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UNA HISTORIA DE AMOR. Y si tú no has de volver...

    "Y si tú no has de volver" 1ª PARTE "Una para el otro y otra para el uno". Esa frase la repite una y otra vez mi ...

El Harem Familiar 1/3

 


Secuencias previas a las vacaciones.

Ese verano, iba a ser el mejor verano de mi vida, al menos el más inolvidable. A mis padres no se les veía bien, y aunque disimularan con viajes juntos las cosas no eran como antes. Lo curioso era que mientras la relación de pareja entre mis padres empeoraba, la mía con mi hermana mejoraba sustancialmente.

Durante toda la vida me había torturado amedrentándome por mis flaquezas, agudizado porque yo la veía como una diosa inalcanzable y ella se aprovechaba de mi debilidad, al igual que me pasaba con mi madre… era un chico atrapado por la sugestión de dos mujeres por las que yo bebía los vientos. Como digo todo había dado un giro en los acontecimientos familiares desde que mi hermana y yo nos masturbamos juntos.

Me llamo Pedro, aunque toda la familia me llama Pedrito. Tengo veinticinco años y me va bien. Estudié fotografía y ahora me suelen contratar para bodas, y la verdad es que se gana dinero. Este trabajo te da acceso a conocer gente y tener una amplia vida social.

Todo empezó en las vacaciones de verano del año que cumplí dieciocho años y las hormonas corrían por mis venas como el fuego corre por un bosque en verano. Me saqué el permiso de conducir nada más cumplir los años con la idea de tenerlo antes de las vacaciones, porque sabía que mi madre, que me adoraba, estaba encantada de dejarme su coche e ir de chica de compañía a mi lado. Algunas veces me daba vueltas por las manzanas cercanas tan solo por el placer de conducir.

Mi hermana, Sonia, que es dos años mayor que yo, me vacilaba continuamente. “¿Qué, ya tienes sitio para follar? ¡¡Ahora solo te falta encontrar una tía que quiera montárselo contigo, jajaja!!” “¡Abre bien las ventanillas, que seguro que huele a paja!” Todo cosas así, siempre relacionadas con el sexo porque sabía lo salido que estaba en aquella época, no es que me fuera mal con las chicas, pero casi siempre me quedaba insatisfecho, y cuando tenía intimidad en casa me mataba a pajas. Más de una vez mi hermana me pillaba pajeándome. La primera de la tengo conciencia fue no hace mucho, aquella vez que se quedó en el quicio de la puerta hasta que me corrí, pensaba que se marcharía, pero mis ganas de acabar no me acongojaron y continué ante la atenta mirada de Sonia que se quedó hasta la traca final. Luego fue la mejor, porque ella me buscó sabiendo que me la estaría pelado… pero eso lo contaré más adelante.

**************

Aunque pueda parecer que tras masturbarnos mi hermana y yo, lo que pasó a continuación ocurrió muy rápido, no es porque lo quiera escribir así, es simplemente que es como ocurrió.

Tras masturbarnos mi hermana y yo, fuimos a ducharnos. Nuestros padres llegaron a los tres días de haberse marchado… y sinceramente, puedo decir que no me esperaba lo que ocurrió a continuación. Nada más llegar, Sonia se fue a contarle a mi madre lo que había pasado, se ve que entre ellas tenían mucha confianza, incluso en temas de sexo.... ¡Quién lo diría! En serio que nunca habría pensado, que mi hermana hablara de sexo ni nada parecido con mi madre, pero claro para saber hacer una mamada como me hizo y masturbarse así, su experiencia tenía, sin duda… su saber hacer era bastante.

- Mira hija, solo te puedo decir que yo tampoco soy de piedra, y que de escuchar lo que me acabas de decir, me estoy poniendo mala y mucho.

- ¡Joder mamá que es mi hermano, y aunque yo… bueno… disfruté mucho, sigue siendo mi hermano!

Mi hermana Sonia no podía creer que mi madre, se lo hubiera tomado tan normal, aunque pronto sabría el porqué.

- Ya sé lo que quieres decir, pero si te soy sincera, no lo veo tan raro…, has tenido tus cosas con tus novietes y seguro que con Luis no es menos, es está bien y es lo aceptable en la sociedad, pero a veces ocurren cosas como esta dentro de la familia, y en la familia menos pensada… Se quedó un poco pensativa si dar el paso de contarle su historia familiar, pero se lanzó a la vista de las circunstancias como modelo de normalidad. – Cariño, mira… yo, con mi primo Alfonso también tuve algún encuentro sexual, me atraía siendo mayor que yo y eso que solo lo veía de uvas a peras, por eso no es de extrañar que los encuentros sexuales entre hermanos sea algo muy frecuente, sobre todo en la adolescencia generalmente, o cuando son mas pequeños. Lo bueno de todo, es que si no te ha follado, tampoco la cosa ha pasado a mayores.

Mi hermana, seguía escuchando a mi madre un poco alucinada, ella había hablado de muchas cosas sobre sexo con ella, pero en estos momentos estaban hablando sobre si su hijo y su hija follaban entre si.

- Lo curiososo mamá, es que si no me folló, fue porque él estaba a punto de correrse…, me dijo que estaba totalmente excitado de verme masturbarme y no solo eso, sino que también de vernos a tí y a mmmm….

Sonia en ese momento vio que había metido la pata, hasta el momento ella solo le había dicho lo que había pasado entre ella y yo, pero quería compartir responsabilidad, sin meterme en mas líos, pero al decir que yo me excitaba viendo a mi madre por casa también, eso podía cambiar las cosas.

- ¡¿Qué…?!

- Nada que de verme a mí se excitaba

- No, has dicho que también se excita conmigo… una cosa es que se ponga hecho un verraco con su hermana de su edad, y otra con su madre, que aunque sea joven soy su MADRE…

- ¡Ah! O sea que por ser yo de su edad, me puede masturbar y yo a él, pero no puede pensar en follarse a su madre ¡¿No?!

- ¡¿Pero quien esta aquí hablando de follar?! Él te ha dicho eso? ¡¿Que se masturba pensando en que me está follando?!

- ¡Sí! ¡¿Qué quieres que te diga?! ¡Sí!, como el mismo me dijo, somos mujeres, somos hembras, y él es un macho, que cuando nos encuentra con poca ropa, solo nos ve las tetas, el culo… y cuando se masturba, pues piensa en todas nosotras. ¿No sé porque puedes ver bien lo que ha pasado entre él y yo, y después te pones de esa manera cuando tú te ves influida?

Esta conversación estaba poniendo a mil a mi madre, aunque lo disimulaba, hacía meses que no se la follaban, su marido había perdido su atención y sospechaba que había algo más que una larga relación matrimonial aburrida.

- Bueno pues como te iba diciendo, que si no me folló, fue solo porque él no se sentía capaz de aguantar el tacto con mi coño sin correrse con lo salido que está…, sino se hubiera contenido, Yo hubiera estado allí, no solo dispuesta si no deseándolo. No te imaginas lo cachonda que estaba mamá…, y que todo estuviera pasando con mi hermano, solo hacía que hubiese en mi cuerpo aún más morbo. Cierto que me meto mucho con él, pero el chico se ha puesto bueno que se te caen la bragas… y unos buenos pollazos me vendrían de perlas.

Mi madre aunque había tenido conversaciones de sexo con mi hermana, no se creía lo que su hija le estaba contando, ella aunque conocía mas intimidades de mi hermana que yo, también la veía de forma angelical, era imposible que nadie pensara lo contrario al mirarla y escucharla. Tras ver como se estaba sincerando mi hermana con ella, decidió sincerarse ella también.

- Sonia, cariño, no debes sentirte mal por ello, es más, tu hermano para decirlo en pocas palabras como tú te has expresado, está muy bueno, y te comprendo…

- ¡Mamá! ¡¿Qué me dices?! Bueno sí, bueno si está el chaval, pero eres su madre y tu estas con papá…

- Mira hija, con tu padre las cosas no van tan bien… por eso siempre te veo tan inocente, lo mismo te sinceras como antes, sobre cosas tan "maduras" o cómo estas deseosa de que te follara tu hermano, a que no ves lo que pasa a tu alrededor, saltando tu inocencia, pensando en que porque yo esté casada, no puedo ver cuando un hombre esta bueno o no.

- Sí mamá, pero antes estabas diciéndome, que cómo era posible que mi hermano me hubiera dicho que se masturbaba pensando en que te follaba, cuando tú eras su madre, la misma mujer que lo había parido…

- Me estoy sincerando contigo, es normal que estuvieras deseosa de que te follara Pedrito, después de todo lo que me has contado, y ahora sí que te voy a ser sincera aunque suene a borde, pero mejor no te lo puedo explicar…, De la conversación que estamos teniendo, me estoy notando bastante excitada, es más muy excitada, vamos que después de aquí me voy directa a cambiarme de bragas, jajaja

- ¡Pero mamá! Estamos hablando de Pedrito… de tu hijo.

- Como dijiste antes, ahora te estoy hablando como hembra, y pensando en tu hermano como macho y solo de saber que un macho y aun con más morbo, sabiendo que es mi propio hijo, me quiere penetrar, solo hace que me ponga cachonda perdida.

- ¡¿Te estás oyendo mamá?!

- Hija, Llevo mucho tiempo sin ser follada y no lo puedo remediar, por eso te entiendo y te digo que no te preocupes por lo que pasó…, es normal que quisieras que te tomara. Ya te digo, aunque lo desearas, por lo menos no hubo follada, solo penetración con los dedos, que no se corriese dentro de ti es lo importante, porque quedarte preñada, solo nos puede traer problemas.

- O sea ¿Que ves bien si continuamos con nuestros escarceos, siempre y cuando no haya penetración?

- Te voy a contar un secreto mi amor, muchas veces tu padre y yo hemos jugado mientras hacemos el amor a distintas cosas y entre ellas teníamos un juego de rol en el que él o yo nos hacemos pasar por nuestros hijos.

- ¿Qué quieres decirme?

- Pues que algunas veces yo me hacía pasar por ti, mientras follo con tu padre y otros el se hacía pasar por tu hermano… eso le excitaba y me daba más duro, pero de aquello solo me queda el recuerdo, ahora ya ni me toca.

- ¡¿Pero que dices…?! Yo nunca podría follar con mi padre, una cosa es mi hermano y otra el viejo de mi padre, joder que ya tiene más de cincuenta añazos y con panza.

- Esa es la desventaja que tiene tu padre con respecto a mí… ¡Jajaja!, mientras que yo estoy muy de buen ver, tanto como para que mi propio hijo me quiera follar, tu padre no esta de tan buen ver ni catar.  Bueno como te decía algunas veces, él se hacía pasar por tu hermano, y mientras me folla, le digo guarradas, como si fuera Pedrito, y cerrando los ojos, pensando en que es mi hijo quien me folla, me corro mucho mas fácil…, pero mientras que esto son juegos para avivar la fantasía y el deseo con mi pareja, follarme a mi propio hijo de verdad no lo es, y eso que yo tomo píldoras anticonceptivas mientras que tú ni las tomas, con todos los riesgos que conlleva.

- Si las tomo, pero le obligo a que se ponga el condón también… de momento no quiero que me deje preñada mi novio… Pero a lo que vamos, que aún no me has respondido, ¿si no hay penetración podemos tener encuentros sexuales mi hermano y yo?

- No te puedo responder a esa pregunta ahora mismo, no es tan fácil…, aunque no tengo tanta confianza con tu hermano como contigo, si quieres mañana que ya no estará tu padre, podemos tener una conversación entre los tres, porque si se entera tu padre de todo esto, no se lo tomará tan bien como yo. ¿De acuerdo?

- Como quieras, pero lo tenemos que dejar todo bien claro con Pedrito.

- Estoy de acuerdo, ahora me voy a cambiar de bragas como te dije, porque estoy empapada ¡Jajaja!

- Mamá, saca otras bragas para mí ¡jajajaja!

- ¡Joder nena, hasta en esto somos iguales! Llevamos el sexo en la venas.

Al día siguiente, después de lo que pasó, al levantarme y recordarlo, empecé a notar como mi polla se empezaba a despertar, lo cual era un agobio, porque aunque ya me daba igual que lo viera mi hermana, no podía dejar que lo viera mi madre o mi padre.

Como no podía ser de otra manera, mi hermana iba de nuevo con su ropita liviana por el calor, era otro bañador blanco estampado con flores, lo que sobresaltaba aun más que con el negro, su preciosa melena cayéndole hasta la cintura, aunque los ojos verdes, sobresaltaban menos con tantos colores en el bañador, pero aun así como digo, su cara felina, por esos ojos y melena, aunque con ese halo de inocencia, no había bañador que pudiera palidecerla.

Al pasar por su lado, después de mirar a los lados para ver que no había nadie más, me revolvía para ponerme justo detrás de ella, y me pegué cuanto pude, para que pudiera sentir mi polla en su culo, pero entonces la reacción que tuvo me defraudó completamente.

- Pedrito no hagas eso, lo de ayer ya pasó

Aunque lo dijo con tono serio, no podía evitar un tono en la voz de poca convicción, y después con un tono preocupado…

- Pedrito, se me olvidaba, después mamá quiere hablar con los dos, cuando se marche papá de viaje, para hablarnos sobre lo de ayer.

- ¡¡Pero estas loca!! ¡¿Qué le has contado?! ¿Se puede saber que has hecho?

- Lo siento nene, tenía que hacerlo, porque sabía que hoy pasaría lo que acabas de hacerme y tenemos que ver qué hacer con esto…, seguro que mamá puede solucionarlo.

- Pero si ayer estabas deseosa de que te follara, prácticamente me invitaste a ello, ¿A qué viene esto ahora?

- Pues a eso mismo, no comprendo cómo llegué a ese estado de shock, deseaba como una loca que me follaras, menos mal que no te sentiste capaz, y bueno, mamá seguro que nos sabe ayudar.

Aun estando enfadado, solo un poco porque como ya digo es imposible enfadarse con una persona tan angelical como mi hermana, escuchar lo que me acababa de decir, me puso como un tren, y mientras me sentía como un estúpido, por no habérmela follado, le dije mientras me señalaba a mi polla completamente erecta…

- No se qué pasará después con mamá, pero si te puedo decir una cosa, no pienses que estoy loco por ti, ¿Ves como me has puesto la polla solo con decirme que deseas que te folle? Esta sí lo está… ¡joder…! Después nos vemos entonces, adiós.

Tras irse mi padre, vi como mi hermana entraba en el cuarto de mi madre, supuse que la reunión se iba a producir…, estaba aterrorizado por lo que diría mi madre, así que esperé abajo hasta que me llamaran.

- Mamá ya estoy aquí, y ya le he dicho a Pedrito que teníamos que hablar, y para colmo, ya volvemos a las andadas, y por eso necesito tanto que nos des consejo sobre todo esto. Esta mañana mi hermano se ha puesto como una moto conmigo de nuevo, diciéndome que está deseoso de follarme, y lo peor es que le hubiera dejado allí mismo que me follara… estoy más salida que él y me preocupa. ¡¡Es urgente hablarlo!!

- Mi niña, no te preocupes que para eso vamos a reunirnos aquí y ahora, y deja de decirme esas cosas de las ganas que tiene Pedrito de follarte…, que no tengo tantas bragas de repuestos ¡Jajaja!

- ¡¡Mamá…! Voy a llamar a Pedrito que está expectante ahí abajo.

Allí estaba yo esperando, cuando mi hermana salió y me llamó para que subiera. Al entrar en el cuarto vi enfrente de mí una pesadilla… allí mismo iba mi madre a armarme una bronca por lo que había pasado, y yo lo único que podía mirar, es que mi madre estaba allí en mallas. Era una malla muy ajustada de los que a ella le gustaba lucir en casa desenfadada, y que hacían sobresaltar su cuerpo aún más que un bañador normal…, enorme y abultado coño es un espectáculo, y con algunas prendas que son muy finas, se marcan los labios vaginales sobresalientes.

Mi madre me señaló que me sentara y así hice.

- Supongo que tu hermana ya te ha dicho que me ha contado lo que pasó ayer.

- Sí mamá, pero no fui yo solo, yo no la forcé a nada, los dos queríamos, y sé que fue una cosa que nunca tuvo que pasar y que no pasará mas.

- Eso no es lo que me ha dicho tu hermana, según ella, esta misma mañana has estado intentando llevártela al huerto.

- ¡Sonia!, ¿Por qué has contado también lo de hoy…?

En ese momento vi, que o bien era sincero, o aún me encontraría en un problema mayor, contando mentiras sobre mentiras.

- Mira mama, te seré sincero, desde siempre mi hermana me pone mucho, ¡no hay más que verla y como se contornea delante de mí! Yo creo que lo hace adrede pero no la culpo. Ayer, bueno, una cosa nos llevó a la otra y ocurrió lo que ocurrió. Hoy por la mañana como creía que a mi hermana le había gustado, pensé en proponerle repetirlo o algo más… pero después de ver que ella realmente no quiere, y que vuelve a ser la borde de siempre, no seguiré insistiendo nunca más.

- Pedrito, no es que ella no quiera, es más, a ella si le gustó y mucho, pero es que te ve muy lanzado, y yo ya le he dicho que el coito entre vosotros es un punto y aparte, para eso tenéis a vuestras parejas… para hincharos a follar.

Tras decirme esto mi madre, me quedé embobado y mi polla dijo aquí estoy yo, no sabía cómo cubrirla, así que cambié de posición, joder mi madre no solo me estaba diciendo que a mi hermana le gustó y mucho, si no que bueno… ella solo le da importancia al coito por la cuestión de poder dejarla preñada si me corría dentro de ella, así que no veía mal lo que pasó ayer.

- Sí, ya veo que te has quedado embobado por lo que has oído, después de pensar en lo que he dicho. Como ya he hablado con tu hermana, no creo que lo que pasó ayer fuera tan grave, incluso aunque le chuparas el coño o si te corriste en su boca con la mamada que te hizo, con eso no se va a quedar preñada, pero el coito es un punto y aparte aunque se haga con condón, porque cualquier día os puede apetecer follar a pelo y eso puede tener consecuencias de por vida…. En esta casa, engendrar un bebé es una cuestión familiar grave ¿Lo entiendes, verdad?

Esto ya era impensable, ¡¿se había vuelto el mundo loco?! Hace unos días éramos una familia normal, yo diría incluso más normal que la mayoría, y de pronto masturbé a mi hermana y casi me la follo, para llegar a hoy, y mi madre me habla de esta manera que nunca le había oído hablar sobre follar y engendrar un hijo con mi hermana.

- Perdona si te hablo de esta manera, pero es única forma de que queden las cosas claras sin rodeos, ya tienes edad para entenderlo.

