wáter y la dejara subirse para montarme como una amazona. Mi bayoneta se hallaba rígida y endurecida al punto del dolor…, ella se abrió de piernas para poder sentarse encima de mi estaca…

– ¡Llevas una semana sin descargar y tu sobrinita te va a ayudar a vaciar tus grandes depósitos de leche…! ¡Te cuelgan mucho porque deben estar a rebosar!

Pese a que ella estaba muy caliente, todavía no tenía bien lubricado el conejito, por lo cual le llevó unos tres intentos introducírselo en su enjuto coñito. Uno, dolió un poquito y subió, dos sentí que entró bastante más y lo más complicado…mi grueso cabezón, pero de nuevo el dolor la hizo levantarse y finalmente al tercer intento entró más de la mitad. En ese estado cabalgamos juntos. Ella subía y bajaba y yo colaboraba subiendo cuando ella bajaba y viceversa, de modo que en cada acometida mi recio falo se le enterraba hasta lo más hondo. Cuando se le pasó el primer furor, me incorporé un poquito tomándola de la espalda para que no se cayera y el movimiento pasó de ser de arriba a abajo derecho, en el mismo sentido pero inclinado. Mi polla con el roce inicial y las estocadas siguientes estaba que largaba fuego y mis huevos eran dos bolas de derribo que golpeaban por inercia su vulva a cada inserción. Ella empezó a gemir, así que tuve que meterle dos dedos en la boca para que no nos oyesen, y de paso mamara con su boquita de pecado, y así a la vez que completar el trabajo porque a esta niña había que disfrutarla completamente.

Naira me tomaba de los omoplatos o del cuello para no caerse y yo con un brazo la sujetaba del torso para mantenerla inclinada, con la otra mano le tapaba los labios y con mi boca le chupaba las tetas entre estocada y estocada. Pueden imaginarse que no duré mucho sin eyacular en esta situación, pero afortunadamente el “Aguijón” de su tío preferido, tiene la buena condición de mantenerse rígido. La sujeté de las cadera y la clavé a fondo, al tiempo que solté un bufido eyaculando el primer chorro de lefa. Los tenía tan llenos, que mis huevos se relajaron, y a esas alturas ya no me dolían, pero sí seguí dándole puyazos sin compasión a la par que convulsionaba rellenado el útero de mi sobrinita…un chorro tras otro la hacía suspirar y a mí evacuar mi esperma espeso, eliminando a su vez toda la tensión acumulada, porque si no lo hacía corriéndome dentro de esa niña, no me lo iba a perdonar nunca mientras viviese ¡NECESITABA PREÑARLA! En determinado momento sentí que con cada estocada mi tranca salía cada vez más lubricada, señal que Naira había tenido un orgasmo al menos, seguramente cuando percibió mis aldabonazos en su cérvix. Luego ella puso una de sus manos en mis labios en señal de que me detuviera…

Ya había expelido una ingente cantidad de leche y ella lo sabía. Más calmado, asentí y Naira me pidió otra posición. Pidió que la penetrara por atrás, pero por la vagina, ya que tenía miedo de que la partiese en dos con el cilindro venoso de 7 centímetros de diámetro, todo ello metido por un agujerito de apenas tres o cuatro que pudiera dilatar su ojal anal sin problemas. Yo consentí, ella se puso a cuatro patas sobre la tapa del wáter, me hinqué atrás de ella, con mi mano enfrente sujetándola del culo y mi verga abriendo los labios de su coñito. Cuando enfilé dejando que su vulva envolviese mi glande, la tomé de la cintura y fui empujando hacia adentro, comenzando a bombear nuevamente. Yo ya había eyaculado, pero la posición y lo bonita que era Naira me excitaban tanto que pude continuar bombeándomela. Pero necesité un plus para poder continuar mejor, y fue subirme encima de ella usando como puntos de apoyo mi pértiga y los dedos gordos del pié. Así, cada vez que la penetraba eran setenta y ocho kilos que se apoyaban en un mástil empalado dentro de un coñito. Naira, la pobre empezó a gemir, tuve que taparle otra vez la boca con mis dedos, mientras le manoseaba las tetas.

Con el culo respingón, y yo punteando desde casi la verticalidad, enterraba toda mi verga hasta los mismos huevos, una bolsa escrotal conjuntada que aporraba una y otra vez…esa nueva cabalgada me excitó tanto que sentí que iba a volver a eyacular, como cuando era adolescente con la puta de mi barrio llamada “Paquita saca leches”. Me concentré en darle una tremenda follada a esa nena tan jodidamente cachonda… 

– Así, estamos más cómodos y puedes follarme como a una perra, me dijo puesta a cuatro patas e invitarme a que se la metiera hasta el fondo.

Empecé a follar a mi sobrina a saco, nunca había sentido tanto morbo como en esa ocasión follándome a la nena a cuatro patas mientras ella gemía como un cerda y me pedía más, quería que la insultara y le dijera obscenidades, sin duda mi dulce sobrinita era toda una puta en la cama, bien entrenada por su padre.

– ¿Te gusta cómo te folla tu tío, puta…? le dije mientras le pegaba una sonora cachetada en su culo

Esto la puso tan cachonda que empezó a gemir mas mientras me decía lo zorra que era y lo mucho que le gustaba follarse a su tío “el polla gorda”. No cambiamos de postura, la tenía follándola como a una perra. Encima de ese cuerpecito dimito frente a mío, era como si un oso se follase a una gacela. Sus tersas tetas rebotaban y yo empezaba a sobarlas y pellizcar sus pezones enormes ¡Qué ricas estaban! Ella completamente fuera de si me empezó a pedir que la llenara de leche otra vez, ante esa petición me puse aun más cachondo y en unos segundos no pude contenerme…, la clavaba con muchas ganas, pienso que le llegaría hasta el estómago de lo profundo que se la metía, y de pronto me corrí dentro de ella, llenándola de leche calentita. Ella soltó un gemido de placer y otro más mientras me deslechaba en el fondo uterino de la niña…, lo disfruté más que cabe que la primera eyaculación, con este segundo orgasmo vino con una gran sensación de placer, que se correspondió con otro orgasmo de Naira.

Me desprendí de ella, e irguiéndose me dio un beso húmedo. Me confieso que llevaba más de dos años sin tener tan buen sexo. Lo mejor de todo era que a mis sobrinas yo le excitaba, también me dijo que mientras estuviera con ella no me faltaría nunca donde desahogar mi testosterona. Con mi polla aún rígida se montó sobre mí, ahora tratamos de cambiar para una posición de reposo, contra la pared manteniéndonos un rato más abotonados. Mi espalda quedó apoyada contra la pared, ella sentada encima de mí, con el ariete clavado en sus entrañas… 

– Así  no se saldrá una sola gota de tu leche…

Eso mismo me dijo la nena con su cuerpo entornado con las caderas hacia adelante y el torso girado, mirándome, besándome y gimiendo. Estábamos mojados por todos lados. Por debajo impregnando semen y flujo vaginal chorreando hasta las rodillas, por arriba babeados comiéndonos las bocas. Podría parecer un asco, sin embargo era de lo más hermoso que me haya pasado. Me sentía feliz, dichoso y no me arrepentía de nada de lo que había hecho. Debo ser todo un hijo de puta muy feliz. Felices y cansados, la noche recién comenzaba, disfrutamos mucho juntos, uno del otro gracias al gran polvazo que habíamos echado. Pero la noche era joven aún, de modo quedaría todo ahí no Naira, las otras hembras exigirían su ración de tarta…

No he dicho que era viernes noche, estaba en la casa con una urgencia de mi hermana, cuyo fin era salvar la relación amorosa que tenemos, de la amenaza de su hija mayor, Naira. Estaba en el baño matando el tiempo mientras las mujeres se iban a dormir. El agua caía mientras pensaba que en minutos me iba al dormitorio, donde los brazos amorosos de mi hermana Antonia seguramente me estaban esperando. La puerta del baño estaba sin el pestillo por si mi hermana quería hacerlo allí. De repente, giró el picaporte, mi corazón se aceleró. Naira entró como toda una gata, se me abalanzó, me besó, me abrazó y se apretó contra mi cuerpo. Traté de resistir, pero luego comenzó a responder y ambos tratamos de tomar la iniciativa en follarnos el uno al otro. Se despertó tal deseo y ansiedad que produjeron un descontrol que no nos permitían disfrutarnos. Por un momento logré contenerme y decirle que le iba a ceder la iniciativa, que iba a hacer exactamente lo que ella deseaba. Los deseos de Naira nos sumieron en lujuriosos juegos sexuales donde la excitación y la calentura hicieron que rápidamente eyaculara y tuviera que continuar el acto por propia inercia de mis días en abstinencia gracias al entusiasmo juvenil de Naira. ¡Lo hermoso, elegante y fogoso de su cuerpo lo merecían!

