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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Las Secuelas del Chalet nudista



Mi madre y yo hicimos las paces una vez más... esta vez fue de manera muy especial en las duchas de la piscina climatizada... Con todo, jamás hubiera pensado como acabaría aquella jornada de invierno…. 






La historia de aquella mañana de fin de semana transcurre desde el momento en el que me despierto, hasta el momento en el que salimos de la piscina. Bueno, mi madre y yo nos hallábamos de lleno en discordia como tantas veces. Desde el verano era una con otra, esta vez no fue por el asunto de sus bragas desaparecidas del canasto de la ropa usada, que tras encontrar la verdadera razón de su pérdida, me sentía herido por lo que pensaba mi madre de mí sobre ella, y ella desolada, avergonzada tal vez…sin embargo mamá tenía razón…, me atraía la idea de follármela desde muchos años atrás y en especial desde ese verano en el “Chalet nudista” cuando la vi desnuda ante mí por primera vez, en plena corrida en el coño de Cynthia. En esos momentos creía estar eyaculando en aquella vagina espléndida que mi progenitora mostraba sin pudor, ¡Justo en mi clímax orgásmico ella lo percibió en mi mirada…! Lo más curioso es que se ha perpetuado durante los cuatro meses transcurridos hasta Navidad, en los que yo me sentí obcecado con rozar su cuerpo, besarla sin mucho motivo aparente y abrazarla para sentir su calor en cualquier oportunidad… su ropa usada la disponía para mis pajas, y tras llenarlas de lefa la devolvía a su canasto… de esto mi madre se daba cuenta a ciencia cierta, pero tras su error no volvió a recriminarme esas acciones. No es que ella me rehuyera por pudor, ella tenía claro mi atracción por ella, no… solo era el temor de cruzar la última línea roja para llegar al INCESTO más absoluto…, porque una cosa era participar activamente en una orgía madre e hijo por separado, y otra muy diferente la fornicación entre un hijo y su madre…. Hasta que ya no tuvo más salida que usar sus armas de mujer….

Como ya sabéis me llamo Xavi, un chico adolescente que actualmente tiene 19 años, alto, rubio de ojos azules, el típico pelo que llevan todos los chicos actualmente de mi edad… no se puede decir que sea fuerte, pero sí bastante fibroso. Me considero un chico amable, gracioso y extrovertido…. En cuanto a mi cuerpo me ha marcado mucho la desavenencia que tuve con Sergio cuando no pude con él y me desplazó sustituyéndome dentro de Cynthia, por lo que desde entonces el deporte y sobre todo la natación y mi formación profesional son mis objetivos personales. Además de mi fortaleza física, la naturaleza también me ha dotado de unos genitales extraordinarios para gozar del sexo que tan libremente mis padres me inculcan con sus consejos y ejemplo. Aunque no lo creáis ostento un buen mostrenco del cual hago un buen uso gracias a las buenas prácticas que tengo en casa y en el “petit comité” de antiguos amigos de comuna de mis padres, con los que ejercemos el nudismo y las orgías a gogo, sin olvidar las dos novias que he tenido en los dos años de universidad.

En cuanto a mi madre es una mujer de 42 años, de pelo negro con ojos azules que le hacen una cara angelical de apariencia menor de los años que tiene. Sus tetas naturales son de un tamaño ideal de 105C, con una cintura de 68 y 105 de cadera, lo que le comporta un atractivo extra de la madona absoluta…, no me puedo olvidar de su culo redondito y bien puesto a pesar de la edad sin una mota de celulitis o piel de naranja, una dermis perfectamente lisa con un parecido muy cercano a la actriz Jennifer Connelly”. Podemos decir que mi madre es una persona amable, acogedora y que sabe liderar una familia con sus tiras y aflojas… muy cariñosa con su familia que comienza a ser numerosa. 

Sí, es necesario decir que vivo con mis padres en la sierra de Madrid y mi madre está otra vez preñada de 28 semanas de su tercer hijo, y con toda probabilidad es el segundo mío, pese a que ella guarda con recelo quien es el progenitor de entre mi padre o yo… para ella el Padre es un esposo y punto, para mi padre también. No somos una familia pobre, pero tampoco muy adinerada, básicamente de una clase media-alta bien acomodada a quienes no les falta de nada para lograr los propósitos esenciales de la vida. Si bien este es el presente, lo relatado a continuación es una secuela de lo acontecido en el “Chalet nudista” donde tuve la oportunidad de estrenarme con Cynthia. 

Todo comienza justo en la Navidad de ese año 1991.





Sin enrollarme más, comencemos….Era 26 de diciembre, era una mañana nublada, lluviosa y hacía un frío que pelaba. Me levantó pronto, sobre las 8:30, ya que tenía que sacar a pasear al perro, estaba tan cansado que se me olvido ponerme ropa interior debido a que me acosté desnudo la noche anterior sin ningún motivo aparente, así que me levantó, me pongo los pantalones de chándal, una camiseta que había en el suelo, una sudadera… y unas zapatillas de las cuales me puse una de un modelo y otra de otro, ya que estaba a oscuras. Enciendo la luz, cojo en móvil que estaba encima de la mesa, me pongo un gorra y camino hasta el salón a buscar mi chaqueta la cual estaba en el sofá, me la pongo y camino hasta la cocina a ponerle la correa a mi perro y salir a la calle. Una vez que salgo de mi portal, los testículos pasan de estar colgando a estar como piedras, y en este mismo instante me doy cuenta de mi falta de ropa interior… ¡Joder me tendría que haber puesto unos calzoncillos! Después de media hora paseando por mi barrio a solas sin nadie por la calle, decido volver a mi casa y meterme otra vez en la cama, pero justo cuando me meto, entra mi madre a mi habitación…

-“Xavi, ¿no te acuerdas que hoy habíamos quedado en ir a la piscina cubierta?, hoy te toca ir con mamá”.

A lo que respondo con desgana… -“¡Uy es verdad, se me había olvidado!”

Pero en realidad me habría gustado decirle que se largara sola a nadar… no me apetecía pasar la mañana con ella y el agua helada de aquella piscina supuestamente climatizada. En verdad se me había olvidado, lo admito, mi madre y yo teníamos como costumbre ir a una piscina climatizada situada dentro de un instituto todos los sábados, y esos días de vacaciones estaba cerrada, así que cambiamos a otra ¡¿Pero hoy?! hoy hacía día de quedarse en la cama o en el sofá a gustito…, pero no, teníamos que ir a la condenada piscina, y bien, como es mi madre la que dirige las acciones de casa, por mi bien tuve que ir. Me levanté de la cama, cogí un bañador, ropa para después cambiarme y unas chanclas, y lo metí todo en una mochila y nos fuimos….De camino en el coche casi me duermo…no había casi sol y se estaba agustísimo en ese asiento, nunca lo había sentido tan blandito, todo fue genial hasta que llegamos. 

Por desgracia me tenía que bajar del coche e ir hasta la entrada del instituto corriendo para no empaparme, ya que estaba cayendo la de Dios es Santo. Cuando entramos, había un hombre en el mostrador casi durmiendo, mi madre le despertó dando golpes como una loca al caminar para ver si así el hombre se percataba de que estábamos dentro, y así fue, se despertó de un pequeño susto y nos marcó las entradas para que pudiéramos entrar en los vestuarios y dentro de la piscina, cruzamos un pasillo, y abrimos una puerta, a la izquierda estaba el vestuario común con sus duchas para hombres, más adelante, a la derecha el vestuario y las duchas de las mujeres, y al final del pasillo un lugar común de taquillas con bancos para sentarte y poder cambiarte las zapatillas y pequeños cubículos más personales para los que eran las lleves que nos dio el conserje.

Desde allí también se accedía por dos puertas de enfrente a cada uno de los vestuarios y ducha por sexo separados. Así que entramos en nuestro cubículo número 4, lo bastante espacioso para poder movernos los dos y cambiarnos sin estorbarnos mucho…. Dejé mi mochila en el banco, junto a mi madre y me empecé a desnudar, tengo que decir que los vestuarios y la piscina estaban con más calefacción que otros días, se estaba mucho más a gusto, y mis testículos ya no eran piedras. Empecé quitándome las zapatillas, las cuales seguían siendo diferentes una de otra, después continúe con la chaqueta, sudadera y camiseta y me quede desnudo de la parte de arriba, después continúe con los pantalones, los cuales como eran apretados, justo al dejar al descubierto la zona de mi entrepierna salió rebotando mi tranca depilada un poco más dura que en su estado "morcillona" y con los testículos relajadamente "largos", es una polla bastante resultona…. Os parecería extraño compartir el mismo cubículo, si no fuera que entre mis padres y yo se disipó el pudor hacía mucho…, esa mañana por mucho que estuviese enojado con mamá no iba a ser diferente a las otras.

En casa también compartíamos los tres el baño en la ducha, no a la vez bajo los chorros, pero sí en el mismo aseo completamente desnudos. Sus depilaciones de vulva y pubis tampoco eran un secreto en casa, igual que no lo son sus polvos. Mientras yo hacía todo esto, mi madre se empezó a quitar los zapatos sentada en el banco, luego continuo con el jersey que llevaba y dejo al descubierto unas grandes tetas bien colocadas y regordetas, con unos pezones redonditos y rosados. En ese instante el pudor me pudo, me di la vuelta para ponerme el bañador ya que se produjo la gran erección que se anticipaba hacía rato…. 

Cuando me di la vuelta mi madre estaba completamente desnuda, quitándose los calcetines, y al hacer esto, tuvo que subir una pierna al banco para ayudarse y en ese momento se le pudo ver un coño regordete, depilado y apetecible. Como yo ya había terminado de cambiarme me puse con el móvil, hasta que algo me distrajo, fue mi madre diciéndome que ya estaba, yo la miré, llevaba un bañador de natación el cual hacia que la raja de su coño se marcara perfectamente aunque ella no se hubiera percatado de aquello, he de decir que yo estaba "enfadado" con mi madre porque varios días antes me había obligado a trabajar como un burro en el chalet que tenemos en Cullera… limpiar, pintar y arreglar el jardín. Había pensado disfrutar del fin de semana y acabé deslomado, no era justo, así que me intentó pedir perdón por abusar de mí, pero yo aún continuaba con mi bluyín particular… entre eso y el completo silencio en la piscina y vestuarios, he de decir que era una calma incomoda, en tanto mi madre me indicó…

-“Me voy a hacer unos largos ¡¿vale?! Que por una vez que no hay nadie puedo nadar a gusto”.

Y era verdad, no había nadie, ni siquiera un socorrista, y eso que era una piscina de las buenas. Aproveché que no había ningún socorrista para meterme en la piscina más caliente… la de niños, me estuve relajando unos 20 minutos hasta que mi madre salió del agua y se acercó a meterse al agua conmigo y sentarse en una esquina a relajarse, nos tiramos cosa de 10minutos ahí sin hablar, hasta que dije…

-“Me voy a dar unos largos para desentumecerme y después a ducharme”.

Mi madre asintió con la cabeza, entonces salí del agua y me tiré de cabeza a la zona más honda de la piscina grande. Tras un cuarto de hora de lado a lado casi sin parar, me salí poniéndome una toalla encima y caminé hasta el vestuario. Una vez allí, me quite el bañador y me fui a las duchas masculinas… me percaté del olvido del champú y el gel, así que decidí ducharme solo con agua, puse el agua caliente, estuve un par de minutos esperando a que se pusiera caliente, hasta que entró mi madre al vestuario…

-“Mamá no hay agua caliente en las duchas masculinas”

A lo que ella respondió…-“Bueno nene, dúchate en las duchas para mujeres, si total, hay de sobra y estamos solos…”.

Esto lo dijo porque había10 duchas por sexo. Me dirigí a las duchas femeninas, mejor cuidadas y olían mejor, me quite la toalla de encima y comencé a ducharme, solo con agua porque no le había dicho a mi madre que se me había olvidado el gel y el champú. Me estaba expandiendo el agua por la cabeza, justo cuando entra mi madre desnuda a mi ducha…

-“¿Se puede saber qué haces echándote agua sin jabón en la cabeza retrasado?”

Solo me quedaba decir la verdad de mi mala cabeza…. –“Se me ha olvidado en casa”.

A lo que ella respondió casi indignada… -“¡¿Y no sabes pedir las cosas?! ¡Anda toma!”

Mientras me daba un bote de gel y otro de champú. –“Déjame un lado, ya me ducho aquí contigo para compartir el gel…”

Comienzo a enjabonarme el cuerpo y cada poco miraba a mi madre, ¡¡Me estaba poniendo cachondísimo!! Sin embargo me controlaba medianamente bien con chorros de agua fría sobre la anaconda evitando la erección, aunque tenía la polla más presta a ponerse tiesa que otras veces…. La espuma del enjabonado de la cabeza cubre mis ojos, no obstante notaba perfectamente como mi madre me observaba…, hasta que se constató el hecho en el instante que noté su asiendo con fuerza mi rabo empalmado. En ese momento me quité todo el jabón de la cara, y ahí estaba, mi madre acariciando mi cuerpo para quitarme el jabón mientras que me decía…

-“¡Hijo me perdonas! Sé que he sido muy duro contigo y no puedo estar enfada con mi niño...y no soporte que tú los estés conmigo”

Aquello era irremediablemente imposible negarse… -“¡Sss…ssii!”

-“¡Umm mi vida te quiero ¡Venga anda dame un abrazo cariño…!”

