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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

Afortunado

Entonces, inesperadamente se agacha alejando sus tetas de mi cara y mirándome a los ojos, con una sonrisa provocativa en su rostro, va bajando lamiendo mi cuerpo hasta que logra chupar el durísimo falo, mucho mejor que las tías de las pelis porno… esa chupada fue monumental, como nunca nada había sentido. Mi madre es toda una experta, pienso cuando la veo comiéndome los huevos. Cuando decide acabar semejante mamada, comienza a subir, pasándome la lengua por mi vientre para ir arrastrando a su vez los pezones por mi cuerpo, hasta que se eleva presentando inesperadamente ante mi cara, se abre de piernas y se sienta sobre mi rostro, dejando sobre mi boca toda la perfección de su aterciopelado coño. 

 


 

A la vista quedaba el espectáculo más onírico, sensual, atrayente y apasionante para un chico adolescente… el chocho humectante y carnoso de enormes labios de su madre. Estaba recubierto por finísimo vello púbico, pura marta cibelina, suave, liso y tan corto que dejaba ver cada detalle de sus pliegue vaginales. Alargué mi lengua sobre los salientes labios, y apartándolos con los dedos, se la introduje ligeramente, desprendía un olor embriagador y su sabor era denso, entre ácido y dulce, ligeramente afrutado, aunque a veces, según profundizaba entre los labios de su coño, descubría un cierto sabor agrio, quizás sus secreciones vaginales por el celo, pero a la vez mi olfato se inundaba de olores que generosamente se escapaban de entre los labios, y la sensación de atracción por su sexo aumentaba exponencialmente…

Mi trabajo se hace metódico entre el clítoris y la raja, metiendo mi lengua en su conducto una y otra vez…. No dejo de comerle el coño de arriba abajo, dentro de su coño, castigo su duro clítoris hasta que mi madre convulsiona y se corre en mi boca, me inunda la boca de jugos, al mismo tiempo que escucho sus gemidos y se mueve muy eróticamente restregándome la vulva, casi ahogándome. Después de haber tragado todo su jugo y de haberle dejado el coño encharcado, se para, y se recuesta boca arriba, mientras que se abre de piernas. Ignoro cuanto tiempo estuve haciéndole la mamada a mi madre, pero créeme si digo que estaría una eternidad y me parecería un suspiro, pero entre jadeos la escuché suplicar que se la metiera, que la follara, que ya no podía más, que quería que la montase... y la monté a la muy perra.

- Ven mi vida, haz feliz a mami… mamá necesita tenerte dentro.

Se encontraba tumbada boca arriba con los brazos descolgados suavemente por encima de su cabeza. Me subí suavemente encima de ella, le cogí su cara con mis manos y me miré en sus ojos, estaba radiante. Sus labios entreabiertos dejaban ver una boca atrayente y fresca, su lengua asomaba tímidamente entre sus nacarados dientes, sus ojos sencillamente transmitían deseo. Busqué con mis manos sus tetas y las agarré suave, muy suave sentía el tacto de su piel en mis dedos, y con mi lengua, con mis labios, las chupé, las lamí…, mamé sus tetas enormes y rollizas, blancas, suaves, coronadas por una areola marcada y unos pezones en punta, con los que jugué hasta que mi madre me cogió con sus manos la cabeza y me la acercó a su boca, allí enterré mi lengua en su boca, busqué afanoso la suya y ambas jugaron durante un buen rato entrelazadas locas de lujuria, sedientos de la boca del otro.

Sentí que su mano me agarraba la polla con fuerza y me la acariciaba… Entendí que otras partes de su sensual cuerpo reclamaban mi atención y me bajé hasta sus muslos para buscar su deseado chocho y morderlo de nuevo. Ella se arqueó suavemente, y su culo se elevó para ofrecerme una mejor postura y deleitarme durante minutos en esa posición, pero mis manos pronto se afanaron en un nuevo quehacer hasta las botas de media caña que llevaba puestas. De vuelta a su entrepierna me zambullí en la carnosa vulva comiéndomela entera desde el ano al clítoris, llenándome la boca de carne vaginal... le trabajé el clítoris un buen rato, buscando el estallido de su orgasmo feroz…

- ¡Ya no me hagas esperar más…! ¡¿Cuántas veces quieres que me corra antes de que me folles…?! ¡Venga… fóllate a tu Madre! ¡¿Acaso no deseas entrar dentro del coño que te parió?!

Con nuestras piernas entrelazadas a las suya semi sentado, y ella con la cadera elevada sobre mis muslos, mamá agarró mi verga y se la enfiló en la entrada…

- Empuja Eric, ¡¡Ahora, clávamela hasta el fondo!! ¡¡Quiero notar los golpes de tus huevos en mi coño... Es algo que me pone loca!!

Mi polla se introdujo suave, profunda y deslizante en el angosto coño excesivamente lubricado y caliente. Según la penetraba miraba su cara, sus ojos irradiaban pasión, su boca deseo, sus labios dulzura, le acaricié las tetas, se las estrujé entre mis manos, busqué sus nalgas, sus desnudas nalgas y se las agarré con firmeza atravesándola con un golpe de cadera, toqué su culo con lujuria y ella comenzó a murmurar entre jadeos, murmullos apenas imperceptibles, apenas inteligibles, pero que me animaban a follarla, a joderla, a metérsela más duro. Percibía la electricidad del roce en mi glande, de cada uno de los pliegues de sus paredes vaginales, me hacía estremecer cada centímetro conquistado en su interior, añadido a la nueva y excitante sensación de notar mi polla prensada por la estrecha argolla de su coño…. De pronto sus jadeos y los míos se mezclaron y se escuchaban cosas como…

¡¡Jódeme hijo!!”

Mamá me encanta cómo te jodo”

¡¡Métemela, métemela más fuerte, métemela más adentro!”

¡¿Así te la meto bien?! Dime cómo te la meto”

Así la estás metiendo muy bien… ¡Qué alegría que me folles hijo! ¡Y que sea así de bueno conmigo la primera vez!”

¡Qué gusto follarte mama! Siento el roce del interior tu coño en mi polla”

¿Te gusta follarme hijo? ¿Te gusta follarte el coño caliente de mamá? ¿Te gusta que yo te deje follarme...?”

Daría mi vida por que no se acabase esto nunca”

Eso mucho amor, entonces… ¡Sigue cariño, NO pares hasta que vacíes toda la leche que llevas en estos huevos que noto en cada golpe de ariete que me das!”

Y así diciéndonos cosas excitantes fuera de control, abrazados, rabiosamente abrazados, me recosté un poco más sobre ella…deseaba estar cerca de su boca y envuelto en el calor que desprendía… y mi madre se acopló mejor a mi pelvis, arropándome con sus piernas y acompañando mis movimiento de mete y saca… con el coño más elevado, la penetración hasta el fondo se hizo más accesible, notaba mi glande tocar la dureza del final de su conducto vaginal, chocaba contra su pared a la vez que se producía el golpe mis pelotas en su vulva de manera más contundente. A cada empellón, sus tetas se movían de una manera que me enloquecía. Tras unos minutos a ese ritmo, cambiamos de posición, colocándose a cuatro patas…sin pausa, le puse la polla en la entrada de su raja y de un envión, la penetré desde atrás, viendo como mi polla se perdía entre las nalgas, en el suculento coño de mi madre. De esa manera yo tenía una perfecta visión de su silueta, su cintura perfecta y su ancho culo espectacular, la agarré fuerte de las caderas y la follé como un condenado teniendo como última petición, follar a semejante dama… Tras otro rato de follármela como a una perra, se volteó bruscamente, obligándome a recostarme como antes. En cuclillas sobre mí, guía la verga a su coño y sin demora, se la introduce en su coñazo, cabalgándome frenéticamente.

Unos minutos más dándome sentones sin pudor ni compasión, percibo que estoy llegando al punto de no retorno, donde pierdo totalmente el control de mi orgasmo… ya no hay marcha atrás, no soy dueño de mis sensaciones, al notar como me sube un río de leche. Y le digo a mi madre que estoy a punto de acabar y que voy muy cargado de leche…

- ¡¡¡Déjame salir mamá, creo que me corro ya...!!!

Mi madre, en pleno orgasmo explosivo, se clava más hondo…aplasta mis huevos con toda la vulva, restregándose el clítoris contra mi pubis y me exclama…

- ¡Tranquilo, mi vida…sigue, sigue! Quiero ordeñarte como Dios manda… la iniciación debe ser con vaciado total de tus huevos y el llenado completo de mi útero ¡¿Cariño, me quieres llenar?!

- ¡¡Sí mamá…!! ¡¡Por favor no pares ahora… mamá!! ¡¡Ummmm!! Ya me viene la leche… ¡Aaaaaagggghhh!

- Así mi vida… Noto como se te esta poniendo dura... ¡Vamos, córrete dentro de mamá! Necesito que me des toda tu leche… ¡¡Hace tanto que no me riegan… preciso que me colmes el coño de semen!!

Y, si mi madre dice que siga, yo le obedezco. La cosa es que acabo corriéndome brutalmente… o más bien decir que nos corrimos intensamente. Percibo cómo se le inundaba el coño con mi esperma con cada chorro, cada convulsión ella también lo sentía contrayendo y relajando su vagina, lo notaba en cada gesto de su rostro y en mi polla endurecida soltando esperma. No sé si es verdad que tomara pastillas o qué, pero me dejó eyacular toda mi lefa dentro sin ningún reparo. Mamá se tomó un respiro, me miró y con una sonrisa…

- Estoy muy orgullosa de ti, hijo mío. Ya eres oficialmente el hombre de esta casa…con todos los privilegios y obligaciones

Lo dijo mirando hacia la puerta, miré y allí estaba mi hermana...me quedé estupefacto, pero aquello parecería que para ellas no era casualidad.

Iba a levantarme para irme, me sentía abochornado desnudo con mi hermana habiéndonos pillado follando. Mamá me sugiere que me tranquilice, que siga descansando sobre la cama. Se fue hacia su hija para hacerle su inspección rutinaria...esto al parecer, no era nada nuevo para ellas, lo solía hacer antes de salir de fiesta, alguna vez las cacé en dicha inspección, cuando ellas pensaban que estaban fuera del alcance de mi vista, sin embargo ahora lo realizaba sin ningún pudor delante de mí…, así que vi una vez más, como mamá besó a Carla en los labios, palpó sus tetas y luego le metió mano por debajo de la larga camiseta a modo de falda corta que ese día llevaba puesta mi hermana.

- Mamá, ¿tienes que hacer eso ahora...aquí delante de mí?

- Sí, a menos que quieras hacerlo tú, hijo, me respondió mamá sonriendo.

- Yo también reviso a mamá de vez en cuando, sobre todo cuando tiene una cita, pero tú también me lo puedes hacer a mí si te apetece, me dijo Carla.

- Pues claro que me apetece… Me gustaría revisarte todos los días.

- ¡¡Por fin lo has dicho…!! Desde hace tiempo estamos esperando que tú se lo pidieras, me dijo mamá Tú hermana no se ha dado cuenta que ya no eres un niño… por eso estamos aquí, deseaba demostrárselo tal como lo hemos hecho follando tú y yo. ¡Quería que ella viera que ya eres un macho, el macho de casa...nuestro hombre!

 


 

Mamá trajo a Carla a la cama, y me invitó a acercarme a ellas... Luego me explicó que ella besaba a mi hermana para controlar su respiración… Que palpaba sus tetas para asegurarse de que llevaba sostén y que le metía la mano en su entrepierna para comprobar si sus bragas estaban mojadas o no... Luego le revisaba el afeitado de pubis en busca de pelos, su orificio vaginal por comprobar el exceso de humedad, y el clítoris con el fin de comprobar el grado de sensibilidad en ese momento.

- Solo así, tras esta minuciosa comprobación, puedo saber el grado de excitación de Carla y si darle permiso para salir de casa o no.

A pesar de tener bien cumplidos los dieciocho años he de reconocer que estaba un poco retrasado en todo esto, no sabía la parafernalia que se llevaban entre ellas en cuanto a sus relaciones sexuales. Mamá se agachó y cogió mi entrepierna con su suave mano, acariciando mi polla que sin saber bien el motivo, volvía a estar dura como el pedernal.

- Veo que has vuelto a excitarte, cariño. Podemos arreglar esto ahora mismo, para rebajar la hinchazón de verga y de vulva de tu hermana... ambos estáis muy excitados…me encanta que estéis así de preparados.

- Como para no estarlo…

- Me alegro… ¡¿porque sabes una cosa, cariño?! He estado preparando a Carla para este momento tan señalado, y está lista para que te la folles… Luego os daréis una ducha y nos iremos los tres al centro comercial a comprar cosas sexys. De modo que os quiero ver follar como conejos antes de marcharnos… ¡¡Tranquilos… tomaros vuestro tiempo, hay tiempo suficiente hasta la hora del cierre!!