Siendo una niña dominante, pidió que me sentara en el wáter y le permitiera subirse encima de mi pene. Juntos cabalgamos, ella al orgasmo y yo hacia la eyaculación, pero fue descoordinado, porque como les dije, yo llegué primero y tuve que continuar para satisfacerla como ella merecía. Luego se puso a cuatro patas y pidió que la montara como a una  perra, lo cual me excitó tanto que me permitió follármela como cuando era un chico de 18 años. Fuerte, rápido, bueno y continuado. Esta vez llegamos al orgasmo a la vez. Reacomodamos nuestros cuerpos cansados, sin permitir que nuestros órganos se despegaran. Quedé recostado contra la pared, aprisionando a Naira entre mis brazos. La noche recién comenzaba, el sueño nos sorprendió a ambos agotados, maravillados y con una sensación de placer que nos hizo perder totalmente la consciencia. Mientras, Antonia había terminado sus quehaceres, había fingido que se iba a dormir y luego de esperar un tiempo prudencial, salió de su habitación, constatando que las chicas ya no estaban en las partes comunes de la casa. Hecho esto salió en mi búsqueda. Fue directo a mi dormitorio, al no encontrarme se dirigió al baño, abrió la puerta y se encontró con los nuevos amantes recostado sobre la placa de la ducha…

Como pueden imaginar, aquella situación No le gusto. Echó a insultarme y golpearme llorando como una descosida… 

– ¡¡Hijo de puta, venimos a tu casa con toda la confianza de ser familia y te follas a mi hija…!! ¡¡Cabrón, no quiero verte más!! 

Seguido de golpes de puño, patadas y algún garrotazo con el mango que se usa para lavarse la espalda y que prontamente cambió de función.

Yo estaba aturdido. No entendía nada, acababa de sumirme en un sueño de dicha y placer y me despertaban amargamente y a los palos. Era increíble el contraste entre la alegría que me provocaba que me despertara Antonia y la tristeza de que me puteara con toda razón por haberla fastidiado al follarme a Naira estando mi hermana en casa. Antoniano soportó lo que vio y literalmente dio de patadas estando en desventaja por mi estado de desnudez, completamente en pelotas. Natalia, que se había despertado por el escándalo, abrió la puerta observando el espectáculo montado por su madre conmigo… se sentían las voces de Antonia peleando a Naira por lo ocurrido mientras salían de mi cuarto. Los siguientes fueron días malos. Me sentía mal, con remordimientos, bajé de peso, cambié el look más gris y de bajo perfil. En el trabajo, no hablaba con nadie y no salía a tomar las cervezas con los compañeros. Las tres se marcharon de casa a un piso de alquiler en los barrios bajos, unos apartamentos construidos con contenedores metálicos para el transporte marítimo…por  200 € mensuales, tenían 30 metros cuadrados para las tres….

Una tarde salía yo del supermercado, por entonces era mi único paseo y sentí una voz conocida que me decía sonriente… 

– Hola tío, además de los alborotos que te montas,  ya no saludas.

Levanté la vista y era Natalia. Me resultó agradable, aunque todavía no tenía ganas de hablar con nadie… 

– Lo siento preciosa, me despedí con un beso y me marché.

A la tarde siguiente estaba en mi casa y sonó el timbre. Generalmente son pedigüeños, así que hice lo de costumbre, observe por la mirilla de la puerta porque si no era necesario no iba a atender simulando que la casa estaba vacía.  Era Natalia. Entreabrí la puerta y le pregunté qué hacía en mi casa…. 

– No me vas a invitar a entrar.

– Mira sobrina, tú no tienes nada que ver, pero en esta familia hay ya suficientes líos como para que os deje entrar a alguna de vosotras en mi casa

– Vamos tío que santurrón te has puesto, te has follado a mi madre durante meses o años, hace semanas a Naira, aunque creo que más bien fue ella quien te folló a ti… y anteriormente a las dos. Ahora te has vuelto tan  casto que no me dejas pasar. ¿Es que todavía te queda algo por perder? 

La verdad es que pensé que era tonto y que estaba mal no recibirla, así que le pedí disculpas, le abrí y le ofrecí un té o café con pastas... 

– Nada de eso tío, agua mineral, todavía soy muy niña para tomar excitantes como el té o el café.

Ese comentario me hizo prestarle atención. Se estaba burlando. No era ninguna niña, era una joven adolescente, bonita y bien formada. Era muy distinta a su hermana. Naira tenía una belleza agresiva, era guerrera. Esta era toda dulzura, sarcástica, otras armas, pero dios mío, ahora que la veía, que hermosa que estaba, con su pelo rubio ceniza, sus ojos celestes, su cara sonriente, su boquita ajustada y su contagiosa sonrisa, trasmitiendo una imagen de dulzura, inocencia e ingenuidad. Mejor mirada, era un poquito más baja que su hermana, pero con una silueta esbelta, delicada, muy elegante, tal vez sus tetitas era aún pequeñas con sus 20 años, pero de cadera en forma de ánfora y piernas delgadas pero muy bien torneadas. Era un ángel o por el contrario, un demonio.

– No estoy para chistes. Eres mi sobrina, te recibo con buen gusto…pero dime a que viniste.

Se sonrió, luego largó unas risitas y comenzó a largar su rollo… – Y bueno tío, resultaste ser todo un degenerado, te tiras a tu hermana, a tus sobrinas de 20 añitos, pero eso no lo sabe aún mamá, vamos que le has puesto pero bien puestos los cuernos a tu esposa. (Hizo una pausa)…Y bueno eres como quien dice un cabronazo, pero en el fondo, mamá y nosotras, sus hijas, tampoco NO nos hemos portado mejor que tú, así que cuando ayer te vi por la calle como un pollo mojado, pensé que las mujeres de la familia no se portaron bien contigo y decidí hacerte una visita para decirte que igual te queremos…en esto estoy segura que hablo por las tres, por eso te digo que te tranquilices por mamá que todo se va a arreglar.

– ¡Ah! le dije. – Te lo agradezco de veras, porque parecía que fuera el único villano ¡¿Así que la cosa va para largo?! No me había puesto a pensar que ellas y tú no estuvisteis mejor que yo y eso que dijiste me alivia un poco, ya no me siento tan culpable. De todos modos, si no te lo tomas a mal, recibí el mensaje, me alivió, te lo agradezco y antes que a alguien se le ocurra seguir con la tradición familiar, mejor te largas

– Vamos tío ¿Qué quieres decir? ¡¿Que no me vas a dar una oportunidad hoy…?!

– Ni lo sueñes conmigo, yo ya no lo hago con niñas…y menos de la familia. Le contesté. – Me parecería fantástico si ahora fueras a conquistar jóvenes de tu edad afuera de mi casa y dejar a este pobre viejo tranquilo. 


Al final era otra hija de puta más en mi vida. 




Me trataba de viejo, decía que nunca la tendría, pero no se iba, no desperdiciaba la oportunidad de refregarme esa encantadora sonrisa que hechizaba y además, se movía en forma aparentemente casual, haciendo que contra mi voluntad no pudiera parar de recorrer esas hermosas piernas hasta las bragas, que con sus giros se veía fugazmente, denunciando que allí se ocultaba algo tan bueno como lo que desvirgué, pero que no se podía percibir claramente porque estaba tapado por la corta falda que usaba. Ya había tenido suficientes líos, así que la tome de un brazo, le di un beso en la mejilla, la acompañe a la puerta y la solté afuera, asegurándome que no volviera a ingresar a la casa. Como fuera, su visita me transformó de nuevo en una persona. Ya estaba caliente nuevamente, había recordado lo que es desear una nena que está buena, tenía el cipote a mil. Y ya estaba pensando que tenía que hacer un plan para recobrar a mi hermana y a sus hijas ¿Flores? Un ramo me lo tiraría por la cabeza. Mejor mandarle la cantidad suficiente para llenar un cuarto. Pero me parecía que no iba a dar resultado. ¿Invitarla a cenar? Menos. Entre esos pensamientos pasé la noche y al día siguiente ya estaba de vuelta en la vida y en el trabajo. No podía concentrarme mucho en las tareas, pero estaba más feliz. Esta atrevida chiquilla me recordó lo bueno de la vida y que tenía que volver a la pelea. No solo por recuperar a Antonia, sino también hablar con Naira y poder recuperarla a las tres. Yo lo había pasado bomba y quería saber que sintió ella cuando nos separamos.

Donde vivía no era ni la mitad de bueno que mi casa, seguro que echaría de menos la vida de ocho meses de gustosa convivencia… 

– Naira me dijo que estuviste muy bien aquella noche…, que pensó que te iba a reventar hasta dejarte bien seco para que no pudieras follarte a mamá esa noche, pero que en cambio lo paso de maravilla. Tuvo dos orgasmos y se lo hiciste muy bien. 

