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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

¡Uno rápido Mamá! El Fetiche





29 de Noviembre de 2019. 17: 10 horas. Una excitante visita al probador fue lo que creó mi fetiche….
Después de ver tiendas el otro día, hemos salido mi hermana y yo a comprar un par de cosas que vimos. Hemos dado un par de vueltas, merendado algo… hacía años que no disfrutábamos de una tarde de Shopping juntas, pero no me acordaba de cómo es si no le haces caso. Se ha disculpado y vuelto a casa después de un rato y me ha dejado sola. Le he dicho que haga lo que quiera y me he quedado a ver tiendas. ¡Amargarme la tarde a mí!
Ya que estoy sola y sin transporte, aprovecho para buscar algo que te pueda gustar y me quede bien para mandarle fotos a mi hermana desde el probador y hacer un poco el idiota. Doy vueltas en la misma tienda de la que se ha ido mi hermana mirando camisetas, vestidos, chaquetas. Encuentro una falda azul bonita, corta y con vuelo como las que te gustan. Cojo también un vestido de tirantes estampado, una blusa oscura y un par de camisetas de colores que me han gustado y busco el probador.
No hay mucha gente, busco el del fondo y una vez dentro lucho con la estúpida cortinita y me pruebo la primera camiseta. Oigo a la chica del probador de al lado quejándose de algo, una señora en el del otro lado. Saco una foto rápida y la guardo para mandártelas todas juntas por sorpresa. Me quito la camiseta y me fijo que la cortina no está bien cerrada y se ve a un chico de casi la edad de mi hijo sentado fuera. Es alto, delgadito, moreno y con barba de dos días. Tiene un montón de bolsas a los pies y parece aburrido, así que supongo que es el novio de la chica del probador. Pego otro tirón de la cortina, pero no se cierra, las anillas están muy altas. Encojo los hombros y lo dejo estar, no se ve nada de todas formas.
Me pruebo la otra camiseta, que es más ceñida con un poco de escote y me gusta más. Vuelvo a sacar otra foto y te mando las dos con un par de mensajes. Sin embargo, al dejar el móvil para coger la falda, veo que el chico ha visto el flash y está mirando curioso. Me sonrojo un poco y me digo que ya dejará de mirar al ver que está ocupado, pero no cierro. Me quito la camiseta y me quedo un momento delante del espejo. Llevo el sujetador negro, que me hace unas tetas preciosas, y los shorts, y aunque sé que si me muevo vería al chico reflejado, no me atrevo. Me sentiría un poco idiota si no me estuviera haciendo caso y me estuviese haciendo ilusiones.
Me quito los vaqueros y me quedo en ropa interior, con el tanga rojo, que me he llevé pensando en no decírtelo y enseñártelo con las fotos. Saco tetamen y me muevo un poco, simulando que me estoy mirando, y veo al chico mirando con menos disimulo. Me pongo roja y saco otra foto para disimular, pero no, esta no te la mando. Recojo la ropa del suelo, agachándome bien y levantando el culo, y me pruebo la blusa. Me dejo un par de botones desabrochados hasta que casi se me ve el sujetador, para que se me vea bien el escote. Me pruebo también la falda… me gusta mucho como me queda, mucho más que las anteriores. Pienso en comprármela después, pero necesito una opinión masculina…si al chico de fuera también le gustará como me queda me vendría muy bien, aunque yo creo que prefiere que me quite ropa. Doy una vuelta sobre mí misma y te mando una nueva foto.
Antes de desvestirme, miro al chico directamente a través del reflejo y le guiño un ojo. Él se sofoca aparta la mirada, pero vuelve a levantarla en seguida. Aprovecho para volver a quedarme en tanga y probarme el último vestido, pero esta vez lo hago despacio, de espaldas al espejo y de cara a él. Él se reclina un poco en el asiento y me mira desnudarme y cambiarme. Juego a levantarme la falda del vestido, bajar un tirante, colocármelo de nuevo, mirar y sonreír.
De repente la chica del otro probador sale quejándose de nuevo y el chico da un bote en la silla. Pelo largo, con ondas rubias, muy guapa. No es muy alta ni tiene mucho pecho, pero sí un cuerpo bonito y un buen culo. Viste bastante pijilla, con un mono largo oscuro, y enfadada deja una montaña de ropa en manos de su novio pidiéndole que le busque otra talla distinta. Por supuesto, ni siquiera mira en la dirección de mi probador. Se sienta en la silla mientras que él sale de los probadores dispuesto a cumplir.
Corriendo me quito el vestido y me pongo mis shorts vaqueros y mi camiseta. Recojo toda la ropa que he cogido y la dejo a la entrada de los probadores. Corro a la sección de ropa interior y cojo un sujetador negro con cintas y otro rojo de encaje. Encuentro los tangas a juego y justo antes de darme la vuelta veo un corsé precioso negro, con un pequeño lazo. Tiene ligueros, pero yo no tengo tiempo de buscar y probarme también unas medias, así que lo cojo todo y vuelvo corriendo al probador.
Al llegar veo que hay más cola, tres personas siendo el chico el último de la fila. Lleva toda la ropa que su novia le ha pedido. Me pongo detrás de él, muy cerca, y sin que nadie me vea le meto la mano en los bolsillos de los vaqueros. Él pega un salto y se da la vuelta, pero cuando me ve detrás de él sonriendo, vuelve a darse la vuelta y sigo tocándole el culo. Tiene un culito duro y genial y me entran ganas de morder. Entra el siguiente de la cola en el probador. Me pego aún más y deslizo la mano por su cintura. Juego con el cierre de los vaqueros notando cómo se empieza a excitar, y me río al pensar qué dirá su novia al verlo así. Él tiene las manos ocupadas, pero no parece querer que quite la mano, así que le agarro del paquete directamente y aprieto ligeramente. Pasa al probador la mujer enfrente e él y quito la mano para que nadie me vea. Él se sonroja y baja los brazos con la ropa para disimular el bulto. Vuelve a quedar un probador libre y pasamos a la vez, él a darle la ropa a la chica y yo al probador del fondo. Veo que sonríe de refilón al ver lo que llevo en brazos.
Dejo la cortina entreabierta, aposta esta vez. Veo que le ha dado toda la ropa a su novia y oigo como vuelve a encerrarse tras su cortina. Ni siquiera se ha fijado en el bulto que trae bajo los pantalones, pobre chico. Yo sí me interesaría más por él y su bulto. Se ha vuelto a sentar en el taburete, orientado hacia mí esta vez, con las piernas abiertas y los codos descansando en las rodillas. Me vuelvo a quedar en ropa interior y le enseño los dos sujetadores, esperando que elija. Señala el negro y dejo el otro colgado. Empiezo a acariciar muy lentamente el borde de mi sujetador, tirando hacia abajo, bajo los tirantes, sin decidirme a quitármelo.
Me pone nerviosa la idea de que venga alguien, o salga su novia, y la cortina esté abierta. Por fin alargo las manos hasta el cierre y lo dejo caer. Me quedo con las tetas al aire y veo como el chico se retuerce un poco mordiéndose el labio. Me sofoco y doy un par de vueltas mirándome al espejo. Pongo un dedo en el borde del tanga y tiro un poco, sin quitármelo y mirando al chico. El bulto ha crecido más… ¡Joderrr!, quiero quitarle los pantalones y meterlo en el probador. Quiero tocarle la polla y hacerle una paja para ver cómo está de dura… Tiro del borde del tanga y muevo la mano hasta mi coño. Empiezo a tocarme la pepita mientras miro al chico. Dios, si lo hiciera él… Con la otra mano aparto un poco la tela y me meto un dedo dejándole que vea bien. Está muy cachondo, tiene los labios apretados y las manos en un puño. Saco el dedo y tiro del tanga, quedándome desnuda al fin. Voy depilada y él sigue mirando. Me doy la vuelta y cojo el conjunto que ha elegido, me lo pongo rápido y me lo pruebo apretándome las tetas entre las manos, moviendo la tira del tanga o acariciando los pezones, que se transparentan.
Estoy muy, muy mojada casi derritiéndose mi coño… llevo ocho meses sin follar y me encuentro muy, muy salida, quiero que lo sepa, así que vuelvo a meterme un dedo despacito y lo chupo enfrente de él. Comienzo a desnudarme de nuevo para probarme el sostén cuando oigo a la chica de al lado coger el teléfono. No se entiende bien porque habla anormalmente rápido, pero suelta un par de chillidos ilusionada y al momento sale del probador quitándose una chaqueta. Le deja a su novio otro montón de ropa, más pequeño esta vez, y le pide que lo pague y guarde las bolsas. Hay una amiga suya por la zona y quiere ir a saludar. Sale del probador a toda prisa sin esperar respuesta.
Yo me he quedado un poco bloqueada por si me ha visto, pero el chico deja todo en el suelo y se lanza al probador conmigo. Cierra la cortina, esta vez del todo, y me quita el sujetador que yo había empezado a desabrocharme. Tira del tanga, que se baja a mis rodillas quedando en equilibrio a modo de esposas de mis piernas. Me empuja el contra el cristal. Con una mano trata de abarcar mi culo y con la otra me sujeta la cabeza mientras me mete la lengua. Yo le desabrocho los vaqueros y por fin le agarro la polla. La tiene muy dura y es gorda, como me gustan… mis dedos no logran circundarla, y los huevos son fastuosos. Los tiene bien repletos de leche, se notan pesados ¡Me va a llenar a base de bien!
Empiezo a masturbarlo de arriba abajo y apoya la cabeza en mi hombro mientras respira rápidamente. Tengo el coño completamente hinchado y mojado, así que le muevo la mano de mi culo y empieza a masturbarme él. Echo la cabeza atrás y me muerdo los labios para no gemir muy alto. Él baja la cabeza y se me mete mis pezones en la boca, lamiéndome y chupándome las tetas. Nos quedamos así hasta que noto su polla mojada. Me suelto y le bajo los pantalones hasta los tobillos. Sin dejar de masturbarle, me pongo de rodillas y me meto la polla en la boca. Me la clavo mientras le miro a la cara e intento que me quepa entera, alargando la lengua, abriendo la boca, pero es imposible, es demasiado larga…es demasiado recia ¡Menudo trabuco se gasta! Apretando los labios, dejo que me folle la boca mientras me sujeta del pelo y echa la cabeza atrás.
Me pone muchísimo verlo así y me vuelvo a meter el dedo en el coño y a follarme sola. Cuando se me han saltado las lágrimas y me atraganto con la polla, la recorro de arriba abajo con la lengua. Chupo la punta y empiezo a lamerle los huevos sin dejar de tocarme… el sabor de las pollas me vuelve loca, el de los huevos me mata. Tengo el clítoris duro y muy hinchado lo froto con mucha fruición, me noto más salida de lo normal.
Sin dejarme parar se pajea él también sin parar y sujetándome. Cuando noto que le queda poco para correrse me pongo de pie acariciándole los huevos y le digo al oído que quiero que me folle. Me doy la vuelta y me apoyo contra el espejo mientras que él se inclina sobre mí y me agarra las tetas con una mano. Se salen, no caben, lo veo en el espejo, me puede ver por delante y por detrás eso le excita aún más. Deja de masturbarse y con esa mano me enfila la polla en mi boca vaginal.
Estoy chorreando, el chico empuja y la dureza de su rígida verga en mi chochete excesivamente lubricado permite que la tranca se deslice sola. De un solo envión noto sus huevos golpear mi coño…siento su glande alojado en mi estómago, y aunque me aprieta y duele, me da más placer aún sentirme empalada. Apoyándose en el espejo y sin soltarme las tetas me folla metiéndomela hasta el fondo. No puedo evitar soltar algún gemido, aunque no quiero que me oigan…, el chico me folla con decisión deslizando el robusto rabo desde la cabeza a sus pelotas a un ritmo endemoniado.
Cada vez me embiste más fuerte, me muerdo más el labio, me botan más las tetas, él me aprieta más fuerte hasta que… hasta que… ese semental no aguanta más… se corre, me sujeta de la cintura mientras me llena el coño dándome un baño de leche como pocas veces, joder, sigue retorciéndose. Convulsa por cada chorro de lefa. Le miro a través del espejo cruzándonos las miradas percibo cada aldabonazo de esperma en mi interior, en su gesto de satisfacción al inseminarme. Me da dos clavadas más a fondo y la saca… deja un reguero de fluido blanquecino por mi raja. Vuelve a subirse los pantalones, me guiña un ojo y se va.
Quedo con el ritmo cardiaco a mil, con las manos y las piernas temblorosas me subo las bragas. Todo ha ocurrido en un flash. Percibo como se me llenan las bragas de semen, no me importa, mejor. Recojo todo lo que me voy a llevar y salgo del centro comercial, a lo lejos veo al chico con su novia cargos de bolsas, no debe tener muchos más años que mi Borja…me lo he montado con un yogurín en público y me ha puesto la pilas como jamás imaginé. De camino a casa sentada en el coche número cuatro del tranvía siento mi chocho lleno de esperma, con la adrenalina aún por nubes… esa experiencia en el probador me ha hecho sentirme viva de la emoción. Tengo que reponerme antes de llegar a casa, no puedo hacer pensar a mi hijo que he vuelto a las andadas con extraños.
Sin embargo era un frente tormentoso que se acercaba inexorablemente a la borrasca infranqueable de mi hijo…se daban todas las circunstancias de la TORMENTA PERFECTA.
CALOR. Sabemos que las tormentas son más propias del verano que de otras estaciones del año. Además, suelen producirse en los días más calurosos y al final del día, cuando  el suelo está más caliente tras haber recibido durante horas la radiación solar.
DIFERENCIA. Es importante que el aire esté caliente en la superficie, sino también que la diferencia de temperatura con el aire en capas altas de la atmósfera sea la mayor posible. Una típica situación de tormenta es la DANA (Depresión aislada en Niveles Altos).
HUMEDAD. El aire húmedo es menos ligero que el seco. Además, si el aire ya está cargado de humedad será más fácil que se sature y comiencen a formarse las nubes.
El calor interno, la diferencia de edad con el yogurín y la extrema humedad del coño.