Estaba bastante aturdido por sus palabras cuando mi hermana Carla me llevó a su habitación y se desnudó para mí… Mamá no quería que ella se arriesgara a ensuciarse la ropa y se quedó con su camiseta… No recuerdo bien cómo se desnudó, ni cómo mi polla se metió dentro de ella... Todo lo que recuerdo fue darme cuenta de lo maravilloso que era tenerla metida dentro del apretado coño de mi hermana… Me sentí tan bien que, en un abrir y cerrar de ojos, comencé a correrme y correrme, disfrutando como nunca imaginé.

Tras la corrida, mi polla se quedó tiesa por lo que la dejé dentro del coño de mi hermana... Ella sonrió y comenzamos follar de nuevo... Esta vez me costó más tiempo llegar al orgasmo, pero disfruté aún más que la vez anterior.

Mamá se rió divertida a vernos tan entusiasmados echándole dos polvos sin sacarla después del polvo que le había echado a ella…, y mi hermana con tantas ganas de continuar follando conmigo que no me soltaba.

- Creo que es mejor que nos quedemos en casa por hoy, que folléis toda la tarde y noche a base de bien y os desahoguéis porque veo que lo necesitáis como agua de mayo. Otro día iremos al centro comercial.

Puede que me haya follado a mi hermana la primera vez y que haya tenido relaciones sexuales con ella la segunda vez siendo yo quien mandase en la follada, pero la tercera vez que hicimos el amor, lo estábamos disfrutando mucho más los dos. Pasaba de la hora follando sin cesar…. Mamá regresó y estaba parada en la puerta, mirándonos como jodíamos, Carla a cuatro patas.

- Os veo muy a gusto aferrados… ¡¡Hacéis una buena pareja, follando!!

- Gracias a ti, mamá... No habría podido sentirme tan bien siempre, sin tu ayuda, le respondió mi hermana Carla.

Me excité a máximo oyendo a mamá, la miré y se me abrió de piernas expandiéndose los labios vaginales con dos dedos para excitarme… se empezó a pajear el clítoris y metiéndose los dedos en el coño, donde hacía poco estaba mi polla... yo no me aguantaba más metiéndole a mi hermana, toda la polla hasta los huevos de manera frenética… y finalmente estallé llenando el coño de Carla una vez más. Caí agotado tras eyacular lo que pensaba era lo último de mis cojones. Seguía pensando en las palabras de mi hermana...

- ¿Qué te hace mamá para decir eso de que te ayuda mamá...?

Carla se rió y mientras descansaba despatarrado y ella se tocaba la pepita como a una perra me explicó...

- Primero, hemos estado durmiendo juntas vez en cuando desde hace más o menos un año de… Hacemos el amor todas las veces que compartimos la cama, durante al menos una hora… Nos besamos, lamemos y compartimos sus juguetes... Especialmente su consolador de doble punta… Me encanta tener esa cosa tan grande y gorda en mi coño... Mamá tiene también otro de grosor más pequeño que encaja en nuestros culos bastante bien... De esa manera las dos somos doblemente penetradas simultáneamente… Nos reventamos de placer y acabamos siempre agotadísimas.

- ¿Te gusta el sexo anal?, le pregunté.

Mamá se rió desde la puerta.

- Claro… A tu hermana le gusta cualquier cosa que le meto por el culo.

- ¡Eeeh…! Pero sólo las cosas que encajan sin que me duelan, añadió Carla.

- Tienes razón... Un día le metí el mago del cepillo del pelo, y le gustó esa sensación y gime de placer, pero cuando le meto mis dedos entonces grita como una posesa.

- Claro… Es que tres dedos son demasiados…me abres mucho el agujero y por eso grito tanto… En cambio, el mango lubricado es más pequeño y suave igual que el dildo Salma, el que a ti tanto te gusta… ¡Hay que ver como disfrutas cuando te la meto dentro del ojete!

Apenas podía creer lo que estaba escuchando… Mamá y Carla tienen sexo salvaje total, en el dormitorio grande, que está al lado de mi habitación y yo nunca me enteré de nada.

- Mamá, desvístete y acuéstate con nosotros, le dije como dándole una orden a ver como reaccionaba. Y sorprendentemente ella lo hizo. Entonces me atreví a más… - Quiero veros como disfrutáis entre vosotras mientras yo me recupero y así de paso, me excito.

Con tres buenas descargas de mi semen en su coño, Carla se puso encima de mi madre y dejó que goteara hacia la boca de mamá… Y ella respondió abriéndola y tragándose todo lo que salía de la raja entre los labios vaginales...y encima, lo estaba saboreando. Mi hermana forzaba la salida del semen mientras me miraba y hablaba, el gesto de placer en su cara me ponía cardíaco.

- Esta es la primera vez que alguien se han corrido dentro de mi coño... Normalmente los chicos se corren en el condón, en mi boca, o les hago una paja, me explicó Carla. - Pero yo deseaba sentirlo… he visto lo bien te corrías dentro de mamá, yo no quería ser menos, y lo he disfrutado mucho ¿Te hace feliz haber sido el primero en inseminarme…?

Mamá se agarró a las caderas de Carla y levantó la cabeza hasta que metió su larga lengua en el orificio vaginal de Carla y lamió mi semen que quedaba por salir... Comencé a escuchar ruidos de succión como cuando alguien sorbe sopa de un tazón. Yo ya no contesté a Carla al verla gimiendo con la comida de coño… comenzó a gemir, en unos segundos después cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás y comenzó a temblar. Me di cuenta de que mamá le estaba dando otro orgasmo.

Un minuto después, Carla le dijo...

- Gracias mamá… Qué corrida me has dado… Cómo sabes lo que me gusta.

Mamá me miró directamente… - Me ha gustado mucho el sabor de tu semen… Yo también quiero que me des siempre todo el que puedas, cariño. ¡Me hacéis muy feliz los dos, mis dos hermosos hijos!

Carla se giró sobre mamá y comenzó a besarla… Ella también quería probar mi semen.

Después de verlas hacer el amor durante un tiempo, me puse en el lugar de Carla encima de mamá… mamá me sonrió… Luego miró a Carla.

- Muy pronto tendrás semen para tomar y saborearlo… a este semental aun le queda leche en sus huevazos… ¡Menudo toro tenemos en casa!

Tomé eso como mi invitación para follar a mamá de nuevo, sabía que no había problema de volver correrme dentro de ella. Después de verlas hacer el amor, tenía una urgente necesidad de correrme en un coño, por lo que no hubo sutilezas por mi parte...

Olí con deseo su coño, de esa deseada cueva de donde había salido y me pajeé, ante la cara de asombro que puso mamá agarrando férreamente la base de mi polla. De nuevo se puso a separar sus labios menores y contemplar la entrada de su vagina... jamás la había visto una con tanto detalle. Me recree en cada rincón, incluso pude ver algo que nunca se suele ver en las películas porno, las glándulas de skeene por donde las mujeres lubrifican la entrada de la vagina, las cuales por cierto, estaban trabajando a tope, pues la entrada a su cueva estaba totalmente encharcada.

Me paré en su clítoris el cual, a estas alturas bastante hinchado, nada de un guisante, más bien por seguir con el símil alimenticio, una habichuela de lo grande que se hallaba. Lo chupé hasta que me cansé, seguí con la entrada de la vagina introduciendo mi lengua ante lo cual madre se estremecía. Fue una pasada no quería salir de su entrepierna, además los rastros del semen no se hacían muy visibles en su vestíbulo ni en mi lengua, aunque si en mis dedos que eran los que la penetraban a fondo, por lo que no aparecieron en mí vestigios de mi esperma. En medio de todo esto Carla, no paraba de masajear sus ricas tetas, hasta que en un momento determinado me llamó de inmediato mostrándome los calostros brotados de sus pezones, me atreví a probar lo que me pareció morboso y muy agradable. Después de todo esto le pedí un deseo... que se corriera en mí, a lo que me contesto que ya lo había echo en dos ocasiones en la follada anterior.

- No mamá me refiero a que quiero verte eyacular.

- ¿ Cómo dices? Yo no se hacerlo...algunas mujeres no podemos, cariño.

- ¿Ah, no? Y que fue lo que hiciste aquel día cuando te masturbabas con mis slips... ops se me fue la lengua.

- ¿Osea que me viste? Serás... y te gusto cerdo cabrón. Pero ese día no eyaculé eso simplemente fue que me oriné encima.

- No. Estoy seguro que no. Ese día tuviste una eyaculación y hoy vas a tener otra, yo te la regalaré.

Comencé a introducir un dedo en su vagina masajeando el punto clave sobre su coño interno...en las paredes parauretrales. De frente a su coño le introduje mi dedo corazón y la punta la ponía hacia arriba, hacia las 12, al poco tiempo había un problema tenia que introducir tres dedos pues estaba tan dilatada... había tenido dos hijos y eso se notaba. De vez en cuando sacaba los dedos y me los lamía, fluidos y aromas vaginales, restos de mi lechada con su fluido vaginal, eso le encantaba a mamá y a mí… no sé si me gustaba pero me ponía a punto de explotar.

En un momento determinado me obligo a parar, estaba orinándose.

- No - dijo mi hermana- No te estas meando, estas a punto de correrte de verdad y Eric va a probar ese manjar de dioses.

- Eso es imposible es como si mi vejiga me avisara de que me voy a mear encima.

- No es así pero si así lo fuese dejate llevar, ahora mando él.

Seguí con su masturbación, ahora si comenzó a moverse de manera bestial, más bien se agitaba y yo como no quería perder nada de esa corrida puse la boca abierta justo en toda su entrada.

- ¡Ah, ah ah aaaaaahhhh no aguanto más, voy a explotar!

En unos segundos me brindó todos sus fluidos hasta desbordarme incluso la boca, mucho mas abundante que la nuestra, con un sabor algo picante y a la vez un poco dulce... de todas diferente a la orina. Tragué casi todo él y el resto lo tomé de la boca para impregnar su ano y así lubricarlo pues ahora me tocaba disfrutar un poco. Mamá estaba tan salida que pidió probar por primera vez que se sentía en la penetración anal. Justo al meter la punta de mi glande, que todo sea dicho entró estupendamente para ser su primera vez, de repente cambió de idea…

- ESPERA!!! tranquilo todo llegará ahora me toca premiarte. Y que conste que jamás había sentido esa sensación de explotar, vaya comida de coño me has dado. ¡¡No te ha dado asco, por cierto!!

- ¿Pero como dices eso? ha sido genial tener en mi boca algo que sabe y huele tan bien... algo tan sabroso. Por cierto ha sido la primera vez.

- ¡¡Venga ya!!

- Te lo puedo asegurar. Pero lo sabría hacer con los ojos cerrados. Las películas me han instruido mucho. Creo sin lugar a dudas, que con esta practica sexual es con la que mas disfruto.

- Por eso ahora me toca a mí dejarte bien chupada la polla. ¡A ver que siento yo! El olor y sabor de la testosterona me vuelve loca, ¿Lo sabes?

Estaba bastante empalmado y tenía el glande enrojecido de tanta follada pero con el prepucio protegiéndolo casi por completo. Lo primero que hizo empujar el prepucio hasta que lo coloco detrás de la corona del glande, dejando a este totalmente expuesto, lo tenía muy sensible, además de presentar ahora una grosor muchísimo mayor, tanto que le sorprendió a mi madre.

- ¡Si parece una seta, chiquitín! Los capullos tan gordos son perfectos para mamarlos ¡Me encanta tener una bola tan grande en la boca!

 


 

Con todo el glande en su boca, movía la lengua y vaya sensación, lo malo es que el frenillo tiraba de una manera que por momentos creí que iba a reventar. Después de un rato así, pensando en otra cosa a modo de distraer la mente para no irme a las primeras de cambio, se la sacó de la boca y ahora la tomó con mis testículos que me dolían tremendamente...el dolor era casi desagradable a estas alturas, ¡Deseaba terminar ya! Chupaba los huevos, se los metía en la boca uno a uno, luego los dos...con sus lamidas el dolor se mitiga.

Después de un rato en el escroto, volvió al glande pero esta vez a la corona. Esa parte del pene que es mucho mas Salmada, incluso a veces morada y en la que se acumula le lefa de las masturbaciones o de cuando meamos, pues después de casi un cuarto de hora de sexo sin penetración alguna, en la corona había restos de todos esos fluido sexuales que llaman esmegma, y que decidió lamer hasta dejarlos limpios. Hasta ahora había disfrutado únicamente con el liquido preseminal, que por cierto le llamó mucho la atención ya que pensaba que eran restos de los fluidos de la vagina de Carla, pero el sabor lo delató.

Finalmente me pidió directamente que le diera todo y así lo hice, le metí la polla dentro de ella, me la folle a saco y le tiré el resto del semen en el fondo vaginal. aunque quedó un poco decepcionada, pues como es normal no le pude dar mucho, después de haber descargado los "depósitos" bastantes veces, aunque lo disfrutó y tampoco fue poco, al menos lo suficiente para que pudiera supurar de su raja un pequeño reguero de esperma.

