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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

La extraña pareja


 

Mis padres divorciados hacía unos años para suerte de todos, dado que en muchos casos es un hecho que puede separar a las familias…, en mi caso eso no, por un lado con mi padre sigo manteniendo una fuerte relación de amistad y confianza. Él se fue a vivir con su nueva pareja, traumático al principio,pero beneficioso a la larga. Sin embargo con mi madre es casi mejor, vivo en un apartamento en el mismo edifico donde vive ella, un piso oportunista que mi madre heredó por la muerte de su antiguo propietario, su segundo esposo. Es el octavo, el de mi madre el quinto, también de la misma herencia del viejo.Con Alejandra, mi madre, tenía una relación un poco más próxima que con mi padre, sea por lo que sea entre sexos opuestos hay una mejor convivencia filial, pero en mi caso es más cercana por vivir en el mismo edificio, ya solo por hacerle compañía me pide que la atienda, no como otras que te retienen por las comidas tan ricas que hacen… en cierto modo estaba más en su casa que en la mía, era como una “Vuelta a Casa”.

No obstante he de recalcar que mi madre no es una típica madre de estar todo el día metida en la cocina, no es de la que le puedo llevar ropa para lavar o a la que le pueda pedir que me prepare comida, todo lo contrario. Ella, creo que nunca cocinó en su vida por su gusto, o por lo menos nunca la vi hacerlo, no es una madre muy tradicional, pero yo me acostumbré a ella menos mi padre que al final se largó con una que lo tiene a pico rollo en todo. Mi madre fue campeona de España de gimnasia rítmica,una carrera que dejó muy temprano cuando quedo preñada de mí. Ahora practica natación y tenis…baile, siempre está haciendo alguna actividad física. El deporte la rodeó de amigos, especialmente un grupo de mujeres con las que siempre está junta y viajando.

Un jueves llego a casa y escuchó en el contestador un mensaje, era de mi madre, me avisaba que ese fin de semana saldría de viaje con tres de sus amigas a un centro de esquí, algo habitual en ella, que volvería el lunes y que no me preocupe, que nos veríamos el martes. Yo estaba acostumbrado a sus viajes.Al igual que mi padre, mi idea siempre fue estudiar medicina para ejercer la misma profesión que él, sé que es una carrera complicada y aunque mis padres siempre me alentaron a empezar todavía no le hice, y no creo que lo haga… hice la especialidad de “matrona”, sí es una palabra femenina, pero la RAE aún no se ha enterado que hay hombres en esa especialidad… por lo que mis conocimientos de medicina son bajos, pero algo es algo y eso ilusionó principalmente a mi madre.

Volviendo a mi madre, una mujer de un metro sesenta y cinco, no parece una gran altura, pero su personalidad la hace ver más alta, es delgada y fibrosa pero no musculosa…la disciplina de la gimnasia esculpió su cuerpo a lo largo de los años, tiene un culo hermoso, duro, redondo, bien marcado. Los pechos, aunque no muy grandes, se ven firmes y redondos. No parece tener la edad que tiene, parece mucho menor. Muchas veces la vi en traje de baño y la verdad en esos momentos no la podía ver como madre, se me ponía dura al instante… trataba de no mirarla para no pensar en su cuerpo, me parecía que no era lo correcto, pero sí, me excita mi madre. Es una madura en edad de merecer por muchos años.

Era un viernes de un fin de semana de puente, hasta recuerdo el día, un 6 de noviembre, recibo una llamada a mi teléfono móvil a las nueve de la noche, aproximadamente, miro la pantalla y estaba el rostro de mi madre, no me pareció raro que me llamase pero no era habitual a esa hora. Atiendo la llamada, la voz no era la de mi madre, por un instante no entendía nada.

- Hola ¿Matías?

- Si Matías.

- ¿Cómo estás?, soy Elena, amiga de tu madre, me pidió que te llamase, no te preocupes, pero tuvo un accidente, está bien, estamos en el hospital virgen del monte.

- ¿Qué le pasó? ¿Cómo está?

-Estábamos esquiando y siguió de largo en una curva, cayo unos metros por una pendiente y se rompió una pierna, ahora están viendo que le pasó en el brazo. Por suerte no se golpeó la cabeza, sólo el cuerpo.

-Voy para allá.

-No, dice que no hace falta, que no te preocupes.

-No importa ahora voy.

Llego al hospital, voy a la recepción y me indican que vaya al primer piso habitación ciento dos. Apenas entro veo a Elena, estaba parada delante de una mampara, cuando me ve, se acerca con una sonrisa a saludarme, lo que me tranquilizó. Mi madre estaba sobre una cama detrás de la mampara. Elena me lleva al pasillo y me anticipa la situación antes de verla… durante el corto recorrido no puedo evitar seguirla mirando el compás de su culo, está tan buena como mi madre.

-Hola Elena

-Hola Matías, no hacía falta que vinieras, ella no te quiere molestar, yo la iba a llevar a casa en unas horas cuando le den el alta. Se agrietó el peroné, no fue muy grave, no quisieron operarla dijeron que no hacía falta. Le pusieron un yeso, lo va a tener que usar un poco más de un mes.

-No hay problema, la llevo yo, si igual voy para casa.

-Bueno ahora le preguntamos qué quiere hacer.

Entramos a la habitación, mi madre estaba acostada en la cama, vestida con la ropa con la que fue a esquiar, la pierna del pantalón la habían cortado, la bota de yeso relucía su blancura, pasaba unos 10 centímetros bajo la rodilla. Me mira con resignación, pero sin perder la sonrisa.

-Hola Mamá. ¿Te duele? ¿Cómo pasó?

-Por los calmantes no me duele mucho, pero me dijo el doctor que me iba a empezar a doler. Fue una estupidez, iba demasiado rápido en una curva y caí sobre una pierna, escuché cuando se me rompió crujió la pierna, fue horrible, suerte que estaba Elena.

-Sí, me contó.

-Me dijo que me va a acompañar a casa.

-No, ya le dije que te llevo yo.

-Pero ella me dijo que se quería quedar unos días para acompañarme y me ayuda.

-No hay problema, me quedo yo y te ayudo, para mi es lo mismo, estamos en el mismo edificio y si hace falta me mudo a tu casa o tú a la mía.

En ese instante regresa Elena con las novedades del médico.

-Estamos de suerte, me dijo el doctor que en una hora te dan el alta y nos podemos ir.

-Gracias Elena, me dijo que me lleva Matías, se quiere encarga él.

-Sí, me dijo que te lleva, pero no quieres que vaya a tu casa y te ayude.

-No, no hace falta, tú estás cansada también y él se quiere quedar conmigo unos días.

-Pero te tiene que ayudar en todo.

-No hay problema, no va a ver nada que lo sorprenda, ya es mayorcito y sus ligues ha tenido.

-Bueno Matías si tú te haces cargo y a ella no le molesta, lo dejo en tus manos. Cualquier cosa me llamas y voy enseguida.

-Elena no te tengas problema, yo me encargo, me voy a vivir con ella hasta que se pueda valer sola.

Yo en ese momento no pensaba en los problemas a que se refería Elena, no se me había pasado por la cabeza en cuales serían esos problemas que la preocupaban. Tal vez lo decía porque la tendría que ayudar con cosas básicas, pero no quería pensar en ese momento, lo descubriría cuando llegase a casa…. Llega la enfermera con la orden y una silla de ruedas, ella con suma facilidad se encarga de subirla a la silla y me la entrega para que la lleve a la salida. Llegamos los tres juntos a la salida, ayudo a mi madre a sentarse en la parte trasera del coche, una situación medio incomoda, pero se la notaba contenta que volvía a su casa. Elena nos ayudó con algunas cosas y nos volvió a preguntar si quería acompañarme a casa, pero les dijimos que no hacía falta, especialmente mi madre insistió en rechazar su ayuda…. En el viaje la vi animada, hasta parecía extrañamente contenta, era como si hubiese deseado estar en esta situación. Su felicidad me tranquilizaba, aunque no imaginaba cual era realmente su intención. En el trabajo tuvo que anular todo y pasarle los clientes a sus compañeros.

Cuando llegamos al edificio, la ayudé a subir a su apartamento, me fue más fácil levantarla y llevarla como a una recién casada en los brazos, realmente no pesa mucho. Entramos y la dejo acostada en su cama y me voy a buscar algunas cosas a mi apartamento para pasar la noche en el de mi madre. Cuando regreso le pregunto si necesitaba algo, me imagino que estaría cansada.

- ¿Algún analgésico?

-No, por suerte no me duele mucho, te iba a decir si me ayudas a ir al baño.

- Sí, como no.

-Me quería dar una ducha, todavía estoy con la ropa con la que esquié, me quiero cambiar. Vas a tener que cubrirme el yeso, en la cocina hay unas bolsas y esparadrapo en el botiquín…, anda a buscarlas, mientras me voy quitando la ropa a mi alcance.

No pude decir nada, cuando escuché que se iba a desnudar con toda naturalidad quedé en shock, fui a la cocina en silencio a buscar las bolsas, pero pensando que se estaría quitando la ropa, tal vez me esperaría en ropa interior o tal vez sin nada, una duda que me excitaba y no lo podía evitar…. Tomo una bolsa grande, negra y también un rollo de cita adhesiva para poder sujetarla y vuelvo a su habitación. Apenas entro por la puerta la veo con las tetas al aire, nunca la había visto así, ni lo imaginé que pudiera ocurrir tan natural para ella. Se había sacado la camiseta y el sujetador. Tiene unas tetas hermosas, firmes y lo que más me llamaron la atención eran los pezones, se los veía duros, que sobresalían de las areolas como un centímetro y medio, erectos, supongo que estaría excitada, o no. No pude evitar que mi polla se pusiese dura… el cuerpo me electrificó enviando una respuesta desde mi subconsciente animal a mi verga para tornase en modo fornicación…, por suerte llevaba un jean y no se me notaba. Me acerco al borde de la cama.

-Matías ayúdame con las mallas, no alcanzo a poder quitármelas…

No digo nada, como un autómata obedezco, llevo la manos a su cintura y tomo las mallas azules de los costados y se las empiezo a sacar, ella apoya sus manos sobre la cama y despega levemente el culo de las sábanas, las prenda opone un poco de resistencia en el culo, estaba ajustada pero tiro hasta empezar a bajarla por las piernas. Queda solo con un tanga blanco muy pequeño, casi transparente, veo que estaba mojado, enseguida la toma con sus dos manos y se lo quita sin el menor pudor. Ahora veo su hermosa vulva sin un solo pelo, sus labios, rojos brillaban por la humedad, se podía sentir el aroma que emanaba… un olor a una mezcla salada y ácida, perfume y transpiración dulce, lo quería respirar todo, sentirlo con una aspiración profunda. Toma toda su ropa con una mano y me la da.

- ¡Toma cariño!, llévala al lavadero y me ayudas a envolver el yeso para que no se moje.

Seguía sin poder decir una palabra, temía que me temblara la voz, tomo la ropa aún caliente y la llevo a lavar. Apenas estoy en el pasillo miro el tanga de cerca…, la zona húmeda resaltaba en el blanco de la tela una raya calada de flujo transparente. No me resisto y me lo llevo a la boca, el olor era muy penetrante pero no podía dejar de olerlo, lo chupo como si fuere un néctar exquisito, limpio la tanga con la lengua, casi fue un prelavado. Pongo todo dentro del canasto de la ropa usada, y vuelvo a la habitación. Justo al entrar, se me clava la vista en las tetas, no podía creer que tenga esos pezones tan duros, se podían sentir su dureza sin tocarlos. Me acerco y nunca me imaginé que su abdomen se marque tan firme a su edad, brillaba, supongo que por el sudor o como consecuencia de la supuración natural de grasa corporal, era una visión surrealista ver a mi madre completamente en pelotas…no daba crédito a su llaneza. Le empiezo a cubrir la el yeso, bajo la rodilla se la pego con cinta sobre su piel. Quedo sellada, a prueba de agua.

-Me ayudas mi vida, me llevas al baño, no quiero caminar.

- Sí mamá, como no.

Todo duró unos segundos, pero estos momentos en nuestra mente parecen horas. Paso mis brazos por debajo de su cuerpo y la alzo. Me daba vergüenza mirarla a la cara, pero ella tenía una sonrisa en la cara, parecía que cada minuto que pasaba lo disfrutaba más, como una novia que va a tener su primera experiencia con su amado. La llevo al baño.

-Déjame en el inodoro, no fui a mear desde la mañana, y tengo la vejiga como un balón.

-Sí mamá, no hay problema… tú solo me tienes que pedir y tu hijo te obedece…

- Gracias cariño, espero no ser una carga…

- No digas eso, estoy encantado de poder ayudarte en todo.

Me iba a dar la vuelta para salir y…

-  Si quieres te puedes quedar a mirar… ¡No tengo pegas en que lo hagas, cariño!

- No está bien, espero fuera…no sé si es muy correcto que un hijo vea mear a su madre.

- Qué tiquismiquis eres, con la de coños mejores que este que habrás visto en toda tu vida…más jóvenes y apretados, sin pelitos y bien arreglados… el mío es ya viejo.

- No digas tonterías… además tú no estás nada vieja, y nada de lo tuyo tampoco.