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Borja ha visto prácticamente de todo en su casa desde hacía años, por allí había desfilado la ONU… entraban y salían de la habitación de su madre como Pedro por su casa desde que tuvo conciencia de ello… Moros, negros, hindúes, indios sudamericanos y hasta chinos. Jimena se tragaba cualquier polla por su chumino, con tal de quitarse el ardor de coño. Borja, no era ajeno a esos desmanes, como tampoco era un secreto el cuerpo de su madre.
Ese arrebato fornicador de su madre tuvo un final por las malas…se acabó el día que un tipo de casi dos metros, ucraniano…la folló durante todo un día violándola sin que ella pusiese remedio. Cuando volvió del instituto y se encontró el panorama, el chaval se lanzó contra ese grandullón que lo estampó de una contra la pared. Le partió una costilla y la cara a hostias a su madre. Desde aquel día Jimena tomó en serio la presencia de Borja en su vida,  comprendió que no debía volver a salir con nadie que no respetase a su hijo, pero sobre todo que no la respetase a ella… salieron del hospital el 12 de marzo de 2018 y hasta hoy su madre ha cumplido, supliendo a la caterva de folladores por un juego de dildos.
Lo que más impresionó al chico, fue ver como Jimena se embutió una vez por el coño una verga negra de más de 25 cm… ese día intuyó que tenía una madre con un coño profundo y tragón, acorde a la hechuras de sus caderas anchas de buena hembra engendradora. Viendo como se follaban a su madre aprendió a romper los tabúes del incesto. "Borja un chico nada extraordinario visto desde fuera, tiene 16 años y vive en el sur de España con su madre divorciada, y en las cercanías de donde vive su padre, al que no ve desde hace años. Nunca entendió ese desprendimiento paternal…un mal día se marchó sin explicaciones".
No obstante, el hallazgo que le abrió los ojos de cuanto ocurría en su casa con su madre, sucedió cuando contaba con 12 años. Su madre trabajaba mucho y el estrés le hacía consumir a todos esos tipos con los que salía…, la excusa ideal de Jimena para su hijo. 