Levanté la vista era Natalia que parecía haberme leído el pensamiento y me contestaba con su sonrisa angelical. No estaba soñando. Iba por la calle rumbo a mi casa con un ramo de rosas y Natalia me acompañaba. 

– Por cierto, compraste rosas rojas. Si son para mamá, le gustan rosadas y si son para Naira, prefiere las camelias. 

Otra vez me leyó el pensamiento, miré el ramo desacertado, pensé en tirarlo. 

– No sabes qué hacer con él….A mí me gustan las rosas rojas. 

Otra vez sentí que me tocaban el corazón. ¿Me estaba cargando? Natalia comenzó a reír. Se reía de mí, no paraba de reírse. Entramos a mi casa, le obsequié con el ramo según su estilo, con una risita irónica respondió… 

– Naira queda muy impresionada contigo siempre que la follas, le gusta como la abres con esa polla tan gorda, pero tenemos gustos distintos. A mí no me gustan tan viejos.

Me produjo rabia el comentario. La tomé con mis manos, la atraje hacia mí, le planté un beso en la boca y le dije… 

– Todavía no soy suficientemente viejo, me queda por dar. Mientras aun macho se le pone dura, no es viejo. Además soy tu tío.

No sé que quise decir con eso, la chica era punzante y me enloquecía con sus comentarios, parecía que me leía la mente y me pegaba con cada dicho. Además empezaba a sentir en mi boca el gusto que habían dejado sus labios. La observé, estaba sorprendida. Ya no sonreía, me miraba con esa carita de ángel de película que tenía y sus ojos parecían querer leer mi mente. Me disculpé por besarla, le dije que no quería faltarle el respeto, que había reaccionado porque no me gusta que me traten de viejo. Pero ella no contestó, sólo me miraba, insistente.

Le aguanté la mirada y se mantuvo como si nada… – ¿¡Qué!? Le espeté. Se acercó hacia mí y me devolvió el beso. Me besó lento, profundo, sentí el calor de sus labios, su sabor a mujer joven y bonita. La separé… 

– ¡Ya he hecho demasiadas tonterías en mi vida, no voy a hacer otra más!

Siguió mirándome, como tratando de entrar en mi mente, con esos ojos celestes. Tras un rato, con voz suave me dijo…

– ¿Conoces la anécdota de la rana y el escorpión? 

Si la conocía pero le dije que no para que se sintiera orgullosa de saber más que un yo… 

– Pues una vez un escorpión quería cruzar una laguna y como no sabía nadar le pidió a una rana que la dejara montarse en su lomo y la llevase hacia el otro lado. La rana se negó porque el escorpión cuando estuviera encima de la rana la iba a picar y a matar. Nada de eso dijo el escorpión, no puedo picarte porque yo me ahogaría y moriríamos los dos. Convencida la rana, el escorpión se monto sobre ella y comenzaron a saltar de hoja en hoja hacia la otra orilla. Por el medio del camino el escorpión picó a la rana y está sorprendida antes de morirse le pregunta: ¿Por qué me picaste? Ahora tú también vas a morir ahogada. Lo sé, pero es mi naturaleza.

– Y eso que tiene que ver, Pregunté.

– Simple tío, somos como el escorpión, hacemos el amor entre parientes porque es nuestra naturaleza…nos gusta follar entre nosotros, nos gusta el incesto, así de simple.

Entendí que me estaba diciendo que íbamos a follar, que era inútil resistirme. ¿Otro lío antes de salir del primero? Y lo peor es que se me hacía agua la boca. Mi cipote salió de su cueva duro y erguido como en sus buenos tiempos…, sentí calor en todo mi cuerpo, mientras ella me miraba sonriente, inocente y sensual, encantadora. Se acercó hacia mí y puso una mano en mi cara.

Acerqué mis labios a los suyos… – Dices que No te gusta con viejos, ¿Pero te gusta con parientes maduros? Me besó.

Prendí en fuego tras semanas sin follarme a una mujer, la abracé, empezamos a compartir con nuestras lenguas. ¡Qué cálida emoción! Le refregué mi bulto contra su coñito… 

– Así no, me dijo la muy puta. – Debemos hacerlo mejor en la cama del dormitorio ¡QUIERO QUE ME FOLLES BIEN!

Pasé mi mano izquierda por las corvas, mientras tenía el otro por debajo del hombro. La levanté en brazos, la llevé al dormitorio. Nos comíamos con la mirada, pero era todo pausado, lento, degustando cada movimiento, al estilo de Natalia. De la boca pase a besarle el cuello, despacio, teníamos toda la noche. Ella introdujo su mano entre mi ropa y acarició mi panza. Con mis manos comencé a desabotonarle la blusa. Se incorporó en la cama para sacarse la camisa…no llevaba sujetador ni le hacía puñetera falta con sus tetas duras y erguidas como colinas de roca, mientras yo me saqué camisa, pantalón, zapatos y me detuvo cuando iba a sacarme los calzoncillos.

– Para tío… Los viejos a diferencia de los jóvenes, saben disfrutar el momento sin atropellarse, vamos despacio que sabe mejor… ¡Quiero sentir cada centímetro de tu polla abriéndome!

Me calentaban esos comentarios irónicos y hacían que tuviese más ganas de follármela. Así que respondí pasándole la lengua por sus hombros, sus tetas. Vi como sus pezones se ponían duros sobresaliendo cual ojivas de misil, se ponían rojos a punto de caramelo para chuparlos. Ella correspondió introduciendo una de sus manos en mi bóxer agarrándome el duro tronco empalmado a más no poder, en tanto que su otra mano tomaba mi cabeza, besándome donde podía…. Tardé en llegar a su pubis lo que demoré en besar su pancita y su obligo. Luego con las dos manos empecé a bajarle las braguitas. Poco a poco, bajaba con mis manos y besaba con mi boca lamiendo cada centímetro de su piel rosada…me dolía la verga porque me la tenía agarrada con mucha fortaleza y tiraba queriendo arrancarla, ahora con las dos manos. Su inexperiencia hacía no controlar bien cómo manejar una mercancía tan delicada, pero a esas alturas y con la dureza de rabo que llevaba, prácticamente me daba igual, hasta me gustaba como se maneja la niña. Levantó sus piernas y las puso sobre mis hombros, en tanto que yo terminaba de sacarle las bragas. Su coñito ahora quedaba libre para todos mis deseos. Lo primero es lo primero. Empecé a chuparle su pubis. Me soltó la bayoneta y empezó a gemir como una puta. Con mi lengua empezó a limpiar su conejito bastante lubricado. Después de lamer un rato entré a buscar su clítoris con mi lengua.

Comencé a pasarla por ese espigón que se corría hacia un lado y otro con mis embestidas y ella gritaba, gritaba… 

– ¡Ayy Tío, Así, Así, qué bueno! ¡Joder, Fer para que me voy a derretir!

Iba bien, no le día tregua, sentí como su cuerpo hervía, el fluido salía a borbotones de su coñito al tiempo que gritaba… 

– Nooo, nooo lo soportooooooo.

Todo lo que salía de su boca lo daba por  mentira, aguantaría eso y mucho más. Yo continuaba con mi polla cada vez más dura y empalmada esperando su turno. Cuando aflojaron sus fluidos, le permití bajar sus piernas y volví a besarla. Estaba divina. Era una mujer muy hermosa. Yo tenía el sabor de su vagina en mi boca y nariz, al besarla lo compartimos. Tras esos deliciosos besos, ella aflojó un poco y yo estaba a mil.

Así que a media voz me dijo… – ¡Yo debería hacer algo ahora con tu verga, pero soy poco experta…! Por favor tío, demuéstrame que no estás viejo y sigue trabajando tú… ¡FÓLLAME BIEN DURO!

Ahora fui yo quien sonrió sintiéndome ganador…, la besé, luego me separé un poco, le levanté las piernas para que su pubis quedara más expuesto y le dije a mi grueso falo… 

– ¡Si ya estás bien caliente, es tu momento de entrar dentro de esta puta!