Le dije mientras salía del baño. Me enfadé conmigo mismo por lento, por estúpido, a ella no le molestaba que la viera… me invitaba a verla meando, pero mi vergüenza decidió por mí y la esperéfuera del baño. Después de unos minutos me vuelve a llamar.

-Matías, ¿Me ayudas?

- Sí, ahora entro y te ayudo.

Veo que sigue sentada y me extiende los brazos cuando me ve entrar. La tomo de un brazo y la ayudo a entrar a la ducha. Puedo rozar unateta con el codo, me estaba por reventar la polla.

- Ayúdame en la ducha. Aséame con gel y esponja… bueno si quieres con tus manos.

No podía creer lo que me estaba pidiendo, estaba desnuda y me pedía que le pase jabón por su cuerpo desnudo, que le limpie como a un bebé por todos lados con mis manos desnudas. Abro la ducha y regulo la temperatura del agua, ella apoya sus dos manos en la pared y me da la espalda esperando mis atenciones… me pareció una hembra sumisa a su macho antes de ser montada, no la hago esperar y empiezo tirando jabón líquido sobre su espalda. Tomo una esponja que usa para bañarse y se le empiezo a frotar por la espalda, bajando poco a poco hasta la cintura y luego subo. Tenía la mejor vista del culo, hermoso, firme, redondo y terso con brillo por el agua que escurría. Gira la cabeza y me dice con una sonrisa.

-No tengas vergüenza, el culo y el coño de tu madre también… supongo que has visto  y tocado más de uno, solo que más jóvenes que este de tu madre…

- Pero no más hermosos, te lo puedo asegurar… ¡Estás muy bien para ser madre!

No sé cómo me salió la frase, pero hay estaba dicha… tenía el permiso para sobar su cuerpo, y no la hice esperar, le empiezo a manosear y enjabonar el culo. No podía despegar las manos de esos hermosos cachetes, brillaban como dos bolas de billar, pero no me atrevía a meter la mano en la grieta.

-Dale, no tengas miedo, ya sé que te puede dar reparo pero me tienes que dejar bien aseada, no me gusta estar sucia, mete mano a mi culo y por mi coño con un poco de jabón y límpialo todo bien. Me entretengo más de la cuenta en sus nalgas… - Mira que también te falta por adelante también Jajaja… mi coño está esperando tus agasajos…

Estaba entregada y no pude aguantar más al igual que ella, empecé a deslizar el dedo índice por la raya del culo mientras lo levantaba arqueando la espalda. Pudesentir por el tacto cuando llegó al ano, siento su rugosidad mientras lo enjabono. Me fue muy fácil hacer que entre el dedo, el jabón lo había lubricado, pero no fue sólo eso, era un agujero entrenado, dilatado por la experiencia sexual que habría llevado. El dedo entra casi sin empujarlo, hace tope en mi mano, estaba todo dentro, en ese momento pegó un pequeño gemido. Empecé a sacar el dedo despacio pero inmediatamente ella me tomó la mano desde la muñeca y la ubica en el otro agujero… empuja hacia el coño…, con eso el dedo se volvió a meter, ahora en la profundidad de su vagina…. Habíamos cruzado una barrera, ya era imposible volver atrás. Mientras mi mano derecha estaba ocupada en el coño, con mi mano izquierda le empiezo a manosear las tetas, puedo sentir sus duros y puntiagudos pezones mientras siento la firmeza de sus tetas. Le empiezo a masturbar con el dedo metido en la vagina y otro pulsando en su clítoris, lo meto y antes de sacarlo lo vuelo a meter de nuevo en forma alternada y rápida, pero no puedo resistirme y le clavo dos…entra también con mucha facilidad.

Los gemidos se aceleraron de tal forma que ya eran gritos, su cuerpo convulsiona, sé que se está corriendo y acelero apretándole las tetas a un tiempo…meto y saco los dos dedos, el pulgar frota su gorda pepita y ella se me abraza midiéndome el cuello con cariño. Mi madre ha podido más y se ha corrido en un santiamén. Más calmada, aun un poco agitada gira su cabeza y me mira sobre su hombro para decirme.

-Eres divino hijo… no recuerdo haberme corrido tan rápido en mi vida.

- Me alegro mamá… pero no sé si hemos hecho lo correcto.

- Claro que sí, no seas tonto ¡Anda vamos a mi cama… llevo mucho tiempo en el dique seco cariño… y tu madre aun es una mujer necesitada y muy activa!

Le saco los dedos del coño impregnados de fluido y la alzo en mis brazos, sus brazos se cuelgan de mi cuello y me atrae a su boca…  me empieza a besar, nuestras lenguas se entrecruzan como espadachines en combate, no lo quiero ni puedo evitar. La llevo a su habitación de matrimonio, donde se acostaba con mi padre hacía unos años… casi nos habíamos olvidado del yeso, estábamos completamente mojados. No hizo falta decir nada, me desnudó con habilidad, me bajó los calzoncillos y de pronto salta mi verga rígida y vibrante como un trampolín.

- ¡Ummm! ¡¿Esto te lo ha provocado tu mami?! …Así es como me gustan que estén las pollas de mis amantes.

- ¡¿Has tenido muchos…?!

- No tantos como lo han pretendido. Tu madre es muy selecta para elegir con quien folla.

La toma con sus dos manos y la empieza a chupar con desesperación, pero no quería hacerme acabar tan rápido y se detiene, me vuelve a mirar…

- Estamos muy excitados mi amor y necesitamos quitarnos este calentón como sea.

- Mamá, no quiero que pienses mal de mí, yo… bueno no soy un depravado que se aprovecha de su madre convaleciente….

- Calla tonto, aquí nadie está abusando de nadie, solo nos necesitamos desfogar… tú eres un macho maduro con tus hambres sexuales plenas, y yo aún me siento joven para follar y que me follen… solo haremos eso mi amor, quitarnos la tensión con pasión y amor. No te comas la cabeza, tú tienes una verga dura y yo un coño lubricado y tragón que necesita que lo llenen… y a tus pelotas que las drenen a base de bien.

- Pero yo además te quiero mucho, mamá…

- ¡¿Crees que no lo sé…?! Y tú eres el hombre de mi vida… Así que tienes todos los derechos sobre mí… por favor métemela por el coño hasta que acabes dentro…

- ¡¿A pelo?! ¡¿No te importa que me corra dentro de tu coño…?!

-No me importaría quedar preñada de mi hombre, mi amor… ¡¿Te sorprende que te desee?! Pues no deberías… he intentado tirarte los tejos unas cuantas veces, pero te llegaba el mensaje... afortunadamente tienes que cuidarme ¡Vamos fóllame con fuerza!

 


 

Le pongo una almohada debajo de su cabeza, me bajo besando su boca, tetas, barriga y su monte de Venus…luego hundo mi boca en su entrepierna para comerle el coño… se lo empiezo a chupar saboreando el néctar que brota de su raja, casi le llega una nueva corrida, pero no puede más y me pide que se meta. Tras unos minutos de comida vaginal,me arrodillo entre sus muslos, ella medio sentada observa la maniobra, le pongo la polla para que vea a la profundidad que le llegará dentro de su coño, me la acaricia con una mano que desliza hasta mis testículos.

- ¡Qué buena gran polla tienes, hijo… es preciosa… me va a llegar muy profundo!, creo que con ella habrás hecho feliz a muchas chicas… ¿Estás dispuesto a hacerme feliz?

- Por supuesto que sí, pero no he follado a tantas, mamá, solo a las justas y necesarias.

- A mí me vas hacer muy feliz cuando me la metas…estoy muy emocionada por lo que vamos hacer. Vas a volver al lugar donde naciste, el retorno a tu hogar más íntimo. Nadie tiene más derecho que tú a estar aquí dentro, ¡Vamos métemela ya, por favor! Ni se te ocurra sacarla antes de exprimir toda la leche de tus huevazos.

En esa postura masajea los huevos y agarra el cipote frente a frente, se lo pone en la entrada del coño mirándome para que actúe… un leve empujón hace que empiece a incrustarse, noto el calor en el glande al abrigo de sus labios vaginales, ella se los abre con dos dedos, ambos miramos la maniobra de acogida de su vagina, como poco a poco se va perdiendo en el interior el tronco enervado, en cada centímetro me enciende la excitación. Cuando entra la cabeza empujo con mucha fuerza hasta hacer fondo, me mantengo unos instantes expandiendo sus paredes íntimas. Con sus manos me agita la cadera indicando que comience a follármela, empiezo a sacudir con ritmo pausado, luego con mayor cadencia incrementando la fortaleza de las inmersiones, ella no paraba de gemir suave… su respiración es más agitada. Mis manos se pierden en cada poro de su piel, sus tetas son tan suaves, carnosas y gelatinosas que me elevan la excitación manosearlas… mis dedeos en sus pezones duros, son increíblemente prolijos. Ella me busca los brazos para sujetarse ante mis embestidas, el sonido de nuestras carnes chocando una y otras vez, revelan las ganas que tenemos ambos de gozar follando. Su cadera produce la búsqueda de su coño con mis pelotas, mi raíz se pierde con sus labios vaginales… se la saco entera y la embuto a tope.

- Me vuelve loca sentirte dentro de mí, cariño… eres mi hijo pero te deseo mucho, amo como me estás follando… eres mi hombre, mi amante perfecto…eres mi macho.

Arquea su cuerpo buscando mis labios, se los doy… nos besamos con pasión. Su lengua se entrelaza con la mía, nos recorremos los dientes, el paladar y los labios sorbiéndonos las bocas. Cinco minutos fornicando con buen ritmo, chorreaba por su vagina dejando una mancha cada vez más extensa en las sábanas, increíble la lubricación vaginalpara una mujer madura…de la agitación y lo denso del flujo, es blanquecino. Le doy con fuerza tratando de aguantar lo más que puedo para satisfacción de ambos…, sus uñas están clavadas en mis glúteos, su cuerpo se tensa y empieza convulsionar… mi madre se está corriendo con mi polla dentro.

- No pares ahora, dame más… ¡Mmmm! Me estás corriendo hijo, me estoy corriendo contigo. ¡Ummm! Síiii así no lo dejes y córrete dentro de mí ¡Por Dios, quiero tu leche!

Noto como su coño se contrae, sus esténtores son voluptuosos gimiendo y apretando su cuerpo contra el mío, los pezones de sus tetas se clavan en mi pecho, de igual manera que las uñas en los omóplatos…, ya no puedo más, tras un par de minutosacabo corriéndome dentro de la vagina acogedora de mi madre, se me hincha la verga y suelto dos grandes chorros de leche gruesos y largos… luego otros más sosegados hasta contar cinco eyaculaciones, es una gran cantidad que voy soltando sin remisión. Mi madre me lo agradece con un apasionado beso… saco la polla despacio, y tras mi capullo, se puede ver cómo chorrea el semen de sus entrañas… la vagina no puede albergar toda la cantidad que le he suministrado.

- Es tanta que no me cabe en el coño… eres un prodigioso semental, hijo mío.

Quedamos muertos, uno al lado del otro acostados en la cama mirando el techo, empezamos a reír sin decirnos nada, pero la tregua no duró mucho, nos miramos y no resistimos una segunda vuelta, esta vez duró como dos horas, metiendo y sacando del coño o boca, en un 69 o en el misionero que era la postura más cómoda y posible para ella con la piernas rota.

Ese fue el primer día en que probamos el incesto, no lo pudimos dejar de hacer desde ese día, no nos pudimos despegar cada vez que nos veíamos. La bota de yeso la tuvo por cinco semanas, y yo me quedé a vivir con ella. Primero a cuidarla, luego a recuperarse. Todos los días follamos, todos, siempre me deja que la llene con toda mi leche… se sorprenderle que mis huevos produzcan tanta lefa… esta estupefacta y encantada. Desde que ha comprobado mi potencial, lo hacemos por todos los agujeros una o dos veces al día… por el culo no fue nada difícil, me extasió. Que le entrase un verga como la mía, tan ancha, me sacó la duda el día que me reveló el por qué tenía el ano tan elástico… mi madre usaba un dildo gigante hace años para su coño y su culo que se lo dejaba dilatado y flexible con un gel especial, hasta le había puesto nombre… “El corsario negro”, pero poco a poco lo fui reemplazando o muchas veces trabajábamos en equipo… ya se sabe que las mujeres son multiorgásmicas, y mi madre es mucha hembra.

 

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Por si no lo había dejado claro, mi madre es una señora de 46 años que todavía conserva con toda la firmeza de sus carnes, sus buenas curvas y un par de tetas de esas que asombran a cualquiera, obligándole a mirar. Muchas veces he visto a amigos míos babearse admirando ese hermoso cuerpo contorneándose de aquí para allá en casa. Cuando mis padres se separaron mi madre estuvo con uno y con otro hasta que conoció a su segundo esposo, Alejo. Se fue a vivir con él, un señor mucho mayor que ella, un buen tipo que me caía bastante bien porque la quitó del mercado y no me gustaba verla pendonear, sin embargo desgraciadamente falleció a los dos años, lo bueno es la herencia que dejó a mamá… un par de propiedades en el mismo edificio, en una vive mi madre y en la otra vivía yo hasta que ocurrió el accidente…, también unas acciones en una empresa del IBEX 35, que junto a su sueldo de enfermera, nos permiten vivir de una forma bastante cómoda…, mi sueldo de “matrona” en el hospital universitario de la ciudad, es para mí.