25 de Septiembre de 2016. 10:22 horas

Ese día no fui al instituto y mi madre me pidió acompañarla al realizar algunas compras…al salir al portal de mi casa se encontraban algunos operarios conversando sobre cómo hacer la zanja para meter la línea de fibra óptica…, cuando ven a mi madre se emboban viéndola con el vestido amarillo que dejaban notar su tanga de color negro que se notaba como se hundía en ese culo perfecto y su escote que dejaba ver sus pezones café. Desde que salimos de casa todos los hombres que se nos cruzaban babeaban por ella notaba que le observaban el culo y lo movía mas a propósito...

Cuando volvimos de las compra ya solo quedaban dos operarios sudados  que se les notaba como se la comían con la mirada. Al entrar a casa voy a mi cuarto a jugar a la Play mientras mi madre se dispone a cocinar...tras 15 minutos escucho que alguien llama a casa me asomo a ver por la ventana de la sala y era uno de los operarios… un negro alto de unos 1.85 metros de estatura un robusto y fibroso con pinta de fortachón...

– ¡¿Buenas señora podría pasar a su baño?! Pregunta el hombre

– Sí pasa, le contesta mi madre muy amable. – Disculpa si está un poco sucio

– No se preocupe señora solo voy a pasar un momento…llevo toda la mañana sin mear.

Como el baño esta cerca de la cocina mi madre le acompaña delante del tipo.

– Sígueme, el baño esta por aquí

Yo veía como el sujeto se comía el culo de mi madre con la mirada... me oculto entre las cortinas mi madre se pone a sacar las compras que habíamos hecho. El sujeto sale del baño y elogia a mi madre diciéndole “¡¡Qué señora más guapa…!! Como tratando de tener tema de conversación con ella. Mi madre solo sonríe natural como es ella de sensual.

– Su marido será muy feliz de tener una mujer tan hermosa en casa.

– No tengo marido, solo vivimos mi hijo y yo…

Contesta mi madre de espalda al sujeto que esta eclipsado por sus nalgas y su tanga diminuto que resaltaba. El hombre sonriendo, cree tener el campo abonado…

– ¡¿Le ayudo señora a instalar sus cosas?!

– Pues si no es mucha molestia, por favor, es que aquí está muy alto y no alcanzo.

Mi madre comienza a estar un poco acalorada con la presencia de ese morenazo. El sujeto se le acerca por detrás apoyándole el bulto en sus preciosas nalgas…yo estaba a punto de salir a interrumpir pero quería ver que sucedía.

El operario de la compañía “TeleCABLE” ya estaba empalado detrás de mi madre. Ella siente su bulto girándose la cabeza para mirarlo y tratar salir de esa situación cómoda e incómoda por si yo salía a sorprenderlos en una postura sospechosa. Se le acerca al oído.

– ¡Qué hermosa mujer eres tú!  Como quiero comer tu coñito.

Apretándola la nalga con su verga y bajado sus manos por su escote, mi madre nerviosa y jadeando… la muy puta solo hacía dos días que folló a un tipo con pintas de motero.

– No por favor, no… mi hijo está en la casa y podría venir a la cocina en cualquier momento.

Al parecer no la escucho bien, metió una mano entre las piernas de mi madre, ella gimió un poco y tratando de resistirse sin mucha fuerza. El negro baja lentamente besándole la espalda a mi madre ya entregada a la situación, hasta llegar a sus enormes nalgas levantándole el vestido y quedar con su diminuto tanga frente a frente.

Yo estaba en shock a mi madre se la iban a follar frente a mí y yo no podía impedirlo… no era el primero y tampoco sería el último. A mi madre le encantaba lo que estaba pasando.

El sujeto hace a un lado el tanga ajustado de mi madre y se come la vulva bien depiladita, la puta despacio y jadea moviéndose hacia adelante y hacia atrás, sujetándose fuerte de la mesa de la cocina y mirando de vez en cuando hacia el pasillo de mi cuarto.

– ¿Te gusta puta? Apuesto mi sueldo de hoy a que nadie te come el coño así como yo.

Mi madre muda de placer no le contesto nada, los labios gruesos del negro hacían las delicias de mi madre en su coño, su clítoris y la lengua la follaba sin cesar. Así estuvieron por lo menos unos cinco minutos lujuriosos... El negro pareciera que se estaba comiendo una rodaja de sandía, el sonido de sus chupetones se oían a mis distancia. Le estaba dando una comida de coño en toda regla, ella gemía perdidamente entregada a ese negrazo.

El operario, se levanta y arrodilla a mi madre al tiempo que saca su enorme polla negra y peluda de unos 25 cm o más, se la pone encima de la cara y con los huevos orondos en la barbilla, el glande le llega a la frente. La restriega por su cara hasta que se la mete en la boquita de mi madre chupándola como pocas. El sujeto casi se vuelve loco de placer

– ¡Hija de puta como te la mamas de bien! ¡Sabía que eras bien zorra! Exclamó el moreno.

– La más ZORRA del barrio… ¡Qué bien huele tu polla cabrón! ¡Sssffff!  ¡Ummm!

Mientras mi madre no lo hacía nada mal, creo que lo hacía excelentemente bien chupándola hasta la mitad y escupiendo sobre su glande como toda una experta, una verga sudorosa y recién meada…debía tener un olor intenso. El negro casi se corre  en la boca de mi madre.

– Si no paras me corro en tu boquita de puta.

Intenta besar a mi madre, ella le esquiva su beso… – Sin besos por favor.

– Como gustes putita le responde el operario.

Yo ya no aguantaba más polla estaba a punto de reventar, cuando veo que el sujeto la pone a cuatro patas levantándole el vestido y poniendo a un lado su tanga...se acerca poco a poco su polla negra larga y gruesa a su coño tratando de abrirse espacio entre su clítoris y el perineo.

– ¡Joder, qué apretadita estás…! Se ve que hace bastante tiempo no te están dando una buena polla ¿No putita?

– ¡Ni te imaginas el tiempo hace que no me alimentan el conejo con un nabo tan gordo…!

Se la mete despacio gimiendo, – ¡¡Aaahh que rico conejito!!

Mi madre se mueve despacio y gimiendo sin temor a que yo escuche o vea algo...empieza la acción. El sujeto se mueve más rápido pellizcando los pezones de mi madre sobre el vestido. Esos manoseos con todo el cipote embutido en su coño a pelo, la ponía a mil embistiéndola cada vez más fuerte. El cabrón iba ganando velocidad ¡Qué follada se estaba pegando el operario con la señora mas buena de todo el sur de España…!

As estuvieron follando como perros como unos diez minutos…después el sujeto se sentó en una silla piso, e invito a mi madre a cabalgar sobre su polla que con gusto aceptó.

Recogiéndose el cabello largo y negro lucía más bella y, levantando su vestido por encima de su cadera dejaba ver el espectáculo…su tanga se incrustaba de nuevo en su perfecto culo, definitivamente se lo quitó. Asió el gran pilote negro de cabeza descapullada y tras dos meneos al prepucio se la enfiló entre sus labios vaginales.

La metía despacio, el negro gozaba de placer mordiendo los pezones de mi madre, a la par que le incrustaba el badajo en el conejo tragón de mamá. Ella empezó a realizar una cabalga excepcional mientras el sujeto acariciaba sus nalgas abriéndola… era de lo mejor forma de observar con la puta subiendo y bajando con lascivia poniendo el culo respingón, y su espalda se arqueaba refregando el gordo vástago dentro de su paredes vaginales que apretaba y soltaba succionando el rígido tallo negro.