- O sea, ¡¿Que mientras que no tengamos penetración coital, ves bien que mi hermana y yo nos masturbemos?! Ya sé que la correrme dentro de un coño puede provocar embarazos, y que por eso, como bien dices es un punto y aparte.

- Bueno no es solo eso, no es solo por dejarla preñada de ti, es mas… bueno le dijiste a tu hermana que a veces te masturbas pensando en que me follas ¿Eso es verdad…?

- ¡Pero mama! ¡Qué estás hablando! ¡Joder soy tu hijo!

- Como ya te he dicho, ¿Cuál es el sentido de hablar dando rodeos cuando hablando claro se dicen las cosas mejor? Serás mi hijo, pero le dijiste a tu hermana que a veces piensas en penetrarme, o mejor decir… follarme ¿Verdad…?

Esta situación era caótica, no sabía qué hacer o que decir, pero mi hermana se había encargado de contar todo en aquella encerrona, así que no tenía otra elección....

- Sí mamá, como le dije a mi hermana no soy de piedra, y el veros a las dos andar con ropa tan informal y ligera por la casa, me pone muy excitado, y si bien eres mi madre, no eres una madre normal, me tuviste muy joven y estás cañón, para decirlo de forma directa como tú dices… comprende que soy un chico adolescente de poco más de dieciocho años, más salido que el rabo de una satén y vosotras en bragas por casa, la puerta del aseo entreabierta o de las habitaciones… joder no tenéis pudor y yo ando suelto por los pasillos.

Es este momento que dije esto, noté como mi madre intento mantener la compostura, aunque se le notó en la cara, no sé cómo definirlo, pero no era excitación pero algo parecido, ya digo que no sé cómo definirlo.

- Pues aquí quería yo llegar…, yo tomo pastillas anticonceptivas, por lo que no me podrías dejar preñada, pero aun así no dejaría que me follaras, no sé explicarlo mejor, pero follar es el paso siguiente, uno más a la simple masturbación, y es una línea roja que no debemos pasar en esta casa.

En este momento, no pude aguantar más, la polla me dolía de lo doblada que la tenía, y tuve que ponerme derecho, con lo que el bulto en mi pantalón se vio claro, y observé como mi madre se quedó mirándola seria, y como mi hermana se daba cuenta con una pequeña sonrisa. Lo siguiente que dije no lo habría dicho nunca, pero viendo que mi madre no se andaba por las ramas, pensé en porqué no hablar directo yo también, y si se enfadaba simplemente con pedir perdón bastaría. Pensé que podía hablar así viendo como ella estaba hablando.

- O sea, que si es el follar lo único que ves un paso más allá, ¿Tú verías bien que nos masturbáramos mutuamente tú y yo como ayer hice con mi hermana?

De pronto fue como si hubiera estallado una bomba allí en el cuarto pero silenciosa, todo el mundo perplejo, incluso yo mismo, pero todo en silencio durante unos segundos eternos, como petrificados en el tiempo…la tensión se podía cortar en el aire.

-¡¿Pedrito pero que estás diciendo?! ¡¿Sabes lo que acabas de decir?!

- Déjalo Sonia, al igual que yo está usando un lenguaje como diría… "directo". Mira te responderé claro Pedrito…, Sí, te digo que No me importaría que nos masturbáramos juntos. Al fin y al cabo todos en esta familia lo hacemos.

- ¡¿Pero qué dices mamá?! ¡¿Te está volviendo loca, o qué…?!

- Lo que has oído, no veo mal que tú y tu hermano os masturbéis, incluso yo incluida, pero nada de penetración… la polla de Pedrito, no debe probar ninguno de nuestros coños.

El ambiente estaba tenso, pero no tenso en el mal sentido, nadie de allí sabíamos bien que podía pasar, yo estaba muy excitado, y viendo que nadie se lanzaba, y lo "directo" que aquí se estaba hablando, simplemente me lancé, después de la conversación que habíamos tenido, solo podía pasar que mi madre dijera que no y nada más.

- ¿Mamá, puedo masturbaros ahora a ti y a mi hermana juntas? Creo que en esta habitación hay demasiada tensión sexual que se debe liberar…

Mi madre igual de directa no se lo pensó dos veces.

- Por mi sí, es más si te sigo siendo sincera, tengo las bragas empapadas jajaja, desde hace un buen rato… ¿tú qué dices Sonia?

- ¡Joder mamá!, esto que está pasando es inverosímil, pero bueno claro que me uno, no voy a quedar como la estrecha del trío.

Yo estaba extasiado, de pensar en recibir una reprimenda, de pronto iba a poder masturbar y que me masturbaran, mi madre y mi hermana, lo único malo de todo esto era que no iba a poder follarlas, y por lo que se veía nunca lo haría, pero con esto me bastaba. Me quite el pantalón y quedó al aire mi polla totalmente erecta con sus flamantes 19 centímetros de buen grosor, rígida con una inclinación de más de sesenta grados sobre la horizontal. De pronto vi como mi madre se mojaba el labio superior con la lengua, pero no queriéndolo, si no por inercia al ver mi polla.

- ¡¿Quieres que hoy me deje el bañador puesto como ayer o me lo quito?!

Joder eso sonó a gloria, allí estaba mi hermana diciéndome como quería se pusiera ella para masturbarnos, ¡¡Lo que estaba pasando no me lo podía creer!!

- Soni, quítate hoy el bañador, y tú mamá si puedes, quítate solo el top para ver tus tetas, pero dejate las bragas puestas, soy un poco fetichista ¡jajajaja!

No podía creer lo que estaba pasando yo diciéndole a mi madre como se tenía que ponerse para complacerme sexualmente. Primero empezó mi madre a quitarse el top, la figura que tenía sin ser lo esbelta que mi hermanita, no estaba lejos. De pronto vi como mi madre se quitó el top ceñido dejando completamente sus tetas al aire. Tras ver las tetas a mi madre, no era verlos como quien los ve por accidente, era verlos allí en frente de mí para mi disfrute, porque se lo había pedido a mi madre, empece a mover mi mano por mi polla, que comenzó haciendo el típico ruido acuoso tan sensual, debido al fluido que se prepara en el glande, previo a la posible perforación vaginal.

- Mirad como me tenéis. Mis hembras, aquí está vuestro macho para lo que queráis.

- Vaya polla que se gasta mi niño… hacía mucho que no te la veía, y mucho menos en este estado de erección ¡La tiene muy dura y empinada! ¿Verdad?

Conforme decía estas palabras, mi hermana le daba la razón con una sonrisa pícara. Me daba cuenta que ya no había vuelta atrás, yo había adquirido la posición de macho en la habitación y mi madre y hermana, sabían que si ahora se quisieran echar para atrás, les iba a costar deshacerse de mí. Sonia empezó a quitarse el bañador, lo cual iba a ser una experiencia nueva para mi, ya que aun no la había visto completamente desnuda. Tras quitarse el bañador completamente, qué puedo decir, lo mas cercano que puedo encontrar para definirla, son esas lefas maravillosas que nos pintan en los cuentos, su figura era estilizada, tenia un culo perfecto, unas tetas maravillosas, y esa melena platino a media espalda que la hacía parecer mas exótica.

No paré de mirar su cuerpo mientras me masturbaba con una mano, y después miré a su cara, que miraba fijamente con esos ojazos directos a mi polla, y con sus labios carnosos abiertos tratando de ventilar sus pulmones de la excitación. De pronto mi madre se levantó hacia su mesita de noche y sacó un vibrador que tenía allí, lo cual me llamó la atención muchísimo, solo de pensar en que mi madre se lo metería en su vagina, me puso cardíaco perdido.

- Pedrito no te preocupes, por el vibrador, sé que nos complacerás a las dos, pero siempre es bueno tener aquí algún juguete que otro para complementar ¡jajaja! Últimamente lo utilizo demasiado con tu padre despreocupado por mí. Mi madre le paso el vibrador a mi hermana mientras le decía… - Toma, no sé si alguna vez has usado uno, empieza tú con el.

Mientras mi madre decía esto, se recostó de espalda sobre la cama, y empezó a mirarme con una mirada picarona. No hizo falta que me sugestionaran más, por lo que me fui directo a la cama. Mientras me puse entre las piernas de mi madre con la intención de comerle el coño, mi hermana se recostó al lado de mi madre mientras inspeccionaba el vibrador y probaba las distintas velocidades de vibración, en su clítoris.

- Mamita, te voy a chupar el coño, si no te importa… ¡Se te ve muy rico!

Aunque todos sabíamos qué estaba ocurriendo allí, no podía más que sonar extraño, y muy excitante para todos lo que acababa de decir y eso se dejó ver, mi hermana empezó a frotarse el clítoris como lo había hecho la última vez, solo que esta vez lo podía ver todo más diáfano, al no tener bañador. Mi madre reaccionó también.

- Joder sí mi niño, chúpame el coño… frota mi clítoris con tu lengua.

Se sacó el glande clitoriano remangando el capuchón con sus dedos y al momento empecé a acercar mi lengua al coño de mi madre, separó más sus labios vaginales e introduje en el interior la misma lengua sin usar las manos, hasta que llegué a su clítoris.

- ¡¡Uuuahhhhh, eso eeesss!!

Mientras esto ocurría, de pronto empecé a escuchar un zumbido a mi lado, era el vibrador, aunque estaba muy atareado con mi madre, no pude más que quedarme absorto en mi hermana, el vibrador era grande, mas o menos como mi polla, y aunque le metí varios dedos en el coño a mi hermana, esto no era lo mismo. Sonia se iba a meter prácticamente una polla en su vagina. Poco a poco acercó el vibrador a la entrada de su coño, y empezó a meterse la punta que tenía forma de cabeza de polla de verdad siendo mas ancha que el resto. No era un falo simulado, sino una recreación real de una polla cabezona y surcada de venas con un par de grandes huevos.

- ¡Ohhh, mama la cabezaaag es muy grandee uhhh!

- No te preocupes, aunqueee ¡Mmmm! aunque ¡Ahhh! no estuvieras mojadaaa, podrías meterlaaa, auque seas de conducto estrecho como yo… con lo lubricaaada ¡Ahhhh ahhhhh! que estás en cuanto tengas la ¡Mmmm! …la cabeza metidaaa, podrás clavarla facilmeeeente, hasaata los huevones que tieeene.

Yo no podía creerme todo esto, mi hermana y mi madre estaban allí hablando con claros gestos de placer tanto en su rostro como en sus voces, y encima conmigo allí chupándole el coño a mi madre como un perro, y con mi hermana sabiendo que mas tarde o mas temprano, yo estaría en el suyo también y seguro que esto, aun le ponía mas cachonda. Mientras, mi hermana lograba meter la cabeza del vibrador dentro de su ceñida raja, y empezó a meter y sacar centímetro a centímetro el vibrador, cada vez un poco mas hondo cuando lo metía. Todo esto me estaba poniendo a mil, con yo allí chupándole el clítoris a mi madre, y metiendo la lengua rígida en su conducto de manera alternativa recorriendo el interior ardiente de su coño, mientras veía a mi hermana meterse un consolador por el coño. Sonia, estaba ya totalmente absorta y excitada, no solo por lo que ella misma estaba haciendo, si no por ver todo lo que ocurría entre mi madre y yo… ver allí a su hermano, con la boca en el coño de su madre mientras la masturbaba, debía de ser para ella también súper excitante.

Conforme mi hermana se iba excitando mas, se escucho como cambiaba la intensidad del zumbido, porque cambió la vibración a mas velocidad.

Tanto yo como mi madre, aun estando en lo nuestro, no podíamos más que excitarnos más y más, de ver a mi hermana allí masturbarse con un consolador. Como ya digo mi hermana era angelical, quién se lo iba a imaginar, y mi madre aunque tenía mucha confianza con ella, no podía ni imaginarse a mi hermana haciendo lo que estaba haciendo. El zumbido subió de nuevo.

- ¡Ahh sientooo uff como el vibradooor, llegaaa aaahhh al fondooo de mi vaginaa!, siempre habiaa usado ahhh ufffff habiaaaa usado mis dedoooss ahhhh nunncaaaa habiaaaahhhh llegaadoooo ahhh nada tan profundoooo.

- ¡¿pero como tienen las pollas tus novios…?

- Muy cortas ¡Ummm! Todos no llegan a la mitaaad de Peeedritooo.

Yo estaba muy a gusto con mi madre, más oyendo a mi hermana alabando mi buena tranca… no me lo podía imaginar, pero ver a esa ninfa retorcerse a mi lado, hacía que desviara mi vista mucho hacia ella y mi madre se dio cuenta.

- Soni, dame el vibrador para mí, y deja que tu hermano te coma el coño, lo veo muy atento a su chocho….

Mi madre me leyó el pensamiento, aunque estaba disfrutando como un loco del coño de mi madre, mi ninfa me estaba llamando. Aunque mi hermana estaba disfrutando con el vibrador, el pensar en su propio hermano chupándole el coño de nuevo, hizo que no se lo pensara. Me puse entre las piernas de mi hermana y allí mientras mi hermanita me miraba con sus perlas verdes directamente a los ojos, se empezó a sacar el vibrador, hasta que al final hizo un pequeño sonido de "chop". Le dio el vibrador a mi madre, y sin quitarme sus ojos de los míos, se mordió el labio inferior, como pidiéndome por favor que empezara. Me encantaba como mi hermana me miraba, sabía que cada mirada tenía la intención de ponerme a tono.

Conforme puse la boca en el coño de mi hermana, empezó a decir cosas de forma entrecortada sin parar. Se le veía aún mas excitada que ayer, todo lo que pasaba en el cuarto mas el vibrador ayudaba a ello.

- ¡Ahhhhhh asiiii, mi niñooooo, mi hombreeee mmmm chupame el coño mi machooo! Necesssito que me corraasss con tu boca… ¡Estoy muuuy salidaaa! ¡Meteme la lengua en el coñooo! ¡¡Joder fóllameloooooo con la lenguaa!

Mi madre que ya tenía el vibrador hasta el fondo, ya que le fue muy facil, al estar tan mojada después de mi lamida, al escuchar a mi hermana, tuvo un golpe de excitación muy fuerte, al ver que mi hermana estaba totalmente desesperada por que me la comiera. Mi madre puso la vibración máxima desde el principio, estaba muy cachonda y necesitada de sexo… creo que los tres lo estábamos.

- ¡Uumm ahhhh ummm chupalee biennnn ¿Sabe ¡ahhhhh! sabe bieeen ummm su coñooo? ¡Meee encantaaa ver a mis hijos ¡Ummm! Tendiendo sexoooo! ¡Me estaaais poniendo candondaaaa perdidaa, hijos mioooos!

- ¡Síiiii! Mmm, respondí como un animal en celo a la vez que volvía a comerle el coño a mi hermana.

El sabor era muy parecido, tal vez menos fuerte el Sonia, tal vez algo más salado el mi madre, posiblemente por la meada que se dio antes de entrar en el cuarto. Tenía la polla a reventar, no solo por mi hermana, con sus gemidos y sus movimientos si no por mi madre también que joder, me estaba instando a chuparle el coño a mi hermana, yo estaba muy fuera de mí.

- ¡Chupameeee chuu chuupameeee ahhhhh siiiiiihhhh ahhhhhhhhhh mii machoooo ahhh mii machooo, coooomete todo miiii coñooooo, joderrrr!

Todos estábamos allí excitadísimos, todos a cien por cien, lo siguiente que hice fue poner mis dedos en la boca de mi madre para que me los mojara y metérselos a mi hermana por el coño.

- Mamá chupame los dedos

- ¡Mmmmm! ¡Saaaben a coñoooo joven y muy duuuulce!

Mi madre tenía la boca igual de caliente que ayer mi hermana, todas nuestras temperaturas corporales estaban por encima de lo normal. En cuanto tube mis dedos empapados, los lleve a la entrada vaginal de mi hermana.

- ¡Esooo esss ufffff siiii uffff esooooo ahhhh! ¡Fooollamenlo con tusss deeedos!

No puedo dejar de recalcar, como de excitante era la situación, allí estaba mi hermanita de alma, mi hermana de siempre… ¿Quién me iba a decir que le iba a estar chupando el coño, mientras la follaba con mis dedos, solo do días atrás? Y para colmo como ya digo, si ya solo por eso era ya increíble, encima teniendo la belleza angelical que tenía, y verla revolverse allí de placer sin poder parar de gemir y hablando entrecortada por la falta de aire, y todo ello provocado por la excitación que le estaba produciendo su hermano…, y después por añadidura mi madre, allí gimiendo igualmente mientras se metía un vibrador hasta el fondo del coño sin parar, rebosante de flujo vaginal igualmente provocado por su hijo.

El ambiente que se respiraba en la habitación, era de sexo total, todos sudando, gimiendo, faltando el aire para respirar y el olor a sus coños era apabullante también. Yo me encontraba como en un sueño hipnótico sabiendo que estaba allí, pero a la vez en una nube, oliendo la mezcla de fragancias que mi madre y hermana se suelen poner, con el olor a su flujos vaginales que se respiraba, y siendo todo esto entre hermanos y madre aun lo hacía más apasionante.

Si todo el ambiente estaba ya suficientemente cargado, lo siguiente que ocurrió aun lo puso mas tenso, siempre desde el punto de vista positivo por supuesto. Mientras yo seguía chupándole el coño a mi hermana, mi madre empezó a mover con mas fuerza el vibrador dentro del suyo, a la vez que empezó a gritar entre gemidos y sollozos.

- ¡Eso esss ufff siii ufff ahhhhh follame follaaa follaaaame mass fuerteee Pedritooo, esooo ahhhh metemeee tu pollaaa hasta el fondooooo ¡Aaaahhh assiiiii! ¡Jodeeerrr tu maadre está con muchas ganas de pooolla dura!

Aun cuando lo que estábamos oyendo nos impactó a mi hermana y a mí, después de habernos dicho que nada de coitos, tampoco nos afectó tanto, ya que estábamos muy cachondos todos, nadie podía parar en este momento, aunque se declarara un fuego.

- ¡Asiiii ahhhh penetraaaaamee ahhhhh metemelaaa, asiii esooo eeesss mmmmmm uffff ahhh! ¡Me gussta que me follennn duro! Quiero sentirrr tus huevos goleandomeee!

- Mi hermanitoo uf Pedritooo aahhhh ahh ahhhh uuahhh  mi coñoooo uahhh ahhh mi coñooo ya estaaa preparadoo de sobraaaaa para que me folleeeessss siiii follammeeeeelo… Meteemmme tu vergaaaa joderrrr ssiiii!