Volviendo a la actualidad, resulta que había planeado pasar una semana en un crucero por mediterráneo con sus dos amigas de aventura, Elena y Menchu…, yo me quedaría a cuidar de la casa, a pesar de que me había invitado a acompañarla, no podía abandonar mi trabajo en el hospital, ni siquiera tenía días para pedir, tampoco me llamaba la atención ir con ella, ya que si bien las travesías por el mar son muy bonitas, ir con mi madre acompañándola con sus amigas sin poder hacer nuestra vida marital, me resultaba frustrante y aburrido.

Acaba de llegar del trabajo, me sentó en el sofá cuando mi madre me mostró los trajes de baño que se había comprado para el viaje. Entre ellos había uno que era de dos piezas que le quedaba muy, pero muy bien. Su redondeado culo se le marcaba a la perfección, y sus dos buenas y deliciosas tetas casi se le escapaban del sostén de lo escaso que era, apenas le cubría el pezón.

A mí la situación me gustaba mucho y me empezó a interesar. Al principio no quería prestar atención a este hecho, mi mente trataba a mi madre como una mujer, era un hecho, algo que hasta hacía poco tiempoera totalmente prohibido. Tras el desfile privado de trajes de baño que me ofreció mi madre, se sentó a mi lado a conversar. Debo confesar que mi mente estaba en otra cosa… no hacíamás que pensar en ese par de tetas que se me ofrecían abiertamente y que estaban al alcance de mi mano. Lo cierto es que la conversación derivó, o mejor dicho, la llevé a que en esos cruceros había mucho soltero con pasta… también incidí sobre la practica el topless con total naturalidad en las cubiertas superiores. Ella preguntó si me parecía que ella podría hacerlo sin pasar vergüenza. Argumenté que poseía unas tetas espectaculares para su edad y que de ninguna manera pasaría vergüenza al mostrarlas. Ella no quedó muy convencida con mis palabras, insistía en que era bastante mayor para que sus tetas fueran atractivas, el crucero estaría lleno de mujeres jóvenes… y que sus pechos no estaban a la altura de esa chicas.

Se hacía la coqueta, de modo que insistí y ella me preguntó nuevamente…, para dejarlo en claro…

- Mira, si te tuviera delante junto a una chica joven, puedes estar segura que me deleitaría viéndote más a ti que a la otra, por muy buenas que esa tuviera sus tetas.

- Dices eso porque eres mi hijo.

- Mira, se disfrutan incluso con lo que ese biquini deja ver, así que cuanto más desnudas.

Mi madre se sonrió y se sonrojo y aproveché….

- ¿Por qué no te animas y me las muestras?

- ¡¡Estás proponiendo un striptease, y quedar prácticamente desnuda frente a mi hijo!!

- Piensa que estás en la cubierta nudista y quieres ligar con un jovencito interesante que se parece mucho a tu hijo…

- Se te ve muy entusiasmado, voy a ir a mi cuarto y me quito el sostén… así me veo bien, me animo y vengo caminando para aquí como si fuera en la piscina del barco.

Los minutos que demoró me parecieron muchos. Mi corazón latía a mil.  Por fin mi madre volvió al salón y muy tranquila me dijo…

- ¿Qué tal? ¿Qué te parece tu mami en topless?

Estaba sencillamente divina, se había puesto otro bikini un poco más chico que el anterior y sus tetas se veían formidables y más que apetecibles que nunca. Demoré en contestar…

- ¿Qué te pasa, estoy tan mal haciendo topless?

Ahí por suerte reaccioné.

- No al contrario estás muy bien mamá. La verdad es que nunca me imaginé que mi madre fuera una mujer tan apetecible, tan sexy y sobre todo tan sensual.

Sus tetas se veían están enteras y grandes que parecía estuviera operada de lo firmes que las tenía a sus cuarenta y tantos, pero no, son unas tetas naturales muy trabajadas en el gimnasio, enormes como siempre y con un detalle que yo no conocía, pero sí intuía antes de verlas por primera vez hace unos años… unos pezones muy grandes y que comenzaban a ponerse erectos.

- Ay que ver, las cosas que dices… ya no recuerdas que soy tu madre. ¿Parece que nunca hayas visto una mujer desnuda…? Solo tengo lo que tienen todas la mujeres… nada más

- Mujeres he visto unas cuantas, pero ninguna con unas tetas como las tuyas y con un cuerpo tan “interesante”.

- Por interesante a qué te refieres… ¿a follable?

- Muy follable…

Hacia un par de días que no teníamos sexo, y creo que ambos nos habíamos disparado para que surja cualquier cosa. Mi polla comenzó a crecer, apretando dentro de mis pantalones. Mi madre lo notó…

- Bueno, bueno, veo que en verdad te han gustado… te ha puesto tu mami a tope con su topless. Ya no eres el bebé que alimenté con ellas… quieres otra cosa ¿Nop?

A esas alturas, no aguantémás… empecé a tocar con la excusa de saber que tal estaban al tacto y recordar mi niñez. Mi madre las ofreció pegándose a mí, ambos cuerpos confundidos con una sola intención. Con unas suaves caricias de inicio, se sonrió, al poco dejé las caricias de lado para pasar a un manoseo bastante descarado con apretones en sus erectos pezones con dos dedos. Ella se puso cachonda perdida… sus pezones estaban enormes.

- ¿Qué bien lo haces, ladrón?, me estas poniendo rara. Hacía mucho que un hombre no me tocaba así… desde que Alejo se deleitaba antes de morir, no lo había sentido, pero tú lo haces mil veces mejor… tus manos son de seda comparada con las de él.

Al escuchar esto la acerqué un poco más a mí para besarlas poco a poco, lentamente. Metí un pezón en la boca y lo chupé desesperado a modo chupete, lengüeteándolo con la punta de mi lengua juguetona. Ella gemía y suspiraba con sus dedos entrelazados en mi cabello. Con sus dos manos apretó mi cabeza contra la teta exigiendo seguir…, mis manos se deslizaban por todo su cuerpo. Ella posó una sobre mi polla y la apretó fuertemente. Fue ahí cuando me abrió el cierre, sacó mi polla y le rogué que me la chupara…

- Esto no está bien, sinvergüenza… ¡¿Dónde has visto a una madre hacerle una mamada a su hijo?! ¡¡Quieres que te saque la leche de estos huevazos, cabronazo!!

A lo que conteste besando y apretando aún más sus tetas.

- Llevó días sin drenarlos, y estos cabrones no paran de producir leche… y tú y yo hace tiempo que dejamos de ser madre e hijo al uso, ahora somos un hombre y una mujer en la cubierta nudista de un transmediterráneo, donde a nadie le importa quienes somos y qué estamos haciendo… ¡Dos amantes que desean disfrutar de sus cuerpos!

Ella sonrió…

- Eres divino, ojalá hubiera sido así tu padre o cualquiera de los que me han estado jodiendo antes de tenerte entre mis piernas…¡Qué pérdida de tiempo, hijo mío!

- Necesitamos recuperar los polvos que no hemos echado en todos estos años.

Le susurré al oído.

- Ok cariño, primero quiero que desconectes un rato… relájate que mamá te hará volar. 

Mientras me guiñaba un ojo. Cerré los ojos, a los pocos segundos notaba el cuerpo de mi madre frotándose sobre mí, cuando los abrí tenía su cara pegada a la mía.

- ¡Qué guapo estas cuando duermes cariño! Eres mi ángel, mi vida… mi locura de amor.

Acercaba sus labios a los míos.

- ¡Me has sorprendido…! ¡Qué tontita estás!

Le dije devolviéndole el beso.

-  ¿Puedo ser un poco traviesa…? Mami quiere comerse a su niño 

Dijo mientras su mano se movía por encima de mí y cogía mi polla.

-  ¿Ahora y aquí…?

- ¿Por qué no? ¿Tienes miedo de alguna cosa? Estamos en la intimidad de nuestra casita, solo tú y yo con ganas uno del otro…tú dispuesto a follarme, yo a que me folles sin parar, ¡¿No te gustaría hincharte a follar con tu madre…?! Te voy a dejar que hagas de todo, que tus fantasías más sucias las vivas conmigo…me llenes de lefa y quedes seco.

Dijo riendo picara.

-  Te dejaré ser lo traviesa que quieras. No te reconozco mamá, se has convertido en una loba hambrienta de sexo… jamás te imaginé así y me encanta lo puta que eres.

Le dije con una sonrisa en la cara.

- Nunca vas a encontrar a una hembra más PUTA contigo, que tu propia madre… y lo deseas, tendremos algo muy especial… Dijo acariciándose el vientre sonriendo.

Se acercó poco a poco dándome pequeños besos en la boca, luego bajó por mi pecho al abdomen, siguió por la barriga hasta llegar a mi verga… semi flácida reposada sobre mi pierna derecha y ella con la lengua recorrió su longitud haciendo un reguero caracolero de saliva. Acabó de retirar el prepucio. Daba pequeños golpes con su lengua sobre el glande, hasta que poco a poco fue prendiendoa su máximo esplendor… No es muy larga, ya que mide unos 17 centímetros pero es gruesa como bien les gustan a todas, es de las que se pueden comer hasta los huevos, gozar sin producir dolor en el vientre y disfrutar una y otra vez mientras esté alzada.

Gocé viendo como bajó hasta mi verga, lentamente comenzó a besarla, lamerla contorneado su lengua alrededor de mi glandemirándome a los ojos para ver la reacción de su boca, en micada vez más erecto cipote… se la fue metiendo en la boca. Comenzó a hacerme una mamada espectacular. Antes de todo esto, no podía imaginar que mi madre la chupara de esa forma. La chupaba como si fuera lo último que iba a hacer en su vida. La metía en su boca hasta tragarla toda, luego la sacaba me besaba y mordisqueaba la cabeza y prontodentro otra vez. En un momento paró y me preguntó…

- ¿Te gusta?, quiero que lo disfrutes al máximo, tanto como yo…. Quiero que sepas que no es la polla más grande que me ha follado, pero es la más perfecta en todos los sentidos… ¡Este tamaño de tronco es el que me hace disfrutar más con el sexo! La mejor en grosor y longitud, me abre la boca del coño sin dañarme en el fondo de la vagina! La curvatura a modo de daga árabey la dureza que logras tener en cada erección frota, el punto G sacándome los más grandes orgasmos que una polla ha dado….Es una verga preciosa descapullada y sexy… una autentica arma letal… un ariete rompe coños. Y para colmo estos huevazos grandes y hermosos, son una fábrica lechera de alta producción.

Sus palabras y solo con la braguita del biquini que se veía muy sexy y explosiva, me estaba poniendo cardiaco…¡El morbo de la escena era tan febril! Me deshice de toda mi ropa, elevé una pierna sobre el apoyabrazos del sofá y ella sentada en el mismo se hizo con mi huevos…, se los metía uno a uno en la boca, los lamía con fuertes golpes de lengua como si fueran de acero, se los comía igual que una tajada de sandía sin dejar de pajearme el tronco de mi polla a punto de explotar. Esto me abrió el camino para para quitarme toda la ropa la camiseta por el sofoco del calentón… ella continuaba con la minúscula braguita de bikini. Aquello no se parecía a una sesión de sexo común, mucho menos que ambos fuéramos parientes… para nada éramos madre e hijo, éramos dos apasionados amantes que se deseaban y ansiaban gozarse mutuamente sin fin, sin pudor y sin cortapisas impuestas por los tabúes sociales.

Una vez que me refregó a conciencia los cojones, me tiré en el sofá para estar más cómodo mientras ella sequía con la mamada de rodillas en el sofá, agachada… se intuía el culo, sus dos nalgas expandidas por la posición…debía de ser un espectáculo vista desde atrás. ¡Me vuelve loco follarme a mi madre a cuatro patas al estilo perro… a ella le embarga ser una perra cuando le doy duro! Siempre me exige que le dé más fuerte y profundo… nunca piensa que soy su hijo hasta que acabamos y nos abrazamos tiernamente… entonces me habla como a su niño. Mi madre volvió a mi polla, su boca solo hacía maravillas con ella. En determinado momento paraba para tomar aliento y volvía a chuparme los huevos con desmesura… los devoraba como una loba famélica.

- Cuando vayas a correrte, avísame, quiero estar preparada para tragarme toda la lefa.

La cogió con la mano derecha y la descapulló con sus labios, separó su boca y tiró un gran hilillo de saliva sobre el prepucio que bajó por todo el tronco hasta los huevos. Con la otra mano empezó a moverme los huevos mientras me miraba a los ojos, sus dedos jugueteaban con ambas bolas acariciándolas y sobándolas en un gesto que me enloquecía de gusto. Sabía cómo tocar los huevos

-  Cariño, aguántame un poco más, que la mamada de hoy no la vas a olvidar en tu vida.