El sujeto no aguantó, la amarró de las caderas y le fue propinando fuertes y profundos pollazos levantando el culo del asiento, hasta que se empezó a corres dentro de su vagina.  No le hizo ninguna repulsa, la lechada se la fue tragando chorro a chorro oyendo los graznidos del tipo con suerte que ese día se folló a mi madre inseminándola a conciencia. Comprobé que no solo se podía embutir en su coño una cipote del tamaño de mi brazo, sino que su cubículo uterino era de gran volumen…lo que soltó aquel negrazo de sus enormes pelotas, debió de ser voluminoso y mamá se tragó hasta la última gota. Luego el tipo se vistió dejando a mi madre con el regusto en su coño del polvazo.  

– Cómete todos los garbanzos que tienen mucho calcio. Las verduras son estupendas porque tienen vitaminas y calcio más saludable que el de cualquier tipo de leche.

Mi madre era mi madre, menos cuando se le ponía una polla por delante… Estuve a punto de saltar diciéndole… "¡Por eso te encanta comer grandes nabos por el coño!" Ella no sabía lo que aquello generaría en un adolescente como yo. Lo que aparentemente solo parecía un pequeño aleteo de mariposa, se convertiría en la tormenta tropical de mi fuero interno.

TRAS LA TORMENTA

8 de enero de 2020. 16:44 horas

Comienzan las rebajas de invierno. Jimena y Borja aburridos en casa viendo la televisión… El anuncio de las rebaja del Corte Inglés le enciende la luz de su necesidad consumidora. Jimena decidida fue a vestirse para salir a la calle, le dio un pronto compulsivo tan femenino… precisaba comprar algo para llenar su lánguida vida…, se plantó ante su hijo.

– ¿Cariño te vienes? Necesito a un hombre a mi lado.

– Sí mamá, espérame que ahora voy contigo… No creo que un No fuese una respuesta.

Jimena se había puesto un pantalón vaquero largo y una camiseta roja que le cubría hasta el cuello ya que hacía bastante frío aquel día. Ambos bajaron hasta el garaje para coger el coche e ir al centro de la ciudad. Una vez allí se adentraron por el tumulto de tiendas y Jimena como mujer que es ya empezaba a no saber hacia que tienda mirar, había demasiadas.

– ¡Vamos a esta que mira que vestidos y faldas  más bonitas tiene!

Se adentraron en la tienda y Jimena empezó a coger ropa a diestro y siniestro, cogió un pantalón, un vestido estampado, una minifalda rosa y un par de camisetas… Se metió al probador y mientras, Borja se quedó esperando tras el otro lado de la fina cortina del probador.

El chico se dio cuenta que el probador de al lado había entrado una mujer con bastante ropa y no pudo resistirse a mirar por la pequeña rendija que quedaba entre probador y probador y… allí estaba aquella mujer completamente desnuda probándose un fino tanga de hilo. El adolescente empezó a calentarse, no podía dejar de mirarla y entonces fue cuando Jimena lo llamó.

– Borja, Borja entra haber que tal me queda.

Al entrar y ver a su madre con una minivestido azul que poco dejaba a la imaginación, se lo bajó a la cintura enseñando sus tetas al chico y, se probó solo una camisa blanca con los primeros botones desabrochados dejando a lucir el escote de sus grandes tetas, el muchacho no lo dudo un momento y se lanzó sus manos hacia sus pechos. Siguió desabrochando la camisa con su madre casi en shock… dejó hacer al chico, que empezó a comerle los pezones sin pausa.

Dos años sin que nadie la tocase, Jimena comenzó a excitarse, no podía aguantar y se le escapo un pequeño gemido. En tanto el chaval hacía las delicias de su madre en sus tetas, esta desabrochó el pantalón de su hijo para sacar su polla. La agarró y manoseo, recorría su mano todo el tronco. No dilató más la situación…, se arrodillo ante él, estrujó el pantalón con los calzoncillos liberando la polla y, tras una mirada directa hacia sus ojos comenzó a lamer la punta de su polla lentamente. Borja se retorcía de gusto, teniendo a su madre mamando.

“Joder con el crío… tiene una verga preciosa”, pensaba Jimena tras ver los 18 cm del recio falo de su primogénito. Con esto en mente decidió empezar a rozar con sus carnosos labios todo su glande, para que siguiera excitándose. En los gestos de Borja veía ella que su hijo  le azuzaba… “Venga Jimena sigue chupando…”

Jimena empezó a meterse su polla poco a poco dentro de su boca hasta que llego al galillo, ella quería más y siguió empujando con su boca hasta pasar a la campanilla. Le dio una pequeña arcada pero ella siguió chupando, estaba sedienta de polla, poco importaba que fuese la de su propio hijo adolescente… siguió chupando y chupando más rápido. Una mano el tronco retorciéndola en rosca, la boca en el glande succionándolo y la otra mano en sus frondosos huevos manoseándolos, con la madre desbocaba, al chico se le iba la vida.

Le subió el nivel de leche, pensó en que si le decía que se iba a correr lo dejaría de chupar cortándole el rollo, la dejó que acabara, puso una mano en la cabeza de su madre acompañando las idas y venidas… y de pronto se la sujetó con ambas manos corriéndose como un cabrón en el fondo de su boca. Cuando acabó de eyacular, su glande salió impregnado de semen y saliva.., la boca de su madre estaba repleta de esperma blanquecino…Jimena miró a su hijo, le enseño la ingente cantidad de engrudo extraído de sus gónadas y se lo zampó de una. Liberada la lengua de lefa…

 Joder Borja… ¡¿Por qué no me avisaste…?! Menuda tragada de leche me has dado... Bueno no importa, ya has visto como me lo trago sin problemas… ¡A tu mamá le encanta la leche de polla! Deja un regusto muy agradable en el paladar durante un buen rato. 

12 de enero de 2020. 11:32 horas

Estaba en casa solo, viendo porno como de costumbre, le daba buen uso a las 500 Gb de velocidad de la fibra que nos acaban de instalar, cuando mi madre llegó a casa de la compra. Aunque estaba en mi habitación, mi reacción fue bajar la pantalla del portátil rápido y quedarme en silencio. 

– Hola cariño, me dijo, ya estoy en casa. ¿Podrías ayudarme a sacar las cosas de la compra?

No sabía que decirle. Me había excitado con el video y ahora estaba empalmado. Últimamente las hormonas me juegan malas pasadas y no me dejan pensar mucho. Como no contestaba, volvió a insistir.

– Anda porfa, ayúdame que vengo muy cansada. Con el trabajo y la compra vengo frita.

Eché el portátil a un lado y me levanté de la cama. Fui a la cocina y allí estaba mi madre abriendo el carro de la compra. La ayudé a meter la compra en los armarios, mientras su culo subía y bajaba sacando las cosas del carro y me las daba. 

Hasta no hace mucho nunca me había fijando tanto en su culo. Es grande, pero no demasiado y bien proporcionado de caderas anchas con un poco de celulitis, pero era muy apetecible. Dicen los entendidos que son las mejores hembras… pueden con grandes vergas, largas y recias, además de la facilidad de parir por la anchura de su vía del parto.

Pese a ser mi madre, era una mujer y yo un hombre… me sentía atraído por ella y su movimiento, en realidad por toda como hembra. Es la mujer con la que más tiempo paso y a la que más observo, si a eso le añadimos que nos mostrarnos en ropa íntima sin recato cada día, ya se imaginan como podía estar.

Mi madre no paraba de hablar y contarme cosas. No se fijó en lo hinchado de mi pantalón a la altura de mi entrepierna. No paraba de largar…a quien se había encontrado en la compra y demás. Me estaba mareando un poco con su cháchara. Ahora nos tocaba guardar las cosas de la nevera. Ella se echó un poco para atrás y ahora su culo rozaba mi polla erecta por el video porno, lo debió de notar sustancialmente, no dijo ni una palabra. 

No paraba de hablar y de rozarme con su culo cada vez que tenía ocasión. La notaba ponerse perra calentándome. Sin saber cómo, agarré su boca con mi mano, obligándola a callarse. Mi madre quedó paralizada sin saber muy bien cómo reaccionar… se dejó hacer como en otra ocasiones.