Tras sacarla de su coño, mamá se puso sobre la cara de Carla y pude ver de nuevo mi semen goteando, esta vez de la raja de mi madre a la boca de mi hermana… con la madura en cuclillas puesto el coño sobre la cara de su hija, estuvo sonriéndome todo el tiempo.

- Tu semen sabe muy bien... No me hagas esperar mucho para correrte en mi boca, ¿eh?, me dijo Carla tras tragarse la leche que le cayó en suerte.

La verdad es que yo no había pensado en ese agujero, todavía estaba pensando en el sexo anal con ambas... Sin embargo, después de correrme cinco veces, estaba bastante seguro que tendría que pasar un tiempo para recuperarme y seguir follándomelas por cualquiera de sus agujeros.

Era tardísimo, antes de irnos, mamá nos dijo que mejor dejarlo todo en una anécdota… mejor que no se repitiera no sea que alguien pudiera enterarse de lo que pasaba aquí en casa, cometiendo incesto impunemente. Dejamos el salón y los tres nos dirigimos a la cama de mamá... Comenzó a hablar y apenas lo hizo me quedé totalmente dormido… más bien nos quedamos los tres allí dormidos. Yo estaba reventado.

No nos despertamos hasta las doce del mediodía, nos fuimos a comer a la cocina. Las cosas que habían pasado, quedaron claras que solo iban a ocurrir una vez según mi madre. Por la tarde fuimos a centro comercial y me hicieron acompañarlas para que comprasen sus juguetes y ropa sexy, poniéndome la miel en los labios.



******************************



Era víctima del robo de unas segundas braguitas manos de mi hermano mellizo. Otra vez, unas bragas sexy mías, desaparecieron del canasto de la ropa usada para lavar. La primera vez pensé que era un accidente, pero se hacía constante, mi madre me decía que seguro estaba confundida, pero sabía que había algo raro. “¿Quién podría estar tomando mis bragas?, Solo podían ser mi hermano o mi madre” Me estaba hartando, tenía que averiguar qué pasaba por la cabeza de Eric. Desperté el sábado con los habituales pasos de mi madre yendo corriendo a su trabajo, me levanté justo cuando la puerta se cerró de golpe.

Fui a la cocina por algo de comer, la habitación de mi hermano tenía la puerta abierta...seguro que se fue a correr. Mi hermano mellizo Eric, es un atleta, mis amigas me comentan constantemente las ganas incontrolables que tienen de follar con él, lo que me da ganas de abofetearlas como una loca… no sé si es mi alma guerrera o celos, pero mi hermano es mío y no me agrada compartirlo.

Comí algo rápido y me metí en la ducha, el agua tibia se sentía genial, pasando mis manos por mi cuerpo suspiré, me molestaba ser diferente a las demás chicas, mis pechos son pequeños y mi culo también aunque respingón, el último chico con el que estuve, me dejó a las pocas semanas por otra chica con más tetas que cerebro. Me empecé a calentar cada vez que mi mano tocaba mi vagina, había comenzado a masturbarme despacio rozándome el capuchón del clítoris, disfrutando el momento, apagué el agua, mis gemidos eran más fuertes, estaba en pleno orgasmo, cuando la puerta abriéndose de golpe me sorprendió.

¿Qué haces? Me amedrentó Eric justo cuando me corrí.

Me estaba bañando genio, estaba tan sorprendida, que olvide la falta de ropa sobre mi cuerpo, me levanté suspirando pero con dignidad.

¿En serio? Se cruzó de brazos - Pensé que estabas jugando un poquito con tu coñito… se te oía gemir muy fuerte, me decía mientras se acercó amenazante acorralándome en la ducha.

Eric, aléjate, mi voz tembló con nervios.

Mi cara estaba completamente roja y bajé la vista solo para darme cuenta que mi hermano tenía una evidente erección, me amilanó verle excitando. Él se acercó a besarme y yo no podía moverme, pero en vez de eso, tomo mis rodillas abriendo por completo mis piernas… joder, pasó su lengua por mi coño.

No, espera... “¿qué le pasa a mi hermano...?” pensé.

Eric sonreía porque sabía que estaba muy caliente, no me pude resistir, pero tampoco quise darle el placer de escucharme gemir, así que cerré la boca con fuerza, en vano. Me estaba matando de placer, sentía su lengua penetrar mi coño y jugar con mi clítoris sin piedad, no podía aguantar, si seguía así, iba a correrme otra vez, mis caderas se movían y sabía que no iba a aguantar, así que se alejó.

¿Qué...? ¡¿Me vas a dejar así…?! Mi voz agitada y entrecortada hizo eco en el baño, la erección de mi hermano era aún más grande ahora.

No, Ven Carla.

Salió del baño dándome una última mirada, sabiendo que, si lo seguía, rompería cualquier barrera que nos había impuesto mamá como hermanos, y no me importó, lo seguí, se dio media vuelta y me tomó por la cintura alzándome sobre su cadera, enredé mis piernas en su cintura y nos besamos con locura, un hilo de saliva corrió por su mentón. De ahí ya supe que todo en adelante iba a ser diferente en nuestra relación, nos gustábamos y deseábamos demasiado.

De camino a su habitación, mordí y besé su cuello, escuchándolo gemir muy suave, el hizo lo mismo, no podía esperar más a que me follara… estaba muy salida. Después de probar al único novio que me ha follado, me he vuelto más adicta al sexo, y ahora llevaba mucha falta atrasada…me valía cualquier polla para satisfacerme, eso es lo que parecía y era. Me lanzó a la cama con fuerza y sin cuidado, el agua de mi cuerpo mojo sus sábanas, se puso encima dejándome inmóvil y a su merced, podía hacer lo que quisiera conmigo.

Sentía su almohada contra mi cara y el sonido de su pantalón chocando en la pared.

Ahora hermanita, vas a conocer lo que es una auténtico hombre me dijo al oído sujetando mis manos en la espalda.

Me elevó un poco el culo y noté como su polla se encaró con mi raja metiéndola de golpe, y provocándome dolor por la fuerza, un gemido se escapó al igual que pequeñas lágrimas, realmente me dolió. Podía escuchar a Eric gemir fuerte, sin control, olvidando que soy su hermana y que eso estaba mal.

Quien diría lo estrecha que eres Carla.

Comenzó a moverse aún más fuerte, y el dolor combinado con el placer me tenían en un limbo que parecía irreal. “¿Qué se siente ser follada por tu hermano y que lo disfrutes?” él se acercó a mi oído y me susurro mientras pasaba la lengua por mi lóbulo

No sabes cuándo anhelaba follar otra vez este apretado coño que tienes, apuesto que tú lo deseabas también, ¿verdad pequeña?

No podía creer que me hablara así, y menos aún creía que me gustara tanto que mi mellizo me poseyera de esa manera, me moje aún más y di un gemido agudo cuando me corrí, no aguante mucho, eso decía cual salida estaba. Al poco de convulsionar por última vez, completamente excitada, él dejó de moverse, pensé que me dejaría descansar, pero solo me hizo levantar el culo y me penetró con más fuerza que antes, estaba tan mojada que no hubo dolor, en cambio me corrí cuando no terminaba mi orgasmo anterior. Sentía su verga en lo más profundo de mi intimidad, sus pelotas rebotando en mi coño y su potencia descarga sobre mí de manera compulsiva y sin compasión.

Teniéndote como una perra, puedo entrar aún más adentro.

Y tomando mis caderas, cumplió su promesa, entró más fuerte y más rápido, ya no sabía cuál era el límite, mis piernas casi estaban dormidas y mi garganta no hacía más que gritar gemidos.

Por favor Eric, termina, no voy a aguantar más, ya no puedo.

Con lágrimas en los ojos, pero una enorme sonrisa que lo excitó más, su polla entraba cada vez más fuerte y lo escuchaba gemir alto en cada empellón, y en mi último orgasmo, lo sentí salir y tomar con fuerza mi cabello para lanzar todo su caliente semen en mi interior. Me tomó con su mano la cara para que le mirara, y viera su gesto de placer al eyacular dentro de mi coño. La clavaba a fondo con pequeños mete saca ordeñándose las pelotas con mi vagina...percibía cada chorro de leche rellenándome, lo cual me volvía loca. Cuando ya creí que había acabado, la extrajo y observé que continuaba meneándosela.

Me puse a sus pies y le empecé a lamer los huevos, a chuparle el tronco y a tomarle el relevo en la paja con una mamada… en unos minutos, mis mejillas y mi boca estaban repletos de su liquido salado, un tercer chorro de leche cayó sobre mi cara cruzándose en mis ojos que me ardía, pero no podía importarme menos. Con el coño lleno de lefa y mi cara repleta de esperma también, debía parecer una ramera…, caí en su cama sin fuerzas para nada, respiraba muy agitada y sentía mis jugos caer por mis piernas, cerré los ojos del cansancio gozando del placer de haber sido bien follada por mi hermano. Mi cabeza se ladeó agotada, y de pronto vi mis bragas negras desaparecidas en el piso de la habitación, solo podía ser él. Cerré los ojos apagada y me dormí, sintiendo el semen de mi hermano en mi cuerpo, en mi interior y el sabor en mi boca.

Me despertó mi madre preguntando si me sentía mejor.

¿Qué? Pregunté al no entender nada.

Eric te encontró en la ducha, te desmayaste por el agua caliente.

Espera, ¿me desmaye?, entonces, ¿no folle con Eric?, tenía el pijama puesto y la cara limpia, estaba en mi habitación.

Estoy bien mamá, iré ahora a darle las gracias a mi hermano.

Ella asintió y me quedé frente a su puerta sin saber qué hacer, y si fue un sueño, quizás en el fondo quería que mi hermano me poseyera con fuerza, y mi mente solo lo imagino.

Toque la puerta y entré cuando Eric me respondió.

¿Cómo estas?

Parecía preocupado, y se veía completamente normal, Dios, fue solo un sueño, no podía mirarlo a los ojos por la vergüenza, se sentó en su cama, tranquilo.

Bien, yo solo, quería decirte gracias por ayudarme, él sonrió.

No te preocupes, eres mi hermana, siempre te cuidaré.

Eric miró su teléfono y yo salí de su habitación, pero mientras cerraba la puerta, lo vi en su mirada que no lo había soñado. Sonreí caminando a la cocina, mi hermano podía ser un buen actor y podía fingir que no me folló en su cama, pero las bragas negras que me había robado estaban en el piso de su habitación, pero el sabor de su leche en mi coño era la prueba definitiva de que no soñé nada. Llegó a la cocina y me miró mientras mamá hablaba por teléfono, tomó una fruta y paso la mano por su pantalón, tenía una erección notable.

Chicos, necesito que hagáis la cena, en la oficina me necesitan para acabar unos papeles, ¿esteréis bien solos? Asentí, fingiendo ser una buena chica.

Claro mamá, ve tranquila, nos haremos cargo, ¿verdad Eric? Le guiñé un ojo.

¿Puedes ayudarme? Dije abriendo las piernas, dejando a la vista una pequeña mancha de humedad, mi coño sabía lo que pasaría. - Creo que estamos a la par, ¿verdad hermanito?

Sí, por supuesto... se apoyó en el marco de la puerta, al mismo tiempo que mamá salía de casa. – ¡Déjame ayudarte con este problemilla…!

Me encantaría, pero tengo muchas cosas que hacer esta tarde…

La dejé con un buen calentón, yo no tenía para menos, pero hay cosas que uno debe hacer antes de ponerse a follar con su hermana… de todas formas siempre tendríamos tiempo más adelante. Me marché a ver a mis amigos que me esperaban en el bar de costumbre, pero la tarde me esperaba con alguna sorpresa….



*********************************


Llegué a casa tres horas más tarde, mi madre aún no llegaba, lo supe porque la casa estaba a oscuras. Esas reuniones laborales pueden durar hasta la madrugada. Subí a mi habitación para cambiarme, al pasar por la habitación de mi hermana noté que su puerta estaba entreabierta, la luz apagada y la televisión encendida, pensé en apagarla, pero en el momento en que me disponía a entrar al cuarto escuché gemidos, me detuve en el pasillo atento a los ruidos, mis ojos se fueron acostumbraron a la penumbra y vi que en la cama había alguien.

Carla y su novio se daban un banquete de sexo, sentí celos, se supone que los hermanos deben cuidar que sus hermanas no hagan eso que les perjudique, sabía que ese tipo no era buena influencia para mi hermana, pero pensé que yo no tenía derecho a importunar, ella es ya mayor y ella debe tomar sus decisiones. Por morbo me quedé unos momentos observando. En la oscuridad no me verían, quería ver el cuerpo de mi hermana, es tan bello. Ella estaba sobre su novio montada sobre su cintura, bien empalada en su verga, ambos tenían sus manos sobre el pecho del otro acariciándose, que bonita se veía la espalda de Carla con su cuerpo de violín, sus vértebras resaltándose como teclas de piano, sus hermosas nalgas redondas columpiándose al ritmo que sus piernas y rodillas ordenaban, su cabello suelto ondeaba con ese movimiento tan atractivo que solo saben hacer las mujeres al girar su cabeza cuando se siente alteradas o cuando coquetean y que tanto nos gusta a los hombres.