- ¡Uuffff ahhhh!! Eso noooo Soni, cariñoooo ahhh mantenlooo en la imaginaciooonnnn solo en tu cabezaaaa

- Looo sientoo ahhhh aaa lo sientoooo mamaaaa pero me da igual loo mmmm uufff lo quee me dijisteee, necesitooo que mi machoooo ahhhh me mmmm meee folleeee, necesitoo uff ummm sentirr su pollaaa en el fffffondo de mi coñoooo ahhh ahhh ahhh ahhh. Su bocaaa no es suficieennnte para aliviarmeee

Escuchar decir esto a Sonia, fue como escuchar las campanas del cielo, no había nada en el mundo que pudiera querer mas en estos momentos. Conforme escuché a mi ninfa, dejé de masturbarla, y empecé sin dudar a hacer los preparativos para follarme a mi hermana. Me coloqué sobre las tetas de mi hermana para que pudiera ponerme un poco húmeda la polla con su boca, aunque la veda con la excitación que teníamos, no hacía falta humedecerla mas. Mi madre sin poder hacer nada para parar sus gemidos y su habla entrecortada debido a su excitación, la cual, aun pensando que estaba mal lo que mi hermana quería, le excitaba sobremanera, empezó a hablarme.

- Pedritoooo uffff, neneee uffff espeeraaa ahh espeeraaa

Yo ni siquiera miré a mi madre, simplemente la ignoraba, pero no porque conscientemente lo hiciera, si no porque en mi mente lo único que tenía que hacer en este momento era complacer a mi hermana y a mí…deseaba reventarla a pollazos.

Mi hermana sabía lo que yo buscaba al ponerme sobre sus tetas, sin sentarme claro está, y en el momento que lo hice, saco su lengua todo lo que pudo, para poder meterse mi polla hasta su garganta. Primero empecé a metérsela poco a poco, mientras notaba como su lengua jugueteaba con mi glande, yo estaba a mil por hora, pero esta vez no podía defraudar a mi diosa de nuevo, así que sabía que no tenía que estar en su boca por mucho tiempo, quería follarla lo máximo posible…, a esto ayudó que dos días ademas de correrme en la boca de mi hermana, me había hecho cinco pajas pensando en su boca…, así que hoy no tenía las urgencias que otros dais.

Mi hermana seguía jugueteando con mi glande y entonces sin decir una palabra, empecé a agarrarle desde atrás la cabeza por su impresionante cabellera y supo en ese momento lo que tenia que hacer, saco su lengua todo lo que pudo para que no entorpeciera la penetración de mi polla en su garganta, y en ese momento empecé a presionar mi polla todo lo que pude dentro de su boca, lo hice poco a poco, para al final dar un empujón fuerte, con lo que mi glande se entroncó completamente dentro de su garganta. Sonia, inmediatamente empezó a carraspear, se la empecé a sacar de su garganta, sintiendo como el glande iba cediendo las paredes de su garganta en la entrada, hasta que mi polla estuvo completamente dentro, totalmente empapada de saliva y cuando digo totalmente es totalmente metida hasta la raíz, es lo bueno de empujar la polla dentro de la garganta profunda.

- ¡Aahhhh ahhhhh mmmm slurppp ahhh ahhhh!

Mi hermana respiraba muy entrecortadamente por la nariz, ya que el glande cuando esta hasta el fondo tapa toda la entrada de aire por la garganta, pero aun así, no pasaron más de cinco segundos para sacarla. Sonia tenía de nuevo la lengua sacada lo mas que podía, y otra vez empecé a meterle la polla hasta su garganta, como la vez anterior poco a poco, cogiéndole desde su cabellera y empujarle fuerte hasta sentir mi glande encajar dentro de su garganta. Allí se notaba una humedad grandísima en la cabeza de mi polla, yo estaba muy excitado, así que empujé aun un poco más, tratándola como a una puta callejera, volvió a garraspear… le saqué la polla de nuevo poco a poco, hasta que sentí que la punta me salía de su garganta, y la dejé un poco dentro de su boca, para que mi hermana expandiera con su lengua por mi verga, la cantidad ingente de saliva que tenía en ella.

Finalmente saqué la polla por completo, y le miré directamente a los ojos, allí tenía esa preciosidad delante mía, aun respirando medio asfixiada, los ojos vidriosos como llorando de la tragada, viendo como sus tetas se contoneaban con la respiración, ella me miró directamente a los ojos también, y aunque como ya he dicho muchas veces su cara era angelical, la mirada que tenía en estos momentos, era la primera vez que la veía. Sus ojos verdosos estaban clavados a los míos, sus labios abiertos, dejaban ver como tenía la dentadura totalmente cerrada, se notaba como estaba apretando sus dientes para mantenerlos cerrados, como intentando contener su ardor, que era tal que podía llamarse rabia, su mirada en estos momentos aunque preciosa, había pasado de angelical a una de total lujuria fuera de control, la misma mirada de una perra en celo.

Allí la tenía mirándome, sabiendo que lo que venía ahora era lo que habíamos estado esperando tanto tiempo.

Mi madre, aunque había dejado de usar el consolador, aun respiraba muy agitada, y más viendo lo que estaba ocurriendo a su lado. Allí estaban sus hijos, realmente preparándose para follarse mutuamente, la escena que acababa de ver le había dejado conmocionada y a la vez totalmente avivada como nunca soñó. Lo que tenía al lado era un macho y una hembra, que acababan de dar el último paso para la penetración coital, para acoplar sus sexos hasta acabar con la inseminación.

La situación se le había ido de las manos a mi madre y a todos, y sabía que ya no podía hacer nada, por mucho que hiciera o dijera sus hijos iban a follarse, incluso aunque en este momento entrara su padre en la habitación no lo podría impedir.

Mi madre inmediatamente pensó en una última "solución".

- Miradme por favor, miradme, habéis ganado, ha llegado la hora de follar, estoy de acuerdo, pero por favor Sonia deja que tu hermano me folle a mi primero, como tú, necesito sentir su polla también, deja que me haga correrme y después que te folle a ti hasta que te corras todas las veces que puedas mientras tu hermano aguante.

Mi madre pensaba que después de lo que paso ayer, podría hacerme correr, antes de correrse ella, con lo que quizás podría evitar que me follara a mi hermana, pero por si acaso tomo una última precaución.

- Mirad, yo tomo la píldora anticonceptiva, así que no tengo problemas, te puedes correr dentro de mí… pero cuando me corra y te toque follar con él, tenéis que parar un momento para que Pedrito se ponga un condón, ¿De acuerdo?

- Joder mamá, como eres… Voy a concederte tu primer deseo. Estoy de acuerdo que te folle a ti antes, pero quiero que mi hermano me folle a pelo. ¡Joder, quiero sentir su polla dentro carne con carne en el fondo de mi vagina! Quiero sentir su calor carne con carne y quiero sentir como sus chorros de lefa golpean el fondo de mi útero, quiero sentir como consigo que mi macho no aguante mas y se tenga que correr dentro de mí y me rellene de leche como se rellena a una oliva de anchoa.

- ¡Pero que estas hablando, te puede dejar preñada… aunque se corra antes conmigo! ¡¡No sabes lo que dices!! Si te preña no me lo voy a perdonar…

- Sí me deja preñada hoy, me da lo mismo, realmente necesito sentir a mi hermano como me folla a pelo, realmente lo necesito, si no me muero. En último caso, mañana mismo me tomo la píldora del día después.

- ¡¡Pero…!

- Lo tomas o lo dejas, si no estas de acuerdo me follo a mi hermano inmediatamente. Demasiado que dejo que te folle primero y haga su primera descarga en tu coño… porque el mío está que hecha chispas de caliente.

Mi madre estaba un poco perpleja, de como su hija, su inocente hija le estaba hablando, pero lo que tenía enfrente más que su hija, era una hembra completamente en celo, así que asintió, medio preocupada, pero eso si, completamente sobreexcitada de ver como su hija se estaba enfrentando a ella por un macho y más siendo éste su propio hermano.

 


 

Yo por mi parte después de escuchar todo esto, ya me daba igual lo que dijera mi madre, incluso si mi hermana decidiera que me pusiera condón, le presionaría para follarla a pelo. Sonia se había convertido en mi hembra, en mi ninfa, sí, era mi hermana, pero me había embrujado completamente.

- Mama échate boca arriba en el centro de la cama, y Soni mi niña ponte de espaldas al encima de mamá, asi mientras me la follo, te puedo seguir masturbando frotándote con mi boca tu coño.

Al poco allí estaban mi madre y mi hermana en la cama, tal y como les había dicho, por dios, la escena era increíble, quién me lo iba a decir cuatro días atrás, pero allí estaba mi madre aún con la braguita puesta, con las piernas abiertas para permitir a su hijo follársela, y encima a mi preciosa hermana, con su negra reluciente cabellera de cuclillas sobre las tetas y barriga de mi madre, también con las piernas abiertas para permitir a su hermano entrar en su sexo. De esta manera, Sonia puso el coño justo encima del de mi madre.

Las dos me miraban fijamente mientras me acercaba a ellas.

- Esto es el paraíso, no hay nada que pueda desear mas, primero follarme a mi madre hasta hacerla que se corra, y después con mi polla bien lubricada por sus flujos vaginales, follarme a mi hermana hasta la extenuación.

Mis hembras estaban allí, habiendo escuchado todo lo que les dije, pero sin hacer una mueca o sonrisa, ellas solo querían que su macho les diera lo que tanto necesitaban.

Me acerqué poco a poco, y me eché encima de mi hermana, joder era tan excitante, le había hecho ya de todo, pero esto ya eran palabras mayores, esto ya eran los preliminares de follármela y encima con la sobreexitación de follármela a pelo sin ningún tipo de protección y sabiendo que además de mí mismo, ella lo deseaba también.

Me coloqué encima de mi hermana, la cual como ya he dicho, estaba boca arriba semi tumbada encima de mi madre que también estaba boca arriba en la cama, con esta postura, si quisiera, podría pasar mi polla desde el coño de mi madre al de mi hermana y al revés sin hacer ningún esfuerzo y ellas lo sabían, y allí estaban ofreciéndome sus coños, preparadas para que les hiciera lo que quisiera. En el momento que me puse encima de mi hermana, mi polla rozó un poco sus labios vaginales, lo cual hizo que ella empujara instintivamente sus caderas contra mí, aunque mi polla solo abrió un poquito sus labios vaginales, y a lo largo, o sea que no llegué ni siquiera a su bocana, fue lo suficiente como para notar como una gota de sus flujos caía desde la mitad de mi polla hasta los huevos.

- ¡Ummmmm!

En ese momento me eché un poco para abajo para alcanzar el coño de mi madre, dejando mi barriga a la altura del ombligo, rozando con el coño de mi hermana, mientras que mi polla podía notar ya los labios vaginales de mi madre a través de sus bragas.

Yo tenía el presentimiento de que mi madre iba a hacer todo lo que pudiera para no correrse antes que yo, aunque después de toda la excitación que tenía ella, yo sabía que no lo iba a conseguir.

- ¡¡Mamá prepárate que tu hijo está a punto de follarte!

Cogí el elástico de las bragas y de un tirón se las quité, dejando así al aire el coño de mi madre. Con una mano forzaba mi erecta verga a buscar el ángulo correcto de penetración y con la otra separaba sus labios vaginales… empecé a acercar mi polla a su entrada vaginal. Mire la cara de mi madre que estaba justo debajo de la de mi hermana, a su derecha, y vi como unía sus labios fuertemente para después sacar la lengua y mojarlos, en ese momento empecé a empujar a ciegas intentando dar con la entrada vaginal, mientras miraba a mi madre fijamente. No costó mucho y al momento sentí como la cabeza de mi polla encontraba la entrada de la vagina de mi madre.

- ¡¡Mmmmm ahhhh mmmmm!!

Poco a poco empece a meter la polla dentro de mi madre, hasta que sentí como la cabeza de mi polla entraba completamente dentro de ella.

- ¡¡Mmmm ahhhhh ahhhhh!!

Mi madre se ve que aunque gimiendo porque no lo podía resistir, intentaba no excitarse mucho, y por eso creo que tenía sus ojos cerrados para no mirar a la cara de su hijo mientras éste le penetraba y así evitar excitarse aún mas. Tras tener mi glande dentro de la vagina de mi madre, empece a sentir lo mojada que estaba, pero lo deje allí, sin seguir presionando para adentro, y ver cuanto tiempo podía aguantar mi madre así.

- ¡Aahhhh aahhhhhh!

Al cabo de menos de medio minuto, mi madre no podía más, y empezó a empujar un poco hacia mi polla, y como estaba tan mojada, esto hizo que como un cuarto de mi polla a parte del glande estuviera dentro de su coño, entonces en ese momento, empujé un poco para atrás sacando la polla de nuevo hasta tener solo el glande dentro, y después empujé pero esta vez para adentro para dejar mi polla de nuevo alrededor de la mitad dentro de la vagina de mi madre.

- ¡¡Ufffff ugggggg!!

Esto ya fue demasiado para ella, el movimiento fuera y dentro típico del acto sexual, hizo que no pudiera controlar su cuerpo, y que presionara de nuevo hacia mí una y otra vez, hasta que tuve mi polla completamente dentro de ella. Sabía que estaba muy excitada y que se iba a correr antes que yo, así que ya se dejó ir, para intentar disfrutar al máximo. Mi madre al oírme gemir, empezó a abrir por fin sus preciosos ojos azules para mirarme fijamente, allí estábamos los dos mirándonos fijamente, madre e hijo, mientras nos follábamos mutuamente. Mi madre sabía que entraría en estado salvaje y sin control dentro de poco.

- ¡Ahhhh jooderrr ahhhh quee biienn uhhhh! ¡Cómo me gusta tu coño mamá!

- ¡Ahhhhh uffff ahhhh ufffff ahhhh uffuf!

Tras esta primera embestida, empecé a sacar y meter la polla al completo dentro y fuera de mi madre, sintiendo en cada embestida como sus paredes vaginales se agarraban a mi polla. Sentía expandir sus carnes llenas de pliegues que me frotaban el sensible glande, haciéndome ver la gloria… cada penetración electrificaba mi cuerpo…. No me podía creer lo que estaba pasando, me hallaba en una nube, hipnotizado con la dos mujeres de mis sueños ofrecidas a mis deseos más lujuriosos.

Cuando ya había encontrado la sintonía con mi madre, y empujábamos cada uno hacia el otro en el momento adecuado, empecé a meter mis manos entre la espalda de mi hermana y las tetas de mi madre, los cuales empecé a apretujar con fuerza mientras seguía follando a mi madre con mayor dureza en cada empellón.

A todo esto, mi hermana que estaba intentando permanecer quieta para no interferir mientras me follaba a nuestra madre, sintiendo en su espalda, como mis manos estaban manoseando las tetas de mi madre, y que además, notaba como me estaba follando a nuestra madre debajo de ella, no pudo mas, y de forma instintiva, empezó a levantar sus caderas para frotar su coño contra mí, lo que provocó allí un choque de fuerzas, la provocada entre mi madre y yo presionando entre nosotros a la vez, y la provocada por mi hermana desentonando con su ritmo en medio. La verdad es que ésto no perjudicó nada, al revés, el sentir como las fuerzas de la naturaleza se desbocaban, incluso fuera del control humano, cuando se llega al límite de la excitación, hacía que todos nos excitáramos aún mas.

- ¡¡Ahhhhh uhhhhhh  ahhhhh!  AHHHHH!

Mi hermana no podía parar de gemir a la vez que se frotaba su coño conmigo como una posesa…, yo podía sentir como sus labios vaginales subían y bajaban sin parar por mi barriga, dejando en cada trayecto un rastro de flujo vaginal. Esto era demasiado para mí, sin parar de follarme a mi madre manoseándole sus tetas, empecé a besar a tornillo a mi hermana, pasándonos entre nosotros una cantidad ingente de fluidos bucales, como si cada uno quisiera más y más del otro, de vez en cuando parábamos, porque realmente no podíamos seguir besándonos, al asfixiarnos.

- ¡Uuhhhhh mi niñooooo ahhhhhh!

- Pedritooo, ahhhh! empiezaaaa a forllarmee más fuerteee por favor, tu madre neceeee uf uf necesitaaaaa que la folles fueeerteee ahorraaaa mismoooo

- Sii, noo uff tee preocupeees

Conforme empecé a follar con fuerza a mi madre, esta empezó a gemir y resoplar sin parar, en cada embestida que le daba a fondo, emitía un grito, lo que me ponía a mil.

- ¿Te gustaaa, aahh que tu hijo te folle a pelooo? ¡¡Ahh uff ufff!!

- Siii ahhhhhhhh! siiii ufff ahhhh!

- ¡¿Quien es ahh, quien eeeesss tu machooo, yoo o papaaa ahhhh uffff?!

- A partir uf uf ahhhhhhh! deee ahorraaaa tu mii ahhhhhhh! miii hombreee

Todo esto hizo que mi madre estuviera a punto de correrse, y empezó a resoplar aire muy caliente de su boca en el cuello de mi hermana, la cual tras sentirlo, empezó a restregarse aún mas fuerte contra mí. Poco a poco sentí como mi madre empezaba a empujar sus caderas hacia arriba con una fuerza descomunal, incluso lo bastante como para levantarnos a mi hermana y a mí, pronto nuestras embestidas empezaron a desentonase, debido a que mi madre se retorcía sin control. Para cuando mi madre empezó a sentir como le venía el orgasmo, me cogió con sus manos mis nalgas y me empujó hacia ella con muchísima fuerza, para que no pudiera moverme dentro de ella, y sentir toda mi polla dentro de su vagina mientras se corría.

- Mamiita aahhh, te dass cuanta aggg de que a papaa le deebeen estarr ahhh ufff saliendooo los cuernossss een ahhhg ennn esteee momentooo ahhhh ufff

- ¡Ahhhh ufffff queeee ggghhh queee lee jodaannn ahhhh tu padreeee ahhhh, revieeentameeee ahhhhgggg hazmeee explotarr ahhhhh uuuggghhhhh

- Sientooo ahhh uffff tus espasmoossss ahhhh vaginaleeesss uffff uffff alrededor deee ahhh deee mi pollaaaa ufff ufff

- ¡Aahhhhh! ahhhhhhhhh!  ufu fuf uf uf ahhhh! mmmmmm siiiiiii mmm meeee mmmmeeeeee voyyyy a correeerrrrr

- ¡¡Ufff ufff ufff ufff uffff uffff uffff!!

- Uahhhh uahhhhh! UAHHHHH! AHHHHHHHHHHHHHH!

Mi madre empezó a gritar como una posesa, a la vez que se corría, yo creo que los gritos incluso se tendrían que haber podido oír desde fuera de nuestro jardín. Aún tenía mi madre mis nalgas cogidas, presionando mi polla dentro de su vagina, y allí yo podía sentir como sus últimos espasmos incontrolados tenían lugar.