Se la clavé despacio, pero hasta al fondo haciendo que la notara, que percibiera cada centímetro que la horadaba. Pasé mis manos por debajo de sus rodillas y empecé a con un buen ritmo de cadera pistoneando ese coñito enjuto. Al empujar con los hombros hacia adelante le levantaba las caderas y su vagina se levantaba hacia mí para recibir la estocada de mi estoque entrando a matar hasta el mismo útero de esa putita engreída…Una y otra vez, cada vez más fuerte. Sentí que volvía a calentarse la nena. Volvieron los gemidos, esta vez acompañados por sonidos guturales que yo emitía con cada pollazo… joder le tenía ganas a esa puta vanidosa y lo iba a pagar con creces. Hacíamos un ruido bárbaro, largábamos un calor impresionante y gozábamos con cada clavada. Y fue una tras otra y tras otra, miraba como entraba mi verga gruesa en aquel coñito apretado de un cuerpo tan frágil como grácil…era realmente excitante su coñito abierto y pelado partido en dos por un trocho venoso y oscuro. Con insertada disfrutando más que con la anterior, con tanta excitación que el badajo se deslizaba en su gruta casi sin resistencia por la enorme lubricación y lo bien que dilataba…yo notaba la presión de sus paredes en mi glande, eso me atormentaba de placer y a ella debía de ocurrirle lo mismo...

– Dame más duro, reclamó.

Y yo sabedor que había que jugarse las mejores estocadas si quería que fuera un buen polvo, en cada metida de tranca depositaba el peso de todo mi cuerpo hundiéndosela entera, dejando solo mis grandes huevazos fuera con ganas de entrar también su coñito. A los diez minutos escasos, sentí que iba a eyacular, pero quería tener el orgasmo a la vez que ella.

– ¡¿Quieres todo puta…?!

– Siiii dámelo todo con todo.

Y la orden no se hizo repetir. Sentí como salió un gran chorro de semen que inundó su vagina, me dolió incluso la polla cuando solté el segundo chorro de lefa y ella convulsionaba eyaculando su fluido. Los dos se mezclaban en su coñito sin lugar de albergarlo, escurría fuera con toda mi verga embutida dentro de ella… pero igual seguí bombeando, hasta notar que los flujos de ella nuevamente empezaban a aflojar. Yo no paraba de eyacular…tres, cuatro y hasta siete convulsiones llegué a tener dejando secos mis cojones y su útero a rebosar de esperma. Mi cabeza me daba vueltas y mi cuerpo comenzaba a relajarse tras la batida de orgasmos. Dejamos la polla clavada aún dura y bien erecta, pero bajamos sus piernas, le extraje la tranca y nos volvimos de costado haciendo la cucharita en un placentero sueño que se apoderó de nosotros…. Dormimos abrazados un buen rato de un tirón. Al cabo de una media hora, el timbre insistente nos despertó. Sentí como mi polla se desprendía de la raja de su culito al separarnos para ver quién era. Salí desnudo de la cama y fui a mirar por la mirilla de la puerta para ver quién era…

No os voy a dejar con la intriga, era Antonia. ¿Otro lío?, ¿Qué pasó después? Solo les diré que empezó a dolerme la cabeza de la tensión del momento. Le dejé pasar tal como me hallaba, desnudo, preguntó si había visto a Natalia, porque desde que se marchó a estudiar con su compañera Paola no había vuelto a casa…estaba a punto de denunciar su desaparición. Le dije que no era necesario, que estaba acostada en mi dormitorio. Allí se la encontró vistiéndose, mi hermana no dijo nada solo que se marchaba a casa con la niña por delante de ella. Me miró queriéndome decir algo, no sé si bueno o malo, pero ya sabía que me había follado a sus dos hijas, aunque no era nada escandaloso si su esposo ya las disfrutó en vida. Solo le dije que sentía que no estuviesen en casa conmigo… 

– Yo también lo siento mucho, me dijo… ¡Ya hablaremos otro día… yo te llamo!


Un niño para mi hermana.

Suena el teléfono, era mi hermana para hablar conmigo sobre asuntos pendientes y algo más importante que no quiso concretar, pero que tenía que ser en persona. Me dejó muy intrigado, pero en fin, después de lo de Natalia y Naira, tal vez había que aclarar las cosas. Me citó por la tarde en mi casa. Cuando llegó la hice pasar y ella me dio un par de besos en la mejilla, sorprendiéndome su actitud tan amablemente. Le pregunté de qué se trataba en el camino hacia el sofá del comedor. Le serví un refresco y conversó solo de cosas sin importancias, aunque yo la notaba nerviosa, pasó el rato y no me decía nada concreto de relevancia, hasta que le pedí que me digiera cual era el motivo real de esta reunión. Le costó mucho decírmelo, y era raro teniendo una relación excelente, si exceptuamos mis escarceos con sus hijas al margen de su conocimiento…en verdad desde muy críos siempre fuimos confidentes del otro, incluso en la adolescencia cuando somos tan reticentes a contar nada, con ella era abierto y ella se mostraba compinche siempre. Mi hermana se había casado con un abogado que le iba regular, su situación económica nunca fue para echar cohetes, pero se mantenía al día muy bien hasta que mi cuñado murió… así que la pasta era un problema si querías tener con una familia numerosa. Mi cuñado era un hombre extremadamente tranquilo, casero y para nada mujeriego, así que una tercera persona en la relación era muy difícil que tuviese, descarté una confesión de ese tipo.

– Mira Fernando, tu sabes que yo te quiero mucho y yo sé que tu a mi también. Lo que te tengo que pedir, es algo muy difícil, y si me dices que no, te comprendería perfectamente. No sé si me apoyaras en esto… ¡Ufff! La verdad no sé ni cómo decírtelo.

– Pero mujer, que puede ser tan difícil… tú sabes que tenemos mucha confianza entre los dos, no veo cual es el problema.

– Por eso es que me estoy atreviendo a pedirte esto… que es prácticamente una locura.

– Pero dime no me tengas en ascuas todo el tiempo. Ya no le des tanto rodeo y dímelo.

– Bueno, ya… Tú sabes que con Alberto tenía un matrimonio feliz, tal vez un poco anormal por la relación con las niñas, pero por lo demás todo perfecto… nos llevábamos bien, teníamos una buena situación económica, me hizo feliz al 100% y yo a él. Podría decirse que éramos un matrimonio bien avenido.

– ¿No me digas que te enamoraste de otro y ahora quieres volver con ese tipo…?

– No, nada que ver…

– Entonces.

– Bueno, te voy a confesar algo, pero prométemelo que no se lo contaras a nadie.

– Te lo prometo, ¡¿acaso no sé suficientes secretos de tu familia, que ahora es la mía…?!

– Tú sabes cuánto yo añoro tener un hijo varón, y Alberto lo quiso también. La idea de ambos era tener la parejita pero hemos tenido dos niñas. Después de Natalia lo intentamos todo y nada, su aspermia provocada por aquella infección de legionella, impidió que me volviese a preñar…fuimos a hacernos exámenes con un especialista y arrojaron que Alberto tenía los espermatozoides muy débiles y mi PH es muy fuerte. El caso es que le médico nos dio unos remedios para bajar mi PH, reforzar sus bichitos…, pero nada sucedía.

– Pero bueno, aun queda la inseminación artificial…

– Eso es algo que no nos planteamos y aún hoy lo tengo relegado…, ya me había olvidado del tema hasta que nos sobrevino la muerte de mi esposo. Con tu buena acogida en casa se me abrió la esperanza de poder tener ese bebé varón.

– ¿¡Me quieres decir que quieres que yo te preñe…!?

– Lo que te digo puede que te parezca una locura, pero lo he pensado mucho y no es tan alocado… ¡¡Deseo y quiero que tú seas el padre de ese hijo!!

– Podría preñarte de otra niña…

– Has tenido dos hijos, y sé que a Paquita le hiciste otro hijo, Asier… a saber cuántos hijos tienes más y todos varones ¡Quiero que me hagas un hijo a mí! SÍ sé que suena a locura, pero sí lo ves bien… eres mi mejor y casi única alternativa. Esto sería un secreto a muerte entre los dos y mis hijas. Sé muy bien que a ese hijo nunca le faltaría nada teniéndote a ti como padre… Además estoy dispuesta a incluir en el trato a mis hijas… no habría ningún problema en que siguieras follándotelas… ¡Tanto Naira como Natalia te echan de menos! Y yo no puedo poner puertas al campo, como comprobé el otro día. A ellas les gusta follar contigo, su padre laa envició en el sexo familiar y tú eres el sustituto natural ¡¿Qué más hay que decir…?!

– ¡¡Después de ver los videos a ellas les encantaba follar con su padre!!

– Sí mucho, le daba cariño y yo colaboraba activamente…quizás al principio para mantener la familia unida y darles la educación sexual que nosotros no tuvimos en casa. Claro primero con Naira luego con Natalia lo fui viendo más natural y necesario para ellas. Y por qué no, cuando llegaban las vacaciones de verano practicábamos nudismo, nada que ocultar y tener sexo tampoco… ciertamente se cerró el círculo familiar en el camping nudista del verano 2016…, fue cuando Alberto nos folló abiertamente a las tres…ya había desvirgado a Naira y solo quedaba Natalia, y esas vacaciones fueron una buena oportunidad. Yo lo vi bien, además con su aspermia no había problema en preñarnos…

– Entonces con las niñas… ¡las puedo preñar!