Es una excelente profesional y mejor ama de casa, pero hablando de sexo es una puta a la que le encanta que la dominen… se porta sumisa sabiendo cuando tiene que dejar al macho actuar... y lo mejor, su fetiche son las compras. Estar rodeados de bienes de consumo recién adquiridos o una tienda, la pone loquita haciéndosele el coño agua ¡Lo sé y lo aprovecho!

La incliné sobre la nevera, bajé su pantalón y sus bragas con mi otra mano, fue fácil hacerme con las mallas que suele llevar, le encanta ponérselas porque le hacen un culo escandalosamente sexy y provocador. Solté la cinta del pantalón pirata, este cayó a plomo a los tobillos. Mi rabo erecto se liberó por completo, no llevaba calzoncillos y, sin darle tiempo a reaccionar, se la metí de un tirón. Sin goma ni nada. Ahora follamos mucho más a pelo.

Como dejó de hablar, le quité la mano de la boca y ella se agarró al borde de la encimera de la cocina, cerró la puerta de la nevera e inclinó más su espalda hasta dejarme ver con claridad su ojal y la raja hermosa decorada de fino vello. Entre ambos cachetes se urdía mi flamante falo presto a iniciar una nueva batalla en el interior de la vagina materna.

Por sí sola, mi polla con su rigidez de costumbre, encontró la raja de mi madre y la entrada a su coño…empujé y entró hasta los huevos de un solo envión. Comencé a follármela, Hacía meses que ya no me planteaba siquiera que me estaba tirando a mi madre como si de mi PUTA particular se tratase. Ella ya no hacía ningún gesto de protesta…, acompañaba con impulsos hacia mí. Sus labios se ajustaban a mi falo lamiéndolos con prestancia.

Su culo grande se movía al ritmo de mis embestidas. Era maravilloso verlo botar contra mi pelvis en cada empujón. El sonido de chasquidos por los reventones que nos dábamos al hundirla entera en su útero… Mi madre gemía como loca y yo la empecé a acompañar en sus gemidos con gruñidos de animal en celo. Con mis calzoncillos por los tobillos y sus bragas igual, nuestra pinta era bastante peculiar. 

Mi madre es una hembra con muchos orgasmos atrasados, hasta la primera vez que me la follé, cumplía dos años en el dique seco, de ahí la oportunidad en una de esas veces que estaba de bajón y con una calentura de coño del copón. Eso no quitaba que anteriormente desfilaran por su coño un nuevo amante cada tres por dos. Aquellas historias se acabaron y entró en juego su hijo.

Al poco me puse a acariciar su clítoris mientras seguíamos follando. Mi madre se estaba volviendo loca. No era de extrañar si pocos amantes suyos llegaban a tener la verga que manejo yo… Bien medida con un metro de Ikea lograba tener erecta hasta 19 cm y un perímetro de 17’2 cm, lo que corresponde a unos 5’5 cm de diámetro. A mi madre le impresionó y creo que la animó a probarla un poco ebria, pero no tanto, en la cena de Navidad del 2019. La cual la pasamos solos como otras tantas veces.

Yo estaba al borde del orgasmo, y en un par de empujones más, y se la metí bien dentro de ella corriéndome a lo bestia. Noté como se me hinchaba, se endurecía y me empezaba a bajar la leche. Se me abrieron las compuertas de mis huevos y solté sobre su cérvix varios chorros de leche espesa, hasta que me calmé. Pero me di cuenta de que mi madre no se había corrido aún. Percibir como eyaculo en su vagina es lo más excitante que me pasa en la vida, ella se deja inseminar…nunca se queja por ello. Le encanta tanto como a mí.

Como el rabo con gastas, volví a metérsela, no podía dejarla a dos velas…la pobre necesita los orgasmos como yo, a sus 40 años aún es joven para renunciar a ellos. Un rato más de sexo duro con mi madre manoseando con fruición su espigado clítoris, hizo que se corriera como una loca agarrada al granito de la encimera…

– Síiiii, ahora sí nene ¡Eso es un polvo…cada día me follas mejor, cabrón! 

Expulsa líquido aunque no con la fuerza con la que el hombre expulsa el semen. Ese líquido lubrica muy la vagina para que no haya impedimento en la penetración. He comprobado que dependiendo del grado de excitación es la cantidad de eyaculación y, en mi madre suele ser abundante, en ocasiones parece que se ha meado, pero si nos tomamos la molestia de ver ese líquido, se ve que es incoloro, inodoro y por supuesto no es orina. Es grandioso tener una mujer que tenga esos orgasmos.

Cuando se recuperó… – Cariño un día de estos me matas a pollazos ¡¿Qué me has hecho?!

– Nada mamá. Solo colocar la compra y ponerte a ti en tu sitio. Necesitaba desestresarte.  

– Hijo, los tomates. Guárdalos.

Mientras me subía los pantalones ella ya se había colocado las bragas y los leggings… mi madre estaba ahí, con la bolsa de los tomates en la mano, dándomelos. 

Mis padres están divorciados desde hace años, casi ni me acuerdo de vivir los tres juntos. Vivo con mi madre que trabaja como una leona en una clínica como auxiliar de enfermería y se dedica a tenerme como un palmito, a cambio de esclavizarme con las compras. Intenta educarme en la disciplina y el esfuerzo para conseguir las cosas, pero no le está saliendo muy bien. Debo de cooperar más con ella, al fin y al cabo solo nos tenemos el uno al otro. Vamos avanzando día a día y si he destacar algo… Lo mejor es nuestra confianza y complicidad.
 



19 de enero 2020. 8:17 horas

Domingo… tocaba otro día de compra y esta vez no me iba a escaquear. Mi madre últimamente me tiene muy liado con sus compras… las que me ordena y a las que me arrastra con ella. Que si vamos a la pescadería, que si vamos a la carnicería y que si vamos a la frutería. Yo solo quiero estar en casa, viendo porno en mi habitación y haciéndome pajas por doquier. Joder chaval por doquier, digo. Parezco un tipo antiguo.

El caso es que el domingo se levantó temprano. Sobre las ocho o así. La oí trastear en la cocina y luego meterse en la ducha. A los diez minutos me llama.

– Hijo, me he dejado la toalla fuera. ¿Puedes traérmela?

“Joder mamá, que pesada eres”, pienso. “¿Por qué te levantas tan pronto un domingo por la mañana, eh? Como si hubiera día por delante”

– Ya voy, le digo con mala gana y las greñas por los ojos.

Cojo la toalla del cajón y se la acerco. Abro un poco la puerta, lo suficiente para entrar en contacto su mano con la mía que sujetaba la toalla…por supuesto que la veía completamente desnuda difuminada por metacrilato translúcido, pero ella me invita a entrar. Ha abierto la mampara de la ducha y el agua cae sobre su hermosura. Esta de frente a mí en pelotas sin pudor, tenemos acostumbrados la vista a nuestros cuerpos, pero no importa las veces que la vea…se me pone dura. Su chocho mojado como un palmito y los pezones de sus tetas apuntan a mí amenazantes. No lo lleva depilado, solo recortado en forma de triángulo… tiene tan poco y cotito que es una delicia contemplarlo visualizando cada pliegue con todo detalle. Joder el coño de mi madre es un delicia “Tengo que comérselo un día de estos”, pienso. Estira la mano y coge la toalla.

– Gracias hijo, me dice. – Eres muy amable por haberte levantado para traerme la toalla… estaba calada y no era plan mojar todo el suelo de agua choreando por mi cuerpo.

Yo me he puesto cachondo al verla así y mi polla se pone dura enseguida, así tan rápido como los sementales cuando van a cubrir a la yegua. Ella lo sabe, mira con parsimonia mi bulto. Mi madre ha vuelto a cerrar la mampara y a mí me ha dado un calentón tremendo. Me bajo el bóxer. Me siento sobre la tapa del váter mirando la figura desdibujada de mi madre, ella me ve de igual forma. Solo se me ocurre cascármela en el baño viendo sus voluptuosas curvas. Noto su mirada tras la mampara, cruzarse con la mía.