En ese momento en el que me abrazó pude notar como mi verga alcanzaba otro nivel de dureza, poniéndose en un estado de erección extrema, justamente pegada a su vientre pujando por rozar el hinchado y mullido coño de mi madre. Ella sabiendo cómo hacer las paces con un hombre…, deslizó su mano por todo mi tronco acariciando las venas hinchadas de mi cipote… y comenzó a masturbarme...

-“¡Cariño, cada día está más gorda y larga… la tienes grandísima! Ya empieza a ser más hermosa que la de tu padre, ¿Sabes? ¡¡Estoy seguro que no le cabría a tu amiga Cynthia, entera en la boca… es muy ancha!”

-“...Pero a ti sí, ¿es lo que me quieres decir?

-“¡¿Acaso lo quieres comprobar...sinvergüenza? Eres peor que tu padre cuando nos conocimos ¡No hacía más que provocarme!

-“Es que me lo has puesto a huevo...

-“¡Te gusta que las hembras nos pongamos PUTAS ¿Verdad?!

Escuchando su voz sensual al mismo tiempo que me pajeaba conteniéndose en apretones fuertes y otros más suaves con todo mi prepucio remangado, me contenía de ganas de ponerla mirando para Cuenca. Me besó en la boca, primero solo los labios tímidamente, unos segundos después ya eran las puntas de las lenguas las que lamían esos labios opuestos…, hasta que finalmente nuestras bocas se fundieron en un tremendo morreo de lengua voraz tan incontenible como larga hubo sido la espera de años…nos abrimos las bocas al máximo entregándonos en un beso lascivo inconfesable muy húmedo. Ella no paraba de machacármela y yo de apretar sus tetas contra mi pecho con ambas manos sobre su enorme y carnoso culo. 

En un minuto ya se hallaba de rodillas chupándome la polla como una puta, ¡¡Madre mía, iba a ser una de las mejores mamadas de la historia! estoy seguro… Solo por como la chupaba de tantas y distintas maneras ¡Toda una experta felatriz! Demostraba que lo del chalet no era una pose, sino su manera de darse en el sexo fuera quien fuera.

Se la metía entera en la boca, hasta la garganta y tras varios segundos la extraía cubierta de baba… seguido lamía todo el tronco bajando a mis huevos colgaderos y lo punteaba con su lengua… los lamía y se los tragaba uno a unos chupeteándolos como caramelos. Dentro de su boca jugaba con cada testículo, para de nuevo volver a subir a mi glande y succionarlo mientras le daba tratamiento al tronco con su mano derecha. Y vuelta a mamar los primeros centímetros sin prepucio del falo filial…. Todo ello continuo así largamente hasta que se levantó indicándome…

-“¡Siéntate sobre la banqueta! 

Obedecí, y ella acercándose a mi boca a tan solo unos centímetros de mí me sorprendió diciendo…

-“Ahora vas a compensarme todo el trabajo de lavar las lechadas que descargas en mis bragas usadas ¡Eres un guarro... pero me encanta que lo seas! Siempre me han puesto muy perra los machos que son buenos sementales, por el olor de su testosterona ¡Me excita mogollón!

-“¡¿Te gusta como huele mi polla?!

-“Todos los días me recreaba oliendo tu leche en mi bragas, aunque no me agradase demasiado

-“Pensaba que eso ya lo teníamos aclarado, yo no..."

-“Lo que está claro es que te pajeas mucho pensando en mí y esa obsesión buscándome eso es lo que realmente me preocupa... pensándolo mucho he visto que solo hay una forma de quitártela... 

-“¡¿Qué es lo que busco mamá...?!

-“¡Esto es lo que buscas pringándome las bragas con tu leche! 

Mi madre se abre los labios vaginales con los dedos mostrándome su interior rosado y el clítoris que sale muy duro del capuchón..

- Y hoy lo vas a tener… ¡¡Por una vez, vas a saber lo que es una buena follada con un coño de verdad!! Porque es en mi coño donde siempre deseas correrte cuando lo haces en mis bragas ¿Vedad? ¡No eres diferente a tu padre o a nuestros follamigos!”

Se posicionó con una pierna en cada lado del largo taburete con las piernas formando un arco sobre mí, y cogiéndome el badajo inhiesto se fue sentando encima de mi polla. La sensación de notar como mi ariete abría las carnes de su conejo me embriagaban, percibía la incursión ganando poco a poco más centímetros en su vagina, sus paredes se expandía al paso de mi glande hasta que se hundió la verga entera en el coño blando y mojado de mi madre. Cuando la tenía embutida íntegra, aplastándome los cojones con su vulva… empezó a moverse de arriba abajo con tan solo el contorneo de su cadera, dejando el resto del cuerpo fijo, en especial sus tetas que colgaban moviéndose en zigzag sobre mi cara… ¡No me podía creer lo que me estaba pasando!, después de tanto tiempo mi polla entraba y salía del coño de mi madre, y lo hacía con tanta facilidad que solo podía ser por lo cachonda que estaba de hacerlo conmigo. Me amorré a sus tetas y comencé a mamar de los pezones duros…, entre medias ella gemía alborozada de gozo animándome a mamar de sus tetas…

-“¡Aaahhhh…Mmmhhh, sigue por favor! ¡Ay Dios mío… no pares! Esta tetas te pertenecen mámamelas bien…”.

Todo esto continuó perdiendo la noción del tiempo y el espacio, yo ya no sabía si me había corrido o si no, me prendió de nuevo al decirme… 

-“¡Vamos cariño… ahora te toca a ti!”

Se tumbó sobre la estrecha pero suficientemente robusta banqueta, de igual forma a como estaba yo y se abrió de piernas de manera que logró ponerlas casi vertical, entonces me senté en el asiento enfilando mi rabo a la abertura de su coño, forcé un poco el mástil erguido que miraba al techo y comencé a penetrarla poco a poco…. Al principio despacio con delicadeza, pero terminamos dándole salvajemente, entrando y saliendo como dos veces por segundo a todo trapo…, era una locura, mi madre ya estaba gimiendo calladamente como una loca exigiéndome que no parara, ¡No se me pasaba por la cabeza hacerlo! De vez en cuando levantaba la cabeza para ver como su hijo se la follaba, observando mi polla trabada en su raja entrando y saliendo de su conejo depilado para esa ocasión. No siempre lo llevaba así de rapado, otras era un aterciopelado mantillo de vello traslucido, tal vez por su total rasurado y la piel mojada, mis huevos golpeando su vulva haciendo un sonido que jamás podré olvidar. También reparaba en las tetas de mi madre botar y rebotar, y eso solo me avivaba las ganas de seguir follándola con mayor intensidad….

Ella espetaba, –“NO pares ahora por Dios Santo, ¡¡No dejes de follarme...Me corro hijo, me estoy corriendo mi vida…Aaaggg Uummm!! Dame más fuerte”

No sabía lo que me pedía, me hallaba ofuscado en encontrar mi culmen…continuaba dándole aún más fuerte desde el glande hasta enterrarle los más de 20 cm de verga, haciendo tope en mis huevos. Comencé a notar sus contracciones vaginales, y  luego como si me rociaran con una manguera polla. Ante la extraña manera de correrse con convulsiones y contracciones de vagina, mi madre puso sus las manos en mi vientre para que la extrajera un instante, le saqué la polla de su raja… y tras el fierro, manó un chorro de fluido a presión de su chocho contra mí…, una corrida gigantesca acompañada de una gran orgasmo en cual hizo a mi madre alucinar teniendo una pequeña muerte. Jadeaba y convulsionaba soltando pequeños chorros sin dejar de frotarse el clítoris para intensificar la corrida un poco más. Sin dilación me lancé a beberme el coño soltando su eyaculación, ella seguía corriéndose sin tanto apremio, solo que ahora lo tenía húmedo por dentro y fuera. 





¡Gemía mientras le mamaba el coño!, y me encarnecía en su espigado y gordo clítoris, una majestuosa pepita digna de una hembra como mi madre…, una vez que acabó, ella se lanzó a chuparme la polla otra vez poniéndome presta en rigidez, se abrió de piernas y sujetándola de los tobillos, la polla sin más guía que mis caderas y las suyas entró de nuevo en la acogedor chocho de mamá. Me la comencé a follar a todo galope entrando hasta las pelotas una y otra vez con los gemidos y gritos de gusto por parte de mi madre y mía también… Entraba deslizándose como un pez en le agua, lo cual retrasaba mi corrida.

-¡¿Cuándo piensas correrte Xavi…?! ¡Vamos hijo córrete dentro de tu madre! ¡Me tienes muy bien follada YA!”

Llevaba cerca de otros diez minutos taladrando el útero de mamá, pero mi aguante no era infinito, así le di dos estocada más y me apareció el primer síntoma de mi orgasmo, aceleré… 

-“Así hijo dame toda tu leche ¡LLÉNAME!”

Ya no pude más… -“Mamá me corro, joder me voy a correr dentro de tu coño… ¡Necesito correrme dentro pero no te quiero dejar preñada!”

-“Así hijo, sácate toda la leche y LLÉNAME, nada te lo impide... No tienes por qué preocuparte de mi fecundidad, ya nos ocupamos tu padre y yo... ¡Tú solo alíviate dentro del coño de tu MADRE!”

La clavé a fondo y con pequeñas puntadas me desprendí de mi lefa en un primer gran chorro de leche espesa recién fabricada para mamá, a continuación otro más grueso…solté un gran chorro de semen a presión sobre la entrada del útero de mi madre, y la cara de ella era de sorpresa y satisfacción en plena complacencia por la sonrisa que me dedicaba a percibir cada aldabonazo de esperma… y uno más. Me estaba deslechado perdiendo la cabeza por atolondramiento. 

Finalmente llena de semen filial y el coño aporreado a pollazos, se empinó sobre el eje que la empalaba y me besó con lujuria y pasión descontrolada…, un beso de amor lascivo henchida de gozo. La verga se salió aun endurecida y cuando esto sucedió, ella empezó a recogerse el semen con los dedos de su raja y a chupárselos, para tragárselo sin grima alguna…, también me agarró la polla para hacerle una limpieza a conciencia, en especial mi capullo con algún borbotón de engrudo que aún brotaba. Una vez acabada la operación clínex, nos dimos un gran beso tumbados… yo encima de ella mientras que le metía la polla de nuevo más lento y sensualmente en aquel coñito tan bueno y mojadito.

Me había corrido cuantiosamente, pero mis ganas se no disiparon tan rápidamente… en vez de ello me apetecía mucho más. De vuelta a la jodienda en la posición del misionero nos dejamos llevar, ahora me la follaba de manera natural, como si yo fuera su esposo con grandes metidas cadenciosas meciendo mis caderas, o al menos así lo hacía con mi padre en los días más tranquilos…. Ella no dijo nada, solo se dejó follar de nuevo por su hijo… en los asuntos del sexo cuantas menos palabras se consigue mucho más, si en verdad hay implicación y complicidad. 

Bueno el caso es me volví a follar a mamá en la misma banqueta y tras un rato follándola de esta y otra postura a cuatro patas, acabé corriéndome de nuevo en lo profundo de su vagina…, nos dimos una ducha juntos y recogiendo nos marchamos a casa casi dos horas después de haber entrado en la piscina. No volvimos a hablar del caso de sus bragas ni de la jodienda de la piscina, ni me volvió a llevar engañado al chalet de Cullera para hacerme trabajar como un esclavo… unas cosas estaban saldadas con la otra.

Desde ese día, comencé a ver los asuntos del amor y el sexo desde la perspectiva de mis padres… no es lo común en esta sociedad, llegar a un estadio superlativo donde el sexo es un epígrafe más de una relación sana entre dos personas que se quieren y respetan. Y de la misma forma pensaban los amigos de mi padres, de ahí que el polvo con Cynthia, no tuviera más relevancia que la de una relación amistosa entre dos amigos que se quieren conocer más a fondo, aunque lo que ocurrió realmente era que ella me vio tan desintegrado en aquel grupo que tomó la iniciativa de follarme a modo iniciático. Que después se la follara el cabrón de Sergio, solo era un calenturón de los tantos que tenemos los adolescentes y para mitigarlos nada mejor que una buena follada de las que sus padres consentían dentro del pequeño círculo que formábamos el “petit comité”. Lo que más me dolió fue la facilidad con que Cynthia se abrió de piernas para sustituirme por ese bandarria…, joder no puso el más mínimo reparo en abrirse para que el pollón de ese energúmeno entrase a bocajarro en su coñito y finalmente descargara toda su leche en las misma entrañas de su útero impúber aún sin estrenar, cuando ya me tenía a mí para eso.

*************

Algunas veces me pregunto si somos una familia normal, porque no conozco a nadie que se folle a su madre, como quien comparte una agradable tarde helado apetitoso de conversación distendida. Al medio mes no se presentó su periodo, se puso nerviosa cavilando lo mejor, ella quería tenerlo pero no estaba dentro de los planes de vida familiar que se habían marcado mi padre y ella… un solo hijo, una vida holgada y disfrutar del sexo en familia o con amigos…. Solo esperó por si fuese una regla irregular sin decir nada a su hijo ni a su marido. En todos esos días accedía a tener sexo con su marido y conmigo, hasta que llegó el mes siguiente y nada de nada. Sabiendo lo que tenía en su vientre visitó sola al ginecólogo para que le confirmase que todo iba bien… 

-“La felicito, está usted embarazada”.