– Con las nenas tomaremos medidas porque ahora son muy  fértiles, sin embargo te las puedes follar a pelo y correrte dentro de ellas… Aunque si me quieres preñar, me tendrás que dar más cantidad de esperma a mí… Mira, sé que es una locura, pero por favor piénsatelo.

Conversamos mucho sobre el tema y de volver a mi casa, las facturas le agobiaban y casi no podía permitirse el alquiler, aun siendo un precio muy económico… en fin una serie de cosas. A las finales mi respuesta fue que mi casa siempre estaría abierta a ella y las niñas. Pasó como una semana y la idea estuvo dando vueltas en mi cabeza. Yo sentía lo triste que estaba mi hermana, pero darle un hijo me amordazaría de por vida a ella ahora que ya tenía a mis dos hijos independizados. Ya se habían mudado de nuevo y todo iba bien guardando las distancias… pasaron dos semanas y salió a la conversación y le dije en la cena que lo haría.

Quería quedase claro con las niñas delante… – A partir de ahora vuestro tío y yo vamos a compartir la cama de matrimonio. No preocuparos porque Él os seguirá follando, pero no tan frecuentemente como antes. 

Dijo a sus hijas ante mi presencia. Nos pusimos de acuerdo cuando fuera el momento justo.


Mi hermana Antonia es 10 años menor que yo...una mujer alta de 1.72 metros. Es delgada, pero con todo bien puesto y en su justa medida, cabellos rubio, tez blanca, ojos castaños (al igual que yo), una cinturita muy estrecha, y ancha de caderas, pechos grandes, en relación a su cuerpo, en fin está muy buena con las dimensiones perfectas para atraer a un macho que desee fundarla…. Nos fuimos al dormitorio, ella andaba con unos pantalones jeans cortitos de esos que le quedaba todo el comienzo de sus nalgas al aire. Se veía exquisita. Se acostó en la cama y se sacó esos pantalones. Quedó con una bragas muy chicas, con encajes, de color blanco…realmente estaba exquisita. Hacía mucho tiempo que no la veía en ropa interior y sabiendo lo que me esperaba, mi verga se despertó al 100%. Me pido que me sacara los pantalones y que me subiera sobre ella. Se quitó las bragas mostrando su coñito completamente depilado y rosado. Acto seguido me quité los calzoncillos dejando al aire mi mostrenco de 18 cm de larga y 7 cm de grosor, la coloqué a la entrada de su conejito y lentamente la fui penetrando…

– ¡Joder Fernando, ya no recordaba como era tu polla... mucho más gorda que la de Alberto!

Sugirió que se la metiera muy despacio. Lentamente la fui penetrando, hasta que se la metí hasta el fondo. Sus ojos cerrados, me hicieron comprender que ella lo estaba disfrutando. Comencé lentamente a follarla, no decíamos nada. Ella con sus manos apoyadas a su lado, sin tocarme y yo sobre ella penetrándola lentamente, disfrutando al máximo cada momento. Yo estaba tan caliente que con solo dos minutos podría haber acabado, mas la sensación era tan rica, que me contuve penetrándola por largo rato. Ella no se pudo contener más y suavemente comenzó a gemir. Pasaron como 15 minutos… yo tratando de controlarme de no correrme y por no agarrarla sobándola entera, como me hubiese gustado hacerlo. Ella gemía suavemente, casi en silencio, sin apresurarme. Todo era suave, con amor, con delicadeza. Nunca había tenido sexo de esa manera, siempre brusco, con poses y fuertes gemidos, pero esto era completamente distinto…incluso sus hijas eran mucho más pasionales. Podría haber estado así mucho más tiempo, pero, aunque no lo crean, sentí algo de pavor, pensar que mi hermana se diera cuenta lo mucho que me excitaba su cuerpo. En poco tiempo más, con gemidos igual de suaves que los de mi hermana, comenzó a brotar mi semen de mi capullo enterrado en el fondo en su vagina profunda. Fue en este momento cuando mi hermana me abrazó muy fuerte, y se movió ayudándome a que disfrutara al máximo esa corrida, al percibir el primer chorro de leche…el segundo fue más vigoroso y la clave a tope…, agitándome salieron los seis o siete lefazos.

Todo el contenido seminal acumulado en varios días fue depositado en el mismo útero de mi hermana…, me quedé a su lado por unos minutos, ninguno de los dos se atrevía a decir nada. Fue ella la que se levantó, diciendo que estaba muerta de sed y que iría a la cocina a buscar un vaso de agua. Se colocó sus pantalones y salió del dormitorio marital. Al igual que hacía dos días, se tomó la temperatura confirmando que continuaba con la ovulación y nos fuimos al dormitorio. Esta vez, ella se sacó todo sin dar muchas vueltas, quedando solo en bragas tipo tanga, yo hice lo mismo. Nos acostamos uno al lado del otro en pelotas. Sus manos comenzaron a tocarme el cipote suavemente y mis huevos los amasaba haciendo alusión al tamaño de las mismas en relación al de su marido. La verga fue creciendo hasta salirse el glande… fue mostrar la cabeza brillante y expeler el primer chorrito de líquido pre-seminal. Sus cariños continuaron y yo le comencé a comer las tetas, a mamar de sus pezones completamente desnudos, uno al lado del otro. Sus caricias aumentaron, acariciándome las bolas, jugando con mis pelos, tomándolo completamente con su pequeña mano.

Ella se montó sobre mí. La tomó con su manita y la colocó en la entrada de su depilada raja enfilando en toda la abertura del conducto vaginal… poco a poco fue entrando hasta que la tuvo completamente adentro. Comenzamos a movernos...Parecía que quería decirme algo, pero no se atrevía. Sus movimientos se hicieron cada vez más intensos y comenzó a gemir nuevamente en silencio. Sus ojos cerrados, me permitían verla sin ningún tapujo. Su cuerpo era sensacional, delgadita con todas sus curvas perfectas… ¡¡Cómo disfrutaba ese momento!! Tímidamente le puse mis manos sobre sus piernas y lentamente fui avanzando hasta colocarla sobre sus nalgas. Las acaricié suavemente, eran perfectas, muy suaves, redonditas, exquisitas. La visión de su conejito depilado, su estrecha cintura y sus tetas pesadas abofeteándome, eran un deleite. Sus gemidos aumentaron y noté que estaba muy excitada y que más aun, estaba llegando a tener un orgasmo. Con fuerza comencé a moverme, llegando a levantarla y con mis pelotas que se agitaban con inercia aporreaban su coño. Mis manos apretando cada vez más sus nalgas. Con sus manos apoyadas sobre mi pecho, comenzó a moverse muy rápido en una clara señal que se estaba corriendo, al mismo tiempo que yo llenaba su cubículo uterino con mi leche caliente. Aun después de haber acabado, nos movíamos lentamente disfrutando de la sensación de estar unidos por nuestros sexos.

Sin novedades aun como era de esperar, tuvimos un tercer encuentro esa misma semana con dos o tres días de reposo para que maduraran mis espermatozoides. Nos denudamos como siempre. Ella, acostada a mi lado, me acarició susurrándome lo bien dotado que estaba su hermanito y además de alabar el tamaño de mi puya, me suplicó que tratase bien a las niñas y aún no le rompiese el culo…con todo ello nuevamente se montó sobre mí y comenzamos a follar, lentamente. Esta vez sus ojos no se cerraron y me miraba, moviéndose rítmicamente sobre mi verga.

– Hermanito… Debo reconocer, que la tienes muy buena…dura, recia, venosa y una longitud perfecta…lo que más me gusta es el grosor que tiene, con ella me sugestionas todas las terminaciones sensitivas de mi coño.

– Lo mismo digo yo de ti hermanita… eres una hembra muy apetecible.

Sus tetas eran tal cual como siempre me las había imaginado, perfectas, blancas y con unos exquisitos pezones rosados… – ¡¿Te gustan?!

– Son perfectas hermanita…

– ¡¡Acaríciamelas… bésamelas y mámame los pezones!!

Suavemente mis manos comenzaron a acariciar esas hermosas ubres, jugando con mis dedos por sus pezones. Me gusta sentir tus manos acariciándome… 

– Realmente Alberto tuvo mucha suerte de tener una mujer como tú de esposa y poder disfrutarte durante 18 años.

– ¿Lo crees?

– Si, eres preciosa y muy sexy… o mucho mejor dicho eres exquisita en todos los aspectos…

– ¡Vamos nene! ¡Chúpame los pezones! 