Tras esto, le saqué la polla chorreando del flujo de su coño, y miré fijamente a mi hermana a la vez que ella tenía sus ojos clavados en mí, aun respirando agitadamente, con la excitación del roce de su coño con mi barriga y tras sentir como mi madre se corría debajo de ella. La espera le había hecho ponerse aun más excitada, si aún era posible estarlo mas.

Mi madre se quedó debajo de nosotros dos, manteniendo a mi hermana encima de ella inmóvil, aún extenuada de su corrida y sabiendo que nada en el mundo podría impedir en estos momentos que me follara a mi hermana a pelo y sin ningún tipo de seguridad anticonceptiva…, no había descargado mi leche aún, de manera que todo mi contingente seminal iría directo al útero fértil y desprotegido de mi hermana… y la verdad aunque no le gustaba eso, le hacía sentirse orgullosa de sus hijos, al ver lo desesperados que estábamos mi hermana y yo por follarnos mutuamente… y que realmente éramos dos personas heterosexuales que se deseaban y muy activas. En el fondo a mi madre le gustaban los niños y no le importaba ser abuela tan joven.

Sin dejar de mirar a mi hermana, con sus preciosos ojos verdes mirándome también y su cara aún no recordando para nada su inocencia, si no la mirada salvaje que le vi antes, de una hembra que necesita ser follada, me coloqué más para arriba, para poner mi polla a la altura de su coño, a la vez que ponía mis manos en sus tetas, indicándole que faltaba poco para que la cabalgara. Ya nada nos podría detener, allí tenía a mi hermana rendida a mí, con sus piernas ya alrededor de mis glúteos, para empujar en cuanto sintiera mi polla en la entrada de su vagina, y con sus pezones presionando contra mi pecho. Sin dejar de mirar su boca, sus maravillosos ojos, y la gran melena escondiéndose entre su espalda y las tetas de mi madre, empecé a separar con una mano sus labios vaginales. Ambas tenía el mismo tipo de coño, con labios enormes que forman ala de mariposa, pero que son tan grandes que hay que apartarlos cuando se le mente la verga en su raja o los arrastra el glande hacia dentro con cierto dolor.

Mi hermana estaba ya tan excitada, que simplemente esto, hizo que empezara a hacer un movimiento incontrolado de presión de su coño sobre mi mano de forma continuada arriba y abajo, haciendo más difícil que mi polla acertara en su vagina.

- ¡Ahhhhh ufffffff vaaa aaaahh vaaahhhhmooooosss!

Por fin, la cabeza de mi polla encontró la entrada de su vagina, hundiéndose muy poco en ella, pero esto duró poco, porque en el momento en que mi hermana lo sintió, empujó con fuerzas sobre mis muslos con sus piernas, empujándome hacia ella irremisiblemente y hundiendo, sin apenas esfuerzo mi polla hasta que los huevos chocaron con su coño, los cuales quedaron chocando contra sus labios vaginales.

- ¡Aarrrrrrgggggghhhhhh!

- ¡Oohhhhhh diooooosss ahhhhh!

Dios mio, a la vez que mi polla llenaba completamente a mi hermana, ella empezó a dar unos gemidos pero no se como definirlo, unos gemidos salvajes, una mezcla entre gemidos y gruñidos, allí estaba mi hermana, la cual hace unos días yo no pensaba que supiera qué era follar, estoy exagerando claro está, y ahora estaba allí gimiendo salvajemente mientras su propio hermano le follaba.

- ¡¡¡Arrrrrggggggghhhhh!!!!

- ¡Por fiiin ya eress miii hembraaaa uf uf uf ahhhhh!

A cada embestida que daba a mi hermana no podía reprimir dar yo mismo un gemido de placer y ella respondía con uno de estos gemidos/gruñidos que me estaban volviendo loco de excitación.

- ¡Ufffff ahhhhh! uffffff ahhhhh!

- ¡Aarrrrrggggghhh! uggg aaarrrrgggggghhhh ugggg aaaarrrrrrgggghhhhh!

Me estaba volviendo loco de excitación, mi hermana viendo como estaba de excitada, no tendría que tardar mucho en correrse, lo que fue un alivio para mí, porque con los gemidos de mi hermana me estaba descontrolando. Podía sentir como me apretaban su estrechas paredes vaginales cuando hacía el movimiento hacia fuera, pareciera que se quedaban pegados a mi polla, no dejándola salir y claro está, mi hermana podía sentir como la cabeza de mi polla y el resto de ella, la estaba taladrando sin parar hasta el fondo de su útero.

Mi madre mientras, se estaba masturbando de nuevo con su mano, no podía aguantar la excitación de sentir como su hijo y su hija se follaban mutuamente como posesos

- ¡Joderrrr hermanitaaaa ahhhh como te sientooogggghh! ¡¿Aahhh me sieeennnteesss me sienteeeessss dentroo de tiiii?!

- Siennntooo tu pollaaaa calienteee¡ehhh golpeandoo mi interiorr aarggghhhh 

De pronto, mi hermana me miró a los ojos fijamente, mientras notaba como su pecho golpeaba contra el mío, y su boca completamente abierta para permitir que entrara más aire en su boca, yo sabía que algo iba a ocurrir entonces, y así fue, de repente mi hermana cambió el ritmo de sus empujones totalmente, al principio fuimos descompasados, pero al momento me adapte a sus movimientos los cuales empezaron a ser rápidos y contundentes, cada embestida que daba ella hacia mi polla era descomunal, podía sentir el sudor cayendo por todo mi cuerpo mientras tomaba a mi hermana. Con el nuevo ritmo, empezó a salir del coño de mi hermana más flujo vaginal, con lo que el sonido que se creaba en cada penetración, creaba un morbo increíble.

Con una mano tuve que agarrarme a la cadera de mi madre, que aún seguía debajo, no solo para hacer mas fuerza en la penetración hacia mi hermana, si no también para evitar perder el equilibrio porque Sonia, estaba dando unas embestidas bestiales hacia mí, con mi otra mano agarre su cabellera desde su cuello y lo estiré hacia atrás, haciendo que sintiera algo de dolor, aunque con la excitación que teníamos no sentía casi nada. Entonces la empecé a besar en tornillo a lo que ella me respondió con una lengua salvaje, sintiendo como sus bocanadas de aire ardiendo llegaban a mi garganta.

El ambiente sexual que se respiraba en el cuarto era apabullante, no solo por los gemidos, sollozos, si no por todo lo demás, desde el sonido rítmico que empezaron a hacer el colchón e incluso la cama contra la pared debido al ritmo endiablado con el que estábamos follando, hasta los sonidos sexuales provocados por la misma penetración de mi polla en el coño de mi hermana, o el golpeo de mis huevos sobre sus labios vaginales, que al tenerlos ya muy llenos de lefa, provocaban un golpe seco sobre el coño de mi hermana. Esto lo notó claramente mi hermana, que bajó una de sus manos de mi maltrecha espalda, por la cantidad de arañazos provocados por las uñas de mi hermana, hasta mis huevos y los empezó a magrearlos, a la vez que yo la seguía clavando duro sin miramiento de que fuese mi familiar… creo que todo el escarnio que había sufrido durante toda mi vida, lo estaba pagando a base de fuertes pollazos en su apretujando y tragón coño perfecto.

Mi hermana, entonces empezó a hablarme, como una posesa, entre gemidos, de forma entrecortada, y con una voz como rabiosa…no se como definirla mejor.

- ¡Aahhggggrrrr tus huevooosss Aaahhhh losss noto mascisoooohhhsss ahhhrrrrgggggg! Joderrr losss tienes que llevarr llenos de leche a topeeee!

- Siiiiihhhhh urrgggg uffff, ya meee los habéisssss llenadooooo enre la dosss.

- ¡Uurggggg aahhgggrr quierroooo ufff queee ehhh lossss vacieessss dentroooo de miiiiirrhgg, arrrghhh quierooo sentirrr ahh como golpeann tuusss chorrrooosss de lecheee en el fondo de miiii úteroooo… arrrrrghhh todaa tuu corridaaa la quierrooooo ennn arrggghhhh mi coñoooo ahhhhgggrr

- Soniahhhh, mi nenaaaghhhh, detrooo se pocooo ufff ufff ufff uffff sentiraaass la lefaaaah de tuuu hermanitooo ahhh dentro de tiiii aahhhhh ufffff

Mi hermana dejó de nuevo que mis huevos le golpearan el coño libremente de nuevo en cada embestida y me agarró de nuevo con la mano la espalda, para poder empujar contra mi polla mejor. Conforme mi hermana se iba excitando más y más, cada vez me clavaba mas sus uñas en mi espalda, intentando atraerme mas hacia ella y esto mas que dolerme, me excitaba aun mucho mas.

Mi madre, podía sentir todo desde abajo, lo que tenía allí encima de ella no eran solo sus hijos, eran una mujer y un hombre, con un estado de excitación fuera de control, podía sentir, como nos golpeábamos uno a otro de forma bestial en cada embestida, nuestros movimientos después de un rato a este ritmo eran perfectos, era como si un imán repentinamente se activara y nos uniera y de repente se activara otro que nos separara. Ahora mismo ni diez hombres intentando separarnos podrían hacerlo.

- Soniaaa uffff ahhhhh, Soniaaa ¿Te gustaaa como te follaaa tu hermanitooo? ¡Jodeerrr como meeee ahhhhhhh meeeehhhhh gustaaa sentir tuu vaginaaaa.

- Sigueeeeeeehhhh aaarrrrrgggghhh! sigue follahhh follandoooo a tuu hermaanitaaa aarrrggghhh! ¡¡preeeeñaname la panza con tu lecheeeee!

Despues de varios minutos con este nuevo ritmo, el ritmo perfecto que llevábamos empezo a cambiar, noté en mi polla, como la vagina de mi hermana empezaba a contorsionarse un poco, y en cada contorsión de su coño, mi hermana pegaba un espasmo contra mi barriga, ahora sí pude notar todo el poder de la naturaleza al que me refería antes cuando se corrió mi madre, porque ahora no había nadie entre mi hermana y yo, y podía notar la ingente fuerza que mi hermana hacía sobre mi en cada espasmo.

- Meee corrrooo hermanitoo arrrhrggharrrghghgaaagaaarrrahhhagarrraahahh

Comforme sentí que mi hermana iba a empezar a correrse de inmediato, inmediatamente me centré para intentar correrme con ella.

- Meeee corrrooooohhhhh ahahhh aaarrrrrggggghhhaaagaarrrhhhhhhh

- ¡¡Correeteeeee dentrooo de miii Aaagg, quiero sentir comooo tu pollaaaa presiona el fondo de mi úteroooo aagggghhhh!, Vamosss dejaaahhh a tu hermanitaaaaahhh preñadadaaa! AAAHHHHGGGGGAAAAAAAGARAAA!

Esas fueron las ultimas palabras que pronunció hasta que terminó de correrse, lo único que pude oír desde ese momento fueron sus graznidos, pero de forma constante, casi sin descanso, a la vez que podía notar sus espasmos sobre mi cuerpo, y mi polla en su percibía las contracciones y relajaciones vaginales. Lo que acababa de decirme mi hermana, me puso aun más salvaje.

- ¡Aaahhhh uhhhhhh, hermanitaahhhh aqui va mi leche espessaaaa. ¡Deja que tu hermanitoooo te insemineeee, dejameee que te hagaa un hijoooo ahhhhgggggg! ¡¿Mamaaa quieres ser abuelaaa yaaaa?!

Mi hermana tenia sus piernas alrededor de mi culo, presionándome sobre ella, quería sentir mi polla completamente dentro de ella mientras se corría como hizo antes mi madre, y eso fue perfecto para mí, ya que mi corrida venía también, y como ya he comentado en más de una ocasión aquí, la fuerza de la naturaleza, lo que me pedía es meter la polla dentro del coño de mi hermana hasta el fondo, y seguir presionando más y más hasta chocar con el fondo de su pared vaginal. La naturaleza es inteligente, y haciendo que tanto la hembra como el macho, presionen con fuerza sobrehumana forzando cada uno al otro hacia sí, mientras se corren, hace que la posibilidad de dejar bien preñada a la hembra sea más grande.

En este momento me daba igual panza que no panza de Sonia, simplemente presioné con fuerza mi polla lo mas que podía hasta el fondo del coño de mi hermana, y seguí presionando, a parte de la fuerza que mi hermana ya hacía sobre mí para atraerme dentro de ella. Tenía ya mis huevos aplastados con mucha fuerza sobre su coño, incluso me empezaron a doler algo, pero esto solo me ponía más bruto. Continué dándole pollazos presionando…, notaba mi polla completamente dentro de a su útero, y como la base de mi polla expandía sus labios vaginales sobre la entrada de la raja filial, mientras chorros de su flujo, manaban del interior con fortaleza hacia mis huevos, para caer justo encima de la mano de mi madre que aun se masturbaba debajo. Mi madre ya estaba a punto de correrse de nuevo con todo lo que estaba ocurriendo encima de ella.

Finalmente, noté como mi polla chocó como con una pared al final, al principio me costo alcanzar esa dureza, pero pronto fue fácil golpearla cuando ella apretó para ponerla al alcance de mi duro glande, había alcanzado por fin el tope de mi hermana, tenía su coño totalmente relleno por mi polla, y se ve que tras notar como le golpeaba una y otra vez en su cérviz, su orgasmo que iba por la mitad, se retroalimento, para tener uno múltiple.

¡Aaaaarrrrrrrggggggggg!

- Joder nena, yo también me corrroooooooo arrggggggg

Conforme empecé a gemir como un poseso mientras sentía que me iba a correr, presione la polla hasta el final del coño de mi hermana, intentando presionar fuerte sobre esa dureza terminal, aunque no hacía falta, porque aunque mi hermana literalmente estaba levantándome con su orgasmo, ella seguía manteniéndome pegado a ella como si hubiera pegamento entre nosotros, gracias a sus piernas que atrapándome por mi culo, no me dejaban caer.

Pronto mis chorros de semen empezaron a salir, golpeando con mucha fuerza sobre la entrada de su cuello uterino, aunque pronto, el golpeo de mi semen sobre su pared vaginal cesó, supe que era porque todo el cubículo de la vagina de mi hermana, estaba completamente lleno de semen al sentir como en cada disparo de esperma dentro del coño, notaba como mi propia lefa iba rodeando mi polla. Al medio de estar eyaculando como un caballo dentro de su yegua, la saqué para metérsela a mi madre y acabar en el fondo de su coño con los últimos latigazo de mi corrida.

Curiosamente, aunque me había corrido al fondo de su coño, y esa profundidad dada la medida de mi verga que es de unos 20 cm, provocó que parte del semen que había ido rodeando le glande y parte del tronco, saliera por la raja ardiente de Sonia gracias a la anchura de la cabeza de mi polla, que expandía el coño al salir y con ella un reguero de semen con flujo vaginal mezclados. Aún totalmente excitada mirándome fijamente mientras respiraba entrecortadamente casi sin poder respirar, cogió el semen que empezó a salir poco a poco de su coño cayendo como lava, y con un dedo empezó a tomárselo conforme iba saliendo, pero parte goteaba en la raja de mi madre, la cual abrió sus labios y el agujero tras desalojar mi verga, para que entrase en su coño, lo que el coño de Sonia destilaba, de manera que le llenaba a su madre la vagina, coño a coño.

¡Ahhh Pedrito que biennn me has follado! Noto la mayor parte de tu corrida en el fondo de mi coño… ¡Qué caliente que está! Y mamá se ha llenado también.




Secuencia 1 :) La llegada a la playa


Tenía la polla casi pelada de pajearme, cinco o seis veces diarias, vamos que estaba obsesionado con el sexo. Tía que veía, tía que me follaba en mi imaginación, incluidas mi hermana y mi madre especialmente. Mi hermana, Sonia, tenía entonces veinte años y estaba algo delgaducha para mi gusto, pero tenía un culo que me flipaba. Mi madre, Natividad, era otra cosa, a sus cuarenta años se mantenía estupenda, culo prieto, tetas firmes de una talla noventa, lo de la talla lo sé porque lo vi en alguno de sus bonitos sujetadores. También era guapa, rubia con ojos azulados verdosos claros y una media melena que adornaba su cara a la perfección. Lo mejor que tenía era su carácter abierto y una sonrisa dulce y maravillosa. Siempre que podía le daba un cachete a alguna de las dos, con mi hermana acaba en bronca, pero mi madre era más permisiva y hasta lograba sobarle el culo en alguna que otra ocasión. De mi padre tengo poco que decir, es comercial y pasaba poco tiempo en casa, es al contrario del resto de trabajos, de cada siete días que tiene la semana tan solo le veíamos dos, uno o a veces ninguno.

En verano solíamos irnos de vacaciones veinte días o incluso un mes. Ese año las vacaciones se fastidiaron para él, parece ser que mi padre tenía que trabajar. Mi madre nos propuso irnos a casa de mis tías, sus dos hermanas mayores que vivían en la costa brava. Habían montado un negocio que les iba muy bien y tenían una casa enorme. Recordaba que cuando era pequeño solía ir a menudo cuando me daban las vacaciones en el colegio. A veces me pasaba todas las vacaciones con ellas y recuerdo que me trataban muy bien. Al no tener más alternativas, acepté la propuesta de mi madre, nos iríamos al menos un mes con ellas a la playa. Mi hermana solo aceptó ir unos días, después se volvería a casa. Realmente lo que le apetecía es tener la casa para ella sola y estar con su novio con el que ya llevaba un año, a pesar de haber descubierto que su hermano era mejor amante, pero le tenía cierta carencia al inútil de Luis, no sé…

A primeros de julio nos marchamos y mi madre me dejó conducir su estupendo “C5 Aircross” a pesar de la oposición de mi hermana. Yo estaba encantado, a la playa y con el SUV de mi madre a mi disposición, ¡eso iba a ser la leche! El verano y la playa es una buena conjunción para ligar que era lo único que tenía en mente. Los cuarenta y cinco minutos de carretera se me hicieron interminables con el tostón de mi hermana.

Cuando llegamos al pueblo costero donde vivían, vi el pequeño puerto donde se mezclaban barcos de pesca con otros de recreo. A la cabeza me llegan siempre recuerdos de la infancia cuando mis tías me bajaban a la playa y a veces nos dábamos un paseo en barco. Después de recorrer el paseo marítimo cogimos la carretera que ascendía por la colina y a un par de kilómetros allí estaba la casa donde me lo pasaba tan bien de pequeño. Toqué el claxon y al momento mis dos tías salieron a saludarnos a la vez que abrían la verja del recinto que rodeaba la casa. Me quedé sorprendido, la verdad es que no la recordaba tan grande desde el exterior. Tenía un pequeño jardín a la entrada con un trozo asfaltado para llegar al garaje.