Le comunicó  el doctor. Mi madre sin buscarlo rotundamente estaba preñada… sí preñada…de mí, porque quién mejor que la propia preñada en saber esas cosas. Se montó en el coche y durante la comida nos dio la noticia. Primero a mí a solas cuando preparábamos la mesa… me puse muy  alegre.

-“Del hijo que llevo dentro, tú eres el progenitor porque me has preñado, pero es tu padre el papá de la criatura, y así aceptarás a tu hermanit@ toda la vida”.

Después se lo soltó a su marido antes del postre… -“Pepe, estoy preñada”, le señaló escuetamente. - De seis semanas”. Mi padre se puso feliz, incluso se alborotó tras unos segundos de desconcierto.

–“Quizás debería haber utilizado siempre condón... aunque pensaba que los anticonceptivos estaban funcionando bien...”

-“Todo funciona bien, hasta que deja de hacerlo. Ya que más da, mi panza no va a menguar por eso… estoy preñada y tendremos al bebé”, dijo mi madre sin reparos.

La panza de mi madre fue creciendo, sus ganas de follar no menguaron tanto, así que mi madre era inseminada indistintamente por mí o mi padre, excepto unas semanas antes del parto y las de cuarentena de después. Nació una niña para júbilo de todos, inmediatamente tomó más precauciones anticonceptivas, a la vista que yo no era muy precavido y casi siempre prefería follarla a pelo…. Y de esta guisa estuvimos durante los dos años más, hasta que me marché a estudiar un “Grado en diseño de producto” en un colegio mayor cerca de Barcelona. Me ingresaron para que solo tuviese que centrarme en estudiar. Sin embargo cada dos o tres semanas regresaba a pasar un fin de semana en casa de manera irregular, según el calendario de exámenes. Actualmente curso segundo de carrera, y uno de esos fines de semana de vuelta a casa fue cuando me llevé una sorpresa morrocotuda… Era viernes por la tarde cuando llegué y… ME ENCONTRÉ A MI MADRE FOLLANDO a unas horas en las que mi padre no se hallaba en casa, sino trabajando, supuestamente. 

Era un viernes por la tarde cuando llegué a la casa. No debí de hacer demasiado ruido al entrar y dirigirme a la cocina, cuando no me oyeron llegar, pero a mis oídos si llegaron los típicos sonidos de un trasteo en el cuarto de matrimonio. Supuse que mi madre estaba en su habitación así que fui hacia ella para decirle que había llegado, a los pocos metros de la puerta escuché una voz de hombre, "¡Qué extraño!" pensé yo. Mi padre debería estar en su trabajo a estas horas. Me acerqué silenciosamente para ver qué estaba pasando….Mi hija dormía la siesta como una bendita la vi a pasar, la puerta de la alcoba estaba entreabierta y cuando estaba a punto de asomarme para ver qué pasaba escuché a mi madre decir….

-“¡Qué bueno que podamos estar solitos al menos tres horas…nos lo vamos a pasar muy bien!”

Me intrigo más escuchar nuevamente la voz de hombre responder al interior del cuarto, para desechar mi curiosidad e intriga, salí al jardín interior tras los arbustos me asomé por la ventana de su alcoba y la cual permite ver un buen trecho del interior de ella. Agazapado como un voyeur, vi a un sujeto cuarentón, de tez canosa y mediana complexión sentado al borde de la cama y a mi querida madre cerca de él, a simple vista solo charlaban e intercambiaban risas los dos. Él estaba vestido con un jean y camisa sport y ella tenía puesto un combinado, pantalón color negro y blusa blanca, ambos sin calzado, su conversación parecía amena, pero de pronto observé sus manos acercándose a ella, la sujetó de su cintura y la atrajo hacia donde él se encontraba. Se situó al centro de la cama y cruzó su brazo por su cintura y abrazo su cuerpo e inmediatamente deslizo sus manos hacia la parte de su pantalón y comenzó a desabrocharlo mientras que con sus labios besaba el cuello expuesto de mi madre, lentamente mire cómo iba despojando las ropas del blanco cuerpo de mamá….

Primero fue el pantalón el cual fue quitado con sutileza, luego fue su blanca blusa de la cual se deshizo velozmente, posteriormente el sujetador de Isabel fue bajado de su posición normal, dejando sus sabrosas tetas en libertad de la sutil prenda…, los mismos que su amante de turno besaba y chupaba con ansiedad, sin quitar sus manos de las amplias caderas de mi madre quien a su vez acariciaba la verga de su macho por encima del pantalón. Hicieron una pausa para que él quitara totalmente el sostén de ella y besara nuevamente sus ya erguidos y provocativos pezones, así como los carnosos labios de su jadeante boca, durante el besuqueo y manoseo de él sobre el semidesnudo cuerpo de Isabel, hábilmente le bajo las bragas a media piernas y deslizo una de sus mano hacia la vulva de entre los muslos de mi madre y con habilidad inicio el roce de sus dedos en contra de los labios y clítoris de su vulva, haciendo movimientos oscilantes, pajeando tanto la parte superior e inferior de la húmeda raja de mamá. Sin impedirlo Isabel continuaba dejándose mamar las tetas, y su rostro se notaba en pleno éxtasis, fue precisamente ese momento que él aprovechó para deslizar su prenda íntima a través de sus piernas y pies, deshaciéndose también de ella.

Teniendo enfrente de si, el cuerpo totalmente desnudo de esa hambrienta hembra, para posteriormente recostarla sobre la suave sabana de la cama y apoderarse de sus ubres ya bastante hinchadas de leche, cuello y boca. A los cuales besaba con gran frenesí y pasión…, situación que ponía a mi madre al borde del delirio. La boca de ese macho se apoderaba de los pezones y vientre de mi madre a la cual disfrutaba intensamente. Él se hincó delante de ella y metió su rostro entre sus piernas chupándole vorazmente su raja, la cara de ella denotaba gran goce al sentir la lengua de su macho en sus rosados labios vaginales. El cuerpo de mi dulce mami se arqueaba hacia arriba al mismo tiempo que su cuerpo se sacudía con incontrolables espasmos y su boca gemía de placer. Ese hombre le pasaba la lengua por el clítoris, lo succionaba, lo mordía mientras metía un dedo en la vagina de mi caliente madre, con desesperación las manos de mamá se agarraban de la cabeza del macho para que siguiera con lo que estaba haciendo, que la tenía a punto de acabar, después de diez minutos de sexo oral mi madre empezó a respirar más rápido, fuerte y a gemir incontrolablemente hasta lanzar un fuerte grito experimentando su primer orgasmo de ese caliente encuentro.

-“¡¡Ahhhh que rico!!” Fue la expresión que escapó de su boca.

Después de esto su amante de incorporo sobre ella, colocándose en cuclillas enfrente de ella, aun con sus manos temblorosas y la respiración agitada, ella comenzó a desvestir a su macho, le zafó la camiseta, desabrochó su jean liberándolo de este, quedando solo el cuerpo de su amante en bóxer, desde la posición donde yo estaba, pude darme cuenta de la cara de sorpresa que mostró mi madre al bajar el bóxer de ese hombre y ver asomarse una recia verga venosa de no muy larga, no sin antes dejar escapar un cumplido… 

-“¡Madre de Dios… Qué pollón!”

Aquel cipote parecía una lata de Coca cola, corto pero grueso… el mío era más largo, pero un poco menos recio (Algunas encuestas hechas a mujeres dicen que es el perfecto en medidas). Inmediatamente sin titubear Isabel tomo el grueso tronco de esa verga y comenzó aplicarle un suave vaivén con su mano, por lo cual el enorme trozo de carne creció un poco más. A continuación miré como mi madre acercó su rostro a la verga que ya se encontraba totalmente liberada del bóxer de su amante y aproximar su boca a ella, para pasar la punta de su lengua por la inflamada cabeza de esta. Isabel exclamo…

-“¡Ummm… que rica está esta verga, la echaba tanto de menos! ¡Ummmm…. Wuaww!”

Pensaba si mi Madre realmente era una puta. En el interior de la habitación solo se escuchaba la boca de mamá al chupar el gordo palo exclamando… 

-“¡Me encanta tu polla, tan rica, grande, larga, gruesa y cabezona!” No le cabía en la boca.

Seguían los sonidos de la mamada que estaba haciendo. Un poco excitado, me asomo más cerca para mirar y veo a su amante recostado en la cama y a mi madre arrodillada chupando y tratando de meterse tremendo pedazo de carne en la boca. La verdad es que se veía una verga monstruosa y la caliente de mi madre tratando de metérsela toda en la garganta la muy golosa. Ella le pasaba la lengua por el enorme glande mientras lo continuaba masturbando con su mano, le daba besos a los testículos y recorría todo el largo del tronco venoso con extensión su lengua para volver a tratar de metérsela toda en la boca.

-“¡Ahhhh! Sigue, sigue qué bien chupas”, escuché exclamar a su amante.

Para ese entonces yo me encontraba totalmente excitado con lo que veían mis ojos. Estuvo como otros tantos minutos mamando la verga hasta que súbitamente el macho se pone de pie arrojándola sobre la cama, inclinando a mi dulce mami y clavándole su verga…, la empaló por la vagina bombeándole innumerables veces, momentos después le sacó la verga y se recostó en la cama dejando las piernas fuera de ella, mi madre se montó en él metiéndose ella misma el vergazo en su rajita vaginal dándose múltiples sentones en el poderoso falo. En un momento dado su macho se incorporó metiendo sus brazos por debajo de las piernas de mi madre, ella se asió del cuello de él quien se puso de pie levantando a mi madre en vilo sin desensartarla y en esa pose su verga seguía entrando y saliendo de la sabrosa vagina de ella, algunos minutos más tarde ella misma con una de sus manos se sacó el rabo de su raja y ordeno a su amante que la recostara sobre la cama, su amante obedeció inmediatamente a su petición, la colocó sobre la cama con las nalgas hacia adelante, sujeto la enorme tranca con su mano y la dirigió a la babeante raja de Isabel…, presionó la entrada de su vagina y la enterró al interior de ella, la reacción de Isabel llegó cuando sintió el grueso pedazo de carne enterrarse profundo en su matriz. Estaba la totalidad de la verga de su amante dentro, muy adentro de ella y le hacía vibrar todo su cuerpo con sus intenso vaivén… de su garganta brotaban murmullos y quejidos de placer incontenible. Lo curioso de todo ello era que no usaba condón ¡Joder, se la estaba follando a pelo!

Era enorme el glande de esa verga y ella con la mirada desorbitada abría más su vagina para facilitar la entrada del formidable vástago al interior de su útero partiéndola en dos. Temblorosa no podía controlar el estremecimiento que la recorría y la ponía al borde del orgasmo. Con su rostro apretado contra las sábanas, sus manos estrujando la tela con cada empellón, se fue entregando sin remedio. Pronto mamá respiraba ya con dificultad, muy agitada sus gemidos se hacían cada vez más candentes y ruidosos, su amante ya casi montado sobre su cuerpo jadeaba intensamente y los vaivenes y estocadas se hacían más fuertes y profundas, los dedos de sus manos los enterraba en la blanca piel de la cintura de mi madre, que en esa posición continuaba sometida a ese fuerte pero exquisito movimiento. Después de un tiempo considerable, mi madre comenzó a hacer un movimiento circular de sus caderas en torno a la bestial embestida a la que era sometida, al mismo tiempo inclinaba sus nalgas hacia arriba para recibir las arremetidas en lo más profundo de su cuerpo, partiéndole la raja de su coño. Se hace una pausa e Isabel se acuesta boca arriba y separa las piernas diciéndole a su amante….

-“¡¡Mi raja es toda tuya!! Haz con ella lo que quieras ¡¡FÓLLAMELA bien fuerte!! ¡Me encanta sentir los golpes de tus huevos en mi coño!”

Su amante se acerca y se arrodilla al borde, mientras mi madre toma un poco de aire, su macho se para toma su badajo y lo apunta a su coñito, que aunque estaba todo mojado y bastante lubricado, la descomunal mole de su amante le costó trabajo para que entrara hasta la raíz, ya que solo al poner la cabeza de su tranca sobre la raja de mi mami se escuchó un quejido. Observé separar bien sus piernas y presionarla sobre su vulva, entrando la mitad de la verga en el conejo hambriento de mi madre, la cual dio un suspiro de agrado gozoso, al sentirse llena por dentro…. Su macho empieza a bombear lentamente para que la puta de mi madre disfrute de su gran polla. A los pocos minutos de bombeo el chumino de mamá se come la totalidad de la rígida carne. Unos minutos más tarde, el amante le pide que se ponga en cuclillas y ella muy obediente lo hace, observo a su hombre ponerse detrás de ella y enterrarle nuevamente su monstruosa verga en la vagina e iniciar un mete y saca sanguinario impresionante, que hace a mi madre inclinarse hacia delante con la cara desencajada de gusto sobre la cama de tanta fuerza que le daba en cada clavada.