Estuve mirando a mi hermana pensando en lo afortunado que era su novio de poseerla. Unos minutos estuve así, los gemidos más fuertes de los amantes, me sacaron de mi trance. Con cuidado cerré la puerta y ya en mi cuarto me cambié de ropa por algo más fresco por el calor de verano. Bajé a la cocina para comer algo porque tenía hambre, estaba calentando un plato que encontré en el refrigerador cuando escuché ruidos en la puerta de entrada, me asomé y vi que Carla despedía a su novio. Ella vestía una de sus camisetas largas, unas bragas escasas, descalza y toda despeinada. Los vi besarse y luego él se marchó con mucha prisa. Regresé a la cocina para comerme lo que había calentado, en eso estaba cuando Carla entró. Después de mirarme y ver que estaba solo, suspiró.

- ¡Qué bien que eres tú, creí que era mamá que había llegado temprano!

- No sé porque te preocupas, esas reuniones siempre acaban de madrugada. Le toqué el cabello… ¿Estabas jugando a las peleas con tu novio? Estás toda despeinada. Ella se sonrió.

- ¡Nada más piensas en eso…! ¿Solo hay sexo en tu cabeza...?

- Bueno sí, y parece que en la tuya también.

- ¿Cerraste la puerta de mi cuarto?

- Sí, estabais haciendo mucho ruido.

- ¿Nos viste?

- Sí, claro que os vi follando.

- Por favor no les vayas a decir nada, me pidió. - No le gusta que lo traiga a casa...

- ¿Decirles qué? Yo no he visto nada… aunque sabe que follas con él.

Ella sonrió agradecida y me pasó la mano por mi mejilla.

- ¿Qué comes?, ¿me invitas a tomar un poco de eso?

- Sí claro, calenté bastante, hasta para tu novio, lastima que ya se fue tan rápido, parece que solo le interesa meterla y correrse. Respondí.

- Que bueno eres hermanito… pero tienes razón, es un poco egoísta mi novio… muchas veces me deja a medias ¡Solo le interesa llenar el condón de lefa! ¡¿Sabes una cosa…?! Estoy pensando en dejarle, pero si lo dejo ¡¿Quién me va satisfacer...por muy malo que sea follándome?!

Mientras comíamos empezamos a hablar sobre su anodina vida sexual y qué había hecho yo con mis amigos. Le dije que al final me llamaron nuestras primas Magdalena y Rosalía, dejé a mis amigos en el bar. Le conté que un principio había estado estudiado con ellas y de charleta, y una cosa nos llevó a la otra… pero solo lo hice con Rosalía en su cuarto, ella se sonrió.

- Desde el juego en que se te empalmó la polla, Magdalena no deja de hablar de ti, me contó Rosalía. Creo que las dos quieren jugar más contigo. ¡Supongo que esta tarde has jugado mucho ella!

- Caray, haces que me dé un poco de vergüenza.

- Que no te dé y cuéntame que hicisteis, te prometo no decírselo a nadie, sé que las dos tienen muchas ganas de follar contigo...

- Bueno, pues sí, sí jugamos un rato… pero con Magda no hicimos nada más que tocarnos... y luego estuve con Rosalía, con ella si que follé.

- Cuéntame todo desde el principio, paso a paso.

Me exigió mi hermana que no dejaba de reírse divertida. Yo le conté que había hecho con mis dos primas y del amor que sentía por ellas, lógico que no pude explicar todo tan bien como yo hubiese querido. Carla escuchó mi historia interrumpiéndome varias veces, pidiendo la repetición de lo que había dicho o exigiendo más detalles.

- Ya era hora que te desfogaras, porque ya me estabas preocupando con tanto robo de bragas… y que fuera con Rosalía mucho mejor… sé que la quieres mucho.

- Ahora solo me queda dar el siguiente paso… ojalá pueda desvirgar a Magda, ella quiere pero no está segura. Hoy solo se ha quedado mirando como follábamos Rosalía y yo, sin participar.

- Si quieres te la pongo a huevo… ¡¡Ojalá lo consigas, no te imaginas cuanto lo necesita!! Sabes nene, es bonito desflorar a una chica, es una experiencia inolvidable, te va a gustar mucho, además de ser un privilegio, es como recibir un gran regalo que alguien cuidó mucho tiempo. Me dijo con una sonrisa en su cara. - ¡Romper el himen es único!

Yo no lo había notado, pero mi polla estaba dura de nuevo al recordar la follada y las conversaciones que había tenido con mis primas. Tampoco me había dado cuenta que yo miraba las tetas de mi hermana bajo su camiseta y en especial sus pezones. Mis primas son hermosas y Carla no se queda atrás, es bellísima... alta, rubia, de muy bonito porte, tetas bien desarrolladas, cintura pequeña, nalgas bien notables y elevadas, largas y hermosas piernas. Me dicen mis amigos que Carla es escultural, y su cara es de muñeca, suave de forma con una sonrisa que aflora con facilidad embelleciéndola aún más.

- Bueno, yo ya te hablé de mi, ahora cuéntame de ti. Exigí. Carla reflexionó por unos segundos, suspiró y con voz pausada me dijo:

- Ya hacía seis días que no hacía el amor con mi novio… lo hacemos cada vez que podemos, es muy bonito. No es con el primero que follo, pero sí con el primero que lo hago a pelo quería saber que se sentía… luego le pongo el condón. Con mi primer novio quería ser mujer, me quité muchas culpas y prejuicios acerca del sexo y ahora lo disfruto mucho. Así que aprovecho siempre que puedo para disfrutar mi sexualidad, siento que soy muy sensual y me gusta mucho hacer el amor. Desde que estoy con él, ya lo he hecho con otros tres… con los otros chicos es excitante y emocionante dejarme seducir, también seducir sabiendo que soy de otro hombre me da morbo ponerle los cuernos a mi novio.

- ¡¿Y follas a pelo siempre…?!

- No nene, ya te he dicho que yo me cuido mucho, tomo pastillas y uso condón aún con mi novio. Hoy después de ir a la discoteca venimos a la casa y aprovechamos para follar, hasta que llegaste tú y nos asustaste porque creímos que era mamá. Acabó rápido y se largó sin satisfacerme. Suele ser corto en sus polvos, pero hoy me has cortado el rollo.

Yo no sabía que pensar de lo que me decía Carla, mí hermana, estaba sorprendido por su franqueza y su desvergüenza. Ella se dio cuenta de ello y tomándome de la mano me dijo…

- Las mujeres de hoy, también queremos disfrutar de lo que los hombres hacen desde siempre, ya nos liberamos de su machismo y de mojigaterías sociales, más aún cuando ya no hay el peligro de quedar preñadas, queremos tener lo mismo que tienen los hombres y disfrutarlo. ¿Te parece mal?

- Hoy ha sido un día muy diferente, muy especial, me pasaron muchas cosas buenas, más bien maravillosas, pero todo ha sido muy rápido. No creo que este mal porque es lo que yo también quiero y no tengo ningún remordimiento. Pero sí, en cuanto a tus devaneos con los hombres te debo confesar que estoy celoso, no me gusta que te manoseen y mucho más que te follen o abusen de ti. Le respondí. - No creo que esté bien que le pongas los cuernos a tu novio con otros chicos...

- Que bien que te preocupes por mí, pero no deberías estar celoso, no me pasa nada malo por gozar follando, ni que me desgastara por ello, ¿O es que a los hombres se os desgasta la polla de tanto usarla? Me contestó risueña. - Tal vez tengas razón, debería centrarme en los hombres que me quieren… perdona si me he portando como una zorra…

- Yo solo quiero lo mejor para ti, no soportaría que sufrieras por nada...

Ya casi eran las tres de la mañana, limpiamos la cocina de las sobras de nuestra cena, nos despedimos y cada quién se fue a su cuarto. Me aseé, me puse el unos calzoncillos limpios y me metí en la cama. Estaba tratando de dormir cuando sentí que algo caía sobre mí con fuerza. Carla estaba sobre mí sujetándome la cabeza con sus manos, me dio un beso...

- Sabes una cosa, de tanto hablar de sexo no puedo dormir, así que he pensado que tú estarías igual de cachondo que yo… ¡Y que podíamos jugar un rato…!

La abrazo volviéndola a besar, esta vez nuestras lenguas luchan en el interior de la contraria, recorrieron el paladar y los dientes transfiriéndonos las salivas lascivamente, nuestros cuerpos se giran y queda bajo mi peso…, apoyo mi mano izquierda en el colchón y nuestros cuerpos se separan ligeramente, mi hermana me baja los calzoncillos, ella se posó sobre mí desnuda. Quiero ver ese contacto de mi polla sobre su vulva. Es una visión preciosa, sus labios mayores están acariciando como pétalos de una flor toda la largura del tronco. Ella también mira allá abajo levantando la cabeza y luego se echa para atrás. Recorro mi glande por toda esa rajita húmeda. Ambos gemimos y ya no sé si es alto o bajo el volumen de nuestros jadeos, pero lo que sí sé es que es maravilloso. Carla se muerde el labio, cuando mi glande choca por primera vez contra su clítoris y en un segundo impacto su gemido es prolongado y sus ojos vuelven a ponerse en blanco… la estoy pajeando con mi polla y es maravilloso.

¡Dios que gusto! Se pronuncia agitada.

¡Es una pasada, Carla! Me gustas mucho...

Le contesto mientras sigo apretando con mis dedos la verga contra ese carril que forman sus labios vaginales y toda la largura de mi miembro es como un cuchillo caliente avanzando por la mantequilla. Mi glande juguetea con esa ardiente y húmeda entrada, nuestros sexos los observamos besándose directamente, mi orondo glande con su pequeña bolita que forma el añorado y perfecto clítoris, cuando escucho de pronto…

¡MÉTEMELA, ERIC!

Me quedo quieto durante unos segundos y ambos nos miramos. No acabo de comprender bien lo que me ha dicho, aunque no parece que haya dudas.

¿Qué…de verdad lo deseas? Pregunto con mi respiración agitada.

¡Métemela! ¡No lo hagas más desesperante y FÓLLAME de una puta vez, por Dios! ¡Quiero tenerte dentro de mi! Me lo debes… me has dejado a medias con mi novio, y necesito que me acabes o me va a reventar el clítoris de excitación.

¿Estás segura...?

¡Fóllame, Eric! Dice casi gritando. ¡Necesito que me folles o me voy a morir! ¡Creo que ha sido un error no dejarme follar por ti mucho antes...! ¡¡Eres muy bueno jodiendo!!

Para evitar ruidos, pongo mi boca sobre suya no para besarla sino para acallarla, y al hacerlo mi glande se cuela directamente en su raja en forma de ariete a las profundidades de su útero. Es impresionante ese momento y ambos estamos de nuevo con los ojos abiertos, al notar ese primer contacto que ya es una entrada al hall del paraíso, solo me hace falta un empujón y le parto el coño en dos. Carla me retira con su mano de su boca, pero de nuevo mis labios se apoderan de los suyos, visado previo a traspasar la frontera. Ya no pone límites y nuestras lenguas juegan deseosas mientras nuestros genitales también quieren participar en dicho acoplamiento…. Las manos de Carla son las que se apoderan de mi culo y me araña, aprieta fuertemente y me las clava con pasión, lo que hace que el primer impulso sea echarme un poco para atrás y el glande salga ligeramente, entonces me agarra de ambas nalgas...no quiere que me escape, ahora estoy seguro que no hay marcha atrás y desea con todas las ganas ser penetrada y yo loco por hacerlo.

¡Fóllame, por Dios! Reclama en voz alta. – ¡Méteme toda esa maravilla de polla… hasta los huevos! ¡Joder nene, que no te quede nada fuera de mi coño! ¡¡Quiero sentir como es que me follen a pelo…!! Solo tú tienes derecho a inseminarme… ¡¿Te gustaría preñarme…?!

- Me gusta mucho follar contigo…

- Y a mí, y a mí cariño...

Con todas las ganas, embisto a mi hermana haciendo que toda mi verga entre en su coño, noto en mi sensibilidad lo ardiendo que está por dentro. Los dos gemimos en ese abrazo maravilloso. Noto las paredes de la vagina atenazando mi polla, el camino está siendo muy estrecho y angosto… cuesta abrir el conducto vaginal muchísimo más que cuando se la metí a mamá. Por un momento nos quedamos completamente empalados y no soy capaz de reaccionar, tan solo veo el temblor de la boca de mi hermana y me preocupa haber sido insensible con ella… soy consciente que mi verga es bastante ancha.