¡Pasa, pasa! Mételo en el garaje que hay sitio de sobra.

Gritó mi tía Soledad, Soledad para la familia, que era la mayor y por entonces tenía cuarenta y cinco. Mi tía Cándida, aunque la llamábamos Cándida, era la mediana con cuarenta y tres, nos saludaba con las dos manos y una amplia sonrisa. Antes de meter el coche en el garaje, que era un cobertizo al lado de la casa, paramos para salir a saludar. Nos abrazamos y nos besamos con entusiasmo, pero mi obsesión por el sexo volvió a alborotar mi mente. Hacía más de tres años que no las veía y ahora las miraba con otros ojos. Soledad, la mayor, era una mujer muy sensual llena de curvas que disimulaban los kilos de más que posiblemente tenía. Sus grandes tetas impactaron contra mi pecho al abrazarme calurosamente.

¡Madre mía! ¡Cómo has crecido Pedrito! ¡Estás hecho un hombretón!

Me dijo dándome dos sonoros besos en ambas mejillas. Mi tía Cándida era algo más estilizada, sus curvas eran menos pronunciadas y no tenía un culo grande, pero su redondez con un ligero respingo, lo hacían esquisto… pudiendo pasar por un culo de una veinteañera. La piernas las tenía muy bien contorneadas y sus muslos parecían duros y tersos. Sus tetas no eran tan grandes como las de su hermana, pero debía de tener una talla noventa y cinco, como mi madre. También recibí esa sensación deliciosa cuando sus tetas se pegaron a mi pecho en un intenso abrazo. Me acarició las mejillas dándome un par de pellizcos a la vez que me miraba con sus ojos verdes y una sonrisa encantadora. Su pelo era más largo que el de su hermana, y aunque lo tenía claro se había teñido de un color rojizo.

¡Pues sí que has crecido! ¡Pero si casi me sacas la cabeza!

Me dijo con entusiasmo, saludaron con casi el mismo entusiasmo a mi hermana. Sacamos las maletas y volví al coche para meterlo en el garaje. Soledad me daba indicaciones para no dar con el paragolpes contra la pared, al lado quedaba el de ella, un todo terreno precioso “Land Rover” rojo. Cerró el portón del garaje y accedimos al salón por una puerta lateral. Un salón enorme donde había tres sofás en el centro alrededor de una mesa baja cuadrada, dos sillones en un lateral frente a la chimenea, que no creo que usarán mucho, y en el otro lateral una mesa alta rectangular rodeada por ocho sillas. Al lado había un pasillo que comunicaba con una amplia cocina, un aseo y un cuarto trastero y en la misma pared, al otro lado salían las escaleras que daban al primer piso, donde estaban las habitaciones. También había otra puerta en la misma pared que la del garaje que no supe a donde daba.

Subimos y nos mostraron las ocho habitaciones que tenía la casa, no habría problemas, tendríamos una para cada uno. Las escaleras continuaban hasta una buhardilla que ocupaba la mitad de la casa, con una puerta que daba acceso a una terraza que cubría la otra mitad. Vamos una casa de ensueño comparada con el piso donde vivíamos.

Eran las doce del mediodía y el sol apretaba con fuerza.

Venga, cambiaros y daros un baño en la piscina antes de comer. Así estaréis fresquitos.

Nos dijo Soledad. Le hicimos caso y después de ocupar las habitaciones que nos habían asignado nos pusimos los bañadores y bajamos al salón, que era por donde se salía al jardín trasero, aunque también se podía salir por la cocina. Recordé mis tiempos de niño donde casi me perdía jugando entre los arbustos y árboles de ese inmenso jardín, bueno, inmenso para un niño de diez años, aunque en ese momento con dieciocho también te podías perder de la vista de los demás. La piscina tenía forma de ocho, de unos doce metros de larga y seis en las zonas más anchas. Estaba a unos cinco metros de las escaleras que bajaban del salón y a la izquierda había una especie de perchero con toallas. Donde acababa la piscina comenzaban los arbustos y algunos árboles frutales que ocupaban unos cincuenta metros de largo por veinte de ancho. También había varias hamacas alrededor de la piscina sobre un césped bien cuidado y una mesa redonda con varias sillas.

Cuando baje los escalones del salón, ya estaba mi hermana bañándose y mi madre hablaba con mis tías, sus hermanas. Mis hormonas que llevaban tranquilas varias horas volvieron a fluir a gran velocidad. Las tres se habían puesto bikini y dejaban ver sus cuerpos casi desnudos. Mi madre había sido la más recatada, su bikini, verde con rayas negras, no llegaba a ser un tanga, pero resaltaba su carne todavía algo blanca a la espera de ser bronceada por los rayos del sol. Mis tías sin embargo, no eran nada recatadas, los tangas que llevaban eran espectaculares y dibujaban perfectamente sus culos casi desnudos. A Cándida, la parte de arriba le recogía bien sus bonitas tetas, pero a Soledad parecía que se le iban a salir en cualquier momento. Lo primero que pensó mi mente perturbada fue en comer esas grandes tetas y decidí meterme en el agua antes de que se me pusiera la polla dura con pensamientos delirantes.

– Como ha crecido Pedrito! Vaya altura que ha cogido! Cuantos años tiene ya?

Oí que le decían a mi madre cuando pasé a su lado para entrar en el agua. Una vez dentro ya no me preocupó mirarlas, mi miembro estaba protegido bajo el agua fresca. Soledad, la más voluptuosa, tenía la piel más morena y con el sol que ya había cogido casi podía pasar por mulata. Cándida tenía la piel más blanca, parecida a la de mi madre, pero el sol la había dado un tono muy atractivo. Con su pelo rojo y viéndola de espaldas, se le podían echar diez años menos. Aunque para mí, la más estupenda era mi madre, la veía preciosa con su bikini verde con rayas negras, sus tetas y su culo tenían las medidas perfectas para mí gusto, y sus muslos, ufff, sus muslos me volvían loco. Con dieciocho años y mi mente pervertida ya me había hecho unas cuantas pajas pensando en ella. Lo que si debía de ser genético eran los pezones, a las tres se las marcaban de una manera ostentosa, incluso mi hermana, que nos tenía muchas tetas pero tenía los mismos pezones, tanto era así que toda la punta de su teta era pezón, como una ojiva de misil. Después de esa mirada ya tenía claro que iba a caer una paja antes de comer.

Al cabo de unos minutos las tres entraron en el agua bajando por los escalones que había en la zona más cercana a la casa. Cándida y mi madre se sentaron en los escalones con la mitad del cuerpo sumergido en el agua y Soledad se lanzó a nadar hacia donde yo estaba.

¡Que buena está el agua, verdad!

Me dijo al llegar cerca de mí. La piscina no cubría, por lo menos a mí. La zona más profunda estaba en el centro y me llegaba al cuello. En el lado opuesto a las escaleras me llegaba por encima de la cintura y me había apoyado en el borde con los brazos abiertos.

¡Si tía, está estupenda!

Le contesté. Se puso de pie y sus grandes tetas, apenas tapadas, flotaron como dos pelotas de playa. Su carne morena y tersa brillaba con los rayos de sol cayendo en vertical y mis ojos se clavaron en esa carne deliciosa sin poder evitarlo.

¡Qué guapo y que fuerte te has puesto! Me dijo tocándome el pecho que quedaba fuera del agua. Lo poco que iba al gimnasio había hecho su efecto y realmente se me marcaban unos buenos pectorales.

¡Gracias tía! ¡Tú también estás muy bien! Le contesté devolviéndola el cumplido.

Llevábamos mucho tiempo sin verte, con lo que venías de pequeño y ahora nada. ¡Deberías venir de vez en cuando a vernos!

Se había dado cuenta de cómo miraba sus tetas, pero más que molestarse, hizo un ademán de colocarlas con sus manos subiéndolas a la vez que las juntaba y ajustaba el escueto sujetador. Miré de reojo para ver qué hacían mi madre y Cándida, y vi que charlaban animadamente sentadas en los escalones de la entrada. Mi hermana ya se había salido para tumbarse al sol.

Llevas razón tía. Ahora que ya tengo el permiso de conducir podré venir más a menudo.

¿Y que tal, ya tienes novia?

Preguntó volviendo a colocarse las tetas. Esos movimientos me estaban poniendo frenético.

¡Que va, soy muy joven para compromisos, pero tengo amigasy amigas con derecho…!

Soledad se pegó más a mí, hasta rozarme con sus grandes tetas.

¡¡Entonces son amigas cariñosas!!

Me dijo con una sonrisa excesivamente pícara. Cuando noté esas tetas pegándose a un lateral de mi torso sentí un latigazo de hormonas que provocaron que mi polla diera un respingo. No podía quitar la vista de las tetas y tartamudee un poco al contestar.

¡Bueno, algunas… más que otras! Pude balbucear.

¡Pues si yo fuera una de esas chicas, no dudaría en ser cariñosa contigo, jajaja!

Y se giró haciendo que su hermoso culo rozará mi cuerpo. Mi polla dio otro respingo y sentí como se enderezaba abultando mi bañador, parecía que ni el agua fresca era capaz de frenarla. ¿Y mi tía? ¿Qué me había dicho? Cuando fui capaz de despejar la mente de la nube de hormonas que la ocupaba, pude analizar la frase, más o menos era que si fuera una de las chicas no dudaría en follarme. “¡¡Joder!! ¡Si llega a saber que yo me la follaría sin importarme su edad ni los lazos familiares!” Mi mente de dieciocho años saltó sin pensar.

¡Pues tú estás tremenda, tía! Por eso tampoco no lo dudaría si se diera la ocasión..

Jajaja! ¡Que salao que eres, Pedrito!

Mis ojos parecían tener un imán y sin yo quererlo volvían a clavarse en sus tetas.

Anda, vamos a jugar un poco. Me tumbo de espaldas y tú me coges con las manos y me das vueltas.

Me dijo tirando de mi mano. Cuando llegamos al centro de uno de los círculos que formaban el ocho de la piscina se tumbó haciendo el muerto y puse mis manos en su espalda y comencé a girar sobre mi propio cuerpo. Sus tetas ahora afloraban como dos redondas montañas emergiendo de las profundidades. La línea de su cintura se cerraba y se volvía a abrir haciendo sus caderas redondas y sensuales. Podía ver el pequeño triángulo amarillo que tapaba el centro de sus muslos y me dio la impresión que había algo de vello púbico en el pubis. Yo había estado con varias chicas y todas iban depiladas, nunca había visto un coño cubierto, ni siquiera con ese poco y diáfano vello corto. Mi polla se acabó estirando por completo ante esa imagen.

¡Ummm, como me gusta! ¡Sujétame bien… No dejes que me hunda!

Me dijo mirándome con ojos pícaros. Mi mente podía estar calenturienta y depravada pero la sensación era que mi tía me estaba provocando para que la tocara más. Bueno, que podía pasar si la ponía le mano en el culo, como mucho que me la quitara. No lo pensé más, baje una de las manos y la puse en el centro de su hermoso culo.

¡Ummm! Ahora mejor, así no se me hunden las piernas.

“¡¡Joder!! ¡¡Que le ha gustado que le toque el culo!!” Pensé con las hormonas en plena ebullición. “Bueno, pues habrá que hacer algo más, a ver qué pasa.” Estaba tan salido que ni me importaba que mi madre estuviera a unos metros, además, estábamos jugando, me dije a mi mismo como una tonta excusa. Moví la mano para sobarla el culo a la vez que se lo apretaba levemente.

¡Ummm, que bien se está ingrávida flotando en el agua!

Eso era una frase de asentimiento a mis toqueteos. “Joder, que pena que estén mi madre y mi tía tan cerca, que si no, la iba a dar un sorbo de pelotas” Pensé en un estado de salido puro. Después de un par de minutos sobándole el culo bajo el agua…

¡Ahora boca abajo, como si fuera un barco!

“¡Un barco! ¡Menuda mierda de escusa! ¡Lo que quiere es que le toque las tetas!” Pensé mientras se daba la vuelta. “Seguro que supone que estoy deseando sobárselas, lo que no sé si sabe es que se las comería con mucho apetito.”

Cuando se dio la vuelta una de mis manos quedó directamente bajo sus tetas y la otra en su vientre muy cerca de su zona púbica. Esos contactos provocaban que mi calenturienta mente actuará sobre mi polla haciendo que se pusiera más dura, no sé qué pasaría cuando tuviera que salir del agua. Soledad movía sus brazos como si nadará a braza y eso hacía que sus tetas bailarán sobre mi mano.

¡Ummm, que bien me llevas! No dejes que se hundan mis piernas.

Me dijo volviéndome a mirar con ojos pícaros. Para mi estaba claro que quería que pusiera la mano en su coño. “Si le estoy tocando las tetas y le gusta, ¡¿por qué no le voy a tocar el coño?!” Pensé con mi mente simple de adolescente. Fui bajando mi mano despacio esperando su reacción, pero ella no decía nada, seguía dando brazadas. La palma de mi mano tocó su muslo y mis dedos llegaron al triángulo del tanga. Noté la esponjosa y abultada vulva bajo la tela… se notaban sus gordos labios vaginales.

¡Así, así! Ahora has sujetado bien la embarcación.

Dijo girando la cabeza y guiñándole un ojo. Empecé a ponerme nervioso, mi polla no paraba de intentar reventar el bañador mientras yo le frotaba el coño con mis dedos por encima de la tela. Con la otra mano sobaba y apretaba sus tetas, era una situación desesperante. Mi polla parecía estallar y no me podía follar a mi tía allí mismo, ni siquiera podía hacerme una paja.

¡Qué bien te lo estás pasando eh, Soledad! Le dijo Cándida sentada en las escaleras con medio cuerpo dentro del agua

¡Mira, soy un barco! Buuu… La contestó Soledad mientras yo seguía dándole vueltas.

Mi madre y Cándida rieron al oírla hacer ese ruido intentando imitar la sirena de un barco.

Nosotras vamos a preparar la comida. Volvió a gritar Cándida.

Vale, ahora voy. Quiero enseñarle a Pedrito donde jugaba de pequeño.

De acuerdo, no tengáis prisa. Todavía es pronto.

Dicho esto, mi madre y Cándida se fueron y desaparecieron por las escaleras del salón. Mi hermana seguía tumbada boca abajo con los cascos puestos y la música a tope.

Ven, te enseñaré donde te escondidas cuando eras pequeño.

Me dijo Soledad agarrándose a las escaleras de aluminio para salir del agua. En ese momento vi perfectamente su cuerpo, realmente no estada nada mal, como he dicho, algún kilo de más pero muy bien repartidos por sus extensas curvas. Mire hacia atrás antes de salir para ver si mi hermana nos miraba, pero seguía con la cara contra la toalla. Cuando salí del agua mi polla había bajado un poco, pero todavía se notaba algo de abultamiento. Soledad lo miró de reojo pero no dijo nada, tan solo tiro de mi mano para que la siguiera. A los veinte metros ya no se veía la piscina, los arbustos tapaban la visión. Seguimos serpenteando entre arbustos, árboles y plantas hasta llegar al final donde había una pequeña caseta de extensa

¿Te acuerdas de esta caseta…? Me pregunto al llegar a ella.

¡Sí, sí!

¡Ven vamos a entrar ya verás qué bien está por dentro!

Era una caseta de unos seis metros de larga por tres de ancha. Había una mesa de madera con un par de sillas, también había un camastro bien arreglado con su colcha y sábanas, en un rincón unos trastos para el cuidado del jardín bien apilado contra la pared. Una pequeña ventana con una malla para que no entraran insectos daba luz a la estancia. Cerró la puerta quedando partes de la estancia en penumbra. También había una bombilla central pero no la encendió. Me llevó hasta donde estaba la mesa, que era más o menos por el centro y sin más preámbulos se bajó el pequeño sujetador del bikini y las dos grandes tetas saltaron sobre la tela.

¡He pensado que aquí podrías tocarlas con más tranquilidad!

Me dijo con una sonrisa dulce pero en sus palabras se masticaba la lascivia. Mis ojos se abrieron como platos y relamí mis labios con mi propia lengua. No tuve que decir nada, en mi cara pudo ver el deseo y lo salido que estaba. Mi polla se enderezó de nuevo y me acerqué con las manos levantadas, las puse sobre sus dos hermosas tetas y comencé a sobarlas a la vez que las miraba clavando mis ojos como arpones.

¿Te gustan las tetas de tu tía, guapo? Asentí sin despegar mis ojos de ellas.– Son totalmente naturales…siempre las he tenido grandes y todavía se mantienen duras ¡Anda, cómetelas ya verás qué ricas que están!

Habrás disfrutado mucho de ellas a lo lardo de tu vida… Se me ocurrió decir.

¡¡Por supuesto… mucho y muchos!! ¡¿Ya me entiendes?!

Noté como sus manos comenzaban a palmar mi miembro viril por encima del bañador y lance mis labios contra uno de los grandes pezones. Sentí esa abundante carne en mi boca y comencé a devorarla haciendo una demostración de lo salido que estaba. Mi boca pasaba de un pezón a otro chupando como si fuera a sacarles leche mientras aplastaba y juntaba sus dos tetas con mis manos.

¡Ummm, como me gusta, cielo!Susurraba al sentir las potentes succiones.– ¡Que dura está! Me dijo con una voz dulce, como si tuviera todavía los diez años de cuando me vio por última vez.

Sus manos agarraron mi cipote sacándolo del bañador y percibí cierta ansia en su manoseo. Bajé una de mis manos hasta sus muslos y pase los dedos por el centro, ahora pude sentir mejor el aterciopelado pubis y los abultados labios. Su cuerpo dio un estertor al sentir el roce.

¡Uffff, que cachonda estoy, nene!

Dijo con la misma voz cálida y dulce.

Me encanta tu coño tía… es tan gordo y está tan caliente…

Mis dedos se colaron entre la tela y toqué sus gruesos labios vaginales. Fue una sensación agradable a la vez que excitante. Uno de mis dedos se introdujo abriéndolos.

¡Ufff! ¡Offf! Juntó los labios y comenzó a emitir sonidos soplando y sorbiendo.

Al momento noté como se mojaba mi dedo. Ya no podía esperar más, mi polla estaba a punto de reventar, las venas se habían hinchado y el capullo comenzaba a ponerse morado. Fui a hacer intención de metérsela con la braguita puesta… me paró.

¡Espera, espera! Aquí hay ropa que nos estorba.