No pasan cinco minutos y mi madre tiene su segundo orgasmo que la deja exhausta y respirando agitadamente. Su amante algo cansado empieza a sacar la polla de la vagina de mi madre lentamente y nuevamente la veo en todo su esplendor, aún estaba erguida, vaya aguante que tenía este hombre una polla gorda y aguantadora. De repente veo a su macho acercarse al buro de la cama y tomar un vaso con agua que estaba ahí que generalmente mi madre deja en la noche por si despierta con sed, me giro hacia la cama y tengo la oportunidad de ver a mi madre aún en cuclillas descansando… ¡Wuau! que vista más espectacular se veía su trasero delicioso y un conejito mojado después de tanta acción. Su amante regresa hacia donde se encontraba ella se vuelve a colocar detrás de mi madre y escucho decirle…

-“¡¡Ahora viene la mejor!!”

Mi madre en la misma pose y con el trasero expuesto lo acerca al borde de la cama y su amante le empieza a pasar la lengua por sus nalgas y esta inmediatamente comienza a suspirar y gemir. Observo al macho con su lengua taladrar el culito de mi fogosa madre para ir lubricando y dilatando, después le mete un dedo en su culo y unos minutos después se incorpora le dice a ella…

-“¡¿Estás lista?!” 

Veo escupirle al culo y comenzar a tratar de meter la venosa carne.

-“¡Hazlo con cuidado por favor! Le suplicó ella.

Al macho le cuesta lograr que entre el glande en su culito y ella un poco contrariada exclama….

–“¡Despacio, la tienes muy gorda y me duele!

La verga entra en su pequeño ano lento pero seguro y a cada arremetida de él, ella disfruta dando un gran gemido de placer y exclamando nuevamente. 

–“¡Quiero sentirla toda adentro!

Fue impresionante ver como el rico culito de mamá se iba tragando lentamente centímetro a centímetro toda esa barra de carne. ¡Vaya PUTA resultaba ser mi mami! Y yo que la imaginaba recatada para con su ano. Su amante se aferraba fuertemente de sus caderas le daba embestidas brutales sacando hasta la punta del glande y volviéndola a meter toda dentro de su culito que ya iniciaba acoplarse a semejante aparato, fue contradictorio mirar el rostro doloroso de mi madre al sentir la potencia de esa verga y sus caderas moverse rítmicamente al compás de las embestidas. Yo no sabía si en ese momento disfrutaba el dolor o el placer que le causaban las arremetidas. Veía a mi madre con ese monstruo metido en su culo. Su blancas nalgas comenzaron a devorar el cipote del macho hasta tenerlo completamente incrustado en lo profundo de su delicioso trasero. Más tarde el mete y saca se generalizó, en el rostro de mi madre era evidente el placer que le daba estar completamente enculada por la tremenda verga de su amante…, yo estaba al borde de la inmolación de lo caliente que estaba, sentía que la verga me explotaría de lo erecta que la tenía, me sorprendió mucho saber que a mi madre le complacía tanto el sexo anal, nunca lo habría imaginado, no pude resistir más el grandioso y candente espectáculo que me estaban brindando y sin poder evitarlo me ganó la eyaculación dándome una corrida de lo más placentera en mucho tiempo, sin embargo la inflamación venérea no se me bajaba, seguía tan dura como en un principio, ya que la follada que le estaban dando a mi caliente madre continuaba.





Su amante volvió a sentarse en la cama sin desencular a mamá,  quien seguía dándose sabrosos sentones en el pollón, luego de un largo rato mi madre se levantó solo para darse media vuelta y sentarse nuevamente en el mástil, metiéndola totalmente en su apretado culito, se recostó sobre el cuerpo de él y con las piernas abiertas por completo las levantó lo más que pudo, ahora estaba frente a mí como si supiera que la estaba viendo y quisiera mostrarme como la enculaban, su excitante vellosidad rasurada y recortada resaltaba en la parte superior, con toda el área de la vulva depilada, y su apretado agujero…, sus labios vaginales humedecidos se mostraban plenos y su culito bien lleno de verga también. La bombeada era suprema, la verga de él entraba y salía por completo del exquisito culo de mi madre y cuando el vástago salía su culito quedaba bien abierto dándome un espectáculo nunca antes visto por mí y antes de cerrársele la verga de él volvía a entrar prosiguiendo el cadencioso bombeo. Continuaron follando y yo extasiado gozando el erótico espectáculo. Pararon, cambiaron de postura y volvió a encularla, mientras la verga entraba y salía del trasero de mi madre, él le frotaba sus gordas tetas con una de sus manos y con la otra la vulva, así duraron largo rato hasta que su macho comenzó a jadear fuertemente anunciando su llegada.

Mi madre precipitadamente se apartó de él, volteo su cuerpo sentándose en la cama y con sus manos sujeto el grueso tronco de esa verga y poso sus sensuales labios para recibir la fuerte eyaculación del semental, deduzco que ella trago el semen de él ya que ni una gota de esperma escurrió de su boca. ¡Pensé que sería todo pero me volvieron a sorprender! Mi fogosa madre se volvió a incorporar sobre la cama dando la espalda a su amante, él se inclinó sobre las nalgas de Isabel para besar y chupar su hermoso culito, después acercó su miembro erecto dirigiéndolo al trasero de mi madre y la ensartó lentamente hasta que su verga estuvo totalmente dentro del ardiente cuerpo de ella, para mí era imposible saber si la había vuelto a encular o se la estaba follando por el coño…, lo cierto es que su rabo entraba y salía del delicioso cuerpo de mi madre quien movía su cadera al ritmo acompasado de cada embate de esa incansable verga. Su amante permaneció así durante más de diez minutos, dándole fuerte hasta que con un potente y largo quejido se corrió convulsionando a cada lechazo que le descargaba desovando el resto de lefa que le quedara en sus cojones…, luego se quedó un rato quieto con el ariete aun dentro de su útero. Descanso un minuto y después veo retirar su verga del coño de mi madre… se ve un tremendo hoyo en su chocho e inmediatamente comienza a escaparse y escurrir el semen producto de la fuerte corrida al interior del hambriento conejo de mi madre. 

(De entre todo el espectáculo, hubo dos cosas que me parecían muy familiares… una su gruesa polla y otra su forma de correrse en dos etapas, ambos coincidentes conmigo, ¿Solo sería casualidad?)

Después de esto mamá mira a su amante a los ojos le da un beso en la boca, dándole las gracias se tira sobre la cama a dormir exhausta después de semejante follada que le dieron. Él se acuesta un rato a su lado para descansar y yo aproveché para salir de la casa a hurtadillas, y pensar en lo sucedido. Unos minutos después hago como que llego de nuevas, después de media hora larga pensé que al tipo se habría largado habiéndole dado tiempo a marchase, sin embargo se encontraban sentados en la cocina tomando un café charlando amistosamente…me encontré con una mujer alegre y risueña muy contenta de volver a verme en casa. Me podría preguntar el motivo de tal alegría, pero era evidente que ya lo sabía y no era solo por verme….

-“Cariño qué alegría que estés en casa. ¿Por qué no has avisado que venías… te hubiera recogido en la estación?”

-“No importa mamá, el N.º 12 llega directo a casa”.

-“Mira, este es Álvaro un amigo nuestro (De su marido y ella, entiende) que ha venido a vernos…”, (Querría decir a verla a ella y a follársela) -“Nos conocemos desde nuestra época liberal en la comuna… y este hombretón e mi mi hijo Xavi”.

-“Ah, ¿Entonces también eres un hippie trasnochado como mis padres?”

-“Más o menos…”

-“¿Qué quieres decir con ese más o menos?” 

Me puse impetuoso por lo cabreado que estaba de saber que ese tipo se acababa de zumbar a mi madre y estaba ahí tan tranquilo y seguro de sí mismo.

-“Hijo sí, él y su esposa también practican el nudismo como nosotros…”  

Intervino mi madre para zanjar el tema. La miré enfadado y me marché con el trole a mi cuarto a darme una ducha y darle tiempo al tipo que se marchara de una vez. Cada día tengo más claro que mi madre es una mujer muy fogosa encantada desfollar y disfrutar con ello…. Para ella tener sexo es una expresión más de cómo relacionarse amistosamente con otra persona y lograr mayor grado de confianza, para otras personas podría ser tomar un café o ir al cine juntos, compartir un día fiesta bailando o simplemente invitar a comer a casa, para mamá follar tiene el mismo valor, y si le deja correrse dentro de su coño mucho más, casi el mismo que tragase su leche.

No intenté averiguar qué grado de amistad tenían con ese tipo, sin embargo las casualidades se dan y otro fin de semana por la zona de marcha, me encontré a mis padres que iban con otra pareja… resultaron ser Álvaro y esposa, el mismo que se zumbaba a mi madre las tardes del viernes, y a saber desde cuando se la tiraba…. Quise evadirme, pero mi madre me localizó y se acercaron a mí. De la conversación deduje que iban de fiesta a tope y se pasarían por “Los jardines de Babilonia”, un lugar de encuentro para intercambio de parejas “Swinger”, donde ellos sin duda se intercambiarían. De ahí deduje que la follada con ese tipo en casa era podría ser pactada entre ambos matrimonios, pero no era normal que los “swinger” se hagan visitas a domicilio en parejas partidas. Sé que mi madre es muy fogosa pero nunca le pondría los cuernos a mi “padre”, entendiendo por cuernos, follar con un tipo sin que su esposo tuviese conocimiento de ello, y viceversa.


********************


La visión de la vulva húmeda y brillante de mi madre, de aquella follada con su amante, impedía desengancharme de mi madre por completo, sin lugar a dudas el delicioso olor salado de sus jugos incitaba a un beso, a devorar aquella parte de su cuerpo, hasta oírla gemir desesperada. 

De ser un chico pardillo de 18 años virgen en los menesteres del sexo, a lo sucedido después, se pude calificar de un salto brutal…, la liberación sexual en casa me abrió la mente y desde entonces he salido con bastantes chicas en ausencia de compromiso, solo relacionarnos, pasarlo bien y follar… follar mucho. Pero siempre hay un pero, es algo que no se puede andar contando por ahí que tus padres y unos cuantos amigos más se montan bacanales al estilo de la antigua Roma como quien se junta a disfrutar de una barbacoa o una paella entre risas y amigotes…, solamente porque no es algo que se vea comúnmente con buenos ojos, mucho menos si en esas fiestas se hacen partícipes a los hijos, llegando a ser copartícipes de pleno derecho una vez que comienza la madurez sexual en la adolescencia, y eso implica que a partir de la mayoría de edad, en un momento dado puedes follarte a tu propia madre sin que ello esté mal visto en ese círculo reducido de "amigos", pese a que en alguna remota ocasión hayamos pensado o soñado con ello. Todo ello como consecuencia de una larga travesía desde temprana edad, de una liberación sexual sin pudor ni sin límite mínimo de edad, de ver como se hace el amor entre adultos, respetando los deseos del otro.

Si nos retomamos un poco por el principio, cabe señalar porqué me llamo Xavier siendo madrileño, muy sencillo. Mis padres siendo adolescentes se mudaron a una comuna hippie en el pirineo gerundense, allí nací cuando mi madre era aún muy joven con tan solo 21 años, mi padre ya rondaba los 26, ambos bastante jóvenes para hacerse cargo de un bebé en un lugar inapropiado para criarlo. Se separaron de la comuna y con la ayuda de mis abuelos, se abrieron camino en una vida avocada al trabajo y alejada completamente de la vida social que habían tenido hasta esos momentos…. No obstante la existencia le fue sonriendo y alcanzaron un estatus social y económico solvente con un grupo de amigos muy particulares, abiertos de mente y muy extrovertidos, yo diría que en exceso para los tiempos que corren…. 

Mentiría si digo que mi madre a sus 42 años no es una reina de la belleza, con un cuerpo esculpido en el gimnasio y el SPA…, es hermosísima, atractiva y muy resultona… la verdad no lo digo por ser su hijo. Su rostro es angelical, no representa la edad que tiene y su cuerpo de curvas de infarto con todo macizo y firme… sus ojos son de color azulado, grandes y expresivos, casi seductores, hace poco unas arruguitas empezó a salir en la pata de gallo, pero lejos de demeritarlos, los volvieron más intensos porque en verdad sonríe profusamente. Su piel es blanca con un tono apiñonado, pero se torna morena fácilmente con el sol. Su cabello es negro zaíno contrasta con sus ojos azules, dándole una belleza única… cuando era niño lo llevaba siempre largo, a últimas fechas se lo recortó a los hombros. Tiene la nariz finita y recta…respingona, su boca también es finita, no muy grande, no muy chica, basta decir que su sonrisa, aunque seria tiene un cariz triste, al sonreír descampa lo nublado…tal vez por eso mismo embruja. Su cuello es estilizado y su cuerpo... ¡Su cuerpo! (es mi parte favorita) es alta para la media de la mujer española con algo así como 1.72, sus hombros son delicados, sus senos grandes, enormes, de perfecta forma, la cadera un poquito ancha, muy sensual y perfecta para una madona. Sus piernas son delgadas sin rastros de celulitis, y su cintura, si no es de avispa, tampoco es gruesa, invita a abrazarla, a tomarla para deslizarse después, como por accidente a sus nalgas, firmes y grandes; deliciosas... Es una tentación, y más tentación es por el hecho de ser mi madre.