A los dos minutos me corro en el váter. Tiro de la cadena mientras ella sigue duchándose. Imagino que piensa que estaba meando, aunque sé que sabe que no. Me he limpiado bien con un chorro de agua del grifo, luego me pongo papel higiénico en el glande. Es algo que me enseño mi padre para que no manchara los calzoncillos, ya que siempre salen unas gotas de semen, después de correrte, aunque te limpies bien. Más tarde desayuno con mi madre me comenta que quiere que la acompañe al súper. Embobado le digo que no hay problema… ya son la 9:45 y están a punto de abrir el súper.

– Es domingo, es temprano y acaban de abrir, por lo que no encontraremos casi gente, me dice. – la gente no es madrugadora y todo lo escogeremos bien fresco.

La miro serio, no me apetece mucho el plan, prefería quedarme en casa y follarla…, pero no.

– Anda, acompáñame. Luego te dejo todo el día libre para ti.

Me enseña una lista tremenda que tiene. Pienso un poco y si luego me deja todo el día libre, como ha dicho, aceptaré. Cogemos el coche y nos vamos al súper. Aparcamos cerca de la entrada y cogemos un carro. Subimos en el ascensor y entramos en el súper. Recorremos varias zonas y vamos metiendo todo en el carro. Pero ahora ha vuelto a empezar con su cháchara.

Se agacha a coger unos espárragos de la estantería de abajo e inclina su culo al máximo. Podía haberse agachado en cuclillas, pero no, quería ponerme cachondo otra vez. El vigilante pasa junto a nosotros. Nos mira, pero sigue con su ronda. Cuando desaparece, me acerco a ella y froto mi paquete contra su culo.

– Aquí no hijo, que pueden vernos.

Subo y bajo frotando mi polla contra ella. Ella sigue agachada y no protesta. Nos vamos a la zona de congelados, pero yo estoy más caliente que esta mañana en la ducha. Mientras coge unas verduras, le agarro una teta con la mano izquierda. No hay nadie todavía a esas horas, solo el vigilante gordo, pero está lejos de nosotros.

Antes de irnos de allí, le meto mano por el pantalón tipo leggings que se pone siempre que vamos de compras…deslizo su braguita un poco y le acaricio el clítoris.

– Hijo, aquí no, te he dicho. Cuando lleguemos a casa.

No puedo más. Estoy a cien. Vuelvo a sobarle la teta, esta vez las dos, y sigo frotándome contra su culo. En ese momento suena la megafonía.

– Por favor seguridad. Acuda a caja 3.

Vuelve a sonar.

– Por favor seguridad. Acuda a caja 3.

La caja 3 está en la otra punta. Saco a mi madre de los congelados y la llevo a un mostrador que hay en un rincón, mientras el vigilante se aleja y nos deja solos en el súper. La inclino un poco hacia delante en el mostrador y le bajo el pantalón hasta las rodillas, bajo sus bragas y como aquella vez en la cocina, se le meto de un tirón.

– Ugh, gime pero le entra fácil.

Comienzo con el bombeo, mientras miro hacia las cajas. Espero que el vigilante no nos vea. Tampoco me preocupa que haya cámaras y que puedan vernos.

– Ah, ah, gime mi madre. – Hijo aún quedan muchas cosas que comprar,me dice ella en pleno polvo.

Acelero más y más por si vuelve el vigilante y nos pilla. Al poco veo que se acerca por el rabillo del ojo. Doy unos empujones rápidos, la clavo bien dentro y me corro en el fondo…unos para de segundos más y me salgo de mi madre. Creo que algo de semen ha caído al suelo, he llenado a mi madre y unos goterones salpican el mostrador, sin embargo no es mucho para lo que suelo eyacular, me corro con mucho semen y en esta ocasión no ha sido así, pese a que ha sido uno chorretones bastantes largos y gruesos. Las prisas me han llevado a no concentrarme al 100%.

Le subo las bragas corriendo, y ella se sube el pantalón. Yo hago lo mismo y justo en ese momento el vigilante llega a nuestra altura tras pasar por los estantes de atrás, pero eso no ha visto nada. Terminamos de comprar las cosas que nos faltaban, veinte minutos de aquí para allá, pagamos y salimos de allí.

Mi madre me dice que la espere cuando pasamos por los aseos del aparcamiento subterráneo, tiene que entrar en el baño a limpiarse el chocho, ya que me he corrido lo suficiente dentro de ella. Como sospeché, se tiene que poner una compresa para que no aparezca más de lo que está notando, me enseña y ya tiene una buena extensión húmeda en la entrepierna. No creo que sea de mi semen, sino de su calentura vaginal.

La señora de la limpieza esta con el baño de hombres. Yo espero fuera y cuando se va, voy a entrar, pero mi madre me llama desde dentro del baño de mujeres. Cambio de dirección y entro…no hay nadie. He dejado la compra fuera, en el carro aparcado… no se ve a nadie pero no me fio.

– Anda, se bueno, me dice… –  Y acábame bien lo que empezaste.

Me sienta en la taza y se sube encima de mí… hecha el pestillo.

– Podrían robarnos la compra, le digo.

– No pasa nada, olvídate de la compra, esto es una urgencia de tu madre.

Se baja los pantalones y las bragas… se la clava con pasión. Se pone de espalda a mí y con la piernas juntas y las mías separadas dejo mi estaca erguida para que se empale con ella. Mi polla esta tiesa de nuevo. No necesita muchos motivos para empalmarse y ponerse dura como el pedernal…mis 16 años son el culpable que sea como Telepizza, llamas y en nada lo tienes caliente y servido en casa.

Después de haber eyaculado, duro más, por lo que lo hacemos de forma lenta y pausada, saboreando cada subida y bajada suya. Agarro su culo con ambas manos ayudándola.

– Mi niño, que bien me follas.Me dice. – Tu padre nunca me lo hizo así.

No sé porque tiene que nombrar a mi padre en esos momentos. No le doy más importancia, sé que lo dice para excitarme. Ambos sabemos que por su coño ha pasado una tropa.

– Gracias mamá. Es un placer follarte.

– Claro que sí mi niño… es mucho placer el que me das.

Veo como mi cipote se mete en su coño, es una delicia ver y sentir deslizándose mi polla en el coño de mamá. Los jugos ayudan a que sea una penetración profunda. Noto sus pliegues vaginales acariciar mi glande… muevo mi cadera insertando más fuerte la verga en su intimidad. Le tengo ganas. Me llena de morbo follarme a mi madre…es guapa, es sexy, es muy puta y no tiene pudor en mostrase como una perra salida con su hijo.

– ¡Ah, ah, ah! ¡Me corro, mi niño! No pares por Dios Santo. ¡Ahora no!

Continuó un poco más. Siento como su coño se contrae, su cuerpo convulsiona espasmódicamente y por su coño destila un río de fluido transparente y viscoso…

– ¡Mamá! podrían oírnos, la regaño, pero así es como se corre ella, tengo que asumirlo.

– No, no, nadie nos oye. Sigue, sigue follándome ¡No pares mi amorrrr!

Ella sigue subiendo y bajando, yo sigo saboreando sus fluidos con mi polla. Sintiéndola como nunca y muerto de gusto. Ella se corre así solo en lugares públicos como este.

Dos minutos más y me corro yo. Me agarro a las caderas de mi madre y eyaculo de nuevo en las profundidades de su vagina, con menos cantidad por la corrida anterior, pero mayor intensidad y todo dentro de ella. Últimamente mi lefa no sale de su cuerpo…coño o estómago, son sus destinos predilectos. Ella es quien se preocupa de NO PREÑARSE.

Creo que mi madre suple con creces sus alborozos orgásmicos conmigo, espero que no eche de menos a tantos y tantos cabrones que gozaban de su debilidad. Yo le doy sexo seguro cumpliendo con su mayor fetiche.