¿Te ha dolido? Le pregunto algo preocupado, dejando de empujar.

Niega con la cabeza, parece que a ella le ha pasado igual, creíamos estar tan preparados para este momento, sin embargo la emoción nos embarga a los dos, siendo incapaces de creer lo poco que lo estamos haciendo, sintiendo y deseando hacer hasta llegar al final…¡Es el momento más maravilloso que podíamos imaginar!

La retiro por el camino andado de su vagina… me encanta la sensación de estar atrapado en ese agujero que se aprieta con fuerza a medida que salgo a contra pelo. Me ruega que no la saque, nos miramos a los ojos e embisto de nuevo, clavándole el ariete con la misma contundencia, haciendo que ambos nos tambaleemos y emitamos gemidos de placer absoluto, así comienzo a entrar y salir, viendo la preciosa cara de mi hermana totalmente desencajada emitiendo suspiros y jadeos cada vez que mi polla se clava en el fondo de su útero. Cuando sus manos vuelven a apretar mi culo y entonces me doy cuenta que llega al orgasmo de una forma alucinante, me siento feliz de estar haciéndole correrse así, soy feliz follándola sin cesar y ella sigue suspirando largamente en un jadeo intenso, abre la boca y me acaricia la espalda y los brazos...me besa el pecho y le busco con mis labios los suyos, la siento correrse en latigazos sobre mi polla y mordiscos a mis labios, convulsiona y se estremece… ¡¡Me encanta!!

Yo no dejo de meterla en su coño que sigue atenazado a mi polla con vigor, noto sus músculos aferrados haciéndome sentir esa estrechez caliente, blanda pero tensa a la vez. Su coño es increíble, porque tiene mucha más firmeza que el de mamá, no obstante mi madre lo suple con la experiencia de saber usar la fuerza de sus músculos vaginales, por lo que ambas me producen un placer maravilloso. El conducto de Carla es mucho más estrecho por su juventud, supongo, en cambio, el hecho de que mamá haga deporte, especialmente sentadillas, le hace tener los músculos vaginales más desarrollados…, la sensación de ambos coños es el de follarse un coño virgen, no sé, pero es algo asombroso.

 


 

Sigo metiendo y sacando mi polla de ese magnífico lugar. Ver a mi hermana debajo de mí, gimiendo sin parar en una corrida que no parece acabar nunca, su boca abierta, sus ojos cerrados, su temblor, sus pezones completamente duros, obligan a que mi orgasmo no se haga esperar. Es increíble que tenga algo que soltar a estas alturas y que mi verga se haya recuperado de nuevo, pero mi hermana es mucha mujer para mí y esta ocasión es tan maravillosa….

- ¡¡Vamos Eric mi amor, acaba dentro… Dame tu leche!! ¡¡PRÉÑAME!! La follada de mi novio... sin lefa en mi coño... me ha dejado muy cachonda...

Vuelvo a besarla, sentir esos labios en los míos mientras estamos follando es algo único también. No quiero que acabe sin embargo no aguanto más y de pronto doy cuatro embestidas más dentro de ese increíble coño estrecho, hasta que me tenso y con mi polla totalmente metida, me corro dentro de ella, sintiendo como invado su interior con todo mi semen por primera vez esa noche. Mis gemidos son intensos y se hacen más fuertes cuando ella me besa comiéndome la boca con lujuria, y me acaricia a la vez todo mi cuerpo donde sus manos alcanzan a tocar. Le hago sentir mi primer gran chorro de leche, ella al percibirlo emite un gemido y me besa, un segundo y tercer chorro de lefa la va inundando...sus brazos y piernas me atenazan envolviéndome, eleva su coño para quedar más dentro. La eyaculación se acumula más al fondo de su útero.

Nos quedamos unidos por un buen rato mientras mi polla acaba con los últimos borbotones de esperma. Sin decir nada, con nuestros genitales ensamblados y disfrutando del momento sin querer abandonar ese agradable cobijo, nos miramos y nos besamos tiernamente. Cuando me retiro, mi polla ya se ha aflojado bastante y le produce cierto vacío al sacarla por completo. Supongo que a ella le pasa igual en su coño, en su ánimo. Me quedo mirando la vagina inflamada de mi hermana, de la que sale un reguero blanco de esperma espeso a borbotones como lava, mientras ella sigue allí tumbada exhausta.

De pronto se oye una voz detrás de nosotros. – ¡Hijos, por Dios!

Me vuelvo y quedo de rodillas sobre el colchón, advirtiendo la presencia de mamá que está allí plantada observándonos. Sin duda, nuestros jadeos y prácticamente gritos la han despertado. La observo y está preciosa allí de pie con sus brazos cruzados y ese fino camisón blanco, casi transparente, donde se vislumbran sus pezones… Cuando intento sonreírle, ella me corta.

Habíamos quedado en que esto terminaba entre vosotros… y no habéis respetado el pacto… ¡¡Además follando a pelo, joder en qué pensáis!!

Carla y yo nos miramos, mi hermana se incorpora quedando sentada en la cama.

Ahora es ella la que habla… Lo siento mamá, no hemos podido evitarlo.

Sí, si habéis podido, pero no habéis querido. Esto no era lo pactado.

Bueno, supongo que esto no es más que lo mismo… Carla y yo teníamos una asignatura pendiente, intervengo medio bromeando, queriendo quitar hierro al asunto.

¡Cállate, Eric! Responde enérgica, – ¡los hombres sois todos iguales!

Noto el enfado de mamá y en parte entiendo que esté disgustada, porque es cierto que habíamos prometido que no volveríamos a tener sexo entre los mellizos, aquella vez había sido para compensar a Carla de la fiesta especial que nos dábamos mamá y yo, pero que a partir de ahí, no debíamos continuar con algo que era excepcional, pero también tiene que entender mamá que ambos estábamos demasiado desbocados con nuestra vida sexual… y somos que adolescentes.

¡Eric vete de este cuarto! Me ordena y sigue con su cara seria.

¡Mamá! Intento pedir clemencia.

Vamos, quiero hablar con tu hermana.

Lo siento…

Digo al fin saliendo desnudo y preocupado por haber fallado a nuestra madre, en un principio no pensé que le afectara tanto, después de tanta locura acumulada. Desde la puerta veo de nuevo el cuerpo desnudo de Carla que me sonríe, pero forzadamente sabiendo que hemos cometido un error, con el que nuestra madre no contaba y le preocupa que esto se desmadre.

Mama… yo, empiezo a decir antes de abandonar la habitación.

¡¿Qué?! Me contesta secamente.

Perdona, no volverá a ocurrir.

Eso espero… porque mira qué desastre le has hecho a tu hermana, ¡Joder, la has llenado de leche! ¡Has metido tanta que no para de salirle!

Añade y se sienta junto a mi hermana haciéndome un gesto para que cierre la puerta detrás de mí.

Salgo de mi cuarto y soy incapaz de entender que es todo lo que está ocurriendo, cómo hemos follado sin pensarlo dando cierto atisbo de cordura a todo, aunque no lo consigo, como tampoco entiendo que nuestra madre se haya enfadado de esa manera, ya que ha sido ella la que nos ha metido en todo este lío, por mucho que se empeñase en dejarlo en una velada única y especial. Quizá no contaba que tanto Carla como yo, pudiéramos tener más arrebatos después de ver cuanto nos gustábamos, y nos dejáramos llevar por la pasión y el deseo una vez más viviendo juntos. ¡¡Ni que fuéramos unas máquinas que se desconectan y ya está!! ¡¿Cómo no puede comprender que somos adolescentes salidos con mil polvos pendientes entre mi hermana y yo?!

Me siento mal y me cuesta conciliar el sueño, por un lado recordando el maravilloso momento vivido con mi hermana, evocando cada escena… por otro viendo el enfado de mamá al descubrirnos, pero es que todo sucedió tan deprisa, tan involuntariamente… ¡¿Realmente fue involuntario o lo provocamos nosotros inconscientemente…?!



***************************



Durante la comida, mamá aclaró que yo era el hombre de la casa y que las dos estaban allí para darme el sexo cuando lo quisiera, como lo quisiera y donde lo quisiera. Contrastaba con lo que dijo al final de la faena de la noche anterior, y todo tenía una explicación...entre ellas habían secretos que pronto sabría...

Cuando tuvo ocasión, y sin que mamá nos viera, Carla me confesaba...

- Debes saber que a mamá le gusta ir a follar al baño de hombres del centro comercial… Allí es donde ella va siempre los sábados por la tarde... A ella le gusta dejar que un hombre desconocido se la folle cada semana... Algunas veces, luego me trae su semen en su coño y yo me lo hace tragar.

Asombrado pregunté.

- ¿Mamá se deja que un extraño se la folle a pelo...? ¿No sabéis las dos el riesgo que se corre por las enfermedades de transmisión sexual?

- Solo a veces folla a pelo, no te preocupes… Se asegura que estén bien.

- ¿Y como queda con todos esos tipos...?

- Por “Tinder” …mamá tiene mucho éxito en esa plataforma...acumula una lista inmensa de pretendientes para elegir solo de esta cuidad.

- Se puede encontrar con hombres problemáticos… o una redada de varios.

En ese momento, mamá, que nos había escuchado, intervino diciendo...

- No me importa... Yo necesito una polla y me gusta complacer a muchos hombres... Exactamente cincuenta y dos al año, uno todos los sábados. ¡No te imaginas cuantos hombres hay dispuestos a follarme...casados, solteros, viudos...jóvenes y viejos! Todos necesitan desahogarse y yo les ayudo.

Carla agregó, - En el baño de hombres... ¿No es así, mamá?, agregó Carla.

- Exacto, le respondió sonriendo.

El resto de la semana fue genial… Pude tener sexo con ellas en cualquier momento que quisiera y tenía que revisarlas si llevaban sostenes, bragas y pelos en el coño sin afeitar, cada vez que salían de casa… Esa era una rutina para mí muy excitante.

Y llego el primer sábado… Y mamá me pidió que la inspeccionara… Iba al centro comercial para dejar que un tipo con suerte, se la follara… El morbo que sentía era tremendo, cómo así me dijo. Carla y yo tuvimos la casa para nosotros durante un par de horas que era más o menos lo que tardaba en volver… Hicimos el amor y nos abrazamos hasta que mamá llegó a casa.

Luego se desnudó y se agachó sobre el rostro de Carla… Mientras su coño goteaba semen en la boca de su hija, le contaba a Carla todo sobre el hombre que se corrió lo que estaba tragando… Le dijo que tendría sobre unos setenta años y que tuvo que chupársela durante mucho tiempo… Luego, al cabo de un cuarto de hora le cogió su polla algo tiesa y se la metió dentro del coño... Nos dijo que tuvo que hacer la mayor parte del trabajo, pero al final le sacó el semen que trajo para Carla.

Lo más morboso del tema, fue que mamá conoció a la esposa del hombre nada más salir de los aseos, y que está, sorprendentemente, le agradeció follarse a su marido... La mujer le dijo que había pasado la menopausia y su coño se le había ‘secado’, es decir, que no segregaba nada de flujo y ya no le gustaba el sexo con su esposo, que no le ponía cachonda… Así que mamá le hizo al viejo una corrida de consuelo y con suerte se la follaría a ella a la vuelta a su casa.

 


 

Luego, nos comentó...

- Me cayeron tan bien que les he invitado y vendrán mañana noche… Yo haré que el viejo se la vuelva a poner tiesa y lo follaré mientras que tú y tu hermana trabajáis a su esposa a ver si conseguís que la pobre se corra… Ella necesitará muchos juegos previos... tú, Carla eres la chica apropiada para hacerlo… Si ella no se moja lo suficiente, Carla sabe dónde guardo el lubricante… Quiero que os la folléis bien follada... Varias veces si puedes, hijo... Están preparados para pasar la noche y casi toda el mañana si fuese necesario. Son gente agradable, además de un buen macho y una sumisa.

Hasta el día siguiente, no se me permitió tener más relaciones sexuales con ninguna de ellas para estar potente y dejar que los depósitos se fueran llenando de lefa, así que cenamos y esperamos la llegada de la noche del domingo.

*********

Cuando llegaron, vimos que el hombre se veía un envejecidosu apariencia era de un hombre mayor a la de su edad real… Su esposa, por el contrario, parecía más joven a su edad… Ella era lo que mamá llamaba una mujer ‘resultona’. Él ya había tenido sexo con mamá, por lo que no iba hacer nada nuevo que no hubiera hecho antes… Sin embargo, ella estaba muy nerviosa.

Mamá llevó al esposo a la habitación de Carla, follar en un cuarto de chica le ponía al hombre, para que Carla y yo pudiéramos llevar a Salma, que así se llamaba la mujer, a la habitación de mamá, por tener la cama más grande.

Carla besó a Salma primero y ella respondió… Luego la besé y respondió mucho más pasional, especialmente cuando apreté su teta y le palmeé el coño.