Me sorprendí de sus palabras, no era nada normal oír cosas como esa salir de la boca de mi madre… no solía decir nada igual ni parecido, pero ahí se notaba que estaba muy caliente y yo más.Su lengua pasaba por mi polla mientras apresaba con fuerza mi tronco y lo comprimía, con su otra mano estiraba de los huevos hacía arriba pegándolos a su labios al metérsela entera. Desde arriba veía como la saliva caía por toda mi polla y por su boca, espesa y abundante… cada vez había más y llegaba hasta mi culo. Yo excitadísimo de ver que era mi propia madre, más.

Mi madre me cogió las manos y me las puso en su cabeza.

-  Ahora vas a follarte la boquita de tu mami… hasta el fondo de la garganta. ¡Mueve tus caderas y fóllame… quiero que me trates como lo harías con una PUTA!

Esas palabras me encendieron más aún, así que le cogí la cabeza y poco a poco le introduje la polla tan dentro que llegó al esófago. Su nariz estaba pegada a mi pubis, y notaba como la punta de su lengua tocaba mis huevos… me los agarraba y golpeaba suavemente con su mano. La tuve unos segundos atorada así, hasta que la moví hacía arriba sin sacársela de la boca para repetir el movimiento. Ella abría la boca para respirar, pero no llegaba a sacarla, sus dos manos masajeaban mis huevos, los estiraban los movían, pero su lengua no dejaba de moverse con mi polla dentro de su boca, era un placer que no solía reconocer en ninguna de mis amantes o novias, pero me estaba encantando. La cantidad de saliva que caía sobre el sofá era incontrolable, se veía unas pequeñas lagrimitas en los ojos de la madura Alexandra y sus cabellos pegados en la frente por el sudor del calor, era más que evidente, pero no podía parar de follarle la boca, estaba a punto de correrme y ella lo sabía.

-  ¡Me voy a correr mamá muy rápido si me lo haces así de bien…!

Le dije mientras soltaba su cabeza y dejaba que ella continuara sola, como hacía siempre que me daba una mamada espectacular, ¡Joder qué gustazo me surtía mi madre! Una mano en mi polla y con la otra se metía los dedos en el coño a la vez que mamaba.

- ¡Hijo qué polla más deliciosa tienes!

En un par de minutos se corrió de masturbarse a la vez que me la chupaba con ardor, yo no pude aguantar más ella se dio cuenta que me iba a correr, aflojé el ritmo intentando durar más.

-  ¡¡Te he dicho que me folles la boca, cabrón!! ¡Hazme sentir tus pelotas en la cara! 

Dijo mirándome a los ojos y cogiéndome las manos y reposándolas sobre su cabeza, mientras la suyas volvieron a mis huevos y los dedos que estuvieron en su coño y la hicieron correr, fueron a mi culo… noté un dedo entrar en mi ano.Seguí con el vaivén incontrolable. Mi polla empezó a hincharse y empecé a resoplar con fuerza. Las gotas de sudor caían por mi frente, hacía muchísimo calor, pero estaba muy excitado. No se demoró mucho en llegar este momento y si bien quería que siguiera chupándomela por un buen rato más, también quería eyacular en su garganta, o más bien no pude aguantar un segundo más… así que llegó el momento…

- Ya casi estoy a punto mamá, prepárate para lo que llega…

En ese momento metió el dedo más profundamente en mi culo… continuó con la mamada hurgándome, buscando el punto de máximo placer masculino, para sacarme el máximo rendimiento.

- ¡UUUUFFFFFF, me corro, me corro! ¡Me corroooooo!

En pocos segundos descargué en su boca toda mi leche acumulada durante varios días. Un primer chorro de semen potente, salió de mi polla directamente a su garganta, mis manos quedaron quietas mientras me corría. Seguía escupiendo semen dentro de la boca de mi madre y notaba como ella succionaba el capullo… ella iba tomando toda, chorro a chorro, succionaba el capullo reteniendo la leche que se acumulaba en su boca. Su mano me pajeaba y la otra masajeaba mis huevos como si los estuviera escurriendo. Impresionante como mamaba y se tragaba el semen como si tal cosa.No salía nada por sus labios, estaba tragándoselo todo de la forma más golosa que nunca vi en una mujer.

Con el último aldabonazo de lefa, me mostró el contingente de leche que aun retenía en la boca, me sonrió, cerró la boca fuerte y se zampó todo el semen de una. Luego, sin soltar mi polla, la limpió lamiéndola y escurriendo el último borbotón de engrudo. Poco a poco, notaba como cada vez mi polla iba perdiendo su dureza pero mamá no dejaba de succionar el glande sorbiendo el agujero uretral, y de pasar su lengua por toda la polla. Los latidos de mi corazón iban bajando poco a poco, pero mi mirada no dejaba de mirar los ojos de la mujer que me había dado la vida, cuidado y hecho tantas meriendas, ayudado en mis tareas, curado mis heridas del parque y mimado en mis días de bajón. En esos momentos mi madre soltó un pequeño respiro…

-  Matías, ¿creo que me debes algo no? 

Mientras me daba un beso en los labios.

-  ¿Lo dudabas? 

-  Me tienes muy mojada, así que vamos… no saldremos de aquí hasta que no podamos movernos de las agujetas que tendremos de tanto follar…. Quiero que me lo hagas toda la noche, que me dejes un buen dolor de coño de los golpes de tus huevos contra él.

Esto lo decía mientras cogía mi mano y la ponía dentro de su bikini. Mis dedos notaron el fluido de su vagina. Estaba completamente mojada y sus labios estaban muy hinchados. Pasé la yema de mis dedos por toda su rajita hasta el duro clítoris, y los separé de su bikini dándole un beso.

-  Prepárate, vas a gozar como nunca gozó la puta deMescalina.

Le susurré al oído. Quité la mano, mis piernas aún temblaban de la mamada que me acababa de dar mi madre. Había sido la mejor mamada que me habían hecho en mi vida.

- Vamos al cuarto, que yo también quiero correrme… ¡Y lo vas hacer con tu polla dentro!

Fue una de las corridas más excitantes que tuve en mi vida, nada se compara a esta en la que es tu propia madre, la mujer más prohibida que uno hombre tiene. Nos levantamos del sofá y caminamos hasta el dormitorio, ella me agarró la polla como si fuera de la mano y me condujo al dormitorio, a nuestra cama marital donde algún día la iba a preñar. En el camino…

- Nunca pensaste que tenías una mami tan caliente y tan puta… ¿Verdad? Espero que puedas llevarme el ritmo hoy, porque cuando estoy perdidamente cachonda y alguien me provocacomo lo haces tú… lleva mucho sacarme la calentura del cuerpo.

- Espero poder complacerte en todo lo que pueda… ahora estoy más preparado para aguantar, con la comida de polla que me has hecho.

- A ti te pasa como a los toros de lidia… que hay que picarlos antes de la corrida para que hagan la faena de la tarde… ¡No imaginas cuanto tiempo he esperado un macho así!

 

***********

 


 

Entramos en el cuarto, soltó mi polla y se tiró en la cama, yo encima de ella comencé a besar sus tetas lentamente, bajépor su abdomen al monte de Venus y finalmente logré alcanzar la deliciosa vulva de su caliente y húmedo coño… emprendíuna chupada a full. Mordía su clítoris, lamía sus labios y metía mi lengua yun dedo en su empapado coño. Primero uno, luego otro y al final tres en pugna con mi lengua. Ella gemía, me apretaba la cabeza contra su vulva castigándome a comérmelo. Se notaba que estaba gozando mucho. La comida de coño no debía ser menos golosa que la que hizo en mi polla y huevos, debía estar a la atura, pensaba centrándome en ello.

No tenía la energía que se sentía como si estallara por estar demasiado cachonda, en cambio, era como si hubiera pasado demasiado tiempo y quería cambiar eso. Y fue así como decidió cambiar esa sequía. Mi madre nunca me hizo sentir apurado, nunca quiso. Me concentré individualmente en qué parte de su cuerpo estaba mirando directamente y seguí moviéndome a través de sus labios, abajo, arriba y en todas partes sobre sutriángulo de la lujuria.

Cuando dejamos de besarnos, dejé caer la cabeza en su regazo, ni siquiera pensé, mi lengua aterrizó en la parte superior de su raja… se estaba acostumbrando a que se lo comiera, como si dijesen sus ojos “¿Te importa si vienes a disfrutar un poco del sexo con tu madre?". A estas alturas, en el momento que estábamos viviendo, habían sucedido suficientes veces que se había establecido una respuesta pavloviana. Cuando le llegaba ese mensaje, su coño palpitaba con la sangre que se había desbordado tan rápido como allí pudo. Inmediatamente surgía jugo en el coño de mi madre y sabía que sería una buena sesión de sexo. Es una mujer de mojada exprés.

Acostado de espaldas en nuestra cama, deslizaba mi lengua hacia arriba y hacia abajo por todo su coño. Me puso tan cachondo que si no tenía cuidado, me correría en minutos sin habérsela metido debidamente. Yo nunca quise eso. Quería gozar, dejar que mi  mente se concentrara en una cosa… suprecioso coño, y para obtener adecuadamente lo que necesitaba, tenía que tomarme mi tiempo. Nunca hay que tomarse con prisa lo que se desea gozar, debía comerle el coño sin ligereza por mi parte. Miré la parte superior de su cabeza, admirando el cabello, mientras se movía de lado a lado, yo arrastraba la lengua en un patrón en forma de 8 de arriba a abajo de su vulva.

La punta de la lengua bajó a la parte inferior de su abertura, y se quedó haciendo cosquillas en la carne con mi aliento y la punta de la sin hueso. Mi lengua se movió, flexionó y aplanó el perineo rozando su anillo, gimió al notar la humedad en su ano, no estaba acostumbrada. Cerró los ojos y toda mi lengua se apretaba contra el coño tanto como podía. La sensación de su cálida vagina con mi lengua ejerciendo tanta presión, fue el detonante que le hizo sentir un orgasmo florecedor.Su respiración se aceleraba. Inmediatamente detuve la presión y usé mis manos para extender más sus muslos. Me quedémirándole el coño, comiéndomelo con la vista marchitándolo… ella no dejaba de girar sus caderas. Después de un par de segundos, las caderas se detuvieron.Mis ojos se movieron alternos de su coño a su cara. Vi como su respiración se ralentizaba y me calmaba.

Los ojos de mi madresiempre me atrapaban. No es solo su color verde intenso… nunca mostraba lo que pensaba o sentía. Solo mostró lo que quería de mí. Sus ojos pueden decirme cuándo está pensando en “cómeme el coño” cuando me mira a través de una sonrisa, y quiere que mantenga mi tarjeta de baile clara, por así decirlo. Sabía que no debía llevar a nadie más a casa porque deseo que sea solo mía. Con mis ojos puedo decirle que quiero que su cuerpo se calme para poder mantener mi boca sobre ella por más tiempo, aunque sé que sus mini orgasmos son inevitables.

Sus ojos me dicen cuándo quiere que mire hacia otro lado y vuelva a hacer lo que estaba haciendo, también funciona recíprocamente. Mordisqueo, lamo y muerdo la parte interna de sus muslos, la piel cubriendo la V a lo largo de donde su entrepierna e ingle son más sensibles. Tantos hombres, incluso hábiles comecoños, nunca saben cómo tratar toda la extensión clitoriana de una mujer, no solo el pequeño botón del glande… yo sí. Sabía instintivamente cómo hacer que cada parte de su coño, se iluminara con mis atenciones. Mis dientes rasparon la piel de sus labios, chupando y besando hasta que se redujo a un parche de ladermis más sensible, a solo unos centímetros de la parte superior de su raja… la guinda del placer femenino su gran y duro glande clitoriano, pero antes no me había olvidado de todo el contorno que también forma parte del clítoris…. Sintió mi beso cambiar como si le estuviera dando un chupetón. Probablemente debería haberme preocupado por una marca duradera, una marca que diga que el coño de esa hembra tiene dueño, pero era monógama con su hijo, no debía pensar en cuantas pollas habían pasado por la raja de mi madre, además, la sensación se sentía tan bien que ella quería seguir sintiendo más.

Su aliento se detuvo y tartamudeó de nuevo en un jadeo. Intenté seguir concentrándome, en volverme hacia abajo hasta que los dedos dejaron su muslo izquierdo y comenzaron a recorrer la raja húmeda. Mis dedos se hundieron en su coño justo cuando el chupetón comenzó a formarse. Se sintió increíble, mi madre cerró los ojos. Un gemido se deslizó entre sus labios cuando apreció mis dedos deslizarse dentro y fuera de ella en un bombeo lento y constante. Mis labios y lengua seguían trabajando en esa gorda vulva. Era como si tuviera una línea directa con su clítoris, imitando la sensación de un orgasmo que se extiende por su cuerpo cuando su clítoris está siendo objeto de dedicación onanista. Sus dedos, largas espigas que mecen placenteros mis cabellos.

Sus caderas se levantaron del sofá y se empujó sobre mis dedos, acercándome más profundamente a ella. Casi esperaba que yo comenzara a retroceder, como forzando a otra persona a calmarse. Había estado probando y provocando su coño durante unos minutos. Normalmente eran casi imposibles con cualquiera, pero con Matías, su hijo…, la corrida eran absolutamente instantáneas. Me dejó intentar alejarme de su boca, y tratar de llevarme de vuelta a su clítoris.Dulce Jesús, quería mislabios en su clítoris. Me reí entre dientes en lo profundo de mi pecho, manteniendo mis labios sobre el chupetón descapullado del clítoris, pero bombeé mis dedos con más fuerza dentro de ella a modo de castigo… le encantó la sensación de incursión.