Se sale de mí y me limpia la verga con su boca y ella sin limpiarse el chocho se sube las bragas dejando a buen recaudo todos mis “Borjitas” subiendo por las trompas de Falopio. Se pone las bragas y el pantalón bien encajados. Yo me visto también y ella sale primero para ver que no haya nadie. Me hace un gesto para que salga y la sigo.

El carro de la compra sigue ahí aparcado en el mismo lugar. Las empujamos y nos metemos en el ascensor. Nadie nos ha visto. Mientras bajamos le digo con descaro o confianza…

– La próxima vez follamos de frente, te quitas la blusa y me dejas chuparte las tetas.

– El próximo domingo hijo, el próximo domingo. Hoy te has portado como un campeón.





26 de  enero de 2020. 11:33 horas

Solo espero a que llegue el domingo para hacer la compra semana en el súper. Me he aficionado a acompañar a mi madre a las compra. Además de interesante para nuestra supervivencia, es súper excitante. Preparamos una lista y nos vamos a hacer la compra. 

El problema fue, que ese sábado salió de marcha con sus amigas y la mañana del domingo se levantó tarde. Yo también me había quedado dormido, por lo que nos fuimos al supermercado a última hora de la mañana, mucho más tarde de lo habitual.

Aparcamos lejos de la puerta, porque estaba casi todo el parking lleno, y tuvimos que andar un rato hasta entrar al centro comercial. Quedaban solo dos carros libres cuando llegamos. Cogimos uno y subimos.  Al entrar en el súper, estaba todo lleno de gente. Yo me quedé parado con la lista en la mano.

– Olvídate de hacerlo aquí hoy, me dijo mi madre. – ¡Ni se te ocurra meterme mano!

Me quedé callado y seguí andando, metiendo productos en el carro. Nos gustaba follar en lugares públicos, pero no delante de la gente…éramos de todo menos exhibicionistas.

Cuando terminamos de comprar y pagar, pensé en ir al lavabo y hacerlo allí, pero tampoco. Los lavabos estaban llenos de gente… padres con sus hijos. No sé si era por la hora o qué. 

– Anda, que vaya plan. Toda la semana esperando llegar a este momento y mira… 

– Tranquilo hijo, y me sonrió. Mi madre planeaba algo.

Bajamos al parking y mientras mi madre dejaba las cosas en el maletero, me tocó el paquete. Me sobó un poco por encima del pantalón. Me puse cachondo y saqué la última bolsa del carro… la ayudé a meterla en el coche y salí corriendo a dejar el carro.

Nos metimos en el coche en el asiento de atrás. La verdad es que como estaba lejos de la entrada, nadie pasaba por allí en ese momento. Estaba todo el mundo dentro del centro comercial y aquel lugar era un rincón donde había que pasar solo a recoger tu coche.

Nos tumbamos y nos comimos la boca. Saqué las tetas de mi madre del sujetador sin quitárselo, se los dejé debajo ayudando a empitonarlos un poco más, tampoco le quité la blusa y le chupé los pezones. Mi rabo enseguida se puso tieso.  Mi madre se bajó como pudo, los pantalones y las bragas. Me dispuse a metérsela.

– ¡Bendita juventud! Se te pone dura con solo mirarla hijo. 

Me coloqué entre sus piernas y la penetré despacio, aunque sabía que no tendríamos mucho tiempo antes de que apareciera alguien a retirar su coche. Justo acababa de metérsela a fondo, cuando sonó un golpe en el cristal. Mi madre miró hacia el sonido. Yo me giré y vi una porra que tocaba el cristal. Era el vigilante. ¡Mierda! Pensé.

Estos tipos tienen vista de lince y se escabullen como camaleones… no le vi joder. Hizo un gesto con la mano para que saliéramos. Nos vestimos como pudimos, en realidad no estábamos desnudos del todo, solo de cintura para abajo yo y mi madre de cintura para arriba… salimos del coche.

– Vaya, vaya, dijo muy burlonamente. – He pillado a una pervertidora de adolescentes y a su conquista… ¿No le da vergüenza a su edad? Podría ser su hijo. 

Nos quedamos callados.

– Carnet de identidad. Nos pidió.

No hicimos nada. 

– Vamos, los carnets no tengo todo el día. 

Tuvimos que sacarlos y dárselos. 

– Jimena Pla Miró. Leyó. Borja Sánchez Pla.

Se quedó pensativo al comprobar la coincidencia de apellido catalán y tan raro en ese lugar. Que fuese una casualidad era poco probable, que fuéramos familia directa mucho más.

– ¡Hostia puta! Si son madre e hijo. Vaya, vaya. He pillado a un par de pervertidos. Vamos, acompáñenme.

Nos hizo seguirle por el parking, hasta que llegamos a una puerta con un cartel de… “No pasar”. La abrió y pasamos a un largo pasillo. Una puerta nos esperaba al final. Marcó un código y la puerta se abrió. Nos hizo pasar a nosotros primero.  Sin duda era el cuarto de los vigilantes, porque estaba todo lleno de monitores, con cámaras de vigilancia en todos lados, incluso del parking. Seguro que nos habían grabado haciéndolo aquel domingo. Solo que ahora ya me daba todo igual. ¿Qué iba a hacer ese tío?

– Sentaros ahí. Nos indicó. Había dos sillas detrás de nosotros. 

Nos sentamos y siguió mirando nuestros carnets. En ese momento me di cuenta de que a mi madre le asomaba un pezón del sujetador. No debía haberle dado tiempo a ponérselo bien y ahora le salía, mostrando el pezón.  El vigilante debió darse cuenta, porque se levantó y se dirigió a nosotros. 

– Borja, dijo. No vi venir el guantazo que cruzó mi cara. – A una madre se le respeta… no se le folla... y además pretendías hacerlo sin condón ¡¿Querías correrte dentro y PREÑARME?!

Cuando pude darme cuenta, me había puesto las esposas y había atado mis piernas a las patas de la silla con unas bridas. Tenía cogida a mi madre de las manos y ella no se resistía. Todo aquello se parecía tanto a lo ocurrido con el mastodonte ucraniano que me enrabieté.

– Vamos a ver, que podemos hacer para no llamar a la policía y os denuncie por incesto. 

Miró alternativamente a mi madre y a mí. Empujó a mi madre contra un catre que tenían en el cuarto para pasar las veladas de vigilancia. Sujetó las muñecas con bridas a una barra que atravesaba desde el techo al suelo. El muy cabrón se bajó el pantalón y los calzoncillos. El cinturón con la porra descansaba en la mesa. 

Yo intenté moverme pero me era imposible. Desnudó a mi madre. La blusa no pudo quitársela del todo, porque estaba atada por las muñecas. Se había dejado la camisa puesta. Tenía la polla morcillona, con un glande morado más ancho que el resto de su escuálida polla. No estaba circuncidado y tenía tripa. Mi madre no le miraba. 

– ¿Cuantos años debes tener? Le preguntó. ¿30, 31 o tal vez 33?

Mi madre no respondió. En cierto modo se vería halagada que le quitaran años, eso debió hacerle efecto llevándola al “síndrome de Estocolmo”.

– Da igual, estas buenísima y tienes el mejor polvo que tendré este mes, que digo este año. 

La besó, aunque mi madre giró la cabeza para evitarlo, este la obligó. Luego le chupó las tetas y para entonces, ya estaba erecto. 

– Vaya por Dios, no tengo condones aquí, dijo. – Pero pareces una mujer sana y limpia. Lo haremos a pelo para que no notes la diferencia con tu hijo.

– Ni se te ocurra, cabrón. Le dije. – Si se pruebas a metérsela te arrepentirás. Algún día te acordarás de no haber parado a tiempo… ¡De no haberte detenido ahora mismo!

– Cállate niñato. Ahora sabrás como se folla a una mujer. Mira y aprende

Se acercó a mi madre y sin mucho cuidado desde atrás, se la metió. Mi madre gimió. No sé que le había pasado, pero no reaccionó. Ni se movió ni protestó. Solo había gemido y ya.