Ella se dobla un poco, y me ofrece sus tetas sobre mi boca. Comienzo a chuparlas suavemente, pero ella me pide que lo haga más fuerte. Tomo esas tetas entre mis manos y se las comienzo a chupar fuertemente, haciendo que ella gimiera ya sin tratar de esconderlo… 

– ¿¡Te confieso algo…!? Me tienes muy caliente cabrón…no me extraña que a las niñas les gustes tanto, lo haces mejor que Alberto y ellas lo han debido notar. ¡¡Joder Fer, tu verga se siente exquisita dentro de mí!! ¡¡Mmmmm así!! (Enterrándosela hasta el fondo) ¡Ahhhh si… hazlo de nuevo… ahhhgg que buena la tienes hermanito.

– ¡Me gusta mucho estar contigo así!

– ¡¡Ahhhhhh!! ¡Fóllame como si no fuera tu hermana… hazme tuya cabrón. ¡Piensa que soy otra mujer! ¡UNA PUTA!

– No quiero pensar eso… quiero follarme a mi hermana ¡Eres tú la que me calienta! ¡Ahhhhhhhh! Quiero hacerle el amor a mi hermana.

– ¡Ahhhhhhhh siiii… sigue!

– Quiero chupar entera a mi hermana y follármela hasta dejarla preñada y bien panzona.

Comenzamos a follar sin disimular nada, ella lo quería y yo también, Éramos solo dos amantes follando con ganas, ganas de sexo, ganas de sentir y tocar completamente al otro. La tomé de sus piernas y le hice que se montara sobre mi cara. Comencé a comerle el coño fuertemente, mientras ella gritaba de placer. En nada quería quedarse sin su premio, se dio la vuelta pivotando sobre el coño en mi cara, e hicimos un 69 espectacular. Su boca se llenaba con mi verga, chapándome las bolas, sacándola y rozándola con sus mejillas. Luego se colocó a cuatro patas, conmigo arrodillado detrás de ella, su estatura era ideal para penetrarla. La tomé de su estrecha cintura y me pareció volar fuera de este planeta…la bayoneta se deslizó al fondo de su coño quedando enterrada entera hasta los huevos sin dejar nada fuera. Le di duro bastante rato… Luego se colocó de frente en misionero, y yo ocupé la mi posición sobre ella… así un buen rato viendo como entraba y salía el tronco impregnando de sus fluidos, cada vez más cantidad de lo excitada que se hallaba la muy puta. Luego de lado conmigo detrás pegado a su espalda y ella levantando una pierna por sobre las mías, dejando su depilada raja  completamente expuesta.

Sus movimientos eran salvajes, se doblaba completamente a un ritmo ideal. No me cansaba de mamarle las tetas una y otra vez, hasta que terminó sentándose sobre mí, pero mirando hacia mis pies. Su perfecto culo abierto engulléndose mi mástil por el coño ante mis ojos y casi en cuclillas comenzó a moverse de una manera salvaje, logrando su orgasmo… extrajo el cipote y soltó dos largos chorros de fluido ¡Joder se había estimulado el mismo punto “G” con mi polla! Gritaba mientras se corría como una PUTA. Se la volvió a embutir hasta los huevos apoyándose con las manos en cuclillas me follaba haciéndome twerking… con todo empapado por su corrida continuamos unos cinco minutos más hasta que la sujeté del culo y la empotré aplastando mis huevos contra su vulva, justo en el momento que mi polla explotó con una salvaje corrida…un primer gran chorro y después dos más seguidos, largos y de lefa espesa hasta contar con los seis o siete lechazos de costumbre. Ya más relajados tras la batalla, se acostó a mi lado y nos abrazamos desnudos. Nunca hubo un beso más apasionado que ese desde que recordaba haber besado a una mujer. Su agradecimiento parecía infinito, como sabiendo que ese era el polvo definitivo…

¡HE SENTIDO COMO ME PREÑABAS, FER! Cada vez producen más y mejor leche tus huevos


Los tres días siguientes pasamos todas las tardes en casa, follando como animales, aun sabiendo que de estar preñada ya lo estaría, pero nos gustamos tanto que era una gozada continuar follando…Al cabo de cuatro semanas, mi hermana terminó por confesarme que llevaba a mi hijo dentro de su vientre…, sin embargo temía que al confesarlo lo nuestro se acabara y la desplazarse a favor de las nenas. Ciertamente en parte fue así, pero no porque no me apeteciese, sino por prudencia en salvaguardar su preñez y de este modo matábamos dos pájaros de un tiro…, yo desahoga mi testosterona y satisfacía a las niñas que tras su vuelta a casa apenas las había atendido debidamente. Me seguía follando a mis dos sobrinitas, pero sobre todo era Naira la que más me reclamaba, era como si al saber que había preñado a su madre, ella pidiese lo mismo o tal vez fuese al haber comenzado a tener la regla, sus hormonas solicitasen más macho para ella.


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Todas bien preñadas del mismo semental.

Bien putitas, disfrutamos en casa con mi tío Fernando…un viejo de 49 años. Es ejecutivo exitoso, músico en sus tiempos libre y un hombre insaciable en materia de sexo. Es mi tío y también podemos decir que es mi padrastro. Siempre tuvimos una relación más tirando a amistad. Mi padre biológico murió en un accidente y quedamos a merced de la buena voluntad de mi tío Fernando. Mi madre no conoció a otro hombre que no fuera mi padre, pero desde que vivimos con su hermano todo ha cambiado… se enfadó con él cuando me pilló  recién follada por su hermano, y nos marchamos un tiempo a un piso cutre de contenedores prefabricados para el transporte marítimo…formaban un edificio para desahuciados. El caso es que ese mismo día mi madre se dio cuenta que nunca podría con las hormonas de dos adolescentes y en esos casos la mejor estrategia siempre ha sido… “Si no puedes con tu enemigo, únete a él” La primera semana mi madre con su hermano intimaron, porque no pudo aguantar tamaña belleza, la vanidad de sus tetas imponentes, ni lo intenso de su mirada. Todo eso tuvo sus consecuencias, mi madre salió preñada de aquella crisis y pocos meses después fue mi hermana Naira la que fue agraciada con una buena panza del mismo semental… Del nacimiento de los bebés ya han pasado cinco meses y luzco con una panza de casi 34 semanas hecha como puedes imaginar por mi tío Fernando.

Poco a poco me fui enterando de cómo eran las cosas. Mi hermana Naira buscaba quedarse preñada de mi tío, mi madre también tiene el hijo varón que busca le hiciese su hermano… ¡Joder con el semental… las preñó a las dos casi a la vez! ¡Y les juro que no supe si pegarme un tiro, si denunciarlas por retorcidas, si entregar al tipo a la justicia por hacerle eso a mi madre y a una menor, o si irme de la casa cuando, una noche las dos me contaron una verdad irrefutable, cargada de perversión y arrestos de un crimen tras otro, y con todos los detalles ¡Fernando era el padre legítimo de mi hermanastro y mi sobrino! Entonces, todo comenzaba a recobrar sentido en mi mente. Todos los recuerdos y situaciones que yo pasaba por alto, las que no era capaz de sostener como reales, aparecieron en mi memoria. Reviví de repente la noche que bajé a tomar agua, y vi a Naira con las tetas al aire sentada en la mesita de centro, y en el sillón Fernando se hacía el dormido. También la noche en la que fui a buscar un alargador al cuarto de Naira, y Fernando estaba en calzoncillos sentado en la cama de mi hermana, que se hacía la afligida en bragas. Supuestamente hablaban de algo serio que no me incumbía por putón. Otra vez descubrí a Fernando manoseándole el culo a mamá que horneaba un pastel. No negaré que con todo eso me pajeaba como una cochina en la soledad de mis sábanas. En especial desde que vi a Naira a upa de Fernando desde la ventana de mi cuarto. 

Estaban en el jardín, él en el chaise longue de jardín y ella echada sobre él, con el culo entangado para arriba y moviéndose suavecito sobre su polla. No había mucho por imaginar, por más que el sol me cegara. Esa tarde fue la primera vez que gemí en casa de mi tío, me cogí un plátano y lo usé de consolador…me dejé esa mismas braguitas mojadas, hasta el otro día. Era habitual que las tres nos juntemos con Fernando para ver una peli. Solo que, como yo iba a actividades extraescolares algunas tardes, me perdía muchos de esos momentos. Pasó que una de esas tardes salí antes porque no tuve música, y los encontré a los tres en el mismo sillón. ¡No supieron cómo explicarme que las dos estuviesen agitadas, en tetas y con sus manos sujetando el pollón de mi padrastro! Mi hermana me echó mientras buscaban una excusa que nunca llegó. A unos días de cumplir mis 18 años, mamá y Naira fueron a dejar los bebés en la guardería, y de regreso me propusieron salir de compras… en una auténtica salida de mujeres ¡Lo pasamos genial! Derrochamos guita comprando ropa, zapatos, discos, hamburguesas y helados. A la noche, como Fernando tuvo una reunión de urgencia en la empresa, decidimos comer unas pizzas las tres en la terraza. 