Tenía tantas ganas de correrse, quería seguir sintiendo que hiciera exactamente lo que estaba haciendo. Quería que moviera mis labios a otra parte, de vuelta a su coño. Quería ambas opciones al mismo tiempo y nunca quería que la sensación se detuviera. Solté el otro muslo, me llevé los dedos a la boca, los humedecí y luego me estiré para tocar su pezón. El juego con los pezones era uno de nuestros favoritos, los tiene largos en erección y eso facilitaba agarrárselos fuerte.También envié una línea directa de sensación a su clítoris. Entre el chupetón y su pezón, era como si jugaran con su clítoris en dos frentes. Ahora sus gemidos se volvieron más estrangulados. Quería hablar conmigo, pero todo lo que pudoentender, fueron los sonidos ininteligibles que salían de su garganta. Se podía escuchar el sonido aguado de mis dedos en su coño, la humedad de mi madre rodeándola de placer sin parangón. Levanté la cabeza de su piel morena y soplé sobre el cabezón clitoriano. Sus ojos se pusieron en blanco y tragó un gemido. Debía ser un sentimiento diferente, pero uno que no la distrajo del orgasmo creciente. Mis dedos se movieron sobre su pezón, pellizcando ligeramente y rodeando el pico extremo que poseía mi madre en sus tetas.

De repente me apartó de los labios, y con ellos rodeo el glande del clítoris. Chupé, succioné y mordí con los labios ese cabezón y su orgasmo explotó a modo de mascletá. Sus músculos se agarrotaron, sus caderas se levantaron, su espalda se arqueó… sus gemidos se alargaron hasta convertirse en uno y tembló como nunca la vi a mi madre. Mantuve los dedos metidos profundamente dentro de su raja, apenas arrastrándolos hacia dentro y hacia afuera. La fricción permitió que su Punto G fuese agarrado y llevarle el orgasmo a mayores alturas. Mis labios se quedaron en su clítoris, mi cabeza presionada por sus manos mientras me resistía. Su cuerpo se sentía vivo, sus pezones se sentían tensos y se corrió como una adolescente en su primera vez.

Se sentía tan bien…  bajó de su orgasmo lentamente. Me quedé como estaba, acostado entre sus piernas. La miré con la cabeza apoyada en una mano. Cuando se sintió más aliviada después de ser castigada, miró hacia mi rostro. Mamá tenía una pequeña sonrisa en sus labios, mi boca todavía húmeda por su coño. Se veía feliz y tranquila. Su satisfacción no estaba completa, eso lo sabía. Por primera vez, no me sentí completo yo tampoco. El eyacular de ella siempre se sintió increíble y esta vez no fue diferente. Quizás yo era diferente, o quizás era el hecho de que esta vez sus ojos me decían algo nuevo. No pensé, solo la alcancé. Por lo general, volvemos a relajarnos sobre la cama o pasamos el rato. Esta vez, rompimos el hábito y me agarró. Me moví y agarré su cabeza.Mis dedos se deslizaron entre los mechones de su cabello, agarrándolo justo por encima de su oreja. Mantuve su cabeza firme y moví mi cuerpo debajo del suyo. Cuando me coloqué de rodillas, me acerqué a ella, lamí y moví sus labios, separando su boca y me sumergí en ella, besándola como si estuviera muerto de hambre. Ella no se resistió ni me indicó que me detuviera. Esperó hasta que tuve unos segundos de dominio y comenzó a devolver el beso con más lengua que yo le daba.Ella me dejó mantener el control, pero esta vez participó agradecida por el placer recibido. Un escalofrío recorrió mi espalda, era tan nuevo. La energía, la dinámica decía que esta vez era diferente. Me separé y la miré a los ojos…. No fue amor. No era deseo. Ella solo me miró y sus ojos me dijeron que quería que yo hiciera lo que deseara con su cuerpo.

Esta vez, quería ver qué haría. Por eso nuestra relación nunca cambiaría… ella era mi madre y yo su hijo, sin embargo la sexualidad abstenida de ambos en el tiempo, y el detonante de nuestra fogosidad, nos había hecho extraña pareja de cama, de modo que la curiosidad de ambos por el otro solo fueron bien recibidas por separado o en pareja…, deseábamos conocernos y lo hacíamos de todas la maneras posibles que dos personas de distinto sexo y heterosexuales podían hacerlo. Íbamos a recobrar todo el tiempo perdido de nuestra relación y de todas las otras relaciones frustradas, e implementarla, rellenando todo de semen y flujo vaginal, además de mucho amor.

 

***********

 

En este momento, tenía curiosidad por saber cómo quería expresar mi sexualidad. Mantuve mi mano apoyada en su rostro. Su jugo eyaculado, se veía bajar entre sus muslos. Quería sentir más y su hijo se lo iba dar…. No se trataba de correrme simplemente, se trataba de sentirme más en relación con el sexo, la emoción, los gustos, los movimientos de dominio sexual y de seducción. Quería sentirlos todos y quería que ella también lo sintiera conmigo, que no se acordara de ninguno de sus anteriores amantes, que fueran agua pasada y una pérdida de esfuerzo y tiempo.

Recostado sobre la cama, hicimos un 69, noté de nuevo el sabor y aroma de su dulce liquido inundar mi boca, iba acompañado de un suspiro largo y aliviado. Su boca se dedicó unos momentos a subirme la moral y lo logró… mamá sabía cómo tratar una verga y llevarla alto.

- Ahora te quiero dentro.

Yo sin dudar, la coloqué recostada de espaldas, se abrió de piernas y sus dedos tiraron de los labios vaginales para ofrecérmelo al completo…, se veía el interior rosado candente, y de rodillas entre sus muslos ubiqué el glande de mi verga en la entrada,arropado por los labios vaginales y sus apretadas carnes internas, y de un solo empujón la enterré a fondo en su húmeda vagina. Comencé a bombear, tiró de mi cuello para que nuestros labios se unieran en la follada… me encantó besarla a la vez que iba metiéndole la verga hasta la raíz una y otra vez. En nuestras bocas se mezclaron los sabores más íntimos de los dos. Ella suspiraba y se movía sensual buscando el mayor de los frotamientos internos y externos de nuestros cuerpos. Casi enseguida lanzo un grito y su cuerpo se volvió a aflojar convulsionando, sus manos me apretaban contra ella, como no queriendo que me salga de su acogedor útero. Para mí era maravilloso poder hacer que mi madre tuviera esos orgasmos tan continuados y tantos… notaba como comprimía mi polla con sus músculos vaginales y soltaba de manera pulsada, eso le imprimía mayor sensación de placer.

En determinado momento pidió que parara, me dio la vuelta acostándome sobre la cama, y ella se montó sobre mí con una agilidad inusitada. Se colocóla polla en su coño y se dejó caer. Comenzó a cabalgarme tirándose hacia atrás. Yo con mis dos manos apretaba y sobaba sus hermosas tetas que habían desencadenado todo mi afán por desearla. De pronto comenzó a agitarse aún más y sentí en el tronco el resbalar de sus jugos. Sin duda había vuelto a correrse. Fue entonces que me dijo…

- Ahora cabálgame tú a mí, hazme tu yegua o tu perra… ¡¡MÓNTAME BIEN, CABRÓN!

Salió de encima de mí y se colocó con todo su hermoso culo a mi vista, a cuatro patas. Yo me coloque atrás y le volví a enterrar el cipote con todas mis ganas en la raja de su amoldado coño. Nada más hacer esto ella emitió un gemido que casi parecía otro orgasmo. Comencé con el vaivén cada vez más rápido y cada vez ella me pedía más y que le diera unos pollazos más fuertes, hasta que no pude más y me corrí clavándole la polla hasta los huevos. Dejé salir los chorros de leche espesa y macerada durante días en mis testículos, para rellenar el fondo de su vagina. Disfrutaba con la rica sensación de percibir cada eyaculación, sabiendo que estaba llenando la vagina de la mujer que más amaba y que más me amó en mi vida… aquello era amor, pasión, necesidad de entrega al otro, conexión y la más feliz comunión entre un hijo su madre, entre un hombre y su mujer, entre un macho y su hembra, lo más puro y ancestral que nuestros genes e instinto posee.

Nada más acabé con la última gota de lefa, ella se corrió… la extraje del estuche hecho a medida y comenzó a chupar mi polla con todos los jugos impregnados de mi leche y sus flujos vaginales gelatinosos… se la pasaba por sus tetas.

Quedamos los dos tendidos en la cama en silencio, exhaustos, al rato se comenzó a reír…

- Nunca pensé en que terminaría follando con uno de mis hijos….mucho menos a pelo sin miramiento alguno por mi fertilidad… y es que la abstinencia te lleva a que a hacer cualquier cosa con tal de satisfacer al demonio del placer que llevamos dentro.

Me miró a los ojos, me cogió la cara con su mano y continuó…

-  No quisiera que nuestra relación cambie a partir de ahora. Seguirás siendo mi hijo y yo tu madre. Pero mientras vivas en mi casa, lo harás en esta cama y junto a mí. Quiero que seas mi hombre también y yo te juro por mi vida que seré tu hembra en exclusiva, no creo que me vaya a fijar en otro macho…. Ambos en casa vamos a poder hacer todo lo que quieras, ya has podido comprobar que puedo ser tu madre cariñosa y tu Puta ardiente.¡¡Creo que como amantes nos entendemos y muy bien, mi vida!!

Yo solo atine a decir sí. Pasamos el resto del día y de los días siguientes hasta su viaje en barco con sus amigas, follando como conejos…. Suave hacíamos el amor, duro follábamos como animales. Incluso me dijo de ir con ella al viaje como si fuera nuestra luna de miel, pero habría que dar muchas explicaciones si queríamos echar un polvo. Ahora estoy un poco arrepentido de haberle dicho que no. Sobre todo porque estoy desando tenerla a su regreso. Tal vez no esté bien lo que hacemos, pero a mí me gusta y siempre tengo ganas de repetirlo. Veremos qué pasa a la vuelta de su viaje.

 

***********

 


 

Desde su accidente llevábamos dos meses viviendo juntos, su pierna volvía funcionar muy bien y nuestra relación giraba en torno a una convivencia habitual donde había entrado a jugar también el sexo, convirtiéndola en marital. Follábamos cada vez que podíamos, ambos trabajamos en horario partido y solo nos vemos por las noches, sin embargo los fines de semana pueden ser apoteósicos cuando no me la secuestran sus amigas. Ella se había recuperado de la pierna muy bien… le gustaba que la masajeara y siempre terminaba esos masajes con ella acostada boca abajo en la cama y yo con la cabeza hundida en el culo y coño, chupándolo por largo tiempo. Era la forma que habíamos descubierto para relajarla… y el momento en que se le ocurrían las ideas más alocadas, de esas ideas surgió la propuesta de sumar a nuestro juego a su amiga Elena, que por otro lado ya sospechaba, algo que habría meditado durante el largo viaje en barco, en donde seguramente se le habría escapado que follaba con su hijo, que éramos pareja de hecho o que nos calmábamos la ganas mutuamente.

En uno de esos largos monólogos me sorprende con lo siguiente…

-Tengo una idea que te va a gustar mucho, pero todavía no sé cómo llevarla a cabo. Quiero que Elena tenga sexo con nosotros, que seamos tres en la cama. Somos amigas desde muy chicas y la conozco más que ella a sí misma… de jóvenes hemos tenido nuestras aventuras compartiendo sexo con nuestros novietes. Sé que el sexo le parte la cabeza, pero está frustrada porque no ha conocido a un varón que la haga disfrutar desde el divorcio y mucho antes casada… sé que necesita que le echen un buen polvo.

-Pero es una mujer muy seria, nunca la escuché hablar de sexo, ni insinuarlo.

-Sé lo que siempre quiso, pero después de casarse es como si se hubiese apagado, el exmarido era y es un estúpido, muy conservador y peor después de tener a sus mellizos.

-Yo veo que se llevan bien con su ex….

-Son todas apariencias, ella me cuenta todo, él quería casarse para tener hijos, para complacer a su madre, una vieja hija de puta, pero millonaria. Elena lo conoció desde muy joven, aunque sabía que era muy apegado a la madre y que ella lo manejaba, pensaba que después de casados todo iba a ser diferente, pero se equivocó y al final han acabado cada uno por un lado con hijos a su cargo.

-Pero que tiene que ver con el sexo, tal vez ahora se llevaban bien en la cama… los divorciados follaban más que los casados.

-No digas tonterías, la gente no cambia tan rápido su forma de pensar, todo lo contrario, esa es su mayor frustración. Aunque no lo puedas creer, Elena aún tiene virgen el culo.

-Jajaja ¿Cómo sabes?

- Es lo primero que le pregunté después del divorcio, siempre me contaba que se lo guardaba para la noche de bodas, pero no tuvo suerte esa noche ni en todo su matrimonio, su exmarido no quería metérsela por el culo por nada del mundo… Jorge es un estúpido, siempre le decía que ese agujero no se hizo para tener sexo, y sin embargo es el idóneo para no quedarte preñada.