Se bajó el tanga y lo sacó por los pies, después se sentó sobre la mesa con la mitad del culo fuera y las piernas abiertas, ahora la visión me pareció maravillosa, se veía esa vulva inmensa coronada por una sombra de pelo recortada en forma de triángulo indicando donde había que insertar el cipote entre sus anchos muslos, algo que me pareció muy erótico. Su cintura se cerraba para dar paso a las dos redondas tetas con los gruesos pezones rodeados de una gran areola marrón oscuro. Fue una visión fugaz pues de inmediato me lancé con la polla en mi mano y mi hinchado capullo atravesó la abundancia de carne de sus abultados labios. Noté la presión de su vagina abrazando mi polla, no sabía si es que era estrecha o que ella misma ejercía esa presión.

¡Despacio, despacio mi amor! Hace mucho que nadie entra y lo tengo bastante cerrado… ¡Quiero sentir como me entra esa gran polla que tienes! ¡Me encanta como es… ancha y larga! Y la tienes muy bien equipada con ese par de huevazos ¡¡Me la juego a que los tienes a rebosar de leche!!

Me dijo con su dulce voz a la vez que acariciaba mi cabeza. Comencé a realizar movimientos cortos apretando más en cada uno de ellos y en pocos segundos mi polla había entrado entera.

Ahhh! Ahhh! Ahora abrió la boca y comenzó a emitir sonidos largos y vibrantes que parecían proceder de lo más profundo de su garganta.

Su cuerpo también empezó a temblar y noté como se me empapaba el troco de gelatinoso fluido emanado de su coño. Me lancé de nuevo sobre sus tetas y las devoré como un león hambriento. Chupaba y mordía los gordos pezones mientras le agarraba los muslos con mis manos y embestía con más fuerza.

Ahhh! Ahhh! Comenzó a apretar mi cabeza contra sus tetas y a emitir sonidos con la boca muy abierta, como si le faltará el aire.

Creo que se corría de forma continua pues su flujo se salía por todos lados mojando ampliamente mis huevos y sus muslos. Continué metiendo con dureza, notaba como mi glande arrastraba sus carnes internas al profundizar y luego me acariciaban la polla al salir. Mis golpes de cadera se hicieron ostensibles, iban a más a cada metida, haciendo sonar mis huevos en su vulva al golpearla a modo de badajo de campana. Me besó con lascivia tras correrse, metiendo su lengua en mi boca desbordándola… no dejaba de acuchillar su coño con frenesí, entonces me bajó la cabeza a sus tetas y mis labios se comenzaron a dar un nuevo festín con los pezones empitonados de mi tía. Iba de uno a otro y pasados por mis mordiscos, nos volvíamos a comer las bocas…

Yo no aguantaba más, sentía como la leche comenzaba a subirme por la verga, y estalló soltando varios chorros de leche. El primero fue rotundo y largo que me produjo rugir como un animal, el segundo también fue grueso, y de ahí fueron menguando mis chorros de lefa. Mis corridas eran abundantes y acabamos los dos empapados de flujo vaginal y semen. No sé si habíamos durado cuatro o cinco minutos, pero mi tía se había corrido como para llenar una palangana. Tuve que quitarle las manos de mi cabeza pues parecía que no quería soltarla para que le comiese las tetas y la boca. Después de que su respiración se relajara, se bajó de la mesa y abrió un cajón que había bajo ella, sacó un paño que parecía de cocina y lo pasó entre sus muslos y coño, varias veces. ¡¡Joder, hasta eso me ponía cachondo!!

¡Ufff, pues sí que me he mojado! No recuerdo haber soltado tanto…Su voz seguía siendo dulce. Miró mi polla, que aún no se había arrugado ni un poco. – Ni que me llenaran con tanta leche de una sola vez… ¡Joder cuanta lefa expulsas en una sola eyaculación! ¡¡Ni que fueras un caballo!! Me sujetó de la polla y me sonrió con un gesto cínico… – ¡A esta ricura la limpiare de otra manera!

Su trato era casi enternecedor. Se agachó poniéndose de cuclillas muy erótica, y comenzó a darle unas chupadas que casi me saca la leche de nuevo. Cuando la sacó de su boca estaba limpia y brillante… y enderezada. Pensé en lo delicioso que sería una buena mamada con sus sensuales labios soltando mi semen en su boca. “¿Se lo tragaría?” pensé con mi perturbada mente. Creo que si hubiéramos tenido tiempo, se lo hubiera pedido. Se volvió a poner el tanga adornando de nuevo sus voluptuosas caderas, y el rezume que seguía se lo empapó entero.

¡Espero que esto sea un secreto entre nosotros!Se miró la entrepierna para ajustarse el tanga y me soltó… – Menos mal que está mojado el tanga, sino todas se darían cuenta de la destilería de leche que es mi coño ahora mismo… Dijo mirándome con cara de pícara. Yo seguía sin palabras y tan solo asentí con la cabeza como un bobo.– ¡Amor mi amor, que nos van a echar de menos! Dijo dándome una palmada en el culo y con la felicidad dibujada en su rostro.



Secuencia 2 :)) Mi tía Cándida y la bodega



Nos pusimos a comer y el comportamiento de Soledad fue la ostia, que bien sabía disimular. Yo estaba más nervioso que ella y procuré hablar poco durante la comida. Cuando estábamos acabando, ya pensaba en la paja que me haría a la hora de la siesta.

Mi hermana y mi madre decidieron subirse a la terraza para tumbarse al sol. A mí me ofrecieron una copa mis tías mientras ellas recogían los cacharros. Me senté en uno de los sofás con medio vaso de ron. Al cabo de un momento pensé en echarle más hielo y me fui hacia la cocina, entre por el pasillo y al llegar a la puerta, que estaba entreabierta, oí que Soledad decía

¡Ufff, ha sido genial! ¡No veas que polla más buena y dura que tiene el muchacho… grande y ancha como nos gusta a las dos…!

“¡Joder! Que se lo estaba contando a su hermana”“Seguro que antes de la cena ya lo sabría mi madre”. Me volví al sofá y espere nervioso hasta que salieran. Por fin salió Cándida, llevaba una bata de flores de una tela translúcida y se podía distinguir el bikini negro que llevaba debajo.

¿Quieres algo más, Pedrito?

¡No tía, así está bien!

Salió Soledad al momento y dijo.

¡Bueno, yo me voy a tumbar un rato!

Y se subió escaleras arriba. “Joder, ahora estaba hablado con Cándida que seguro que ya sabría todo. A ver que la digo si me insinúa algo”. Pensaba yo mientras se acercaba ella con otro vaso de ron.

¡Ven guapo! Te voy a enseñar el mejor sitio de la casa para tomarse una copa. Es tranquilo donde nadie te molesta… ahí te puedes perder.

La voz de Cándida no era tan dulce, pero si más sensual. “¿Ahora donde querrá llevarme? Seguro que tiene una sala de interrogatorios”. Pensaba mi mente peliculera. Mi cabeza no paraba mientras me levantaba y la seguía. Bajamos por las escaleras hasta la bodega y la luz entraba por un ventanal protegido por un grueso cristal que daba a la parte trasera del jardín. La verdad es que era espectacular, estaba cavada en la propia colina y se podían ver las piedras que sobresalían de forma irregular, algo que para mí gusto la hacía más atractiva. Se podía ver el mar a través del ventanal sentado en el sofá que había frente a él y eso es lo que me ofreció mientras cerraba la gruesa puerta de madera.

¡Ven, vamos a sentarnos aquí ya verás que vista más bonita!

Miré al resto de la cueva y vi los adornos medievales colgados por las paredes, un par de espadas, varios escudos, tres o cuatro látigos con terminaciones de cuero, un par de hachas. También había una tinaja, supongo que solo para adornar, y una cama en el otro rincón donde seguro que se echarían alguna siesta. Me senté en el sofá situado a unos dos metros del ventanal y observé el brillo de las crestas de las olas que producía el sol al incidir sobre ellas.

¿Te gustan las vistas? Me dijo mi tía tras el sofá acariciándome el pelo.

¡Es precioso tía! ¡Tenéis una casa estupenda!

Se fue hacia el ventanal y se puso pegada a él mirando al horizonte, ahora podía ver su silueta perfectamente contorneada por la luz del sol. “¡Joder, como está de buena!” Pensé volviendo de nuevo a mis pensamientos depravados. Tenía una cintura estrecha y se abría al llegar a las caderas para marcar unos muslos deliciosos que bajaban escondidos bajo la tela para aparecer desnudos y brillantes. Llevaba unas sandalias con tacón que hacían sus piernas más estilizadas.

Ya me ha dicho Soledad que te ha gustado ver dónde jugabas de pequeño.

“¡Joder, ya iba a empezar el interrogatorio! ¡A ver qué le digo!”

- ¡Pues sí, la verdad es que recordaba la caseta! Está muy bien cuidada…

Sin darme cuenta se había abierto la bata y cuando se dio la vuelta pude ver su cuerpo semidesnudo, las tetas, tan solo tapadas por el bikini y el pequeño tanga que cubría el centro de sus muslos. Noté como la polla hacia un intento de enderezarse.

¿Lo habéis pasado bien recordando aquellos años?

Me dijo con su voz sensual y una sonrisa que no sabría definir, pero la pregunta estaba clara, Soledad le había comentado que habíamos estado follando y ahora quería oírlo de mi boca. Pensé con rapidez para darle una respuesta sutil que no aclarara nada.

Pues sí, ha sido genial la experiencia.

Ella me miraba con sus ojos verdes algo felinos pensando la próxima pregunta. Yo no le había constatado que me había follado a Soledad aunque tampoco lo había negado con mi respuesta. Se puso una mano en la cadera retirando más la bata para que pudiera ver mejor la tira del tanga rodeando su muslo.

¿Te gustaría recordarlo conmigo?

“¡Diosss, me está diciendo que me la folle claramente!” Pensé con la obstinación de la lujuria azotando mi mente. Mi miembro había reaccionado en el acto y noté como el bañador comenzaba a abultarse, algo que produjo un calor sofocante en mis mejillas que parecían arderme. No pensé demasiado, tan solo utilicé sus propias palabras para responder.

¡Claro, me encantará recordarlo contigo, tía!

Ella seguía frente a la ventana y con movimientos sensuales acompañados de su sonrisa felina se quitó la bata de forma bastante sexy. Me parecía estar viendo una peli, recostado en el sofá con el vaso en una mano y el otro extendido sobre el respaldo. Mi miembro ya había reaccionado y el bañador parecía una tienda de campaña. Su silueta quedó desnuda, tan solo con el pequeño bikini cubriendo su estupendo cuerpo. Se acercó inclinándose sobre mi cara, me cogió las mejillas con las dos manos y me plantó un suave beso sobre los labios. Sentí el sabor dulce y excitante de los suyos a la vez que se me nublaba la mente. Separó su boca para ver mi cara con la misma sonrisa que lo había hecho unos segundos antes y volvió a repetir el beso, pero ahora su lengua penetró en mi boca y sentí como ese trozo de carne húmedo se retorcía en el interior. Mi polla palpitaba como el corazón de un cervatillo perseguido por una loba. Separó sus labios y me ofreció de nuevo su sonrisa felina a escasa distancia.

¡Ummm, que rico eres Pedrito! Me dijo para después mirar a la tienda de campaña que se había formado en mi regazo.

¡Vaya, parece que alguien está llamando a la puerta! ¡Vamos a abrirla a ver qué quiere!

Y tiro del bañador haciendo que mi polla saltará fuera de la tela como si la hubiera impulsado un resorte, estaba tan tiesa que parecía querer desprenderse de mi cuerpo.

¡Anda! ¡Pero si es tu amigo el grandote! Dijo a la vez que lo abrazaba con su pequeña y delicada mano. Volvía a tener el capullo rojo, y las venas marcadas por el gran flujo de sangre que corría por ellas.

Hablaré con él a ver qué tiene que decirme.

Susurró mirándome a los ojos y de inmediato se arrodilló entre mis piernas abiertas y comenzó a lamer el glande. Unas gotas salieron de su punta prediciendo lo que podría pasar. Las lamió con deleite y abrió sus labios pintados de un rojo intenso y con una suavidad extrema se lo introdujo en la boca.

Me gustan mucho los labios pintados de rojo… Se me ocurrió decir sin pensar.

¡¡Seguro que te gustan más alrededor de tu polla dura!! ¡¿Verdad?!

Mi mente calenturienta se nublo más, cerré los ojos e imaginé cogerle la cabeza y follarle la boca como un poseso, pero no lo hice, no era una chica que acabará de conocer, ¡¡era mi tía, joder!! Noté como chupaba, como succionaba con delicadeza haciendo que penetrara media polla en su boca. Yo mantenía el vaso en una mano y no sabía qué hacer con la otra. Su sutileza chupando era virtuosa, hacía que disfrutara sin sentir esas ganas de correrme que tenía siempre. Dejó de chupar después de un largo minuto.

¡Que rico está tu amigo! Ahora te presentaré yo a alguien.

Dijo poniéndose de pies con los muslos algo abiertos frente a mi cara. Su pequeño tanga negro me excitaba sobremanera y lo tenía a escasos centímetros de mi boca. Me entraron ganas de arrancárselo con los dientes pero no lo hice, mis pensamientos eran brutales pero no era capaz de convertirlos en actos. Cogí la fina tira de tela que rodeaba sus caderas y tiré de ella hacia abajo lentamente hasta descubrir unos abultados labios genitales, esto también debía de ser genético pues Soledad los tenía iguales… con el mismo depilado natural alrededor de su coño y una breve mota de vello fino en el pubis. Acerqué mi boca y saqué la lengua para dar una lamida de abajo a arriba. Sentí una pequeña vibración en su cuerpo y puse las manos sobre sus redondos glúteos apretándolos con fuerza, comencé a lamer entre los gruesos labios como un perro sediento y la vibración aumento en su cuerpo. Sentí posar sus manos en mi cabeza cuando encontré su clítoris, estaba duro y abultado…era enorme y jugué con él bombardeándole con la punta de mi lengua. Después lo succione y sentí como el sabor de un flujo intenso llenaba mi boca, se estaba corriendo en tan solo dos minutos. No desaproveché para beberme toda esa corrida, ufff, eso sí que me ponía cachondo. Ahora su cuerpo dio varios estertores acompañados con sonidos guturales que intentaba ahogar. Despegué mi boca de su rico coño y ella soltó mi pelo al que se había aferrado con fuerza.

¡Ufff, veo que no hay que enseñarte nada! Dijo todavía jadeante.– Eres un auténtico vaginariano de los que me gustan a mí y a tu tía…

Se dio la vuelta y se inclinó apoyándose en el borde de la ventana mostrándome su bonito culo redondo y algo respingón con el tanga bajado hasta mitad de sus muslos. Los labios genitales sobresalían bajo esas contorneadas nalgas entre los muslos, y una pequeña areola estrellada adornaba el cerrado agujero de su culo. “¡Diosss, como se lo iba a abrir si me dejara!” Pensé con delirio mientras acariciaba los redondos glúteos. Ella no decía nada, tan solo esperaba pacientemente y sumisa a que yo decidiera, aunque era fácil de suponer sabiendo que tenía dieciocho años y lo salido que debía de estar. Me levanté del sofá y dejé el vaso en una pequeña mesa que había al lado. Agarré mi polla que se mantenía dura como un garrote retorcido y comencé a restregarla contra los gruesos labios. Estaban bastante mojados y pronto mi polla se impregnó con los fluidos, coloqué mi amoratado capullo contra ellos y presione con suavidad.

Había recordado lo que me dijo Soledad, que se la metiera despacio para sentirla más, pero en el caso de Cándida, mi polla entró hasta el fondo al primer empujón como pez en el agua. De su boca salió un sonido ahogado, como un soplo largo de aire al sentir la penetración, no supe si fue de queja o de placer. Me agarré a sus caderas y comencé a bombear con suavidad aunque mi mente me pedía que la empotrara contra la ventana “¡Joder, era mi tía de cuarenta y tres!” Y aunque mis hormonas estaban con el calor y la fuerza de un volcán, mi mente fue capaz de controlar. Continúe bombeando percibiendo como su vagina se expandía al paso de mi capullo y lo arropaba cálidamente entre sus prietas paredes. Al cabo de unos minutos follándola con todas mis ganas, su respiración se agitó bruscamente y sentí como empapaba mi polla. No me dijo nada, ni que siguiera ni que parara, sabiendo que yo no me había corrido, así que continúe con algo más de ritmo. Pase mis manos por su espalda con una suave presión, su cuerpo se erizó como el de una gata cuando la acaricias el lomo, y continúe por debajo de las axilas hasta encontrar sus tetas. Mi cuerpo dio un vuelco al sentir entre mis manos esos dos pequeños melones perfectos. Oí su voz entre jadeos de placer extremo. – ¡¡Apriétalas!! ¡Apriétalas fuerte, nene! Y no dudé en hacerlo. Me gustó que me lo pidiera, era algo que me motivaba más. Encontré los grandes pezones familiares y los presione con suavidad. Sentí como resoplaba al ritmo del vaivén de su cuerpo al recibir mis suaves embestidas… ella también me daba sentones para que entrase más adentro en su coño.

¡Más fuerte mi niño! Susurró entre ternura y lascivia. – ¡Joder, dame más fuerte!! ¡Reviéntame el coño! Repitió antes de que yo reaccionara.

Comencé a bombear con más fuerza haciendo que sonara cada choque contra sus nalgas. Volví con mis manos por la espalda hacia atrás hasta llegar a su culo a la vez que lo miraba. Me pareció precioso, apetitoso, majestuoso, vamos, que me quedo sin apelativos para describirlo. Lo abrí con mis manos y la tentación me desbordó. Pase la yema de mi dedo índice por la areola marrón que marcaba su centro como una diana.

¡Si, síii! ¡¡Pero mójalo!! Susurró ella sorprendiéndome.

Enjugue mi boca y dejé caer un chorretón de saliva en su centro. Comencé a meter la punta del dedo empapado en saliva y noté cómo se abría sintiendo el calor que emanaba de su interior. Mi dedo comenzó a penetrar, y para mi sorpresa, ese agujero oscuro y cerrado se dilató ostensiblemente. Mi tía comenzó a mover el culo provocando que mi dedo penetrara por completo. La oí bufar como una yegua…- ¡Bufff! ¡Bufff! Sí bufar, como bufa una yegua en celo que quiere que la monte un caballo semental, y volvió a empapar mi polla con una gran cantidad de fluido.

¡Dale fuerte a mi coño, Pedrito! ¡Dale fuerte hasta que me salga por la boca! Me gritó sin pensar que la podían oír.

Lo de “Pedrito”, pensé que me iba a descomponer, pero todo lo contrario, me produjo más morbo y me vine arriba. Comencé a embestir con brutalidad a la vez que horadaba su culo con mi dedo, ya no veía a mi tía, tan solo veía un culo de caderas anchas, perfecto… que quería reventar a base de pollazos. Su espalda se curvaba a cada embestida dando la sensación de que se iba a tronchar en cualquier momento, pero me sorprendió la elasticidad de ese cuerpo consistente y maduro.