Llevaba un vestido que cubría sus rodillas, pero yo le había metido mi mano por debajo de él para tocarle una gran vulva cubierta por sus bragas... Metí mi dedo por la abertura de sus bragas y froté su peludo coño… Tenía muchas ganas de vérselo, se sentía que no poseía demasiado pelo, pero un mantillo de vello corto si tenía en toda su superficie. Tuve problemas para meter mi dedo en su agujero vaginal porque se quejaba de dolor que le causaba, así que me dediqué a frotar su clítoris... Ahora, eso a ella, le gustaba... Sus rodillas se abrieron, arrulló mi boca y luego se dejó caer en la cama… La empujé hacia atrás y seguí besándola… ambos hermanos jugamos con sus tetas y clítoris... Carla me ayudó a quitarle el vestido, la giré hacia mí y Carla desabrochó el sostén de Salma… Mientras le quité el sujetador, Carla le quitó las grandes bragas que llevaba... Observé sus grandes tetas deslizarse fuera de su pecho y quedar aplastado colgando aplanadas.

Miré hacia abajo y vi su gordo coño aterciopelado. Carla estaba empezando a chupárselo... Ella había puesto las rodillas de Salma entre sus hombros para lamerle bien el coño. Escuché a la mujer gemir mientras disfrutaba lo que mi hermana le estaba haciendo, levanté una gran teta floja hasta mi boca y comencé a chuparle su pezón.

- Nadie, antes me ha hecho esto, dijo Salma Mucho menos que fuera una chica la que me lo hiciera por primera vez...

- ¿Nunca? Pregunté.

- No… Nunca... Mi vagina tampoco ha sido follada desde hace más de cuarenta años, les dijo Salma.

- ¿Por qué? Preguntamos.

Salma suspiró, respiró hondo y dejó escapar el aire lentamente.

- Es una larga historia... ¿Estáis seguros de que queréis oírla?

Mi hermana y yo dijimos que sí… Y Salma comenzó a contar...

- Mi padre me vendió a mi esposo cuando tenía sólo quince años… era virgen y como musulmana me debía a mi padre y luego a mi esposo... él, en ese momento, tendría unos treinta años… Nos casamos... Me violó varias veces al día durante la primera semana y luego me dijo que quería joderme el culo... Yo le dije que no, pero eso no lo detuvo… Me puso boca abajo y cuando estaba tratando de meterme su gran polla en mi culo, me giré, forcejeamos con tan mala fortuna que le aplasté uno de sus huevos con mi rodilla… Los doctores tuvieron que quitárselo.

Como venganza, al día siguiente me llevaron a una casa de putas, para trabajar allí por el precio de una cuarta parte de lo que cobraban las otras… Los hombres que no podían permitirse una verdadera puta me jodieron a mí. En el prostíbulo me hicieron servir a más de diez hombres por día… Se quedaban con el dinero a cambio de algo de comida. Me aseaba tras cada follada y sólo dormía algunas horas antes de volver a empezar a follar al día siguiente.

Después de unos días de follar, todos se parecían… algunos iban sucios, olían mal y necesitaban un buen afeitado... me obligaban a chuparles sus pollas antes y después de follarme... era asqueroso y vomité algunas veces… Lo recuerdo perfectamente. Cada diez días venía mi esposo a follarme… a los siente meses me sacó de allí, esperó hasta que cubrí el cupo de hombres que debían follarme ese día y luego nos fuimos, me llevó directamente a un tatuador... El tipo me afeitó el coño, me tatuó un uno, un nueve, un seis y un cero, luego me folló a pelo delante de él dejándome llena a cambio del precio del tatuaje… “1960” que es mi año de nacimiento, pero también fue, según me dijo mi esposo, el número de hombres que me habían follado en esos siete meses de matrimonio… la mayoría me habían follado sin condón y se habían corrido dentro de mi vagina. Desde entonces, nadie me ha follado el coño y ahora cumpliré sesenta y dos dentro de un mes.

- ¿Es eso cierto?, le preguntó asombrada mi hermana Carla.

- Aféitame el coño si no me crees y veras los números tatuados, le contestó Salma.

- ¡Eso si quieres lo haces más tarde, Carla! Ahora quiero follarme ese coño peludo. Si no has tenido una polla allí dentro desde hace tantos años, debe ser como si estuviera virgen, ¡Quiero meterte la mía! Intervine.

- Será un placer cariño, es todo tuyo… va ser como si me volvieran a desvirgar… pero antes te voy a hacer una buena mamada, me gusta que las pollas entren bien duras en mi coño.

Después de una larga mamada me tomó de la mano y me llevó a su habitación donde me sentó en su cama y se desnudó frente a mí, me quitó la ropa que me quedaba y me preguntó si habían condones en casa. Le expliqué que del afán de salir no los había traído, pero sí habían por algún sitio, Carla abrió su mesa de noche y sacó unos condones y los dejó sobre la cama.

En seguida me dijo que quería hacer un 69, así que me acomodé debajo de ella y puso exactamente toda su vagina sobre mi cara para que mi boca se hiciera cargo, procedí a lamerla introducir mis dedos y succionar su clítoris, ella reaccionaba soltando gemidos pero nunca dejó de mamar mi verga.

Al rato más caliente que una cafetera, me dijo que ya quería que la penetrará así que procedí a buscar los condones, ella me detuvo…

- Quiero una rato sin sin condón, necesito sentirte al natural, luego te lo pones si lo crees necesario… a mí ya no me vas a preñar.

Acepte y volví a acomodarme luego ella se puso sobre mi, abrió sus piernas y sentí como mi verga entraba completa en ella, sentí el calor de su vagina a lo que ella solo respondió con un… - ¡Uuy hijoputa! ¡Qué buena polla tienes, cabrón!

Continuó cabalgándome mientras mi boca se hacía con sus tetas, pero su aguante no era de mucho fondo, y me bajó acostándose boca arriba…

- Fóllame tú, disfruto más cuando el macho me da, me he acostumbrado…

Ella sonrió, levantó las piernas dejándolas dobladas con las plantas de los pies sobre las sábanas, me puse entre ellas semi arrodillado, se abrió los labios carnosos mostrándome su hermoso coño interior, enfilé mi tranca en la boca del conducto y me dejó que se la metiera… noté como mi verga arrastraba su carne, aunque Carla le había humedecido muy bien su coño, aún así, tuve que forzar despacio mi polla para no lastimarla. Salma me abrazó, me besó y me susurró dulces palabras al oído... Me dijo lo bien que se sentía y lo mucho que me amaba. Aquella mujer no necesitó lubricación extra, su coño funcionaba perfectamente.

Después de un buen rato follando me preguntó si quería ponerme el condón, porque en cualquier momento podría correrme… ella ya lo había hecho. Yo le dije que como ella deseara, pero en ese momento algo raro pasó por su mente, su mirada cambió y empezó a moverse muchísimo más rápido que antes, le dije que parara por el condón y ella me preguntó con tono lascivo que si tenía miedo de preñar a una vieja, me repetía retadora.

Esta actitud me llevó al límite y empecé a moverme con tal violencia que no pude evitar correrme, ni quise. Eyaculé clavándole la verga completamente adentro, no se salió ni una gota de mi semen en los más de cinco aldabonazos de lefa que salieron.

Ella se quedó acostada y nos besamos un rato más.

Entre ella y mi hermana me pusieron tiesa la polla más de tres veces más esa noche. Por la mañana acababa de terminar de follar de nuevo a Salma, tendida sobre la cama con su coño supurando lefa, cuando mamá entró en el dormitorio. Estaba muy asustada.

- Salma, tengo una mala noticia que darte... Tu esposo murió en la cama conmigo… Esta mañana acabábamos follar y lo dejé descansaral entrar después de preparar el desayuno en la cocina, lo acabo de encontrar muerto.

Salma me dio un gran abrazo, me besó y le preguntó sin apenas estar compungida por el luctuoso suceso.

- ¿Murió con una erección?

- ¡!... Anoche no pude conseguir ponérsela tiesa por más que se la trabaje, pero esta mañana milagrosamente se le puso dura con un buen trabajo oral…. Me dijo que en el baño del centro comercial era la primera vez que había follado con una mujer en casi cincuenta años, y eso le excitó tanto que pudo follarme rápido, le respondió mamá.

Salma se echó a reír y le aclaró...

- Es otra de sus muchas mentiras… se tomó una Viagra el día de vuestro primer encuentro, y anoche quiso probar sin ella y no pudo… así que esta mañana se habrá tomado una o dos. No ha follado el coño de su mujer en casi cincuenta años, eso es cierto, pero ese hijo de puta me daba por el culo en cualquier momento que quería… La última vez hace cinco días. Nunca quiso dejarme preñada, porque me despreciaba… siempre me ha tratado como a una puta ¡Así que bien muerto está!

- ¿No deberíamos llamar a la ambulancia?, dijo Carla.

- Sí, pero primero necesitáis una ducha rápida y vestiros, mientras viene la ambulancia, dijo Salma… - Yo me pondré una bata… A él lo podemos dejar solo hasta que vengan a certificar su muerte y se lleven su cadáver.

Y así lo hicieron… Llamaron a una ambulancia y certificaron su muerte y se llevaron el cadáver… Todos dijeron que Salma y su esposo habían pasado la noche en nuestra casa y que cuando mamá los llamó a desayunar, él estaba muerto…. Salma se convirtió de la noche a la mañana en una mujer viuda con un patrimonio suculento. Afortunadamente para ella, nunca tuvo hijos debido a que su marido sólo le daba por el culo y nunca la folló por el coño, por un desprecio intestinal que tenía hacia ella.

Tras la tragedia, mamá le dijo que si se iba a encontrar muy sola se podía quedar con nosotros unos días hasta que se recupera del shock… y de paso disfrutar del sexo que tanto se le había negado, en todas sus variantes. Acepto encantada.



***********************




Yo no me podía mover mucho, la sábana me sujetaba inmovilizándome, después de un rato de forcejear pude sacar mis brazos y sujetar a Carla, me puse encima de ella y sujetando sus brazos, empecé a hacerle cosquillas en sus costillas. Ella se retorcía y me pedía que no lo hiciera… que fuera mañoso y no usase solo la fuerza.

Seguimos retozando, ella trataba de pegarme en los testículos con sus rodillas, con sus pies, yo con el peso de mi cuerpo detenía los brincos que pegaba para quitarme de encima. Le puse uno de sus brazos en medio de sus omóplatos inmovilizándola boca abajo, sus nalgas casi desnudas ya que sus braguitas entre ellas habían casi desaparecido, brillaban con su blancura en la oscuridad del cuarto. No me pude resistir y le di una nalgada, el dolor en mi mano fue de deseo, ella gimió. Volví a nalguearla, volvió a gemir, me gustó lo que sentía, y repetí la nalgada, pero esta vez no retiré mi mano de su piel y la sobe suavemente sanándola, ella gemía, pero no se quejaba, nalgueé la otra fuertemente y también la acaricié. 

- ¡Ohhh Eric, no pares! 

- Te mereces esto por ser chica mala, volviéndola a nalguear. 

- ¡¿Por ser una putita mirona…?! ¿Eres una nena muy putita? ¿Te gusta ver cómo me follo a mamá y a Salma...? 

- Sí cabrón, soy una puta salida, la más cachonda de todas y voy a seguir siéndolo… pero yo también soy una hembra dispuesta a que me folles como se lo haces a tu madre y a esa madura reprimida.

Sabía lo excitada que esta y cuanto le gustaba lo que le hacía. No pude resistir y después de una nalgada algo fuerte, la sobé, pero esta vez con mis labios y lengua. La solté y ella se volteó boca arriba, aproveché para sobarles sus tetas, ella me contestó de la misma manera, pero en entrepierna, apretándome los huevos. Me la eché encima para evitar que lo repitiera, puse mi cabeza en sus tetas moviéndola entre ellas. Que rico sentirlas, su consistencia suave es deliciosamente única. Me tomó del cabello y hundió más mi cara, restregándomelas con fuerza. 

- Para que te ahogues cabrón, esta chica mala te va asfixiar en sus tetas… ¿O prefieres que lo haga con el coño que está más húmedo?

Deseaba ahogarme en ellas, sentía su ternura provocando una dura reacción en mi verga, fingía que quería nalguearla, pero realmente sobaba sus nalgas, tan duras y suaves. Después de unos minutos de jugar así, en un respiro en que dejó de moverse, mirándome a la cara Carla me comentó tiernamente… 

- ¿Te acuerdas de lo que sentiste cuando me besaste la primera vez…? Tú eras el primer chico que me besaba de esa manera. ¿Qué sentiste? 

- Éramos muy críos, y tenía miedo que me fueses a rechazar, temor que se lo contases a mamá o a alguien, pero quería saber que se sentía al besar a una chica tan guapa y sexy como tú, así que ganaron las ganas. 