- Jajaja lo que se ha perdido ese mamón… no hay nada tan excitante como darle por el culo a una dama como mi madre….

- Mira que eres bestia, pro tienes razón, lo que se pierde, tiene un culo hermoso y un agujero apretado, un día nos estábamos duchando en un vestuario y nos ayudamos a enjabonar, no me pude resistir y le metí el dedo en el culo, dio un largo suspiro, pero me tomó de la mano y se sacó el dedo, reímos lo tomamos como un juego, mientras me decía que lo quería guardar para alguien especial, dado que Jorge no lo deseaba usar.

-Pero que piensas hacer con Elena

-Quiero que le rompas el culo, que le metas esa enorme cabeza, que no se pueda volver a sentar. Sé que va a ser difícil, pero no imposible.

-Parece que la quieres ver sufrir

-Al contrario, quiero que recuerde cuando le dilatamos el ano, siempre fue su sueño, creo que lo vamos a lograr.

-Pero ¿cómo vamos a hacer?

-Te cuento cual es mi idea. Yo la voy a llamar para que pase el fin de semana que viene con nosotros, le voy a decir que lleve a los mellizos con los abuelos paternos, ellos se mueren por sus nietos, pero a Elena no los quiere ni ver y el marido con tal de complacer a su madre seguro que no se va a negar.

-Pero ¿qué le va a decir a su suegra, para que se venga con nosotros?

-Que le diga que me tiene que ayudar con la pierna, cualquier excusa lo va a convencer

La conversación me excito, apenas saqué la cara del entre sus labios vaginales, no pude resistir en meterle la polla hasta el fondo de su estuche… estuvimos follando media hora.Mi madre no perdió el tiempo. Luego de ducharnos agarró el teléfono y llamó a Elena, estuvieron hablando como una hora, entre risas y divagues, la invitó a pasar el fin de semana con nosotros, no tardó mucho en convencerla, aunque quedo en confirmarle.

Pasaron tan solo dos horas y Elena le devuelve la llamada, nuevamente hablaron por un largo rato, le pregunta si podía estar con nosotros los dos días. Todo andaba sobre raíles, el plan de mi madre había comenzado.Ahora mi duda era como le contaría mi madre que yo me la estaba follando. Bueno no fue tan complicado como parece. Ahora cuento.

Llego el día en que viene a casa Elena, era alrededor de las 10 de la mañana del viernes, llega vestida con un pantalón jean desgastado y una camiseta blanca muy casual juvenil, con una pequeña mochila donde trae ropa para pasar esos días. Alejandra, mi madre, abre la puerta y la saluda con un largo beso en la boca, Elena no se sorprende ni se enoja, se ríe. Me ve y viene a saludarme, me da un fuerte abrazo pegándome fuertemente sus tetas, puedo sentir sus firmes pezones apretar mi pecho, la reacción fue casi instantánea en mi verga, una incipiente erección empujaba mi pantalón, pero me trato de tranquilizar el día recién empezaba a tomar tintes de lujuria y pura lascivia para mi polla.

Ellas conversaban mientras preparaban la comida, luego almorzamos y seguían hablando, yo las escuchaba mientras el tono de la conversación iba subiendo, especialmente por mi madre que todo lo llevaba al terreno sexual. Cuando agarraba un pepino, se lo mostraba y le decía que bien se sentiría por atrás o tomaba unas naranjas con las manos y las chupaba mientras decía que eran los huevos del hombre que le gustaba. Elena se reía, pero se le notaba cortada de que yo la escuchara hablar así, se notaba en sus mejillas el color de la vergüenza y en su miraba, que la apartaba de la mía rápidamente.Mi madre no quiso perder tiempo, empezó con su plan, como una araña para atraer a su red a un insecto.

- Matías, ya es la hora del masaje. Elena ¿lo puedes ayudar?

- Si, no hay problema, en que lo ayudo.

- ¿Puedes ir al baño a traerme unas toallas para poner sobre la cama? No quiero que se ensucie con la crema. Te esperamos en la habitación

- Ahora las busco y voy.

Vamos a la habitación abrazados de la cintura. En voz baja me cuenta que íbamos a hacer

-  Voy a esperar a que vuelva y me empiezo a quitar toda la ropa, mientras tú haces que preparas las cremas para el masaje. Masajéame todo el cuerpo, después masturbarme con suavidad el coño empezando por los labios, el clítoris y acaba metiéndome los dedos a la raja… y vemos cómo reacciona.

- ¡Joder, le vamos a dar un espectáculo! ¿Qué crema uso?

- Cualquiera, esa corporal láctea puede servir.

Esperamos un minuto y vuelve con dos toallas en las manos.

- ¿Éstas pueden servir?

- Sí claro, esas sirven, colócalas sobre la cama estiradas mientras me desvisto…

Mi madre primero se saca la camiseta y se desprende el sujetador, quedando en tetas. Yo miraba la cara de Elena y veo como abre los ojos, sorprendida y enseguida se le ver un poco incómoda, pero no podía quitar la vista de su amiga Alejandra. Mi madre sigue con total naturalidad, se baja el pantalón y queda con un tanga blanco escaso pero tanto como otros que tiene… enseguida desprende de él, quedando completamente desnuda, nos muestra su coño depilado de labios tan sugerentes que mi polla se posiciona sobre mi muslo izquierdo. Elena la sigue mirando e intenta decir algo, no era lo mismo que el topless que se marcaron en el transmediterráneo.

- Pero, p…. ¿sin nada?

- ¿Qué cosa me estás diciendo…?

- Sin ropa, con tu hijo aquí…

- Claro, como me va a dar un masaje corporal completo sin no es en pelotas, no me digas que te da vergüenza… somos adultos y aquí todos ya han visto a un hombre o mujer en pelotas,  incluso mi hijo, sobre todo a su madre ¡Nos tenemos muy vistos!

-¡No, no, pero es Matías… es tu propio hijo!

- Con quien se puede tener más intimidad que con la propia familia… ¿Dime? Que mejor que me toque mi hijo a un cualquiera que nunca sabes qué puede pretender. Anda Elena, relájate y mira el mejor masaje que un hijo le puede dar a su madre… es un maestro.

Elena ya no podía decir nada, no le salían las palabras, se le dibujaba una sonrisa nerviosa en la cara, se sienta a unos pocos centímetros de la cama, en una silla de mimbre, mi madre ya estaba recostada boca abajo sobre las toallas para ofrecer su cuerpo a mis manos. El olor que desprendía el cuerpo de mi madre en esa pequeña habitación enviciaba el aire de sexo, las feromonas lo llenaban todo con tanta espesura que se podía cortar a cuchillo.

Comiendo a masajear su espalda hasta dejarla brillante, luego hago lo mismo por otros minutos con sus piernas hasta que subo al culo y se lo empiezo a manosear, la tonificación de su culo es espectacular. Ya saben cómo es el culo de mi madre, firme y redondo, le dejo los glúteos como espejos… como dos bolas de billar. El silencio en la habitación sólo era roto por la fricción de mis manos y la respiración cada vez más profunda de Elena. La madura estaba muy excitada por la situación, de ver a un hijo manosear el cuerpo desnudo de su propia madre en un acto lascivo como poco…. Deslizo mis manos al centro del culo y llego a su vagina, meto un dedo la raja y lo entierro… le empiezo a masturbar el coño sacándolo metiéndolo, y frotando su pepita. Mi madre eleva un poco más el culo para que tengo mejor acceso y Elena puede ver la maniobra correctamente… mamá empieza a agitarse y gemir muy despacio.

- ¿Te parece que mi Matías lo hace bien?

- Tiene buenas manos, sin duda podría ganarse la vida en un centro de masajes…

- Si tú quieres también te puedes masajear en donde mi nene me lo hace a mí.

- Yo, la verdad es que me estáis poniendo muy rara…

Miro a Elena animándola a que disfrute y se desprenda del corsé del tabú del sexo entre jóvenes y maduras o entre parientes…, Elena respiraba muy fuerte, se desabrocha el botón superior del jean y con los ojos cerrados se lleva los dedos a la vagina, se estaba masturbando a la vez que yo se lo hacía a mi madre. Mis masajes sobre la extensa espalda de mi madre continúan, sobre su culo y piernas… de nuevos le meto los dedos al coño y uno se desliza a su ano. Mi madre se contornea y Elena se toca con mayor fruición, sin duda está muy cachonda  y se va a correr enseguida… los toques son cada vez más vertiginosos hasta que empieza a temblar de la excitación, de pronto en su entrepierna se empieza a extender una pequeña mancha de humedad mientras gime, había eyaculado, mi madre ya pegaba pequeños gemidos ostentosos y se contorsionaba sobre la cama en una de sus corridas multiorgásmicas.De pronto, Elena abre los ojos y entra en conciencia de la situación, nos mira avergonzada y agitada, como no sabiendo donde está, qué ha pasado su cuerpo. Mientras se tocaba el coño y mira el pantalón mojado… nos pide perdón.

- Perdón, perdón, perdón, yo no quise…

- ¿Por qué perdón?, no seas tonta, no pasa nada… mi hijo me da los mejores masajes holísticos, tan buenos que me corro varias veces, me ha hecho multiorgásmica desde que me masajea y folla como un buen semental. Ya te dije en el viaje del barco…

- Ya, ya… pero nunca pensé que fuera totalmente cierto o que lo hacíais tan natural, se os ve tan compenetrados, tan bien cercanosque nadie diría que sois lo que sois… vamos que sois madre e hijo.

- Pues ya ves que no mentía, nos llevamos muy bien y tenemos mucho sexo del bueno en todos los sentidos…te juro que nos amamos y nos deseas por igual…¡¿Verdad cariño…?! ¡Vamos Matías, métemela…fóllame que disfrutemos los tres de esta increíble sesión de masajes con nuestra amiga Elena!

No tardo ni un segundo en quedar desnudo y con la polla empalmada, no me cuesta nada penetrarla por el coño estando boca abajo, empujo con fuerza clavando a fondo y se la saco varias veces, era la primera vez que alguien me veía follar y menos con mi madre. Elena no pudo evitar meterse la mano en el pantalón nuevamente y volver a masturbarse con dos dedos en la raja a todo trapo, eyaculaba de tal manera que parecía mearse, el jean estaba casi todo mojado, no paraba de gemir, sus ojos estaban en blanco.

Lamí el coño y ano de mi madre, escupiendo y gritándole lo zorra que era y como la deseaba, y clave mi verga bien profunda, ella abierta no paraba de gemir e insultarme. Ver a Elena con los pantalones en las rodillas y tocándose el coño, me calentó más y hacía que la potencia de mi verga y mis huevos llegara al máximo…. Bien abierta, sobre mi madre bien puta, no parábamos de gozar en simultáneo, sexo del más perverso delante de la amiga de mi madre que aún no creía que todo eso estuviera siendo verdad, la que se la notaba bien caliente mirando la follada.

- Yo sabía que mi hijo y yo terminaríamos de esta manera desde que me trajo a casa…, ya en el taxi imaginé su verga gruesa rompiéndome el coño.

- Y señorita Elena, follo bien a la enfermera. Estás viendo lo puta que es cuando se queda desnudaante de su propio hijo… a mi madre le encanta que la follen duro, así…

Le empecé a bombear con rudeza sujetando sus caderas y ella elevando el culo, mi madre gemía y gritaba al sentirla bien duro y profundo, yo la mataba a pollazos con contundencia.

- No puedo creer lo bien que te folla tu hijo, Alejandra. Este cabrón aguanta bien.

Luego de secarle la frente a mi madre con la lengua, y al pararme, me puse en frente de Elena para mostrarle la verga súper dura bañada en los flujos espesos del coño de mi madre, me acerqué un poco más y le pedí que con su mano me la pajeara lo más duro que pueda, y que me la escupa, fue así que todo lo hizo de manera perfecta y con experiencia. No se lo pedí, pero ella se la metió en la boca, no pudo resistir un escalofrío en todo mi cuerpo al sentir sus labios y su lengua… le dio unas cuantas chupadas al glande, y luego yo como buen macho con la verga dura y chorreando la saliva de la amiga, me acerqué al culo de mi madre, y comencé a follármela salvajemente, moviendo la cintura una y otra vez al ritmo del mismo movimiento que mi madre tiraba para atrás su culo. Mis huevos chocaban contra su vulva una y otra vez, logrando calentarla mucho más y comentándole a su amiga lo que estaba sintiendo y gozando. Sus tetas no paraban de moverse, era tan caliente la situación que no nos importaba que nos escucharan fuera de la casa, salvo Elena, la amiga perversa que tuvo una breve pero perfecta participación.

- Me revientas el culo y el coño tan bien, cabronazo. ¡Fóllate bien el culo duro de tu madre, cabrón! ¡¿Puedes creer que un hijo se folle así tan bien el culo de su madre?!

- Elena, esta verga se puso así de dura por tu saliva, tiene que saberlo, es una experta ayudando a un macho caliente… ¡Y tú puta, empínate más que hoy te reviento toda!

- Joder, sí que sí… sois tal para cual. Folláis tan bien, que me habéis calentado como una estufa… me calienta tanto verlos follar en vuestra cama de matrimonio. ¡Vamos Matías, fóllate como una cabrón a la puta de la enfermera de tu madre!