Continuó bufando hasta que mi polla estalló dentro de su coño mojándolo más de lo que ya estaba, la leche me salía sin parar y acabó chorreando entre sus labios llegando hasta los muslos. El primer chorro de leche me dolió de lo grueso que fue, ella percibió el aldabonazo en su coño, gimió al notarlo, y seguido el segundo chorro de lefa espesa… hasta las seis o siete eyaculaciones en caída. Paré de embestir casi exhausto, con la respiración agitada y el corazón golpeándome en el pecho a un ritmo frenético. Dejé caer mi cuerpo contra el sofá quedándome totalmente despatarrado. Ella se incorporó con la respiración agitada, se giró a la vez que se inclinaba para darme unas deliciosas chupadas de limpieza o agradecimiento. Sus labios eran menos carnosos que los de su hermana, pero su forma de chupar era realmente deliciosa. Continuó un buen rato hasta dejarla completamente lustrosa y brillante. Esa mamada final fue la firma que culminaba ese pedazo de polvo que habíamos echado a pelo, ninguno puso objeción.

Cuando se incorporó de nuevo, me miró con esa sonrisa felina que tenía, y se relamió los labios antes de inclinarse para besarme con ternura.

¡Que feliz me has hecho, mi niño! Habrás notado lo apretado que lo tenía de tanto tiempo que hace que nadie me lo folla… Me dijo con esa mezcla de ternura y lascivia que tenía su voz.

Caminó unos pasos hasta un mueble de madera vieja que había cerca, abrió el cajón y sacó un pañuelo de papel, se despatarró y comenzó a pasárselo entre los muslos y el coño. “¡Joder, acababa de correrme y ese gesto volvía a agitar mis hormonas!” Volvió hacia el sofá y se sentó a mi lado cruzando sus bonitas piernas, dio un buen trago de ron y me miró con media sonrisa percibiendo mi gesto interrogante.

¿Quieres preguntarme algo, cielo?

Me dijo con una sonrisa amable. “¡Joder, parece que me está leyendo el pensamiento!” Pensé al oírla. Miré a su entrepierna, y ella se abrió para que viese como rezumaba aún la leche que le había suministrado mi verga.

Eyaculas mucha leche mi vida… me has dejado el coño lleno hasta el útero, y te ha sobrado un mogollón que se tiene que salir por la raja.




Secuencia 3 :) Confesiones desbordantes

Mi mente navegaba a gran velocidad, realmente quería preguntarle de todo, me ponía cachondo pensar que podía hablar con mi tía de sexo. Todavía alucinaba con lo que había ocurrido desde nuestra llegada y esto parecía un no parar.

- ¿No tenéis amigos, tía? Fue lo primero que me salió entre el desbarajuste de preguntas que circulaban por mi cabeza.

- ¿A qué te refieres con amigos?

- Bueno, pues algo así como tipo novio.

- ¡Jajaja, no, que va! Esto es un pueblo pequeño y hay que guardar bien las apariencias, sobre todo si tienes un negocio de cara al público.

- ¡Ahh, entiendo!

Contesté mientras pensaba la siguiente pregunta. Quería saber cómo la gustaba follar, que cosas le gustaban más, pero todavía no me atrevía a ser tan directo. Decidí comunicarle de alguna forma lo que me había gustado follármela.

- Eso no quita que de vez en cuando tenga mis salidas a la ciudad.

- Claro… ¡Ha sido delicioso volver a veros! Estoy encantado de pasar aquí las vacaciones con vosotras.

- ¡Yo creo que estamos más encantadas mucho más nosotras, cielo! Eres como una bocanada de aire fresco en una cueva profunda… y de paso me ahorro unos cuantos viajes a la ciudad, jajajaja!

La respuesta me reconfortó, no solo me sentía afortunado sino que además ellas estaban más que contentas, me llegó a la mente esa frase que nunca había entendido “la cuadratura del círculo”, esto debía de ser algo así. Decidí dejar las frases insinuantes y hablar con más claridad. No sabía lo que podía pasar, pero la curiosidad y el morbo eran como un ejército que avanzaba implacable en mi mente, iría de lleno.

- ¡¿Sabes una cosa, tía?!

- ¡Dime cielo!

- Tengo dieciocho años y estoy más salido que el mango de una sartén, y llegar aquí y haberos follado ha sido para mí la ostia… ¡No te imaginas como me encanta follaros! Nunca en mi vida he tenido los huevos más aliviados.

Cuando acabé la frase me quedé súper a gusto, era como algo que tenía que soltar para descargar mi calenturienta mente y a la vez ver su reacción. Mi tía me sonrió volviendo a ese formato felino que identificaba su personalidad. Puso la mano sobre mi bañador sintiendo la relajación de mi polla bajo la tela y acercó su cara a la mía.

- ¡Cielo, estamos encantadas de que estés tan salido! ¡¡NO VAS A NECESITAR HACERTE NINGUNA PAJA MÁS…AQUÍ CON TUS TÍAS TE VAS A HINCHAR A FOLLAR!!

“¡Joder, ella sí que ha sido directa! no se ha cortado ni un poco”, pensé en ese momento. La sinceridad tan brutal de mi tía me había desarmado. Pero no se quedó ahí, dio un sorbo al ron y continuó.

- Tendrás lo que quieras con tus tías, cielo… Una paja cubana con las tetas, una manada con tragada de leche, follarnos por delante, por detrás, incluso si te apetece y puedes, con las dos a la vez…. Estás tan bien dotado, que no creo que tengas problema en suministrarnos cuantos polvos necesites para aliviarte dentro de nosotras.

Pero es demasiado lo me ofrecéis, tía Cándida…

Hijo, estamos muy necesitadas, y de siempre en esta familia hemos sido muy PUTAS, es bueno que lo sepas antes de que acabemos contigo a folladas…

Su voz había sido lasciva, pero suave, sin inmutarse y cuando acabó la frase le pegó otro buen trago al ron, “¡Joder como bebía!” Me había dejado sin palabras aunque las suyas y el sobeteo de su mano habían hecho reaccionar a mi polla de nuevo, volvía a estar como el martillo de un herrero. Había sentido como un río de lujuria recorriendo mi mente, y mi sonrisa boba y babeante fue mi respuesta. “Joder, me lo están ofreciendo todo y encima son bien putas! ¡Esto va a ser la leche!”. Pensé dando un salto mentalmente a cuando hace años pille a Soledad follándose al esposo de Cándida.

Finalmente reaccioné, tenía que saber qué les gustaba a ellas, dentro de mi egoísmo salió un atisbo de generosidad.

- ¿Y a vosotras que os gusta que os hagan en el sexo… y cómo?

Su sonrisa felina volvió a aparecer. Había leído mi mente como un libro abierto y pensó regalarme toda la lujuria que deseaba oír. Se recostó lateralmente en el sofá dejando sus piernas abiertas, era la postura idónea para lo que iba a decir.

- Como ya te lo debes imaginar… ¡Nos gusta follar como perras! Sentir como nos metes la polla en todos los orificios hasta el fondo… la boca, el coño o el culo. Unos buenos azotes nos ponen más calientes que el hierro de una fragua, nos gusta chupar y tragarnos una buena y jugosa corrida como la que tu sueltas. No sólo nos gusta chupar una buena polla como la tuya, también nos gusta que nos follen la boca como a putas poligoneras – hizo una pausa para dar el último trago de ron que quedaba en su vaso y prosiguió – Hay cosas que nos gustan mucho, pero que no te diremos todavía…sobre todo, nos gusta ese ímpetu de juventud que tú tienes, la potencia viril en el macho que nos está follando, sentir como nos da de pollazos y notar su verga bien dura dentro.

Cuando terminó su sonrisa se fue ampliando de una forma que casi me dio algo de miedo. No solo había llenado mi cabeza con todas las cosas que quería oír, había superado mis mayores y lujuriosas expectativas con creces. Me recosté en el sofá como se recuesta un rey en su trono y casi se me escapó la baba entre los labios. Parecía haber acabado la conversación pero me sorprendió con otra pregunta.

- Dime muchacho… ¿Cuántas pajas te haces de media al día?

Ya no era el momento de dudar o de mentir y casi respondí con orgullo.

- ¡Seis, siete… a veces he llegado hasta nueve! Hay días que lo paso pensando solo en el sexo desde que me levanto hasta que me duermo. El problema que tengo, es que me gustan todas las tías, de todas las edades y condición… si tienen un coño y pesan más que un pollo, me las follo.

Y volvió a llenar mi mente de lujuria con su respuesta.

- ¡Eso quiere decir que nos follaras nueve veces al día! Dijo presionando suavemente mi polla.

- ¡Bueno, no sé si podré tantas! Contesté con falsa humildad.

- ¡Seguro que puedes esas… y más! Tienes una polla muy potente y tus huevos dan la talla produciendo leche a mansalva.

Su mano había sacado mi polla del bañador y la sujetaba completamente erguida de nuevo. La conversación había despertado a la bestia, como la llamaba yo algunas veces. Mi mente pareció despejarse por un momento y pensé en la situación.

- ¿Y mi madre y mi hermana, como vamos a evitarlas?

- No pensaba que tuviéramos que evitarlas, de todas maneras lo tenemos pensado…Soledad y yo nos turnaremos para mantenerlas ocupadas y por las noches, cuando se vayan a dormir podemos bajar a esta bodega donde se puede gritar sin temor a que nos oigan. Aquí nos podrás montar como a potras salvajes.

- ¡¿Y me podré correr siempre dentro de vosotras…?!

- Por descontado… de eso no tienes que preocuparte ¡Nos puedes llenar bien!

Cada palabra que decía erizaba más el bello de mi piel, creo que me podría correr si me las dijera de nuevo. Mi mente comenzó a soñar en cómo y cuando me las volvería a follar. Todo lo que me había contado bombardeaba mi mente calenturienta como una artillería constante y casi no llegaba a creérmelo. Me seguía preocupando la presencia de mi madre y mi hermana, pese al buen plan de mis tías… no creo que sean tan tontas.

- No se tía, me sigue preocupando la presencia de mi madre y mi hermana. Por las noches veo que no hay problema, pero por el día… ¿Cómo nos vamos a comunicar sin que se enteren?

Cándida soltó mi polla y se levantó para ir de nuevo al mueble de donde había sacado el paño, lo guardo y sacó un paquete de tabaco, se encendió un cigarrillo mientras parecía que pensaba. Yo ya me estaba arrepintiendo de lo que había dicho. “¡Joder, ya la he cagado!”. Pensé creyendo que se estaba planteando todo lo que me había dicho.

- ¿Tienes algún amigo que tu madre no conozca?

- Pues sí, unos cuantos.

- Dime el nombre de alguno con el que hables con frecuencia.

- Pues… hay uno que se llama Gabriel, pero le llamamos Gaby. Es un tipo simpático que suelta muchas chorradas y con el que hablo a menudo, incluso a veces comento cosas de él en casa.

- ¡Perfecto! Pues cuando te apetezca sexo, que espero que sea con frecuencia, lo nombras entre medias de alguna conversación. Será como una contraseña para que Soledad y yo sepamos que te apetece un poco de marcha. Dijo riéndose al final. Yo también me reí, me pareció divertido.

Mi mente rebosaba de entusiasmo, acababa de llegar y la situación prometía más a cada momento. Me apetecía seguir hablando del tema, era morboso y excitante y me surgían un montón de preguntas.

- ¿Y cuál de las dos atenderéis… la petición? Pregunté en tono divertido.

- Eso es fácil. Cuando oigamos nombrar a Gaby, te miraremos para ver qué hombro te tocas, si es el derecho, iré yo, si es el izquierdo irá Soledad.

- ¿Y en qué sitio lo haremos? Volví a preguntar cada vez más entusiasmado.

- Bueno, nos vale cualquier sitio de la casa, en mitad de la espesura del jardín, la cocina, las habitaciones, la buhardilla, vamos, el que te apetezca en cada momento… ¡Nosotras estaremos esperando como fieras hambrientas! Y claro, en caso de no estar presentes, siempre está el WhatsApp.

Mi tía me miraba a los ojos y podía ver cómo la lujuria los encendía. Mi polla seguía fuera del bañador y la sangre, impulsada por los fuertes latidos de mi corazón, marcaba un gran relieve llenando las venas que discurrían por el tronco. Mi tía se había vuelto a sentar a mi lado y apagó el cigarro en un pequeño cenicero que había sobre la mesa.

- ¡Qué apetitosa que se ha puesto! ¡Me vuelven loca las pollas grandes y duras!

Comentó antes de inclinarse sobre mi regazo. Pasó la lengua por el capullo, que estaba enorme de nuevo, y después de unos deliciosos lametazos comenzó a chuparlo con delicadeza. Fueron unos largos segundos de deleite hasta que dejó de chupar. Se me habían escapado una gotas que relamió de sus propios labios mirándome con ojos ladrones, es como si me hubiera robado un poco de lujuria. Fue una maniobra más para mantener mi incandescencia. Ahora fue ella la que quiso mantener el deseo en mi mente disparando de nuevo mis hormonas.

- ¿Te has follado a dos chicas a la vez en alguna ocasión?

- ¡No! Nunca ha surgido. Dije casi con desesperación esperando que siguiera.

- ¡Te imaginas aquí sentado con Soledad y a mí, chupándote la polla y los huevos! ¡¡Haciéndote disfrutar como el cabrón que eres!!

Mi polla dio un respingo incontrolado y mi mente calenturienta comenzó a hervir. Creo que Cándida podía hacer que me corriera con tan solo hablarme, parecía leerme la mente y tocar el interruptor adecuado en cada momento. Mi cabeza se llenó con esa imagen, las dos mujeres desnudas inclinadas sobre mi regazo con sus lenguas lamiéndome la polla y los huevos mientras yo les sobaba sus tetas y sus culos duros y tersos, ufff. Me llevé la mano a la polla instintivamente y le di un par de masajes.

- ¡No puedes salir así, cariño! Esta hinchazón hay que rebajarla con mi boca.

Dijo con sonrisa perversa. Volvió a inclinarse y comenzó a mamar con lentitud hasta introducirse toda la polla en la boca. Me parecía increíble que esa boca, relativamente pequeña, pudiera meterse mi dura estaca dentro. Veía sus labios rojos subir y bajar por el tronco venoso y sentía como el glande atravesaba su garganta. “Que maestría, diosss!”. Pensé mientras la miraba. No sé cómo lo hizo, pero estuvo chupándomela más de diez minutos hasta que hizo que me corriera. Me masajeó los huevos sin dejar de meterse la verga hasta el galillo, chuparme los huevos y volver a mamar apretándome las pelotas una y otra vez…al final mi polla estalló en su boca. Siguió chupando como un cachorro ávido de leche, a la vez que se tragaba cada chorretón que salía sorbiéndolos. Podía sentir el sonido de su garganta al tragar hasta que me vacío por completo, tan solo unas gotas se escaparon entre la comisura de los labios que me mostró al retirarse para tomar aire. Sacó la larga lengua que tenía y se lamió los labios con el deseo que un vampiro lame la sangre, mostrándome los últimos chorros de lefa sobre su lengua.

- ¡Joder tía! ¡Qué bien sabes chupar las pollas, diosss!

Mi mente ya no permitía pensar lo que decía, tan solo soltaba las palabras que se agolpaban fruto de la lujuria, aunque fueran burradas.

- Soy una mujer con mucha experiencia, cariño… a mí de siempre me ha gustado chupar una buena polla tan dura como la que tú tienes y tragarme ese río de leche que sueltas… Eres increíblemente espectacular como semental.

Dijo con expresión depredadora. Si mis palabras habían sido burdas y algo groseras, las suyas no tenían definición, pero me había superado con creces. Provocó que me apeteciera volverle a apretar la cabeza contra mi regazo para que me la volviera a chupar, y como decía antes, parecía leer mis pensamientos.

- Joder tía, me tienes al borde del colapso de lo buena que estás, y de lo puta que eres conmigo… ¡Me encantas como te portas!

- Lo sé mi vida, y estaría encantada de hacerte otra mamada o dejarte que me folles, pero nos tenemos que ir… ¡nos estarán echando de menos!

 
 




Secuencia 4 :) Una maratón



Subimos al salón y salimos al jardín. Eran las cinco de la tarde y el sol todavía era intenso. Las tres estaban tomando un refresco a la sombra sentadas alrededor de una mesa redonda.

¡Hola! Saludaron mi madre y Soledad, mi hermana siguió con los cascos puestos. Con un hola contestamos nosotros. Yo seguía en bañador y Cándida se había vuelto a poner la bata.

¡Que tal! ¿Te ha gustado la bodega? Preguntó Soledad.

Si, está muy bien, pero me he quedado dormido después de tomarme el ron. Dije yo pensando que había sido mucho tiempo.

El pobre debía de estar muy cansado después del viaje. Me apoyó Cándida.

Venga, sentaros con nosotras. Comentó Soledad.

Me senté algo abstraído pensando en todo lo que me había dicho Cándida, mi mente era una olla en plena ebullición.

Acompáñame Soledad, vamos a sacar algo para picar. Dijo Cándida. Me dio la impresión que le iba a contar nuestra “siesta” sin demora.

- ¿Que tal hijo? ¡Menuda siesta te debes haber echado! Comentó mi madre.

- ¡Ufff, pues si! Me he quedado dormido nada más acabarme la copa.

- Pues fenomenal, así estarás bien descansado. Creo que lo vamos a pasar muy bien aquí, este sitio es tan tranquilo y relajante.

- ¡Estoy seguro de ello! Le contesté sonriendo por dentro. “Y lo de relajarse, va a ser para ti”. Sonreí de nuevo en mi interior.

Volvieron mis tías con unos aperitivos y más bebidas. Pude ver a Soledad que al mirarme se pasaba la lengua por los labios, estaba claro que Cándida se lo había contado con detalle. Se sentaron y comenzaron una conversación entre las tres hermanas. Mi hermana seguía con los cascos puestos y tecleando en su móvil y yo seguía algo abstraído pensando en todo lo que me había pasado desde la llegada.

- ¿Te apetece darte un baño, Pedrito? Dijo Soledad sacándome de mi abstracción. Me quedé algo parado por la sorpresa.

- ¡Venga! , dijo levantándose de la silla. – Vente conmigo y jugamos un rato. Me gusta que me des vueltas en el agua.

- ¡Vale tía!