Me encanta, y siempre me ha encantado. Si ahora es guapa imagínense hace veinte años cuando la preñaron de mí, sería un portento… en un lugar tan promiscuo cualquiera podría ser mi progenitor y ese tal Álvaro tenía muchas papeletas que fuese. Volviendo a la actualidad, de cuatro años hacia acá solo he necesitado pensar en ella en mis fantasías para casi todas mis masturbaciones. La espiaba cuando salía de bañarse o cuando se cambiaba, imaginando el sabor de esa piel blanca y suave. Cuando no estaba hurgaba en sus cajones, sobre todo en los de ropa interior, tomo prendas al azar (nunca usa algo de encaje o seda, todo es de algodón, a veces hasta con estampados de ositos y eso) y frotándolas sobre mi cuerpo imagino su candor, el roce de sus pezones endurecidos sobre mi pecho, mientras nos fundimos en un beso salvaje con mi lengua acariciando todos los rincones de su boca. Mis manos aprendiendo el contorno de sus nalgas mientras voy bajando lentamente sus bragas, enroscándolas hasta la mitad de sus muslos, desvelando su monte de vellos recortado, tan diáfanos que se aclaran viendo su piel, y la tenue línea que divide sus nalgas, dejando libre el olor cálido de su humedad sintiendo como se excitaba más y más, hasta un punto sin regreso. 

Esas vivencias que me regala de vez en cuando, luego las recreo para mi deleite entre gemidos (creo que eso hace más excitante la fantasía). La suelo ver con sus ojos cerrados, suspirando que me quiere, ahogando sus alegatos en un beso de su boca por mi cuello hasta mis hombros mientras empezaba a acariciar el bulto de mi cipote hinchado de sangre. También solía tomar uno de sus pantis (en una época, su ropa íntima se volvió para mí una especie de fetiche, como se habrán dado cuenta) del cesto de ropa usada… la besaba, la olía, la mordía… la enrollaba en mi verga pajeándome, sintiendo casi vívidamente como sus labios la abrazaban, como la devoraba ansiosa, envolviéndome el glande con la lengua. Otras veces podía imaginar la vibrante presión de su coñito estrecho en ella, o la humedad del interior de su vagina…,terminaba siempre dejando que mi semen se derramara sobre las prendas, no sé, creo que de esa manera podía poseerla más a menudo, en especial cuando comencé a estar lejos. No obstante conociendo a nuevas personas en la universidad fui sustituyendo las fantasías de mamá, por chicas reales hasta que me topé con la follada de ella con Álvaro.

En abril, antes de empezar las vacaciones de Semana Santa, me sorprendió con la noticia de que había pedido la semana de antes libre en su trabajo y que había pensado pasarla conmigo en la casa que tenemos en la playa, ese año venía adelantado el verano. Dado que mi padre trabajaba incluso el fin de semana preparando un proyecto urgente en su empresa, la atracción que me provocaba en esos momentos otra vez, y el abuso laboral que ella solía hacer de mi persona en la casa de la playa…limpiando, arreglando estanterías o el patio, pintando…

En los últimos meses había procurado evitar salir de vacaciones o de fin de semana con ella a solas como otras muchas veces hicimos. En esa ocasión su argumento era para estar más tiempo juntos, pero a mí me parecía que me llevaba como un mulo de carga, además de hacerme sufrir viéndola casi desnuda o directamente en bolas en otras muchas ocasiones en el devenir de la convivencia…. Así que siempre buscaba escaparme con mis amigos o con los estudios huyendo de la instigación…, pero esta vez no hubo manera… todos mis amigos no estaban disponibles, no tenía novia y los estudios los llevaba de puta madre. Ella por su parte, y dada mi actitud convencía a su hermana y sus dos hijas, pero en esta ocasión quería ir conmigo. Yo me negué claro, pero empezó con eso de que eran probablemente las últimas vacaciones que teníamos para estar juntos, y que ya nos quedaba poco tiempo como familia, que yo me iba a ir una vez termine los estudio…, en fin cosas de madre. ¡Acabé aceptando!

Los primeros días estuve prácticamente ausente. Me iba solo a la playa muy temprano, regresaba solo para que comiéramos juntos, y salía desde eso de las seis de la tarde a algún antro a tomar algo, a hacer amigos, a ligar… el caso es que estuve completamente alejado de ella mientras se encargaba de cuidar a la niña. El antepenúltimo día, me desperté a eso de las doce del mediodía después de una mega borrachera, crudísimo, mareado, con náuseas y casi por instinto me dirigí por el pasillo rumbo a la cocina. Pasé frente a la puerta del cuarto de mamá y no pude encontrarla, ya se había levantado. Me asomé a la terraza y pude verla en la piscina nadando despreocupada, como si no hubiera sentido mi presencia. Sin saber porqué, me quedé inmóvil contemplándola. Era tan hermosa como siempre. Su piel blanca, perfecta, suave y tersa…atezada por la luz del sol. 

Tenía puesto un bikini rojo, sus nalgas deliciosas aprisionaban el tanga. Bañada millones de gotitas de rocío, sus piernas relucían firmes, tensas, como esperando un beso que las hiciera estremecer. Sus pezones estaban endurecidos al choque del aire sobre su cuerpo húmedo sobresalían de la prenda de licra, que sostenía con dificultad sus enormes tetas. Su cabello mojado y enmarañado sobre la espalda, dejaba libre el contorno de su cuello blanco…, era una belleza, nunca había dejado de serlo. Sin poder contenerme empecé a masturbarme debajo de los bermudas, no podía dejar de verla, de imaginarla de nuevo gimiendo de placer. En un cierto momento, en el que ya no podía detenerme, mi presencia y mi mirada llamaron su atención. Me quedé frío, me detuve de inmediato sin alcanzar a sacar mi mano de los pantalones. Me di la vuelta rápidamente tratando de regresar desapercibido al cuarto, pero me llamó…

-“Xavier, ¿Por dónde andas?”

-“Aquí estoy, dije nervioso. Me voy a duchar, ahora te veo”.

Me metí a la ducha sin poder dejar de pensar en ella, en su piel, en su rostro… estaba pasando de nuevo… pero bueno, la cosa era desaparecer rápidamente, olvidarlo todo. Debía de conseguir recordar a alguna chavala de esa noche y sacarla de mi mente, digo, faltaban solamente dos días de esas vacaciones adelantadas, y podía esquivarlos con facilidad… ¡Se veía tan hermosa, tan arrebatadora! Salí de la ducha de la piscina e intenté escabullirme sin ser notado, mamá estaba tendida en un camastro tomando el sol. Lamentablemente, tenía que pasar por su lado para salir de la casa… ella notó mi presencia a mi paso.

-“¿A qué horas llegaste anoche?” Dijo de sopetón, me paré en seco.

-“No sé, como a las cuatro”.

-“¿Y qué tal estuvo?”

-“Bien, bien”, cualquier respuesta era buena para escaparme.

-“Sí, se nota. ¿Quieres que te prepare algo?”

-“No, no hace falta. Yo ahora veo que me preparo”.

-“Pero no te vayas, ven aquí, quiero hablar contigo ahora que la niña está tranquila”.

-“¿Qué pasa mamá?”

-“¿Pues cómo qué pasa, Xavier? En estos días casi no nos hemos visto, me podrías ayudar con Alía”.

-“Pues si… mamá, lo haré a partir de hoy”.

-“Deberías hacerlo siempre… amor, ella también es parte de tu responsabilidad, y… Nos venimos a pasar un tiempo para nosotros, en familia. Ya me entiendes. Quiero que disfrutes de la niña y lo que supone ser padre.”

-“Sí mamá, pero es que… pues, me aburro”.

-“¡Mira! Qué bonito. ¡Gracias!”

-“No es eso, mamá. Mira, hoy vamos a comer y ya”

-“No, así no. Bueno, dime que quieres.

-“No si no quieres, no”.

-“Sí, sí quiero, dime, ¿Qué hacemos? Esta noche nos quedamos aquí a cenar”.

-“¡No, a cenar no!”

-“Bueno, jugamos algo, o ya veremos… porque además no me gusta que salgas y te pongas así”.

-“Bueno está bien, no lo volveré hacer...lo prometo”.

Me había comprometido, pero por fin parecía que podía escaparme de ahí, de mis fantasías, y de tantas sensaciones que me provocaban ver a esa hermosura medio desnuda. Cuando ya salía me detuvo de nuevo.

-“¿A dónde vas?”

-“A comer algo, tengo hambre”.

-“No. Ahora te esperas a la hora de comer, digo, si no vamos a cenar esta noche… ¡Anda, ya que estás aquí! Mira, tengo un dolor aquí, aquí… mira, toca”.

Casi a regañadientes acercó mi mano a su espalda. La reacción al roce de su piel fue inmediata, y mis shorts parecían una carpa.

-“¡Anda, hazme un masaje de los tuyos! Y luego me pones bronceador en la espalda”.

-“¡No, mamá!”

-“¡Anda Xavier, no seas así!”

Se sentó en el camastro soltando los tirantes de su top… inquieto y ansioso por tocarla, con algo apocado porque se diera cuenta de mi erección, de que se diera cuenta que seguía siendo un adolescente sin superar su Edipo pese a las novias que ya habían pasado por mis manos. De lejos empecé a frotar su espalda, como si no quisiera tocarla.

-“No, así no. ¡Anda, amor! Házmelo bien, ni que te fuera a morder ¡Yo sé que tú sabes hacerlo mejor!”.

No era una mordida lo que me preocupaba. Y bueno, aun así me acerqué más procurando alejar mi cadera de su cuerpo. En un momento dado, mis manos se acomodaron en su cuerpo, estaba disfrutando a tal grado el roce de esa piel suave que palpitaba por el calor, que me olvidé de todo.

-“¡Ay! Así mi hijo, así… que rico”.

Era por supuesto una frase inocente, que yo escuché como a lo lejos. Estaba absorto, embebido en mis deseos  locos y salvajes que pensaba ya olvidadas, y hubiera continuado si no hubiera sido porque, mamá se movió de tal manera, que se rozó su espalda con mi erecta verga. Ambos no hicimos amago de separarnos. Sin poder mirarla a la cara, le dije que en serio tenía algo de hambre y corrí a la cocina. Después de un silencio incómodo me gritó…

-“No te llenes cariño, me doy un baño y nos vamos. Hoy no me apetece preparar la comida”.

Pasó media hora hasta que salió y nos fuimos los tres. Todo el camino predominó el silencio, hasta el restaurante, parecía que los dos nos habíamos quedado sin palabras. De pronto, después de un rato, como si no hubiera pasado nada, ella introdujo un tema trivial sobre la graduación de mi prima en el instituto o algo así. Yo inmediatamente me sumé al comentario con mi mejor cara, me parecía un buen punto de borrón y cuenta nueva. Así regresamos a la casa, subí a darme una ducha para quitarme el sudor pegajoso…  antes de irme, me recordó la promesa de la comida, a la cual yo accedí sin mayor queja. Me puse un bañador y me di unos chapuzones, ella se había puesto de nuevo su bikini rojo con un pareo, y había vuelto a la piscina… pasamos una siesta de dos horas remojados y charlando cubiertos de agua hasta el cuello. Prefería no verla fuera del agua, pero no podíamos estar todo el tiempo metidos. Me dirigí hacia ella después de repetirme una y otra vez "es mi madre y no debe ocurrir nunca más…" salió, se secó. Nos tumbamos largo rato en las hamacas sin decirnos nada, solo disfrutando de la leve brisa del mar que nos llegaba. Cuando el sol comenzó a remitir en el ocaso, subió a su cuarto prometiendo no tardar mucho. Yo me puse unos bermudas y una camiseta para bajar a la salita, dónde habíamos acordado vernos.






En la sala trataba de pensar en cualquier otra cosa más acorde a lo que hacen los hijos con sus madres en estas situaciones. Regresó con un vestido de gasa muy liviano que la hacía flotar al andar, debía llevar tanga pues no se notaba el corte de las bragas. Solo se cepillo el cabello haciéndose una cola, se puso unas sandalias, seguía viéndose deliciosa, pero estaba firmemente dispuesto a pasarlo por alto. Seguimos un rato con la conversación trivial, pero empezamos a tomar un vino dulce, lo que me pareció raro porque ella ya no bebía, y más raro porque me iba siguiendo el ritmo. Cuando llevábamos un par de tragos cada uno, empezó a reírse de cualquier cosa…, es bastante simpática cuando está medio alegre. Me contó cosas sobre su vida, aunque pareciera raro y me di cuenta entonces, que no sabía mucho de ella… de las presiones en su trabajo, de la soledad que siente… de pronto maldijo a su jefa, en lo que yo la apoyé porque me cae muy mal la mentecata. Entonces decidió que había sido suficiente, que no quería perderse esa noche por estar ebria, y dejó de beber.

Llegó el momento de hablar de mí. Me preguntó cómo me iba en mi vida sentimental y por la universidad… le dije que todo iba bien, que no había problema en mis estudios. Luego lo de Carolina, mi más reciente ex novia. Le conté que las cosas no habían salido muy bien, que nos habíamos peleado. Con tono de madre sabelotodo, me dijo que ya sabía, que esa muchacha no estaba a la altura de mis miras. Tras un silencio raro en ella, dijo que de cualquier manera yo era guapo y muy bien “dotado” física e intelectualmente…

-“¡¡Nunca te faltaran pretendientes!!”