- ¡Qué bonito, nene! ¿Pero qué sentiste? Insistió 

- Mucha emoción, nunca había besado a una chica, yo creo que lo que sentí con el beso fue lo de menos, recuerdo que apenas te toqué los labios, el hacerlo fue lo emocionante. 

- A mí me gustó ese beso robado. Fui muy tonta al no darte a entender que me agradó, porque hubiese querido que me siguieras besando mucho más rato y muchas más veces… ¡Creo que siempre me has gustado como hombre…!

Yo la miraba emocionado, vestía un conjunto de camisón corto de satén y unas braguitas a juego, muy sexys. Su respiración agitada hacía que sus tetas se irguieran cada vez que respiraba. Yo estaba disfrutando mucho el juego con mi jugosa hermana.

- Vuélveme a besar, como me has besado. Me pidió. - Has sido tierno.

Sin soltarla acerqué mi boca a la de ella y junté mis labios a los suyos, me recibió abriendo sus labios, yo abrí los míos, nuestras lenguas se tocaron y empezaron a jugar, me separé, ella me sonrió, la volví a besar, mi lengua exploró su boca, mi mano soltó su brazo y acarició su pecho. Que exquisita sensación sentir su pezón en la palma de mi mano, apreté con más fuerza la preciosa y dura teta de mi sexy hermana, mis dedos sujetaron su pezón oprimiéndolo con cuidado. Ella colocó su mano en mi espalda acariciándome suavemente tirándome hacia ella con decisión de no acabar nunca. 

- ¡Qué rico eres, vuélveme a besar!

Me coloqué a su lado para apoyarme mejor, besé de nuevo sus labios mientras mi mano deslizó el tirante de su camisón para descubrirle la teta derecha, mi mano lo acarició y luego mi boca se regodeó de su suavidad. Ella acabó de quitarse su camisón para que no estorbase a las caricias que mis manos y boca le hacían a sus senos. 

- ¿Te gustan mis tetas? Me preguntó mientras ella las miraba orgullosa. 

- Muchísimo, tú lo sabes, me quisiera ahogar en ellas, no las dejo de admirar siempre que puedo, son unos monumentos hermosísimos así tan firmes como dos ojivas de misil.

Le contesté mientras los acariciaba con el cuidado que se le dispensa a unas joyas. En verdad pienso que la mujer es un patrimonio que debemos cuidar. 

- ¿Te sientes a gusto jugando con mi cuerpo? 

- Siempre un poco nervioso y muy excitado, nena. 

- No deberías estar nervioso después de lo que ocurre en esta casa con mamá y Salma. Yo estoy disfrutando mucho y quiero que tú también.

Me correspondió metiendo la mano por la bragueta de mis calzoncillos, agarrando mi polla y acariciándola suavemente. 

- A todas nos tienes locas por muchas cosas… eres atento, guapo, potente y sobre todo… ¡Qué grande es esta polla...! Dijo al apretándomela. - Joder, se te pone muy dura y es muy suave. Sabes Nacho, tenía muchas ganas de tocarla, de sentirla dentro de mí desde hace tiempo, por eso se lo pedí a mamá… y ella nos lo facilitó follándote aquella tarde. ¡Anda, déjame vértela y acariciarla, por favor! Me gusta más que ninguna otra que he tenido... 

- ¡¿Por mí has dejado a tu novio…?! 

- Por ti y por él… también por mí. Ahora solo te quiero a ti, eres el mejor hombre. No disfrutaba con él, sin embargo contigo me vuelvo loca follando.

Me agarró los calzoncillos y de un tirón me los quitó en un segundo, aproveché para admirar las tetas Salmadas que contrastaban con el bronceado de su cuerpo, ella también aprovechó para quitarse sus bragas, maniobra en la que yo también le ayudé, ella en su desnudez se veía magnífica, sus finos y dorados vellos púbicos que parecían brillar atrajeron mi vista y toda mi atención. También ahí, el contraste del bronceado con su piel sin tostar resaltaba su feminidad. 

- ¡Qué bonita es está verga, está para comértela toda! Todo tú estás riquísimo cabrón… tu cuerpo bien formado sin vello y esta polla tan grande y dura. ¡Pocos tíos son capaces de echar cinco polvos seguidos!

Orgulloso, miré para ver como mi polla se erguía en toda su extensión despegada de mi vientre, anhelante de caricias, deseoso del calor de su cuerpo. 

- ¿Qué quieres de mí, Eric?

Me preguntó mientras me agarraba el cipote con dulzura. 

- Te quiero toda, pero sobre todo quiero tus besos, quiero muchos besos como los de esta mañana.

No sé de donde salieron esas palabras, pero eso quería, besarla en su boca, ver su cara, sentirla, ver sus ojos, sentir su lengua, estar cerca de ella…mucho más que follarla, necesitaba su amor, ese que tanto había anhelado durante años y por ser un crío, nunca me dio.

Nos recostamos quedando debajo de ella, nos besamos, ella con mi polla entre sus muslos pegada a la vulva refregándose, yo con mis manos en todo su cuerpo. Nos miramos y sonreímos, mi dicha era intensa mientras nuestras lenguas jugueteaban por nuestras caras, cuello y en la boca del otro en dura pugna lasciva. Quería abarcar todo con mi vista y mis manos, era imposible, trataba de pensar en lo que que tenía sobe mí, cada centímetro de su piel es diferente, sus huesos, sus pequeños lunares, cada curva, la forma de sus orejas, la sensación de su cabello sobre mi piel, sus cejas, sus gestos, sus suspiros, su aliento, su nariz, todo pero todo convertido en energía enloquecedora que se siente en todos los poros, en el alma estremecida por la pasión.

Mi cuerpo pegado al suyo sentía su calor, mis mano recorrían sus piernas, su espalda, sus nalgas, sus duras tetas contra mi pecho, su vientre, su vagina, su clítoris, sus labios vaginales. Quería tocar sus pies, sus manos, meterme todo yo en ella, ser uno solo en esa rabia sexual que brota desde dentro. Estaba viviendo un sueño y no deseaba despertar en mucho tiempo.

  1. - Lo que estamos haciendo ¿Crees que está mal? Todo lo que pasa en casa con mamá, con Salma y conmigo...

Le dije mientras acariciaba su clítoris, separando con mis dedos sus labios. 

- ¿Quieres que nos detengamos?

Dijo al tiempo que apretó el coño contra mi dura verga, con más fuerza. 

- Por supuesto que no, mira como me tienes, bien caliente, después de haberme corrido tres veces esta noche. Me llenas sin pudor y tarde o temprano me vas a dejar preñada… no me importa estar panzona de mi mellizo…, lo estoy deseando con todas mis ganas ¡Quiero un hijo tuyo, Eric!

- Yo también deseo preñarte, y que seamos una familia feliz... 

- Ummm sí, anoche me preguntaba si te iba a poder seducir después de tanta preparación, me sentía muy insegura. Me ocurría lo mismo que cuando teníamos catorce años, entonces yo te quería desvirgar, y no tuve el valor suficiente… se me adelantó mamá, pero ser la segunda no está mal. Tú vas a ser mi tercer amante, y no hay tercero malo, aunque eres el único al que he dejado que me llene la vagina de semen… de modo podrías ser el primero en dejarme preñada. ¡¿Porque tú también deseas preñarme, verdad?! 

- En un momento cuando estaba follando con mamá, pensé que eras tú, yo hubiera querido que hubieses sido tú mi primera mujer y yo tu primer hombre, pero nunca me animé a insinuarlo, se supone que no deba sentir esto que siento por ti, te quiero y te deseo tanto Carla desde hace mucho tiempo. 

- También te quiero mucho Eric. Siempre te he querido de una forma especial, aunque nunca he sabido demostrártelo por miedo a que te confundas o me confunda yo. 

- Tú sabes que yo me moriría por ti. 

- Por eso mismo me he reprimido de darte confianza con mi amor. 

- ¡¿Entonces siempre me has querido?! 

- Como hermano siempre, y ahora como algo más… Mira cariño, estoy toda mojada, me haces sentir tan bien, me siento tranquila y tan a gusto, tan en paz, pero caliente, muy caliente. Me tienes cerca del orgasmo No quiero que se acabe. 

- Yo estoy en el paraíso… aun no me creo que estemos así… 

- Quiero sentirte más, quiero que me la metas por favor, que me folles como te he visto con mamá… quiero correrme con tu verga dentro de mi coño ¡Vamos Eric, ya no puedo más métemela por favor!

Sin pensar, solo obedeciendo, me coloqué entre sus piernas, que momento tan sublime verla ahí, esperándome. Yo temblando de deseo y pasión en esos segundos que pude contemplarla admirándola y deseando todo, un todo que no se puede narrar, sintiéndome hombre pleno, lleno de amor y deseo... poderoso en mi miembro viril.

Con cuidado coloqué el glande entre sus labios vaginales acariciándolos para llenarlo de sus perfumes, lubricarlo, para excitarla más froté mi dureza contra su clítoris unas cuantas veces, luego encontré la entrada de su vagina y despacio introduje mi estoque un poco, un poco más seguido de otro empujón. Le miraba los gestos de su cara, al tiempo que visualizaba mentalmente como mi polla se introducía despacio dentro de ella, abriendo la vagina. Sentía en mi sensible glande el roce de sus apretadas paredes vaginales, y como me envolvía su estuche mojado y ardiente… sus músculos me abrazaban. Otro empujón, un suspiro de sus labios, una mirada anhelante. Solo parte de mi verga estaba dentro de ella y el placer era intenso, un pequeño retroceso y otro pequeño avance acomodándonos, una mamada a su teta acompañada de más movimientos lentos con mi verga sondeando su útero. 

- ¡La quiero toda amor, métemela entera hasta los huevos!

Apoyo mi mano izquierda en el colchón y nuestros cuerpos se separan ligeramente, quiero ver ese contacto de mi polla entrando en la raja de su vulva. Es una visión preciosa, sus labios mayores están acariciando como pétalos de una flor toda la largura de mi polla. Ella también mira allá abajo levantando la cabeza y luego se echa para atrás, cuando recorro mi glande por toda esa rajita húmeda. Ambos gemimos y ya no sé si es alto o bajo el volumen de nuestros jadeos, pero lo que sí sé es que es maravilloso. Carla se muerde el labio, cuando mi glande choca por primera vez contra su clítoris y en un segundo impacto su gemido es prolongado y sus ojos vuelven a ponerse en blanco… la estoy pajeando con mi polla y es maravilloso.

¡Dios que gusto!

¡Es una pasada follar contigo, Carla!

Le contesto mientras sigo apretando con mis dedos mi verga contra ese carril que forman sus labios vaginales y toda la largura de mi miembro es como un cuchillo caliente avanzando por la mantequilla. Mi glande juguetea con esa ardiente entrada y también besándose directamente con su pequeña bolita que forma el añorado y perfecto clítoris, cuando escucho de pronto…

¡MÉTEMELA DURO, ERIC! ¡¡REVIÉNTAME EL COÑO CON TU VERGA DURA!

Me quedo quieto durante unos segundos y ambos nos miramos. No acabo de comprender bien lo que me ha dicho, aunque no parece que haya dudas.

¿Qué...? Pregunto con mi respiración agitada.

¡Métemela! ¡No lo hagas más desesperante y FÓLLAME de una puta vez, por Dios! ¡Quiero tenerte dentro de mí!

¿Segura?

¡Fóllame, Nacho! Dice casi gritando. ¡Necesito que me folles o me voy a morir! ¡Creo que ha sido un error no dejarme follar por ti, antes...!

Para evitar ruidos, pongo mi boca sobre suya no para besarla sino para acallarla, y al hacerlo mi glande se cuela directamente en su raja en forma de ariete a las profundidades de su útero. Es impresionante ese momento y ambos estamos de nuevo con los ojos abiertos, al notar ese primer contacto que ya es una entrada previa al paraíso, solo me hace falta un empujón y le parto el coño en dos. Carla me retira con su mano de su boca, pero de nuevo mis labios se apoderan de los suyos, como visado previo a traspasar la frontera. Ya no pone límites y nuestras lenguas juegan mientras nuestros genitales también quieren participar en dicho acoplamiento…. Entonces las manos de Carla son las que se apoderan de mi culo y me araña y aprieta fuertemente, lo que hace que el primer impulso sea echarme un poco para atrás y el glande salga ligeramente, entonces me agarra de ambas nalgas, no quiere que me escape, ahora estoy seguro que no hay marcha atrás y desea con todas las ganas ser penetrada y yo loco por hacerlo.

¡Fóllame, por Dios! Reclama en voz alta. – ¡Méteme toda esa maravilla de polla… hasta los huevos! ¡Joder nene, que no te quede nada fuera de mi coño!

Con todas las ganas, embisto a mi hermana haciendo que toda mi verga entre en su vagina, que está ardiendo por dentro. Los dos gemimos en ese abrazo maravilloso. Noto las paredes de la vagina atenazando mi polla, el camino está siendo muy estrecho y angosto… muchísimo más que cuando se la meto a mamá e incluso a Salma. Por un momento nos quedamos completamente empalados y no soy capaz de reaccionar, tan solo veo el temblor de la boca de mi hermana y me preocupa haber sido insensible con ella…

¿Te ha dolido?