La abrace en forma de cuchara pero yo frente a su espalda y le hice el amor, besando sus labios, besando su cuello, lamiendo el sudor de su espalda, la hacía mía una y otra vez frente a Elena que ya iba por su segunda corrida masturbándose…, Elena acercó su sillón de mimbreaúnmás para ver esa vulva gorda recibiendo una buena verga gruesa y firme por su culpa.Las tetas de la madre del fornicador, estaban marcadas por mis fuertes agarrones, los pezones erectos eran una debilidad para mis dedos, le jadeaba al oído, le decía lo caliente que me ponía tenerla así bien abrazada como si fuera mi mujer, mi esposa mi amante, y hembra aun siendo mi madre.Ella gemía en cada embestida, primero suave luego al entrar toda mi verga el grito era más prominente y placentero. Era un polvo de locos azuzado por la presencia de Elena…, la espectadora lo sabía y nos comentaba lo que estaba sintiendo su clítoris, al ver semejante acto de perversión.

- ¡Qué bien me haces el amor, Matías, se nota que me amas más de lo que pensaba, me exprimes las tetas como un profesional, espero que nuestra amiga no se olvide nunca de esto.

- Te hago el amor para que sientas de nuevo lo que es un buen macho sobre su cuerpo de hembra, te voy a dar toda la verga que sea necesaria para te olvides del viejo y de todos esos amantes de medio pelo que solo te querían para follarte y aliviarse ellos.

- Ya me los has hecho olvidar a todos hace tiempo…, solo pienso en ti y tu forma de amarme… el viejo solo me sirvió para dejarme una buena herencia que tú yo estamos disfrutando… ¡Ahhhh! Así métemela bien fuerte y profunda.

- Lo sé, y espero que Elena esté disfrutando de la escena filio-maternal con este polvo de locos, porque estoy a punto de correrme…

- Sois tal para cual, os amáis y eso se nota cuando estáis o no follando, en vuestra actitud con el otro. Lo que me pone locas es… ¡Joder esos huevazos que tienes, Matías!

- Son una mole, verdad Elena, los huevos de mi hijo producen leche a mansalva, eyacula lo increíble y me rellena como a un pavo en Navidad… imposible de contener en el coño.

- Me encanta ver esos huevos de toro, golpeando el coño de tu madre…, a ella se la nota como lo está gozando como nunca antes lo había hecho con ningún otro ¿Verdad?

- ¡¡Ni te imaginas como me pone de zorra notar sus golpes de cojones en mi coño!!

Durante casi media hora de jodienda, cambié de agujero varias veces, lo mismo se la metía por la raja del coño que por el culo, y a esas alturas ya no aguantaba más la leche retenida en mis pelotas, me apremiaba con tanta presión para poder salir que la tomé fuerte del culo y la trastabillé a full dejándole el primer gran chorro de lefa espesa en lo más íntimo de su útero. Su gemido fue enloquecedor y una mano se me fue a sus tetas. Con todo mi cuerpo pegado sobre su espalda nos besamos volviendo su cara hacia mí. Eyaculaba una y otra vez dejándole mis cuatro o cinco aldabonazos generosos de rico esperma. Mi mente se nubla en esos instantes orgásmicos tan intensos que me produce una leve extenuación, una muerte dulce con el trabajo bien del macho en el interior de su hembra. Extraje lentamente mi polla de su coño, los tres nos quedamos mirando cómo tras mi glande, un pequeño reguero de lava blanca decoraba los labios vaginales de mi madre, el semen borboteaba a la par que Elena se quedaba asombrada de la ingente cantidad de leche suministrada por el hijo a su madre…. Quedamos exhaustos sobre la cama mirando a Elena, que poco a poco empezaba a entrar en sí.

- ¿Te gustó como me ha follado este macho…? ¿Quieres probar con Matías?

-Estoy alucinada, no sé… creo que no puedo, esto está mal, es tu hijo pero… joder habéis follado de maravilla ¡Me he corrido dos veces viéndoos!

- No seas tonta, él no es como tu marido. Matías te puede hacer feliz teniendo sexo. ¡¡Venga!! Aquí donde lo ves aún le queda cuerda para darte lo tuyo. ¡No te cortes…!

- No sé, pero te ha echado un polvo salvaje, y mira toda la leche que te ha metido…

- Y todavía le queda más en ese par de gordos huevos que su madre le ha dado.

Mi madre se levanta de la cama, la toma de un brazo y la tira en el mismo lugar donde ocupaba ella sobre las sábanas, hay un gran machón de fluidos mezclados con grumos de mi leche. Elena parecía no tener voluntad propia, acomoda su cabeza al lado de la lefa de las sábanas, se gira y e inspira el aroma de la testosterona que he dejado en la tela. Alejandra toma por los costados el jean desbrochado sujeto en los muslos y mojado, se lo saca, con él sale también su ropa interior, luego le saca su camiseta y la deja desnuda como Dios la trajo al mundo y estábamos mi madre y yo. El olor de Elena era diferente, una mezcla a perfume, transpiración y el embriagado del dulzor de una meada empalagosa… tenía la vagina completamente depilada, bueno sí tenía un prolijo triangulo sobre sus rojos labios vaginales de un vello corto que le adornaba el clítoris.

Mi madre y yo nos arrojamos como dos animales salvajes sobre su presa, fue casi por instinto, los dos a la vez la comenzamos a chupar por todos lados, especialmente su vagina. Tenía un sabor exquisito, no podíamos parar de chupar…, cada lengüetazo sobre su vagina la hacía gemir, hasta que mi madre la toma de la cadera y la deja boca abajo…. Ahora nuestro objetivo era el ano de Elena, yo fui el primero en posar la lengua sobre ese hermoso agujero, un sabor un tanto amargo que se diluía con cada pasada, hasta dejarlo muy lubricado para mi madre. Alejandra empieza a empujar sobre el apretado agujero con el dedo índice, hasta que logra meterlo, Elena nos paga con un gemido, lo que hace tomar coraje a mi madre para meterlo bien profundo. El dedo entraba y salía a escasos centímetros de mi cara, yo ayudaba a lubricar con saliva, me perecía un manjar. Mi madre logra meter dos dedos y la empieza a masturbar con más fuerza. Elena empieza nuevamente a eyacular un largo chorro en cada metida. Si mi madre era una multiorgásmica, Elena no se quedaba atrás, además de eyacular mogollón de flujo en cada corrida.

Tras un rato mi madre me mira y con la cabeza me hace un gesto, como diciendo, es tu turno. No espero más, me arrodillo sobre la cama y arrimo el pene al esfínter, mi glande parecía imposible de poder entrar en un agujero tan ceñido, pero empiezo a empujar, empujo y empujo, pero no cede, mi madre acariciaba la espalda de Elena, no parece que la dureza de mi polla sea suficiente. Mi madre me mira y sin decir nada, con un cabezazo en el aire me indica que lo haga con más fuerza, le hago caso. Empujo fuerte y el ano empieza a ceder, lo hago más fuerte y cuando Elena pega un grito ahogado faltándole el aire, logro meter la cabeza. Mi madre la empieza a besar en la boca y la acaricia las tetas para que se calme y me vuelve a indicar que siga. Ya no había vuelta atrás, empujo con más fuerza y le voy metiendo toda la polla poco a poco hasta que en el último respingo se la clavo de un saque… noto como mis pelotas han rebotado en su culo.

Elena ya estaba ensartada por el culo, ahora empiezo con el bailoteo sin sacarla de la estrecha guarida. Con cada embestida ella pegaba un grito. Nunca imaginé que una mujer se excitará tanto con una polla empalada por el ojete, pero Elena es algo especial…no paraba de chorrear, parecían una fuente soltando litros y litros de jugos que le salíandel coño…, mi madre lo sabía, de ahí que le estrujara el clítoris con sus dedos chupándole las tetas a la misma vez. Madre e hijo la envolvíamos con todos los placeres posibles…, unos minutos después mis testículos no aguantaron más… mi madre con un gesto me indicó que le llenara el coño como a ella, cuando observó que mi corrida era inminente, la extraje y en un alarde de maestría se la metí en la lubricada y cálida vagina de Elena… cinco o seis embestidas bastaron para eyacular dentro de sus entrañas. Cuando saco la verga, vemos como le había quedado el coño chorreando semen… como burbujeaba al desalojo del fluido y el aire provocado por el gran vacío del tronco venéreo…, y el ano enrojecido.

Quedamos los tres postrados sobre la cama, deshidratados, mirando el techo y riendo. Fue el primer día y no paramos de follar en todo el fin de semana… me dejaron con los huevos secos y condolidos de producir tanta leche. Elena quedo sorprendida de cuanto le encantaba que le diera por el culo, tras la primera follada se le quedó dilatado como nunca lo había tenido. Desde ese momento, Elena descubrió otra vida. Cada vez que puede se escapa a pasar los mejores momentos con nosotros, y no solo teniendo sexo…,ha descubierto su nueva pasión… el sexo anal, y la nuestra es complacerla. Pero aquello se tornaba peligroso como para continuar en aquel edificio lleno de cotillas retrógrados. Presentía que los vecinos del inmueble no nos trataban igual, se lo comenté a mi madre y me dijo que le habían comentado que se oían cosas “raros” en nuestra casa… sospechas de que nuestro comportamiento no era al uso de una madre con su hijo, sino de una pareja de amantes. Ya se sabe que se puede mentir hablando, pero no actuando.

 

***********

 


 

Al día siguiente comencé a buscar la forma de vender los pisos e irnos a otro lugar. Tres semanas más tarde tuvimos un comprador para uno de los apartamentos y con ese dinero dimos la entrada y una buena parte de resto del crédito para la vivienda nueva. Estaba situada en una urbanización alejada de todo… “Las arboledas” a unos kilómetros del pueblo dePioz, allí pasaríamos desapercibidos y viviríamos libres de la presión inquisitorial de la sociedad… Era un lugar que quedaba cerca de Alcalá de Henares, donde vivía Elena y todo cuajó.

En fin, llegó el día de la mudanza y nos instalamos en nuestro nuevo hogar, ese día, claro en la noche, aunque cansados los dos, tuvimos nuestra primera sesión de sexo en nuestro nuevo hogar, fue realmente mágico, la conexión entre los dos. Ya no tenía que esconderme para poder follar con mi madre… ella no tenía que preocuparme por el ruido de sus gemidos, los cuales por cierto siempre me encantaron y me prendían más cuando estaba con ella. Ella como aún es fértil a sus 46 años, tuvimos que poner una barrera y cuidarnos de un embarazo a tan avanzada edad. Desde la primera semana, mi madre decidió que lo mejor era que ella tomase la píldora, de tal modo me libraba de usar condón en nuestros encuentros… a ella le gustaba sentirme al natural tanto como a mí, por ese motivo desde que empezamos a vivir juntos, hemos tenido sexo casi a diario a pelo porque los condones siempre han brillado por su ausencia.

Era realmente increíble, cuando llegábamos de nuestros trabajos andábamos con poca ropa o desnudos por completo por toda la parcela parapetada de una muralla de cipreses tupidos, así que yo pasaba y le daba nalgadas, le masajeaba las tetas, le metía un dedo en su coño para saborearlo, ella también me agarraba el culo o me manoseaba la polla, cuando estaba muy caliente me empezaba a dar sexo oral… esas mamadas inesperadas mientras veíamos las noticias o una película era algo sublime…, éramos una pareja disfrutando de sus primeros días juntos en toda ley, en las noches casi siempre nos bañábamos juntos y muchas veces yo aprovechaba para metérsela por el culo usando el acondicionador como lubricante, luego seguimos la faena en la habitación. Nos comportábamos como adolescente salidos, follando como conejos…, creía estar viviendo la fantasía que tienen tantos hombres.

Como dije, era calentura al máximo todo el tiempo, por eso mismo no usábamos condones, se nos hubieran acabado relativamente rápido, pero eso no impidió que siguiéramos follando como un par de adolescentes, a mí me gusta mucho correrme dentro de ella, bien sea en su vagina o en su culo, sin descartar la rica boca demoledoras de mi madre… nadie la usa para el sexo como ella. En definitiva, lo que me calienta, es llenarla de mi semen. Echábamos una media de diez quince polvos semanales, a base de condones, con tantos por comprar tantos para cubrir nuestra demanda de sexo, sería algo costoso, por eso decidimos que ella tomara la pastilla y yo siempre que pudiera trataría de sacarla en adelante, antes de correrme o de plano lo haría en su culo, la cosa la pusimos en práctica unos días pero luego con el calor del momento, era imposible evitar el impulso de eyacular dentro de ella sin tener en cuenta el conducto que estuviéramos usando. Sinceramente, llenarle ese delicioso coño y ver como derrama la leche de su propio hijo, no tiene parangón en mi ánimo…, y bueno ella tampoco se molestó porque yo lo hiciera, decidimos confiar en las pastillas que ella usaba para planificar, aunque en el fondo, ambos deseáramos que se preñara y tener nuestro propio hijo en común… para ella el hijo de su hijo en su panza.