Como cambiando el tema, se dio cuenta que no había música. Fue al estéreo, sacó su caja de discos y puso uno de Dire Straits. Cuando empezó a sonar la guitarra inconfundible de Mark Knopfler de la canción de “Brother in Arms”, suspiró muy profundo, dijo que esa canción le encantaba y me invitó a bailar. Alegué que necesitaba otro gin tonic para bailar, pero no le importó, me tomó de la mano y me llevó al centro de la sala, yo quedé inmóvil como piedra, mientras ella empezaba a moverse. Empezó a bailar bajo esa lámpara de luz ocre que dotaba de sensualidad infinita los movimientos de sus brazos y sus piernas desnudas… primero lentamente, casi tímida, luego a medida que subía de intensidad la canción, su cadera, sus hermosas nalgas apenas la cubría la falda si entraba en vuelo, empezaron a estremecerse con más libertad, adelante y atrás, cada vez más libres, más suaves y hermosas…, hasta el punto en que las contracciones parecían cercanas al orgasmo. Poseídas por las notas que iban llenando ese ambiente inflamado de mis deseos y la frenética sexualidad de mi madre, que ni en todas mis fantasías se podría vislumbrar tan espectacular.

Aquella imagen superaba por mucho mis deseos de adolescente…,se veía especialmente hermosa aquella noche, perdida en la vieja canción. Tenía los ojos cerrados, y en sus labios una sonrisa mágica que suspendía solo para entre abrir la boca a punto de dejar escapar un gemido o un suspiro cuando la guitarra tocaba notas sensibles profundas…, parecía de pronto, que estaba excitada, como una hembra en celo. Tal vez por la sensualidad que manaba de cada poro de su piel, tal vez por la sensación de mis ojos trémulos que recorrían su cuerpo, fijándose en su cintura, en su espalda descubierta, en sus tetas que se movían chocando una con otra… o en sus piernas. No se cómo llegamos a eso, habrá sido el alcohol, la música, no sé qué cosa… tal vez era mi madre que nunca vio morbo en dejarse llevar por la música frente a su hijo, en mostrar su cuerpo desnudo a su retoño que pudiera ser de piedra para ella y no se diera cuenta que era un adolescente salido al que le pierden las mujeres.

De cualquier manera, yo estaba a punto de estallar, si algún día iba a volver a pasar algo entre mi madre y yo retomando la tradición de la reconciliación teniendo sexo, este era ese día de la componenda por haberla abandonado por mis novias. Pero a pesar de tener aparentemente la mesa puesta, no me atrevía a hacerlo, hasta que finalmente me decidí a dar ese paso al que mi progenitora me estaba invitando sin forzarme a ello…. Me moví hacia ella, tratando de inducir algún roce entre mi verga erecta y sus nalgas en alguno de sus movimientos. El contacto se dio casi de inmediato, y una sensación eléctrica me recorrió el cuerpo, ella no se detuvo, se hallaba perdida en la canción (pensé en ese momento). Viendo la situación me acerqué otro poco, buscando esta vez un mayor contacto. Sobrevino una nueva descarga, que se hizo más profunda, cuando ella intensificó los roces, como "sin querer" Entonces, en un gesto creo, de plena inocencia, giró hacía mí y me tomó de las manos incitándome a moverme, tenía en los ojos una extraña mirada traviesa, que clavó en los míos confundiéndome todavía más, esa mirada con la que siempre empezábamos a flirtear y terminábamos follando como animales depravados….

-“Estoy agotada. Vente, vamos a sentarnos, ¡UF! Hace años que no bailaba”.

-“Pues bailas muy bien, mamá”. Le dije como tratando de sacar algo de lo que había pasado.

-“Gracias, ¡Qué bien amor! Ven, siéntate conmigo”.

La indiferencia, o más bien el tono maternal de esa última frase me sacó de onda. Regresó la cobardía tal vez, las cosas no eran iguales e imaginé algo que no debía. Apareció otro tema trivial, algunos recuerdos de mi infancia. Yo estaba muy confundido, estaba ahí sentado junto a mi madre, sintiéndome el peor de los pervertidos sin hacer nada… en otras ocasiones ya estaríamos follando como condenados al infierno. Después de un breve silencio, que mi madre aprovechó para tomarse el resto de su copa de vino, y después de meditar un poco las palabras que iba a usar, dijo…

-“Xavi, tengo que decirte algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza todos estos días”.

Me tenía acorralado en el sillón, y aunque escaparme hubiera sido patético, no lo dudaría un momento según el rumbo de la conversación. –“Mamá, yo… Me interrumpió con gesto conciliador, me dio unas palmaditas en la pierna como si fuéramos a tratar el asunto como adultos, y dejó su mano sobre mí cerrándome el acceso de escape.

–“Dime, ¿Qué te pasó hoy en la piscina… cuando me dabas el masaje? ¡Aun siente cosas por tu madre!”

Estaba ya muy cerca, creo que pudo escuchar el latir de mi corazón apresurado, a punto de reventar, mientras su mano que estaba posada sobre mi pierna empezó a moverse, provocando una caricia.

-“Nada, nada que no fuera lo normal… bueno, tú viste lo que pasó”. Le dije inconcebiblemente  nervioso como nunca.

-“¿Y cómo te sientes ahora…?”

-“¡¡¿Estúpido?!!”

-“¿Por qué estúpido, cariño?”

-“Bueno, avergonzado por comportarme como un crío que no sabe controlarse”.

-“Bueno, si te digo la verdad, tú y yo siempre hemos podido hablar sinceramente, ¿no es cierto?” 

Su mano se detuvo en mi muslo, cerca de mi verga que cada momento se hinchaba más.

-“Estaba fascinada con el masaje, como soñando… Cuando sentí el roce de tu polla dura… bueno, me electricé como hace unos años. Me sentí muy rara, no sabía que hacer o que decir…. Por un lado se me hizo confuso el hecho de que mi hijo se volviera excitar tocándome, pero por otro, me gustó que no te hubieses olvidado de tu madre con todas esas chicas con las que andas…”.

-“¿Sí? Le pregunté helado por la sorpresa.

-“Sí. Me encantó la idea de poder excitarte siendo más vieja... y después de parir a la niña me veo menos sexy”.

-“Pues ya te digo yo que que sigues igual de sexy o más”.

-“¡¿De veras?! La verdad mi vida, estos días de vacaciones solo eran una excusa para estar a solas contigo y disfrutar de ti… que tú desconectes y conectemos juntos… Lo necesitamos”.

-“¡¿Estás segura que aún te apetezco…?! 

-“Estos meses nos hemos comportado como una madre y un hijo normales… y me he olvidado que eres el verdadero padre de mi niña. ¡Quiero que la disfrutes y de paso lo hagas conmigo! En todos los sentidos”.

-“Eres demasiado sexy o sexual, me gusta y me da un poco de vértigo estar contigo...”.

El calor de su mano suave sobre mi pierna y la sensación de sus tetas estremecidas por su respiración agitada tan cerca me estaban volviendo loco.

-“Con mamá siempre estarás seguro”.

-“Gracias, me alegra que estés pendiente de mi”.

-“Dime una cosa, ¿Te has hecho una paja después del masaje…? Recuerda que estoy disponible, y que no somos una madre e hijo ejemplares”.

-“No, mamá, conteste titubeante. Me miró con una sonrisa incrédula. “Te lo juro, lo pensé pero no…”.

-“Xavier… quedamos que íbamos a hablar sinceramente… hay confianza entre nosotros. Dime, ¿te la hiciste…?”

-“Bueno Sí”, respondí un tanto avergonzado (finalmente estaba hablando con mi madre).

-“¿Sí? Lo dijo con ilusión, como si fuese un regalo para sus oídos. Y cuéntame, ¿Cuándo te follas a esas chicas, piensas en tu madre?”

-“No eres fácil de olvidar mamá…. Así que cuando te veo con tus biquinis, en bragas… verte nadando esta mañana fue superior a mis fuerzas y no pude evitarlo.

Su voz, que se había tornado íntima, me despojó de toda pusilanimidad que antes no tenía…, y como por instinto mi mano buscó su pierna. Notando mi intención se acercó un poco más, a la distancia de un beso, dejando la tersa piel de su muslo a mi alcance, abrí mi mano atrapando toda su pierna, comprobando su deliciosa suavidad y dejando entre roce y roce, sus piernas descubiertas de aquella falda.

-“¿De veras?”

Preguntó con voz traviesa, mientras su mano dejaba mi pierna para juguetear en mi pecho…

-“¿Te digo algo? Yo también me toqué después de lo que pasó. Subí a la habitación, me enrollé las bragas hasta los muslos…”.

La interrumpí, deslizando mi dedo por su muslo caliente hasta un cierto punto…

-“¿Hasta aquí las bajaste, mamá?”

-“No amor, un poquito más arriba…”

-“Entonces, ¿aquí?”

Pregunté señalando más arriba bajo, cerca de su ingle, mientras me inclinaba para besar su hombro.

-“No cariño, no tanto”.

Dijo estremecida, mientras su mano se posaba en mis pantalones, moldeado la forma de mi cipote erecto y ahuecando la palma de su mano sobre mis bolas….

-“Entonces fue aquí…”,

Dije mientras alcanzaba otro punto de su muslo, esta vez con los labios. Lanzó una risa plena que tanto había  escuchado en ella, esa risa de una niña que se divierte en un juego. Compartíamos una dulce travesura… Yo recorriendo su pierna hasta el elástico de su tanga con besos, ella acariciando mi cabeza, intentando ansiosa hundirme en su cuerpo.

-“¡¡No puedo más mi amor, mira como estoy por ti!!”

Se despegó un instante de mí, y levantándose un poco tras quitarse ese vestido liviano, enroscó su tanguita hasta media pierna, dejando descubierto su monte Venus salpicado de vellos oscuros recortados para el bikini y rasurados con maquilla eléctrica casi a borde la depilación. Abrió sus piernas, mientras sus ojos se clavaban en mí, inquietos, ansiosos, incluso un tanto nerviosos por una posible desaprobación. Pero era imposible desaprobar aquella maravilla… la única parte de su cuerpo que no estaba bronceada, se veía casi inocente, los pelitos más cercanos a su vagina ya estaban empapados…, pronto el interior de sus muslos también lo estuvo. La visión de su vulva húmeda y brillante y su olor, el delicioso olor salado de sus jugos incitaban a un beso, a devorar aquella parte de su cuerpo, hasta oírla gemir desesperada, pero… ya me había gustado ese juego nunca olvidado con el que mi madre es capaz de seducir y embelesar a cualquier hombre heterosexual.

-“¿Y dime, mamá? ¿Luego que hiciste?”

Dije separándome un poco, deseoso de contemplarla.

-“Acerqué mi mano a mi vulva, abrí mis labios y busqué debajo del capuchón mi botoncito….

Se llevó su mano a su vagina mientras me describía los hechos…. 

-“Y empecé a hacerme cariñitos en la pepita, amor. Así….

Mi madre empezó a moverse, a dibujar pequeños círculos, con dos dedos separó sus labios descubriendo bajo el capuchón su clítoris…una pepita grande y blanca de tan dura y erecta que la tenía… y empezó a frotarlo visiblemente excitada…

-“Eres muy hermosa, mamá”

Dije maravillado, pero continué despojándola de los tirantes de su vestido al tiempo que besaba su hombro. 

-“No me vas a decir que tenías esto puesto, ¿verdad?” Dijo que no con un gemido. -“Entonces quítatelo”.

Balbuceando perdida en el placer me pidió que yo lo hiciera. Separé sus tirantes, bajándolos por sus hombros, y luego develé lentamente sus grandes ubres, cayendo la prenda hasta su pancita. Son maravillosas, mejor de lo que me había visto en el chalet de los amigos de mis padres y mucho mejor de lo imaginado en mis febriles masturbaciones. Eran Blancas, perfectamente redondas, con forma de gota… eran enormes. Sus pezones rosados estaban erectos como dos pitones, y su leve movimiento se volvió un golpeteo violento a medida que se acercaba al orgasmo. Después de darle un suave beso en la teta derecha apreciando el sabor a leche materna que mi hija aún tomaba, nuevamente me separé de ella, como si admirara esos dos nuevos portentos que exhibía. Gimió como intentando retenerme cerca de su cuerpo, pero siguiendo la travesura, le sonreí negando.

-“¿Y en qué pensabas mientras tanto, mami?”

-“En ti”, respondió casi sin voz.

-“¿En qué? Es que no te oí bien”.

-“En qué te amo, en que te quiero, en que te necesito… en cuanto te deseo dentro de mí cada día”, gritó como loca.

-“¿Y nada más?”

-“Pensaba en tu polla, mi amor, pensaba en tenerte dentro como otras veces te tuve… en hacerte el amor y en que me follaras salvajemente… deseaba estar llena de ti”.

-“¿Sí? ¡¿Te sigo gustando, mamá?!”

-“Sí, mucho…, me encantas mi amor…  lo que más me gusta de ti es como la manejas para hacerme disfrutar. Sabes que te amo, te amo más que cualquier madre ama a su hijo… porque tú eres mucho más que un simple hijo para mí… ¡Eres la conjunción de mi fruto y mi mejor amante! Y eso nadie puede igualarlo.

-“¡¿Ni Álvaro?!

-“ ¡¡NADIE!!