Ahí fue que me contaron todo – ¡Pero de esto ni una palabra a nadie puta, porque se arma la de Dios es Cristo! Fernando ya imaginas que nos folla hace tiempo, y primero mamá, después yo nos hemos quedado preñadas de él, dijo Naira con la boca llena. 

– ¡Sí amor, ya sabes cómo folla el viejo… le encanta que se la muerda encima de los bóxer que usa, que le tires el alientito a su polla cuando se la mamás, y que le pidas que te lama el coñito! dijo mi madre con los ojos desorbitados. – ¡A mí me hace correrme muy bien con esa lengua, incluso cuando estaba embarazada! ¡Fernando fue el primero en probar la leche de mis tetas!, confesó mamá. 

– ¡Sí nena, ¿Te acuerdas mamá cuando las dos le pasábamos la polla entre nuestra tetas llenas de leche, y él nos las apretaba para que se la enlecháramos toda, y después nos hacía mamársela toda?! O no follaba las tetas en una paja cubana, recordó Naira haciendo esfuerzos para eructar después de mandarse un fondo blanco con gaseosa. 

– ¡Sí cariño, y que tú te corriste apenas te dio toda la leche en la boquita, nena… cómo me chupaste el coñito esa noche, como una putita!, decía mamá encendiendo un cigarrillo.

Poco a poco mi vagina era un pequeño volcán de flujos celosos, ansiosos y eufóricos a punto de erupcionar. Tampoco me entraba en la cabeza que mi madre y mi hermana, su propia hija hayan tenido sexo entre ellas… joder eso es lesbianismo. Entonces me confesaron que él siempre fue considerado con ellas durante sus embarazos. Estando preñadas las cuidaba, les otorgaba algún que otro antojo, y las follaba tomando precauciones de no darles muy duro cuando se la metía por el coño, siempre a pelo…mi tío no sabe follar de otra manera, para él los condones no son cosa de usar dentro de la familia. Naira estaba feliz de que le haya estrenado el culo cuando estaba de seis meses. Para mamá y para ella hubo una casualidad con sus preñados…. Como las dos tenían novio, el de mi madre más bien simulado que cierto, nadie sospechó de otros que de ellos como los encargados de fecundar esos bebés. Solo hubo 4 días entre el nacimiento del hijo de mamá y el de Naira. Todo era una locura. Pero yo sentía que el corazón me doblaba las rodillas, y que necesitaba pajearme toda. En eso pensaba cuando, impulsiva y egoísta saludé me despedí para correr a mi cuarto. 

– ¿A dónde vas Natalia?, te contamos algo más al regreso, loquita, dijo fastidiosa mi hermana. 

– ¡Deja a la pobre… seguro que ahí se va a toquetear como el otro día!, expuso mamá.

– ¡Mmm, es verdad Nati…? ¡¡Te vas a pajear sucia, cochina!! Decía Naira asfixiándome en sus brazos apenas detuvo mis pasos efusivos con su cuerpo. – ¡Mira cómo te pones loca! Tienes los pezones alzados como yo ¿o no es verdad? ¡Y quieres la polla de Fernando entre tus tetas! Y que te haga un nene, ¡¿no hermanita?! Además, no te la des de buena… si sabemos que te encanta tomarte la leche del tío… ¡¿No te folla a pelo el cabrón…?! 

Se agolpaban las voces de mi hermana rodeándome en su calor, tocándome las tetas y el culo, desatando las cintas de mi blusa y liberando mis tetas. Se atrevió a chuparlos diciendo… 

– ¡imaginártelos llenos de leche!

Naira lamió los pezones, mientras los hilos de flujos se deslizaban por mis piernas. De repente ya no sabía si estaba en el cielo o en la tierra. Las dos me tenían cautiva en el balancín que tenemos en el patio trasero de casa. Mamá me descalzó para chuparme los pies. Recorría mis deditos con su lengua larga y me columpiaba en cada sensación que me regalaba. Al mismo tiempo Naira refregaba sus tetas en las mías luego de escupírmelas, me tocaba la cara con sus dedos fríos, me los introducía en la boca para que se los lama, me besaba la nariz y lamía mis orejas. Olvídate de pajearte, esto es mucho mejor, me decía a mí misma. Mis bragas parecían todas meadas por la abundancia de jugos que producían mis hormonas

– ¡Escúchala cómo gime la nena! 

– Sí, si le encanta que le chupe los pies a la nenita ¡¿No cariño?! No sabía todavía lo bien que mamá chupa los dedos….

– ¡y cómo se le ponen los pezones!, decían las dos sin importarles que mi deseo pudiera privarme de respirar si no me hacían correrme ya.

Pero, en lo mejor de las chupadas de Naira a mis tetas, y justo cuando mamá lamía mis muslos encaminándose a mi vulva por debajo de mi vestidito, aparece Fernando… 

– ¡Vaya…hay una fiesta y yo no me enteré!, dijo a media voz, en calma y frotándose sobre su pantalón de vestir el bulto de su cipote. 

– Vengo del trabajo agotado de tanta monserga y me encuentro esto en casa… ¡¿Pero qué le pasa a la Natalia? ¡Tiene ganitas por lo que veo!

Agregó mientras las chicas lo recibían cada una con un beso en la boca…mi madre más apasionada, le metió la lengua hasta la campanilla. Los bebés dormían hacía rato, y en mi cabeza no había nada que tuviera precisiones cuando el hombre sugirió… 

– ¿¡Chicas, por qué no entramos!? Se está poniendo fresquita la tarde noche, y encima Natalia está con las tetas al aire… ¡Que por cierto son preciosas! 

Todo lo que recuerdo es que, pronto, yo estaba a cuatro patas sobre la cama de matrimonio de Fernando, donde se folla a diario a mi madre…, esta misma se encontraba ya en bragas, y yo con la gran verga de mi tío a centímetros de mi boca. Las chicas me sujetaban y él se pajeaba despacito diciéndome… 

– ¡Mírala bien chiquilla, tócala, huélela, mírame los huevos como los tengo llenos de leche para ti! Hace días que no los descargo y los tengo produciendo leche para ti. 

Los sopesé manejando sus dos bolas dentro de un escroto muy alargado, haciendo que sus huevos colgaran bastante. 

– ¡Cuando yo te diga arquea un poquito la espalda, así mi verga entrará en contacto con esas tetas divinas!

Su buen tronco venoso resbaló en el hueco de mis tetas, que lo presionaron con fuerza, mientras él se movía follándomelas, lo que se dice una paja cubana o rusa según el lugar. Me encantó cómo me las devoró su boca experta antes de hacerlo…escupió para lubricar el canalillo. Naira fue la que le dijo a Fernando que mi coño goteaba flujos en la cama, pese a tener las braguitas puestas. Mamá me las sacó y la estrujó en la cara de su hermano para que el macho se excitara con mis feromonas. Cuando su pollón se hallaba decorado por mi saliva, mis besitos, lamidas y chupadas a fondo ¡Me volvía loca el sabor de su piel madura!Y sobre todo los jugos suculentos que expelía por el agujerito uretral de su enorme cabezón, sus jadeos a cada chupada en el glande y las nalgadas que me daba Naira. Entonces, mientras el tipo seguía perforando mi garganta, casi dificultando mí respiración, mamá y mi hermana le ponían sus tetas en la cara para que él se pusiera más palote si era posible. Mamá no paraba de pasarle mis braguitas por su boca para que las saboreara, lo hacía  con cara morbosa…

 – ¡¿Fernando, nos vas a preñar a la nenas de una puta vez?! A tu hermana ya le has hecho un hijo, ahora queremos el nuestro… 

Dijo Naira desnuda y acostándose al lado mío con las piernas abiertas y los talones junto a su culito. 

– A ti ya te he preñado, Naira…No te conformas con la nena y ahora deseas un nene.

– ¡¡Sí quiero un nene, estoy preparada para que me vuelvas a preñar!! El macho ni lo dudó.

Me quitó su ciclópeo falo de la boca y se tiró encima de mí para darme unos bombazos estridentes, profundos y rápidos… Se acostó sobre mí levantando mis piernas por las corvas con sus recios brazos y sin necesidad de guiar su mostrenco, lo enchufó en mi coñito con tan solo la rigidez del estoque y la habilidad del macho con su cintura… ¡¡ZAS!! La embutió en dos tiempos hasta hacerme notar sus huevazos en mi culo sacudiéndomelo, tanto que la cama amenazaba con dejarlos en ridículo tras partirse por la mitad. No tuve tiempo para enojarme con él, porque yo quería esa leche que agitaba en sus pelotas. Mamá me hizo unas cosquillitas en cuanto vio mis pucheritos de decepción, me chupó las tetas y me empezó a masturbar diciéndome al oído entre susurros…

 – ¡Dale nena, córreme con la boquita…chúpale el coñito a mamá! ¡Yo también me he mojado las bragas de ver cómo te folla el papi! ¡No sabes cómo te amo putita desorejada!