El gordo empezó con el movimiento de mete y saca. Su barriga botaba con cada embestida, yo no quería mirar, pero el cabrón estaba mirándome todo el rato, para que viera como hacerlo, ya que había dicho que ahora sabría cómo se follaba a una mujer. Enseguida empezó a resoplar. Estaba gordo y no aguantaba mucho. Ojalá se ahogase el muy hijo de puta, pensé. A los dos minutos se movió más rápido, como si le diera un ataque de epilepsia y se corrió con un gemido. 

– ¡Aaaaaaagggghhhhh!

Aquel cuarto tenía que estar insonorizado, por lo que nadie iba a oírle. Para mi madre fue un visto y no visto. Se volvía a repetir lo que tantas veces presencié en casa… a mi madre siendo follada por un cualquiera. Sacó su polla ya floja y entonces se oyó algo.

– Chissssszzz. Chisporroteó un walkie que había justo a su lado. – ¿Luis, me recibes?

Lo cogió y contestó todavía jadeante.

– Aquí estoy.

– ¿Qué te pasa? Te oigo fatigado.

– Nada. Deberías venir. Ya verás qué sorpresa.

Al poco se oyó la puerta, pero no se abría. El gordo debía haberla bloqueado, porque el otro no pudo entrar hasta que este la desbloqueó. Apenas dejó una rendija abierta para que entrara. Supuse que no querría que nadie pudiera ver nada desde fuera. Aunque solo ellos podían entrar allí. 

– ¿Qué tenemos aquí? Sonrió mirándonos su compañero.

Yo seguía atado y mi madre también, que parecía haberse quedado en otro mundo, porque no se la oía protestar ni moverse. Joder se la había follado un gordo picha corta y no se le veía molesta.

– Vaya, vaya. Que parejita.

El gordo le dijo a su compañero que éramos madre e hijo. 

– Así que son madre e hijo, ¿eh? dijo poniendo voz como de malo de película barata. 

– Tienes que probarla tú también. Le dijo el gordo. – Tiene un coño bien tragón…

– Claro. Dejó el walkie junto al otro y se bajó los pantalones. Se los quitó del todo y la camisa también y se quedó desnudo. Este era más delgado que el otro, más musculado y la verga se me antojaba normal… 15 cm no más. Comenzó a masturbarse, hasta que se le puso dura. Se acercó a mi madre y quiso que se la chupara. No pude evitar intentar levantarme y casi lo consigo. El tal Luis me dio una buena hostia y caí al suelo. 

No consiguió la mamada, pero el recién llegado no se desesperó…se folló a mi madre en la postura del misionero durante un rato, luego la puso a cuatro patas y se la volvió a follar así el resto del tiempo. Mi madre como una puta indolente se dejaba clavar por el segundo hijo de punta que nos estaba chantajeando cobrándose su precio por no denunciarnos.

Volví a intentar levantarme y el gordo me volvió a abofetear y me volví a caer al suelo. Perdí el conocimiento justo cuando el tal Luis intentaba follarse a mi madre por el culo.

Desperté con un ajetreo cayendo al vacío…de repente estaba en el asiento del acompañante en nuestro coche. Mamá sentada en el asiento del conductor vestida pero mal arreglada y desaliñada. Tenía una cara horrible y el pelo revuelto. El motor estaba encendido y ambos vigilantes estaban a los lados del coche. Uno hizo un gesto para que diera marcha atrás y el otro indicaba que no venía ningún coche.

Mi madre iba súper despacio temiendo lo peor. Entonces, al llegar a la barrera, el más delgado la levantó.

– Parking gratis para nuestros amigos. Dijo. 

Mi madre aceleró y salimos de allí todo lo rápidos como daba el coche y la habilidad de mi madre. No dije nada en todo el camino. Cuando llegué a casa me tumbé en la cama, caí redondo…oí caer el agua de la ducha, duró mucho, tanto que no recuerdo cuando cerró el grifo. Al rato desperté y cenemos en silencio… mi cabeza no paraba de carburar.

Los rayos de sol inundaban toda la estancia, no era domingo…Mi madre estaba sobre mí, con mi polla dentro. Notaba la humedad de su coño y la de mi eyaculación. Habíamos follado. 

– De ahora en adelante nos olvidaremos de follar en este súper. Me dijo mi madre.

Todo había sido una pesadilla que nos iba a afectar. Mi madre me hizo terapia rápida para que olvidara la agresión, al fin de cuentas era una follada más de las muchas que mi madre había tenido con tíos que nunca la quisieron. Unos días después desayunando…

– Solo fue sexo, se dieron el gusto como tanto otros me han follado. A partir de hoy “Nada de eso con los vigilantes había pasado”. Yo estoy bien y tú también lo debes estar, te necesito conmigo y ahora más que nunca dentro de mí.

– ¡Lo mismo estos hijos de puta te han pegado cualquier mierda...!

– ¡¿Tú crees que dejaría que mi amor metiese su preciosa polla en un lugar que no esté en condiciones?! Tu madre sabe cuidarse. La analítica ha dado negativo de cualquier contagio y tampoco me han preñado… eso lo dejo para mi hombre

– Es bueno saberlo, porque esos cabrones han firmado su sentencia con tocarte. Le dije a mi madre muy serio.

– No se te ocurra hacer ninguna locura… simplemente esta semana cambiamos de súper y ya está, ¿eh?

– No te preocupes, acaso me he portado mal alguna vez. ¡Nunca has tenido queja de tu hijo!

– Por supuesto, solo que si me quieres follar, a partir de ahora tenemos que ser más cuidadosos o en nuestra casita… ¡Joder nene que vivimos en la misma casa las 24 horas del día!

– Por eso ¿Qué necesidad hay de arriesgarnos a estos pleitos? Mi madre me miró con su cara de pícara. – Pero claro, a ti te ponen los centros comerciales, ir de compras y todo eso… te pone muy puta. Incluso te gustó cuando te la metió el gordo, gemiste.

– Hijo una no es de piedra, no lo disfrutas pero lo sientes. Me mostré pasiva porque esos desgraciados solo se iban a conformar con correrse.

– Sí, pero lo hicieron dentro de ti…

– Por eso no te preocupes. Ya te he dicho que no me preñaron… si alguien puede hacerlo eres tú, que te vacías entero dentro de mí y bien a gusto que se te quedan los cojones ¡A mi niño le encanta eyacular fuerte y abundante en el coño de mamá! ¿Verdad? Dijo mimosa…






1 de febrero de 2020. 10:10

El seguimiento a los vigilantes durante esta semana han dado su fruto…hoy están los dos de servicio. En bicicleta nadie sospechó que un chico con capucha estuviese haciendo nada raro. Esperé y averigüe el momento ideal. El Kia Carens del gordo y el BMW serie 1 del otro están aparcados en la zona de personal. La pintura en espray cegó ambas cámaras y el rayador de cristal ayudó a hacer un agujero limpio, en cada vehículo. Dos botes de alcohol y un par de cerillas hicieron el resto. Cuando llegaban los bomberos, ambos vehículos ya estaban calcinados y yo lejos en el parque del centro comercial, unos minutos después estaba tumbado en la cama de mi habitación.

Hacían mucho calor con 18º centígrados para un principio de febrero en pleno invierno, decían que este año se acortaría el invierno y prácticamente pasaríamos al verano…, la idea no era mala, a principios del mes de marzo teníamos previsto inaugurar la casita de la playa, y cuando digo inaugurar es ir limpiar y ordenar para la temporada de veraneo. Pensaba trabajar lo justo y disfrutar lo más…lo pasaría bien con mi abuelo, él siempre resultó muy cariñoso conmigo, dispuesto para mamá en cualquier ocasión y menester, ojalá mi padre fuese así. He añorado el apoyo de mi padre…, tan cerca de casa y tan distante. Creo no recordar cuando pasé un día completo con él…mi madre no me animaba y en él jamás vi que lo quisiera hacer, en cambio mi abuelo ha sido el único referente masculino de mi vida.

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