Me acerqué un poco más a ella, y nos fundimos en un beso exquisito…su lengua recorría mi boca, como tratando de ahogarme con ella, sus brazos se tendieron sobre mi cuello, mientras mi mano aprisionaba una de sus tetas…, la acariciaba, la estrujaba, pellizcaba su pezón sintiendo como temblaba y se estremecía, su respiración cálida comandada por un corazón que bombeaba a mil por minuto. Nos separábamos entre beso y beso para respirar con una hiperventilación extrema. Enseguida mordía sus labios, besaba su nariz…, de cuanto en cuanto intercalábamos te "quieros" suspirados. Ella tenía sus ojos cerrados, yo contemplaba sus rostro hermoso, cada vez con más seguridad nuestras manos recorrían nuestros cuerpos. Me había quitado la camiseta, y ella, no sé cuándo, pero se terminó de quitar la ropa. No hubo un solo palmo de su piel que no aprisionara en ese momento… su espalda, sus nalgas, sus tetas, sus piernas que trataban de aprisionar mis manos cuando se acercaban a su interior. Los cortitos vellos de su monte de Venus y la parte rasurada alrededor del mismo…,acercaba mi mano a su vulva trémula para sentir la humedad y el calor que expedía, a veces la rozaba, todavía sin llegar a tocarla, sintiendo su inminente orgasmo, sin embargo, parecía incómoda cuando rozaba su vientre. No obstante con una mirada le hice saber que no había problema (y de hecho no lo había, no está gorda, pero como casi todas las mujeres, tiene la idea de estarlo)

-“Me vuelves loco tal como eres mamá ¡No eres perfecta… pero eres perfecta para mí! Te deseo sobre todas la mujeres del mundo…”

La necesitaba desde hace no sé cuánto tiempo, desde siempre.






Sonriendo satisfecha, sabiéndose hermosa ante mis ojos…, como si hubiera vencido su última defensa, se entregó a sus impulsos. Me tocaba, me arañaba, me mordía los hombros, movía su cadera sobre el sofá como una gata en celo…. Era solo mía otra vez, o mejor como siempre había sido. En un momento dado, deslizó su mano libre hasta mis bermudas, y con un rápido movimiento descubrió mi verga, erecta como nunca, y empezó a frotarla con tal pasión, con tal ternura, y con tal seguridad, esa que solo puede tener una mujer madura y madre a la vez. Lo hizo tan sensual que estuvo a punto de hacerme eyacular ahí mismo. Precisamente para que no lograra correrme, aceleré las caricias en su clítoris, mientras metía un dedo en su vagina, conduciéndola a un fabuloso orgasmo, su mano quedó fundida en mi verga, mientras extenuada, me regalaba un dulce beso. Tras estar así, con sus labios y los míos fundidos un rato, su lengua y mi lengua jugueteando…, mi mano acariciando sus tetas y vientre, y ella recorriendo con su dedo mi verga y mis huevos. Se separó de pronto, como si hubiera estado ida de aquel lugar…

-“¿Fue así como lo hiciste, mamá? ¿En eso estabas pensando?”

Le pregunté mientras la besaba…

-“Casi”.

-“¿Cómo casi?”

-“Antes quiero que sepas, amor… no sé, bueno, no sé si esto está bien o mal para ti y si piensas como yo… ¡Pero tengo muchas ganas de follar contigo otra vez…! ¿Y tú? ¿Te sigo gustando lo suficiente como para follarme…?”

Lo dijo rogándome, suplicándome que la amase follándola...

-“Me encantas, mamá. Siempre sueño con volver a estar dentro de ti. Bueno pero dime, ¿por qué casi?”

-“No, te toca a ti, primero dime ¿Qué es eso que has soñado?”

-“Adivina”.

-“No vale, Xavier… yo te he contado mis intimidades…”.

-“No, adivina”.

-“¡Eres un niño consentido!”

-“Pero porque solo tú me consientes…”.

-“Para eso soy tu mami, ¿no? Las madres tenemos una gran debilidad por nuestros machos primogénitos…”.

-“Lo que he soñado es… es mamá, volver a preñarte”.

Me lanzó esa mirada traviesa que mantenía desde hace rato, y se hincó frente al sofá, inclinándose sobre mí, sin soltar mi verga, hecho su cabello hacia un lado, acomodó algunos pelitos que tenía pegados a lo largo, me besó el glande y la metió en su boca, profundamente, como si quisiera ahogarse y la sacó de sopetón…

-“Yo también lo deseo, después de tener a la niña, no hago más que buscar que me hagan una buena panza... y mi subconsciente sabe que debes ser tú quien me la haga... ¡¿Qué hago contigo?!

-“Empieza por hacerme una buena mamada”

-“Ya no soy tan adepta a dar mamadas. Muy pocas veces hago una… pero siguen siendo de mi agrado y lo haré muy gustosa.

Parecía insegura, como si nunca, o por lo menos hace mucho no lo hiciera. Tuve que guiarla un poco, pero después fue maravilloso… la abrazaba con sus labios, humedeciéndola completamente…, subía y bajaba, se separaba de pronto para lamerla y besarla, la agarraba con firmeza y la metía en su boca nuevamente. La sensación era maravillosa, y más maravillosa era la imagen… seguía con sus ojos cerrados, saboreando el cacho de carne, lo escupía, lo tallaba contra su cara… Y terminando esa frase que solo provocó hacerme desearla como nunca en mi vida, se acercó hacia mi glande, lentamente hasta coronarlo con un beso, mi piel se erizó, y pequeñas corrientes recorrieron mi cuerpo. Ella me sonrió con la sonrisa de una niña traviesa. Su rostro rozaba mi estaca, ella lo movía hacia sus labios y mejillas sin tocarlos completamente. Incluso lo olfateaba. De inmediato comenzó a cubrir mi glande de más y más besos, para terminar con uno muy ruidoso. Rio con malicia, y sacó su lengua, con ella comenzó a recorrer lentamente desde la base hasta la punta, dejando un rastro de saliva a lo largo de mi miembro, inmediatamente comenzó a proporciónale lentas lamidas en la cabeza con toda la extensión de la lengua además de golpetear con la punta el orificio de salida…

Las lamidas que se hacían más rápidas con succiones improvisadas a la cabeza hinchada. Se separó ligeramente, y formando la mueca de un beso, se acercó a la cabeza de nuevo, pero esta vez entro en su boca, y llegó hasta la mitad del cipote y de nuevo al inicio del glande y con su lengua comenzó a lamer por unos segundos. Yo me estaba derritiendo, me sentía extremadamente caliente. Retiró sus labios con un “muak” sonoro. Acaricio mi miembro con sus delicados dedos, desde el glande recorrió todo el tronco hasta acariciar mis huevos siguiéndolos con la boca a modo de soplar una armónica. Se agachó lo suficiente doblando la cabeza para alcanzar mis testículos colgantes, comenzó a besarlos con chupones prolongados, lamiéndolos y posteriormente engullirlos uno a uno como caramelos y jugar con ellos con su lengua. 

¡¡Yo estaban en el cielo de los benditos!!Deleitándome con aquella mamada, tanto era el placer, que una gran gota de líquido pre seminal fue expulsada de mi glande. Al notarlo ella me miró y lamio desde la mitad de mi falo, hasta la punta. Pude observar como la gota de líquido se combinaba con su saliva y era ingerida cual néctar para una abeja.

-“¿Qué tal lo hago?” preguntó con voz sensual.

-“Perfecto”, apenas y pude contestar gimiendo, perdido en mi excitación.

Se acercó con la boca abierta y engulló poco más de la mitad de mis 18 cm de tronco, nuevamente la lamió, unos segundos después comenzó el vaivén, y con cada movimiento se comía un centímetro más de mi verga hasta engullirse todo el tallo, le faltaron unos centímetros para llegar a la raíz. Mamó así por un par de minutos y se apartó.

-“No creo poder comerla toda, tiene un buen tamaño”Me sentí un poco apenado porque mi polla es de un tamaño regular… “¡Pero si me ayudas follándome la boca...!” Agregó

Acto seguido con mi mano en su cabeza, la empujé hacia mí y ella comenzó a ingerir mi falo, poco a poco, mi verga iba desapareciendo en su boca hasta llegar a su garganta donde hizo una pequeña pausa, por lo que la empuje con firmeza para que continuara. Ella no mentía cuando me decía que no lo hacía seguido, ya que no pudo contener toda mi verga en su garganta, aunque ella trataba de ingerirla completamente, no podía. Solté su cabello y la deje respirar. Su respiración era agitada pero no con desesperación. Y sin perder mucho tiempo se pegó nuevamente a mi tranca con la intención de comérsela toda en esta ocasión, sin mucho éxito. Se retiró tosiendo un poco. Estaba sonrojada por tratar de contener la reparación, le acaricie el rostro.

-“Lo siento mi amor, aun no me cabe completa”, su rostro reflejaba una falsa inocencia.

La tomé del cabello y la dirigí nuevamente a su labor, tomé mi falo e incline su cabeza, mi polla atravesó sus labios y chocó con las paredes de sus mejillas internas, deformando su bello rostro. Moví mis caderas e hice que mi verga retrocediera un poco, dejando que sus mejillas regresaran a su estado original, solo para volver a deformarlas, en un vaivén, que duró unos momentos. Dejé que enderezara su cabeza. Ella me mostró su lengua, y tomando mi cipote se golpeaba sobre ella con mi glande, entonces tomé su cabeza y ella entendiendo que la iba a follar, mantuvo boca ligeramente abierta. Comencé a embestirla produciendo un sonido muy erótico con cada embestida. Aumenté el ritmo. Más y más rápido. Y ese sonido obsceno de su boca se hacía más sonoro y más excitante. Después de unos segundos se separó, respirando ligeramente agitada, le gustaba verse sometida por el macho.

-“¡Había olvidado lo que era gozar de una buena mamada!”, dijo exhalando notablemente

-“¿Lo dices en serio?” Pregunté entre géminos

-“De verdad hijo, tienes el tamaño perfecto para hacerme gozar en todos los aspectos… me estás gustando cada vez más nene”, me hechizó con su mirada erótica

Volvió a engullir mi badajo reiniciando el vaivén y de un momento a otro lo sacaba de su boca para lamerlo, especialmente el glande, contorneándolo con la lengua cual si fuera un helado derritiéndose…lo hacía muy bien. Noté el bambolear de sus hermosas tetas, así que aproveché para tocarlas… no me era complicado acceder a ellas, aun así quedaban poco lejos, ella al entender esto comenzó a acercase un poco más mientras mantenía mi falo en su boca entrando y saliendo. Por mi parte me dediqué a acariciar su cabello con una mano y con la otra aquel par de tetas lechosas que amamantaban a mi hija con previsión de volverla a PREÑAR.

-“Sé que deseas mamar mis tetas, mira como tengo los pezones de la excitación”, gimió agitando sus tetas que se movían como dos grandes flanes.

-“¡Más que a nada en el mundo!”

-“Bien tómalas… son solo para mis hijos.”, se levantó

Los tomé, y comencé a masajearlas hasta estrujarlas, haciendo que ella gimiera y que un poco de leche saliera de sus pechos. No le daba importancia a eso, por el contrario, no pude contener el llevármelos a la boca y mamarlos como un bebé y amantarme unos chorritos nada más…. Habría dejado de darle de mamar a nuestra hija hacía meses, pero sus tetas aun fabricaban leche y una toma al día le daba a la criatura, también a sus amantes.

-“¡Oye! Eso no es todo para ti”, me reprendió. “No te las vayas a acabar”.

Me desprendí de aquel insuperable par de tetas. Volví a sentarme y la halé de los pezones, lo cual la hizo emitir un grito ahogado. 

– “¡Con cuidado!”, me regañó.

Le respondí acariciándole los pezones. Enseguida coloqué mi polla entre sus mamas y ella comprendió el gesto, apretó sus tetas con él cipote inhiesto, comenzó a moverlos de arriba a abajo, y mi troco tenía tanta saliva que resbalaba con facilidad entre sus suaves ubres. Durante un tiempo estuvo agitando sus tetas, hasta que la saliva comenzó a esparcirse. La tomé de la cabella y la llevé a mi glande, ella lamio enseguida, mientras movía sus tetas un poco lubricadas por todo su canalillo, reincorporándose a la cubana que me estaba dando. Y vaya qué cubana, con esas tetas tan grandes como las tenía en ese momento, fue magnifico sentir su suavidad en mi verga. Nuevamente le apliqué la maza a su boca, donde siguió mamando… me extasió al punto de pensar que me iba a correr. Por suerte logre controlarme un poco.

-“¿Quieres que te avise cuando me vaya a correr?” 

Se separó de mi polla y me miró fijamente

-“¿Dime donde te quieres correr mi amor?”

Preguntó con su cara de ángel erótico, mientras lamia mi verga.

-“Bueno… yo”, comencé entre gemidos. “Si no te desagrada mucho y quieres probar el sabor…”, ella esbozo una sonrisa burlona

-“Como tú te has tomado un poco de mi leche, creo justo hacer lo mismo con la tuya…”.

-“¿Te apetece…?” Siempre me parece demasiado bueno para ser verdad.

-“¿Tú quieres que me trague tu leche o prefieres llenar el útero de mamá?” Preguntó, mientras se golpeaba el rostro con mi verga

-“¡Las dos cosas, pero empezaremos por llenar tu estómago…!” Exclamé.

-“Entonces empréndela llenándome la boca”, dijo sacando la lengua y moviéndola. 