Niega con la cabeza, parece que a ella le ha pasado igual, creemos estar tan preparados para este momento, que somos incapaces de creer lo poco que lo intentamos para llegar a gozar de esta manera…

¡Es el momento más maravilloso que podíamos imaginar! ¿Verdad cariño?

Entonces me retiro por el camino andado de mi polla… me encanta la sensación de estar atrapado en ese agujero que se aprieta con fuerza a medida que salgo. Entonces embisto de nuevo y la clavo con la misma contundencia, haciendo que ambos nos tambaleemos y emitamos un nuevo gemido, así comienzo a entrar y salir, viendo la preciosa cara de mi hermana totalmente desencajada emitiendo suspiros y jadeos cada vez que mi polla se clava en el fondo de su útero. Cuando sus manos vuelven a apretar mi culo y entonces me doy cuenta que llega al orgasmo de una forma alucinante, me siento feliz de estar haciéndola correrse así, soy feliz follándola sin cesar y ella sigue suspirando largamente en un jadeo intenso, abre la boca y me acaricia la espalda y los brazos.

Yo no dejo de meterla en su profundo coño, el cual sigue atenazado mi polla, noto sus músculos aferrados haciéndome sentir esa estrechez caliente, blanda pero tersa a la vez. Su vagina es increíble, porque tiene mucha más firmeza que el de mamá, la cual lo suple con la fuerza de sus músculos vaginales. Sin duda ambas me producen algo maravilloso, pero este de Carla es mucho más estrecho, supongo que el hecho de que haga deporte le hace tener los músculos más desarrollados, o al ser veinteañera es más estrecho, no sé, pero es algo asombroso y yo sigo metiendo y sacando mi polla de ese magnífico lugar. Ver a mi hermana debajo de mí, gimiendo sin parar en una corrida que no parece acabar nunca, su boca abierta, sus ojos cerrados, su temblor, sus pezones completamente duros, obligan a que mi orgasmo no se haga esperar. 

- ¡Córrete dentro de mí, Eric! No tengas problema de darme toda la lefa que aún te quede en tus huevos. ¡No sabes como deseo que me hagas un hijo…!

Me dijo atrayéndome con sus brazos hacia ella. No le hice caso, seguí lentamente con mis movimientos de mete y saca con solo unos centímetros de mi verga dentro de ella. Así me sentía bien, sus músculos vaginales me apretaban fuertemente queriéndome absorber, yo veía que su deseo crecía, que la provocaba cada vez más y yo tenía el mando. Pasó su mano por debajo y tomó mis huevos con su mano acariciándolos, noté sus dedos masajeando los testículos y llegando al ano, una nueva sensación me recorrió, yo hice lo mismo, mi mano fue a su nalga y luego mis dedos acariciaron su ano con una ligera penetración de mi dedo anular… sentí su entrada apretada como el dosificador de un bote de mayonesa.

 


 

Seguí así unos segundos más, yo quería llevarla al cielo y yo con ella. La penetré un poco más sin dejar de mirar sus ojos y sus gestos. La besaba en sus labios húmedos sin detener mis movimientos, introduciendo de mi lengua en su boca, de igual manera que entraba mi polla en su conejito encharcado. Ella suspiró, dejó que yo hiciese lo que yo quería y solo aguardó a que pasase lo que tenía que pasar. Me rogó que no parase, que se ya iba correr…. Su orgasmo llegó, sus jadeos y suspiros aumentaron, su cara cambió de alegría anhelante a un gesto intenso de contención… su cuerpo se levantó hacia mí arqueándose, sus músculos vaginales apretaron mi polla endurecida, en fuertes contracciones, semejante a una mamada suave.

Me introduje más para recibir esos abrazos vaginales tan intensos. Yo apretaba mi suelo pélvico para no eyacular, me fue fácil después de la noche toledana de folladas sin parangón. Mi corazón gritaba de gusto de ver a mi hermana tan bella en el mejor de sus momentos de una relación entre amantes. No dejé de mover mi pelvis follándola sin cesar. Vi su transformación de nuevo, como disminuyó el ritmo, su respiración y jadeos, como volvió a incrementarse. Se la veía feliz, con el punto de atolondramiento que te suele dar la dopamina de un orgasmo.

Quiso decirme algo, pero yo la besé para que callara… mantuve unos segundos mis labios en sus labios. Aumenté mi ritmo de perforación, y la penetré aún más profundo, casi toda mi verga estaba dentro de ella. Sudaba bastante, como increíble era mi placer de estar follándome a la diva de mis sueños. Ella tomó mi cabeza con sus manos aliviándome de las perlas de sudor que brotaban de mis sienes, me la acariciaba como se acaricia un bien que no se quiere perder… ahí percibí todo el amor que me tiene mi hermana Carla. En respuesta a su ternura, se la me metí hasta el fondo de ella, me miraba contenta con una sonrisa de felicidad con los ojos abiertos como platos a notarme tan adentro en su útero. Sus jadeos y suspiros eran inspiración para mi mente, para mi cuerpo que aumentó su ritmo a un galope, quería llegar a su alma… deseaba darle todo lo que tanto había querido darle. 

- Me llegas hasta el cuello uterino, primor… y noto tus pelotas golpeándome el coño… ¡Es que quieres meterme hasta los testículos en mi coño...! Me conformo con que sea solo toda la leche que han producido este par de gordas pelotas. ¡¡Estoy en mis días fértiles… vamos mi amor, PRÉÑAME!!

Traté de hacerlo con mis arremetidas, nuestras pelvis chocaban furiosas en el galope sexual. Nos transformamos con el placer, ella llegó primero en un nuevo orgasmo. Volvía a sentir en mi verga sus contracciones, me abrazó con más fuerza y gritó en mi oído, con ambos rostros pegados… fue entonces cuando percibí la subida de la leche por mi polla, explotando en su orgasmo irremediable. Mis pulsaciones eyaculando a chorros la lefa que produjeron mis huevos en los últimos dos días, junto con sus contracciones me tenían en otro universo, que placer, que exquisito delirio. Me seguí moviendo mientras el ariete seguía punzando la intimidad de mi hermana…, no podía dejar de moverme porque su vagina con sus contracciones me agarraba y soltaba dándome oleadas de placer. Mi polla insaciable quería continuar, yo quería seguir dentro de ella y seguí sin detenerme ni un instante. ¡¿Por qué se tenía que acabar tan rápido lo que tanto tiempo se deseaba?!

Más tranquilo la miraba embelesado, tenía sus ojos abiertos mirándome con sorpresa y admiración, besé sus labios, chupé su teta. Yo sentía como sus paredes vaginales daban placer al cipote, bien apretado dentro de su hoyo recién inseminado por una verga de verdad. Ambos propiciábamos que la polla se deslizara suavemente dándonos más y más placer. Que felicidad sentía de poseerla, de penetrar a mi hermana, mi dulce y bella hermana. 

- Aún la tienes dura cariño, me encanta lo buen semental que eres y el trabajo que le has hecho a mi chochito… Creo que me voy a correr otra vez, no dejes de follarme así, nene.

Dijo levantando sus tetas para que yo se las chupara agradecido. Aceleré mi ritmo pero sin llegar a ser tan rápido como en mi orgasmo anterior, un trote ligero, Carla tomó mi cara con sus manos, puso sus piernas en mis costados reposado sus pies en mi culo, y así llegamos juntos a otro orgasmo sin llegar a sacarla de su coño. Fue diferente, mucho más consciente. Sentía como mi glande se sensibiliza, mi vientre se endurece y como llega la sangre a mi tronco, endureciéndolo aún más. Con el ritmo del amor que llevaba la canción de Barry White, con la que me follé a mi madre, noto como brota desde adentro del alma el semen que se descarga en el fondo de su vagina, otra vez. Me abracé a ella descansando sin dejarle me peso, mi polla seguía pulsando, su vagina se contraía abrazándolo en agradecimiento. La besé y acaricié su cara. Sus manos en mi espalda me acariciaban suavemente. 

- Este ha sido un polvo con amor… Me has hecho el amor, cariño… ¡¿Me vas a hacer el amor cada vez que yo quiera, cada vez que tú quieras, por siempre?! ¿Me lo prometes? Me preguntó contenta. - Si no hubieras sido tú, quien me habría follado con amor. 

- Yo te iba a pedir lo mismo Carla, si eres mi adoración, sí, te prometo hacerte el amor y follarte toda la vida, aunque te tenga que compartir.

Le dije sin dejar de acariciarla y besarla. Es increíble que tenga algo que soltar a estas alturas y que mi verga se haya recuperado de nuevo, pero mi hermana es mucha mujer para mí y esta ocasión es tan maravillosa….

- No me tendrás que compartir nunca… seré yo quien lo tenga que hacer.

Vuelvo a besarla, sentir esos labios en los míos mientras estamos follando es algo único también. No quiero que acabe sin embargo no aguanto más y de pronto doy cuatro embestidas más dentro de ese increíble coño, hasta que me tenso y con mi polla totalmente metida, me corro dentro de ella, sintiendo como invado su interior con todo mi semen por tercera vez sin sacarla de su acogedor vagina. Mis gemidos son también intensos y se hacen más fuertes cuando ella me besa comiéndome la boca con lujuria, y me acaricia a la vez todo mi cuerpo donde sus manos alcanzan a tocar. Nos quedamos unidos por un buen rato, sin decir nada, con nuestros genitales ensamblados y disfrutando del momento sin querer abandonar ese agradable cobijo.

Cuando me retiro, mi polla ya se ha aflojado bastante y me siento vacío al sacarla por completo. Supongo que a ella le pasa igual. Me quedo mirando la vagina inflamada de mi hermana, de la que sale un reguero blanco de esperma espeso a borbotones, mientras ella sigue allí tumbada exhausta. 

- Follas como Dios, vas a volver loca a cualquier chica que tengas, como seguramente volviste loca a mamá y a Salma... me tienes a mí, bien loquita. Tan guapos y sexys, sois muy escasos y te quiero para mí. Me dijo sonriente. 

- Tú eres una diosa, la diosa del sexo. Contesté orgulloso. -Tú también vas a volver locos a los hombres que tengan la dicha de follar contigo. 

- Y tal vez sean muchos los afortunados si de mi depende, y quiero que tú también tengas muchas mujeres y mucho sexo, que te diviertas mucho follándolas a todas… ¡Me vas a dar muchos sobrinos, y de muchas putas diferentes ¿Verdad?!

Me dijo mientras contraía su vagina para reforzar sus palabras. 

- No soy yo el que folla bien y con muchas. Estoy seguro que tú vas a tener a quien quieras a tus pies…, eres una mujer plena, sexual que se sabe entregar, yo solo trato de corresponderte lo mejor que puedo… a ti y a mamá… y ahora a Salma.

Seguimos abrazados sin salirme de su cuerpo por mucho rato, yo arriba de ella descansando, ella sin quererme soltar, yo sin quererme salir. 

- Eric no seas modesto, eres una máquina follando… llevas tres polvos sin sacarla de mi coño. Mira son casi las cinco de la mañana, y en menos de dos horas, mamá se va a levantar.- Un rato más… quédate un poco más conmigo, no me prives de ti, ahora que sabes cuánto te amo y te deseo. Le pedí.

Accedió a mi petición y todavía se quedó un rato disfrutando su calor, pero la verga se deshinchó por fin, saliéndose de su cobijo. Seguimos abrazados en la cama besándonos, acariciándonos y hablando de sexo, de sus amantes… de lo que íbamos a hacer en la cama y fuera de ella. 

- La próxima vez quiero amarrarte a la cama y hacerte todo lo que yo quiera, voy a jugar con tu gorda verga y te voy a dar una sorpresa… ¡Por supuesto, te vas a correr dentro de mí…en todos mis agujeros, TODOS!

Me dijo pícaramente contenta. Poco a poco nos fuimos adormeciendo y nos quedamos totalmente dormidos en brazos del otro. La luz tenue entraba por la venta y unos ruidos en la entrada del dormitorio hicieron que nos separáramos, había llegado nuestra madre al cuarto.

**************




Cuando terminé mis estudios, me casé con ella y disfrutamos de una luna de miel muy diferente a la que la pobre tuvo en su día… Y compartida con mi madre y mi hermana con las que disfrutaba muchísimo hasta quedar agotadísima... A mí me gustaba mucho verlas como se trajinaban una con otra sin ningún pudor… Era todo un espectáculo que me excitaba tremendamente.

Pasamos muchos buenos años todos juntos… Por supuesto que heredé toda su fortuna cuando murió, en paz y muy feliz de los años que estuvo con nosotros. Durante esos años mi hermana me dio dos hijos y mi madre uno. ¡¡NUNCA NOS FALTÓ AMOR!!

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