Tras casi dos meses de vivir juntos, y de follar por cada rincón del chalet, en cada mueble que podíamos, en cada posición que se nos ocurría y que queríamos intentar ella empezó a actuar de manera algo extraña, un poco distante y a lo largo de una semana no me dejo tener sexo con ella, me pareció raro pero decidí darle tiempo porque pensé que quizá tanta acción ya la tenía agotada o aburrida de tanto folleteo, lo mucho cansa y lo poco anima. Decidí tomar la iniciativa y preguntar qué ocurría, me dijo que tenía un retraso…, que se había hecho dos pruebas de embarazo y ambas habían salido positivas. Cuando escuché eso no sabía que decir, o que hacer, había preñado a mi propia madre, así que sería padre y hermano de esa criatura, y ella sería prácticamente madre y abuela. Estuve en silencio un rato pensando en que hacer, o que decir hasta que al fin me animé a hablar…

- ¿Y entonces que vamos a hacer?

-No sé, no creí que esto fuera a pasar… habíamos tomado medidas, pero parece que tienes unos soldaditos muy potentes.

- ¿Y tus pastillas?

-Pues ya ves, hijo… de nada sirvieron para la cantidad de esperma que me metes.

- ¿Y es por eso que has estado rara estos días?

- Sí, no te quería decir nada por vergüenza de no saber cuidarme para ti… me he comportado como una puta y este es el precio que hay que pagar…

- No hables así, tú no eres una puta, y la culpa si es que hay culpables en algo tan bonito como es engendrar, es de los dos… ¿Y qué has decidido… quieres tenerlo?

-No sé cariño, me conforta poder darte un hijo y demostrarte que soy tu mujer, pero por otro lado ya estoy vieja para eso…, además temo que algo malo le pase a nuestro bebé.

-No estás vieja mamá, no digas eso nunca más…, eres la mami más preciosa y joven que conozco…la edad está en la mente y no en el cuerpo, y si decides tenerlo será un bebé fuerte y hermoso engendrado con todo el amor de sus padres. Tu cuerpo es más joven que tu edad.

- ¿Quieres que lo tenga… quieres que para a tu hijo…?

-Solo quiero lo que tú quieras hacer… para mí lo  más importante es que seas feliz.

-Si lo tengo, vas a ser el papá y el hermano mayor una criaturita encantadora.

-Ya sé, aunque me parezco más a su padre que a su hermano… ¿no crees?

-Creo que hacer esto en primer lugar fue una mala idea ¿Qué madre folla con su hijo de esta manera tan arrebatadora? Tenía que haber mesurado mis bajos instintos contigo.

– ¿Qué? ¡¡Haberme privado de tener sexo con la mujer más maravillosa de la faz de la Tierra!!

-Sí, mira lo que pasó… me has hecho una panza de haber follando tanto a pelo… ¡Me has llenando tantas veces con tu semen que era evidente lo que iba a ocurrir!

- ¡¿Estas arrepentida?!

-No sé hijo, estoy confundida, asustada, feliz y avergonzada…estoy abrumada por lo que nos viene encima con este preñado que me has hecho.

-A mí no me parece que haya sido un error.

- ¿Por qué lo crees así? Mira qué le vamos a decir ahora a la familia.

- Mamá, ha sido el fruto de un amor verdadero, lo pasamos bien como consecuencia te he preñado… que importa lo que diga la familia. De todas maneras hay formas de excusar tu preñez, no eres ni has sido una monja que digamos, a lo largo de tu vida, cualquiera de tantos que te han follado, te podría haber preñado.

- Sí, pero ha tenido que ser mi propio hijo el que me preñe.

- Ha sido conmigo porque es con quien más morbo y mejor has follado en tu vida…

- ¡¿Solo por eso?! Sólo por el morbo de follarte a tu mamá y correrte una y otra vez dentro, es por lo que me quieres.

- No ha sido solo eso, esa es la máxima prueba de amor… ¡¡Sabes que te amo, mamá!!

-No digas eso ahora… en mi vientre crece tu hijo, y estamos decidiendo si llevarlo a delante o no, aquí no tratamos el placer que sentimos de tenernos cuando hacemos el amor o follamos, como quieras interpretarlo, sino de que tu madre dé a luz a tu hijo.

-Es el mejor momento para decirlo, esa criatura es el fruto de nuestro amor, ya sea que decidas tenerlo o no yo te voy a apoyar y te voy a seguir amando siempre. Yo quiero tenerlo, y tres más, pero ahora eres tú quien tiene la última palabra, y la respetaré.

Ella con sus ojos casi a punto de soltar un mar de lágrimas, se acercó y me besó, le correspondí al beso con uno largo y apasionado, lleno de amor verdadero, de ese amor madre e hijo que pocos conocen, sin lascivia, puro. Fue inevitable para mí tomarla en mis brazos y fundirnos en ese profundo y húmedo beso, empecé a recorrer con mis manos todo su cuerpo, ella me detuvo…

- ¿Qué haces?

-Te demuestro cuanto te amo

-No deberíamos hacer esto

- ¿Por qué?

- ¿Pues mira lo que pasa por no tener cerebro?

- ¿Y? Hemos llegado hasta la última instancia… no puedes quedar más preñada ¡¿o sí?!

(Con una ligera sonrisa) –Tonto… ¡¿Cómo puedes hacerme tan dichosa en momentos así?!

Seguí besándola y manoseándola, empecé a quitarle la ropa y ella igual a mí, hasta que quedamos desnudos y nos dirigimos a la cama, la acosté y me fui a darle sexo oral como no lo había hecho antes, ella gemía y con sus manos se aferraba con fuerza a las sábanas de la cama hasta que en medio de contorsiones y gemidos alcanzó su primer orgasmo. Su vagina estaba inundada en sus propios fluidos, yo me acomodé encima de ella en posición de misionero, la penetre con suma facilidad mientras la miraba directamente a los ojos, empecé a bombear sin presionar una ápice mi cuerpo sobre su vientre…, ella con sus manos me tomó del cuello y me besó apasionadamente mientras yo seguía en lo mío agitando la cadera en una folleteo continuo y rítmico. Así seguimos por un buen rato, ella luego se subió encima de mí y empezó a cabalgar mi verga mientras yo masajeaba sus tetas, su culo, su piel entera… y cuando estaba en eso se me ocurrió decirle…

-Si sigues con el embarazo este par van a crecer y no solo el bebé las va a disfrutar

 Ella se rio y dijo entusiasmada…

 -Si sigo con el embarazo me voy a poner gorda y fea y ya no vas a querer follarte a tu madre como antes.

-No digas eso, para mí siempre serás la más hermosa, y ninguna mujer, ningún coño me hace sentir tan bien como siento cuando lo hago contigo, te amo mami.

Ella todo el tiempo seguía moviéndose tragándose todo el cipote hasta aplastar su vulva contra mis pelotas hinchadas, así que cuando me iba a responder soltó un tierno gemido…

 -¡¡Aaahh!! Te amo mucho, mi vida, mi amor… mi bebé.

Normalmente estaba acostumbrado a que en el sexo nos lo lleváramos a lo rudo empezando despacito, siempre acababa en un sexo salvaje, lleno de lujuria, a mí me gustaba y a ella también. Usaba frases como «eres una perra» o « ¿te gusta mi verga puta?» Y ella también respondía con cosas como «si mi amor, soy tu puta» o «dame más duro cabrón, fóllate bien fuerte a tu perra» pero esta vez no fue así, esta vez no tuvimos sexo sensual, cariñoso y tranquilo… realmente hicimos el amor, para mí personalmente, fue la primera vez que en verdad hice el amor en el más amplio espectro de lo que es la entrega a tu pareja sexual y sentimental, y quien mejor para hacerlo que con mi propia madre, la mujer que te ha dado la vida y la que te ha ayudado a desarrollarte como persona… quien ahora llevaba en su vientre un hijo mío, para cerrar el círculo del amor a modo de colofón ¡¿HAY ALGO QUE ENSALCE MÁS AUTÉTICO AMOR?!

Seguimos por un buen rato lo hicimos a cuatro patas, un 69, luego de pie contra la pared, poses que normalmente suenan quizás un poco guarras, pero que en medio de la pasión del momento no parecían como tal, lo hicimos lento, tomándonos nuestro tiempo, frotando nuestros sudorosos cuerpos uno contra otro en una vorágine de pasión y amor sin igual, manoseando, sintiendo realmente cada centímetro de nuestros cuerpos, y besándonos lenta y muy apasionadamente, al final volvimos a la pose de misionero, ella recostada abierta de piernas, yo entre ellas semi de rodillas encauzando mi verga en el conducto directo al amor filio maternal.

Al cabo de un rato, no se hizo espera un minutos más, ya estaba listo para acabar, mi madre se había corrido unas cuantas veces ya, y como esa es mi pose favorita para hacerlo, por ser la que mejor llegas a llenar el útero de tu hembra, de nuevo quería dejar todo mi semen, mi semilla de amor muy dentro de mi madre… sabía por ella que cuando una mujer nota que está llena del esperma de su  hombre, se siente plena… una hembra completa. Empecé a bombear un poco más rápido, ella ya sabiendo lo que se avecinaba en medio de gemidos y una voz muy sexy me dijo…

- ¡¡Ya te vas a correr, cariño! ¡¡Aahhaahha!!

- Sí mamá, ya no aguanto más, quiero eyacular toda mi leche en tu útero preñado.

- Sí mi amor hazlo ¡Aaahh, damela toda… dale toda tu lefa a mamá!

- Si mamá, aquí voy ¡Ufff! Síiii, ¡Aaaggg! ¡Te amo mamá, te amo mucho…!

- ¡Aahhh! ¡Ay amor, yo te amo más, dale a tu mami toda la leche que tienes para mí! ¡Aahhhhahh! ¡¡Préñame otra vez, y otra… todas las veces que desees!! ¡QUIERO PARIR A TODOS TUS HIJOS! Ahora estoy segura, estoy segura de seguir con esta panza que me has preñado… PRONTO ME HARÁS OTRA ¡¡ME ENCANTA COMO ME FOLLAS, CABRÓN!

- Gracias mamá… ya me voy a correr… me haces sentir muy macho.

- ¡Aahhhaahh! Sí mi amor…quiero que me la des toda, todas la veces, todos los días… soy tu hembra, tu mujer y tu esposa para todo sin cortapisas ¡Hazme mamá otra vez!

-¡¡AQUI VA EL RELLENO DE LECHE PARA TU COÑO…PUTA GOLOSA!! 

Y con un último y fuerte empujón dentro de ella solté una sorprendente gran descarga de semen. Todo el tiempo que estuve sin tener sexo con ella y toda la excitación del momento se vieron reflejadas en la gran cantidad de leche que le dejé dentro. La corrida fue espectacular, la eyaculación interminable me dejaba atolondrado con la cabeza ida y las piernaslánguidas.

Aún con mi polla dentro de ella, hice que nos volteáramos, quedó encima de mí, exhausta, nuestros sudores se mezclaban y la respiración agitada de los dos era lo único que se escuchaba en la habitación. Tras una buen rato, mi verga ya había perdido su rigidez y salido del coño de mi madre. Se acostó de lado en la cama y me pidió que la abrazara por detrás en cucharita, así lo hice, nos cobijamos y nos quedamos dormidos. Cuando nos levantamos pude ver la gran mancha de semen combinado con fluidos de ella que había quedado en la cama…, era el hombre más feliz.

El día fue totalmente normal, como era domingo salimos como una pareja feliz a comer y a pasear un rato por la ribera del río que atraviesa cerca de la urbanización,por tarde, al volver a casa ella habló conmigo en tono serio… me dijo que me amaba, que le había demostrado lo capacitado que estaba para afrontar el reto de ser padre, y que ella estaba lista para tener el bebé en ese momento, así que no iba a interrumpir el embarazo por nada del mundo,la apoyé totalmente y le agradecí la visión que tenía sobre mí…luego volvimos a tener sexo esa noche y de nuevo me dejó llenarle el coño de leche.

 


 

Y así fue, ella no interrumpió el embarazo, y no solo eso, sino que a razón de los análisis genéticos todo iba muy bien, tanto que le pronosticaron una salud engendradora mucho más vigorosa que en mujeres de diez años menos, con lo que planeamos seguir adelante teniendo más familia. Nos lo podíamos permitir, por nuestra situación económica boyante y nuestras ganas incontroladas de follar juntos todos y cada uno de los días… era difícil ver en un calendario, qué día no habíamos follado al menos una alguna vez antes de dormir, al despertar o en una de nuestras caliente siestas… pero no solo nos habíamos quedado ahí, Elena también decidió llegar hasta el final de su preñado y parir el que sería el primer hijo que tuviera.

No había celos, ni malos rollos, cada una vivía su vida y yo con mi madre siendo el semental oficial de Elena, pero el hombre de mi madre. Hasta el día de hoy seguimos follando como recién enamorados…, todas y cada una de nuestras experiencias, fortalecieron nuestra relación. Ahora las tengo a ambas panzonas… Elena con 36 semanas y a mi madre de 32… si todo sale como Dios manda, tenemos proyectado traer al mundo a par de criaturas más, pero quizás más adelante deseamos engendrar otros bebés juntos. De momento estoy a la expectativa de ser padre de dos criaturas de dos madres diferente en una edad avanzada de madurez.

 

 

 

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