Contesté con poco convencimiento pensando que quería más polla. Me quité la camiseta a la vez que ella se quitaba la bata. La miré mientras lo hacía y volví a contemplar ese cuerpo sensual lleno de curvas. Se había cambiado de bikini, este era de otro color, pero del mismo estilo. La parte de arriba era granate con algunas flores verdes que dejaba ver la mayor parte de sus hermosas tetas. La parte de abajo era solo granate, pues no había espacio para las flores, una tira rodeaba su cintura por encima de las redondeadas caderas. La parte trasera tenía un pequeño triangulo en el centro del que salía una tira que se perdía entre sus grandes glúteos y por delante bajaban las dos tiras para acabar en otro triángulo que cubría su abultada vulva vaginal. “¡Joder, me la comería aquí mismo!” Pensé con las hormonas alborotadas de nuevo. Se acercó hasta mí con esa sonrisa tierna que me ponía.

¡Vamos! ¡Venga nene, que hay que quitarse el calorcillo!

Dijo riéndose mientras me agarraba de la mano y tiraba de mí. Bajamos por las escaleras que se perdían en el agua y nadamos hacia el otro extremo. Cuando llegamos dio unas palmadas en el agua riéndose para salpicarme.

¡Venga, cógeme y dame vueltas!

Me dijo con esa ternura que le caracterizaba. Directamente se puso boca abajo para que la sujetara con mis manos. Por supuesto esta vez no era como cuando acabábamos de llegar, ahora ya sabía lo que quería y por supuesto no lo dude. Con una mano agarré sus tetas y la otra la metí entre sus muslos para sentir su coño hinchado como un bollo suizo. Ahora ya no me corté con las palabras.

¡¿Te gusta así, tía?!

¡Me encanta Pedrito! Sabes llevarme muy bien.

Dijo al sentir mis dedos en su coño. No me podía creer lo que me estaba pasando, tenía a dos mujeres de toma pan y moja, completamente entregadas a mi disfrute sexual. Jugamos un rato en el que la estuve sobando todo su cuerpo bajo el agua sin cortarme. Ella tampoco se cortó, esa mujer afable y candorosa agarró mi miembro viril un par de veces bajo el agua a la vez que pegaba sus tetas contra mi pecho y me sonreía con dulzura, hasta que la tercera vez que lo hizo ya se me había puesto la polla como una piedra y para la sorpresa de mis oídos me susurró con una voz más profunda que la que tenía habitualmente.

- ¡Que rabo más duro que tienes cabrón! Me gustan grandes y duros como este.

Me quedé pasmado y la miré a los ojos, su mirada había cambiado y ahora era la misma mirada felina que la que tenía su hermana Cándida. “¡Joder, esto va a ser también la genética!” Me dije a mi mismo. Mi mente voló por un instante como alineando mis neuronas y llegué a pensar en lo más retorcido. “¿Será mi madre igual” Me lo quité de la cabeza lo más rápido que pude y volví a la realidad, más bien mi hermana hizo ese trabajo.

¡Por qué no bajamos al pueblo a ver algunas tiendas! Tengo que comprarme algo veraniego. La oí decir.

¡Buena idea! Contestó Cándida. Mi madre estuvo conforme y preguntó.

¿Y vosotros, juguetones, os queréis venir?

¡No, se está muy bien aquí! Contestó Soledad agarrándome la polla.

Yo me puse nervioso pensando que podrían ver donde tenía la mano y contesté lo más rápido que pude.

¡No, no! Yo también me quedo.

¡Traernos un helado de moca! Añadió Soledad sin soltar mi miembro.

¡Vale! Acabó mi madre y se dio la vuelta para entrar en el salón.

¡Ummm, que bien lo vamos a pasar, cabroncete! Nos vamos a hartar a follar… Me susurró con su nueva voz. Yo seguía algo aturdido intentando ordenar mis ideas, estas dos mujeres me desconcertaban continuamente y siempre con sorpresas agradables, sobre todo para mi mente de salido.

Mientras esperábamos a que se fueran decidí atacar duro, es decir, las frases que utilizaba en mis fantasías llevarlas a la realidad, con quién mejor que con mi deliciosa y ardiente tía que estaba dispuesta a dármelo todo. La miré a sus ojos, ahora felinos, y le solté la primera bomba.

¡Esa hambre de polla que tienes, te voy a quitar reventándote el coño a pollazos! Le dije con furia.

¡No podrás, cabroncete! Pero estoy deseando que lo intentes…Ya ni recuerdo cuando me follaron como a mí me gusta… ¡Y no me llames Soledad, llámame tía, o tía Sole, que me pone más guarra la familiaridad!

Su rotundidad y su desparpajo me pusieron como una moto, esta tía Soledad me excitaba mucho más que la anterior. Me había gustado tanto su contra ataque que decidí seguir con más artillería pesada. Recordaba cómo me había puesto ver su gran culo cuando la estuve follando y decidí atacar por ahí.

¡Después te la meteré en el culo hasta rompértelo! Le rugí a la vez que se lo apretaba con fuerza bajo el agua.

¡Más ganas tengo yo que tú de sentir está dura polla en mi culo embistiendo con todas tus ganas hasta que me lo llenes de leche! ¡¡Me encanta que me den por el culo, que me domines y me hagas tu perra!!

Joder, no podía con ella, tenía la mente incluso más guarra que la mía. Estaba ya como loco por qué se fueran para salir del agua y follármela allí mismo. Seguíamos manoseándonos a la vez que disimulábamos haciendo que jugábamos hasta que por fin apareció Cándida por la puerta del salón.

¡Pasarlo bien! Tardaremos un par de horas al menos. La muy astuta nos dijo hasta el tiempo que teníamos.

Oímos arrancar el todo terreno y como se perdía el sonido en la lejanía. Mi tía Soledad, como ella quería que la llamara, se abrazo a mi cuello espachurrando las tetas contra mi pecho y me devoró la boca con un beso lleno de pasión y deseo. Cuando despegó los labios me dijo con su voz habitual

¡Vamos a mi habitación que estaremos más cómodos, y además te tengo una sorpresa para ti, Pedrito! ¿Te importa que te llame Pedrito?

No, además creo que viniendo de vosotras me pone más… esto del incesto me está poniendo cardíaco. Le contesté mientras salíamos del agua con cierta rapidez.

Follar con la familia tiene mucho morbo, por eso es tan excitante.

Entramos a la habitación y cerró la puerta. Puso música clásica en su teléfono y noté que tenía un buen ritmo. – ¡Siéntate en la cama! Me dijo y la obedecí de inmediato.

Entre la parte trasera de la cama y el armario había un gran espacio cubierto por una gruesa alfombra. Sacó unos zapatos de dicho armario que tenían unos buenos tacones y se los puso, ahora sus piernas se estilizaban más y su culo tenía una vista más deliciosa. Las puertas del armario de corredera eran de espejo y había otros dos espejos de cuerpo entero en los laterales. Se quitó el sostén del bikini y sus hermosas tetas afloraron como dos pequeños balones de playa. Las areolas marrones eran majestuosas y los grandes pezones surgían de su centro como los caños de una fuente. “No sé si será esto el regalo, pero me está encantando la visión”. Pensé mirándola con lascivia incontrolada.

Me hizo varias posturas y movimientos sexis al ritmo de la música que pusieron mi polla más dura aún. La saqué del bañador, donde ya casi no cabía, y la masajee con lentitud. A un par de metros de mí, se agarró las tetas para subírselas a la vez que las juntaba. Después se giró inclinándose para mostrarme su majestuoso culo bien levantado, lo abrió con sus manos y pude ver la fina tela del tanga que apenas cubría el estrellado agujero. Lo movió sinuosamente para darle un par de cachetes al final. Yo ya estaba que me salía, pero parecía no haber acabado. Me di cuenta que seguía el ritmo de la música a la perfección, como si lo hubiera ensayado. Volvió a ponerse de frente y metió los pulgares entre la tira del tanga de sus caderas y al ritmo de la música lo fue bajando con lentitud. Yo ya casi no podía más y comencé a pajearme. Poco a poco fue descubriendo su carnosa vulva adornada con su pequeña sombra de vello recortado, y mis ojos estuvieron a punto de salirse de las órbitas. Dejó que cayera el tanga y se lo sacó con soltura por los pies. Me levanté y me lancé contra sus tetas y comencé a comérselas con delirio abriendo la boca como un náufrago hambriento en una isla desierta.

¡Así, así se mama una teta! ¡Chúpalas bien! ¡Muérdeme los pezones, que me encanta! Vamos cariño, sácame la leche de las tetas como si fueras mi bebé.

Oí de nuevo su voz más grave y profunda. Ella me había agarrado la polla y la restregaban contra su coño, podía sentir el cosquilleo del vello púbico en mi capullo cuando se pasaba de su capuchón, tras frotarlo en el clítoris. Mordisquee sus pezones casi sin control, sintiendo el ardor de mi cipote entre sus carnosos labios vaginales.

¡Ahh! Más suave cabroncete, que todavía no estoy bien caliente. Resonó su nueva voz más profunda.

Apostó alto, sin saber lo que yo podría dar de sí, o quizás sí lo sabía por Cándida.

¡Vamos hijo de la gran puta, que te voy a dejar que me folles por todos lados! Y quiero que me llenes de leche todas las cavidades de mi cuerpo. – y con la última frase me hizo saber que ya sabía todo con detalle – Me ha dicho Cándida que sueltas mucha leche y eso me encanta, cabroncete, porque tengo el útero sin llenar desde hace mucho, y necesito que me lo alimentes a base de bien.

Joder, había llegado salido, pero como estaba en ese momento no tengo palabras para describirlo. Me retiró de sus tetas y se fue hacia la cama, se inclinó y apoyo las manos en el borde, subida en los altos tacones me pillaba a la altura perfecta. Su culo se había abierto y los labios del coño afloraban bajo sus nalgas entre los rollizos muslos.

¡Empieza por el coño! Te recuerdo que has dicho que me lo ibas a reventar a pollazos y espero que también a pelotazos… ¡¡Sentir los huevos aporreándome el coño, me pone muy cachonda!!

La dulce y cándida tía Soledad se había convertido en una zorra que me retaba. Cuando me acerqué volvió a hablar.

¡Primero cómemelos bien! ¡Quiero tu lengua de perro salido bien dentro de los dos agujeros! ¡A ver cómo me haces el beso negro! Porque ya imagino que comerte algún coño ya lo has probado…

“¡Joder que vocabulario, casi es peor que el mío!” Pensé mientras me arrodillaba sobre la alfombra. Saque la lengua y di una larga lamida desde lo más bajo del coño hasta el agujero del culo. Repetí varias veces más el mismo lengüetazo hasta que sentí su respiración larga y profunda. Después me concentré en sus gordos labios, pasé mi lengua por ellos salvando la carnosidad de sus pliegues ardientes, hasta poderla introducir en la rosada carne que los cubre. Lamí el interior en busca del clítoris, algo que no me costó encontrar por el gran tamaño… mi tía Soledad tiene un pedazo de clítoris como un pepinillo en vinagre. Lo chupé, lo succioné y lo mordisquee. No os podéis imaginar la cantidad de sonidos que salieron de su boca, eran como jadeos guturales que sonaban como rebuznos.

Me trabajé su coño de arriba abajo incluido su ano, unos cuantos minutos que me parecieron pocos de el disfrute de hacerlo, pero todo tiene su tope… noté como sus piernas temblaban y de pronto un chorretón de flujo llenó mi boca y parte de mi cara, y por supuesto su coño quedó empapado. Sellé su vulva con mi boca cuanto pude para beberme su líquido sin dejar de lengüetearle el clítoris. Saqué la lengua del coño y fui lamiendo hasta llegar al culo, todavía su piel tenía sabor al cloro de la piscina que se mezclaba con su propio sabor corporal. Abrí su gran culo con las manos y metí la lengua en su agujero oscuro para llenarlo de su propio flujo y al sentirlo su espalda se flexiono a la vez que emitía una especie de aullido al follarme su culo con mi lengua.

¡Sigue! Sigue! ¡Métela más! ¡¡Ábrelo bien!! Me gritó intentando que fuera un susurro. Metí más la lengua y la retorcí en su interior. Su respiración aumentó de ritmo y volvió a rebuznar, noté como temblaban sus piernas de nuevo y pensé que había hecho un buen trabajo. Estaba ya tan excitado y salido que no sabía lo que iba a durar, quizás me correría nada más meter la polla en su acogedor coño. Me levanté de la alfombra y agarré mi venoso falo que parecía que iba a reventar. Busqué entre la amalgama de carne trémula de sus labios vaginales, esos carnosos labios que ya estaban abiertos y jugosos… y empujé hacia la profundidades sintiendo como se la comía hasta el fondo. Su voz ronca y profunda volvió a resonar.

¡Vamos! ¡Dale fuerte! ¡Quiero tu polla dura bien dentro hasta el estómago! ¡Hazme sentir como una Puta!

No necesitaba oír más, me agarré a sus caderas y comencé a bombear. Mi polla entraba y salía como si la hubieran engrasado con un buen aceite. Pasaron los segundos y seguía dándole con fuerza, tener ese culo a la vista me estaba volviendo loco, los sonidos de los golpes de mi pelvis contra sus nalgas envolvían la estancia como si estuviese cayendo un diluvio. No lo pensé dos veces y metí la punta de mi dedo en el ceñido agujero del culo.

¡Sii, síii! ¡Ábrelo bien, cielo! ¡Fóllame por los dos sitios a la vez…!

Su voz volvió a ser dulce y candorosa y ya no sé cuál me excitaba más de las dos. Al tercer intento mi dedo se coló por completo y sentí como el esfínter me lo presionaba.

¡¡Ahhh!! ¡¡Cielo, que guarra me pones!! Esa mezcla de dulzura con palabras grotescas era como una dosis extra de lujuria. Giré mi dedo dentro de su precioso culo y – Aghhh! Aghhh! Bramó como si le hubiera metido una estocada mortal. Se volvió a correr y sentí como chorreaba por sus muslos.

Ahora era yo el que rugía o bramaba dándole arrimones potentes, mi ritmo se aceleró buscando la subida de la leche que ya se notaba en mis huevos y pronto la notaria por el tronco directa a la salida del glande… no sé cómo me ponía tan excitado con mi tía, pero mi polla comenzó a soltar chorretones de leche como si me hubieran abierto el grifo.

¡Síii, síii! Llénamelo… lléname el coño de lefa espesa! ¡Ufff, diosss! ¡Cómo me gusta que me hagas sentir una buena hembra! Me gritaba. – ¡Quiero que me insemines bien! No pares hasta vaciarte los huevos al completo en mi útero… ¡¡Dame toda tu leche!! No dejaba de forzar el vaivén follándose ella misma con mi polla – ¡Los machos alfa tienen todo el derecho a fecundar a sus hembras así!

Cuando solté el último dardo de leche, mi corazón latía como el de un león después de correr tras su presa, saqué la polla y me sorprendí de la dureza que mantenía. Tenía tantas ganas de follar ese culo que había abierto con el dedo que no espere ni un segundo, era la primera vez que la iba a meterla en un culo y el de mi tía era precioso. Apreté sintiendo una gran presión en mi capullo, mi tía comenzó a resoplar al sentir la penetración, pero no dijo nada. Saqué lo poco que había metido y volví a empujar y repetí varias veces hasta que ese maravillo agujero se expandió de una forma impresionante. Una vez hecho el boquete con mi duro glande, el resto de la polla se metió hasta el fondo y relajé mi mandíbula, que había apretado mientras empujaba, y sentí como su esfínter presionaba suavemente toda mi polla. Si no me hubiera acabado de correr creo que lo hubiera hecho de inmediato. Tiré hacia atrás despacio hasta sacarla casi entera y la volví a meter, a la tercera penetración mi polla entraba y salía con facilidad. Mi tía había dejado de resoplar. – ¡Te gusta ehhh! La oí decir mientras arrugaba la sábana con sus dedos retorcidos sobre ella.

¡Vamos, dame unos azotes que he sido mala!

Volvió a sorprenderme con su voz cálida. Me descolocó un poco que me lo pidiera con voz su voz candorosa, “¿Cómo se puede ser mala con una voz así?” Realmente me apetecía atizar a ese culo y le solté un par de palmadas.

¡Más, más! Volvió a susurrar cálidamente.

Bombee un par de veces y volví va atizarla. Zas! Zas! Mi polla ya entraba y salía con facilidad aunque su esfínter mantenía cierta presión. Me había imaginado muchas veces fallándole el culo a las chicas con las que había estado y a algunas más con las que no había estado, incluso a mi hermana y a mi madre, mi mente calenturienta no hacía distinciones, pero ahora era real y estaba disfrutando como un verdadero cerdo, creo que es el mejor apelativo que me podía aplicar. Mi tía metió la mano por debajo y comenzó a pajearse el coño y empezó a gritarme de nuevo.

¡Venga, dale más! Más fuerte!

No sabía si se refería a mi polla o a los azotes, por lo que tome la opción de las dos cosas. Le atice en el culo con más ganas. Zas! Zas! Y la embestí con más fuerza. Ella a su vez me agarró de los huevos colgantes y yo arrecié los embates hasta aplastarlos contra su culo…

¡Joder, como me estás poniendo cabrón! Su voz volvía a cambiar, de nuevo era más ronca y profunda y eso me animaba, me ponía más salvaje, me sentía como un toro enfurecido embistiendo contra el burladero. Pasé una mano por debajo hasta tocar la suya que se movía a gran velocidad en su coño y empecé a mover yo su mano. A los pocos segundos jadeó como una perra y empapó su mano y la mía, se había vuelto a correr abundantemente. Le solté la mano y volví a atizarle en el culo. Zas! Zas! Ahora ya su culo había enrojecido y ella gritaba barbaridades.

¡Te gusta ehhh, cerdo! ¡Aprieta bien, a ver si me la sacas por la boca! Vamos cabrón, rómpeme el culo y llénamelo de leche espesa!

No paraba de gritar y mi excitación ya estaba al límite. Llevaba varios minutos embistiendo, más de lo que esperaba, y mi polla estalló. Mi tía sintió como la llenaba el culo de leche y volvió a gritar.

¡Siiii, siiii! ¡La quiero toda dentro! Me amasaba los huevos para escurrirlos.

No paré de embestir hasta que salió la última gota. “¡Ufff, esto sí que ha sido la ostia!” Pensé al mirar ese gran culo todavía con mi polla dentro. La saqué y mi tía pareció derrumbarse cayendo boca abajo con el pecho sobre la cama y las piernas colgando. Yo también caí a su lado, pero boca arriba, cogiendo aire como si el que había en la habitación no fuera suficiente. Observé cómo salía un borbotón de esperma de su ano y en el coño mojado aún había leche de la primera corrida…

¡Joder como me has dejado el coño y el culo llenos de leche! ¡¡Esos huevos que tienes son una central lechera, Madre mía!! Pero ha sido maravilloso que me follaras tan seguido por ambos agujeros y me los llenaras, eres un semental muy potente, mi amor.

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