Eso me puso más loca… comprobé que mamá estaba mojadísima. Se quitó las bragas y ambas nos masturbamos comiéndonos la boca, al lado de Naira que también le comía la boca a nuestro tío. Este se sacudía empujando fuerte y profundo en mi coño…, de seguir así en poco recibiría la descarga de leche de mi querido tío Fernando, pero el hombre salió de mi cuerpo agitado, sudado y con pinta de no poder más tras diez minutos perforando mi útero. Entonces, me escogió para sentarme en la orilla del colchón… abrió mis piernas, me recorrió desde el ombligo hasta el culo con besos delicados y suaves, tras lamerme el ano unos segundos que me electrizaron, deshizo el camino hasta mi coñito, abrió mis labios vaginales con sus dedos y empezó a hundir su lengua en mi vagina, a rozar mi clítoris, a olerme desencajado y a decirme… 

– ¡Tú quieres un bebé como el de mamá y Naira, verdad Nati…! ¡¿Quieres mi leche aquí dentro de este conejito?! 

Le dije que sí cuando sus brazos me llevaban a más al filo de la cama, donde mamá esperaba a cuatro patas. Mi hermana Naira ahora solo miraba. Me acostó boca arriba diciéndome… 

– ¡Tócame la polla nenita! ¡Mira cómo me la has puesto de dura!  

En cuanto su cuerpo se derrumbó sobre el mío, y su tranca se posó en la entrada de mi vulva, solo dijo… 

– ¡Antonia, dale el coño a tu hija, no seas mala… que yo me la follaré toda hasta llenarla! ¡Hoy le voy a hacer una buena panza a esta putita…le voy a estrenar su vientre con un precioso bebé llorón !

Fue indescriptible todo lo que viví en esos minutos… Fernando empezaba a follarme despacio balanceando su cadera sin mover el resto del cuerpo, se notaba que era un gran follador y la gran experiencia de haberse follado a innumerables hembras y preñado a cinco que tuviera en mi cuenta…, a su vez amasaba mis tetas, siendo mi boca, lengua y olfato, prisioneros del coño de mamá, que tenía un olor a hembra en celo abrumador… era ese tipo de fragancia femenina que me instaba a penetrarla con mi lengua, a chuparle y a frotarle toda la vulva bajo los labios interiores, hasta dar con el enorme clítoris que se le había puesto de la excitación… ¡Yo podía ser una putita, pero mamá era el GRAN PUTÓN de la familia! Y mi tío Fernando el GRAN CABRÓN… cada vez me daba más fuerte, reventándome a pollazos. Sentía esa polla creciendo en mi vagina profunda, casi en el mismo estómago, su gran grosor era percibido ensanchando mi canal y tocando el fondo de mi vagina una y otra vez golpeando con su gran capullo mi pared vaginal, queriendo entrar en mi útero directamente. ¡Joder, y cómo se friccionaba el clítoris!

Las cosas que me decían los dos… – ¡Cómeme putita, chúpale bien el coño a mamá! ¡Joder córreme con tu boca! – ¡¿Seguro que las pollas de los cabrones que te follas no son como éste, verdad?! Ni los consoladores tampoco, ni esos deditos de zorra que tienes… ¡Dale putita, trágatelo todo!

El coño de mi madre era una constante descarga de jugos y temblores en la punta de mi lengua, y latía en los dedos que le metía, hasta que un sacudión la hizo agitarse, gemir y frotarse con todo sobre mi cara. Ahí sí un mar de flujos me inundó la boca, y segundos más tarde Fernando me soltó una riada de semen adentro… Mi madre y mi tío ahora padrastro también, los dos hermanos me tenía congestionada y corriéndose a la vez sobre mí y dentro de mí… Mamá me bañaba con sus jugos, cuando percibí el puyazo del ariete de mi tío llegar al mismo útero, se le endureció e hinchó la polla al tiempo que eyaculaba chorros y más chorros de esperma destinado a preñarme. Entre todos deseaban que gozara del placer de ser madre y empezara bien joven a darle hijos a mi tío. Las nalgadas que le daba a mi madre entretanto, me hacían pedirle que le pegue más fuerte, y a mí que me folle más duro. ¡Me ponía muy puta! Durante casi medio minuto descargando lefa, y otro medio esperando dentro de mí, gocé de sentirme PREÑADA por mi querido tío Fernando. Al rato me levanté con la leche del macho dentro de mi conejito, y con la corrida de mamá empapando en mi cara, confundida, llena de vibraciones y de culpas. Naira no estaba en esos momentos, porque los bebés lloraban, y ella acudió a darles una mirada, tan atenta y dedicada a los hijos de mi tío. Se puede decir que mi hermana Naira era una buena madre y mejor hembra, por como cuidaba de los dos bebés y por como follaba con el semental de la familia…mi madre también era un buen referente de hembra y progenitora. 

Entonces, mamá le chupó la polla a su hermano, y estaba más que claro que nunca cuando llegó su turno… 

– ¡¿Quieres otro bebé nena, quieres cambiar más pañales, otra vez andar con las tetas llenas de leche, y que te dé por el culo cuando estés bien gorda que no puede metértela por el coño…?!

Decía Fernando cuando mamá se esmeraba por abarcarle todo el rabo con su boca babosa, incluso los huevos enrojecidos y seguro que secos después de la llenada de coño que me había hecho.

– ¡Sí hijo de puta, y después las tres preñadas te vamos a pedir verga todos los días, polla y más polla… ¡¿No es cierto, verdad Nati?! Dijo mamá dándole unos mordisquitos a sus huevos y pajeándolo.

– ¡Sí mamá, y yo voy a dejar que me mame la leche de las tetas, y que me rompa el culo como a ti y a Naira!, dije sin meditar demasiado, ya con tres dedos en la vagina.

Sin remisión, Fernando tiró a su hermana boca abajo sobre la cama, le escupió el culo, le metió un dedito sin advertírselo…en un par de minutos sodomizándola con el dedo pulgar, y recién sacado se le subió para metérsela sin más, en un solo empellón. La puta de mi madre dio un grito, pero al rato gemía mordiendo la almohada, cuando Fernando le daba con todo, pellizcándole las tetas hasta estirarles los pezones… 

– ¡Las tres sois unas buenas hembras, unas inmejorables putas, y os voy a llenar las panzas con mis hijos como a conejas! ¡A la putita de Naira le voy a dar también por el culo delante de su madre y su hermana, para que se sepa lo ZORRA que es! 

En ese momento tuve ganas de recibirle en mi culito. De hecho, mientras miraba me animé a ensalivar un dedito para hundirlo lentamente en mi ojal, y me encantó. Ahora Fernando se la follaba por el coño parados contra la pared…alternaba culo y coño sin cesar. Le estuvo dando un buen rato, mientras tanto me pajeé y hasta me corrí una par de veces viendo como mi tío se follaba a saco a mi madre. Y de pronto ahí fue que al grito de… 

– ¡Tomáaaa tu bebé puta, te acabo de llenar otra vez hermanita!, 

Un disparo guerrero del semen que se hallaba en las reservas de sus orondos cojones, se guardó por completo en el útero de mamá…una dos y hasta cinco puntadas convulsionando dejaron secos los huevos de nuestro semental. Ambos se dejaron caer en la cama, rendidos y demacrados, sobre todo el macho que ya venía agotado del duro día de trabajo… 





Otros días se repitió algo parecido conmigo y Naira e incluso con las tres putas recibiendo rabo de nuestro MACHO y SEMENTAL. De aquel memorable fin de semana, hoy estamos las tres preñadas de entre 20 y 30 semanas, y no podemos pasar ni un solo día sin pajearnos juntas o cada una por su lado generalmente en el cuarto de mamá. Esta vez no sé qué le vamos a decir a la familia y conocidos…. Supongo que lo mejor será inventarnos un viaje en un crucero por el mediterráneo o algo así…pero las tres a la vez preñadas es mucho cante con mi tío en casa como único semental. Y claro está, que cuando mami no está en la casa, la gran polla de Fernando es nuestra mamadera preferida. Naira se sigue haciéndose agua el coño cuando me ve de gresca con él, y mamá muere de ganas de quedarse a solas en su dormitorio para cabalgarlo hasta dejarlo reventado al pobre. Desde unas semanas a día de hoy tengo cosquillitas en el culo, y no sé cuanto aguantaré más sin que me desvirgue ¡¡Quiero que me dé por culo ese hijo de puta!! Dentro de poco estaré tan panzona que no podrá metérmela por el coño… ¡Solo es cuestión de tiempo!



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