Su mano de nuevo se metió entre sus piernas, y no lo pude aguantar…, quería que esa mano fuera mía, quería que fuera mi lengua, y la separé de mi cuerpo. Levantado del sillón, la tome de la cabeza y le metí todo lo que ella podía tragar. Embistiéndola cada vez más rápido. Su boca emitía esos sonidos eróticos  al embestirla. Yo ya quería soltarlo todo y poco me faltaba para hacerlo. Viéndola con sus tetas lechosas colgando desnudas, mientras se tragaba mi polla, sabía que ya necesitaba correrme. Y como quería que fuera una corrida grande, bestial, digna de esta mamada. Tomé a mi madre de la cabeza para dirigirla a mis cojones…ella comenzó a lamerlos y besarlos, hasta tragar ambos, mientras me miraba. Y verla pegada a mis huevos con esa carita de ángel me bastó.

-“¡¡Ya, ya!!”, casi grite

Y ella se dirigió hacia la punta de mi polla, abrió la boca en tanto acomodaba mi rabo lo más directo a su boca para que recibiera la mayor cantidad de lefa posible. Fui casi preciso porque apenas terminé de enfilar, cuando el semen comenzó a salir a chorros, directo hacia su lengua pintándola toda de blanco, tras carga ella fue reteniendo todo en su lengua. Los primeros chorros eran largos y recios, al punto que me flojeaban las piernas… apenas podía mantenerme en pie gracias a aquel orgasmo bestial. Cuando al fin los chorros de semen comenzaban a menguar, me dieron los clásicos espasmos del orgasmo, me dejé caer al sillón, mientras la veía, jugar mi leche contenida en su boca. Se acercó a mí  y me mostro toda mi corrida para luego tragarla y relamerse los labios

-“Mmmm” está muy buena tu leche… se nota la fruta que tomas porque sabe dulce”, apuntó en tono cantando, chupándose los dedos.

- “Ha estado genial mamá, quizás la mejor mamada de mi vida”, dije respirando agudamente.

-“¡¿De verdad mi amor?!” Se dirigió a mi falo, y comenzó a lamerlo. “¡Anda cariño, déjame limpiarlo!”

-“Preciosa”, acariciándole el cabello. “¿Qué tal estuvo para ti?”

-“Después de esto creo que tengo otro concepto de las mamadas”, continuaba lamiendo dulcemente mi verga. “Creo que podrían llegar a gustarme de verdad”.

-“Puedo ayúdate a que te gusten cada día más”.

-“En realidad, solo contigo me gusta”, besó mi glande.

Nos mantuvimos abrazados acariciándonos sobre el sofá, le frotaba su coñito, ella me mantenía una paja continua y al cabo de unos minutos las ganas de follármela se agudizaron…

-“Me parece que me apetece llenarte tu otro receptáculo…”

Ella entendió inmediatamente porque mi estoque se mantenía por sí solo erecto mirando al techo.

-“A mí también me apetece que me llenes…”

En unos pocos minutos yo estaba listo para la batalla, ella voluntariosa se levantó, separó sus piernas mostrándome su hermoso coño reluciente de humedad hincada de rodillas sobre mí. En nada enfiló mi ariete agarrándolo por debajo del glande y lo acomodó entre sus labios vaginales buscando la entrada a su vagina… el capullo de mi cipote fue tragado por su coño con suma facilidad y empezó a dar sentones. Luego giraba, se estiraba y se contraía…, yo estaba extasiado, besando y mordiendo sus pezones, separando sus nalgas y buscando introducir uno de mis dedos en su ano. Cuando por fin lo logré, ella lanzó un gemido frenético, acelerando el movimiento de su cadera, abriendo por fin sus ojos y clavándolos en mí como tratando de entender que significaba ese dedo en su anito.

-“Déjame meterla en tu culo”.

Le dije, con la respiración quemándome.

-“No, no sé amor, no me apetece que me des por el culo ¡Prefiero que me llenes del coño!”

Seguí moviendo mi dedo en su hoyito mientras la clavaba más fuerte, ella estaba al punto del orgasmo.

–“A menos déjame que te meta el dedo…”.

-“Eso sí Xavi, házmelo por los dos lados… con tu dedo en mi culo y tu polla en mi útero…”

Dijo en tono de súplica, tratando de no ceder ante mí, vencida por su excitación. Sabía que si insistía más podría terminar con todo, pero igual no me arriesgué, llenarle el coño de leche era un gran aliciente. 

–“Esto también lo he soñado”.

Me miró suplicante sin dejar de moverse sobre mi verga, con sus ojitos tiernos, como haciendo un último esfuerzo por convencerme que su coño se lo podría tragar todo. Sonreí como cuando niño quería un juguete caro, besé sus labios, y susurré a su oído que la amaba…, después de pensarlo un momento, me devolvió el beso, y solo respondió….Se separó de mi cuerpo quedando de pie, Yo rápidamente me levanté detrás de ella, besando su cuello, frotando su culo con mi verga (ella se pegaba ansiosa como si quisiera aprisionarla con las nalgas) y metía mi mano entre sus piernas. Le ordené que se pusiera en cuatro patas, se río nerviosa, supongo por la indicación obscena. Abrazándome para no separarme de su cuerpo movió la mesita frente al sofá y se posicionó como una perra en celo sobre el sofá. Empecé a besar sus nalgas, la línea que las separa y su agujerito que ya estaba un tanto dilatado por las caricias anteriores. Luego con una mano empecé a frotar su vulva, ella ante la caricia abrió un poquito sus piernas dándome paso a su conejo hambriento, dejando expuesta esa entrada rosada y tragona. Ahí metí primero mi lengua jugando con él un rato, el sabor de su coño me soliviantaba, después lamía su ano y volvía a comerle el coño como quien se come una raja de sandía salpicando flujo y embadurnándome toda la cara de su aroma. Luego, cuando estaba acostumbrada a eso, presintiéndola lista para el orgasmo metí otro dedo… ella bramaba y gemía como loca, movía su pelvis atrás y adelante como si quisiera comerse mis dedos, mientras con unas pequeñas contracciones, los aprisionaba con deliciosa fuerza.

Ya finalmente acostumbrado su ano a mis dedos y la vagina chorreando jugos le clavé mi extensa polla. Notar las paredes de su vagina lubricada frotar el glande acogiendo todo el tallo en tan apreciado envoltorio, me elevaba al séptimo cielo junto a los dioses del Olimpo. Ésta la sacaba a punto de salir y de pronto la metía hasta los huevos de una sola estocada llegando a su pared vagina con la cabeza de mi verga…, ella lanzó un gritito de dolor o placer, porque ya ambos me confundían y poco me importaba en busca de mi clímax, pero se repuso rápidamente levantando su culo, ofreciéndolo para una nueva embestida. La empecé a introducir sádicamente, intercalando besos en su espalda intentando no lastimarla mucho. Gimió, se mordió los labios pero resistió estoicamente hasta tener dentro mis dedos y la gran tranca. Estaba muy excitada para detenerse, y además pareció que el sexo anal simulado le había encantado, porque después la apretaba con sus nalgas… gemía como una loca. Yo ya no podía prolongar más mis ganas de eyacular, lo retrasé un par de veces parando o bajando la intensidad y postura pero ya iba a saco a terminar tras casi veinte minutos ajando el caliente y acogedor estuche de amor de mi madre….

No resistí más y aumenté la cadencia y rápidamente mi ariete escupió el primer gran chorro de leche en las entrañas de mi amada madre, sin darle tiempo a respirar un segundo lechazo inundó el fondo uterino y otros tres chorros más menguantes se concatenaron rellenado la entrada de las trompas de Falopio de mamá…. Pero no acaba de terminar de eyacular cuando se salió y se puso frente a mí, o más bien bajo mi cipote que aun derramaba esperma, tomó mi verga agitándola para que los últimos restos del jugo cayeran en su boca. Tras saborearlos y jugar con ellos en su paladar y lengua me mostró el engrudo recogido y sin más recato se lo engulló con una sonrisa en la boca…. Al instante se levantó para cogerme de la cabeza con sus dos manos y darme un beso en la boca que me quitó el sentido…fue un largo chupetón con lengua que decía “Gracias hijo por hacerme tan feliz”. Se quedó a mi lado y quedamos abrazados, besándonos con un amor que no había sentido con ninguna otra mujer…¡porque nadie sabría amarme como ama una madre a su hijo! Tras un breve descanso continuamos repusimos fuerzas y durante todo el día lo hicimos un par de veces más jugando con nuestros sexos de todas las formas posibles, como quien juega a las cartas o al parchís… por pura diversión… hasta me bebí una cerveza en su cuerpo, dejando que el líquido se filtrara por sus vellitos y se mezclara después con la humedad de su vulva mientras me la comía intemperante…

Los dos días que quedaban de nuestras vacaciones familiares se convirtieron en una semana más…. Nos cogimos también la Semana Santa entera, y hubiera sido más tiempo de no ser porque ella tenía que volver al trabajo y yo a la universidad. Fueron días maravillosos… hicimos el amor en cada espacio de la casa, en la ducha, en la piscina y muy pocas veces en el cuarto de matrimonio… nos imponía ponerle los cuernos a su esposo en el lugar sagrado del matrimonio, en cualquier otro lugar no nos parecían cuernos. Todos los lugares se presentaban perfectos. Descubrí que si le lamía el clítoris al tiempo que le horadaba el ano se volvía loca, que le encantaban los besos en la espalda y en el interior de los muslos como antes, hay cosas en nosotros que no cambian nunca. Volví a insistir en el sexo anal y finalmente lo practicamos varias veces en esos días completamente desbocados, siendo ella quien lo proponía, no sé, tal vez en su afán de consentirme todo.

Salimos varias veces en la noche como pareja llevando a la niña, primero le dio un tanto de vergüenza, temiendo que pudiéramos encontrar algún conocido…, pero pronto con besos y caricias dejó la cobardía y nos lanzamos al vacío, al fin y al cabo mi padre sabía que estos días ambos solos no íbamos a resistir sin follar, y mamá bien arreglada se quitaba diez años de encima de un plumazo… la gente solo podía pensar que éramos dos enamorados pelando la pava como tantos en la playa, donde las edades no importa para transgredir las normas. Mamá se veía feliz, radiante, más hermosa que nunca…,en el mercadillo se compró ropa muy sexy que me hacía volver loco. Nos hubiera gustado ir a algunos antros, pero con la niña lo máximo que nos permitía era salir a cenar… “parecía que nos queríamos mucho”, dijo una señora que nos vio una noche. Y era muy, pero muy cierto. Al final de cuentas, es mi madre sobre todas las cosas, con la diferencia que otros hijos tienen con sus madres, es que no poseen una relación tan íntima, ni comparten la paternidad de una niña como “Alía”, dado que no es habitual aparearse con la progenitora de uno, pero al vivirlo desde tan joven dentro de un círculo de personas que lo hacen de manera franca y natural, no parece tan descabellado.

Mi madre no tomó todas medidas anticonceptivas en todos los días que practicamos sexo salvaje, yo lo desconocía y el motivo último de ello también…, solo supe que antes de terminar el curso mamá nos anunció que estaba preñada y tenía intención de dar luz a su tercer hijo, mi segundo casi con toda seguridad. Mi padre no se planteó preguntarle si él era el padre, conocía de sobra la respuesta… SÍ. Pero a mí las cuentas se ajustaban a los diez días de vacaciones forzadas que tuvimos mi madre, la niña y yo. Cuando le pregunté rehusó contestar con sinceridad, sin embargo en su negación había una afirmación explícita que entendía muy bien, e igual que me dijo tras quedar preñada de Alía me espetó… 

“Del hijo que llevo dentro, tú eres su más probable progenitor… porque de tanto que me follaste a pelo, es muy posible que me hayas preñado, pero al igual que con Alía, es tu padre el padre de esta nueva criatura, y así lo aceptarás como has aceptado a la cría como tu hermanita para toda la vida ¡¡Yo solo te he doy derecho a follarte a tu madre, nunca a ejercer la responsabilidad paterna sobre los hijos que tengo que parir”.






Ese mismo verano se volvieron a juntar todos los amigos en el Chalet Nudista, y los más espectacular fue ver a las maduras madres y amas de casa preñadas todas al unísono... era un espectáculo verlas follar con uno u otro macho, portando sus enormes panzas hechas por a saber quien... Pasó el tiempo, y pronto las locuras que perpetraba con mamá se hicieron más lejanas, menos reales…, mamá se hacía mayor, más conservadora y más familiar cerrando piña con su esposo… incluso las orgías nudistas no eran tan escandalosas, ni tan frecuentes. 

Yo me emancipé casándome con Mónica… a mi madre ya no le apetecía tener tanto sexo, se conformaba con el de papá y algún esporádico con la comuna, en especial con Álvaro con el que cada vez tengo mayores “lugares comunes”. Llegó un momento en que creí desaparecidas las calenturas que sentía por mi madre, y todo aquello que en alguna ocasión me hizo vibrar con ella, lo fui realizando con algunas chicas en los años siguientes hasta encontrar a Mónica, y no es por ser jactancioso. 

En casa el ambiente era otro, estaba totalmente cambiado, ya no emanaba esa irradiación a sexo de antaño, sino un efluvio de afecto y cariño entre los miembros de la familia numerosa, aunque inevitablemente, había veces que viendo a mi madre, no podía evitar volver a tener impulsos hacia ella, sintiendo esa excitación que pocas veces he llegado a sentir con otra mujer. Ahora somos una familia “Normal”, tengo pareja, y dos hermanitas llamadas Alía y Valeria que son la alegría de la casa y pronto mi esposa me dará otro churumbel, está preñada y pronto seremos padres primerizos, ¡Bueno uno más que otro! Al final 1+1 han sumado 7.

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